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La Evangelización (página 2)




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Partes: 1, 2

TERCERA PARTE.

DIRECTIVAS DE EVANGELIZACION PARA EL
PARAGUAY.

"Vosotros sois la luz del mundo. No
puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte"( Mt
5,14). Esta es la gran novedad que mueve a sucesivas generaciones
de misioneros para lanzarse hacia el nuevo continente.
Quizás ni ellos, ni la Iglesia
tenían bien claro, cómo iban a transmitir el
Evangelio de Cristo a esa inmensa superficie de tierras. Fue
realmente una "epopeya de fe, de servicio a la
evangelización, de confianza en la fuerza de la
cruz de Cristo" (Juan Pablo II, SD- X-l984).

El 12 de octubre de l492 se descubrió América, por Cristobal
Colón. En 1524, Alejo García se interna por
primera vez en territorio que sería el Paraguay, camino
hacia el Perú.

Paraguay abrazaba en el momento de su nacimiento,
más de la mitad del continente sudamericano. Tuvo el
apelativo de "Provincia Gigante de las Indias".

Toda la historia del Paraguay, en
los inicios de la dominación hispánica, gira en
torno a
Asunción, la humilde casa Fuerte erigida por el
capitán Juan de Zalazar el 15 de agosto de l537. Elegida
por los españoles como centro de la conquista, lo fue
después de las fundaciones. Se llamó "madre de
ciudades." Así nació el Paraguay, "hija de su
Historia, de la
historia de sus hijos. Es hija de sus hijos" ( Efraim
Cardozo).

La semilla del Evangelio también llegó al
Paraguay, y desde el comienzo ha demostrado que es tierra apta
para germinar la Palabra de Dios, sobre todo cuando es ofrecida
con la metodología más evangélica y
liberadora: las doctrinas franciscanas y las reducciones
jesuíticas. El Reino de Dios ha encontrado sustancialmente
aquí un terreno predispuesto y fértil, en donde la
"semilla del Verbo" ha prendido profundamente y dado sus frutos
abundantes.

La cultura
paraguaya, auténtica tiene muchos valores
reconocibles y reconocidos. A pesar y con todos los embates de
las tempestades históricas y de las invasiones culturales
desde afuera o desde arriba, se encuentra suficientemente
identificada y en condición como para discernir lo que
vale y lo que no vale, lo bueno y lo malo. Por eso "hay que
respetarla y cultivarla" (Bartomeu Meliá).

El Paraguay ha conocido el proceso del
mestizaje, lo que tuvo sus aspectos positivos y negativos. Y
dentro de su largo caminar como pueblo ha conocido el sufrimiento
y el martirio de sus hijos, pero nunca ha perdido la esperanza.
Ciertamente su fe está entremezclada con las
supersticiones y la religiosidad popular. Sin embargo, no ha
perdido lo esencial del mensaje cristiano: la fe en Jesucristo
Salvador y la confianza en su Madre María.

La gran misión
para los evangelizadores paraguayos y de los extranjeros que
trabajan en el Paraguay, será la de asumir más
decididamente y sistemáticamente los valores
que permanecen en la cultura
paraguaya como tesoros y como don de Dios: los agentes debemos
bendecirlos, purificarlos, evangelizarlos para que Cristo sea
vida en todos. Todo implica una actitud
esencial de apertura y confianza, no de rechazo y defensa frente
a lo que es diferente o es nuevo, porque el Señor renueva
todas las cosas.

A) EVOLUCION HISTORICA.

Vivimos en un contexto históricamente situado. El
pasado de nuestro pueblo, las grandes etapas del proceso de
evangelización y de la vida de la Iglesia con
sus aciertos y sus fracazos, forjan en estrecha
combinación nuestro presente histórico
pastoral.

Una visión realista de la tarea evangelizadora de
la Iglesia en el Paraguay exige que ésta sea ubicada en el
presente histórico cultural, fruto de un pasado que nos
condiciona y que no podemos ignorar al querer elaborar cualquier
plan de
pastoral evangelizadora proyectada hacia el futuro.

Si la inculturación hay que comprenderla a la
luz de la
Encarnación, ésta implica primariamente asumir en
el misterio de la Palabra de Dios y de la fe a los pueblos y a
los grupos humanos,
con su estilo de vida y con su historia, inyectándoles el
impulso de la historia de la salvación. No se da
inculturación sin sentirse comprometido con la historia de
nuestro pueblo, dado que ésta es una de las dimensiones
del ethos cultural.

Nuestra historia patria es un sector de la historia de
la Salvación, sector en el cual nosotros somos los
primeros responsables. En nuestra historia se realiza la ley de la
Encarnación. De ahí que sea necesario conocer e
interpretar nuestro pasado para poder
proyectarnos con realismo hacia
nuestro poervenir. Saber de dónde venimos para descifrar
adónde nos vamos.

Nuestra gran misión
como evangelizadores en el Paraguay, implica conocer los valores
que quedan en nuestra cultura y todos juntos ayudarnos para
purificarla de sus pecados, de sus dimensiones de inhumanidad, de
los antivalores que contiene. Hacerla sentir impulsada por el
Evangelio en sus auténticos valores y en
sus legítimas aspiraciones, porque de tantas injusticias
se halla terriblemente lesionada.

1. Desde los orígenes de la Colonia hasta la
independencia
nacional (1514-18119).

Desde el siglo XVI, Europa realiza un
gran proceso colonizador y colonial por medio de España y
Portugal, dentro del cual surgen las iglesias en América
Latina. De esta manera se realizó un encuentro de
culturas y niveles de desarrollo
súmamente diferentes.

En forma sintética vamos a hablar de este
proceso.

Asunción fue fundada el 15 de agosto de 1537 por
Juan de Zalazar, dando origen a la vida colonial
paraguaya.

Los indios demostraron capacidad de mantener una
relación amistosa. Proporcionaban comida , mujeres y
brazos para el trabajo del
español,
en cambio el
español se
integraba con ellos por vía de la mujer
indígena.

En el Paraguay, el proceso de síntesis
hispano-guaraní se realiza bajo el signo de un fecundo
mestizaje favorecido por el sistema de las
encomiendas. Consecuencia de ese fenómeno es la
gestación de la población rural paraguaya, la nacionalidad
con su cultura y la conservación de la lengua
aborigen, el guaraní, además de fuertes rasgos de
aculturación. La encomienda -reparto de tierras e indios a
los conquistadores- es de inspiración feudal. Ella
marcó profundamente la vida social y económica del
Paraguay Colonial y se proyecta hasta hoy, especialmente en el
régimen de los peones de las estancias y de los campesinos
que cultivan tierras que no les pertenecen.

Fue política del
Gobernador Irala mantener a los pueblos de indios en sus
respectivas ubicaciones. En ellos establecerán los
franciscanos sus primeras doctrinas. Así surgieron:
Itá, Areguá, Altos, Tobatí, Acahay,
Yaguarón, Ypané, Guarambaré, Atyrá,
Caazapá, Yuty. Y desde los primeras generaciones, los
nacidos en estas regiones se sintieron profundamente paraguayos,
cabe nombrar a Ruíz Díaz de Guzmán y
Hernandarias, quienes se proclamaron hijos de esta tierra.

Hemos dicho que, nuestra Evangelización viene de
España
principalmente por dos líneas pastorales fuertes y
complementarias: la franciscana y la jesuítica.

La primera arranca de 1541, extiende su zona de
influencia desde Asunción hasta la orilla derecha del
Tebicuary e irradia su espiritualidad propia: es populista,
ahoranda sus raíces en la vida afectiva, en el corazón
del hombre
paraguayo. Tomaron el área geográfica más
poblada del Paraguay colonial, y su espiritualidad austera y
sobria se enraizó fuertemente en el alma
paraguaya.

La segunda, se caracterizó por un marcado cariz
social en su espiritualidad, formando las famosas reducciones.
Llegó a un gran esplendor y pujanza, llevando a aquellas
misiones a adquirir un verdadero poder
político y militar, que se acentuó con la presencia
de administradores que eran buenos técnicos en cada
actividad, primando poco a poco el interés
socio-económico sobre el pastoral.

A partir de la fundación de San
Ignacio-Guazú, comienza la historia de nuestras Misiones
Jesuíticas: un notable ensayo de
evangelización que durará 160 años y se
concretará en la fundación de 30 pueblos y en la
estructuración de todo un sistema social y
económico. La
organización del trabajo, de la propiedad, de
la distribución y consumo fue
altamente beneficiosa y demuestra una elevada racionalidad.
Defendieron a los indios contra los portugueses y contra los
encomenderos, les dieron un nivel de vida superior y respetaron
valiosos elementos de su cultura. Armaron ejércitos para
defenderse de los bandeirantes y tupíes.

Fundaron el Colegio de Asunción, una imprenta en
las Misiones, elaboraron las primeras gramáticas de la
lengua
guaraní a través de un estudio científico;
imponentes estructuras
arquitectónicas, esculturas, pinturas, los coros, las
danzas y la música florecieron en
los pueblos misioneros. Además realizaron valiosos aportes
en historia, en antropología, naturalismo, matemática, astronomía, en lengua y en
filosofía.

En 1617, se produjo la división de la Provincia
Gigante de las Indias en dos: Guairá o Paraguay, con
Capital
Asunción y, Río de la Plata, con Capital
Buenos Aires,
significó la pérdida del litoral marítimo.
Así comienza la decadencia de Asunción, desangrada
por las fundaciones y ya sin libre acceso al mar.

La defensa de la Provincia contra los indios
-especialmente mbyaáes y guaicurués- y contra los
bandeirantes y tupiés, lo hacía el pueblo todo, que
vivía en constante pie de guerra. Los
hombres de la Provincia vivían en constante servicio
militar. Así se fue forjando, el agricultor soldado como
expresión del campesino paraguayo.

El joven pueblo paraguayo pronto conoció el sabor
amargo de la persecución y los enfrentamientos
sangrientos. Uno de ellos es la Revolución
Comunera, que significó el enfrentamiento del Cabildo de
Asunción, constituído por criollos y mestizos
relevantes, contra el Gobernador de la Provincia y el propio
Virrey del Perú. El enfrentamiento también fue
contra los jesuítas, cuyo auge económico se
atribuyó a los privilegios y liberaciones de que gozaban
en detrimento de los intereses de la Provincia. La derrota de los
comuneros, marcan grandes momentos de esa Revolución: la ejecución, la muerte en
combates o el destierro de toda una generación de personas
representativas del Paraguay, cortando de esta manera la clase
dirigencial paraguaya. Situación como estas, Paraguay
irá conociendo durante todo el transcurso de su
historia.

La Revolución no se realizó por un
afán de emancipación, sino, para buscar mejor
gobierno,
más respeto a la
voluntad popular y para buscar mejoras económicas en la
Provincia que se veía agobiada por impuestos y la
expansión jesuítica.

Los jesuítas fueron expulsados por una
disposición del Rey Carlos III en 1767. Significó
un duro golpe para la Provincia y para la Iglesia en el Paraguay.
Los jesuítas acataron la medida y los indios pasaron a
integrar la población de las estancias o a trabajar
como artesanos en ciudades del Río de la Plata. Los
pueblos misioneros cayeron en decadencia, despojados por los
administradores laicos.

Al crearse el Virreinato del Río de la Plata en
1767, pasamos a integrarlo. Agobiantes impuestos
obstaculizaron el comercio
paraguayo, como consecuencia de la capitalidad de Buenos
Aires.

La fundación del Real Colegio Seminario de San
Carlos marcó un importante jalón cultural. Los
próceres de mayo se formaron allí.

A comienzos del siglo XIX, la acentuada decadencia de
España, la emergencia de un nuevo movimiento
imperial: Inglaterra, la
invasión napoleónica a España, la
prisión y abdicación de los reyes Carlos IV y
Fernando VII, y el apoyo de Inglaterra a los
movimientos de emancipación, marcaban el ocaso del Imperio
Español en este continente.

2. Desde la emancipación patria hasta la
guerra de la
triple alianza. (1811-1870).

El movimiento
revolucionario de la noche del 14 de mayo de 1811,
significó el inicio de la lucha por la independencia.
Habían tres tendencias en la revolución: la
españolista, la porteñista y la nacionalista. Este
último quería la creación de un Estado
Nacional libre de ataduras, tanto de España como de Buenos
Aires. Su representante máximo fue el Dr. Gaspar Rodriguez
de Francia.

El 20 de julio de 1811, Fulgencio Yegros lanza en el
Río de la Plata la idea de la Confederación. Esta
confederación de naciones autónomas e iguales en el
Río de la Plata hubiera sido el gran proyecto
destinado a asegurar la grandeza e independencia de las nuevas
naciones del Plata. Grandes conflictos
hubieran sido evitados. Pero Buenos Aires se opuso rotundamente
ante la propuesta. Hoy, al inciarse un nuevo proceso de integración
económica y política en latinoamérica, se vuelve a las fuentes del
pensamiento de
los próceres de nuestra emancipación. Al frustrarse
el proyecto, se
pasó al otro extremo: el enclaustramiento.

Doctor José Rodriguez de Francia.
Luchó por el afianzamiento y reconocimiento de nuestra
independencia, mediante un estado
nacional como matriz del
hombre
paraguayo. Características de la dictadura de
Francia fueron estas: persecución a los mismos
próceres, eliminación de la clase dirigencial,
clausura del Colegio de San Carlos y de los conventos, conflicto con
la Iglesia a la que quería someter al poder civil y
nacionalizar.

Posteriormente llegó la época de los
lópez, el primero, Carlos Antonio López,
organizó el estado
nacional. Gracias a El, el gobierno del
Brasil
reconoció nuestra independencia en 1844 y la Argentina en
1852. Dió notable impulso a la educación. La
relación con la Iglesia se normalizó, con la
consagración del Obispo Basilio López en 1844, pero
la excesiva inmiscusión del gobierno en los asuntos de la
Iglesia, provocó nuevos roces.

Fruto de la poca evolución política de los
paraguayos, hizo que el hijo de Don Carlos, subiera al poder y su
poca capacidad para gobernar condujo al País a la guerra
de la Triple Alianza. Esta guerra produjo el arrasamiento del
Paraguay, el aniquilamiento de su población, de su
familia, de su
economía,
de su cultura, la pérdida de valiosos territorios, etc. La
Iglesia alcanzó igualmente parte de esta tragedia: su
Obispo Palacios y varios sacerdotes fueron ejecutados.

3. Los años después de la guerra
(1870-1940).

La guerra, la bestia que devoró a nuestra Patria,
ha conseguido destrozar todo, ha arrastrado al cataclismo a
nuetras madres, nuestros hermanos han muerto todos en la batalla,
nuestras hermanas fueron violadas sin piedad por los enemigos.
Sólo quedaron los ancianos para continuar escribiendo la
historia Patria. "Qué sufrimiento, que dura prueba para
nuestro pueblo..!

"¡Oh Dios, han invadido nuestras tierras, han
profanado lo más sagrado de nuestra cultura, han dejado en
ruinas a nuestras ciudades, han entregado, el cadaver de nuestros
hermanos por comida a los pájaros del cielo, la carne de
tus amigos a las bestias de la tierra!" (
Sl 79,1-2).

Este es el ambiente
generalizado después de la guerra. Nos imaginamos,
qué difícil habrá sido la tarea de la
evangelización en esa época. ¿Cómo
hizo la indigente Iglesia para hacer presente el misterio de
Cristo en el seno de la Patria exangüe, desmayada?
Veámos cómo se desarrolló este espacio
luctuoso, que por cierto fue un proceso oscuro y conflictivo como
natural secuela de aquella formidable hecatombe que dejó
hecha cenizas toda la vida nacional.

Al principio de la guerra, en 1865, había en el
Paraguay un poco más de un centenar de sacerdotes. Algunos
más fueron ordenados en Humaitá, Paso de Patria y
Paso Pucú. A la inmensa mayoría le abatió la
tormenta bélica. Solamente 33 sobrevivieron de ese
centenar. En los campos de batalla 17 murieron; 39 desaparecieron
sin dejar huellas de sí, o muertos de hambre o fugados a
los bosques; 24 sacerdotes y un obispo fueron ajusticiados con la
nota infamante de traidores de la Patria. De los 33 que
sobrevivieron, 8 cayeron prisioneros en Cerro Corá. Los
que quedaron volvieron a sus pueblos y parroquias
acompañando a los restos de nuestra población
totalmente diezmada.Y así,el Señor nunca
abandonó a sus hijos, porque: "mucho le cuesta a los ojos
de Yavé la muerte de los
que le aman" (Sl 116,15).

El Obispo Manuel Antonio Palacios había sido
ajusticiado en Lomas Valentinas en diciembre de 1868, horas antes
de aquella gran batalla. Desaparecido el Obispo, la Iglesia
quedó sin cabeza jerárquica en nuestro
país.

Tras la caída de Asunción en manos de los
aliados, fue nombrado como Vicario Foráneo
Apostólico interino al Fray Fidelis
María(capuchino),de origen napolitano, capellán
castrense de las fuerzas aliadas. Su gestión
fue muy contrariada por la sorda y difícil
oposición que le hacía el clero nativo
sobreviviente. Varios sacerdotes se resistieron y fueron
suspendidos o confinados. Según Fray Fedelis,
"ningún sacerdote nativo era capaz de regir la
diócesis." Esto contradecía la constitución de 1870, que en su
artículo 3 establecía lo siguiente: "la
Religión
del Estado es la Católica, Apostólica, Romana;
debiendo ser paraguayo el jefe de la Iglesia."

Posterior a Fray Fidelis (1873), entró a gobernar
la diócesis Manuel Vicente Moreno, con el título
"Administrador
Apostólico". Era nativo de Limpio y fue ordenado sacerdote
en 1849. Duró su gobierno apenas siete meses, pues
murió al año siguiente el 30 de mayo de 1874. Pero
antes había designado como sucesor al Padre Fidel Maiz. La Santa
Sede declaró inválida la designación (17 de
noviembre 1874), así le comunicó al gobierno
paraguayo e invitó a Maiz a abandonar
el cargo. Maiz se defendió a toda costa y la
cuestión religosa duró hasta 1877, hasta que
presentó su renuncia. La Santa Sede también
defendía la idea de que en el clero nativo no quedaba
sacerdote digno para regir la vida de la Iglesia. Además
Fidel Maiz estaba complicado con la muerte del
Obispo Palacios, porque él había participado como
fiscal de
sangre en el
juicio condenatorio.

A Fidel Maiz le sucede Don Claudio Arrúa ( 24 de
agosto de 1877) con el título de Administrador
Apostólico. En 1878, a propuesta del negociador paraguayo
Juan del Rosario Miranda, fue electo por Pío IX y con el
título "Administrador Apostólico" "con carattere
vescovile" Don Dionisio Riveros (11 de diciembre de 1877).
Entró a ejercer el cargo en 1878 y falleció al
año siguiente el día 22 de agosto. Riveros
convocó al clero nacional y elevó una terna a
Roma como
posibles obispos del Paraguay. La terna estaba integrada por:
Arrúa, Riveros, y Aponte. El Papa León XIII a
Aponte en 1879. Aponte le dió mucho ánimo
esperanzador a la Iglesia.

Se fundó el Seminario en
abril de 1880, bajo la dirección de los lazaristas, luego llegaron
las hermanas vicentinas (12 de febrero de 1880). Se restauraron
muchas iglesias. Murió el Obispo Pedro Juan Aponte y le
interinó Don Claudio Arrúa, hasta que el 21 de
setiembre de 1894, León XIII nombre Obispo a Juan
Sinforiano Bogarín. Así se inicia una nueva etapa
en la vida de nuestra Iglesia. Volvió la alegría a
la familia
creyente paraguaya:

"Cuando Yaveh hizo volver a los cautivos de Sión
como soñando nos quedamos ,se llenó de risa
nuestros labios, de gritos de alegría. Al ir iba llorando
llevando la semilla, al volver, vuelve cantando trayendo sus
gavillas" (Sal 126,1.6).

Así se cumplió lo que dijo Don Manuel
Vicente Moreno el 11 de mayo de 1874: "la Iglesia se
reoganizará desde el polvo."

Para finalizar esta parte vamos a presentar algunos
canales que utilizaban los evangelizadores para sembrar el
Evangelio en aquella difícil historia y los
desafíos que se venían avizorando
lentamente.

Fueron la treintena de sacerdotes junto a los hogares
cristianos los fecundos hondanares en que la fe y las costumbres
cristianas hallaron vitalidad y fuerzas.

Las escuelas eran promotoras indiscutibles de la
educación
cristiana. En las parroquias funcionaron las cofradías.
Era común el rezo del Santo Rosario y por sobre todo, la
esperanza jamás vencida, porque "la esperanza no falla,
porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo"(Rm 5,5).

Hemos de señalar finalmente que nuevos
desafíos venían mellando la rica herencia de la
tradición cristiana, pese a nuestra indigencia
estructural: el liberalismo y
el laicicismo con bastante ímpetu en la conciencia de las
nuevas generaciones; la fracmasonería, también
comenzó a tener adeptos; la proliferación de las
uniones irregulares y mucha violencia,
dificultaban la evangelización; las ideas protestantes,
comenzaban a actuar y creaban problemas a
través de sus instituciones
de enseñanzas ; y una horrible bestia se asomaba en el
escenario político, la dictadura con
su actor principal, que nuevamente aplastará con su furia
mortal al pobre pueblo paraguayo.

Este es el cuadro general que podemos trazar tras las
huellas de los mensajeros de Cristo sobre este pueblo tan
lastimosamente quebrantado por los sufrimientos de la guerra. Yo
estoy orgulloso de las personas que lucharon por nuestro pueblo,
son admirables los copiosos gestos de esperanza, de altivez y
sentido de futuro, que les caracterizó. Y si vamos a
emitir juicios sobre sus hechos, hemos de utilizar esta regla:
"No distinguir los tiempos para juzgar de los hechos y personas
es sobrado expuesto a errarse" (Fidel Maiz, abril 12 de
1870).

B) DESAFIOS PARA LA EVANGELIZACION EN EL
PARAGUAY.

El Paraguay es también víctima de las
situaciones trágicas de injusticias y sufrimientos que
sufren los países de América
Latina. Por eso se les pide a los evangelizadores mucha
capacidad para poder dar respuestas efectivas, dando testimonio
de una Iglesia que es signo de reconciliación y portadora
de la vida y esperanza que brotan del Evangelio (Cf SD
23).

La Nueva Evangelización debe hacerse realidad en
el Paraguay. Sabemos que existen muchos factores que harán
más interesante el trabajo
misionero, entre los cuales pasamos a presentar los
siguientes:

-La existencia de una identidad
culutural paraguaya es innegable. Una historia muy accidentada y
una geografía mediterránea; un idioma
indígena que es hablado hasta hoy por la gran
mayoría de la población mestiza; un medio ambiente
marcado por las consecuencias de largas dictaduras y del
encerramiento consecuente.

-El desarrrollo de unas relaciones con Dios, con los
hombres y con el mundo, que distinguen a los paraguayos de sus
vecinos más cercanos.

-Existe una identidad que
ha permanecido hasta fines del siglo XX, a pesar de las diversas
migraciones que se han dado en el País.

-Existen distintas formas de hacer política de
carácter centrífugo, alimentado por
un cierto complejo de inferioridad y de los inevitables cambios
que produce en la sociedad
paraguaya actual, la así llamada "cultura moderna o
adveniente."

-Existen desafíos radicales a los cuales se les
debe responder con cierta prioridad: el aumento de la
población; el empobrecimiento paulatino de la
mayoría; la crisis del
sistema educativo; la transición hacia una real democracia;
el estado de
corrupción
generalizada, etc.

-Y ante todos estos factores desafiantes nos encontramos
con una Iglesia pobre e impotente, que ha hecho propuestas
pastorales interesantes pero que han quedado en el papel. Por
ejemplo podemos citar los siguientes: en 1976 se propuso la PPO a
"edificar una comunidad
eclesial"; luego en 1981 se propuso a"evangelizar al hombre
paraguayo en su cultura"; y luego se hizo una propuesta
interesante desde la arquidiócesis "evangelizar al pueblo
para administrar el sacramento." No podemos negar que la Iglesia
paraguaya siempre ha hecho grandes esfuerzos pero nos queda mucho
aún por hacer. Se necesita una Iglesia capaz de inculturar
el Evangelio de Jesús en nuestro pueblo.

-Paralelamente existen los desafíos tradicionales
que influyen en la cultura de nuestro País: el
bilingüismo, la etnias indígenas, la cultura
tradicional campesina, y la movilidad poblacional.

Seguidamente vamos a desarrollar unas cuestiones que
constituyen un problema muy grave en el Paraguay, situaciones que
no se justifican en un País de población
mayoritariamente cristiana.

1) La
pobreza.

"Descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el
rostro del Señor, es algo que desafía a todos los
cristianos a una profunda conversión personal y
eclesial" (SD 178).

La pobreza en el
Paraguay no tiene causas fortuitas, sino, estructurales: el
colonialismo y neocolonialismo internos y externos, dependencia
económica, corrupción
en la economía estatal, etc. Enormes masas de
personas se hallan sumergidas en condiciones de miseria,
esclavizadas por estructuras
injustas e impotentes para superar la injusticia y la
deshumanización de la sociedad. Hasta
ahora únicamente la Iglesia ha alzado su voz para
denunciar estas flagrantes injusticias, mientras el gobierno
hasta ahora hace caso omiso.

La pobreza es una
situación que personalmente me preocupa mucho. Porque el
pobre de hoy cada vez se distancia más de la costa, entra
más y más hacia el mar de la miseria. En el nuevo
contexto histórico, los pobres no son sólo quienes
carecen de lo necesario, sino también, los que no son
tomados en cuenta a la hora de organizar la sociedad y decirdir
las medidas socio-políticas
que han de incidir sobre su vida y su muerte.

Ser pobre significa falta de oportunidad y posibilidad
para salir de la pobreza. El
pobre hereda la pobre de la sociedad, no tiene formación,
no tiene especialidad y además tiene muchos hijos,
entonces entra en un círculo de exclusión, de
marginación.

Los pobres en Paraguay tienen estos rostros
concretos:

-En el plano económico, los pobres son los que se
ubican en los sectores económicamente débiles o al
margen de la transformación tecnológica:
pequeños campesinos, jornaleros sin tierra, trabajadores
eventuales, mano de obra barata, subempleados,etc. Los campesinos
en el Paraguay, se caracterizan por tener una productividad muy
baja, por las herramientas
obsoletas con las que trabajan, por la falta de
calificación tecnológica, y por la falta de ayuda
crediticia.

-En la esfera socio-política, están los
pobres que no encuentran trabajo , ni tienen protección
social, ni tienen acceso a una vivienda digna. La justicia y
dignidad humana corren veloz de ellos.

-A nivel cultural, están los analfabetos, los que
fracasan en las escuelas, los que no están informados, los
que no tienen derecho a la palabra, etc. Esta es la mayor
máquina productora de la pobreza: "Tavy
omoheñói mboriahu"(Lema de la campaña de
cuaresma de 1995).

-Desde el punto de vista racial, están los
indígenas, hasta ahora persisten 27 etnias con identidades
culturales propias y bien arraigadas, pero frecuentemente
marginadas y castigadas por las personas de mayor grado de
civilización.

-Desde el punto de vista extremo, frágil y
vulnerable de la vida, se encuentran los niños y
los ancianos. El mercado excluye a
los primeros porque economicamente no valen todavía y a
los segundos porque ya no valen suficientemente. Por lo tanto, la
situación de éstos es fatal, pues, si no tienen una
familia con
cierta estabilidad económica, están destinados
irremediablemente a habitar el amplio espacio de las calles
céntricas.

-Los jóvenes que salen de la escuela sin
título, sin profesión y respaldo familiar tienen
enorme dificultad para encontrar trabajo.

-Las mujeres, son los pobres que valen menos en
términos de salario, de
influencia, de oportunidades, de crédito
financiero y de acceso a puestos dirigentes. Las madres solteras,
las mujeres solas, las esposas separadas-divorciadas,
abandonadas, las viudas, las trabajadoras domésticas, las
obreras no calificadas, las mujeres campesinas, son las que viven
en una gran pobreza y marginación.

Los evangelizadores estamos desafiados en nuestra
conciencia
creyente.

Hablar de pobreza parece gastar un metal ya totalmente
limado. Pero a nosotros nos sigue preocupando, porque en el
Paraguay, el problema persiste. Y la gente aún no ha
tomado mucha conciencia sobre el asunto, muchos de los sacerdotes
ignoramos o nos sentimos impotentes ante ella, inclusive al
encontrarnos rodeados por sus consecuencias. De cada diez
paraguayos siete sufren las necesidades más básicas
para vivir. Por eso nos parece que el tema se vuelve urgente e
insoslayable.

El doctor Emilio Fadlala argumenta las causas del
aumento de la pobreza y señala algunas de
ellas:

-La venta masiva de
tierras públicas, después de la guerra de 1870; -la
instalación de grandes empresas
tanineras en el Norte; -las transferencias de tierras a la nueva
clase de poder a precio
irrisorio por el IBR; la deforestación que a causa de la
corrupción ha dejado casi sin bosques al País; la
mala utilización de las riquezas que supuso Itaipú
y la injusta distribución de los beneficios.

Según el doctor Dionisio Borda, las causas
actuales son:

-La distribución desigual de los recursos, tierra
y crédito, de los ingresos y de las
oportunidades (educación, salud, vivienda y empleo); –
falta de política agraria, la corrupción y
deficiencia de la política
social del Estado.

El Dr. Morínigo, por su parte, señala:
-que la ausencia de ética en
las relaciones políticas
y económicas son las fábricas de la
pobreza.

Cualquiera sea las causas de la pobreza en el Paraguay,
nosotros decimos que ellas no están únicamente en
la persona del
pobre, hay que buscarlas en las estructuras sociales,
políticas y económicas que la sustentan y la
acrecientan. "Muchas veces, hay personas responsables de la
enfermedad de la miseria de nuestro pueblo y hasta los
consideramos como benefactores de nuestra sociedad"; y nosotros
los evangelizadores,¿qué actitud
tomamos al respecto?

Tareas que impone la situación de
empobrecimiento.

a) Denuncia y no neutralidad frente a este sistema que
genera pobreza. Nosotros los evangelizadores no podemos ser
cómplices de un sistema que no solamente es incapaz de
superar la pobreza, sino que, la estabiliza,o la
aumenta.

b) Amor traducido
en respeto y
cercanía con el pobre. En nuestras comunidades suelen
aparecer los pobres, algunas veces les atendemos, pero cuando sus
visitas son muy frecuentes nos echamos atrás y los
ignoramos. Dios nos pide respetarle al pobre y a los semejantes,
como persona con los
mismos derechos que
nosotros. Según el Padre Velazco (O.P), los barrios pobres
de Asunción se encuentran más "lejos" que Buenos
Aires o Camboriú para muchas personas que viven a diez o
veinte cuadras de ellos. Si nosotros los evangelizadores no
actuamos como Jesús, estamos lejos de un compromiso
cristiano serio.

c) Solidaridad que
implique fortalecer al pobre y a sus organizaciones y
también búsqueda de igualdad.
Estar cerca del pobre y respetarlo, es el primer paso de la
solidaridad y
segundo es luchar con él.

d) Sencillez de vida que nos incline a compartir. Son
dos actitudes
íntimamente unidas y señal de coherencia en el
compromiso con el pobre. Frente a la miseria todo consumismo y
gastos suntuarios
es un insulto al pobre.

e) Compromiso con la justicia. La
situación de pobreza imperante en el Paraguay, nos obliga
a hacer de la justicia una de nuestras principales preocupaciones
y tareas.

f) Canalizar más recursos
humanos hacia ese problema y hacia ese sector.

g) Ejercitar nuestra fe en el trabajo y acercamiento al
pobre. El pobre debe ser para nosotros un lugar privilegiado de
encuentro con Dios, no una carga.

h) Conversión: "no todos nos hemos comprometido
suficientemente con los pobres…Su servicio exige, en efecto una
conversión y purificación constante en todos los
cristianos"( DP 1140). Y mucho más radicalmente en todos
los agentes principales de la Nueva
Evangelización.

2) El diálogo
entre el Evangelio y la cultura.

Nuevamente quisiéramos realizar un recorrido
rápido y breve hacia la historia socio-política del
Paraguay. Sin esta reflexión del pasado histórico
de nuestro País sería casi inútil intentar
comprender la cultura paraguaya, especialmente la desarrollada en
estos dos últimos siglos.

No queremos realizar una interpretación pesimista
de las diversas situaciones históricas del Paraguay. Pero
con cierta nostalgia pensamos que el hombre
paraguayo antes de la guerra de 1870 era muy diferente. A partir
de aquella guerra se produjo la mayor desmembración de
nuestra Patria significando un profundo trauma que el hombre
paraguayo arrastrará por mucho tiempo. Es un
trauma que nos hace sentir eternamente despojados, y dependientes
de los países poderosos.

Una vez terminada la guerra, aproximadamente desde el 25
de noviembre de 1870, se produjo la irrupción del liberalismo
doctrinario en nuestro País. Fruto de esa doctrina
será la nueva Constitución Nacional.

El corte histórico fue profundo. El Paraguay
entra en la etapa de la modernidad, se
fundaron la universidad
nacional y los partidos
políticos más influyentes.

En esta época comenzaron las ventas de
tierras públicas. Por otro lado, la Argentina y el
Brasil
intervendrán largos años en nuestra vida
política.

Aparecen los caudillos políticos que disputan el
poder y ensangrientan el País con sus revoluciones "y a
eso lo van a llamar democracia
liberal".

El despojo de nuestro País se produjo en todos
los órdenes: las ventas de
tierras públicas se hizo a precios
irrisorios; poco a poco se iba sintiendo la pérdida de la
independencia económica en manos de los anglosajones,
así se iba entregando nuestra soberanía; aparecen los latifundistas que
crearon graves problemas
agrarios, hasta ahora no resueltos; latifundismo y escasa
población harán que en adelante que el drama
agrario sea definido como el de "hombres sin tierras y tierras
sin hombres."

La creación de los partidos liberal y colorado en
1887, lejos de mejorar el País, produjeron disputas
horribles y violentas.

Una guerra civil de 1922 a 1923 que por cierto fue larga
y sangrienta, produjo un gran éxodo poblacional al
extranjero.

La guerra del Chaco dió motivo a un magno
esfuerzo de unidad nacional, pero nuevamente la población,
especialmente masculina fue violentamente reducida. Tanto la
guerra de la Triple Alianza como la guerra del Chaco fueron
alimentados por intereses petroleros americanos, especialmente de
la "Standard Oil Co." Es notable cómo una empresa con
ambiciones económicas puede hacer tantos daños a un
pueblo.

El 17 de febrero de 1936 nuevamente hubo una
revolución. Otra vez nuestro suelo se
vió irrigado con sangre
fratricida.

Ante la declinación del liberalismo y la
anarquía generalizada, el ejército comienza a
intervenir directamente en la vida pública de la nación
y comenzaron los sucesivos cambios de presidentes como si el
gobierno fuera un baño público en donde todos
entran, hacen sus necesidades y salen. Pero una cosa es cierta,
durante setenta años ningún presidente fue reelecto
contra la letra del texto
constitucional.

Durante el año 1947, una guerra civil llevada a
cabo en Concepción, marcará con sangre fratricida
el proceso político nacional y dará origen a un
nueva etapa que se proyecta hasta el día de hoy. Y muy
cerca de nosotros estuvo oscureciendo nuestro País una
basta sombra que debilitó profundamente nuestro desarrollo
cultural. Además en esta época algunos paraguayos
son adiestrados convenientemente para ser los mejores corruptos
de Latinoamérica envidiados inclusive por los
mejores mafiosos europeos. Son también adiestrados
ilustres políticos, idóneos actores de una
política barata, sucia, con ambiciones desmedidas que
derrochan los bienes del
Estado. Serán "los hombres escombros, los hombres de barro
que no pueden salvar y que hieren a nuestro pueblo en lo
más profundo del corazón".

Lineas de acción:

La Nueva Evangelización viene a impulsar el
dinamismo de la inculturación que subyace en la
misión evangelizadora de la Iglesia. Cada evangelizador
debe capacitarse y comprometerse al mismo tiempo para
lograr este objetivo tan
noble y tan difícil de la Iglesia. Ahora, nos preguntamos,
cómo es posible la aplicación de la
inculturación de la fe en el Paraguay, y he aquí
que respondemos con algunas propuestas.

-En primer lugar, el evangelizador debe prestar mucha
atención a la cultura paraguaya,
interesarse por ella, de sus formas, de sus cambios, de sus
logros, de sus avances, de sus problemas. Además para que
esa atención dé algún fruto, el
evangelizador deberá dotarse de los medios
indispensables para conocer, entender,e interpretar aquella. Nos
preguntamos, ¿cuántos sacerdotes después de
Santo Domingo se han puesto a estudiar en serio la historia del
Paraguay? o ¿Quiénes se preocuparon por comenzar a
estudiar el idioma guaraní? Debemos decir a los hermanos
evangelizadores que es el momento en que debemos comenzar a
hacernos sensibles de estas cuestiones. Comencemos a apreciar los
valores de nuestra cultura. Porque ella también tiene
méritos en los avances que se ha proporcionado a la
humanidad, siendo éstos una colaboración importante
para la solución de los problemas del hombres. Comencemos
a dialogar con nuestra cultura y dejémonos aleccionar por
todo lo positivo y dejarnos enriquecer por los valores que han
instaurado aún cuando lo haya hecho al margen de la
tradición.

-En segundo, lugar viene la integración de la experiencia cristiana de
la Iglesia en la cultura de nuestro pueblo, de tal forma que esa
experiencia no sólo se exprese en los elementos de la
cultura, sino que, se convierta, dentro de ella, en una fuerza que la
anime, la oriente y la renueve hasta conseguir una nueva
cohesión y comunión con la cultura y un
enriquecimiento de nuestra Iglesia Universal.

-En tercer lugar, debemos tomar conciencia de nuestra
situación local, actual y realizar un esfuerzo grande en
comunión con todos los miembros de la Iglesia del Paraguay
para evangelizar los siguientes sectores: el sector
político y el sector social.

¿Cómo se puede evangelizar la
política en nuestro tiempo?

Ante todo, con un profundo y radical sentido de lo
auténticamente cristiano y evangélico en materia
política. Nuestra ética
política debe inspirarse al mismo tiempo, en la savia
evangélica en el amor al
prójimo, hasta en el sacrificio de nosotros mismos por una
parte, y en el respeto al derecho
natural que sostiene ante todo la dignidad del hombre y de
todo hombre. Nuestra exigencia ética debe ser
"intransable", y en ella se deben supeditar todas nuestras otras
conveniencias personales, económicas, religiosas y
políticas.

¿Cómo se puede evangelizar el sector
social?

Ante todo se necesita una conversión personal, un
despojo necesario. Una dimensión esencial de nuestra
evangelización es esta: "no podemos servir a dos
señores, no podemos servir a Dios y al dinero"(Mt
6,24). Nuestra posición como evangelizadores debe ser
clara, estamos en contra de la injusticia, la codicia entre los
evangelizadores acarrea grandes tentaciones que terminan por
echar por la borda todo sentido humano y cristiano junto a un
auténtico apostolado. Debemos mantenernos constantes y
porfiadamente en contra de la injusticia, contra viento y marea,
aunque tengamos que perder amigos, protectores, aunque tengamos
que sufrir amenazas, calumnias, hasta inclusive el
martirio.

Por último, sembrar el evangelio en la cultura de
nuestro pueblo, debe ser motivo para nosotros de una
auténtica alegría.

Por sobre todas las cosas, amemos nuestro trabajo y
resto el Señor nos lo dará por
añadidura.

CUARTA
PARTE

MARIA, MODELO
SEGURO DE
EVANGELIZACION DE LA CULTURA PARAGUAYA.

La profesión de fe siempre va a ser más
encarnada con la presencia de María. El amor del
pueblo paraguayo, así como también de los
demás pueblos latinoamericanos, hacia María es muy
grande. Diríamos que es la característica del pueblo latinoamericano.
El mismo Santo Domingo manifiesta esto: "María es el sello
distintivo de la cultura de nuestro Continente"(SD 15). El
documento ha desarrollado en forma extensa su reflexión
sobre María. Y nosotros también vamos a realizar un
recorrido reflexivo por el camino de la fe mariana de nuestro
pueblo guaraní.

A) María, sello distintivo de nuestra
cultura.

Santo Domingo ha hablado de la unidad cultural de
América
Latina y como raíz de esa unidad afirma que es el sustrato
católico. Lo bueno es que lo común de
América Latina no son ideas o estructuras políticas
pasajeras. Lo común es de carácter
cultural. Lo que une, se refiere, ante todo a personas: a la
Trinidad, a Jesucristo, a María, a los santos, al Santo
Padre, a nuestros héroes, etc. Una de las personas citadas
ocupa un lugar más destacadamente emblemático:
María. Santo Domingo ha llegado a hablar inclusive de una
fusión
entre María y América Latina. "Decir
América, es decir María".

Ahora bien, nos preguntamos, que desafío encierra
todo que los obispos declaran. Porque corremos el riesgo de que
todo quede en retórica. Mientras la devoción a
María debe desafiarnos para una inspiración mayor
de la fe, para una reflexión más seria a nivel
teológico-pastoral. En definitiva, debe aportar algo para
la Evangelización.

No podemos negar la influencia de María en la
Evangelización de América Latina . María
para América Latina va mucho más allá de las
imágenes, de las devociones populares, del
fanatismo. "Ella constituye, el Evangelio del pueblo" (DP 412).
Al aceptar a María, se acepta al Evangelio de Cristo, y a
los más sublimes valores
humanos y cristianos. Ella es la encarnación viviente
del Evangelio de su Hijo en el alma de la cultura
latinoamericana. Y hoy, María no ha pasado de moda, sigue
siendo tan importante, tan indispensable, que en "cierto modo
podemos decir que es la puerta y la clave de la
inculturación del Evangelio" (DP 421).

Todo esto que estamos afirmando ahora, tiene fundamento
sólido en los documentos
eclesiales. Tiene raíces que lo sostienen, surgidas de un
proceso de maduración de la conciencia eclesial
latinoamericana. En primer lugar encontramos la raíz en
los documentos de
Pablo VI, en la Evangelii Nuntiandi y en la Marialis Cultus que a
su vez fueron base para el documento de Puebla y luego de Santo
Domingo. Lastimosamente en el documento de Medellín no
hemos notado una referencia explícita a María, el
motivo no sabemos cuál fue. Pero el proceso vino en marcha
progresiva sin detenerse hasta llegar a la Conferencia de
Santo Domingo, en donde encontramos todo un panegírico
dedicado a María.

Evidentemente la Iglesia ha entendido muy bien que la
presencia de María en el proceso de la
Evangelización Latinoamericana tiene por sobre todas las
cosas un valor
altamente cultural. Ella ha venido configurando la historia de
nuestros pueblos actuales. Por eso decimos que la piedad mariana
forma parte de la identidad cultural del continente. Es cierto,
que aún falta mucho para purificar totalmente la piedad
popular, pero también es cierto que la presentación
más sublime del Evangelio se ha expresado en la figura de
María. "Por eso se ha podido decir de la Virgen
María que es el Evangelio del Pueblo"(DP 412).

Para cualquier evangelizador la figura de María
ha de constituir la clave segura de una Encarnación
profunda y verdadera del Evangelio en el corazón de
nuestros pueblos.

1. El Paraguay tiene un alma femenina.

Para tomarle el pulso al pueblo paraguayo se ha de
recurrir a María. Cada año vemos que multitudes de
personas caminan hacia el santuario de la Virgen de
Caacupé. Muchos querrán, saber qué factores
les motivan para acudir a una convocatoria tan multitudinaria.
Algunos ya han realizado serios estudios para interpretar esta
actitud del pueblo, otros simplemente critican diciendo que estas
gentes van para esparcirse dentro de un ambiente de
mucho movimiento. Sin embargo debemos afirmar, que en medida el
pueblo camina por amor, un amor maternal que sana heridas, que
une. A muchos poco les interesan las propagandas
políticas, o los comercios provisorios que se encuentran
por el camino, porque no les mueve una autoridad
militar, política, ni ideológica, ni siquiera
religiosa. Ellos caminan por amor hacia la Madre, marchan en
espíritu de paz y alegría, a pesar de sus
sufrimientos, a pesar de sus dolores. El hombre paraguayo ama
mucho a su madre, es tan ferviente su amor que muchas veces lo
descarga totalmente en María.

¿De dónde le viene al paraguayo este
afecto maternal tan profundo, tan rico y tan humano? Analizando
un poco a la historia paraguaya, podemos encontrar una
raíz sumamente sorprendente. No queremos adelantarnos,
pero pensamos que detrás de todo este sentimiento hay un
elemento socio-cultural.

Después de la guerra de la Triple Alianza, el 95
por ciento de los varones paraguayos dejaron de existir sobre el
suelo patrio.
Quedaron las mujeres, los viejos y los niños
más pequeños, porque los adolescentes
también habían caído en batalla. A partir de
entonces las mujeres asumieron un doble rol: ser madre y padre,
al mismo tiempo.

Después de la guerra del Chaco, nuevamente la
población masculina del Paraguay decreció en forma
elevada. Y así la Patria fue cobrando una figura mucho
más femenina que masculina. Es por eso que el hombre
paraguayo es tan sensible, tan afectivo, que ni siquiera a veces
puede soportar un reto o una corrección en un tono elevado
de la voz. Es que el pueblo aún está asustado,
aún está con serios traumas, que le causan una
actitud de defensa constante. Por eso la figura de la madre es
fundamental, ella le da apoyo en todo, para su trabajo, para su
viaje y para cualquier empresa que vaya
a emprender. Sin embargo no debemos mirar esta situación
de forma negatigva, puesto que constituye también una
reserva de riqueza humana.

Decíamos que existe en nuestro pueblo una carga
de humanidad que es una verdadera riqueza en reserva. Y con la
ayuda del Documento de Puebla vamos a ver algunas consecuencias
positivas que de ella fluyen:

-Existe una sabiduría popular fruto de una
síntesis vital entre Cristo y María
que el pueblo ha desarrollado muy bien (Cf DP 448).

-Existe en el pueblo un humanismo
cristiano, una alegría fraterna y una lucha llevada a cabo
con mucha esperanza.

-El pueblo se reúne porque tiene amor, "se
congrega desde el corazón" (DP 448). Esta actitud
está constantemente iluminada por el Evangelio, gracias a
la labor de nuestros pastores.

-El pueblo sabe sufrir y sabe esperar, no desespera.
"Aguarda con confianza y astucia el día de su
liberación"(DP 452).

-Creemos que el pueblo valora mucho la
institución familiar, sabemos que la fiesta de navidad es muy
celebrada en el Paraguay, y la figura de la sagrada familia es
venerada en muchas familias.

-El pueblo tiene capacidad para expresar su fe a
través de cantos imágnes, gestos, color, fiestas,
santuarios, templos, etc. La figura del pastor es muy respetada
por los fieles (Cf DP 454).

En fin, es grande la riqueza humana que posee el pueblo
y que aún falta explotar. Aparece por ejemplo una forma de
ser persona muy vulnerable al amor; una sapiencia de
síntesis vital, con capacidad expresiva, celebratoria,
atenta al tiempo y al espacio; existe una amistad
espontánea hacia la madre y el padre; existe respeto hacia
el otro, con un sentimiento fraterno y solidario; el pueblo
respira un dentro hacia afuera, una especie de humanismo de
pobres, una calidez que establece un eslabón misterioso de
persona a persona y que no termina nunca de cerrarse. Es una
cultura de vínculos personales múltiples y
orgánicamente interconectados.

Algunos dirán, ¿Adónde se vive
así? Si salimos por el interior del país, como
también en muchos hogares de la Capital y si nos juntamos
con el pueblo podremos respirar este aire.

Juan Pablo II, en su documento Mulieris Dignitatem,
aborda el tema sobre la mujer. Nosotros
queremos rescatar de él dos características
importantes que enriquecerán nuestra
reflexión.

a) El encargo de humanismo, de personalismo. "La fuerza
de la mujer, su
fuerza espiritual, se une a la conciencia de que Dios le
confía el hombre, es decir el ser humano"(MD 30). Pensamos
que el Papa está muy preocupado por la situación
actual que atraviesa el hombre. Y tiene mucha razón,
porque el hombre últimamente ha perdido mucho la
sensibilidad, el sentido de la entrega generosa. Se espera por lo
tanto, que el genio femenino devuelva al hombre aquello que es
esencialmente humano:el amor. Puesto que lo más importante
es el amor (Cf 1Cor 13,13).

b) En la mujer se halla
aquella tierra fértil donde puede germinar la
vocación más sublime del hombre: el servicio.
Aquella actividad que se realiza por puro amor, y no por otro
motivo. Un ejemplo digno creo que es la esposa amada; es la que
recibe el amor para amar a su vez. Cuando decimos que la mujer es
la que recibe el amor para amar a su vez, no expresamos
sólo o sobre todo la específica esponsal del
matrimonio.
Expresamos algo más universal, basado sobre el hecho mismo
de ser mujer, en el conjunto de las relaciones
interpersonales que, de modos diversos, estructuran la
convivencia y la colaboración entre las personas, hombres
y mujeres… por el hecho de su femineidad. "La mujer no puede
encontrarse a sí misma si no es dando amor a los
demás"(MD 29). "La dignidad de la mujer se relaciona
íntimamente con el amor que recibe por su femineidad y
también con el amor que, a su vez, ella da" (MD
30).

Todo esto, estamos abordando para realizar una cierta
comparación entre la mujer y lo que hemos definido como
característica esencial de nuestro pueblo: el alma
femenina. Y para nosotros los evngelizadores esto que hemos
destacado es súmamente importante, puesto que contribuye
notablemente para sembrar el Evangelio de una manera más
llevadera, organizada, y centrada en Cristo.

2. Vocación cultural intrínsecamente
mariana del Paraguay.

Hasta ahora hemos venido afirmando que nuestro pueblo
tiene una cultura sellada por la femineidad. Pero debemos
sostener que aquello no nos basta, lo importante es tener una
vocación mariana, y no evática, porque el modelo supremo
de ser mujer es María y no Eva. Para comprender mejor esta
relación hagamos algunas comparaciones.

Algunas actitudes
antievangélicas y eváticas son:

-el escándalo de aislarse de los privilegiados en
una falta de solidaridad con los más pobres, eso es
evático;

-la imposibilidad del diálogo en
algunas personas, es un desborde evático;

-el querer que es veleidad y no voluntad, es volubilidad
evática;

-el sentimentalismo emocional, que no usa la
razón, es evático;

-la sumisión sin fuerza para luchar, es
también evática.

Todas estas actitudes son inauténticas, no forman
nuestras relaciones
interpersonales, ni contribuyen para mejorar la
situación de la sociedad.

En cambio, lo
mariano enriquece y forma en estos aspectos:

-En ello hay verdad, y libertad; -da
alma a la eficacia y la
hace servicio abundante a la vida; -lo mariano se nutre de la
Trinidad y vive íntegramente de ella.

Eva pugna con María dentro de nosotros mismos. A
menudo las deformaciones eváticas constriñen y
hasta ahogan lo mariano de nuestra vocación y de nuestro
real sustrato católico. Por ello el evangelizador debe ser
astuto, para distinguir aquello que es auténticamente
mariano de lo que es simplemente evático.

No queremos sin embargo, ser ingrato con nuestra primera
madre, simplemente queremos destacar aquellos valores tan
sublimes que María nos ha enseñado y que nos han de
ayudar para una evangelización más eficaz. Lo
importante es ser siempre realista, para no dejarnos sucumbir en
el abismo de lo irracional y superfluo.

3.La persona en nuestra cultura
femenina.

La mujer posee normalmente una capacidad
personalizadora. Quizás por eso algunos han hecho cierta
relación entre la mujer y la Iglesia: "La Iglesia es el
lugar, el seno que permite el nacimiento y el crecimiento". La
Iglesia constituye entonces como manantial cristalino, en donde
el Espíritu Santo fluye como río de agua viva y
mientras los hombres beban de ella quedarán
progresivamente realizados e integrados como personas.

Nuestro pueblo paraguayo tiene una cultura
predominantemente femenina,cualquier extranjero podrá
percibir esto en el contacto más inmediato. Mas, lo
importante es saber cómo administrar esta capacidad
personalizante de la capacidad femenina.

Decíamos que la mujer tiene la capacidad
subjetivadora y personalizante, esta es una capacidad maravillosa
y sublime por cierto. Cuando un hombre se siente amado por una
mujer tendrá la sensación de ser amado como
único, como irrepetible e irreemplazable. Esto es
esencial, porque está indicando claramente que es
fundamental la presencia de la mujer en el cristianismo.
No existe pues, cristianismo
sin María, sin Espíritu Santo.

Por otro lado, conviene aclarar que no todas las veces
las mujeres pueden canalizar bien esta capacidad, pues a menudo
se hallan divididas en su voluntad." Lo que suele dividir las
aguas de la mujer es a quiénes y cómo ama a su
único".

Esta capacidad personalizadora se puede constituir en un
elemento clave para la consecución de la Nueva
Evangelización. Profundizando un poco más,
mirémosle a María. Ella siempre tuvo un amor
personal individual, sin jamás excluir a nadie. Por eso es
la Madre de toda la humanidad redimida. Eva también
amó, pero su amor fue excluyente. María amó,
pero su amor fue incluyente. Claro está que el amor de las
mujeres es siempre preferente, pero debe ser también
abierto y no claustro.

La subjetividad debe ser universal, eso nos ha
enseñado muy bien María. Ella es centro de
inclusión,porque congrega y convoca como en
Pentecostés; es la antípoda de ese Babel que
comenzó a prepararse cuando Caín le dijo a su
hermano: "Vamos afuera"(Gn 4,8).

Cuando la mujer, tiene un amor egoísta, cuando
demuestra una insasiable necesidad de su íntimo, absorbe
al otro, lo recoge en sí misma, encarcelándolo en
su pequeño horizonte, se está convirtiendo en una
Eva realmente actualizada. La mujer enredada en los detalles
intrancendentes de la sentimentalidad sin fin, la que manipula o
se deja manipular, desarrolla una personalización
aberrante y mortíferamente excluyente. La mujer que
sólo piensa en sí misma se vuelve indolentemente
despiada y llega al extremo de poder sacrificar el fruto de sus
entrañas con absoluta indiferencia o
naturalidad.

María sin embargo es, tradicionalmente, la
inclusora de nuestra Patria, su principio de congregación.
Veámos lo que dice el Documento Puebla de María al
respecto de nuestro tema:

-María es acogedora: "Se trata de una presencia
femenina que crea el ambiente familiar, la voluntad acogida, el
amor y el respeto por la vida"(DP 291);

-María es fecunda la fraternidad: "Ese carisma
maternal hace crecer en nosotros la fraternidad. Así
María hace que la Iglesia se sienta familia"(DP
295);

-María es incluyente: "María no
sólo vela por la Iglesia. Ella tiene un corazón tan
amplio como el mundo e implora ante el Señor de la
historia por todos los pueblos" (DP 289).

El fundamento teológico de la mariología
es siempre Cristológico. María es Madre de
Jesús, pero también es compañera y
colaboradora en la obra salvífica. Ella es Madre de todos
porque Jesús murió para reunirnos a
todos.

El valor de
María para la nueva evangelización es inmenso.
Aún falta mucho por descubrir. Aprovechemos nosotros los
evangelizadores para luchar por la unidad de nuestro pueblo con
la ayuda de María. Ella con sus virtudes maternales
ilumina los caminos que debemos seguir para llegar a una
verdadera inculturación del Evangelio de su
Hijo.

B. LA OPCION POR LOS POBRES DESDE LA OPTICA
MARIANA.

1. Un exigencia de mayor atención a los
hermanos indigentes.

"Hacemos nuestro el clamor de los pobres. Asumimos con
renovado ardor la opción evangélica preferencial
por los pobres, siguiendo a Medellín y Puebla"(SD 296).
Nosotros hemos desarrollado en forma extensa este tema en los
apartados anteriores. Pero si enfocamos el tema desde una clave
mariana, este cobra un sabor diferente y una luz más
radiante, "que iluminará, a imitación de
Jesucristo, toda nuestra acción evangelizadora" (SD 296).
Con esta luz cualquier propuesta que pongamos en marcha
resultará ser bendecida y bien acogida por parte del
pueblo creyente. Pensamos así, porque hay diversos motivos
culturales que ya hemos mencionado antes. Además estaremos
más próximos de la liberación tan ansiada
por nuestra gente humilde y sufriente.

La Madre tiene un amor especial por cada uno de sus
hijos. Ella sabe la necesidad que padece cada uno de ellos. A
todos les brinda el mismo amor, pero a quienes más
necesitan, su amor desborda en forma más abundante. Y Ella
misma pone a los demás hermanos una exigencia de mayor
atención hacia los hermanos más indigentes.
María exige de los cristianos una fraternidad universal.
Por eso clama por una exigencia drástica de programa social
que beneficie a todos por igual. Ella es la Madre del Magnificat,
que dice: "Dios ensalza a los humildes y, derriba a los poderosos
de sus tronos"(Lc 1,52).

La opción por los pobres desde un marco mariano
debe tomar como tarea indispensable la de luchar para que los
pobres y los marginados sean acogidos, incluidos como
"únicos" en nuestro país. La sensibilidad mariana
proyecta la subjetividad hacia la universalidad que acoge al
marginado social. Esta es una tarea en primer lugar para nosotros
los evangelizadores. Y va a exigir de nuestra parte, un
testimonio de vida como factor indispensable para su
realización. Además exigirá de nosotros una
vida mística de la vida cristiana, una vida de
oración como parte integrante de cualquier actividad
pastoral que emprendamos.

Entre las prioridades, el Documento de Santo Domingo
señala a los indígenas y a los afro-americanos.
"Queremos acercarnos a los indígenas y afro-americanos…a
fin de que haya un diálogo entre el Evangelio y sus
culturas"(S.D. 299). Para nosostros la situación de los
indígenas constituye también una prioridad
real.

Nosotros contamos con una Madre que constituye un factor
unificante. La Madre de Dios posee un carisma propio para
convocar pluralidades sociales. Ella acoge a todos con un inmenso
amor.

La nueva evangelización nos hará
desarrollar una marialogía incluyente. Nos llevará
a descubrir la función
histórica de María como Madre de la nueva
síntesis cultural que se está produciendo. La tan
ansiada comunidad
fraterna. También la nueva evangelización nos dice
que de María hemos de aprender a reconocer al único
Padre, a decir como Jesús Abba. "Solamente podemos
comportarnos como hermanos cuando reconocemos que procedemos de
un mismo Padre" (D.P 241)

La opción por los pobres y por nuestros hermanos
excluidos será más eficaz si se realiza a partir de
María, porque Ella es nuestra modelo. María es el
resplandor de la íntima unidad trinitaria. "Así, de
María Madre se podrá originar la nueva humanidad
mediante la única forma de romper sus tensiones: la
eficiencia
divina de donación por el amor del
Espíritu".

2.La cultura cristiana: hogar activo para el hombre
de hoy.

Las casas sin madres, sin ninguna forma de madre, son
apenas construcciones, jamás hogares. La frialdad
intelectualista de algunas formas de realización eclesial,
resquebrajan por el hielo de su prescindencia mariana. Sin
María, no habrá jamás una Iglesia "hogar
atractivo" menos en Paraguay, menos en latinoamerica.

El anhelo nuestro es que los agentes de la nueva
evangelización tengamos la fuerza necesaria para presentar
a la Iglesia como un hogar atractivo para el hombre de hoy. Se
debe suscitar una familiaridad para que los fieles se sientan de
verdad, ante un testigo de Cristo. Sólo así
estaremos dando vida a la Conferencia de
Santo Domingo y a la tan ansiada cultura cristiana. Para nuestra
pastoral actual esto es relmente crucial.

Sain Exupery dice: "La religión debe
absorver a los hombres, no los hombres sometérsele … Y
absorbes cuando expresas. Y si te expreso eres mio. Porque tu
lenguaje en
adelante soy yo". Nuestra pastoral debe ser capaz de interpretar
lo hondamente humano, que hay en el Evangelio y saber
inculturarlo en la cultura de nuestro pueblo.

Nuestro mundo actual padece de una terrible orfandad.
Nuestros contemporáneos dolorosos vagabundos y
auténticos noctívados, rondan por el tiempo en
búsqueda de un hogar. Ejemplos concretos son: el
crecimiento de las sectas, la pérdida de sectores amplios
de la juventud, la
falta de sintonía con tantos buscadores. De
esta situación somos responsables los agentes
evangelizadores. Porque hemos hecho de nuestra Iglesia una
institución burocrática. Los sacerdotes vivimos
apurados, sin tiempo para la gente, con la carencia de puertas y
corazones abiertos al acogimiento de los viandantes. Acogimiento
que no debe ser un psicologismo banal y sensiblero. Debemos
reflexionar un poco más y cuidar nuestro hogar, para poder
acoger como el Sagrado Corazón a todos los que
están en búsqueda y que sea un acogimiento en
Cristo muerto y resucitado.

La Iglesia tiene que ser un hogar en el tiempo y un
hogar atractivo. Ella debe ser la que en la historia signifique y
comunique la irradiación del hogar bellísimo de la
Trinidad. Y esta es una Iglesia mariana: Hogar que acoge a los
peregrinantes, siendo ella misma peregrinante a la
vez.

Juan Pablo II, en Redemptoris Mater, nos muestra la
relación; siempre presente entre la eclesiología y
la mariología. Inclusive esto tiene una raíz
conciliar: "se puede afirmar que la Iglesia aprende
también de María la propia maternidad; reconoce la
dimensión materna de su vocación, unida a su
naturaleza
sacramental"(RM 43). Más adelante, recuerda que es una
maternidad virginal, "maternidad en el Espíritu Santo"(RM
43). Lo que dice el Papa es que, María es mucho más
que un modelo de maternidad. Además Ella es educadora de
la maternidad: "La Iglesia como María engendra a los
hombres a una vida nueva inmortal: es su maternidad en el
Espíritu Santo. María aquí es mucho
más que modelo y figura de la Iglesia" (RM 44).

Santo Domingo conjuga con mucho realismo la
bipolaridad esencial de la mariología. Está
hablando de la promoción humana. Nos muestra a
Jesús como buen Samaritano y luego nos invita a la fe en
el Dios de Jesucristo y el amor a los hermanos que se traduce en
obras concretas. Y sigue, María Madre, es solícita
en las necesidades de los hombres(Cf. Jn 2,3ss).
¡Qué gran misterio, qué riqueza la nuestra!
Jesús le encomienda a la Iglesia y a María, el
cuidado maternal de la humanidad, sobre todo de los que sufren
(Cf.Jn 19,26-27).

Concluyamos diciendo que, el hogar mariano de la Iglesia
tiene que deleitar maternalmente a nuestro pueblo y hacerlo
anhelar la casa que está siempre más adelante.
María es la Madre de esa Iglesia. Ella nos habla por la
voz de la liturgia, de su maternidad que oscila entre el "ya
acogedor" y el "todavía no" de la esperanza: "venid a
mí los que amáis y saciaos de mis frutos… el que
me come a mi tendrá más hambre, el que me bebe
tendrá más sed" (Misas de la Virgen María
37).

Este es el gran reto, para nosotros los evangelizadores
en el Paraguay, roguemos a la Virgen de Caacupé que
interceda por nosotros a fin de que hagamos de nuestra Iglesia un
hogar atractivo y acogedor.

CONCLUSION
GENERAL

Al finalizar estas reflexiones podemos decir que ellas
no pretenden cerrar o dar por terminado, el gran discurso de la
Nueva Evangelización. Nosotros apenas hemos abierto las
cuestiones y las tareas pendientes con las cuales nuestra Iglesia
paraguaya aún está en deudas.

Por otro lado, nosotros hemos pretendido hacer recordar
a nuestros hermanos evangelizadores, nuestro compromiso
fundamental: el vivir en conformidad con las exigencias que
comporta nuestro estado de testigos del Evangelio. Un día
nos hemos comprometido para ofrecer a Dios y para siempre, todo
nuestro ser y todas las dimensiones de nuestra vida. A El, pues,
le debemos todo; a El, que es el Amor mismo; a El, que es la
fuente eterna de nuestra vida, no podemos darle una respuesta
limitada en el tiempo, porque así no tendría
sentido nuestra condición de evangelizadores. Por lo
demás, es eso lo que constituye la fuerza de este
compromiso y le confiere su propia naturaleza.
Debemos pues, esforzarnos para salir de la torpeza, de la
lentitud de nuestro accionar como evangelizadores, y cobrar un
nuevo estilo de vida, adornado por las más bellas virtudes
evangélicas.

En lo posible hemos procurado utilizar ideas propias,
sin recurrir mucho a elementos extraños a nuestra cultura.
Es por eso que el texto goza de
un lenguaje
sencillo y familiar. Pero lo que más nos alegra es que los
documentos de la Iglesia han sido nuestra constante
compañía, en todo momento, lo que nos da la
seguridad de
que estamos caminando por un sendero correcto,
verdadero.

La presencia de algunos testimonios nos han ayudado en
forma muy particular. Especialmente lo del Padre Joaquín
Alliende. El nos ha hecho entender que la Conferencia se
vivió en un clima
marcadamente humano, sin faltar la presencia de los resquemores
nacionalistas , las debilidades y fanatismos propios del ser
humano. Pero que tampoco faltó el soplo del
Espíritu Santo que animó en todo momento el trabajo
de los conferencistas. Gracias a El, la cuarta conferencia
episcopal dió su fruto positivo que en adelante
seguirá guiando las tarea de Evangelización de los
pueblos latinoamericanos.

Con la propuesta de: hombres nuevos y nueva Iglesia para
la Nueva Evangelización, hemos querido dar a entender que
sin conversión no podemos realizar grandes hazañas
en nuestras actividades pastorales. Necesitamos realizar grandes
renuncias en nuestras vidas; desinstalarnos para un mejor
servicio más efectivo, es un reto urgente. Nuestra Iglesia
necesita cambios profundos para responder mejor a la llamada del
Señor. Unas prácticas que le conducen rumbo al
encerramiento de sí misma, a la restauración de
modos de presencia en la sociedad ya superadas, a la
marginación y eliminación de las mínimas
disidencias y a la instauración en su seno de un estilo de
vida sectaria, hoy día se vuelven inviables, se hallan
caducas. Si actuamos así no serviríamos realmente a
la causa de la Evangelización. Solamente siendo hombres
nuevos, hombres de Dios, tendremos la capacidad de renovar a
nuestra Iglesia, denunciando con amor eclesial, los intentos de
algunas orientaciones actuales que a nuestro entender dificultan
o hacen imposibles esa puesta en estado de Evangelización
que perseguimos.

Por otra parte, no son esas denuncias lo que constituyen
el centro de nuestras reflexiones. Antes que nada hemos querido,
de alguna u otra forma llegar con aportes constructivos a la
realidad paraguaya con la intención de responder mejor a
la llamada de nuestra Iglesia latinoamerica.
Llega la hora en que debemos conocer mejor la cultura de nuestro
país, recorrer el pasado histórico y realizar
opciones radicales, tales como, la opción por los pobres y
por una Iglesia solidaria. La Iglesia paraguaya siempre ha
levantado la voz a favor de los más pobres, denunciando
las injusticias de los poderosos en los momentos más
cruciales. Pero aún no se ha dispuesto a realizar un
proyecto serio, profundo y cercano para la consecución de
un Evangelización renovada en su expresión, en su
método y
en su ardor.

Por último, somos conciente del carácter
parcial de las propuestas. Pero les aseguramos que han nacido de
lo profundo de nuestro corazón, por el amor grande que le
tenemos a la Iglesia y al País. Las propuestas van con la
intención de atraer la atención de los cristianos
preocupados por la tarea de la Evangelización, para que
susciten la reflexión de las comunidades que se sienten
llamadas para esta gran misión y para que colaboren con
nuestra Iglesia para hacer realidad el objetivo de
nuestros obispos latinoamericanos. Que el señor
Jesús que está desde ayer, que permanece hoy, y que
quiere morar para siempre con nosotros nos ayude a asumir las
actitudes apostólicas para el establecimiento del Reino de
Dios en el mundo y en el más allá.

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Julio Cardozo

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