Políticas públicas,
poder local y
participación ciudadana en el sistema
de
Consejos de Desarrollo
urbano y rural
En los últimos tiempos está cobrando vital
importancia las temáticas relacionadas a las políticas
públicas, la
globalización, el poder local,
la participación ciudadana y la sistemática
disminución del papel del
Estado. Todos
enfocados hacia la comprensión de los elementos y actores
que participan en la reforma de la
administración del Estado.
Estamos asistiendo a una coyuntura de cambios en la
administración tradicional del Estado
caracterizada por ser centralizada, burocrática,
autoritaria, monocultural y excluyente; hacia una administración
pública más democrática, participativa,
y con menos intervención del Estado. Esta nueva forma de
administración estatal, discutida en
distintos niveles, necesariamente conduce a una nueva
concepción de sus funciones, sus
políticas y sus relaciones con la sociedad en
general, en donde la participación ciudadana juega un
papel
importante en aspectos claves, tales como el control y
auditoria social.
Papel importante en el marco de la denominada
reducción del Estado, y la vigencia del régimen
democrático como el idóneo para el relacionamiento
entre el Estado y la
Sociedad, de
cara a la problemática social, económica y política por la que
atraviesan los Estados nacionales de la presente época,
que en algunos casos esta ligada al proceso de
reducción de sus funciones.
En ese sentido es fundamental el papel de los gobiernos
locales, quienes se convierten en los agentes más
inmediatos, para la búsqueda de la rearticulación
del tejido social del país, en el acercamiento entre los
gobernantes y gobernados; es decir, conformar una nueva
articulación entre poder público, sociedad y
grupos
económicos, para el impulso de un modelo propio
de desarrollo que
logre hacer real las mejoras en las condiciones de vida de todos
los habitantes. Esto muy bien puede materializarse mediante la
participación ciudadana.
Estos paradigmas, la
globalización, el poder local, las
políticas públicas y la participación
ciudadana, son elementos insoslayables de análisis dentro del marco del Sistema de
Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, porqué no
indicarlo, en el más amplio marco del sistema
político guatemalteco, el cual en los últimos
tiempos ha perdido mucha credibilidad en detrimento del sistema
democrático.
En fin, nos encontramos a las puertas de un nuevo
estadio, donde las fuerzas económicas, la tecnología, el
medio
ambiente, las políticas sociales, deben ser
reestructuradas o continuaremos con un Estado monocultural,
excluyente, autoritario y represivo, sin participar del proceso
económico mundial, que tiene que ver con el TLC y otros
temas de vital importancia económica para el país,
que en gran medida están siendo determinados por la
dinámica económica
mundial.
POLÍTICAS
PÚBLICAS, PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y PODER
LOCAL
Conceptualizar las políticas públicas, el
poder local y la participación ciudadana, son
indiscutiblemente imprescindibles en los actuales momentos,
tomando en cuenta factores de la práctica política que se
entremezclan con las acepciones teóricas. Los conceptos
arriba mencionados han sido abordados desde diferentes puntos de
vista y áreas de conocimiento.
Esa consideración para el presente trabajo nos conduce a
definirlos con el apego teórico, sin dejar de lado la
práctica política, factor importante para la
operativización del mismo.
Las políticas públicas forman parte del
qué hacer del Estado, desde la puesta en práctica
de planes hasta la omisión de los mismos ante las demandas
sociales. De cualquier forma es posible establecer una
conceptualización más o menos consensuada, de que
"lo político" y "la política" se refiere a principios de un
determinado gobierno,
orientada para atender fines y una población específica. O sea, es un
medio para llegar a una determinada meta económica
social.
La ejecución de la política pública
tiene dos momentos: "un discurso,
o sea una forma de cómo transformar una demanda en un
propósito de acción y de registro de la
agenda de decisiones de un gobierno; y
una práctica, que es una forma para que los
diferentes actores que se interrelacionan, formulen sus problemas,
exijan soluciones,
instrumentos y materialicen la política".
Es en la práctica política donde se
inscriben la participación ciudadana y el poder local,
como elementos sustantivos. Aunque, también debe
considerarse que estos dos conceptos no son válidos sin
tener en cuenta que la democracia es
un sistema que fomenta la creación de espacios donde estos
se desarrollan y practican. Está claro que la "democracia no
es un modelo
rígido, terminado en todos sus detalles, ni tampoco una
especie de receta que contenga las respuestas correctas a todos
los problemas".
Como no es un modelo rígido, es perfectible, por tanto la
participación ciudadana puede ir más allá de
las reglas de juego
establecidas en la democracia representativa.
Potencialmente el elemento "salvador" de esta
deformación de la democracia representativa, puede estar
asegurado en la democracia "participativa", la cual requiere de
una "una sociedad civil
que esté constituida por actores insertos en el sistema,
con capacidad de gestión
en distintos planos, con posibilidades de selección
de alternativas, toma de
decisiones y elementos propositivos.
Para el caso guatemalteco, la sociedad civil
actualmente tiene un nicho político y social importante
para potenciar su accionar en la reestructuración y
dinamización de la administración
pública. En otras palabras, nos referimos al proceso
de descentralización, especialmente en el tema
del traslado de la toma de
decisiones públicas de los órganos nacionales
asentados en el centro, hacia "órganos que se hallan en la
periferia del país (el interior), sean estos constitutivos
o no de esos órganos nacionales. Siendo la Municipalidad,
la mayor expresión de estos órganos en el interior,
con lo cual se vislumbra el fortalecimiento del poder
local.
Así también, el papel de las comunidades
organizadas es fundamental dentro del proceso de descentralización, la cual se sitúa
en un contexto más amplio que el meramente institucional
en el que implique el traspaso de capacidades que se encuentran
en manos del Estado directamente a la sociedad y sus organizaciones.
Transferencia que debe ser acompañada del conjunto de
competencias y
recursos
(financieros, humanos, materiales);
"que podrá gestionar autónomamente en el marco de
la legalidad vigente".
No obstante lo anterior, para efectos del presente
trabajo la descentralización no es el tema principal, no
deja de ser trascendental desde el punto de vista
político-administrativo, como proceso que afecta no tanto
la forma jurídica del Estado entendida como la forma en
que se organiza el poder del Estado, sino la manera en el que los
distintos órganos estatales ejercen el poder y las
relaciones entre ellos. Además, la
descentralización puede concretarse en distintas
fórmulas institucionales, principalmente en el municipio,
como el ente con personalidad
jurídica propia y dotado de autonomía, que no
depende jerárquicamente de otro en el ejercicio de sus
funciones, porque cuenta con patrimonio
propio, sus autoridades son electas popularmente por la
ciudadanía y respaldados y/o legitimados por los
habitantes locales.
Estos planteamientos conducen a revisar en detalle el
papel de la participación ciudadana y el poder local en la
generación de las políticas públicas dentro
del marco del Sistema de Consejos de Desarrollo. Particularmente,
en las municipalidades y las comunidades quienes juegan un papel
importante en la ejecución y fiscalización del
proceso de descentralización, para que no se convierta en
una transferencia en el papel, sin hacer el real traslado de las
condiciones y los recursos. Lo
definido en el párrafo
anterior, técnicamente podría representar para las
autoridades municipales una "carga" debido a la falta de recurso
humano y técnico local, para asumir responsabilidades que
en el caso guatemalteco históricamente el Estado ha
administrado mal. Por ello, es importante que los ciudadanos
cuenten con mecanismos de participación y consulta que
garanticen la transparencia y eficacia de la
gestión
y el respeto de la
voluntad soberana. La descentralización se convierte
así, en un instrumento para democratizar el Estado y no
una nueva fragmentación en su administración y
ejecución política.
Los elementos anteriormente descritos, permiten hacer
una conceptualización apegada a la teoría
y la práctica política de la participación
ciudadana y el poder local. Definiendo la participación
ciudadana como "el involucramiento e incidencia de la
ciudadanía (y la población en general) en los
procesos de
toma de decisiones, en temas y actividades que se relacionan al
desarrollo
económico, social y político, así
como el involucramiento en la ejecución de dichas
decisiones", para promover en conjunto con actores sociales e
institucionales acciones,
planificaciones y decisiones hacia el Estado. Es avanzar de
procesos
eleccionarios y consultivos hacia la toma de decisiones acordes a
las necesidades planteadas, que emergen desde lo comunitario, se
plasman en el nivel local y se consolidan en la política
pública del Estado.
Significa que la participación ciudadana no es un
estado mecánico, sino activo, en la priorización y
conjunción de intereses y demandas para la búsqueda
de solución a las mismas asumiendo y tomando decisiones.
El reto, para la ciudadanía se convierte en fortalecerse,
en el ámbito nacional, en lo local: hacer efectivo el
poder local, teniendo en cuenta, como lo indica Foucault, que el
poder no está localizado en las instituciones,
aunque éstas constituyen espacios donde se manifiesta y
ejerce, su origen está fuera de ellas. Estas acciones se
realizan en un espacio determinado, en el nivel local
geográficamente hablando será el Municipio, en
términos político-sociales será en la
ciudadanía agrupada en lo que se define como poder local:
"que son las fuerzas, acciones y presiones organizativas a nivel
de la comunidad, del
municipio o de la microregión, que contribuyen a
satisfacer las necesidades, intereses y aspiraciones de la
población local". En donde la ciudadanía, tenga
igualdad de
oportunidades y un conjunto de garantías que hagan
efectiva esa igualdad
orientadas fundamentalmente a asegurar la participación de
la sociedad en el control y
discusión de las políticas del gobierno local; en
este sentido, la participación participará en el
debate
público y dispondrá de mecanismos que aseguren que
la política del gobierno depende de la voluntad y
preferencias de los ciudadanos. Eso es precisamente, la
democracia participativa.
Cómo funciona el Sistema de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural SCDUR
Es un Sistema diseñado que potencializa y fomenta
la participación ciudadana en la planificación para el desarrollo a
través de la elaboración de Planes, Programas y
Proyectos.
Teniendo en cuenta el papel de las instituciones
estatales, las cuales trabajan de manera coordinada, formulando
en conjunto las Políticas Públicas Municipales y
Nacional
Flujograma de funcionamiento
Consejo Nacional de Desarrollo
Consejo Regional de Desarrollo
Consejo Departamental de Desarrollo
Consejo Municipal de Desarrollo
Consejo Comunitario de Desarrollo
Cómo se operativiza la participación
ciudadana en el poder local y se generan las políticas
públicas en el Sistema de Consejos de Desarrollo Urbano y
Rural, SCDUR.
Una tarea fundamental para que el poder local se
fortalezca, es que la participación ciudadana sea real y
efectiva. Principiando por el tema de la rearticulación
del tejido social, para ir construyendo la gobernabilidad
democrática, la cual es construible dentro del Sistema de
Consejos de Desarrollo Urbano y Rural en el "nuevo" marco de
acción: "coordinando la
administración pública, favoreciendo y
facilitando la participación ciudadana, definiendo los
instrumentos de planificación del desarrollo para la
elaboración y ejecución de planes, programas y
proyectos".
En términos legales el Sistema de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural, SCDUR está concebido "como el
medio principal de participación de la población
maya, xinca y garífuna y la no indígena". En ese
sentido los Consejos de Desarrollo (en sus diferentes niveles) se
constituyen en instancias y espacios democráticos y
deliberativos, para la participación ciudadana, sobre la
base de la coordinación interinstitucional Es decir,
es una herramienta de largo alcance, para la búsqueda del
desarrollo
económico, político y social de las
comunidades.
En el nivel municipal se concibe un punto de encuentro
de los diferentes actores y sectores locales que coordinadados
planifican la realización de planes, programas
fortaleciendo el poder local (y comunitarios); para crear un
sistema territorial local de planificación del desarrollo
que se convierten en política pública municipal. En
ese sentido es vital tener en cuenta lo que establece la Ley en la
materia:
"Organizar y coordinar la administración pública
mediante la formulación de políticas de desarrollo,
planes y programas presupuestarios y el impulso de la coordinación interinstitucional,
pública y privada". Las funciones están orientadas
hacia el fortalecimiento de la democracia, asignando papeles
protagónicos a los comunitarios en áreas de control
y auditoría social de la gestión
gubernamental nacional y municipal, planificación
participativa, obtención de financiamiento, ejecución de proyectos,
así como actividades inmediatas orientadas al
desarrollo.
Estos elementos serán fundamentales para
consolidar la participación ciudadana, como un componente
importante del sistema democrático, extendiéndola
hacia la inclusión en el poder de decisión, la
revocación del mandato popular. Lo cual se hace necesario,
teniendo en cuenta que "La democracia no existe sin la
intervención de los ciudadanos; mucho menos puede hablarse
de ella si además de los derechos políticos no
se tiene acceso a los bienes
materiales y
espirituales necesarios para el pleno desarrollo de la persona".
Los niveles más inmediatos dentro del Sistema de
Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, SCDUR, de
participación que tiene la ciudadanía son los
Consejos Comunitarios y Consejos Municipales de Desarrollo. En
ambos niveles es fundamental su participación, ya que
ellos se constituyen en el terreno idóneo para que las
políticas públicas sean bien formuladas y obtengan
los resultados deseados, la cual estará destinada a
mejorar el bien común, proveyendo a los ciudadanos de los
servicios
básicos para su desarrollo psicológico, social,
económico y político.
Ello significa, que el Estado deje de lado las demandas
sociales en cuanto a la vivienda, salud y educación y otras que
le atañen. Pudiéndolas hacer más efectivas
trasladándolas a otras esferas del gobierno, dentro de un
nuevo espíritu de administración descentralizada y
de un nuevo tipo de interacción entre el poder
público y la sociedad. En tal sentido, el nivel municipal,
será esa esfera de gobierno para que se convierta en un
desarrollo local auto sostenible. Es la alternativa ideal para
permitir a la ciudadanía y los actores locales en general
participar en la creación de políticas
públicas más democráticas, más
éticas y, por tanto, más eficientes, con todo el
apoyo del Sistema de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural,
particularmente los niveles comunitario y municipal, para la
legitimidad frente al Estado.
Política y socialmente son dos los retos
inmediatos que tiene la participación ciudadana en la
formulación de las políticas públicas. Por
un lado, entender que el poder local, como lo indican algunos
autores, está íntimamente relacionado con el tejido
social. Significa que los grupos
comunitarios deben estar debidamente organizados, para priorizar
necesidades, planificarlas y constituirlas en planes, programas y
proyectos, los cuales se traducen en insumos para la
planificación participativa local.
Por otro lado, participar con responsabilidad
social, entendiendo el involucramiento directo de actores y
no sectores propiamente, creando un sistema y modelo de
desarrollo propio que se inscriba en el marco nacional del
desarrollo, donde todas las entidades locales participan en los
asuntos públicos. Dentro de este nuevo modelo es
importante que el gobierno central le otorgue una mayor
importancia al gobierno local, como el agente más
inmediato a la ciudadanía.
Esos dos factores nos conducen al fortalecimiento del
sistema democrático, al hacer real el relacionamiento
entre el Estado y la sociedad, aumentando las posibilidades de
inclusión democrática de las demandas sociales
básicas. A la vez, se crean otras formas de
administración y gestión pública, donde los
servidores
públicos son eso efectivamente y no servidos
públicos, como tradicionalmente se ha caracterizado a la
administración pública.
Otro elemento importante de estos dos factores, es que
ha de requerir un cuerpo técnico con una burocracia,
desburocratizada, eficiente, efectiva y eficaz, abierta a la
participación ciudadana, que incorpore elementos
participativos en el proceso de formulación de las
políticas públicas, con características de principios
éticos, de auto sostenibilidad, justicia
social, principalmente tomando en cuenta los sectores sociales
históricamente excluidos, como las mujeres e
indígenas.
Esos factores de éxito
garantizarán la formulación de las políticas
públicas, porque el proceso se iniciará desde la
priorización de necesidades comunitarias, pasando por el
filtro local lo cual legitima las demandas. Necesariamente se
hace alusión a la participación ciudadana y su
empoderamiento dentro del Sistema de Consejos de Desarrollo, que,
como se indicó anteriormente, es un instrumento
participativo y auxiliar dentro del proceso de
descentralización, no el mecanismo más inmediato o
efectivo para ello.
Desde esta perspectiva, el Sistema de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural, no se constituye en el elemento
dinamizador de la descentralización, pero sí un
buen auxiliar en la formulación y procesamiento de
datos para la generación de políticas
públicas. Si se considera que el Sistema de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural es la base principal de la
descentralización, significaría planificar con la
mente descentralizada, pero, en la práctica de manera
centralizada, porque en sí cada nivel del SCDUR, no es
autónomo, ni son electos popularmente los miembros,
(exceptuando a los miembros de los COCODES, quienes deben ser
electos en Asamblea comunitaria), a diferencia de las
Municipalidades, donde sus autoridades son electas a
través del voto popular. Lo anterior significa que es
urgente crear las condiciones institucionales, legales y
financieras, para que los municipios puedan participar
activamente dentro del proceso de descentralización, y que
no dependan del poder central en cuanto a la elaboración
de planes, programas y proyectos, y esos se inscriban dentro del
marco nacional del desarrollo.
Pero, el gran faltante es ese marco nacional del
desarrollo. Como Estado no cuenta planes de trabajo de corto,
mediano o largo plazo, a lo sumo se ejecutan acciones de soluciones
aisladas a problemas que surgen por los cambios
climáticos, presiones sociales e intereses político
partidarios. Ese es uno de los grandes retos del Sistema de
Consejos de Desarrollo, es decir, generar las condiciones
institucionales, políticas, financieras y principalmente
de la participación ciudadana, para orientar el camino de
la planificación del desarrollo.
De esta manera el Sistema de Consejos de Desarrollo
Urbano y Rural, se constituye en un instrumento orientador (no
rector) de las políticas públicas, en temas como:
desarrollo comunitario, desarrollo
sostenible, participación ciudadana, educación, salud, vivienda, éste
insuma desde lo comunitario y lo eleva hacia lo nacional. Con
ello, se evita que la participación ciudadana sea
únicamente alrededor de proyectos específicos
ejecutados por ONG´s,
Fondos Sociales, etc., donde su participación se reduce a
colaborar con la ejecución de obras que se les
asignan.
Significa también, que debe cambiarse la
visión y forma de participación ciudadana, tanto
para fortalecer el poder local, como para que las
políticas públicas que se generen se constituyan en
los ejes motores del
desarrollo económico, político y social, tan urgido
por el país en general. Ello, se traduce en crear lo que
algunos autores han denominado el "buen gobierno", el cual se
refiere a poner en práctica un estilo de gobernar, donde
todos los actores se interrelacionen y participen en la
planificación y búsqueda de soluciones a los
problemas comunes, es decir, hacer efectiva la
coordinación interinstitucional que el Sistema de Consejos
de Desarrollo Urbano y Rural establece como mecanismo para la
gobernabilidad.
Serán estos los mecanismos para la
operativización de la participación ciudadana: el
empoderamiento, la priorización de problemas no de
proyectos, la búsqueda de soluciones, coordinando con las
instituciones públicas y privadas, la puesta en
práctica de planes, programas y proyectos, que
orientarán la planificación participativa, que
finalmente se reflejarán en las políticas
públicas. Todo ello, requerirá de crear una real y
funcional estructural local de participación ciudadana,
que para el presente caso se refiere a los COCODES y COMUDES;
para que no se imponga desde el exterior los planes, programas y
proyectos.
Asimismo este proceso requiere que el gobierno central,
muestre y haga efectiva la voluntad política de tomar en
cuenta las priorizaciones que se realicen desde el nivel
comunitario y no imponer sus proyectos, los cuales desentonan en
todo el proceso de planificación participativa. Esa
voluntad que debe ser acompañada de la facilitación
de los recursos técnicos y financieros.
Significa dar un nuevo paso en la administración
y gestión pública, una nueva forma de hacer
política, con más participación ciudadana,
una nueva concepción de las relaciones entre Estado y
Sociedad. En este marco, la participación ciudadana, debe
ser agente activo, fiscalizando, auditando, proponiendo y
participando e involucrándose directamente en reformular
una administración no estática
sino estratégica, consensuando y orientando procesos de
planificación, para que el Estado deje de imponer metas y
tomar decisiones por ella.
El caso de la participación ciudadana y el
empoderamiento en el nivel local, hacia la planificación y
elaboración de la política pública
municipal: Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural de la
Municipalidad de San Lorenzo, San Marcos
El municipio de San Lorenzo, se ubica en el Departamento
de San Marcos, su extensión territorial es de 25
Km.², su clima es
frío, cuenta con 1 pueblo, 5 aldeas y 10 caseríos.
Según el último censo hay 9,500 habitantes, el
grupo
étnico es Mam. Su producción se divide en dos áreas:
Agrícola: Maíz,
trigo, haba, papa, avena y legumbres. Artesanal: Tejidos
típicos de algodón, instrumentos
musicales y muebles de madera, teja y
ladrillos de barro. Cuenta con los siguientes servicios:
Correos y telégrafos, puesto
de salud, agua potable,
servicios de buses. La fiesta titular la celebran del 8 al 10 de
agosto, en honor a San Lorenzo.
Conformación de la Corporación
Municipal (Electa 2,000 – 2004)
CARGOS / NOMBRES | PARTIDO POLÍTICO | |
ALCALDE | ||
Amel Leonardo Rabanales Ángel | PAN | |
CONCEJALES | ||
I | Porfirio Rudy Ochoa Mazariegos | PAN |
II | Rufino Camilo Pérez Díaz | PAN |
III | Florentino López Barrios | FRG |
IV | Marco Antonio Ochoa Gramajo | FRG |
SUPLENTE I | Eliu Timoteo Gabriel Rabanales | PAN |
SÍNDICOS | ||
I | Maximiliano Marroquín Feliciano | PAN |
II | Blanca Patricia Mazariegos Barrios | PAN |
SUPLENTE | Pablo Sabino Juárez Ramírez | PAN |
La participación activa de las autoridades
municipales ha sido determinante y fundamental para la
conformación del COMUDE, en principio, facilitando todas
las condiciones para la conformación e instalación
de los COCODES, seguido de fortalecerse a través de la
participación de todos los actores que la ley indica. Dos
actos que en términos políticos son de gran avance
y alcance, tomando en cuenta la falta de conocimiento
de la nueva Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y
Rural.
Esta apertura política se fue consolidando en el
proceso de instalación de los Consejos Comunitarios de
Desarrollo Urbano y Rural -COCODES-, a través de la
formulación de un proceso de capacitación a este nivel como al resto de
integrantes del Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDE-. No se trabajó (ni se ha trabajado) de
manera lineal, sino orientando el proceso hacia la
concientización del recién aprobado marco de
participación ciudadana en la planificación
local.
Ello requirió también, definir que el
Sistema de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, no es un
instrumento de financiamiento
de proyectos, sino un espacio y una instancia de amplia
participación ciudadana en la definición de planes,
programas y proyectos. Para lograr modificar esta mentalidad se
capacitó a los miembros del Concejo Municipal, empleados
municipales (sobre todo los involucrados en el tema),
líderes comunitarios y Alcaldes Auxiliares, y
representantes de entidades del Estado y ONG´s
locales en temas relacionados al poder local,
participación ciudadana, planificación
estratégica, auditoría social.
Estas actividades se realizaron involucrando de manea
directa, activa y propósitiva a todos los actores en un
clima de
respeto y
confianza, con el fin de preparar las condiciones mínimas
cuando se instalara el Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y
Rural –COMUDE-. Una vez iniciado el proceso de
sensibilización y capacitación fueron surgiendo dudas sobre
el funcionamiento del SCDUR, lo cual hizo que se revisaran
algunos temas de capacitación, readecuándose a las
condiciones emergidas.
Por otra y para complementar este proceso, se ha
establecido líneas generales en torno a:
"Gobernabilidad (Funcionamiento del Sistema de CDUR,
Funciones de los COCODES y su papel en el COMUDE),
Transparencia (Control y Auditoria Social),
Participación Ciudadana, (Organización, conformación e
instalación de los COCODES)".
Todo esto se ha traducido, en un tiempo y espacio
en empoderamiento local, desde la toma de decisión de
participar hasta la puesta en práctica de mecanismos de
relacionamiento con todos los actores del Consejo Municipal de
Desarrollo Urbano y Rural –COMUDE-. Para este momento
ha
sido de vital importancia participación de los
comunitarios, quienes se constituyen en los actores principales,
en el nivel municipal, porque no decirlo de todo el
Sistema.
Dos logros principales se pueden extraer de esta fase:
primero; la anuencia y voluntad política de las
autoridades municipales en el cambio, y
segundo, la participación activa de las comunidades en
cuanto a organizarse tomando en cuenta su estructura
política propia.
Estos pasos allanan el camino para dotar de instrumentos
a la ciudadanía para que su participación sea real
en el Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDE- Además facilitó que la comunidad se
organizará alrededor de un proceso como mecanismo de
participación para la planificación participativa y
la promoción del diálogo y
no alrededor de proyectos.
De tal forma que al momento, se ha iniciado modificando
el sentido de participación, lo cual también ha
requerido el establecer normas de
relacionamiento interno. Para ello, se ha aprobado (previo
consenso de todos los integrantes) un Reglamento de
funcionamiento". A partir de allí, surge la necesidad de
que el Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDUR- cuente con el plan de
trabajo.
La participación ciudadana para formular las
políticas públicas
Como se anotó anteriormente, en el Sistema de
Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, la participación
ciudadana es un elemento motor para su
funcionamiento, especialmente a través de los Consejos
Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural, -COCOCES-. En ese
sentido, la primera fase del proceso iniciado en San Lorenzo San
Marcos, ha sido la activa y sostenida participación
ciudadana a través de la conformación de una
Comisión que se integre como mínimo por las
siguientes personas: un Concejal y un Síndico, 2
Representantes de COCODES, 1 Representante de Entidades del
Estado y 1 Representante de Entidades civiles locales, 1
Representante de la OMP. Como tareas primordiales haría
una revisión de los proyectos priorizados que se
encuentran en la Municipalidad y en las comunidades, que
tentativamente están sujetos a la búsqueda del
respectivo financiamiento. Esto culminaría con la
conformación del Banco de
Proyectos del COMUDE, logrando así dos objetivos:
institucionalizar la participación ciudadana en la
planificación y contar con elementos para elaborar planes,
programas y proyectos, es decir, elaborar la política
pública municipal.
La segunda fase, con el banco de
proyectos elaborado, las autoridades municipales liderando el
proceso y respaldadas con la participación ciudadana (a
través del Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDE-; inician el cabildeo con instituciones
públicas y de Cooperación Internacional, para
elaborar el "Plan
Estratégico". En este plan quedan
definidos los planes, programas y proyectos consensuados desde
cada Consejo Comunitario de Desarrollo Urbano y Rural -COCODES-,
a través de la formulación de un proceso de
capacitación a este nivel como al resto de integrantes del
Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDE-COCODE, quienes se comprometen a participar
activamente en la priorización de demandas, definiendo
criterios tales como: no atender única y exclusivamente
proyectos de infraestructura, deben incluirse proyectos de
atención infantil, materna, de la mujer y
capacitación en áreas de interés
sectorial y temáticas relacionadas al fortalecimiento del
poder local.
Por su parte, las instituciones del Estado y las
entidades civiles locales se comprometen a participar
activamente, apoyando con todos los recursos que cuentan para la
elaboración del Plan. Las autoridades municipales se
involucran activa y propositivamente.
De esa forma, se definen metas de mediano plazo, que
giran alrededor de buscar fuentes de
financiamiento a los proyectos priorizados, sobre todo para
aquellos que no sean incluidos en el nivel departamental. En el
largo plazo se contará con un municipio capaz de buscar
sus propios mecanismos de desarrollo y su autosostenibilidad en
cuanto a proyectos de infraestructura y productivos generados a
través de la formulación de su política
pública municipal.
En síntesis,
la participación ciudadana en la formulación de las
políticas públicas municipales, no es
únicamente a través de la priorización de
sus demandas, sino activando en la planificación, apoyando
a las autoridades municipales para la búsqueda de fuentes de
financiamiento, respaldando la toma de decisiones en cuanto a
qué proyectos son prioritarios a nivel del municipio y no
de comunidades en particular, siendo solidarios con las
autoridades en cuanto a la gobernabilidad, a la cogestión
del gasto
público local, a la coejecución de obras y
proyectos. En fin, se constituyen en el motor y
fiscalizadores del proceso de planificación,
elaboración y evaluación
de la política pública municipal.
Así, la participación ciudadana a
través del Consejo Municipal de Desarrollo Urbano y Rural
–COMUDE- será entendida como la instancia ideal para
el diálogo,
el consenso y búsqueda de solución de los problemas
en conjunto, dejando de lado prácticas verticalistas en la
toma de decisiones. El papel del Alcalde Municipal en este
proceso es el de coordinar las reuniones, asumiendo posiciones de
diálogo y responsabilidad en la solución de las
demandas planteadas en el seno del mismo.
De esta manera, la horizontalidad del Consejo Municipal
de Desarrollo Urbano y Rural –COMUDE- radicará en
gran medida en el papel proactivo de las autoridades municipales,
líderes comunitarios, instituciones estatales y locales,
aprendiendo que la negociación es ganar, ganar y ceder, ceder.
Para que todos los actores aprovechen los espacios se involucren
y activen propositivamente; "son sujetos y no objetos". Esta
dialéctica hace vislumbrar a la participación
ciudadana como el elemento dinamizador y catalizador de la lucha
por el desarrollo local.
En tales circunstancias al seno del COMUDE de San
Lorenzo, San Marcos, se habrán suscitado dos
dinámicas: la apertura política de las autoridades
municipales y la conjunción de intereses comunitarios como
bloque, habiéndose establecido puntos de encuentro y
diálogo, respetando las dinámicas de cada sector.
Dinámicas que no se lograran sin el empoderamiento
comunitario y sin la anuencia institucional, con
planteamientos concretos que se deriven del Consejo Municipal de
Desarrollo Urbano y Rural –COMUDE- instancia
política institucional de acciones de revisión de
los problemas locales y de apoyo en la formulación de las
políticas públicas.
El proceso que implica la participación ciudadana
en el nuevo marco legal, (Triada de Leyes: Código
Municipal, Descentralización, Consejos de Desarrollo
Urbano y Rural); es un gran reto para el empoderamiento de la
misma en cuanto a la participación en la
planificación, la ejecución y la evaluación
de los planes, programas y proyectos. Con el presente trabajo se
busca aportar al debate del
papel de la participación ciudadana en la nueva forma de
administración pública surgida a partir del proceso
de descentralización.
Es sabido que las circunstancias históricas no
han favorecido la participación ciudadana, ya sea por
posiciones ideológicas, económicas y/o sociales, y
que siempre se han impuesto los
parámetros de su accionar. En la actualidad, los cambios
propiciados a nivel mundial en cuanto a la redefinición
del papel del Estado en todos los niveles, han creado un campo
especial para promover, favorecer y hacer real la
participación ciudadana, especialmente desde los gobierno
locales.
Estamos hablando de un nuevo modelo de
administración pública; nuevas formas de
participación ciudadana, un verdadero y real acercamiento
de gobernantes y gobernados. Es decir, una modernización
del Estado, no entendida como la tecnologización del
aparato público, sino de la participación ciudadana
en la identificación de problemas y la coordinación
con la administración pública y privada para la
búsqueda de solución, acordes a las realidades
locales y no hacia un modelo único, del cual tampoco se
cuenta.
Lo que se busca es una redefinición del papel de
los gobiernos locales en los temas de descentralización y
participación ciudadana en los Consejo Municipal de
Desarrollo Urbano y Rural –COMUDE- para que se coordinen
las acciones que permitan una vida más digna y más
justa para sus los comunitarios, fortaleciendo así el
sistema político, la democracia, la gobernabilidad y la
cultura de
paz.
La participación ciudadana fortalecerá el
poder local, con lo cual el régimen político
será más democrático, las políticas
públicas tendrán un mayor grado de legitimidad,
porque recogerán las demandas más ingentes y las
incorporarán en el plano nacional. También
significa acercar el poder de decisión hacia lo local y no
sólo desde el escritorio nacional, ello con una
perspectiva de desarrollo de manera sostenible y sustentable.
Este es un desafío para los municipios, especialmente para
la consecución de objetivos
estratégicos, siempre y cuando estén abiertos a la
participación ciudadana y fortalezcan el poder
local.
Quizás sonará utópico lo planteado,
sin embargo, la participación ciudadana es el elemento
motor de los procesos de cambios, tan necesarios en las actuales
condiciones de administración pública.
Participación ciudadana, que debe ser de manera
responsable, tanto en la demanda como
en la ejecución de los planes, programas y proyectos, para
fortalecer la autonomía municipal, y haber creado las
pautas de relacionamiento entre autoridades y comunitarios, en el
nivel municipal, departamental y nacional.
En estas condiciones, la participación ciudadana
se hace de imperiosa necesidad, con el fin de contar con
mecanismos reales de participación y asegurar que las
demandas priorizadas se conviertan de planes, programas y
proyectos a políticas públicas municipales y
nacionales, donde todos los actores interactúan para su
ejecución.
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Demetrio Antonio Pérez
Ordoñez
Sociólogo con Maestría en Políticas
Públicas, es coordinador del Proyectos Pactos Sociales del
Programa
Participación y Democracia de la Facultad Latinoamericana
de Ciencias
Sociales, FLACSO-GUATEMALA. Consultor en el tema
municipal.