- Resumen
- Antecedentes
- Variedades
comunes - Cultivares
- Portainjertos del
peral - Requerimientos
climáticos - Condiciones edáficas para
el peral - Labores de
cultivos - Plagas y
enfermedades - Enfermedades por hongos del
suelo - Cosecha,
comercialización y perspectivas - Perspectivas del cultivo de peral
en México - Bibliografía
El presente trabajo es una revisión sobre los
aspectos de más importancia del sistema de
producción de la pera en México.
Palabras claves: Pera, Sistemas de
producción, Frutales.
En México el cultivo de las pomaceas como la
manzana y la pera, muestra
interesantes etapas que han ido mas o menos paralelas a los
diferentes periodos de nuestro desarrollo
económico, social y político (Arguello,
1973).
Las introducciones de estas especies frutícolas a
América
y en especial a nuestro país, datan de la época de
la conquista española, en la que los padres misioneros
introdujeron variedades de manzano que como la blanca de Austria
que se adaptaron a determinadas regiones de nuestro país,
cuyos mutantes conocidos con los nombres de perón,
perón cristalino y perón de canatlán, aun se
cultivan dada su buena adaptación a determinadas
áreas por su rusticidad, características de fruto y cualidades
polinizadoras (Arguello, 1973).
Posterior a esta época, fueron los antiguos
hacendados quienes introdujeron variedades principalmente
Europeas, y las establecieron en pequeños huertos en lo
que se conocía como cascos de las haciendas, en las que se
encontraban plantadas diferentes especies de frutales sin seguir
orden alguno, y con el único fin de que la
producción satisfaciera las necesidades de sus
propietarios. Esta es la razón de que encontremos
subsistiendo en forma diseminada árboles
de pera y manzano cuyos nombres originales se han perdido y han
sido sustituidos por nombres regionales constituyendo este tipo
de perales y manzanos un valiosos material genético que
hasta hoy no se ha utilizado convenientemente (Arguello,
1973).
La cosecha de Pera en el país es muy reducida si
se toman en cuenta las necesidades de consumo
nacional por lo que debe incrementarse de manera considerable
para beneficio de la dieta y economías
nacionales.
La producción nacional esta constituida en su
mayor parte por frutas provenientes de variedades criollas de
escaso valor
comercial. No obstante, es posible encontrar dentro de la gran
población de perales criollos tipos de
valor comercial.
También ocurre al mercado interno
una producción bastante considerable de plantas de la
variedad Keiffer, muy extendida en el país pero con
características comerciales mediocres.
El problema fundamental en relación con este
frutal es el mismo que confrontan otras especies como lo es la
carencia de un grupo definido
de variedades comerciales selectas para diferentes fines: Consumo
en fresco, elaboración de jugo, conservas y frutos
deshidratados (Arguello, 1973).
Es importante la exploración de las áreas
cultivadas con peral para la localización de ejemplares
con características sobresalientes en propagación y
prueba de los mismos, con fines a la formación de nuevas
huertas con variedades nacionales.
La pera es una fruta de tamaño pequeño, de
forma clásica, epidermis de color verde
amarillento con pigmentación roja, pulpa verde claro, con
granulaciones rodeando las semillas en forma muy irregular, color
blanco de aspecto rugoso, probablemente inmaduras, teniendo
epidermis con grietas necrosas pequeñas (Arguello,
1973).
Clasificación
taxonómica del peral
Reino: Vegetal
División: Traqueofitas
Subdivisión: Pteropsidas
Clase: Angiospermas
Subclase: Dicotiledóneas
Orden: Rosales
Familia: Rosaceae
Subfamilia: Pomoideae
Genero: Pyrus
El género
Pyrus es un miembro de la familia
Rosácea y de la subfamilia Pomoideae; Pyrus comprende
más de 20 especies, todas nativas de Europa y Asia muchos de
esos tipos son similares por lo que su clasificación es
comúnmente difícil (Coutangeau, 1970).
Las variedades de pera pueden ser clasificadas en dos
grupos
generales: Los tipos Franceses o de origen Europeo (Pyrus
communis L.), y los tipos de Híbridos, los cuales se
originaron por las cruzas entre las variedades europeas y las
especies orientales.
En general las variedades Europeas son más altas
en calidad, pero
más susceptibles a la mancha de fuego. A acusa de estos,
los tipos que mejor se adaptan son:
Es una pera grande y verde de origen francés,
esta variedad es la más importante de invierno la que le
sigue es la Bartlett en la producción total en los
Estados
Unidos. La fruta es atractiva y de lata calidad para los
postres. El peral es vigoroso y crece a gran tamaño,
aunque su principal ventaja es la resistencia a la
mancha de fuego, sin embargo se podría decir que es un
árbol resistente y fructífero pero un productor
lento. Una poda detallada y rigurosa mejora la
fructificación en lo árboles más
viejos.
Esta variedad se considera una fruta de sabor y textura
inigualables por otras variedades comerciales. Los árboles
se adaptan en una extensa zona geográfica y a una gran
variedad de suelos y
condiciones climáticas, son proliferas, con
producción regular y de frutos que soportan ciertos
maltratos en el manejo. La temporada de recolección del
fruto es de los primeros días de Julio hasta fines de
Agosto.
En Europa, Norte América, Sudamérica,
África y Australia podemos encontrar a la especie Pyrus
communis como la más comercializada, la especie
Pyrus nivalis Jacq. conocida como "pera nieve" se cultiva
en Europa, aunque en proporción menor, hablando de
superficie sembrada, en comparación con la especie
anterior, esta pera se utiliza en la elaboración de vino
(Coutangeau, 1970).
En algunas partes de Norte América los
híbridos entre la especies P. communis, P.
pirofolia (Burn) Nak, se cultivan para ser procesada. En el
Sur y Centro de China y en
Japón
P. pirofolia , conocida también como pera de arena,
es la principal especie cultivada, en esta región de Asia
encontramos las siguientes especies de Pyrus:
assuriensis, bretschneideri Rehd; que es un
híbrido de betulaefolia Bge. En el sur de China y
Norte de la India , se
cultivan selecciones de P. pahia. Otras especies se
cultivan como portainjertos y con propósitos ornamentales
y muy pocas se producen con fines de obtener el fruto
(Coutangeau, 1970).
El éxito
de una plantación se fundamenta en la adecuada selección
de la variedad a cultivarse, tomando en consideración el
suelo y las
condiciones climáticas de la región. En
México las peras que se tienen son de la especie europea
Pyrus comunnis, recientemente en algunos campos
experimentales se están evaluando peras asiáticas
P. serotina, P.ussuriensis como con
Ya-Li, Tsu-Li, Shinserki y 20th Century (Bustamante,
1991).
Casi todos los cultivares de pera se reproducen
asexualmente por injertos de yema o vareta en portainjertos
mejorados de pera siendo, una fase esencial del mejoramiento
genético de este cultivo (Moore y Janick,
1993).
Los patrones comúnmente empleados para la
propagación de esta especie son el peral y el membrillero,
pudiéndose obtener unos y otros tanto de semilla como
multiplicados vegetativamente (Martínez, 1982).
El primero de estos patrones era el único
empleado hasta ahora en las plantaciones de tallo alto y
árboles a todo viento; el segundo se reservaba para
plantaciones con árboles de formas restringidas y
dirigidas, como palmetas, cordones, etc (Martínez,
1982).
El peral sobre franco de semilla crece vigorosamente,
aunque la variedad sea relativamente débil, retrasando la
fructificación hasta después del octavo año,
dependiendo este carácter
de la variedad. El volumen de copa
alcanzado en condiciones normales y la plena
fructificación no suele alcanzarse sino hasta
después de los 15 años. Todas las variedades se
adaptan bien a este patrón, si bien se recomienda
especialmente para las de verano, de fruto de pequeño
tamaño o de coser (Martínez, 19??).
Los francos del peral se obtienen, generalmente, de las
semillas de variedades de peral o de variedades secundarias
procedentes del genero
Pyrus.
Son potainjertos muy vigorosos que pueden dar un
desarrollo
considerable a la variedad injertada sobre todo si se trata de
variedades naturalmente vigorosas tales como, Mantecosa Hardy y
Curé. No es raro encontrar árboles viejos de estas
variedades que lleguen a alcanzar y a veces exceder los 8 m.
(Coutangeau, 1970).
Las plantas procedentes de semilla tienen un sistema
radicular formado por raíces gruesas y pivotantes. A estas
grandes posibilidades de desarrollo radicular deben los
árboles injertados sobre franco su vigor
excepcional.
La ausencia casi general de raicillas es una de las
razones por las que el desarrollo es mas lento al principio que
el obtenido para otros portainjertos y que los árboles
estén como parados uno o dos años después de
su transplante.
El franco presenta el interés de
la gran resistencia a la caliza, lo cual permite el cultivo del
peral en suelos no aptos para el membrillero.
Según el origen geográfico, se clasifican
estas especies en dos grupos: los occidentales y los orientales
(Coutangeau, 1970).
En Francia una
buena parte de los patrones francos se obtiene con semillas de
las variedades de peral de la región de Domfront. Estas
variedades pertenecen a especies de P. communis, P. nivales, P.
salicifolia. Tanto las mezcla de especies como de variedades
produce un alto grado de heterogeneidad. Esta heterogeneidad
podría reducirse si se hiciese una elección
cuidadosa de las variedades productores de semilla.
En Alemania se ha
extendido el tipo Kirchensaller procedente de una variedad que
proporciona homogeneidad en el árbol.
En Estados Unidos se obtienen francos a partir de
semillas de la variedad Williams y Winter Nellis por tener poca
sensibilidad "al decline de la pera".
También se utiliza multiplicada vegetativamente
la variedad Oldhome, perteneciente a la especie P. communis,
debido a su resistencia al "al decline de la pera" y al "fire
bligth".
Por otra parte los francos procedentes de semillas de P.
amigdaliformis tienen mayor resistencia a la sequía y a la
caliza, son de vigor medio con buena afinidad a las variedades de
P. communis (Coutangeau, 1970).
Tienen su origen en China y Japón y pueden
citarse entre las mas importantes: P. ussuriensis, P. serotina,
P. calleryana, P. betulaefolia, cuyos francos han sido utilizados
principalmente en Estados Unidos.
Las primeras tres son resistentes al fire bligth; P.
betulaefolia no lo es pero soporta bastante bien los suelos
calizos. Sin embargo, los patrones procedentes de estas especies
son muy heterogéneos en cuanto a vigor y su afinidad con
las variedades cultivadas no es satisfactoria y frecuentemente
transmiten a los frutos de las variedades sobre ellas injertadas
el accidente fisiológico denominado "blackend"
(Coutangeau, 1970).
Portainjertos y
propagación de peral en México
El peral en México se propaga sobre porta
injertos de la misma especie, pero una gran proporción (en
el centro del país), están injertados sobre
tejocote criollo (Crateagus pubescens), que proviene de
semillas. Los portainjertos de pera pueden provenir de semilla,
de hijuelos, por el enraizamiento de estacas con auxinas
(Herrera, 1985), o bien aunque no es muy común por acodo
aéreo (Vidal et. al, 1991).
La influencia del porta injerto sobre la
floración y la fructificación en peral es muy
marcada. Evaluaciones de pera "Paraíso" injertado sobre
pera "San Juan" y tejocote criollo, han mostrado efectos
positivos, ya que en peral "San Juan" indujo a una mayor
floración, más fructificación, menor
porcentaje de frutos agrietados y frutos de forma más
alargada (Corrales, et. al., 1987).
El peral cuando se injerta sobre tejocote presenta un
ligero grado de incompatibilidad que se manifiesta en algunas
ocasiones en necrosis en la zona de injertación, un sobre
vigor del patrón en relación al injerto y como son
dos especies y géneros distintos también se
presentan diferencias en la concentración de
nutrientes.
En estudios realizados en el estado de
Morelos se detecto que la concentración de N, P, K, Mn y
Zn, fue mayor en la corteza del tejocote (portainjerto), en
cambio el Ca,
Fe y Cu fue mayor en la parte del peral (injerto), por lo que
esto se asocia con algunos problemas de
la deficiencia en las hojas y de cuarteadura de frutos (Borys y
Bustamante, 1991).
La incompatibilidad es más evidente cuando se
injertan peras asiáticas sobre el tejocote, ya que
éstas crecen de 1 a 3 años, pero al final terminan
por morir (Bustamante, 1993).
Los requerimientos de frío invernal varían
según los distintos cultivares como lo muestra el cuadro
siguiente:
Cultivar | Horas frío |
Flordahome Hood Comice Orient Spadona Pincapple Kieffer Bartlett Buerre d´Anjou Seckel Winter Nelis Buerr Bosvc Ya-Li Tsu-Li Shinserki 20th | 250 350 450 500 400 500 500 900 700 850 900 900 550 550 550 550 |
Los de muy bajo requerimiento de frío son escasos
y la calidad de sus frutos es mediana. Es importante considerar
la regularidad de la brotación en los cultivares
establecidos en un huerto, ya que requieren de buena
polinización cruzada para su máxima
producción (Díaz, 1987)
Las peras toleran una extensa escala de
condiciones climáticas; por ejemplo en la costa del
pacífico se cultivan variedades comerciales que requieren
un período bastante considerable de temperaturas
frías, en general se habla de por lo menos 1,200 horas
abajo de los 7ºC, durante el invierno a fin de completar su
periodo de letargo y poder brotar
vigorosamente durante la primavera (AID, 1967).
En la actualidad se han desarrollado variedades con
menor requerimiento de frío invernal a fin de poder
adaptar al peral a zonas donde el numero de horas frío es
limitante.
Los perales pueden resistir sin daño alguno
temperaturas tan bajas como -26 ºC, siempre y cundo no
perduren por mucho tiempo, ya que el
peral es más sensible que los manzanos.
En cuanto a requerimientos de humedad, la presencia de
riego en la mayoría de las zonas productivas no hace a la
humedad limitante para la distribución de este frutal, sin embargo en
zonas de temporal se requiere de un promedio de 880 mm. de
precipitación por año.
Otro factor importante en la ubicación de huertos
de perales es ubicarlos en zonas libres heladas de primavera; ya
que este tipo de eventos
dañan fácilmente a los botones florales y en caso
de presentarse temperaturas de 3ºC o más bajas se
pueden quemar los botones ya abiertos, de esto se desprende que
variedades de brotación temprana son más
susceptibles a estos daños, y si aunamos a esta
condición de heladas tempranas, la de establecer los
huertos en tierras bajas donde la aereación no es muy
buena (AID, 1967).
Condiciones edáficas
para el peral
El mejor suelo para peras es profundo, de textura media,
bien drenado, fértil y fácilmente trabajable.
Aunque las peras prosperarán mejor en un suelo así,
lo harán razonablemente bien en suelos con la capa
freática bastante alta, pobremente aireados, o de textura
muy pesada para la mayoría de los otros frutos
caducos.
Los perales pueden desarrollarse bien en suelos muy
pesados y resistir condiciones desfavorables de humedad del
suelo.
Las labores más practicadas son: deshierbes con
el fin de facilitar las operaciones
subsecuentes como riegos, aspersiones y cosecha; incorporar las
siembras protectoras y abonos; preparar el suelo como semillero
para las siembras protectoras y para conservar humedad. La
técnica más común es arar el terreno con la
siembra protectora (AID, 1967).
Una siembra protectora ayuda a mantener el nivel de
materia
orgánica y previene de la erosión,
esto mejora la textura del suelo y ayuda a la penetración
del agua.
Durante el otoño, invierno y comienzos de la
primavera, el crecimiento de algunas siembras de
protección para ser incorporadas al suelo es una excelente
práctica. La elección de una siembra protectora
esta determinada por el medio
ambiente, el terreno y la provisión de agua y temperatura;
de ellas las más comunes son las leguminosas anuales
(trébol dulce y arveja entre otras), mostaza y cereales
(cebada y avena); las cuales son plantadas a mediados de
septiembre o en octubre a fin de que en el tiempo de frío
se encuentren establecidas (AID, 1967).
Esta dependerá del vigor del portainjerto y del
cultivar, además de las condiciones edáficas y
climáticas del lugar. Se pueden tener distancias de
plantaciones desde 2 X 3 m hasta 7 X 7 (Bustamante,
1991).
La dotación de agua a los árboles en los
lugares irrigados, es una de las mas importantes operaciones para
el éxito del cultivo comercial de la pera, ya que cuando
se presenta sequía en la huerta los frutos pierden
tamaño y por ello la producción se ve bastante
reducida; por otra parte, el uso de demasiada agua puede crear
problemas de pudrición en las raíces cuando los
suelos son pobremente drenados.
Los métodos de
riego más utilizados en los huertos de pera son por
inundación o represa, utilizado en suelos nivelados y de
textura pesada. Generalmente se utiliza de 15 a 20 cm por acre a
fin de tener una humedad uniforme en el suelo.
En terrenos moderadamente inclinados el método de
asequias o surcos es el mas utilizado, se abren 4 o 5 surcos con
igual espaciamiento entre cada hilera de árboles, con una
inclinación moderada no mayor de 10 a 15 cm por cada 30 m
a fin de evitar problemas de erosión.
Este método presenta la desventaja de no poder
distribuir de manera uniforme el agua de
riego, ya que con frecuencia en la parte mas baja del surco se
acumula una mayor cantidad de agua.
El tercer método es la aplicación por
medio de aspersores; se utiliza en suelos bastante inclinados y
de textura gruesa; por este método todo el suelo se
humedece y los árboles responden rápidamente a la
adición del agua.
La cantidad de agua requerida por los perales puede
variar por la temperatura y humedad, además del
tamaño de las hojas. El uso del agua debe aumentar
conforme se va desarrollando el follaje y conforme los
días van siendo mas calurosos; por ejemplo en valles
calurosos se consumen 12.5 cm de agua por acre por mes en julio y
agosto (AID, 1967).
En suelos profundos que retienen bien el agua, se puede
aplicar el agua necesaria en un solo riego mensual, no así
en suelos superficiales o de textura gruesa donde los riegos
deben ser ligeros y frecuentes.
En el peral es necesaria la poda para formar la estructura del
árbol y para obtener fruta de aceptable tamaño a
través de los años. Los sistemas de poda
más adaptados para este frutal son: el de líder
central y el de líder central modificado, el primero
consiste en dejar la rama central sobre la cual se va permitiendo
la existencias de ramas principales a diferentes alturas. En el
segundo se corta la rama central para permitir ramificaciones
abajo del punto del corte, de estas nuevas ramas se escoge una
para que tome el lugar de la rama central, después de que
ésta creció se vuelve a cortar de entre 15-30 cm de
altura para que también se vuelvan a formar ramas
secundarais abajo del punto del corte y así sucesivamente.
La poda se realiza cuando los árboles no tienen hojas
(Bustamante, 1991).
Siendo la poda un factor importante en la calidad de la
fruta, es saludable realizar la poda cuando los árboles
son jóvenes con el propósito de desarrollar una
buena estructura y poder realizar una selección acertada
de ciertas ramas para el armazón para que puedan soportar
cosechas pesadas (AID, 1967).
Al tiempo de transplantarse los árboles
jóvenes deben ser recortados de 60 a 75 cm de la tierra para
balancear la perdida de raíces eliminadas al transplantar
y también para formar una copa relativamente baja, la cual
es aconsejable par desarrollar beneficiosamente un árbol.
Durante el periodo de letargo después de la primera
temporada de cultivo 3 ramas deben ser seleccionadas y podadas a
un largo de 75 cm para forzar el desarrollo de ramas secundarias.
Toda las demás deben ser cortadas.
Las ramas seleccionadas deben estar mas o menos en el
mismo punto del árbol, o pueden ser seleccionadas
alrededor del tronco separadas a una distancia de 15 a 20 cm. Los
ángulos del armazón deben estar tan anchos como sea
posible para incrementar la resistencia. Las ramas del peral rara
vez se rompen por presión de
carga pesada (AID, 1967).
En el segundo letargo, las ramas del segundo
armazón deben ser seleccionadas, generalmente cada una de
las 3 ramas del árbol que formaban el armazón
secundario son seleccionadas, todas las demás de
crecimiento vigoroso son quitadas. Cada una de estas ramas deben
ser despuntadas en la parte donde se desea un tercer juego de ramas
(AID, 1967).
Empezando con la poda del tercer letargo y continuando
hasta que el armazón esta completo, cada una de las cuatro
o seis ramas secundarias seleccionadas en la segunda poda
están despuntadas al punto donde el siguiente verticilo de
ramas es deseado.
Los otros brotes se rean y se dejan sin punta. Si lo
árboles se han desarrollado bien, el armazón
estará establecido. Hasta que el árbol llegue a
producir solamente pequeñas ramas deben ser clareadas
moderadamente.
Cuando más ligera sea la poda en este punto,
más grande será el árbol y más pronto
tendrá frutos (AID, 1967).
Las exigencias nutritivas de un peral en el suelo
varían notablemente según sea el portainjerto. Se
adapta a terrenos de naturaleza varia
como calcáreos o arcillosos.
De manera general requiere de un alto grado de
fertilidad, exigiendo más Nitrógeno que el manzano,
una vez entrado en producción se reciente antes de la
deficiencia, reduciendo inmediatamente la actividad vegetativa y
envejeciendo precozmente.
El peral es principalmente sensible a carencias de Boro,
en condiciones de concentraciones menores de 20 ppm apareciendo
síntomas como necrosis en los brotes de flores (Lalatta,
1988).
Estimulación de la
brotación
Los perales, principalmente en regiones del centro de
México florean en periodos prolongados y en forma difusa,
ya que un mismo árbol puede tener flores durante dos o
tres meses, esto dificulta y hace antieconómico el
control de la
enfermedad que ataca a las flores denominada tizón de
fuego, debido a que los bactericidas se aplican cada cinco
días durante la etapa de floración.
Con una sola aspersión de citrolina + cianamida
de hidrógeno (0.5%), cuando los perales no tienen hojas,
se adelanta, concentra y uniformiza tanto la brotación
vegetativa como la floral (Torres, 1992).
Al tener un tiempo de floración corta, se reducen
las aplicaciones contra el tizón de fuego y los costos de cosecha
al ser ésta más concentrada. También se ha
utilizado la poda y el riego con la finalidad de estimular la
brotación, pero los efectos han sido erráticos
(Bustamante, 1991).
La caída de fruta antes o durante la cosecha
causa considerables pérdidas en algunos años; esto
sucede principalmente, en las variedades que producen frutos sin
semilla. Esta pérdida pede ser reducida en gran parte con
el uso de aspersiones de hormonas en la
mayoría de las variedades donde la caída es un
grave problema.
Cuando las aspersiones de hormonas son utilizadas para
prevenir la caída natural de la fruta, es importante que
ésta sea recolectada en su etapa apropiada de madurez; no
se puede permitir que se quede en el árbol mucho tiempo.
La sobre madurez de las peras hace que se estropeen poco
después de la recolección (AID,1967).
En peral del 3 al 5% deben originar frutos y la cantidad
de al menos 4-5 semillas por cada uno, indican un favorable
proceso de
polinización cruzada y fertilización, mientras que
un contenido de cero semillas manifiesta un carencia de estos
procesos
(Lombard, 1982).
Las peras del cultivar Paraíso son
partenocárpicas, ya que provienen de flores que no fueron
polinizadas y por lo mismo son frutos sin semilla, pero su
producción por árbol es reducida (Bustamante,
1991); por medio de la aspersión de ácido
giberélico a 25 ppm en plena floración se
incrementa a casi el doble del amarre de frutos y por lo tanto la
producción, como efectos colaterales, se tienen frutos
más alargados y una reducción en el problema de la
coarteadura de éstos.
En peras Kiefler por medio de la aplicación de
ácido giberélico Y nitrato de potasio, se ha
incrementado el cuajado de frutos y la producción (Larios
et. al., 1990).
Este es uno de los principales problemas que afectan al
peral en los estados del centro del país, ya que es
común que más del 50% de los frutos presenten
agrietamientos y rugosidades. Estos perales están
creciendo sobre suelos ácidos,
injertados sobre tejocote, además presentan un pobre
crecimiento anual y una deficiente foliación. Este
problema puede disminuir injertando las peras sobre portainjertos
de peral y en perales sobre tejocote, el tratamiento integral de
los árboles al estimular su brotación por medio de
citrolina, la aspersión de ácido giberélico
(25 ppm), en plena floración, la nutrición foliar
quincenal con sales a base de Zinc, Boro y Manganeso aplicadas
durante el período del crecimiento del fruto, han reducido
notablemente la proporción de frutos cuarteados
(Bustamante 1992).
Las hierbas compiten con el cultivo por la luz, agua y
nutrientes, pero es adecuado dejarlas crecer sobre todo las de
hoja ancha que nacen al inicio del temporal, para que durante la
primera fertilización se incorporen como abono verde; de
ahí en adelante se sugiere su control con herbicidas; si
la maleza es de hoja ancha usar el desecante a base de Paragual,
en cambio si predominan los zacates utilizar Glifosato, que es de
acción sistémica y controla pastos perennes,
anuales y malezas de hoja ancha.
Estos herbicidas no son residuales, se aplican cuando la
maleza crece vigorosamente y no dañan al tronco puesto que
penetran por el follaje.
Cuando se realiza el control de malezas con machete, se
cortan principalmente las plantas anuales o de porte alto, por
ello la densidad de
pastos perennes que son de hábito rastrero se incrementa
(Bustamante y Mancera, 1990).
Es un insecto chupador conocido con el nombre
científico de Stephanitis pyri, de aspecto muy
vistoso y forma típica; tamaño pequeño (3 mm
de longitud por 2 mm de anchura). Vive sobre el envés de
las hojas del peral, chupando con su pico la savia y produciendo
con sus picaduras unas manchas pequeñas y pardas en la
epidermis inferior de la hoja (envés), donde vive formando
grandes agrupaciones.
El número de generaciones oscila entre tres y
cuatro, originando sus mayores daños durante el
verano.
Medios de control. Son recomendables contra este insecto
las pulverizaciones con: diazinón, dimetoato,
fenitrotión, lindano o tiometón.
Con este nombre vulgar se conocen las larvas del
heminóptero Caliroa limacinia, porque su aspecto y
colorido semejan a las babosas.
Las avispitas aparecen en primavera, ponen huevos
aislados de los que salen las larvas que inmediatamente comienzan
a alimentarse del parénquima superior de la hoja y del
mesófilo, respetando únicamente la epidermis del
envés, lo que les confiere un aspecto muy típico.
Hay una segunda generación en verano, invernando el
insecto en forma de ninfa en las hojas caídas al suelo o
bien dentro del terreno.
En condiciones normales, no se precisa realizar
tratamientos contra esta plaga, ya que los efectuados con
carácter rutinario son suficientes para su
control.
Con este nombre se designa la plaga del peral ocasionada
por el ataque del heminóptero tentredínido Janus
compresus. Los adultos aparecen en plena primavera y es
característica la puesta de las hembras, que con una
especie de sierra que acompaña al aparato ovopositor, hace
unas incisiones en forma de grietas alrededor del tallo de los
brotes, dispuestas en hélice que envuelve el tallo en una
longitud de unos 3 cm; esta puesta la hace la hembra hacia abajo
y en una de las últimas incisiones pone un solo huevo. Las
larvas viven toda su vida en el interior del tallo, pero en
virtud de las incisiones practicadas en el mismo por la hembra al
hacer la puesta, se deseca el brote, que toma un color negro;
este ennegrecimiento y posterior desecación de los brotes
es lo que pone de manifiesto la existencia del ataque.
Los daños más importantes son los
experimentados en viveros y cuando los perales son muy
jóvenes, ya que la destrucción de los brotes
dificulta extraordinariamente la formación de los
arbolitos.
Control. Como la larva vive en el interior de los
brotes, el modo más práctico de lucha consiste en
cortar éstos por debajo de donde llega el ennegrecimiento
y destruirlos con la larva en su interior; con esta sola medida
puede combatirse con éxito la plaga.
Para la intervención o lucha química se
utilizarán productos
como: carbaril, diazinón, dimetoato, fentión,
triclorfón, etc.
Una de las más graves plagas de insectos de las
peras es la palomilla de la pera (Carpocapsa pomonella
L.). Debe ser con un programa periódico
de aspersión anual, espaciada cuidadosamente y ampliamente
aplicada. El insecto es dañino sólo en estado de
larva y gusano. Los gusanos perforan la fruta ya sea por la punta
del cáliz o a un lado, generalmente en los puntos donde
dos frutas se tocan o donde una hoja toca la fruta, donde se
alimenta de las semillas y el corazón.
Cuando alcanzó todo su desarrollo, hace
túneles hacia la superficie y abandona la fruta. Su
presencia es a menudo evidente por el tejido castaño que
tapa los agujeros.
Las palomillas invernan como gusanos maduros en capullos
debajo de la corteza suelta de los árboles en rajaduras,
hendiduras o heridas de la corteza y en la paja del
suelo.
En la primavera los gusanos pasan a crisálidas y
en poco tiempo después empieza a aparecer la palomilla
adulta, generalmente después de que los árboles
están en floración. Continúan emergiendo por
algunas semanas y el período se extiende a través
de parte de mayo y junio. Las palomillas son poco visibles y
más activas en el crepúsculo, en la tarde depositan
sus huevecillos en la fruta, cuando la temperatura es sobre los
15ºC. Incuban de 6 a 14 días, según la
temperatura, los gusanos se alimentan de la fruta durante 3
semanas o más.
La mariposa oriental de la fruta (Grpholitha
molesta (Busk), está presente en la mayoría
de los cultivos de pera en los Estados Unidos, ataca a la pera y
a otras frutas disidentes.
Los gusanos blancos y rosas horadan la
fruta de modo muy parecido a los de la palomilla de la fruta y no
pueden ser fácilmente diferenciados.
Estas plagas invernan en capullos como gusanos
completamente desarrollados y hay varias generaciones en una
temporada. Ordinariamente si la palomilla es controlada no causa
muchos daños.
El psílido de la pera (Psylla
pyricola Foerster), es una seria plaga, algunas veces
más dañina que la palomilla de la pera.
Los insectos secretan una mielecilla que resbala sobre
el follaje y la fruta, unos hongos
fuliginosos crecen en esta miel. Esto causa que la piel de la
fruta se ennegrezca y presente cicatrices y en el follaje se
desarrollen manchas pardas.
Las infestaciones graves pueden causar
defoliación parcial de los árboles, reduciendo su
vitalidad e impidiendo la formación de yemas de las
frutas.
El psílido adulto de la pera tiene cierta
apariencia de chicharra en miniatura, con alas transparentes
recubriendo el cuerpo. Son más o menos de 2.5 mm de largo
y con un color castaño rojizo oscuro. Pueden volar
repentinamente de su lugar de descanso dando la impresión
de que saltan.
Invernan en grietas en la corteza o en la tierra. Los
adultos se tornan activos en
cualquier momento cuando la temperatura es superior a
4ºC.
Los huevos alargados y blancuzcos o amarillos son
depositados en marzo o algunas veces hasta más temprano en
las pequeñas grietas cerca de las yemas e incuban de 10 a
30 días. Después de salida del follaje, muchos
huevos son depositados en las hojas. Las ninfas emigran para
alimentarse en la axila de las hojas o en las hojas que se
están abriendo. Son amarillentas y aplastadas y pronto se
cubren con la mielecilla que secretan. Después de pasar a
través de cuatro períodos sucesivamente más
largos y volverse verdosas, llegan al último
período o de "concha dura" del cual mudan a adultos. Hay 3
o 5 generaciones por año, la primera perdura más o
menos 45 días y la última aproximadamente 30
días.
Son insectos que succionan la savia de los tallos y
hojas, ocasionando que estas partes tiendan a secarse, las
especies detectadas en peral son: Saissetia
coffeae, Diaspidiatos ancylus,
Hemiberiesia rapax, H. diffinis,
H. Jataniae, Melanpsis nigropuntata,
Velataspis dentata (González,
1984).
La escama de San José (Aspidiotus
perniciosus Comstock), puede causar serias pérdidas
si no es controlada, porque ataca no solamente al follaje sino
también a la fruta. Causa pequeñas manchas rojizas
en la fruta y follaje. Los árboles pueden ser parcial o
enteramente destruidos y la fruta es invendible.
Las escamas son más o menos de 2 mm de
diámetro con cuerpos amarillos cubiertos por escamas
circulares grisáceas.
Cada hembra madura produce algunos cientos de insectos
amarillos que se arrastran, los cuales emigran a nuevas
localizaciones. Estos insectos rastreros pueden ser esparcidos
por el viento, pájaros y otros medios. Se
alimentan a través de un aguijón por el que
absorben.
Su crecimiento se completa en alrededor de seis semanas,
el insecto permanece en el mismo lugar, dándose dos o
más generaciones por año.
Los ácaros son plagas importantes de la pera y a
menudo producen grandes daños. Dentro de este tipo de
ácaros se encuentran:
1.- Araña roja europea (Panonychus
ulmi Kohc)
2.- Acaro café
(Bryobia rubrioculus Scheutem)
3.- Araña roja de dos manchas (Tetranychus
urticae Koch)
Los dos primeros invernan en estado de huevo en los
árboles. Los huevos rojos usualmente incuban antes de que
los botones abran y los ácaros jóvenes se alimentan
del follaje en desarrollo.
La araña roja europea es roja aterciopelada y muy
convexa. El ácaro castaño es rojo apagado o
verdoso, de forma aplastada y tiene patas más largas. Se
alimenta casi siempre de noche, congregándose en
vástagos y ramas durante el día.
Los dos ácaros invernan como adultos, amarillo
brillante o naranja, debajo de las capas de la corteza y en
desechos de la tierra, emigrando al nuevo follaje tan pronto como
se desarrolla y se alimentan primero en las hojas cerca del
tronco.
El desarrollo de los ácaros de la huerta es
rápido en tiempo de calor y hay
probablemente ocho o más generaciones en una
estación. Esto hace difícil su control y se deben
tomar medidas antes de que ocurran daños
graves.
El daño causado por estos ácaros es
primero en el follaje, el cual se vuelve bronceado o ennegrece;
la defoliación puede ocurrir, e interfiere gravemente en
el desarrollo normal de la fruta.
Algunas clases de chinches pueden atacar a la pera entre
ellas se encuentran:
Chinches Lygus (Lygus spp), que son
pequeñas chinches grisáceas o verduscas de
más o menos 6 mm de largo. Pueden causar que los brotes se
caigan en la primavera o deformaciones en la fruta.
Chinche Boxelder (Leptocoris trivittatus
Say), son más grandes de color negro o rojo, estas
chinches atacan a la fruta cuando esta madura.
Chinche hedionda ((Euschistus consperscus
Uhler), es todavía más grande, mide 1.25 cm
aproximadamente de largo, en forma de escudo pardo gris.
Están cubiertas con pequeños puntos
negros.
Los trips de las peras (Taeniothrips inconsequens
Uzel), están generalmente sujetos a las medidas de control
usadas contra otras plagas. Estos insectos son más o menos
de 1 mm de largo delgados, pardo oscuro. Los adultos pueden ser
encontrados en las yemas abiertas, donde pueden impedir que los
botones produzcan fruta. Después la larva blanca se
alimenta de las peras en desarrollo causando moteado.
Este insecto (Agrilus sinuatus Olivier),
ataca a la pera cuando larva penetra en el interior de la corteza
y albura. Son delgados, blanquizcos y cuando están
completamente desarrollados pueden ser de 3.8 cm de
largo.
Hay una cría por año, los escarabajos
adultos emergen en mayo y junio. Son delgados, de color
púrpura bronceado, y más o menos de 8.4 mm de
largo. Ocasionalmente una plantación joven puede ser
destruida por esta plaga.
El control cosiste principalmente en cortar y destruir
árboles y ramas infestados durante el invierno. Los
insecticidas que se apliquen para otras plagas en mayo y junio
destruirán muchos de los escarabajos.
Corhylus fuscus, barrena las ramas
e introduce hongos, con lo cual provoca la muerte de
estas o las debilita, de tal manera que se rompen
fácilmente. Las barrenaduras las realizan los adultos
inician sus ataques entre los 15 y 25 días después
de haber empezado la temporada de lluvias, lo cual es a
fínales de junio y continúan afectando en julio y
Agosto. Se controla con la poda y quema de ramas barrenadas en la
época en que los perales no tienen hojas, o bien con
aplicaciones quincenales de Thiodan y/o foley durante el periodo
de ataque (Bustamante y Velez, 1988).
Daña la zona del floema, las entradas de las
barrenaduras semejan un tiro de munición y si no es
controlado oportunamente reduce la vida productiva de las huertas
(Arguello y Hernández, 1987).
Ocasionan decoloración, amarillamiento y
defoliación, además de rugosidades en frutos
(Bustamante 1992).
Enfermedades por hongos del
suelo
Esta alteración es debida a la acción de
dos micomicetos. Armillaria mellea y Rossellinia
necatrix.
El primero ataca generalmente a plantas adultas, es un
hongo invasor ya que para su detección en el suelo ha de
existir una planta sensible.
Presenta un micelio lanoso de color blanco sucio y
rizomorfos de color castaño oscuro que se adhieren a las
raíces, pero también pueden avanzar libremente en
el suelo.
A partir de ellos la infección se extiende a las
plantas contiguas, penetrando en las raíces a
través de las heridas, por los tejidos muertos y
en algunos casos aún directamente en los completamente
sanos, normalmente por debajo de la caliptra o la
cofia.
Sus estructuras
miceliares, principalmente por medio de los rizomorfos, son
suficientes para conservar el hongo en el suelo, aunque es
frecuente que en los troncos de los árboles muy afectados
se encuentren carpóforos, en grupos más o menos
compactados, como setas de color miel y portando un anillo a la
mitad hacia la mitad del pedicelo.
Este hongo se ve favorecido por la humedad del suelo,
aunque también existe en condiciones de
sequía.
Por su parte Rossellinia necatrix, se encuentra
en todos los suelos de modo saprófito en le terreno o
sobre raíces muertas, aunque si encuentra un
huésped en condiciones apropiadas de debilidad, penetra
entre sus tejidos ejerciendo el parasitismo. Al desarrollarse en
el exterior de las raíces, se observa un micelio de
aspecto blanco lanoso que se transforma a color gris o gris
pardo.
Necesita de humedad para su desarrollo y es activo en
plantas jóvenes de vivero. En plantas adultas muchas veces
únicamente convive sin determinar daños
apreciables.
Chancro o podredumbre del
cuello de la raíz
Los agentes fúngicos causantes principales del
"chancro" o "podredumbre del cuello de la raíz", son
Phytophthora cactorum y P. nicotianae. Esta
última es una especie parásita de un hongo bastante
polífago; se aísla a partir de chancros
jóvenes del tallo y cuellos de la raíz y
también del suelo de plantaciones con este problema,
aunque en el peral no es muy común su
incidencia.
Phytophthora cactorum, Es una especie menos
polífaga que la anterior; su presencia en el suelo de las
plantaciones es importante ya que junto con la anterior causa
problemas en la raíz.
Esta enfermedad se manifiesta en el principio en la
parte basal del tronco, con o sin abundante aparición de
goma en la superficie de la corteza, la cual toma un color oscuro
mientras que los tejidos internos mueren hasta el leño.
Las zonas infectadas pueden tener forma y amplitud variables y
progresan más rápidamente en sentido longitudinal
que lateralmente.
Los tejidos corticales muertos se secan gradualmente
apareciendo la corteza al poco tiempo deprimida y resquebrajada,
mientras que las zonas limitrofes se ven sanas.
Cuando los chancros necroticos y fisurados infectan
zonas importantes de la parte basal del tronco, las plantas
comienzan a mostrar en su parte aérea los efectos de la
alteración. Las hojas toman un color verde pálido y
a menudo los nervios presentan coloración amarillenta. Las
brotaciones son pequeñas y escasas de aspecto
clorótico, las hojas pequeñas no crecen lo
suficiente, dando a la planta configuración de carencia
foliar.
La producción de frutos también es
más reducida, así como el tamaño de los
mismos. Las ramas terminales se van secando progresivamente hasta
alcanzar en los casos graves las ramas más
gruesas.
Si el ataque de estos patógenos tiene lugar a
plantaciones jóvenes, en pocas semanas se puede producir
la muerte de
algunos árboles que no consiguen poner en marcha sus
mecanismos de defensa contra estos hongos.
Existen problemas fitopatológicos que limitan la
producción del peral, siendo los más importantes el
tizón de fuego ocasionado por la bacteria Erwinia
amylovora, que infecta principalmente las flores del peral
y el hongo Entromosporium maculatum, conocido como
tizón de la hoja en las que produce manchas, originando al
término una defoliación prematura.
Otras enfermedades que se han
detectado son el mal de bilachas Corticium
kileroga, la roña del peral y Fusicladium pirinum,
tizón foliar Corynema sp., tizón de las nervaduras
Septoria pyricola, pudrición morena de frutos Monilinia
fruticola, muerte descendente Sytospora leucostoma y el virus de la
mancha anular del clavel (Chávez et. al,
1994;).
El chamusco es una de las enfermedades más
destructoras del peral. Las pérdidas oscilan entre la
mancha de los botones y la destrucción de grandes ramas y
del árbol entero. La extensión del daño
depende de los factores como la susceptibilidad de la variedad,
condiciones del tiempo, prácticas del cultivo y medidas de
control.
El agente causal es Erwinia amylovora (Burill)
(Winslow et al.), que es una bacteria descubierta casi 100
años después de conocida la enfermedad.
Esta enfermedad aparece por regla general primero como
una mancha de los botones y después la infección se
difunde a los brotes desarrollados y se despliega a las frutas
jóvenes. Los síntomas de mancha en los botones se
pueden confundir por los causados en algunos lugares por
Pseudomonas syrigae Van Hall. A medida que la
bacteria invade púas y ramas, los tejidos se vuelven verde
oscuro acuosos. Las partes infectadas finalmente se vuelven
pardas, después negras y finalmente se quedan adheridas al
árbol. En condiciones favorables la bacteria se mueve muy
rápidamente. Si se deja sin reprimir, avanzarán de
los botones manchados a las ramas principales, hacia abajo del
tronco y a alas raíces.
Las partes afectadas a menudo producen gotitas de clara
y lechosa exudación color ámbar, conteniendo gran
cantidad de bacterias que
son rápidamente diseminadas al tejido
susceptible.
En cuanto a los medios de diseminación se pueden
considerar a los siguientes:
Por insectos, ya sea por la
contaminación de sus partes bucales o bien por el
contacto accidental con el exudado bacteriano al pararse
después sobre flores sanas. La lluvia y el aire pueden
llevar a las bacteria de plantas enfermas a plantas sanas. Cuando
se presentan granizos es común que se presenten
infecciones por esta bacteria, ya que los daños por
granizo son un punto de entrada de la bacteria hacia la
planta.
Las medidas de control están destinadas a reducir
la inoculación y a la protección del tejido
susceptible. Generalmente el control cosiste en quitar todas las
púas y ramas infectadas tan pronto como aparezcan
dañadas así como los lugares afectados en las ramas
grandes, bifurcaciones troncos y raíces durante la
temporada de letargo.
Los cortes deben realizarse debajo de las partes
infectadas tan pronto como sea posible, después de que
aparezcan, sin tomar en cuenta el tamaño de la madera. En
estas operaciones las herramientas
utilizadas para cortar deben ser desinfectadas entre cada corte a
fin de evitar posibles transmisiones de la bacteria
causal.
Otra forma de disminuir el daño por esta bacteria
son las prácticas de cultivo y poda que detienen el
crecimiento vigoroso tendiendo a reducir la susceptibilidad al
chamusco. Químicamente se ha probado que varias formas de
cobre son
efectivas en el control del chamusco.
La mayoría de las variedades comerciales de pera
son susceptibles al chamusco, de hecho cerca de 20 especies de
Rosáceas se consideran como plantas huésped de la
enfermedad. Sin embargo, se conocen fuentes de
resistencia en peras, manzanas y los criadores han desarrollado
nuevas variedades con potencia
comercial.
Otra enfermedad bacteriana frecuente en las peras en la
que causa Pseudomonas syrigae Van Hall. Esta
enfermedad ha sido conocida bajo muchos nombres tales como:
tizón de los botones, mancha lila, falso chamusco y mancha
por psudomonas.
Esta enfermedad puede ser confundida con el chamusco
pero su diferenciación se vuelve rápida cuando se
sigue el progreso de los síntomas.
La mancha de pseudomonas empieza con una o más
lesiones discretas negras en la superficie exterior de los
órganos florales, sépalos, receptáculos y
pedúnculos. Las lesiones se agrandan rápidamente,
volviendo negros los tejidos al mismo tiempo.
La exudación bacteriana no ha sido observada en
asociación con P. syringe. Las infecciones de
cáliz son comunes y ocurren independientemente de la
mancha de la floración. Las condiciones del tiempo fueron
sugeridas como un factor importante en la predisposición
de los botones y flores a la fase de la mancha y las heladas
mostraron aumentar la susceptibilidad a esta bacteria. Esto puede
ayudar a identificar esporádicas apariciones de la
enfermedad en muchos lugares de cultivo de pera.
El control de esta enfermedad se basa en que la
mayoría de la infección ocurre durante el
otoño y la aplicación de dos aspersiones de caldo
bordelés es comúnmente recomendada. La primera
aspersión debe aplicarse cuando las hojas empiezan a caer
y la segunda cuando la mayoría de las hojas han
caído.
Cosecha, comercialización y
perspectivas
Las peras se deben cosechar en su madurez
fisiológica, ya que es en su almacenamiento
donde alcanza su más alta calidad de consumo. Las
características para decidir si una pera ya esta lista
para ser recolectada es que haya alcanzado su máximo
tamaño, empiece a mostrar cambios ligeros de color,
así como de firmeza y que sean fáciles de
desprenderse del pedúnculo con una ligera
presión.
El 90% de la producción se dedica para consumo en
fresco y el restante se industrializa, cosechándose en
fruta desde marzo hasta octubre, teniéndose problemas de
comercialización debido a la saturación del mercado
durante septiembre y octubre por la variedad Kieffer.
Ante la nueva apertura comercial de México, los
problemas de comercialización de peras se han agravado, ya
que se están importando grandes cantidades de esa fruta,
ya sea de Chile o de la
Unión Americana, además de que sus periodos de
cosecha coinciden con los nacional; bajo estas circunstancias
sólo se tiene la ventaja de la cercanía a los
grandes centros de consumo, pero es de vital importancia
incrementar la productividad por
hectárea, producir fruta de alta calidad y fuera de
temporada (Bustamante, 1992).
Periodo de producción de pera
PAÍS E F M A M J J A S O N D |
CHILE X X X X X X X X X E. U. A. X X X X MEXICO X X X X X X X X |
MEMORIAS VII
CURSO DE ACTUALIZACION FRUTICOLA, 1994.
Cuando la fruta se va a exportar se recomienda
recolectar las peras antes de que estén maduras. Sin
embargo, si se cosechan muy tempranamente son de menor
tamaño y a menudo se marchitan en el almacén.
Pierden dulzura y sabor y son susceptibles a sufrir quemaduras en
el almacén. Por otro lado, si se recogen muy tarde, la
fruta madura rápidamente y tiene un corto potencial para
su almacenamiento. A menudo es granulosa en su textura, pierde
jugosidad y está sujeta al desmoronamiento del
corazón.
La firmeza de la pulpa es el índice más
satisfactorio de madurez en pera. Este punto puede variar
según sean las condiciones de desarrollo del cultivo. Esta
firmeza se mide con un dinamómetro especial, a una
presión necesaria para que penetre un embolo a una
distancia de 8 mm, esta prueba se realiza en por lo menos tres
puntos de la circunferencia (AID, 1967).
Las frutas destinadas a consumo inmediato deben ser
empacadas y embarcadas sin preenfriamiento o sin haber sido
guardadas en almacén frío. En caso de que las peras
no vayan a ser consumidas de inmediato se enfrían a una
temperatura interna de 1.6 – 0.5º C a fin de detener su
madurez.
Cuando las peras tienen que ser almacenadas por largo
tiempo, deben ser enfriadas con rapidez después de la
recolección. La vida de almacenamiento de las peras esta
determinada por la variedad y es bastante bien definida para cada
una de ellas.
La duración en almacenamiento puede ser afectada
por algunos factores, como las condiciones en las cuales la fruta
fue cultivada, madurez durante la recolección, lapso de
tiempo antes de ser enfriada y temperatura dentro del
almacén.
Máximo de duración de almacenamiento en
cajas en días
VARIEDAD | SIN FORROS | FORROS SELLADOS DE |
ANJOU BARTLETT BOSC COMICE HARDY KIEFFER SECKEL WINTER NELIS | 175-185 70-85 90-100 90-105 75-140 90-120 90-100 175-230 | 214-216 107-126 120-130 120-135 " " " " |
AID, 1967.
Para lograr la mejor calidad para postre la
mayoría de las variedades en peras deben ser maduradas de
15-21ºC, a una humedad relativa del 80-85%.
Temperaturas para la madurez más altas de
21ºC no son aconsejables, ya que dan por resultado mal sabor
y textura deficiente o pérdidas por podredumbre antes de
suavizarse.
Aunque las peras pueden colorearse y suavizarse en el
almacén no se puede suponer que han madurado normalmente
hasta que desarrollen todo su sabor y estén muy suaves y
jugosas (AID, 1967).
Perspectivas del cultivo de peral en
México
La superficie bajo cultivo con este frutal en
México es de aproximadamente 5 200 ha, distribuidas
básicamente en los siguientes Estados: Michoacán
con 2 400, Puebla 1 700, Veracruz 700, Morelos 400, Chihuahua
390, Estado de México 300 y Zacatecas con 250
hectáreas sembradas y con rendimientos que oscilan entre 4
y 10 ton/ha.
Las principales variedades que se cultivan son: Kieffer,
Bartlett, Annon y así como una gran cantidad de peras
criollas, dentro de las que destaca la Paraíso. En el
centro del país los huertos estan bajo condiciones de
temporal en donde llueva aproximadamente 800 mm, en cambio en los
estados del norte se requiere de riego (Bustamante,
1991).
El cultivo del peral presenta diversos problemas, entre
los que destacan los daños por heladas y granizo,
reducción de la productividad ocasionada por enfermedades
y plagas reduciendo el número de variedades comerciales,
así como la deficiente polinización y mala calidad
de los frutos debido a cuarteaduras y rugosidades de éstos
(Bustamante, 1991).
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