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Aproximación a los Símbolos en el contexto Socio-Político y Cultural de la Venezuela




Enviado por eddyd_souza



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Venezuela Hoy
    3. Conglomerados Activos y
    Opuestos

    4. Estratos y Estrategias
    5. Territorios
    Conquistados

    6. Grupos y Símbolos
    7. Conclusión

    8. Referencias
    Hemerográficas

    9. Referencias
    Bibliográficas

    1.
    Introducción

    El siguiente trabajo hurga en las gráficas y artículos de
    opinión de los medios
    impresos, para extraer de ellos los símbolos de nuestro
    tiempo.
    Símbolos, signos y/o imágenes
    que surgen como expresión de colectivos o conglomerados
    inmersos en la realidad política que sacude a
    la Nación.

    Se evidencia, entonces, la apoyatura en la investigación
    documental, la cual consiste en la observación y evaluación
    de documentos,
    así como en la investigación
    de campo, la cual permite recopilar datos de manera
    directa, allí donde se producen los hechos a considerar.
    Toda esta información recolectada, es analizada luego
    desde un punto de vista sociológico, donde se exponen las
    transformaciones que se han producido en los medios de
    comunicación social y en los individuos que conforman
    la sociedad
    venezolana.

    Para acercarnos a los diferentes tipos de Sociología, hemos creído oportuno
    hacer referencia a ellos de manera sucinta, con la finalidad de
    contribuir a una mejor comprensión de las ideas expuestas
    a lo largo de este trabajo investigativo. Por ello, revisemos a
    continuación los siguientes conocimientos.

    Los textos consultados nos señalan a Auguste
    Comte como el creador del término Sociología (1838)
    y sus conceptos, que en un primer momento recibió el
    nombre de "Física social". En la
    actualidad, también se pueden emplear términos
    como: Ciencia de la
    sociedad,
    Ciencia social
    o Investigación social empírica.
    Cualquiera de ellos es apropiado y se halla apegado a la teoría
    y la práctica de esta ciencia, cuyo objeto de estudio es
    la sociedad y la conducta humana
    enmarcada dentro de un contexto social específico.
    Albercrombie, Hill y Turner van más allá de las
    habituales definiciones, para hacernos entender que en
    Sociología es tan importante la acción como su
    ausencia, tan importante el verbo como el silencio:

    Objeto de la Sociología es todo lo que los
    hombres hacen o dejan de hacer en relación a otros hombres
    (intencionalidad social). La Sociología no solamente
    observa el comportamiento
    activo, las acciones, los
    hechos, los movimientos, las palabras, etc., sino también
    las palabras omitidas y las ayudas o informaciones no prestadas.
    Desde el punto de vista social, el silencio o la falta de
    acción, en cuanto que tienen una intención social,
    son tan importantes como las formas de comportamiento
    activo.

    Luego de esta definición, que resume
    inteligentemente la razón de la Sociología
    contemporánea, se podrán entender más
    claramente los conceptos que definen las subáreas de la
    Sociología, los cuales se exponen a continuación
    muy brevemente:

    • Sociología de la
      Educación: Se entiende el estudio científico
      de la educación como hecho social. Es el
      estudio sociológico de las instituciones dedicadas especialmente a la
      Educación, normalmente las escuelas, así como
      los roles y las funciones de
      tales instituciones, sus elementos constitutivos, su
      organización y también sus
      introyecciones y proyecciones sociales. Se considera a la familia y
      a la escuela como
      los agentes específicos de la Educación, que tienen como función
      principal la creación y preparación de nuevas
      generaciones para la vida adulta en sociedad.
    • Sociología de la Religión: Estudia
      principalmente los siguientes fenómenos:
    1. La función de la religión en la sociedad, sus efectos en
      la cohesión del grupo, en
      los conflictos
      sociales y en especial los afectos de los ritos colectivos y
      los
      valores dogmáticos-sobrenaturales en el seno de
      una comunidad
      dada. En otras palabras, el estudio del factor religioso
      sobre las diversas estructuras y grupos
      sociales.
    2. Estudia los tipos sociales religiosos.
    3. Estudia la
      organización de los religiosos, es decir: analiza
      la estructura
      jerárquica y las funciones de
      la burocracia
      eclesiástica, o la estructura
      de las sectas o grupos
      monásticos, entre otros elementos.
    4. Analiza el contenido dogmático o de
      creencias y su influencia en la comunidad
      religiosa y el resto de la sociedad.
    5. Estudia la relación con la
      configuración cultural general.
    6. Estudia el individuo religioso y la comunidad de
      fieles.
    7. Analiza la transmisión y difusión de
      las religiones
      en el seno de las sociedades.
    8. Estudia el proceso de
      secularización y las comparaciones de diversos grados
      de religiosidad en diferentes regiones y sus correlaciones
      con las formas de vida primitiva, industrial, ciudadana,
      agrícola, etc.
    • Sociología Sexual: Analiza la familia desde
      el aspecto de la sexualidad:
      educación
      sexual, relación padres, tutores e hijos, incesto,
      promiscuidad y prostitución.

    La sociología sexual examina las formas de
    comportamiento sexual en el hombre.
    Estas formas de comportamiento, que en el hombre
    dependen mucho menos del instinto que en los animales y que
    están condicionadas por los factores sociales y
    culturales, cubren una enorme gama de variaciones. También
    intenta dar una explicación al influjo mutuo de los roles
    relacionados con el sexo, las
    formas de comportamiento sexual y otras estructuras y
    procesos de la
    sociedad.

    • Sociología de la Familia:
      Centra su interés
      en las nuevas conductas de búsqueda de parejas y de
      unión con la pareja en las nuevas formas de convivencia
      (parejas de hecho), en los núcleos familiares
      tradicionales y en las repercusiones y formas de asumir
      separaciones y divorcios en el plano individual. Estudia los
      cambios en la estructura de la actividad lucrativa y su
      influencia en la vida familiar, las relaciones de pareja y el
      interés de las partes en todo lo
      relacionado a la descendencia.
    • Sociología de la Cultura: Se
      orienta al estudio de los aspectos culturales de la vida social
      y del cambio
      social. Valora el campo de las ideas, del hecho creativo,
      además de las culturas populares y
      regionales.

    Los objetos que investiga la sociología de la
    cultura son,
    sobre todo, orientaciones ideológicas, ideas, sistemas de
    valores y
    símbolos, actitudes
    espirituales, mentalidades, estilos de vida, producciones
    creativas y procesos. En
    este sentido, tienen gran interés los fundamentos
    culturales y las expresiones de determinados tipos sociales,
    así como las fuerzas motrices intelectuales y culturales y
    las formas con que se presenta el cambio social,
    resultante del intercambio que se produce entre factores reales e
    ideales.

    Los problemas
    actuales de la sociología de la cultura son los procesos
    acelerados de aculturación, el cambio de valores, el
    pluralismo cultural y la tendencia a una crisis
    cultural profunda. Las sociedades
    multiculturales en lo étnico y lo nacional, surgidas de
    migraciones internacionales, con sus problemas de
    integración, su potencial conflictivo y sus
    posibilidades de desarrollo,
    constituyen un campo de investigación cada vez más
    importante de la sociología de la cultura.

    • Sociología Urbana: Asume la observación sistemática de todas
      las experiencias llevadas a cabo por los Municipios para
      integrar a los residentes en la planificación urbana. A través de
      los estudios realizados sobre el fenómeno urbano. Se
      encarga del estudio sobre el proceso
      global de urbanización, investiga sobre
      desorganización social y problemas de
      sociabilidad.
    • Sociología Política: Se ocupa
      del estudio de las bases sociales del poder en
      todos los niveles institucionales de la sociedad. Trata de las
      pautas de estratificación social y de sus consecuencias
      sobre la realidad política organizada. Es una forma
      particular de enfocar el estudio de la
      organización y de los cambios sociales. Centra su
      enfoque en el análisis de los grupos, su
      organización y liderazgo
      políticos.

    La enumeración y descripción de los objetos de estudio de
    las diferentes subáreas que conforman la
    Sociología, podría ser realmente muy extenso y
    detallado. Sin embargo, se ha considerado que los antes expuestos
    arrojan suficiente luz sobre los
    diversos campos de la Sociología y que no es necesario
    abundar sobre éstos, ya que cualquier interés por
    ampliar esta información puede complementarse a partir
    de las referencias bibliográficas que se anexan en este
    trabajo (Ver: Referencias Bibliográficas).

    El estudio de los fenómenos analizados en el
    cuerpo de este informe, producto de
    una indagación directa e indirecta y del análisis de fuentes
    primarias, secundarias y terciarias, sólo intentan exponer
    puntos de vistas sobre los temas escogidos. Este estudio no agota
    en ningún sentido los temas planteados, aunque se espera
    que contribuya al sano debate, la
    reflexión y la profundización de los aspectos en
    él tratados.

    2. Venezuela
    Hoy

    La violencia en
    Venezuela ha estado
    presente a la largo de su historia, desde la
    colonización (acto verdaderamente violento que
    desgarró un modelo de
    vida, una cultura y la relativa armonía de los pueblos
    autóctonos), pasando por las guerras
    independentistas, los períodos de post-guerra, las
    turbulencias políticas
    de la República y más allá del derrocamiento
    de Pérez Jiménez. Tal vez el tiempo más
    sosegado para la Nación
    ha sido el período democrático, donde se logra una
    paz política aunque no la supresión del terror
    impuesto por
    la delincuencia
    común. Aunque cabe señalar que luego del proceso de
    pacificación concretado por el ex presidente Rafael
    Caldera a partir de los años sesenta, grupos de guerrilla
    urbana como el Movimiento
    Revolucionario Tupamaros (MRT) continuaron realizando acciones muy
    aisladas desde la clandestinidad.

    La violencia
    fluye entonces, como un río subterráneo, por las
    profundidades de la aparente normalidad nacional. La sociedad
    convive con el agobio delincuencial, pero adopta medidas para no
    ser víctima de ella. Sin embargo, no es precisamente este
    flagelo social el que ocupa el epicentro de nuestras reflexiones,
    sino el repentino auge de la violencia política que permea
    nuestra vida cotidiana. Un interesante artículo, cuya
    firma corresponde a Carlos Subero, explora los orígenes de
    este fenómeno (Ver: Sociología histórica y
    política.):

    Enfocar el asunto hacia los cruentos y fallidos golpes
    de Estado de 1992
    no ayuda a enfocar claramente el tipo de violencia que se
    está viviendo en Venezuela actualmente, con ataques a
    movilizaciones populares de oposición y pacíficas
    (sic) o agresiones a periodistas y sedes de medios de
    comunicación. Cabe destacar que de aquella
    época, desde la cárcel de Yare en julio de 1992,
    Hugo Chávez escribe un documento denominado "Del terrorismo de
    Estado a la guerra civil":
    "Se inicia, en este lado del escenario, una acumulación de
    fuerzas transformadoras que van siendo encarriladas por una sola
    vía, la escalada del conflicto y su
    desencadenamiento en una guerra civil, fratricida, pero justa y
    legítima", señala allí.

    Subero añade en su artículo otros ejemplos
    que lo inducen a corroborar su hipótesis, la cual señala al actual
    jefe de Estado como responsable de la violencia política y
    la escisión de la sociedad en dos representativos grupos
    que se diferencian entre sí por sus posiciones, de defensa
    o rechazo, ante el Ejecutivo Nacional (Ver: Sociología
    política). Las investigaciones
    de campo revelan la existencia de un tercer grupo, muy
    pequeño, que se abstiene de favorecer a una u otra parte o
    bien considera que en ambos existen elementos positivos y
    negativos. Como esta minoría no interviene de manera
    directa en los cambios que se operan en el país, no
    analizaremos sus conductas o características en este informe. Aunque
    habría que ubicar en este tercer grupo a la
    Institución eclesiástica, la cual ha sido llamada a
    mediar entre las partes e interceder por la reconciliación
    nacional.

    Consultado sobre este tema en el diario El Universal, el
    sociólogo Amalio Belmonte, docente en la escuela de
    Sociología de la Universidad
    Central de Venezuela, coincide con otros especialistas en que el
    génesis de la violencia política es generado por el
    discurso del
    Jefe de Estado y sus colaboradores. Carlos Mollejas, quien recoge
    sus palabras, las vierte en su columna como sigue:

    (…) el primer mandatario y sus colaboradores,
    como todos los revolucionarios, piensan que todo aquel que
    disiente de sus ideas es su enemigo y como tal debe ser suprimido
    (…) Chávez en sus discursos
    siempre ha sido excluyente con la oposición y ha dividido
    a la sociedad en dos: los buenos y los malos, a quienes hay que
    combatir a brazo partido" .

    En este mismo artículo es pulsada la
    opinión del presidente de la Sociedad Venezolana de
    Psiquiatría, Robert Lespinasse, quien, según
    Mollejas D., expresa: "Chávez fortaleció una vieja
    creencia que dormía subyacente en la mente de muchas
    personas pobres, según la cual son pobres porque durante
    años fueron despojados deshonestamente por los ricos,
    quienes por consiguiente son sus enemigos".

    Por su parte, Axel Capriles, psicólogo jungiano,
    profundiza en las apreciaciones de su colega Lespinasse y ahonda
    en la
    personalidad del primer mandatario, a quien considera
    conectado con la tipología del justiciero social.
    Así lo expresa en entrevista
    concedida a El Nacional:

    El justiciero siempre necesita construir un enemigo,
    hacia el cual canaliza ese revenimiento para el que sirve de
    vehículo. Por eso, tiene que escindir continuamente cada
    totalidad, de tal manera que pueda tomar posesión de una
    porción, mientras que la otra porción
    necesariamente pasa a ser el lado negativo, rechazado,
    perjudicial. Hay una vieja película de Luchino Visconti
    que muestra
    cómo funciona este proceso. Llega un psicópata a
    una casa, a alquilar una habitación. En realidad, los
    dueños de la casa no se la quieren alquilar, pero
    él, con su labia, los convence. Finalmente, cuando entra a
    esa casa, divide a la familia, pone a
    todo el mundo a pelear entre sí, y toma posesión
    completa de la residencia.

    Armando Durán, columnista de El Nacional, agrega
    que la política del Presidente de la República es
    cónsona con su formación militar, por lo cual sus
    opositores políticos son considerados enemigos. En su
    artículo, manifiesta:

    (…) sus contrincantes nunca han sido simples
    adversarios políticos con quienes hay que negociar, sino
    peligrosos enemigos que deben ser derrotados, con el empleo
    implacable de la fuerza. No
    porque sea un dictador, sino porque como señalaba un
    reciente editorial de la Folha de Sao Paulo, esa es la naturaleza
    esencial del comportamiento militar, profesionalmente entrenado
    para la guerra y la destrucción.

    Por su parte los defensores del Jefe de Estado, como
    Juan Barreto, alegan que la confrontación social es
    producto de la
    pugna entre el viejo y el nuevo modelo
    político, liderado por Chávez. De sus palabras,
    podemos extraer reflexiones más concretas:

    "…Eso que la gente llama el "chavismo" es un
    proyecto
    popular de cambio que vence a un viejo modelo político
    (…) Chávez es un proyecto frente a
    ciertos sectores de una cúpula estamental
    mediática, que son dueños de medios, pero
    también son dueños de minas, de haciendas, de
    importadoras, de emisoras regionales, vinculadas al modelo
    político (…) Ver que Chávez es el que
    está enfrentado a todos los factores de la sociedad es
    perder de vista que forman parte del mismo enfrentamiento en una
    revolución
    que no da concesiones y que no es la "revolución
    del algodoncito", porque se pretende que no se toque a los
    intocables. ¿O es que un modelo político no crea su
    clase económica, su clase mediática, en distintas
    elites? (…) Obviamente, ha habido una irrupción de
    nuevos actores que creó un nuevo escenario sin
    cúpulas de estos estamentos sociales que están
    siendo desplazados por nuevos actores, incluso, al interior del
    propio estamento, que también se ha reducido por la
    naturaleza de
    la transformación".

    Una vez delineado el marco socio-político en el
    que se inscribe la actual Venezuela, avanzaremos hacia el
    tópico que nos ocupa en esta investigación: la aproximación a los
    símbolos incorporados a la vida cotidiana como
    expresión social, política y cultural, y sus
    posibles interpretaciones.

    3. Conglomerados Activos y
    Opuestos

    Si aplicamos la teoría
    del sociólogo A. Etzione al contexto venezolano,
    coincidiríamos en que estamos frente a una sociedad
    activa, la cual, según sus palabras, es aquella que
    abandona su estado de pasividad ante la inminente pérdida
    de un orden social natural; además, su teoría
    señala que la estructura de la sociedad puede
    transformarse y configurarse activamente.

    En el caso específico de Venezuela, debemos
    reflejar la participación de dos grupos socialmente
    activos que
    persiguen o defienden intereses opuestos. Uno, respalda las
    transformaciones propuestas por el Primer Mandatario; mientras el
    otro, insiste en apoyar y restablecer los valores de
    la Democracia.
    Hay que apuntar que esta participación activa en los
    procesos socio-políticos de la Nación, se da
    únicamente en este momento histórico al que hacemos
    referencia, pues, anterior a éste, la sociedad venezolana
    no reclamaba con tanto empeño el cumplimiento de su
    voluntad y sus derechos.

    Si analizamos estos dos polos, descubriremos que su
    pensamiento
    político se manifiesta y resume no sólo a
    través de la palabra oral o impresa, sino que recurre al
    lenguaje de
    los símbolos, signos e imágenes.
    El Diccionario de
    los símbolos, nos ayuda a entender que "el símbolo
    tiene la capacidad de introducirse al mismo tiempo en el corazón de
    lo individual y de lo social (…) Quien penetre en el
    sentido de los símbolos de una persona o de un
    pueblo, conoce por el fondo a esa persona y a ese
    pueblo". Por su parte E. Cassirer (1874-1945), considera que en
    toda actividad humana interviene un sistema
    simbólico.

    Con el fin de hacer más diáfana nuestra
    exposición (y en franco juego con los
    signos), hemos creído pertinente distinguir a cada uno de
    estos grupos valiéndonos de letras. A partir de
    aquí llamaremos grupo "A", a aquella porción que
    defiende las transformaciones sociales lideradas por el Primer
    Mandatario y su tren ejecutivo (los llamados "chavistas" u
    "oficialistas"); mientras que la letra "B", corresponderá
    a aquel grupo que se opone a los cambios propuestos por el
    Presidente y que respaldan la Democracia
    (los llamados "escuálidos" o "de
    oposición").

    4. Estratos y
    Estrategias

    Por algún tiempo, los medios de comunicación internacionales redujeron la
    confrontación nacional a un esquema marxista de lucha de
    clases, donde el proletario se enfrenta a la burguesía
    (ricos contra pobres). Manejar hoy tal apreciación sobre
    la polarización en Venezuela, es equivalente a un
    fotógrafo cuya lente está fuera de foco. Los
    conglomerados que se movilizan o reúnen en apoyo o en
    rechazo al Presiente de la República, aglutinan a
    individuos que forman parte de los diversos estratos sociales. En
    el grupo "A", pueden encontrarse representadas las clases A y B
    (en menor grado) y las clases C, D y E. En el grupo "B",
    también se halla una muestra de las
    clases A y B (en mayor grado) e igualmente los capas C y D; tal
    vez, en menor medida, el estrato E.

    En ambos grupos se aprecia una planificación y una estrategia para
    cumplir con sus caminatas o concentraciones. En el caso concreto del
    grupo "B", éstos se organizan desde sus propios
    conglomerados residenciales, con el objeto de auxiliarse unos a
    otros. Esta experiencia ha abierto las puertas de los
    apartamentos y la
    comunicación entre los ocupantes de un inmueble, a la
    vez que registra a los que no comparten sus ideas. Del
    conglomerado residencial se pasa al encuentro con el resto de la
    comunidad que habita en el sector para, más tarde,
    congregarse en el espacio destinado a tal efecto o para
    movilizarse hacia otros puntos. El arquitecto Enrique
    Larrañaga, nos da su testimonio: "En El Cafetal se han
    restituido las relaciones vecinales, hemos pasado del saludo
    distante en el ascensor a la preocupación por Fulanita
    cuando no baja a dar cacerolazos. Una relación sabrosa,
    que vamos a mantener".

    El también arquitecto William Niño Araque,
    considera que la marcha representa "una actualización de
    ese estar a espaldas de la calle" y agrega: "nos ha descubierto
    nuevos escenarios no sólo en la iconografía de
    puentes, viaductos, edificios, en el olor, sino en la
    expresión de la rabia y del gusto". (Ver:
    Sociología urbana.). El sociólogo Roberto
    Briceño León estima que, a diferencia de las
    marchas de oposición, las organizadas por el oficialismo
    no son policlasistas. Y explica: "Sus marchas son
    homogéneas y poco novedosas, lo que desde un punto de
    vista es eficiente, porque se está mandando un
    único mensaje".

    Pero estas marchas y concentraciones no siempre se
    desarrollan en escenarios pacíficos, muchas de
    éstas desembocan en la violencia, casi siempre como
    resultado de los choques entre los grupos "A" Y "B". En el
    artículo La represión se vistió de civil (El
    Universal, p.4, 09-02-03), se ofrecen datos sobre el
    número de víctimas que han arrojado estos
    enfrentamientos; de dicho cuadro, hemos extraído una
    pequeña parte de esa información:

    Bajas en Manifestaciones de calle

    Lugar y Fecha

    Evento

    Heridos

    Heridos de bala

    Muertos

    Caracas

    11-04-2002

    Marcha del 11 A

    152

    60

    19

    Caracas

    06-12-02

    Plaza de Altamira

    22

    22

    3

    Caracas

    04-11-02

    Entrega de firmas referendo CNE

    77

    22

    0

    Caracas

    03-01-03

    Marcha de la Gran Batalla

    35

    8

    2

    Maracaibo

    14-01-03

    Marcha oficialista

    Indígenas y buhoneros

    30

    1

    0

    Charallave

    20-01-03

    Toma de los Valles del Tuy

    25

    17

    1

    CIFRAS

    TOTALES

    880

    HERIDOS

    486

    HERIDOS DE BALA(*)

    49

    MUERTOS

    (*) Parte del total de heridos.

    5. Territorios Conquistados

    La dicotomía política no se limita a las
    tribunas o a los enfrentamientos verbales y mediáticos,
    también se expresa con violencia en la conquista de los
    espacios públicos. Para algunos "opinadores", la capital del
    país estaría dividida por un muro invisible que
    separa el Este del Oeste, lo cual reduce el conflicto a
    una aparente lucha de clases. Otros incluso declaran que se trata
    de un choque interracial (Shapiro. El Nacional 20-02-03). Pero lo
    que realmente no admite discusión es que, hoy por hoy, el
    ciudadano común ve restringida su libertad de
    tránsito y de expresión. El diario El Universal,
    corrobora esta afirmación:

    "Un hombre en
    silla de ruedas ha sido denunciado por vecinos ante la
    policía por los continuos desmanes y ofensas que infiere a
    las mujeres que por la zona se desplazan, incluso comentan que
    tiene una pistola debajo de la silla".

    Una y otra parte en pugna, establece sus zonas.
    Demarcaciones simbólicas y políticas
    que excluyen a cualquier individuo no afín a sus ideas. El
    grupo "A" (oficialista), considera como suyos los siguientes
    espacios: PDVSA La Campiña, Puente Llaguno, Palacio de
    Miraflores, Petare y La esquina caliente (lateral de
    Alcaldía Mayor). Por su parte, el grupo "B"
    (oposición) cuenta con: Plaza Francia y
    PDVSA Chuao. En el interior del país se repite este
    modelo, donde unos y otros se adjudican plazas y áreas
    inmediatas a las principales industrias
    petroleras.

    6. Grupos y
    Símbolos

    (Ver: Sociología de la Cultura).

    El manejo del color es una
    característica que define a los grupos en
    pugna. El grupo "A", por ejemplo, se caracteriza por el uso del
    rojo, presente en boinas y banderas, también adopta el
    tricolor nacional en prendas de vestir y otros artículos,
    pero no es representativo de esta porción.

    En el grupo "B" predomina el color negro,
    venido en símbolo a raíz de los sucesos del 11
    abril. Sin embargo, en la medida en que su composición se
    ha hecho más heterogénea, también su paleta
    de colores se ha
    ampliado: el negro cede el paso al tricolor del pabellón
    Nacional que se reproduce en una extensa gama de
    artículos, tales como: franelas, gorras, sombreros,
    guantes, bufandas, trajes de baño femenino, carteras,
    corbatas, morrales, cintas para el cabello, pantalones, correas,
    estuches para celulares y otros. Es significativo el hecho de que
    la bandera nacional, que por algún tiempo estuvo vinculada
    exclusivamente a determinadas fechas patrias, se encuentre hoy
    entre los principales atributos de los marchistas, como
    también es perceptible su transformación en
    producto comercial.

    Como ya hemos apuntado en el párrafo
    anterior, el pabellón de la Nación se desvincula de
    las fechas patrias y es enarbolado por las multitudes en las
    manifestaciones de calle. Su diseño
    se estampa en diversos productos de
    uso personal,
    perdiendo así su antiguo contenido simbólico para
    adquirir nuevas connotaciones. Sin embargo, a nuestro entender,
    mantiene intacta su más recóndita
    significación, aquella que, según Chevalier y
    Gheerbrant, es:

    "(…) símbolo de protección,
    concedida o implorada. El portador de una bandera o de un
    estandarte lo levanta por encima de su cabeza. Lanza en cierto
    modo un llamamiento hacia el cielo, crea un vínculo entre
    lo alto y lo bajo, lo celestial y lo terrenal
    (…)"

    "’Yahvéh es mi bandera’", dice el
    texto de
    Éxodo 17,15; lo que significa: Dios es mi
    salvaguarda".

    Pero la bandera también se transforma en
    función de los discursos de
    bando y bando. En el grupo social "B" se han verificado las
    siguientes versiones:

    1. Pabellón con tres listas en tonalidades grises
      y siete estrellas blancas.
    2. Pabellón enteramente negro con sus estrellas
      en arco. En algunos casos, las estrellas destilan sangre.
    3. Pabellón en color blanco que respeta la
      disposición de las estrellas, las cuales se tiñen
      de amarillo, azul y rojo.
    4. Clásico pabellón que presenta gotas de
      sangre en la
      franja roja y
    5. Infinidad de banderas de Venezuela cosidas unas a
      otras.

    En el grupo "A", se han visto dos fenómenos
    aislados que llaman nuestra atención: una versión donde el
    tricolor Nacional se fusiona al diseño
    de la bandera cubana y un suceso, ocurrido en Charallave, donde
    el Pabellón fue incendiado por un Edil y ondeada en su
    lugar la bandera del MVR.

    Las banderas que identifican a las diferentes organizaciones
    políticas, también están presentes en
    concentraciones y marchas. En el grupo "A", es usual la presencia
    de los estandartes de: Movimiento V
    República (MVR), Movimiento Bolivariano Revolucionario 200
    (MBR-200), Partido Comunista de Venezuela (PCV), Patria para
    todos (PPT) y Movimiento Revolucionario Tupamaros (MRT), entre
    otros. En el grupo "B" se concentran los pabellones de los
    partidos
    políticos tradicionales, tales como: Acción
    Democrática (AD), COPEI, Movimiento al Socialismo (MAS)
    y Bandera Roja (BR); a éstas, se añaden otros
    pabellones de partidos de reciente data, tales como: Alianza
    Bravo Pueblo (ABP), Primero Justicia (PJ),
    Convergencia y Solidaridad,
    entre otros; además, aparecen estandartes de organizaciones
    civiles como: Mujeres por la libertad,
    Mujeres de morado, Movimiento 1.011, etc. (Ver: Sociología
    política).

    Entre los objetos que se aprecian en este tipo de
    actividades políticas, los más frecuentes son: En
    el grupo "A", fotos a gran
    escala del
    Presidente de la República en traje militar, afiches con
    la imagen de
    Bolívar y el Ché Guevara, y ejemplares de la
    Constitución de la República. En el
    grupo "B", son frecuentes las cacerolas (que dejan de ser
    expresión del hambre, para transformarse en sonido de
    protesta), las pancartas con mensajes al Gobierno central,
    pendones con imágenes religiosas, cruces, radios y
    televisores portátiles, entre otros. Pero llama
    poderosamente la atención, el uso de objetos sonadores como
    cacerolas, silbatos, matracas, instrumentos de vientos y
    campanas, entre otros. Nos inclinamos a pensar que este recurso
    sonoro es el símbolo de un pueblo que pide ser escuchado,
    solicitud que va dirigida a los gobernantes del país y del
    mundo (el terrenal y el espiritual). Este grupo "B"
    también ha realizado movilizaciones con velas, linternas y
    antorchas. Según el Diccionario
    consultado, la antorcha es "símbolo de purificación
    por el fuego y de iluminación. Es la luz que ilumina
    la travesía de los infiernos y los caminos de la
    iniciación".

    La profesora Yolanda Salas, quien posee un postgrado en
    la Universidad de Indiana en Bloomington y quien es una estudiosa
    del Folklore y de
    los significados que contribuyen a la memoria
    colectiva, nos ofrece su lectura sobre
    la gestualidad empleada por uno y otro grupo, un interesante
    análisis que enriquece los significados:

    "Cuando la oposición grita "¡Fuera!", con
    el brazo extendido, a continuación de la frase "¡Ni
    un paso atrás!", recuerdo los gritos de ciertos rituales
    evangélicos de exorcismo. Por otro lado, el gesto
    simbólico –un puño que se estrella contra la
    palma de la mano- del bando oficialista también es de una
    violencia terrible".

    Este gesto del grupo "A", también puede
    interpretarse como lucha entre opuestos: lo cerrado contra lo
    abierto, lo duro contra lo blando, lo masculino contra lo
    femenino, la izquierda golpeando la derecha. Por su parte, el
    grupo "B" responde a esta gestual con una mano de tres dedos
    extendidos y dos cerrados (los tres dedos son: pulgar,
    índice y medio), que según expresa este colectivo,
    significan paz, justicia y
    libertad.

    No quisiéramos concluir este trabajo, sin antes
    referirnos a la más reciente de las marchas realizadas por
    el grupo "B", la cual fue denominada: "La marcha de las
    Vírgenes". Según Luz Mely, la religión se
    trasladó a la batalla política:

    "Al indagar por qué la proliferación de
    representaciones de Milagrosa, Coromoto, Rosa Mística y
    María Auxiliadora (…) en manos de representantes de
    la oposición; nos comentaron que corrió la voz
    según la cual, el Presidente le teme a las
    vírgenes, entre otras cosas, porque supuestamente el
    señor de Miraflores es protegido de alguna deidad del
    culto afrocubano."

    Un trabajo más extenso sobre este particular,
    aparece también en el diario El Nacional, donde se
    describen anécdotas que relacionan a determinados
    Presidentes de la República con deidades o fuerzas
    sobrenaturales. Al parecer, el poder en
    Venezuela estuvo, y aún lo está, estrechamente
    conectado con los poderes del universo
    espiritual; es por esto que el escritor Luis Britto
    García, en su libro La
    máscara del poder, se atreve a afirmar:

    "(…) En Venezuela, las fuerzas invisibles que
    legitiman el poder son esencialmente tres: la de la
    religión oficial, la de los saberes superiores y la de las
    supersticiones consagradas en la religiosidad
    popular".

    7.
    Conclusión

    Este trabajo investigativo ha tomando como punto de
    partida el análisis de la violencia social, para afirmar
    que en la actualidad convivimos con otro tipo de violencia, en
    este caso, la política. Su estudio nos dibuja el escenario
    político y social de la Venezuela de hoy, cuya principal
    característica es la dicotomía del país,
    donde dos polos luchan abiertamente por conseguir sus
    propósitos.

    El autor intenta mostrarnos los cambios ocurridos en la
    población nacional (especialmente
    caraqueña), con algunas ganancias, tales como la
    reconquista de los espacios abiertos y no tradicionales, una
    mayor comunicación entre los ciudadanos, aspectos
    positivos que contribuyen a la socialización, el rescate de los
    símbolos patrios, entre otros; por otro lado,
    señala los aspectos negativos tales como: el incremento de
    la violencia política, la polarización de la
    población venezolana y la conversión
    de espacios públicos en territorios políticos. A
    todo esto, añade su voluntad por desentrañar o
    aproximarse al significado de los símbolos, que se
    originan como consecuencia de la circunstancia política en
    la que se encuentra imbuida la Nación.

    Si bien no se ha agotado el tema tratado, su estudio
    pudiera despertar el interés por ahondar en los
    planteamientos esbozados y generar debates que produzcan
    beneficios a la colectividad.

    8. Referencias
    Hemerográficas

    DURÁN, Armando. "Sangre que no se derrama no es
    sangre". El Nacional. A/4, lunes 17 de febrero. Caracas,
    2003.
    MANEIRO Montiel, Sara y
    Francismar RAMÍREZ B.
    "Las marchas han generado una nueva cultura urbana". El
    Nacional. Edición Especial, A/16, domingo 2 de febrero.
    Caracas, 2003.
    MÉNDEZ, María Gabriela. Ni todo el Este es
    "escuálido" ni todo el Oeste es "revolucionario″.
    Últimas Noticias. Territorio de intolerancia, pp. 18-20,
    domingo 9 de febrero. Caracas, 2003.
    MEZA, Alfredo. Yolanda Salas espera que los venezolanos puedan
    hacer ejercicios de paz. El Nacional. Edición especial,
    A/8, domingo 2 de febrero. Caracas, 2003.
    MEZA, Alfredo. "La polarización ha llegado al terreno de
    lo sobrenatural". El Nacional. Política, A/6, domingo 23
    de febrero. Caracas 2003.
    MOLLEJAS D., Carlos. "La
    represión se vistió de civil". El Universal.
    Expediente, 4. Domingo 9 de febrero. Caracas,
    2003.
    REYES, Luz Mely. "Entre vírgenes y
    babalawos". Últimas Noticias. Politikom, p. 9, domingo 9
    de febrero. Caracas, 2003.
    ROMERO, Rafael. "En La Campiña los vecinos pagan la lucha
    política". El Universal, 2-11, viernes 21 de febrero.
    Caracas 2003.
    SACHARFENBERG, Ewald. "Axel Capriles aboga por una
    aproximación psicológica a la revolución
    bolivariana". El Nacional. A/6, domingo 9 de febrero. Caracas,
    2003.
    SUBERO, Carlos. "Violencia". El Universal. Expediente, 1.
    Domingo 9 de febrero. Caracas, 2003.
    VALENTE, Jesús. "Juan Barreto: la debilidad del gobierno ha sido
    no atender a la clase media". Venezuela Analítica,
    miércoles 3 de mayo. Caracas, 2000.

    9. Referencias
    Bibliográficas

    ABERCROMBIE, Nicholas,
    Stephen HILL y Bryan S. TURNER. Diccionario de Sociología.
    Madrid, Editorial Cátedra, 1998.
    ALFONZO, Ilis M. Técnicas
    de Investigación Bibliográfica. 8ª ed.
    Caracas, Editorial Contexto–Editores, 1999.
    CHEVALIER, Jean y
    Alain GHEERBRANT. Diccionario de los símbolos. 2ª ed.
    Barcelona, España,
    Editorial Herder, 1988.
    ETZIONE, A. W. La sociedad activa: una teoría de los
    procesos sociales y políticos. Madrid, Aguilar, 1980.
    HILLMANN, Karl–Heinz. Diccionario Enciclopédico de
    Sociología. Barcelona, España,
    Edit. Herder, 2001.
    L. SILLS, David. Enciclopedia Internacional de las Ciencias
    Sociales. V. 10, España, Aguilar, 1977.
    SHOECK, Helmut. Diccionario de Sociología. 2ª
    edición. Barcelona, España, Edit. Herder, 1977.
     

      

     

     

    Autor:

    Eddy Díaz Souza

    Cédula de identidad: 20.220.231
    Caracas, Febrero de 2003

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