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El cultivo de la pera




Enviado por lexquilax



    1. Resumen
    2. Antecedentes
    3. Variedades
      comunes
    4. Cultivares
    5. Portainjertos del
      peral
    6. Requerimientos
      climáticos
    7. Condiciones edáficas para
      el peral
    8. Labores de
      cultivos
    9. Plagas y
      enfermedades
    10. Enfermedades por hongos del
      suelo
    11. Cosecha,
      comercialización y perspectivas
    12. Perspectivas del cultivo de peral
      en México
    13. Bibliografía

    Resumen

    El presente trabajo es una revisión sobre los
    aspectos de más importancia del sistema de
    producción de la pera en México.

    Palabras claves: Pera, Sistemas de
    producción, Frutales.

    Introducción

    En México el cultivo de las pomaceas como la
    manzana y la pera, muestra
    interesantes etapas que han ido mas o menos paralelas a los
    diferentes periodos de nuestro desarrollo
    económico, social y político (Arguello,
    1973).

    Las introducciones de estas especies frutícolas a
    América
    y en especial a nuestro país, datan de la época de
    la conquista española, en la que los padres misioneros
    introdujeron variedades de manzano que como la blanca de Austria
    que se adaptaron a determinadas regiones de nuestro país,
    cuyos mutantes conocidos con los nombres de perón,
    perón cristalino y perón de canatlán, aun se
    cultivan dada su buena adaptación a determinadas
    áreas por su rusticidad, características de fruto y cualidades
    polinizadoras (Arguello, 1973).

    Posterior a esta época, fueron los antiguos
    hacendados quienes introdujeron variedades principalmente
    Europeas, y las establecieron en pequeños huertos en lo
    que se conocía como cascos de las haciendas, en las que se
    encontraban plantadas diferentes especies de frutales sin seguir
    orden alguno, y con el único fin de que la
    producción satisfaciera las necesidades de sus
    propietarios. Esta es la razón de que encontremos
    subsistiendo en forma diseminada árboles
    de pera y manzano cuyos nombres originales se han perdido y han
    sido sustituidos por nombres regionales constituyendo este tipo
    de perales y manzanos un valiosos material genético que
    hasta hoy no se ha utilizado convenientemente (Arguello,
    1973).

    La cosecha de Pera en el país es muy reducida si
    se toman en cuenta las necesidades de consumo
    nacional por lo que debe incrementarse de manera considerable
    para beneficio de la dieta y economías
    nacionales.

    La producción nacional esta constituida en su
    mayor parte por frutas provenientes de variedades criollas de
    escaso valor
    comercial. No obstante, es posible encontrar dentro de la gran
    población de perales criollos tipos de
    valor comercial.

    También ocurre al mercado interno
    una producción bastante considerable de plantas de la
    variedad Keiffer, muy extendida en el país pero con
    características comerciales mediocres.

    El problema fundamental en relación con este
    frutal es el mismo que confrontan otras especies como lo es la
    carencia de un grupo definido
    de variedades comerciales selectas para diferentes fines: Consumo
    en fresco, elaboración de jugo, conservas y frutos
    deshidratados (Arguello, 1973).

    Es importante la exploración de las áreas
    cultivadas con peral para la localización de ejemplares
    con características sobresalientes en propagación y
    prueba de los mismos, con fines a la formación de nuevas
    huertas con variedades nacionales.

    La pera es una fruta de tamaño pequeño, de
    forma clásica, epidermis de color verde
    amarillento con pigmentación roja, pulpa verde claro, con
    granulaciones rodeando las semillas en forma muy irregular, color
    blanco de aspecto rugoso, probablemente inmaduras, teniendo
    epidermis con grietas necrosas pequeñas (Arguello,
    1973).

    Antecedentes

    Clasificación
    taxonómica del peral

    Reino: Vegetal

    División: Traqueofitas

    Subdivisión: Pteropsidas

    Clase: Angiospermas

    Subclase: Dicotiledóneas

    Orden: Rosales

    Familia: Rosaceae

    Subfamilia: Pomoideae

    Genero: Pyrus

    El género
    Pyrus es un miembro de la familia
    Rosácea y de la subfamilia Pomoideae; Pyrus comprende
    más de 20 especies, todas nativas de Europa y Asia muchos de
    esos tipos son similares por lo que su clasificación es
    comúnmente difícil (Coutangeau, 1970).

    Variedades comunes

    Las variedades de pera pueden ser clasificadas en dos
    grupos
    generales: Los tipos Franceses o de origen Europeo (Pyrus
    communis L.), y los tipos de Híbridos, los cuales se
    originaron por las cruzas entre las variedades europeas y las
    especies orientales.

    En general las variedades Europeas son más altas
    en calidad, pero
    más susceptibles a la mancha de fuego. A acusa de estos,
    los tipos que mejor se adaptan son:

    Anjou

    Es una pera grande y verde de origen francés,
    esta variedad es la más importante de invierno la que le
    sigue es la Bartlett en la producción total en los
    Estados
    Unidos. La fruta es atractiva y de lata calidad para los
    postres. El peral es vigoroso y crece a gran tamaño,
    aunque su principal ventaja es la resistencia a la
    mancha de fuego, sin embargo se podría decir que es un
    árbol resistente y fructífero pero un productor
    lento. Una poda detallada y rigurosa mejora la
    fructificación en lo árboles más
    viejos.

    Bartlett

    Esta variedad se considera una fruta de sabor y textura
    inigualables por otras variedades comerciales. Los árboles
    se adaptan en una extensa zona geográfica y a una gran
    variedad de suelos y
    condiciones climáticas, son proliferas, con
    producción regular y de frutos que soportan ciertos
    maltratos en el manejo. La temporada de recolección del
    fruto es de los primeros días de Julio hasta fines de
    Agosto.

    En Europa, Norte América, Sudamérica,
    África y Australia podemos encontrar a la especie Pyrus
    communis como la más comercializada, la especie
    Pyrus nivalis Jacq. conocida como "pera nieve" se cultiva
    en Europa, aunque en proporción menor, hablando de
    superficie sembrada, en comparación con la especie
    anterior, esta pera se utiliza en la elaboración de vino
    (Coutangeau, 1970).

    En algunas partes de Norte América los
    híbridos entre la especies P. communis, P.
    pirofolia (Burn) Nak, se cultivan para ser procesada. En el
    Sur y Centro de China y en
    Japón
    P. pirofolia , conocida también como pera de arena,
    es la principal especie cultivada, en esta región de Asia
    encontramos las siguientes especies de Pyrus:
    assuriensis, bretschneideri Rehd; que es un
    híbrido de betulaefolia Bge. En el sur de China y
    Norte de la India , se
    cultivan selecciones de P. pahia. Otras especies se
    cultivan como portainjertos y con propósitos ornamentales
    y muy pocas se producen con fines de obtener el fruto
    (Coutangeau, 1970).

    Cultivares

    El éxito
    de una plantación se fundamenta en la adecuada selección
    de la variedad a cultivarse, tomando en consideración el
    suelo y las
    condiciones climáticas de la región. En
    México las peras que se tienen son de la especie europea
    Pyrus comunnis, recientemente en algunos campos
    experimentales se están evaluando peras asiáticas
    P. serotina, P.ussuriensis como con
    Ya-Li, Tsu-Li, Shinserki y 20th Century (Bustamante,
    1991).

    Reproducción

    Casi todos los cultivares de pera se reproducen
    asexualmente por injertos de yema o vareta en portainjertos
    mejorados de pera siendo, una fase esencial del mejoramiento
    genético de este cultivo (Moore y Janick,
    1993).

    Patrones para el
    peral

    Los patrones comúnmente empleados para la
    propagación de esta especie son el peral y el membrillero,
    pudiéndose obtener unos y otros tanto de semilla como
    multiplicados vegetativamente (Martínez, 1982).

    El primero de estos patrones era el único
    empleado hasta ahora en las plantaciones de tallo alto y
    árboles a todo viento; el segundo se reservaba para
    plantaciones con árboles de formas restringidas y
    dirigidas, como palmetas, cordones, etc (Martínez,
    1982).

    El peral sobre franco de semilla crece vigorosamente,
    aunque la variedad sea relativamente débil, retrasando la
    fructificación hasta después del octavo año,
    dependiendo este carácter
    de la variedad. El volumen de copa
    alcanzado en condiciones normales y la plena
    fructificación no suele alcanzarse sino hasta
    después de los 15 años. Todas las variedades se
    adaptan bien a este patrón, si bien se recomienda
    especialmente para las de verano, de fruto de pequeño
    tamaño o de coser (Martínez, 19??).

    Portainjertos del
    peral

    Francos

    Los francos del peral se obtienen, generalmente, de las
    semillas de variedades de peral o de variedades secundarias
    procedentes del genero
    Pyrus.

    Son potainjertos muy vigorosos que pueden dar un
    desarrollo
    considerable a la variedad injertada sobre todo si se trata de
    variedades naturalmente vigorosas tales como, Mantecosa Hardy y
    Curé. No es raro encontrar árboles viejos de estas
    variedades que lleguen a alcanzar y a veces exceder los 8 m.
    (Coutangeau, 1970).

    Las plantas procedentes de semilla tienen un sistema
    radicular formado por raíces gruesas y pivotantes. A estas
    grandes posibilidades de desarrollo radicular deben los
    árboles injertados sobre franco su vigor
    excepcional.

    La ausencia casi general de raicillas es una de las
    razones por las que el desarrollo es mas lento al principio que
    el obtenido para otros portainjertos y que los árboles
    estén como parados uno o dos años después de
    su transplante.

    El franco presenta el interés de
    la gran resistencia a la caliza, lo cual permite el cultivo del
    peral en suelos no aptos para el membrillero.

    Según el origen geográfico, se clasifican
    estas especies en dos grupos: los occidentales y los orientales
    (Coutangeau, 1970).

    Especies
    Occidentales

    En Francia una
    buena parte de los patrones francos se obtiene con semillas de
    las variedades de peral de la región de Domfront. Estas
    variedades pertenecen a especies de P. communis, P. nivales, P.
    salicifolia. Tanto las mezcla de especies como de variedades
    produce un alto grado de heterogeneidad. Esta heterogeneidad
    podría reducirse si se hiciese una elección
    cuidadosa de las variedades productores de semilla.

    En Alemania se ha
    extendido el tipo Kirchensaller procedente de una variedad que
    proporciona homogeneidad en el árbol.

    En Estados Unidos se obtienen francos a partir de
    semillas de la variedad Williams y Winter Nellis por tener poca
    sensibilidad "al decline de la pera".

    También se utiliza multiplicada vegetativamente
    la variedad Oldhome, perteneciente a la especie P. communis,
    debido a su resistencia al "al decline de la pera" y al "fire
    bligth".

    Por otra parte los francos procedentes de semillas de P.
    amigdaliformis tienen mayor resistencia a la sequía y a la
    caliza, son de vigor medio con buena afinidad a las variedades de
    P. communis (Coutangeau, 1970).

    Especies
    Orientales

    Tienen su origen en China y Japón y pueden
    citarse entre las mas importantes: P. ussuriensis, P. serotina,
    P. calleryana, P. betulaefolia, cuyos francos han sido utilizados
    principalmente en Estados Unidos.

    Las primeras tres son resistentes al fire bligth; P.
    betulaefolia no lo es pero soporta bastante bien los suelos
    calizos. Sin embargo, los patrones procedentes de estas especies
    son muy heterogéneos en cuanto a vigor y su afinidad con
    las variedades cultivadas no es satisfactoria y frecuentemente
    transmiten a los frutos de las variedades sobre ellas injertadas
    el accidente fisiológico denominado "blackend"
    (Coutangeau, 1970).

    Portainjertos y
    propagación de peral en
    México

    El peral en México se propaga sobre porta
    injertos de la misma especie, pero una gran proporción (en
    el centro del país), están injertados sobre
    tejocote criollo (Crateagus pubescens), que proviene de
    semillas. Los portainjertos de pera pueden provenir de semilla,
    de hijuelos, por el enraizamiento de estacas con auxinas
    (Herrera, 1985), o bien aunque no es muy común por acodo
    aéreo (Vidal et. al, 1991).

    La influencia del porta injerto sobre la
    floración y la fructificación en peral es muy
    marcada. Evaluaciones de pera "Paraíso" injertado sobre
    pera "San Juan" y tejocote criollo, han mostrado efectos
    positivos, ya que en peral "San Juan" indujo a una mayor
    floración, más fructificación, menor
    porcentaje de frutos agrietados y frutos de forma más
    alargada (Corrales, et. al., 1987).

    El peral cuando se injerta sobre tejocote presenta un
    ligero grado de incompatibilidad que se manifiesta en algunas
    ocasiones en necrosis en la zona de injertación, un sobre
    vigor del patrón en relación al injerto y como son
    dos especies y géneros distintos también se
    presentan diferencias en la concentración de
    nutrientes.

    En estudios realizados en el estado de
    Morelos se detecto que la concentración de N, P, K, Mn y
    Zn, fue mayor en la corteza del tejocote (portainjerto), en
    cambio el Ca,
    Fe y Cu fue mayor en la parte del peral (injerto), por lo que
    esto se asocia con algunos problemas de
    la deficiencia en las hojas y de cuarteadura de frutos (Borys y
    Bustamante, 1991).

    La incompatibilidad es más evidente cuando se
    injertan peras asiáticas sobre el tejocote, ya que
    éstas crecen de 1 a 3 años, pero al final terminan
    por morir (Bustamante, 1993).

    Requerimientos
    climáticos

    Los requerimientos de frío invernal varían
    según los distintos cultivares como lo muestra el cuadro
    siguiente:

    Cultivar

    Horas frío

    Flordahome

    Hood

    Comice

    Orient

    Spadona

    Pincapple

    Kieffer

    Bartlett

    Buerre d´Anjou

    Seckel

    Winter Nelis

    Buerr Bosvc

    Ya-Li

    Tsu-Li

    Shinserki

    20th
    Century

    250

    350

    450

    500

    400

    500

    500

    900

    700

    850

    900

    900

    550

    550

    550

    550

    Los de muy bajo requerimiento de frío son escasos
    y la calidad de sus frutos es mediana. Es importante considerar
    la regularidad de la brotación en los cultivares
    establecidos en un huerto, ya que requieren de buena
    polinización cruzada para su máxima
    producción (Díaz, 1987)

    Las peras toleran una extensa escala de
    condiciones climáticas; por ejemplo en la costa del
    pacífico se cultivan variedades comerciales que requieren
    un período bastante considerable de temperaturas
    frías, en general se habla de por lo menos 1,200 horas
    abajo de los 7ºC, durante el invierno a fin de completar su
    periodo de letargo y poder brotar
    vigorosamente durante la primavera (AID, 1967).

    En la actualidad se han desarrollado variedades con
    menor requerimiento de frío invernal a fin de poder
    adaptar al peral a zonas donde el numero de horas frío es
    limitante.

    Los perales pueden resistir sin daño alguno
    temperaturas tan bajas como -26 ºC, siempre y cundo no
    perduren por mucho tiempo, ya que el
    peral es más sensible que los manzanos.

    En cuanto a requerimientos de humedad, la presencia de
    riego en la mayoría de las zonas productivas no hace a la
    humedad limitante para la distribución de este frutal, sin embargo en
    zonas de temporal se requiere de un promedio de 880 mm. de
    precipitación por año.

    Otro factor importante en la ubicación de huertos
    de perales es ubicarlos en zonas libres heladas de primavera; ya
    que este tipo de eventos
    dañan fácilmente a los botones florales y en caso
    de presentarse temperaturas de 3ºC o más bajas se
    pueden quemar los botones ya abiertos, de esto se desprende que
    variedades de brotación temprana son más
    susceptibles a estos daños, y si aunamos a esta
    condición de heladas tempranas, la de establecer los
    huertos en tierras bajas donde la aereación no es muy
    buena (AID, 1967).

    Condiciones edáficas
    para el peral

    El mejor suelo para peras es profundo, de textura media,
    bien drenado, fértil y fácilmente trabajable.
    Aunque las peras prosperarán mejor en un suelo así,
    lo harán razonablemente bien en suelos con la capa
    freática bastante alta, pobremente aireados, o de textura
    muy pesada para la mayoría de los otros frutos
    caducos.

    Los perales pueden desarrollarse bien en suelos muy
    pesados y resistir condiciones desfavorables de humedad del
    suelo.

    Labores de cultivos

    Las labores más practicadas son: deshierbes con
    el fin de facilitar las operaciones
    subsecuentes como riegos, aspersiones y cosecha; incorporar las
    siembras protectoras y abonos; preparar el suelo como semillero
    para las siembras protectoras y para conservar humedad. La
    técnica más común es arar el terreno con la
    siembra protectora (AID, 1967).

    Una siembra protectora ayuda a mantener el nivel de
    materia
    orgánica y previene de la erosión,
    esto mejora la textura del suelo y ayuda a la penetración
    del agua.

    Durante el otoño, invierno y comienzos de la
    primavera, el crecimiento de algunas siembras de
    protección para ser incorporadas al suelo es una excelente
    práctica. La elección de una siembra protectora
    esta determinada por el medio
    ambiente, el terreno y la provisión de agua y temperatura;
    de ellas las más comunes son las leguminosas anuales
    (trébol dulce y arveja entre otras), mostaza y cereales
    (cebada y avena); las cuales son plantadas a mediados de
    septiembre o en octubre a fin de que en el tiempo de frío
    se encuentren establecidas (AID, 1967).

    Densidad de la
    plantación

    Esta dependerá del vigor del portainjerto y del
    cultivar, además de las condiciones edáficas y
    climáticas del lugar. Se pueden tener distancias de
    plantaciones desde 2 X 3 m hasta 7 X 7 (Bustamante,
    1991).

    Riego

    La dotación de agua a los árboles en los
    lugares irrigados, es una de las mas importantes operaciones para
    el éxito del cultivo comercial de la pera, ya que cuando
    se presenta sequía en la huerta los frutos pierden
    tamaño y por ello la producción se ve bastante
    reducida; por otra parte, el uso de demasiada agua puede crear
    problemas de pudrición en las raíces cuando los
    suelos son pobremente drenados.

    Los métodos de
    riego más utilizados en los huertos de pera son por
    inundación o represa, utilizado en suelos nivelados y de
    textura pesada. Generalmente se utiliza de 15 a 20 cm por acre a
    fin de tener una humedad uniforme en el suelo.

    En terrenos moderadamente inclinados el método de
    asequias o surcos es el mas utilizado, se abren 4 o 5 surcos con
    igual espaciamiento entre cada hilera de árboles, con una
    inclinación moderada no mayor de 10 a 15 cm por cada 30 m
    a fin de evitar problemas de erosión.

    Este método presenta la desventaja de no poder
    distribuir de manera uniforme el agua de
    riego, ya que con frecuencia en la parte mas baja del surco se
    acumula una mayor cantidad de agua.

    El tercer método es la aplicación por
    medio de aspersores; se utiliza en suelos bastante inclinados y
    de textura gruesa; por este método todo el suelo se
    humedece y los árboles responden rápidamente a la
    adición del agua.

    La cantidad de agua requerida por los perales puede
    variar por la temperatura y humedad, además del
    tamaño de las hojas. El uso del agua debe aumentar
    conforme se va desarrollando el follaje y conforme los
    días van siendo mas calurosos; por ejemplo en valles
    calurosos se consumen 12.5 cm de agua por acre por mes en julio y
    agosto (AID, 1967).

    En suelos profundos que retienen bien el agua, se puede
    aplicar el agua necesaria en un solo riego mensual, no así
    en suelos superficiales o de textura gruesa donde los riegos
    deben ser ligeros y frecuentes.

    Poda

    En el peral es necesaria la poda para formar la estructura del
    árbol y para obtener fruta de aceptable tamaño a
    través de los años. Los sistemas de poda
    más adaptados para este frutal son: el de líder
    central y el de líder central modificado, el primero
    consiste en dejar la rama central sobre la cual se va permitiendo
    la existencias de ramas principales a diferentes alturas. En el
    segundo se corta la rama central para permitir ramificaciones
    abajo del punto del corte, de estas nuevas ramas se escoge una
    para que tome el lugar de la rama central, después de que
    ésta creció se vuelve a cortar de entre 15-30 cm de
    altura para que también se vuelvan a formar ramas
    secundarais abajo del punto del corte y así sucesivamente.
    La poda se realiza cuando los árboles no tienen hojas
    (Bustamante, 1991).

    Siendo la poda un factor importante en la calidad de la
    fruta, es saludable realizar la poda cuando los árboles
    son jóvenes con el propósito de desarrollar una
    buena estructura y poder realizar una selección acertada
    de ciertas ramas para el armazón para que puedan soportar
    cosechas pesadas (AID, 1967).

    Al tiempo de transplantarse los árboles
    jóvenes deben ser recortados de 60 a 75 cm de la tierra para
    balancear la perdida de raíces eliminadas al transplantar
    y también para formar una copa relativamente baja, la cual
    es aconsejable par desarrollar beneficiosamente un árbol.
    Durante el periodo de letargo después de la primera
    temporada de cultivo 3 ramas deben ser seleccionadas y podadas a
    un largo de 75 cm para forzar el desarrollo de ramas secundarias.
    Toda las demás deben ser cortadas.

    Las ramas seleccionadas deben estar mas o menos en el
    mismo punto del árbol, o pueden ser seleccionadas
    alrededor del tronco separadas a una distancia de 15 a 20 cm. Los
    ángulos del armazón deben estar tan anchos como sea
    posible para incrementar la resistencia. Las ramas del peral rara
    vez se rompen por presión de
    carga pesada (AID, 1967).

    En el segundo letargo, las ramas del segundo
    armazón deben ser seleccionadas, generalmente cada una de
    las 3 ramas del árbol que formaban el armazón
    secundario son seleccionadas, todas las demás de
    crecimiento vigoroso son quitadas. Cada una de estas ramas deben
    ser despuntadas en la parte donde se desea un tercer juego de ramas
    (AID, 1967).

    Empezando con la poda del tercer letargo y continuando
    hasta que el armazón esta completo, cada una de las cuatro
    o seis ramas secundarias seleccionadas en la segunda poda
    están despuntadas al punto donde el siguiente verticilo de
    ramas es deseado.

    Los otros brotes se rean y se dejan sin punta. Si lo
    árboles se han desarrollado bien, el armazón
    estará establecido. Hasta que el árbol llegue a
    producir solamente pequeñas ramas deben ser clareadas
    moderadamente.

    Cuando más ligera sea la poda en este punto,
    más grande será el árbol y más pronto
    tendrá frutos (AID, 1967).

    El peral y los
    nutrientes

    Las exigencias nutritivas de un peral en el suelo
    varían notablemente según sea el portainjerto. Se
    adapta a terrenos de naturaleza varia
    como calcáreos o arcillosos.

    De manera general requiere de un alto grado de
    fertilidad, exigiendo más Nitrógeno que el manzano,
    una vez entrado en producción se reciente antes de la
    deficiencia, reduciendo inmediatamente la actividad vegetativa y
    envejeciendo precozmente.

    El peral es principalmente sensible a carencias de Boro,
    en condiciones de concentraciones menores de 20 ppm apareciendo
    síntomas como necrosis en los brotes de flores (Lalatta,
    1988).

    Estimulación de la
    brotación

    Los perales, principalmente en regiones del centro de
    México florean en periodos prolongados y en forma difusa,
    ya que un mismo árbol puede tener flores durante dos o
    tres meses, esto dificulta y hace antieconómico el
    control de la
    enfermedad que ataca a las flores denominada tizón de
    fuego, debido a que los bactericidas se aplican cada cinco
    días durante la etapa de floración.

    Con una sola aspersión de citrolina + cianamida
    de hidrógeno (0.5%), cuando los perales no tienen hojas,
    se adelanta, concentra y uniformiza tanto la brotación
    vegetativa como la floral (Torres, 1992).

    Al tener un tiempo de floración corta, se reducen
    las aplicaciones contra el tizón de fuego y los costos de cosecha
    al ser ésta más concentrada. También se ha
    utilizado la poda y el riego con la finalidad de estimular la
    brotación, pero los efectos han sido erráticos
    (Bustamante, 1991).

    La caída de fruta antes o durante la cosecha
    causa considerables pérdidas en algunos años; esto
    sucede principalmente, en las variedades que producen frutos sin
    semilla. Esta pérdida pede ser reducida en gran parte con
    el uso de aspersiones de hormonas en la
    mayoría de las variedades donde la caída es un
    grave problema.

    Cuando las aspersiones de hormonas son utilizadas para
    prevenir la caída natural de la fruta, es importante que
    ésta sea recolectada en su etapa apropiada de madurez; no
    se puede permitir que se quede en el árbol mucho tiempo.
    La sobre madurez de las peras hace que se estropeen poco
    después de la recolección (AID,1967).

    Amarre de
    frutos

    En peral del 3 al 5% deben originar frutos y la cantidad
    de al menos 4-5 semillas por cada uno, indican un favorable
    proceso de
    polinización cruzada y fertilización, mientras que
    un contenido de cero semillas manifiesta un carencia de estos
    procesos
    (Lombard, 1982).

    Las peras del cultivar Paraíso son
    partenocárpicas, ya que provienen de flores que no fueron
    polinizadas y por lo mismo son frutos sin semilla, pero su
    producción por árbol es reducida (Bustamante,
    1991); por medio de la aspersión de ácido
    giberélico a 25 ppm en plena floración se
    incrementa a casi el doble del amarre de frutos y por lo tanto la
    producción, como efectos colaterales, se tienen frutos
    más alargados y una reducción en el problema de la
    coarteadura de éstos.

    En peras Kiefler por medio de la aplicación de
    ácido giberélico Y nitrato de potasio, se ha
    incrementado el cuajado de frutos y la producción (Larios
    et. al., 1990).

    Cuarteadura de
    frutos

    Este es uno de los principales problemas que afectan al
    peral en los estados del centro del país, ya que es
    común que más del 50% de los frutos presenten
    agrietamientos y rugosidades. Estos perales están
    creciendo sobre suelos ácidos,
    injertados sobre tejocote, además presentan un pobre
    crecimiento anual y una deficiente foliación. Este
    problema puede disminuir injertando las peras sobre portainjertos
    de peral y en perales sobre tejocote, el tratamiento integral de
    los árboles al estimular su brotación por medio de
    citrolina, la aspersión de ácido giberélico
    (25 ppm), en plena floración, la nutrición foliar
    quincenal con sales a base de Zinc, Boro y Manganeso aplicadas
    durante el período del crecimiento del fruto, han reducido
    notablemente la proporción de frutos cuarteados
    (Bustamante 1992).

    Control de
    malezas

    Las hierbas compiten con el cultivo por la luz, agua y
    nutrientes, pero es adecuado dejarlas crecer sobre todo las de
    hoja ancha que nacen al inicio del temporal, para que durante la
    primera fertilización se incorporen como abono verde; de
    ahí en adelante se sugiere su control con herbicidas; si
    la maleza es de hoja ancha usar el desecante a base de Paragual,
    en cambio si predominan los zacates utilizar Glifosato, que es de
    acción sistémica y controla pastos perennes,
    anuales y malezas de hoja ancha.

    Estos herbicidas no son residuales, se aplican cuando la
    maleza crece vigorosamente y no dañan al tronco puesto que
    penetran por el follaje.

    Cuando se realiza el control de malezas con machete, se
    cortan principalmente las plantas anuales o de porte alto, por
    ello la densidad de
    pastos perennes que son de hábito rastrero se incrementa
    (Bustamante y Mancera, 1990).

    Plagas y enfermedades

    Tigre del
    peral

    Es un insecto chupador conocido con el nombre
    científico de Stephanitis pyri, de aspecto muy
    vistoso y forma típica; tamaño pequeño (3 mm
    de longitud por 2 mm de anchura). Vive sobre el envés de
    las hojas del peral, chupando con su pico la savia y produciendo
    con sus picaduras unas manchas pequeñas y pardas en la
    epidermis inferior de la hoja (envés), donde vive formando
    grandes agrupaciones.

    El número de generaciones oscila entre tres y
    cuatro, originando sus mayores daños durante el
    verano.

    Medios de control. Son recomendables contra este insecto
    las pulverizaciones con: diazinón, dimetoato,
    fenitrotión, lindano o tiometón.

    Babosilla del
    peral

    Con este nombre vulgar se conocen las larvas del
    heminóptero Caliroa limacinia, porque su aspecto y
    colorido semejan a las babosas.

    Las avispitas aparecen en primavera, ponen huevos
    aislados de los que salen las larvas que inmediatamente comienzan
    a alimentarse del parénquima superior de la hoja y del
    mesófilo, respetando únicamente la epidermis del
    envés, lo que les confiere un aspecto muy típico.
    Hay una segunda generación en verano, invernando el
    insecto en forma de ninfa en las hojas caídas al suelo o
    bien dentro del terreno.

    En condiciones normales, no se precisa realizar
    tratamientos contra esta plaga, ya que los efectuados con
    carácter rutinario son suficientes para su
    control.

    Tronchabrotes del
    peral

    Con este nombre se designa la plaga del peral ocasionada
    por el ataque del heminóptero tentredínido Janus
    compresus. Los adultos aparecen en plena primavera y es
    característica la puesta de las hembras, que con una
    especie de sierra que acompaña al aparato ovopositor, hace
    unas incisiones en forma de grietas alrededor del tallo de los
    brotes, dispuestas en hélice que envuelve el tallo en una
    longitud de unos 3 cm; esta puesta la hace la hembra hacia abajo
    y en una de las últimas incisiones pone un solo huevo. Las
    larvas viven toda su vida en el interior del tallo, pero en
    virtud de las incisiones practicadas en el mismo por la hembra al
    hacer la puesta, se deseca el brote, que toma un color negro;
    este ennegrecimiento y posterior desecación de los brotes
    es lo que pone de manifiesto la existencia del ataque.

    Los daños más importantes son los
    experimentados en viveros y cuando los perales son muy
    jóvenes, ya que la destrucción de los brotes
    dificulta extraordinariamente la formación de los
    arbolitos.

    Control. Como la larva vive en el interior de los
    brotes, el modo más práctico de lucha consiste en
    cortar éstos por debajo de donde llega el ennegrecimiento
    y destruirlos con la larva en su interior; con esta sola medida
    puede combatirse con éxito la plaga.

    Para la intervención o lucha química se
    utilizarán productos
    como: carbaril, diazinón, dimetoato, fentión,
    triclorfón, etc.

    Palomilla de la
    pera

    Una de las más graves plagas de insectos de las
    peras es la palomilla de la pera (Carpocapsa pomonella
    L.). Debe ser con un programa periódico
    de aspersión anual, espaciada cuidadosamente y ampliamente
    aplicada. El insecto es dañino sólo en estado de
    larva y gusano. Los gusanos perforan la fruta ya sea por la punta
    del cáliz o a un lado, generalmente en los puntos donde
    dos frutas se tocan o donde una hoja toca la fruta, donde se
    alimenta de las semillas y el corazón.

    Cuando alcanzó todo su desarrollo, hace
    túneles hacia la superficie y abandona la fruta. Su
    presencia es a menudo evidente por el tejido castaño que
    tapa los agujeros.

    Las palomillas invernan como gusanos maduros en capullos
    debajo de la corteza suelta de los árboles en rajaduras,
    hendiduras o heridas de la corteza y en la paja del
    suelo.

    En la primavera los gusanos pasan a crisálidas y
    en poco tiempo después empieza a aparecer la palomilla
    adulta, generalmente después de que los árboles
    están en floración. Continúan emergiendo por
    algunas semanas y el período se extiende a través
    de parte de mayo y junio. Las palomillas son poco visibles y
    más activas en el crepúsculo, en la tarde depositan
    sus huevecillos en la fruta, cuando la temperatura es sobre los
    15ºC. Incuban de 6 a 14 días, según la
    temperatura, los gusanos se alimentan de la fruta durante 3
    semanas o más.

    Palomilla
    Oriental

    La mariposa oriental de la fruta (Grpholitha
    molesta (Busk), está presente en la mayoría
    de los cultivos de pera en los Estados Unidos, ataca a la pera y
    a otras frutas disidentes.

    Los gusanos blancos y rosas horadan la
    fruta de modo muy parecido a los de la palomilla de la fruta y no
    pueden ser fácilmente diferenciados.

    Estas plagas invernan en capullos como gusanos
    completamente desarrollados y hay varias generaciones en una
    temporada. Ordinariamente si la palomilla es controlada no causa
    muchos daños.

    Psílido de la
    pera

    El psílido de la pera (Psylla
    pyricola Foerster), es una seria plaga, algunas veces
    más dañina que la palomilla de la pera.

    Los insectos secretan una mielecilla que resbala sobre
    el follaje y la fruta, unos hongos
    fuliginosos crecen en esta miel. Esto causa que la piel de la
    fruta se ennegrezca y presente cicatrices y en el follaje se
    desarrollen manchas pardas.

    Las infestaciones graves pueden causar
    defoliación parcial de los árboles, reduciendo su
    vitalidad e impidiendo la formación de yemas de las
    frutas.

    El psílido adulto de la pera tiene cierta
    apariencia de chicharra en miniatura, con alas transparentes
    recubriendo el cuerpo. Son más o menos de 2.5 mm de largo
    y con un color castaño rojizo oscuro. Pueden volar
    repentinamente de su lugar de descanso dando la impresión
    de que saltan.

    Invernan en grietas en la corteza o en la tierra. Los
    adultos se tornan activos en
    cualquier momento cuando la temperatura es superior a
    4ºC.

    Los huevos alargados y blancuzcos o amarillos son
    depositados en marzo o algunas veces hasta más temprano en
    las pequeñas grietas cerca de las yemas e incuban de 10 a
    30 días. Después de salida del follaje, muchos
    huevos son depositados en las hojas. Las ninfas emigran para
    alimentarse en la axila de las hojas o en las hojas que se
    están abriendo. Son amarillentas y aplastadas y pronto se
    cubren con la mielecilla que secretan. Después de pasar a
    través de cuatro períodos sucesivamente más
    largos y volverse verdosas, llegan al último
    período o de "concha dura" del cual mudan a adultos. Hay 3
    o 5 generaciones por año, la primera perdura más o
    menos 45 días y la última aproximadamente 30
    días.

    Escamas

    Son insectos que succionan la savia de los tallos y
    hojas, ocasionando que estas partes tiendan a secarse, las
    especies detectadas en peral son: Saissetia
    coffeae, Diaspidiatos ancylus,
    Hemiberiesia rapax, H. diffinis,
    H. Jataniae, Melanpsis nigropuntata,
    Velataspis dentata (González,
    1984).

    La escama de San José (Aspidiotus
    perniciosus Comstock), puede causar serias pérdidas
    si no es controlada, porque ataca no solamente al follaje sino
    también a la fruta. Causa pequeñas manchas rojizas
    en la fruta y follaje. Los árboles pueden ser parcial o
    enteramente destruidos y la fruta es invendible.

    Las escamas son más o menos de 2 mm de
    diámetro con cuerpos amarillos cubiertos por escamas
    circulares grisáceas.

    Cada hembra madura produce algunos cientos de insectos
    amarillos que se arrastran, los cuales emigran a nuevas
    localizaciones. Estos insectos rastreros pueden ser esparcidos
    por el viento, pájaros y otros medios. Se
    alimentan a través de un aguijón por el que
    absorben.

    Su crecimiento se completa en alrededor de seis semanas,
    el insecto permanece en el mismo lugar, dándose dos o
    más generaciones por año.

    Acaros de la
    huerta

    Los ácaros son plagas importantes de la pera y a
    menudo producen grandes daños. Dentro de este tipo de
    ácaros se encuentran:

    1.- Araña roja europea (Panonychus
    ulmi Kohc)

    2.- Acaro café
    (Bryobia rubrioculus Scheutem)

    3.- Araña roja de dos manchas (Tetranychus
    urticae Koch)

    Los dos primeros invernan en estado de huevo en los
    árboles. Los huevos rojos usualmente incuban antes de que
    los botones abran y los ácaros jóvenes se alimentan
    del follaje en desarrollo.

    La araña roja europea es roja aterciopelada y muy
    convexa. El ácaro castaño es rojo apagado o
    verdoso, de forma aplastada y tiene patas más largas. Se
    alimenta casi siempre de noche, congregándose en
    vástagos y ramas durante el día.

    Los dos ácaros invernan como adultos, amarillo
    brillante o naranja, debajo de las capas de la corteza y en
    desechos de la tierra, emigrando al nuevo follaje tan pronto como
    se desarrolla y se alimentan primero en las hojas cerca del
    tronco.

    El desarrollo de los ácaros de la huerta es
    rápido en tiempo de calor y hay
    probablemente ocho o más generaciones en una
    estación. Esto hace difícil su control y se deben
    tomar medidas antes de que ocurran daños
    graves.

    El daño causado por estos ácaros es
    primero en el follaje, el cual se vuelve bronceado o ennegrece;
    la defoliación puede ocurrir, e interfiere gravemente en
    el desarrollo normal de la fruta.

    Chinches
    chupadoras

    Algunas clases de chinches pueden atacar a la pera entre
    ellas se encuentran:

    Chinches Lygus (Lygus spp), que son
    pequeñas chinches grisáceas o verduscas de
    más o menos 6 mm de largo. Pueden causar que los brotes se
    caigan en la primavera o deformaciones en la fruta.

    Chinche Boxelder (Leptocoris trivittatus
    Say), son más grandes de color negro o rojo, estas
    chinches atacan a la fruta cuando esta madura.

    Chinche hedionda ((Euschistus consperscus
    Uhler), es todavía más grande, mide 1.25 cm
    aproximadamente de largo, en forma de escudo pardo gris.
    Están cubiertas con pequeños puntos
    negros.

    Trips

    Los trips de las peras (Taeniothrips inconsequens
    Uzel), están generalmente sujetos a las medidas de control
    usadas contra otras plagas. Estos insectos son más o menos
    de 1 mm de largo delgados, pardo oscuro. Los adultos pueden ser
    encontrados en las yemas abiertas, donde pueden impedir que los
    botones produzcan fruta. Después la larva blanca se
    alimenta de las peras en desarrollo causando moteado.

    Barrenador del
    peral

    Este insecto (Agrilus sinuatus Olivier),
    ataca a la pera cuando larva penetra en el interior de la corteza
    y albura. Son delgados, blanquizcos y cuando están
    completamente desarrollados pueden ser de 3.8 cm de
    largo.

    Hay una cría por año, los escarabajos
    adultos emergen en mayo y junio. Son delgados, de color
    púrpura bronceado, y más o menos de 8.4 mm de
    largo. Ocasionalmente una plantación joven puede ser
    destruida por esta plaga.

    El control cosiste principalmente en cortar y destruir
    árboles y ramas infestados durante el invierno. Los
    insecticidas que se apliquen para otras plagas en mayo y junio
    destruirán muchos de los escarabajos.

    Barrenador de
    ramas

    Corhylus fuscus, barrena las ramas
    e introduce hongos, con lo cual provoca la muerte de
    estas o las debilita, de tal manera que se rompen
    fácilmente. Las barrenaduras las realizan los adultos
    inician sus ataques entre los 15 y 25 días después
    de haber empezado la temporada de lluvias, lo cual es a
    fínales de junio y continúan afectando en julio y
    Agosto. Se controla con la poda y quema de ramas barrenadas en la
    época en que los perales no tienen hojas, o bien con
    aplicaciones quincenales de Thiodan y/o foley durante el periodo
    de ataque (Bustamante y Velez, 1988).

    Barrenador de
    corteza

    Daña la zona del floema, las entradas de las
    barrenaduras semejan un tiro de munición y si no es
    controlado oportunamente reduce la vida productiva de las huertas
    (Arguello y Hernández, 1987).

    Acaros

    Ocasionan decoloración, amarillamiento y
    defoliación, además de rugosidades en frutos
    (Bustamante 1992).

    Enfermedades por hongos del
    suelo

    Mal blanco de las
    raíces

    Esta alteración es debida a la acción de
    dos micomicetos. Armillaria mellea y Rossellinia
    necatrix.

    El primero ataca generalmente a plantas adultas, es un
    hongo invasor ya que para su detección en el suelo ha de
    existir una planta sensible.

    Presenta un micelio lanoso de color blanco sucio y
    rizomorfos de color castaño oscuro que se adhieren a las
    raíces, pero también pueden avanzar libremente en
    el suelo.

    A partir de ellos la infección se extiende a las
    plantas contiguas, penetrando en las raíces a
    través de las heridas, por los tejidos muertos y
    en algunos casos aún directamente en los completamente
    sanos, normalmente por debajo de la caliptra o la
    cofia.

    Sus estructuras
    miceliares, principalmente por medio de los rizomorfos, son
    suficientes para conservar el hongo en el suelo, aunque es
    frecuente que en los troncos de los árboles muy afectados
    se encuentren carpóforos, en grupos más o menos
    compactados, como setas de color miel y portando un anillo a la
    mitad hacia la mitad del pedicelo.

    Este hongo se ve favorecido por la humedad del suelo,
    aunque también existe en condiciones de
    sequía.

    Por su parte Rossellinia necatrix, se encuentra
    en todos los suelos de modo saprófito en le terreno o
    sobre raíces muertas, aunque si encuentra un
    huésped en condiciones apropiadas de debilidad, penetra
    entre sus tejidos ejerciendo el parasitismo. Al desarrollarse en
    el exterior de las raíces, se observa un micelio de
    aspecto blanco lanoso que se transforma a color gris o gris
    pardo.

    Necesita de humedad para su desarrollo y es activo en
    plantas jóvenes de vivero. En plantas adultas muchas veces
    únicamente convive sin determinar daños
    apreciables.

    Chancro o podredumbre del
    cuello de la raíz

    Los agentes fúngicos causantes principales del
    "chancro" o "podredumbre del cuello de la raíz", son
    Phytophthora cactorum y P. nicotianae. Esta
    última es una especie parásita de un hongo bastante
    polífago; se aísla a partir de chancros
    jóvenes del tallo y cuellos de la raíz y
    también del suelo de plantaciones con este problema,
    aunque en el peral no es muy común su
    incidencia.

    Phytophthora cactorum, Es una especie menos
    polífaga que la anterior; su presencia en el suelo de las
    plantaciones es importante ya que junto con la anterior causa
    problemas en la raíz.

    Esta enfermedad se manifiesta en el principio en la
    parte basal del tronco, con o sin abundante aparición de
    goma en la superficie de la corteza, la cual toma un color oscuro
    mientras que los tejidos internos mueren hasta el leño.
    Las zonas infectadas pueden tener forma y amplitud variables y
    progresan más rápidamente en sentido longitudinal
    que lateralmente.

    Los tejidos corticales muertos se secan gradualmente
    apareciendo la corteza al poco tiempo deprimida y resquebrajada,
    mientras que las zonas limitrofes se ven sanas.

    Cuando los chancros necroticos y fisurados infectan
    zonas importantes de la parte basal del tronco, las plantas
    comienzan a mostrar en su parte aérea los efectos de la
    alteración. Las hojas toman un color verde pálido y
    a menudo los nervios presentan coloración amarillenta. Las
    brotaciones son pequeñas y escasas de aspecto
    clorótico, las hojas pequeñas no crecen lo
    suficiente, dando a la planta configuración de carencia
    foliar.

    La producción de frutos también es
    más reducida, así como el tamaño de los
    mismos. Las ramas terminales se van secando progresivamente hasta
    alcanzar en los casos graves las ramas más
    gruesas.

    Si el ataque de estos patógenos tiene lugar a
    plantaciones jóvenes, en pocas semanas se puede producir
    la muerte de
    algunos árboles que no consiguen poner en marcha sus
    mecanismos de defensa contra estos hongos.

    Enfermedades

    Existen problemas fitopatológicos que limitan la
    producción del peral, siendo los más importantes el
    tizón de fuego ocasionado por la bacteria Erwinia
    amylovora, que infecta principalmente las flores del peral
    y el hongo Entromosporium maculatum, conocido como
    tizón de la hoja en las que produce manchas, originando al
    término una defoliación prematura.

    Otras enfermedades que se han
    detectado son el mal de bilachas Corticium
    kileroga, la roña del peral y Fusicladium pirinum,
    tizón foliar Corynema sp., tizón de las nervaduras
    Septoria pyricola, pudrición morena de frutos Monilinia
    fruticola, muerte descendente Sytospora leucostoma y el virus de la
    mancha anular del clavel (Chávez et. al,
    1994;).

    Chamusco

    El chamusco es una de las enfermedades más
    destructoras del peral. Las pérdidas oscilan entre la
    mancha de los botones y la destrucción de grandes ramas y
    del árbol entero. La extensión del daño
    depende de los factores como la susceptibilidad de la variedad,
    condiciones del tiempo, prácticas del cultivo y medidas de
    control.

    El agente causal es Erwinia amylovora (Burill)
    (Winslow et al.), que es una bacteria descubierta casi 100
    años después de conocida la enfermedad.

    Esta enfermedad aparece por regla general primero como
    una mancha de los botones y después la infección se
    difunde a los brotes desarrollados y se despliega a las frutas
    jóvenes. Los síntomas de mancha en los botones se
    pueden confundir por los causados en algunos lugares por
    Pseudomonas syrigae Van Hall. A medida que la
    bacteria invade púas y ramas, los tejidos se vuelven verde
    oscuro acuosos. Las partes infectadas finalmente se vuelven
    pardas, después negras y finalmente se quedan adheridas al
    árbol. En condiciones favorables la bacteria se mueve muy
    rápidamente. Si se deja sin reprimir, avanzarán de
    los botones manchados a las ramas principales, hacia abajo del
    tronco y a alas raíces.

    Las partes afectadas a menudo producen gotitas de clara
    y lechosa exudación color ámbar, conteniendo gran
    cantidad de bacterias que
    son rápidamente diseminadas al tejido
    susceptible.

    En cuanto a los medios de diseminación se pueden
    considerar a los siguientes:

    Por insectos, ya sea por la
    contaminación de sus partes bucales o bien por el
    contacto accidental con el exudado bacteriano al pararse
    después sobre flores sanas. La lluvia y el aire pueden
    llevar a las bacteria de plantas enfermas a plantas sanas. Cuando
    se presentan granizos es común que se presenten
    infecciones por esta bacteria, ya que los daños por
    granizo son un punto de entrada de la bacteria hacia la
    planta.

    Las medidas de control están destinadas a reducir
    la inoculación y a la protección del tejido
    susceptible. Generalmente el control cosiste en quitar todas las
    púas y ramas infectadas tan pronto como aparezcan
    dañadas así como los lugares afectados en las ramas
    grandes, bifurcaciones troncos y raíces durante la
    temporada de letargo.

    Los cortes deben realizarse debajo de las partes
    infectadas tan pronto como sea posible, después de que
    aparezcan, sin tomar en cuenta el tamaño de la madera. En
    estas operaciones las herramientas
    utilizadas para cortar deben ser desinfectadas entre cada corte a
    fin de evitar posibles transmisiones de la bacteria
    causal.

    Otra forma de disminuir el daño por esta bacteria
    son las prácticas de cultivo y poda que detienen el
    crecimiento vigoroso tendiendo a reducir la susceptibilidad al
    chamusco. Químicamente se ha probado que varias formas de
    cobre son
    efectivas en el control del chamusco.

    La mayoría de las variedades comerciales de pera
    son susceptibles al chamusco, de hecho cerca de 20 especies de
    Rosáceas se consideran como plantas huésped de la
    enfermedad. Sin embargo, se conocen fuentes de
    resistencia en peras, manzanas y los criadores han desarrollado
    nuevas variedades con potencia
    comercial.

    Manchas por
    pseudomonas

    Otra enfermedad bacteriana frecuente en las peras en la
    que causa Pseudomonas syrigae Van Hall. Esta
    enfermedad ha sido conocida bajo muchos nombres tales como:
    tizón de los botones, mancha lila, falso chamusco y mancha
    por psudomonas.

    Esta enfermedad puede ser confundida con el chamusco
    pero su diferenciación se vuelve rápida cuando se
    sigue el progreso de los síntomas.

    La mancha de pseudomonas empieza con una o más
    lesiones discretas negras en la superficie exterior de los
    órganos florales, sépalos, receptáculos y
    pedúnculos. Las lesiones se agrandan rápidamente,
    volviendo negros los tejidos al mismo tiempo.

    La exudación bacteriana no ha sido observada en
    asociación con P. syringe. Las infecciones de
    cáliz son comunes y ocurren independientemente de la
    mancha de la floración. Las condiciones del tiempo fueron
    sugeridas como un factor importante en la predisposición
    de los botones y flores a la fase de la mancha y las heladas
    mostraron aumentar la susceptibilidad a esta bacteria. Esto puede
    ayudar a identificar esporádicas apariciones de la
    enfermedad en muchos lugares de cultivo de pera.

    El control de esta enfermedad se basa en que la
    mayoría de la infección ocurre durante el
    otoño y la aplicación de dos aspersiones de caldo
    bordelés es comúnmente recomendada. La primera
    aspersión debe aplicarse cuando las hojas empiezan a caer
    y la segunda cuando la mayoría de las hojas han
    caído.

    Cosecha, comercialización y
    perspectivas

    Las peras se deben cosechar en su madurez
    fisiológica, ya que es en su almacenamiento
    donde alcanza su más alta calidad de consumo. Las
    características para decidir si una pera ya esta lista
    para ser recolectada es que haya alcanzado su máximo
    tamaño, empiece a mostrar cambios ligeros de color,
    así como de firmeza y que sean fáciles de
    desprenderse del pedúnculo con una ligera
    presión.

    El 90% de la producción se dedica para consumo en
    fresco y el restante se industrializa, cosechándose en
    fruta desde marzo hasta octubre, teniéndose problemas de
    comercialización debido a la saturación del mercado
    durante septiembre y octubre por la variedad Kieffer.

    Ante la nueva apertura comercial de México, los
    problemas de comercialización de peras se han agravado, ya
    que se están importando grandes cantidades de esa fruta,
    ya sea de Chile o de la
    Unión Americana, además de que sus periodos de
    cosecha coinciden con los nacional; bajo estas circunstancias
    sólo se tiene la ventaja de la cercanía a los
    grandes centros de consumo, pero es de vital importancia
    incrementar la productividad por
    hectárea, producir fruta de alta calidad y fuera de
    temporada (Bustamante, 1992).

    Periodo de producción de pera

    PAÍS E F M A M J J A S O N D

    CHILE X X X X X X X X X

    E. U. A. X X X X

    MEXICO X X X X X X X X

     MEMORIAS VII
    CURSO DE ACTUALIZACION FRUTICOLA, 1994.

    Cuando la fruta se va a exportar se recomienda
    recolectar las peras antes de que estén maduras. Sin
    embargo, si se cosechan muy tempranamente son de menor
    tamaño y a menudo se marchitan en el almacén.
    Pierden dulzura y sabor y son susceptibles a sufrir quemaduras en
    el almacén. Por otro lado, si se recogen muy tarde, la
    fruta madura rápidamente y tiene un corto potencial para
    su almacenamiento. A menudo es granulosa en su textura, pierde
    jugosidad y está sujeta al desmoronamiento del
    corazón.

    La firmeza de la pulpa es el índice más
    satisfactorio de madurez en pera. Este punto puede variar
    según sean las condiciones de desarrollo del cultivo. Esta
    firmeza se mide con un dinamómetro especial, a una
    presión necesaria para que penetre un embolo a una
    distancia de 8 mm, esta prueba se realiza en por lo menos tres
    puntos de la circunferencia (AID, 1967).

    Las frutas destinadas a consumo inmediato deben ser
    empacadas y embarcadas sin preenfriamiento o sin haber sido
    guardadas en almacén frío. En caso de que las peras
    no vayan a ser consumidas de inmediato se enfrían a una
    temperatura interna de 1.6 – 0.5º C a fin de detener su
    madurez.

    Cuando las peras tienen que ser almacenadas por largo
    tiempo, deben ser enfriadas con rapidez después de la
    recolección. La vida de almacenamiento de las peras esta
    determinada por la variedad y es bastante bien definida para cada
    una de ellas.

    La duración en almacenamiento puede ser afectada
    por algunos factores, como las condiciones en las cuales la fruta
    fue cultivada, madurez durante la recolección, lapso de
    tiempo antes de ser enfriada y temperatura dentro del
    almacén.

    Máximo de duración de almacenamiento en
    cajas en días

    VARIEDAD

    SIN FORROS

    FORROS SELLADOS DE
    POLIETILENO

    ANJOU

    BARTLETT

    BOSC

    COMICE

    HARDY

    KIEFFER

    SECKEL

    WINTER NELIS

    175-185

    70-85

    90-100

    90-105

    75-140

    90-120

    90-100

    175-230

    214-216

    107-126

    120-130

    120-135

    "

    "

    "

    "

    AID, 1967.

    Madurez

    Para lograr la mejor calidad para postre la
    mayoría de las variedades en peras deben ser maduradas de
    15-21ºC, a una humedad relativa del 80-85%.

    Temperaturas para la madurez más altas de
    21ºC no son aconsejables, ya que dan por resultado mal sabor
    y textura deficiente o pérdidas por podredumbre antes de
    suavizarse.

    Aunque las peras pueden colorearse y suavizarse en el
    almacén no se puede suponer que han madurado normalmente
    hasta que desarrollen todo su sabor y estén muy suaves y
    jugosas (AID, 1967).

    Perspectivas del cultivo de peral en
    México

    La superficie bajo cultivo con este frutal en
    México es de aproximadamente 5 200 ha, distribuidas
    básicamente en los siguientes Estados: Michoacán
    con 2 400, Puebla 1 700, Veracruz 700, Morelos 400, Chihuahua
    390, Estado de México 300 y Zacatecas con 250
    hectáreas sembradas y con rendimientos que oscilan entre 4
    y 10 ton/ha.

    Las principales variedades que se cultivan son: Kieffer,
    Bartlett, Annon y así como una gran cantidad de peras
    criollas, dentro de las que destaca la Paraíso. En el
    centro del país los huertos estan bajo condiciones de
    temporal en donde llueva aproximadamente 800 mm, en cambio en los
    estados del norte se requiere de riego (Bustamante,
    1991).

    El cultivo del peral presenta diversos problemas, entre
    los que destacan los daños por heladas y granizo,
    reducción de la productividad ocasionada por enfermedades
    y plagas reduciendo el número de variedades comerciales,
    así como la deficiente polinización y mala calidad
    de los frutos debido a cuarteaduras y rugosidades de éstos
    (Bustamante, 1991).

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    genotecnia de frutales. AGT EDITOR S.A. México D.F. Pp
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    MC. Luis López Pérez

    Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales
    de la

    Universidad Michoacana de San Nicolás de
    Hidalgo

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