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Educación especial




Enviado por latiniando



    1. La educación especial en
      la sociedad actual
    2. Los primeros sistemas de
      educación
    3. Tradiciones básicas del
      mundo occidental
    4. La Edad
      media 
    5. Humanismo y
      Renacimiento
    6. Desarrollo de la ciencia en el
      siglo XVII 
    7. El siglo XVIII: Rousseau y
      otros
    8. El siglo XIX y la
      aparición de los sistemas nacionales de
      escolarización 
    9. El siglo XX: la
      educación centrada en la infancia
    10. Provisión para servicios
      de educación especial
    11. Lenguaje y alteraciones del
      lenguaje
    12. Psicología
      infantil
    13. Bibliografía

    Éste trabajo tiene por objetivo
    presentar algunos conceptos básicos sobre Educación
    especial y diferencial para niños
    con dificultades del aprendizaje
    escolar.

    INTRODUCCIÓN

    Educación especial, identificación,
    evaluación y programas
    especiales para niños
    cuyas dificultades o desventajas para aprender requieren ayuda
    adicional para alcanzar su pleno desarrollo
    educativo. Tales dificultades pueden ir desde disfunciones
    físicas, problemas de
    visión, audición o lenguaje,
    disfunción para aprender (desventaja mental), dificultades
    emocionales o de conducta, o un
    problema médico o de salud. Otros niños
    pueden tener dificultades más generales con la lectura,
    escritura,
    lenguaje o
    matemáticas, por lo que requerirán
    una ayuda extra. Las ayudas para atender las necesidades
    especiales de educación pueden
    darse en escuelas integradas o en escuelas especiales.
    Se cree que alrededor del 20% de los niños necesitan
    algún tipo de educación
    especializada a lo largo de su escolarización. La gran
    mayoría de ellos tienen problemas que
    se resolverán dentro de las escuelas ordinarias;
    sólo una pequeña minoría de las ayudas
    educativas especializadas pueden requerir, por su mayor exigencia
    y complejidad, la existencia de medios,
    centros y un conjunto de servicios que
    permitan asegurar que la evaluación
    se ajuste a las necesidades de esos niños.
    En cada escuela y en cada
    clase hay un ciclo de evaluación, planificación, enseñanza y revisión de las
    necesidades de todos los niños. Esos estudios generales
    tienen en cuenta el amplio abanico de habilidades, aptitudes e
    intereses que cada chico trae a la escuela. La
    mayoría de los niños aprenden y progresan dentro de
    estos condicionamientos locales. Pero quienes encuentran
    dificultad en ello pueden tener lo que se ha denominado
    necesidades educativas especiales.
    Se considera que un niño tiene una dificultad especial si
    muestra una
    mayor dificultad para aprender que el resto de los niños
    de su misma edad; si tiene una disfunción que le impide o
    dificulta hacer uso de las facilidades educativas de un cierto
    nivel proporcionadas a los de la misma edad en las escuelas de su
    zona y nivel.
    En la práctica, las dificultades de aprendizaje
    vienen a ser las relacionadas en el primer párrafo. La amplitud de estas dificultades
    afecta a la habilidad de los niños para aprender y
    progresar en la escuela y será inducida por una variedad
    de factores, que incluye las disponibilidades escolares, la
    disponibilidad de ayudas adicionales y la etapa en la que la
    dificultad haya sido inicialmente identificada.

    LA EDUCACIÓN
    ESPECIAL EN LA SOCIEDAD
    ACTUAL

    A partir de 1980 se ha prestado una gran atención a la educación especial
    en los países desarrollados. En esta década se
    operó un cambio radical
    en las actitudes
    profesionales y públicas hacia las necesidades especiales
    que marcó el comienzo de un gran movimiento
    hacia la integración de las personas con necesidades
    educativas especiales dentro de las escuelas ordinarias. Los
    padres se han ido involucrando activamente en la
    evaluación y en la revisión de las necesidades
    educativas de sus hijos y cada vez muestran con más
    interés
    su preferencia (limitada a ciertas condiciones) a que sus hijos
    se eduquen en escuelas ordinarias. La ampliación de
    servicios
    sociales y de salud ha contribuido a
    valorar mejor las necesidades educativas especiales que permitan
    identificar los puntos fuertes y los débiles de cada
    alumno con el fin de asegurarle la educación
    más apropiada dentro de un amplio abanico de necesidades
    educativas especiales. En la práctica, las buenas
    intenciones no siempre culminan en logros satisfactorios. En
    cualquier caso, hay que constatar que este proceso de
    cambio en la
    mayoría de los países de Europa y del
    mundo en general ha contribuido a que las familias afectadas y
    las escuelas demanden a los poderes públicos leyes y métodos de
    aprendizaje que garanticen el derecho a una mayor integración en las escuelas y centros de
    formación de las personas con necesidades
    especiales. 
    Educación, teorías, métodos,
    sistema de
    administración y situación de las
    escuelas desde la antigüedad hasta el presente en todo el
    mundo.
    El concepto
    'educación' denota los métodos por los que una
    sociedad
    mantiene sus conocimientos, cultura y
    valores y
    afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales,
    morales y sociales de la persona. El trabajo
    educativo se desarrolla por un profesor individual, la familia, la
    Iglesia o
    cualquier otro grupo social.
    La educación formal es la que se imparte por lo general en
    una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres
    que están profesionalmente preparados para esta tarea.

    LOS PRIMEROS SISTEMAS DE
    EDUCACIÓN 
    Los sistemas de
    educación más antiguos conocidos tenían dos
    características comunes; enseñaban
    religión y
    mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo
    Egipto, las
    escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino
    también los principios de la
    escritura,
    ciencias,
    matemáticas y arquitectura. De
    forma semejante, en la India la mayor
    parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La
    India fue la
    fuente del budismo, doctrina
    que se enseñaba en sus instituciones
    a los escolares chinos, y que se extendió por los
    países del Lejano Oriente. La educación en la
    antigua China se
    centraba en la filosofía, la poesía
    y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de
    Confucio, Lao-tsé y otros filósofos. El sistema chino de
    un examen civil, iniciado en ese país hace más de
    2.000 años, se ha mantenido hasta el presente siglo, pues,
    en teoría,
    permite la selección
    de los mejores estudiantes para puestos importantes en el
    gobierno.
    Los métodos de entrenamiento
    físico que predominaron en Persia y fueron muy ensalzados
    por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el
    modelo de los
    sistemas de educación de la antigua Grecia, que
    valoraban tanto la gimnasia como las
    matemáticas y la música.
    La Biblia y el Talmud son las fuentes
    básicas de la educación entre los judíos
    antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres
    judíos a enseñar a sus hijos conocimientos
    profesionales específicos, natación y
    una lengua
    extranjera. En la actualidad, la religión sienta
    aún las bases educativas en la casa, la sinagoga y la
    escuela. La Torá sigue siendo la base de la
    educación judía.

    TRADICIONES BÁSICAS
    DEL MUNDO OCCIDENTAL

    Los sistemas
    de educación en los países occidentales se basaban
    en la tradición religiosa de los judíos y del
    cristianismo.
    Una segunda tradición derivaba de la educación de
    la antigua Grecia, donde
    Sócrates,
    Platón,
    Aristóteles e Isócratesfueron los
    pensadores que influyeron en su concepción educativa. El
    objetivo
    griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para
    asumir posiciones de liderazgo en
    las tareas del Estado y la
    sociedad. En siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron
    para el desarrollo de
    las artes, la enseñanza de todas las ramas de la
    filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento
    gimnástico.
    En el periodo helenístico, las influencias griegas en la
    educación se transmitieron en primer lugar por medio de
    los escritos de pensadores como Plutarco, para quien el
    protagonismo de los padres en la educación de sus hijos
    era el más esencial punto de referencia.
    La educación romana, después de un periodo inicial
    en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y
    culturales, se decantó por el uso de profesores griegos
    para la juventud,
    tanto en Roma como en
    Atenas. Los romanos consideraban la enseñanza de la
    retórica y la oratoria como
    aspectos fundamentales. Según el educador del siglo I
    Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía
    desarrollarse desde el estudio de la lengua, la
    literatura, la
    filosofía y las ciencias, con
    particular atención al desarrollo del carácter.
    La educación romana transmitió al mundo occidental
    el estudio de la lengua latina, la literatura clásica,
    la ingeniería, el derecho, la
    administración y la
    organización del gobierno.
    Muchas escuelas monásticas así como municipales y
    catedralicias se fundaron durante los primeros siglos de
    influencia cristiana. La base de conocimientos se centraba en las
    siete artes liberales que se dividían en el trivium
    (formado por gramática, retórica y lógica)
    y el quadrivium (aritmética, geometría,
    astronomía y música). San Isidoro
    de Sevilla aportó materiales
    básicos con su Etimologías para el trivium y el
    quadrivium y su posterior polémica curricular. Desde el
    siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de
    libros de
    texto para los
    escolares por autores como el escritor latino del norte de
    África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro
    y el eclesiástico español
    san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos
    expandían el
    conocimiento existente más que introducir nuevos
    conocimientos.

    LA EDAD
    MEDIA 
    En el Occidente europeo, durante el
    siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito
    educativo, uno en el continente, en la época de
    Carlomagno, y otro en Inglaterra, bajo
    el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la
    educación, trajo de York (Inglaterra) al
    clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en
    el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió
    instituciones
    educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios.
    Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes
    fueron enviados a enseñar a países del continente.
    Entre el siglo VIII y el XI la presencia de los musulmanes en la
    península Ibérica (al-Andalus) hizo de
    Córdoba, la capital del
    califato omeya, un destacado centro para el estudio de la
    filosofía, la cultura
    clásica de Grecia y Roma, las
    ciencias y las matemáticas.
    También Babilonia había tenido academias
    judías durante muchos siglos. Persia y Arabia desde el
    siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las
    ciencias y el lenguaje;
    otros centros de cultura musulmana se establecieron en la
    Universidad de
    Al-Qarawiyin, en Fez (Marruecos) en el 859 y la Universidad de
    Al-Azhar, en El Cairo (970).
    Durante la edad media las
    ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito
    educativo de Europa
    occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica
    para reconciliar la teología cristiana con los conceptos
    filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante del
    escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de Canterbury,
    quien, como Platón,
    defendía que sólo las ideas eran reales. Otro
    clérigo, Roscelino de Compiègne, en la línea
    de Aristóteles, enseñaba el nominalismo, doctrina
    según la cual las ideas universales son flatus vocis y
    sólo las cosas concretas son reales.
    Otros grandes maestros escolásticos fueron el
    teólogo francés Pedro Abelardo, discípulo de
    Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano
    Tomás de Aquino. El reconocimiento de estos profesores
    atrajo a muchos estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el
    establecimiento de las universidades en el norte de Europa desde
    el siglo XII. A lo largo de este periodo los principales lugares
    para aprender eran los monasterios, que mantenían en sus
    bibliotecas
    muchos manuscritos de la cultura clásica anterior.
    Por este tiempo se
    abrieron varias universidades en Italia, España y
    otros países, con estudiantes que viajaban libremente de
    una institución a otra. Las universidades del norte, como
    las de París, Oxford, y Cambridge, eran administradas por
    los profesores; mientras que las del sur, como la de Bolonia
    (Italia) o
    Palencia y Alcalá en España, lo
    eran por los estudiantes. La educación medieval
    también desarrolló la forma de aprendizaje a
    través del trabajo o servicio
    propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las
    clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases
    bajas no tenían acceso a la misma.
    En el desarrollo de la educación
    superior durante la edad media los musulmanes y los
    judíos desempeñaron un papel crucial,
    pues no sólo promovieron la educación dentro de sus
    propias comunidades, sino que intervinieron también como
    intermediarios del pensamiento y
    la ciencia de
    la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de
    Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes
    de todo el mundo civilizado en la época.

    HUMANISMO Y RENACIMIENTO 
    El renacimiento fue
    un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los
    clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del
    interés
    por la cultura clásica griega y romana que aumentó
    con el descubrimiento de manuscritos guardados en los
    monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griegas
    emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la
    cultura griega
    Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la
    luz los
    manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos
    Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.
    El espíritu de la educación durante el renacimiento
    está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas
    por los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino
    Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas
    como las ciencias, la historia, la geografía, la
    música y la formación física. El éxito
    de estas iniciativas influyó en el trabajo de
    otros educadores y sirvió como modelo para
    los educadores durante más de 400 años. Entre otras
    personalidades del renacimiento que contribuyeron a la teoría
    educativa sobresalió el humanista alemán Erasmo de
    Rotterdam, el educador alemán Johannes Sturm, el ensayista
    francés Michel de Montaigne y el humanista y
    filósofo español
    Luis Vives. Durante este periodo se dio una gran importancia a la
    cultura clásica griega y romana enseñada en las
    escuelas de gramática latina, que, originadas en la
    edad media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza
    secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta
    época datan las primeras universidades americanas fundadas
    en Santo Domingo (1538), en México y
    en Lima (1551).
    LA INFLUENCIA DEL PROTESTANTISMO Las iglesias protestantes
    surgidas de la Reforma promovida por Martín Lutero en el
    inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se
    enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de
    aritmética, el catecismo en un grado elemental, y cultura
    clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que
    podríamos denominar enseñanza secundaria. En Suiza,
    otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y
    reformador francés Juan Calvino, cuya academia en Ginebra,
    establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La
    moderna práctica del control de la
    educación por parte del gobierno fue diseñada por
    Lutero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de
    la Reforma.
    LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA
    CATÓLICA 
    Los católicos también siguieron las ideas
    educativas del renacimiento en las escuelas que ya
    dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente
    influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la
    Contrarreforma. Esa síntesis
    se realizaba en los centros de la Compañía de
    Jesús, fundada por el religioso español san Ignacio
    de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III.
    Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la
    congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha
    tenido un papel
    preponderante en el desarrollo de la educación
    católica en muchos países desde el siglo XVI: la
    llamada Ratio Studioron, que después cambiarían las
    Escuelas Pías de san José de Calasanz.

    DESARROLLO DE LA CIENCIA EN EL
    SIGLO XVII 
    El siglo XVII fue un periodo de
    rápido progreso de muchas ciencias y de creación de
    instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento
    científico. La creación de estas y otras
    organizaciones
    facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural
    entre los estudiosos de los diferentes países de Europa.
    Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios
    de las universidades y de las escuelas secundarias. El Hospital
    de Cristo de Londres fue probablemente la primera escuela de
    secundaria en enseñar ciencia con
    cierto grado de competencia. En
    el inicio del siglo XVIII la Escuela de Moscú de
    Navegación y Matemáticas sirvió como modelo
    para el establecimiento de la primera escuela secundaria en
    Rusia. La importancia de la ciencia se
    manifestó en los escritos del filósofo inglés
    del siglo XVI Francis Bacon, quien fundamentó los procesos del
    aprendizaje en el método
    inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de
    forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a
    conclusiones acerca de lo observado.
    Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia
    influencia. El educador alemán Wolfgang Ratke
    inició el uso de nuevos métodos para enseñar
    más rápidamente la lengua vernácula, las
    lenguas clásicas y el hebreo. René Descartes, el
    filósofo francés, subrayó el papel de la
    lógica como el principio fundamental del pensamiento
    racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad como
    base de la educación en Francia. El
    poeta inglés
    John Milton propuso un programa
    enciclopédico de educación secundaria, apoyando
    el aprendizaje
    de la cultura clásica como medio para potenciar la
    moralidad y completar la educación intelectual de las
    personas. El filósofo inglés John Locke
    recomendaba un currículo y un método de
    educación (que contemplaba la educación
    física) basado en el examen empírico de los
    hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En Algunos
    pensamientos referidos a la educación (1693), Locke
    defendía un abanico de reformas, y ponía
    énfasis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de
    los libros,
    defendiendo los viajes y
    apoyando las experiencias empíricas como medio de
    aprendizaje. Así, animaba a estudiar un árbol
    más que un libro de
    árboles
    o ir a Francia en
    lugar de leer un libro sobre
    Francia. La doctrina de la disciplina
    mental, es decir, la habilidad para desarrollar las facultades
    del pensamiento ejercitándolas en el uso de la
    lógica y de la refutación de falacias, propuesta a
    menudo atribuida a Locke, tuvo una muy fuerte influencia en los
    educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador francés
    san Juan Bautista de la Salle, fundador del Instituto de los
    Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un
    seminario para
    profesores en 1685 y fue pionero en su educación
    sistemática.
    Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera
    Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido
    por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la
    educación motivó que recibiera invitaciones para
    enseñar por toda Europa. Escribió un libro
    ilustrado, muy leído, para la enseñanza del
    latín, titulado El mundo invisible (1658). En su Didáctica magna (1628-1632) subrayó
    el valor de
    estimular el interés del alumno en los procesos
    educativos y enseñar con múltiples referencias a
    las cosas concretas más que a sus descripciones verbales.
    Su objetivo educativo podía resumirse en una frase de la
    página inicial de Didáctica magna "enseñar a
    través de todas las cosas a todos los hombres", postura
    que se conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por
    el desarrollo de la educación universal le valieron el
    título de 'maestro de naciones'.

    EL SIGLO XVIII: ROUSSEAU Y
    OTROS
    Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en
    Prusia; en Rusia empezó la educación formal bajo
    Pedro el Grande y sus sucesores; también se desarrollaron
    escuelas y colegios universitarios en la América
    colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la
    Revolución
    Francesa. Al final del siglo se fundaron en Inglaterra las
    escuelas del domingo por el filántropo y periodista Robert
    Ralkes para beneficio de los muchachos pobres y las clases
    trabajadoras. Durante el mismo periodo se introdujo el
    método monitorial de enseñanza, por el que cientos
    de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de
    alumnos monitores o
    asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la
    educación de masas.
    El teórico educativo más relevante del siglo XVIII
    fue Jean-Jacques Rousseau,
    nacido en Ginebra. Su influencia fue considerable tanto en Europa
    como en otros continentes. En Emilio (1762) insistió en
    que los alumnos debían ser tratados como
    adolescentes
    más que como adultos en miniatura y que se debe atender
    la
    personalidad individual. Entre sus propuestas concretas
    estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el
    estudio de la naturaleza y de
    la sociedad por observación directa. Sus propuestas
    radicales sólo eran aplicables a los niños; las
    niñas debían recibir una educación
    convencional.
    Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran parte
    en el campo de la teoría; correspondió a muchos de
    sus seguidores poner sus ideas en práctica. El educador
    alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas en
    Alemania y en
    diferentes partes basándose en la idea de "todo
    según la naturaleza".

    EL SIGLO XIX Y LA
    APARICIÓN DE LOS SISTEMAS NACIONALES DE
    ESCOLARIZACIÓN 
    El más influyente
    de todos los seguidores de Rousseau fue el educador suizo Johann
    Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran
    influencia en las escuelas de todo el continente. El principal
    objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método de
    enseñanza al desarrollo natural del niño. Para
    lograr este objetivo, consideraba el desarrollo armonioso de
    todas las facultades del educando (cabeza, corazón y
    manos). Otros influyentes educadores del siglo XIX fueron el
    alemán Friedrich Fröbel, que introdujo los principios de la
    psicología
    y la filosofía en las ciencias de la educación;
    Horace Mann y Henry Barnard, los educadores estadounidenses
    más famosos, que llevaron a su país las doctrinas
    de Pestalozzi y de otros educadores europeos; el filósofo
    inglés Herbert Spencer, que defendía el conocimiento
    científico como el tema más importante a
    enseñar en la escuela; el español Francisco Giner
    de los Ríos, y el obispo danés Nikolai Grundtvig,
    que estableció unas ideas pedagógicas que fueron la
    base para la ampliación de la educación secundaria
    a toda la población.
    El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas nacionales de
    escolarización se organizaron en el Reino Unido, en
    Francia, en Alemania, en
    Italia, en España (Ley Moyano, de
    1858) y en otros países europeos. Las nuevas naciones
    independientes de América
    Latina, especialmente Argentina y
    Uruguay,
    miraron a Europa y a Estados Unidos
    buscando modelos para
    sus escuelas. Japón,
    que había abandonado su tradicional aislamiento e
    intentaba occidentalizar sus instituciones, tomó las
    experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos
    como modelo para el establecimiento del sistema escolar y
    universitario moderno.

    EL SIGLO XX: LA
    EDUCACIÓN CENTRADA EN LA INFANCIA
    A comienzos
    del siglo XX la actividad educativa se vio muy influida por los
    escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El
    siglo de los niños (1900) fue traducido a varias lenguas e
    inspiró a los educadores progresistas en muchos
    países. La educación progresista era un sistema de
    enseñanza basado en las necesidades y en las
    potencialidades del niño más que en las necesidades
    de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta
    idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la
    historia y
    había aparecido de diferentes formas en diversas partes
    del mundo, como la Institución Libre de Enseñanza
    en España. Entre los educadores de mayor influencia cabe
    señalar a los alemanes Hermann Lietz y Georg
    Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a la
    italiana María Montessori. En Estados Unidos tuvo una
    enorme influencia, luego extendida a todo el mundo, el
    filósofo y educador John Dewey. El programa de
    actividad que se derivaba de las teorías
    de Dewey fortalecía el desarrollo educativo del alumno en
    términos de animación de las necesidades e
    intereses de aquél. Llegó a ser el método
    principal de instrucción durante muchos años en las
    escuelas de Estados Unidos y de otros países. Todos ellos
    ejercieron amplia influencia en los sistemas educativos de los
    países de América
    Latina.
    Después de la Revolución
    Rusa (1917) la Unión Soviética
    desarrolló una experiencia interesante en el campo
    educativo, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al
    espacio el Sputnik, el primer satélite que mostraba el
    avanzado estado del
    saber tecnológico soviético. Esto hizo que
    numerosos visitantes extranjeros, especialmente personas
    procedentes de los países desarrollados, quisieran conocer
    el sistema imperante en las escuelas soviéticas.
    Contribuyeron al interés internacional por la
    educación soviética las teorías y
    prácticas pedagógicas que procedían de la
    ideología marxista-leninista, tan bien
    expresadas en el trabajo de Anton S. Makarenko, un exponente de
    la rehabilitación de los delincuentes juveniles y de la
    educación colectiva durante los primeros años de la
    Revolución.
    El siglo XX ha estado marcado por la expansión de los
    sistemas educativos de las naciones industrializadas, así
    como por la aparición de los sistemas escolares entre las
    naciones más recientemente industrializadas de Asia y
    África. La educación básica obligatoria es
    hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que
    un amplio número de niños (quizá el 50% de
    los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden
    a la escuela. En orden a promover la educación en todos
    los niveles, la Organización de las Naciones Unidas
    para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
    realiza campañas de alfabetización y otros proyectos
    educativos orientados a que ningún niño en edad
    escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta,
    pretendiendo así acabar con el analfabetismo.
    Se han constatado algunos progresos, pero es obvio que se
    necesitan más esfuerzos y más tiempo para
    conseguir la alfabetización universal.

    PROVISIÓN PARA
    SERVICIOS DE EDUCACIÓN ESPECIAL

    1) Provisión
    de servicios de educación especial para aquellos alumnos
    que son retrasados o superdotados. Los niños con
    diferencias difieren de la media en las características mentales, en las
    habilidades sensoriales, en las características
    físicas, en la conducta
    emocional o en las habilidades comunicacionales, de modo que
    requieren servicios de educación diferencial para su
    completo desarrollo. La educación diferencial proporciona
    a estos niños por medio de aprendizaje individualizado
    experiencias adecuadas a sus peculiares
    características.
    2)
    El cuidado de las personas que tienen disfunciones es una
    idea relativamente nueva. En la antigüedad a los
    niños con disfunciones se les dejaba morir. Durante la
    edad media fueron tratados
    más humanamente, pero no se pensaba que pudieran aprender.
    En el siglo XIX, se establecieron centros residenciales de
    tratamiento, en Europa primero y después en Estados
    Unidos, para cuidar de las personas ciegas, sordas, muy
    retrasadas o que sufrían desórdenes emocionales. En
    el siglo XX, se crearon centros especiales y escuelas
    públicas de día, pero estas facilidades
    servían para muy pocos niños. Después de la
    II Guerra Mundial la
    actitud de
    algunos países respecto a la educación de las
    personas que tenían dificultades cambió de forma
    significativa. La responsabilidad de la educación especial
    fue asumida por el Estado.
    Más tarde, los grupos de padres,
    formados para ejercer presión en
    favor de los derechos de los niños
    con dificultades, se reunieron con educadores profesionales para
    promover los programas
    educativos.
    3) Pueden ser retraídos o excesivamente agresivos.
    Su educación se desarrolla por lo general en clases
    regulares Los niños con desórdenes emocionales de
    la población preescolar y
    escolar con la ayuda de los servicios de equipos
    psicológicos, trabajadores sociales y logopedas.
    4) Programas para niños con dificultades de
    lenguaje: Los problemas en la articulación, el lenguaje,
    la fluidez o la voz afectan a la habilidad de quienes los sufren
    para aprender a comunicarse con eficacia. El
    tratamiento educativo proporcionado a estos niños depende
    de la severidad del impedimento y puede incluir los servicios de
    profesores de educación especial y logopedas.

    LENGUAJE Y ALTERACIONES
    DEL LENGUAJE
    El habla es un sistema de comunicación aprendido que requiere el uso
    coordinado de la voz, la articulación y la capacidad del
    lenguaje. Muchos animales son
    fisiológicamente capaces de usar la voz para comunicarse
    con otros individuos de su especie a través de mensajes
    simples. Sin embargo, sólo los seres humanos son capaces
    de producir el lenguaje hablado o verbal, en oposición a
    la capacidad de imitación de pájaros como loros y
    minás. En sentido amplio se puede considerar habla
    sinónimo de lenguaje.
    – VOZ o fonación, es el sonido producido
    en la laringe por la salida del aire
    (espiración) que, al atravesar las cuerdas vocales, las
    hace vibrar. La voz se define en cuanto a su tono, calidad e
    intensidad o fuerza. El
    tono óptimo o más adecuado para el habla, al igual
    que su rango de variación, depende de cada individuo y
    está determinado por la longitud y masa de las cuerdas
    vocales. Por tanto, el tono puede alterarse, variando la presión
    del aire exhalado
    y la tensión sobre las cuerdas vocales. Esta
    combinación determina la frecuencia a la que vibran las
    cuerdas: a mayor frecuencia de vibración, más alto
    es el tono.
    Otro aspecto de la voz es la resonancia. Una vez que ésta
    se origina, resuena en el pecho, garganta y cavidad bucal. La
    calidad de la
    voz depende de la resonancia y de la manera en que vibran las
    cuerdas vocales, mientras que la intensidad depende de la
    resonancia y de la fuerza de
    vibración de las cuerdas.
    – ARTICULACIÓN 
    La articulación se
    refiere a los sonidos del habla que se producen para formar las
    palabras del lenguaje. Los instrumentos de la articulación
    son: los labios, la lengua, los dientes, las mandíbulas y
    el paladar. El habla se articula mediante la interrupción
    o modelación de los flujos de aire, vocalizados y no
    vocalizados, a través del movimiento de
    la lengua, los labios la mandíbula inferior y el paladar.
    Los dientes se usan para producir algunos sonidos
    específicos.
    – CAPACIDAD DEL LENGUAJE Y OTROS FACTORES 
    El
    lenguaje es un sistema arbitrario de símbolos abstractos
    reconocido por un grupo de
    personas que sirve para comunicar sus pensamientos y
    sentimientos. Los símbolos pueden ser verbales o no
    verbales, es decir, hablados o escritos, además, los
    símbolos no verbales pueden ser gestos y movimientos
    corporales (véase también Lenguaje gestual). En el
    lenguaje hablado se utiliza la capacidad de articular sonidos y
    en el lenguaje escrito ésta se sustituye por la ortografía. Las capacidades auditiva y
    visual son esenciales para la comprensión y
    expresión del lenguaje. En la evaluación del habla
    se deben considerar el ritmo y la frecuencia. El ritmo de un
    discurso no
    debe ser ni muy rápido ni muy lento, para que no se
    dificulte su comprensión. El ritmo del habla se juzga en
    función
    de la fluidez. No se puede describir con exactitud en qué
    consiste el habla normal o correcta. Por tanto, se valora de
    forma subjetiva si parece apropiado para el sexo, talla,
    edad, personalidad y
    necesidades del locutor.
    – ALTERACIONES DEL HABLA
    Debido a que el habla es una
    función
    aprendida, cualquier interferencia con la capacidad de
    aprendizaje podría causarle daños. En este aspecto,
    los problemas más comunes son ciertas neurosis y
    psicosis, retraso
    mental y lesión cerebral congénita o adquirida. Por
    otra parte, la articulación puede resultar dañada
    por discapacidades físicas como fisura del paladar,
    parálisis cerebral o pérdida del oído.
    Además, puede deteriorarse como resultado de la
    parálisis de cualquier parte del mecanismo de la
    articulación, por la imitación inconsciente de
    modelos del
    habla pobres o una percepción
    inadecuada de los estímulos auditivos.
    Las alteraciones de la voz, llamadas disfonías, pueden ser
    consecuencia de accidentes o
    enfermedades que
    afecten a la laringe. También pueden ser causadas por
    anomalías físicas tales como desarrollo incompleto
    u otros defectos congénitos de las cuerdas vocales. Sin
    embargo, la causa más frecuente es el abuso crónico
    del aparato bucal: por un exceso de uso o por una producción inadecuada de la voz. Esto puede
    originar cambios patológicos, como crecimiento
    desproporcionado, endurecimientos y protuberancias en las cuerdas
    vocales. Por lo general, las alteraciones en el ritmo y
    frecuencia del habla se basan en alguna perturbación
    psicológica o neurológica. Un ejemplo significativo
    de enfermedad neurológica es la enfermedad de
    Parkinson.
    – TERAPIA DEL HABLA
    Un terapeuta del habla es un especialista que se ha preparado
    para diagnosticar y tratar las diversas alteraciones del habla,
    del lenguaje y de la voz. Debido a que éstas están
    relacionadas u originadas por factores físicos,
    neurológicos o psicológicos, el terapeuta suele
    trabajar como miembro de un equipo que puede incluir un
    neurólogo, un otorrinolaringólogo (un especialista
    de oído y
    garganta), un psiquiatra, un psicólogo, un asistente
    social psiquiátrico y un patólogo del habla o
    logopeda.
    Las alteraciones del habla causadas por enfermedad, lesión
    o malformación son competencia del
    médico y del cirujano. Una vez que se tratan estos
    problemas, el terapeuta se responsabiliza de enseñar al
    paciente a escuchar y seguir la marcha del habla de forma
    correcta, a aplicar con precisión los términos
    verbales y a controlar el lenguaje alterado por falta de coordinación o por influencias
    emocionales.
    Una de las técnicas
    más valiosas para el terapeuta es la medida de la
    capacidad auditiva, ya que la pérdida del oído
    (véase sordera) se trata enseñando al individuo a
    imitar los sonidos y patrones esenciales del habla y a controlar
    sus propios errores. El terapeuta debe conocer también el
    grado de inteligencia
    que desarrolla un adolescente normal, ya que la capacidad
    intelectual y la capacidad para manejar el lenguaje están
    muy relacionadas. La alteración del habla de origen
    emocional más conocida es la tartamudez, causada con
    frecuencia por ansiedad. El terapeuta utiliza un programa de
    ejercicios lingüísticos para reducir esta discapacidad,
    pero cuando es necesario se requiere la asistencia del
    psicólogo y, en casos extremos, se recurre a la
    psicoterapia.

    PSICOLOGÍA
    INFANTIL

    Estudio del comportamiento
    de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia,
    que incluye sus características físicas,
    cognitivas, motoras, lingüísticas, perceptivas,
    sociales y emocionales. 
    Los psicólogos infantiles intentan explicar las semejanzas
    y las diferencias entre los niños, así como su
    comportamiento
    y desarrollo, tanto normales como anormales. También
    desarrollan métodos para tratar problemas
    sociales, emocionales y de aprendizaje, aplicando terapias en
    consultas privadas y en escuelas, hospitales y otras
    instituciones.
    Las dos cuestiones críticas para los psicólogos
    infantiles son: primero, determinar cómo las variables
    ambientales (el comportamiento de los padres, por ejemplo) y las
    características biológicas (como las
    predisposiciones genéticas) interactúan e influyen
    en el comportamiento; y segundo, entender cómo los
    distintos cambios en el comportamiento se interrelacionan.
    Tanto Platón como Aristóteles escribieron sobre la
    infancia.
    Platón sostenía que los niños nacen ya
    dotados de habilidades específicas que su educación
    puede y debe potenciar. Sus puntos de vista siguen hoy vigentes
    en la idea de las diferencias individuales ante una misma
    educación. Aristóteles, por su parte, propuso
    métodos de observación del comportamiento infantil,
    que fueron precursores de los que hoy aplican los investigadores.
    Durante varios siglos después, apenas hubo interés
    por el estudio del niño, al que se veía como un
    adulto en miniatura, hasta que en el siglo XVIII el
    filósofo francés Jean-Jacques Rousseau se hizo eco
    de las opiniones de Platón, postulando que los
    niños deberían ser libres de expresar sus
    energías para desarrollar sus talentos especiales. Esta
    perspectiva sugiere que el desarrollo normal debe tener lugar en
    un ambiente no
    restrictivo, sino de apoyo, idea que hoy nos resulta muy
    familiar.En el siglo XIX, la teoría de la evolución dio un fuerte impulso al examen
    científico del desarrollo infantil. Darwin hizo
    hincapié en el instinto de supervivencia de las distintas
    especies, lo que provocó el interés por la
    observación de los niños y por conocer los
    distintos modos de adaptación al entorno, como medio
    también de conocer el peso de la herencia en el
    comportamiento humano. Estos estudios tuvieron un valor
    científico limitado por su falta de objetividad e
    incapacidad para describir adecuadamente los comportamientos
    observados, haciendo imposible su validación. 
    La investigación científica sobre el
    desarrollo infantil hizo grandes progresos a comienzos del siglo
    XX. Uno de los mayores estímulos sería la introducción, en 1916, por parte del
    psicólogo estadounidense Lewis Terman, del test de inteligencia
    conocido hoy como test de
    Stanford-Binet, que condujo a una serie de estudios sobre el
    desarrollo intelectual del niño. En la década
    siguiente, un grupo de científicos estadounidenses
    comenzaron a realizar observaciones de carácter
    longitudinal a gran escala de los
    niños y sus familias: el mismo niño era seguido,
    observado y examinado durante un cierto periodo de su
    desarrollo.
    El psicólogo estadounidense Arnold Gesell creó un
    instituto de investigación en la Universidad de Yale con
    el único objetivo de estudiar a los niños,
    analizando su comportamiento a través de filmaciones.
    Además de introducir esta técnica, Gesell
    aplicó el método cruzado por secciones, en el que
    distintos niños son observados a varias edades diferentes,
    planteando por vez primera un desarrollo intelectual por etapas
    semejantes a las del desarrollo físico infantil.
    Los resultados reunidos durante un periodo de veinte años
    ofrecieron información abundante sobre los esquemas y
    las cifras claves en el desarrollo evolutivo, del que
    también se señalaron pautas, según la edad,
    para una amplia variedad de comportamientos. Estas normas
    serían empleadas tanto por los profesionales de la
    educación como por los padres para valorar su desarrollo.
    El problema de estos estudios basados en la observación
    fue que, al tomar como punto de partida la evolución y la genética,
    no hicieron referencia en las variables
    ambientales, que fueron prácticamente excluidas de los
    trabajos sobre la inteligencia.
    Mientras la observación científica vivía sus
    mejores momentos, otros investigadores escribían sobre la
    función del ambiente en el
    desarrollo y comportamiento infantiles. Sigmund Freud
    hizo hincapié en el efecto de las variables ambientales en
    el desarrollo, e insistió especialmente en la importancia
    del comportamiento de los padres durante la infancia,
    fundando toda una corriente y estableciendo una serie de
    teorías básicas sobre el desarrollo de la
    personalidad que aún hoy influyen en los
    psicólogos infantiles.
    El psicólogo estadounidense John B. Watson, uno de los
    fundadores y el principal representante del conductismo,
    insistió también en la importancia de las variables
    ambientales, en este caso analizadas como estímulos
    progresivamente asociados por condicionamiento a diferentes
    respuestas, que se aprenden y modelan al recibir refuerzos
    positivos (recompensas) o negativos (castigos), o simplemente
    desaparecen por la ausencia de refuerzos tras su
    ejecución. 
    Esta perspectiva, que tuvo en la década de 1950 un gran
    impacto en las investigaciones,
    negaba casi totalmente la influencia de variables
    biológicas o predisposiciones innatas. De esta forma la
    mente del recién nacido era una especie de 'hoja en
    blanco' sobre la que los diferentes comportamientos
    vendrían determinados por las circunstancias ambientales
    de determinadas experiencias, por lo que las diferencias entre
    los distintos individuos serían fruto únicamente de
    esas distintas experiencias. La escuela conductista
    reforzó los estudios experimentales e incorporó la
    psicología
    infantil a la corriente fundamental de la psicología. No
    obstante, aunque sus contribuciones al estudio del desarrollo
    fueron importantes, hoy su perspectiva se considera excesivamente
    simplista.
    A comienzos de la década de 1960, la atención se
    volcó en los estudios del psicólogo suizo Jean Piaget,
    quien desde los años veinte había escrito sobre el
    desarrollo cognitivo del niño. Piaget
    denominaba a su ciencia como epistemología genética
    (estudio del origen del conocimiento
    humano) y sus teorías dieron lugar a trabajos más
    avanzados y profundos, con más entidad teórica en
    psicología infantil. Estos trabajos utilizan tanto
    métodos de observación como experimentales y,
    teniendo en cuenta el comportamiento, integran variables
    biológicas y ambientales. Podemos afirmar que la actual
    psicología
    evolutiva tiene sus orígenes en la teoría de la
    evolución darwiniana, pero también incorpora las
    preocupaciones de Watson y los conductistas por las influencias
    ambientales.
    Una teoría del desarrollo debe reflejar el intento de
    relacionar los cambios en el comportamiento con la edad
    cronológica del sujeto; es decir, las distintas
    características conductuales deben estar relacionadas con
    las etapas específicas del crecimiento. Las leyes que regulan
    las transiciones entre estas diferentes etapas del desarrollo
    también deben identificarse. Las principales
    teorías evolutivas son la teoría freudiana de la
    personalidad y
    la de la percepción
    y cognición de Piaget. Ambas
    explican el desarrollo
    humano en la interactividad de las variables
    biológicas y ambientales.
    La teoría de Freud sostiene
    que una personalidad sana requiere satisfacer sus necesidades
    instintivas, a lo que se oponen el principio de realidad y la
    conciencia
    moral,
    representados desde una perspectiva estructural por las tres
    instancias de la personalidad: el ello (fuente de los impulsos
    instintivos), el yo (instancia intermedia, que trata de controlar
    las demandas del ello y las del superyó
    adaptándolas a la realidad) y el superyó
    (representación de las reglas sociales incorporadas por el
    sujeto, especie de conciencia
    moral).
    El centro fisiológico de los impulsos instintivos se
    modifica con la edad, y los periodos de los diferentes centros se
    denominan etapas. El 'ello' de los recién nacidos, por
    ejemplo, alcanza la máxima satisfacción al mamar,
    actitud que
    define la etapa oral, primera etapa de las cuatro que permiten
    llegar a la sexualidad
    adulta. Freud
    integró así en su teoría las variables
    biológicas y las ambientales.
    Por su parte, Piaget basa sus teorías sobre el supuesto de
    que desde el nacimiento los seres humanos aprenden activamente,
    aún sin incentivos
    exteriores. Durante todo ese aprendizaje el desarrollo cognitivo
    pasa por cuatro etapas bien diferenciadas en función del
    tipo de operaciones
    lógicas que se puedan o no realizar:
    En la primera etapa, la de la inteligencia sensomotriz (del
    nacimiento a los 2 años aproximadamente), el niño
    pasa de realizar movimientos reflejos inconexos al comportamiento
    coordinado, pero aún carece de la formación de
    ideas o de la capacidad para operar con símbolos.
    En la segunda etapa, del pensamiento preoperacional (de los 2 a
    los 7 años aproximadamente), el niño es capaz ya de
    formar y manejar símbolos, pero aún fracasa en el
    intento de operar lógicamente con ellos, como probó
    Piaget mediante una serie de experimentos.
    En la tercera etapa, la de las operaciones
    intelectuales concretas (de los 7 a los 11 años
    aproximadamente), comienza a ser capaz de manejar las operaciones
    lógicas esenciales, pero siempre que los elementos con los
    que se realicen sean referentes concretos (no símbolos de
    segundo orden, entidades abstractas como las algebraicas,
    carentes de una secuencia directa con el objeto).
    Por último, en la etapa de las operaciones formales o
    abstractas (desde los 12 años en adelante, aunque, como
    Piaget determinó, la escolarización puede adelantar
    este momento hasta los 10 años incluso), el sujeto se
    caracteriza por su capacidad de desarrollar hipótesis y deducir nuevos conceptos,
    manejando representaciones simbólicas abstractas sin
    referentes reales, con las que realiza correctamente operaciones
    lógicas.
    Los diversos aspectos del desarrollo del niño abarcan el
    crecimiento físico, los cambios psicológicos y
    emocionales, y la adaptación social. Muchos determinantes
    condicionan las pautas de desarrollo y sus diferentes ritmos de
    implantación. Todos están de acuerdo en que las
    pautas del desarrollo del niño están determinadas
    conjuntamente por condiciones genéticas y circunstancias
    ambientales, aunque subsisten vehementes discrepancias sobre la
    importancia relativa de las predisposiciones genéticas de
    un individuo. La investigación de este problema ha sido
    abordada varias veces a través del estudio comparativo de
    las semejanzas y diferencias entre gemelos monocigóticos
    (univitelinos), que crecen en ambientes distintos, y gemelos que
    han crecido juntos.
    La hipótesis
    subyacente a estos estudios es que si la carga genética es
    determinante, los gemelos que han sido separados serán tan
    similares en la mayoría de los aspectos medidos como los
    que han vivido juntos. Esta hipótesis asume la existencia de una clara
    diferencia entre los ambientes de los gemelos separados, algo que
    parece bastante cuestionable. Excepto en algún caso en el
    que el entorno sea especialmente hostil, las pautas y las medidas
    del desarrollo físico y motor parecen
    estar genéticamente controladas, pero las investigaciones
    también indican que ambas variables, genéticas y
    ambientales, contribuyen al comportamiento intelectual.
    También existe un componente genético en los
    caracteres de la personalidad como la
    introversión/extroversión, nivel de actividad o
    predisposición a las psicosis. Con
    relación a este último aspecto, debemos
    señalar que, aunque se ha avanzado bastante en la
    identificación de las causas genéticas de los
    trastornos mentales, aún es necesaria una mayor
    investigación para comprender mejor cómo
    actúan los condicionantes genéticos en los
    niños normales
    Por lo general, un recién nacido pesa 3,4 kilos, mide 53
    centímetros y presenta un tamaño de cabeza
    desproporcionadamente mayor que el resto del cuerpo. En los tres
    primeros años el aumento de peso es muy rápido,
    después se mantiene relativamente constante hasta la
    adolescencia,
    momento en el que se da el 'estirón' final, menor, no
    obstante, que el de la infancia. Los estudios realizados muestran
    que la altura y el peso del niño dependen de su salud,
    disminuyendo durante las enfermedades para acelerarse
    de nuevo al restablecerse la salud, hasta alcanzar la altura y el
    peso apropiados.
    Entre el nacimiento y los 2 años tienen lugar los cambios
    más drásticos en este terreno. El niño pasa
    de los movimientos descoordinados del recién nacido, en el
    que predomina la actividad refleja, (por ejemplo, el reflejo de
    prensión, que si se roza provoca el cierre involuntario de
    los dedos de la mano formando un puño), a la coordinación motora del adulto a
    través de una serie de pautas de desarrollo complejas. Por
    ejemplo, el caminar, que suele dominarse entre los 13 y los 15
    primeros meses, surge de una secuencia de catorce etapas
    previas.
    La investigación muestra que la
    velocidad de
    adquisición de las capacidades motoras es determinada de
    forma congénita, y que en su aprendizaje no influye la
    práctica. No obstante, si el sujeto es sometido a
    restricciones motoras severas, se alterarán tanto la
    secuencia como la velocidad de
    este proceso.
    Después de adquirir las capacidades motoras
    básicas, el niño aprende a integrar sus movimientos
    con otras capacidades perceptivas, especialmente la espacial.
    Ello es crucial para lograr la coordinación ojo/mano,
    así como para lograr el alto nivel de destreza que muchas
    actividades deportivas requieren.
    La capacidad para comprender y utilizar el lenguaje es uno de los
    principales logros de la especie humana. Una
    característica asombrosa del desarrollo del lenguaje es su
    velocidad de adquisición: la primera palabra se aprende
    hacia los 12 meses, y a los 2 años de edad la
    mayoría de los niños tienen ya un vocabulario de
    unas 270 palabras, que llegan a las 2.600 a la edad de 6
    años. Es casi imposible determinar el número de
    construcciones posibles dentro del lenguaje individual. No
    obstante, los niños construyen frases
    sintácticamente correctas a los 3 años y
    construcciones verbales muy complejas a los 5 años.
    Este extraordinario fenómeno no puede explicarse
    simplemente desde la teoría del aprendizaje, lo que ha
    llevado a establecer otras hipótesis. La
    más destacada es, posiblemente, la del lingüista
    estadounidense Noam Chomsky, quien planteó que el cerebro humano
    está especialmente estructurado para comprender y
    reproducir el lenguaje, por lo que no requiere aprendizaje
    formal, y se desarrolla al entrar el niño en contacto con
    él. Aunque los psicolingüistas del desarrollo no
    están de acuerdo con todos los conceptos de Chomsky,
    sí aceptan los sistemas lingüísticos mentales
    especiales. Aún hoy, los teóricos del lenguaje
    especulan con la relación entre el desarrollo cognitivo y
    el lenguaje, asumiendo que éste refleja los conceptos del
    niño y se desarrolla al mismo tiempo que sus conceptos son
    más profundos. Las teorías de la personalidad
    intentan describir cómo se comportan las personas para
    satisfacer sus necesidades físicas y fisiológicas.
    La incapacidad para satisfacer tales necesidades crea conflictos
    personales. En la formación de la personalidad los
    niños aprenden a evitar estos conflictos y a
    manejarlos cuando inevitablemente ocurren. Los padres
    excesivamente estrictos o permisivos limitan las posibilidades de
    los niños al evitar o controlar esos conflictos.
    Una respuesta normal para las situaciones conflictivas es
    recurrir a los mecanismos de defensa, como la
    racionalización o la negación (por ejemplo,
    rechazando haber tenido alguna vez una meta u objetivo
    específico, aunque sea obvio que se tuvo). Aunque todos
    hemos empleado mecanismos de defensa, debemos evitar convertirlos
    en el único medio de enfrentarnos a los conflictos. Un
    niño con una personalidad equilibrada, integrada, se
    siente aceptado y querido, lo que le permite aprender una serie
    de mecanismos apropiados para manejarse en situaciones
    conflictivas.
    La inteligencia podría definirse como la capacidad para
    operar eficazmente con conceptos verbales abstractos. Esta
    definición se refleja en las preguntas de los tests de
    inteligencia infantiles. Dos de los más conocidos, el
    Stanford-Binet y el Weschler Intelligence Scale for Children
    (más conocido por WISC, versión infantil de la WAIS
    -Weschler Adult Intelligence Scale-, la prueba individual de
    inteligencia más famosa) se usan tanto para medir el
    desarrollo intelectual del niño como para predecir sus
    resultados académicos. Debido a que el aprendizaje
    escolar depende, al parecer, de la capacidad de razonamiento
    verbal, el contenido de estos tests es muy apropiado, como
    demuestra la relación que hay entre los resultados de los
    tests de inteligencia y el éxito
    escolar. Sin embargo, las predicciones basadas exclusivamente en
    los tests de este tipo resultan imperfectas, porque no miden
    la
    motivación y el
    conocimiento sobre las capacidades necesarias para el
    éxito escolar es incompleto. Por otro lado, se ha
    cuestionado que los tests de inteligencia sean apropiados para
    niños de minorías étnicas, que pueden no
    responder adecuadamente a ciertos ítems debido a
    diferencias culturales o a la falta de comprensión del
    lenguaje empleado, más que por una deficiencia
    intelectual. Por ello, los tests de inteligencia deben
    interpretarse con sumo cuidado, dentro de un proceso de
    evaluación psicológica completo y profesional, y
    nunca de forma aislada, con capacidad explicativa y/o predictiva
    absoluta.
    Las actitudes,
    valores y
    conducta de los padres influyen sin duda en el desarrollo de los
    hijos, al igual que las características específicas
    de éstos influyen en el comportamiento y actitud de los
    padres.
    Numerosas investigaciones han llegado a la conclusión de
    que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos
    es muy variada, y abarca desde la educación más
    estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la
    hostilidad, o de la implicación ansiosa a la más
    serena despreocupación. Estas variaciones en las actitudes
    originan muy distintos tipos de relaciones familiares. La
    hostilidad paterna o la total permisividad, por ejemplo, suelen
    relacionarse con niños muy agresivos y rebeldes, mientras
    que una actitud cálida y restrictiva por parte de los
    padres suele motivar en los hijos un comportamiento educado y
    obediente. Los sistemas de castigo también influyen en el
    comportamiento. Por ejemplo, los padres que abusan del castigo
    físico tienden a generar hijos que se exceden en el uso de
    la agresión física, ya que
    precisamente uno de los modos más frecuentes de
    adquisición de pautas de comportamiento es por
    imitación de las pautas paternas (aprendizaje por
    modelado).
    Las relaciones sociales infantiles suponen interacción y
    coordinación de los intereses mutuos, en las que el
    niño adquiere pautas de comportamiento social a
    través de los juegos,
    especialmente dentro de lo que se conoce como su 'grupo de pares'
    (niños de la misma edad y aproximadamente el mismo estatus
    social, con los que comparte tiempo, espacio físico y
    actividades comunes). De esta manera pasan, desde los años
    previos a su escolarización hasta su adolescencia, por
    sistemas sociales progresivamente más sofisticados que
    influirán en sus valores y en su comportamiento futuro. La
    transición hacia el mundo social adulto es apoyada por los
    fenómenos de liderazgo
    dentro del grupo de iguales, donde se atribuyen roles distintos a
    los diferentes miembros en función de su fuerza o
    debilidad. Además, el niño aprende a sentir la
    necesidad de comportarse de forma cooperativa, a
    conseguir objetivos
    colectivos y a resolver conflictos entre individuos. La
    conformidad (acatamiento de las normas del grupo
    social) con este grupo de pares alcanzará su cota
    máxima cuando el niño llegue a la pubertad, a los
    12 años aproximadamente, y nunca desaparecerá del
    comportamiento social del individuo, aunque sus manifestaciones
    entre los adultos sean menos obvias.
    Los miembros de los grupos de pares
    cambian con la edad, tendiendo a ser homogéneos (del mismo
    sexo, de la
    misma zona) antes de la adolescencia. Después pasan a
    depender más de las relaciones de intereses y valores
    compartidos, formándose grupos más
    heterogéneos.
    El proceso mediante el cual los niños aprenden a
    diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo)
    en su comportamiento se llama socialización. Se espera que los
    niños aprendan, por ejemplo, que las agresiones
    físicas, el robo y el engaño son negativos, y que
    la cooperación, la honestidad y el
    compartir son positivos. Algunas teorías sugieren que la
    socialización sólo se aprende a
    través de la imitación o a través de un
    proceso de premios y castigos. Sin embargo, las teorías
    más recientes destacan el papel de las variables
    cognitivas y perceptivas, del pensamiento y el conocimiento, y
    sostienen que la madurez social exige la comprensión
    explícita o implícita de las reglas del
    comportamiento social aplicadas en las diferentes situaciones
    tipo.
    La socialización también incluye la
    comprensión del concepto de
    moralidad. El psicólogo estadounidense Lawrence
    Kohlberghas demostró que el pensamiento moral tiene tres
    niveles: en el inferior las reglas se cumplen sólo para
    evitar el castigo (nivel característico de los
    niños más pequeños), y en el superior el
    individuo comprende racionalmente los principios morales
    universales necesarios para la supervivencia social. Hay que
    tener en cuenta que la comprensión de la moralidad a
    menudo es incoherente con el comportamiento real, por lo que,
    como han mostrado algunas investigaciones empíricas, el
    comportamiento moral varía en cada situación y es
    impredecible.
    Los psicólogos infantiles continúan interesados en
    la interacción de los condicionantes biológicos y
    las circunstancias ambientales que influyen en el comportamiento
    y su desarrollo, en el papel de las variables cognitivas en la
    socialización, especialmente en la adopción
    del rol sexual correspondiente, y en la comprensión misma
    de los procesos cognitivos, su adquisición y
    evolución. Actualmente, los psicólogos están
    de acuerdo en que determinados factores biológicos de
    riesgo, como
    el peso escaso en el momento del nacimiento, la falta de oxígeno
    antes o durante el mismo y otras desventajas físicas o
    fisiológicas son importantes en el desarrollo y en el
    comportamiento posterior del individuo. Diversos estudios
    longitudinales tratan de determinar cómo los factores de
    riesgo afectan
    a las experiencias infantiles, y cómo las diferencias en
    estas experiencias afectan a su comportamiento. Estas
    investigaciones aportarán nuevos métodos de ayuda a
    los niños con factores de riesgo para un mejor
    desarrollo.
    Por otro lado, la función de las variables cognitivas en
    el aprendizaje de los roles sexuales y los estereotipos sobre las
    diferencias sexuales entre los niños están en
    proceso de investigación, aunque sólo se han
    localizado pequeñas diferencias: por ejemplo, las
    niñas suelen ser mejores en las actividades que requieren
    capacidades verbales, y los niños en las que dependen de
    capacidades matemáticas; tampoco está claro
    cómo interactúan las condiciones innatas con las
    circunstancias ambientales para producir tales diferencias. Los
    roles sexuales se han definido nítidamente en nuestra
    cultura, pero la presión favorable para el cambio de estas
    pautas está rompiendo poco a poco los estereotipos,
    permitiendo que un individuo, con independencia
    de su sexo, cambie o adapte su comportamiento a las exigencias de
    las situaciones específicas con las que se enfrenta.
    Gran parte de las investigaciones actuales en psicología
    del desarrollo o evolutiva tratan de identificar los componentes
    cognitivos (la memoria o
    la capacidad de atención) empleados en la
    resolución de problemas. Algunos psicólogos
    estudian la identificación de los procesos que se
    presentan durante la transición de un nivel de pensamiento
    a otro en el desarrollo del individuo. Otras áreas de
    investigación hacen referencia a los componentes
    cognitivos de la lectura y el
    cálculo
    Se espera que todas estas investigaciones conduzcan a la mejora
    de los métodos de enseñanza escolar y de
    educación especial.

    BIBLIOGRAFÍA

    o   Apuntes personales de
    Psicología

    o   Apuntes de la Cátedra de Ciencias de
    la Educación

    o   Materiales
    recopilados de cursos
    participados

    o   "Psicología y Educación para la
    Prosocialización"; Robert Roche Olivar; Ed.Ciudad
    Nueva,Buenos Aires,
    1997.

    o   "Calidad en la Educación"; Miguel A.
    Zabalza; Ministerio de Cultura y Educación de la Nación
    Argentina; Ed.
    Narcea, 1996.

    o   "Psicología de las dificultades del
    aprendizaje escolar"; Dr. Luis Bravo Valdivieso; Editorial
    Universitaria; Chile,
    1993

     

    Licenciado José Luis Dell'Ordine
     
    http://orbita.starmedia.com/~dellordine
      http://orbita.starmedia.com/~fundaciontm
     

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