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Inmigración a la Argentina. Traductores



    1. Italianos
    2. Franceses
    3. Alemanes
    4. Ucranios
    5. Martín
      Fierro
    6. El lunfardo
    7. Personaje
      literario
    8. Notas

    En esta monografía
    me refiero a algunos de los inmigrantes que llegaron a la
    Argentina entre 1850 y 1950 y se destacaron como traductores.
    Entre ellos, figuran quienes virtieron el Martín Fierro a
    los idiomas de sus países de origen; al respecto,
    transcribo parcialmente varios artículos, entre los que se
    destacan el de Marion Kaufmann y el de Esteban Turcatti. Aunque
    no es inmigrante, incluyo a Luis Alposta, quien realizó
    traducciones al lunfardo, jerga surgida de la inmigración, y transcribo su versión
    de la "Cantiga do neno da tenda", de Federico
    García Lorca, en la que se evoca a la
    inmigración gallega en Buenos Aires. Me
    refiero, asimismo, al traductor como personaje literario, evocado
    por Syria Poletti en Gente conmigo, novela que obtuvo
    el Premio Internacional de Novela convocado por la Editorial
    Losada y el Segundo Premio Municipal, y fue adaptada al cine y
    la
    televisión.

    "La traducción consiste en determinar el
    significado de un texto y
    expresarlo con el mismo sentido, en otro idioma; es el enlace
    entre dos culturas, dos mundos –todos los mundos-, para que
    puedan comunicarse y convivir. (…) Los argentinos
    debiéramos tomar conciencia de que
    además de hacer posible la
    comunicación, una lengua cumple
    con la función de
    ‘transportar’ la cultura, las
    creencias, la economía, la
    concepción política y el
    folklore de
    una sociedad"
    (1).

    Entre los inmigrantes, hubo quienes se dedicaron a la
    traducción. Tradujeron documentos,
    ensayos y
    obras literarias, de otros idiomas al castellano, y del
    castellano a otras lenguas; posibilitaron la inserción de
    otros inmigrantes en nuestra sociedad y la difusión de la
    cultura argentina y las de otros países.

    Italianos

    Antonio Aliberti, poeta y traductor, nació en
    Italia el 15 de
    diciembre de 1938; falleció en la Argentina en 2000. "Fue
    poeta, narrador, traductor y crítico literario.
    Colaboró en diversos suplementos literarios argentinos y
    fue corresponsal de tres revistas italianas. Fue asesor
    editorial". Publicó dieciocho libros de
    poesía,
    entre los que se cuentan Límites
    posibles, Cuartos contiguos, Todos recordaron a Casandra (1987,
    Primer Premio 20° Aniversario de la Fundación
    Argentina para la Poesía), Delicado equilibrio e
    Incierta vocación. "Publicó cinco libros de ensayos
    y varias antologías. Obtuvo algunos de los mayores premios
    que se otorgan en el país y en el exterior. Ha sido
    traducido a varios idiomas. Tradujo alrededor de treinta libros
    de narrativa y poesía italianas y argentinas"
    (2).

    Acerca de su labor como traductor, escribió
    José Isaacson: "Poeta en el lato sentido del vocablo,
    Antonio Aliberti se relaciona con el mundo a través de la
    poesía. La propia, que emerge del cotidiano ejercicio de
    testimoniar la vida con palabras que no admiten sinónimos
    posibles, y también la de los otros. Esta última
    generosidad la manifiesta en sus trabajos críticos y, muy
    especialmente, en sus traducciones. Un ejemplo
    ‘ejemplar’ de esa capacidad de entrega literaria lo
    constituyen sus versiones de ‘La poesía argentina
    contemporánea’ y de los poemas de Dino
    Campana. En una composición que dedica al poeta de
    Marradi, escribe Aliberti: ‘… si dudaron de su cordura/
    fue porque vio más allá del ojo’.
    Líneas que resumen la poética de quienes se atreven
    a enfrentar la realidad con la aparente fragilidad de la
    poesía. Antonio Aliberti es un permanente explorador de
    una elocución poética enemiga de expresiones
    rígidas. Lo confirma el acápite de ‘Incierta
    vocación’: "Ser en la ausencia,/siempre en fuga:/en
    todas partes, /nunca". En un mundo borroso, la incertidumbre
    dibuja nítidamente el perfil de la realidad"
    (3).

    Franceses

    Elsa Tabernig de Pucciarelli nació en
    Montemorency, Francia, en
    1912. Fue profesora universitaria, ensayista y traductora.
    "Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y
    Letras de la UBA y de francés en el Instituto Nacional
    Superior del Profesorado en Lenguas Vivas. Inició su labor
    docente en la Universidad de
    Tucumán, en 1938, y la continuó en las
    Universidades de La Plata (1948-1967) y Buenos Aires (1976-1981).
    También dictó cátedras en el Instituto del
    Profesorado de Buenos Aires. Fue directora de enseñanza artística de la Provincia
    de Buenos Aires entre 1963 y 1966, directora del Departamento de
    Lenguas Modernas de la Facultad de Humanidades de La Plata entre
    1961 y 1967 y directora del Departamento de Francés del
    Instituto Nacional del Profesorado de Buenos Aires entre 1964 y
    1967. Fue becaria del gobierno de
    Alemania
    Federal en 1962 y del de Francia (bourse de marque) en 1963.
    Participó en seminarios sobre lengua, literatura y metodología en las Universidades de Cuyo y
    Tucumán, en Asunción del Paraguay y de la
    UNESCO en Villa Ocampo. Dictó cursos,
    conferencias y cursillos en Brasil, Venezuela,
    Puerto Rico,
    Paraguay y en la Universidad de Heidelberg, Alemania, en
    universidades argentinas y otros centros de estudios.
    Dictó cursos de posgrado en la Facultad de
    Filosofía y Letras de Buenos Aires. Fue miembro de jurados
    literarios y para la provisión de cátedras. Preside
    el Consejo de Mujeres de la República Argentina e integra
    la comisión directiva de entidades culturales y de
    profesionales. Publicó los libros El clasicismo, 1968, y
    Qué es la traducción, 1970, y numerosos
    artículos, reseñas y notas en revistas
    especializadas y en los diarios La Prensa y La
    Gaceta de Tucumán. Tradujo libros del francés y el
    alemán, entre ellos obras de Karl Vossler, en
    colaboración con Raimundo Lida y Amado Alonso. Está
    casada con Eugenio Pucciarelli"" (4).

    Jean Authievre nació en Francia. "Egresó
    de la Escuela Nacional
    de Bellas Artes de Toulouse, y fue profesora de francés en
    colegios de Turín y Bolonia, y de la Alianza Francesa de
    Las Palmas, Islas Canarias. Desde 1935 fue traductora oficial de
    castellano, francés, italiano, inglés
    y portugués de Química Rhodia
    Argentina, en Buenos Aires. Publicó los libros Ritual del
    corazón, pensamientos y poemas, y Flores de
    amancay y jacarandá, cuentos y
    leyendas,
    1966" (5).

    Alemanes

    Marion Herrscher de Kaufmann nació en
    Berlín, Alemania, en 1926 y llegó a la Argentina en
    1937. Es colaboradora permanente del Argentinisches Tageblatt
    (diario argentino en alemán). En La Prensa publicó
    numerosas notas de viajes en la
    desaparecida sección de fotograbado; colaboró en
    Buenos Aires Herald y Clarín. "Domina varios idiomas y ha
    traducido al alemán cuentos de autores argentinos
    publicados en edición bilingüe. Tradujo las piezas La
    curva, de Tankred Dorst, y El proceso por la
    sombra del burro, de F. Dürrenmatt" (6).

    La traductora aporta más datos sobre su
    trayectoria: "He traducido al alemán para la editorial dtv
    (Deutscher Taschenbuch Verlag), de Munich, (ediciones
    bilingües), dos tomos de cuentos de autores argentinos, uno
    con autores ecuatorianos, y otro de escritores chilenos. Siempre
    cuentos cortos. De vez en cuando publican alguno de esos cuentos
    en antologías nuevas. Actualmente traduzco
    películas y videos del alemán, para una empresa de
    doblajes" (7).

    Ucranios

    Margarita Arsamasseva nació en Kursk, Ucrania, el
    4 de octubre de 1893. "Su nombre completo era Eugenia
    Tatchtamirova viuda de Arsamassev y de Houtman. Estudió
    derecho y humanidades en la Universidad de Moscú. En 1912
    vino a la Argentina en viaje de placer y se radicó
    aquí, contrayendo segundas nupcias con un profesional
    holandés. Su primer libro fue El
    brazalete de zafiros, y en él ensayó el idioma que
    aún le resultaba extraño, dificultad pronto vencida
    pues estaba dotada para aprender lenguas extranjeras, como lo
    demostró en sus traducciones del inglés,
    francés y ruso, que efectuaba simultáneamente con
    su labor de escritora. Después de la novela, que
    apareció en 1924, publicó Clarisa, 1925; Lobos,
    1926; Sugestión, 1927; Yeremey el bolchevique, 1929;
    Yenia, 1930; El nieto, 1931; Cicatriz, 1933; Alejandra, 1936 y
    Tiempo turbio,
    1939, obras pertenecientes al género de
    ficción. Fue cofundadora de la Sociedad Argentina de
    Escritores y colaboradora de La Nación
    y otras publicaciones del país. Murió en Buenos
    Aires el 16 de mayo de 1968" (8).

    Martín Fierro

    En "Martín Fierro, espejo de oprimidos y
    estímulo de trujamanes", escribe Fernando Sorrentino:
    "Mientras buscaba otra cosa entre mis médanos de
    caóticos papeles, el azar exhumó un recorte
    amarillento: en la edición del 27 de abril de 1991, el
    Argentinisches Tageblatt, de Buenos Aires, incluye el
    artículo «Martín Fierro und seine
    Übersetzer» (el Martín Fierro y sus
    traductores), que firma Marion Kaufmann".

    Sorrentino concluye su artículo con estas
    palabras: "Al Martín Fierro Borges
    Biografía de Tadeo
    Isidoro Cruz», El Aleph) lo llamó libro insigne:
    «un libro cuya materia puede
    ser todo para todos (I Corintios 9:22), pues es capaz de casi
    inagotables repeticiones, versiones, perversiones»
    .

    "De esa riqueza literaria, de ese constante
    estímulo del pensamiento,
    que el Poema ramifica hacia lo profundo y hacia lo alto, son
    pruebas estos
    desvelos de tantas personas de otras culturas" (9).

    Habiendo leído esta nota de Sorrentino,
    pedí al escritor el artículo completo de Marion
    Kaufmann (10). En ese trabajo –publicado hace doce
    años-, se refiere a treinta y cuatro de las traducciones;
    en la actualidad –me dice- ya son cincuenta y
    seis.

    Transcribo parcialmente el artículo:

    "El ‘Martín Fierro’, la
    extraordinaria obra poética José Hernández,
    escrita entre 1872 y 1879, ‘más que una
    colección de cantos populares, más que una obra
    literaria, es un profundo estudio de filosofía moral y
    social".

    " ‘Martín Fierro no es un hombre, es una
    clase, una raza, casi un pueblo, es una época de nuestra
    vida, es la encarnación de nuestras costumbres, instituciones,
    creencias, vicios y virtudes, es el gaucho luchando contra las
    capas superiores de la sociedad que lo oprimen, es la protesta
    contra la injusticia, es el reto satírico contra los que
    pretenden legislar y gobernar, sin conocer las necesidades del
    pueblo, es el cuadro vivo, palpitante, natural,
    estereotípico, de la vida de campaña desde los
    suburbios de una gran capital hasta
    las tolderías del salvaje…’ ¡Qué
    actuales estas palabras de Pablo Subieta, un escritor boliviano,
    que las escribió en 1881!"

    "Esta lucha contra un destino implacable, esta
    sensación de impotencia, las injustas persecuciones, la
    pérdida de bienes y seres
    queridos, fueron las motivaciones fundamentales que introdujeron
    a la mayoría de los traductores a verter esta obra a su
    lengua materna".

    " ‘Casi todos los traductores del
    ‘Martín Fierro’ fueron extranjeros, y de ellos
    a su vez una gran parte (83 %) eran extranjeros residentes en
    Buenos Aires —profesores, empresarios, literatos— que
    se habían sentido atraídos por el texto de
    José Hernández. Casi todos constataron que esta
    obra reflejaba en gran parte su propio destino: la
    opresión por los poderosos, la sensación de
    impotencia, las persecuciones, la huida. Esto fue lo que los
    sedujo de este personaje. A medida que se sumergían en la
    obra, se identificaban cada vez más con sus problemas,
    hasta que surgió el deseo de traducir la obra y enviarla a
    su país de origen, para que la gente allá viese que
    aquí existían destinos trágicos
    parecidos’ ".

    "El que me dice esto, el Dr. Alberto Gómez
    Farías, es el presidente del ‘Círculo de
    Traductores de Martín Fierro’, fundado en 1983, en
    cuyos estatutos se puede leer: ‘Art. 1 –Con el nombre
    de ‘Círculo de Traductores del Martín
    Fierro’ se constituye una sociedad cultural, sin fines de
    lucro, cuyo objetivo
    fundamental es nuclear a los traductores de la Obra a los
    distintos idiomas, difundiendo en el país y
    particularmente en el exterior los valores
    contenidos en la manifestación más elevada de la
    poesía gauchesca’ ".

    "El Dr. Gómez Farías es un
    científico, dedicado a estudios interdisciplinarios de
    Asia y
    Africa, en la
    Universidad de Buenos Aires. Además es coordinador de la
    Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y Africa;
    Presidente Organizador de la Sociedad Mundial de Estudios del
    Este Asiático y presidente de la Sociedad Argentina de
    Estudios Confucianos" Casi entre paréntesis menciona que
    ha realizado numerosos viajes a esas regiones y que naturalmente
    domina los idiomas respectivos. El tradujo (conjuntamente con el
    Rev. Alberto Chao) el Martín Fierro al chino, en una
    edición bien presentada, profusamente
    ilustrada".

    "34 idiomas –desde el árabe hasta el
    ucranio"

    "Hasta ahora, el ‘Martín Fierro’ fue
    traducido a 34 idiomas, a saber: al italiano, inglés,
    húngaro, alemán, rumano, guaraní, quichua,
    catalán, checoslovaco, francés, árabe,
    lituano, sueco, japonés, armenio, hebreo, ruso, esperanto,
    esloveno, griego, portugués, vasco, serbio, croata,
    gallego, idish, chino, eslovaco, polaco, ucraniano,
    calabrés, coreano e hindú y también existe
    una versión Braille".

    "La primera traducción se realizó en 1919.
    De algunos idiomas (por ejemplo del inglés, italiano,
    portugués, etc) se publicaron varias versiones. Algunas
    fueron editadas más de una vez (la versión inglesa
    se editó 15 veces, la italiana nueve veces, la portuguesa
    tres veces, etc)".

    "Actualmente se está trabajando en la
    traducción al sardo (en la Argentina, por Antonio Variu);
    en Turquía, Mukkader Yaycioglu está concluyendo la
    versión al turco y en Zaire se está realizando la
    traducción al swaheli (la primera lengua de Africa negra).
    En el programa de
    tareas para 1991 figuran las traducciones al Batsa (Indonesia) y
    al Yoruba (la segunda lengua de Africa Negra); en Pretoria
    (Sudáfrica) se comenzó la versión al
    afrikaans. ¿Y qué idiomas faltan todavía? El
    noruego, el finlandés y el bantú…".

    Los traductores tienen la palabra

    Esta atracción de una obra sobre personas que
    vienen de un ambiente tan
    distinto, es realmente sorprendente. Una atracción, que
    los induce a realizar una tarea difícil, cansadora, que
    nadie les ha pedido: la traducción de una obra literaria,
    que para los argentinos ya es casi parte de la vida cotidiana,
    pero que a ellos los conmueve profundamente…".

    "Lamentablemente, es casi imposible charlar con los
    traductores acerca de su trabajo, porque la mayoría ha
    fallecido ya; otros viven, pero en el extranjero. Sin embargo,
    pude encontrar en una vieja edición del diario ‘La
    Nación’ (del 5 de noviembre de 1972), la reproducción de las conversaciones con
    cuatro de estas personas, para las que la traducción del
    Martín Fierro casi se convirtió en algo como el
    sentido de su vida".

    "Jorge C. Primbas, un griego 1906. Su destino fue muy
    parecido al de Martín Fierro: participó en la
    Primera Guerra
    Mundial, fue enviado al frente, conoció la vida de
    soldado. Allí perdió, igual que Martín
    Fierro, a su mejor amigo. Y también él solía
    recordar allí los felices tiempos de antes –como
    Martín Fierro. Emigró a la Argentina, quedó
    admirado por la hospitalidad, por la calidez de la gente;
    descubrió la pampa, y con ella, al Martín Fierro. Y
    también descubrió el parecido de su vida con la del
    héroe de José Hernández. La
    traducción le llevó cuatro años".

    "Sissag Kalaidjian, un armenio. Vino a la Argentina de
    chico, en 1937. Siempre le había gustado la lectura;
    cuando se sumergió en el ‘Martín
    Fierro’, enseguida tuvo el deseo de traducir la obra. Lo
    que lo motivó en primer término fue la
    comprobación de hallarse ante una verdadera obra maestra,
    que contenía la problemática del hombre en todos
    sus aspectos. Necesitó casi once años para la
    traducción".

    "Abraham Azriel, un rumano, 1890. Vino a la Argentina en
    1913, adoptó la ciudadanía, fue propietario de un
    pequeño negocio en Rosales (Córdoba).
    Trabajó durante cuarenta años en la
    traducción del Martín Fierro, la historia del gaucho
    ‘que sobrevive en todos los argentinos’. El poema
    evocó recuerdos de su niñez en Rosiari de Vede; le
    llamaron la atención las semejanzas de las costumbres,
    de la pureza de sentimientos de la gente de campo, cuyo sentido
    José Hernández supo captar tan bien’. Otro de
    los motivos –así lo manifestó en aquella
    entrevista
    –fue el amor y el
    agradecimiento para con la Argentina".

    "Dr. Tine Debeljak, esloveno, historiador de las lenguas
    eslavas, miembro de academias y grupos
    literarios, periodista y profesor universitario nacido en Skofja
    Loka. Consideró al Martín Fierro ‘como una
    obra fundamental para comprender el carácter
    argentino’. Para él, la traducción fue
    ‘una contribución de todo los eslovenos residentes
    aquí, para honrar a este país. Esto se comprende al
    leer quién más colaboró en la tarea; el
    traductor, un esloveno; el diagramador, un esloveno; las
    ilustraciones y viñetas realizadas por artistas eslovenos;
    la impresión, financiada por la comunidad
    eslovena…".

    "Kehos Kliger, nacido en Ucrania en 1904, llegó a
    la Argentina en 1936. Con un viejo violín bajo el brazo, y
    unas hojas amarillentas con sus primeras poesías, escritas en Berlín.
    Había dejado tras de sí el terror, las
    persecuciones, la ocupación polaca durante la Primera
    Guerra
    Mundial. En el ‘Martín Fierro’, en ese
    pobre campesino, que perdió todo lo que tenía, que
    fue llevado arbitrariamente a los fortines y perseguido,
    halló su propia historia, su propio destino. Sintió
    que debía traducir esta obra al ídish- el idioma en
    el que solía escribir".

    " ‘El problema -afirmó en un reportaje que
    apareció en el diario ‘Clarín’ el 19 de
    junio de 1980-, fue adaptar las palabras al ritmo
    octosilábico del poema. Además faltaban las
    palabras adecuadas para ‘gaucho’,
    ‘pingo’, ‘gringo’,
    ‘pulpería’, etc. Por eso las dejé en
    castellano y así se respetó el sentido de la
    obra’ ".

    "Que la ‘melodía’ del original
    quedó conservada, ya se nota en el comienzo: ‘Do
    zetz ij mij anider/ tzum takt fun der guitare singue/ vail on
    schloj, a mench mit bloie ringuen,/ vos a pain tut schtark im
    presn/ vil der voiguel, einzam, farguesn/ funem singuen vert im
    gringuer’.

    "El traductor (entretanto fallecido), también
    tradujo otras obras al idish, por ejemplo de Borges, Alfonsina
    Storni y Walt Whitman".

    "Pero, por suerte algunos traductores aún viven,
    y se les puede entrevistar, por ejemplo:"

    "Heriberto Haber, 1930, nacido en Viena, llegó a
    la Argentina en 1938. En 1971 se radicó en Israel. Domina
    perfectamente el alemán, el castellano y el hebreo. Es el
    autor de la traducción del Martín Fierro al
    hebreo".

    " ‘Mi Martín Fierro al hebreo
    –así me contó-, se publicó por primera
    vez en La Paz (Bolivia),
    donde viví un tiempo y donde fui director de una escuela
    judía. Era una edición de la primera parte
    (‘La ida’), de 200 ejemplares, fotocopiada. Dos
    años después apareció, también en La
    Paz, una edición muy rudimentaria (el dinero no
    me alcanzaba para algo mejor…) mimeografiada, pasada a mano con
    rodillo, del ‘Martín Fierro’ entero
    (‘Ida y Vuelta’), en 100 ejemplares. Ambas ediciones
    con prólogos míos, y notas marginales que explican
    los pasajes difíciles del texto’. En 1988
    salió en Israel una nueva edición, ilustrada por
    Alba Dermer. Ambas ediciones fueron financiadas por él, y
    poco ejemplares llegaron a las librerías –Haber
    regaló muchos a universidades, a bibliotecas, ex
    maestros y amigos. Hoy están agotadas. ‘La
    traducción guarda –acota Haber- casi siempre la
    misma estructura del
    verso, métrica, rima y ritmo del original".

    "Por qué Heriberto Haber se dedicó, en su
    escaso tiempo libre, a una tarea tan difícil? Su respuesta
    coincide con la de otros traductores: ‘… Constituye
    ‘el homenaje de gratitud del traductor a su patria
    adoptiva, la República Argentina, que le dio albergue y
    educación,
    trabajo, sustento y una nacionalidad, en los días de la
    hecatombe que asoló al pueblo judío y a toda la
    humanidad’. Así consta (en castellano) en el
    prólogo de su traducción".

    "Henryk Mackiewicz, nacido en Wilna (entonces Polonia),
    hace 75 años. Vino a la Argentina en 1948, desde Inglaterra, donde
    había participado de la guerra, bajo
    el general Anders. ‘Acá me desempeñé
    primero en diferentes profesiones, luego trabajé como
    contador. Cuando me jubilé, en 1985, empecé con la
    traducción del ‘Martín Fierro’. Fue un
    verdadero desafío: desde el día en que
    llegué al país, siempre he escuchado dos nombres de
    mis compañeros de trabajo: Carlos Gardel y Martín
    Fierro. Apenas dominé el castellano, leí esta obra
    de José Hernández –fue amor a primera
    vista! Quedé impresionado por la fuerza, la
    virilidad, el alegato social del poema’ ".

    " ‘Así que comencé la
    traducción, para que mis compatriotas pudieran conocer la
    obra. Empecé en 1981 con el ‘Primer Canto’,
    que salió publicado en el semanario polaco de Buenos
    Aires; en 1984 terminé ‘La Ida’ y dos
    años más tarde la segunda parte’. Al igual
    que H. Haber, también H. Mackiewicz financió
    él mismo los libros mecanografiados…".

    "Como anécdota, H. Mackiewicz cuenta cómo
    se enteró por la televisión
    que el presidente Menem
    había llevado varios ejemplares encuadernados en cuero del
    ‘Martín Fierro polaco’ cuando viajó a
    Polonia el año pasado. (Mackiewicz ni siquiera
    sabía, que alguien había encargado una
    edición de lujo de su traducción…) El Papa
    recibió un ejemplar, otro el entonces presidente
    Jaruselsky. Uno de los acompañantes del presidente Menem
    contó después al traductor:, que Menem le
    había aconsejado a su colega polaco ‘leer algunos de
    los Consejos del Viejo Vizcacha, porque contienen tanta
    sabiduría’. A la mañana siguiente, Jaruselsky
    dijo ‘que había pasado toda la noche leyendo el
    Martín Fierro’. Hay que destacar, también,
    que el presidente Menem redactó el prólogo de la
    traducción".

    ‘Aquí me pongo a
    cantar’

    La versión alemana del ‘Martín
    Fierro’, de Adolf Borstendörfer, apareció en
    1945. ¡Debe de haber sido el único traductor que
    recibió un encargo formal para esta tarea! El dice en su
    prólogo, que la Editorial Cosmopolita lo había
    animado a traducir al alemán esta obra maestra del poeta
    argentino José Hernández. ‘Yo sabía
    –escribió- que mi tarea no sería solamente
    difícil, sino también grata. Los versos dan un
    efecto de ser inmediatos, casi ópticos, nos describen un
    paisaje cuya extensión, amplitud e intangibilidad son
    únicas. En este paisaje viven hombres puros, no
    deformados, amplios también ellos en su forma de encarar
    la vida. Nada es artificioso en ellos, son sencillos,
    hospitalarios, alegres y amantes del canto. Son niños
    que todavía reconocen de buena gana, que la naturaleza es su
    madre. En ellos se manifiesta el gran alma del pueblo argentino,
    y también el alma de ese amplio, hermoso país, que
    se extiende desde los glaciares patagónicos hasta los
    palmares del norte. Por eso, el ‘Martín
    Fierro’ me parece ser la encarnación de este alma
    argentina, que se encuentra absolutamente en la gran
    extensión de su paisaje",

    "También Borstendörfer tradujo los versos de
    José Hernández de acuerdo al sentido, y no
    literalmente, ‘porque el poema tiene que llegar al lector
    de habla alemana. Por supuesto, se conservan el sentido y el
    ritmo’ ".

    "Como ejemplo, los dos primeros versos:"

    Aquí me pongo a cantar,/

    Al compás de la vigüela;/

    Que el hombre
    que lo desvela,/

    Una pena extraordinaria,/

    Como ave solitaria/

    Con el cantar se consuela.

    Hier steh’ ich. Fang zu singen an!/

    Will meine Laute schlagen!/

    Ein armer, schmerzgeprüfter Mann/

    Kann nur sein Leid ertragen,/

    Wenn er, einsamen Vögeln gleich,/

    Kann flüchten in des Sanges Reich.

    Pido a los santos del cielo/

    Que ayuden mi pensamiento;/

    Les pido en este momento/

    Que voy a contar mi historia,/

    Me refresquen la
    memoria/

    Y aclaren mi entendimiento.

    Die Heiligen bitt’ ich inniglich,/

    Sie mögen stärken mein Wollen,/

    Da ich mit Demut und feierlich/

    Mein Planen will entrollen./

    Sie mögen mir gute Erinnerung geben,/

    Um schildern zu können mein wahres
    Erleben.

    "O sino:"

    Aquello no era trabajo,/

    Más bien era una junción;/

    Y después de un güen
    tirón/

    En que uno se daba maña,/

    Pa darle un trago de caña/

    Solía llamarlo el patrón.

    Das war ja schon keine Arbeit mehr -/

    Ein Wetten aus freiem Willen -/

    Und alle gaben das Letzte her,/

    Die Lust am drängenden Werke zu
    stillen./

    Dann rief uns wohl auch der Patron herein/

    Und schenkte uns brennende ‘caña’
    ein.

    Tuve en mi pago en un tiempo/

    Hijos, hacienda y mujer;/

    Pero empecé a padecer./

    Me echaron a la frontera,/

    Y qué iba a hallar al volver!/

    Tan sólo hallé la tapera.

    Vor Zeiten lebt ich in einem Gau,/

    Vieh hatt’ ich, auch Kinder. Und eine
    Frau./

    Da wurde ich Armer –Gott sei es
    geklagt/

    Ganz grundlos über die Grenze gejagt./

    Als ich zurückkam, mein Heim zu holen/

    Fand ich nur halbverkohlte Bohlen…

    "Max Tepp, o: El hijo de Wilhem Meister en la
    Argentina

    "Antes del versión alemana del Martín
    Fierro de A. Borstendörfer ya hubo otra, de Max Tepp. Tepp,
    nacido en Hamburgo, en 1891, se radicó en 1924 en la
    Argentina, donde fundó una escuela alemana en la Patagonia, y
    dirigió el colegio alemán en Bariloche. Fue
    director de la Goethe-Schule y luego del Colegio Pestalozzi.
    Editó revistas y publicó numerosos artículos
    sobre el paisaje y la botánica argentinos y sobre pedagogía. (…) Lamentablemente, la
    traducción de Max Tepp nunca llegó a ser
    publicada".

    Marion Kaufmann termina su nota con la alusión a
    una edición polilingüe del poema, "publicada en 1973
    por Ediciones Latinoamericanas de Buenos Aires", e incluye
    "algunos versos de la obra citada, con versiones inglesa,
    francesa, italiana y también la alemana de A.
    Borstendörfer".

    Transcribimos una de las estrofas incluidas por
    Kaufmann, y sus traducciones:

    Yo he conocido esta tierra

    En que el paisano vivía

    Y su ranchito tenía

    Y sus hijos y mujer.

    Era una delicia ver

    Cómo pasaba sus días.

    En italiano:

    Altri tempi, e in questa terra

    Miglior vita si viveva:

    La capanna il creolo aveva,

    I suoi figli, la sua sposa.

    In che guisa deliziosa

    I suoi di passar soleva!

    En francés:

    J’ai bien connu ces campagnes

    Ou vivait le paysan.

    Il avait son petit ranch,

    Ses enfants et sa compagne.

    C’etait bon de voir comment

    Il savait passer son temps.

    En inglés:

    There was a time when I knew this land

    As the gaucho’s own domain

    With children and wife, he had joy in life,

    And law was kept by the ready knife.

    Far better than now; alas, no more

    That time shall come again.

    En alemán:

    Dies Land –ich habe es gut gekannt,

    Darin noch der Bauersmann wohnte.

    Der hat eine Hutte sein eigen genannt

    Sein Dasein wahrhaftig sich lohnte.

    Es war eine Wonne, die Tage zu sehn,

    Wie sie sonnig begannen, um freundlich zu
    gehen.

    En Mar del Plata, en noviembre de 2000, el diario La
    Capital publicó una nota de Esteban Turcatti titulada "El
    gaucho que conquistó el mundo". En ella leemos: "El
    Martín Fierro tuvo difusión mundial y es
    lógico que así fuera, por el genio de su autor y
    por los motivos fundamentales que lo movilizan que son valores de
    carácter universal, la libertad del
    hombre frente a la omnipotencia de los poderosos. La obra lleva
    más de treinta y cinco traducciones, y en algunos idiomas
    las versiones se multiplican. Las ediciones suman más de
    seis mil en el orden mundial".

    "En el año 1983 se constituyó en la ciudad
    de Buenos Aires, el Círculo de Traductores del
    ‘Martín Fierro’. Su presidente fue Alberto
    Gómez Farías, traductor del poema al idioma chino y
    su secretario Bernaldo Souto, que lo tradujo al gallego. Sus
    otros miembros y traducciones fueron: Pero Tutavac, croata,
    Stanislav E. Jancarik, eslovaco, Jorge C. Primbas, griego, Tine
    Debeljak, esloveno, Ladislao Szabó, húngaro, Kehos
    Kriger, yiddish, Yauad J. Nader, árabe, Enrik Magkiewicz,
    polaco, Serafín Grecco, calabrés, Txomin
    Takakortexarena, vasco, Enric Martí Muntaner,
    catalán".

    "Bernaldo Souto, poeta gallego, había traducido
    el Martín Fierro a ese idioma en el año 1980.
    Establecido en la Argentina desde hace muchos años,
    regresó recientemente de su tierra natal,
    Galicia, donde es muy conocido por su obra literaria y
    periodística. Allá brindó una serie de
    conferencias y presentó tres libros de poesías bajo
    el título ‘Luz y
    sombras’. Pero su mayor satisfacción fue enterarse
    que en fecha próxima, su traducción gallega del
    Martín Fierro será publicada por la Xunta de
    Galicia, en una edición bilingüe de lujo".

    En la contratapa del libro, Souto hace su crítica
    del poema: ‘la obra supera el marco costumbrista de la
    poesía gauchesca para proyectarse en valores de calidad
    ecuménica. Martín Fierro representa un pueblo con
    sus defectos y virtudes que constituye el seguro perenne
    del hombre, en su incertidumbre ontológica (…) En su
    lucha contra la sociedad injusta y cínica, configura al
    hombre en la perpetua contienda por la libertad, que alcanza a
    darle un sentido a su vivir, solitario y desvalido"
    (11).

    Ilustran la nota algunas estrofas traducidas por
    Souto:

    Póño-me eiquí cantar

    Ao toque da miña viola,

    Ao home que o desvela e isola

    Unha pena magoeira,

    O mesmo que a ave senlleira

    Co seu cantar se consola.

    Prégo-lle aos santos do ceo

    Den vóo ao meu pensamento;

    Prégo-lle neste momento

    Que ao contar a miña historia

    Avivícen-me a memoria

    I-acláren- me o entendimento.

    Veñan santos milagreiros,

    Todos ao meu estro acudan,

    Que a miña lingua se anuda

    E xa anuba-se-me-a vista;

    A Deus prego que me asista

    En circunstancia tan ruda.

    Eu olléi moitos cantores

    Con sonas moi ben outidas,

    Que despóis de adequiridas

    Deixáro-nas de alentar:

    Semellaban sen largar

    Estar cansos en sortidas.

    Onde outro crioulo pasa

    Eu tamén hei de pasar;

    Que ninguéin me fai recuar

    Nin as pantasmas m-espantan,

    E dende que todos cantan

    Martín Fierro quer cantar.

    E cantando hei de morrer,

    Cantando han de m-enterrar,

    Coa cantiga hei de chegar

    A carón do Eterno Pai:

    Do centre da miña nai

    Viñen ao mundo a cantar.

    Miña lingua se non trabe

    Nin me traicioe a palabra;

    O cantar a gloria labra

    E xa póndo me a cantar

    Cantando han de me atopar

    aunque a mesma terra se abra.

    Sínto-me no rol dun baixo

    Que entoa sabido argumento;

    O mesmo que o xiado vento

    Fago aterecer os pastos.

    Con ouros, copas e bastos

    xoga alí o meu pensamento.

    En "Literatura de exilio como memoria cultural.
    El caso de los croatas en la Argentina", Elena Duplancic de
    Elgueta se refiere al traductor del poema al croata: "Otra
    actividad fundamental para la comunidad croata en la Argentina
    fue la traducción. Muchos croatas son traductores de
    reconocido prestigio en la Argentina (18). En el campo literario
    la tarea de Vinko Nikolic como traductor y reseñador de
    poetas argentinos es importante, así como las continuas
    versiones castellanas de textos croatas en Studia Croatica. Un
    esfuerzo digno de ser destacado es la traducción de
    Martín Fierro, al dialecto croata ikavica, por parte de
    Pero Tutavac en 1976. A través de todas estas actividades
    esta generación de croatas ha dado forma, preservado y
    transmitido su identidad
    nacional. Pero al mismo tiempo, ha reflejado la identidad de
    la sociedad huésped argentina. Esta acción de
    reflejar tiene diferentes modos. En primer lugar llama nuestra
    atención el especial interés de
    estos exiliados croatas en mostrar a la Argentina desde el punto
    de vista geográfico, histórico, demográfico
    y cultural. Así por ejemplo el primer capítulo del
    libro arriba mencionado de Marko Sinovcic es una vista
    panorámica de la Argentina. Ivo Rojnica dedica 150
    páginas de su libro Prikaz povijesti argentini i doprinos
    Hrvata (19) a la historia
    argentina".

    "Un segundo aspecto, tan significativo como aquel es la
    constante referencia a personalidades de origen croata que hayan
    desempeñado roles destacados en la vida argentina. La
    segunda parte del libro de Rojnica recién mencionado se
    focaliza precisamente en las contribuciones de los croatas a la
    Argentina. En artículos como el de Maja Lukac-Stier
    "Aportes de la colectividad croata a la República
    Argentina" (20) al mismo tiempo que se menciona al croata y su
    colaboración se enuncia el contexto
    histórico-cultural argentino en el que se
    desenvolvió. Así por ejemplo, del siglo pasado se
    recuerda a Nicolás y Miguel Mihanovic fundadores de la
    marina mercante argentina o al mayor Buratovic que actuó
    en la campaña contra los indios al sur de Buenos Aires e
    instaló allí el telégrafo".

    "Las revistas croatas se han hecho eco de las fechas
    patrias argentinas saludando al pueblo argentino en esas
    oportunidades e incluso con mención del himno nacional o
    de alguna canción patriótica y con comentarios
    sobre su sentido de independencia
    y amor patrio, sentimientos con los que se identificaban
    plenamente. Otras veces han ilustrado sus páginas con
    ilustraciones de lugares argentinos de importancia
    histórica".

    "Algunos autores argentinos han sido traducidos al
    croata. Vinko Nikolic tradujo a algunos poetas de este siglo como
    Alfonsina Storni. La versión croata del Martín
    Fierro de Pero Tutavac recibió el aplauso de la prensa
    local. Más recientemente Studia Croatica reporta el trabajo de
    Milivoj Telecan quien trabajara en Croacia, en la
    traducción de las Obras Selectas de Borges al croata.
    Tanto el Martín Fierro, nuestra epopeya gaucha del siglo
    pasado, como los relatos de Borges de este siglo son sin duda
    símbolos de la identidad literaria argentina que se ven
    así reflejados por la actividad de la comunidad de
    exiliados croatas" (12).

    Bojan Grobovsek, embajador de la República de
    Eslovenia en Argentina, manifestó: a sus compatriotas
    emigrados, "la inserción en la sociedad Argentina los puso
    en contacto directo con la cultura hispanoamericana y sus frutos
    fueron inmediatos: en 1927 se publicó en Argentina el
    primer método
    esloveno para el aprendizaje
    del castellano; en 1957 había treinta publicaciones
    periódicas en lengua eslovena; en 1970 el Dr. Tine
    Debeljak traduce y publica el Martín Fierro. Hasta hoy
    contabilizamos trescientos sesenta libros publicados en la
    Argentina. Los inmigrantes se convirtieron en buenos argentinos,
    pero no abandonaron su condición de eslovenos. Con su
    laboriosidad y con su trabajo retribuyeron la generosidad con que
    los había acogido la nueva patria. Su actividad literaria,
    periodística, de traducción y artística,
    enriqueció el patrimonio
    cultural argentino" (13).

    Fernanda Abad se refiere a la traducción al
    árabe: "Un poeta árabe hablando de tango, otro
    traduciendo el "Martín Fierro", uno más
    estableciendo un paralelo entre el gaucho y el beduino. El
    particular espíritu creador del artista árabe
    llegó a Argentina con los conquistadores
    españoles". Noticias acerca de este traductor se pueden
    encontrar en Arabes 1. Poemas, crónicas y relatos en
    Sudamérica, una antología con prólogo y
    selección del periodista Lautaro Ortiz,
    quien "rescata textos de literatura árabe desde 1860 hasta
    1950, reflejando un imaginario y una historia propia, en
    consonancia con la cultura vernácula" (14).

    El
    lunfardo

    Al lunfardo tradujo Luis Alposta los seis poemas
    gallegos de Federico García Lorca (15), entre los que se
    encuentra la ‘Cantiga del neno da tenda’, texto que
    evoca a un gallego que, en Buenos Aires, añora su
    tierra.

    Antonio Pèrez-Prado señala que "Los Poemas
    Galegos fueron publicados en 1935 por Anxel Casal, editor pobre y
    domèstico, quien solventò la malandanza de su
    imprenta con los aportes de su mujer, costurera. Un año
    màs tarde, aquel negro año de 1936, Anxel Casal, en
    Galicia, y Federico Garcìa Lorca, en su Granada, fueron
    fusilados" (16).

    En su Diccionario
    lunfardo y de otros tèrminos antiguos y modernos usuales
    en Buenos Aires, Josè Gobello define al lunfardo como "el
    repertorio de voces traìdas por la inmigraciòn,
    imitadas festivamente por el compadrito e incorporadas luego al
    lenguaje
    popular de Buenos Aires. Lo delictivo puede ser lunfardo o no
    serlo –agrega- y otro tanto ocurre con el lenguaje de
    la vida airada, que es el de los rufianes y sus pupilas"
    (17).

    Antonio Pèrez-Prado afirma que "el lunfardo es
    jerga burguesa, de gran ciudad cosmopolita". Sobre el origen de
    esta jerga, señala: "El lunfardo porteño tiene
    aspectos comunes a los argots, slangs, cockneys y otras jergas;
    por ejemplo, en la mecànica de invenciòn de
    palabras. A estos recursos del tipo
    de las proteicas inversiones o
    transposiciones silàbicas y de los juegos
    paranomàsticos e hipocorìsticos, deben
    añadirse como propias del lunfardo las masivas
    aportaciones de tèrminos inmigratorios".

    Entre estos tèrminos, percibe una notoria
    diferencia de cantidad segùn su procedencia: "Por cierto
    que los de origen italiano, sobre todo dialectal, forman el
    grueso. Las gallegas, en cambio, son
    pocas y contaminadas por una sospecha: la de que se trata de
    portuguesismos. Nunca es fàcil y generalmente no es
    posible decidir si algunas voces cruzaron el Atlàntico con
    la emigraciòn gallega o se limitaron a cruzar el
    Rìo de la Plata, hace un par de siglos, cuando la Colonia
    del Sacramento era plaza de habla portuguesa. Ademàs, si
    nos olvidamos de la fonètica, el gallego y el
    portuguès tienen fraternal semejanza".

    Relata que "El profesor Xesùs Alonso Montero, de
    la Universidad de Santiago de Compostela, Galicia,
    organizò en abril de 1993 un primer Congreso de Poetas
    Alòfonos en Lengua Gallega. Es decir, de poetas que usaron
    el idioma sin tenerlo como lengua materna. El ejemplo
    clàsico es Lorca, quien nos dejò seis
    magnìficos Poemas Galegos, impresos en 1935".

    "Al invitarme al Congreso, el sorprendente Alonso
    Montero me sorprendiò con un pedido: querìa poner
    esos poemas de Lorca en muchas lenguas, vivas o muertas.
    ¿Podrìa yo –por ejemplo- conseguir
    traductores buenos al guaranì, al quechua, al mapuche?
    ¿Y al lunfardo? No tuve suerte con aquellas lenguas
    indoamericanas, pero la tuve con el arte lunfardesco
    de mi colega y amigo Luis Alposta. No tardè en convencerlo
    de lo que a mì no me terminaba de convencer,
    ìntimamente: de la posibilidad de llevar la poesìa
    de Lorca, en gallego, a esa jerga confianzuda y traviesa que
    llamamos lunfardo y no acabamos de definir con certeza o
    acuerdo".

    "Cuando Antonio Pèrez-Prado me hablò de
    los poetas alòfonos por telèfono, me llevò
    unos minutos reaccionar –dice Alposta, en el pròlogo
    a su traducciòn- y luego, ya repuesto, me tentò la
    idea de poder
    incorporar estos poemas gallegos a la literatura lunfarda"
    (18).

    El lunfardo es una inquietud de hace muchos años
    para Alposta, poeta y ensayista, autor de la Antologìa del
    soneto lunfardo y El lunfardo y el tango en la medicina, entre
    otras obras, y miembro de nùmero, desde 1968, de la
    Academia Porteña del Lunfardo, en la que ocupa el
    sillòn puesto bajo la advocaciòn de Felipe
    Fernàndez, "Yacarè".

    En el pròlogo, Alposta se refiere al problema que
    enfretò al abocarse a su tarea: "Tuve que decidir
    –recuerda- si debìa aproximarlo a Lorca a los
    porteños, cambiando suficientemente sus palabras para
    hacerlo inteligible, aùn a costa de sacrificar el estilo,
    la belleza y los giros del lenguaje gallego, o si, por el
    contrario, debìa valerme de mi conocimiento
    del lunfardo para que fuèsemos nosotros quienes nos
    aproximàramos a èl".

    La respuesta surgiò clara: "A mi juicio, esta
    ùltima es la ùnica forma de hacer que la
    traducciòn pueda ser leìda en la lengua a la que se
    traduce conservando la frescura, la pureza, los giros
    estilìsticos y la originalidad del poeta. No cabe duda de
    que esto es lo ideal; elevar al lector para que cualquiera que
    sea su idioma, llegue a percibir la belleza del lenguaje en que
    fue escrito originalmente el poema. Despuès, la tarea
    resultò ser algo màs que un mero ejercicio
    intelectual, una diversiòn circunstancial o un
    entretenimiento de ratos perdidos".

    "Fui consciente del riesgo que
    corrìa –agrega. El riesgo de llegar a envilecer la
    poesìa de Lorca. No intentè, entonces, ni la
    versiòn ni la paràfrasis. Simplemente, optè
    por la traducciòn casi literal, buscando interpretar cada
    uno de estos poemas y llevarlos al lunfardo sin morir en el
    intento. Y esto, porque lleguè a comprender que la parla
    nuestra de cada dìa, con sòlo ser utilizada sin
    alardes, se nos puede mostrar dòcil y musical para llegar
    a expresar con ella todos los estados del alma. Y me
    resultò fàcil, porque Lorca, ademàs, me
    estaba dando todo: la inspiraciòn, el asunto, el fondo y
    la forma. Sòlo era cuestiòn, entonces, de llegar a
    sentirme un poco èl, aunque hubiese sido imperdonable
    ingenuidad de mi parte llegar a creerme èl mismo, dado que
    toda traducciòn, sin necesidad de tener que recurrir a un
    estudio genètico, debe comenzar siempre por reconocer a su
    padre".

    Pèrez-Prado, quien vivò de cerca este
    proceso, da cuenta de los avatares del mismo: "El traductor poeta
    no hallaba palabras adecuadas. Faltan en el lunfardo
    –repetìa- esas voces perfumadas y cariñosas,
    de afecto y ternura. Lo decìa èl, autor de una obra
    de lujosa poesìa lunfardesca donde nada falta, y menos
    esos sentimientos y actitudes
    bàsicas".

    Desde que Alposta, poeta y traductor, virtiò los
    versos gallegos al lunfardo, Ramòn de
    Sismundi ya no està triste, sino "depre" y la "Quintana
    dos mortos" se ha transformado en la "quinta del
    Ñato".

    Alposta presenta a los lectores el fruto de su labor con
    estas palabras: "En los originales, el lenguaje y el vocabulario
    son de una autenticidad ejemplar: los giros, palabras e
    imàgenes son las del pueblo gallego, y resumen un sabor
    caracterìstico que hace reconocer de
    inmediato el estilo inconfundible de Lorca. Ahora, los
    veràn ustedes con ropaje lunfardo".

    Cantiga do neno da tenda

    Bos Aires ten unha gaita

    Sobro do Río da Prata,

    Que toca o vento do norde

    Coa súa gris boca mollada.

    ¡Triste Ramón de Sismundi!

    Aló, na rúa Esmeralda,

    Basoira que te basoira

    Polvo d’estantes e caixas.

    Ao longo das rúas infindas

    Os galegos paseiaban

    Soñando un val imposibel

    Na verda riba da pampa.

    ¡Triste Ramón de Sismundi!

    Sinteu a muñeira d’ágoa

    Mentre sete bois da lúa

    Pacían na súa lembranza.

    Foise para veira do río,

    veira do Río da Prata.

    Sauces e cabalos múos

    Creban o vidro das ágoas.

    Non atopou o xemido

    Malencónico da gaita,

    Non viu o imenso gaitero

    Coa boca frolida d’alas;

    Triste Ramón de Sismundi,

    Veira do Río da Prata,

    Viu na tarde amortecida

    Bermello muro de lama.

    Canción del muchacho de la
    tienda

    Buenos Aires y una gaita

    Junto al Río de la Plata,

    Que llora gaitas ausencias

    Por su boquilla mojada.

    ¡Depre Ramón de Sismundi!

    Allá, en la yeca Esmeralda,

    Meta barrer y limpiar

    Grela de estantes y cajas.

    Por calles grises y lungas

    El gallegaje alternaba

    Embolsicando ilusiones

    De costalete a la pampa.

    ¡Depre Ramón de Sismundi!

    Con la muñeira en el alma

    Junaba bueyes de luna

    Entre cachitos de infancia.

    Rumbió hacia la Costanera,

    la del Río de la Plata,

    Y allí se quedó hecho bolsa

    Fichando muy fijo el
    agua.

    Todo pasó a ser silencio.

    Se le hizo humo la gaita,

    se tomó el piro el gaitero

    y la mufiña echó alas.

    ¡Depre Ramón de Sismundi!

    Junto al Río de la Plata.

    La tarde se ha puesto fule.

    ¡La orilla es de barro y latas!

    Personaje literario

    Syria Poletti nació en Pieve di Cadore, Italia,
    en 1919. "Se graduó como pedagoga en Venecia. En 1945
    llegó a la Argentina como directora de la
    Asociación Dante Alighieri en Santa Fe. Cursó el
    profesorado de Castellano e italiano en la Universidad Nacional
    de Córdoba y se radicó en Buenos Aires.
    Publicó cuentos en La Nación y la revista Vea y
    Lea. En 1954 fue seleccionada para el Premio Kraft con dos
    cuentos, que aparecieron en el volumen Veinte
    cuentos infantiles, 1955. En 1961 ganó el premio
    internacional Losada con la novela Gente conmigo (1962), 10
    ediciones, 2° premio municipal y en 1964 adaptada al cine y
    premiada en el Festival de Locarno. Publicó luego
    Línea de Fuego, 1964, e Historias en rojo, 1969, cuentos;
    Extraño oficio, 1972, novela; La gente, 1976,
    selección de su obra para estudiantes; Taller de
    imaginería, 1977, cuentos y autorreportajes; Amor de alas,
    1981, con óleos de Raúl Soldi. Estos libros fueron
    varias veces reeditados. Para niños y adolescentes
    publicó Botella al mar, 1965, España;
    Reportajes supersónicos, ilustrado por Vilar, 1972; El
    juguete misterioso, 1977; El misterio de las valijas verdes,
    1978, varias ediciones; Marionetas de aserrín, 1980; El
    rey que prohibió los globos, 1982; Inambú busca
    novio, 1983; Enanito siete, 1984, cuentos y poesías, en
    colaboración con Dora Fornaciari; El monito Bambín,
    1984; Alelí y el payaso, 1984. Además de los
    mencionados, obtuvo el premio Internacional ‘Doncel’
    por Botella al mar; 1° municipal por el cuento
    ‘Aprender a vivir’; 1° municipal por Historias en
    rojo; recomendación de la Biblioteca
    Infantil-juvenil de Munich, Alemania, a Reportajes
    supersónicos para su traducción a todos los
    idiomas, el Premio IBBY otorgado por la UNESCO; del Consejo
    Nacional de Educación y Faja de Honor de la SADE;
    nominación de Extraño Oficio para el premio
    nacional de literatura; recomendación de la
    Asociación Argentina de Lectura para
    Inambú busca novio; Premio Año 1983 de la
    Cámara Argentina de Publicaciones a El rey que
    prohibió los globos. Varios de sus libros fueron
    recomendados por el Consejo Nacional de Educación como
    textos auxiliares. En 1966 fue becada por el Fondo Nacional de
    las Artes, y en 1968-89, invitada por el gobierno de Italia para
    dictar conferencias en ese país, lo mismo que por el
    Instituto de Cultura Hispánica en España, visitando
    también Francia y Alemania. Fue invitada en 1973 a la
    Feria del Libro Infantil en Bologna, Italia, cuyo gobierno le
    otorgó el título de Gran Caballero de la Estrella
    de la Solidaridad. En
    1975 fue distinguida por la Dirección Nacional de Migraciones, la
    Asociación Internacional para el Desarrollo la
    designó Mujer del Año en el Año
    Internacional de la Mujer y el
    Club de Mujeres de Prensa la premió por su aporte a las
    letras. En 1978, invitada por la Universidad de Los Angeles, EUA,
    dictó cursos de literatura y fue declarada Profesora
    Distinguida. La Academia de la Lengua Española de
    Sacramento la designó Miembro de Honor y recibió
    Diploma de Honor del Instituto Literario y Cultural
    Hispánico de Westminster, California. La Federación
    Argentina de Mujeres de Negocios y
    Profesionales le confirió la ‘Estrella de
    Nieve’ en 1982. Participó en ferias de libros
    nacionales e internacionales y en congresos de literatura como
    invitada. Sus cuentos y novelas fueron
    adaptados para TV y radio y
    traducidos. Escribió especialmente para TV las obras
    Experta en amor y Adiós invulnerable. Integra
    antologías, ha publicado trabajos sobre el Friuli y la
    inmigración italiana y dio conferencias y cursos en
    países de América
    del Sur, Estados Unidos,
    Europa, Caribe e
    Israel. Colaboró en diarios y revistas, escribió y
    dirigió programas de
    literatura
    infantil-juvenil en radio y TV, dirigió colecciones de
    libros para niños y ha orientado y dirigido talleres
    literarios. Su obra ha sido estudiada en ensayos críticos
    en el país y el exterior. En 1984 recibió el Premio
    Estatuilla de Platino de la Fundación Konex por literatura
    infantil y el Premio Nacional ‘Sixto Pondal
    Ríos’ de la Fundación Odol" (19).
    Falleció en Buenos Aires el 12 de abril de 1991. Sus
    restos fueron velados en la Sociedad Argentina de Escritores y
    yacen en el cementerio de la Chacarita.

    En el año 1961, Gente conmigo (20) fue
    distinguida con el Premio Internacional de Novela convocado por
    la Editorial Losada. Al año siguiente, dicha obra
    mereció el Segundo Premio Municipal de Buenos Aires y fue
    seleccionada entre las diez mejores novelas sudamericanas por la
    editorial Alan Williams de Nueva York. Fue traducida al
    inglés, alemán y ruso, y se realizó una
    adaptación cinematográfica y otra
    televisiva.

    Al preguntársele a la escritora acerca de las
    razones por las que creó este libro, respondió: "Un
    libro que se escribe desde adentro, nace porque debe nacer. Hay
    fuerzas oscuras que impulsan toda creación
    auténtica. Pienso que toda mi vida no fue más que
    una larga gestación de Gente conmigo y de Extraño
    oficio. Esa gestación entrañable, misteriosa,
    debía plasmarse y salir a luz. Pero creo que nació
    y maduró en la fragua candente de un sentimiento de
    asombro y rebeldía frente al absurdo de ciertas
    situaciones humanas: el desconcierto de la mujer inteligente ante
    la mediocridad del hombre de nuestro tiempo y de nuestro medio;
    la soledad de quien está preñado de trascendencia;
    el abismo entre generaciones; el desarraigo del inmigrante; la
    injusticia de los convenios establecidos entre América y
    los países emigratorios, convenios que, en la actualidad,
    además de despiadados, resultan anacrónicos. Por
    ejemplo, el casamiento por poder entre una pareja de desconocidos
    o el veto de ingreso al país a los disminuidos
    físicos" (21).

    En su estudio Syria Poletti, Mujer de dos mundos (22),
    Walter Gardini nos habla del aspecto autobiográfico de la
    novela: "La descripción literaria del mundo argentino
    está vinculada con la emigración italiana. Otra vez
    es una transcripción artística de una vivencia suya
    de la ‘gente’ emigrada que está con ella. El
    texto base es, esta vez, la novela Gente conmigo (…) cuya
    protagonista, Nora Candiani, es la proyección de
    Syria".

    El ensayista recuerda palabras de la escritora sobre su
    profesión, la misma que ejerce Candiani: " ‘Los
    problemas de los inmigrantes fueron el pan cotidiano que me
    procuró mi oficio’, el de traductora pública.
    ‘Vi llegar a los arrojados de Europa con sus bagajes de
    rencores, de miedo y de trampas. A través del
    aluvión que llegó después del 43, yo pude
    entender el anterior que también había desbordado
    aquí como resaca, empujado por la dispersión desde
    el 18 en adelante. Yo vi de qué fuerzas oscuras
    están compuestos los aluviones".

    En un reportaje, Poletti explicó por qué
    había abandonado la profesión: "Para un escritor el
    idioma es el instrumento clave: debe saber afinarlo al
    máximo para plegarlo a sus deseos, respetando sus estructuras
    originarias. La adquisición del idioma fue una conquista
    lenta, terca y cotidiana. Casi una obsesión. Cuando
    llegué a Buenos Aires, traía mi vocación.
    Nada más. No conocía el castellano. Pensé
    que si quería escribir y publicar, debía hacerlo lo
    mejor posible. Era el tributo mínimo que debía
    pagar como extranjera. Derecho de piso. Durante los años
    de mi aprendizaje,
    renuncié a hablar y leer en italiano. Había
    observado que los que escriben simultáneamente en dos
    idiomas similares, acaban confundiendo matices o
    imponiéndose cierta rigidez. Opté por desterrar el
    italiano; dejé las cátedras; renuncié a
    traducciones. Cuando un instrumento se nos vuelve imprescindible,
    todos los sacrificios que hacemos para conquistarlo, nos parecen
    pocos. Creo que me sirvió mucho el
    conocimiento del latín. Pero lo determinante fue el
    hecho de pensar y sentir en castellano" (23).

    Cuanto escribe acerca del veto de ingreso a los
    disminuidos físicos, no parece estar basado sólo en
    su experiencia laboral. Lo que
    conocemos acerca de su biografía nos permite inferir que
    fue también su propio sufrimiento el que dio origen a la
    novela. "Un mazazo –dijo a Walter Gardini. Una imprevista
    enfermedad en la columna partió en dos mi vida". Se
    trataba de una escoliosis deformante. Fue enviada a un hospital
    de Venecia para intentar una cura. ‘Nunca vi una lucha
    más denodada. Cada veinte días me ponían un
    nuevo yeso que ceñía mi tronco. El más
    célebre de los ortopedistas italianos, Delitala,
    luchó durante más de un año para devolverme
    la movilidad’. Todo fue inútil y Syria tuvo que
    llevar esta deformidad, como una marca indeleble,
    a lo largo de toda su vida".

    Quizás haya sido ella la auténtica
    protagonista del trance que hace vivir a Nora Candiani: "Entramos
    a un salón vasto y desnudo. Era el lugar reservado a la
    revisión sanitaria. Junto a unas mesas, los médicos
    revisaban a mujeres y chicos con ráoida indiferencia. Pase
    usted, pase usted, adelante, otra, rápido. Y las mujeres
    esperaban pacientemente, con la ropa a medio quitar y los
    críos berreando". El médico le niega el permiso
    para emigrar, a causa de una malformación en la
    espalda.

    Comienza entonces el peregrinar de la hermana mayor, que
    debió emigrar sola, y no se resigna a que Nora quede en
    Italia, cuando ya están todos en América: "Paso
    tras paso, con su carga de trabajo y el agobio de apuntalar a una
    familia
    dispersa, Bertina consiguió arrancar el permiso de
    embarque. Eso no invalidaba el fallo adverso emitido en Trieste;
    era una concesión, una dádiva lograda a fuerza de
    recursos, de cuña y obstinación. (…) Mi viaje a
    América se resolvió así en una suerte de
    contrabando: yo era como un producto
    deteriorado que debía pasar inadvertido, entremezclado con
    los productos
    destinados a la exportación: los emigrantes aptos. Yo era
    el polizón que logra trepar al barco. Luego, la piedad me
    admitiría. De todos modos, lo importante era viajar. La
    vida impone las leyes y la vida
    enseña las trampas. Sólo que las trampas
    arañan". La protagonista reflexiona: "Es paradójico
    que la deformidad constituya una culpa imperdonable".

    Al enterarse de la imposibilidad de viajar de un
    compatriota con un problema parecido al suyo, la traductora
    reafirma su convicción: "Es inútil, me dije, la
    deformidad física no es un
    problema que puedan resolver los hombres. Sigue existiendo el
    Monte Taigeto. El mundo no cambia". Pero hay en ella algo mucho
    más doloroso que no poder viajar, que no poder reunirse
    con la familia:
    "Quizás ya sabía, con la cruda presciencia de los
    desdichados, que le estaba negado lo único realmente
    imprescindible para vivir: el amor. Este veto era mucho
    más cruel que el lanzamiento en el vacío. Ese era
    el precipicio abierto ante él a lo largo de toda la
    existencia".

    No era la protagonista la única víctima de
    esta selección. Cuando intenta en vano emigrar con
    Bertina, puede observar otro episodio desgarrador: "A nosotras
    nos llevaron a un sombrío corredor de espera. Allí
    había un hombre y una mujer, los dos mudos, como nosotras.
    Y los dos se apretaban contra un chico que miraba estupefacto,
    sin entender. El es un poquito rengo… –explicó la
    mujer con la súbita camaradería que inspira la
    desgracia-. ¿Y tú? No contesté. Hubiese
    querido borrar esa presencia, esa evidencia. Quemarla. Ante
    mí acababa de abrirse el abismo temido desde la infancia.
    Y permanecí dura, con los ojos, secos y la garganta seca,
    apretando fuertemente las mandíbulas para mantener la
    rigidez del semblante".

    Ya en América, conoce a una empleada que ha
    padecido la separación de su hija, también por
    discriminación. Hablando de su marido, la
    mujer comenta a la traductora: "Vinimos juntos, hace veinticinco
    años… Pero después él volvió a
    Italia porque allí teníamos una nena,
    paralítica, pobrecita. La habíamos dejado con mi
    madre… (…) Porque no nos dejaron viajar con ella, por sus
    piernitas flojas… Por eso mi marido volvió a Italia a
    buscarla. Y yo me quedé aquí para trabajar. Fue en
    el 39… Usted sabe: allí estalló la guerra.
    ¡Antoniello cayó justo en la boca del lobo! Tuvo que
    ir al frente. Y volvió sin las piernas. Ahora es mutilado
    de guerra…".

    Una familia de italianos viene a pedirle que altere un
    documento. Le piden que facilite así que su hijo llegue a
    la Argentina: "¡Es Rafael! ¡El hijo mío!
    ¡Tiene doce años y es lindo como un ángel! No
    sé por qué nació así… Una
    jorobita… Muy chica… ¿Sabe? Y ahora dicen que tiene
    pus… (…) ¡No lo dejaron subir al barco! Yo lo llevaba
    de la mano y me lo sacaron. Me dijeron que lo iban a poner en un
    hospital por unos días, y que
    después…".

    La revisión médica no afecta sólo a
    los menores; veda el ingreso asimismo a personas de la tercera
    edad. La madre de Rafael dice: "-Yo tengo una parienta que vive
    en Zárate y que no puede viajar a menudo a Buenos Aires. Y
    la pobre necesita permiso para traer de Italia a la madre. La
    madre es muy viejita… Quedó allí sola…
    ¿sabe? Todos vinieron aquí. Y ahora quieren traerla
    también a ella… (…) Le mandaron el dinero y los
    papeles para el pasaje, pero en Nápoles no la dejaron
    embarcar porque la viejita mueve siempre la cabeza. Hace
    así… Y Magdalena movió la cabeza de un lado a
    otro como si padeciera de un tic nervioso. (…) ¡No le
    pude hacer daño a nadie que una viejita mueva la cabeza!
    ¿No? ¡No va a contagiar a nadie!".

    El casamiento por poder es otra de las realidades contra
    las que la escritora arremete. Aunque otro personaje
    señala las ventajas de la costumbre, la traductora no se
    deja convencer: "Jamás pueden llevarse bien los que no se
    conocían de antemano y resuelven casarse por poder como
    quien resuelve entre dos males: o eso o la miseria (…). Es una
    escapatoria; no una elección. Todas esas muchachas que
    llegan aquí casadas por poder y se enfrentan con la
    incógnita de un marido desconocido me dan la
    impresión de seres arrojados por algún
    éxodo… No sé… Una especie de aluvión
    acosado por fuerzas oscuras que desborda por el mundo a tontas y
    a ciegas…".

    Existen otras situaciones; por ejemplo, cuando la pareja
    ya estaba de novia en Italia y acuerda emigrar. Considera que ni
    siquiera en este caso es aceptable el casamiento por poder y,
    para demostrarlo, narra lo sucedido a un matrimonio que
    vivió una desgracia: "El llegó primero;
    trabajó duro y construyó la casa. Entonces se
    casaron por poder y ella tomó el barco. Un barco hacia
    América, hacia él, hacia el nuevo hogar. Durante la
    travesía la contagió el tracoma y no pudo
    desembarcar. Las prescripciones sanitarias no lo permitieron. Y
    él tampoco pudo subir a la nave. Debió conformarse
    con agitar el pañuelo desde el muelle cuando el buque
    zarpó de regreso a Italia". La narradora sabe bien por
    qué sucedió eso a la infortunada pareja de
    emigrantes: "Ella había contraído el tracoma por
    viajar junto a algún enfermo clandestino. Un enfermo a
    quien alguien –un médico o un traductor-
    habría posibilitado el embarco eludiendo o alterando un
    diagnóstico".

    Syria Poletti defendía el derecho a mostrar a
    través de la literatura realidades que debían ser
    cambiadas, por eso dijo: "Toda obra de arte entraña un
    mensaje social y mucho más cuando está escrita
    desde adentro. Inclusive, desde el punto de vista
    temático, mi novela podría significar una punta de
    lanza para la revisión de algunos convenios inmigratorios
    que resultan escarnecedores, por ejemplo, el rechazo de los
    disminuidos físicos. Y toda la novela plantea dramas;
    dramas que nacen de las injusticias sociales. Sin embargo,
    inclusive como mensaje social, esto no es lo más
    importante: lo más importante está implícito
    en el amor y en la adhesión que los personajes pueden o no
    suscitar en el lector. La eficacia del
    ‘mensaje’ depende de la carga de vivencias y de
    poesías que entraña una obra".

    En 1965 Jorge Masciángioli adapta para cine Gente
    conmigo. "La película es dirigida por Jorge Darnell e
    interpretada por Milagros de la Vega, Norma Aleandro, Alberto
    Argibay y otros actores. Esta versión fílmica es
    elegida para el Festival Internacional de Venecia por el
    Instituto Nacional de Cinematografía, y obtiene una
    importante distinción en el Festival
    Cinematográfico Internacional de Locarno (Suiza)"
    (24).

    …..

    Quienes se establecieron en la nueva tierra y ejercieron
    la traducción, realizaron una valiosa labor social y
    contribuyeron al engrandecimiento de la cultura argentina. Entre
    ellos se destacan los traductores del Martín Fierro, obra
    en la que vieron reflejado su propio destino. La
    traducción al lunfardo evidencia la importancia de esa
    jerga surgida del aluvión que llegó a nuestro
    país y nos legó sus historias y costumbres. El
    traductor como personaje literario es evocado por Syria Poletti,
    quien, aunque renunció a esa profesión, obtuvo de
    ella vivencias que plasmó en la novela
    laureada.

    Notas

    1. S/F: "Día Internacional del Traductor", en
      www.publicasonline.com.
    2. S/F: "Antonio Aliberti", en .
    3. Isaacson, José: en
      www.poeticas.com.ar.
    4. Sosa de Newton,
      Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas.
      Buenos Aires, Plus Ultra, 1986.
    5. ibídem
    6. ibídem
    7. Kaufmann, Marion: Mail enviado a MGR en octubre de
      2003.
    8. Sosa de Newton, Lily: op. cit.
    9. Sorrentino, Fernando: "Martín Fierro, espejo
      de oprimidos y estímulo de trujamanes", en El
      trujamán, Centro Virtual Cervantes, Instituto Cervantes
      (España), 9 de octubre de 2003
    10. Kaufmann, Marion: "El Martín Fierro y sus
      traductores" (traducción), Argentinisches Tageblatt,
      Buenos Aires, 27 de abril de 1991.
    11. Turcatti, Esteban: "El gaucho que conquistó el
      mundo", en La Capital, Mar del Plata, 5 de noviembre de
      2000.
    12. Duplancic de Elgueta, Elena: "Literatura de exilio
      como memoria cultural. El caso de los croatas en la Argentina",
      en Studia Croatica, N° 137. 1998. www.studiacroatica.com.
    13. Grobovsek, Bojan: "La inmigración eslovena en
      Argentina", en el folleto de la muestra
      homónima, Museo Nacional de la Inmigración, 5 al
      21 de septiembre de 2003.
    14. Abad, Fernanda: "La cultura árabe entre
      nosotros", en www.eltribuno.com, 27 de julio de
      2003.
    15. Alposta, Luis: Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas
      galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de
      Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado.
      Buenos Aires, Corregidor, 1996.
    16. Pèrez-Prado, Antonio: "A Lorca le hubiera
      gustado", en Alposta, Luis: Lorca en lunfardo. Los "Seis poemas
      galegos" en ediciòn bilingûe. Traducciòn de
      Luis Alposta. Estudio preliminar de Antonio Pèrez-Prado.
      Buenos Aires, Corregidor, 1996.
    17. Gobello; Josè: Diccionario lunfardo y de otros
      tèrminos antiguos y modernos usuales en Buenos Aires.
      Buenos Aires, A. Peña Lillo Editor, 1975.
    18. Alposta, Luis: "Prólogo" a Lorca en lunfardo.
      Los "Seis poemas galegos" en ediciòn bilingûe.
      Traducciòn de Luis Alposta. Estudio preliminar de
      Antonio Pèrez-Prado. Buenos Aires, Corregidor,
      1996.
    19. Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico
      de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra,
      1986.
    20. Poletti, Syria: Gente conmigo. Buenos Aires, Losada,
      1972.
    21. Fornaciari, Dora: "Reportajes periodísticos a
      Syria Poletti", en Taller de imaginería. Buenos Aires,
      Losada, 1977.
    22. Gardini, Walter: Syria Poletti, Mujer de dos mundos.
      Buenos Aires, Asociación Dante Alighieri,
      1992.
    23. Fornaciari, Dora: op. cit.
    24. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en
      Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires,
      Losada, 1977.

    Trabajo enviado por

    María González Rouco

    Licenciada en Letras UNBA, Periodista Profesional
    Matriculada

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