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Temperamentos




Enviado por simca



    Temperamentos

    1. Algunos conceptos y referencias
      históricas sobre la teoría de los
      temperamentos
    2. ¿Qué es el
      temperamento?
    3. Los cuatro temperamentos
      básicos
    4. El temperamento y la vida
      cotidiana
    5. Las doce combinaciones de
      temperamentos
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Es muy probable que la mayoría de las
    personas, en algún momento de su vida, se hayan preguntado
    porqué en determinadas circunstancias actuaron como lo
    hicieron, cuando otras personas, en circunstancias similares, lo
    hicieron de manera distinta. Quizás cuestionen o admiren
    la conducta
    desenvuelta o las actitudes de
    sus padres, hermanos, profesores, amigos o personalidades
    célebres de la historia o de la pantalla de
    cine y
    televisión. Reconocen en los demás
    actitudes
    naturales que ellos quisieran alcanzar pero que, por más
    que se esfuerzan no lo pueden lograr, o por lo menos no al mismo
    nivel. Así mismo, ven como ciertas cosas, para ellos
    fáciles de hacer, se les dificulta a otros de una manera
    inusitada. En ocasiones las personas quisieran ser distintas a
    como son, sienten que el trabajo que
    desempeñan no los motiva o que las actividades que para
    los demás son fabulosas, para ellos son aburridas o sin
    sentido. ¿A qué se debe esto?. ¿Pueden estas
    situaciones ser cambiadas?.

    Desde los inicios de la humanidad estas cuestiones
    han tratado de ser explicadas y estudiadas. Para muchos la
    influencia de los astros en la forma de ser de las personas ha
    sido, y es, un factor decisivo en el comportamiento
    de los seres humanos. Otros, a través de han buscado
    explicaciones con mayores fundamentos lógicos y precisos.
    Tales son los casos de Hipócrates y
    Kretschmer.

    Hoy por hoy, aún cuando se crea que el
    problema ya ha sido ampliamente estudiado y resuelto, existen
    muchos puntos de vista no muy claros e incluso antagónicos
    al respecto. Para algunos sectores de la psicología, los
    factores externos que afectan al individuo durante su
    formación son decisivos. Para otros, en cambio, la
    carga genética
    de la persona es la que
    marca en
    definitiva la conducta del
    individuo durante su vida.

    En este trabajo se pretende mostrar en forma
    condensada una de las teorías
    que trata de explicar muchas de las tendencias humanas y de
    clasificar a los individuos por medio de sus características conductivas predominantes.
    Tal es el caso de la "Teoría
    de los cuatro temperamentos básicos", promulgada y
    publicada por el Doctor Tim Lahaye desde la década de los
    sesenta del recién pasado siglo.

    CAPÍTULO I

    ALGUNOS
    CONCEPTOS Y REFERENCIAS HISTÓRICAS SOBRE LA
    TEORÍA
    DE LOS TEMPERAMENTOS

    REFERENCIAS HISTÓRICAS

    Desde los Pitagóricos el número cuatro gozaba
    de gran prestigio místico. Empédocles, Aristóteles y otros filósofos enseñaron que los
    elementos de la tierra eran
    cuatro. En seguimiento de esta doctrina descubrieron los
    médicos hipocráticos (500 a 400 años antes
    de Cristo) cuatro líquidos orgánicos fundamentales
    a los cuales atribuían la génesis y el mantenimiento
    de la vida: sangre, bilis,
    flema o linfa, bilis negra o atrabilis. Estaban convencidos de
    que la vida bullía en estos líquidos o humores del
    cuerpo y sobre la base de esos humores los hombres podían
    ser distribuidos en cuatro grupos o tipos,
    según que en ellos predominara uno u otro de esos
    líquidos. Estos tipos eran:

    Sanguíneo: Corresponde al predominio de la
    sangre:
    físicamente son individuos de estatura inferior a la
    media, buena musculatura, figura proporcionada. En sus
    manifestaciones de carácter
    presenta tendencia a la irreflexión, es sociable, poco
    tenaz y persistente.

    Melancólico: Predomina en él lo que
    Hipócrates llamaba la "bilis negra", se conoce
    también como tipo nervioso. Físicamente es
    delgado, de estatura normal o superior a la media, con
    tendencia a la palidez.

    Colérico: Predomina en su organismo la "bilis
    amarilla". De estatura normal o superior a la media; la
    piel
    presenta un tono amarillento.

    Flemático: Físicamente tienen tendencia a
    la obesidad,
    aunque pueden existir tipos delgados. En él predomina la
    flema.

    Esta teoría sobre los temperamentos fue aceptada
    prácticamente sin discusión ni modificación
    durante siglos. No es sino hasta finales del siglo IXX y principios del XX
    cuando aparecen nuevas clasificaciones en las cuales se
    relacionaba básicamente la constitución física del individuo
    con su temperamento. Una de ellas viene de la Escuela
    constitucionalista Italiana donde el psiquiatra De Giovanni
    estableció los conceptos de normotipo y ectipo. El
    normotipo determina ciertas proporciones que el organismo debe
    presentar para corresponder a un tipo definido; el ectipo se
    observa cuando el sujeto presenta dimensiones corporales en mayor
    o menor proporción que las fijadas para un tipo
    somático. El normotipo debía presentar ciertas
    proporciones somáticas, como la longitud abarcada por los
    brazos abiertos debe ser igual a la estatura y circunferencia
    torácica igual a la mitad de la estatura, además de
    otras medidas complejas.

    En forma simultánea a las aportaciones de la
    escuela
    italiana, en Alemania
    Kretshmer desarrollaba una clasificación de tipos
    somáticos con la que intentó relacionar una
    estructura
    corporal determinada y las tendencias psicológicas
    correspondientes. Los tipos de propuestos por Kretshmer son el
    pícnico, el atlético y el
    leptosomático.

    Cuando Kretshmer establece a clasificación de tipos
    psíquicos se basa en algunos rasgos de enfermedades mentales. En el
    desarrollo
    embrionario, el sistema digestivo
    se origina del endodermo; el sistema nervioso
    y los órganos sensoriales del ectodermo y el sistema
    muscular y óseo del mesodermo. Basándose en
    esos principios,
    Sheldon y su colaborador Stevens, establecen la siguiente
    clasificación:

    • El endomorfo
    • El ectomorfo
    • El mesomorfo

    A partir de entonces, la doctrina hipocrática de los
    cuatro temperamentos quedó al margen de la psicología
    científica siendo sustituida por las de Kretschmer y
    Sheldom que son verdaderas teorías
    del temperamento. Los términos de la vieja doctrina quedan
    relegados al lenguaje
    coloquial. Para la gran mayoría de los especialistas de la
    psicología ya no tienen cabida.

    Sin embargo, y a partir de 1966 un psicólogo
    cristiano de nombre Tim La Haye retoma la teoría
    hipocrática de los cuatro temperamentos básicos, ya
    no bajo una óptica
    "humoral", sino bajo una óptica
    genética o
    hereditaria, y le adiciona a la vieja teoría la premisa de
    que en una persona pueden
    estar contenidos por lo menos dos temperamentos
    simultáneamente y, en la mayoría de los casos, uno
    de esos temperamentos será el preponderante.

    Si bien esta teoría tiene muchos retractores que la
    acusan de ocultista, retrógrada y falta de bases
    científicas, también es cierto que tiene un sin
    número de seguidores que la apoyan particularmente por ser
    sencilla y a la vez práctica y eficaz para entender la
    conducta de las personas y ayudarlas en su mejoramiento personal.

    Pero antes de entrar en los detalles de los temperamentos
    básicos y sus combinaciones promulgados por Tim LaHaye, es
    pertinente tratar, en lo posible, de tener claro el concepto de
    temperamento, el cual, como en la mayoría de los conceptos
    psicológicos no es fácil de determinar con
    exactitud.

    ¿QUÉ ES EL
    TEMPERAMENTO?

    Para el psicólogo venezolano P. L. Díaz
    García el temperamento es la constitución somática en
    acción. Es el aspecto emotivo-relaccional de la
    personalidad. La emotividad motivante está enclavada
    en lo orgánico. El temperamento es la contribución
    directa de la química tisular en la
    vida mental.

    Otro concepto un poco
    más enciclopédico indica que se define al
    temperamento como "la suma total de efectos producidos en la vida
    psicológica de un individuo por los cambios
    químicos o metabólicos que constantemente se
    están verificando en todos los tejidos del
    cuerpo humano"
    (McDougall). El temperamento es el clima o medio
    interno, orgánico, y está en relación
    estrecha con nuestra vida afectiva.

    Para el mismo LaHaye "el temperamento es la
    combinación de rasgos que hemos heredado de nuestros
    padres. Nadie sabe donde reside. Es el temperamento de la persona
    el que hace que sea abierta y extrovertida o tímida e
    introvertida.

    Como se puede apreciar los diferentes conceptos pueden ser
    simples o complejos, pero todos concuerdan que el temperamento
    proviene y reside en el interior del individuo. El otro punto
    álgido es qué tanto influye en la vida de las
    personas, ¿es la influencia del temperamento superior a la
    influencia de la educación y el
    medio
    ambiente?.

    Para el profesor soviético A. Petrovski, la
    actividad psíquica del hombre es una
    formación muy compleja. Sus peculiaridades están
    condicionadas ante todo por la vida y la educación del
    niño. La memoria
    lógicoverbal, el pensamiento
    conceptual, la percepción
    objetal y otras funciones
    psíquicas superiores, específicamente humanas, no
    se fijan ni se transmiten biológicamente por vía
    hereditaria. Esto crea la posibilidad de reestructurarlas y
    perfeccionarlas en el proceso del
    desarrollo
    histórico.

    Según el mismo autor, es preciso diferenciar la
    actividad Psíquica compleja que se forma durante la vida
    del hombre
    (pensamiento,
    lenguaje) y
    las funciones
    naturales más elevadas (por ejemplo, la velocidad de
    formación de los vínculos condicionados y otros) La
    actividad psíquica incluye entre muchos otros componentes
    también estas funciones elementales. Así se conoce
    el vínculo que existe entre la capacidad musical del
    hombre y la agudeza auditiva, entre el pensamiento
    matemático y la función de
    análisis y síntesis
    espacial. Las propiedades elementales, innatas que suelen
    denominarse dotes pasan a integrar las funciones psíquicas
    más complejas que se forman bajo la influencia de las
    condiciones externas.

    Si la evolución es normal, determinados dotes son
    sólo una de las condiciones del desarrollo de
    la actividad psíquica, la que en ningún modo se
    reduce a dichas funciones elementales y por eso puede no depender
    directamente de ellas.

    Por ende, las funciones fisiológicas más
    simples, transmitidas por herencia pueden
    ejercer influencia sobre algunos aspectos del proceso de
    desarrollo psíquico. Pero su significación no es
    decisiva. Es un conjunto de muchas condiciones lo que determina
    el contenido fundamental y los mecanismos de dicho proceso. Entre
    ellas las principales son las condiciones de enseñanza y educación de los
    niños.

    Como se puede observar, una corriente psicológica
    magnifica la importancia de la educación y los
    factores exógenos sobre la herencia
    temperamental. Otras, sin embargo, le atribuyen un factor
    decisivo Tal es el caso del Doctor Díaz
    García:

    "La morfología
    constitucional está anclada al genotipo: nada de
    particular tiene que también lo sea la dinámica temperamental. Fundamentalmente
    nace, no se hace. Sin embargo, factores peristáticos
    pueden modificarla notablemente. No perdamos de vista que
    el hombre es
    un represor de instintos. Es muy capaz de reprimir su afectividad
    innata, para cubrirse de la superficial costra temperamental que
    le exige su ambiente.
    Recordemos que la extroversión y la introversión
    son características temperamentales
    básicas; y que una u otra pueden ser endógenas o
    exógenas. Psicológicamente, el temperamento es de
    una enorme importancia nuestra vida común y corriente no
    está hecha de razón y pensamiento racional, mucho
    menos de ciencia y
    técnica científica. Son los afectos, las
    corazonadas los temores, esperanzas y creencias saturadas de
    emoción los que nos inducen a decidir y a actuar. El
    temperamento domina en el individuo; y al mismo tiempo
    caracteriza el ámbito de las relaciones
    humanas. No todos somos igualmente sociables; no todos
    estamos igualmente dispuestos para la acción; hay quienes
    están proclives al pesimismo; y hay quienes son
    incorregibles optimistas".

    Para Tim LaHaye, la carga hereditaria que se trasluce a
    través del temperamento son de una trascendencia mayor de
    lo anteriormente expresado: "Humanamente hablando, no hay nada
    que tenga una influencia más profunda sobre el comportamiento
    que el temperamento que heredamos. La combinación de los
    genes de los padres en el momento de la concepción que
    determinó nuestro temperamento básico nueve meses
    antes de que respirásemos por nuestra cuenta, es el
    responsable en buena medida, de nuestras acciones, de
    nuestras respuestas emocionales y, en mayor o menor grado, de
    casi todo lo que hacemos.

    Hoy en día la mayoría de las personas no
    tienen conciencia alguna
    de la existencia de esta influencia extremadamente poderosa sobre
    el comportamiento. En consecuencia, en lugar de cooperar con ella
    y de valerse de ella, entran en conflicto con
    este poder interior
    y con frecuencia intentan hacer de sí mismos algo para lo
    cual no estaban destinados o dotados en absoluto. Esto no
    solamente lo limita personalmente sino que afecta a la familia que
    lo rodea y a menudo arruina otras relaciones
    interpersonales. Esta es una de las razones que hace que
    muchas personas se detesten a sí mismas o no puedan
    "hallarse" a sí mismas".

    Definitivamente, el hecho de que el temperamento de las
    personas resida en los genes es algo que todavía
    está por probarse y, por supuesto, su discusión es
    algo que está fuera del alcance de este trabajo.
    Quizás con la nueva información que paulatinamente se vaya
    obteniendo de la lectura del
    código
    genético humano, se pueda en algún momento
    localizar los genes encargados de transportar dicha información, en caso de ser cierta esta
    teoría. Pero mientras tanto, se puede poner a
    disposición de la gente la información sobre esta
    teoría y servirse de ella como herramienta para un mayor
    conocimiento
    personal y una
    mejor relación interpersonal y familiar. Por tanto, en los
    siguientes capítulos se resumirán las
    características de los cuatro temperamentos básicos
    repromulgados por el Doctor LaHaye, a fin de que el lector juzgue
    su exactitud y posiblemente se identifique con alguno o varios de
    ellos.

    CAPITULO II

    LOS CUATRO
    TEMPERAMENTOS BÁSICOS

    LOS CUATRO TEMPERAMENTOS
    BÁSICOS

    A continuación se hace una breve descripción de los cuatro temperamentos
    básicos, asomando en cada caso algunas de sus
    posibilidades profesionales o laborales, así como sus
    aspectos positivos o negativos.

    SANGUÍNEO

    .El sanguíneo es una persona cálida, vivaz,
    alegre, que da gusto. Por naturaleza es
    receptivo y las impresiones externas se abren camino
    fácilmente en su corazón
    donde prestamente provoca una respuesta atropellada. Para tomar
    sus decisiones predominan más los sentimientos que los
    pensamientos reflexivos. Es un superextrovertido. Tiene una
    capacidad poco común para divertirse y generalmente
    contagia su espíritu alegre y divertido. Fascina cuando
    narra cuentos y su
    naturaleza
    cálida y entusiasta le hace revivir prácticamente
    la experiencia que relata.

    Nunca le faltan amigos. Su naturaleza ingenua,
    espontánea, cordial le abre puertas y corazones. Puede
    sentir genuinamente las alegrías y los pesares de las
    personas con quien está y tiene la habilidad de hacerle
    sentir importante como si se tratase de un amigo muy especial- y
    lo es, mientras tenga sus ojos puestos en él, o mientras
    sus ojos no se dirijan hacia otra persona con igual
    intensidad.

    El sanguíneo nunca se encuentra perdido por falta de
    palabras, aun cuando con frecuencia habla sin pensar. Su franca
    sinceridad, sin embargo, tiene un efecto desarmador sobre muchos
    de sus interlocutores, de tal modo que los hace responder a su
    humor. Su modo libre de desenvolverse hace que los de
    temperamento más tímido lo envidien.

    Al sanguíneo le gusta la gente y detesta la soledad.
    Nunca se siente mejor que cuando está rodeado de amigos
    donde él es el alma de la fiesta. Tiene un repertorio
    interminable de cuentos que
    relata en forma dramática.

    Su modo ruidoso, afable, atropellado, lo hacen parecer
    más seguro de lo que
    él mismo se siente; pero su energía y su
    disposición amable lo ayudan a superar sus problemas en
    la vida. La gente suele disculpa sus debilidades diciendo
    "Él es así".

    Generalmente resultan excelentes vendedores,
    sintiéndose muy atraídos hacia esa
    profesión. Suelen además ser excelentes actores,
    anfitriones, predicadores, locutores, animadores,
    políticos, etc.

    En cuanto a ayudar a otros se refiere, los sanguíneos
    se destacan en tareas hospitalarias. Los doctores
    sanguíneos están dotados de una aptitud especial
    para acercarse al enfermo al cual lo deja siempre de buen
    ánimo como consecuencia de su trato cautivante. La
    enfermera sanguínea evidencia igual grado de entusiasmo
    para ayudar a los enfermos, y su radiante sonrisa cuando entra en
    la habitación siempre tiene el efecto de levantar el
    espíritu.

    Cualquiera sea la actividad a que se dedique el
    sanguíneo, siempre conviene que sea una actividad que le
    proporcione mucho contacto con otras personas.

    DEBILIDADES DEL SANGUÍNEO

    Indisciplinado y falto de voluntad. La tendencia a ser
    indisciplinados y su voluntad débil puede llegar a
    destruirlo a menos que sepa vencer estas debilidades. Como son
    altamente emocionales tienden a ser "manoseadores".

    La voluntad débil y falta de disciplina
    hacen que les resulte fácil hacerse deshonestos, falsos y
    poco dignos de confianza. Tienden a cometer excesos y a aumentar
    de peso y les resulta sumamente difícil mantener una
    dieta; en consecuencia es muy normal que un sanguíneo de
    treinta años de edad pese quince kilos de más y que
    siga aumentando rápidamente.

    Inestabilidad emocional. El sanguíneo no
    sólo es capaz de llorar por cualquier pretexto, sino que
    la chispa de ira puede transformarse en furioso infierno
    instantáneamente. Hay algo consolador en su enojo –
    no guarda rencor. Una vez que ha desatado su furia se olvida de
    la cuestión. Los demás no, pero él
    sí. Por eso es que él no tiene úlceras; se
    las pasa a los demás.

    El egotismo. El sanguíneo lucha constantemente
    por ser el centro de la atención. Para él todo el mundo es
    un gran escenario y él es el actor principal. Normalmente
    él mismo es su personaje favorito.

    Un habito muy sutil del sanguíneo es hacer referencia a
    personalidades (proyección), haciendo hincapié en
    su relación con la persona.

    Inquieto y desorganizado. Los sanguíneos son
    tremendamente desorganizados y siempre están en movimiento.
    Raras veces planifican por anticipado; generalmente aceptan las
    cosas a medida que se le presentan. Son felices buena parte del
    tiempo porque
    raramente vuelven la mirada hacia atrás (y en consecuencia
    no se benefician de los errores pasados), y raras veces miran
    hacia delante. Donde quiera que viva o trabaje las cosas se
    encuentran en un desastroso estado de
    desarreglo. No consigue las herramientas,
    y las llaves constituyen su ruina- invariablemte se le pierden.
    Dado su ego, generalmente es exigente para vestirse, pero si sus
    amigos vieran la habitación donde se vistió
    pensarían que alguien ha sido víctima de una
    explosión.

    La inseguridad. Aún cuando su personalidad
    extrovertida lo hace ver como una persona segura de sí
    misma en realidad es una persona muy insegura.

    Generalmente el sanguíneo no teme el daño
    personal y a menudo se arriesga a realizar desmedidas
    hazañas de osadía y heroísmo. Sus temores
    giran en torno más
    bien del fracaso personal, el rechazo o la desaprobación
    de los demás.

    Conciencia flexible. Ya que el sanguíneo tiene
    la capacidad de convencer a los demás, con lo cual se
    granjea la reputación de ser el timador más grande
    del mundo, no le resulta difícil convencerse de que todo
    lo que quiere hacer está perfectamente bien. Tiene la
    tendencia a torcer la verdad o a exagerar. Para el
    sanguíneo "el fin justifica los medios" y
    normalmente el fin es el de él. Es por ello que
    frecuentemente pisotea tranquilamente los derechos de los demás
    y pocas veces titubea ante la posibilidad de servirse de
    otros.

    COLÉRICO

    El colérico es de un temperamento ardiente, ágil
    activo, práctico y de voluntad fuerte que se tiene por
    autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno
    de opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su
    cuenta, y por cuenta de otros también. Al igual que el
    sanguíneo, el colérico también es
    extrovertido, pero es mucho menos intenso.

    El colérico se encuentra a gusto con la actividad. Para
    él la vida es actividad. No necesita que el medio lo
    estimule; antes bien él estimula al medio que lo rodea con
    sus ideas, planes, metas y ambiciones inacabables. No se dedica a
    actividades que no tengan un propósito concreto
    porque tiene una mentalidad práctica y aguda, capaz de
    tomar decisiones o de planificar actividades útiles en
    forma instantánea y acertada. No vacila ante la presión de
    la opinión ajena, sino que adopta posiciones definidas
    frente a las cuestiones, y con frecuencia aparece organizando
    cruzadas contra alguna injusticia social o alguna
    situación subversiva.

    Al colérico no le asustan las adversidades; más
    aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz
    determinación generalmente le hace tener éxito
    donde otros fracasan porque él sigue empeñado en la
    tarea cuando otros se desalientan. El colérico es un
    líder
    nato, lo que los expertos en administración empresarial llaman un
    líder
    natural fuerte.

    La naturaleza emocional del colérico es la parte menos
    desarrollada de su temperamento. No siente compasión por
    otros fácilmente, ni lo demuestra ni lo expresa. Con
    frecuencia se siente incómodo frente a las lágrimas
    ajenas, o simplemente le disgustan, y en general es insensible a
    sus necesidades. Demuestra poco aprecio por la música y el arte.
    Preferentemente busca los valores
    utilitarios y productivos de la vida.

    El colérico reconoce rápidamente las
    oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor forma de
    sacarle provecho. Tiene una mente bien organizada, aunque suelen
    aburrirlo los detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más bien a una
    estimación rápida, casi intuitiva, tiende a poner
    la mira en la meta que
    quiere alcanzar sin tener en cuenta las posibles trampas y
    escollos en el camino. Tiende a ser dominante y autoritario y usa
    a la gente sin vacilación a fin de lograr sus fines. A
    menudo se le considera oportunista.

    Toda profesión que requiera liderazgo,
    motivación
    y productividad
    es adecuada para el colérico, siempre que no le exija
    demasiada atención en cuestiones de detalles y
    planificación analítica.
    Generalmente le gustan las tareas de construcción porque es una actividad muy
    productiva y es frecuente que el colérico termine siendo
    capataz o supervisor.

    El colérico es desarrollista por naturaleza
    sueña con construcciones y maquinarias abriendo
    caminos.

    La mayoría de los financistas son coléricos.
    Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de aventura que
    los lleva a lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco
    a sus propias ideas; a veces oyen hablar de alguna idea
    progresista y ellos la toman como bandera. Sin embargo, una vez
    que el colérico ha iniciado un nuevo negocio, no es
    difícil que se aburra muy pronto a pesar del éxito,
    por dos razones: cuando el negocio crece bajo su dinámica dirección necesariamente surgen muchas
    cuestiones de detalle. Pero como los coléricos son malos
    delegando responsabilidad terminan haciéndolo todo
    ellos mismos. Cuando descubre que está tan ocupado que le
    faltan manos para hacerlo todo, opta por buscar a alguien que le
    compre el negocio. Es pues común, que un colérico
    inicie entre cuatro y diez negocios en el
    curso de su vida.

    El colérico no es un perfeccionista sino un productor.
    Prefiere hacer veinte cosas con un setenta u ochenta por ciento
    de perfección a hacer unas pocas con un cien por cien.

    El colérico tiende a desenvolverse muy bien en el
    comercio, en
    la enseñanza de asignaturas prácticas,
    en la política, en funciones militares, en los
    deportes. Por
    otra parte, raramente encontraremos un cirujano, un dentista, un
    filósofo, un inventor, un matemático o un relojero
    colérico. Normalmente es tan optimista que rara vez
    fracasa- excepto en su propia casa.

    DEBILIDADES DEL COLÉRICO.

    El enojo y la hostilidad. El colérico es
    extremadamente hostil. Algunos aprenden a controlar su ira, pero
    una erupción de violencia es
    siempre una posibilidad en ellos. No les lleva mucho tiempo
    comprobar que los demás generalmente se asustan de sus
    estallidos de enojo y de que por lo tanto pueden valerse de su
    ira como un arma para conseguir lo que quieren- y generalmente lo
    que quieren es salirse con la suya.

    El enojo de los coléricos es enteramente diferente a la
    de los sanguíneos. La explosión del colérico
    no es tan fuerte como las del sanguíneo ya que es menos
    extrovertido, pero puede ser mucho más peligrosa. El
    colérico puede herir a los demás con toda
    intención y gozarse de haberlo hecho. La esposa del
    colérico generalmente le tiene miedo, y éste tiende
    a aterrorizar a los hijos. El colérico da portazos, golpea
    la mesa con el puño, usa la bocina del automóvil
    sin discreción. Cualquier persona o cosa que se le cruce
    en su camino, que retarde su progreso, o que deje de funcionar en
    la medida de sus expectativas, no tardará en experimentar
    la erupción de su cólera. Y a diferencia del
    sanguíneo, al colérico no se le pasa el enojo
    fácilmente, sino que por el contrario puede arrastrar su
    encono durante un tiempo increíblemente largo. Tal vez sea
    ésta la razón de que a los cuarenta años de
    edad ande con úlceras estomacales.

    Cruel cortante y sarcástico. Nadie pronuncia con
    su boca comentarios más ácidos que
    el colérico sarcástico, el cual está
    preparado con un comentario cortante que es capaz de aniquilar a
    los que se sienten inseguros y demoler a los menos combativos.
    Raras veces titubea cuando quiere cantarle las cosas claras a
    alguien o hacerlo papilla. En consecuencia, va dejando un reguero
    de casos psíquicos y de personas heridas por donde
    pasa.

    Frío y sin afecto. De todos los temperamentos el
    colérico es el que evidencia menos afecto y se neutraliza
    ante la idea de hacer alguna demostración pública
    de afecto; su rigidez emocional rara vez le permite derramar
    lágrimas.

    Insensible y desconsiderado. Similar a su natural falta
    de amor es la
    tendencia del colérico a ser insensible a las necesidades
    de los demás y desconsiderado acerca de sus
    sentimientos.

    Porfiado y terco. La firmeza y la decisión
    natural del colérico es una característica
    temperamental que puede ayudarlo en el curso de su vida, pero
    también puede convertirlo en un hombre porfiado y terco.
    Como tiene un sentido intuitivo generalmente toma resoluciones
    rápidamente (sin consideración y análisis
    adecuados), y una vez que ha tomado una decisión es
    prácticamente imposible que cambie de parecer. El
    colérico se muestra neutral
    en muy pocas cosas y terco en todo.

    Astuto y dominador. Una de las características
    del colérico es su inclinación a proceder con
    astucia a fin de lograr lo que quiere. Raras veces acepta un no
    como respuesta y con frecuencia recurre a cualquier medio
    necesario para alcanzar su meta. Si tiene que adulterar las
    cifras y torcer la verdad, raras veces vacila, porque para
    él el fin justifica los medios. Cuando
    necesita un favor, puede transformarse casi en un
    sanguíneo en su capacidad persuasiva, pero en el momento
    que se le da lo que busca, se olvida de que te
    conoció.

    MELANCÓLICO

    El melancólico tiene el temperamento más rico de
    todos. Es un tipo analítico, talentoso, perfeccionista,
    abnegado, con una naturaleza emocional muy sensible. Nadie
    disfruta más del arte que el
    melancólico. Por naturaleza tiende a ser introvertido,
    pero como predominan sus sentimientos, lo caracterizan una serie
    de disposiciones de ánimo. A veces lo elevan a las alturas
    del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más
    extrovertida. Sin embargo, en otros momentos está triste y
    deprimido, y en esos momentos se vuelve escurridizo y puede
    incluso, volverse antagónico.

    El melancólico es un amigo muy fiel, pero a diferencia
    del sanguíneo no hace amistad con
    facilidad. Pocas veces se esfuerza por conocer a la gente; mas
    bien se limita a esperar que acudan a él. Quizás
    sea el de temperamento más confiable, por cuanto sus
    tendencias perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado o
    abandonar a otros cuando cuentan con él. Su reticencia
    natural a tomar la delantera no es indicación de que no le
    guste la gente. Como a todos, no sólo le gusta la gente
    sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por ellos. Las
    experiencias desalentadoras lo llevan a rehusar a la gente por lo
    que parecen; por ello tiende a sospechar cuando lo buscan o le
    hacen atenciones.

    Su excepcional capacidad analítica lo impulsa a
    diagnosticar acertadamente los obstáculos y los peligros
    de cualquier proyecto en el
    que participa. Esto contrasta marcadamente con el
    colérico, que pocas veces ve los problemas o
    dificultades, pero que confía en que va a poder resolver
    cualquier crisis que se
    le presente. Estas características a menudo hacen que el
    melancólico no quiera iniciar algún nuevo proyecto o que se
    vea en conflicto con
    los que quieran iniciarlo. Cuando una persona ve los
    obstáculos en lugar de los recursos o metas,
    es fácil que se descorazone antes de empezar. Dicho de
    otra manera el melancólico es un pesimista nato.

    El melancólico suele descubrir su mayor sentido de la
    vida entregándose al sacrificio personal. Con frecuencia
    elige una vocación difícil, que requiera mucho
    sacrificio personal. Pero una vez que ha elegido, tiende a ser
    sumamente metódico y persistente en el cumplimiento de la
    misma, y es mas que probable que realice grandes cosas si su
    tendencia natural a quejarse del sacrificio que significa no lo
    deprime hasta el punto de hacerlo abandonar totalmente.

    Toda vocación que requiera perfección,
    abnegación y creatividad es
    adecuada para el melancólico. La mayoría de los
    grandes compositores, artistas, músicos, inventores,
    filósofos, teóricos,
    teólogos, científicos y dedicados educadores del
    mundo han sido predominantemente melancólicos. La
    capacidad analítica necesaria para proyectar edificios,
    concebir proyectos
    requiere el temperamento de un melancólico. Pero
    también pueden ser artesanos de primera: carpinteros,
    albañiles, plomeros, horticultores, científicos,
    abogados, escritores, mecánicos, ingenieros. Pueden ser
    miembros de toda profesión que proporciona un servicio con
    sentido humanitario.

    DEBILIDADES DEL MELANCÓLICO

    Negativo, pesimista y crítico. Las admirables
    cualidades del perfeccionismo y la escrupulosidad conllevan con
    frecuencia la seria desventaja del negativismo, el pesimismo y de
    un espíritu de crítica. Normalmente, la primera
    reacción de un melancólico ante cualquier cosa va a
    ser negativa o pesimista. Éste sólo rasgo limita la
    actuación vocacional del melancólico más que
    ningún otro. Apenas se le presenta una nueva idea o un
    proyecto nuevo su habilidad analítica se enciende y
    comienza a imaginar toda clase de problemas y dificultades que en
    su opinión podrían surgir al poner el proyecto en
    práctica. Para la industria esto
    es una ventaja, porque mediante este rasgo el melancólico
    puede anticipar los problemas y prepararse para ellos. Pero para
    él mismo es una desventaja porque le impide largarse por
    su cuenta y sacar ventaja de su creatividad.
    Es raro que una persona predominantemente melancólica
    inicie un nuevo negocio o proyecto por su cuenta; en cambio es
    fácil que sea utilizado por personas menos dotadas pero de
    temperamento más emprendedor. El melancólico es
    capaz de experimentar el "arrepentimiento del comprador" antes de
    comprar la mercancía, y no como los otros que la
    experimentan tiempo después.

    Los melancólicos deben luchar constantemente contra su
    espíritu de crítica que proyectan hacia los que lo
    rodean como hacia sí mismo, razón por la cual suele
    sentirse sumamente disconforme consigo mismo.

    Egocéntrico, susceptible, y quisquilloso. El
    melancólico es más egocéntrico que cualquier
    otro temperamento, pues todo lo interpreta en relación
    consigo mismo. Si, por ejemplo, se anuncia en su trabajo alguna
    nueva disposición, inmediatamente reacciona alarmado
    pensando que es a él al que quieren agarrar. Tiende
    además a compararse con los otros en apariencia exterior,
    en talento, en intelecto, sintiéndose invariablemente
    deficiente porque jamás se le ocurre que se compara con
    los mejores rasgos del otro y hace a un lado sus puntos
    débiles.

    Este rasgo de egocentrismo, juntamente con su carácter
    sensible, hace que el melancólico sea muy susceptible y
    quisquilloso por momentos. Se puede ofender a un
    melancólico con solo mirarlo.

    Vengativo y propenso a sentirse perseguido. El
    talentoso cerebro del
    melancólico puede ser terreno fértil para conceptos
    creativos y positivos, o la fuente de pensamientos perjudiciales.
    Aun cuando no es tan expresivo como el sanguíneo o el
    colérico en su enojo, es perfectamente capaz de alentar un
    rencor de ebullición lenta y de larga duración que
    se manifiesta en pensamientos vengativos y en meditaciones de
    auto persecución. Si se alienta esto por un tiempo
    suficiente el resultado puede ser el que se transforme en un
    maniático depresivo o por lo menos que explote de ira, de
    un modo que resulta enteramente distinto de su naturaleza
    normalmente suave.

    Las líneas negativas de pensamiento hacen que el
    melancólico tome decisiones poco realistas. El noventa y
    cinco por ciento de las veces su línea de pensamiento
    vengativa y opresiva saca el problema fuera de toda
    perspectiva.

    Temperamental, depresivo, antisocial. Una de las
    características más prominentes del
    melancólico se refiere a los vaivenes de ánimo. En
    algunas ocasiones se siente transportado a tales alturas que obra
    como si fuese un sanguíneo y en otras, se siente tan
    deprimido que quisiera deslizarse por debajo de las puertas. A
    medida que aumenta en años aumentan los momentos de
    insatisfacción, amargura y depresión,
    a menos que halla a prendido a autocontrolarse.

    Legalista y rígido. Ningún temperamento
    es tan susceptible a ser rígido, implacable e
    intransigente, hasta el punto de ser totalmente irrazonable, como
    el melancólico.

    Es el mártir natural de su causa. Es incapaz de falsear
    la información en los formularios de
    impuestos o
    cualquier otro. Es intolerante e impaciente con los que no ven
    las cosas como las ve él; en consecuencia le resulta
    difícil formar parte de un equipo y con frecuencia se
    desenvuelve sólo en el mundo comercial.

    Impráctico y teórico. El
    melancólico es un idealista por lo que a veces tiende a
    ser impráctico y muy teórico por lo que le
    convendría someter siempre sus proyectos a la
    prueba de la viabilidad y le conviene asociarse con personas de
    otro temperamento que se complementen.

    FLEMÁTICO

    El flemático es un individuo tranquilo, sereno, que
    nunca se alarma y casi nunca se enoja. Sin duda alguna es la
    persona con la cual es más fácil llevarse y es, por
    naturaleza, el más simpático de los temperamentos.
    Para él la vida es una alegre y agradable experiencia, sin
    emoción, en la que evita comprometerse todo lo posible. Es
    tan tranquilo y sereno que parece no agitarse nunca, cualesquiera
    que sean las circunstancias que lo rodean. Es el único
    tipo temperamental que es invariablemente consecuente. Bajo su
    personalidad
    tranquila el flemático experimenta más emociones de las
    que aparecen en la superficie, y tiene capacidad para apreciar
    las bellas artes y las cosas buenas de la vida.

    Al flemático no le faltan amigos porque le gustan las
    personas y tiene un sentido del humor natural y satírico.
    Es del tipo de persona que puede hacer que los demás se
    desternille de la risa mientras él permanece
    imperturbable. Posee una capacidad especial para descubrir el
    lado humorístico de los demás, y de las cosas que
    hacen los demás, y tiene una actitud
    siempre positiva hacia la vida. Tiene buena retentiva y puede ser
    un buen imitador. Una de sus grandes fuentes de
    diversión consiste en provocar a los demás o en
    burlarse de los otros tipos temperamentales.

    El flemático tiende a ser más bien espectador, y
    procura no comprometerse mucho con las actividades de los
    demás. Más aún, cuesta mucho lograr que tome
    parte en alguna actividad que no sea su rutina diaria. En general
    el flemático es de buen corazón y
    compasivo, pero raras veces deja traslucir sus verdaderos
    sentimientos. Sin embargo, toda vez que su interés ha
    sido despertado, y resuelve poner manos a la obra, sus
    capacidades de cualidad y eficiencia se
    ponen de manifiesto. No se ofrece voluntariamente para ocupar la
    posición de líder, pero, cuando se ve obligado a
    ocuparla, da muestras de ser un líder sumamente capaz.
    Ejerce una influencia conciliadora sobre otros y es un
    planificador nato.

    El flemático es un maestro en todo aquello que requiera
    de una paciencia meticulosa y la presencia de la rutina
    diaria.

    La mayoría de los maestros de la escuela primaria son
    flemáticos. Esto se aplica también al nivel
    secundario y superior, donde tienen preferencia por las matemáticas, la física, la gramática, la literatura, etc. Otro campo
    que apela al flemático es la ingeniería. Le atraen los planos y los
    cálculos, es bueno como ingeniero civil tanto en estructuras
    como en sanitaria, ingeniero químico, ingeniero
    mecánico, dibujante, estadística, etc. Tienen además
    excelentes aptitudes artesanales, por lo que suelen ser buenos
    mecánicos, torneros, carpinteros, electricistas,
    relojeros, especialistas en cámaras fotográficas y
    otros instrumentos de precisión. Suelen también ser
    excelentes capataces, supervisores o dirigentes de personal pues
    son diplomáticos y no provocan roces.

    El flemático es organizado, jamás concurre a una
    reunión desprevenido o tarde, tiende a trabajar bien bajo
    presión
    y es extremadamente confiable. Es frecuente que el
    flemático conserve el mismo trabajo toda la vida.

    Como tiende a luchar con el problema de la inseguridad
    personal, el flemático puede preferir ocupaciones con
    beneficios de jubilación u otras seguridades. Por ello lo
    atraen los cargos en la administración
    pública, en las fuerzas armadas, en funciones de
    gobierno y otras
    semejantes. Es raro que el flemático inicie alguna
    actividad comercial por su cuenta, aún cuando está
    capacitado para ello.

    DEBILIDADES DEL FLEMÁTICO

    Sin interés,
    lento y ocioso. La debilidad más evidente del
    flemático es su aparente falta de empuje o de
    ambición. Si bien pareciera que siempre hace lo que se
    espera de él, raras veces hace más de lo necesario.
    Hace pensar en que tiene un metabolismo
    bajo, o lento, y con frecuencia se queda dormido en el momento
    que se sienta. Raramente propicia alguna actividad, y en cambio
    busca excusas para evitar tener que comprometerse en las
    actividades de los demás. Incluso su ritmo tiende a
    disminuir con el paso de los años. El flemático
    generalmente se levanta temprano, se va a su trabajo o actividad
    diaria de buen humor, y habiendo cumplido un horario corrido,
    regresa "completamente agotado". Con frecuencia duerme una larga
    siesta, tras lo cual se sienta frente al televisor ( que maneja a
    control remoto),
    y en el curso de la tarde se duerme y se despierta según
    los programas. Por
    último, después de las noticias de la noche, su
    mujer lo
    despierta y lo ayuda a meterse en la cama, donde se duerme
    profundamente hasta la mañana siguiente. Y esto todos los
    días invariablemente.

    Autoprotección. A nadie le gustan las heridas, y
    esto resulta particularmente cierto en el caso del
    flemático. Si bien no es tan sensible como el
    melancólico, tiene piel bastante
    delgada y, por lo tanto, aprende a protegerse a una edad muy
    temprana. Es bastante frecuente que aprenda a vivir como una
    tortuga, erigiendo un duro caparazón protector que lo
    escude de todo dolor o afrenta externos.

    Mezquino y avariento. Esta es una característica
    de las que solo pueden dar fe las personas que viven con un
    flemático, pues su actitud
    siempre cortés y correcta para con los demás, hacen
    que el resto de las personas no se percaten de ella. El
    flemático cuida cada centavo y actúa como un avaro,
    excepto cuando se trata de comprar algo para sí mismo.
    Normalmente es el que da las propinas más
    pequeñas.

    Terco, terco y terco Nadie es más terco que el
    flemático; pero es tan diplomático, hasta en eso,
    que a la gente le puede pasar desapercibido. Casi nunca se
    enfrenta con otra persona, ni se niega a hacer algo, pero de
    algún modo se las arregla para eludir la responsabilidad. Ante una situación
    familiar el flemático jamás grita o discute. Se
    limita a arrastrar los pies o se planta y se niega a moverse.

    Indeciso y temeroso. Debajo de la amable superficie del
    flemático diplomático late un corazón
    sumamente temeroso. Esta tendencia a temer le impide, con
    frecuencia, aventurarse por su cuenta para sacar el mayor
    provecho de sus potencialidades.

    Habiendo hecho un recorrido por las características de
    cada uno de los temperamentos, se pasará en el siguiente
    capítulo a comentar, tomando algunos casos, cómo
    influyen ellos en la conducta cotidiana de las personas.

    CAPÍTULO III

    EL
    TEMPERAMENTO Y LA VIDA COTIDIANA

    El TEMPERAMENTO
    INFLUYE EN TODO LO QUE HACEMOS

    Al examinarlos cuatro temperamentos básicos, se
    está en una mejor condición para entender que no
    hay influencia más significativa que impulse en forma
    natural las acciones y
    reacciones del ser humano, incluso las más cotidianas.
    Pongamos de ejemplo algunas actividades comunes y cotidianas de
    las personas.

    El temperamento y la capacidad de manejo. Los
    sanguíneos son conductores erráticos de
    vehículos. A veces conducen a gran velocidad,
    pero sin que exista razón aparente pierden interés
    en la velocidad y reducen la marcha. Viajar en el asiento de
    atrás de un sanguíneo puede resultar decididamente
    peligroso. Le interesan tanto las personas, que cuando habla
    quiere mirarlas a la cara, incluso mientras maneja. Dado que es
    un súperconversador presta muy poca atención a la
    ruta.

    Los coléricos son osados demonios de la velocidad, que
    avanzan adelantándose a los otros vehículos por
    cualquier lado. Siempre de recorrer en un período de
    tiempo más de lo que es humanamente posible, e intentan
    ganar tiempo conduciendo furiosamente entre un compromiso y otro.
    Por extraño que parezca rara vez lo multan, pues tiene la
    habilidad para tener el ojo puesto en el retrovisor y estar
    atento a los policías de tráfico.

    Los melancólicos jamás salen de la casa sin
    prepararse para el viaje con la antelación necesaria.
    Estudian el mapa y conocen la mejor ruta de principio a fin. Los
    melancólicos son los que están en mejores
    condiciones para mantener un registro completo
    de la historia del
    vehículo, incluyendo el consumo de
    gasolina, aceite y las reparaciones. Son legalistas por
    naturaleza, y por lo tanto raras veces viajan a grandes
    velocidades

    El flemático por su parte es el conductor mas lento de
    todos. Es el último en arrancar en una
    intersección; raras veces cambia de carril, y constituye
    un peligro por su indecisión cuando entra en la autopista
    desde una rampa lateral. Conduce como si anduviera de paseo los
    siete días de la semana. Pocas veces lo multan, casi nunca
    tiene accidentes,
    pero puede ser un peligroso obstáculo en la carretera.

    El temperamento y el jardín. El sanguíneo
    normalmente se levanta temprano el sábado para arreglar su
    patio. Con gran entusiasmo prepara las herramientas
    (posee todos los elementos que se conocen porque es incapaz de
    resistirse a comprar lo que le ofrecen). Con todo, a la media
    hora, lo más probable es que esté de lo más
    feliz charlando con un vecino. Antes de completar la jornada le
    pide al hijo que recoja las herramientas y resuelve arreglar el
    jardín la próxima semana. El sanguíneo es
    uno de los grandes postergadores del mundo.

    El colérico detesta el trabajo del
    jardín y por ello, cuando lo encara, lo hace como con
    espíritu de venganza. Trabaja a una velocidad
    increíble a fin de terminar cuanto antes. Si poda una
    planta seguramente lo hará para todo el año.

    El melancólico tiene una aptitud natural para hacer
    crecer cosas y generalmente tiene el mejor jardín del
    barrio. Es la persona que les habla a las plantas y las
    trata como a seres humanos. Casi todos los fines de semana lo
    encontraremos de rodillas haciéndole la "manicura" al
    jardín.

    El jardín del flemático ofrece el
    espectáculo de un hombre que a media mañana
    está degustando su tercera taza de café.
    Es capaz de hacer el trabajo con calidad, y se
    encarga escrupulosamente de él, sencillamente porque el
    impulso de hacer lo que corresponde es superior a su deseo de
    descansar.

    temperamento y los hábitos gastronómicos.
    Los sanguíneos comen todo lo que tienen a la vista De
    paso, en un restaurante casi nunca consultan el menú antes
    de que llegue el mesonero, pues seguramente estará
    conversando. Los coléricos son comensales estereotipados,
    pues su menú varía sólo excepcionalmente de
    un día para otro, y cuando se lo sirven, se lo traga a
    grandes bocados, a menudo hablando mientras comen o mastican. Los
    melancólicos son comensales fastidiosos. Les lleva una
    eternidad resolver lo que van a pedir, pero una vez que tienen la
    comida delante saborean cada bocado. Los flemáticos comen
    con gran deliberación e invariablemente son los
    últimos en terminar. Es por eso que generalmente no
    aumentan de peso.

    El temperamento y la pareja. Así como hay una
    ley
    física que indica con toda certeza que los polos opuestos
    se atraen y los polos semejantes se repelen. Así mismo
    actúan los temperamentos en la relación de pareja.
    Difícilmente dos personas con temperamentos similares
    lleguen a casarse. Por ejemplo una pareja sanguínea,
    siendo los dos extrovertidos por naturaleza vivirán
    compitiendo por ocupar el mismo escenario toda la vida. Los
    coléricos, por otra parte les exigen tanto a los
    demás que no solamente no se casarán entre
    sí, sino que probablemente ni siquiera lleguen a salir
    juntos más de una vez. Se la pasarían discutiendo
    por cada cosa y luchando por conseguir el dominio en la
    relación. Podría ser que dos melancólicos se
    casaran, pero es muy poco probable. Sus rasgos analíticos
    les sirven para descubrir cualidades negativas en los
    demás, y por ello ninguno de los os buscará al
    otro. Sería raro que dos flemáticos se casasen, por
    cuanto ambos se volverían seniles antes de que uno de los
    dos lograra reunir las energías suficientes para
    declarársele al otro.

    CAPÍTULO IV

    LAS DOCE
    COMBINACIONES DE TEMPERAMENTOS

    Una de las principales objeciones a la teoría de los
    cuatro temperamentos, tal como fue propugnada por los antiguos,
    es que ninguna persona puede representar en forma completa uno de
    los temperamentos que se han caracterizado en los
    capítulos anteriores. Pero en la realidad esto no es
    así. Todos representamos una combinación de por lo
    menos dos temperamentos; uno de ellos predomina y el otro ocupa
    un lugar secundario. Además de esto, cuando se consideran
    las combinaciones debe tenerse en cuenta un factor que se destaca
    y es que no todas se manifiestan en igual grado. Por ejemplo, una
    persona que tiene 60 por ciento de temperamento sanguíneo
    y un cuarenta por ciento de colérico no será
    exactamente igual al que tiene un 80 por ciento de
    sanguíneo y un 20 por ciento de colérico. En
    consecuencia existen muchas variables,
    incluso dentro de las combinaciones que se mencionarán a
    continuación.

    Para esquematizar la situación y tratar de
    clasificar el temperamento de alguien haciendo una
    aproximación a las combinaciones subsiguientes, se pueden
    resaltar los aspectos positivos predominantes y los aspectos
    positivos secundarios del temperamento principal y secundario
    respectivamente. Lo mismo se puede hacer con los aspectos
    negativos. Como se puede intuir, algunos aspectos se
    anularán entre sí y otros, por el contrario se
    realzarán y acentuarán o se
    complementarán.

    Enseguida se mostrará en forma esquematizada las
    doce posibles combinaciones de temperamento en donde el nombre
    del temperamento principal será el primero con una
    preponderancia aproximada del 60 por ciento, y el nombre del
    temperamento secundario será el segundo, con una
    preponderancia del 40 por ciento.

    COMBINACIÓN DE
    TEMPERAMENTOS

    ASPECTOS
    POSITIVOS

    ASPECTOS
    NEGATIVOS

     

     

     

    MUY EXTROVERTIDO

    HABLA DEMASIADO

    SANGUÍNEO –
    COLÉRICO

    CARISMÁTICO

    EMITE OPINIONES
    INFUNDADAS

     

    ENTUSIASTA

    ENOJADIZO PRESTO A LA
    ACCIÓN

     

    ORIENTADO A LOS
    DEMÁS

    DÉSPOTA

     

    DOTES DE VENDEDOR

    JUSTIFICA SUS ACCIONES

     

    RESOLUCIÓN

     

     

    PRODUCTIVO

     

     

    MEDIANAMENTE
    ORGANIZADO

     

     

    DEPORTISTA

     

     

     

     

     

     

    MUY EMOCIONAL

    FLUCTUANTES

    SANGUÍNEO –
    MELANCÓLICO

    SIENTE LOS PESARES
    AJENOS

    MUY CRÍTICOS

     

    FANTÁSTICOS
    MAESTROS

    DEPRESIVOS

     

    PERFECCIONISTAS

    ENOJADIZO

     

    DON DE GENTES

    TEMEROSO

     

     

     

     

     

    MUY CARISMÁTICO

    FALTOS DE DISCIPLINA

    SANGUÍNEO
    -FLEMÁTICO

    ALEGRE Y ENTRETENIDO

    FALTOS DE
    MOTIVACIÓN

     

    QUERIDOS POR LA
    FAMILIA

    POCO SERIO

     

    HACE REÍR

     

     

     

     

    EXTROVERTIDO

    HOSTIL

    COLÉRICO –
    SANGUÍNEO

    MUY ACTIVO

    IRACUNDO Y RESENTIDO

     

    PROMOTOR Y VENDEDOR
    NATURAL

    IMPACIENTE

     

    GRAN MOTIVADOR

    SARCÁSTICO

     

    SEGURO DE SÍ

    ATROPELLA A LA GENTE

     

     

     

    MUY INDUSTRIOSO

    AUTOCRÁTICO Y
    DICTATORIAL

     

    CAPAZ

    SARCÁSTICO

    COLÉRICO –
    MELANCÓLICO

    MINUCIOSO

    HOSTIL

     

    DE METAS DEFINIDAS

    RESENTIDO

     

    DECIDIDOS

     

     

     

     

     

     

    MUY CAPAZ

    TERCO

    COLÉRICO –
    FLEMÁTICO

    ORGANIZADO

    NO RECONOCE SUS
    ERRORES

     

    OBJETIVOS CLAROS

    PUEDE GUARDAR AMARGURA

     

    BUEN TRATO PARA LOS
    DEMÁS

     

     

    BUENOS ADMINISTRADORES

     

     

     

     

    COMBINACIÓN DE
    TEMPERAMENTOS

    ASPECTOS
    POSITIVOS

    ASPECTOS
    NEGATIVOS

     

    INTROVERTIDO

    HUMOR VARIABLE

    MELANCÓLICO –
    SANGUÍNEO

    SENSIBLE AL ARTE

    MUY CRÍTICO

     

    ANALISTA

    IDEALISTA E
    IMPRÁCTICO

     

    ESTUDIOSO

    INSEGURO, TEMEROSO

     

    SE LLEVA BIEN CON LA
    GENTE

    AUTOIMAGEN POBRE

     

     

     

     

     

    AMPLIA GAMA VOCACIONAL

    DIFÍCILES DE
    COMPLACER

    MELANCÓLICO –
    COLÉRICO

    LIDERAZGO

    NEGATIVO

     

    INICIATIVA

    SE DEPRIME CON
    FACILIDAD

     

    PERFECCIONISTA

    EXCESIVAMENTE
    METICULOSO

     

    ANALISTA

    MUY CRÍTICO

     

     

     

    POCO HOSTIL

    SE DESANIMA FACILMENTE

    MELANCÓLICO –
    FLEMÁTICO

    SE LLEVA BIEN CON LA
    GENTE

    MUY NEGATIVO

     

    TALENTOSO

    RENCOROSO Y VENGATIVO

     

    PERFECCIONISTA Y
    EFICIENTE

    ANSIOSO Y TEMEROSO

     

    CAPAZ

    TERCO Y RÍGIDO

     

    COMPETENTE

     

     

     

     

    SIMPÁTICO

    TIENDE A PERDER EL
    TIEMPO

    FLEMÁTICO –
    SANGUÍNEO

    DIPLOMÁTICO

    FALTO DE DISCIPLINA

     

    ALEGRE

    TEMEROSO E INSEGURO

     

    COLABORADOR

    SOLITARIO

     

    DE CONFIANZA

     

     

     

     

     

     

    BUEN OIDOR

    FALTO DE
    MOTIVACIÓN

    FLEMÁTICO –
    COLÉRICO

    BUEN TRATO CON LAS
    PERSONAS

    TEMEROSO

     

    PACIENTE

    OBSTINADO E INFLEXIBLE

     

    DE CONFIANZA

    PASIVO

     

     

     

    REPOSADO

    TEMOR

    FLEMÁTICO –
    MELANCÓLICO

    AGRADABLE, SUAVE

    EGOÍSTA

     

    CONFIABLE

    NEGATIVÍSTA

     

    SENCILLO

    CRÍTICO

     

    PACIENTE Y MINUCIOSO

     

     

     

    Después de mostrar estas 12 combinaciones
    principales debe tenerse en cuenta que estos casos no
    necesariamente deben coincidir a la perfección con todas
    las personas. Recuérdese que no hay dos seres humanos
    exactamente iguales. En consecuencia, existen otras variables que
    pueden modificar el espectro lo suficiente como para que no
    encaje exactamente en ninguno de los modelos.
    Considérense los casos siguientes:

    1. Los porcentajes pueden no ser 60/40 establecidos como
      parámetro. Solo mediante test y
      pruebas
      científicas detalladas puede hacerse un diagnóstico preciso de las cargas
      temperamentales.
    2. Trasfondos diferentes, y la educación recibida
      en la infancia,
      modifican sensiblemente combinaciones idénticas de
      temperamento.
    3. El coeficiente de inteligencia
      y la preparación académica influyen en las
      potencialidades temperamentales del individuo.
    4. La salud y el metabolismo
      del individuo influyen notablemente en su
      comportamiento.
    5. Con frecuencia están representados tres
      temperamentos en un mismo individuo.

    CONCLUSIONES

    La teoría de los temperamentos no constituye
    la respuesta definitiva a la cuestión del comportamiento
    humano, y por ésta y otras razones puede no resultar
    satisfactoria para todos. Pero de todas las teorías que se
    han postulado sobre el comportamiento, la que se ha presentado
    proporciona la explicación más útil. Se
    podrían mencionar factores adicionales para explicar
    algunas otras diferencias, pero las mencionadas tendrían
    que bastar.

    Otra conclusión a la que se puede llegar
    después de analizar las características de cada uno
    de los temperamentos y sus combinaciones, es que no existe un
    "mejor temperamento", por cuanto todas las combinaciones de ellos
    encarnan virtudes que hacen una contribución a la
    humanidad. Lamentablemente, todas tienen debilidades
    también, y cuando el individuo le da curso a estos
    últimos, anula, o en el mejor de los casos, limita sus
    potencialidades. Pareciera también que cuanto más
    notables son los aspectos fuertes de la persona, tanto mayor
    peligro revisten sus debilidades potenciales.

    Para cada individuo el éxito parece depender
    de dos factores: (1) encontrar el objetivo
    apropiado para los puntos fuertes, a fin de poder adquirir la
    mejor formación de que se dispone, dentro de los medios al
    alcance, para orientar la vida hacia ese objetivo; y
    (2) vencer las debilidades características del
    temperamento antes de que tengan la oportunidad de entorpecer la
    expresión de las virtudes.

    Por tanto, de nada vale desear ser distinto a lo que
    somos. Un introvertido podrá, con dedicación y
    disciplina,
    lograr ser menos introvertido, lográndose relacionar
    satisfactoriamente con su entorno, pero jamás
    logrará ser un extrovertido como el sanguíneo. Por
    su parte, el desordenado sanguíneo, podrá, poniendo
    una dosis extra de concentración, ser menos desordenado de
    lo que era y así no perder las llaves o el celular con
    tanta frecuencia, pero jamás podrá adquirir el
    natural orden del melancólico.

    BIBLIOGRAFÍA

    BOBGAN HNOS, PsychoHeresy Awareness Letter,
    Vol 7, N° 4, Julio 1997

    <http://www.psychheresy-aware.org>

    DÍAZ GARCÍA, P. L., BURK, IGNACIO,
    Psicología , Ediciones Ínsula, Caracas,
    1972.

    GAITÁN RIVERA, JORGE ROMERO,

    Concepto de Temperamento y Carácter,
    Universidad
    Francisco Marroquín, Facultad de Ingeniería, Guatemala,
    2000

    LA HAYE, TIM. Varón y su
    Temperamento, Editorial Betania, Puerto Rico
    1977.

    LAROUSSE, El Pequeño Larousse
    Ilustrado, Agrupación Editorial, S.A., Bogotá,
    1999.

    Petrovski, A, psicología Evolutiva y
    Pedagógica, Primera edición, Editorial
    Progreso, Moscú, 1980.

    TRABAJO REALIZADO POR

    ANTONIO SÁNCHEZ
    MARTÍNEZ

    Licenciado en Química, Graduado en
    la Universidad de
    Carabobo, Facultad de Ingeniería, Escuela de
    Química

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