- ¿Son necesarias las
reformas estructurales en el sistema educativo
mexicano? - ¿Cómo es el modelo
educativo mexicano? - Dos Modelos
Educativos - ¿Cómo hacer la
reforma estructural en cuanto a los inmuebles que ocupan las
escuelas públicas? - El Bono
Educativo - La reforma
fundamental - Conclusión
- Algunas lecturas
recomendadas.
Después de
vivir más de siete décadas bajo el control de un
partido político, percibimos que no basta con colocar en
el gobierno a otro
partido, se hace necesario introducir reformas estructurales en
todos los renglones de la vida política
económica y social de México.
Aquí pretendo hablar de las reformas estructurales en el
sistema
educativo.
Antes que nada, pongámonos de acuerdo con lo que
queremos entender por reformas estructurales.
Cuando cambiamos de alfombra, pintamos la fachada, o
instalamos nuevos muebles, estamos haciendo reformas que no son
estructurales. Pero cuando pasamos la cocina a otro lado, hacemos
un cuarto nuevo o ponemos losa en el techo, estamos haciendo
reformas estructurales. Las reformas estructurales no son cambios
simples, se puede decir que tiramos la vieja casa y construimos
una nueva.
Si hablamos de reformas estructurales en el campo educativo,
no nos referimos a pintar la escuela, cambiar
directivos, hacer otra aula o aumentar los subsidios; más
bien estamos hablando de construir un nuevo sistema
educativo. La justificación para esas reformas
estructurales tiene que ver con la incapacidad manifiesta de lo
que se tiene para lograr lo que se quiere. Como dice el adagio:
"si el pino de tu jardín no produce las manzanas que
apeteces, deshazte de él y planta el árbol
adecuado". Es decir, las reformas estructurales no pueden partir
de un simple capricho. Por tanto, hacer reformas estructurales en
la educación
equivale a hacer una revolución
educativa, cambiar el barco viejo por uno nuevo.
En este ensayo
presentaré cinco propuestas para transformar el sistema de
educación
pública y por último agrego lo que llamo "la
reforma fundamental".
¿Son necesarias las
reformas estructurales en el sistema educativo
mexicano?
Hay que recordar que el actual sistema educativo se
construyó con gran impulso por la "revolución
mexicana", cuando México
aspiraba a transformarse en una república socialista. El
objetivo era
tener un sistema educativo que formara los cuadros
técnicos para hacer realidad los proyectos del
Estado,
concretados en las empresas de
electricidad,
telefonía, carreteras, hospitales,
ferrocarriles, etc. Pero hoy el panorama ha cambiado, ya casi
nadie aboga por construir una economía centralizada
manejada por la burocracia
política.
No solo nuestro país sino casi todo el mundo está
adoptando el camino capitalista y nuestro sistema educativo no
fue creado para eso. Más aún, hay un divorcio casi
total entre la nueva filosofía del país y la vieja
filosofía del sistema educativo mexicano, por eso no
funciona.
Si nuestro sistema educativo tuviera capacidad de
adaptación quizás no habría necesidad de
reformar las estructuras.
En tal caso, bastaría hacer algunos ajustes para que
trabajara mejor, y nada más.
Nuestro punto de vista es que, efectivamente, se requieren
reformas estructurales. Poco se arregla dando más dinero a las
escuelas, abriendo más universidades, cambiando de
rectores, etc. Esas son reformas simples que resultan
contraproducentes.
Para comprender mejor la necesidad de estas reformas es
necesario tener una idea clara del modelo
educativo que hemos construido en México, ver sus características y entender sus
dinámicas para saber por que no responde a las nuevas
necesidades de México.
¿Cómo es el
modelo
educativo mexicano?
Cuando queremos construir algo, siempre usamos "modelos", es
decir, ideas abstractas que formamos en nuestra mente. En nuestra
cabeza debe haber una idea de la silla, mesa o casa que deseamos.
Esa idea la pasamos al papel,
conseguimos la materia prima
y ponemos manos a la obra para construirla. Casi nadie pega
ladrillos sin tener una idea más o menos clara de lo que
quiere. Igual sucede en la educación: en la
cabeza de la gente que se encargó de la educación
se elaboró un "modelo educativo"que servirá
de guía para construir y organizar nuestras escuelas o
universidades.
En realidad, el origen de nuestro modelo educativo se remonta
a los tiempos de Porfirio Díaz, cuando Justo Sierra
ocupaba el Ministerio de Instrucción Pública. Pero
Justo Sierra copió el modelo promovido por Horace Mann
"Padre de la educación pública en Estados
Unidos"" . Desde entonces, el modelo subsiste y resiste
en muchos países. El norteamericano Horace Mann
convenció al Congreso de los Estados Unidos de
que la educación era tan importante para el desarrollo del
país que el gobierno
debía encargarse del control total,
así como de su financiamiento, para construir miles de escuelas
públicas a lo largo y ancho de Norteamérica. En
Europa el Partido
Obrero Alemán, de corte comunista, también
proponía :
"Educación popular general e igual a cargo del Estado.
Asistencia escolar obligatoria para todos. Instrucción
gratuita".
Representaba la visión que los comunistas tenían
sobre la educación y que se extendió por todo el
mundo.
Así pues, en los Estados Unidos se creó un
aparato burocrático llamado Departament de
Education que manejaría un presupuesto
enorme asignado por el Congreso. Su tarea consistía en
construir nuevas escuelas, contratar profesores, seleccionar a
los alumnos, elaborar los planes y programas de
estudio que debían aplicarse obligatoriamente en todas las
escuelas de Estados Unidos. Se creo así el modelo
burocrático de la educación. Fue paradójico
que en un país netamente capitalista construyeran un
modelo comunista de educación. Hoy, después de 150
años, ya se han dado cuenta del error y el Departament of
Education ha cambiado radicalmente de funciones.
¿Antes de Horace Mann no había escuelas? Antes
de que él entrara en escena ya había colegios,
escuelas y universidades que no estaban sujetas al control del
gobierno. Cualquier persona o
grupo de
inversionistas podía comprar un terreno, rentar o
construir el edificio y fundar centros educativos con sus propios
planes y programas. No
necesitaban pedir permiso a nadie. Estas escuelas
sobrevivían gracias al pago de colegiaturas que aportaban
los alumnos o sus padres. También recibían
donaciones privadas de los hombres de negocios que
apreciaban la labor educativa.
DOS MODELOS
EDUCATIVOS
Ahora ya podremos entender los dos grandes modelos que han
existido en el campo de la educación:
- El MODELO ESTATAL (de Horace Mann) y el ii)
MODELO EDUCATIVO LIBRE
Es necesario caracterizarlos para entender cómo
operan.
i) EL MODELO EDUCATIVO ESTATAL
Nos hemos acostumbrado, durante más de un siglo, a
convivir con este modelo, que difícilmente advertimos que
las cosas pudieran funcionar de otra manera. Es más, este
modelo tomó tanta hegemonía, que se hizo rey
único, mientras que el modelo de educación
libre prácticamente desapareció de nuestro
país. También se le conoce comúnmente como
MODELO DE EDUCACIÓN PÚBLICA
Los rasgos esenciales son los siguientes:
Cuando dejamos que el gobierno sea quien controle la
educación de un pueblo, en realidad estamos
destruyendo una de las libertades más esenciales del
hombre: la
de elegir-dentro de múltiples opciones- la
educación que queremos para nuestros hijos- a cambio de
edificar un instrumento autoritario y burocrático: el
monopolio
estatal de la educación. ¿Tiene esto
algún inconveniente? Dicen, los que defienden este
sistema, que los funcionarios estatales deben hacer esta
tarea porque así lo prometieron en su campaña
política, son los más
preocupados, los mejor intencionados, los que se desvelan
para lograr un país culto. Pero este discurso
tiene muchos contraejemplos; ni siquiera han sido capaz de
eliminar el analfabetismo.Aún en el caso de que el Estado
estuviera formado por gente muy bien intencionada es un error
dejarles el monopolio
de la educación. Es como si en una familia
numerosa dejáramos que la abuela fuera la única
persona que
decidiera la ropa de todos. Dejar las decisiones en manos de
una sola persona quizás sea bueno en un negocio
privado, pero en el campo de la educación es
equivalente a mandar a la guerra a
un ejercito de ciegos dirigidos por un tuerto. Claro que algo
podrán hacer, sin duda, pero seguramente
perderán la batalla.Es posible que las buenas intenciones del monopolista le
lleve a escoger, bajo su propio criterio, el mejor programa
educativo para imponerlo a todos los niños.
Quizás los obligue a aprender y jugar ajedrez la
mayor parte del tiempo que
pasan en la escuela o
sólo deportes para que
México sea el mejor país futbolero, etc. Por
principio de cuentas,
imponer un programa para
todos tiene el defecto de que impide otras ideas que tengan
otras personas preocupadas también por la
educación. Con el monopolio se desaprovecha el talento
de mentores que, por ejemplo, quieren formar biólogos,
matemáticos, astrónomos, etc. Estas personas
simplemente van a arrojar sus ideas al cesto de la basura
porque tienen que aplicar lo que el Estado monopolista dice,
aún cuando esté en desacuerdo. Infinidad de
veces se ha visto en las escuelas primarias que las
profesoras o profesores tienen que reprimir sus propias ideas
porque solo está permitido aplicar lo que dice la
Secretaría de Educación Pública (SEP) y
saben que si desobedecen son castigados.La pobreza de la
educación en México se explica porque solo el
monopolista decide, esto es, porque no hay un sistema donde
los profesores puedan reformar, innovar o desechar lo que
consideren que es obsoleto. Todos tienen que aplicar lo que
la oficina
burocrática del gobierno indica a pesar de que se
tenga la certeza de que está equivocado. Es necesario
comprender que el Estado o los políticos que lo
componen no siempre tienen la razón en cuanto a la
educación. Es más, para mi gusto, rara vez la
burocracia
gubernamental piensa acertadamente porque le influyen
factores de orden político y sus propios intereses. Y
de esto hay muchos ejemplos.La últimas siete décadas que México
ha sufrido el control de un partido autoritario muestran que
mientras dejemos la educación de nuestros hijos a un
grupo de
políticos iluminados, los resultados serán
pobres. De ahí que un reforma estructural urgente
consiste en eliminar el monopolio de la educación. Y
aunque por ahora suena a blasfemia, esto implica eliminar a
la Secretaría de Educación Pública, tal
como en los Estados Unidos hay gente que ya quieren borrar
del mapa al Department of Education.Aclaremos: No se trata de construir otro aparato
burocrático (una nueva SEP) que se haga cargo de toda
la educación, tampoco se trata de pasar la responsabilidad a un monopolio privado. Por
ejemplo, si toda la educación se dejara en manos de la
iglesia
luterana o del Tecnológico de Monterrey,
estaríamos cometiendo el mismo error que antes. Estas
instituciones tendrían la tendencia a
uniformar a todos con la misma sotana y a la vuelta de un
siglo estaríamos lamentado haber caído en la
misma trampa.¿Qué es lo que puede sustituir al
monopolio educativo del Estado?La respuesta puede sonar un poco extraña dadas
nuestras viejas costumbres, pero aquí va.Propuesta 1. Es necesario establecer la libertad
para que la gente preocupada por la educación aplique
sus propias ideas, sus modelos, sus sueños.
Quizás a alguien se le ocurra hacer la universidad del piano o una escuela primaria
inclinada a las matemáticas, o un colegio para formar
empresarios. ¿Quién juzgará si tal o
cual escuela es buena? El nuevo juez ya no debe ser el
órgano estatal sino los mismos estudiantes o los
padres de familia, que
son los más interesados en que sus hijos reciban una
buena educación para la vida. En la actividad de cada
escuela, en la práctica de cada profesor y en el
resultado observado en cada niño, los padres de
familia evaluarán si una escuela es buena o no.Para que la gente, los profesores y directivos apliquen
sus propias iniciativas es necesario crear un contexto que
invite a los educadores a dar lo mejor de su talento.Por tanto, es necesario eliminar el control y la
obligatoriedad de los planes y programas de estudio del
gobierno. Quizás se pudieran dejar como una simple
sugerencia, pero con toda la libertad
para modificarlos, ampliarlos, renovarlos, etc. Los
profesores y directivos podrían reunirse para revisar,
evaluar y crear nuevos planes de estudio a fin de presentar
su mejor oferta a
la sociedad.
Pero esto se puede hacer sólo si va acompañado
de otros cambios estructurales. Si esta libertad y
autonomía se diera hoy mismo, dentro del actual
sistema burocrático, lo más probable es que la
calidad
empeoraría. Daría el efecto perverso que se
observa en muchas universidades públicas donde la
autonomía ha resultado contraproducente y reina el
caos y la mediocridad. Veamos, entonces, qué otras
reformas estructurales son necesarias para construir un buen
sistema educativo en México.- Control académico estatal centralizado. Me
refiero a que el gobierno es quien decide lo que la gente debe
saber o no saber. El Estado, a
través de la Secretaría de Educación
Pública (SEP) o alguna de sus universidades (UNAM),
determina e impone los planes y programas de estudio a todas
las escuelas y universidades del país. Casi todo mundo
aceptó, sin mayor reflexión, que la autoridad,
formada por los funcionarios, que de alguna manera escalaban el
poder,
fueran los elegidos para decidir lo que los niños
y jóvenes, debían aprender. La pregunta es
¿por qué ellos? ¿Por qué creer que
el alcalde, el gobernador o mismo presidente de la
república es tan sabio que tiene la capacidad o el
derecho de decidir la educación de la sociedad?
Muchas veces hemos visto que quien sube al poder es
miembro de algún partido político de dudosa
respetabilidad, ¿por qué debemos confiar en ellos
para que determinen la educación de nuestros niños? Cierto que los planes y programas
no los decide el presidente de un país, pero sí
lo hace el amigo, el cuñado o político que coloca
en el ministerio de educación. ¿ Acaso por ocupar
el puesto burocrático le cae del cielo toda la
sabiduría como para imponernos un plan de
estudios? - Planteles "tierra de
nadie".
Aquí nos vamos a referir al inmueble, los edificios
que ocupan las escuelas públicas.
Deténgase, por un momento frente a una escuela
pública y pregunte quién es el dueño. Ni
el director, ni los profesores, ni los trabajadores, ni los
alumnos, ni los padres de familia, ni el delegado, ni el
gobernador, ni el presidente de la república es
propietario. Nadie es dueño del edificio que ocupa la
escuela, nadie posee el título de propiedad.
Este es un problema más serio de lo que parece y tenemos
que detenernos a revisar su importancia
Observe que cualquier casa o edificio que no tiene
dueño, sin duda, se echa a perder, se destruye, se cae.
La razón es muy simple: cuando una casa tiene
propietario, éste la cuida, le da mantenimiento, la pinta, le repone los vidrios
rotos, etc. ¿Por qué la cuida? Porque es su
patrimonio;
si algo se destruye, el dueño se siente perjudicado en
sus intereses. En el caso de una escuela pública, si se
cae un muro, o se rompe un vidrio, el
director no siente perjuicio en su propiedad,
porque no es de él. Por eso vemos que las escuelas
publicas están horribles, llenas de graffiti o
descoloridas como si fueran cárceles.
El discurso
oficial dice que las escuelas públicas son del gobierno,
pero esto no tiene sentido pues los gobiernos son entidades
pasajeras, hoy está un funcionario, mañana otro y
ninguno de ellos poseen las escrituras donde conste que son
propietarios y por lo tanto a ninguno de ellos le interesa si
se cae la escuela. Si acaso, los candidatos a la presidencia
municipal dan pintura
mientras andan de campaña sólo para comprar votos
y después se olvidan. Así que hay que acabar con
esa idea de que "las escuelas públicas son del
gobierno"
También se llega a decir que las escuelas
públicas "son de La Nación" o del pueblo. Pero, como dice el
dicho, lo que es de todos es de nadie. En realidad, se trata de
un discurso demagógico de inspiración comunista y
por lo tanto, perjudicial e insostenible.
El sistema de construir escuelas "tierra de
nadie" ha provocado que se pierdan una cantidad enorme de
recursos
públicos, es decir, dinero de
los contribuyentes. Podemos ver la diferencia entre la escuela
que construye Juan Pérez (el dueño) y la que
edifica el gobierno. Veremos que ésta última
envejece más rápido, las puertas se caen
más pronto y los vidrios duran menos. Es más, un
diputado en campaña, con tal de ganar votos ordena
construir una escuela cara en un lugar inadecuado y al paso del
tiempo el
edificio queda abandonado o de plano destruido. El funcionario
nunca va a reconocer que se equivocó, tampoco
estará dispuesto a pagar el daño de su propio
bolsillo, se ira impune, la sociedad habrá perdido y a
nadie le preocupa… porque "es de nadie".
Por supuesto que un propietario privado también se
puede equivocar, pero sus errores los pagará de su
propio bolsillo. Y si sus decisiones son muy malas, puede
perder hasta la camisa y tendrá que dedicarse a otra
actividad. Un propietario privado, por su naturaleza, no
puede socializar las pérdidas como lo hace el
burócrata estatal.
¿Cómo
hacer la reforma estructural en cuanto a los inmuebles que
ocupan las escuelas públicas?
Propuesta 2.
El cambio
estructural aquí requiere que todos estos inmuebles
tengan propietario privado, que sean de una persona, una
sociedad
anónima, una asociación civil, etc. Quienes
sean los dueños del plantel cuidarán, al menos,
que el edificio no se caiga, taparán las goteras o
demandarán a quien cause alguna daño.
El gobierno puede encargarse de corregir este error o
delegar en una empresa
privada , en la banca o un
organismo no gubernamental. Hay varias alternativas.
Se convoca a una subasta para vender el inmueble ( uno por
uno) al mejor postor.
- Lo pueden comprar los directivos del plantel.
- Se le puede vender a los profesores que laboran en la
escuela. - Se puede vender a alguna escuela privada que ya tiene
experiencia en el campo educativo. - Lo puede comprar una persona que así quiere
invertir su dinero.
Cualquiera de estas alternativas es mejor que dejar que siga
como "tierra de nadie". Además, con el producto de la
venta se forma un
fondo financiero para ayudar al desarrollo de
la educación.
Por alguna extraña razón, hay gente que pone el
grito en el cielo cuando se habla de vender una escuela
pública. Les parece tan inaudito como si
quisiéramos vender la luna o las estrellas. Todavía
hace 15 años nadie creía que se pudiera vender
agua en
botellas de plástico.
Pero el mundo avanza y lo que antes era imposible hoy se hace
realidad. En parte se explica porque la educación que nos
impuso el estado tiene fuerte sabor comunista: "todo es de
todos", "nada es de nadie", y por tanto, todavía se piensa
que la propiedad privada es un pecado. Consideran que
ningún mexicano debe tener el derecho de ser propietario
de una escuela, de una iglesia o de
un pozo petrolero, ¿y por qué no? ¿Acaso
sólo los hijos de Hussein deben tener derecho?
Algunos "intelectuales izquierdistas " piensan que si se
privatiza una escuela los niños pobres no podrán
estudiar; si se privatiza un templo los pobres no podrán
rezar; si se privatiza un pozo petrolero nadie podrá
comprar gasolina y así van por el estilo sus argumentos
contra la privatización. Les parece imposible que el
interés
privado sea compatible con el interés
social. Quien fuera dueño de un templo seguramente lo
tendría en las mejores condiciones a fin de que se
celebren muchas misas; el dueño de un pozo petrolero
está interesado en hacer gasolinas, hule, plásticos,
no para su familia sino para que lo disfruten miles de
consumidores, etc. En realidad, toda empresa privada
tiene, como interés fundamental, la de servir a un gran
público pues de eso viven. ¿Qué razón
tienen, los que se oponen a la privatización para que las escuelas se
conserven como "tierra de nadie"? Jamás he escuchado una
defensa razonable. Pero lo cierto es que las escuelas publicas
con edificios de nadie y bajo control central del estado se
transforman en una tierra de impunidad donde cualquiera puede
robarse lo que quiera sin que nadie lo castigue. Por eso se puede
ver que una universidad
pública devora más recursos que
cualquier universidad privada.
Por desgracia, el movimiento
contra la privatización todavía tiene demasiados
adeptos: los sindicatos
corruptos, la burocracia, los partidos
políticos, etc.
Aquí se requiere un cambio en las estructuras
mentales de la gente. Es necesario abandonar la idea feudal de
que todo es del príncipe (Estado). Sin embargo, la reforma
estructural no puede esperar hasta que todos estén
convencidos, pues quizás ese día esté muy
lejano. Hay claramente un conflicto
entre lo correcto (lo que se debe hacer) y lo socialmente
aceptable, ¿cuál criterio debe imponerse? Creo que
debe prevalecer lo que es correcto a pesar de que la
mayoría piense lo contrario. A fin de cuentas, lo que
es correcto termina, tarde o temprano, por cambiar la conciencia de la
gente. Además, aquellos que estuvieron equivocados nunca
acudirán para pedir disculpas o tan solo para reconocer su
error. Pero estoy casi seguro de que
cuando aparezca un grupo de profesores que le digan al gobierno
"queremos comprar la escuela" contagiarán
rápidamente a sus colegas en todo el país.
Es decir, las escuelas son administradas por
funcionarios que nada tienen que ver con la propiedad de la
escuela, o peor aún, que son pagados por el
Estado.A menudo le pregunto a las personas qué opinan de
que una escuela esté administrada por un funcionario
del Estado. Se encogen de hombros y dicen:
"¿qué de malo tiene?…hay funcionarios
buenos y funcionarios malos, basta escoger a uno
bueno".La verdad es que el problema es más serio de lo
que parece. Veamos a cualquier director de alguna primaria,
preparatoria o universidad pública, tal como
funcionan actualmente. Este funcionario logró el
puesto ya sea porque lo puso el presidente de la
república, por una votación populista de la
comunidad
universitaria, por escalafón de la burocracia
sindical o porque se amafió con lo peor. Es alguien
que no es propietario de la escuela, tiene sueldo seguro de
parte del gobierno y permanece en el puesto sólo
dos, tres o cuatro años. Se ve obligado a respetar a
quien le hizo el favor de colocarlo en el puesto;
tratará de llevar la fiesta en paz y
reprimirá al que le "hace olas". Además,
mientras esté en el puesto, buscará usarlo
para garantizar su futuro político y
económico. ¿Qué incentivos
tiene para hacer mejoras o innovaciones en la
institución? Creo que muy pocos. Por esa
razón vemos que cuando acaba su mandato nos es
difícil recordar alguna aportación
interesante o mejora sustancial que le haya dado a la
escuela. Cada funcionario termina con una historia
gris, desabrida y a veces solo deja la impresión de
que se robó lo que pudo. Otros concluyen con una
gran frustración por no haber podido hacer nada. La
inercia se los tragó.El manejo burocrático no sólo lo ejercen
los altos funcionarios; también los profesores,
investigadores y trabajadores de las instituciones públicas, cada uno en
sus respectivos campos de acción. Cierto que hay
gente en las escuelas con las mejores intenciones; pero se
ven sepultadas por una aversión al cambio de los
propios colegas. Además, como todos tienen el sueldo
seguro, de por vida y con la protección del sindicato, la gente se asimila al sistema y
pronto se adaptan: "teniendo el sueldo seguro qué me
importa si la escuela funcione o no". Y así pasan la
vida, esperando llegue el día de la
jubilación y dejen su ingrato trabajo.El caso más patético, producto
del manejo burocrático, se vio con la huelga
que mantuvieron algunos alumnos en la UNAM durante casi un
año. Poco les preocupó a los funcionarios,
profesores y trabajadores que la universidad estuviera
cerrada, ya que todos cobraban puntualmente sus quincenas.
La razón de este comportamiento no está precisamente
en la inmoralidad de los trabajadores sino en que se les
pone el saco de burócratas, con sus "salarios
seguros de
base" y además…sin poder de decisión.Propuesta 3 . El cambio estructural consiste en
evitar que quienes dirigen una escuela sean
burócratas, esto es, simples asalariados. Es
necesario encontrar una fórmula para que los
directivos participen del riesgo.
Esto no solo vale para las escuelas públicas,
también para las privadas. El directivo tiene que
saber que si la escuela fracasa, no solo pierde su
quincena, sino también su patrimonio. Si el directivo no es el
propietario total, al menos puede ser copropietario o
accionista de la institución. Desde luego que este
enfoque induce a eliminar el sistema de que el rector de
una institución educativa tenga sueldo de gobierno.
Más aún, nadie que se dedique a la
educación debe estar en nómina gubernamental. No estoy
diciendo que los funcionarios o profesores no tengan
ingresos,
sería insensato porque el estómago no se
llena con rebanadas de aire, lo
que digo es que es insano que sus ingresos
provengan directamente del gobierno. Para ver los efectos
nefastos del "cheque
de gobierno" pensemos en los profesores de las escuelas
primarias "oficiales" de Oaxaca ( y de otros estados). El
efecto es que transforma a muchos profesores (no a todos)
en verdaderos delincuentes, ya sea porque no van a dar
clases (roban tiempo de docencia) o llegan tarde a la
escuela rural o se dedican a labores sindicales, a hacer
marchas a la Ciudad de México, o andan en las
guerrillas zapatistas sin importar que los niños se
queden varias semanas y hasta meses sin escuela.
¿Por qué ocurre este fenómeno con las
escuelas de gobierno y no con las escuelas privadas? Cuando
un profesor recibe cheque
de gobierno sabe que trabaje o no trabaje su sueldo
está seguro. Y si algún director quiere
remediar la anomalía el profesor acude a su sindicato y quien termina en la calle es el
director del plantel. Mientras no se corrija esta
situación poco se puede lograr en el campo
educativo. Luego, se requiere aquí de un gran
cambio: eliminar el cheque de gobierno. Hacer este cambio
estructural rompería, en buena medida, con la
burocratización que padecen todas nuestras escuelas
y universidades. Veamos cómo se puede hacer. Para
ello, debemos pasar a la siguiente reforma estructural.- Control burocrático.
Las escuelas y universidades públicas viven de
limosnas, también llamados subsidios o presupuestos (muy generosos, por cierto)
Todos el
dinero que necesitan lo reciben casi exclusivamente del
gobierno y les está prohibido obtenerlo de otras
posibles fuentes.
Quizás este sea el mayor de los pecados capitales,
pero aún es muy difícil entender el
fenómeno de los subsidios. La gente se ha
acostumbrado tanto a ellos que los ve con toda naturalidad.
Cientos de instituciones gubernamentales, gobernadores,
presidentes municipales, secretarías, hospitales y
más de 5 millones de personas viven subsidiados es
decir, recibiendo recursos directos del Estado. Esto sin
contar a los 24 millones de alumnos que reciben
educación subsidiada. ¿Por qué
está mal?, ¿dónde está el
error?Quizás las vemos con familiaridad porque desde
niños nos acostumbraron a recibir "domingo" que era
un regalo de nuestro padre para que lo usáramos como
quisiéramos. Nunca nos pusimos a pensar de
dónde papi sacaba los recursos que nos
transfería. Nos acostumbramos tanto al subsidio de
papá que cuando dejó de darnos, hicimos un
buen berrinche y le aplicamos la "Ley del
Hielo", le dejamos de hablar durante varios años,
hasta que entendimos que teníamos que trabajar para
lograr los dineros que necesitábamos.¿De dónde saca el gobierno los recursos
para subsidiar a la gente o a las instituciones? Lo primero
que hay que entender es que no caen del cielo.
Básicamente son cuatro fuentes
importantes. Impuestos,
petróleo, empréstitos y
señoreaje.Impuestos. Son los que el gobierno le quita a las
empresas, a los comerciantes, a los
trabajadores, a los importadores y a los exportadores. Pero
los impuestos
nunca alcanzan para cubrir los gastos
del gobierno. Hay que buscar otras fuentes.Petróleo. Basta colocar una manguera en
nuestros pozos petroleros y llenar los barcos extranjeros.
Juntando impuestos y petróleo tampoco alcanzan a cubrir el
gasto gubernamental. Así que hay que buscar otra
fuente.Empréstitos. El gobierno le pide
dólares al país vecino para pagar los
intereses de lo que le debemos y otro poco para completar
el gasto. Pero los impuestos, el
petróleo y los empréstitos tampoco son
suficientes para completar el gasto de gobierno. Hay que
buscar otra fuente.Señoreaje. Por desgracia el gobierno
cuenta con una maquinita "mágica" que se alimenta de
papel
periódico y salen flamantes billetes
impresos.En virtud a estas cuatro fuentes de ingresos el Estado
se puede dar el lujo de mantener una pesada nómina con burócratas que no
producen nada, puede saldar deudas, comprar muebles,
regalar dinero a los ancianos y mantener escuelas y
universidades "gratuitas".Pero si analizáramos cuidadosamente esta manera
de organizar al país, rápidamente nos
daríamos cuenta por qué México es un
país rico lleno de pobres.Baste, por ahora, decir que este sistema de financiamiento gubernamental explica por
qué nuestro país no se desarrolla de acuerdo
a las necesidades de la gente. Un gobierno honesto nunca
usaría el
petróleo, ni viviría de prestado y mucho
menos fabricaría billetes aprovechando la ignorancia
del ciudadano, que sólo ve perder su poder
adquisitivo sin darse cuenta quién se lo roba.Pero veamos más de cerca los sistemas
subsidiados que por ignorancia o candidez también
los aplica el sector privado.Supongamos que usted desea pintar su casa. Busca el
mejor pintor y acuerdan el precio,
suponga que por $5,000.00 le pinta toda la casa. Ahora,
usted mismo diga si da lo mismo pagar todo antes de que se
haga el
trabajo que pagar cuando se ha concluido.Me atrevo a decirle que cuando se le paga por adelantado
al trabajador, puede ocurrir que: - Los subsidios.
- En lugar de empezar el lunes, iniciará
el martes. - En lugar de dos semanas ocupa tres.
- Dará unos cuantos brochazos y se va a descansar.
Yo sé que hay trabajadores muy honestos, que
aún cuando se les pague por adelantado
tratarán de hacer bien las cosas, pero de diez,
quizás solo encuentre dos o tal vez uno. Por cierto
que no se les puede culpar de su mal comportamiento a los pintores. Más
bien el culpable es usted que estableció el "sistema
de pago por adelantado". El sistema solo respondió a
las condiciones impuestas por usted… ¡y
respondió correctamente! Ilusorio sería que
respondiera de otra manera. Note la semejanza con el
sistema subsidiado.Ahora analicemos qué pasa cuando usted establece
el "sistema de pago hasta finalizar la obra".Le puedo garantizar que va a ocurrir los siguiente.
- Puede ser que el pintor desaparezca con nuestro
dinero. - El pintor va a llegar el lunes temprano con una
sonrisa en los labios y va a trabajar "de sol a sol". - Se va a esmerar por agradar al cliente.
- Si usted le reclama que una parte no está bien
pintada, con una sonrisa en los labios lo corregirá
hasta que usted quede a gusto.
¿Por qué se observan estas diferencias si se
trata del mismo dinero y del mismo pintor?
La razón radica en que cuando el pago es anticipado,
el pintor ya no siente el riesgo de
perder, pues ya tiene el dinero en
el bolsillo; pero cuando se le paga después, el pintor
siente el riesgo de que si no deja a gusto al cliente, lo
pueden poner "de patitas en la calle". Esto lo obliga a hacer
bien las cosas.
El problema se complica y empeora cuando el que paga no es
dueño del dinero. Este es el caso del subsidio
gubernamental. El gobierno o los funcionarios no son
dueños del dinero, ellos simplemente lo transfieren de
las arcas de la nación a las escuelas.
Si usted todavía no se convence de este
fenómeno acuda a Garibaldi (donde hay muchos mariachis)
y contrate al mejor. Suponga que le cobra mil pesos por cantar
20 canciones. Si usted paga los mil pesos antes de que empiecen
a cantar, obtendrá un resultado diferente que si les
dice "canta una, si me gusta te la pago y quizás te pida
otra canción". Observe usted atentamente la calidad y la
duración de las veinte canciones. Le puedo asegurar que
en el primer caso el mariachi ejecutará muy bien solo
las primeras canciones, pero la calidad se va empeorando y las
canciones se van haciendo más cortas; En el segundo
caso, se mantendrá la calidad desde la primera hasta la
última canción y no se observa acortamiento.
¿por qué se ven diferencias si se está
usando la misma cantidad de dinero y el mismo mariachi? La
razón se encuentra en que, en el primer caso, usted los
burocratizó; en el segundo, mantuvo un sistema de
competencia.
Son dos situaciones con riesgo diferente; en el segundo caso el
mariachi sabe que si canta mal una canción, pierde al
cliente, y eso le induce a hacer lo mejor que puede.
Un ejemplo más: Cuando se creó el Instituto
Nacional para la Educación de los Adultos se hizo con un
fin noble: acabar con el analfabetismo. Pero se le introdujo el sistema
de subsidio. Esto ha provocado que después de 20
años de existencia, no sólo no se ha acabado con
el analfabetismo sino que hay quien dice que se ha
incrementado. La razón es muy simple. Si este instituto
acabara con el analfabetismo se terminaría su
razón de ser, es decir, se les acabaría la
"chamba". Miles de funcionarios y alfabetizadores
acabarían en la calle. En otras palabras, los intereses
personales ( de seguir cobrando un salario)
entran en contradicción con los objetivos
del instituto. Y como el INEA lo manejan personas, finalmente
prevalecen los intereses de las personas y mantienen una
situación tal que preserven sus intereses
personales.
Otro ejemplo. Hay empresa de gran
prestigio que con el fin de ayudar a la educación en
México creo una escuela privada en la Ciudad de
México para que los niños más aplicados
estudien "gratis", es decir, no paguen colegiaturas.
¿Quién se hace cargo del pago de profesores,
directivos y trabajadores así como los gastos de
mantenimiento de la escuela? Pues la empresa
privada, es decir, toma parte de sus ganancias y cubre el gasto
de la escuela. En otras palabras, introdujo el sistema de
subsidio. Pues por esta sola razón, la escuela tiende a
no trabajar a su mejor nivel, tiende a burocratizarse, y es
posible que se convierta con el tiempo en un verdadero dolor de
cabeza para aquellos que tuvieron la buena intención de
hacer algo bueno por la educación.
Se podría abundar en cientos de ejemplos, todos para
demostrar que cuando los profesores, directivos o trabajadores
tienen seguro el sueldo pierden el incentivo para hacer bien su
trabajo. Y esto es lo que genera el "cheque del gobierno". No
solo ocurre con los funcionarios; en realidad sucede igual con
cualquier trabajador al que se le asegure el sueldo de por
vida, aún cuando sea en una empresa
privada. Los sueldos seguros, muy
apreciados por los socialistas, son característicos de los sistemas
burocráticos y explican perfectamente por qué en
los viejos países socialistas la gente perdió el
interés por innovar o tan solo mejorar su trabajo.
Más bien, lo que se genera es una conducta
displicente: se dedica el menor tiempo posible y el menor
esfuerzo intelectual. El trabajador dice "de todas maneras me
pagan, ¿para qué preocuparme?". El ingrediente
"riesgo" es más importante de lo que imaginamos.
Al gobierno poco le importa si el dinero es bien usado o no.
Así, el subsidio se transforma en una especie de
narcótico que corroe las conciencias de los profesores,
de los funcionarios, de los alumnos y a la misma
institución.
Nuestras escuelas y universidades subsidiadas
(públicas o privadas) se van transformando en centros de
simulación donde los profesores hacen
como que enseñan; los alumnos hacen como que estudian;
los directivos hacen como que dirigen; y los trabajadores
simulan que trabajan. Mientras más lejos se encuentra el
subsidiador más rápido se degenera la
institución subsidiada.
En resumen. Si queremos construir buenas escuelas, de la
mejor calidad, innovadoras y preocupadas por dar el mejor
servicio
educativo a los niños y jóvenes, la moraleja es
que nunca debemos imponerles un sistema de subsidio.
Esto es válido para escuelas de gobierno como para
escuelas privadas.
Ya que estamos proponiendo que las escuelas de gobierno no
reciban subsidios, es decir, fondos públicos, la
pregunta inmediata es: ¿De qué va a vivir una
escuela?, ¿Con qué dinero va a pagar a los
profesores, directivos y trabajadores?. La respuesta es muy
simple:
Propuesta 4. Toda escuela o universidad debe
sostenerse fundamentalmente de las cuotas y colegiaturas de sus
clientes (los
alumnos). Este debe tomarse como un principio
básico de funcionamiento, tal como funciona cualquier
empresa capitalista.
Sé muy bien que a muchos izquierdistas no les gusta
que los alumnos paguen por el servicio
educativo que desean. Piensan que al pagar colegiaturas la
educación se transforma en mercancía (¿y
qué tiene de malo?). Y piensan que "el Estado tiene el
deber de educar sin cobrar". El problema es que con estos
mitos es
como se generan los sistemas burocráticos y costosos y
nunca se logra el objetivo de
que el alumno reciba una buena educación. ¿Por
qué los izquierdistas abogan por los sistemas
burocráticos? Creo que es por motivos de ignorancia o
porque todavía añoran los viejos esquemas
socialistas. Pero hay que informarles que ya cayó el
muro de Berlín y que ya desapareció la
Unión Soviética y no hay marcha atrás.
e) Educación gratuita.
Muchos argumentan contra la privatización de los
planteles bajo el argumento de que los alumnos pobres se
quedarían sin posibilidades de estudiar. Es un argumento
falaz pues en realidad son dos problemas
distintos, es decir, mantener un sistema de educación
gratuita no tiene nada que ver con la política de
privatización de los inmuebles. Por ejemplo, Milton
Friedman propuso hace tiempo que se puede crear un sistema de
"Vouchers" o cheques
usando el mismo presupuesto que
el gobierno destina a la educación. Es decir, todos los
alumnos que quieran estudiar acuden a una oficina del
Estado o un banco para
recibir el cheque que habrán de pagar en la escuela
pública de su preferencia. Se trata de un sistema de
educación gratuita pero que no subsidia escuelas sino
alumnos. También se le llama sistema de subsidio a la
demanda. El
problema de este sistema de educación gratuita a base de
vouchers es que le da la gratuidad a toda la gente, sea pobre o
rica y el resultado final es que quien lo aprovecha- hasta
concluir sus estudios- son los mejor ubicados
económicamente. Aún con esta falla, funciona diez
veces mejor que el sistema de subsidio directo a las
escuelas.
Un paso mejor es cuando se obliga a pagar a quien tiene
dinero y solo se da educación gratuita a quien no tiene
recursos. Y mejor aún cuando no importa si el alumno
tiene recursos o no: "todos pagan" . Veremos más
adelante que esto es perfectamente posible y más
justo.
No importa cuál sea el caso, lo importante es que la
escuela (pública o privada) viva de las colegiaturas que
pagan los alumnos y no de los subsidios del gobierno ni de una
empresa privada.
Si establecemos que las llamadas escuelas públicas ya
no vivan de subsidios sino de las colegiaturas de sus alumnos,
estaremos formando un nuevo concepto de
"escuelas públicas" ya no en razón de que sean
mantenidas por el gobierno sino porque estén interesadas
de dar un buen servicio al publico. ¿Y cómo se
garantiza esto? Veamos:
Cuando el estudiante paga una colegiatura a la escuela, se
genera una relación comercial donde quien recibe el dinero
(la escuela) se ve obligada a dar un buen servicio; mientras que
el que paga (el alumno) adquiere el poder de un cliente y puede
exigir y castigar a la escuela que no funcione bien;
¿cómo? Simplemente cambiándose a otra
escuela. De esta manera, la gente que labora en las escuelas de
gobierno tendrán qué entrar en razón y saber
que si siguen faltando a clases, haciendo marchas, huelgas o
guerrillas, se quedarán sin comer porque los alumnos
tomarán la decisión de cambiarse a una escuela
donde sí trabajen los profesores. Las escuelas que
trabajen bien, tendrán más clientes y con
ello más dinero que puede mejorar sus ingresos
sustancialmente, sin límites ni
topes gubernamentales.
La reforma mínima.
La primera reforma estructural que debería contemplar el
gobierno que en verdad tuviera la voluntad de mejorar el sistema
educativo es precisamente la introducción del BONO EDUCATIVO
(voucher) a fin de eliminar el sistema de subsidio directo a las
escuelas y universidades. Es una reforma que casi nadie tiene
argumentos con qué oponerse pues se mantiene la gratuidad
de la educación y las escuelas empiezan a tomar mayor
interés por mejorar sus servicios. Los
sueldos de los docentes mejoran, etc.
El bono educativo tiene sus virtudes pero también sus
defectos. Con el bono educativo el alumno paga en la escuela de
su preferencia, pero en realidad no le cuesta de su bolsillo,
él simplemente es como un distribuir de los fondos
públicos dedicados a la educación. Pero tiene la
virtud de que el estudiante se transforma en una especie de
"juez" que evaluará y premiará o castigará a
la escuela según su buen o mal funcionamiento.
Hay que reconocer que aunque el bono educativo tiene
virtudes notables, no resuelve el defecto de la
"educación gratuita".
En efecto, el sistema de educación gratuita guarda una
apariencia de tanta bondad que muy pocos se atreven a criticarlo
y menos a eliminarlo. ¿Quién tendría el
malvado corazón de
promover que la educación se pague, como se paga al
peluquero por un corte de cabello, o por una cerveza en la
cantina? "La educación no es mercancía, es
más bien una obligación del Estado"- dicen los
comunistas. Lo curioso es que hasta Carlos Marx
estaba en total desacuerdo con el "sistema de educación
gratuita". Marx decía
que tal sistema solo buscaba educar a los ricos pasándole
la cuenta a los pobres. ¡Y no estaba tan equivocado!
Bueno, pues déjenme decirles que mientras convivamos
con esta manera de ver a la educación, jamás
seremos un pueblo culto. Para probar lo que digo, basta recordar
que esta es la filosofía que hemos aplicado durante casi
un siglo y México no ha alcanzado el nivel de "pueblo
culto". Los soviéticos y los cubanos también
aplicaron esta filosofía y de poco les sirvió. La
URSS con todo y los millones de científicos, ingenieros y
licenciados formados "gratuitamente" por el Estado socialista no
pudieron detener su desaparición. Lo mismo se puede decir
de Cuba, donde el
Estado quemó todos sus recursos para educar "gratis" a la
gente y de poco les ha servido en cuanto a la creación de
condiciones materiales
para satisfacer las necesidades de esa gente. El asunto es
bastante espinoso y complicado.
Es necesario acabar con el mito de la
"educación gratuita" porque, como dice Milton Friedman
Premio Nóbel de economía "no hay
sandwich gratis", porque alguien lo tiene que pagar. Quien tome
una cerveza, si no la
paga de su bolsillo alguien la tuvo que pagar, porque no caen del
cielo. Quizá el tendero, si te la robaste; quizá tu
amigo, que te invitó; o tal vez todos cooperaron para que
te emborracharas "gratis". Pero alguien tuvo que pagar.
También es importante saber si te la pagó por su
voluntad o si fue a su pesar.
Cuando se plasmó en la Constitución Mexicana el sistema de
educación gratuita, nadie tenía la capacidad de
analizar que estaban cometiendo un grave error. El Estado se
obligaba a dedicar parte de los impuestos a construir escuelas,
contratar profesores y educar a la gente,. ¿Qué de
malo hay en ello? Nadie se opuso.
Sin embargo, se cometen dos tipos de injusticias, a saber.
A muchos se les quita el dinero (impuestos) sin que reciban
nada a cambio, es una injusticia del tipoI; a otros se les
"otorga" dinero sin que den algo a cambio, es injusticia del tipo
II. Tal es nuestro sistema.
Cuántas veces no hemos visto la cara afligida de los
padres de familia cuyos hijos son rechazados en una universidad
pública…a pesar de que esa universidad se mantiene con
los impuestos de estos padres afligidos. Es una injusticia que
equivale a pagar por entrar al cine y te
cierran la puerta en las narices. ¡No se vale!
Cuántas veces no hemos visto que entran a la
universidad pública jóvenes manejando
automóviles lujosos, estudian su carrera, su
maestría y doctorado sin pagar un solo centavo a pesar de
que tenía dinero. En realidad, su "educación
gratuita" la costean miles de trabajadores que jamás
verán en sus hijos el beneficio de su "inversión".
En fin, el sistema de educación gratuita que hemos
creado es tan injusto que se parece a una gran fiesta donde unos
pagan pero no disfrutan la fiesta, ni siquiera les dejan entrar y
otros disfrutan la fiesta sin que les cueste un solo centavo.
Además, este "bondadoso" sistema de educación
gratuita nos ha conducido a resultados vergonzosos. Por
ejemplo
- Sólo dos de cada cien alumnos que inician la
primaria en escuelas públicas logran un título
universitario. - El costo
promedio de los alumnos inscritos en universidades
públicas es semejante y muchas veces superior a la
colegiatura en universidades privadas. - Formar un ingeniero titulado en la UNAM, el IPN o en
cualquier otra universidad pública sale más caro
que si se le hubiera mandado a hacer su carrera en una
universidad privada de prestigio en los Estados Unidos. - Si observamos con cuidado quién se titula en las
universidades públicas, veremos que no son precisamente
los estudiantes desarrapados que alguna vez entraron con el
sueño de hacer una carrera. Más bien, se titulan
los que estaban en las condiciones económicas menos
desfavorables. Los alumnos pobres solo son el pretexto para
recibir subsidios, pero pronto se le excluye de las escuelas
públicas. Con este resultado se muestra que es
un mito que la
universidad pública actual está para servir a los
alumnos de escasos recursos. - Y para rematar la "bondad" del sistema de educación
gratuita, resulta que los alumnos titulados salen formados con
la conciencia
de esclavos, es decir, salen con su flamante título a
buscar un patrón que los ocupe. Muchas veces ni se
atreven a preguntar por el sueldo, les basta la promesa de una
quincena segura. Si no encuentran empleo en el
campo de su especialidad, aceptarán cualquier trabajo.
Finalmente, se alquilan para manejar un taxi. No es una
vergüenza ser taxista pero…¿Cuánto
pagó la sociedad mexicana, los campesinos y obreros para
formar un chofer de taxi? ¡Más de un millón
de pesos! ¿Qué no significa esto tirar el dinero
por la alcantarilla?
Definitivamente, no es posible que sigamos manteniendo este
sistema injusto, inhumano y depredador de recursos
económicos. Es necesario hacer un cambio estructural en
este renglón. Es necesario eliminar el demagógico
sistema de "educación gratuita".
Sin embargo, no se trata de salir de Guatemala y
entrar a "guatepeor". Tenemos que crear algo mejor para todos.
Aquí va la propuesta de cambio estructural.
Un nuevo concepto del
derecho a la educación.
Es necesario establecer el derecho a la educación no en
el sentido de que "alguien" te la debe proporcionar gratis, sino
más bien en el sentido de que nadie tiene el derecho de
impedirte que adquieras la educación que deseas. Puedes
estudiar lo que se te pegue la gana con la única
condición de que la pagues; "tú disfrutas,
tú la pagas", no pretendas disfrutar a costillas del
vecino. Se trata de aplicar el principio simple de justicia que
dice: "Tómate todas las cervezas que quieras, pero
págalas tú". Me encantaría saber si hay
alguien que se oponga justa y seriamente este enfoque, yo nunca
lo he encontrado, todos entienden que así debe ser.
No hay pretexto, todos pueden estudiar.
Claro, hay una objeción obvia de temporalidad. Se
refiere a aquellos jóvenes que quieren estudiar y no
tienen recursos hoy, pero eso no es problema, se puede resolver
sin perjudicar a nadie.
Propuesta 5. El gobierno puede crear un banco especial
que brinde préstamos a los estudiantes, no solo para que
paguen su colegiatura, sino para que compren sus libros,
alquilen un cuarto, adquieran su computadora,
un auto en fin, lo que necesiten. Cuando terminen su carrera se
les pueden dar 20 años para que paguen hasta el
último centavo. Así se crea un fondo revolvente que
sirve para ayudar a todos los estudiantes que necesiten recursos
económicos.
Ningún estudiante tendría el pretexto de que no
estudia por falta de recursos. Sea pobre, de clase media o rico
tendría a su disposición los fondos necesarios para
estudiar donde quiera, en México o en el extranjero. Claro
que al terminar, tendría que empezar a regresar el dinero
que disfrutó, pero lo regresa el nuevo profesionista, no
el alumno pobre. Este sistema de préstamos para los
estudiantes se puede aplicar fácilmente desde la
preparatoria, luego la universidad, maestría y
doctorado.
Si se eliminara el sistema de "educación gratuita"
nunca tendríamos problemas de
escasez de recursos para la educación, ya que todo
regresaría, a diferencia del sistema actual en el que todo
lo que se destina a la educación va a "fondo perdido" es
decir, nada se recupera. Esta sería una verdadera forma de
invertir en educación y toda la sociedad sale ganando.
Además, el simple hecho de que la educación
tenga un precio obliga
al estudiante a reflexionar si quiere estudiar o no determinada
carrera. Esto hace una gran diferencia con la situación
actual donde la gente estudia simplemente porque "es gratis". De
esta forma no se da cuenta de los recursos que consume y del
tiempo que invierte. Esta es la razón por la que muchos
estudiantes usan hasta el doble de tiempo para terminar una
carrera en una universidad pública. Pero cuando la
educación cuesta, el alumno trata de usar el menor tiempo
posible y más rápido se integra producir bienes y
servicios que
requiere la sociedad . Además, el alumno se hace exigente
con la escuela pues no va a consentir que el profesor falte a sus
clases cuando se le dé la gana o que sea víctima de
acoso sexual para lograr una buena calificación. En fin,
muchos vicios se corrigen cuando la educación se maneja
"como una mercancía".
Antes de pasar a la última propuesta de reforma
estructural, quizás la más importante, me
gustaría señalar una preocupación.
He demostrado que el sistema educativo mexicano, creado desde
hace más de un siglo, adolece de muchos defectos.
Señalaré uno más que me parece muy
preocupante, y que agrega un motivo más para hacer cambios
estructurales.
Me refiero a la mentalidad que nuestro sistema educativo
imprime en los niños, jóvenes y profesionistas. No
sólo en las escuelas y universidades públicas sino
aún en las privadas se forma a la gente para que piense en
términos de subordinación, es decir, para que se
conceptúe como empleado, como trabajador de alguien. No
estoy diciendo que ser empleado de alguien sea una
vergüenza. Más bien quiero decir que la
filosofía de nuestro sistema educativo debería ser
el de formar empresarios, gente con iniciativa, emprendedores que
en lugar de buscar "una chamba" salen a formar empresas y crear
cientos y miles de nuevos empleos y generar nuevos bienes y
servicios, para satisfacer las necesidades, gustos y preferencias
de la sociedad. Solo los viejos países socialistas se
empeñaban en formar a toda la gente como empleados en
virtud de que al terminar sus estudios solo tenían la
oportunidad de ser trabajadores del Estado. Pero eso, por fortuna
ya va quedando atrás en la historia, y hoy es necesario
que nuestro sistema educativo intente formar un nuevo tipo de
profesionista. Por otro lado, nuestro viejo sistema educativo
imprime una visión anticapitalista a los jóvenes,
los educa para un mundo comunista y por eso vemos que los alumnos
odian todo lo que suene a capitalismo,
son anti-norteamericanos, adoran a Carlos Marx, al
Che Guevara y
no falta quien se enliste en las filas de la guerrilla
terroristas para "acabar al neoliberalismo
y la
globalización". Los jóvenes se hacen así
a semejanza de sus profesores que así piensan. Esto debe
llamarnos seriamente la atención pues por un lado la sociedad trata
de construir ambientes capitalistas y por otro lado nuestras
universidades públicas crean a los destructores del
mercado.
Además, muchos jóvenes terminan inadaptados,
frustrados y confundidos porque la educación que reciben
no concuerda con lo que se necesita.
Estoy convencido de que si se hicieran las reformas
señaladas se lograría un cambio sorprendente en
mentalidad no solo de los alumnos, sino también de los
educadores, de los funcionarios y trabajadores de cada
institución educativa.
No he hecho ningún señalamiento respecto al
contenido de los nuevos planes y programas de estudio. La
razón es deliberada pues se trata de no imponer una nueva
camisa. Más bien se trata de que cada escuela piense en lo
que le dará ventajas a fin de poder ser competitiva con el
resto de los planteles. Con base en la sana competencia que
se genere, surgirán nuevos planes de estudio, innovadores,
actualizados y pertinentes.
Finalmente, hablemos del cambio estructural más
importante.
Todos queremos cambios, pero queremos que otros lo hagan.
Se los pedimos al Presidente de la República, a la
Cámara de diputados, a la de senadores. No podemos seguir
rogando que otros nos vengan a arreglar la casa. Tenemos que
cambiar nuestra actitud
mental. Tenemos que pensar que los otros no son los que van a
realizar los cambios que nosotros queremos. Los únicos que
pueden hacer los cambios que queremos somos nosotros mismos.
Tenemos que poner nuestro cerebro y
nuestras manos a trabajar. Con más precisión:
tenemos que asumir el liderazgo del
cambio. Convenzámonos: No va a caer del cielo el salvador
que arreglará nuestros problemas. Sólo nosotros
debemos asumir la responsabilidad.
Por fortuna, hoy México cuenta con un nuevo ambiente
político Ya no está en el poder el viejo partido
que durante setenta años mantuvo a la gente con las manos
atadas. Es decir, hoy los cambios dependen de nosotros mismos,
dependen de que tomemos la iniciativa los que tenemos una idea
nueva de cómo debe ser el mundo.
Quizás sea muy difícil que las viejas
escuelas de gobierno puedan cambiar como queremos. Muchas de las
universidades se han convertido en verdaderas trincheras de los
grupos de
izquierda que todavía piensan en convertir a México
en una República socialista. Otras se han convertido en la
fuente de recursos de partidos
políticos y otras más en fortalezas sindicales
que lo que menos les importa es la educación, pero que
defienden a capa y espada sus prebendas. Difícilmente se
podrá convencer a todos estos intereses de cambiar por el
bien de la nación.
Es posible que el Presidente de la República
comprendiera la necesidad de los cambios planteados pero tiene en
su contra una cámara de diputados comunista, una
cámara de senadores priista y a funcionarios con poca idea
del nuevo proyecto de
nación que debe tener México.
Si no podemos transformar la vieja maquinaria
¿qué podemos hacer? Me parece que lo más
sensato es crear una nueva.
EL MODELO EDUCATIVO LIBRE.
Es el que se crea por la iniciativa de la sociedad civil.
Este modelo no obedece a controles gubernamentales, vive de los
clientes, soporta y respeta la libre competencia, está
sujeto al juicio severo de los clientes y sabe que si no es capaz
de dar la educación que demanda el
mercado se mueren
de hambre pues no recibe subsidios de gobierno. Este es
propiamente el modelo que armoniza con el sistema
capitalista.
El creador. Si asumimos que el desafío es crear
un nuevo sistema educativo- el modelo educativo libre-, una
pregunta crucial que hay que resolver se refiere al sujeto del
cambio, es decir, ¿quién deberá ser el
creador de tal sistema. Mi respuesta es que no puede ser el
gobierno. ¿Entonces quién? La solución es
LA INICIATIVA PRIVADA. En realidad no hay demasiadas
alternativas. Se podría pensar también en las
ONG´s ,
las iglesias, las asociaciones civiles, las sociedades
anónimas y por todos aquellos que estén
interesados por la educación ( exceptuando a los gobiernos
).
Espero demostrar, en otra ocasión, que en realidad no
existe justificación de carácter
moral, etico o
económico que justifique la existencia de "escuelas de
gobierno".
En esta tesitura, veamos algunas acciones
concretas que se pueden realizar sin mayor dilación.
- El sector privado debe crear nuevas escuelas y
universidades de todo tipo, en todos los niveles y en todos
los lugares. Tal como ya lo está haciendo
TV-AZTECA. - El sector privado puede reunir capitales para financiar a
aquellos que tomen la iniciativa de fundar una nueva escuela.
Por ejemplo, Banco Azteca puede ofrecer créditos para aquellos profesores que
se arriesguen a abrir una escuela primaria, secundaria,
preparatoria, etc. - El sector privado puede crear una banca que
brinde créditos a los alumnos que deseen
estudiar en universidades privadas o en el extranjero - Las universidades privadas ya existentes deben asumir
total autonomía respecto al Estado y disponerse a
crecer en todas direcciones. No deben sujetarse a que el
gobierno apruebe sus planes de estudio o crecimiento. Los
únicos capacitados para determinar si sus programas
valen la pena son sus clientes.
Estos últimos cuatro puntos ya son perfectamente
posibles en el México del siglo XXI, aunque quizás
se requiera ganar algunas batallas legales, herencia del
viejo sistema político. Pero el requisito fundamental es
un cambio de mentalidad en nosotros mismos. Por ejemplo, se
requiere definitivamente cambiar nuestra idea de que la
educación es responsabilidad del gobierno, Ahora se debe
ver como una responsabilidad de la sociedad civil;
Se requiere dejar de ver a la educación como una actividad
"sin fines de lucro", ahora se tiene que ver como una gran
oportunidad de negocios.
Hay quien todavía piensa que la educación no
debe permitir ganancias. Incluso en la declaración de
principios de
las universidades privadas reza un párrafo
que la institución se dedicará a educar sin fines
de lucro. Esta es una idea que se viene arrastrando desde tiempos
de santo Tomás de
Aquino (siglo XIII) y hace ver que obtener alguna ganancia es
pecado capital. Los
comunistas retoman ésta idea diciendo que la
educación no puede considerarse como si fuera una
mercancía. El problema es que cuando algo no es
mercancía entonces es imposición. En efecto, la
mercancía tiene la virtud de tener que conquistar el
interés o el gusto del cliente de tal manera que si le
gusta lo que le ofreces te pagará voluntariamente. Se hace
el intercambio y tanto el oferente como el demandante salen
beneficiados: unos se lleva el bien a cambio del dinero y el otro
se lleva el dinero a cambio del bien. Es una transacción
voluntaria donde ambos salen ganando, ambos se enriquecen, tal
como ya lo había estudiado Adam Smith
hace más de doscientos años. Pero cuando algo no es
mercancía, no está sujeta a los gustos del cliente
y a su voluntad de intercambiar. Luego una de las partes le
impone al otro. Es decir, se trata de un intercambio
involuntario, forzoso y hasta violento. En China los
gobiernos autoritarios de la Dinastía Ming llegaban a
aplicar azotes a los niños que no aprendían la
lección del gobierno. En la Constitución Mexicana todavía se
puede leer que la educación primaria es obligatoria. Y en
nuestras universidades hay alumnos que se les impone el estudio
de una carrera que quizás está muy lejos de sus
intereses. Estos son rasgos de una educación que no es
tratada como "mercancía". A los socialistas les encanta
este enfoque porque su sistema de ideas les conduce a imponer en
lugar de convencer, que es lo que haría un
comerciante.
Este ensayo se hizo
pensando en las posibilidades de reformar nuestra maquinaria
educativa. He dado propuesta que de llevarse a cabo (aunque
sólo fuera una de ellas) cambiaría
drásticamente el sistema actual. Sin embargo, mientras
escribía las siguientes reformas estructurales necesarias
me sentía como si me hubieran pedido un avión para
surcar los cielos y tuviera que hacerle cambios a una vieja
locomotora: ya le puse alas, le pegué unas turbinas, le
adapté un radar…¡pero mi locomotora no logra
levantar el vuelo! Quizás por razones sentimentales cuesta
trabajo reconocer que nuestro sistema educativo ya no da
más. ¿Cómo aceptar que está acabado
si allí hicimos desde la primaria hasta el doctorado? Me
recuerda aquella situación que vivió la
Unión Soviética donde la obsolescencia, el atraso,
el burocratismo y la corrupción
pedía reformas al Partido Comunista, a las instituciones
económicas, pero nada daba resultado hasta que se
dispusieron a derribar y enterrar al viejo país de Lenin y
dejar que surgiera una Rusia nueva. Creo que algo semejante
sucede con nuestra educación y con otros renglones de
nuestra vida.
Si no lo aceptamos hoy, será mañana pero
tendremos que concluir que el actual sistema educativo ya no
tiene remedio, hay que sustituirlo por uno nuevo. No
tendrá que ser una tarea del Estado sino de los
particulares, de la sociedad, de los empresarios, de la
iniciativa privada. Tampoco es necesario que el gobierno
dé el banderazo de salida. Es necesario tomar la
iniciativa desde ahora.
Deseable sería que los recursos que el gobierno
destina a la educación sirvieran para crear el nuevo
sistema educativo en lugar de sostener el viejo cadáver,
pero todavía resulta casi una utopía: la burocracia
se resiste, el dinosaurio no tiene vocación de suicidio.
Si la iniciativa privada toma vigorosamente en sus manos la
tarea de crear nuevas escuelas, colegios, institutos y
universidades el panorama cambiará en un plazo no muy
lejano, para bien de México. Solo de esta manera podremos
insertarnos en el nuevo mundo caracterizado por economías
libres, abiertas y competitivas.
Algunas lecturas
recomendadas.
Bendfeldt Juan. LA PRIVATIZACION:
UNA OPORTUNIDAD. CEES. GUATEMALA
Blaug Mark. EL BONO ESCOLAR. Unión Editorial. S.A.
1983
Friedman Milton. FREE TO CHOOSE. Chapter VI. 1980
Harmer David. SCHOOL CHOICE. Cato Institute. 1994.
Vedder Richard. CAN TEACHERS OWN THEIR OWN SCHOOLS. The
Independent Institute. 2000.
Por
Santos Mercado Reyes
Profesor-investigador en la Universidad Autónoma
Metropolitana.