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Ministerio de promoción de la mujer y del desarrollo humano




Enviado por jpacora



    Lineamientos de Política de
    Juventud

    Gerencia de Desarrollo
    Humano

    1. Oficina de
      Juventud
    2. Introducción
    3. Antecedentes
    4. Contexto
      poblacional
    5. Retos que enfrentan las personas
      jóvenes
    6. Principios de la
      política de juventud
    7. Objetivos de
      política
    8. Estrategias
    9. Lineamientos

    Oficina de Juventud

    Lima, Junio de 2001

    Oficina de Juventud

    Equipo Técnico responsable:

    Soc. Juan Carlos Pacora Huatuco: Jefe

    Econ. Miluzka Garay Rodríguez

    Soc. Patricia Sandoval Jiménez

    Soc. Delfina Varillas Varillas

    Psic. Luis Vélez Huatay

    Jr. Camaná 616 Lima

    Teléfonos 428- 9800

    Aprueban Lineamientos de Políticas
    de Juventud

    DECRETO SUPREMO

    Nº 018-2001-
    PROMUDEH

    EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

    CONSIDERANDO:

    Que de conformidad con el Decreto Legislativo Nº
    866, modificado por Decreto Legislativo Nº 893, el
    Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo
    Humano asume entre otras funciones la de
    velar por el cumplimiento de los programas y
    plataformas de acción suscritos por el Perú en las
    Conferencias Mundiales relativas al desarrollo
    humano, encargándose para el efecto la dirección, coordinación y supervisión de la política nacional en
    materia de
    población y juventud,
    entre otros, en concordancia con la legislación nacional y
    los convenios internacionales vigentes;

    Que, de acuerdo a lo establecido en el Programa Regional
    de Acciones para
    el Desarrollo de la Juventud de
    América
    Latina 1995-2000, aprobado en la IV Cumbre Iberoamericana de
    Jefes de Estado y de
    Gobierno
    (Colombia,
    1994), el Programa de
    Acción Mundial para los Jóvenes hasta el Año
    2000 y Años Subsiguientes, aprobado por la Asamblea
    General de las Naciones Unidas
    (1995) y la Declaración de Lisboa sobre Políticas
    y Programas
    Relativos a la Juventud, adoptada en la I Conferencia
    Mundial de Ministros Responsables de Juventud (Portugal, 1998),
    el Gobierno Peruano
    a través del PROMUDEH, promueve las actividades que
    favorezcan el desarrollo humano de la población, destacando la necesidad de
    colocar la equidad social y de género en
    el centro de las políticas públicas bajo un enfoque
    de transversalidad de las mismas;

    Que, teniendo en cuenta que la población joven
    constituye un actor estratégico en los procesos de
    desarrollo y ante la ausencia de un marco normativo integral que
    posibilite la articulación de políticas que
    contribuyan de este grupo
    poblacional, se hace necesario trabajar integralmente con los
    sectores que mantienen competencia en el
    tema de juventud tales como: Salud, Educación, Trabajo y
    Promoción Social, Justicia e
    Interior, con el objeto de lograr metas comunes de desarrollo
    humano;

    Que, asimismo en la perspectiva de construir
    democráticamente las políticas públicas, el
    Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo Humano, con la participación activa de organizaciones
    gubernamentales, no gubernamentales, organizaciones
    juveniles, y de la sociedad civil,
    ha elaborado el documento denominado "Lineamientos de
    Políticas de Juventud", por lo que resulta necesario
    aprobar el citado documento;

    De conformidad con lo dispuesto en el Decreto
    Legislativo Nº 560 – Ley del Poder
    Ejecutivo, Decreto Legislativo Nº 866 – Ley de Organización y Funciones del
    Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo Humano y modificatorias, su Reglamento aprobado por
    Decreto Supremo Nº 012-98-PROMUDEH y
    modificatorias;

    DECRETA:

    Artículo 1º.- Aprobar el
    documento "Lineamientos de Políticas de Juventud", el
    mismo que consta de siete acápites, el mismo que forma
    parte integrante del presente Decreto Supremo.

    Artículo 2º.-
    Constitúyase una Comisión Especial
    conformada por representantes de los Ministerios de Salud, Educación, de Trabajo
    y Promoción Social, de Justicia, del
    Interior, y de Promoción de la Mujer y del Desarrollo
    Humano, encargados de elaborar el programa de trabajo conjunto
    dentro de los lineamientos aprobados mediante el presente Decreto
    Supremo.

    Artículo 3°.- El presente
    Decreto Supremo será refrendado por el Presidente del
    Consejo de Ministros y por la Ministra de Promoción de la
    Mujer y del Desarrollo Humano.

    Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los
    ventiséis días del mes de julio del año dos
    mil uno.

    VALENTÍN PANIAGUA CORAZAO

    Presidente Constitucional de la
    República

    JAVIER PÉREZ DE CUELLAR

    Presidente del Consejo de Ministros

    SUSANA VILLARÁN DE LA PUENTE

    Ministra de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo Humano

    PRESENTACIÓN

    Los intentos por establecer un marco de políticas
    para la población juvenil, no datan de fechas recientes.
    Se puede observar algunas iniciativas que, no lograron
    constituirse en marcos normativos para orientar las decisiones
    dirigidas a este grupo
    poblacional. Y es que han sido los propios jóvenes,
    quienes desde sus prácticas cotidianas, han logrado
    erigirse en "nuevos sujetos sociales", susceptibles de ser
    escuchados; de aquí la fuerza de sus
    reclamos y propuestas, que creemos firmemente deban ser atendidos
    porque el futuro de un país se construye en el
    presente.

    En este sentido, y conforme al mandato asumido por el
    Promudeh referido a la formulación de Políticas,
    Planes y Programas, la Gerencia de
    Desarrollo Humano inició la tarea de abordar la
    temática juvenil desde una perspectiva integral que
    coadyuve a mejorar las condiciones de vida de los y las
    jóvenes, comprometiéndolos en la tarea de
    participar protagónicamente en el desarrollo del
    país.

    Como parte de este proceso,
    durante los últimos años, el Promudeh
    elaboró materiales que
    constituyen antecedentes importantes de mencionar. Así,
    tenemos el "Directorio de Programas, Proyectos y
    Acciones para
    la Juventud implementadas por el Estado, las
    Organizaciones No Gubernamentales y las Agrupaciones Juveniles"
    en el que se identifican la oferta social
    orientada a esta población. Debemos mencionar el documento
    "Balance de Programas y Proyectos
    dirigidos a Jóvenes, desde el Estado", en
    el que se presenta un análisis preliminar de la oferta de
    acciones, a cargo de los diferentes sectores del Estado,
    dirigida a la población juvenil entre 18 y 25 años.
    Cabe señalar la elaboración del documento
    "Situación de las Personas Jóvenes", que presenta
    los aspectos demográficos de empleo,
    educación, salud sexual y reproductiva, violencia y
    drogas, y
    participación ciudadana; temas que forman parte de la
    agenda social de la juventud, incorporados en la propuesta de
    Lineamientos.

    Con este propósito se impulsaron diversas
    actividades como el "Conversatorio con Expertos en el tema de
    políticas de Juventud" en el que se motivó la
    reflexión sobre el tema, involucrando a especialistas del
    Sector
    Público, Organizaciones No Gubernamentales y de la
    Academia. Se realizó el Foro Internacional "Experiencias
    en Políticas de Juventud", en el que participaron expertos
    de Chile y
    Ecuador,
    jóvenes representantes de cuarenta organizaciones
    juveniles de Lima Metropolitana, profesionales especialistas de
    la sociedad civil,
    funcionarios y directivos del sector
    público. De igual manera, se organizó la
    "Mesa Redonda
    sobre Experiencias de Trabajo con Jóvenes", en el que se
    discutieron algunos avances sobre lineamientos de
    políticas de juventud, con un panel de expertos de la
    sociedad
    civil, realizándose finalmente "Mesas Departamentales
    de Consulta Juvenil", a través de las cuales se recogieron
    necesidades, demandas y propuestas de jóvenes de siete
    departamentos: Arequipa, Cuzco, Huánuco, Ica, Lima, Piura
    y Puno que nos permitieron identificar a los actores directos de
    este proceso
    así como percibir el reconocimiento de parte de ellos
    hacia la instancia rectora en el tema de políticas de
    juventud.

    Este proceso demandó la necesidad de nutrirse de
    referentes internacionales tales como las experiencias de los
    procesos de
    formulación de políticas de juventud en
    países latinoamericanos como Chile,
    Ecuador,
    Paraguay y
    Bolivia, entre
    otros. Igualmente, para la elaboración de los fundamentos
    se recogieron las pautas contenidas en los compromisos
    internacionales referidos a la juventud respecto a la
    formulación de políticas, como el "Programa
    Regional de Acciones para el Desarrollo de la Juventud de
    América
    Latina" PRADJAL, elaborado por la
    Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), y el
    "Programa de Acción Mundial para los jóvenes hasta
    el año 2000 y Años Subsiguientes" elaborado por las
    Naciones
    Unidas.

    Continuando con el proceso participativo para la
    formulación de los Lineamientos, se llevó a cabo el
    Taller de Discusión ampliada, realizado el año
    pasado en la ciudad de Lima, al cual concurrieron alrededor de
    150 participantes vinculados a la temática.

    Finalmente, durante los meses de abril y mayo del
    presente se realizaron diez Talleres de Consulta en 9 ciudades
    del país: Lima, Cajamarca, Cuzco, Iquitos, Trujillo,
    Tarapoto, Tacna, Huamanga y Tumbes, con la participación
    de cuatrocientos cuarenta y siete (447) representantes de
    sectores del Estado, instituciones
    públicas, gobiernos locales, Organizaciones No
    Gubernamentales y Organizaciones juveniles, estas últimas
    con una participación aproximada del 30 %.

    A nivel metodológico, la elaboración y
    formulación de políticas requirió la
    revisión de fuentes
    estadísticas y bibliográficas, la
    realización de consultas inter-sectoriales, así
    como el desarrollo de espacios de debate y
    reflexión que lograron un fructífero intercambio de
    opiniones, propuestas y sugerencias en los que participaron
    funcionarios de gobierno central y local, especialistas de
    organizaciones no gubernamentales, profesionales expertos en
    temas específicos, y principalmente jóvenes
    representantes de organizaciones de diversas regiones.

    Como resultado de este proceso caracterizado por un
    amplio debate y
    reflexión a nivel nacional, se presenta la propuesta final
    del documento "Lineamientos de Políticas de Juventud",
    fruto de los esfuerzos concertados entre Estado y sociedad civil,
    el mismo que ha merecido menciones favorables de parte de quienes
    han sido partícipes del proceso.

    Lima, julio de 2001

    INTRODUCCION

    En octubre de 1996, mediante Decreto Legislativo Nº
    866, se crea el Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo Humano-PROMUDEH, teniendo como una de sus finalidades,
    según Decreto Supremo Nº 012-98-PROMUDEH,
    "diseñar políticas públicas dirigidas a los
    sectores con mayores grados de vulnerabilidad, problemas y
    demandas específicas".

    En este marco, la Gerencia de
    Desarrollo Humano, órgano de línea del PROMUDEH, a
    través de la Oficina de
    Juventud, ha desarrollado un proceso de diagnóstico, análisis, consultas, reflexión y
    debates con representantes de entidades públicas,
    organizaciones no gubernamentales y colectivos juveniles, para la
    formulación de los lineamientos de política de
    juventud. El presente documento es resultado de dicho
    proceso.

    Los criterios para definir la juventud son muy variados,
    sin embargo, existe coincidencia en considerar que las características, así como el
    tiempo entre
    el período de niñez y la etapa de adulto
    varía en cada sociedad, culturas, etnias, clases
    sociales y géneros. Sin

    embargo, como lo afirma CEPAL "el criterio más
    simple, e intuitivamente el más adecuado, para identificar
    la población joven es la edad". Al respecto, y
    considerando que el criterio de la edad, como concepto
    operativo no resuelve el asunto en la definición de los
    límites, se entiende como población
    joven, -para efectos del presente documento- la propuesta por
    Naciones Unidas, que refiere un rango de edad entre los 15 y 24
    años.

    El presente documento recoge como grandes áreas
    de preocupación: educación, salud, empleo y
    capacitación, y
    ciudadanía.

    En lo referente a educación, la oferta
    pública se basa en un mejoramiento de la calidad desde un
    enfoque de competencias,
    para potenciar las áreas de formación integral en
    las que el y la joven demuestran tener ventajas comparativas.
    Además, la preocupación del Estado se dirige a la
    construcción de una cultura
    ciudadana para inculcar valores que
    garanticen una convivencia democrática.

    Con respecto a salud, la prioridad se orienta en
    disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad, mediante el
    incremento de los hábitos y conductas saludables,
    modificando los comportamientos de riesgo y
    ofreciendo una atención oportuna. Identificando como tema
    prioritario la salud sexual y reproductiva, las infecciones de
    transmisión sexual – ITS, incluyendo el VIH/SIDA, y los
    embarazos no deseados.

    En el ámbito del empleo y capacitación para acercar al joven al
    mercado laboral, el
    Estado busca identificar necesidades técnicas
    que el mercado laboral
    esté solicitando, según localización
    geográfica, a fin de ofertar programas y proyectos
    respondiendo a la demanda
    regional, adecuando así la formación técnica
    según sus necesidades.

    En el ámbito de ciudadanía, el Estado
    orienta sus esfuerzos a promover mecanismos que propicien
    la
    organización y participación juvenil en las
    distintas áreas de interés y
    en distintos niveles. Estos mecanismos deberán apuntar a
    propiciar una participación ciudadana consciente que les
    permita plantear propuestas y soluciones.

    Las observaciones anteriores fundamentan la pertinencia
    de concebir a las personas jóvenes desde dos
    ángulos complementarios: el primero, como destinatario de
    una gama de servicios
    orientados a enfrentar la exclusión y vulnerabilidad
    social; y la segunda, como actores estratégicos del
    desarrollo y sujetos de derechos.

    En tal sentido, la política de juventud
    buscará mejorar las actuales condiciones de vida de las
    personas jóvenes, defendiendo y promoviendo el ejercicio
    de sus derechos
    individuales y colectivos, con la finalidad de incorporarlos
    activamente a la sociedad y a la economía. En este
    marco, se hace imprescindible incorporar a los jóvenes
    como actores principales del cambio; y
    conjuntamente con las instituciones
    dar seguimiento a los avances en la aplicación de las
    políticas públicas dirigidas hacia
    ellos.

    I .
    ANTECEDENTES

    Desde 1985, año declarado por las Naciones Unidas
    como el Año Internacional de la Juventud, se han realizado
    diferentes esfuerzos desde el sector público orientados a
    la población joven. Sin embargo, dichos esfuerzos no han
    significado la articulación de los sectores involucrados,
    ocasionando que las propuestas no logren constituirse en una
    política integral de juventud.

    En este marco, se identifican iniciativas parlamentarias
    presentadas al Congreso de la República como fue el
    Proyecto de Ley 1564/83-S sobre Promoción Educativa,
    Recreación y Empleo Juvenil
    (1983).

    Posteriormente, desde 1985 y a partir del Año
    Internacional de la Juventud
    , el Gobierno Central, por medio
    de sus dependencias, las Iglesias, y múltiples organismos
    no gubernamentales, en el ámbito local y nacional
    desarrollaron planes y programas específicamente dirigidos
    a jóvenes.

    Un ejemplo de ello lo constituye la elaboración,
    en el año 1990, del Programa Nacional de Juventud,
    como parte del Plan Nacional de
    Población 1991-1995, a cargo del Consejo Nacional de
    Población-CONAPO
    , en el que se priorizó como
    líneas de acción la salud sexual y reproductiva de
    jóvenes, la promoción del empleo juvenil, la
    prevención del uso indebido de sustancias psicoactivas, la
    educación
    sexual en primaria y secundaria, y el fortalecimiento de la
    organización juvenil y de las redes nacionales de
    jóvenes.

    Más reciente, el Plan Nacional de
    Población 1998 – 2002
    , considera a las personas
    adolescentes y
    jóvenes como un importante segmento poblacional que
    "presiona principalmente, aunque no exclusivamente, sobre cuatro
    tipos de servicios:
    educativos, laborales, de salud y recreacionales". Asimismo,
    propone como objetivo
    específico, "enfatizar entre adolescentes y
    jóvenes las acciones de educación
    sexual y promoción de estilos de vida saludables, en
    especial la prevención del embarazo no
    deseado, la promoción de la equidad de género,
    así como el análisis y difusión de su
    realidad socio demográfica".

    En 1992, se promulga el Código de los Niños y
    Adolescentes
    (que entró en vigencia en junio de 1993),
    actualizado en agosto del 2000 mediante Ley Nº 27337, que
    vela por la protección y promoción de los derechos
    de los menores de edad.

    En 1996 se elaboró el Plan Nacional de
    Acción por la Infancia 1996
    – 2000
    , que contiene múltiples referencias y
    objetivos
    dirigidos a adolescentes, en especial en el campo de la educación, la
    salud y el
    trabajo.

    En 1998, se identificaron propuestas orientadas a dar
    institucionalidad particular al tema de Juventud. Así, en
    el Congreso de la República, la Comisión
    Especial que investiga las Causas y Consecuencias de la Violencia
    Cotidiana
    , elaboró y aprobó, en
    Comisión, el Proyecto de Ley Nº 3749, referido a
    la creación del Instituto Nacional de la Juventud
    (INJU)
    , como organismo público descentralizado
    adscrito al Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo Humano. Esta iniciativa, sin embargo, no pasó a
    pleno, quedando pendiente su debate y eventual
    aprobación.

    Asimismo, en el marco de las actividades de dicha
    Comisión se realizó una Audiencia Pública
    con las principales Coordinadoras Juveniles que suscribieron el
    Acta de Lima. A través de este documento las
    organizaciones juveniles solicitaron al Estado la creación
    del Instituto Nacional de Juventud (INJU) encargado de la
    política nacional de juventud, y exhortaron a la sociedad
    civil a elaborar la Carta de los Derechos de la
    Juventud
    .

    En el ámbito internacional, en 1994, la
    Organización Iberoamericana de la Juventud – OIJ,
    por encargo de la III Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y
    de Gobierno diseñó el Programa Regional de
    Acciones para el Desarrollo de la Juventud de América
    Latina – PRADJAL 1995-2000
    , el cual establece las
    orientaciones que permitan la creación o desarrollo de
    políticas nacionales de juventud en la Región. El
    Informe de la
    evaluación final del PRADJAL ha sido
    discutido en el marco de la X Conferencia
    Iberoamericana de Ministros de Juventud en julio del 2000, en
    Panamá,
    en la que también se suscribió la
    Declaración de Intenciones de la Carta
    Iberoamericana de Derechos de la Juventud.

    En 1995, durante el X Aniversario del Año
    Internacional de la Juventud, la Asamblea General de las
    Naciones Unidas
    aprobó el Programa de Acción
    Mundial para los jóvenes hasta el año 2000 y
    años subsiguientes – Programa 2000
    . Las conclusiones,
    propuestas y recomendaciones, obtenidas en la fase de evaluación
    del PRADJAL, se articularán proyectivamente a las
    líneas fijadas por el Programa 2000 de las Naciones
    Unidas, a fin de garantizar su continuidad en el marco de los
    nuevos desafíos de las políticas de
    juventud.

    En 1998, durante la Conferencia Mundial de Ministros
    responsables de la Juventud (NNUU)
    , se elaboró la
    Declaración de Lisboa sobre Políticas y
    Programas Relativos a la Juventud
    , que señala ocho
    campos de aplicación (políticas nacionales de
    juventud, participación, desarrollo, paz,
    educación, empleo, salud, uso indebido de sustancias
    psicoactivas). Pocos días antes, en el III Foro Mundial de la Juventud del
    Sistema de
    Naciones Unidas (1998)
    , que agrupó a los
    representantes de los jóvenes, de las organizaciones al
    servicio de
    éstos, de las organizaciones del sistema de NNUU,
    y otras organizaciones intergubernamentales, se aprobó el
    Plan de Acción de Braga sobre la Juventud, que
    representa un compromiso colectivo para lograr la
    participación de los jóvenes en el desarrollo
    humano.

    A éstos, cabe agregar un conjunto de instrumentos
    jurídicos de carácter
    internacional que conforman la denominada Doctrina de
    Protección Integral
    que rige los derechos de los
    niños y
    adolescentes. A saber: Reglas Mínimas Uniformes de las
    Naciones Unidas para la
    Administración de la Justicia de Menores –
    Reglas de Beijing
    (Milán 1985), Convención
    Internacional sobre los Derechos del Niño
    (1989),
    Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención
    de la Delincuencia
    Juvenil – Directrices de Riad
    (Habana 1990),
    Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de
    Menores Privados de Libertad
    (Habana 1990).

    Asimismo, en las siguientes conferencias de NNUU:
    Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
    y el Desarrollo – Agenda 21
    (1992), Conferencia
    Internacional sobre Población y Desarrollo – Programa de
    Acción del Cairo
    (1994), Cumbre Mundial sobre
    Desarrollo
    Social – Programa de Acción de Copenhague
    (1995),
    Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer – Plataforma de
    Acción Mundial
    (1995), se inscriben aspectos
    vinculados al tema de jóvenes.

    II. CONTEXTO
    POBLACIONAL

    En relación al peso poblacional,
    estimaciones al año 2000, señalan que el 20,4
    por ciento
    del total de la población peruana son
    jóvenes cuyas edades fluctúan entre los 15 y 24
    años de edad. En números absolutos se habría
    llegado a 5’240,383 personas jóvenes.

    Según las mismas proyecciones oficiales se estima
    que el porcentaje de personas del mismo rango de edad para el
    año 2005 llegará a 19,6%. No obstante, en
    números absolutos habrán 234,284 jóvenes
    más que en el año 2,000.

    En este sentido, la población juvenil
    continuará presionando por servicios sociales de salud y
    educación principalmente. Asimismo, mantendrá su
    demanda por
    una mejor y mayor participación económica,
    política, social y cultural. De ahí la
    preocupación para priorizar y ampliar las oportunidades de
    desarrollo
    social y personal de este
    grupo poblacional, garantizándoles la vigencia, ejercicio
    y goce de sus derechos.

    Respecto al proceso de envejecimiento de la
    población
    , se observa que en el año 1980 los
    18.7 años constituían la edad mediana poblacional.
    Las proyecciones oficiales señalan asimismo en 23.1
    años la edad mediana en el año 2000 y en 31.7
    años, la edad mediana para el 2025. De esta manera la
    importancia de la población joven radica también en
    la potencialidad de lo que significan estas personas al ingresar
    a la vida adulta. Debe advertirse así, que de la forma
    como transcurran los años de formación y de las
    oportunidades de crecimiento personal y
    social, que tengan estas personas jóvenes dependerá
    su vida futura, su comportamiento
    como adultos y el desarrollo del país.

    En relación al lugar de residencia, las
    personas jóvenes se concentran en zonas urbanas, en
    especial en los conglomerados urbanos de la región de la
    costa o en las principales ciudades capitales de la sierra. Hay
    que advertir al respecto, que los procesos de migración
    interna del campo a la ciudad, han incrementado progresivamente
    esta proporción de jóvenes en áreas urbanas.
    En el año 2,000 el 74 por ciento de la población
    joven reside en zona urbana, mientras que la diferencia, (26%) en
    zona rural.

    Respecto a la concentración poblacional,
    se observa que en el 2,000 Lima concentró el 29,2 por
    ciento de la población joven (1’529,145
    jóvenes entre 15 y 24 años). Además de la
    capital, otros
    departamentos de importancia por migración
    juvenil, que en conjunto agrupan a más de la mitad (51,35
    por ciento) de los jóvenes del país son: Piura, La
    Libertad,
    Cajamarca y Junín. Por el contrario, los departamentos de
    Madre de Dios, Moquegua, Tumbes, Pasco, y Tacna, sólo
    reúnen al 3.80 por ciento de los
    jóvenes.

    En relación a la composición sexual de
    la población joven
    , se observa en el año 2000 a
    nivel nacional, según datos del INEI,
    que ésta se compone en un 49,6 por ciento de varones, y un
    50,4 por ciento de población femenina, destacándose
    un ligero predominio de los segundos.

    III . RETOS QUE
    ENFRENTAN LAS PERSONAS JÓVENES

    La importancia de la población joven se sustenta
    en sus diversas potencialidades: como personas individuales y
    como grupo social con derechos; como sector estratégico
    para el desarrollo del país; y como grupo poblacional con
    peso específico.

    En este contexto, se presentan los retos que enfrentan
    las y los jóvenes, lo que permitirá la
    identificación de los riesgos y
    potencialidades de esta población, a fin de asumirlos
    colectivamente con una visión integral y teniendo en
    consideración los aportes que los propios jóvenes
    hacen para su desarrollo.

    • Dificultades para acceder a un puesto de
      trabajo

    La situación general de acceso al mercado de
    trabajo resulta crítico para todos los grupos
    poblacionales, sin embargo para la población juvenil, y
    especialmente para las mujeres jóvenes, la realidad es
    más compleja.

    En este sentido, las dificultades de la población
    joven para acceder y permanecer en un puesto de trabajo, se deben
    a la escasa oferta laboral, y a la deficiente calificación
    que muestran las personas jóvenes, empujadas a ingresar
    tempranamente al mercado por necesidades individuales y
    familiares. Se añade a ello, las escasas oportunidades que
    tiene esta población para entrenarse laboralmente,
    limitando así el aprendizaje de
    competencias y
    desempeños, especialmente para jóvenes urbanas y
    jóvenes de ambos sexos provenientes del campo. Cabe
    agregar, como otros factores que dificultan su acceso al trabajo,
    que los jóvenes son objeto de discriminación por género, raza,
    lugar de residencia, y centro de estudios de origen, entre
    otros.

    Concentración de jóvenes en puestos de
    trabajo de baja remuneración y baja productividad

    Esta situación responde, entre otras, a las
    limitaciones del sector productivo de absorber anualmente la
    nueva fuerza
    laboral, generando una alta incidencia de subempleo y de
    precarización del empleo, particularmente en la
    población juvenil. En este sentido, las personas
    jóvenes se enfrentan a un mercado de trabajo que oferta
    pocas oportunidades de empleo productivo, creativo, y
    adecuadamente remunerado, siendo los varones quienes reciben
    mayor presión
    social, lo que afecta su disposición hacia el trabajo.
    Generalmente se encuentran con puestos de trabajo desprovistos de
    significado propio, relacionados con la informalidad, la
    eventualidad, la segregación de género, y el
    incumplimiento de sus derechos laborales. Mención especial
    requieren las mujeres jóvenes de escasos recursos y en
    situación de pobreza que en
    gran número se concentran dentro de la categoría de
    trabajadoras domésticas.

    Limitada cobertura de los programas de
    capacitación laboral, y escaso apoyo a las iniciativas
    productivas de los jóvenes.

    A pesar de su incremento en los últimos
    años, los programas públicos y privados de
    capacitación laboral no alcanzan a cubrir las demandas
    existentes del colectivo juvenil. Asimismo, la potencialidad
    productiva y la creatividad
    emprendedora de los y las jóvenes cuentan con limitados
    mecanismos de identificación, asesoramiento y
    promoción, perdiendo de esta manera oportunidades de
    generación de puestos de trabajo, y un significativo
    capital humano
    para el desarrollo en el ámbito local, regional, y
    nacional. De otro lado, se observa que las oportunidades de
    capacitación y calificación de las mujeres son
    menores, dando como resultado el que éstas sufran mayor
    discriminación al desempeñar
    funciones consideradas como de segundo orden.

    • Analfabetismo, inequidad, y acceso diferenciado al
      sistema educativo por género, condición
      socioeconómica y lugar de residencia.

    Mientras en el nivel de la educación
    superior, la brecha entre hombres y mujeres viene
    disminuyendo, ésta se mantiene alta en los primeros grados
    de educación primaria. Así, respecto a
    jóvenes analfabetos, la gran mayoría son
    mujeres.

    En el contexto actual, son evidentes las dificultades de
    los jóvenes para acceder al sistema educativo,
    situación que se agrava en jóvenes que se
    encuentran en situación de pobreza,
    limitando de esta manera las propuestas de desarrollo juvenil y
    reproduciendo el círculo de pobreza, lo cual se
    acentúa más en el contexto rural.

    Asimismo, existe una marcada diferencia, con
    relación al lugar de residencia. Así, del total de
    jóvenes analfabetos, casi la totalidad se encuentran en el
    campo. Esta situación afecta sobre todo a las
    jóvenes rurales, quienes mayormente no acceden o abandonan
    tempranamente la escuela por causa
    de la pobreza, el
    inicio precoz de la nupcialidad, la carga familiar, o por
    situaciones de discriminación.

    • Limitaciones en la calidad del
      sistema educativo

    A pesar de los esfuerzos emprendidos por el sector
    público y privado, se mantienen marcadas diferencias en
    los contenidos, tecnología, y
    servicios brindados por los establecimientos educativos,
    así como, entre la que se imparte en Lima, con la de
    provincias. Esta inequidad se ve reflejada en el acceso al nivel
    técnico ocupacional, y nivel superior, en el que se
    observa una mayor participación de las y los
    jóvenes urbanos, con respecto a sus similares del campo,
    lo cual incide en la migración juvenil
    campo-ciudad.

    De otro lado, las entidades educativas no cuentan con
    personal suficientemente preparado ni mecanismos de
    articulación con el entorno social, cultural, y laboral,
    que fomenten una educación por competencias, una cultura
    emprendedora para el trabajo, así como valores y
    actitudes
    necesarias para una cultura de paz y convivencia
    democrática y de respeto por el
    medio ambiente.

    • Limitado acceso a los programas y servicios de
      salud.

    Los programas y servicios de atención a la salud orientados hacia los
    jóvenes son aún insuficientes, teniendo
    además limitaciones para alcanzar una amplia cobertura.
    Algunos factores que limitan el acceso a una salud de calidad
    son: desconocimiento de la oferta pública especializada,
    predominio de un enfoque asistencial en detrimento de los
    programas preventivos promocionales interdisciplinarios e
    intersectoriales, ausencia de mecanismos oportunos y abordajes
    técnicos apropiados, falta de una práctica
    cálida y confidencial de algunos profesionales de la
    salud, comportamiento
    estereotipado de género de la mayoría del personal
    de salud, baja asignación presupuestal en los programas
    dirigidos a adolescentes y jóvenes y la baja cobertura de
    la seguridad
    social. Esta situación se dificulta más en los
    casos de jóvenes que se dedican a la prostitución, jóvenes seropositivos,
    recluidos en prisión, consumidores de sustancias
    psicoactivas y residentes en el ámbito rural.

    • Ejercicio responsable de la sexualidad,
      embarazo
      precoz, aborto,
      infecciones de transmisión sexual (ITS), y SIDA.

    Algunos de los factores que vulneran el derecho a una
    sexualidad
    sana, plena y responsable son: la baja autoestima, la
    falta de un proyecto de vida,
    la tendencia al inicio temprano de una sexualidad activa bajo
    presión
    social o directamente forzadas, la falta de habilidades sociales
    en algunos jóvenes, la deficiencia en las estrategias
    comunicacionales apropiadas que garanticen un conocimiento
    oportuno de las protecciones adecuadas y de las responsabilidades
    que conlleva el ejercicio de la sexualidad, la extendida imagen social que
    enfatiza los aspectos problemáticos de la sexualidad y que
    excluye al varón de las responsabilidades con su pareja,
    la discriminación de las opciones sexuales diferentes a
    las socialmente aceptadas, las dificultades de los menores de 18
    años para acceder a información y métodos
    anticonceptivos, el embarazo precoz
    asociado con diversos problemas de
    salud para la gestante y el feto y la probable
    interrupción de su permanencia en el sistema
    educativo.

    Las complicaciones del embarazo
    adolescente, el aborto, las
    infecciones de transmisión sexual (ITS) y el SIDA, ocupan
    los primeros lugares entre las causas de enfermedad y muerte de las
    mujeres en edad reproductiva, siendo las adolescentes y las
    jóvenes uno de los grupos más
    susceptibles, debido a su vulnerabilidad biológica y
    psicosocial, a las inequidades económicas que enfrentan y
    a las condiciones socioculturales de su entorno, que se ven
    acentuadas cuando no hay un rol activo y responsable de los
    varones en el enfrentamiento de estas situaciones debido, entre
    otros aspectos, a su formación sexual inducida hacia
    patrones machistas, aún predominantes. En esta
    situación, la mayoría de mujeres jóvenes no
    conoce la existencia de servicios o desconfía de ellos,
    por lo cual no accede oportunamente a ser atendida por los
    profesionales de la salud.

    • Consumo y abuso de sustancias
      psicoactivas

    El consumo y
    abuso de sustancias psicoactivas como el alcohol y el
    tabaco, entre
    otras, se ha incrementado entre la nueva generación,
    situación que afecta no sólo a varones sino,
    también en forma cada vez más creciente a mujeres
    jóvenes. Igualmente, pese a que el consumo de
    sustancias psicoactivas ilegales no se ha incrementado
    notablemente, el impacto que tiene entre los jóvenes es
    preocupante. Un resultado de esta situación son los
    accidentes de
    tránsito que ocupan los primeros lugares entre las causas
    de enfermedad, invalidez y muerte de los
    adolescentes y jóvenes.

    Entre los factores que fomentan el consumo y abuso de
    sustancias psicoactivas se encuentran problemas intrapersonales;
    (pérdida de valores, baja autoestima,
    baja tolerancia a la
    frustración, ausencia de proyecto de
    vida); sociales (presión social y grupal, medios de
    comunicación); familiares (familias disfuncionales,
    deficiente comunicación, violencia
    familiar); y económicos (preocupaciones laborales y
    económicas).

    • Centralismo, migración, exclusión
      social y pobreza

    En zonas urbanas y urbano marginales se ubican
    jóvenes afectados por una situación de
    exclusión social que enfrentan altos niveles de pobreza.
    Una de las causas de esta situación, la constituye el
    centralismo
    que estimula la migración campo-ciudad, realizada por un
    grueso sector de jóvenes rurales, que en la
    búsqueda de una mejor situación se ven obligados a
    integrarse marginalmente a los ámbitos urbanos,
    participando en economías de sobrevivencia y en
    desigualdad de condiciones respecto a sus pares.

    Los jóvenes migrantes consideran que en sus
    lugares de origen no existen condiciones adecuadas para
    desarrollar su proyecto de vida, sintiéndose obligados a
    migrar, originando así, cambios en la estructura de
    las familias rurales y en sus comunidades de origen, pues pierden
    a sus miembros más jóvenes.

    • Imagen estereotipada de las y los
      jóvenes

    Algunos adultos y medios de
    comunicación en particular, tienden a
    resaltar los comportamientos de las y los jóvenes,
    prevaleciendo un estereotipo femenino de
    niñas-casamenteras-y-frívolas y masculino de
    joven-problema, en el que se resalta el comportamiento violento y
    antisocial", lo cual favorece la generación de medidas de
    control social en
    lugar de políticas y programas promocionales, limitando su
    pleno ejercicio de derechos. Esta estigmatización tiende a
    generalizarse y no permite un reconocimiento a las contribuciones
    y los aportes que realizan los jóvenes en distintos
    ámbitos, afectando principalmente a aquellos que se
    encuentran en situación de pobreza, lo que refuerza la
    segmentación espacial y social y su
    reconocimiento en el espacio público. De la misma manera,
    esta imagen negativa
    contribuye a consolidar la inadecuada auto-percepción
    de algunas personas jóvenes.

    De otro lado, aún en programas y proyectos del
    sector público orientados a jóvenes, se les asigna
    un rol de beneficiarios, mas no como sujetos protagónicos
    y actores estratégicos que promuevan la sostenibilidad de
    los resultados esperados.

    • Escasas herramientas
      y mecanismos que promuevan la participación
      juvenil

    Muchos jóvenes al iniciarse en espacios de
    participación juvenil o en el ejercicio de su derecho a
    intervenir en las decisiones que los afectan, no cuentan con los
    conocimientos ni las herramientas
    necesarias que les faciliten un eficaz desempeño. Esta carencia de
    preparación, suele estar vinculada entre otros factores,
    al limitado impulso que el sistema educativo otorga a la
    capacidad de organización y liderazgo
    juvenil, circunscrita en el mejor de los casos, a una
    participación específica, puntual y condicionada al
    ámbito educativo. De otro lado, un significativo
    número de adultos no apoya la implementación y
    consolidación de los mecanismos de participación
    juvenil existentes, porque sienten que las opiniones de los
    jóvenes son distintas a las suyas y porque los consideran
    inmaduros o que no saben lo que quieren.

    En el sector rural -donde los jóvenes
    desempeñan actividades similares a las de los adultos- son
    pocas son las agrupaciones juveniles y por lo general, las
    existentes se encuentran adscritas a las organizaciones de los
    adultos, no contando los dirigentes juveniles con espacios para
    identificar sus problemas propios y desarrollar sus propuestas de
    solución.

    • Limitado apoyo social al fortalecimiento de las
      organizaciones juveniles

    Son pocas las organizaciones juveniles representativas
    de los jóvenes. El trabajo de la mayoría de
    éstas es atomizado y con duplicación de esfuerzos.
    No cuentan con las necesarias herramientas conceptuales y
    metodológicas de gestión, que las dote de un adecuado nivel
    de convocatoria y representatividad, tampoco realizan esfuerzos
    para construir relaciones de género equitativas.
    Además, la mayoría de las veces sus lógicas
    son poco comprendidas, obteniendo como resultado un limitado
    reconocimiento a sus contribuciones culturales, insuficiente
    apoyo para sus iniciativas y para la articulación y el
    fortalecimiento de sus organizaciones.

    De lo anterior, se tiene como resultado una débil
    participación de los jóvenes en los procesos de
    formulación, implementación y evaluación de
    las políticas y programas orientados hacia ellos,
    aunándose a ésto dificultades en la
    interlocución de demandas y propuestas entre la
    población joven y los sectores del Estado.

    • Desinformación o limitada oferta
      informativa de actividades, acciones, y oportunidades de
      interés juvenil

    No existen mecanismos que permitan una fluida información al grueso de la
    población joven sobre aspectos de su interés, como
    oportunidades educativas, laborales, culturales,
    artísticas, sobre todo entre los jóvenes no
    organizados, de modo tal que el acceso a estas oportunidades se
    vuelve bastante restringido, no llegando en la mayoría de
    casos a aquellos a quienes iba especialmente dirigido,
    principalmente en el interior del país. De la misma
    manera, los canales o medios para
    dar a conocer las propuestas y actividades realizadas por los
    jóvenes tienen una limitada cobertura, lo que restringe su
    participación en actividades de su
    interés.

    • Dispersión en la oferta pública de
      programas y servicios.

    En las dos últimas décadas han sido varios
    los sectores de la administración
    pública que han orientado sus esfuerzos hacia los
    jóvenes. Incluso el poder
    legislativo se ha ocupado del tema elaborando proyectos de
    ley para dotar al sector público de una sólida
    institucionalidad referida al tema. Así pues, a pesar de
    que en la esfera de políticas y programas se ha avanzado
    en el diseño
    de políticas y en la implementación y
    diversificación de programas y servicios dirigidos a la
    población joven, estos esfuerzos no han alcanzado una
    eficiente intersectorialidad, ni la necesaria vinculación
    con los gobiernos locales y regionales, resultando insuficientes
    en contenido, metodologías y cobertura frente a la
    heterogeneidad de las necesidades y demandas juveniles. Asimismo,
    los insuficientes mecanismos de monitoreo, seguimiento y
    evaluación de las políticas y programas no permiten
    superar la visión sectorial del tema joven.

    • Limitaciones en el proceso de integración regional

    A pesar del proceso de globalización y de los desarrollos
    tecnológicos consecuentes, son muy pocos los
    jóvenes que se pueden incorporar favorablemente y en
    condiciones de ventaja a los múltiples procesos de
    integración regional iniciados por el
    país, siendo también muy pocos los municipios que
    cuentan con programas dirigidos a jóvenes, limitando su
    perspectiva y dificultando el intercambio de experiencias que
    permita generar un sentido de identidad que
    fortalezca los lazos de solidaridad y
    reciprocidad entre los jóvenes. Esta limitada movilidad
    para el intercambio de conocimientos y experiencias con sus
    pares, atenta contra una visión de conjunto y de largo
    plazo, que promueva la interculturalidad.

    IV . PRINCIPIOS DE LA
    POLITICA DE JUVENTUD

    Los principios que
    sirven de fundamento a la política de juventud toman como
    referencia los criterios generales que orientan las
    políticas sociales en el país y los compromisos
    adoptados en los eventos
    internacionales.

    La política de juventud es parte integrante de la
    política de desarrollo humano, cuyo objetivo es
    elevar la calidad de
    vida de las personas, logrando su plena participación
    en el proceso de desarrollo
    sostenible en todas las regiones. Reconoce que los
    jóvenes son sujetos de derecho con voluntad, asegurando su
    libertad y
    asumiéndolos como actores sociales que formulan,
    implementan y evalúan las políticas dirigidas hacia
    ellos.

    La política de juventud se orienta a mejorar las
    condiciones de vida de las y los jóvenes, fomentando la
    equidad generacional y de género en su acceso a las
    oportunidades, promoviendo el desarrollo de sus capacidades y
    respetando sus derechos políticos, económicos,
    sociales y culturales, priorizando a aquellos que se encuentran
    más desprotegidos.

    Esta política reconoce que la juventud es una
    etapa de la vida condicionada por sus propios procesos
    biológicos, psicológicos, sociales y culturales que
    requiere para el buen entendimiento de sus manifestaciones, un
    abordaje respetuoso, participativo, integral, multidisciplinario
    y con un enfoque que priorice los aspectos preventivos
    promocionales. El Estado reconoce que cada joven es único
    y cualquier intervención se adecuará a su realidad
    personal, familiar y social, respetando su autonomía y la
    diversidad de sus manifestaciones propias, apoyando en esa medida
    su identidad, su
    cultura e intereses.

    La política de juventud cultiva y promueve entre
    los jóvenes un conjunto de valores y actitudes
    democráticas: la búsqueda de la igualdad de
    oportunidades, el respeto a la
    diversidad, la tolerancia a las
    diferencias, la cooperación y la solidaridad
    mutua, el fortalecimiento de las organizaciones y la
    búsqueda del consenso, el espíritu de paz y
    convivencia, el respeto de los derechos humanos
    y del medio
    ambiente, las alianzas estratégicas y el liderazgo
    funcional y sinérgico.

    Para el diseño,
    ejecución y evaluación de sus acciones, la
    política de juventud propicia la convocatoria y el
    consenso con las comisiones encargadas del congreso, los
    gobiernos regionales y locales, las organizaciones no
    gubernamentales, las organizaciones de jóvenes, las
    iglesias, las instancias de la sociedad civil vinculadas a los
    jóvenes, las agencias de cooperación, el sector
    privado, y los expertos en el tema. Asimismo, busca articularse
    con las propuestas para niños/niñas y
    adolescentes.

    El gasto
    público necesario para implementar la política
    de juventud se considera una inversión en capital humano a
    futuro, toda vez que la generación joven es un actor
    estratégico para el desarrollo de la sociedad y de la
    economía.
    Asimismo, para su eficaz implementación, la
    política de juventud, guarda coherencia y
    complementariedad con las políticas nacionales en
    curso.

    V . OBJETIVOS DE
    POLITICA

    Promover la incorporación de las y los
    jóvenes a la vida política, económica,
    social y cultural del país, en especial a los que se
    encuentran en situación de pobreza, como forma de mejorar
    su calidad de
    vida, desarrollando en ellos/ellas y en sus organizaciones,
    habilidades para el análisis, la
    comunicación y la creación, así como
    capacidades autónomas de organización y gestión.

    Contribuir a la formación de una opinión
    pública favorable, responsable y respetuosa de la
    dignidad y de los derechos de las personas jóvenes,
    erradicando las imágenes
    sociales fragmentadas, distorsionadas y estereotipadas por
    género de las y los jóvenes.

    Brindar, en alianza con las organizaciones de la
    sociedad civil, el sector empresarial, las agencias de
    cooperación y las propias organizaciones de
    jóvenes, una atención de calidad a las necesidades
    específicas de los jóvenes, enfatizando la
    capacitación para la generación de ingresos, la
    promoción de estilos saludables de vida y los programas de
    formación ciudadana, el fortalecimiento de sus
    organizaciones y de los mecanismos de participación, la
    prevención de la violencia y la protección y mejora
    del medio ambiente, con
    una perspectiva de equidad de género.

    Asegurar el acceso, la cobertura y la calidad de los
    servicios en materia de:
    educación, ciencia,
    cultura y tecnología,
    capacitación para el empleo y salud, atendiendo
    principalmente a las personas jóvenes en situación
    de pobreza, exclusión y marginación social,
    cultural y étnica.

    Desarrollar estilos de vida saludables en los
    jóvenes a través del fomento del deporte, la recreación, el uso adecuado del tiempo y del
    medio ambiente, la educación, la
    capacitación y la cultura, promoviendo los valores de
    solidaridad y responsabilidad y respeto, previniendo la
    morbi-mortalidad por violencia, accidentes de
    tránsito, consumo y abuso de sustancias psicoactivas, ITS,
    SIDA y abortos.

    Generar y promover mecanismos que permitan a los
    jóvenes, particularmente aquellos en situación de
    pobreza, la utilización de recursos
    públicos y privados, monetarios y no monetarios, que
    favorezcan su desarrollo integral.

    Incentivar los aportes e iniciativas de la
    generación joven, respetando su voluntad decisión y
    preferencia, fomentando su participación a través
    de espacios y mecanismos adecuados, que les permitan expresar sus
    opiniones y propuestas a la sociedad, promoviendo al joven como
    sujeto de derecho.

    Fomentar la integración generacional e
    intergeneracional entre los jóvenes dentro del país
    y la región, a través de la
    comunicación, el intercambio y la acción
    conjunta con otros jóvenes de diferentes organizaciones
    nacionales e internacionales.

    Desarrollar entre los jóvenes una mayor conciencia y
    conocimiento
    sobre sus deberes y derechos, la importancia de las relaciones de
    equidad de género, la solidaridad, la tolerancia y el
    respeto hacia la persona en
    general, sin distinción de etnias, religiones,
    ideologías, culturas y opciones sexuales.

    Fortalecer la capacidad de gestión de las
    organizaciones civiles y de las instituciones públicas
    nacionales, regionales y locales involucradas, para formular,
    implementar y evaluar tanto políticas integrales,
    como programas intersectoriales orientados hacia los
    jóvenes, canalizando apoyo de la cooperación
    nacional e internacional.

    Desarrollar mecanismos para la participación, la
    concertación y la interrelación con los gobiernos
    regionales y locales, las organizaciones de la sociedad civil,
    las organizaciones juveniles y el sector privado, para gestionar
    las políticas y programas para la juventud.

    VI .
    ESTRATEGIAS

    Implementación de un marco legal que favorezca la
    incorporación activa de las organizaciones juveniles,
    promoviendo su creación y participación
    autónoma y sostenible en el proceso de formulación,
    implementación, seguimiento y evaluación de las
    políticas y programas de juventud.

    Incorporación del enfoque de Desarrollo Humano y
    género en la gestión de políticas y
    programas orientados a la juventud, a fin de promover la igualdad de
    oportunidades, desarrollo de capacidades e impedir la
    discriminación de las jóvenes en la
    educación, el empleo y la salud.

    Coordinación multisectorial e interinstitucional
    con representantes del congreso, sectores gubernamentales,
    gobiernos regionales y locales, iglesias, organizaciones no
    gubernamentales, organizaciones juveniles de base, universidades,
    agencias de cooperación y sector privado, para la
    formulación, implementación y evaluación
    descentralizada de las políticas y programas sostenibles y
    sustentables, dirigidos a las y los jóvenes

    Desconcentración de los esfuerzos en la
    formulación, implementación y evaluación de
    políticas integrales,
    programas y servicios multisectoriales dirigidos a
    jóvenes, en las diferentes regiones y localidades,
    concertados entre las instancias locales públicas y
    privadas y las propias organizaciones juveniles, priorizando
    acciones en favor de las y los jóvenes en situación
    de pobreza y pobreza extrema.

    Fortalecimiento de las instancias públicas
    locales, regionales y nacionales encargadas del tema y
    capacitación del personal en sus niveles de
    decisión y en las áreas directamente involucradas
    en la atención de jóvenes, para mejorar la
    gestión de políticas, programas y servicios
    orientados a este grupo.

    Propiciar la formación de redes comunitarias y
    alianzas estratégicas en los niveles locales, regionales y
    nacionales para la gestión y evaluación de
    programas y servicios orientados a jóvenes, con
    énfasis en aspectos formativos, laborales, de salud, de
    justicia, culturales, deportivos y recreacionales.

    Promoción permanente de la investigación cuantitativa y cualitativa
    acerca de la naturaleza,
    potencialidades y problemas propios de los jóvenes, a fin
    de generar bases de datos en
    aspectos de salud, educación, empleo, ciudadanía y
    desarrollo humano, que sirva de base para el diseño de
    medidas y acciones de política.

    Identificación, sistematización y
    divulgación de las experiencias locales, regionales,
    nacionales e internacionales, priorizando las experiencias
    autosostenibles y los enfoques innovadores y
    replicables.

    Trabajo conjunto con los medios de
    comunicación para propiciar y estimular la
    transmisión de mensajes, contenidos y formas que apoyen
    los principios sobre los que se basa la política de
    juventud.

    VII.
    LINEAMIENTOS

    EDUCACION

    La educación es un derecho universal de las
    personas y está garantizado por la Constitución y las leyes. No
    obstante, existe inequidad en el acceso y en la calidad educativa
    que reciben las personas jóvenes.

    Oportunidades para el acceso de las personas
    jóvenes al sistema educativo

    La educación es el canal más eficaz de
    modernización y movilidad social que posibilita el
    desarrollo humano, científico y tecnológico. En
    este sentido, los jóvenes que puedan acceder a una
    educación de calidad no sólo estarían
    adquiriendo conocimientos para la producción o la industria,
    sino para el ejercicio ciudadano, una cultura de equidad,
    cooperación y solidaridad. Para esto se
    propone:

    • Garantizar el acceso a la educación
      básica de calidad en todos los niveles y modalidades
      para todas las personas jóvenes. Asimismo, promover la
      recuperaciòn de los y las jóvenes en
      situación de deserción del sistema educativo, a
      fin que culminen su enseñanza básica y
      superior.
    • Garantizar a las y los jóvenes
      indígenas una adecuada educación bilingüe
      intercultural con énfasis en la comunicación, que
      rescate y valore su identidad idiomática y cultural de
      origen y los inserte en su contexto local, regional y
      nacional.
    • Priorizar la erradicación del analfabetismo entre jóvenes, sobre todo
      en las zonas rurales y urbanos marginales, con énfasis
      en las mujeres.
    • Fomentar y ampliar el uso de las nuevas
      tecnologías de la comunicación e
      información, para potenciar y generar capacidades y
      competencias necesarias para enfrentar exitosamente el mundo
      moderno y para la difusión de programas culturales y de
      educación
      a distancia, con énfasis en la capacitación
      técnica, en todos los niveles y modalidades.

    Mejora de la calidad del sistema
    educativo

    El sistema educativo debe ofrecer una educación
    de calidad, así como una adecuada formación para el
    trabajo en consonancia con los requerimientos del
    mercado.

    • Actualizar y diversificar el currículo existente, de acuerdo a las
      necesidades de un desarrollo integral, personal y
      autónomo, a las innovaciones científicas actuales
      y las exigencias de la
      globalización, adaptándola a las diversas
      realidades locales o regionales y adecuándolo a las
      tendencias del desarrollo y el mercado.
    • Favorecer la formación crítica y
      creativa, la capacidad de auto-aprendizaje e
      inter-aprendizaje, la
      autonomía personal y la actitud
      emprendedora de las personas jóvenes, así como la
      asimilación y ejercicio de valores, eliminando cualquier
      forma de discriminación, marginación y
      exclusión social. Al mismo tiempo, desarrollar las
      habilidades, las destrezas y las actitudes que permitan a los
      jóvenes contar con mayores oportunidades para ingresar
      adecuadamente al mundo laboral.
    • Impulsar la institucionalización de mecanismos
      de participación, apoyando la formación de
      sólidos liderazgos juveniles y la capacidad para
      organizarse autónomamente.
    • Diseñar y fortalecer los mecanismos orientados
      a eliminar la situación de repitencia, el desfase entre
      edad cronológica y grado de estudios (extra edad), y
      deserción de los y las jóvenes del sistema
      educativo, así como políticas de estímulo
      para jóvenes destacados en diversas áreas,
      tomando en cuenta sus potencialidades.
    • Identificar y sistematizar experiencias de
      educación experimental y de metodologías
      innovadoras para jóvenes, utilizadas por entidades
      educativas públicas y privadas, con miras a adaptarlas y
      replicarlas en el sistema educativo.
    • Incorporar los siguientes aspectos en la calidad del
      sistema educativo: buen desempeño ético y profesional del
      docente en el aula, infraestructura que facilite el aprendizaje
      de acuerdo a las diferentes realidades, materiales
      educativos y didáctico-tecnológicos pertinentes y
      al alcance de todos para posibilitar el logro de las metas de
      las estructuras
      curriculares, clima educativo
      favorable al aprendizaje y una gestión de la Comunidad
      Educativa que propicie la incorporación del/la joven
      como actor principal del sistema.
    • Fortalecimiento de la institucionalidad del
      sistema educativo
    • Las instituciones encargadas de la educación,
      a pesar de las acertadas acciones que vienen realizando, no
      resultan suficientes para responder a las exigencias actuales.
      En esta medida se requiere:
    • Diversificar las opciones académicas y
      técnicas del nivel secundario y afianzar
      las actitudes y aptitudes hacia el trabajo, posibilitando que
      las y los jóvenes puedan obtener mayores probabilidades
      de acceso al mercado laboral.
    • Mejorar la articulación entre los distintos
      niveles del sistema educativo, facilitando la transición
      exitosa de los estudiantes hacia el nivel secundario y el nivel
      superior y/o tecnológico, tanto en la educación
      pública como en la privada, acortando las brechas que
      existen entre ambos sectores.
    • Desarrollar el modelo de
      comunidad
      educativa, para integrar a los esfuerzos de cambio, a
      todos los actores involucrados en la problemática,
      promoviendo la formación de redes de comunicación
      y apoyo, con empresas e
      instituciones de la sociedad civil.

    SALUD

    No obstante ser básicamente sana, la
    población joven presenta considerables tasas de morbilidad
    y mortalidad asociadas a las complicaciones del embarazo
    adolescente, el aborto, las
    infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH/SIDA, los
    accidentes de tránsito, y las conductas
    violentas.

    Promoción de estilos de vida
    saludable

    Las condiciones y estilos de vida, en conjunto, afectan
    su salud en sentido integral. Muchas de sus actividades son
    realizadas en condiciones poco saludables, con horarios
    extenuantes, espacios insuficientes, relaciones
    humanas poco gratificantes y prácticas escasamente
    beneficiosas para su desarrollo integral.

    • Fomentar en la familia
      urbana y rural hábitos y actitudes orientadas a una
      cultura de salud integral para sus miembros en armonía
      con su medio ambiente, utilizando los medios de
      comunicación disponibles.
    • Incentivar la práctica de valores de respeto,
      tolerancia, equidad, responsabilidad y solidaridad, como bases para
      la promoción de estilos de vida saludables y
      prevención de la violencia y otras conductas de riesgo que
      afectan a las y los jóvenes.
    • Desarrollar acciones dirigidas a la
      prevención, recuperación y reinserción de
      los y las jóvenes con conductas violentas.
    • Incrementar y optimizar los espacios físicos y
      los recursos institucionales, para un uso saludable del tiempo,
      a través de la recreación, el deporte, el arte, la
      cultura, el turismo y otros
      espacios.
    • Ampliar los contenidos de los programas educativos
      para que se incorporen objetivos referidos a sexualidad,
      educación sexual, paternidad y maternidad responsable,
      prevención de ITS y VIH/SIDA, violencia sexual y
      democratización de las relaciones de
      género.
    • Promover mecanismos orientados a fomentar el uso
      adecuado del tiempo, adecuándolos a los intereses,
      capacidades y gustos de los y las jóvenes, así
      como el respeto a las normas, a fin
      de prevenir situaciones de riesgo.

    Mejora en el acceso a programas y servicios de salud
    de calidad.

    No obstante haberse incrementado la oferta de programas
    y servicios de salud, los jóvenes se mantienen distantes
    de los establecimientos de salud. Frente a esta situación
    recomendamos:

    • Ampliar la cobertura y mejorar la calidad de los
      servicios de salud especializados para jóvenes y
      diferenciados de los servicios generales, haciéndolos
      accesibles, oportunos, confidenciales y cálidos,
      eliminando todo tipo de discriminación y organizando
      redes sociales en su localidad, principalmente en las zonas
      rurales y urbano marginales, localizándolos en lugares
      de tránsito y concurrencia de jóvenes. Especial
      atención se tendrá en el acceso de las y los
      jóvenes con conductas violentas y de jóvenes que
      se dedican a la prostitución.
    • Incorporar la estrategia de
      pares y otras estrategias
      eficientes para el abordaje y con recursos
      humanos suficientes, calificados e identificados con los
      jóvenes, promoviendo la utilización de los
      servicios de salud entre la población
      juvenil.
    • Promover el bienestar integral, procurando disminuir
      las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas a las
      complicaciones del embarazo adolescente, el aborto, las
      ITS, el VIH/SIDA, las conductas violentas, los accidentes de
      tránsito y otras conductas de riesgo.
    • Propiciar una política de capacitación
      permanente, de estímulos e incentivos para
      el personal calificado de las entidades que atienden
      directamente a las personas jóvenes, con énfasis
      en los que se desempeñan en áreas urbano
      marginales y rurales, así como una supervisión de su
      desempeño.
    • Promover la identificación,
      sistematización y divulgación de programas y
      servicios innovadores y exitosos dirigidos a jóvenes,
      desarrollados por el sector público y el privado a nivel
      local, regional, nacional e internacional, así como
      también las actividades desarrolladas por
      jóvenes.

    Promoción de la salud sexual y
    reproductiva

    Parte significativa de los problemas de salud de los
    jóvenes proviene de su actividad sexual y reproductiva.
    Muchas personas jóvenes inician su actividad sexual de
    manera espontánea, poco informada y sin protección
    alguna, en un contexto de relaciones de pareja ocasional o
    escasamente formal. Algo similar puede señalarse sobre las
    formas violentas que muchas veces dan inicio y acompañan
    la actividad sexual de los y las jóvenes.

    La ocurrencia de infecciones de transmisión
    sexual como el SIDA ha
    cambiado las costumbres sexuales de los jóvenes que son
    conscientes del peligro, generando temor en esta etapa de
    crecimiento y desarrollo juvenil. Sin embargo, otro tanto sigue
    practicando conductas de riesgo. De igual manera, el riesgo al
    embarazo no deseado en las mujeres jóvenes, que suele
    estar asociado a la interrupción de la etapa de juventud,
    afecta su proyecto de vida.

    • Sensibilizar a la comunidad en torno al
      respeto de los derechos sexuales y reproductivos de los y las
      jóvenes y promover la vigencia, ejercicio y goce de
      éstos. Asimismo, favorecer la igualdad de oportunidades
      de las madres jóvenes en sus posibilidades de empleo,
      estudio y asistencia médica.
    • Promover una amplia y responsable educación
      sexual en las personas jóvenes a través de sus
      grupos familiares, sus pares, la comunidad educativa, los
      medios de
      comunicación y otros espacios sociales no formales,
      posibilitando que adquieran conocimientos, valores, actitudes y
      prácticas para una sexualidad saludable, plena y
      responsable.
    • Establecer y difundir marcos legales contra
      situaciones de violencia sexual de la que son objeto los y las
      jóvenes en las familias, centros educativos, centros de
      salud, centros laborales y organizaciones en general,
      así como velar por el cumplimiento de los
      mismos.
    • Fortalecer la labor informativa, de
      orientación y consulta de los servicios de salud,
      especialmente en el nivel de atención primaria, en
      áreas rurales y urbano marginales, en materias de
      sexualidad para jóvenes, planificación familiar, prevención
      de las infecciones de transmisión sexual y VIH/SIDA, y
      difusión de derechos sexuales y
      reproductivos.
    • Promover y financiar investigaciones
      en el tema de salud sexual y reproductiva de los
      jóvenes, abordando los factores políticos,
      socio-económicos y culturales que inciden en sus
      comportamientos.

    Prevención del consumo de sustancias
    psicoactivas

    La prevención del consumo de sustancias
    psicoactivas se orienta a evitar que la población joven
    ocasione daño a su salud física, mental y
    social. Los esfuerzos para hacer frente al problema
    deberán orientarse hacia lo siguiente:

    • Informar y educar a las personas jóvenes y a
      sus familias respecto a la prevención del uso indebido
      de sustancias psicoactivas, mediante programas comunitarios y
      de comunicación masiva adaptados a la realidad
      sociocultural de las y los jóvenes, resaltando el
      modelo de
      participación activa juvenil y los programas
      alternativos que fomenten conductas saludables para el
      desarrollo integral de las personas.
    • Desarrollar y fortalecer entre los jóvenes, en
      especial los que se encuentran en situaciones de riesgo,
      factores de protección tales como la autoestima, la
      comunicación, la asertividad,
      y la toma de
      decisiones, entre otras habilidades sociales.
    • Fomentar mecanismos de prevención y defensa
      colectiva frente al consumo de sustancias psicoactivas, como la
      promoción del liderazgo juvenil.

    EMPLEO Y
    CAPACITACION

    Acceso al empleo

    En el contexto actual las personas jóvenes
    encaran serias dificultades para acceder a un puesto de trabajo
    pues enfrentan serios problemas de desempleo y
    subempleo, principalmente las mujeres jóvenes, en
    situación de pobreza, que viven en zonas urbano
    marginales, ciudades de provincias o zonas rurales. Como
    resultado de ello, una proporción importante de
    jóvenes están inmersos en economías de
    sobrevivencia.

    Se evidencia asimismo, dificultades para la
    incorporación adecuada y oportuna en el mercado de trabajo
    de aquellas personas jóvenes que abandonaron la
    educación formal, o para aquellas con acreditación
    de educación pública.

    Una mención específica merece las
    limitaciones planteadas por la segmentación del mercado laboral, que
    reducen las oportunidades de desarrollo laboral al determinar
    espacios y funciones femeninas y masculinas, ocasionando serias
    restricciones al potencial económico y de trabajo de las
    mujeres jóvenes.

    Entre las líneas de acción se deben
    considerar las siguientes:

    • Incentivar la generación de empleo adecuado
      para jóvenes, eliminando todo tipo de obstáculos
      y discriminación, en particular la de género y de
      la que son objeto los egresados de la educación
      pública.
    • Promover programas de apoyo y asesoría para la
      gestión, comercialización y financiamiento de las PYMES
      gestionadas por jóvenes y sus organizaciones,
      favoreciendo su acceso al crédito formal, a fin de estimular sus
      iniciativas económicas.
    • Promover la contratación laboral adecuada de
      personas jóvenes por parte de entidades públicas
      y privadas, ampliando y promoviendo programas laborales para la
      incorporación de practicantes y de jóvenes sin
      experiencia laboral previa.
    • Ampliar y diversificar la información sobre
      los requerimientos del mercado de trabajo disponible para las
      personas jóvenes, promoviendo además la
      inserción de mujeres en puestos no
      tradicionales.
    • Fomentar y estimular la creación de formas de
      auto-empleo juvenil, dotándolos de apoyo crediticio,
      capacitándolos y asesorándolos
      técnicamente para el desarrollo de sus iniciativas
      productivas, enfatizando aquellas que se orienten a eliminar
      estereotipos de género.
    • Fomentar espacios participativos de
      concertación y negociación, entre el sector
      público, privado, ONGs, organismos internacionales y
      organizaciones juveniles para formular planes y estrategias
      encaminadas a generar empleos de calidad.
    • Fomentar programas nacionales, regionales y locales
      de generación de empleo juvenil, que favorezcan la
      incorporación adecuada de las personas jóvenes al
      mercado de trabajo, dinamizando los nichos económicos
      con mayores posibilidades en el mercado local y
      global.
    • Promover medidas de atención integral
      orientadas a conciliar las responsabilidades familiares y
      laborales de parejas jóvenes o personas jóvenes
      que trabajan, eliminando de esta manera las barreras que les
      impiden acceder o mantenerse en el empleo en mejores
      condiciones.

    Mejora de la calidad del empleo

    Los empleos ofrecidos a las y los jóvenes en el
    mercado de trabajo, resultan escasos y precarios la
    mayoría de las veces. En este sentido, la población
    joven, particularmente aquella de menores recursos y con escasa
    escolaridad y capacitación para el trabajo, se inserta
    generalmente en empleos de baja productividad y
    baja remuneración, sin ningún tipo de seguridad social,
    con deficientes condiciones de trabajo.

    Asimismo, la oferta laboral orientada a las personas
    jóvenes se caracteriza por la eventualidad, lo que genera
    situaciones de inestabilidad que vulnera los derechos laborales y
    económicos de la población joven, recortando en la
    práctica las expectativas y proyectos personales y
    sociales.

    En este marco, son las y los jóvenes rurales e
    indígenas y sobre todo las mujeres jóvenes, las que
    en mayor medida deben enfrentar este conjunto de situaciones que
    poco o nada contribuyen al desarrollo juvenil
    integral.

    Entre las líneas de acción a seguir,
    pueden contemplarse las siguientes:

    • Fortalecer, descentralizar y ampliar la cobertura y
      las instancias de defensa y difusión de los derechos
      laborales orientadas a la población juvenil, a fin de
      hacerlas más accesibles a sus denuncias y mejorar las
      condiciones de trabajo en la que se insertan las personas
      jóvenes, especialmente en los empleos de
      riesgo.
    • Fomentar mecanismos de supervisión de empleos
      ofrecidos a la población joven, a fin de enfrentar y
      corregir situaciones de discriminación laboral que
      afectan a las personas jóvenes por razones de
      género, origen étnico, procedencia de
      educación pública u otras, así como para
      enfrentar la situación de precariedad
      laboral.
    • Regular y supervisar toda forma de
      subcontratación laboral, a fin de evitar la
      vulnerabilidad de hecho de los derechos económicos y
      sociales de las personas jóvenes.
    • Promover la capacitación y entrenamiento
      de las y los jóvenes en sus empleos, incentivando la
      capacitación en los centros laborales, que posibilite su
      perfeccionamiento y mejore sus oportunidades.
    • Incentivar la productividad, innovació,
      creatividad
      y calidad en las empresas
      juveniles, así como la participación activa de
      las y los trabajadores jóvenes en la gestión de
      sus unidades productivas.
    • Promover en las zonas rurales, medidas para el acceso
      y la regularización de la tenencia de la tierra y
      el manejo de agua,
      involucrando a la población joven.
    • Promover en las zonas rurales, mecanismos orientados
      a facilitar el acceso de las y los jóvenes al crédito, tecnología e insumos, a
      fin de propiciar el desarrollo
      económico de esta población.

    Capacitación para el empleo y la
    generación de ingresos

    La oferta de capacitación laboral para las
    personas jóvenes en el momento actual resulta poco
    accesible para la mayoría de ellas, insuficiente en su
    contenido y limitada cobertura local, regional y nacional. De
    otro lado, las oportunidades de acceder oportunamente a una
    capacitación apropiada y de calidad, están
    condicionadas a la situación socioeconómica,
    ámbito geográfico y cargas familiares de las
    personas jóvenes, lo que genera serios problemas y
    restricciones para la promoción y el fortalecimiento de
    sus potencialidades.

    La capacitación técnica y superior
    ofrecida, generalmente está orientada a jóvenes con
    mínimos recursos económicos, sociales y familiares,
    en virtud del costo, tiempo de
    duración y tipo de ocupaciones que conlleva. Asimismo,
    tiende a ser convencional y presenta escasos vínculos con
    las técnicas de producción e innovaciones y cambios
    tecnológicos y organizacionales, así como con la
    alta tecnología y herramientas informáticas
    actualmente en uso.

    Debe enfatizarse además que a esta
    capacitación, con las características antes señaladas, se
    suma una insuficiente educación para el trabajo en el
    sistema educativo formal, en el que todavía se plantea
    contenidos estereotipados de formación laboral
    desvinculada de la realidad socioeconómica, lo cual
    impiden una estrecha relación entre educación,
    empleo y desarrollo.

    En este contexto, la población joven,
    principalmente aquella de escasos recursos, proveniente de zonas
    rurales y de ciudades de provincias, migrante y con carga de
    familia,
    enfrenta una mayor dificultad para capacitarse e insertarse
    adecuadamente en el mercado de trabajo.

    Entre las líneas de acción se proponen las
    siguientes:

    • Revalorar socialmente las ocupaciones y los oficios
      técnicos, artísticos y agropecuarios como
      vía de capacitación y formación para el
      trabajo, incorporando componentes de gestión
      organizacional, productividad, alta tecnología e
      informática, a fin de constituirse en una
      nueva alternativa empresarial.
    • Crear y ampliar programas de capacitación
      laboral para jóvenes que realizan prácticas
      laborales, de modo que les permita desarrollar conocimientos de
      alta tecnología, competencias básicas para el
      trabajo y experiencias demandadas y reconocidas en el mercado
      de trabajo.
    • Mejorar la capacitación técnica
      superior, orientándola a los requerimientos del mercado
      de trabajo y vinculándola a la realidad
      socioeconómica y cultural de cada localidad.
    • Crear y mejorar los mecanismos de acreditación
      de la capacitación, posibilitando que el aprendizaje
      realizado por los jóvenes tenga valor real
      en el mercado ocupacional.
    • Fomentar mayores posibilidades de capacitación
      laboral, en particular para las mujeres jóvenes en
      situación de pobreza de zonas rurales y de ciudades de
      provincias, consolidando y sosteniendo mecanismos que permitan
      su participación efectiva en el mercado, fomentando el
      uso de nuevas
      tecnologías.
    • Propiciar modalidades de capacitación
      coordinadas con las empresas tanto privadas como estatales,
      involucrando financiera y pedagógicamente, al sector
      empleador en la realización de estas
      acciones.

    Reversión de los efectos de la carencia de
    empleo

    Las secuelas de los cambios sociales y transformaciones
    estructurales desarrolladas durante la década, agudizaron
    las difíciles condiciones socioeconómicas y de
    empleo en las familias, impactando negativamente en las
    posibilidades de desarrollo de los jóvenes.

    De otro lado, las dificultades para incorporar a las
    personas jóvenes al mercado de trabajo, afectan el
    desarrollo
    económico tanto local, como regional y nacional,
    generando condiciones sociales negativas en la población
    joven, especialmente entre la que se encuentra en
    situación de pobreza y pobreza extrema, alterando su
    proyecto de vida y posibilidades de integración en su
    propia comunidad, provocando altos índices de
    migración y vulnerabilidad social.

    Entre las líneas de acción pueden
    señalarse las siguientes:

    • Priorizar en el presupuesto
      público, los programas de capacitación en
      gestión, formación técnica, orientada a
      jóvenes desempleados y de escasos recursos, provenientes
      de zonas marginales y rurales principalmente, con miras a
      fomentar actividades de auto-empleo.
    • Crear y/o mejorar los sistemas de
      apoyo financiero para jóvenes y parejas jóvenes,
      permitiéndoles acceder a créditos con tasas preferenciales,
      fomentando a la vez la generación de micro y
      pequeñas empresas familiares.
    • Promover la descentralización fomentando polos de
      desarrollo cuyas condiciones socio-económicas incentiven
      la migración de las parejas jóvenes.
    • Favorecer el retorno parcial o definitivo, de los y
      las migrantes jóvenes a sus localidades de origen, de
      manera libre y voluntaria, promoviendo en éstas,
      actividades económicas y socio-culturales que les
      permitan aportar las capacidades adquiridas.
    • Desarrollar estrategias preventivas y de
      consolidación de desarrollo económico y social en
      las comunidades locales, para desalentar la migración de
      jóvenes.

    CIUDADANIA

    Participación Juvenil

    La ausencia de mecanismos que promuevan la
    participación juvenil afecta la comunicación de las
    personas jóvenes con otros actores sociales, ocasionando
    que las demandas, aspiraciones y propuestas de las personas
    jóvenes no sean consideradas prioritarias en los espacios
    que se toman las decisiones.

    Ante la escasa influencia en los espacios de
    gestión y dirección social de los jóvenes y
    sus organizaciones, es importante desarrollar un proceso
    descentralizado de promoción del liderazgo juvenil
    democrático y de fortalecimiento y articulación de
    sus organizaciones en el ámbito local, regional y
    nacional, estableciendo redes y alianzas estratégicas con
    entidades públicas y privadas, orientadas a formular un
    proyecto de desarrollo integral para las personas
    jóvenes.

    Entre las líneas de acción consideramos
    las siguientes:

    • Impulsar la plena y efectiva participación
      política, económica y social de los
      jóvenes, para garantizar el ejercicio pleno de sus
      derechos y responsabilidades y fomentar la igualdad de
      oportunidades para las y los jóvenes.
    • Fomentar y desarrollar espacios, canales y mecanismos
      formales y no formales de participación juvenil en las
      entidades públicas y privadas, especialmente en el
      ámbito local, para posibilitar la participación
      de las y los jóvenes en las decisiones que les
      afectan.
    • Fomentar mecanismos, espacios de diálogo, consulta y concertación,
      entre autoridades y representantes de las y los jóvenes,
      donde prime una actitud
      democrática y una comunicación
      horizontal.
    • Incentivar el protagonismo y liderazgo de los
      jóvenes en organizaciones vecinales, sociales,
      políticas, educativas, religiosas, entre otras, para
      optimizar la representación de sus intereses,
      sensibilidades y puntos de vista.
    • Promover un proceso descentralizado de
      promoción del liderazgo juvenil democrático, que
      propicie y motive la participación juvenil en las
      instancias de decisión relativos a las políticas
      y programas, y a los proyectos de desarrollo local, regional y
      nacional.

    Organización Juvenil

    No obstante el aporte realizado por las organizaciones
    juveniles exitosas, éstas enfrentan serias limitaciones
    para su desarrollo, organización, de representatividad y
    proyección en el tiempo. La dificultad para comprender sus
    particulares perspectivas de acción y la escasez de
    recursos económicos y materiales con los que cuentan, son
    factores que entorpecen su desarrollo.

    Entre las líneas de acción se pueden
    considerar las siguientes:

    • Propiciar el fortalecimiento, participación,
      articulación y el reconocimiento de las organizaciones
      juveniles y sus redes, en torno a los
      intereses comunes de los propios jóvenes, respetando su
      autonomía y transfiriéndoles herramientas
      conceptuales y metodológicas además de los
      recursos necesarios para su desarrollo integral.
    • Fomentar entre las y los jóvenes no
      organizados, la creación de nuevas organizaciones
      juveniles, o su incorporación a las existentes,
      reconociendo su autonomía, desarrollando sus capacidades
      y promoviendo mecanismos para facilitar su
      participación.
    • Promover la coordinación entre organizaciones
      juveniles, fomentando el intercambio de capacidades y
      experiencias, el desarrollo de acciones conjuntas, la
      formación de redes juveniles y espacios de
      concertación para la acción, el seguimiento y
      monitoreo de las políticas y programas orientados hacia
      ellos.
    • Fomentar la formación y capacitación de
      líderes, en coordinación con las organizaciones
      juveniles, mejorando la capacidad de gestión de sus
      organizaciones, en un marco de relaciones
      democráticas.
    • Estimular las relaciones intergeneracionales,
      promoviendo el intercambio de experiencias y conocimientos
      entre adultos y jóvenes a fin de propiciar la
      formación de nuevos modelos de
      liderazgos juveniles en sus organizaciones.
    • Promover la sistematización y difusión
      de las experiencias organizativas juveniles innovadoras y
      exitosas, incorporando los códigos comunicacionales,
      estilos y modos organizativos de las y los
      jóvenes.
    • Canalizar y difundir las propuestas innovadoras y
      creativas presentadas por las organizaciones juveniles, con la
      finalidad de fortalecer y apoyar sus iniciativas.

    Revaloración de la Imagen de los
    Jóvenes

    Actualmente, en la opinión
    pública, la imagen de las personas jóvenes
    está identificada con aspectos negativos. Una
    proporción importante de adultos los considera inexpertos,
    irresponsables e inmaduros, configurando de esta manera una
    situación de marginación y exclusión social,
    que afecta mayormente a jóvenes de las zonas urbano
    marginales. Asimismo, se tiende a resaltar situaciones vinculadas
    con la delincuencia,
    la
    drogadicción, el pandillaje, las barras bravas, la
    apatía, la desorientación, lo que genera una imagen
    del/la "joven problema".

    Entre las líneas de acción se deben
    destacar las siguientes:

    • Propiciar la valoración e importancia de
      manifestaciones, iniciativas productivas, culturales y
      prácticas positivas individuales y grupales de las
      personas jóvenes, en concertación con las
      organizaciones de la sociedad civil y la empresa
      privada, particularmente los medios de comunicación, en
      especial de los sectores urbano marginales y
      rurales.
    • Promover y fortalecer los espacios de encuentro y
      reconocimiento mutuo, entre jóvenes de distintos
      sectores sociales y ámbitos geográficos,
      respetando su carácter
      autónomo, favoreciendo el diálogo y la identidad generacional,
      así como impulsando el intercambio cultural.
    • Desarrollar entre las y los jóvenes, actitudes
      democráticas y solidarias con perspectiva de
      género, respetuosas de los derechos ciudadanos y de la
      diversidad cultural, propiciando que las personas
      jóvenes rechacen toda forma de discriminación,
      exclusión social, violencia y otras.

    Institucionalidad Pública

    A pesar de los esfuerzos de articulación entre
    las instituciones del Estado que abordan el tema de juventud,
    éstos resultan aun insuficientes, haciéndose
    necesaria la creación de mecanismos que permitan una mejor
    coordinación entre los diferentes sectores, a fin de
    comprender, procesar y atender, con enfoque multisectorial y en
    forma satisfactoria, las demandas juveniles, concertando
    eficientemente la acción del Estado y de la sociedad civil
    en una política integral de juventud.

    Entre las líneas de acción a
    implementarse, se sugieren las siguientes:

    • Fortalecer el rol promotor, normativo y coordinador
      de la instancia encargada del tema de juventud al interior del
      sector público, articulando las diferentes
      políticas sectoriales, formulando políticas
      integrales de juventud y propiciando el contacto con
      instituciones internacionales especializadas.
    • Incorporar a las organizaciones de la sociedad civil
      involucradas en el tema, especialmente a las organizaciones
      juveniles, en el nivel de toma de
      decisiones, así como en el diseño,
      implementación y evaluación de las
      políticas y programas dirigidos a jóvenes,
      respetando sus iniciativas y propuestas.
    • Promover una legislación que beneficie a la
      juventud asegurando su participación en el proceso, de
      modo que promueva su desarrollo integral y defienda sus
      derechos individuales y colectivos.
    • Promover la creación y actualización de
      un Sistema de
      Información Nacional de Juventud con relación
      a los múltiples aspectos de la vida de los y las
      jóvenes, que permita diseñar acertadamente e
      implementar eficientemente las políticas y los programas
      orientados hacia ellos/ellas.

    Identidad e Intercambio

    Las personas jóvenes, al igual que muchos
    adultos, sienten que nuestro país presenta limitados
    horizontes de futuro, lo que despierta sensaciones de alejamiento
    respecto a la visión de una identidad
    nacional.

    En este marco, resulta fundamental establecer acciones
    orientadas al intercambio de experiencias y propuestas, el
    conocimiento mutuo y el diálogo entre los propios
    jóvenes, fortaleciendo una conciencia
    nacional.

    Entre las líneas de acción se pueden
    enunciar:

    • Generar y fortalecer los espacios de encuentro e
      intercambio de experiencias entre las organizaciones juveniles
      de diferentes localidades y ámbitos geográficos
      del país, para propiciar el
      conocimiento y análisis de la realidad nacional y el
      respeto y valoración de la diversidad
      cultural.
    • Promover la creatividad de los jóvenes, a
      partir del incentivo y difusión de las iniciativas y
      expresiones culturales juveniles, incorporándolas como
      aporte a la formación de su identidad local, regional y
      nacional.
    • Promover la valoración de las culturas locales
      y regionales entre las personas jóvenes, a fin de
      fortalecer la identidad
      nacional.
    • Promover el respeto a la diversidad y la
      interculturalidad en la juventud, propiciando la
      participación de los jóvenes en los sistemas de
      intercambio cultural con sus pares de los países de la
      región.

    Juan Pacora

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