Consumo de Drogas Ilegales en la Ciudad de Córdoba y Políticas Sociales de Prevención
- Síntesis
- Contexto
teórico - Objetivos
- Los aspectos
metodológicos - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
Este trabajo, aporta elementos significativos sobre
variables
socioculturales y otras relevantes, del conjunto de personas que
fueron detenidas por la Dirección de Drogas
Peligrosas dependiente de la Policía de la Provincia de
Córdoba – Argentina,
durante el año 2000, por encontrarse, relacionadas a
contravenciones a la Ley Nacional de
estupefacientes, contando además con el apoyo
bibliográfico de la Dirección de Lucha Contra la Droga,
dependiente de la Secretaría de Seguridad y Lucha
Contra la Droga
Ministerio de Gobierno de la
Provincia de Córdoba – Argentina(2001).
El mismo, tiene origen en la realización de una
tesis de pos
grado, para la Maestría en Ciencias
Sociales dependiente de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales de la Universidad
Nacional de Córdoba, cuya defensa pública tuvo
lugar en octubre del 2003 y constituye una contribución
complementaria a la problemática del consumo de
estupefacientes o drogas en nuestro medio, revistiendo un
carácter inédito, en cuanto al
ámbito de donde surgió la información.
La labor se
fundamenta, en estudios generales relativos a la
importancia creciente que en este contexto se advierte con
relación al flagelo en virtud los datos de análisis surge de una entidad
gubernamental
Los más significativos, en forma sucinta, surgen
del Primer Estudio Nacional sobre Uso de Drogas –1999-,
realizado por la Secretaría de Programación para la Prevención de
la
Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, el cual arrojó, como
dato principal, que tres de cada cien personas mayores de 16
años consumen sustancias ilegales en la Argentina, lo que
representa unas 600 mil personas en todo el país. A la
misma cifra, arriba el estudio realizado por un grupo de
investigadores del Programa de
Epidemiología Psiquiátrica del CONICET en el
año 2000.
En el mismo orden, se tomaron estudios realizados por el
Colegio de Farmacéuticos de la Ciudad de Córdoba
(año 90) y Centro Nacional de Reeducación Social
(CENARESO) que destacan el consumo
notable de drogas legales como los psicofármacos;
además, la incidencia del consumo de sustancias legales o
no, en los accidentes de
diferente índole de pacientes que ingresan en el Hospital
de Urgencias local por emergencias médicas y un
interesante relevamiento de datos, efectuado
a partir de los registros del
Servicio
Telefónico Gratuito de Orientación "FONODROGA" ,
dependiente de la Secretaría de Prevención y
Asistencia de las Adicciones
bonaerense y la Federación de Organizaciones No
Gubernamentales (FONGA) de nuestro País, entre otros, que
destacan la
perspectiva creciente y alarmante del fenómeno,
que cobra mayor importancia, por su ocurrencia en población vulnerable como son niños y
adolescentes
A fin de interiorizarnos en el tema , se destacó
la existencia de dificultades para definir las drogas o
estupefacientes, pues tal descripción, está directamente
relacionada más, con cuestiones de orden sociocultural que
farmacológicas.
La Ley federal de
estupefacientes (número 23737), en nuestro país,
nomina y comprende los estupefacientes, psicotrópicos y
demás sustancias que se consideran susceptibles de
producir alguna dependencia física o
psíquica que se incluyen en listas las cuales se elaboran
y actualizan periódicamente por Decreto del Poder
Ejecutivo Nacional.
Según la
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD –OMS- (1969), la
nominación de "droga" se aplica a toda sustancia,
terapéutica o no, que introducida en el cuerpo,
actúa sobre el sistema nervioso
central del individuo provocando una alteración
física o
intelectual. Esa modificación, está condicionada
por efectos inmediatos (psicoactivos) o persistentes
(crónicos) y predispone a una reiteración
continuada en el uso del producto. La
capacidad de crear dependencia, física o psíquica,
en el consumidor es
precisamente una de las características más importantes a la
hora de definir una sustancia como "droga".
Finalmente, el MANUAL DE
DIAGNÓSTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES (DSM
III,1980) reúne todas las formas de adicción,
incluyendo al alcohol bajo
un sólo concepto: "Abuso
y dependencia de sustancias psicoactivas" y propone criterios
diagnósticos que se han perfeccionado, hasta la
actualidad, identificando once grupos de
sustancias capaces de provocar tal situación
Las drogas pueden obtenerse a partir de elementos
naturales como la marihuana y la
cocaína o químicos, tales como heroína y
sedantes, que introducidas en el cuerpo, por diferentes
vías, alteran las funciones
cerebrales trastornando su normal funcionamiento y modificando en
consecuencia, las senso-percepciones, como las sensaciones de
dolor o bienestar, sueño vigilia, etc. y produciendo
anomalías en la función de
juicio, comportamiento
y ánimo de la persona.
Según la naturaleza de
cada sustancia, pueden clasificarse en depresivas (como el
alcohol
etílico, opiáceos, tranquilizantes e
hipnóticos), estimulantes (anfetaminas y cocaína y
otras aceptadas socialmente, como la nicotina y la cafeína); o perturbadoras, las cuales
consiguen producir alteraciones perceptivas – sensoriales,
como alucinaciones (LSD, marihuana,
etc).
El contexto
teórico en el cual se enmarca este estudio, se
efectúa desde dos parámetros ideológicos de
diferente ámbito:
a) La denominada "Teoría
de la atribución", que tuvo origen en la Psicología
Social y la Psicología Cognitiva
que, centra su mirada, en la facultad, por la cual las personas
justifican o asignan a determinadas causas sus propios
comportamientos y los advertidos en los demás, ante
ciertas situaciones; tópico que se incluyó a partir
de la observación del material de análisis de la investigación.
b) La presencia de factores de orden sociológico
vinculados a la post – modernidad, que
favorecerían los comportamientos adictivos, tales como la
desintegración social en conjunto con la familiar, en
conexión a conceptos del individualismo extremo y la
violencia e
indiferencia social, entre otros; bibliografía de consulta,
que brindó la Dirección de Lucha Contra la Droga.
Escenario que nos acerca a los llamados factores de riesgo o de
protección, en el ámbito familiar y social, con
relación a la drogodependencia.
Los objetivos de
conocimiento que se plantearon, fueron,
Desentrañar singularidades de carácter
social y cultural de esa población; los factores asociados que se
invocaron para el inicio o persistencia en el consumo; sexo, edad,
situaciones de relevancia en la historia familiar, etc.; una
distribución geo-referenciada de los casos,
según el domicilio proporcionado; efectuar perfiles
diferenciales de las personas de este colectivo, con
relación al consumo y finalmente un análisis
genérico de las políticas
de prevención implementadas en el ámbito oficial en
tiempo
reciente, a objeto de efectuar recomendaciones en tal
sentido.
En cuanto a los
aspectos metodológicos, consistió en
una investigación descriptiva de las variables
socioculturales y de consumo, del conjunto de personas detenidas
por la Dirección de Drogas Peligrosas durante el
año 2000, como se expresara en primer término,
conjunto integrado por454 (cuatrocientos cincuenta y cuatro)
personas que mantuvieron una entrevista
psicológica con Profesionales de la Dirección
nombrada, en cumplimiento de lo ordenado por la Ley
Estupefacientes.
Esta Ley contempla penas de reclusión o
prisión a quien tuviere en su poder,
comercie, almacene, transporte
estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación, o quien
entregue o suministre, aplique o facilite a otros, a
título oneroso o gratuito. No obstante, si se portara en
escasa cantidad (un mínimo elemento de una sustancia), la
pena se rebaja notablemente, dado que "sugiere
inequívocamente que la tenencia es para uso personal". En
este último caso, si el autor se declara culpable del
delito y lo
atribuye a una de dependencia física o psíquica de
alguna droga , el juez podrá dejar en suspenso la
aplicación de la pena y someterlo a una medida de seguridad
curativa por el tiempo necesario
para su desintoxicación y rehabilitación. Para
ello, el instrumento legal instituye el dictamen de peritos,
quienes deberán distinguir entre el delincuente que hace
uso indebido de estupefacientes y el adicto a dichas drogas,
distinción necesaria, para disponer el tratamiento de
rehabilitación adecuado.
Dado que la jurisdicción federal no contaba con
los equipos técnicos necesarios, la Dirección de
Drogas Peligrosas, se convertía en auxiliar y colaboradora
de la Policía Federal, procurando satisfacer dentro de sus
posibilidades, las expectativas del juez actuante, en lo referido
a contar con un "Diagnóstico presuntivo de personalidad"
y de la relación del detenido con la droga. Es decir, no
actuaban como "peritos", sino, exclusivamente procurando brindar
los primeros elementos respecto del "grado de compromiso del
detenido con la droga" y su estructura
familiar, para que en caso de determinarse su tratamiento se
constituya en una red de contención
para el mismo.
El instrumento de recolección
de datos utilizado, fue una entrevista de
carácter psicológica de tipo pautada
(in-estructurada) que procuraba un despliegue de temáticas
sugeridas por el profesional actuante, registrándose datos
básicos referidos a la identidad
personal, de
preparación escolar, ocupaciones y grupo familiar
y luego, indagaba acerca de relación del detenido, con el
consumo de drogas, motivos o causas a las que atribuía el
inicio del consumo y la voluntad en avenirse a un posible
tratamiento de rehabilitación.
A partir del análisis de tales registros y
posterior tratamiento estadístico de los datos, se
efectuó un análisis descriptivo univariado,
distribución de frecuencias, medidas de
variabilidad y tendencia central.
Sistematización de datos, que nos permitió
arribar a los resultados perseguidos, en cuanto conocer
las singularidades de esta población respecto de datos
personales, familiares y el vínculo o no, con el consumo
legal e ilegal, combinaciones de unos y otros, edad, situaciones
citadas como coadyuvantes al inicio de consumo, relación
con tratamientos de rehabilitación y posterior
análisis bivariado para definir los grupos de sujetos
relacionados con las drogas de
mayor relevancia (cocaína y marihuana).
De esta manera, se efectuó un esbozo de perfiles
grupales distintivos, con referencia a los consumidores
habituales, ocasionales, no consumidores y un conjunto de
personas que no brindaron elementos de análisis
relacionados.
En otro orden, la lectura de
las entrevistas,
permitía observar un abanico de datos cualitativos, que no
estaban sistematizados, susceptibles de ser relacionados como
coadyuvantes, por su carácter traumático, con la
situación de consumo. Se trata de la presencia de datos
relevantes, respecto de situaciones familiares difíciles,
como rupturas, conflictos
familiares, pérdida de uno o de ambos padres en etapas
tempranas de la vida (niñez, adolescencia),
que podrían implicar un tránsito dificultoso por
tales períodos, enfrentando condiciones de cierta
vulnerabilidad.
Del mismo modo, se observaron nociones conectadas con
posibles consecuencias o secuelas del consumo, no reconocidas en
tal sentido, como por ejemplo "no considerarse adicto", aunque
existía la mención del consumo de un tipo de droga,
una frecuencia y cantidad de la misma, en cada
ingesta.
Dado el rasgo enriquecedor, que estos contenidos aportan
a las investigaciones
actuales y en particular, a los objetivos
particulares del trabajo, es que se otorgó una importancia
singular, a este contexto de detección de elementos
relevantes para el estudio; que por otra parte, resultan neutros
a la decisión legal y por tanto, puede asignárseles
un carácter de mayor objetividad.
A partir de tales observaciones, se efectuaron
análisis de indicadores de
presencia significativa y su sistematización desde un
enfoque inductivo, arribando de esta forma, a conceptos
pluridimensionales (más complejos).
Las principales conclusiones en los asuntos más
relevantes, que surgieron del análisis, son coincidentes
en líneas generales, con los frutos de las investigaciones
que tomamos para fundamentar el
trabajo.
Esta población mayoritariamente de nacionalidad
Argentina en un 98,9 %; está documentada en su totalidad y
se domicilian en un 89,4 % en la Ciudad de Córdoba . Un
43,7 % en la zona sur con mayor concentración en el sector
sureste, en barriadas asimilables a escasos recursos
económicos y culturales.
La edad media del
entrevistado, es 26 años, mientras que un 55,2 % se ubica
en las etapas de adolescencia y
juventud
declinando en porcentuales, en la sucesión de
épocas hacia una mayor madurez.
El 80 % es de sexo
masculino, y tomando los parámetros "preparación
escolar" y "ocupaciones", se equiparan a niveles
socioeconómicos medio y medio bajo, coincidentes a la
preferencia por la marihuana y cocaína, con otros estudios
sobre el tema. El 90,3 % ha completado el ciclo escolar primario,
mientras se observa una alta deserción en el ciclo
secundario (30,9 %), culminando este período el 9,7 % y
alcanzando estudios superiores sólo el 8, 3 %.
Están mayoritariamente insertos en el mercado laboral, en un
71,0 %, en forma principal como trabajadores calificados
dependientes e independientes 36,1 %;
desempeñándose en el rubro de la construcción, en el 23 %, lo que permite
presuponer ingresos medios y
bajos, escasamente estables.
En cuanto a los vínculos familiares, provienen de
grupos numerosos, con una media de 6,8 miembros. Sus padres,
personas predominantemente "vivas", son adultos jóvenes
(45-54 años de edad; 48,7 % y 42,5 %, padre y madre
respectivamente).
El padre también es "trabajador calificado
dependiente e independiente", en un 30,7 % y en el rubro de la
construcción, 27,5 %. Mientras que la
madre, es "ama de casa" en un 58 %. Cuentan con un grupo variado
en cantidad y edad de hermanos adolescentes y
jóvenes, que no tienen tareas remuneradas (estudiantes y
amas de casa).
Desde la perspectiva de los vínculos de pareja,
no obstante ser fundamentalmente "solteros", en un 78,7 %;
permanecen solos en un 65,2 % (no tomaron vínculos de
pareja o incurrieron en "rupturas" de esta índole). Esta
última circunstancia se agudiza en los que consumen drogas
habitualmente ("consumidores habituales"), en un 73,3 %. Tal
condición, aunado al de la juventud,
conlleva posiblemente, a que cuentan en forma principal, uno o
dos hijos, en edad pre-escolar o incluidos en el sistema escolar
primario.
Presentan antecedentes médicos en un 59,2 % y
psiquiátricos y/ o psicológicos en un 42,4 %.
Dentro de las situaciones circunscriptas en los primeros
nombrados, se destacan los "accidentes
varios" en un 24,5 % y en los segundos, quienes expresan
algún tipo de trastorno mental o cuyo comportamiento
permitió al profesional actuante en la toma de la entrevista,
presumirlo, en un 34,3 %. El 21,4 % manifiesta haber tenido
"problemas de
aprendizaje".
El estupefaciente señalado mayoritariamente, con
el cual se produjo el inicio de consumo, es la marihuana, en un
33,4 %, aunque para la misma se presentan ocho combinaciones
diferentes (sustancias legales e ilegales)
La marihuana y la cocaína son los estupefacientes
con los cuales se han relacionado en forma preferencial en el
presente o en el pasado, en forma habitual u ocasional (70 % y
63,7% respectivamente y ambas fusionadas, 33,7 %). No obstante
efectúan una combinación fluida con otras
sustancias psicoactivas legales o no (siete para la marihuana y
diez para la cocaína).
De quienes manifestaron relaciones con la
cocaína, un 34,2 % la ha asociado con el alcohol. De la
misma manera ocurre con la marihuana, en un 30,8 %.
La edad actual predominante para ambas sustancias es
20-24 años (39,4 % para la marihuana y un 31,8 %
cocaína); mientras comenzaron con la primera, siendo
más jóvenes que para la segunda: La media de edad
de inicio para la marihuana es 18 años, mientras que para
la cocaína, es 22.
En las edades más avanzadas, si bien los consumos
van declinando en relación con el aumento de la edad,
mientras el último porcentual afín al inicio para
la marihuana, se observa entre los 50-54 años, para la
cocaína se extiende hasta los 65 años o
más.
Otro uso prioritario de carácter legal, son los
Psicofármacos en un 31,5 %. Estas sustancias son
combinadas con otras de carácter legal o ilegal, en el
54,1 % de los casos.
Los inhalantes (pegamentos, fana), se observan
fundamentalmente combinados con otras sustancias, sin que se
indique la edad cuando se comenzó su utilización,
en un 13 % de los consumidores. Este hecho podría
conectarse, con la edad actual de las personas detenidas, que son
más avanzadas en general.
Las causas fundamentales, a las cuales se les ha
atribuido la facultad de ser las propiciadoras del inicio del
consumo, son "las relaciones con los amigos", que
confluyen conjuntamente, en muchos casos, con otros elementos
eventuales, en un 51,5 %; como asimismo sucede con "la
curiosidad" en un 31,7 %..
A los fines de un examen comparativo respecto a la
relación con el consumo, un 70,9 % de esta
población, tuvo o tiene contacto con las sustancias, no
obstante, son "consumidores habituales" actuales, el 67,5 % de
este grupo y llevan entre 2 a 10 años relacionados con la
droga en un 50 %, habiéndose iniciado con marihuana (sola
o con ocho combinaciones diferentes) en un 33, 4 %.
Un 5.5 % se manifestaron como "consumidores
ocasionales"; un 20,5 % como "no consumidores" y el 3, 1 %
aportó datos personales y familiares pero "negaron
expresarse respecto a su situación de consumo".
El grupo más numeroso (consumidores habituales en
la situación presente o en el pasado) presenta como rasgos
sobresalientes, la diversidad de formas familiares en las cuales
se asimilan (padres y hermanos, uno de los padres, hermanos,
amigos o vive sólo). Se advierten, también, casos
de VIH y de "intentos de suicidio". En
este grupo y el de los "consumidores ocasionales", se advierte la
presencia de algunos "travestis" y del ejercicio de la prostitución.
Entre las secuelas o consecuencias derivadas de la
situación de consumo, se enuncian principalmente las
ocurridas en el ámbito familiar, entorno afectivo o de
comunicación interpersonal, en un 13,4 % y
los relacionados al "nerviosismo" y /o ansiedad entre otros, 13
%.
En cuanto a la actitud
expresada, ante la posibilidad de un tratamiento de
rehabilitación, el 30,8 % estaría dispuesto a
efectuarlo. No obstante, el 33,3 % se niega a esta
posibilidad.
Un 17,2 %, ha estado bajo
terapias curativas o se ha relacionado con Programas de
rehabilitación vigentes; pero sólo el 1,6 %,
está bajo los mismos en estos momentos.
En la presente investigación, surgen cuestiones
interesantes, por su originalidad , respecto a otros resultados
que se observan en publicaciones de nuestro medio:
- Un 71 % de esta población, en el lapso de
la
entrevista, efectuó referencias a sucesos
traumáticos o de importancia relevante, ocurridos
durante el transcurso de su vida. Ellos se observan
principalmente, en la etapa infantil, o en proximidades de la
edad de inicio de consumo: Un 41,8 % evoca que sus padres
están separados y el 22,2 %, el fallecimiento, o
desaparición de uno de ellos; es decir que no
volvió a tener contacto con el mismo. Estas situaciones,
se destacaron en el análisis como hechos de mayor
relevancia. - Hechos o circunstancias considerados menos
importantes, ya por encontrarse muy lejanos en el tiempo con
relación a la edad actual, o por no ser concomitantes a
la situación de consumo refiere a "Conflictos
familiares" (con la familia
primaria, padres o hermanos, o la "directa", pareja hijos), que
se reseñaron, en un 36.1 % de los casos, para cada tipo
de familia.
Por otra parte, mientras las causales de inicio de
consumo, se atribuyen a agentes externos (los amigos, la calle,
etc.); o a una espontaneidad de carácter interno (la
curiosidad) como se expresara, la observación de contexto permite advertir un
trasfondo conflictivo de índole familiar, que quedó
oculto en la vida de estas personas y aparte, de la simple
mención de datos "objetivos"
durante las entrevistas
analizadas.
Es decir, la generalidad de estas personas, muy
probablemente en forma no conciente, adjudican el haberse
involucrado en esta problemática, como consecuencia de un
hecho común de "contagio" o reacción
espontánea sencilla; obviando situaciones profundas, que
muy probablemente, subyacen en la
personalidad: Rupturas con los vínculos
primarios, especialmente paternos y con la familia en
general, que no han sido resueltas y muestran una
repetición, en las relaciones personales
establecidas con posterioridad.
A modo de cierre y en función de
lo anteriormente reseñado, se destacan en forma
concomitante, los ciclos escolares no concluidos,
trabajos sin especialización y la soledad
expresada en la falta de vínculos de pareja; aspectos
de relevancia en el conjunto estudiado. Estas situaciones,
remiten a un estado de
"abandono", "desidia", "o dejarse llevar";
el cual encontraría un correlato, con los
"síntomas" individuales y sociales, asimilables a
esta cultura
occidental de post-modernidad.
A ello, se superpone un contexto coyuntural de crisis de las
instituciones
y de los valores
que soporta nuestro medio en particular, desde las
últimas décadas. Escenario, que
aún no ha sido suplantado por otro sistema de
referencia, que implique una contención firme,
a los grupos más vulnerables.
Este examen presenta limitaciones, de las
cuales señalamos las principales: el contexto
institucional donde se originó la situación de
entrevista, que podría teñir los datos con nociones
relacionadas a las "conductas intencionales" (metas, deseos,
creencias, riesgos e
incertidumbres", por otra parte, lo relativo a la llamada
"deseabilidad social" concepto que
alude a las tendencias en las respuestas de una persona cuando es
interrogada en cuestiones sociales que de alguna manera se
inclinaría a responder en función de lo que se
considera aceptable en la situación en juego, hecho
que puede actuar en forma no conciente y como control, de las
expresiones que se vierten, así como sentirse en
situación de riesgo
(presunción de amenaza entre otras), que pueden
constituirse en sesgos del examen.
No obstante, afronta un contexto de
intervención específica, que delimita los datos
y sujetos desde los cuales surge la información, constituyendo un universo captado
por el sistema de control social,
existente y real.
Las recomendaciones concluyentes de la
investigación, refirieron a los ámbitos oficiales,
que la permitieron. La sugerencia de un "instrumento de recolección
de datos" sistematizado a la "DIRECCIÓN DE DROGAS
PELIGROSAS", a fin de facilitar la continuidad de investigaciones
acerca de estos grupos y a la "DIRECCIÓN DE LUCHA CONTRA
LA DROGA". Esta entidad, entre los lineamientos generales en la
ejecución de sus políticas de prevención
llevados adelante, hasta ese año, fueron la capacitación sobre la temática a
docentes, profesionales y responsables de instituciones
que trabajan con niños y
adolescentes;
investigaciones aplicadas en ámbitos escolares;
campañas de concientización masiva sobre los
daños del consumo de estupefacientes así como la
insistencia en ideas consideradas centrales, en los Programas de
Capacitación y Prevención,
destinados a profesionales, docentes, grupos de padres,
líderes comunitarios, entre otros, sobre la necesidad de
fortalecer las redes sociales y
comunitarias, agregado a contenidos sobre información del
tema y el adiestramiento en
actitudes de
negativa ante el apremio de individuos o grupos que invitan o
incitan al consumo a fin que niños y /o jóvenes
cuenten con armas para salir
airosos e indemnes de las mismas.
Sin olvidar cuestiones económicas y de intereses
en torno a la
temática, en el contexto global, el aporte singular en
este sentido, consiste en sugerir el énfasis, tal como se
observara en la bibliografía consultada respecto al
fenómeno de las drogas, del concepto de resiliencia
cuyas implicancias a nivel de acciones en
las tareas de prevención en materia
educativa, obrarían en favor de un fortalecimiento de las
capacidades de las personas y comunidades.
Básicamente, se lo define como "un proceso
dinámico que tiene como resultado la adaptación
positiva en contextos de gran adversidad". Este desarrollo,
que ha sido estudiado mayormente en niños, intenta
comprender cómo las personas de cualquier edad, pueden
sobrevivir y superar adversidades a pesar de vivir en condiciones
de pobreza y/ o
violencia
familiar, y /o con las consecuencias de un catástrofe
natural, etc.
Desde esta posición y a la luz de los
resultados apuntados en esta investigación, es que
señalamos la necesidad de fomentar en los ámbitos
escolares, familiares y comunitarios, la difusión y las
prácticas que surgen de este concepto y de este proceso, a los
que referiremos brevemente; así como proponer su
insistencia, en el desarrollo de
las estrategias
educativas.
En la definición del término, se
distinguen tres componentes fundamentales:
"1. La noción de adversidad, trauma, riesgo o
amenaza al desarrollo
humano.
- La adaptación positiva o superación de
la adversidad. - El proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales,
cognitivos y socioculturales que influyen sobre el desarrollo
humano"
La resiliencia, es una transformación que se
desarrolla sobre ciertos pilares fundamentales, tales como la
autoestima,
creatividad,
empatía, sentido del humor y la aceptación de la
finitud de la existencia, entre otros, tratando de identificar
"los recursos usados
por individuos y comunidades para mejorar sus condiciones de
vida, aún en circunstancias terribles".
Es en las situaciones de crisis, donde
nos volvemos más vulnerables a los desafíos, y por
ende, los vínculos interpersonales se vuelven más
endebles. En tales contextos es cuando se hacen necesarias las
"actitudes y
capacidades relacionadas con la función de sostén
de tales vínculos".
Córdoba, marzo de
2004
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Graciela María Casartelli
Licenciada en Psicología y
Magíster en Ciencias
Sociales (Universidad Nacional de Córdoba)