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El fin de la Educación Pública




Enviado por santosmer



    1. ¿Son necesarias las
      reformas estructurales en el sistema educativo
      mexicano?
    2. ¿Cómo es el modelo
      educativo mexicano?
    3. Dos Modelos
      Educativos
    4. ¿Cómo hacer la
      reforma estructural en cuanto a los inmuebles que ocupan las
      escuelas públicas?
    5. El Bono
      Educativo
    6. La reforma
      fundamental
    7. Conclusión
    8. Algunas lecturas
      recomendadas.

    Introducción

    Después de
    vivir más de siete décadas bajo el control de un
    partido político, percibimos que no basta con colocar en
    el gobierno a otro
    partido, se hace necesario introducir reformas estructurales en
    todos los renglones de la vida política
    económica y social de México.
    Aquí pretendo hablar de las reformas estructurales en el
    sistema
    educativo.

    Antes que nada, pongámonos de acuerdo con lo que
    queremos entender por reformas estructurales.

    Cuando cambiamos de alfombra, pintamos la fachada, o
    instalamos nuevos muebles, estamos haciendo reformas que no son
    estructurales. Pero cuando pasamos la cocina a otro lado, hacemos
    un cuarto nuevo o ponemos losa en el techo, estamos haciendo
    reformas estructurales. Las reformas estructurales no son cambios
    simples, se puede decir que tiramos la vieja casa y construimos
    una nueva.

    Si hablamos de reformas estructurales en el campo educativo,
    no nos referimos a pintar la escuela, cambiar
    directivos, hacer otra aula o aumentar los subsidios; más
    bien estamos hablando de construir un nuevo sistema
    educativo. La justificación para esas reformas
    estructurales tiene que ver con la incapacidad manifiesta de lo
    que se tiene para lograr lo que se quiere. Como dice el adagio:
    "si el pino de tu jardín no produce las manzanas que
    apeteces, deshazte de él y planta el árbol
    adecuado". Es decir, las reformas estructurales no pueden partir
    de un simple capricho. Por tanto, hacer reformas estructurales en
    la educación
    equivale a hacer una revolución
    educativa, cambiar el barco viejo por uno nuevo.

    En este ensayo
    presentaré cinco propuestas para transformar el sistema de
    educación
    pública y por último agrego lo que llamo "la
    reforma fundamental".

    ¿Son necesarias las
    reformas estructurales en el
    sistema educativo
    mexicano?

    Hay que recordar que el actual sistema educativo se
    construyó con gran impulso por la "revolución
    mexicana", cuando México
    aspiraba a transformarse en una república socialista. El
    objetivo era
    tener un sistema educativo que formara los cuadros
    técnicos para hacer realidad los proyectos del
    Estado,
    concretados en las empresas de
    electricidad,
    telefonía, carreteras, hospitales,
    ferrocarriles, etc. Pero hoy el panorama ha cambiado, ya casi
    nadie aboga por construir una economía centralizada
    manejada por la burocracia
    política.
    No solo nuestro país sino casi todo el mundo está
    adoptando el camino capitalista y nuestro sistema educativo no
    fue creado para eso. Más aún, hay un divorcio casi
    total entre la nueva filosofía del país y la vieja
    filosofía del sistema educativo mexicano, por eso no
    funciona.

    Si nuestro sistema educativo tuviera capacidad de
    adaptación quizás no habría necesidad de
    reformar las estructuras.
    En tal caso, bastaría hacer algunos ajustes para que
    trabajara mejor, y nada más.

    Nuestro punto de vista es que, efectivamente, se requieren
    reformas estructurales. Poco se arregla dando más dinero a las
    escuelas, abriendo más universidades, cambiando de
    rectores, etc. Esas son reformas simples que resultan
    contraproducentes.

    Para comprender mejor la necesidad de estas reformas es
    necesario tener una idea clara del modelo
    educativo que hemos construido en México, ver sus características y entender sus
    dinámicas para saber por que no responde a las nuevas
    necesidades de México.

    ¿Cómo es el
    modelo
    educativo mexicano?

    Cuando queremos construir algo, siempre usamos "modelos", es
    decir, ideas abstractas que formamos en nuestra mente. En nuestra
    cabeza debe haber una idea de la silla, mesa o casa que deseamos.
    Esa idea la pasamos al papel,
    conseguimos la materia prima
    y ponemos manos a la obra para construirla. Casi nadie pega
    ladrillos sin tener una idea más o menos clara de lo que
    quiere. Igual sucede en la educación: en la
    cabeza de la gente que se encargó de la educación
    se elaboró un "modelo educativo"que servirá
    de guía para construir y organizar nuestras escuelas o
    universidades.

    En realidad, el origen de nuestro modelo educativo se remonta
    a los tiempos de Porfirio Díaz, cuando Justo Sierra
    ocupaba el Ministerio de Instrucción Pública. Pero
    Justo Sierra copió el modelo promovido por Horace Mann
    "Padre de la educación pública en Estados
    Unidos""
    . Desde entonces, el modelo subsiste y resiste
    en muchos países. El norteamericano Horace Mann
    convenció al Congreso de los Estados Unidos de
    que la educación era tan importante para el desarrollo del
    país que el gobierno
    debía encargarse del control total,
    así como de su financiamiento, para construir miles de escuelas
    públicas a lo largo y ancho de Norteamérica. En
    Europa el Partido
    Obrero Alemán, de corte comunista, también
    proponía :

    "Educación popular general e igual a cargo del Estado.
    Asistencia escolar obligatoria para todos. Instrucción
    gratuita".

    Representaba la visión que los comunistas tenían
    sobre la educación y que se extendió por todo el
    mundo.

    Así pues, en los Estados Unidos se creó un
    aparato burocrático llamado Departament de
    Education
    que manejaría un presupuesto
    enorme asignado por el Congreso. Su tarea consistía en
    construir nuevas escuelas, contratar profesores, seleccionar a
    los alumnos, elaborar los planes y programas de
    estudio que debían aplicarse obligatoriamente en todas las
    escuelas de Estados Unidos. Se creo así el modelo
    burocrático de la educación. Fue paradójico
    que en un país netamente capitalista construyeran un
    modelo comunista de educación. Hoy, después de 150
    años, ya se han dado cuenta del error y el Departament of
    Education ha cambiado radicalmente de funciones.

    ¿Antes de Horace Mann no había escuelas? Antes
    de que él entrara en escena ya había colegios,
    escuelas y universidades que no estaban sujetas al control del
    gobierno. Cualquier persona o
    grupo de
    inversionistas podía comprar un terreno, rentar o
    construir el edificio y fundar centros educativos con sus propios
    planes y programas. No
    necesitaban pedir permiso a nadie. Estas escuelas
    sobrevivían gracias al pago de colegiaturas que aportaban
    los alumnos o sus padres. También recibían
    donaciones privadas de los hombres de negocios que
    apreciaban la labor educativa.

    DOS MODELOS
    EDUCATIVOS

    Ahora ya podremos entender los dos grandes modelos que han
    existido en el campo de la educación:

    1. El MODELO ESTATAL (de Horace Mann) y el ii)
      MODELO EDUCATIVO LIBRE

    Es necesario caracterizarlos para entender cómo
    operan.

    i) EL MODELO EDUCATIVO ESTATAL

    Nos hemos acostumbrado, durante más de un siglo, a
    convivir con este modelo, que difícilmente advertimos que
    las cosas pudieran funcionar de otra manera. Es más, este
    modelo tomó tanta hegemonía, que se hizo rey
    único
    , mientras que el modelo de educación
    libre prácticamente desapareció de nuestro
    país. También se le conoce comúnmente como
    MODELO DE EDUCACIÓN PÚBLICA

    Los rasgos esenciales son los siguientes:

    1. Cuando dejamos que el gobierno sea quien controle la
      educación de un pueblo, en realidad estamos
      destruyendo una de las libertades más esenciales del
      hombre: la
      de elegir-dentro de múltiples opciones- la
      educación que queremos para nuestros hijos- a cambio de
      edificar un instrumento autoritario y burocrático: el
      monopolio
      estatal de la educación. ¿Tiene esto
      algún inconveniente? Dicen, los que defienden este
      sistema, que los funcionarios estatales deben hacer esta
      tarea porque así lo prometieron en su campaña
      política, son los más
      preocupados, los mejor intencionados, los que se desvelan
      para lograr un país culto. Pero este discurso
      tiene muchos contraejemplos; ni siquiera han sido capaz de
      eliminar el analfabetismo.

      Aún en el caso de que el Estado
      estuviera formado por gente muy bien intencionada es un error
      dejarles el monopolio
      de la educación. Es como si en una familia
      numerosa dejáramos que la abuela fuera la única
      persona que
      decidiera la ropa de todos. Dejar las decisiones en manos de
      una sola persona quizás sea bueno en un negocio
      privado, pero en el campo de la educación es
      equivalente a mandar a la guerra a
      un ejercito de ciegos dirigidos por un tuerto. Claro que algo
      podrán hacer, sin duda, pero seguramente
      perderán la batalla.

      Es posible que las buenas intenciones del monopolista le
      lleve a escoger, bajo su propio criterio, el mejor programa
      educativo para imponerlo a todos los niños.
      Quizás los obligue a aprender y jugar ajedrez la
      mayor parte del tiempo que
      pasan en la escuela o
      sólo deportes para que
      México sea el mejor país futbolero, etc. Por
      principio de cuentas,
      imponer un programa para
      todos tiene el defecto de que impide otras ideas que tengan
      otras personas preocupadas también por la
      educación. Con el monopolio se desaprovecha el talento
      de mentores que, por ejemplo, quieren formar biólogos,
      matemáticos, astrónomos, etc. Estas personas
      simplemente van a arrojar sus ideas al cesto de la basura
      porque tienen que aplicar lo que el Estado monopolista dice,
      aún cuando esté en desacuerdo. Infinidad de
      veces se ha visto en las escuelas primarias que las
      profesoras o profesores tienen que reprimir sus propias ideas
      porque solo está permitido aplicar lo que dice la
      Secretaría de Educación Pública (SEP) y
      saben que si desobedecen son castigados.

      La pobreza de la
      educación en México se explica porque solo el
      monopolista decide, esto es, porque no hay un sistema donde
      los profesores puedan reformar, innovar o desechar lo que
      consideren que es obsoleto. Todos tienen que aplicar lo que
      la oficina
      burocrática del gobierno indica a pesar de que se
      tenga la certeza de que está equivocado. Es necesario
      comprender que el Estado o los políticos que lo
      componen no siempre tienen la razón en cuanto a la
      educación. Es más, para mi gusto, rara vez la
      burocracia
      gubernamental piensa acertadamente porque le influyen
      factores de orden político y sus propios intereses. Y
      de esto hay muchos ejemplos.

      La últimas siete décadas que México
      ha sufrido el control de un partido autoritario muestran que
      mientras dejemos la educación de nuestros hijos a un
      grupo de
      políticos iluminados, los resultados serán
      pobres. De ahí que un reforma estructural urgente
      consiste en eliminar el monopolio de la educación. Y
      aunque por ahora suena a blasfemia, esto implica eliminar a
      la Secretaría de Educación Pública, tal
      como en los Estados Unidos hay gente que ya quieren borrar
      del mapa al Department of Education.

      Aclaremos: No se trata de construir otro aparato
      burocrático (una nueva SEP) que se haga cargo de toda
      la educación, tampoco se trata de pasar la responsabilidad a un monopolio privado. Por
      ejemplo, si toda la educación se dejara en manos de la
      iglesia
      luterana o del Tecnológico de Monterrey,
      estaríamos cometiendo el mismo error que antes. Estas
      instituciones tendrían la tendencia a
      uniformar a todos con la misma sotana y a la vuelta de un
      siglo estaríamos lamentado haber caído en la
      misma trampa.

      ¿Qué es lo que puede sustituir al
      monopolio educativo del Estado?

      La respuesta puede sonar un poco extraña dadas
      nuestras viejas costumbres, pero aquí va.

      Propuesta 1. Es necesario establecer la libertad
      para que la gente preocupada por la educación aplique
      sus propias ideas, sus modelos, sus sueños.
      Quizás a alguien se le ocurra hacer la universidad del piano o una escuela primaria
      inclinada a las matemáticas, o un colegio para formar
      empresarios. ¿Quién juzgará si tal o
      cual escuela es buena? El nuevo juez ya no debe ser el
      órgano estatal sino los mismos estudiantes o los
      padres de familia, que
      son los más interesados en que sus hijos reciban una
      buena educación para la vida. En la actividad de cada
      escuela, en la práctica de cada profesor y en el
      resultado observado en cada niño, los padres de
      familia evaluarán si una escuela es buena o no.

      Para que la gente, los profesores y directivos apliquen
      sus propias iniciativas es necesario crear un contexto que
      invite a los educadores a dar lo mejor de su talento.

      Por tanto, es necesario eliminar el control y la
      obligatoriedad de los planes y programas de estudio del
      gobierno. Quizás se pudieran dejar como una simple
      sugerencia, pero con toda la libertad
      para modificarlos, ampliarlos, renovarlos, etc. Los
      profesores y directivos podrían reunirse para revisar,
      evaluar y crear nuevos planes de estudio a fin de presentar
      su mejor oferta a
      la sociedad.
      Pero esto se puede hacer sólo si va acompañado
      de otros cambios estructurales. Si esta libertad y
      autonomía se diera hoy mismo, dentro del actual
      sistema burocrático, lo más probable es que la
      calidad
      empeoraría. Daría el efecto perverso que se
      observa en muchas universidades públicas donde la
      autonomía ha resultado contraproducente y reina el
      caos y la mediocridad. Veamos, entonces, qué otras
      reformas estructurales son necesarias para construir un buen
      sistema educativo en México.

    2. Control académico estatal centralizado. Me
      refiero a que el gobierno es quien decide lo que la gente debe
      saber o no saber. El Estado, a
      través de la Secretaría de Educación
      Pública (SEP) o alguna de sus universidades (UNAM),
      determina e impone los planes y programas de estudio a todas
      las escuelas y universidades del país. Casi todo mundo
      aceptó, sin mayor reflexión, que la autoridad,
      formada por los funcionarios, que de alguna manera escalaban el
      poder,
      fueran los elegidos para decidir lo que los niños
      y jóvenes, debían aprender. La pregunta es
      ¿por qué ellos? ¿Por qué creer que
      el alcalde, el gobernador o mismo presidente de la
      república es tan sabio que tiene la capacidad o el
      derecho de decidir la educación de la sociedad?
      Muchas veces hemos visto que quien sube al poder es
      miembro de algún partido político de dudosa
      respetabilidad, ¿por qué debemos confiar en ellos
      para que determinen la educación de nuestros niños? Cierto que los planes y programas
      no los decide el presidente de un país, pero sí
      lo hace el amigo, el cuñado o político que coloca
      en el ministerio de educación. ¿ Acaso por ocupar
      el puesto burocrático le cae del cielo toda la
      sabiduría como para imponernos un plan de
      estudios?
    3. Planteles "tierra de
      nadie".

    Aquí nos vamos a referir al inmueble, los edificios
    que ocupan las escuelas públicas.

    Deténgase, por un momento frente a una escuela
    pública y pregunte quién es el dueño. Ni
    el director, ni los profesores, ni los trabajadores, ni los
    alumnos, ni los padres de familia, ni el delegado, ni el
    gobernador, ni el presidente de la república es
    propietario. Nadie es dueño del edificio que ocupa la
    escuela, nadie posee el título de propiedad.
    Este es un problema más serio de lo que parece y tenemos
    que detenernos a revisar su importancia

    Observe que cualquier casa o edificio que no tiene
    dueño, sin duda, se echa a perder, se destruye, se cae.
    La razón es muy simple: cuando una casa tiene
    propietario, éste la cuida, le da mantenimiento, la pinta, le repone los vidrios
    rotos, etc. ¿Por qué la cuida? Porque es su
    patrimonio;
    si algo se destruye, el dueño se siente perjudicado en
    sus intereses. En el caso de una escuela pública, si se
    cae un muro, o se rompe un vidrio, el
    director no siente perjuicio en su propiedad,
    porque no es de él. Por eso vemos que las escuelas
    publicas están horribles, llenas de graffiti o
    descoloridas como si fueran cárceles.

    El discurso
    oficial dice que las escuelas públicas son del gobierno,
    pero esto no tiene sentido pues los gobiernos son entidades
    pasajeras, hoy está un funcionario, mañana otro y
    ninguno de ellos poseen las escrituras donde conste que son
    propietarios y por lo tanto a ninguno de ellos le interesa si
    se cae la escuela. Si acaso, los candidatos a la presidencia
    municipal dan pintura
    mientras andan de campaña sólo para comprar votos
    y después se olvidan. Así que hay que acabar con
    esa idea de que "las escuelas públicas son del
    gobierno"

    También se llega a decir que las escuelas
    públicas "son de La Nación" o del pueblo. Pero, como dice el
    dicho, lo que es de todos es de nadie. En realidad, se trata de
    un discurso demagógico de inspiración comunista y
    por lo tanto, perjudicial e insostenible.

    El sistema de construir escuelas "tierra de
    nadie" ha provocado que se pierdan una cantidad enorme de
    recursos
    públicos, es decir, dinero de
    los contribuyentes. Podemos ver la diferencia entre la escuela
    que construye Juan Pérez (el dueño) y la que
    edifica el gobierno. Veremos que ésta última
    envejece más rápido, las puertas se caen
    más pronto y los vidrios duran menos. Es más, un
    diputado en campaña, con tal de ganar votos ordena
    construir una escuela cara en un lugar inadecuado y al paso del
    tiempo el
    edificio queda abandonado o de plano destruido. El funcionario
    nunca va a reconocer que se equivocó, tampoco
    estará dispuesto a pagar el daño de su propio
    bolsillo, se ira impune, la sociedad habrá perdido y a
    nadie le preocupa… porque "es de nadie".

    Por supuesto que un propietario privado también se
    puede equivocar, pero sus errores los pagará de su
    propio bolsillo. Y si sus decisiones son muy malas, puede
    perder hasta la camisa y tendrá que dedicarse a otra
    actividad. Un propietario privado, por su naturaleza, no
    puede socializar las pérdidas como lo hace el
    burócrata estatal.

    ¿Cómo
    hacer la reforma estructural en cuanto a los inmuebles que
    ocupan las escuelas públicas?

    Propuesta 2.
    El cambio
    estructural aquí requiere que todos estos inmuebles
    tengan propietario privado, que sean de una persona, una
    sociedad
    anónima, una asociación civil, etc. Quienes
    sean los dueños del plantel cuidarán, al menos,
    que el edificio no se caiga, taparán las goteras o
    demandarán a quien cause alguna daño.

    El gobierno puede encargarse de corregir este error o
    delegar en una empresa
    privada , en la banca o un
    organismo no gubernamental. Hay varias alternativas.

    Se convoca a una subasta para vender el inmueble ( uno por
    uno) al mejor postor.

    • Lo pueden comprar los directivos del plantel.
    • Se le puede vender a los profesores que laboran en la
      escuela.
    • Se puede vender a alguna escuela privada que ya tiene
      experiencia en el campo educativo.
    • Lo puede comprar una persona que así quiere
      invertir su dinero.

    Cualquiera de estas alternativas es mejor que dejar que siga
    como "tierra de nadie". Además, con el producto de la
    venta se forma un
    fondo financiero para ayudar al desarrollo de
    la educación.

    Por alguna extraña razón, hay gente que pone el
    grito en el cielo cuando se habla de vender una escuela
    pública. Les parece tan inaudito como si
    quisiéramos vender la luna o las estrellas. Todavía
    hace 15 años nadie creía que se pudiera vender
    agua en
    botellas de plástico.
    Pero el mundo avanza y lo que antes era imposible hoy se hace
    realidad. En parte se explica porque la educación que nos
    impuso el estado tiene fuerte sabor comunista: "todo es de
    todos", "nada es de nadie", y por tanto, todavía se piensa
    que la propiedad privada es un pecado. Consideran que
    ningún mexicano debe tener el derecho de ser propietario
    de una escuela, de una iglesia o de
    un pozo petrolero, ¿y por qué no? ¿Acaso
    sólo los hijos de Hussein deben tener derecho?

    Algunos "intelectuales izquierdistas " piensan que si se
    privatiza una escuela los niños pobres no podrán
    estudiar; si se privatiza un templo los pobres no podrán
    rezar; si se privatiza un pozo petrolero nadie podrá
    comprar gasolina y así van por el estilo sus argumentos
    contra la privatización. Les parece imposible que el
    interés
    privado sea compatible con el interés
    social. Quien fuera dueño de un templo seguramente lo
    tendría en las mejores condiciones a fin de que se
    celebren muchas misas; el dueño de un pozo petrolero
    está interesado en hacer gasolinas, hule, plásticos,
    no para su familia sino para que lo disfruten miles de
    consumidores, etc. En realidad, toda empresa privada
    tiene, como interés fundamental, la de servir a un gran
    público pues de eso viven. ¿Qué razón
    tienen, los que se oponen a la privatización para que las escuelas se
    conserven como "tierra de nadie"? Jamás he escuchado una
    defensa razonable. Pero lo cierto es que las escuelas publicas
    con edificios de nadie y bajo control central del estado se
    transforman en una tierra de impunidad donde cualquiera puede
    robarse lo que quiera sin que nadie lo castigue. Por eso se puede
    ver que una universidad
    pública devora más recursos que
    cualquier universidad privada.

    Por desgracia, el movimiento
    contra la privatización todavía tiene demasiados
    adeptos: los sindicatos
    corruptos, la burocracia, los partidos
    políticos, etc.

    Aquí se requiere un cambio en las estructuras
    mentales de la gente. Es necesario abandonar la idea feudal de
    que todo es del príncipe (Estado). Sin embargo, la reforma
    estructural no puede esperar hasta que todos estén
    convencidos, pues quizás ese día esté muy
    lejano. Hay claramente un conflicto
    entre lo correcto (lo que se debe hacer) y lo socialmente
    aceptable, ¿cuál criterio debe imponerse? Creo que
    debe prevalecer lo que es correcto a pesar de que la
    mayoría piense lo contrario. A fin de cuentas, lo que
    es correcto termina, tarde o temprano, por cambiar la conciencia de la
    gente. Además, aquellos que estuvieron equivocados nunca
    acudirán para pedir disculpas o tan solo para reconocer su
    error. Pero estoy casi seguro de que
    cuando aparezca un grupo de profesores que le digan al gobierno
    "queremos comprar la escuela" contagiarán
    rápidamente a sus colegas en todo el país.

    1. Es decir, las escuelas son administradas por
      funcionarios que nada tienen que ver con la propiedad de la
      escuela, o peor aún, que son pagados por el
      Estado.

      A menudo le pregunto a las personas qué opinan de
      que una escuela esté administrada por un funcionario
      del Estado. Se encogen de hombros y dicen:
      "¿qué de malo tiene?…hay funcionarios
      buenos y funcionarios malos, basta escoger a uno
      bueno".

      La verdad es que el problema es más serio de lo
      que parece. Veamos a cualquier director de alguna primaria,
      preparatoria o universidad pública, tal como
      funcionan actualmente. Este funcionario logró el
      puesto ya sea porque lo puso el presidente de la
      república, por una votación populista de la
      comunidad
      universitaria, por escalafón de la burocracia
      sindical o porque se amafió con lo peor. Es alguien
      que no es propietario de la escuela, tiene sueldo seguro de
      parte del gobierno y permanece en el puesto sólo
      dos, tres o cuatro años. Se ve obligado a respetar a
      quien le hizo el favor de colocarlo en el puesto;
      tratará de llevar la fiesta en paz y
      reprimirá al que le "hace olas". Además,
      mientras esté en el puesto, buscará usarlo
      para garantizar su futuro político y
      económico. ¿Qué incentivos
      tiene para hacer mejoras o innovaciones en la
      institución? Creo que muy pocos. Por esa
      razón vemos que cuando acaba su mandato nos es
      difícil recordar alguna aportación
      interesante o mejora sustancial que le haya dado a la
      escuela. Cada funcionario termina con una historia
      gris, desabrida y a veces solo deja la impresión de
      que se robó lo que pudo. Otros concluyen con una
      gran frustración por no haber podido hacer nada. La
      inercia se los tragó.

      El manejo burocrático no sólo lo ejercen
      los altos funcionarios; también los profesores,
      investigadores y trabajadores de las instituciones públicas, cada uno en
      sus respectivos campos de acción. Cierto que hay
      gente en las escuelas con las mejores intenciones; pero se
      ven sepultadas por una aversión al cambio de los
      propios colegas. Además, como todos tienen el sueldo
      seguro, de por vida y con la protección del sindicato, la gente se asimila al sistema y
      pronto se adaptan: "teniendo el sueldo seguro qué me
      importa si la escuela funcione o no". Y así pasan la
      vida, esperando llegue el día de la
      jubilación y dejen su ingrato trabajo.

      El caso más patético, producto
      del manejo burocrático, se vio con la huelga
      que mantuvieron algunos alumnos en la UNAM durante casi un
      año. Poco les preocupó a los funcionarios,
      profesores y trabajadores que la universidad estuviera
      cerrada, ya que todos cobraban puntualmente sus quincenas.
      La razón de este comportamiento no está precisamente
      en la inmoralidad de los trabajadores sino en que se les
      pone el saco de burócratas, con sus "salarios
      seguros de
      base" y además…sin poder de decisión.

      Propuesta 3 . El cambio estructural consiste en
      evitar que quienes dirigen una escuela sean
      burócratas, esto es, simples asalariados. Es
      necesario encontrar una fórmula para que los
      directivos participen del riesgo.
      Esto no solo vale para las escuelas públicas,
      también para las privadas. El directivo tiene que
      saber que si la escuela fracasa, no solo pierde su
      quincena, sino también su patrimonio. Si el directivo no es el
      propietario total, al menos puede ser copropietario o
      accionista de la institución. Desde luego que este
      enfoque induce a eliminar el sistema de que el rector de
      una institución educativa tenga sueldo de gobierno.
      Más aún, nadie que se dedique a la
      educación debe estar en nómina gubernamental. No estoy
      diciendo que los funcionarios o profesores no tengan
      ingresos,
      sería insensato porque el estómago no se
      llena con rebanadas de aire, lo
      que digo es que es insano que sus ingresos
      provengan directamente del gobierno. Para ver los efectos
      nefastos del "cheque
      de gobierno" pensemos en los profesores de las escuelas
      primarias "oficiales" de Oaxaca ( y de otros estados). El
      efecto es que transforma a muchos profesores (no a todos)
      en verdaderos delincuentes, ya sea porque no van a dar
      clases (roban tiempo de docencia) o llegan tarde a la
      escuela rural o se dedican a labores sindicales, a hacer
      marchas a la Ciudad de México, o andan en las
      guerrillas zapatistas sin importar que los niños se
      queden varias semanas y hasta meses sin escuela.
      ¿Por qué ocurre este fenómeno con las
      escuelas de gobierno y no con las escuelas privadas? Cuando
      un profesor recibe cheque
      de gobierno sabe que trabaje o no trabaje su sueldo
      está seguro. Y si algún director quiere
      remediar la anomalía el profesor acude a su sindicato y quien termina en la calle es el
      director del plantel. Mientras no se corrija esta
      situación poco se puede lograr en el campo
      educativo. Luego, se requiere aquí de un gran
      cambio: eliminar el cheque de gobierno. Hacer este cambio
      estructural rompería, en buena medida, con la
      burocratización que padecen todas nuestras escuelas
      y universidades. Veamos cómo se puede hacer. Para
      ello, debemos pasar a la siguiente reforma estructural.

    2. Control burocrático.

      Las escuelas y universidades públicas viven de
      limosnas, también llamados subsidios o presupuestos (muy generosos, por cierto)
      Todos el
      dinero que necesitan lo reciben casi exclusivamente del
      gobierno y les está prohibido obtenerlo de otras
      posibles fuentes.
      Quizás este sea el mayor de los pecados capitales,
      pero aún es muy difícil entender el
      fenómeno de los subsidios. La gente se ha
      acostumbrado tanto a ellos que los ve con toda naturalidad.
      Cientos de instituciones gubernamentales, gobernadores,
      presidentes municipales, secretarías, hospitales y
      más de 5 millones de personas viven subsidiados es
      decir, recibiendo recursos directos del Estado. Esto sin
      contar a los 24 millones de alumnos que reciben
      educación subsidiada. ¿Por qué
      está mal?, ¿dónde está el
      error?

      Quizás las vemos con familiaridad porque desde
      niños nos acostumbraron a recibir "domingo" que era
      un regalo de nuestro padre para que lo usáramos como
      quisiéramos. Nunca nos pusimos a pensar de
      dónde papi sacaba los recursos que nos
      transfería. Nos acostumbramos tanto al subsidio de
      papá que cuando dejó de darnos, hicimos un
      buen berrinche y le aplicamos la "Ley del
      Hielo", le dejamos de hablar durante varios años,
      hasta que entendimos que teníamos que trabajar para
      lograr los dineros que necesitábamos.

      ¿De dónde saca el gobierno los recursos
      para subsidiar a la gente o a las instituciones? Lo primero
      que hay que entender es que no caen del cielo.
      Básicamente son cuatro fuentes
      importantes. Impuestos,
      petróleo, empréstitos y
      señoreaje.

      Impuestos. Son los que el gobierno le quita a las
      empresas, a los comerciantes, a los
      trabajadores, a los importadores y a los exportadores. Pero
      los impuestos
      nunca alcanzan para cubrir los gastos
      del gobierno. Hay que buscar otras fuentes.

      Petróleo. Basta colocar una manguera en
      nuestros pozos petroleros y llenar los barcos extranjeros.
      Juntando impuestos y petróleo tampoco alcanzan a cubrir el
      gasto gubernamental. Así que hay que buscar otra
      fuente.

      Empréstitos. El gobierno le pide
      dólares al país vecino para pagar los
      intereses de lo que le debemos y otro poco para completar
      el gasto. Pero los impuestos, el
      petróleo y los empréstitos tampoco son
      suficientes para completar el gasto de gobierno. Hay que
      buscar otra fuente.

      Señoreaje. Por desgracia el gobierno
      cuenta con una maquinita "mágica" que se alimenta de
      papel
      periódico y salen flamantes billetes
      impresos.

      En virtud a estas cuatro fuentes de ingresos el Estado
      se puede dar el lujo de mantener una pesada nómina con burócratas que no
      producen nada, puede saldar deudas, comprar muebles,
      regalar dinero a los ancianos y mantener escuelas y
      universidades "gratuitas".

      Pero si analizáramos cuidadosamente esta manera
      de organizar al país, rápidamente nos
      daríamos cuenta por qué México es un
      país rico lleno de pobres.

      Baste, por ahora, decir que este sistema de financiamiento gubernamental explica por
      qué nuestro país no se desarrolla de acuerdo
      a las necesidades de la gente. Un gobierno honesto nunca
      usaría el
      petróleo, ni viviría de prestado y mucho
      menos fabricaría billetes aprovechando la ignorancia
      del ciudadano, que sólo ve perder su poder
      adquisitivo sin darse cuenta quién se lo roba.

      Pero veamos más de cerca los sistemas
      subsidiados que por ignorancia o candidez también
      los aplica el sector privado.

      Supongamos que usted desea pintar su casa. Busca el
      mejor pintor y acuerdan el precio,
      suponga que por $5,000.00 le pinta toda la casa. Ahora,
      usted mismo diga si da lo mismo pagar todo antes de que se
      haga el
      trabajo que pagar cuando se ha concluido.

      Me atrevo a decirle que cuando se le paga por adelantado
      al trabajador, puede ocurrir que:

    3. Los subsidios.
    4. En lugar de empezar el lunes, iniciará
      el martes.
    5. En lugar de dos semanas ocupa tres.
    6. Dará unos cuantos brochazos y se va a descansar.

      Yo sé que hay trabajadores muy honestos, que
      aún cuando se les pague por adelantado
      tratarán de hacer bien las cosas, pero de diez,
      quizás solo encuentre dos o tal vez uno. Por cierto
      que no se les puede culpar de su mal comportamiento a los pintores. Más
      bien el culpable es usted que estableció el "sistema
      de pago por adelantado". El sistema solo respondió a
      las condiciones impuestas por usted… ¡y
      respondió correctamente! Ilusorio sería que
      respondiera de otra manera. Note la semejanza con el
      sistema subsidiado.

      Ahora analicemos qué pasa cuando usted establece
      el "sistema de pago hasta finalizar la obra".

      Le puedo garantizar que va a ocurrir los siguiente.

    7. Puede ser que el pintor desaparezca con nuestro
      dinero.
    8. El pintor va a llegar el lunes temprano con una
      sonrisa en los labios y va a trabajar "de sol a sol".
    9. Se va a esmerar por agradar al cliente.
    10. Si usted le reclama que una parte no está bien
      pintada, con una sonrisa en los labios lo corregirá
      hasta que usted quede a gusto.

    ¿Por qué se observan estas diferencias si se
    trata del mismo dinero y del mismo pintor?

    La razón radica en que cuando el pago es anticipado,
    el pintor ya no siente el riesgo de
    perder, pues ya tiene el dinero en
    el bolsillo; pero cuando se le paga después, el pintor
    siente el riesgo de que si no deja a gusto al cliente, lo
    pueden poner "de patitas en la calle". Esto lo obliga a hacer
    bien las cosas.

    El problema se complica y empeora cuando el que paga no es
    dueño del dinero. Este es el caso del subsidio
    gubernamental. El gobierno o los funcionarios no son
    dueños del dinero, ellos simplemente lo transfieren de
    las arcas de la nación a las escuelas.

    Si usted todavía no se convence de este
    fenómeno acuda a Garibaldi (donde hay muchos mariachis)
    y contrate al mejor. Suponga que le cobra mil pesos por cantar
    20 canciones. Si usted paga los mil pesos antes de que empiecen
    a cantar, obtendrá un resultado diferente que si les
    dice "canta una, si me gusta te la pago y quizás te pida
    otra canción". Observe usted atentamente la calidad y la
    duración de las veinte canciones. Le puedo asegurar que
    en el primer caso el mariachi ejecutará muy bien solo
    las primeras canciones, pero la calidad se va empeorando y las
    canciones se van haciendo más cortas; En el segundo
    caso, se mantendrá la calidad desde la primera hasta la
    última canción y no se observa acortamiento.
    ¿por qué se ven diferencias si se está
    usando la misma cantidad de dinero y el mismo mariachi? La
    razón se encuentra en que, en el primer caso, usted los
    burocratizó; en el segundo, mantuvo un sistema de
    competencia.
    Son dos situaciones con riesgo diferente; en el segundo caso el
    mariachi sabe que si canta mal una canción, pierde al
    cliente, y eso le induce a hacer lo mejor que puede.

    Un ejemplo más: Cuando se creó el Instituto
    Nacional para la Educación de los Adultos se hizo con un
    fin noble: acabar con el analfabetismo. Pero se le introdujo el sistema
    de subsidio. Esto ha provocado que después de 20
    años de existencia, no sólo no se ha acabado con
    el analfabetismo sino que hay quien dice que se ha
    incrementado. La razón es muy simple. Si este instituto
    acabara con el analfabetismo se terminaría su
    razón de ser, es decir, se les acabaría la
    "chamba". Miles de funcionarios y alfabetizadores
    acabarían en la calle. En otras palabras, los intereses
    personales ( de seguir cobrando un salario)
    entran en contradicción con los objetivos
    del instituto. Y como el INEA lo manejan personas, finalmente
    prevalecen los intereses de las personas y mantienen una
    situación tal que preserven sus intereses
    personales.

    Otro ejemplo. Hay empresa de gran
    prestigio que con el fin de ayudar a la educación en
    México creo una escuela privada en la Ciudad de
    México para que los niños más aplicados
    estudien "gratis", es decir, no paguen colegiaturas.
    ¿Quién se hace cargo del pago de profesores,
    directivos y trabajadores así como los gastos de
    mantenimiento de la escuela? Pues la empresa
    privada, es decir, toma parte de sus ganancias y cubre el gasto
    de la escuela. En otras palabras, introdujo el sistema de
    subsidio. Pues por esta sola razón, la escuela tiende a
    no trabajar a su mejor nivel, tiende a burocratizarse, y es
    posible que se convierta con el tiempo en un verdadero dolor de
    cabeza para aquellos que tuvieron la buena intención de
    hacer algo bueno por la educación.

    Se podría abundar en cientos de ejemplos, todos para
    demostrar que cuando los profesores, directivos o trabajadores
    tienen seguro el sueldo pierden el incentivo para hacer bien su
    trabajo. Y esto es lo que genera el "cheque del gobierno". No
    solo ocurre con los funcionarios; en realidad sucede igual con
    cualquier trabajador al que se le asegure el sueldo de por
    vida, aún cuando sea en una empresa
    privada. Los sueldos seguros, muy
    apreciados por los socialistas, son característicos de los sistemas
    burocráticos y explican perfectamente por qué en
    los viejos países socialistas la gente perdió el
    interés por innovar o tan solo mejorar su trabajo.
    Más bien, lo que se genera es una conducta
    displicente: se dedica el menor tiempo posible y el menor
    esfuerzo intelectual. El trabajador dice "de todas maneras me
    pagan, ¿para qué preocuparme?". El ingrediente
    "riesgo" es más importante de lo que imaginamos.

    Al gobierno poco le importa si el dinero es bien usado o no.
    Así, el subsidio se transforma en una especie de
    narcótico que corroe las conciencias de los profesores,
    de los funcionarios, de los alumnos y a la misma
    institución.

    Nuestras escuelas y universidades subsidiadas
    (públicas o privadas) se van transformando en centros de
    simulación donde los profesores hacen
    como que enseñan; los alumnos hacen como que estudian;
    los directivos hacen como que dirigen; y los trabajadores
    simulan que trabajan. Mientras más lejos se encuentra el
    subsidiador más rápido se degenera la
    institución subsidiada.

    En resumen. Si queremos construir buenas escuelas, de la
    mejor calidad, innovadoras y preocupadas por dar el mejor
    servicio
    educativo a los niños y jóvenes, la moraleja es
    que nunca debemos imponerles un sistema de subsidio.
    Esto es válido para escuelas de gobierno como para
    escuelas privadas.

    Ya que estamos proponiendo que las escuelas de gobierno no
    reciban subsidios, es decir, fondos públicos, la
    pregunta inmediata es: ¿De qué va a vivir una
    escuela?, ¿Con qué dinero va a pagar a los
    profesores, directivos y trabajadores?. La respuesta es muy
    simple:

    Propuesta 4. Toda escuela o universidad debe
    sostenerse fundamentalmente de las cuotas y colegiaturas de sus
    clientes (los
    alumnos). Este debe tomarse como un principio
    básico de funcionamiento, tal como funciona cualquier
    empresa capitalista.

    Sé muy bien que a muchos izquierdistas no les gusta
    que los alumnos paguen por el servicio
    educativo que desean. Piensan que al pagar colegiaturas la
    educación se transforma en mercancía (¿y
    qué tiene de malo?). Y piensan que "el Estado tiene el
    deber de educar sin cobrar". El problema es que con estos
    mitos es
    como se generan los sistemas burocráticos y costosos y
    nunca se logra el objetivo de
    que el alumno reciba una buena educación. ¿Por
    qué los izquierdistas abogan por los sistemas
    burocráticos? Creo que es por motivos de ignorancia o
    porque todavía añoran los viejos esquemas
    socialistas. Pero hay que informarles que ya cayó el
    muro de Berlín y que ya desapareció la
    Unión Soviética y no hay marcha atrás.

    e) Educación gratuita.

    Muchos argumentan contra la privatización de los
    planteles bajo el argumento de que los alumnos pobres se
    quedarían sin posibilidades de estudiar. Es un argumento
    falaz pues en realidad son dos problemas
    distintos, es decir, mantener un sistema de educación
    gratuita no tiene nada que ver con la política de
    privatización de los inmuebles. Por ejemplo, Milton
    Friedman propuso hace tiempo que se puede crear un sistema de
    "Vouchers" o cheques
    usando el mismo presupuesto que
    el gobierno destina a la educación. Es decir, todos los
    alumnos que quieran estudiar acuden a una oficina del
    Estado o un banco para
    recibir el cheque que habrán de pagar en la escuela
    pública de su preferencia. Se trata de un sistema de
    educación gratuita pero que no subsidia escuelas sino
    alumnos. También se le llama sistema de subsidio a la
    demanda. El
    problema de este sistema de educación gratuita a base de
    vouchers es que le da la gratuidad a toda la gente, sea pobre o
    rica y el resultado final es que quien lo aprovecha- hasta
    concluir sus estudios- son los mejor ubicados
    económicamente. Aún con esta falla, funciona diez
    veces mejor que el sistema de subsidio directo a las
    escuelas.

    Un paso mejor es cuando se obliga a pagar a quien tiene
    dinero y solo se da educación gratuita a quien no tiene
    recursos. Y mejor aún cuando no importa si el alumno
    tiene recursos o no: "todos pagan" . Veremos más
    adelante que esto es perfectamente posible y más
    justo.

    No importa cuál sea el caso, lo importante es que la
    escuela (pública o privada) viva de las colegiaturas que
    pagan los alumnos y no de los subsidios del gobierno ni de una
    empresa privada.

    Si establecemos que las llamadas escuelas públicas ya
    no vivan de subsidios sino de las colegiaturas de sus alumnos,
    estaremos formando un nuevo concepto de
    "escuelas públicas" ya no en razón de que sean
    mantenidas por el gobierno sino porque estén interesadas
    de dar un buen servicio al publico. ¿Y cómo se
    garantiza esto? Veamos:

    Cuando el estudiante paga una colegiatura a la escuela, se
    genera una relación comercial donde quien recibe el dinero
    (la escuela) se ve obligada a dar un buen servicio; mientras que
    el que paga (el alumno) adquiere el poder de un cliente y puede
    exigir y castigar a la escuela que no funcione bien;
    ¿cómo? Simplemente cambiándose a otra
    escuela. De esta manera, la gente que labora en las escuelas de
    gobierno tendrán qué entrar en razón y saber
    que si siguen faltando a clases, haciendo marchas, huelgas o
    guerrillas, se quedarán sin comer porque los alumnos
    tomarán la decisión de cambiarse a una escuela
    donde sí trabajen los profesores. Las escuelas que
    trabajen bien, tendrán más clientes y con
    ello más dinero que puede mejorar sus ingresos
    sustancialmente, sin límites ni
    topes gubernamentales.

    EL BONO
    EDUCATIVO

    La reforma mínima.
    La primera reforma estructural que debería contemplar el
    gobierno que en verdad tuviera la voluntad de mejorar el sistema
    educativo es precisamente la introducción del BONO EDUCATIVO
    (voucher) a fin de eliminar el sistema de subsidio directo a las
    escuelas y universidades. Es una reforma que casi nadie tiene
    argumentos con qué oponerse pues se mantiene la gratuidad
    de la educación y las escuelas empiezan a tomar mayor
    interés por mejorar sus servicios. Los
    sueldos de los docentes mejoran, etc.

    El bono educativo tiene sus virtudes pero también sus
    defectos. Con el bono educativo el alumno paga en la escuela de
    su preferencia, pero en realidad no le cuesta de su bolsillo,
    él simplemente es como un distribuir de los fondos
    públicos dedicados a la educación. Pero tiene la
    virtud de que el estudiante se transforma en una especie de
    "juez" que evaluará y premiará o castigará a
    la escuela según su buen o mal funcionamiento.

    Hay que reconocer que aunque el bono educativo tiene
    virtudes notables, no resuelve el defecto de la
    "educación gratuita".

    En efecto, el sistema de educación gratuita guarda una
    apariencia de tanta bondad que muy pocos se atreven a criticarlo
    y menos a eliminarlo. ¿Quién tendría el
    malvado corazón de
    promover que la educación se pague, como se paga al
    peluquero por un corte de cabello, o por una cerveza en la
    cantina? "La educación no es mercancía, es
    más bien una obligación del Estado"- dicen los
    comunistas. Lo curioso es que hasta Carlos Marx
    estaba en total desacuerdo con el "sistema de educación
    gratuita". Marx decía
    que tal sistema solo buscaba educar a los ricos pasándole
    la cuenta a los pobres. ¡Y no estaba tan equivocado!

    Bueno, pues déjenme decirles que mientras convivamos
    con esta manera de ver a la educación, jamás
    seremos un pueblo culto. Para probar lo que digo, basta recordar
    que esta es la filosofía que hemos aplicado durante casi
    un siglo y México no ha alcanzado el nivel de "pueblo
    culto". Los soviéticos y los cubanos también
    aplicaron esta filosofía y de poco les sirvió. La
    URSS con todo y los millones de científicos, ingenieros y
    licenciados formados "gratuitamente" por el Estado socialista no
    pudieron detener su desaparición. Lo mismo se puede decir
    de Cuba, donde el
    Estado quemó todos sus recursos para educar "gratis" a la
    gente y de poco les ha servido en cuanto a la creación de
    condiciones materiales
    para satisfacer las necesidades de esa gente. El asunto es
    bastante espinoso y complicado.

    Es necesario acabar con el mito de la
    "educación gratuita" porque, como dice Milton Friedman
    Premio Nóbel de economía "no hay
    sandwich gratis", porque alguien lo tiene que pagar. Quien tome
    una cerveza, si no la
    paga de su bolsillo alguien la tuvo que pagar, porque no caen del
    cielo. Quizá el tendero, si te la robaste; quizá tu
    amigo, que te invitó; o tal vez todos cooperaron para que
    te emborracharas "gratis". Pero alguien tuvo que pagar.
    También es importante saber si te la pagó por su
    voluntad o si fue a su pesar.

    Cuando se plasmó en la Constitución Mexicana el sistema de
    educación gratuita, nadie tenía la capacidad de
    analizar que estaban cometiendo un grave error. El Estado se
    obligaba a dedicar parte de los impuestos a construir escuelas,
    contratar profesores y educar a la gente,. ¿Qué de
    malo hay en ello? Nadie se opuso.

    Sin embargo, se cometen dos tipos de injusticias, a saber.

    A muchos se les quita el dinero (impuestos) sin que reciban
    nada a cambio, es una injusticia del tipoI; a otros se les
    "otorga" dinero sin que den algo a cambio, es injusticia del tipo
    II. Tal es nuestro sistema.

    Cuántas veces no hemos visto la cara afligida de los
    padres de familia cuyos hijos son rechazados en una universidad
    pública…a pesar de que esa universidad se mantiene con
    los impuestos de estos padres afligidos. Es una injusticia que
    equivale a pagar por entrar al cine y te
    cierran la puerta en las narices. ¡No se vale!

    Cuántas veces no hemos visto que entran a la
    universidad pública jóvenes manejando
    automóviles lujosos, estudian su carrera, su
    maestría y doctorado sin pagar un solo centavo a pesar de
    que tenía dinero. En realidad, su "educación
    gratuita" la costean miles de trabajadores que jamás
    verán en sus hijos el beneficio de su "inversión".

    En fin, el sistema de educación gratuita que hemos
    creado es tan injusto que se parece a una gran fiesta donde unos
    pagan pero no disfrutan la fiesta, ni siquiera les dejan entrar y
    otros disfrutan la fiesta sin que les cueste un solo centavo.

    Además, este "bondadoso" sistema de educación
    gratuita nos ha conducido a resultados vergonzosos. Por
    ejemplo

    • Sólo dos de cada cien alumnos que inician la
      primaria en escuelas públicas logran un título
      universitario.
    • El costo
      promedio de los alumnos inscritos en universidades
      públicas es semejante y muchas veces superior a la
      colegiatura en universidades privadas.
    • Formar un ingeniero titulado en la UNAM, el IPN o en
      cualquier otra universidad pública sale más caro
      que si se le hubiera mandado a hacer su carrera en una
      universidad privada de prestigio en los Estados Unidos.
    • Si observamos con cuidado quién se titula en las
      universidades públicas, veremos que no son precisamente
      los estudiantes desarrapados que alguna vez entraron con el
      sueño de hacer una carrera. Más bien, se titulan
      los que estaban en las condiciones económicas menos
      desfavorables. Los alumnos pobres solo son el pretexto para
      recibir subsidios, pero pronto se le excluye de las escuelas
      públicas. Con este resultado se muestra que es
      un mito que la
      universidad pública actual está para servir a los
      alumnos de escasos recursos.
    • Y para rematar la "bondad" del sistema de educación
      gratuita, resulta que los alumnos titulados salen formados con
      la conciencia
      de esclavos, es decir, salen con su flamante título a
      buscar un patrón que los ocupe. Muchas veces ni se
      atreven a preguntar por el sueldo, les basta la promesa de una
      quincena segura. Si no encuentran empleo en el
      campo de su especialidad, aceptarán cualquier trabajo.
      Finalmente, se alquilan para manejar un taxi. No es una
      vergüenza ser taxista pero…¿Cuánto
      pagó la sociedad mexicana, los campesinos y obreros para
      formar un chofer de taxi? ¡Más de un millón
      de pesos! ¿Qué no significa esto tirar el dinero
      por la alcantarilla?

    Definitivamente, no es posible que sigamos manteniendo este
    sistema injusto, inhumano y depredador de recursos
    económicos. Es necesario hacer un cambio estructural en
    este renglón. Es necesario eliminar el demagógico
    sistema de "educación gratuita".

    Sin embargo, no se trata de salir de Guatemala y
    entrar a "guatepeor". Tenemos que crear algo mejor para todos.
    Aquí va la propuesta de cambio estructural.

    Un nuevo concepto del
    derecho a la educación.

    Es necesario establecer el derecho a la educación no en
    el sentido de que "alguien" te la debe proporcionar gratis, sino
    más bien en el sentido de que nadie tiene el derecho de
    impedirte que adquieras la educación que deseas. Puedes
    estudiar lo que se te pegue la gana con la única
    condición de que la pagues; "tú disfrutas,
    tú la pagas", no pretendas disfrutar a costillas del
    vecino. Se trata de aplicar el principio simple de justicia que
    dice: "Tómate todas las cervezas que quieras, pero
    págalas tú". Me encantaría saber si hay
    alguien que se oponga justa y seriamente este enfoque, yo nunca
    lo he encontrado, todos entienden que así debe ser.

    No hay pretexto, todos pueden estudiar.

    Claro, hay una objeción obvia de temporalidad. Se
    refiere a aquellos jóvenes que quieren estudiar y no
    tienen recursos hoy, pero eso no es problema, se puede resolver
    sin perjudicar a nadie.

    Propuesta 5. El gobierno puede crear un banco especial
    que brinde préstamos a los estudiantes, no solo para que
    paguen su colegiatura, sino para que compren sus libros,
    alquilen un cuarto, adquieran su computadora,
    un auto en fin, lo que necesiten. Cuando terminen su carrera se
    les pueden dar 20 años para que paguen hasta el
    último centavo. Así se crea un fondo revolvente que
    sirve para ayudar a todos los estudiantes que necesiten recursos
    económicos.

    Ningún estudiante tendría el pretexto de que no
    estudia por falta de recursos. Sea pobre, de clase media o rico
    tendría a su disposición los fondos necesarios para
    estudiar donde quiera, en México o en el extranjero. Claro
    que al terminar, tendría que empezar a regresar el dinero
    que disfrutó, pero lo regresa el nuevo profesionista, no
    el alumno pobre. Este sistema de préstamos para los
    estudiantes se puede aplicar fácilmente desde la
    preparatoria, luego la universidad, maestría y
    doctorado.

    Si se eliminara el sistema de "educación gratuita"
    nunca tendríamos problemas de
    escasez de recursos para la educación, ya que todo
    regresaría, a diferencia del sistema actual en el que todo
    lo que se destina a la educación va a "fondo perdido" es
    decir, nada se recupera. Esta sería una verdadera forma de
    invertir en educación y toda la sociedad sale ganando.

    Además, el simple hecho de que la educación
    tenga un precio obliga
    al estudiante a reflexionar si quiere estudiar o no determinada
    carrera. Esto hace una gran diferencia con la situación
    actual donde la gente estudia simplemente porque "es gratis". De
    esta forma no se da cuenta de los recursos que consume y del
    tiempo que invierte. Esta es la razón por la que muchos
    estudiantes usan hasta el doble de tiempo para terminar una
    carrera en una universidad pública. Pero cuando la
    educación cuesta, el alumno trata de usar el menor tiempo
    posible y más rápido se integra producir bienes y
    servicios que
    requiere la sociedad . Además, el alumno se hace exigente
    con la escuela pues no va a consentir que el profesor falte a sus
    clases cuando se le dé la gana o que sea víctima de
    acoso sexual para lograr una buena calificación. En fin,
    muchos vicios se corrigen cuando la educación se maneja
    "como una mercancía".

    Antes de pasar a la última propuesta de reforma
    estructural, quizás la más importante, me
    gustaría señalar una preocupación.

    He demostrado que el sistema educativo mexicano, creado desde
    hace más de un siglo, adolece de muchos defectos.
    Señalaré uno más que me parece muy
    preocupante, y que agrega un motivo más para hacer cambios
    estructurales.

    Me refiero a la mentalidad que nuestro sistema educativo
    imprime en los niños, jóvenes y profesionistas. No
    sólo en las escuelas y universidades públicas sino
    aún en las privadas se forma a la gente para que piense en
    términos de subordinación, es decir, para que se
    conceptúe como empleado, como trabajador de alguien. No
    estoy diciendo que ser empleado de alguien sea una
    vergüenza. Más bien quiero decir que la
    filosofía de nuestro sistema educativo debería ser
    el de formar empresarios, gente con iniciativa, emprendedores que
    en lugar de buscar "una chamba" salen a formar empresas y crear
    cientos y miles de nuevos empleos y generar nuevos bienes y
    servicios, para satisfacer las necesidades, gustos y preferencias
    de la sociedad. Solo los viejos países socialistas se
    empeñaban en formar a toda la gente como empleados en
    virtud de que al terminar sus estudios solo tenían la
    oportunidad de ser trabajadores del Estado. Pero eso, por fortuna
    ya va quedando atrás en la historia, y hoy es necesario
    que nuestro sistema educativo intente formar un nuevo tipo de
    profesionista. Por otro lado, nuestro viejo sistema educativo
    imprime una visión anticapitalista a los jóvenes,
    los educa para un mundo comunista y por eso vemos que los alumnos
    odian todo lo que suene a capitalismo,
    son anti-norteamericanos, adoran a Carlos Marx, al
    Che Guevara y
    no falta quien se enliste en las filas de la guerrilla
    terroristas para "acabar al neoliberalismo
    y la
    globalización". Los jóvenes se hacen así
    a semejanza de sus profesores que así piensan. Esto debe
    llamarnos seriamente la atención pues por un lado la sociedad trata
    de construir ambientes capitalistas y por otro lado nuestras
    universidades públicas crean a los destructores del
    mercado.
    Además, muchos jóvenes terminan inadaptados,
    frustrados y confundidos porque la educación que reciben
    no concuerda con lo que se necesita.

    Estoy convencido de que si se hicieran las reformas
    señaladas se lograría un cambio sorprendente en
    mentalidad no solo de los alumnos, sino también de los
    educadores, de los funcionarios y trabajadores de cada
    institución educativa.

    No he hecho ningún señalamiento respecto al
    contenido de los nuevos planes y programas de estudio. La
    razón es deliberada pues se trata de no imponer una nueva
    camisa. Más bien se trata de que cada escuela piense en lo
    que le dará ventajas a fin de poder ser competitiva con el
    resto de los planteles. Con base en la sana competencia que
    se genere, surgirán nuevos planes de estudio, innovadores,
    actualizados y pertinentes.

    LA REFORMA
    FUNDAMENTAL

    Finalmente, hablemos del cambio estructural más
    importante.

    Todos queremos cambios, pero queremos que otros lo hagan.
    Se los pedimos al Presidente de la República, a la
    Cámara de diputados, a la de senadores. No podemos seguir
    rogando que otros nos vengan a arreglar la casa. Tenemos que
    cambiar nuestra actitud
    mental. Tenemos que pensar que los otros no son los que van a
    realizar los cambios que nosotros queremos. Los únicos que
    pueden hacer los cambios que queremos somos nosotros mismos.
    Tenemos que poner nuestro cerebro y
    nuestras manos a trabajar. Con más precisión:
    tenemos que asumir el liderazgo del
    cambio. Convenzámonos: No va a caer del cielo el salvador
    que arreglará nuestros problemas. Sólo nosotros
    debemos asumir la responsabilidad.

    Por fortuna, hoy México cuenta con un nuevo ambiente
    político Ya no está en el poder el viejo partido
    que durante setenta años mantuvo a la gente con las manos
    atadas. Es decir, hoy los cambios dependen de nosotros mismos,
    dependen de que tomemos la iniciativa los que tenemos una idea
    nueva de cómo debe ser el mundo.

    Quizás sea muy difícil que las viejas
    escuelas de gobierno puedan cambiar como queremos. Muchas de las
    universidades se han convertido en verdaderas trincheras de los
    grupos de
    izquierda que todavía piensan en convertir a México
    en una República socialista. Otras se han convertido en la
    fuente de recursos de partidos
    políticos y otras más en fortalezas sindicales
    que lo que menos les importa es la educación, pero que
    defienden a capa y espada sus prebendas. Difícilmente se
    podrá convencer a todos estos intereses de cambiar por el
    bien de la nación.

    Es posible que el Presidente de la República
    comprendiera la necesidad de los cambios planteados pero tiene en
    su contra una cámara de diputados comunista, una
    cámara de senadores priista y a funcionarios con poca idea
    del nuevo proyecto de
    nación que debe tener México.

    Si no podemos transformar la vieja maquinaria
    ¿qué podemos hacer? Me parece que lo más
    sensato es crear una nueva.

    EL MODELO EDUCATIVO LIBRE.

    Es el que se crea por la iniciativa de la sociedad civil.
    Este modelo no obedece a controles gubernamentales, vive de los
    clientes, soporta y respeta la libre competencia, está
    sujeto al juicio severo de los clientes y sabe que si no es capaz
    de dar la educación que demanda el
    mercado se mueren
    de hambre pues no recibe subsidios de gobierno. Este es
    propiamente el modelo que armoniza con el sistema
    capitalista.

    El creador. Si asumimos que el desafío es crear
    un nuevo sistema educativo- el modelo educativo libre-, una
    pregunta crucial que hay que resolver se refiere al sujeto del
    cambio, es decir, ¿quién deberá ser el
    creador de tal sistema. Mi respuesta es que no puede ser el
    gobierno. ¿Entonces quién? La solución es
    LA INICIATIVA PRIVADA. En realidad no hay demasiadas
    alternativas. Se podría pensar también en las
    ONG´s ,
    las iglesias, las asociaciones civiles, las sociedades
    anónimas y por todos aquellos que estén
    interesados por la educación ( exceptuando a los gobiernos
    ).

    Espero demostrar, en otra ocasión, que en realidad no
    existe justificación de carácter
    moral, etico o
    económico que justifique la existencia de "escuelas de
    gobierno".

    En esta tesitura, veamos algunas acciones
    concretas que se pueden realizar sin mayor dilación.

    1. El sector privado debe crear nuevas escuelas y
      universidades de todo tipo, en todos los niveles y en todos
      los lugares. Tal como ya lo está haciendo
      TV-AZTECA.
    2. El sector privado puede reunir capitales para financiar a
      aquellos que tomen la iniciativa de fundar una nueva escuela.
      Por ejemplo, Banco Azteca puede ofrecer créditos para aquellos profesores que
      se arriesguen a abrir una escuela primaria, secundaria,
      preparatoria, etc.
    3. El sector privado puede crear una banca que
      brinde créditos a los alumnos que deseen
      estudiar en universidades privadas o en el extranjero
    4. Las universidades privadas ya existentes deben asumir
      total autonomía respecto al Estado y disponerse a
      crecer en todas direcciones. No deben sujetarse a que el
      gobierno apruebe sus planes de estudio o crecimiento. Los
      únicos capacitados para determinar si sus programas
      valen la pena son sus clientes.

    Estos últimos cuatro puntos ya son perfectamente
    posibles en el México del siglo XXI, aunque quizás
    se requiera ganar algunas batallas legales, herencia del
    viejo sistema político. Pero el requisito fundamental es
    un cambio de mentalidad en nosotros mismos. Por ejemplo, se
    requiere definitivamente cambiar nuestra idea de que la
    educación es responsabilidad del gobierno, Ahora se debe
    ver como una responsabilidad de la sociedad civil;
    Se requiere dejar de ver a la educación como una actividad
    "sin fines de lucro", ahora se tiene que ver como una gran
    oportunidad de negocios.

    Hay quien todavía piensa que la educación no
    debe permitir ganancias. Incluso en la declaración de
    principios de
    las universidades privadas reza un párrafo
    que la institución se dedicará a educar sin fines
    de lucro. Esta es una idea que se viene arrastrando desde tiempos
    de santo Tomás de
    Aquino (siglo XIII) y hace ver que obtener alguna ganancia es
    pecado capital. Los
    comunistas retoman ésta idea diciendo que la
    educación no puede considerarse como si fuera una
    mercancía. El problema es que cuando algo no es
    mercancía entonces es imposición. En efecto, la
    mercancía tiene la virtud de tener que conquistar el
    interés o el gusto del cliente de tal manera que si le
    gusta lo que le ofreces te pagará voluntariamente. Se hace
    el intercambio y tanto el oferente como el demandante salen
    beneficiados: unos se lleva el bien a cambio del dinero y el otro
    se lleva el dinero a cambio del bien. Es una transacción
    voluntaria donde ambos salen ganando, ambos se enriquecen, tal
    como ya lo había estudiado Adam Smith
    hace más de doscientos años. Pero cuando algo no es
    mercancía, no está sujeta a los gustos del cliente
    y a su voluntad de intercambiar. Luego una de las partes le
    impone al otro. Es decir, se trata de un intercambio
    involuntario, forzoso y hasta violento. En China los
    gobiernos autoritarios de la Dinastía Ming llegaban a
    aplicar azotes a los niños que no aprendían la
    lección del gobierno. En la Constitución Mexicana todavía se
    puede leer que la educación primaria es obligatoria. Y en
    nuestras universidades hay alumnos que se les impone el estudio
    de una carrera que quizás está muy lejos de sus
    intereses. Estos son rasgos de una educación que no es
    tratada como "mercancía". A los socialistas les encanta
    este enfoque porque su sistema de ideas les conduce a imponer en
    lugar de convencer, que es lo que haría un
    comerciante.

    CONCLUSIÓN

    Este ensayo se hizo
    pensando en las posibilidades de reformar nuestra maquinaria
    educativa. He dado propuesta que de llevarse a cabo (aunque
    sólo fuera una de ellas) cambiaría
    drásticamente el sistema actual. Sin embargo, mientras
    escribía las siguientes reformas estructurales necesarias
    me sentía como si me hubieran pedido un avión para
    surcar los cielos y tuviera que hacerle cambios a una vieja
    locomotora: ya le puse alas, le pegué unas turbinas, le
    adapté un radar…¡pero mi locomotora no logra
    levantar el vuelo! Quizás por razones sentimentales cuesta
    trabajo reconocer que nuestro sistema educativo ya no da
    más. ¿Cómo aceptar que está acabado
    si allí hicimos desde la primaria hasta el doctorado? Me
    recuerda aquella situación que vivió la
    Unión Soviética donde la obsolescencia, el atraso,
    el burocratismo y la corrupción
    pedía reformas al Partido Comunista, a las instituciones
    económicas, pero nada daba resultado hasta que se
    dispusieron a derribar y enterrar al viejo país de Lenin y
    dejar que surgiera una Rusia nueva. Creo que algo semejante
    sucede con nuestra educación y con otros renglones de
    nuestra vida.

    Si no lo aceptamos hoy, será mañana pero
    tendremos que concluir que el actual sistema educativo ya no
    tiene remedio, hay que sustituirlo por uno nuevo. No
    tendrá que ser una tarea del Estado sino de los
    particulares, de la sociedad, de los empresarios, de la
    iniciativa privada. Tampoco es necesario que el gobierno
    dé el banderazo de salida. Es necesario tomar la
    iniciativa desde ahora.

    Deseable sería que los recursos que el gobierno
    destina a la educación sirvieran para crear el nuevo
    sistema educativo en lugar de sostener el viejo cadáver,
    pero todavía resulta casi una utopía: la burocracia
    se resiste, el dinosaurio no tiene vocación de suicidio.

    Si la iniciativa privada toma vigorosamente en sus manos la
    tarea de crear nuevas escuelas, colegios, institutos y
    universidades el panorama cambiará en un plazo no muy
    lejano, para bien de México. Solo de esta manera podremos
    insertarnos en el nuevo mundo caracterizado por economías
    libres, abiertas y competitivas.

    Algunas lecturas
    recomendadas.

    Bendfeldt Juan. LA PRIVATIZACION:
    UNA OPORTUNIDAD. CEES. GUATEMALA

    Blaug Mark. EL BONO ESCOLAR. Unión Editorial. S.A.
    1983

    Friedman Milton. FREE TO CHOOSE. Chapter VI. 1980

    Harmer David. SCHOOL CHOICE. Cato Institute. 1994.

    Vedder Richard. CAN TEACHERS OWN THEIR OWN SCHOOLS. The
    Independent Institute. 2000.

     

    Por

    Santos Mercado Reyes

    Profesor-investigador en la Universidad Autónoma
    Metropolitana.

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