Lecturas de apoyo para la
asignatura
- ¿Cuál es la
visión ética para el hombre en cada época
de la filosofía? - Época Antigua
(Griega) - Época
Medieval - Época
Renacentista - Época
Moderna - Época
Contemporánea - Los
Presocráticos
El presente trabajo tiene la finalidad de contribuir de
manera relevante al acervo cultural del estudiante de
Bachillerato, en relación a la Filosofía y que a
través de las diversas lecturas llegue a la construcción de un conocimiento
de carácter
formativo.
Que el alumno haga de la Filosofía una actividad
que constituya una parte esencial de su propia vida .
Los diversos temas conllevan la necesidad de que se
apropie el estudiante de conocimientos, para que pueda discutir
desde su enfoque propio de manera abierta, plural y participativa
dentro del marco de respeto en el
espacio aúlico, sabedores de que nadie posee la verdad
absoluta, sino que, en última instancia, la diversidad de
interpretaciones o visiones del mundo conforman la unidad de la
acción intelectiva, interpretativa y transformadora, del
contexto que rodea al alumno de bachillerato e influye
poderosamente en su formación, enriqueciendo cada
día el proceso de
aprendizaje.
¿CUÁL ES LA
VISIÓN ÉTICA PARA
EL HOMBRE EN
CADA ÉPOCA DE LA FILOSOFÍA?
Ética es uno de
los campos de investigación y estudio del hombre hacia
el hombre
junto con la filosofía, pues en ella se desarrolla la
interrelación de los individuos. A partir de ésta
interrelación de individuos, surgen comunidades, donde hay
campos para estudiar y determinar al hombre en sus
actividades y en sus modos de pensar, tales como: Antropología, Sociología, Psicología, entre
otros. Antes de exponer como ha ido evolucionando la ética a
través de la historia del hombre,
especificaré a grandes rasgos que es Ética y
Moral.
Ética: del griego, derivado de, carácter,
y, según Aristóteles, de, éthos costumbre.
Rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es la moral. Si
por moral hay que
entender el conjunto de normas o
costumbres (mores) que rigen la conducta de una
persona para
que pueda considerarse buena, la ética es la
reflexión racional sobre qué se entiende por
conducta buena y
en qué se fundamentan los denominados juicios
morales.
Las morales, puesto que forman parte de la vida humana
concreta y tienen su fundamento en las costumbres, son muchas y
variadas (la cristiana, la musulmana, la moral de
los indios hopi, entre otras.) y se aceptan tal como son,
mientras que la ética, que se apoya en un análisis racional de la conducta moral, tiende
a cierta universalidad de conceptos y principios y,
aunque admita diversidad de sistemas
éticos, o maneras concretas de reflexionar sobre la moral,
exige su fundamentación y admite su crítica, igual
como han de fundamentarse y pueden criticarse las opiniones. En
resumen, la ética es a la moral lo que la teoría
es a la práctica; la moral es un tipo de conducta, la
ética es una reflexión
filosófica.
A partir de las definiciones muy generales de los
términos de ética y
moral, expondré que concepción ética se
tenía en cada época de la filosofía y
cómo ésta tiene una visión hacia el hombre.
Las épocas que expondré serán: Antigua,
Medieval, Renacentista, Moderna y Contemporánea. En la
época Antigua trabajaré con los Sofistas, Sócrates,
Platón,
Aristóteles. En la época Medieval a
Santo Tomás. En la época Renacentista a Maquiavelo y
Tomas Hobbes. En la
época Moderna a Kant. En la
época Contemporánea a Karl Marx,
Friedrich Nietzsche,
Sigmund
Freud.
En esta época se busca una valoración de
carácter sumamente importante a la virtud y a la
sabiduría. A partir de lo anterior surgen los Sofistas
(del griego , sofistés, sabios, los que poseen el saber o
están dotados de riqueza espiritual). Estos personajes
eran maestros en retórica y de esta habilidad
vivían, pues con ella cautivaban a los jóvenes, los
cuales les pagaban un muy alto precio por sus
conocimientos, para poder ejercer
cargos en el Estado.
Después de un tiempo los
sofistas dejaron de ser unos simples maestros de retórica
y empezaron a construir una filosofía critica,
centralizada en el ser humano y en la moral, además
trató de eludir todo dogma y relativizar todos los
conceptos. Este relativismo y subjetivismo les concedió el
nombre de sofistas, pues la palabra sofisma significa lo falso.
Entre estos sofistas el mayor representante es Protágoras
de Abdera (¿485-410?a. C.) Consideraba la sensación
como fuente del conocimiento.
Por su relativismo y subjetivismo, llegó a concluir que
‘‘El hombre es la medida de todas las
cosas’’. El aspecto ético que proponen las
sofistas es que el hombre debe tener éxito
(ocupar los cargos más importantes de la asamblea y
mantener una buena impresión ante el público) debe
actuar conforme a la ciudad-estado
(adaptarse a los estamentos de la polis, según la
conveniencia propia).
En oposición a los sofistas estaba Sócrates
(470/469-399 a.C.) Filósofo griego, nacido en Atenas, hijo
de Sofronisco, escultor, y de Fenáreta, de oficio partera.
Su vida y aun su propia figura se halla envuelta en la escasez e
incertidumbre de datos. Parece que
ejerció por un tiempo el mismo
oficio que su padre y que se interesó en un principio por
las doctrinas físicas de los filósofos jonios, quizá aprendidas
al lado de Arquelao de Mileto, discípulo de
Anaxágoras, hacia las que luego adoptó una actitud
crítica. Parecen hechos referibles a fechas ciertas que,
durante las guerras del
Peloponeso (431-404), en las que toma parte como soldado hoplita
-como correspondía a un ciudadano de nivel medio-, salva a
Alcibíades herido en el sitio de Potidea (429), participa
en la batalla de Delion (424), en Beocia, y, cercano ya a los 50
años, en la de Anfípolis (421), en Tracia;
así como también su oposición, en fechas
más tardías, formando parte del Consejo de los
Quinientos, al proceso contra
los estrategas de las Arginusas (411) y su desobediencia a la
orden dada por los Treinta Tiranos de arrestar a León de
Salamina (404).
Este filosofo se intereso por la virtud y la
sabiduría, en lo referente a que si el hombre es sabio
puede ser virtuoso, pero no en un carácter individual,
sino un carácter universal, pues en contra de
Protágoras la virtud no se puede enseñar, ni se
puede relativizar a las condiciones del hombre. Este conflicto que
se desprende con Sócrates y Protágoras, por querer
responder la pregunta ¿qué es
virtud?¿Cómo concebir la virtud?, se desarrolla en
el dialogo del
Menón.
En el dialogo la
pregunta fundamental es ¿qué es virtud? Frente a
esta pregunta Sócrates concluye que la virtud no puede ser
enseñada, porque no se tiene un concepto preciso
de virtud, por lo tanto los sofistas están en continuo
error cuando se empeñan en definir ¿qué es
virtud?, además esta noción que se tiene de virtud
no debe ser exclusivamente teórica, sino practica, porque
la virtud sólo se expresa en las relaciones con los otros.
Por lo tanto en esta interrelación se encuentra la
diferencia entre hombre sabios y hombre ignorantes (para
determinar esta diferencia entre los hombre sabios y los hombres
ignorantes, existe el método de
la mayéutica el cual consiste en construir el
conocimiento a partir de las nociones de cada hombre. Pero,
lastimosamente este método
hace ver una rivalidad entre la sabiduría y la
ignorancia). Los hombres sabios son virtuosos por gracia divina,
para explicar esta afirmación Sócrates se argumenta
desde la reminiscencia (deducción de la inmortalidad del
alma).
Platón: (427-347 a.C.) Filósofo
griego nacido en Atenas, creador de un sistema
filosófico y de un método de exposición
de la filosofía que le convierte, probablemente, en el
filósofo más influyente de toda la historia. Descendiente de
una acomodada y aristocrática familia que se
vanagloriaba de descender del antiguo rey Codro (era hijo de
Aristón y Perictíona -hermana de Cármides y
sobrina de Critias-, dos de los llamados treinta tiranos que
protagonizaron un golpe de estado
antidemocrático en Atenas en los años 404-403
a.C.), Platón,
tuvo dos hermanos: Adimanto y Glaucón, y una hermana,
Potone. A la muerte de
Aristón, la madre de Platón se casó con
Pirilampo, un antiguo amigo de Pericles, con quien tuvo un hijo,
Antifón, que por tanto era medio hermano de
Platón.
También es un filosofo que tiene una
visión de la ética como una forma de política, ya que
recibió cierta influencia aristocrática por parte
de su familia, lo cual
lo indujo a generar un sistema
igualitario para los habitantes de la polis, y así
suprimir la diferencia de clases, pues si todos son hombres,
¿por qué viven unos bien y otros mal? A partir de
esta visión de Platón sobre la equidad de clases en
la polis, define cómo es el origen de las sociedades La
ciudad toma su origen de la impotencia de cada uno de nosotros
para bastarse a sí mismo y de la necesidad que siente de
muchas cosas. Por consiguiente, cada cual va uniéndose a
aquel que satisface a sus necesidades, y así ocurre en
casos múltiples, hasta el punto de que, al tener todos
necesidad de muchas cosas, agrupándose en una sola
vivienda con miras a un auxilio común, con lo que surge ya
lo que denominamos la ciudad.Con la anterior definición de
lo que es la sociedad,
Platón ve que los hombres poseen necesidades que los
llevan a constituir comunidades en las cuales se construyen modos
de vida, formas de comunicación, métodos
económicos y algunas formas militares para la
expansión de terreno o la conquista de otras comunidades
para ampliar y satisfacer las necesidades de poder de los
gobernantes que dirigen estas comunidades. Por ello las
necesidades de los gobernantes hacia el alcance del poder,
produce en ellos una falta de coherencia y de sabiduría en
sus determinaciones como líderes. De esta manera surge en
las sociedades
cuatro formas de mal gobierno que
edifican hombres que no serán éticos, ni sabios,
tales gobiernos son: la timocracia o el gobierno del
honor y la ambición; la oligarquía o el gobierno
del amor a las
riquezas; la tiranía o el gobierno de la esclavitud; la
democracia o
el régimen de la libertad. Es
tas formas de mal gobierno se denominan así:
- Timocracia: Los hombres de ése
régimen serán. Pues –añadí-
amantes de las riquezas. Ni más ni menos que los de las
oligarquías. Y honrarán feroz y desmedidamente el
oro y la plata, hasta el punto de sostener almacenes y
tesoros privados en los que oculten las riquezas conseguidas.
Rodearán de murallas sus viviendas, que serán
para ellos unos sencillos nidos particulares, en los que
prodigarán a manos llenas el dinero,
tanto para mujeres como para todo aquello que les venga en
gana. - Oligarquía: Es un régimen en el
que decide la tasación de la fortuna y, por tanto, en el
que mandan los ricos, sin que los pobres tengan
participación en él. Pro consiguiente, cuanto
más se honra en una ciudad a la riqueza y a los hombres
ricos, meno se estima a la virtud y a los hombres buenos.
Más se practica siempre lo que se honra y se descuida lo
que no se estima. - Democracia: Lo cual hará posible
organizar la ciudad a gusto de cada uno, al modo como
hacíamos nosotros. Vaya, pues, quien quiera a un
régimen democrático, donde podrá elegir,
como en un bazar, el sistema que más le agrade. Una vez
que lo haya elegido, se asentará en él y se
adaptará a sus leyes. Pero en
tales condiciones la anarquía se adentrará en las
familias y terminará incluso por infundirse en las
bestias. - Tiranía: Así, pues,
verdaderamente, y aunque así no lo parezca, el hombre
tiránico no es otra cosa que un esclavo, sometido a las
mayores lisonjas y bajezas, adulador de los hombres más
viciosos, insaciable en sus deseos, carente de casi todas las
cosas y ciertamente pobre si nos decidimos a mirar la totalidad
de su alma.
Ante la justificación de Platón sobre los
malos gobiernos en la sociedad, queda
cierta duda de que exista una salida para la equidad entre los
hombres. De tal manera que para que la ética se genere en
una ciudad-estado, debe
estar basada en la justicia y en
la recta razón de un hombre que sea sabio y justo, este
hombre debe tener las cualidades necesarias para poder cimentar
un gobierno, estas cualidades no le son proporcionadas por sus
impulsos corpóreos, o por las pasiones que lo dominan,
solamente la razón es quien da los parámetros para
levantar un hombre lleno de virtudes y de sabiduría. Desde
la opción de un hombre sabio y justo se abre la
oportunidad para una forma de estado equitativo entre los hombres
y la posibilidad del desarrollo
ético.
Platón concibe que en el alma del hombre hay tres
partes, y que éstas son muy análogas al estado,
estas partes se determinan así: Hay una parte
decíamos con la que el hombre conoce; otra, con la que se
encoleriza, y una tercera a la que, por su variedad, no fue
posible encontrar un nombre adecuado. Estas partes del alma son
referentes al hombre, y para entender como estas también
son en el estado, se
determinan en: (3) La concupiscente conlleva a que el placer es
la ganancia ‘‘riquezas’’; (2) la
irascible conduce a la dominación, a la victoria y al
deseo de gloria; (1) la razón es la que siempre tiende a
conocer la verdad, sin importar la reputación y las
riquezas que esto proporcione y por esta exclusividad que tiene
la razón es digna de llamarla con toda justicia
amante de la ciencia y
del saber.A partir de esta explicación de las tres partes
del alma, se estipula que tanto la concupiscencia y la
irascibilidad no son las indicadas para el gobierno de un estado,
pues estas van muy ligadas a las formas de
gobierno oligarca, tirano, demócrata y
timocrático. Por ello la solución de Platón
para alcanzar las virtudes éticas en la ciudad-estado es
el dirigir y gobernar un estado con el fundamento del alma
racional del hombre, porque aquí se plantea el Estado
Ideal, en el cual la ética, la justicia y el saber,
son la génesis de las relaciones
humanas.
El Estado Ideal se conforma de la siguiente
manera:
- Los reyes filósofos, son los que gobiernan, pues su
racionalidad y coherencia les da la facultad para dirigir
justamente un estado, ya que ellos tienen la virtud de la
sabiduría. - Los guardianes, son los que protegerán el
estado, ellos tiene la virtud del valor y la
fortaleza para mantener las leyes de los
gobernantes. - Los artesanos son los que se encargarán de
mantener económicamente al estado y tendrán la
virtud de la templanza.
En conclusión en el estado ideal de Platón
se encuentran las virtudes y las leyes propicias para la
convivencia entre los hombres, sin alguna posibilidad de
desigualdad, también la ética se tomará como
el sumo bien el cual será adoptado por cada hombre, hasta
alcanzar la simetría de belleza y verdad.
Aristóteles: (384/383- 322 a.C.)
Filósofo griego, el de mayor importancia junto con
Platón, en toda la historia de la
filosofía; nacido en la ciudad jonia de Estagira (la
actual Stavro), en la península Calcídica, de donde
le viene el apelativo de «Estagirita», fue hijo de
Nicómaco, médico de Amintas, rey de
Macedonia. El hecho de ser macedonio y pertenecer a una familia
vinculada a la casa real, explica que fuera nombrado por Filipo
II preceptor de Alejando Magno y que, con ocasión de los
movimientos secesionistas de Atenas, tuviera que huir por dos
veces de esta ciudad. Vivió su infancia en
Pela y, muertos sus padres, pasó a Atarneo, con su tutor,
Próxeno, quien le envió a Atenas para que
completara allí su educación. En el
año 367/366 a.C. ingresa Aristóteles, a los 17
años, en la Academia de Platón, desechando la
escuela del
sofista Isócrates. El ingreso de Aristóteles en la
Academia platónica, provisionalmente presidida por el
matemático Eudoxo de Cnido, creador del modelo
astronómico de las esferas concéntricas, coincide
con la época -y este hecho debe considerarse totalmente
trascendental para su filosofía- en que Platón, que
tenía ya entonces 60 años, se hallaba en Sicilia,
en su segundo y de nuevo desafortunado viaje a Siracusa, del que
no regresa hasta el 364; es, pues, el momento en que en el
pensamiento
platónico comienza el período -«abstracto y
metodológico», según Jaeger-, de
crítica a la teoría
de las ideas (representado, sobre todo, por los diálogos
Teeteto, Sofista, Político, Parménides y Filebo).
Aristóteles permanece en la Academia 20 años, hasta
la muerte de
Platón. Las obras que se conocen de Aristóteles
pertenecientes a estos años hacen suponer un
período de fidelida d inicial a las ideas
platónicas con cierta actitud de
revisión de la teoría de las ideas, que
debía ser la de la Academia: Grilo, Eudemo,
Protréptico, Sobre las ideas y Sobre el bien son obras de
juventud, al
estilo de los diálogos platónicos, y pueden
llamarse obras exotéricas, o de divulgación, a
diferencia de las esotéricas, que configuran el cuerpo de
obras aristotélicas posteriores.
En la reflexión ética de
Aristóteles se ve una gran diferencia a la teoría
de su maestro Platón, pues Aristóteles trata la
ética de una forma más practica y relacionada con
la responsabilidad. Este concepto de la
ética aristotélica para Platón tiene
parámetros de error, porque el bien y las virtudes no
pueden ser ni estar en la praxis, sino que estos han de ser
más abstractos y lejanos al hombre. Frente a esta
afirmación de lo que es el bien y las virtudes, llevan a
pensar a Aristóteles que algo que beneficia al hombre, no
puede estar alejado de él, por lo tanto el bien y las
virtudes deben ser una meta en el hombre, la cual no se logra en
cuestión de instantes sino de constancia y
perseverancia.
La teoría ética de Aristóteles se
basa en alcanzar la felicidad, pero antes de alcanzar la
felicidad hay que determinar como se va a alcanzar o que procesos hay
que seguir para ir constituyendo un modelo para
lograr los fines planteados. Estos procesos se
dan en la medida que el hombre tiene ciertas facultades para
realizar algo, según el arte o destreza
que desarrolle, por ejemplo: un carpintero, hace sillas, para
hacer las sillas tiene que conseguir madera,
tallarla, cortarla, lijarla, decorarla, hasta que obtiene la
silla. El ejemplo anterior demuestra como se aplica la
teoría de Aristóteles para alcanzar algún
fin, pero, para alcanzar la felicidad no sólo es
desarrollar las actitudes
artísticas de los hombres, sino que la teoría
aristotélica va más enfocada hacia un desarrollo de
las virtudes, en donde sólo se alcanzan al practicar
acciones con
otros hombres.
La interacción del individuo con otros hace que
el hombre tenga una normatividad que lo conduce a mantener un
equilibrio
entre el vicio y el exceso. La felicidad que es el bien es lo que
cada hombre debe alcanzar en la vida, pero, para lograr la
felicidad, hay que determinar en donde se encuentra la verdadera
felicidad, porque algunos hombres limitan la felicidad a los
placeres, a los honores o la contemplación, lo cual es
totalmente equivoco, pues la verdadera felicidad es la construcción de un camino hacia el bien
supremo, pero para ser totalmente felices hay que ser hombres
prudentes, justos y sabios, en todas las acciones
cotidianas, es decir que cada momento en la vida es para analizar
cual puede ser el punto medio entre el exceso y el defecto, al
encontrarlo se es prudente en la acción que ocurre, y esta
determinación de la acción prudente hace que se
erijan hombres sabios y por consiguiente felices, por lo tanto la
felicidad no se hace individualmente sino colectivamente
según la normatividad que se haya establecido en una
comunidad.
El hombre que se inclina continuamente por alcanzar la
felicidad, busca alcanzar todos los fines hasta lograr conquistar
el bien supremo Aunque el fin único y absolutamente
perfecto sería el que nosotros buscamos. Si hay varios
fines, entonces sería el más perfecto de todos.
Ahora bien: afirmamos que lo que buscamos por sí mismo es
más perfecto que lo que se busca para otro fin; y el bien
que no se escoge más que en vista de otro no es tan
deseable como los bienes que se
consideran como medios y
fines. Y hablando en absoluto, el bien perfecto es el que debe
siempre poseerse por sí mismo y no por una razón
ajena a él. Este bien parece ser, en primer lugar, la
felicidad. La buscamos, en efecto, siempre por sí misma y
no por una razón ajena a ella misma.
En conclusión el hombre ético ha de ser un
hombre prudente, sabio y justo, que mide las consecuencias en las
actividades diarias de la vida y que mantiene un genero de vida en
la razón, la cual es la guía perfecta para
conseguir los bienes, este
genero de vida
consiste en la actividad del alma conforme a la virtud Si, pues,
lo peculiar del hombre es la actividad del alma, de acuerdo
parcial o totalmente con la razón: si afirmamos que esta
función
es propia de la naturaleza del
hombre virtuoso, igual que cuando se habla del buen citarista y
del citarista notable, y ello ocurre en todas las circunstancias,
teniendo en cuenta la superioridad, que, proviene de la virtud o
el mérito, corona el acto, de modo que el citarista bueno
toca la citara, y el citarista notable toca muy bien la citara;
si ello es así suponemos que lo peculiar del hombre es un
genero de vida, que este género de
vida es la actividad del alma, acompañada de acciones
razonables, y que en el hombre perfecto todo se hace según
el bien y lo bello u honesto, realizándose cada uno de
estos actos perfectamente, según su virtud
peculiar.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274)
Considerado el filósofo y el teólogo de mayor
relieve dentro
de la filosofía escolástica. Nació en el
castillo de Roccasecca, Frosinone, hijo de Landolfo, conde de
Aquino. Se educó en el monasterio de Monte Cassino y luego
en la universidad de
Nápoles (1239-1244), donde a los catorce años
emprende el estudio de las «artes». En 1244 ingresa
en la orden de los dominicos. La madre, que se oponía a
tal decisión, encarga a otro de sus hijos que le secuestre
y encierre en el castillo. Libre, al fin, de la oposición
de su familia, al cabo de un año marcha a París,
donde es discípulo predilecto de Alberto Magno, a quien
sigue luego a Colonia; vuelto a París, redacta el
Comentario a las sentencias (1254-1256), inicia su labor como
profesor y enseña en distintos lugares de Italia y Francia:
Anagni, Orvieto, Roma, Viterbo,
París y Nápoles. En esta época escribe sus
obras, entre la que destacan Summa contra gentiles, escrito con
finalidad misionera, y sobre todo la Summa theologiae,
considerada la obra de mayor relevancia de toda la
escolástica. Muere mientras se dirigía al concilio
de Lyón, convocado por Gregorio X, en la abadía de
Fossanova. Fue canonizado por Juan XXII, en 1323, y proclamado
doctor de la Iglesia en
1567. Tras la Contrarreforma, fue considerado como el paradigma de
la enseñanza católica, pero sus
doctrinas no siempre habían sido comúnmente
aceptadas. En 1277, el obispo de París, Tempier, instigado
por el Papa Juan XXI, antes Pedro Hispano, y cuyos manuales se
utilizaban en muchas universidades europeas, condena un
determinado número de tesis entre
las cuales una veintena son tomistas; el mismo año,
Roberto Kilwardby, dominico y arzobispo de Canterbury,
prohíbe una treintena de tesis en la
universidad de
Oxford, la mayoría de las cuales son tomistas. Desde 1280,
los franciscanos recurrían, con fines polémicos, a
un Correctorio sobre el fraile Tomás, redactado por
Guillermo de la Mare, en el que se pasaba revista a los
errores tomistas.
El gran mérito que se atribuye a
Tomás de Aquino es el de haber logrado la mejor síntesis
medieval entre razón y fe o entre filosofía y
teología. Sus obras son eminentemente teológicas,
pero, a diferencia de otros escolásticos, concede, en
principio, a la razón su propia autonomía en todas
aquellas cosas que no se deban a la revelación. Para
expresar esta autonomía y naturalidad de la razón
recurre a la filosofía aristotélica como
instrumento adecuado y, así, para combatir el
averroísmo latino, utiliza sus propias armas: los textos
mismos de Aristóteles. En la labor de armonización
del aristotelismo con el cristianismo,
algunas de las cuestiones que Tomás de Aquino ha de tratar
de diferente manera son: Dios primer motor de un mundo
eterno, el alma mera forma del cuerpo, la preexistencia de las
esencias.
Santo Tomás concibe la teoría
ética de Aristóteles como una filosofía
pagana, porque no se funda en el saber verdadero el cual es Dios,
entonces decide darle el fundamento que necesita. Para realizar
esta fundamentación de la filosofía pagana, se
enfoca sobretodo en la ética aristotélica, ya que
esta tiene que ver mucho con las acciones del hombre cristiano,
además toma la influencia religiosa árabe para
darle una reconsideración a tal religión, por ello La
economía
felicitaria del cristiano se entenderá uniendo esos dos
paradigmas:
pensando proféticamente el eudemonismo griego y
espiritualmente el mesianismo judío. El naturalismo de los
filósofos es interpretado a la luz religiosa, y
el historicismo de los israelitas a la luz de la eterna
verdad. El nuevo punto de vista es una economía felicitaria
de salvación en Dios.
Con la nueva concepción ética
planteada por Santo Tomás, se determina que el hombre
ético debe tener en claro que es un ser dotado de
razón, y con ello puede mantener una vida moral ejemplar,
siempre y cuando la razón haya sido quien rija las
pasiones del hombre. Para que el hombre conozca que la
razón es quien ordena y gobierna, debe descubrir que el
mundo tiene un orden, y este orden surge de la divinidad, esta
divinidad se entiendo como el bien supremo al que debe anhelar el
hombre, porque esta divinidad al poseer razón, tiene una
sabiduría infinita y eterna, la cual otorga al hombre la
razón y las facultades necesarias para entender qué
y por qué está en el mundo.
El sistema ético tomista, mantiene que La
sabiduría es la perfección del ejercicio racional,
y la razón tiene por cometido conocer el orden. El orden
interesa a la razón de cuatro modos. Hay un orden que la
razón no hace, sino sólo considera, describe o
explica. Otra forma de orden es el que la razón, actuando,
establece en su propio acto. La tercera forma de orden es quem
ratio considerando facit in operationibus voluntatis.
Finalmente el que opera en las cosas exteriores. Este
último corresponde al arte. Por lo
tanto la razón del hombre posee un conocimiento se divide
teórico y practico. El cometido del conocimiento
práctico es fundamentalmente la ética. El objetivo de la
ética o filosofía moral es <<la
consideración de las operaciones
humanas en cuanto ordenadas entre sí y al
fin>>.
En Santo Tomás la ética constituye
una parte fundamental de su obra. Para éste, la
ética no es un apartado más dentro de su pensamiento,
no es un accesorio del resto de la obra como en otros pensadores,
sino que supone uno de sus puntos básicos de
reflexión. Los aspectos y elementos de moralidad que Santo
Tomás expone se convierten en valores
prescindibles. También son ejes sobre los que giran sus
pensamientos: el bien en todo ser y el obrar del mismo
según la naturaleza,
siendo, en el caso del hombre, la naturaleza racional y por tanto
la suprema norma ética. En segundo lugar, elementos de
moralidad que describen como debe ser una acción buena: el
hecho y el fin deben ser buenos así como las
circunstancias. La virtud como hábito bueno que se forma
por la repetición de actos del mismo tipo, y cuyas
semillas existen en todo hombre. La ley natural de la
cual derivan los "diez mandamientos" y la ley moral que
Dios ha impreso en el corazón de
cada uno. En definitiva, el bien común es la
aspiración de toda ley. Por lo tanto se ve en Santo
Tomás una fuerte inclinación hacia la trascendencia
de la felicidad y de la prudencia aristotélica, porque los
bienes y fines no se contemplan en la vida terrenal, sino que se
alcanzan en plenitud al trascender a otra vida, en la cual se
hallará la esperanza y la felicidad, porque se puede
contemplar el bien supremo, el cual es Dios.
Maquiavelo, Nicolás (Niccolo
Machiavelli) (1469-1527) Filósofo, político y
dramaturgo italiano. Nació en Florencia. En 1498
accedió al cargo de secretario de la cancillería de
la república florentina. Desde este cargo, Maquiavelo
emprendió importantes misiones diplomáticas en la
corte papal, en la corte de Francia y en
la del archiduque austríaco Maximiliano I. Estos viajes le
reforzaron la idea de la necesidad de conseguir la unidad
italiana en un solo sistema estatal. En 1512, después de
la caída de la república, ha de abandonar la vida
pública, y se retira al campo, época que
aprovechará para redactar su obra principal El
Príncipe (dedicada a Lorenzo de Médicis o
Lorenzo el Magnífico, escrita en 1513, aunque no fue
publicada más que póstumamente en 1532), y muchas
de sus obras fundamentales, como Discursos
sobre la primera década de Tito Livio, y El arte de la
guerra. También por esta época escribió
La mandrágora. Se incorporó a la vida política directa a
partir de 1520, al servicio de
los Médicis. Cuando de nuevo se restauró la
república florentina en 1527 tuvo nuevamente que abandonar
todo cargo político. Maquiavelo es considerado como el
fundador del pensamiento político moderno, ya que fue el
primero en dar a conocer la realidad social y política tal
como es, y no tal como debería ser en función de
previas consideraciones morales. Su obra principal, El
Príncipe, de carácter básicamente
utilitario, destinada a dar consejos sobre cómo gobernar
mejor, es considerada como descripción y expresión de la
separación entre sociedad civil y
poder político propia del Estado burgués. En esta
obra, Maquiavelo parte del estudio de la realidad de su tiempo y
da un fiel reflejo de las principales características del moderno Estado
burgués, basándose en el estudio de los mecanismos
de pode r realmente utilizados por los
«príncipes» de su época. En este
sentido, su obra es fruto de su experiencia política, pero
ésta está dirigida por los supuestos propios del
naturalismo que impregnaba determinadas corrientes del
pensamiento renacentista, así como por la
asimilación de algunos aspectos de la Política de
Aristóteles (obra que, no obstante, Maquiavelo
declaró no haber leído), y de los pensadores
latinos. Por otra parte, su intención era fundamentalmente
la de conseguir la creación de un Estado fuerte capaz de
unificar, bajo el mando de un príncipe, los
pequeños estados y ciudades-estado de Italia, lo que
sólo se conseguiría, pensaba, bajo el poder y la
acción de un personaje excepcional, el príncipe,
capaz de imponer una monarquía absoluta amparada por la
razón de Estado.
Maquiavelo concibe El ser humano es siempre
el mismo –como es siempre idéntica la naturaleza en
general- y en consecuencia también lo son la historia y la
política.Desde la afirmación de Maquiavelo sobre el
hombre como un ser dotado profundamente de naturaleza y de
razón para desarrollar la política, y a
través de ella, se consigue la
ética.
La visión de ética en
Maquiavelo, no es otra cosa que la renovación del estado
en las sociedades, porque el estado es el encargado de ordenar la
convivencia de los hombres. Además Maquiavelo no quita en
el hombre las pasiones, sino que les da más relevancia,
sobretodo a la pasión de la ambición, desde la cual
explica como es que los hombre van construyendo sus
ideologías, pero cuando se van realizando tales metas, los
hombres entran en conflicto,
porque solamente ven los intereses propios, entonces la
solución ética de Maquiavelo para la ante la
demanda de
ideales, es reorganizar el estado, por que éste es quien
regula y hace un equilibrio
para que los hombres puedan convivir y siempre que los hombres se
ven impedidos de combatir por necesidad lo hacen por
ambición, la cual es tan poderosa en los pechos humanos
que jamás los abandona por muy altos que puedan haber
subido. La causa es que la naturaleza ha creado a los hombres de
tal manera que pueden desearlo todo, pero no conseguirlo.
Así que, siempre siendo mayor el deseo que la capacidad de
adquirir, resulta de ello el descontento con lo que se posee y la
poca satisfacción. De ahí viene la mutación
de su fortuna, porque deseando unos hombres tener más y
temiendo los otros perder lo conseguido surgen las enemistades y
las guerras y de
éstas la ruina de aquel país y el encumbramiento de
éste. (Discorsi, I, 37)
La justificación que elabora
Maquiavelo acerca de las guerras y las insatisfacciones del
hombre, a causa de su propia naturaleza, es para demostrar que el
hombre no es ni malo, ni bueno, sólo que no tiene un buen
medio en donde mantenga sus propias convicciones, por eso las
virtudes son móviles y sólo se determinan
dependiendo de las situación que viva el hombre. Por
consiguiente, Maquiavelo quiere proponer que para evitar las
guerras, y las diferencias sociales, hay que iniciar por una
renovación de los gobiernos actuales para que de ellos
surja el beneficio de un país, pero al reformar el estado,
hay que elegir a un Príncipe, tal
Príncipe debe tener las siguientes características:
- Que no sea rapaz, por que si lo es, el
pueblo lo odiará. - Debe ser prudente con la fortuna que
tiene el país, para prever miseria o cualquier
contratiempo que perjudique la estabilidad del
país. - Debe mejorar al país en lo
referente a los obras, y ellas deben provenir del
estado. - Debe conseguir que lo respeten desde la
firmeza que tenga, pero no debe lograr que lo odien, solamente
debe preocuparse porque le teman y lo
admiren.
En conclusión la vida del hombre
consiste en dejarse llevar por sus pasiones, porque éstas
son naturales en él, pero, para evitar que éstas
sean perjudiciales, hay que implantar unas normas de
convivencia desde un estado dirigido por un Príncipe que
haga respetar al país y que le de convicciones a sus
habitantes Maquiavelo ha llegado al convencimiento de que la base
para la conservación de todo Estado, con independencia
de su forma, es la combinación de prudencia y armas. Decir
Estado es lo mismo que decir seguridad y
autonomía, es decir, dependencia exclusiva de sí
mismo, y ello comporta necesariamente la posesión d la
fuerza o armas
capaces de disuadir a otros estados y de asegurar la confianza de
los súbditos.En pocas palabras para que un país
este bien, hay que buscar cualquier cosa para conseguirlo, de
ahí la frase de Maquiavelo ‘‘El fin justifica
los medios’’.
Tomás Hobbes:
(1588-1679) Filósofo inglés,
nacido en Westport, cerca de Malmesbury, en Gloucestershire, el
año de la Armada Invencible. De inteligencia
precoz, aprendió bien y pronto las lenguas
clásicas, hasta el punto de que a los 14 años pudo
traducir Medea, de Eurípides, del griego al latín.
Tras estudiar en Oxford, en 1608 entra al servicio de
lord William Cavendish como tutor, cargo que le vincula a esta
familia durante mucho tiempo y que le proporciona la
ocasión de emprender repetidos viajes por
Francia e Italia que, en París, le relacionan con Mersenne
y su círculo de cartesianos, Herbert de Cherbury y
Gassendi y, en Arcetri, con Galileo (1636). La orientación
fundamental de todo su pensamiento puede entenderse como una
trascripción de la física del movimiento de
Galileo a toda la realidad: no hay más que cuerpos en
movimiento, y
así ha de entenderse no sólo la materia, sino
también el hombre y la misma
sociedad.
La influencia de Galileo en Hobbes hace que
determine la naturaleza de los hombres a partir de los
movimientos Hay en los animales dos
clases de movimientos que les son propios. Uno llamado vital, que
comienza con la generación, y es continuado sin
interrupción a través de su vida entera; así
sucede con la circulación de la sangre, el pulso,
la respiración, la digestión, nutrición,
excreción, etc., movimientos para los cuales no se
necesita ayuda de la imaginación. El otro es el movimiento
animal, también llamado movimiento voluntario, como ir,
hablar, mover cualquiera de nuestros miembros en la manera que,
en primer lugar, lo imaginan nuestras mentes. Que el sentido es
movimiento en los órganos y parte internas del hombre,
causado por la acción de las cosas que vemos,
oímos, etc., y que la fantasía no es sino la
reliquia de este mismo movimiento tras la sensación, ha
sido ya dicho en los capítulos primero y segundo. Y pues
ir, hablar, y los movimientos voluntarios semejantes dependen
siempre de un pensamiento precedente de a dónde, de
qué manera y qué, es evidente que la
Imaginación es el primer origen interno de todo movimiento
voluntario. Estos movimiento que hay en los hombres se dan a
causa de los apetitos y de los deseos naturales en el hombre que
lo llevan a alcanzar algún fin, es así como Hobbes
plantea que ‘‘la acción explica el
fin’’. A partir de la anterior consideración
del hombre, se desprenden algunas justificaciones que afirman que
el hombre es un animal y que por lo tanto es absolutamente
natural:
- Las acciones del hombre son sólo
por sus instintos, se llega a pensar que el hombre como tal es
igual que un animal, y que el hombre no controla sus impulsos,
sino que sólo se enfoca por preservar la
vida. - La naturaleza del hombre consiste en
saciar apetitos y evitar el dolor. - La naturaleza del hombre es la guerra, pero
ésta se justifica en la naturaleza del hombre, y es
así que la ley natural de los apetitos del hombre van a
ser bellum omnia contra omnes guerra de
todos contra todos.
Tomás Hobbes reduce al hombre a un
animal, y esto no deja otra salida que quedarse en la desgracia
de que no hay voluntad en los hombres. Ante tal
proposición Hobbes plantea una forma de convivencia en el
hombre, en donde no predominen los instinto naturales, sino que
haya algo que limite estas pasiones, tal planteamiento se define
como un contrato social.
El Contrato
Social consiste en un acuerdo "libre" (teniendo en cuanta la
limitación del movimiento humano y sus apetitos)
interesado por los fines individuales, por lo tanto la
relación social es una relación egoísta, en
donde predomina la utilización de los otros. Por
consiguiente, el contrato social
deja una consecuencia de luchas entre los hombres, y para evitar
éstas lucha debe existir ciertos parámetros que
delimiten a una sociedad, algunos parámetros
son:
- Un legislador que establezca leyes que
condicionen al hombre para fomentar la convivencia de intereses
individuales. - Las leyes tendrán que ser
aplicadas por un imperativo externo "castigo" que será
ejercido por un Leviatán que determinará lo que
es bien y lo que es mal. - Cumpliendo las leyes del Leviatán
el hombre será libre.
La necesidad de Hobbes al proponer la idea
de un Leviatán como legislador de una sociedad es porque
la naturaleza del hombre lo exige. Así, pues, encontramos
tres causas principales de riña en la naturaleza del
hombre. Primero, competición; segundo, inseguridad;
tercero, gloria.
El primero hace que los hombre invadan por
ganancia; el segundo, por seguridad; y el
tercero, por reputación. Los primeros usan de la violencia para
hacerse dueños de las personas, esposas, hijos y ganado de
otros hombres; los segundos para defenderlos; los terceros, por
pequeñeces, como una palabra, una sonrisa, una
opinión distinta, y cualquier otro signo de
subvaloración, ya sea directamente de su persona, o por
reflejo en su prole, sus amigos, su nación,
su profesión o su nombre.
Es por ello manifiesto que durante el tiempo
en que los hombres viven sin un poder común que les
obligue a todos al respeto,
están en aquella condición que se llama guerra; y
una guerra como de todo hombre contra todo hombre. Pues la guerra
no consiste sólo en batallas, o en el acto de luchar; sino
en un espacio de tiempo donde la voluntad de disputar en batalla
es suficientemente conocida. […] Pues así como la
naturaleza del mal tiempo no está en un chaparrón o
dos, sino en una inclinación hacia la lluvia de muchos
días en conjunto así la naturaleza de la guerra no
consiste en el hecho de la guerra, sino en la disposición
conocida hacia ella, durante todo el tiempo en que no hay
seguridad de lo contrario. Todo otro tiempo es
paz.
De esta guerra de todo hombre contra todo
hombre, es también consecuencia que nada puede ser
injusto. Las nociones de bien y mal, justicia e injusticia, no
tienen allí lugar. Donde no hay poder común, no hay
ley. Donde no hay ley, no hay injusticia. […] Es consecuente
también con la misma condición que no haya propiedad, ni
dominio, ni
distinción entre mío y tuyo; sino sólo
aquello que todo hombre pueda tomar.
En conclusión la teoría
ética de Hobbes esta argumentada por un agente externo que
imparta leyes para que el hombre se desarrolle a partir de
éstas y consiga así la felicidad y la libertad, que
por lo general esta coactada por su naturaleza, es decir que todo
se basa en El Leviatán el cual es la única
salida para poder fundar los principios en una
sociedad, estos principios estarán expuestos en el
contrato
social que determinan las acciones del hombre y el cómo
alcanzar la libertad sin aniquilarse a sí mismo y a los
otros.
Kant, Immanuel (1724-1804) El mayor
filósofo alemán de todos los tiempos y uno de los
que mayor influencia ha tenido en la historia del pensamiento, a
la que dio un giro de 180 grados, metafóricamente llamado
«revolución
copernicana». Nació en Königsberg (Prusia
oriental entonces y, en la actualidad, provincia rusa), cuarto
hijo de una familia humilde de once hermanos. Los
biógrafos
describen a los padres de Kant, Johann
Georg Kant y Regina Reuter, como personas sumamente honestas,
rectas y amantes de la concordia, y a la madre en particular, que
Kant perdió a los trece años, como a una mujer que
imprimió en su familia el espíritu y las normas del
pietismo. A los seis años, Kant asiste a la escuela local del
Hospital suburbano y, luego,
dos años más tarde,
ingresa en el Colegio Fridericiano. Königsberg, que debe su
origen a la fusión,
ocurrida el mismo año del nacimiento de Kant, de tres
núcleos urbanos, uno de los cuales había sido
antigua fortaleza de la Orden Teutónica y posteriormente
residencia, durante casi un siglo, de los duques de Prusia, era,
en el s. XVIII, uno de los focos principales del pietismo en
Prusia. Franz Albert Schultz, director del colegio y pietista
destacado, aunque de orientación moderada, se encarga de
la formación del pequeño Kant, continuando la educación iniciada
por la madre. Kant murió el 12 de febrero de 1804,
pronunciando las palabras: Es is gut [está bien]. En la
lápida de su tumba se grabaron posteriormente las palabras
con que inicia la conclusión de su Crítica de la
razón práctica: «Dos cosas llenan el
ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y
crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se
ocupa de ellas mi reflexión: el cielo estrellado que
está sobre mí y la ley moral que hay en
mí».
El pensamiento de Kant: el «giro
copernicano» en
filosofía
El sistema filosófico de Kant
recibe el nombre general de «criticismo» o
«filosofía crítica» y se halla
expuesto, sobre todo, en las tres obras fundamentales de la
Crítica de la razón pura, Crítica de la
razón práctica y Critica del juicio. Los elementos
introductorios de este sistema los denomina propiamente
filosofía trascendental y los expone Kant, principalmente,
en los Prolegómenos y en la primera de las tres
Críticas mencionadas. Por «filosofía
trascendental» entiende el examen a que hay que someter a
la razón humana para indagar las condiciones que hacen
posible el
conocimiento a priori, o bien el mero intentar responder a la
pregunta de «¿cómo son posibles los juicios
sintéticos a priori?», o a la de
«¿cómo es posible la experiencia?», o
bien a la de «¿cómo es posible la
naturaleza?». Kant dice también que la
filosofía trascendental pretende saber «sólo
si es en principio posible alguna cosa parecida a lo que se llama
metafísica».
Ante las propuestas de Maquiavelo y
Hobbes sobre una ética partiendo de las pasiones humanas,
Kant hace un replanteamiento de lo que en verdad debe ser la
ética, este cambio lo hace
desde la Fundamentación De La Metafísica
De Las Costumbres. En Kant la ética es una ciencia de las
leyes de la libertad, no entendida como lo que plantea Hobbes, en
donde él proponía que la ética se descubre
en el hombre y sus acciones y por ello es una analogía con
las leyes del movimiento (movimiento de los elementos igual al
movimiento de los animales, el cual
es el mismo movimiento de instintos en el hombre). La
ética de Kant es diferente por que no toma la ética
como una ciencia
exacta, sino predecible En cambio, tanto
la filosofía natural como la filosofía moral pueden
tener cada una su parte empírica, porque aquélla
tiene que determinar sus leyes como un objeto de la experiencia,
y ésta para la voluntad del hombre, en tanto que es
afectada por la naturaleza: las primeras ciertamente como leyes
según las cuales todo sucede, las segundas como leyes
según las cuales todo debe suceder, pero sin embargo
también con consideración de las condiciones bajo
las cuales frecuentemente no sucede. De esta manera es como se
funda la moral, de algo abstracto e indeterminado, que se lleva a
la practica a través de la interacción entre los
hombres de una sociedad en donde se definen normas o leyes y
estas conducen a la libertad, pero esta moral ha de ser puramente
abstracta, así se poseen principios puros racionales que
determinan el compromiso personal en el
hombre, es decir, El deber es la necesidad de una acción
por respeto a la ley. Al mantener la moral en los principios
naturales y animales, se lleva a un retroceso de lo que va a ser
la moral en beneficio del hombre, pues la moral pasará a
ser un ite res individual y no
universal.
La fundamentación de la
metafísica de las costumbres hace una estructura de
lo que en verdad ha de ser la ética y la moral. Desde
aquí se parte en que todo ser humano debe valorar la
intención con que el individuo hace una acción en
la vida cotidiana, porque esta intención es de
carácter subjetivo y parte de la
motivación hacia la buena acción, lo que
determinará si tal acción es buena o mala, es la
consecuencia, por ejemplo: si un hombre está en un parque
y ve que un niño se va a caer, la intención del
hombre será evitar que el niño caiga, pero si no
consigue la finalidad de la intención, no habrá
ningún problema, pues lo que cuenta es la intención
del hombre por ayudar a que el niño no se fuera a
lastimar, porque la intención es de carácter puro
abstracto y subjetivo. Por consiguiente el ejemplo anterior
justifica que en todo ser humano hay un principio interno "juzgar
el valor de la
acción", tal principio interno es valioso por sí
mismo, ya que cuando suceden actividades que comprometen al
hombre a reaccionar en beneficio de otros, sus intenciones
estarán enfocadas hacia una buena acción. La buena
voluntad aparece cuando se tiene que actuar por deber, el cual es
determinado por la razón que es a la vez una
condición propia y única del hombre para poder
interactuar con otros. A partir de esta interacción se
desarrolla la
comunicación y de ella se construyen sociedades que
establecen leyes para canalizar la naturaleza del hombre y
conceder a los hombres la capacidad de que cada uno alcance sus
propósitos o fines, siempre bajo la luz de la razón
y el deber. Por lo tanto, el hombre debe tener tres diferencias
fundamentales para la convivencia en sociedad: (1) La felicidad
solamente es empírica. (2) La razón es la que
fundamenta la ética "metafísica". (3) El deber es
la moral y es quien indica como se debe actuar en la practica en
sociedad. Todo lo anterior se basa en: La máxima: es la
intención del principio interior subjetivo es lo que
impulsa a actuar, pero esto sólo es válido si se
postula como una ley universal para todo ser racional posible en
todas las condiciones del
sujeto.
En conclusión, el hombre ha de
ser una persona ética, cuando sus acciones hacia otros se
originan por respeto a las leyes que se han constituido en una
sociedad, es decir, que el hombre mantenga una autonomía
moral que lo hará libre, pero, todo ello se logrará
si se obra según una ley moral universal. De esta manera
es como Kant propone que el hombre no debe ser manipulado por un
Leviatán o que actúe por sus instintos, sino que
debe actuar desde sus principios racionales y morales, los cuales
son la guía propia para entender lo que se debe hacer en
la cotidianidad de la vida, conservando siempre la
concepción de que cualquier acción humana debe ser
en un primer momento a priori (antes de la experiencia) y
de allí se dará el paso a lo a posteriori
(después de la experiencia). Sólo un ser racional
posee la facultad de obrar por la representación de las
leyes, esto es, por principios; posee una voluntad. Como para
derivar las acciones de las leyes se exige razón, resulta
que la voluntad no es otra cosa que razón práctica.
Si la razón determina indefectiblemente la voluntad,
entonces las acciones de este ser, que son conocidas como
objetivamente necesarias, son también subjetivamente
necesarias, es decir, que la voluntad es una facultad de no
elegir nada más que lo que la razón,
independientemente de la inclinación, conoce como
prácticamente necesario, es decir,
bueno.
Marx, Karl (1818-1883)
Revolucionario, filósofo, economista, historiador y
periodista alemán. Nació en Tréveris, en el
seno de una familia judía conversa de tradición
liberal y de posición económica desahogada.
Estudió derecho e historia en las universidades de Bonn y
Berlín. Pero, bajo la influencia del pensamiento de
Hegel se
dedicó de lleno al estudio de la filosofía. Se
relacionó con el círculo de los filósofos
pertenecientes a la llamada izquierda hegeliana, manteniendo
especialmente contacto con Bruno Bauer y con Moses Hess. En 1841
se doctoró en Jena, con una tesis sobre Las diferencias en
la filosofía de la naturaleza de Demócrito y
Epicuro, obra en la que ya se manifiesta su orientación
materialista. Durante esta época Marx y, en
general, todo el círculo de los hegelianos de izquierda,
estuvieron muy influenciados por Feuerbach, aunque posteriormente
Marx, que
apreciaba la crítica feuerbachiana de Hegel,
criticó lo que él consideró las
insuficiencias de este autor. Las dificultades que las
autoridades políticas
pusieron al desarrollo de la actividad docente de los hegelianos
de izquierda, provocaron el abandono de la enseñanza universitaria de varios de ellos,
lo que hizo desistir a Marx de dedicarse a la carrera
académica, y empezó a dedicarse al periodismo.
Formó parte como redactor, y más tarde (1842-1843)
como director, de la «Gaceta Renana», periódico
radical de Colonia, en el que publicó numerosos
artículos defendiendo el sufragio universal, la libertad de
expresión frente al Estado, e interesándose por
los conflictos
sociales. Este periódico
fue clausurado en marzo de 1843. Su labor periodística,
según él mismo confiesa, le condujo a una
comprensión concreta de la realidad social, y
preparó el camino hacia la radicalización de sus
posiciones políticas.<
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Marx ve la teoría
ética propuesta por Kant, y con ello ve que hay un error,
porque la propuesta subjetiva moralista del deber, desecha la
practica y se basa solamente en la teoría, pues la
ética no se da en lo abstracto sino en lo practico, la
idea de partir de lo abstracto a la praxis es una metodología de supuestos, porque al hacer
una reflexión de lo universal hacia lo particular, no se
tiene certeza, pues la vida de los hombres es diferente en cada
uno y por lo tanto no puede existir un universal que condense
toda la humanidad en las ideas morales universales subjetivas,
sino que para tener un beneficio social, hay que analizar en
qué parámetros y en qué condiciones viven
los hombres, por lo tanto no hay que plantear ideales, sino que
hay que buscar la forma de satisfacer a todos los hombres por
igual desde la practica y su condición de vida. A partir
de la búsqueda de la felicidad no universal, sino
más individual y practica, Marx propone que la felicidad
se halla en la igualdad de
clases, la valoración del proletariado y la
abolición de la propiedad
privada, porque lo que hace esto es suprimir al hombre y
marginarlo en una vida de maquinación y productividad en
donde el hombre no puede ser feliz, nosotros partimos de un hecho
económico, actual. El obrero es más pobre cuanta
más riqueza produce, cuanto más crece su producción en potencia y en
volumen. El
trabajador se convierte en una mercancía tanto más
barata cuantas más mercancías produce. El trabajo no
sólo produce mercancías; se produce también
a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente
en la proporción en que produce mercancías en
general. Este hecho, por lo demás, no expresa sino esto:
el objeto que el trabajo
produce, su producto, se
enfrenta a él como un ser extraño, como un poder
independiente del producto r. El
producto del trabajo es el trabajo que se ha fijado en un objeto,
que se ha hecho cosa; el producto es la objetivación del
trabajo. La realización del trabajo es su
objetivación. Esta realización del trabajo aparece
en el estadio de la Economía
Política como desrealización del trabajador, la
objetivación como pérdida del objeto y servidumbre
a él, la apropiación como extrañamiento,
como enajenación.
En suma lo que pretende hacer
Marx es una solución practica de la ética,
derrocando las desigualdades históricas como el trabajo y
la religión,
porque en estas dos dimensiones culturales, el hombre deja de ser
hombre y se convierte en un instrumento del poder para
convertirse en objeto dejando su identidad como
sujeto, y lo que es peor aún es que el hombre no despierta
de esa opresión sino que continua y sigue
manteniéndose en la enajenación de la
aspiración al bienestar a través del trabajo y la
felicidad de una vida eterna en la religión. Por
consiguiente, la visión de Marx sobre el hombre es la
siguiente: El hombre, sin embargo, no es sólo ser natural,
sino ser natural humano, es decir, un ser que es para sí,
que por ello es ser genérico, que en cuanto tal tiene que
afirmarse y confirmarse tanto en su ser como en su saber. Ni los
objetos humanos son, pues, los objetos naturales tal como se
ofrecen inmediatamente, ni el sentido humano, tal como
inmediatamente es, tal como es objetivamente, es sensibilidad
humana, objetividad humana. Ni objetiva ni subjetivamente existe
la naturaleza inmediatamente ante el ser humano en forma
adecuada; y como todo lo natural tiene que nacer, también
el hombre tiene su acto de nacimiento, la historia, que sin
embargo, es para él una historia sabida y que, por tanto,
como acto de nacimiento con conciencia, es
acto de nacimiento que se supera a si mismo. La historia es la
verdadera historia natural del hombre (a esto hay que
volver).
Nietzsche, Friedrich:
(1844-1900) Filósofo alemán, nació el 15 de
octubre de 1844 en Röcken, en la Turingia, en el seno de una
familia profundamente protestante (tanto sus abuelos como su
padre fueron pastores protestantes). Él era el
primogénito, pero tuvo una hermana, Elisabeth, que
jugó un destacado papel en su
vida. En 1849 murió su padre, y la familia se
trasladó a Naumburgo, donde realizó sus primeros
estudios. A partir de 1859 estudió en la prestigiosa
escuela de Pforta (la misma en la que habían estudiado
Fichte, Klopstock, Schlegel y Novalis), donde recibió una
esmerada educación y
comenzó a experimentar la influencia de Schopenhauer.
Posteriormente estudió filología clásica y
teología en Bonn durante el curso académico de
1864-1865, aunque abandonó la
teología
para dedicarse solamente a la
filología clásica, cuyos estudios prosiguió
en Leipzig, donde fue el protegido del eminente y prestigioso
filólogo Ritschl, y donde trabó amistad con Erwin
Rhode, que llegaría a ser otro eminente filólogo.
Durante esta época se acentuó la influencia de
Schopenhauer, y en 1868 conoció a Richard Wagner, con
quien durante unos años estuvo unido por una estrecha
amistad.
También parece que fue durante este período que
contrajo la sífilis,
posible causa de su posterior enfermedad cerebral, aunque al
parecer ya antes había experimentado problemas de
salud. En 1869
fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad de
Basilea. Debido a sus méritos y a las alabanzas que
Ritschl había hecho de su discípulo, la Universidad
de Leipzig le concedió el grado de doctor sin necesidad de
examinarse, basándose en sus publicaciones
filológicas. En 1870 fue nombrado catedrático en la
Universidad de Basilea de la que ya era profesor.
Participó brevemente en la guerra franco-prusiana, aunque
llevado por su antigermanismo, renunció a la
ciudadanía alemana para nacionalizarse
suizo.
La propuesta nietzscheana acerca
de la moralidad y la ética, es que son inventos de puro
carácter utilitario, social y de solos intereses
religiosos. La teoría de Nietzsche es
una lucha contra la religión por interrumpir la vida del
hombre, porque no permite que el hombre sea hombre, sino que esta
religión se encarga de la aniquilación del sujeto y
la negación de la vida humana, porque esta religión
pone por encima del hombre a Dios un ser superior e inalcanzable,
este Dios es totalmente falso y perjudicial para el hombre, ya
que a través de este ser el hombre es limitado, porque el
hombre no puede pensar más allá de Dios, y esta
subordinado a ser una simple criatura, además desde que
nace se le coacta de la libertad, pues según la
religión el hombre que acaba de nacer ya tiene culpas de
pecado y esta destinado a sufrir y a nunca alcanzar la plenitud
de la felicidad en la vida humana, sino sólo en la
negación y aniquilación del sujeto por la
aspiración de un más allá que es incierto y
produce terror, porque no se sabe qué y cómo
vivirá el hombre. Con lo anterior sólo deja en
claro que Nietzsche busca es rescatar al hombre de una carga que
no tiene porque llevar, pero que nadie le ha dicho que la lleva
Se deja oír una nueva exigencia. Enunciémosla:
necesitamos una crítica de los valores
morales, hay que poner alguna vez en entredicho el valor
mismo de estos valores -y
para esto se necesita tener conocimiento de las condiciones y
circunstancias de que aquellos surgieron, en las que se
desarrollaron y modificaron (la moral como consecuencia, como
síntoma, como máscara, como tartufería, como
enfermedad, como malentendido; pero también la moral como
causa, como medicina, como
estímulo, como freno, como veneno), un conocimiento que
hasta ahora ni ha existido ni tampoco se lo ha siquier a deseado.
Se tomaba el valor de esos "valores" como algo dado, real y
efectivo, situado más allá de toda duda; hasta
ahora no se ha dudado ni vacilado lo más mínimo en
considerar que el "bueno" era superior en valor a "el malvado",
superior en valor en el sentido de ser favorable, útil,
provechoso para el hombre como tal (incluido el futuro del
hombre). ¿Qué ocurriría si la verdad fuera
lo contrario? ¿Qué ocurriría si en el
"bueno" hubiese también un síntoma de retroceso, y
asimismo un peligro, una seducción, un veneno, un
narcótico, y que por causa de esto el presente viviese tal
vez a costa del futuro? ¿Viviese quizá de manera
más cómoda, menos
peligrosa, pero también con un estilo inferior, de modo
más bajo?… ¿De tal manera que justamente la moral
fuese culpable de que jamás se alcanzasen una
potencialidad y una magnificencia sumas, en sí posibles,
del tipo hombre? ¿De tal manera que justamente la moral
fuese el peligro de los
peligros?
Nietzsche plantea El hombre
libre es el ser feliz, capaz de aceptar el azar, la inseguridad y
la provisionalidad de la existencia después de la muerte de
Dios. El ser que no actúa reactivamente, que en lugar de
querer la inmortalidad, quiere el instante, la eterna
repetición de su propia
existencia.
En conclusión la misión de
Nietzsche es construir valores propios desde el sujeto, el cual
se debatirá ante el continuo azar y dejará que todo
suceda, aceptará el cambio y por lo tanto no tendrá
más abstracciones que definan cuales deben ser sus
acciones, en cambio a ello será el hombre mismo quien
determine su propia existencia, es aquí donde el hombre
será libre, sin coacciones universales que se han creado a
través de la historia, pero sólo cuando el hombre
destruya la vieja historia, podrá caminar por sí
sólo, en el nihilismo, Pero decidme, hermanos míos,
¿qué es capaz de hacer el niño que ni
siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué
el león rapaz tiene que convertirse todavía en
niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo
comienzo, un juego, una
rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un
santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el
juego del
crear se precisa un santo decir si: el espíritu quiere
ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su
mundo.
Freud, Sigmund: (1856 –
1939) Médico neurólogo, inventor del psicoanálisis. Nacido en Freiberg (Moravia)
en 1856, primer hijo del segundo matrimonio de su
padre, Jakob, un comerciante en lanas judío. Se
trasladó con su familia a Viena en el 1959 donde
vivió hasta 1938, momento en que se exilió a
Londres huyendo de la persecución nazi. Entre 1860 y 1872
realizó los estudios primarios y secundarios,
interesándose más por las relaciones
humanas que por los estudios científicos. A
raíz de una conferencia sobre
el poema de Tobler «Sobre la naturaleza» (atribuido a
Goethe), decidió inscribirse en la facultad de medicina (1873),
interesándose particularmente en las Ciencias de la
Naturaleza de orientación darwiniana, por entonces muy en
boga. Bajo la dirección de sus maestros Ernst Brücke
y Theodor Meynert realizó trabajos de investigación en fisiología y publicó algunos
artículos en el boletín de la Academia de Ciencias,
cambiando definitivamente su nombre Sigismund por Sigmund. En
1881 obtuvo su título de doctor en medicina,
especializándose en neuropatología. En este periodo
se interesó por los efectos terapéuticos de la
cocaína (1884 – 1885). En 1885 asiste en el hospital de la
Salpétrière (París) al tratamiento de la
histeria por la hipnosis, que realizaba el doctor Charcot. Los
efectos espectaculares de este tratamiento, que afectaba a las
capas profundas del psiquismo de los enfermos, le orientan hacia
el descubrimiento del
inconsciente.
Freud ve la necesidad de los
hombre por ser feliz y a partir de ello ve las contradicciones
que han mantenido los pensadores al tratar de buscar la felicidad
en términos prácticos o abstractos, por que cuando
se enfocan a buscar fundamentos o medios para que el hombre
alcance la felicidad, siempre se tiende a proponer una
solución para un determinado grupo de
hombres, pero cuando se plantea como una posible globalización ética, se esta
aniquilando a la misma ética y también se esta
perjudicando al hombre, pues en vez de encontrar igualdad, lo
que se esta generando es una inconformidad aún mayor que
la anterior. La felicidad desde la ética de Kant no se
puede lograr porque si el hombre es quien se plantea los deberes
¿acaso este mismo no los puede desobedecer, siendo
él mismo el que hace sus leyes?, sólo queda en
pensar que la vida feliz no se logra sin el hombre no es por
sí mismo EI super-yo cultural ha elaborado sus ideales y
erigido sus normas. Entre éstas, las que se refieren a las
relaciones de los seres humanos entre sí están
comprendidas en el concepto de la ética. En todas las
épocas se dio mayor valor a estos sistemas
éticos, como si precisamente ellos hubieran de colmar las
máximas esperanzas. En efecto, la ética aborda
aquel punto que es fácil reconocer como el más
vulnerable de toda cultura. Por
consiguiente, debe ser concebida como una tentativa
terapéutica, como un ensayo
destinado a lograr mediante un imperativo del super-yo lo que
antes no pudo alcanzar la restante labor cultural. Ya sabemos que
en este sentido el problema consiste en eliminar el mayor
obstáculo con que tropieza la cultura: la
tendencia constitucional de los hombres a agredirse mutuamente;
de ahí el particular interés
que tiene para nosotros el quizá más reciente
precepto del super-yo cultural «am arás al
prójimo como a ti mismo». La investigación y
el tratamiento de las neurosis nos ha
llevado a sustentar dos acusaciones contra el super-yo del
individuo: con la severidad de sus preceptos y prohibiciones se
despreocupa demasiado de la felicidad del yo, pues no toma debida
cuenta de las resistencias
contra el cumplimiento de aquéllos, de la energía
instintiva del ello y de las dificultades que ofrece el mundo
real. Por consiguiente, al perseguir nuestro objetivo
terapéutico, muchas veces nos vemos obligados a luchar
contra el super-yo, esforzándonos por atenuar sus
pretensiones. Podemos exponer objeciones muy análogas
contra las exigencias éticas del super-yo cultural.
Tampoco éste se preocupa bastante por la constitución psíquica del hombre,
pues instituye un precepto y no se pregunta si al ser humano le
será posible cumplirlo. Acepta, más bien, que al yo
del hombre le es psicológicamente posible realizar cuanto
se le encomiende; que el yo goza de ilimitada autoridad
sobre su ello. He aquí un error, pues aun en los seres
pretendidamente normales la dominación sobre el ello no
puede exceder determinados limites. Si las exigencias los
sobrepasan, se produce en el individuo una rebelión o una
neurosis, o se le
hace infeliz.
En suma, los pensadores que han elaborado teorías
para poder proporcionarle al hombre la felicidad "ya sea en sus
ideales o en sus pasiones", han desarrollado desde la practica de
la moral y la teoría de la ética a través de
la historia, varios y diferentes puntos de vista para llegar a
una posible forma de alcanzar la felicidad del hombre, lo que
sucede es que estas proposiciones carecen de universalidad,
porque cada vez que se plantea una solución ética a
los problemas
actuales de la humanidad, se enfoca en un determinado
número de hombres y ello genera que la propia ética
en vez de ser una solución ante los problemas humanos se
convierta en la génesis de nuevos conflictos,
porque genera desigualdades las cuales traen como consecuencia
guerras y malentendidos entre los hombres. A partir de la falla
de la ética, sólo queda que el sujeto trate de
hacerse así mismo, unas normas y unas leyes que le
ofrezcan felicidad y bienestar propio y que tal convicción
propia e individual sea benéfica para los demás, a
través de esta realización propia se podrá
erigir hombre, libre y feliz, pero, ¿qué hacer con
los otros? si los otros igualmente son hombres y tienen anhelos
de libertad, y también querrán ser felices como el
hombre que lo es o que lo fue. Por lo tanto al tratar de dar una
solución de carácter netamente individualista, se
cae en un error y es aquí donde pareciese que el hombre
estaría destinado a nunca ser feliz. De esta manera se
reconsidera la proposición de la felicidad del hombre y se
formula que la felicidad al no lograrla en forma individual,
habrá que construirla de forma colectiva, teniendo en
cuenta las complicaciones del colectivismo, porque este
colectivismo llevará a la perdida del sujeto. En
conclusión, opino que, la mejor forma de ser feliz es crea
ndo por sí mismo una convicción de querer ser
prudente en los actos cotidianos, junto con la
construcción de un ideal que me lleve a determinar lo que
debo hacer. De lo anterior se seguirá la
interacción con el otro, durante esta interacción
no habrán propuestas meramente teóricas, sino
puramente practicas, porque si hay un fundamento teórico
de mis convicciones, tal fundamento implicará que todo ha
de ser igual y que no habrá la posibilidad de que ocurran
cambios en la cotidianidad y por ello se caería en el
dogmatismo extremo. De esta manera propongo que la ética y
la moral no se deben entender como lo que significan sino como
las acciones diarias entre hombres que viven en sociedad, un
nuevo planteamiento sin fundamentos, con la aceptación del
cambio de la naturaleza y la individualidad de cada
hombre.
Son los pensadores griegos
cronológicamente anterior a Sócrates y a los que
siendo contemporáneos suyos se ocupan del mundo e intentan
descubrir su unidad racional esencial. Los filósofos
presocráticos desarrollaron un vocabulario original,
sobrio y severo, y a medida que fueron forjando conceptos para
referirse a la totalidad del mundo (Phycis = naturaleza); crearon
una nueva racionalidad que les fue diferenciando de los
mitólogos.
El fenómeno cultural de
la filosofía presocrática nació en los
límites
fronterizos del área helénica, en las zonas de su
colonización bélica o comercial, precisamente
allí donde los griegos entran en contacto con el mundo
oriental. Ello les permitió conocer los desarrollos de la
sabiduría egipcia y babilónica en el campo de la
astronomía, la geometría
y la aritmética.
El pensamiento
presocrático representó el primer esfuerzo
fructífero frente al problema del conocimiento del mundo,
en un momento en que la filosofía y ciencia
constituían una unidad. La cuestión fundamental era
un problema físico, naturalista: ¿está el
mundo hecho de una sustancia fundamental única?
¿Cuál es esa sustancia? Denominamos physiologi (los
físicos) por Aristóteles, la mayoría de sus
obras responden a la denominación genérica de peri
physeos ("sobre la naturaleza"). Los griegos distinguían
dos tipos de realidades: Una natural, que se desarrollaba por si
misma (la Physis o natural), y otra artificial, producto de la
actividad humana y que no tenia la capacidad de autodesarrollarse
(la techne o técnica). Así , el problema
fundamental de estos filósofos fue averiguar cual era el
principio material ultimo de la Phycis. Este principio material o
arché seria la esencia misma de las cosas, aquello de que
están hechas todas las cosas del mundo, su sustancia
material (en griego, suousia). La historia del pensamiento del
pensamiento presocrático es la sucesión de
respuestas distintas a éste mismo
problema.
Tales De
Mileto
Tales de Mileto (c. 625-c. 546
a.C.), filósofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue
el fundador de la filosofía griega, y está
considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia. Tales
llegó a ser famoso por sus conocimientos de astronomía después de predecir el
eclipse de sol que ocurrió el 28 de mayo del 585 a.C. Se
dice también que introdujo la geometría
en Grecia.
encuentra, para tales de Mileto
el origen de la cosas en una materia
visible (causa material). Ahora bien, el concepto de materia, que
tenía Tales, no coincide con la idea que nosotros tenemos
de la misma (algo inanimado). Para Tales, incluso los seres
aparentemente inanimados tenían realmente vida. En este
contexto es en donde debería situarse su afirmación
de que todas las cosas están llenas de dioses.
Según Tales, el principio original de todas las cosas es
el agua, de la
que todo procede y a la que todo vuelve otra vez. Antes de Tales,
las explicaciones del universo eran
mitológicas, y su interés
por la sustancia física básica
del mundo marca el
nacimiento del pensamiento
científico.
Anaximandro
Anaximandro (c. 611-c. 547 a.C.), filósofo,
matemático y astrónomo griego. Nació en
Mileto (en la actual Turquía). Discípulo y amigo
del filósofo griego Tales de Mileto,
Anaximandro está considerado el descubridor de la
oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo que
forman el plano de la eclíptica y el plano del ecuador celeste.
También se le considera introductor del reloj de sol en
Grecia y fundador de la cartografía.
La contribución
más relevante de Anaximandro fue elaborar la más
temprana obra en prosa en relación al cosmos y los
orígenes de la vida, por lo que también es
mencionado como fundador de la cosmología. Concebía
el Universo
como un número de cilindros concéntricos, de los
cuales el más exterior es el Sol, el del
medio la Luna y el más interno contiene las estrellas.
Dentro de estos cilindros está la Tierra, sin
base firme y en forma de bombo. Anaximandro postulaba una
teoría del origen del Universo que
defendía que éste era el resultado de la
separación de opuestos desde la materia primaria.
Así, el calor se
movió hacia fuera, separándose de lo frío y,
después, lo hizo lo seco de lo húmedo.
Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas
vuelven con el tiempo al elemento que las
originó.
Anaxímenes
Anaxímenes (c. 570-500 a.C.), filósofo griego de la
naturaleza, el último miembro de la escuela jónica
fundada por el filósofo Tales de Mileto. Nació en
Mileto (Jonia), en Asia Menor. Para
Anaxímenes, el aire era la
substancia básica y originaria del mundo. Ese aire cambia por
condensación y por rarefacción. Anaxímenes
escogió el aire como principio originario, (arjé)
de donde procede todo, debido a que podía convertirse en
cualquiera de los otros elementos del mundo, como mar o tierra, sin
perder su propia naturaleza. Simplemente se condensaba o se
rarificaba pero conservando siempre su identidad.
Anaxímenes observó que los cuerpos, al calentarse
se dilatan, y, al enfriarse se contraen. Ello le llevó a
concluir que este par de opuestos no eran tal sino una misma
cualidad que se manifiesta distintamente según las
condiciones. Pues bien, estas observaciones le llevaron a pensar
que el aire al dilatarse (rarefacción) produce lo caliente
(fuego) y al condensarse (condensación) produce agua y
tierra, y,
todo, ello sin dejar de ser aire. De este modo creía
superar las críticas que Anaximandro había dirigido
a Tales y, con ello, poder proponer de nuevo como principio
originario a uno de los cuatro elementos visibles de la
naturaleza.
Pitágoras
Pitágoras (c. 582-c. 500 a.C.), filósofo y
matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en
Platón. Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue
instruido en las enseñanzas de los primeros
filósofos jonios Tales de Mileto, Anaximandro y
Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido
condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la
tiranía de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se
instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia,
donde fundó un movimiento con propósitos
religiosos, políticos y filosóficos, conocido como
pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce
sólo a través de la obra de sus
discípulos.
Los pitagóricos asumieron
ciertos misterios, similares en muchos puntos a los enigmas del
orfismo. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia
de consumir alimentos, la
sencillez en el vestir y en las posesiones, y el hábito
del autoanálisis. Los pitagóricos creían en
la inmortalidad y en la transmigración del alma. Se dice
que el propio Pitágoras proclamaba que él
había sido Euphorbus, y combatido durante la guerra de
Troya, y que le había sido permitido traer a su vida
terrenal la memoria de todas sus existencias
previas.
Heráclito
Heráclito (c. 540-c. 475 a.C.), filósofo griego,
quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la
materia y que el mundo entero se encontraba en un estado
constante de cambio. Nació en Éfeso, una antigua
ciudad griega en Asia Menor, que ahora pertenece a
Turquía. Debido a su vida solitaria, y a la oscuridad y
misantropía de su filosofía, es llamado algunas
veces el oscuro.
En cierto sentido,
Heráclito fue uno de los iniciadores de la
metafísica griega, aunque sus ideas se derivan de las de
la escuela jónica de la filosofía griega.
Consideraba el fuego como la sustancia primordial o principio
que, a través de la condensación y
rarefacción, crea los fenómenos del mundo sensible.
Heráclito incorporó a la noción de "ser" de
sus predecesores el concepto de "devenir" o flujo, al que
consideró una realidad básica subyacente a todas
las cosas, incluso a las más estables en apariencia. Para
aclararlo, afirmaba que una persona no podía
bañarse dos veces en el mismo
río.
En ética,
Heráclito introdujo un nuevo énfasis social,
manteniendo que la virtud consiste en la subordinación del
individuo a las leyes de una armonía razonable y
universal. Aunque su pensamiento estaba influido por la
teología popular, atacó los conceptos y ceremonias
de la religión popular de su
tiempo.
Sólo una obra, De la
Naturaleza de las cosas, se puede atribuir a Heráclito,
aunque algunos autores sostienen que también
escribió un libro sobre
las leyes. Numerosos fragmentos de su obra fueron preservados por
escritores posteriores y se pueden encontrar recopilaciones de
estos fragmentos en diversas ediciones
modernas.
Parménides
Parménides (c. 515-c. 440 a.C), filósofo griego,
considerado por muchos eruditos como el miembro más
importante de la escuela
eleática.
Natural de Elea (colonia griega
en el sur de la Magna Grecia), se cree que visitó Atenas
cuando tenía 65 años de edad y que, en tal
ocasión, Sócrates, entonces un hombre joven, le
oyó hablar. De sus escritos sólo se han conservado
160 versos, pertenecientes a 19 fragmentos de un poema
didáctico, Sobre la naturaleza. En este tratado,
considerado el primero sobre el ser, abogaba por la existencia
del "Ser absoluto", cuya no existencia declaraba inconcebible,
pero cuya naturaleza admitía ser también
inconcebible, ya que el "Ser absoluto" está disociado de
toda limitación bajo la cual piensa el ser humano.
Mantenía que los fenómenos de la naturaleza son
sólo aparentes y debidos, en esencia, al error humano;
parecen existir, pero no tienen entidad real. Sostenía
también que la realidad, "Ser verdadero", no es conocida
por los sentidos,
sino que sólo se puede encontrar en la razón. Esta
creencia le convirtió en un precursor del idealismo de
Platón. La teoría de Parménides de que el
ser no puede originarse del no ser, y que el ser ni surge ni
desaparece, fue aplicada a la materia por sus sucesores
Empédocles y Demócrito, que a su vez la
convirtieron en el fundamento de su explicación
materialista del Universo. En la Vía de la verdad,
Parménides, nos describe todo lo que la razón, sin
la ayuda de los sentidos,
puede deducir acerca del ser o lo limitado. Sin embargo, en un
momento determinado, Parménides pasa de los objetos de la
razón a los objetos de los sentidos, es decir, de la
Vía de la verdad a la Vía de la opinión; y
así como los objetos de los sentidos quedaron excluidos de
la Vía de la verdad, de la misma manera, en la Vía
de la opinión excluirá
los
Zenón De Elea
Zenón nació hacia el 490/85 a de Cristo.
Procedía de Elea. Inicialmente fue pitagórico pero
acabó siendo discípulo de Parménides. Parece
que intervino tambien en política participando en un
complot contra un tirano y, trás ser detenido, mantuvo un
gran entereza ante la
tortura.
Zenón escribió
tambien una obra con el objetivo de atacar a aquellos que se
mofaban del Uno de Parménides. Su método
consistía en reducir las hipótesis de sus oponentes al absurdo
deduciendo las consecuencias contradictorias que de ellas se
seguían. Parece que las hipótesis que atacó con mayor dureza
fueron aquellas que defendían la existencia del movimiento
y de la pluralidad. En este contexto, es muy posible que sus
ataques fueran dirigidos en contra de los
pitagóricos.
En Atenas, Zenón
enseñó filosofía durante algunos
años, concentrándose en el sistema eleático
de metafísica. El estadista ateniense Pericles y Calias
estudiaron con él. Zenón regresó más
tarde a Elea y, según cuenta la tradición, se
unió a una conspiración para librar a su ciudad
nativa del tirano Nearcco; la conspiración fracasó
y Zenón fue torturado con dureza, pero se negó a
delatar a sus compañeros. No se conocen más
circunstancias de su vida.
Sólo pocos fragmentos de
la obra de Zenón perduran, pero las obras de Platón
y Aristóteles se nutren de referencias textuales de los
escritos de Zenón. En el plano filosófico,
Zenón aceptaba la creencia de Parménides de que
el universo, o
el ser, es una sustancia indiferenciada, simple, única,
aunque pueda parecer diversificada para los sentidos. La
intención de Zenón fue desacreditar las
sensaciones, lo que pretendió hacer a través de una
brillante serie de argumentos o paradojas, sobre el espacio y el
tiempo que han perdurado hasta nuestros días como mosaicos
intelectuales complejos. Una paradoja clásica afirma que
un corredor no puede llegar a la meta porque,
para lograrlo, debe recorrer una distancia; pero no puede
recorrer esa distancia sin primero recorrer la mitad de ella, y
así ad infinitum. Porque existe un número infinito
de bisecciones en una distancia espacial, uno no puede recorrer
una distancia en tiempo finito, a menos que acorte la distancia o
aumente la velocidad.
Este argumento, como muchos otros de Zenón, se
proponía demostrar la imposibilidad lógica
del movimiento. Dado que los sentidos nos llevan a creer en la
existencia del movimiento, los sentidos son ilusorios y por lo
tanto no existe ningún obstáculo para aceptar las
inverosímiles teorías
de Parménides de otra forma. Zenón es reconocido no
sólo por sus paradojas, sino por establecer los debates
filosóficos que favorecen la discusión razonada.
Por todo ello, Aristóteles le consideró el creador
del razonamiento
dialéctico.
Leucipo
Leucipo (c. 450-370 a.C.), filósofo griego, que
quizá naciese en Abdera. Casi nada se conoce de su vida y
ninguno de sus escritos ha perdurado. Sin embargo, es reconocido
como creador de la teoría atómica de la materia,
más tarde desarrollada por su principal discípulo,
el filósofo griego Demócrito. Según esta
teoría, toda materia está formada por
partículas idénticas e indivisibles llamadas
átomos.
Demócrito
Demócrito (c. 460 a.C.-370 a.C.), filósofo griego
que desarrolló la teoría atómica del
universo, concebida por su mentor, el filósofo Leucipo.
Demócrito nació en Abdera, Tracia. Escribió
numerosas obras, pero sólo perduran escasos
fragmentos.
Según la teoría
atómica de la materia de Demócrito, todas las cosas
están compuestas de partículas diminutas,
invisibles e indestructibles de materia pura (en griego atoma,
'indivisible'), que se mueven por la eternidad en un infinito
espacio vacío (en griego kenon, 'el vacío'). Aunque
los átomos estén hechos de la misma materia,
difieren en forma, medida, peso, secuencia y posición. Las
diferencias cualitativas en lo que los sentidos perciben y el
origen, el deterioro y la desaparición de las cosas son el
resultado no de las características inherentes a los
átomos, sino de las disposiciones cuantitativas de los
mismos. Demócrito consideraba la creación de mundos
como la consecuencia natural del incesante movimiento giratorio
de los átomos en el espacio. Los átomos chocan y
giran, formando grandes agregaciones de
materia.
Demócrito escribió
también sobre ética, proponiendo la felicidad, o
'alegría', como el mayor bien —una condición
que se logra a través de la moderación, la
tranquilidad y la liberación de los miedos. En la historia
Demócrito era conocido como el Filósofo Alegre, en
contraste al más sombrío y pesimista
Heráclito. Su teoría atómica anticipó
los modernos principios de la conservación de la
energía y la irreductibilidad de la
materia.
José Guadalupe De La
Fuente Aguilar