Es evidente que sin memoria no hay
aprendizaje.
Recientes hallazgos sobre la fisiología del cerebro nos
explican hoy, un poco más sobre el funcionamiento de
aquella.
El hipocampo es el centro neuronal que convierte
las percepciones en recuerdo. Pero no las
almacena.
El recuerdo se logra por el fortalecimiento de las
conexiones sinápticas.
Estas son los puntos de pasaje de los estímulos
de neurona a
neurona.
La circulación de un estímulo por nuestro
cerebro se
produce de la siguiente manera: a una terminal neuronal llega una
señal bioeléctrica que excita y provoca el
desprendimiento de neurotrasmisores. Estos excitan la membrana
del terminal de otra neurona del espacio sináptico, que de
esta forma generará una señal bioeléctrica
similar dentro de ella.
Y así a través de este diálogo
entre dentritas y axones se produce el proceso
intelectivo de la mente.
Los recuerdos pueden ser momentáneos. En estos
casos, es también momentáneo el fortalecimiento
sináptico.
Cuando el recuerdo es duradero intervienen proteínas
que refuerzan más las conexiones.
¿Cómo se produce este fenómeno? Por
medio de la emoción.
Al trabajar la membrana sináptica en la
trasmisión de información, se genera una molécula
llamada AMP Cíclico que excita al centro de la neurona.
Esta al recibir este mensaje libera proteínas.
Digamos que la AMP Cíclico es el
mensajero.
Pero es la molécula Creb la que en realidad
estimula la producción de proteínas, y lo hace
movilizada por la emoción.
Cuando esto sucede las proteínas
así producidas fortalecen las conexiones formando el
recuerdo permanente.
En otras palabras es la emoción una de las
responsables del nivel de fijación de un
recuerdo.
De allí entonces que sea tan importante la
motivación del niño.
Un alumno motivado, alegre, con entusiasmo, lleno de
emoción es capaz de aprender cualquier cosa.
William Glasser en su trabajo en la Escuela Apolo de
Simi Valley, California, Estados Unidos,
aplicó con notable éxito
una adaptación de la Pirámide de
motivacion-necesidades de Maslow.
Como todos sabemos la
motivación está directamente relacionada con
las necesidades.
Decimos que una conducta es
motivada cuando satisface una necesidad.
Y estas, las necesidades, cambian.
Así para Maslow su
escalera o pirámide de necesidades es:
- Necesidades Básicas (Sueño,
comida, sexo) - Necesidades de Seguridad (No dolor, no
enfermedad) - Necesidades de Pertenencia (Familia,
escuela,
organización) - Necesidades de Ego-Status (Reconocimientos,
premios, posición jerárquica) - Necesidades de Autorrealización
(Creación de obras personales)
Queriendo significar con esto que, a medida que se
satisface un Nivel de Necesidades, se pasa al siguiente, para
luego regresar al primero.
Este volver a las Básicas se produciría
también al término de cada etapa
importante de la vida. Al terminar la niñez,
luego al terminar la adolescencia y
más adelante en las décadas, los treinta
años, los cuarenta etc.
Herzberg luego diría que sólo son
motivadores los últimos dos escalones.
Los tres primeros hacen a la" higiene" en la
tarea.
Esto significa que su insatisfacción crea
malestar, pero su satisfacción no crea motivación.
Glasser adaptó esta escalera para aplicarla a los
jóvenes de su escuela, categorizando de la siguiente
manera los pasos crecientes de necesidades.
- Necesidades de Supervivencia (Sueño,
comida, sexo, y
seguridad) - Necesidades de Pertenencia (Familia,
escuela, organización) - Necesidades de Poder (Autoridad)
- Necesidades de Libertad (Para
hacer) - Necesidades de Diversión
(Placer)
El éxito
de Glasser lo podemos medir por sus resultados.
Obtuvo en dicha escuela una retención del 86 % de
los alumnos.
Cabe destacar que la Apolo era una de las escuelas
llamadas de alto riesgo.
Su población de alumnos estaba integrada por
adolescentes
con problemas de
drogadicción, alcoholismo,
prostitución y delitos
menores.
Si bien es probable que este no sea el caso de la
mayoría de los lectores, es importante sacar conclusiones
de estas experiencias.
Lo primero a tener en cuenta es que la
motivación es personal y propia
de cada ser.
Lo que motiva a un niño puede no satisfacer las
necesidades de otro.
Segundo, un mismo niño cambia de
necesidades y por ende de elementos o situaciones
motivantes.
En pocas palabras, el proceso de
motivación
es complejo y dinámico. Requiere de un acercamiento al
niño, donde se privilegie la actitud de
comprensión hacia él.
Glasser habla en su trabajo acerca de la
aplicación exitosa de cuatro principios, que
denominó las "4
A".
Aceptación
Atención
Aprecio
Afecto
Entender un poco más este proceso nos puede ser
muy útil para tener éxito en este objetivo de
educar, de enseñar a nuestros alumnos.
Esto explica por qué es tan importante el
crear en las escuelas una atmósfera grata, alegre
que reciba al pequeño con una bienvenida.
Y que útil puede ser trabajar con las habilidades
más desarrolladas del niño. Usando sus
múltiples inteligencias, de manera de lograr en
él, la emoción del "Yo puedo", "Yo también
soy valioso e inteligente".
La emoción refuerza el aprendizaje,
por eso en la perimida escuela del pasado se
decía:
"La letra con sangre,
entra"
Y en algo tenían razón, el recuerdo en los
que han sido golpeados es permanente. Pero del golpe, de la
paliza no del tema que debían haber aprendido.
Yo recuerdo castigos y penitencias, lo que no puedo
recordar es lo que tenía que saber, que aprender en esas
situaciones.
Es que una cosa es el Eutress que produce
motivación y nos brinda energía para la
obtención del logro. Y otra es el Distress que se
genera en el miedo, la ira, el dolor.
Los sentimientos negativos como el miedo, la ira, el
rencor son inhibidores del aprendizaje.
Una actuación con miedo, en el mejor de los casos
permite una eficacia del 80%
de sus posibilidades.
¿Qué queremos para nuestros
hijos?
¿Qué queremos para nuestros
alumnos?
Creo recibir la respuesta del coro de padres y de
maestros que dicen:
¡Qué aprendan!
La pregunta que sigue es:
¿Qué estamos haciendo para
lograrlo?
¿Estamos alentando, felicitando los aciertos
de los niños?
O los ignoramos pues para ello van a la
escuela.
Los descalificamos diciéndoles:
"Es lo que corresponde", "Para eso te pago el Colegio"
etc.
Toda una sarta de expresiones que descalifican, humillan
y agreden al niño.
No permitimos el error, los amenazamos y
castigamos.
Cuando el mundo avanza la mayoría de las veces
por el método de
ensayo y
error.
La escuela a la que concurren ¿ les provoca
alegría, atracción?
¿Están sus docentes atentos a las
necesidades por las que pasa el niño?
Hay que tener en cuenta que estos pequeños,
además de las letras y números
están creando su propio paradigma referido
a la
educación y a la vida.
¿Cómo están asociando el
aprender?
¿Con placer o, con dolor?
Que no nos sorprenda, que el niño de hoy que
rechaza la escuela porque siente a su vez que es rechazado por
ésta, deje de estudiar mañana cuando tenga
más autoridad
sobre sí mismo.
Mal interpretará la vida.
Dirá que necesita trabajar…
que la verdadera universidad es la
de la calle…
que es grande para estudiar…, etc.
Y en un mundo cada vez más intelectualizado,
donde el gran diferenciador de las personas comienza a ser
el
conocimiento, se irá quedando rezagado,
relegado.
Peleando los trabajos de rutina cada vez más
escasos, que rápidamente van siendo realizados por sus
reemplazos tecnológicos: los ordenadores y
robots.
Estos niños
de hoy, estos alumnos…
Son nuestros hijos, nuestros alumnos.
Es mucho lo que se sabe. Es mucho lo que podemos
hacer.
Como padres apoyar incondicionalmente a nuestros
hijos.
Recordar que son los padres los únicos que
podemos dar un amor
incondicional.
¡Que nuestros hijos lo
sientan!
Si queremos que sean mejores, hagámoslos
más felices.
Atención, contención y
afecto.
Respeto por sus necesidades cambiantes.
Es una buena manera de empezar.
Como maestros, repasemos nuestros propios
conocimientos y conceptos.
¿Qué tan enmohecido está nuestro
"librito"?
¿Qué tan actualizados estamos?
Siempre me he preguntado por qué los
médicos cambian sus procedimientos,
los arquitectos también, los ingenieros, los
químicos, los psicólogos.
Solo los maestros siguen enseñando como cuando se
recibieron.
¿Qué pasaría si los cirujanos
recibidos hace treinta años nos operaran como aprendieron
en esa oportunidad?
Hoy disponemos de teorías
como la de las Inteligencias
Múltiples.
Sabemos que la cognición es
distribuida.
Que no hay una sola inteligencia,
sino por lo menos ocho.
Que cada niño se destaca en algunas más
que otras.
Sólo hace falta determinar cual es su potencial
más desarrollado de inteligencia
para llegar a esa personita con estrategias
didácticas apropiadas.
No hay oyentes resistentes, hay emisores
rígidos.
Que no son capaces de modificar la forma del mensaje,
del conocimiento
que se quiere trasmitir.
Maestros por favor, cada vez que un niño diga:
"No entiendo".
No le repitamos lo mismo. No es sordo.
Expliquémosle de otra forma.
Probemos con una narración vívida y
movilizadora.
O con relaciones numéricas, correlaciones,
líneas de tiempo.
O con proposiciones lógicas.
O trabajando con materiales
concretos.
O permitiendo que en equipo con otros compañeros,
saque las conclusiones interactuando con ellos.
O con gráficos, obras de arte,
manifestaciones musicales.
Acaso no reconocemos marcas y productos al
son de algún jingle, que nos ha creado un anclaje de muy
larga duración…
Y por último démosle tiempo a
reflexionar, hagámosle preguntas abiertas que lo ayuden a
desarrollar sus ideas.
Todo niño sano tiene al menos el potencial
neurobiológico de ser un talento en alguna
inteligencia.
El ser humano tiene diferentes vías de acceso al
conocimiento.
Cada inteligencia tiene su banco de datos, tiene su
propia memoria, sus
propios códigos, su propio lenguaje.
Para la lingüística las palabras.
Para la musical la melodía, el tono y el
ritmo.
Para la espacial las formas, los gráficos, las imágenes y
los colores.
Para la lógica–matemática
los números, las analogías y los
silogismos.
Para la física
kinética los gestos, posturas y ademanes.
¿Por qué no usarlas?
Cuando el niño, con la ayuda del maestro
descubre su talento, el salto de su autoestima es
enorme.
Tan grande como su satisfacción de ser y probar
que el también es inteligente.
Desaparecen en gran número los problemas de
conducta y los
déficit de atención.
En reemplazo de estos problemas suele aparecer el humor,
fruto de la alegría y armonía que se
genera.
Creándose así esa emoción
placentera que tanto favorece al proceso de
aprendizaje.
Todos somos diferentes, con diferentes necesidades,
con diferentes niveles y formas de desarrollo del
potencial de cada una de nuestras inteligencias.
Nada más injusto que tratar de igual manera a
los que no lo son.
Nada más injusto que enseñar de manera
uniforme a los que son diferentes.
La educación en lo
posible debe ser personalizada.
Pues el educando es: una persona.
Sé que ésto es muy difícil de
lograr y prácticamente imposible en el caso de los hijos
de hogares humildes y marginados.
Pero lo imposible es, actualmente llevar a cabo la educación
personalizada. Más, cuánto bien podemos hacer si
los contenidos son presentados de variadas forma, con diferentes
estrategias
didácticas, de manera tal de llegar a la mayoría de
las inteligencias de los estudiantes.
Los docentes debemos hacer otra vez el esfuerzo, y
actualizarnos.
Acercarnos a lo nuevo sin prejuicios, sin resistencias.
La única constante de la vida es el cambio.
Asumámoslo, está bien
cambiar.
El premio, el logro es realmente
enorme…
¡Nuestros alumnos
aprenden!
Fernando Horacio Lapalma
Psicólogo