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Reflexiones y lineamientos metodológicos para la meta-comprensión de la teoría de la argumentación




Enviado por almipaz



    1. Resumen
    2. Conceptos nociones y
      básicos
    3. Antecedentes
      teóricos
    4. Del argumentar al
      investigar
    5. Táctica y
      estrategia
    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    "Hallábanse dos querellantes en disputa,
    ante la imposibilidad de lograr un acuerdo deciden acudir donde
    los jueces. He aquí que su situación se ve
    modificada, ya no importa quien tenga la razón, los
    jueces se la otorgaran al que mejor argumente" Diálogos
    -Platón

    1. En el presente artículo presentaremos una
      reflexión valorativa del acto de argumentar y su
      importancia como factor determinante en los procesos
      de la investigación formativa que se realiza
      durante los primeros semestres en la universidad. Para el logro de este
      propósito haremos una exploración de los
      términos y de los fundamentos epistemológicos
      de la Teoría de la Argumentación.
      Precisaremos el concepto
      argumentación y otros correlacionados, y finalmente
      expondremos, algunas estrategias que faciliten familiarizar a los
      estudiantes con la teoría de Chaïm Perelman y
      Olbrechts – Tyteca.

    2. RESUMEN
    3. INTRODUCCION

    Nos encontramos ante una situación que afecta
    todo el currículo académico universitario.
    "Es urgente la necesidad de educar y formar a nuestros alumnos
    para que respondan ante una sociedad que es
    cada día mas cambiante, donde existe una creciente
    demanda social
    de habilidades de aprendizaje como
    un elemento indispensable de la educación, lo
    cual, exige de los alumnos no sólo estar bien informados
    sino que también el de ser capaces de producir
    conocimientos y de aprender con mayor eficacia, la
    herencia
    cultural" Jurado 2003.

    Podemos afirmar entonces, que hay una especie de acuerdo
    mundial respecto a que el aprendizaje
    escolar no debe ser una mera acumulación de información, sino más bien, producción e integración de lo nuevo con lo antiguo y
    que, modifique la
    organización de éstos últimos, si es
    preciso.

    Se considera, por lo tanto, que esta integración y reorganización de
    conocimientos debe afectar el "saber teórico", como
    "saber" y proponerse una praxis relacionada con el "saber hacer".
    Es decir "saber hacer en contexto" y desarrollar conocimientos
    sobre las condiciones en qué se va usar lo que se sabe.
    Entonces "La argumentación, como competencia
    básica, debe utilizarse en una serie de situaciones
    escolares, y en todas las áreas del currículo, tanto en la educación
    básica como en la educación media o
    superior". Enric Valls.

    El presente artículo, presenta los lineamientos
    metodológicos para la
    meta-compresión de la teoría de la
    argumentación desde la lógica
    proposicional en la formación del pregrado, y en especial,
    para quienes realizan estudios en derecho y ciencias
    políticas, constituye una
    aproximación epistemológica con respecto a la
    Teoría de la Argumentación. Para los demás
    estudiantes de las disciplinas duras de la ingenierías o
    las económicas y administrativas, esta herramienta (La
    Teoría de la Argumentación) es imprescindible dado
    que en todas las actividades especial mente en los procesos de
    diseño
    es vital la
    comunicación eficaz y a través de ella se puede
    sustentar los avances de un proyecto o los
    resultados obtenidos a través del razonamiento
    lógico y la demostración fáctica.

    Hoy es absolutamente necesario abrir espacios
    académicos para debatir en torno a los temas
    relacionados con esta teoría y mucho más, si
    admitimos que el derecho es ante todo un sistema de
    argumentación, cuyos principios son su
    fuente primaria. La argumentación no es en ningún
    caso un tema de sofisticación académico, tampoco es
    un asunto esotérico como creen algunos, sino una necesidad
    de la cual participan por igual los teóricos, los
    interpretes y los mismos litigantes en la práctica del
    derecho. De igual manera todos los profesionales requieren de
    adiestramiento en
    el complejo arte de
    argumentar.

    La adopción
    de metodologías de interpretación cada vez
    más complejas introducidas por los magistrados,
    particularmente por aquellos pertenecientes a la
    jurisdicción constitucional, hace relevante aprender los
    secretos del arte de persuadir
    y de convencer. "La argumentación como un tipo de exposición
    que tiene como finalidad defender con razones o argumentar una
    tesis" Weston.
    Es decir, una idea que se quiere probar, constituye uno de los
    ejes transversales de la formación tanto del jurista como
    el médico, el ingeniero y en general todos los
    profesionales. Desde luego, esta no es una actividad ordinaria, a
    pesar de ser necesaria en la vida de todo tipo de personas,
    aún así, para los abogados y profesionales en
    general es una herramienta esencial a la hora de dirimir un
    pleito, solucionar un problema o aclarar un punto de vista; por
    lo tanto requiere de entrenamiento.

    En Colombia, se
    viene gestando desde hace una década un proceso fuerte
    que apunta a convertirla las instituciones
    educativas en una de las más importantes del país.
    Asunto que se encuentra consagrado en la Ley 30 de 1.992
    – que define las políticas
    de la educación
    superior en Colombia- reza en
    uno de sus objetivos:
    "profundizar en la formación integral de los colombianos,
    dentro de las modalidades y calidades de la Educación
    Superior, capacitándolos para cumplir las funciones
    profesionales, investigativas y de servicio
    social que requiere el país". De igual manera, la Ley 80 de 1980
    que sitúa la investigación como "actividad fundamental
    de la educación superior". Por lo tanto, el
    Proyecto
    Educativo institucional y más concretamente, en forma
    explícita, su misión y
    visión institucional, deben consagrarse al logro del
    mencionado propósito.

    Situación que nos lleva a pensar, que tal
    pretensión, sólo es posible en la medida en que
    crean las comunidades de indagadores desde las aulas, desde la
    formación del pregrado, desde el ejercicio de la docencia
    con responsabilidad en la investigación y la
    inserción en el medio. Comunidades en el que el juicio
    argumentado y la conjetura constituyan el eje del diálogo y
    del debate en la
    búsqueda de los acuerdos.

    La forma más importante del quehacer
    universitario es la docencia, la extensión y la
    investigación; sin estos tres ejes no se puede avanzar en
    la consolidación de una cultura
    académica y mucho menos, cumplir con los estándares
    de calidad, exigidos
    por el Ministerio de Educación Nacional. Por lo tanto, es
    un deber de todos los docentes, incorporar en el
    currículo, las actividades propias de la
    investigación que le permitan al estudiante universitario,
    no importa el nivel que se encuentre, asumir un compromiso mayor
    con sus aprendizajes y que redunde en un mejor desempeño como futuro investigador. Pero no
    tiene sentido investigar cuando no se es capaz de defender las
    tesis, las
    hipótesis. Por eso creemos que la antesala
    de la investigación la constituye la
    argumentación.

    Introducir en el currículo la propedéutica
    de la Argumentación debe constituirse en un
    propósito académico en todos los planes y programas, puesto
    que debemos convencernos que es por medio del diálogo,
    la acción comunicativa, la argumentación y el
    humanismo,
    como se lograran los acuerdos básicos que harán
    posible la construcción de una nueva sociedad,
    fundamentada en la justicia
    social y el progreso económico. Por lo tanto, debemos
    asumir, que el salto al futuro, sólo es posible
    argumentando e investigando sobre la razón de nuestro
    atraso y reconociendo las dificultades de nuestro contexto
    sociocultural.

    Por lo tanto, en las facultades y programas de
    derecho, ingenierías, las licenciaturas, los programas de
    salud, las
    económicas y administrativas, de igual manera los
    publicistas y comunicadores sociales, y en general todos los
    planes universitarios, deben centrar su objeto de estudio no
    sólo en las propedéuticas técnicas o
    tecnológicas, es preciso centrar la atención en las diferentes dimensiones del
    ser humano, y una de ellas es la formación en la competencia
    argumental. Esto significa desarrollar las competencias
    comunicativas a través de la acción argumentativa,
    interpretativa y la propositiva, para que los alumnos
    estén en capacidad no sólo de comprender sino
    también de sus ideas y defender con éxito
    sus puntos de vista.

    3.0 CONCEPTOS Y
    NOCIONES BÁSICAS

    La argumentación es un tipo de discurso
    expositivo que tiene como finalidad defender con razones o
    argumentos una tesis, es decir, una idea que se quiere probar; o
    sustentar una hipótesis. Es también el arte de
    organizar juicios para persuadir o disuadir a un auditorio; la
    Teoría de la argumentación es considerada
    una disciplina que
    estudia las diferentes técnicas
    discursivas que permiten acrecentar o disuadir a una, o muchas
    personas sobre la tesis que propone un orador o
    escritor.

    Argumentar es una actividad cotidiana y necesaria
    en la vida de todo profesional, sea este abogado, médico,
    ingeniero, administrador,
    vendedor, banquero e incluso para el hombre de
    la calle. Todo aquel que crea que debe defender con éxito
    sus ideas o refutar las de otro oponente necesita desarrollar la
    destreza argumentativa. Por tanto, la formación
    universitaria exige el desarrollo y
    el refinamiento de tal competencia. Desde el ingreso a los
    primeros semestres hasta la culminación de estudios del
    postgrado, se debe capacitar en la en el arte de organizar las
    razones o teoría de la argumentación.

    Argumentar señala Wittgestein, es un
    juego del
    lenguaje y del
    pensamiento,
    es decir, una práctica lingüística sometida a
    reglas, que se produce en un contexto comunicativo mediante el
    cual pretendemos dar razones ante los demás o ante
    nosotros. Las razones que presentamos para justificar un hecho o
    dicho de otra manera, pretende tener validez intersubjetiva o
    susceptible de crítica y precisamente a través de
    ella para llegar a cuerdos comunicativos.

    Argumentar es también, un "acto de habla",
    que puede ser complejo y requiere por lo menos de dos actos, uno
    que funciona como tesis y el otro que opera como argumento o
    premisa para una conclusión. Un argumento por el contrario
    es un micro "acto de habla", por lo tanto es menos complejo y su
    propósito es ilustrar, sustentar, justificar, aclarar,
    explicar. Cuando un argumento es incorrecto o sus razones son
    insuficientes, irrelevantes, apresuradas o dudosas estamos frente
    a una falacia. La falacia no es un error
    epistemológico, es un argumento deformado, pero al fin y
    al cabo argumento, que muchas veces es utilizado
    adrede.

    Según Habermas "La argumentación es
    un "macro acto de habla", es un medio para conseguir un
    entendimiento lingüístico, que es el fundamento de
    una comunidad y es
    por medio de la intersubjetiva como se logra un consenso que se
    apoya en un saber proporcional compartido, en un acuerdo
    normativo y una mutua confianza en la sinceridad subjetiva de
    cada uno". Al respecto dice el mismo autor que los sujetos
    capaces de lenguaje y de
    acción deben estar en condiciones no sólo de
    comprender, interpretar, analizar, sino también de
    argumentar según sus necesidades de acción y de
    comunicación. Por lo tanto es urgente que
    desde la escuela
    básica, el colegio de la ecuación media y la
    universidad se
    enseñe y se practique la argumentación.

    Argumentar bien, significa expresar con claridad,
    coherencia, precisión y pertinencia las ideas para que los
    demás comprendan y acepten nuestra tesis. Se aprende a
    argumentar bien ejercitando la lógica
    informal, el diálogo y el debate
    abierto. La argumentación, consta de tres momentos o
    etapas fundamentales: introducción de la idea que se pretende
    defender, el desarrollo o
    argumentación global y la conclusión, en la que se
    confirma la tesis.

    La oratoria es una práctica argumental a
    pesar del énfasis en el conjunto de técnicas
    vocales que se emplean con el fin de lograr expresar de manera
    elocuente las ideas. De hecho el recurso más importante de
    la oratoria es la
    vocalización, consiste en por todo el énfasis en la
    pronunciación y fluidez en la expresión. La
    argumentación en cambio, es lo
    dicho, lo enunciado con forme a una lógica del pensamiento e
    independientemente del medio físico o la técnica
    vocal.

    Sin duda, un buen registro de voz,
    el uso apropiado del léxico, respectando las reglas
    sintácticas, pronunciando correctamente, haciendo
    inflexiones de voz o entonaciones apropiadas nos permiten
    presentar las ideas cualquiera que estas sean como si en verdad
    fueran importantes y seguramente termina siendo una magnifica
    fuente de apoyo a la hora de convencer. Pero en el mundo moderno,
    en la era de la
    globalización cuando ya no hay gurus del conocimiento
    por este se ha democratizado no es lo determinante la
    vocalización sino la razón. por eso fue enterrada
    la retórica clásica, la de Petrus Ramus que
    abandonó el arte de razonar bien propuesto por Aristóteles por el uso de la elocuencia y
    adorno del lenguaje postrando a la retórica al estudio
    simplista de las figuras literarias, hecho que produjo su
    decadencia y el rechazo de pensadores en los tiempos
    modernos.

    El diccionario de
    la Real Academia define la elocuencia como "Facultad de
    hablar o escribir de modo eficaz, para deleitar, conmover o
    persuadir. Eficacia para
    persuadir o conmover que tienen las palabras, los gestos, los
    ademanes y cualquier otra acción o cosa capaz de dar a
    entender algo con viveza". Teniendo como referencia estas
    definiciones podemos inferir que la elocuencia es una facultad
    que poseen no todas las personas, por lo tanto, no es pensable
    pretender que todos lo seamos, tal pretensión es una mera
    utopía.

    Sin embargo, todos podemos convertirnos en buenos
    argumentadores si expresamos con claridad y sobre todo, si
    estudiamos las reglas de la lógica discursiva; en otras
    palabras, argumentamos en forma convincente cuando utilizamos las
    razones apropiadas para expresar y sustentar nuestras opiniones
    fuertes. Es decir cuando hacemos buen uso de las operaciones del
    intelecto como las naciones, los conceptos, las proposiciones,
    las categorías y las tesis. Y por supuesto de las herramientas
    intelectuales como la deducción, la inducción, el análisis, la inferencia, la síntesis,
    la analogía y la predicción.

    La
    argumentación es razonamiento, inferencia y
    esencialmente el propósito es convencer, hacer cambiar de
    ideas, actitudes,
    acciones,
    decisiones de un interlocutor. Ella fue cultivada en la
    antigüedad por los griegos, Cicerón, Marco Tulio
    (106- 43 a J.C.) refinó el arte de la composición,
    la ironía, la inventiva y la argumentación en sus
    discursos
    políticos, lo que le proporcionó la
    admiración no sólo de sus contemporáneos
    sino también de los intelectuales clásicos modernos
    que estudian sus tratados y sus
    cartas; siendo
    los Sofistas los más grandes exponentes, del arte de
    argumentar, aunque su error fue su desprecio por la verdad. De
    ahí las demoledoras críticas de Sócrates,
    Platón
    y Aristóteles, quienes también fueron
    brillantes en el arte de argumentar.

    En todo proceso
    argumentativo operan tres acciones: la
    interpretativa que consiste en comprender el sentido de un
    texto o un
    discurso; la
    propositiva o acción crítica y creativa y la
    argumentativa propiamente dicha o capacidad de sustentar una idea
    mayor. Estas acciones son expresadas a través del
    razonamiento analógico, basado en la comparación;
    el razonamiento deductivo que se expresa sacar conclusiones
    particulares de hechos o situaciones globales; el razonamiento
    inductivo que fluye de los hechos concretos hasta constituir
    situaciones generales, el razonamiento silogístico o
    razonamiento deductivo de la lógica
    proposicional.

    Son incontables los eventos en los
    que se discute o se cuestiona de manera imprecisa o poco clara,
    es justamente en estas circunstancias donde opera el razonamiento
    práctico como una luz para lograr
    los acuerdos. Aún ahí, se debe tener en cuenta que,
    en la demostración, como en la deliberación
    crítica se requiere de la argumentación, es decir
    organizar las razones a favor o en contra del problema o tesis
    que se defiende. Pero no es el propósito del acto de
    argumentar realizar demostraciones e decir, estamos frente a dos
    categorías diferentes aunque no la una incluye a la otra.
    Esta aclaración la expresaremos más adelante, dado
    que sólo nos interesa en esta parte de este
    artículo aclarar los términos correlacionados o los
    que subyacen.

    Educar en la argumentación permite aprender a no
    confundir las causas o motivos de acción con las
    consecuencias o razones que podrían justificarlas,
    sólo estás son susceptibles de crítica
    interpersonal. Tomemos un ejemplo: cuando le preguntamos a un
    estudiante universitario por qué no lee, este contesta que
    "porque no le gusta". ¿Es está una buena
    razón? o es, ¿Es una razón valida?,
    ¿El mero gusto, empírico será un
    argumento?.

    Será que el hecho de que no le guste, es la causa
    que no lea, y lo que es peor, viva de espaldas al mundo, con los
    ojos cerrados al todo el
    conocimiento de la humanidad. Se desea con la pregunta que
    dé una buena razón para no leer. Es decir debe
    tratar de probar que leer no es bueno. Es seguro que si,
    quienes si leen y gozan con sabiduría contenida en los
    libros,
    podríamos probarle que está en un error. Como
    vemos, una buena razón puede en determinado momento
    justificar una acción o unas creencias, aunque ésta
    no se deduzca necesariamente de aquella. Por eso, la
    mayoría de nuestras decisiones, aun siendo razonables
    escapan de al carácter
    necesario de deducibilidad lógica.

    Cuando argumentamos, proferimos un conjunto de
    expresiones lingüísticas conectadas en forma
    lógica, de tal forma entre ellas hay una coherencia.
    Argumentar es, entonces, un conjunto de razones, de proposiciones
    utilizadas en un proceso comunicativo, llamadas premisas, que
    justifican o apoyan otra, llamada conclusión, que se
    deduce, de algún modo, de aquella. Toda
    argumentación supone un grupo de
    razones ordenadas en donde la conclusión se infiere de
    unas premisas y el nexo que hay entre éstas y aquellas se
    denomina inferencia.

    Sin duda la competencia argumental es fundamental para
    alcanzar la paz en un país como el nuestro azotado por la
    violencia,
    infectado de intolerancia, como resultado de la intolerancia
    ideológica y politiquería. No olvidemos que la
    convivencia pacífica también se puede
    enseñar desde el hogar, en la escuela y la
    universidad. La argumentación el mejor mecanismo para el
    diálogo civilizado en el que se expongan las proposiciones
    y las tesis para la discusión y la búsqueda de
    soluciones a
    los graves problemas que
    aquejan a la toda nación.
    Insistimos que todos nuestros conflictos no
    pueden ser resueltos a punta de bala.

    El uso de la argumentación es múltiple,
    atraviesa todas las esferas de la vida en una sociedad
    democrática. Argumenta e político, el vendedor para
    promocionar sus artículos, el jurista para ganar un
    pleito, líder
    para conseguir seguidores, el científico para defender sus
    hipótesis, el profesor para convencer a los jóvenes
    de la importancia de ser agentes de una revolución
    cultural y moral que
    requiere Colombia, el padre de familia para
    persuadir a su hijo de la importancia de la formación en
    la universidad, etc.

    Desde luego, para tener éxito en cualquier
    actividad que requiera del buen uso del discurso o del debate,
    hay que leer mucho, comprender e interpretar los textos.
    Argumentar es una actividad imprescindible a la hora de presentar
    los resultados de un trabajo de investigación. En todos
    los casos una buena sustentación se aprende leyendo
    esencialmente a los grandes clásicos de la ciencia, la
    filosofía, la política, la economía, el derecho.
    Porque estos son unos verdaderos tratados de
    lógica humanista.

    En el ámbito universitario convencer a un jurado
    calificador de una monografía, una tesis o un trabajo de
    indagación resulta fácil si se ha entrenado en la
    competencia argumentativa. Polemizar con un docente, discutir sus
    tesis deja de ser una situación de miedo y por el
    contrario se convierte en una valiosa oportunidad para
    demostrarle al profesor que el "alumno" también tiene
    luz propia y
    disentir con él deja de ser un problema peligroso sino un
    ejercicio de racionalidad práctica.

    Convencer es el fundamento de la argumentación y
    se logra por medio de la deducción o la inferencia, de
    esta manera se consigue explicar unos conocimientos por medio de
    otros, de tal manera que las tesis son comprobadas racionalmente
    con fundamento en afirmaciones o negaciones, falseadas o
    verificadas. Por eso, Tanto a Kant, como a
    Popper, les preocupó el tema de la argumentación,
    el buen uso de ella y recomendaron, que sí queremos
    conformar una sociedad razonable es necesario que aprendamos a
    distinguir con claridad lo que es un conocimiento
    científico, es decir razonado y no el producto de
    las simples creencias y convicciones personales, políticas
    o religiosas impuestas sin ningún fundamento.

    A esta tarea se consagró Popper y se le ha
    llamado "Problema de la demarcación", y a ella
    dirigió toda su atención. La demarcación implica
    entender muy bien lo que es un razonamiento científico,
    porque no se trata de cómo creyó el positivismo
    moderno un conocimiento
    verdadero, e inconmovible. Siguiendo la tradición kantiana
    el hombre no
    está en la posibilidad de acceder a dicho conocimiento, de
    ahí que, el arte de organiza las razones para convencer,
    aún tiene vigencia, y es único medio para acceder a
    la mayoría de edad o a la
    ilustración kantiana.

    Razonar es un proceso mental que permite relacionar
    ideas o juicios. Siempre que partimos de dos premisas o
    afirmaciones que determinan una conclusión tenemos
    entonces una inferencia. La conclusión puede presentarse
    al comienzo, en la mitad o al final del texto. En
    todos los casos las premisas son el punto de partida de la
    inferencia y el fundamento para la conclusión.

    El razonamiento es un proceso lógico que conduce
    al conocimiento verdadero a través de razonamientos
    válidos regidos por normas. Un
    razonamiento es analógico cuando se basa en la
    comparación y la relación existente entre los
    elementos; el razonamiento deductivo, contrario al inductivo,
    implica extender a casos particulares las situaciones contenidas
    en un razonamiento general.

    4.0 ANTECEDENTES
    TEÓRICOS

    Empecemos por afirmar que una teoría es un
    instrumento del pensamiento y regularmente está compuesto
    por un conjunto de definiciones, proposiciones relacionadas en
    torno a unas
    tesis probables racionalmente, y universalizables que como un
    corpus desarrolla un punto de vista sistemático,
    estableciendo relaciones entre variables y
    sobre todo que puede explicar, predecir fenómenos y hechos
    en un campo de trabajo de investigación.

    En tal sentido la Teoría de Argumentación
    tuvo su origen en la antigua Grecia y en
    principio, ella recibió el nombre de Retórica.
    Gracias a las reformas democráticas de Pericles (490-429)
    se creó una nueva clase de profesionales que eran llamados
    "sofistas" y quienes asumieron el ejercicio de la
    filosofía, la ciencia y la
    política
    para defender ante los jueces las causas y los reclamos del
    pueblo, fueron ellos cultores y detractores de la
    argumentación, por supuesto, que su finalidad no fue la
    búsqueda de la verdad, sino simplemente defender a como
    diera lugar a sus clientes.

    Aristóteles es reconocido como el padre de la
    Teoría antigua de la Argumentación. Y gracias a
    Perelman, filósofo y jurista polaco-belga, ( Varsovia 1912
    – 1984) conocedor y asiduo estudioso las teorías
    de Aristóteles que se rescata lo mejor del viejo mundo y
    se creó la "Nueva Retórica", la de Perelman, quien
    a los 28 años, dedicado a la investigación
    filosófica, con la colaboración de la filosofa
    Olbrechts-Tyteca emprendió varios proyectos de
    investigación1, todos encaminados a la
    elaboración de una lógica de los juicios de
    valor.
    Situación que los lleva a realizar una lectura con
    detenimiento del gran maestro de la antigüedad –el
    creador de la lógica formal- a través del
    Organon, y de un riguroso estudio filosófico de las
    obras de los grandes lógicos de todos los tiempos:
    Platón,
    Agustín, Thomas de Aquino, Descartes,
    Locke, Hume, Kant y
    Bertrán Russell, culmina con la elaboración de su
    propia teoría de la argumentación.

    La retórica aristotélica, fue la base,
    ella dominó en la antigüedad y con el paso del
    tiempo, se la
    tergiversó, hasta convertirla en simple teoría de
    la composición del discurso, se la redujo a ornamentos del
    lenguaje sofísticos o estilo de grandilocuencia que va
    predominar en la edad media y
    primera mitad del siglo XX.

    Durante la edad media y
    aún en renacimiento, la
    retórica se hizo más sofisticada, y su
    aplicación no era sólo a nivel jurídico sino
    en todo tipo de situaciones; desde las matemáticas hasta la poética y se
    expresaba a través de todo tipo de técnicas orales,
    gesticulares, corporales siempre con el objetivo de
    impresionar al interlocutor y finalmente persuadirlo o
    disuadirlo. Es contra toda esta concepción, simplista, se
    levanta Perelaman y presenta su Nueva Retórica, que
    aparece sistematizada en El tratado de la
    Argumentación
    o nueva retórica (1958),
    obra que recoge la teoría de Aristóteles, los
    aportes de Platón y aún de los sofistas. Esta nueva
    retórica considera que no todos los discursos son
    argumentativos.

    Los discursos pueden o no enfatizar la
    argumentación, la decisión responderá a lo
    que decida el orador para desarrollar su argumentación.
    Por el contrario, en el discurso científico predomina el
    rigor lógico de la demostración antes que la
    persuasión.

    De acuerdo con Perelman, se denomina "Teoría de
    la Argumentación" al estudio de las estructuras
    formales en el arte de argumentar como proceso comunicacional. La
    Teoría de la Argumentación, basada en el estudio
    del acto de argumentar tiene por objeto explicar como se
    argumenta en los auditorios complejos y para explicarlo acude a
    una lógica distinta a la formal, estamos hablando de la
    lógica proposicional que tiene su propia ética y
    sus categorías para determinarla como toda una
    explicación del acto de seducir, sustentar y probar un
    punto de vista.

    Por fortuna la retórica sofistica y
    gesticulativa, a caído en desuso con el desarrollo de las
    nuevas
    tecnologías y los medios masivos
    de comunicación. Sin embargo, hay quienes
    aún en el campo jurídico o administrativo insisten
    en los viejos modelos de
    grandilocuencia, desconociendo los trabajos de Perelman y
    Olbrechts- Tyteca, de Ducrot y Ascombre, la Teoría de la
    Acción Comunicativa de Habermas, y por supuesto los
    esfuerzos del profesores Adolfo León Gómez, Alfonso
    Monsalve y Miguel se Zubiria, por difundir la Teoría de la
    Nueva Retórica, es increíble que aún se
    insista en algunos ambientes universitarios en los viejos
    esquemas de la charlatanería, la verborrea adornada pero
    sin profundidad de pensamiento.

    Perelman fue ante todo un critico del sistema de
    conocimientos definido como Lógica Moderna –
    Filosofía Analítica, movimiento del
    Positivismo
    Lógico y tendencias similares, como la del Racionalismo
    Crítico de Popper y se planteó la pretensión
    de que la lógica estándar debía ser la pauta
    universal pero no la única perspectiva válida para
    conservar cualquier proceso comunicacional de
    argumentación, es decir, no sólo la
    argumentación científica o teórica sino
    cualquier interacción comunicacional en el ámbito
    cotidiano, jurídico, religioso etc.

    La validez o no de tales argumentos debería,
    según esa concepción, ser enjuiciada desde los
    criterios de la lógica pura. Estas pretensiones dieron
    lugar, en el amplio escenario de la discusión
    filosófica y meta-teoría a una serie de reacciones.
    Gran parte de la obra de Wittgenstein parece haber surgido
    precisamente como reacción ante esas pretensiones
    totalitarias de los logicistas. El renacimiento
    de la vieja retórica o de la tópica
    aristotélica, es otra reacción ante esos
    planteamientos. En otro contexto se sitúa la propuesta de
    Ch.S.Peirce, continuada, pero también deformada por C.W.
    Morris, sobre una "Pragmática". Y también en otro
    contexto está la reacción ante el Logicismo que
    inició J.L. Austin.

     Perelman explica en El imperio
    retórico,
    que su propósito es rescatar la
    "antigua retórica" la de los griegos para
    diferenciarla de la "retórica clásica" que
    redujo la retórica aristotélica al formalismo del
    estudio de las figuras literarias, a aspectos preceptivos para
    adornar el discurso utilizando giros que convierten la
    retórica en simple teoría de la composición.
    Su objetivo por
    lo tanto es volver al sentido primigenio que tuvo en la
    antigüedad: arte de disuadir y / o persuadir con razones. En
    otras palabras pensar en voz alta con la fuerza de los
    argumentos en procura de llegar a los acuerdos con el otro o con
    los otros.

    Leyendo a Aristóteles en el Organon, Perelman,
    distingue tres campos de la teoría de la lógica del
    discurso: a) teoría de la argumentación, b)
    teoría de la elocuencia y c) teoría de la
    composición. También distingue, dos tipos de
    razonamientos: los analíticos, utilizados en la
    lógica formal y los dialécticos, que tratan de
    establecer acuerdos sobre los valores
    que son objeto de controversia. Con referencia en lo anterior,
    Perelman reivindica la importancia de la razonabilidad en la
    toma de
    decisiones y explica que las leyes de la
    retórica y de la dialéctica son
    universales.

    De esta manera Perelman y la señora
    Olbrechts-Tyteca retoman la definición de
    Aristóteles, que admite que los juicios analíticos
    parten de premisas indiscutiblemente verdaderas que concluyen o
    conducen a inferencias validas. Por eso, estos juicios son de
    utilidad en la
    lógica formal y las ciencias de la
    naturaleza.
    Por el contrario, los razonamientos
    dialécticos3, no se dirigen a establecer
    demostración alguna desde el punto de vista
    científico, sino guiar las deliberaciones y controversias,
    porque su principal objetivo es persuadir, disuadir, convencer,
    mediante el uso del discurso o criticar tesis opuestas, al
    tiempo que se
    defienden las propias por medio de razones validas para el
    interlocutor.

    Tanto Perelman como Olbrechts- Tyteca, reconocen que los
    razonamientos dialécticos tratan de establecer acuerdos
    sobre asuntos que suscitan polémica. La verdad entonces es
    una construcción intersubjetiva se elabora a
    través de la acción comunicativa y se la
    otorgará al que mejor argumente como señalan el
    diálogo de Platón, expuesto como epígrafe de
    este artículo. La conclusión es que este
    razonamiento –dialéctico- es de enorme utilidad en la
    vida cotidiana y en todas las ciencias sobre todas las de la
    discusión socia.

    Las ciencias exactas se sustentan inexorablemente en la
    demostración, las humanas tienen como propósito
    esencial persuadir. Por eso la demostración se dirige a un
    auditorio universal, mientras que la persuasión a
    auditorios particulares. Por supuesto, uno no puede pretender
    convencer por vía discursiva a todo el mundo, pero si se
    puede lograr la adhesión o acuerdos mínimos sobre
    temas particulares que son por naturaleza
    discutible.

    Las ciencias exactas señala Aristóteles,
    exigen definiciones precisas debidamente demostradas por los
    hechos, Descartes
    hablaba de conocimientos claros y distintos, Kant razonamiento a
    apriorístico. Todas son formulaciones axiomáticas
    ajustadas con rigor a la lógica
    matemática. Las humanas por el contrario se conforman
    con probabilidades, se bastan con argumentos, los que obviamente,
    están sujetos a la crítica de validación
    distinta a los de verificación empírica. En tal
    sentido lo que hoy es argumentado, mañana pude ser
    refutado.

    Podríamos decir entonces, que Perelman y
    Olbrechts-Tyteca establecen claras diferencias entre
    argumentar y demostrar, dos verbos, no son
    sinónimos y mucho menos el uno inclusor del otro. La
    demostración es un medio de prueba que se utiliza para
    establecer la verdad en las ciencias exactas: la física, la química, la biología, la matemática. La argumentación en
    cambio es una
    acción dialógica que permite la adhesión a
    la tesis que se propone mediante razones validas sin que medie
    una demostración fáctica.

    La tesis global del trabajo de Perelman sostiene que
    el hombre
    tiene la capacidad de conocer discusivamente y es reforzada por
    tesis del profesor Adolfo León Gómez que reza:
    "La razón es esencialmente práctica y la
    razón teórica no es sino el límite de la
    razón práctica
    4".

    Podemos concluir entonces que fueron las nuevas
    circunstancias políticas y sociales del siglo XX, como la
    ampliación de la democracia,
    la
    comunicación , la información dentro del nuevo proceso de
    globalización de la sociedad capitalista la
    que genera la necesidad histórica de reivindicar la
    retórica antigua, el arte de persuadir y de convencer. Los
    nuevos tiempos requiere de nuevos acuerdos y de argumentos
    sólidos de parte de los líderes en cualquier
    profesión y no simples halagos para adular, como
    ocurría con los sofistas del mundo antiguo argumentar
    falazmente cualquier tipo de situación.

    Es importante precisar en este escrito, gracias al
    profesor Adolfo León Gómez, máxima autoridad en
    los estudios perelmanianos en el mundo hispánico, autor de
    varias publicaciones sobre filosofía del lenguaje y del
    libro Seis
    conferencias sobre la Teoría de la
    Argumentación
    5, cuyo objetivo fundamental
    según lo expuesto por el propio autor, es servir de
    introducción al pensamiento de Perelman
    – El Imperio Retórico- y familiarizar a los
    neófitos en el tema con la Teoría de la
    Argumentación
    ; hemos tenido la oportunidad de
    entusiasmarnos por el tema de la argumentación y cambio de
    esta deuda moral
    contagiar a los jóvenes universitarios en el estudio de
    este palpitante pensamiento: el de Perelman . El profesor
    Gómez en su ensayo,
    destaca las relaciones existentes entre la teoría de la
    argumentación con la retórica antigua; la
    lógica, la teoría de los actos
    lingüísticos y la filosofía, obra que
    recomendamos para su estudio inmediato y sobre todo antes abordar
    el Imperio retórico de Perelman.

    El profesor Adolfo León Gómez en otra de
    sus publicaciones: "El primado de la razón
    práctica" a través de su tesis central defiende la
    razón como algo esencialmente practico y la razón
    teórica como el límite de la razón
    práctica, agrega que "para argumentar se es necesario
    estar de acuerdo (…) por menos en algo en algo: tener en
    lenguaje común, apreciar el consentimiento del
    interlocutor y su concurso mental; se requiere cierta modestia de
    parte de quien argumenta y tener conciencia de
    que, si bien su propósito es persuadir, puede producirse
    el efecto contrario, ser persuadido- en transacción
    argumentativa".

    Hoy son incontables los intelectuales que estudian todo
    lo relacionado sobre los tipos de argumentos analizados por los
    creadores de la teoría de la argumentación,
    realizan grandes esfuerzos por definir y concretar la
    teoría de la argumentación como una disciplina que
    estudia las técnicas discursivas que permiten lograr o
    acrecentar la adhesión a las tesis que se propone el
    orador. En síntesis,
    la Nueva Retórica surgió de la preocupación
    por la búsqueda de una lógica de los juicios de
    valor,
    iniciada en 1947. Pero Perelman llega a una conclusión
    inesperada, que no había una lógica
    específica de los juicios sino que todos los campos donde
    existe la ley de la contradicción se discute, se delibera
    recurriendo a técnicas de la
    argumentación.

    Adolfo León citando a Perelman propone, que a la
    hora de argumentar hay que tener presente que "La misión del
    filósofo, es la de ser vocero de la razón, ser
    defensor de los valores
    universales supuestamente válidos para todos los hombres"
    y que persuadir a alguien es convencerlo de que nuestra
    opinión es mejor que la suya y por lo tanto debe
    emplazarla. En sus escritos recomienda:

    • La teoría de la argumentación se
      construye en un ambiente
      filosófico. La filosofía es un intento racional
      -aunque no científico-, por resolver problemas
      inmaduros. Es decir, problemas para los cuales no existe un
      método
      estándar reconocido por una comunidad de
      especialistas. La argumentación es un intento por
      producir determinados efectos en el público, en la
      audiencia o en un auditorio.
    • Para que la teoría de la argumentación
      sea teoría razonablemente aceptada, requiere definir un
      concepto
      clave, que es el concepto de fuerza de un
      argumento o fuerza de una argumentación.
    • La teoría de la argumentación, nos pide
      "tratar a todos los seres de la misma categoría, de
      manera semejante".
    • Se denomina "Teoría de la
      Argumentación" al estudio de las estructuras
      formales en el arte de argumentar como proceso comunicacional
      en el cual se da primacía de la razón
      práctica, por encima de la razón
      instrumental.
    • Los argumentos se deben expresar mediante
      proposiciones. Por eso La argumentación se formula en
      lenguaje de la lógica informal, la demostración
      lógica fundamentalmente en el lenguaje
      de la formalidad científica.
    • La argumentación conduce de manera inexorable
      a acuerdos, la lógica a la verdad irrefutable a
      través de la prueba.

    Para ver el gráfico seleccione la
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     Tesis: "La fuerza de un argumento depende
    de la adhesión de los auditores a las premisas de la
    argumentación, de la pertinencia de éstas, de las
    relaciones próximas o lejanas que ellas puedan tener con
    la tesis defendida; también está en función de
    las objeciones que podrían oponérsele , de la
    manera como se podrían refutarlas. Perelman

    P1. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. La
    concepción cartesiana de la ciencia
    entiende que esta es un discurso que jamás puede ser
    cuestionado. Así las cosas, la ciencia es
    pensada como un todo acabado.

    P2. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Religar es
    el estudio del pensamiento valido desde la acción del
    sujeto sin fundamento lógico epistémico.

    P3. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Es
    entendida como una teoría general del discurso persuasivo,
    que busca influenciar a una o muchas personas e inclusive a un
    auditorio universal. Elementos de la argumentación: el
    orador, el auditorio y el discurso.

    P4. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Se supone
    que ti todo hombre
    razonable tuviese la misma información y competencia,
    llegaría a la mima conclusión. Por eso desde el
    punto de vista del conocimiento la verdad es el valor
    central.

    P5. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Los tres
    tipos de argumentos o técnicas argumentativas
    reseñados por perelman son: los cuasilógicos,
    llamados así porque tienen una apariencia demostrativa se
    asemejan a los argumentos formales; los basados en la estructura de
    lo real, y las disociaciones filosóficas.

    P6. TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN. Para
    argumentar se requiere de acuerdos por lo menos en algo: Tener un
    lenguaje común, apreciar el consentimiento del
    interlocutor y que su curso mental requiera de cierta modestia
    por parte de quien argumenta y tener conciencia de que
    sí bien el propósito es persuadir el efecto puede
    ser contrario. Perelman distingue tres géneros de
    discursos:

    1. EPIDICTICO: Se utiliza en las ceremonias, por eso
      está ligado a las grandes circunstancias de la vida. En
      este género
      de discurso el orador alaba o crítica según sea
      el caso, su discurso está relacionado con lo
      estético, lo bello o lo feo. Es un verdadero
      espectáculo, hace referencia al presente y un fuerte
      impacto en lo emocional.
    2. DELIBERATIVO: Se utiliza para aconsejar o
      desaconsejar a un auditorio. El orador concluye realizando
      recomendaciones en lo referente a lo más útil.
      Son discursos exhortativos, tiene como referencia el pasado y
      una fuerte intención política se intenta impactar
      la conciencia del auditorio.
    3. FORENSE: Se utiliza para acusar o defender. El
      propósito es establecer lo justo o injusto de una
      situación. Se le denomina discurso judicial retoma el
      pasado hace alusión al presente y tiene fuertes
      implicaciones en el futuro por eso casi siempre es
      prospectivo.

    P7. INFRAORDINADA. Retórica antigua o arte de
    persuadir con la razón. La retórica de
    Aristóteles presuponía tres momentos: la
    invención, disposición y la elocución o
    acción.

    P8. INFRAORDINADA. La retórica clásica
    estudia los tropos, las figuras literarias del discurso, las
    técnicas para embellecerlo y poetizarlo.

    P9. INFRAORDINADA. El dominio por
    excelencia de la argumentación, de la dialéctica y
    de la retórica, es aquel en el que intervienen valores.

    P10. SUPRAORDINADA. La teoría de la
    argumentación es la disciplina del pensamiento
    lógico informal que estudia las técnicas del
    discurso que permiten acrecentar o producir la adhesión de
    un auditorio a las tesis presentadas por un orador. Una de las
    tesis de Perelman: "Si no hay paz no hay derecho".

    P11. DISCURSO LÓGICO. Constructo mental que
    organiza de manera coherente y lógica las creencias y
    modos de interpretar la realidad.

    5.0 DEL
    ARGUMENTAR AL INVESTIGAR

    Todos sabemos que en la actualidad el país avanza
    en una marcha forzosa hacia la implementación de una
    reforma radical en las universidades y que a pesar de importancia
    explícita de los tres pilares o ejes de la
    educación superior: docencia, extensión e
    investigación, la actual revolución
    educativa sitúa la investigación como "actividad
    fundamental de la educación superior. Este hecho plantea
    una serie de nuevas responsabilidades tanto para los directivos
    como para los docentes y los estudiantes. Situación que
    cambiará a la larga las costumbres
    académicas.

    Dado que no es un problema de simple formalidad, sino
    gestar reformas que redunden de manera radical y propicien la
    creación de una cultura de
    indagación e investigación, es pertinente asumir
    que en la medida en que se amplíen los niveles de
    participación democrática en los claustros y la
    comunidad académica asume el ejercicio de una racionalidad
    practica es pensable la construcción de comunidades de
    indagadores como preámbulos de las comunidades de
    investigadores y estas sólo se podrán fortalecer a
    través del ejercicio de la argumentación. Por lo
    tanto, en la medida que se haga un mayor uso del debate, la
    discusión, el foro, la mesa redonda,
    el seminario y el
    discurso argumentado tendremos las condiciones para el ejercicio
    de la investigación cualitativa.

    La investigación se convierte en la tarea
    específica del quehacer universitario y de está
    forma la universidad se constituye en centro crítico de la
    producción de conocimiento y de la
    formación del espíritu científico. Por
    tanto, no es prudente que se asignen elevados presupuestos a
    impulsar proyectos de
    investigación, sin haber iniciado los procesos de
    formación de investigadores. Y es claro que un
    investigador debe manejar la destreza de argumentar, competencia
    absolutamente indispensable a la hora de defender un proyecto,
    una hipótesis o un punto de vista.

    Por lo tanto la investigación debe ir de la mano
    de la formación de estructuras lógicas en la mente
    del estudiante universitario. Entonces más que aprender
    datos
    aislados, el estudiante de la universidad debe aprender
    estructurar ideas, a emplear el juicio argumentado que le
    permitan manejar, enjuiciar e interpretar situaciones, y no
    quedarnos en la aplicación simplista de
    metodologías de impacto que con contribuyen a investigar
    de verdad.

    El estudio permanente, el debate argumentado, la
    escritura
    cuestionadora, la investigación contextualizada son
    elementos básicos de una Universidad donde directivos,
    profesores, estudiantes y trabajadores son actores de los
    procesos de calidad. En ella
    la argumentación sobre la realidad alimenta de la
    investigación, el debate sobre los saberes exige razones y
    no meras opiniones, los escritos circulan en forma de carteleras,
    periódicos o revistas universitarias en ese espacio ahora
    sí tendrían vida propia. Y no maquillajes,
    publicando revistas o libros sin
    ningún impacto puesto que no han de ser leídos y
    menos discutidos.

    Argumentar en el contexto universitario significa
    entonces, dar razones coherentes desde una perspectiva
    lógica, basada en realidades y sustentada. Discutir desde
    la argumentación, supone reconocer en los otros, a unos
    interlocutores legítimos que están dispuestos a
    mantener una comunicación sincera con nosotros sobre
    asuntos de interés
    mutuo y sobre los cuales podemos disentir o tener
    acuerdos.

    En los actuales momentos, en Colombia, dada la
    descomposición institucional, moral y social, se requiere
    de personas con criterios intelectuales y morales claros con
    capacidad de analizar y producir soluciones
    coherentes e innovadoras a los múltiples
    problemas.

    Formar estudiantes investigadores requiere de
    prácticas pedagógicas centradas en la
    argumentación y el desarrollo de la comprensión.
    Por eso es importante que el estudiante aprenda a comprender a
    los otros, a valorar las diferencias, e interprete que aceptar la
    diferencia es reconocer al otro.

    Frente al paradigma
    vigente y acrítico que tiene un visión
    reduccionista de la enseñanza centrada en los "procesos"
    proponemos la ARGUMENTACIÓN como CONTENIDO esencial y como
    PRAXIS, paso preliminar de la INVESTIGACIÓN FORMATIVA, con
    una metodología dialógica centrada en
    sustentación racional y en respeto por la
    opinión ajena.

    1. TACTICA Y
      ESTRATEGIA

    Hemos sostenido a lo largo de este artículo que a
    argumentación es una actividad social y necesaria en la
    vida de todo individuo. Todos necesitan de los procesos
    argumentativos. Se argumenta para proponer o defender tesis. Ella
    es un principio de convivencia por cuanto permite dirimir
    conflictos
    personales y colectivos. La injusticia hace su aparición
    cuando se agota toda opción argumentativa y
    humanista.

    En resumen de las tácticas y estrategias que
    se presentan a continuación, están estrechamente
    relacionadas con la tesis central que hemos defendido a lo largo
    de este escrito. Se trata divulgar que la argumentación es
    un factor determinante en los procesos de la investigación
    formativa y de hacer saber que si el alumno no despliega en forma
    simultanea las habilidades que apuntan a desarrollar la
    competencia argumentativa, como una de las propedéutica
    fundamental, todo intento por formar investigadores será
    vano y sólo contribuirá a privilegiar el
    currículo tradicional.

    Se sugiere, por lo tanto, la introducción
    paulatina de técnicas y estrategias de trabajo
    argumentativo en las cátedras, a fin de potenciar la
    competencia argumentativa: el pensamiento crítico y
    creativo. En ese sentido la practica del seminario, el
    foro y el debate son
    medios
    importantes para el ejercicio de la
    argumentación.

    Cosas que hay que evitar y como organizar los
    seminarios, foros y debates argumentativos para promover el
    pensamiento critico en el ámbito académico,
    sugeridas por Mathew Lipman:

    • Evite obligar a los alumno a seguir un solo orden de
      ideas, a partir solo, de su interés
      como docente. Privilegie el interés de los
      alumnos.
    • Evite el uso de conceptos abstractos y, por el
      contrario, dele a sus alumnos la posibilidad de construir su
      razonamiento a partir del diálogo espontáneo o el
      debate abierto.
    • Evite dirigir el debate durante la clase y, por el
      contrario, provoque e incite a la discusión.
    • Evite resolver, sólo los problemas de orden
      afectivo, omitiendo los de orden cognoscitivos.
    • Evite que los estudiantes avancen en un solo ritmo,
      recuerde, que no todos, responden y aprenden del mismo
      modo.
    • Evite monopolizar la conversación.
    • Evite manipular la conversación, de modo que
      sus ideas (las del profesor) parezcan las más
      justificables.
    • Estimule a sus alumnos para que justifiquen sus
      propias opiniones y creencias.
    • Insista, en que los alumnos discutan sobre el
      problema, hasta que sólo ellos, encuentren una o varias
      "respuestas".
    • Aliente a los alumnos a pensar con cabeza propia, a
      ser capaces de valerse de su propio entendimiento.
    • Siempre que inicie una clase, pregunte a sus alumnos,
      ¿qué aspectos de la vida tiene significado para
      él?.
    • Siempre que enseñe, primero señale los
      aspectos más simples y por último los más
      complejos.
    • Recuerde que el gran propósito de la
      práctica de la argumentación, está
      dirigido hacia el desarrollo de la destreza del pensamiento
      crítico, es decir ayudar a los alumnos a construir ideas
      nuevas, a descubrir nuevas significaciones.

    "Si queremos adultos que piensen por sí mismos,
    debemos educar a los niños a
    que piensen por sí mismos". Mathew Lipman.

    1. CONCLUSIÓN

    Creemos que no es posible desarrollar esta competencia
    de manera aislada, es preciso crear comunidades de
    indagación que de manera más precisa y exacta,
    estén comprometidas con la democracia,
    con el debate abierto, que admitan la diversidad crítica,
    que propicien la libertad de
    cátedra, la solidaridad y que
    tengan la suficiente madurez para juzgar con conocimientos y
    sobre todo ofrecer razones sus miembros cada que surjan
    desacuerdos. El espacio natural de estas comunidades deben ser
    los salones, los pasillos, la biblioteca, la
    cafetería es decir no importa el dónde pero
    sí el cuándo. Por eso empecemos por derribar las
    puertas, abrir las ventanas y permitir que el aire fresco de
    razón acaricie la palabra y promueva el diálogo en
    voz alta y frente a una comunidad de hablantes. Esta experiencia
    supone:

    7.1 Tener siempre un esquema cuando argumente, no pase
    de un punto a otro.

    1. Formule una introducción breve y a
      continuación, exponga sus argumentos uno a
      uno.
    2. Rebata las objeciones con argumentos.
    3. No afirme más de lo que no está en
      capacidad de probar.
    4. Distinga las premisas de las
      conclusiones.
    5. Evite el
      lenguaje emotivista y la sensiblería.
    6. Realice un estudio previo del tipo de auditorio y
      adecue, su lenguaje de tal forma que se logre el
      propósito: convencer.
    7. Determine los objetivos,
      la justificación y la metodología que va a
      seguir.
    8. Utilice esquemas coherentes y emplee, siempre que
      hable, un tono de voz grave con una velocidad
      media.
    9. Si tiene que leer, hágalo, pero sólo
      utilizando frases y párrafos cortos.
    10. Dedique la última parte de su
      intervención a cerrar, resaltando su tesis o
      hipótesis.
    1. BIBLIOGRAFÍA

    AGUDELO, R. MARTÍN. Humanismo
    Jurídico. Editorial Leyer, 2001.

    ARISTÓTELES. Ética
    Nicomaquea. Ediciones Universales, 1987.

    CALVO, JOSE. Derecho y narración. Materiales
    para una teoría y critica narrativista del derecho. Ariel,
    1996.

    CASTILLIO, SANCHES. MAURICIO. Manual para la
    formación de investigadores. Editorial, Magisterio,
    1999.

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    Alvaro Mina Paz

    Docente de Humanidades Universidad Santiago de Cali,
    Especialista en Docencia para la Educación Superior,
    Diplomado en Teoría de la argumentación y Pahd del
    Instituto Monterrey, México.

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