La comunidad de
habla española en los Estados Unidos
- La comunidad de habla
española en los Estados Unidos tiene un idioma
común - La comunidad de habla
española en los Estados Unidos tiene diversidad
cultural - La comunidad de habla
española en los Estados Unidos es mayormente
católica. - Esbozo de una propuesta para
alcanzar a la comunidad de habla española en los Estados
Unidos con el evangelio de Jesucristo. - Conclusiones.
Hace más o menos diez años, a principios de los
años noventa, tuve la oportunidad de venir a los Estados Unidos a
estudiar en el programa de
Estudios Bíblicos Avanzados del Center for Christian
Education en Dallas, Texas. Viví en un vecindario
típicamente norteamericano. Después de terminar mis
estudios regresé a mi país y he vuelto diez
años después, ya entrado el nuevo milenio, a
trabajar con el Centro Mundial de Traducción de la Biblia.
Al volver he sido testigo del tremendo impacto que la
emigración masiva de la gente de habla española
está haciendo en los Estados Unidos.
El vecindario donde viví ya no es el mismo. Es ahora un
vecindario típicamente de gente de habla española.
El supermercado Tom Thumb del vecindario ya no existe. En
su lugar hay un supermercado Fiesta. El Súper
Centro Comercial donde solía ir de compras con mi
familia y en
donde el bullicio de habla inglesa llenaba todos los rincones,
está ahora inundado de gente venida de Latinoamérica y en todas partes oigo hablar
español.
No sólo los clientes y
visitantes hablan español
sino que muchos de los negocios y
locales comerciales son propiedad de
gente que habla español. En todos los negocios hay
empleados bilingües que atienden al
público.
El haber estado ausente
de este país en los últimos diez años y
volver ahora me ha hecho conciente de algo que tal vez ni la
misma sociedad
norteamericana acaba de entender y asimilar: la emigración
masiva de gente de habla española a los Estados Unidos es
un hecho fuera de lo común y va a transformar en forma
indeleble a este país. Las cifras lo dicen. Según
la oficina del Censo
de los Estados Unidos este país tiene una población de 281.4 millones de personas, de
las cuales 35.3 millones son hispanos, o sea el 12.5% de la
población. El crecimiento de la
población total en los Estados Unidos entre 1990 y el
año 2000 fue de 13.2%, el de los hispanos fue de 57.9%. En
1990 uno de cada diez estadounidenses era de origen hispano, para
el 2050 uno de cada cinco será de origen hispano. La
población de habla española es una población
joven. El promedio de edad del habitante de los Estados Unidos es
35.3 años, el promedio de edad del hispano en los Estados
Unidos es de 25.9 años.
Estos datos nos
muestran un fenómeno que tiene unas inmensas implicaciones
sociales, económicas, culturales y religiosas que es
necesario tomar en cuenta para entender el futuro de los Estados
Unidos y el futuro del cristianismo
en el país más adelantado del planeta. Es hora de
entender qué características tiene este grupo humano
que unos llaman hispano, otros latinos y que yo denomino
simplemente "la gente de habla española" en los Estados
Unidos.
La comunidad de
habla española en los Estados Unidos tiene un idioma
común
Puede parecer redundante decir que la comunidad de habla
española "tiene un idioma común", pero escoger esos
términos hace énfasis en el aspecto
lingüístico de esta comunidad en una sociedad donde el
inglés
ha imperado y donde prácticamente se ha considerado que no
se sobrevive si no se habla inglés.
Sin embargo, el proceso
observado hasta hace diez años en los que los emigrantes
de habla española iban llegando gradualmente a este
país y en el curso de dos o tres generaciones iban
perdiendo el dominio del
idioma español y hablando sólo inglés, a mi
parecer es un esquema que se está rompiendo debido a la
inmigración masiva. El idioma de los
emigrantes es el español tanto en los padres como en los
hijos y nietos. Las nuevas generaciones no son hablantes de
sólo ingles. Son bilingües. Entre los niños
menores de 10 años entre la población latina
emigrante el inglés es dominante en el 18% de ellos, el
español es dominante en el 11% de ellos y los dos idiomas
son hablados por el 70% de ellos. O sea los niños
son mayormente bilingües. Tenemos datos de las
primeras y segundas generaciones nacidas aquí, pero tienen
que ser revisados con base en el impacto de la emigración
masiva de los últimos diez años y eso necesita
tiempo cuando
hablamos de estadísticas generacionales. Una cosa es
cierta: las tendencias estudiadas hace diez años, ya no
son válidas a la luz de los
fenómenos de inmigración masiva de los últimos
diez años que rompieron todas las expectativas, entre
ellas la de que los hispanos serían la minoría
más grande en el año 2025. Ya son la
minoría más grande de los Estados Unidos. Aunque
sigue siendo cierto que el dominio del
inglés es necesario para poder ascender
en la escala social y
establecerse sólidamente en los Estados Unidos, el
español ha llegado para quedarse y compartir con el
inglés como el idioma de la
comunicación entre la comunidad venida de Latinoamérica. Las nuevas generaciones
aprenden el inglés en la escuela, pero
hablan el español en la casa, en el barrio, en la iglesia, en el
supermercado, etc. El español no es el idioma de los
abuelos, es tan bien el idioma de ellos. En una entrevista
para la CNN Martha Reed, docente de antropología en los Estados Unidos, dice:
"aquí estamos hablando en español, mis alumnas
hablan español, salimos a comer tacos y leemos el
periódico en español" . Esto sólo ha
sido posible porque no ha habido una oleada de emigrantes de
gente de habla española que llega y se asimila, sino
porque hay varias oleadas de emigrantes que llegan sucesivamente,
alimentan la cultura y
mantienen el idioma vivo. Es un caso sui generis en la
historia de la
emigración a los Estados Unidos.
El papel de
los medios de
comunicación es vital en el mantenimiento
del español dentro de la comunidad. El emigrante de habla
española está en contacto constante con su lengua y su
cultura con
sólo prender el televisor. Hay dos cadenas nacionales de
TV. en español, emisoras de radio en
español y a través del cable, la
televisión satelital e Internet, se está en
permanente contacto con el mundo y la cultura de habla castellana
dentro y fuera de los Estados Unidos.
El idioma español que se habla en los Estados Unidos es
mayormente el que se habla en Latinoamérica porque de
allí viene la mayoría de los emigrantes. Como toda
comunidad lingüística el español tiene
variantes dialectales conforme a cada país y
región. Una de esas variantes dialectales, la única
nacida en suelo
estadounidense, es el Spanglish. Este dialecto es producto de la
fusión
de las dos culturas y tiene, a su vez, variedades conforme a la
región donde se habla. Hay Spanglish californiano, tejano,
neoyorquino, de La Florida, etc. El Spanglish es una muestra del
esfuerzo que hizo el inmigrante de antes de los años
noventa para asimilarse a la cultura de los Estados Unidos,
aunque no lo consiguió del todo. Como dice el profesor
Ilán Stavas el Spanglish muestra como el
hispano trató de reinventar en los Estados Unidos su
imagen y
existió "un poquito como los anglosajones, un poquito en
forma distinta". El futuro del Spanglish es incierto, no sabemos
si se afianzará con la llegada de los nuevos inmigrantes o
desaparecerá al ser reemplazado por el español de
las sucesivas oleadas de inmigrantes. Es un hecho, en todo caso,
que el español a pesar de sus variantes dialectales es un
idioma que mantiene una unidad lingüística mayor que
la de otras lenguas. No es nada difícil para un hablante
mexicano comunicarse con un hablante del extremo sur de
Suramérica. Las variedades dialectales existen, pero no
estorban en mayor medida la comunicación.
El hecho indiscutible es que la tendencia es a que el
español se mantenga por generaciones en este país.
Si la permanencia del español fuera temporal no se
harían negocios como el de la fusión de
Univisión con la Corporación Radiodifusora Hispana
en los cuales se movieron tres mil cien millones de
dólares en un solo negocio. Más de cincuenta
estaciones de televisión
en español y decenas de estaciones de radio, sin contar
los diarios impresos y por Internet, demuestran la
vitalidad del idioma español en los Estados Unidos.
La comunidad de habla
española en los Estados Unidos tiene diversidad
cultural
La comunidad de habla española en los Estados Unidos
no es en realidad una cultura monolítica. En palabras del
profesor Ilán Stavas "la población hispano parlante
en los Estados Unidos no es homogénea…se trata
más bien de grupos nacionales
(chicanos, cubanos, puertorriqueños, dominicanos, etc.)
unidos mal que bien por un idioma común y una herencia
histórica". La mayoría de los miembros de la
comunidad de habla española en los Estados Unidos es de
origen mexicano, el 58.5%, pero antes el porcentaje de miembros
de la comunidad de habla española de origen mexicano era
mayor, cada vez más se diversifica. Hay un importante
número de gente de origen, puertorriqueño, el 9.6%,
cubano, el 3.5%, centroamericano, el 4.8%, la mayoría de
los cuales viene de El Salvador, suramericanos, el 3.8% la
mayoría de los cuales es colombiano, dominicano, el 2.2%,
colombiano, dentro de la comunidad de habla española en
los Estados Unidos, y se diversifica cada vez más.
Es necesario entender que hay diversidad racial dentro de
la comunidad de habla castellana. Hay blancos, negros, mestizos.
Los hablantes de habla española no son una raza, son un
grupo humano
que tiene en común el idioma español como lengua de
la
comunicación. Existen los mismos vicios y virtudes
dentro de esta comunidad que los que existen en otras
comunidades. No podemos decir que hay un "perfil" común al
hispano. De hecho, el 54% de los miembros de la comunidad de
habla española le gusta referirse a ellos mismos de
acuerdo al país de origen: mexicano, cubano, colombiano,
etc. Sólo al 24% le gusta que lo llamen hispano y al 21%
le gusta que lo llamen latino. Es exactamente lo mismo que
sucede, por ejemplo, con los europeos. Es verdad que se sienten
aludidos cuando se usa el término "europeo", mucho
más ahora que existe la Comunidad Europea como un grupo
regional, pero no por ello los alemanes prefieren que les digan
"alemanes" a "europeos" e igual con los franceses,
británicos, etc.
Los rasgos culturales son muy diversos entre los miembros
de la comunidad de habla española. La música cubana es muy
distinta de la mexicana, y ambas difieren enormemente de la
música
argentina. Los
mexicanos se distinguen por el uso del chili en sus comidas, algo
que no está presente en la comida de los países
suramericanos. Dentro de los mismos países hay diferencias
culturales de acuerdo a la región. La riqueza cultural de
los países latinoamericanos es enorme y toda ella viene
con los inmigrantes al llegar a los Estados Unidos. Esas
diferencias crean tensiones dentro de los mismos hispanos. Los
mexicanos son una mayoría aplastante y frecuentemente
tienen roces con los otros hispanos. Después de los
mexicanos, están los puertorriqueños, cubanos,
dominicanos, salvadoreños y colombianos. Todos ellos
tienen diferencias culturales y desacuerdos entre ellos.
Pero al mismo tiempo hay rasgos
comunes dentro de la población de habla castellana.
Algo de destacar es que al llegar a los Estados Unidos se crea un
sentido de identidad y
solidaridad entre
las diferentes culturas latinoamericanas, que fuera de suelo
norteamericano mantienen diferencias muy marcadas e incluso
hostiles unas con otras. A eso contribuye el hecho de que para
los norteamericanos toda la gente de habla española son
"hispanos" o "latinos". El norteamericano no diferencia
culturalmente ni tiene claro la inmensa riqueza y variedad
cultural de la gente de habla española. Eso contribuye a
que los que hablan español se integren, es decir la
actitud del
norteamericano al ver a todos los que hablan español como
"una sola raza" o una sola cultura, provoca en la gente que habla
español un sentido de identidad
común. O sea uno de los rasgos comunes de la gente que
habla español, además del idioma y la religión, es que los
norteamericanos los tienen catalogados a todos por igual y eso,
curiosamente, es una característica más, a tal punto que
la mayor organización que agrupa a los miembros
activos de la
comunidad que habla español se llama "Consejo Nacional de
la Raza" (la cursiva es mía). Aunque en sus
orígenes "La Raza" hacía alusión al movimiento
chicano. En la actualidad ese término ha sido asimilado
por los nuevos inmigrantes para denominar al hablante de habla
española en general.
No obstante, no existe una "agenda hispana" entre la gente
que habla español. El 43% por ciento quisiera trabajar
unido políticamente. Sin embargo, el 49% no tiene
ningún interés en
trabajar unido políticamente y el 8% ni siquiera ha
pensado en eso Lo que sí existe es un sano deseo de la
gran mayoría de la gente de habla española por
asimilarse a la sociedad norteamericana sin perder su identidad
cultural. La gente de habla española, sobretodo la
recién llegada, admira el éxito
económico de los Estados Unidos, anhela hacer realidad el
"sueño americano" y tiene un fuerte deseo de empezar una
nueva vida en los Estados Unidos. En eso comparte los mismos
sentimientos que han tenido todas las oleadas de inmigrantes de
los Estados Unidos desde su misma fundación. La gente de
habla española se integra en esa corriente que ha formado
este país, esta "nación
de inmigrantes". La abrumadora mayoría de la gente que
habla español, el 89%, cree que los Estados Unidos es
mejor que su propio país de origen. En otras palabras no
traen una agenda de afuera para imponer aquí, sino un
inmenso deseo de compartir los valores
democráticos que encarnan los Estados Unidos de América.
En otro lugar del mundo esa actitud de la
gente que habla español haría de ellos el
inmigrante ideal, pero desafortunadamente un buen número
de la población norteamericana no se siente cómodo
con la creciente ola de inmigración. Una encuesta
realizada por el Consejo para Relaciones Exteriores de Chicago
muestra que el 60% de los norteamericanos está en contra
del actual nivel de inmigración. De todas maneras, hay que
recordar que entre 1840 y 1850 millones de irlandeses y alemanes
emigraron a los Estados Unidos, ellos también sufrieron
discriminación pues suscitaron el miedo y
la desconfianza de los norteamericanos de entonces. Le
temían a su cultura, a su religión y a su
idioma, pero hoy están totalmente integrados. Lo mismo ha
pasado con otras olas de inmigración que los Estados
Unidos han tenido a través de su historia. No es
extraño notar que el 31% de la gente que habla
español se siente discriminada en los Estados Unidos,
aunque ese porcentaje es mayor en la población afro
americana (46%).
Por otro lado, hay un deseo de "volver a las raíces"
por parte de hispanos de segunda y tercera generación. Ese
deseo tal vez sea motivado por un posible desencanto de esas
generaciones con la sociedad en que viven o por una
admiración de la cultura hispana debido a que las nuevas
olas de inmigrantes traen consigo gente de más educación y
experiencias culturales que lo que trajeron olas de inmigrantes
anteriores cuya gran mayoría provenía de las
esferas más humildes de los países de
origen.
La gente de habla española está haciendo cada
vez más presencia en la vida pública de los Estados
Unidos. Uno de los gobernadores de uno de los Estados de la
Unión Americana es de origen hispano, el de Nuevo México. El
jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en Irak, el
general Ricardo Sánchez es de origen hispano, la firma de
los billetes de los Estados Unidos tiene un nombre en
español, Rosario Marín la tesorera de los Estados
Unidos, una inmigrante mexicana. El voto latino tiene gran peso
en la política de los Estados Unidos, en ambos
partidos. Tanto el partido demócrata como el republicano
costean programas de
televisión
en español para promover sus propias agendas. El comercio y la
industria
empiezan ya a fijarse en la comunidad de habla española
para atender sus necesidades en forma específica y en
español, y obtener así mayores ganancias. "El
poder de
compra de la comunidad hispana hoy en Estados Unidos es de
452.000 millones de dólares", dice Carla Rizzati, del Bank
of America. La Casa Blanca mantiene un sitio de Internet en
español donde publica todos los discursos del
presidente con su correspondiente doblaje al
español.
La comunidad de
habla española en los Estados Unidos es mayormente
católica.
Un rasgo importante que caracteriza la población de
habla española en los Estados Unidos es que, como en sus
países de origen, profesa en su gran mayoría la
religión católica. El 70% de la gente que habla
español en los Estados Unidos es católica, el 23%
es protestante y el resto no tiene ninguna preferencia religiosa
o pertenece a otro tipo de religiones.
La iglesia
católica está decidida a mantener a la
población de habla española en la religión
que tradicionalmente ha profesado. Es interesante notar que
aunque en España y
Latinoamérica la iglesia católica ha mantenido, por
lo general, una alianza con los poderes políticos
tradicionales y ha estado
mayormente al lado de los ricos y poderosos, las élites
gobernantes de los países latinoamericanos, ese no es el
caso en los Estados Unidos.
En los Estados Unidos la iglesia católica lleva la
delantera a todas las demás iglesias y organizaciones en
cuanto a la defensa de los derechos de los inmigrantes.
Caridades Católicas es una organización famosa, querida y respetada
entre los millones de inmigrantes de habla española del
país. La imagen de la
iglesia católica como una madre protectora, "la santa
madre iglesia" está en la mente de los habitantes de habla
española en los Estados Unidos. No es de extrañar
que a pesar de las crisis que esa
iglesia ha sufrido y de la gran publicidad que se
ha dado al esfuerzo de otros grupos cristianos
para alcanzar a la comunidad de habla española, la verdad
es que contra todas las expectativas, el porcentaje de latinos
católicos ha permanecido estable en los últimos 14
años.
Las iglesias evangélicas tradicionales han tenido
más éxito
alcanzando a los latinoamericanos en sus respectivos
países que dentro de los Estados Unidos. Hay varias
razones que muestran la dificultad de las iglesias
evangélicas tradicionales para alcanzar al inmigrante. Una
de ellas es que una buena parte de la población de los
EE.UU. que no ve con buenos ojos al inmigrante es miembro de las
iglesias evangélicas tradicionales, dentro de las cuales
podemos incluir a las iglesias de Cristo que aunque no tengan la
misma teología sus miembros en los Estados Unidos parecen
tener el mismo perfil sociológico de las primeras. Estas
iglesias están dispuestas a gastar dinero en
misiones a Latinoamérica, pero tienen dificultades en
aceptar miembros hispanos al interior de sus iglesias en los
Estados Unidos. El miembro promedio de una iglesia
evangélica tradicional no se siente bien sentado al lado
de un hispano en el mismo banco de su
iglesia. Prefiere la opción de iglesias de blancos, negros
"e hispanos". Para el hispano eso es inaceptable. Se siente
discriminado y se hace una idea completamente negativa de "la
religión del gringo". Por otro lado, la
fragmentación de las iglesias evangélicas
tradicionales en varias denominaciones, entre las cuales los
católicos incluyen a las iglesias de Cristo, es una
aberración para el hispano pues está acostumbrado a
la unidad religiosa. La película "Un impulsivo y loco
amor"
protagonizada por Salma Hayek y Matthew Perry (el de la serie de
televisión "amigos") muestra una historia de amor entre un
joven norteamericano y una joven mexicana. Uno de los momentos
más tensos de la trama es cuando se conocen los padres de
los jóvenes. Los padres del norteamericano le dicen a los
de la mexicana que ellos pertenecen a una iglesia
evangélica tradicional. Los padres de la mexicana les
contestan: "Eso no es una religión".
Las iglesias evangélicas pentecostales, o no
tradicionales, las del movimiento
carismático, son las que más penetración han
logrado en la gente de hispana. El 64% de los protestantes
latinos se identifica como miembro de una iglesia pentecostal o
carismática . Sin embargo, el "lado carismático" de
la iglesia católica, la denominada "renovación
carismática católica" ha logrado captar y mantener
dentro de la iglesia a un buen número de
católicos.
Es todo un reto tratar de llevar el evangelio de Jesucristo
a la gente de habla española en los Estados Unidos, pero
esa comunidad es una de las naciones que está incluida
dentro del mandato de "vayan y hagan seguidores a todas las
naciones" (Mateo 28:18-20 PDT). Sin embargo, para lograrlo es
necesario que las iglesias tomen en serio el desafío y
dispongan de voluntad, tiempo y recursos para
conseguirlo.
Hay que hacer un estudio permanente de la realidad
demográfica y cultural de la comunidad de habla
española. Conocerla y saber cómo
evoluciona.
Se necesitan respetar los valores
culturales de la comunidad de habla española y no exigir
que asimile valores
extraños a ella como requisito para que acepte a
Jesucristo.
Aprender de la iglesia católica que para alcanzar a
la comunidad de habla española hay que tomar en cuenta sus
necesidades y aspiraciones. El problema del desarraigo, la pobreza y la
situación de ilegalidad en cuanto al estatus migratorio no
puede ser una barrera para predicar el evangelio, sino una
oportunidad de servicio
cristiano con miras a comunicar el evangelio de
Jesucristo.
El asunto del idioma debe ser tenido en cuenta al momento
de comunicarse con la comunidad de habla española. No se
le puede exigir que hable inglés como requisito para
comunicarle el evangelio. Por otro lado, las biblias y
publicaciones religiosas deben estar en un español
común y corriente, al alcance de toda la comunidad de
habla hispana.
Se necesita que los creyentes de la raza negra e hispana
trabajen unidos para alcanzar a la gente hispana pues
frecuentemente comparten los mismos vecindarios y tiene problemas
sociales comunes. Esta sería una buena alternativa
contra el odio racial que se manifiesta entre estas dos
comunidades alrededor de los servicios
sociales gubernamentales.
La idea es trabajar todos los cristianos juntos para
alcanzar a la comunidad de habla española con el evangelio
de Jesucristo.
- La comunidad de habla
española parece tender hacia el mantenimiento de la lengua española como
su lengua de comunicación a través de
generaciones dentro de los Estados Unidos. - La comunidad de habla española tiene unidad y
diversidad. - La comunidad de habla española es mayormente
católica. - El rasgo anti-inmigrante de los miembros de algunas
iglesias evangélicas tradicionales hace difícil
que alcancen al hablante de habla española en cantidades
significativas. - Las iglesias que superan su tradicionalismo y dan la
bienvenida a gente de otras culturas tienen más
opción de alcanzar al hispano. - Se necesita un esfuerzo unido de los creyentes de todas las
razas y culturas para alcanzar al mundo de habla
española en los Estados Unidos.
Rafael Serrano
Se permite publicar este trabajo en todo o en parte
citando al autor.
Rafael Serrano es director de Ministerios Hispanos del
Centro Mundial de Traducción de la Biblia. Licenciado en
Filología e Idiomas de la Universidad
Nacional de Colombia en
Santafé de Bogotá, D.C. Estudios de postgrado en
Estudios Bíblicos Avanzados en el Center for Christian
Education de Irving, Texas, EE.UU, especialista en Pedagogía de la UNAD de Santafé de
Bogotá, D.C.