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Fidelidad comunicativa




Enviado por dafyta



    Trabajo de supervisión
    " Fidelidad comunicativa"

    Indice
    1.
    Introducción

    2. La fidelidad en la
    comunicación

    3. La fuente
    encodificador

    4. Habilidades
    Comunicativas

    5. Las Actitudes
    6. Nivel de
    conocimiento.

    7. Importancia del
    receptor

    1.
    Introducción

    La comunicación es fundamental para establecer
    buenas relaciones
    humanas, sin embargo, esta se ve afectada ya que requiere el
    entendimiento mutuo del emisor y el receptor.
    La
    comunicación es eficaz solo cuando el receptor
    entiende el mensaje del emisor, en los términos en que
    este ha querido darle su mensaje.
    Confabulan contra una buena comunicación factores tales como:
    Diferencias culturales, Métodos de
    comunicación, Lenguaje,
    Diferencias de percepciones de cada persona.
    Se logra una comunicación verdadera si estamos interesados
    en el lenguaje de
    la otra persona, de tal
    forma que esta se puede expresar libre y sinceramente, si
    escuchamos atentamente y observamos con conciencia y
    somos capaces de ponernos en el lugar del otro. Solo entonces
    estaremos estableciendo las bases de una buena
    comunicación.
    Un ambiente
    laboral grato
    esta determinado en gran medida por la buena comunicación
    que se establezca entre las personas

    2. La fidelidad en la
    comunicación

    Existiendo un propósito para la
    comunicación y una respuesta por producirse, el
    comunicador desea que su comunicación tenga alta
    fidelidad. La palabra fidelidad es empleada aquí en el
    sentido de que el comunicador ha de lograr lo que desea. Un
    encodificador de la alta fidelidad es aquel que expresa en forma
    perfecta el significado de la fuente. Un decodificador de
    códigos de alta fidelidad es aquel que interpreta el
    mensaje con una precisión absoluta. Al analizar la
    comunicación nos
    interesa determinar lo que aumenta o reduce la fidelidad del
    proceso.
    Shannon y Weaver, al hablar de la fidelidad de la
    comunicación electrónica, introdujeron el concepto de
    ruido que lo
    definen como factores que distorsionan la calidad de una
    señal. Podemos ampliar el significado que tenemos del
    ruido para
    incluir en cada uno de los componentes de la comunicación
    factores que puedan reducir la efectividad.

    Ruido y fidelidad son dos aspectos distintos de una misma
    cosa. La eliminación del ruido aumenta la fidelidad; la
    producción de ruido la reduce.
    El programa
    básico relacionado con el ruido y la fidelidad es la
    posibilidad de aislar esos factores dentro de cada uno de los
    componentes de la comunicación, factores que son los que
    determinan la efectividad de esta.
    Hemos enumerado 6 elementos básicos de la
    comunicación: Fuente, encodificador, mensaje, canal,
    decodificador y receptor. Cuando nos referimos a una
    comunicación de persona a persona, la fuente y el
    encodificador pueden ser agrupados, como pueden serlo así
    mismo el receptor y el decodificador. En esta versión
    truncada del modelo la
    fuente encodifica un mensaje y lo coloca en el canal, de manera
    que puede ser decodificado por el receptor.

    3. La fuente encodificador

    Una fuente de comunicación, después de
    determinar la forma en que desea afectar a su receptor,
    encodifica un mensaje destinado a producir la respuesta esperada.
    Existen, por lo menos, cuatro distintas clases de factores dentro
    de la fuente que pueden aumentar la fidelidad. Estos factores
    son:

    1. Sus habilidades comunicativas.
    2. Sus actitudes.
    3. Su nivel de conocimiento, y
    4. La posición que ocupa dentro de un determinado
      sistema socio
      – cultural.

    4. Habilidades
    Comunicativas

    Existen cinco habilidades verbales en la
    comunicación. Dos de estas son encodificadoras: hablar y
    escribir. Dos son habilidades decodificadoras: leer y escuchar.
    La quinta es crucial, tanto para encodificar como para
    decodificar: la reflexión o el pensamiento.
    Este ultimo no solo es esencial para la codificación sino
    que se halla implícito en el propósito
    mismo.

    Existen, por supuesto, otras habilidades encodificadoras,
    como la pintura, el
    dibujo, la
    gesticulación, pero lo que hemos dicho con respecto a
    hablar y escribir puede extenderse también a las
    demás habilidades.
    Como fuentes
    – encodificadoras, nuestros niveles de habilidad
    comunicativa determinan de dos maneras la fidelidad en nuestra
    comunicación. En primer término, afectan nuestra
    capacidad analítica en lo que respecta a nuestros
    propósitos e intenciones, nuestra capacidad para poder decir
    algo cuando nos comunicamos. Y en segundo lugar, afectan nuestra
    capacidad para encodificar mensajes que expresen nuestra
    intención..

    Si hemos de escribir nuestro mensaje, es necesario que
    tengamos un vocabulario adecuado para expresar nuestras ideas,
    empleando aquellas palabras que expresen de la manera más
    clara lo que queremos significar. Necesitamos conocer la ortografía de las palabras de nuestro
    vocabulario para que el lector las pueda decodificar
    fácilmente. Suponiendo que poseamos el vocabulario,
    tenemos que comprender cuál es la mejor forma de combinar
    las palabras; Hemos de disponer las palabras de manera que el
    significado resulte claro.
    Si estamos hablando, necesitamos de todas estas habilidades, y
    otras más. Para escribir se utilizan ciertos canales; para
    hablar son usados otros. Cuando hablamos necesitamos como
    pronunciar nuestras palabras, cómo gesticular e
    interpretar los mensajes que recibimos de quienes nos escuchan y
    cómo alterar nuestros propios mensajes a medida que
    hablamos.
    La otra habilidad de la comunicación es: el pensamiento.
    Supongamos que no tenemos todavía un propósito bien
    pensado y bien definido para comunicarnos. Consideremos mas bien
    esa habilidad de la comunicación, el pensamiento, que es
    la que produce propósitos "BIEN PENSADO". Todos estamos de
    acuerdo en que nuestras habilidades comunicativas, nuestra
    facilidad para manejar el código
    del lenguaje,
    repercuten sobre nuestra capacidad para encodificar pensamientos.
    Nuestra facilidad de lenguaje, nuestra capacidad comunicativa,
    tiene, además, otra acción: Influyen, en realidad,
    en los pensamientos mismos. Mas exactamente, las palabras que
    podemos dominar y la forma en que las disponemos unas con otras
    ejercen influencia sobre: a) aquello en lo cual estamos pensando,
    b) la forma en que pensamos, c) que pensamos en algo o no.
    Los teóricos de la comunicación están
    interesados en la misma cuestión que los filósofos y psicólogos, a saber:
    ¿cuales son las unidades de pensamiento que se hallan
    mezcladas en el proceso?.
    Hasta la fecha, estas divergencias aun no han sido resueltas
    científicamente. La teoría
    del pensamiento sin imágenes
    no han sido sometidas aun a ninguna prueba científica
    controlada.

    Podemos admitir que el pensamiento implica una
    manipulación de símbolos, de unidades de
    pensamientos. Podemos ir aun más lejos y admitir con los
    filósofos, que el pensamiento se halla por
    lo general directamente ligado a las experiencias: a objetos
    específicos, concretos.
    La teoría
    de que el lenguaje
    humano afecta la percepción
    y el pensamiento, establece que el lenguaje de una persona
    habrá de determinar en parte lo que esa persona ve, lo que
    esta pensando y los métodos
    que utilizara para pensar y llegar a tomar decisiones. No hay
    duda de que esta inclinado a pensar en cosas que ya hemos
    experimentado y para las cuales poseemos nombres que podemos
    manipular. Nombrar es esencial para pensar. Los nombres de que
    disponemos y las formas en que los utilizamos afectan lo que
    pensamos y nuestra forma de pensar.
    La facilidad lingüística de una fuente de
    comunicación es un factor importante en este proceso,
    nuestras deficiencias en la habilidad en la comunicación
    limitan las ideas de que disponemos y también nuestra
    habilidad para manipular estas ideas, para pensar.

    5. Las Actitudes

    El segundo factor lo constituye las actitudes de
    la fuente de comunicación. Las actitudes de esta
    comunicación afectan las formas en que se comunica.
    Para cubrir nuestro propósito, podemos intentar definir
    una "actitud" de la
    siguiente forma: tenemos, por ejemplo a un hombre, el
    señor A, y un objeto X, podemos decir que el señor
    A tiene una actitud hacia
    X, si aquel demuestra cierta predisposición, cierta
    tendencia, cierto deseo, ya sea de acercarse o de evitar a X. En
    otras palabras podemos decir que el señor A asume una
    actitud hacia x si tiende a gustar o a no gustar de X, A querer o
    no querer juntarse con X, a identificarse con X o a disociarse
    con él.

    Si al señor A le gusta estar, hablar o ser visto con
    X, podemos inferir que A demuestra una actitud favorable hacia X.
    Por otro lado, si el señor A trata de evitar a X, trata de
    " tirar a X abajo ", por decirlo así, podemos inferir que
    aquel adopta una actitud desfavorable hacia X.

    Podemos aducir que las actitudes de la fuente afectan la
    comunicación por lo menos en tres formas:
    a) Actitud hacia sí mismo: Para esquematizar las distintas
    actitudes de las personas lo explicaremos a través del
    siguiente ejemplo: Un hombre llamado
    Joe le pide una cita a Mary para el domingo, supongamos que Joe
    tenia una actitud negativa hacia sí mismo; que no creyera
    que una muchacha como Mary quisiera pasar el domingo con
    él. Este tipo de autoevaluación afectaría
    muy probablemente a la clase de mensaje que Joe emitiera. Por
    otro lado supongamos que Joe hubiese asumido una actitud
    altamente favorable consigo mismo; que le resultara inconcebible
    que Mary no estuviera ansiosa de pasar el domingo con
    él.
    En todo caso, creo que estaríamos de acuerdo en afirmar
    que las actitudes tomadas por Joe con respecto a sí mismo
    afectarían la forma en que habría de
    comunicarse.
    Una gran parte del éxito
    de los cursos de
    autoconfianza, puede ser atribuida al aumento de esta que los
    participantes despierta tal entrenamiento, el
    complejo de variables que
    se asocian para abarcar la "personalidad"
    del individuo están relacionadas con el contexto de
    actitud hacia si mismo en la comunicación.
    b) Actitud hacia el tema que se trata: Cuando leemos un libro o un
    artículo, cuando escuchamos a un profesor o a un
    conferenciante, a un vendedor o un actor, recibimos la
    impresión de la actitud del escritor o del orador hacia el
    tema que trata. Sus actitudes se transparentan muy a menudo en
    sus mensajes. Claro está que hay excepciones. Algunos
    comunicadores pueden ocultar sus actitudes hacia el tema que
    están tratando. Sin embargo, en la mayoría de los
    casos las actitudes hacia dichos temas se hacen evidentes.
    c) Actitud hacia el receptor: Esta actitud afecta la
    comunicación cuando los lectores o auditores se dan cuenta
    de que el escritor o el orador realmente los aprecia, se muestran
    muchos menos críticos de sus mensajes, mucho más
    dispuestos a aceptar lo que éstos dicen. Por ejemplo.
    Supongamos que José tiene una actitud desfavorable hacia
    Pedro al momento que le pide que le alcance la sal, ya que
    José piensa que no le corresponde estar sentado en la
    misma mesa que él; que Pedro esta por muy debajo de su
    nivel social; que Pedro es poca cosa para comer con él.
    Este tipo de actitud negativa hacia el receptor afecta el mensaje
    emitido por la fuente y afecta la forma en que la gente
    habrá de responder a dicho mensaje. Si Pedro se da cuenta
    de que no le ha resultado simpático a José, puede
    que le alcance la sal o que no lo haga, pero en todo caso es
    absolutamente seguro que Pedro
    no habrá de alcanzarle a José muchas cosas,
    finalmente ni siquiera querrá permanecer más
    tiempo en su
    compañía.
    Hemos mencionado tres tipos de actitudes asumidas por la fuente
    de comunicación, que afectan su proceso. Las actitudes de
    las fuentes hacia
    cualquier persona u objeto relacionado con la situación de
    comunicación habrá de afectar su conducta en esta
    última. Los tres tipos de actitudes mencionados son
    propios de la mayoría de las situaciones de
    comunicación.

    6. Nivel de conocimiento.

    Es obvio que el grado de conocimiento que posea la fuente con
    respecto al tema de que se trata habrá de afectar a su
    mensaje. No se puede comunicar lo que no se sabe; no se puede
    comunicar, con el máximo de contenido de efectividad, un
    material que uno no entiende. Por otra parte, si la fuente sabe "
    demasiado" si está "superespecializada"
    Puede equivocarse en el sentido de emplear sus habilidades
    comunicativas especiales en forma tan técnica que su
    receptor no será capaz de entender.
    Este dilema está representado por el tan conocido
    argumento de cuanto debe saber un maestro para poder
    enseñar. Algunos aducen que no necesitan saber nada, que
    tan solo deben saber como enseñar. Otros sostienen que no
    necesitan saber nada sobre la enseñanza, que si dominan a fondo el tema
    que esta tratando se hallará en condiciones de transmitir
    su saber en forma efectiva. No hay duda alguna de que ambas
    posiciones, presentadas de ese modo son falaces. La fuente
    necesita poseer el tema que trata, y también a de saber
    como enseñar lógicamente.
    La conducta en la
    comunicación es afectada por el grado de conocimiento que
    tiene sobre sus propias actitudes, por las características de su receptor, por las
    distintas formas en que puede emitir o tratar los mensajes, por
    los distintos tipos de elección que puede hacer con
    respecto a los canales de la comunicación.

    7. Importancia del
    receptor

    Si limitamos nuestra exposición
    a la comunicación efectiva, el receptor es el
    eslabón más importante del proceso de la
    comunicación. Si la fuente no llega alcanzar al receptor
    con su mensaje, es lo mismo que si se hubiese hablado a sí
    misma. Uno de los puntos más importantes de la
    teoría de la comunicación es la cuestión
    relacionada con el individuo que se halla en el otro extremo de
    la cadena de comunicación: el receptor.
    Cuando escribimos, es el lector lo que importa; cuando hablamos
    es el que escucha. Esta importancia que tiene el receptor es un
    principio que sirve de guía para cualquier fuente de
    comunicación. El receptor deberá siempre ser tenido
    en cuenta en la toma de
    decisiones con respecto a cada una de los factores de la
    comunicación que hemos discutido.
    Cuando la gente elige un código
    para su mensaje, tiene que elegir uno que le resulte conocido al
    receptor. Cuando la fuente selecciona el contenido, con el fin de
    reflejar su propósito, habrá de seleccionar uno que
    tenga sentido para su receptor. Al tratar su mensaje, cualquiera
    que sea la forma en que lo haga, una parte de este tratamiento
    estará determinada por su análisis de la habilidad en la
    comunicación por parte del receptor, por sus actitudes, su
    conocimiento y su posición en un contexto socio –
    cultural. La única justificación para que exista
    una fuente, para que la comunicación se produzca, el
    receptor, el blanco hacia el cual se dirige todo.

    Por supuesto, tanto la fuente como el receptor pueden ser
    analizados en sus habilidades comunicativas, actitudes, niveles
    de conocimientos, contextos culturales y lugares en sistemas sociales
    múltiples.
    Las habilidades comunicativas de la fuente son importantes para
    permitirle desarrollar y encodificar un propósito. Las
    habilidades del receptor para comunicarse son importantes para
    decodificar y tomar decisiones con respecto a un mensaje. Pero la
    relación entre el nivel de habilidad de la fuente y el del
    receptor es un determinante vital de fidelidad. Una cierta fuente
    puede tener un alto nivel de habilidad que no sea compartido por
    un receptor, pero si lo sea por otro. No podemos predecir el
    éxito
    del emisor únicamente por su nivel de habilidad, es
    necesario considerarlo con relación al nivel de cada
    receptor en particular.

    El Mensaje
    El mensaje es definido como el producto
    físico verdadero del emisor – encodificador. Cuando
    hablamos, nuestro discurso es el
    mensaje; cuando escribimos, lo escrito; cuando pintamos, el
    cuadro; finalmente, si gesticulamos, los movimientos de nuestros
    brazos, las expresiones de nuestro rostro, constituyen el
    mensaje.
    En este hay por lo menos tres factores: El código, el
    contenido y la forma en que es tratado el mensaje. Al hablar de
    código, contenido y tratamiento como factores del mensaje
    podemos hacerlo con respecto a dos cosas: a) los elementos de
    cada uno, b) la forma en que estos elementos se hallan
    estructurados

    Elementos y estructura
    No existe unidad fija ni sucesión de unidades a las cuales
    podamos referirnos en todo momento como estructura. Lo
    que consideramos elementos y estructura
    dependerá de nuestro propósito, de nuestro nivel de
    análisis.
    La distinción entre elementos y estructura es importante
    cuando hablamos sobre varias cosas, incluso del mensaje.
    Cuando analizamos el mensaje en la comunicación, podemos
    tomar en consideración su código, su contenido y la
    forma en que es tratado. Al tener en cuenta estos tres elementos
    de la estructura de un mensaje, podemos considerar las dos cosas:
    los elementos y la estructura del código, los elementos y
    la estructura del contenido, y los elementos y la estructura de
    la forma en que es tratado el mensaje.
    Es imposible hablar de algo sin imponerle cierta estructura, sin
    nombrarlo, sin darle alguna forma.
    Cuando aprendemos a distinguir y a nombrar los objetivos,
    aislamos unidades y la rotulamos como elementos objetivos.
    Luego juntamos en alguna forma estas unidades, es decir, las
    colocamos en una estructura.
    Lo que es más importante en la comunicación: tener
    buenas ideas (elementos) o tener una buena organización ( estructura. Estos son
    argumentos sin sentido, puede decirse que ninguno existe
    separadamente.

    Código del mensaje.
    Esta puede definirse como todo grupo de
    símbolos que puede ser estructurado de manera que tenga
    algún significado para alguien. Los idiomas son
    códigos; cada uno de ellos contiene elementos ( sonidos,
    letras, palabras, etc.) que están dispuestos en
    determinados órdenes y no en otros.
    Todo aquello que posee un grupo de
    elementos ( vocabulario) y es un conjunto de procedimientos
    para cambiar esos elementos en forma significativa ( una
    sintaxis) es un código. Si queremos saber si un conjunto
    de símbolos es un cogido, tendremos que aislar su
    vocabulario y verificar si existen formas sistemáticas
    para combinar los elementos.
    El inglés
    y el Alemán son un cogido, también utilizamos otros
    códigos en la comunicación. La música es un
    código, posee un vocabulario, las notas, y tiene una
    sintaxis: los procedimientos
    que cambian las notas de una estructura que habrá de tener
    un sentido para quien escucha. Si queremos entender la música, necesitamos
    aprender el código.
    Cada vez que codificamos un mensaje hemos de tomar ciertas
    decisiones con respecto al código que habremos de usar. En
    primer lugar, tenemos que decidir: a) que código, b) que
    elementos de éste, c) que métodos de
    estructuración de los elementos del código habremos
    de seleccionar. En segundo término al analizar la conducta
    de comunicación, los mensajes, necesitamos comprender en
    nuestro análisis las decisiones de la fuente respecto al
    código. Estas son las razones por las cuales incluimos el
    código como parte de nuestro análisis de la
    estructura.

    Contenido del mensaje
    Podemos definir el contenido como el material del mensaje que
    fuera seleccionado por la fuente para expresar su
    propósito.
    Tanto el contenido como el código poseen ambas cosas
    elementos y estructura. Si tratamos de representar tres
    informaciones, es necesario hacerlo en determinado orden: una
    tiene que venir primero, la otra al final. Si tenemos que hacer
    cinco afirmaciones, debemos estructurarlas, es decir, imponerle
    uno u otro orden. Cada afirmación puede ser considerada
    como elementos de contenido. Las formas que elegimos para
    disponer las afirmaciones determina, en parte, la estructura del
    contenido.

    Tratamiento del mensaje.
    Al presentar un mensaje para expresar su propósito la
    fuente esta facultada para seleccionar una u otra información, uno u otro conjunto de
    afirmaciones o de evidencias. Puede disponer su contenido de una
    u otra manera, repetir una parte de éste, resumirlo todo
    al final, o bien omitir una parte y dejar que su receptor lo
    complete si este lo desea. En resumen, podemos definir el
    tratamiento del mensaje como las decisiones que toma la fuente de
    comunicación al seleccionar y estructurar los
    códigos y el contenido.
    Al preparar un ejemplar para el diario, el periodista trata su
    mensaje en muchas formas. Selecciona un contenido que a su juicio
    habrá de tener interés
    para el lector, selecciona asimismo palabras del código
    que cree que el lector habrá de entender, y estructura sus
    afirmaciones, su información, en la forma en que imagina que
    el lector preferirá recibirla.
    Una vez establecido su código y elegido su contenido,
    variará el tamaño de los tipos para hacer saber al
    lector que considera que algunas cosas son más importantes
    que otras. Pondrá algunos relatos en la primera
    página y otros en la undécima. Todas estas
    decisiones son del tratamiento. Son las formas en que la fuente
    elige encodificar su mensaje seleccionando ciertos elementos del
    código y del contenido, y tratándolos de una u otra
    manera, con uno u otro estilo.
    Por lo tanto el tratamiento del mensaje se refiere a las
    decisiones que toma la fuente en cuanto a la forma de emitirlo, a
    las elecciones que debe hacer con respecto al código y al
    contenido, y, también, con respecto al método
    para emitir adecuadamente código y contenido.

    Trabajo enviado por:
    Dafne Rojas Barrera

    Primavera 2002

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