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Reforma gerencial de la administración tributaria en la República Dominicana




Enviado por pascualramirez



    1. Aspectos
      metodológicos
    2. Descripción del entorno
      institucional
    3. La reconstrucción del
      Estado y las reformas implementadas en la Dirección
      General de Impuestos Internos
    4. Las características y
      objetivos de la reforma gerencial
    5. Reforma gerencial aplicada a la
      DGII
    6. Conclusiones

    CAPITULO I

    ASPECTOS METODOLOGICOS

    1.1 SELECCIÓN
    Y DEFINICION DEL TEMA DE INVESTIGACION

    1.1.1 Definición del Tema de
    Investigación

    La reforma del Estado se ha
    convertido en el tema central de la agenda política mundial. El
    origen de este proceso tuvo
    lugar cuando el modelo de
    Estado montado
    por los países desarrollados en la posguerra, propulsor de
    una era de prosperidad sin precedentes en el capitalismo,
    entró en crisis hacia
    fines de la década de 1970.

    En un primer momento, la respuesta a la crisis fue la
    neoliberal-conservadora. Después de algún tiempo se
    constató que la solución no estaría en el
    desmantelamiento del aparato estatal, sino en su
    reconstrucción. La Republica
    Dominicana no fue ajena a esa situación
    latinoamericana.

    Pero reconstruir el Estado
    dominicano para enfrentar los nuevos desafíos de la
    sociedad
    postindustrial, un Estado para el siglo XXI, que además de
    garantizar el cumplimiento de los contratos
    económicos, debe ser lo suficientemente fuerte como para
    asegurar los derechos sociales y la
    competitividad
    de cada país en el escenario internacional, no es tarea
    fácil. De hecho, con los actuales esquemas de gestión
    publica, parece tarea imposible.

    Por eso proponemos una administración estatal acorde con los
    estudios y propuestas mas relevantes sobre el tema, dados a
    conocer durante los anos 1999-2002 en Latinoamérica, particularmente en los
    centros de análisis económico regional,
    dirigidos a recuperar la capacidad estatal de gestión. A tal fin, no solo adecuamos
    propuestas evacuadas (entre ellas, básicamente, el
    gerencialismo) sino proponemos, teniendo como base esas
    propuestas, la adecuación formal a las características de nuestro
    país.

    1.2 PLANTEAMIENTO, FORMULACION Y SISTEMATIZACION
    DEL PROBLEMA DE INVESTIGACION

    Como resultado de las múltiples revoluciones que
    sacuden el mundo moderno (tecnológica, política y
    financiera, entre otras) vienen produciéndose cambios
    inéditos de enorme amplitud y profundidad que han incidido
    en la transformación estructural de la sociedad global.
    (CLAD: Reforma y Democracia.
    No. 2, Julio 1994). Los Estados de escaso desarrollo
    institucional, marcados por prácticas autoritaristas o
    simplemente incapaces de transformarse con la oportunidad
    requerida, han visto reducir drásticamente su capacidad de
    respuesta adecuada, eficaz y eficiente a los complejos
    requerimientos del mundo postmoderno. Dado que es imprescindible
    reacomodar las estructuras
    estatales al cambiante patrón evolutivo mundial, la
    reconstrucción de la capacidad estatal se ha planteado
    como una condición esencial para que esos Estados, entre
    los cuales situamos la Republica
    Dominicana, enfrente en forma exitosa los problemas de
    la democratización, el desarrollo
    económico y la distribución de la riqueza.

    Varias teorías
    han sido propuestas para lograr estos objetivos,
    entre ellas la implementación de la Reforma Gerencial como
    un aspecto fundamental para mejorar la capacidad de
    gestión estatal e incrementar el índice de
    gobernabilidad democrática, proposición de carácter
    originariamente político que se ha convertido en una
    exigencia para la estabilidad y, por ende, para el desarrollo.
    (Una interesante versión de estas reformas se explica en
    FMI apuesta
    por una reforma fiscal
    profunda. Articulo sin firma publicado por El Caribe,
    sección Intereses-Finanzas,
    página 25, de fecha 9 de mayo del 2003).

    El sistema
    impositivo dominicano ha respondido con rapidez a las reformas
    planteadas por diversos sectores, nacionales e internacionales.
    Dicho sistema,
    compuesto por varias instituciones,
    entre ellas la Dirección General de Impuestos
    Internos (DGII) ha implementado algunas reformas importantes: es
    el caso de la votación de la Ley 11-92,
    Código
    Monetario y Financiero, y de las reformas arancelaria y
    tributaria del año 2000 (llevadas a cabo mediante las
    leyes 146-00 y
    147-00. (Ver Díaz, Remberto: Recopilación
    Impositiva. Quinta Edición. Santo Domingo, 2002). Sin
    embargo, estas reformas adolecen de serios defectos, pues han
    pretendido básicamente el incremento de las recaudaciones
    –convertido en un objetivo
    político per se- y, como parciales, no han logrado
    vertebrar una reforma sistémica, completa, que garantice
    la eficiencia y la
    eficacia de la
    Dirección General de Impuestos
    Internos, descuidando el fortalecimiento de las funciones
    ejecutadas por las administraciones locales; la promoción de la cultura
    tributaria; la eficiencia de los
    sistemas
    informáticos y herramientas
    tecnológicas como apoyo al control fiscal y de
    gestión tributaria y, sin ser limitativos, descuidando
    también la calificación del recurso humano como
    parte integral del quehacer tributario, que valore la
    proactividad y la ética.
    (Ver: Dirección General de Impuestos Internos. Proceso de
    Modernización 1997-2004. Editora Tele 3, 1997. Una
    derivación interesante de estos factores es la
    evasión fiscal. Al respecto: Lamagrande, Alfredo J.
    Recomendaciones propuestas para reducir la evasión fiscal.
    En revista
    "Tributación", año XXIII, No. 63, Octubre-Diciembre
    1997, página 89).

    En tal sentido, nos preguntamos:

    ¿Qué es el gerencialismo?
    ¿Quiénes son sus proponentes originales, donde se
    ha aplicado y que resultados ha tenido?

    ¿Podemos transformar la administración
    pública dominicana, en un sector tan decisivo para el
    desarrollo como la Dirección General de Impuestos
    Internos, sobre la base del Gerencialismo?

    1.3 OBJETIVOS DE
    LA INVESTIGACIÓN

    1.3.1 Objetivo
    General

    Diseñar una propuesta de Reforma Gerencial como
    norma de gestión publica impositiva en la Republica
    Dominicana, para la Dirección General de Impuestos
    Internos (DGII).

    1.3.2 Objetivos específicos

    1.3.2.1 Superar el modelo
    impositivo-administrativo actual, caracterizado como un
    modelo burocrático e ineficiente, proponiendo uno que
    privilegie el gerencialismo como teoría moderna aceptable de la
    Dirección General de Impuestos Internos.

    1.3.2.2 Establecer que la rigidez de la
    Dirección General de Impuestos Internos dominicana
    provocó la pérdida de la capacidad estatal de
    acelerar y aplicar las profundas modificaciones
    económicas, políticas y sociales provocadas por la
    terminación del periodo histórico conocido como
    la guerra
    fría.

    1.3.2.3 Demostrar que el modelo
    burocrático-weberiano actual no responde a las
    expectativas ni cumple los complejos requerimientos del
    exigente mundo globalizado actual.

    1.3.2.4 Describir la reforma gerencial y encontrar
    los puntos de aplicación posibles en la
    Dirección General de Impuestos Internos
    dominicana.

    1.3.2.5 Definir, proponer y aplicar criterios de
    eficiencia de la Dirección General de Impuestos
    Internos.

    1.4 JUSTIFICACION DE LA INVESTIGACION

    No es posible seguir administrando el Estado
    dominicano con criterios surgidos de las contiendas civiles de la
    Primera Republica, otorgando primacía al personalismo y a
    una visión tal del Estado que le convierte en amparo del
    burocratismo, la inflación de personal
    administrativo y la ineficiencia. La
    administración burocrática ya no puede dar mas
    cuenta de los problemas e
    ineficiencia del Estado. La administración
    pública actual tiene grandes desafíos que
    enfrentar en el corto y mediano plazo. En el caso especifico de
    la administración tributaria que tiene la
    responsabilidad de garantizar los ingresos fiscales
    para cubrir los gastos del
    Gobierno y crear
    las inversiones
    necesarias para el desarrollo de la nación,
    lo que no podría ser posible con los actuales niveles de
    evasión fiscal y el consabido comportamiento
    tributario de los grandes sujetos pasivos, así como el
    alto nivel de contribuyentes que no cumplen con su
    obligación de pagar impuestos. De ahí la necesidad
    de gerencial los recursos con que
    cuenta la institución en termino de la nueva estructura que
    facilite los niveles de calidad adecuados
    en los procesos de
    gestión. La falta de iniciativa que sensibilicen a los
    funcionarios sobre la importancia de mantener un buen servicio a los
    ciudadanos.

    La actual estructura
    centralista, verticalista, con excesivo apego a los procedimientos y
    habilidades técnicas
    sobre los aspectos conceptuales y humanos, ha impedido que se
    institucionalice una cultura que al
    contribuyente como un cliente.
    (Rodríguez Regalado, Samuel Alexis, Las Encuestas de
    Opinión al Usuario como Instrumentos para mejorar la
    atención al contribuyente, Santiago,
    Chile, 1997).
    Esta situación de burocracia e
    ineficiencia y lentitud en los procedimientos
    desagrada al contribuyente. Los gerentes públicos
    (responsables de la conducción del Estado) han demostrados
    ser incapaces de satisfacer las necesidades básicas de los
    menos aventajados y peor aun, en algunos casos se han
    enriquecidos indebidamente con en dinero del
    pueblo. El paradigma
    tradicional del gerente
    publico latinoamericano ha estado caracterizado por un discurso
    populista, clientelita y burocrático. (Articulo, Samuel
    Alexis, Abril 18, 2000). La disposición a pagar los
    impuestos esta asociada a factores generalmente exógenos
    al accionar de la administración Tributaria (AT) como el
    grado de educación de los
    ciudadanos, la imagen del
    gobierno, la
    complejidad en la legislación, el destino del gasto
    publico y sin dudas, de los costos del
    cumplimiento del contribuyente, que en algunos casos ha sido
    estimado en casi 5 veces el impuesto de la
    AT. (Samuel Alexis, Asistencia al Contribuyente y Cumplimiento
    Voluntario). De aquí que las iniciativas de reinventar el
    Estado adquieren potencialidades en el camino de buscar, ya no
    simple mejoras incrementales , sino un salto a la calidad, en la
    eficacia y
    eficiencia en relación con las expectativas de los
    usuarios y beneficiarios finales de la gestión publica. La
    rigidez institucional y los obstáculos derivados de
    incompetencias y la s dificultades de medir rendimientos, es un
    hecho que obliga a reorientar los cambios en la
    Administración Tributaria. En síntesis,
    ya no es posible dar respuesta de eficiencia con los actuales
    esquemas tradicional de manejar la cosa publica.

    1.5 MARCO CONCEPTUAL

    La Reforma Gerencial tiene como fundamento la
    profesionalización de la burocracia que
    ejerce funciones en el
    núcleo de actividades centrales del Estado, por lo que
    presupone el aspecto meritocrático propio del modelo
    weberiano. (Ormond, Derry y Elke Loffler. Nueva Gerencia
    Pública: ¿Qué tomar y qué dejar?
    Organización de Cooperación y
    Desarrollo
    Económico. 1999).

    Nuestra propuesta radica en que, ante todo, se
    constituya un núcleo estratégico en el seno del
    aparato estatal, capaz de formular políticas
    públicas en materia
    impositiva y de ejercer actividades de regulación y de
    control del
    suministro de servicios
    públicos, facilitados por el cobro de impuestos,
    caracterizadas por la aplicación de la teoría
    gerencial. En este sector del Estado es fundamental la función de
    funcionarios públicos calificados y permanentemente
    entrenados, protegidos de las interferencias políticas,
    bien remunerados y motivados. Esto es una condición sine
    qua non para la implantación del modelo gerencial. (Ver:
    Ramió, Carlos. Teoría de la
    Organización y Administración Pública.
    Editorial Tecnos, S.A.1999. Páginas 131-159; y Cuatro
    Problemas que debe Resolver un Proceso Fiscal Democrático,
    documento del Banco
    Interamericano de Desarrollo. Washington, D.C., 1998).

    La Reforma Gerencial del Estado dominicano, por lo
    tanto, necesita inicialmente fortalecer un núcleo
    estratégico ocupado por una burocracia profesional pero,
    también necesita modificar el paradigma
    organizacional disperso, autoritario e ineficiente actual:
    éste ya no puede dar respuesta a los dilemas de la
    administración pública contemporánea. (Ver:
    Gómez Sabían, J. Manual de
    Finanzas
    Públicas y Política Tributaria. Santo Domingo,
    1982). En este sentido, los cambios deben ser
    orientados:

    a) por la flexibilización organizacional, capaz
    de hacer más ágiles a los gobiernos;

    b) por el montaje de una red de relaciones
    más democráticas entre la prestación e los
    servicios
    públicos y los ciudadanos-consumidores;

    c) por la implantación de un modelo contractual y
    competitivo de acción estatal, a partir del cual se pueda
    aumentar la eficiencia y la efectividad de las
    políticas.

    De este modo, la Reforma Gerencialista Impositiva acoge
    un aspecto esencial del modelo burocrático – la
    profesionalización – y modifica los demás, con el
    propósito de reconstruir el aparato estatal para enfrentar
    los desafíos del siglo XXI, tanto los de impacto mundial
    como los específicamente atinentes a los países
    latinoamericanos –que tocaremos sólo
    tangencialmente– y la República Dominicana. (Sobre
    la evolución de la administración
    pública es interesante la propuesta de
    Jácome-Martínez, José. La evolución de la administración
    pública en los países en desarrollo y el caso de la
    República Dominicana: la debilidad de la capacidad
    administrativa para el desarrollo. ONAP. Santo Domingo, 1981,
    páginas 79-96).

    Entendemos la Reforma Gerencial Impositiva como una
    modificación estructural de la Dirección General de
    Impuestos Internos dominicana. No puede ser confundida con la
    mera implementación de nuevas formas de gestión,
    como las de la calidad total. Se
    trata de cambiar los incentivos
    institucionales del sistema, como estrategia de
    transformación de las reglas burocráticas
    más generales, lo que permitiría a los
    administradores adoptar estrategias y
    técnicas de gestión más
    modernas.

    La implantación de una reforma institucional no
    implica, sin embargo, la creación de un extenso y
    detallado muestrario de reglas jurídicas. Esta ha sido la
    tradición latinoamericana – en verdad,
    iberoamericana – cuyos resultados han sido perversos, al crearse
    un Derecho
    Administrativo extremadamente rígido que obstaculiza
    la flexibilización de la Dirección General de
    Impuestos Internos, importante requisito de la Reforma Gerencial
    del Estado. Igualmente, el formalismo administrativo vigente en
    América
    Latina ha instaurado una "polución legal" que puede
    significar verdaderamente la primacía de la informalidad,
    es decir que el comportamiento
    burocrático real no se corresponda con el universo
    jurídico establecido, favoreciéndose así el
    establecimiento de mafias administrativas o de una ineficiencia
    generalizada.

    1.6 CONCEPTOS DE VISIONES DISTINTAS

    Un grupo
    importante de conceptos son manejados en la tesis,
    revelando aspectos esenciales de la investigación, cruciales en cuanto
    identifican con exactitud realidades teóricas:

    Neoliberalismo:
    Doctrina económica
    y
    política que procura adaptar las doctrinas liberales
    clásicas al neocapitalismo, favoreciendo la libre competencia y la
    mínima intervención del Estado. Comparte los
    fundamentos filosóficos y doctrinarios del
    liberalismo,
    pero que se aparta de las
    proposiciones concretas defendidas por el liberalismo
    clásico hasta comienzos del siglo XX. El neoliberalismo
    acepta que el Estado puede tener un papel definido
    en la economía, especialmente en cuanto a la
    conservación de los equilibrios macroeconómicos y
    el desarrollo de una limitada política
    social, pero comparte con los liberales de los siglos XVIII y
    XIX su misma convicción sobre las virtudes de una economía de libre
    mercado y las
    ventajas de un ordenamiento que estimule el desarrollo libre de
    la
    persona,
    humana.

    • Gerencialismo. Doctrina administrativa que
      propone la aplicación de algunas metodologías del
      sector privado a la administración publica, como forma
      de optimizarla. El gerencialismo tiene su inspiración en
      las transformaciones organizacionales ocurridas en el sector
      privado, las cuales transformaron la forma burocrática
      piramidal de administración, flexibilizando la
      gestión, disminuyendo los niveles jerárquicos y,
      por consiguiente, aumentando la autonomía de los
      gerentes, de aquí su nombre de gerencial. Con estos
      cambios se ha pasado de una estructura basada en normas
      centralizadas a otra sustentada en la responsabilidad de los administradores. Este
      nuevo modelo busca responder a los nuevos cambios en la
      economía y en la sociedad globalizada. Se trata de
      cambiar los incentivos
      institucionales del sistema, de modo de transformar las reglas
      burocráticas más generales, que permitan a los
      administradores públicos adoptar estrategias y
      técnicas de gestión mas adecuadas. Para el CLAD,
      la Reforma Gerencial, llevara el mejoramiento de la
      gestión del Estado, de manera mas efectiva y eficiente
      para las tomas decisiones al nivel político. Veamos la
      características principales de este
      modelo:
    1. La profesionalización de la alta burocracia,
      la cual es fundamental para la formulación, supervisión y regulación de las
      políticas, formando una elite técnicamente
      preparada y motivada.
    2. La administración pública debe ser
      transparente y sus administradores deben ser responsables ante
      las sociedad.
    3. Descentralizar la ejecución de los servicios
      públicos es una tarea esencial en el camino a la
      modernización del Estado.
    4. Las actividades que permanezcan a cargo del Gobierno
      Central, la administración debe basase en la
      desconcentración organizacional
    5. La Administración Publica Gerencial, se
      orienta básicamente, por el control de los resultados,
      contrario a como se hacia en el modelo burocrático
      webberiano.
    • Burocracia. Conjunto de los funcionarios
      públicos. 2. Administración pública. 3.
      Influencia excesiva de los funcionarios públicos en los
      negocios del
      Estado. 4. Exceso de normas y de
      papeleo que complican o retrasan la resolución de un
      asunto. Se basa en la jerarquía de mandos, en una clara
      estructura y definición del trabajo en responsabilidad
      definida en la realización de los deberes. Parte de una
      series de regulaciones y procedimiento
      sobre como deben realizarse las tareas. La retribución a
      los empleados por su trabajo permanente no se produce a corto
      plazo, sino más bien a largo plazo.
    • La burocracia se caracteriza en primer plano, por una
      jerarquía de autoridad
      establecida con exactitud, por un sólido sistema de
      líneas verticales de comunicación (conducto reglamentario) que
      han de ser observados; una división reglamentada de
      trabajo, basada en la especialización, por un sistema de
      forma de procedimiento,
      exactamente definidas, para la realización de las
      tareas. (www.diezminutos.org)
    • Institucionalismo. La economía
      capitalista funciona gracias a las instituciones que sirven para arbitrar las
      diferencias que se originan entre los miembros de la sociedad.
      Las instituciones reducen los costos de
      información y los costos de transar, que
      incluyen los de medir y conocer lo que se intercambia. Como ya
      sabemos, las instituciones sientan las reglas formales e
      informales de comportamientos de los agentes, establecen los
      derechos de
      propiedad y
      sus límites,
      facilitan y garantizan el cumplimiento de los contratos
      públicos y privados. Ofrecen, además, información sobre precios y
      plazos y generan la atmósfera que conducen o no al
      desarrollo. Los agentes económicos se guían
      además por normas y nociones que surgen de la cultura
      institucionalizada.
    • Reforma del Estado. Conjunto de propuestas
      dirigidas a optimizar el funcionamiento estatal desde diversos
      puntos de vista. No se trata de reducir el Estado para ponerlo
      en manos del mercado,
      sino mas bien para enfrentar los nuevos desafíos del
      siglo XXI, un Estado que medie entre el laissez-faire
      neoliberal y el antiguo modelo social-burocrático de
      intervención estatal. La Reforma del Estado que se trata
      de compatibilizar las tendencias mundiales con las
      especificidades de los países de la región,
      ósea una reforma que nos prepare para enfrentar la
      competencia
      económica internacional que trae consigo la
      globalización de las economías. La Reforma
      del Estado tiende a enfocar los aspectos de la
      intervención estatal, tanto en el plano político
      como en el plano económico. En este sentido el Estado
      tiende a desarrollar su capacidad estratégica para
      actuar junto al sector privado a efecto de crear un entorno
      adecuado al aumento de la competitividad de las empresas. La
      Reforma del Estado pasa por la consolidación de la
      democracia,
      la necesidad de retomar el crecimiento
      económico, y la reducción de la desigualdad
      social, las cuales constituyen en punto del iceberg para la
      Reforma del Estado. En síntesis, busaca ser una alternativa
      diferente a las reformas anteriores, meramente tecnocratita e
      incrementalista.

    1.7 ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL
    ANALISIS

    Decididamente correlacionados con los objetivos
    de la investigación, existen al menos cinco
    aspectos fundamentales en cuanto guían el desarrollo de la
    investigación. Ellos son:

    – El primer aspecto fundamental está referido al
    diseño
    de una propuesta administrativa para ser aplicada en la
    Dirección General de Impuestos Internos (DGII), utilizando
    los planteamientos de la Teoría Gerencial, a su vez
    vinculada a la teoría de la Nueva Administración
    Pública (New Public Management), como propuesta de reforma
    dirigida a la superación de los actuales esquemas
    netamente burocráticos de la administración
    tributaria dominicana.

    – Los restantes cuatro aspectos fundamentales del
    análisis están referidos al entorno
    administrativo y la propuesta en sí. De este modo, el
    segundo aspecto fundamental del análisis es la
    identificación y descripción exhaustiva de la
    Dirección General de Impuestos Internos (DGII);

    – El tercero, la determinación de la necesidad de
    reconstrucción del Estado dominicano y la
    recuperación de su capacidad de gestión;

    – El cuarto, la descripción del entorno teórico de
    la reforma gerencial, incluyendo sus requisitos de
    aplicación y experiencias resultantes de la misma en otros
    países latinoamericanos, comentadas de modo
    esquemático, aplicadas a la DGII;

    – Propuesta básica de reforma de la DGII, con
    especificación de unidades administrativas reformadas,
    reformas efectuadas, en curso y propuestas como soporte
    comparativo.

    1.8 IDENTIFICACION DE ASPECTOS CLAVE DE LA
    SOLUCION

    Consideramos que los cinco aspectos clave de la
    investigación estarán centradas en:

    – Superación del modelo impositivo,
    burocrático y administrativo actual por el gerencialismo
    como teoría moderna y aceptable de administración
    tributaria moderna;

    – Demostración de la pérdida de capacidad
    estatal para la aplicación de reformas
    económico-políticas derivadas del
    nuevo orden mundial;

    – Incapacidad de respuesta del modelo burocrático
    actualmente en uso frente a la demanda
    sociopolítica derivada de las novedosas exigencias
    mundiales;

    – Posibilidad de aplicación de una teoría
    administrativa moderna como la reforma gerencial en la
    Dirección General de Impuestos Internos
    dominicana;

    – Definir, proponer y aplicar criterios de
    eficiencia-eficacia de la Dirección General de Impuestos
    Internos.

    1.9 HIPOTESIS DE TRABAJO

    El Gerencialismo es una doctrina administrativa tal que
    su aplicación en la Republica Dominicana puede elevar el
    nivel de desempeño de la gestión publica
    hasta adecuarla a los complejos requerimientos
    socioeconómicos del siglo XXI.

    1.10 ASPECTOS METODOLOGICOS DE LA
    INVESTIGACION

    Nuestra investigación es un estudio de
    revisión bibliografía. Como tal, asume las
    siguientes características:

    – Tipo de estudio: exploratorio y descriptivo,
    fundamentalmente.

    – Método de
    investigación: utilizamos varios métodos de
    investigación, entre ellos la deducción (para
    ir de lo general a lo particular en la aplicación de las
    concepciones gerencialistas a nuestro entorno publico), la
    inducción (en vía contraria, de lo
    individual a lo general, como forma de comprensión y
    explicación de las verdades subyacentes en el entorno
    histórico administrativo dominicano: la síntesis
    (para presentar de forma resumida y comprensible el estudio); y
    el análisis de los datos,
    fundamentalmente.

    – Técnicas y Procedimientos para la
    Recolección de la Información. Propias de la
    revisión bibliografica, señaladamente el
    fichaje.

    – Tratamiento que se va a dar a la información:
    Dicho de forma esquemática, la información recogida
    a través de la revisión bibliografica serán
    comparativamente examinadas y presentadas luego de un proceso
    inductivo y deductivo que configura propiamente el
    análisis de la información.

    CAPÍTULO II

    DESCRIPCION DEL ENTORNO
    INSTITUCIONAL

    2.1 ANTECEDENTES: Origen y evolución
    esquemática de los organismos recaudadores e
    impuestos  en la republica dominicana

    En la República Dominicana existen impuestos
    desde siempre, y se ha contado con una legislación
    dispersa que ha dispuesto los tributos en
    diferentes etapas. Durante la etapa colonial de nuestra historia, por ejemplo, los
    españoles impusieron diversos tributos a los
    indígenas, particularmente con la vigencia del sistema de
    las encomiendas, caracterizado por la entrega de esclavos al
    colono, quien les obligaban a entregar determinadas cantidades de
    oro y alimentos al
    año. Los colonizadores españoles abusaron innumeras
    veces de su poder,
    estableciendo impuestos y tributos en tal cantidad que la Corona
    se vio precisada a intervenir en diversas ocasiones para tratar
    de controlar el sistema de impuestos. Las leyes de Indias
    son un buen ejemplo de ello. En el Libro VI,
    Título V, Ley número
    xxxxii, la Corona española dispuso que los indios pagaran
    sus tributos en sus pueblos de la siguiente manera: Ordenamos,
    que los indios paguen los tributos en fus pueblos en la cantidad,
    y cofas, que importaren las taffas, y no fean apremiados a
    llevarlos a otra parte fuera dellos.

    Además, en la ley número ccccv, se dispuso
    que los indios enfermos de pestes, deberían ser relevados
    de su obligación de pagar tributos, ordenando la Corona
    que se reconozcan las taffaciones hechas de lo que deven
    tributar, como los demás encomendados a particulares, fe
    informen los Comiffarios de lo que buenamente pueden pagar de
    tributo y fervicio, fin gravamen, y lo taffen, y moderen, de
    forma, que reconozcan que en tan precifa y común necesidad
    fon favorecidos, y aliviados…

    No podemos afirmar que existiera un sistema organizado
    para la cobranza de tributos en nuestro país durante los
    siglos XVII y XVIII, pues todos sabemos que a partir de las
    despoblaciones de Osorio en 2605-2606 la situación
    económica fue gravísima, y quienes pudieron
    simplemente abandonaron el territorio para radicarse en otros
    países centro y sudamericanos, hasta el punto de que
    nuestra población disminuyó a niveles
    mínimos. Basta lo dicho para decidir que los tributos e
    impuestos han sido cosa común desde hace mucho tiempo pero, no
    basta para determinar el origen del derecho
    tributario y los organismos recaudadores en nuestro
    país.

    En efecto, aunque en la República Dominicana
    existen impuestos desde siempre, y se ha contado con una
    legislación dispersa que ha dispuesto los tributos en
    diferentes etapas, no es menos cierto que orden e
    institucionalidad no han estado siempre de la mano con la
    imposición tributaria. Al respecto, todos recordamos los
    diversos períodos históricos durante los cuales
    gobernante sin escrupulosos ahogaron en tributos a los
    dominicanos, cosa que ha sucedido en prácticamente todas
    las épocas.

    En realidad, los fundamentos teóricos del
    derecho
    tributario comienzan a perfilarse a partir de 1940, momento
    en que nuestro país comienza a sentir los efectos de un
    proceso industrializados sostenido, que había comenzado
    algunos años antes. Desde el punto de vista institucional,
    hasta la década de los años 40 fueron muy limitadas
    las actividades industriales, bancarias y comerciales
    dominicanas. Sin embargo, es sólo a partir de la
    promulgación del llamado Código
    Tributario (Ley 11-92, de 1992) que este derecho se delimita con
    claridad, pues la ley tributaria es una norma de derecho
    público, que tiene la condición de la ley
    específica.

    El Código Tributario, según DE LA CRUZ
    ALVARADO: .no es una obra nueva, original, en muchas de sus
    disposiciones recoge, organiza y reformula las disposiciones
    contenidas en la ley 5911 del 22 de mayo de 2962 y sus
    reglamentos entre los cuales especial mención debe hacerse
    del Primer Reglamento para la aplicación del Impuesto Sobre la
    Renta No.8895 del 278 de diciembre de 2962.

    Sobre las instituciones creadas por el Código
    Tributario, en cuanto se refiere a la administración
    impositiva dominicana, la misma autora sostiene lo
    siguiente:

    En cuanto se refiere al aspecto jurídico, el
    Código Tributario formula estructuras
    como la denominada Administración Tributaria, crea el
    Tribunal Contencioso Tributario, establece facultades, tipifica
    infracciones y delitos y
    establece la sanción correspondiente a ellos.

    En el aspecto netamente impositivo … modifica
    sustancialmente el Impuesto Sobre
    la Renta eliminando las cinco categorías de
    contribuyentes, crea un régimen simplificado para su
    percepción, por otra parte aumenta y
    amplía la base del Impuesto a la
    Transferencia de Bienes
    Industrializados y Servicios y establece el Impuesto Selectivo
    al Consumo.

    El primer organismo administrador y
    colector de tributos y tasas internos se origina en 1935, y se
    llamó Departamento de Rentas Internas, el cual
    dependía de la Secretaría de Estado de Tesoro y
    Crédito
    Público, denominación original de la
    institución que hoy conocemos como Secretaría de
    Estado de Finanzas.
    Dicho departamento administraba los impuestos aplicados sobre los
    alcoholes, las
    patentes comerciales, los cigarrillos y otros de posterior
    incorporación, tales como el Impuesto Sobre la Renta (para
    cuya administración fue creada, a través de la
    misma ley que lo dispuso, la Dirección General de Impuesto
    Sobre la Renta), y el Impuesto Sobre el Beneficio (que
    sustituyó al anteriormente citado en 1950), lo cual
    implicó igualmente un cambio en el
    nombre de la entidad recaudadora de dicho tributo, la cual
    pasó a denominarse a partir de entonces Dirección
    General sobre el Beneficio. En 1958 la Dirección General
    de Rentas Internas se fusionó con la Administración
    General de Bienes
    Nacionales, conforme al Decreto No. 3877, dando origen a la
    Dirección General de Rentas Internas y Bienes Nacionales.
    La fusión
    entre la Dirección General de Rentas Internas y la
    Dirección General de Bienes Nacionales fue dejada sin
    efecto en enero de 1962 (a través del Decreto No.7602), y
    emitida la Ley No.5911, se restablece el Impuesto Sobre la Renta
    y se crea nuevamente la Dirección General del Impuesto
    Sobre la Renta.

    La tercera fusión
    importante se produce en 1963, cuando es creada la
    Dirección General de Impuestos Internos, por integración de las direcciones generales de
    Impuestos Sobre la Renta y de Rentas Internas. Su vigencia
    sería hasta junio de 1966, cuando en la Ley 302 dispone
    que las Direcciones Generales de Impuestos Sobre la Renta y de
    Rentas Internas funcionaran independientemente, de acuerdo a las
    disposiciones de sus respectivas leyes orgánicas. Esta
    independencia
    de los organismos administradores de los tributos internos se
    mantuvo hasta 1997, cuando se dicta la citada Ley No. 166-97, que
    vuelve a crear la Dirección General de Impuestos
    Internos.

    2.2 ESTRUCTURA ORGANIZATIVA DE LA DIRECCIÓN
    GENERAL DE IMPUESTOS INTERNOS

    Es la institución pública encargada de la
    recaudación y administración de los principales
    impuestos internos y tasas en la República Dominicana. Se
    conoce también por sus siglas (DGII) y surge por la
    fusión de las direcciones generales de Rentas Internas e
    Impuesto Sobre la Renta, realizada en virtud de la Ley 166-97, de
    1997. El organismo superior jerárquico es la
    Secretaría de Estado de Finanzas.

    2.2.1 ESTRUCTURA ORGANICA DE LA DGII

    Nivel
    Normativo

    • Presidente de la República.
    • Secretario de Estado de Finanzas.

    Nivel
    Ejecutivo Máximo

    • Director General de Impuestos
      Internos.

    Nivel Ejecutivo
    Medio

    • Subdirecciones Generales.

    Nivel Asesor o de
    Staff

    • Comité de Planificación y Estrategia: Es
      una unidad ad-hoc, integrada por el Director General, quien la
      preside, el Consultor Jurídico, Encargado de la Oficina de
      Recaudación, el Encargado de la Oficina de
      Grandes Contribuyentes, el Encargado de la Oficina de Informática y Mejoramiento de Procesos, y
      el Encargado del Departamento Servicios de
      Información.
    • Estudios Económicos y Tributarios: Es el
      encargado de realizar estudios económicos y tributarios
      relacionados con el comportamiento de los impuestos
      administrados por esta Dirección General.
    • Consultoría Jurídica: Tiene la
      responsabilidad de asesorar al Director General en los asuntos
      relacionados con las Normas Tributarias y la
      interpretación de las Leyes, así como responder o
      coordinar las respuestas a las consultas solicitadas por los
      contribuyentes.
    • Servicios de Información: Este Departamento
      tiene como función
      principal establecer acciones
      permanentes que propicien la orientación de los
      contribuyentes sobre sus obligaciones
      tributarias. Además de coordinar, controlar y ejecutar
      las funciones relacionadas con la elaboración y distribución de materiales
      informativos, proporcionar información a los
      contribuyentes, atender las quejas, denuncias y sugerencias de
      éstos y del personal de la
      DGII, así como promover la participación de la
      Institución en actividades de acercamiento a diferentes
      sectores de la sociedad.
    • Control Interno: Su deber es velar por el
      cumplimiento de los planes, procedimientos y programas
      realizados por las diferentes áreas de la
      Dirección General.
    • Recursos Humanos: Se encarga de la planeación, coordinación y ejecución de los
      programas
      del personal de manera que garantice la captación,
      formación y desarrollo de un personal altamente
      calificado.
    • Relaciones Públicas y Comunicaciones: Tiene la responsabilidad de
      coordinar con los medios de
      comunicación las comparecencias del Director
      General, así como las diferentes actividades de la
      institución que puedan ser de interés
      general. 

    Nivel
    Técnico Especializado

    • Oficina Informática y Mejoramiento de Procesos:
      Tiene la responsabilidad de coordinar, planificar y supervisar
      las labores relacionadas con el desarrollo, diseño e implementación de
      sistemas de
      información, redes y equipos
      computacionales, apoyo a los usuarios, así como realizar
      estudios de las funciones y de los procesos en las diferentes
      áreas de la DGII, con la finalidad de implementar
      mejoras continuas.
    • Oficina de Recaudación: Planifica,
      diseña, establece, coordina y supervisa las acciones que
      realizan las Administraciones Locales, las Agencias Locales y
      las Colecturías relativas al registro de los
      contribuyentes, el control de los pagos, las facilidades para
      efectuarlos y del cumplimiento de las obligaciones
      de declarar y pagar. Así mismo, tiene a su cargo la
      generación de las estadísticas que generan estos
      procesos.
    • Oficina de Fiscalización: Define y ejecuta los
      programas de fiscalización o auditoria externa,
      también diseña y coordina las acciones de
      fiscalización interna o de escritorio, todas ellas
      encaminadas a que la Administración realice sus
      funciones de investigación y determinación para
      generar rectificativas, estimaciones de oficio o ajustes,
      según sea el caso.

    Nivel
    Técnico Operativo

    • Departamento Administrativo: Organiza, dirige y
      supervisa el manejo de los recursos
      materiales,
      así como el mantenimiento y seguridad de
      las oficinas, manejo de las compras y
      administración de los documentos y
      formas vendibles o no, usados en la DGII.
    • Departamento de Contabilidad: Organiza y supervisa la
      elaboración y ejecución del presupuesto de
      gastos,
      así como registrar las operaciones
      contables internas de la institución.
    • Departamento de Reconsideración
      (Legal)
      : Ejecuta todos los procedimientos relativos a
      los Recursos de Reconsideración.
    • Departamento de Alcoholes:
      Evalúa los aspectos relativos a la composición de
      los alcoholes, rones y cervezas, así como aplicar los
      controles sobre la producción de los mismos.
    • Departamento de Vehículos de Motor: Tiene la
      responsabilidad de ejecutar todos los procesos y procedimientos
      relacionados con la administración de registro de
      vehículos de motor y
      remolque, así como las transacciones que son solicitadas
      por los contribuyentes.
    • Administraciones Locales: Son unidades que sustituyen
      a las Agencias Locales y a las Colecturías y que
      permiten a los contribuyentes cumplir con sus obligaciones de
      declarar y pagar los impuestos de forma más ágil
      y en un mismo local. Ejecutan los procedimientos de
      recaudación (liquidación, cobro y control de
      contribuyentes) y fiscalización, para el caso de los
      contribuyentes de una demarcación
      determinada.
    • Administración de Grandes Contribuyentes: Es
      el área encargada de brindar atenciones especiales a los
      denominados Grandes Contribuyentes. Ejecuta los procedimientos
      de recaudación (liquidación, cobro y control de
      contribuyentes) y fiscalización.
    • Agencias Locales: Son unidades responsables que
      funcionan en una delimitación geográfica
      determinada, encargadas de la liquidación de los
      impuestos que administra la DGII, así como del control
      de las acciones de los contribuyentes.
    • Colecturías: Son puestos de recaudación
      de una demarcación determinada, asociadas con una
      Administración o Agencia Local y destinadas a la
      venta de
      formularios,
      cobro de impuestos y tramitación de las transacciones
      relacionadas con vehículos de motor.
    • Estafetas o Tesorerías Municipales: Son
      puestos de recaudación de una demarcación
      determinada, asociadas con una Colecturía, encargadas de
      ejecutar el cobro de impuestos y la venta de
      sellos y formularios.

    2.3 PRINCIPALES IMPUESTOS EN LA REP.
    DOM.

    Impuesto Sobre la Renta (ISR).- Grava
    toda renta, ingreso, utilidad o
    beneficio de las personas físicas, las sociedades y
    las sucesiones
    indivisas, en un período fiscal
    determinado.  

    Impuesto a la Transferencia de Bienes
    Industrializados y Servicios (ITBIS).-
    Grava la
    transferencia e importación de bienes industrializados y la
    prestación de servicios, tales como: telecomunicaciones (teléfonos, cables,
    télex, beepers, radio, televisión
    por cable o circuito cerrado, servicios de bares, restaurantes,
    boites, discotecas, cafeterías, hoteles moteles, apartahoteles,
    floristerías; arrendamiento de muebles).

    Impuesto Selectivo al Consumo
    (ISC).- Grava las transferencias de algunos bienes de producción nacional a nivel de
    fabricación, así como su importación y la prestación o
    locación de servicios, tales como: Productos del
    Alcohol y del
    Tabaco; Servicio de
    transportación aérea al extranjero; Seguros en
    general; Impuesto a las habitaciones de hoteles.  

    Impuesto sobre Sucesiones y
    Donaciones.- Grava las transferencias a título gratuito,
    por causa de muerte o por
    donación.

    Impuesto sobre las Viviendas Suntuarias y los
    Solares Urbanos no Edificados.-
    El IVSS es el impuesto
    que se aplica a las viviendas (casas y apartamentos) y a los
    solares ubicados en zonas urbanas donde no se haya levantado una
    construcción, o donde ésta ocupe
    menos del 30% del terreno.

    Impuestos a Vehículos de Motor.-
    Generados por el registro, la asignación de placa, la
    circulación y modificaciones en la matrícula
    (cambio de
    propietario, cambio de color o solicitud
    de duplicado de matrícula).

    Impuesto a Casinos.- Grava las operaciones de
    los Casinos de Juegos
    legalmente establecidos, basados en su localización
    geográfica y el número de mesas de juego en
    operación.

    ANALISIS FODA DE LA
    DIRECCION GENERAL DE IMPUESTOS INTERNOS

    El análisis
    FODA considera cuatro variables
    importantes en toda estructura
    organizacional: Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y
    Amenazas. En líneas generales, es un tipo de
    análisis que permite analizar las características
    de la empresa en
    relación con el medio interno y externo que la
    envuelve.

    Fortalezas:

    • Capacidad de implementar varias reformas en corto
      tiempo
    • Adecuación del personal al entorno
      cambiante
    • Capacitación y Profesionalización de
      sus empleados
    • Descentralización parcial

    Oportunidades

    • Profundizar las reformas implementadas
    • Autonomizar dependencias regionales
    • Ampliación de las bases de
      contribuyentes
    • Posicionar la empleomanía en base al
      mérito

    Debilidades

    • Amplia incidencia del criterio político en
      la toma de
      decisiones
    • Verticalidad y rigidez en la
      dirección
    • Multiplicidad de los impuestos cobrados
    • Limitaciones en el cobro rápido y efectivo
      de los impuestos
    • Enfoque meramente recaudatorio y
      represivo
    • Valores tradicionalista y personalista
    • Ausencia de compromiso institucional
    • Sistema fiscal excesivamente complejo
    • Poca racionalidad de la carga
      tributaria
    • Indicadores de eficiencia difusos

    Amenazas

    • Incremento de la evasión
      tributaria
    • Desarrollo del sector pasivo (contribuyentes) sin
      que la administración tenga control adecuado de su
      capacidad contributiva
    • Desmotivación del personal
    • Incremento de la apatía social hacia el pago
      de impuestos

    2.5 REFORMAS RECIENTES: la reforma neoliberal de la
    administración pública dominicana

    Examinaremos dos propuestas principales de reforma
    estatal, realizadas por lo que ha dado en llamarse el sector
    neoliberal, expresión que designa un multiforme conjunto
    de organizaciones
    sin fines de lucro, nacionales e internacionales, así como
    de economistas de diversa preparación y poder de
    acción. Una de las propuestas (modelo jerárquico)
    que comentamos ha sido aplicada en la República
    Dominicana: sus postulados esenciales se perciben claramente en
    los considerándoos de las leyes de reforma tributaria y
    arancelaria efectuadas a mediados de los años 90, como
    veremos a seguidas. La segunda, (modelo de la nueva
    administración pública) es el tipo de reforma que
    propondremos en esta tesis.

    2.5.1 Reformas Estructurales "De Segunda
    Generación".- Los "paquetes neoliberales", en un primer
    momento de aplicación, lograron disminuir el tamaño
    y las funciones del Estado en América
    Latina – Caribe, pero sus deficiencias provocaron serias
    modificaciones a las propuestas originales, terminando por
    producirse al menos dos nuevas propuestas o teorías
    principales, que son: El Modelo Jerárquico y El Modelo de
    la Nueva Administración Pública (NAP). Sus
    propuestas pueden resumirse de la manera siguiente:

    • El Estado debe ser un facilitador del
      mercado.
    • Los Estados débiles deben concentrarse en lo
      esencial: derechos de propiedad,
      estabilidad macroeconómica, control de enfermedades, agua
      potable, caminos y protección de los más
      necesitados.
    • Hay necesidad de construir un mejor sector
      público a través del mejoramiento de la
      capacidad central de formulación y coordinación política, del
      establecimiento de sistemas
      eficientes y efectivos de provisión de servicios a
      través de medidas orientadas hacia el desempeño, meritocracias mejoradas, mejor
      información, fortalecimiento de los sistemas de "voz";
      etc.
    • La lucha contra la corrupción debe hacerse a través
      de: menores regulaciones, mayor transparencia y uso del mercado
      y mejor supervisión.
    • La promoción del personal debe hacerse a
      través de la capacitación-motivación, de políticas de
      compensación adecuadas y de la formación de un
      espíritu de equipo.
    • El Estado es un proveedor monopólico de
      servicios y el problema del monopolio es
      claro y bien conocido, el monopolio
      constituye un incentivo para producir ineficientemente. El
      Estado si bien no monopoliza, sí es el proveedor
      dominante en la producción de los servicios de salud, educación, vialidad, comunicaciones y es aquí donde se
      presentan los problemas de ineficiencia.

    2.5.2. El Modelo Jerárquico.- Este modelo es el
    que predomina en la administración pública de la
    mayoría de los países occidentales y su base es la
    utilización de dos técnicas para mejorar la
    relación mandante-mandatario y por lo tanto para fomentar
    el gobierno más eficiente y honesto en favor del interés
    público. Estas técnicas son:  2) El
    establecimiento de controles y equilibrios entre los diversos
    poderes políticos y , 2) Una forma jerárquica
    de organizar la administración pública sobre la
    base de un control centralizado. Este modelo, entre otros
    antecedentes, es herencia de la
    época colonial y en general fue más o menos eficaz
    cuando los gobiernos eran pequeños. Al crecer la demanda social
    por mejores condiciones de vida, se produjeron administraciones
    públicas muy grandes, difíciles de controlar y
    más fáciles de ser "capturadas" por intereses
    especiales. Esto ha conducido a ineficiencia e inflexibilidad. El
    mal desempeño de la Administración Pública
    Jerarquizada (APJ), es que está demasiado centralizada,
    regulada, rígida y desmotivada: políticas y
    prácticas que impiden reclutar y conservar funcionarios
    altamente calificados y motivarlos para que tengan el mayor
    desempeño posible; procedimientos excesivamente
    rígidos que limitan al capacidad de los jefes para afectar
    el desempeño de sus empleados; la estructura institucional
    está tan llena de trámites burocráticos y
    responsabilidades superpuestas que dificultan utilizar gran
    cantidad de empleados.

    2.5.3 El Modelo de la Nueva Administración
    Pública (NAP). Este modelo se promueve como una metodología alternativa de reforma estatal.
    Ha sido experimentado en casi todos los países avanzados y
    está sustituyendo al modelo jerárquico. Tiene los
    siguientes componentes fundamentales:

    2) Delegación de la toma de
    decisiones ya que así los encargados de ellas
    están más próximos al problema y tienen
    objetivos más claros;

    2) Orientación hacia el desempeño, dando
    un énfasis a los productos
    más que a los insumos;

    3) Orientación hacia el cliente: el
    informar y escuchar al público permite comprender mejor lo
    que quieren los ciudadanos y responder con productos más
    adecuados;

    4) Orientación al mercado a través de
    contratos de gestión y personal y de la competencia entre
    los organismos públicos."

    En cuanto a las condiciones de trabajo la NAP
    está caracterizado por estos elementos: los titulares de
    departamento pierden su titularidad vitalicia y ahora trabajan
    como gerentes, conforme a contratos de desempeño
    especificados. Los empleados del sector
    público ahora trabajan conforme al derecho laboral
    privado (y en las mismas condiciones que cualquier empresa privada).
    Finalmente la NAP enfatiza la orientación hacia el
    cliente, lo que comúnmente se conoce como un modelo de
    "voz"; enfatiza un mejor desempeño del sector
    público mediante técnicas de "escuchar" o
    "participar".

    Todas éstas políticas, mecanismos y
    procedimientos van a ser impulsadas fuertemente en los
    próximos años. Muchas de ellas pueden ser
    aceptables según el enfoque y el espíritu con que
    se implementen.

    CAPÍTULO III

    LA
    RECONSTRUCCIÓN DEL ESTADO Y LAS REFORMAS IMPLEMENTADAS EN
    LA DIRECCION GENERAL DE IMPUESTOS INTERNOS

    3.1 GENERALIDADES

    La administración pública tradicional va
    asociada al concepto de
    burocracia, es decir, una organización jerárquica en que cada
    unidad tiene unas responsabilidades claramente delimitadas, con
    sus actuaciones reguladas mediante reglas escritas y mecanismos
    de control vertical. Aunque en su momento el modelo de
    organización burocrática fue la respuesta a las
    necesidades de racionalización, en la actualidad ha
    desarrollado disfunciones que resultan en falta de
    adaptación de las organizaciones
    públicas al contexto socioeconómico
    actual.

    Después de los intentos fallidos de
    modificación de los parámetros administrativos
    públicos, surge una serie de teorías y modelos
    desarrollistas administrativos que se han designado, para su
    identificación homogénea, como nueva gestión
    pública.

    En las páginas siguientes abordamos la
    reconstrucción del Estado como condición de
    desarrollo, explicando cuáles son las razones que
    basamentan la necesidad de reformar el Estado, en general, y la
    administración tributaria, en particular. Trataremos
    también algunas de las reformas propuestas en torno a la
    reforma de la gestión pública, y analizaremos
    brevemente las reformas implementadas en la administración
    tributaria dominicana. Aunque el análisis es breve,
    fundamenta nuestra percepción
    de que es necesaria una reforma diferente, de carácter
    gerencial e integral.

    3.2 LA RECONSTRUCCIÓN DEL ESTADO COMO
    CONDICIÓN DE DESARROLLO

    El tema de la reforma estatal se ha convertido en el eje
    de la agenda política mundial. Sus orígenes pueden
    rastrearse hasta fines de la década de los 70, cuando, en
    un primer momento, la respuesta a las recurrentes crisis
    sociopolíticas y económicas fue la
    neoliberal-conservadora: dada la imperiosa necesidad de reformar
    el Estado, restablecer su equilibrio
    fiscal y equilibrar la balanza de pagos
    de los países en crisis, se aprovechó la
    oportunidad para proponer simplemente la reducción del
    tamaño del Estado y el predominio total del mercado. No
    obstante, ese tipo de propuestas tuvo poco sentido, pues
    después de algún tiempo se constató que la
    solución no estaría en el desmantelamiento del
    aparato estatal, sino en su reconstrucción.

    En la actualidad, el objetivo fundamental es el de
    «construir» un Estado para enfrentar los nuevos
    desafíos de la sociedad postindustrial, un Estado para el
    siglo XXI, que además de garantizar el cumplimiento de los
    contratos económicos, debe ser lo suficientemente fuerte
    como para asegurar los derechos sociales y la competitividad de
    cada país en el escenario internacional.

    No sólo para Latinoamérica la construcción de un nuevo tipo de Estado es
    importante: también lo es para la República
    Dominicana, sobre todo a partir de mediados de los años
    90, cuando se realizó un discutible esfuerzo privatizador
    cuyo sentido último consistió en la búsqueda
    del equilibrio
    macroeconómico y un particularmente tímido esfuerzo
    en aras de eficientización pública. En sentido
    estricto, la reforma impositiva fue sólo estructural. En
    sentido amplio, más allá de la existencia de un
    contexto global de reformas, en la República Dominicana se
    presentan importantes peculiaridades. En lo que tiene que ver con
    la situación de la crisis del Estado, resultó que
    su gravedad era mucho mayor que la que existía en el mundo
    desarrollado o en otros países latinoamericanos, pues
    nuestro país ha adolecido históricamente de una
    débil institucionalidad. Pero además, no
    sólo entramos –como país- en una seria crisis
    fiscal, sino que enfrentamos el agotamiento del anterior modelo
    de desarrollo económico, basado en una filosofía de
    los años 69 denominado modelo de sustitución de
    importaciones,
    para entrar de lleno, sin pausas ni consideraciones, en un modelo
    neoliberal de avanzada. Ante este escenario, las reformas
    priorizaron la dimensión financiera de la crisis del
    Estado, orientándose al mercado, la apertura comercial y
    el ajuste fiscal.

    Un balance de estas primeras reformas muestra que el
    ajuste estructural, cuyo objetivo último era disminuir el
    tamaño del Estado no resolvió una serie de
    problemas básicos. Por esto, se ha venido proponiendo una
    segunda generación de reformas, con la finalidad de
    reconstruir el aparato estatal. El diagnóstico actual afirma que el Estado
    continúa siendo un instrumento fundamental para el
    desarrollo económico, político y social de
    cualquier país, aún cuando hoy deba funcionar en
    una forma diferente a la contemplada en el patrón
    nacional-desarrollista o el modelo social-burocrático que
    prevaleció en el mundo desarrollado de la post-guerra. Como
    solución, se privilegia el gerencialismo como una
    alternativa viable.

    Si aceptamos que el cambio del papel del
    Estado en los sectores económicos y sociales es otra
    tendencia estructural, y que su actuación debe orientarse
    primordialmente hacia el área social, asegurando la
    universalidad de los servicios de salud y educación, y
    hacia la creación de instrumentos que ayuden a promover el
    desarrollo económico, garantizando las condiciones
    macroeconómicas favorables a la inversión privada y al aumento de la
    competitividad, entonces debemos comprender que la
    administración impositiva juega un papel determinante en
    el desarrollo nacional, desde el mismo momento en que es ella la
    responsable de proveer al Estado de los recursos que necesita
    para afrontar el desarrollo nacional. Como esperamos demostrar en
    el desarrollo de esta tesis, creemos que el Estado debe
    desarrollar su capacidad estratégica para actuar junto al
    sector privado, a efectos de crear un entorno adecuado al aumento
    de la competitividad que redunde en incremento sostenido de los
    recursos disponibles, haciendo posible el desarrollo
    sostenido.

    3.3 BREVE ANALISIS DE LAS REFORMAS, PROPUESTAS /O
    IMPLEMENTADAS POR LA DGII

    El inicio de las reformas puede situarse, a estos
    efectos, con la votación de la ley 14-91, sobre Servicio
    Civil y Carrera Administrativa, cuyos postulados servirían
    de base para la implementación de un programa de
    capacitación en la posterior
    Dirección General de Impuestos Internos. Continuó
    con la votación de la Ley 11 de 1992, que
    implementó el Código Tributario, pero se detuvo
    hasta el año 2000, año en que se votaron las leyes
    de reforma tributaria y reforma fiscal (Leyes números
    146-00 y 147-00). Naturalmente, la votación de la Ley
    166-97 marcó un hito en la historia de las reformas
    dirigidas a la modificación estructural de la
    Administración de Impuestos Internos, al crear la
    Dirección General de Impuestos Internos, constituida por
    las Direcciones Generales de Impuesto sobre la Renta y de Rentas
    Internas.

    En cuanto a las leyes señaladas, puede afirmarse
    que ellas crean un sistema de promoción y estabilidad
    laboral en el
    sector público, unifican la dispersa legislación
    tributaria dominicana e imponen una reforma sobre sólo dos
    aspectos de la administración tributaria, obviando la
    estructura en sí y los complejos procesos
    implícitos en la administración y cobranza de
    impuestos. En consecuencia, esas leyes modificaron la
    administración tributaria dominicana, pero no constituyen
    una reforma sustancial, integral y coherente que debería
    esperar cuando menos hasta 1997 para comenzar a ser aplicada,
    como comentaremos más adelante.

    Antes de comentar esa reforma, repetimos que hemos
    considerado al menos tres teorías reformadoras de la
    gestión pública, como lo son el modelo
    jerárquico, el modelo de la nueva administración
    pública y la teoría del modelo planificador.
    Comentaremos aquí una cuarta reforma.

    3.3.1.- La Estrategia de Modernización de la
    DGII.-
    Es la denominación aplicada a la reforma
    administrativa en el área impositiva (de hecho, no se
    modificaron tributos sino procedimientos) estatal emprendida a
    partir de 1998 en nuestro país. Amalgama postulados de
    varias teorías, pero se afirmó en su momento que
    comprendería el proceso de modernización en
    sí, caracterizado por privilegiar planes con impacto
    inmediato sobre la mejoría de los servicios ofrecidos por
    la DGII; definiendo de los conceptos de misión y
    visión, reconversión organizacional, uso
    intensivo de tecnología
    de información y fortalecimiento del control
    fiscal.

    Sin corresponderse, pues, con ninguna teoría
    definida, la estrategia de modernización se
    convirtió ella misma en una teoría de reforma
    pública de carácter marcadamente
    tecnocrático y burocrático. Sus planteamientos
    fueron los siguientes:

    • Tecnificar y diversificar las labores de
      fiscalización y «la atención a aspectos de cobro
      compulsivo»;
    • Definición de factores críticos para el
      mejoramiento de la gestión tributaria, los procesos de
      recaudación y fiscalización, a través de
      un programa de
      simplificación de procedimientos de liquidación y
      pago de impuestos;
    • Reforma de la estructura
      organizacional, tendente a facilitar la ejecución de
      los procesos tributarios;
    • Implementación del Sistema de
      Información Cruzada, que consistió en la
      obtención de información sobre entidades
      externas, que sirven para validar las informaciones de ingresos y
      gastos declarados, a sí como para detectar no
      declarantes;
    • En el marco de los recursos
      humanos, automatización de los procesos y
      elaboración de manuales de
      funciones, procedimientos y perfiles de cargos que permitan
      efectuar planes de capacitación por puesto y
      procedimientos de evaluación por
      desempeño.

    Estas acciones tenían por fundamento la
    promoción del cumplimiento voluntario por parte del
    contribuyente; la garantía del cumplimiento sobre la base
    del fortalecimiento del control fiscal y el establecimiento de
    valores y
    controles que indujeran a la actuación transparente y
    capaz de los funcionarios.

    Los logros atribuidos al proceso de reforma fueron los
    siguientes:

    • Creación de una estructura organizacional
      sobre la base de facilitar la ejecución de los procesos
      tributarios, incorporando niveles de especialización
      técnica que asumen la planeación estratégica en sus
      niveles funcionales y operativos, así como la
      supervisión de áreas
      descentralizadas.
    • Creación de las Administraciones Locales y el
      Departamento de Grandes Contribuyentes,
    • Efectiva utilización de la tecnología computadorizada;
    • Creación del Sistema de
      Información Tributaria, definido como un sistema
      técnico-computacional que contempla la normativa y los
      procedimientos para el cumplimiento de las obligaciones de la
      administración y los contribuyentes;
    • Creación del Sistema de Fiscalización y
      del Sistema de Información Cruzada, al que ya hemos
      hecho referencia;
    • Promoción de valores
      éticos en el personal administrativo.

    A esta reforma le quedaron pendientes, de acuerdo a
    informaciones proporcionadas por sus ejecutores principales, los
    siguientes puntos:

    • La capacidad de implementar procedimientos para el
      control fiscal cada vez más eficientes;
    • Concluir la implementación del Sistema de
      Información Tributaria;
    • Completar los módulos correspondientes a
      débitos y créditos tributarios que se generan en
      los distintos procesos y que no se reflejan en el sistema, por
      cuanto se producen con documentación que no está
      normalizada en formularios, tales como los créditos por dividendos pagados, las
      exenciones de anticipos y los tratamientos especiales de
      fiscalización;
    • Implementar el módulo para integrar las
      informaciones por contribuyentes de todos los impuestos,
      permitiendo determinar su deuda tributaria consolidada, que se
      denomina Cuenta Corriente Tributaria;
    • Ampliar la cobertura de redes, hacia el interior y
      el exterior de la DGII.

    Ninguna de las reformas estatales implementadas en la
    República Dominicana pueden ser calificadas de
    revolucionarias. En el ámbito financiero e impositivo el
    problema ha sido que nunca ha podido alcanzarse la
    sustitución completa de los modelos
    anteriores, teniendo como resultado la coexistencia de principios,
    organizaciones, funciones, procedimientos, tareas y recursos de
    rasgos contradictorios. Particularmente el modelo de Estrategia
    de Modernización de la DGII queda limitado por el modelo
    tecnocrático y burocrático, preocupado
    singularmente por el aumento en la recaudación.

    En efecto, la función de recaudación,
    desde el punto de vista del contribuyente, es que a esta
    función se le califique de pasiva. Su actuación se
    limita a recibir del contribuyente el pago del impuesto, y no
    realiza acciones que generen actividades destinadas a inducir una
    determinada conducta del
    sujeto gravado. Pero el modelo sí pretendió inducir
    determinado tipo de conducta
    tributaria en el sujeto pasivo o contribuyente, y por eso el
    principal cuello de botella se produjo en torno a las
    fechas límites de
    pago, lo que a su vez hizo necesario el uso de un sistema de
    seguimiento de carácter tecnológico y
    policíaco. De esta forma el aumento de la
    recaudación deviene ficticio: el contribuyente se sabe
    perseguido, paga con retraso y lo menos que puede, aunque a fin
    de cuentas se vea
    obligado a pagar para evitar consecuencias. Esta situación
    sólo puede mantenerse durante poco tiempo, pues el rechazo
    público se expresaría políticamente, con lo
    que la reforma tributaria aplicada sólo puede funcionar
    cabalmente en cuanto se refiere a la tecnificación y los
    sistemas y subsistemas de fiscalización, lo cual pudiera
    ser su único aspecto realmente positivo. No obstante, la
    reforma implementada parece corresponderse exclusivamente con la
    función de fiscalización, con lo cual se
    revelaría ineficaz a largo plazo, afectando la eficacia de
    la administración en cuanto se refiere al cobro de los
    impuestos.

    En realidad, esta es la situación actual: el
    incremento en las recaudaciones se produjo, en un primer momento,
    por efecto del ejercicio de la función fiscalizadora;
    luego siguió una tendencia incremental vegetativa,
    mientras la administración se contenta con mostrar esos
    resultados como muestra de
    eficiencia.

    Entendemos que el fallo principal de este tipo de
    reformas se encuentra en que obvia un hecho claro y determinante:
    la reconstrucción de la capacidad estatal es una
    condición esencial para poder enfrentar en forma exitosa
    los problemas de la redemocratización, del desarrollo
    económico y de la distribución de la riqueza. No es
    posible acceder a esos niveles sin la implantación de una
    reforma integral de la administración tributaria, que
    considere todos los aspectos inherentes al problema, no solamente
    el incremento de la recaudación por medios
    coactivos.

    Queda patente la necesidad de un enfoque de
    gestión pública reformada sobre la base de concebir
    al gobierno central como un ente catalizador, que faculte a
    las

    comunidades y los individuos no solamente para resolver
    sus propios problemas, sino también para asumir mayores y
    más complejos compromisos sociales, políticos y
    económicos; centrada en evaluar el rendimiento y la
    fijación de metas organizacionales, la obtención de
    beneficios y su reinversión objetiva, entre otros aspectos
    de fundamental importancia.

    CAPÍTULO IV

    LAS
    CARACTERÍSTICAS Y OBJETIVOS DE

    LA REFORMA GERENCIAL

    4.1 GENERALIDADES

    Como teoría económica de amplio alcance,
    la Reforma Gerencial está recibiendo apoyo creciente en la
    opinión de amplios sectores pensantes latinoamericanos,
    produciéndose estudios comparativos realizados en los
    últimos años en varios países del
    área… Lamentablemente, a pesar de las
    características comunes de las experiencias de reforma, no
    hay un sentido único, un solo paradigma organizacional que
    guíe a todas las naciones. Esa es una de las razones, si
    no la principal, que nos impulsa a definir la Reforma Gerencial
    en la versión que más se adapte a la realidad de
    nuestro país, aunque generalicemos en torno a las
    experiencias y los postulados esenciales de esta
    teoría.

    4.1.1 Orígenes de la Reforma Gerencial.- La base
    de la reforma o modelo gerencial tiene su inspiración en
    las transformaciones organizacionales ocurridas en el sector
    privado, las cuales modificaron la forma
    burocrático-piramidal de administración,
    flexibilizando la gestión, disminuyendo los niveles
    jerárquicos y, por consiguiente, aumentando la
    autonomía de decisión de los gerentes . De
    ahí el nombre de gerencial y, además, el sentido de
    la primera crítica hecha a esta teoría.

    4.1.2 Comentario sobre las críticas al modelo
    gerencial.- Si bien se logró pasar de una estructura
    basada en normas centralizadas a otra sustentada en la
    responsabilidad de los administradores, avalados por los
    resultados efectivamente producidos, respondiendo con mayor
    rapidez a los grandes cambios en la economía y en la
    sociedad contemporáneas, no es menos cierto que por
    inspirarse en la iniciativa privada, la teoría gerencial
    adolece de un problema de concepción: su aplicación
    en el sector público debe necesariamente tomar en cuenta
    la especificidad de la
    organización gubernamental: no se trata de obtener
    lucro, sino de que lo gestores públicos deben actuar de
    conformidad con el interés nacional, ajeno al lucro
    individual.

    Usualmente los políticos se orientan por el deseo
    de ser reelectos y los burócratas pueden ser capturados
    por los intereses económicos, pero es la necesidad de
    tener que pasar por el escrutinio democrático lo que hace
    a la acción de políticos y burócratas
    pasible de control público. Este control puede estar
    presente en los arreglos de la democracia representativa, en los
    mecanismos de la democracia directa o, como ha sucedido
    más recientemente, en la participación de los
    ciudadanos en la evaluación
    de las políticas públicas, formas típicas
    del modelo gerencial. Este tipo de control democrático no
    tiene similares en las organizaciones privadas.

    También es posible hacer una segunda observación importante al modelo gerencial:
    en el proceso decisorio se encuentra otra diferencia entre el
    sector público y el sector privado. En el sector privado,
    el número de participantes es restringido, y la capacidad
    para tomar decisiones más rápidas es mayor. El
    gobierno, por su parte, toma sus decisiones de acuerdo con
    procedimientos democráticos, que involucran un
    número mayor de actores y una mayor demora en el proceso
    decisorio, sobre todo porque tal sistema presupone el control
    mutuo entre los poderes y la fiscalización de la
    oposición.

    Finalmente, la "legitimidad" de una empresa
    resulta de su supervivencia en la competencia en el mercado, en
    tanto que los gobiernos se legitiman por la vía
    democrática.

    No obstante, si es cierto que el gobierno no es ni puede
    ser una empresa, no
    menos cierto es que sí puede –y debe- tornarse
    empresarial en el sentido de que necesita planeación
    efectiva y ejecución consecuente del gasto
    público, optimizando las inversiones y
    los resultados. En este aspecto, pues, la reforma gerencial puede
    resultar determinante del éxito.

    Un gobierno o sector público puede ser más
    ágil y flexible ante los gigantescos cambios que afectan
    las organizaciones. La Reforma Gerencial presupone, completa y
    modifica la primera gran reforma del Estado moderno, la reforma
    burocrática weberiana, que instauró un servicio
    público profesional basado en el mérito,
    condición esencial para que la administración
    pública gerencial sustituya a la administración
    pública burocrática. Y en este punto se encuentra
    la especificidad y el desafío de la República
    Dominicana.

    Es claro que nuestro país completó la
    construcción del modelo burocrático de acuerdo a
    los moldes de las naciones desarrolladas, a pesar de haber tenido
    lugar la implantación de importantes núcleos de
    excelencia y de reglas de mérito en el servicio
    público en varios casos latinoamericanos. Estos espacios
    de administración pública burocrática
    convivieron con la persistencia del patrimonialismo en varios
    sectores y con la designación de los cargos superiores del
    escalafón a través de prácticas
    clientelistas, aspecto que con gran frecuencia obstaculizó
    la profesionalización de la alta burocracia. Por esta
    razón, concretar la Reforma Gerencial del Estado en
    América
    Latina es un desafío significativamente más
    grande que concretarla en Europa o en los
    Estados
    Unidos.

    En resumen, eficiencia, democratización del
    servicio público y flexibilización organizacional,
    son ingredientes básicos para la modernización del
    sector público que el paradigma organizacional de la
    administración pública burocrática no
    contempla. Es válido destacar que la crítica en
    este caso se centra en el modelo organizacional
    burocrático y no en la idea de profesionalización
    del cuerpo de funcionarios.

    La Reforma Gerencial tiene como fundamento la
    profesionalización de la burocracia que ejerce funciones
    en el núcleo de actividades centrales del Estado, por lo
    que presupone el aspecto meritocrático propio del modelo
    vigente.

    En consecuencia, la Reforma Gerencial acoge un aspecto
    esencial del modelo burocrático –la
    profesionalización- y modifica los demás, con el
    propósito de reconstruir el aparato estatal para enfrentar
    los desafíos del siglo XXI, tanto los de impacto mundial
    como los específicamente atinentes a los países
    latinoamericanos.

    No se trata tampoco de implementar nuevas formas de
    gestión, que tanto abundan en los corrillos y mentideros
    políticos. La Reforma Gerencial es una modificación
    estructural del aparato del Estado que trata de cambiar los
    incentivos institucionales del sistema, transformando las reglas
    burocráticas más generales, permitiendo a los
    administradores públicos adoptar estrategias y
    técnicas de gestión más
    adecuadas.

    4.2 CARACTERÍSTICAS Y OBJETIVOS DE LA REFORMA
    GERENCIAL

    Para asegurar los mecanismos necesarios en cuanto se
    refiere al aumento de la eficacia, la eficiencia y la efectividad
    de la administración pública, además de
    crear nuevas condiciones que posibilitan una relación
    más democrática entre el Estado y la sociedad, la
    teoría o modelo gerencial propone:

    a) La profesionalización de la alta
    burocracia;

    b) La transparentización de la
    administración pública, en cuanto a la
    fijación de responsabilidades predeterminadas a cargo de
    los administradores públicos;

    c) La descentralización en la ejecución
    de los servicios públicos;

    En cuanto a la profesionalización de la alta
    burocracia, es evidente constituye el punto de partida de una
    reforma de carácter gerencial. En este sentido, el primer
    requisito es la constitución de un «núcleo
    estatal estratégico», fundamental para la
    formulación, supervisión y regulación de las
    políticas. Este núcleo queda integrado por una
    élite burocrática preparada y motivada, con la
    misión
    de desarrollar capacidades de negociación y de responsabilización
    ante el sistema político, y sólo por la
    aplicación de estas dos condiciones logra el gerencialismo
    obtener una primera e importante diferenciación con los
    modelos tecnocráticos, en los que se tiende a creer en la
    superioridad propia y se minimiza todo otro criterio, por
    razonable que sea.

    De lo que se trata en este punto es de reducir la
    politización de la alta burocracia, un mal endémico
    en nuestro país que lleva a los puestos públicos
    directivos a personas de confianza del presidente de turno,
    generalmente sin experiencia o con capacidades más
    atribuidas que reales. En este punto vale apuntar que creemos
    firmemente en que no se puede establecer una separación
    radical entre la técnica y la política: por el
    contrario, el alto nivel de complejidad de las actividades
    estatales obliga a los políticos a pautar de alguna manera
    sus estrategias en función de componentes técnicos;
    la burocracia, a su vez, necesita ajustar su actuación en
    función de criterios políticos, los cuales
    determinan las prioridades escogidas en un régimen
    democrático.

    En cuanto a la transparencia, es necesaria porque la
    profesionalización de la burocracia no la hace totalmente
    inmune a la corrupción, quizá la principal causa
    de esa atípica ineficiencia pública, tan efectiva
    para dañar y no para mejorar el quehacer
    estatal.

    Al hacer que los administradores públicos sean
    más autónomos y asuman mayores responsabilidades
    ante la sociedad, la Administración Pública
    Gerencial se constituye en un instrumento fundamental para la
    defensa del patrimonio
    público y de los principios
    republicanos.

    En cuanto a la descentralización nuestro país ha
    llevado a cabo realmente pocas experiencias. La Dirección
    General de Impuestos Internos, para precisar en torno a la
    institución objeto de nuestra propuesta, es un organismo
    de competencia nacional que quizás convenga reconcentrar,
    en aras de su efectividad. Este aspecto lo trataremos ampliamente
    en las recomendaciones, por lo que preferimos no abordarlo
    aquí. De todas formas, es necesario precisar que en la
    ejecución de actividades exclusivas del Estado que
    permanezcan a cargo del Gobierno Central, la
    administración debe basarse en la desconcentración
    organizacional, un criterio en virtud del cual los organismos
    centrales delegan la ejecución de las funciones hacia las
    agencias descentralizadas, que ha sido una tendencia clara de la
    DGII en los últimos años.

    4.3 ORIENTACION DE LA
    ADMINISTRACION PÚBLICA GERENCIAL

    La Administración Pública Gerencial se
    orienta, básicamente, por el control de los resultados,
    contrariamente al control paso a paso de las normas y
    procedimientos, como se hacía en el modelo
    burocrático. En el caso latinoamericano, sin embargo, las
    normas y procedimientos estatales tendrán que recibir
    todavía una atención especial, en razón de
    la fragilidad histórica del Estado de
    Derecho.

    La Reforma Gerencial modifica las premisas que guiaron a
    la administración burocrática a lo largo de este
    siglo y que ya no pueden dar más cuenta de los problemas
    actuales. Con el control a posteriori de los resultados, en
    primer lugar, la premisa orientadora es la confianza limitada y
    no la desconfianza total en relación a los funcionarios
    públicos. En el modelo antiguo, por llamarle de alguna
    manera, se intentaba vigilar al milímetro las decisiones
    tomadas por la burocracia, con el propósito de evitar la
    corrupción y la ineficiencia administrativa. Pero los
    resultados no siempre eran los deseados. De hecho, cuanto
    más reglamentaciones se creaban, más el poder
    informal se hacía cargo del sector público,
    perdiéndose de hecho el control sobre el proceso
    decisorio, y tornando más irracional el funcionamiento del
    sistema.

    La administración basada en el control a
    posteriori de los resultados, también obliga a la
    organización a definir claramente sus objetivos,
    analizados en sus aspectos sustanciales y no como procesos
    administrativos. De este modo, la evaluación de la
    burocracia se hace predominantemente a través del
    cumplimiento o no de metas, y no a partir del respeto a reglas
    que en muchas ocasiones son auto-referidas.

    La evaluación
    del desempeño burocrático no sirve sólo
    para establecer si las metas fueron o no alcanzadas. La
    administración pública gerencial hace uso del
    control a posteriori de los resultados como un instrumento
    técnico capaz de hacer que las organizaciones aprendan de
    sus errores, y a partir de esto, elaboren sus estrategias
    futuras. Es lo que se ha denominado principio de aprendizaje
    organizacional, fundamental para que la administración por
    objetivos no sea meramente una forma de sancionar o de encontrar
    responsables por el eventual mal desempeño de los
    organismos públicos, sino que logre desarrollar la
    capacidad de aprender de su desempeño y mejorar
    continuamente la prestación de los servicios
    públicos.

    La definición de los objetivos no basta para
    evaluar los resultados obtenidos por la burocracia y para
    ubicarla en un proceso continuo de aprendizaje
    organizacional. Se requiere la presencia de otros tres
    mecanismos, esenciales en este proceso. El primero de estos
    mecanismos es el establecimiento de un modelo contractual entre
    el organismo central y las agencias descentralizadas, con la
    pretensión de establecer metas-base a priori, que
    serán evaluadas a posteriori. Se define así
    qué hacer después de la evaluación, en
    términos de sanciones, premios u otras formas de corregir
    los errores.

    La buena definición de los objetivos
    organizacionales depende también de la modificación
    de la rígida jerarquía que caracteriza la
    burocracia dominicana, en sentido amplio. Esto debe ser
    así porque es preciso hacer a los funcionarios
    públicos responsables de las metas, conscientes de la
    misión
    de su organización, y la mejor forma de lograrlo es
    delegando poder (empowerment) y
    autonomía a los gerentes.

    Este mecanismo altera la forma de la gestión y la
    cultura
    organizacional de los integrantes de la burocracia, que
    inclusive podrán sentirse más motivados por un
    sistema marcado por el aumento del poder individual de
    decisión y de la responsabilidad ante los objetivos de su
    organismo público.

    Se supone que la
    motivación de los funcionarios tienda a aumentar
    todavía más si se compara su nueva inserción
    en la Administración Pública Gerencial con el papel
    anteriormente desempeñado, en el cual sólo eran
    piezas de un engranaje encajado en reglas no siempre claras para
    quienes ejecutaban las tareas.

    La administración pública basada en los
    resultados tendrá que realizar fuertes inversiones en la
    construcción de instituciones y en el entrenamiento de
    personal calificado, única forma de posibilitar la
    evaluación
    del desempeño, tanto organizacional como
    individual.

    Este es un punto central de la Reforma Gerencial del
    Estado. La mayor autonomía gerencial de las agencias y de
    sus gestores debe ser complementada con nuevas formas de control.
    En lo primordial, el control deja de ser el control
    burocrático que buscaba estimar si todos los
    procedimientos se habían cumplido en forma correcta, para
    preocuparse más por las ganancias de eficiencia y
    efectividad de las políticas. Con la Reforma Gerencial del
    Estado, el control que antes era llevado a cabo sólo por
    los administradores y las estructuras internas de control externo
    e interno, ahora pasa a ser, adicionalmente, la
    combinación de cuatro tipos de control:

    – Control de resultados, realizado a partir de
    indicadores de
    desempeño estipulados de forma precisa en los contratos de
    gestión.

    – Control contable de costos, que abarcará
    no sólo el control de los gastos realizados, sino
    también el descubrimiento de formas más
    económicas y eficientes de hacer cumplir las
    políticas públicas. La adquisición de esta
    última habilidad suele designarse como la
    incorporación de una conciencia de
    costos en el servicio público. A partir de esto, los
    funcionarios públicos comenzaron a valorar el buen uso del
    dinero
    público, y así a respetar más a la población pensada como
    contribuyente.

    – Control por competencia administrada, o por
    cuasi-mercados, en los
    cuales las diversas agencias buscan ofrecer el mejor servicio a
    los usuarios. Esta competencia puede traer ganancias de
    eficiencia y efectividad al sistema, ya que la pugna obliga a una
    utilización más racional de los recursos y porque
    la tendencia es a aumentar la gama de servicios a
    disposición de los ciudadanos.

    – Y por último, el control social, por
    medio del cual los ciudadanos evaluarán los servicios
    públicos o participarán en la gestión de los
    mismos. El control social es un instrumento fundamental para
    manejar la compleja relación entre los ciudadanos y sus
    agentes, los políticos, y los burócratas.
    Obviamente, el control de la burocracia realizado por los
    políticos es esencial en la democracia representativa,
    pero seguramente no es el único que garantiza la
    información que necesita la población para evaluar
    el carácter público de las acciones del
    Estado.

    Al respecto, se ha mostrado que el control de la
    población sobre la burocracia es lo que asegura la mayor
    optimización de la relación entre el principal
    (ciudadanos) y sus agentes gubernamentales, toda vez que el
    costo de la
    información en este caso es menor que el que corresponde a
    la relación establecida entre políticos y
    burócratas, y que las ganancias inmediatas para la
    sociedad son mayores.

    Además de estos controles vinculados con el
    modelo de la Reforma Gerencial del Estado, es preciso reforzar el
    control judicial sobre actos ilícitos y para garantizar la
    uniformidad en el trato a los ciudadanos. Esta cuestión
    reviste una importancia extrema en nuestro país, como en
    América
    Latina en general, dada la histórica fragilidad de los
    órganos judiciales, al contrario de la experiencia
    estadounidense e inclusive la europea. Afortunadamente, hemos
    podido sostener un esfuerzo decidido en aras de la estabilidad
    del poder judicial,
    al cual su reciente autonomización ha conferido
    estabilidad, decisión y un accionar que puede ser
    discutido pero no deja de ser sorprendente para los
    parámetros usuales.

    Dos razones justifican actualmente el refuerzo del
    control judicial como un aspecto importante del proceso de
    reforma del Estado. La primera es que la confianza de los agentes
    económicos en el Poder Judicial,
    sobre todo en su relación de fiscalización del
    Poder Público, es fundamental para establecer el buen
    funcionamiento del mercado. Y más importante aún,
    es fundamental mejorar el control judicial puesto que los
    derechos civiles y la efectividad de la ley no son respetados
    integralmente por el Poder Público. Es fácil
    advertir cómo los usuarios de los servicios
    públicos en la República Dominicana por lo general
    no están protegidos en sus derechos como consumidores. De
    hecho, el modelo gerencial puede modificar sustancialmente esta
    situación, pero seguiría en pie la siguiente
    interrogante: ¿qué podría pasar si tales
    derechos no fuesen respetados? Los controles gerenciales, en
    suma, precisan tener como última salvaguarda al poder
    judicial.

    Además de esto, los grupos
    sociales que asumen este espacio público no-estatal,
    en su mayoría poseen una motivación
    que va más allá de la pecuniaria. Esto ocurre sobre
    todo porque el compromiso ideológico con la causa en
    cuestión –servicios en el área educacional o
    de asistencia a la vejez, por
    ejemplo- estrecha los vínculos entre los miembros de esas
    organizaciones, siendo este compromiso más relevante que
    los preceptos organizacionales burocráticos, o aquellos
    orientados al lucro. En políticas como las del área
    social, es de importancia capital la
    dedicación humana, que está más presente en
    organizaciones cuya base es la solidaridad.

    A pesar de esta importante ventaja del espacio
    público no estatal, la regulación estatal sobre
    estas políticas seguirá siendo fundamental, toda
    vez que podrá tener lugar una intervención
    gubernamental en caso de que haya problemas en la
    prestación de estos servicios.

    Otra ventaja que acarrea el concepto de
    público no-estatal es la de mostrar que el Estado necesita
    aumentar su capacidad de cooperación con la comunidad y el
    mercado. Sin esto, los gobiernos tendrán dificultades para
    mejorar la prestación de los servicios públicos.
    Así, de la asociación con el mercado surgen nuevos
    recursos, algo extremadamente importante, en el actual momento de
    escasez; de la asociación con la comunidad, la
    participación activa de los principales interesados en las
    políticas; de la asociación con el tercer sector,
    un conocimiento
    especializado y la actuación de grupos altamente
    motivados para resolver los problemas. En realidad, la
    solución para los complejos problemas
    contemporáneos está en el equilibrio entre estos
    varios marcos institucionales, el estatal, el mercado y el
    público no-estatal.

    Otra característica importante de la Reforma
    Gerencial del Estado es la orientación del suministro de
    servicios hacia el ciudadano-usuario. Se trata de una revolución
    en la administración pública. Con este cambio, los
    ciudadanos deben participar tanto en la evaluación como en
    la gestión de las políticas públicas,
    especialmente en el área social.

    De modo que la teoría o modelo gerencial es un
    proceso que está reinventando la noción de
    gobierno, porque modifica la relación entre el Estado y la
    sociedad. Los ciudadanos son llamados a asumir un papel activo en
    la organización de la acción colectiva. Podemos
    decirlo de la manera siguiente: "antes" la participación
    se daba en la época de las elecciones, y
    prácticamente se agotaba allí. Si la
    prestación de servicios empeoraba, "la culpa era del
    gobierno".

    La consolidación de la democracia representativa
    eficaz (que para nosotros sólo sería posible
    aceptando los instrumentos de control provistos por la democracia
    participativa, como lo son el referéndum y el plebiscito,
    entre otros), debe apartarse definitivamente de la herencia
    autoritaria, e instituir nuevas formas de participación,
    principalmente en lo que se refiere al control público a
    nivel local del suministro de los servicios
    públicos.

    Es fundamental modificar el papel de la burocracia en
    relación con la democratización del Poder
    Público. De acuerdo con los principios de la Reforma
    Gerencial, es preciso aumentar el grado de responsabilidad del
    servidor
    público en tres aspectos:

    i) ante la sociedad, tornando la administración
    pública más transparente, orientada hacia la
    rendición de cuentas. En
    este sentido, es preciso entrenar a los funcionarios
    públicos para que comiencen a tratar a los ciudadanos
    como consumidores cuyos derechos deben ser respetados.
    Además de esto, la burocracia tendrá que percibir
    al usuario del servicio como un posible aliado en la
    búsqueda por resolver los problemas;

    ii) ante los políticos electos en
    términos de la democracia representativa, sean del
    gobierno o sean de la oposición; y

    iii) ante los representantes formales e informales de
    la sociedad, que estén actuando en el ámbito de
    la esfera pública no-estatal.

    En resumen, la Reforma Gerencial busca aumentar la
    eficiencia, la efectividad y la democratización del Poder
    Público, y a partir de esto, fortalecer la capacidad del
    Estado para promover el desarrollo económico y
    social.

    La revigorización del Estado indudablemente
    provocará que éste se centre y gane efectividad en
    la promoción de la educación, la
    salud, la vivienda, los programas de renta básica, el
    desarrollo científico-tecnológico y el comercio
    exterior, a través de la racionalización de la
    captación de recursos vía impuestos. Eventualmente,
    asegura algún tipo de participación del sector
    privado en la supervigilancia del destino otorgado cuando menos a
    una parte de los fondos captados por el sector público,
    entendemos que impulsaría la vocación impositiva de
    toda la nación.
    Elaboraremos este criterio en las recomendaciones.

    Asimismo, la implantación exitosa del modelo
    gerencial capacitará al Estado para ofrecer fundamentos
    macroeconómicos estables, creando condiciones para la
    elevación de la inversión privada nacional y multinacional,
    así como para aumentar la competitividad internacional de
    los países de América Latina.

    CAPITULO V

    REFORMA
    GERENCIAL APLICADA A LA DGII

    5.1 GENERALIDADES

    La primera exigencia resultante del proceso mundial de
    incremento de la competitividad es la adecuación de las
    estructuras organizacionales, para hacerlas más capaces,
    eficaces y eficientes, en un ambiente de
    cambo constante.

    Es necesario, institucionalmente, determinar lo que
    necesita hacerse en la actualidad para que la
    administración tributaria pueda garantizar: la
    evaluación idónea de las prácticas de
    planeamiento y
    control de la gestión; descentralizar la
    administración impositiva y controlar la evasión,
    propiciando el cumplimiento voluntario y espontáneo de la
    obligación impositiva.

    En una palabra, hacer competitiva a la
    administración tributaria, utilizando una palabra
    inherente a la actividad económica del sector privado cuya
    aplicación redundaría en un mejor desempeño
    del Estado en el cumplimiento de sus fines sociales.

    Hasta el momento, las reformas implementadas en el
    área tributaria dominicana adolecen de un mal fundamental:
    han atendido excesivamente el factor tecnológico, en
    detrimento de una reflexión crítica de la
    estrategia de cobro de impuestos, una actividad organizacional
    multiforme de imprescindible ejecución
    científica.

    5.2 PRIMERA RECOMENDACIÓN: Planificación y Control de
    Gestión

    Cuando hablamos de competitividad en el entorno
    administrativo tributaria queremos significar un incremento de
    eficacia y eficiencia en un entorno cambiante, que exige
    flexibilidad y rapidez, pero también el diseño de
    una estrategia objetiva.

    Si se describe elementalmente el problema, lo hacemos
    sosteniendo que en la actualidad, como fruto de la globalización, los productos pueden ser
    producidos en cualquier lugar, usando recursos provenientes de
    cualquier lugar, por una empresa ubicada
    en cualquier lugar, que puede vender en cualquier lugar. Dado que
    la obligación tributaria puede generarse de forma tan
    amplia, es necesario determinar quiénes son y cómo
    funcionan los conglomerados económicos, cuál es su
    zona geográfica de acción, sus planes, la tecnología con que
    cuentan, los métodos de
    gestión que adoptan y cómo se relacionan con sus
    clientes y
    filiales o matrices en el
    exterior. Asimismo, es necesario determinar, aunque sea prima
    facie, cuáles son las estrategias globales de las
    multinacionales actuantes en el mercado local, determinar sus
    expectativas, como transfieren precios,
    tecnología y políticas de gestión, y el
    monto implicado de sus relaciones
    locales-internacionales.

    En este sentido, el planeamiento y
    gestión implica adaptarse de varias formas al
    entorno:

    • Es necesario involucrar la entidad empresarial
      externa involucrada en la ejecución interna, lo que
      impulsa la necesidad de proponer un método
      negociado de diseño de propuestas;
    • El nivel estratégico de la organización
      debe ejercer un papel activo en la formulación y la
      negociación;
    • Encontrar un método institucional de
      promoción, ajeno al hecho político, para
      fundamentar y sostener la incrementalización del
      liderazgo
      motivador dentro de la DGII.

    5.3 SEGUNDA RECOMENDACIÓN: PLAN DE
    DESCENTRALIZACIÓN ESTRUCTURAL

    Hasta el momento, la DGII ha sido incapaz de
    descentralizar verdaderamente sus operaciones: tiene criterio de
    gestión nacional, aunque le ha sido preciso aplicar
    direcciones regionales que, en apariencia, son un primer paso de
    descentralización.

    Al no existir una descentralización amplia, la
    DGII diseña, controla y ejecuta las políticas en
    todo el territorio nacional, siéndole cada vez más
    difícil determinar quiénes son contribuyentes,
    cuáles pueden ser y son sus aportes al sistema impositivo
    y cuáles medidas deben tomarse para subsanar la
    evasión. Estos factores son mucho más sencillos de
    implementar en un ambiente
    descentralizado. Creemos oportuno recomendar un plan de
    descentralización tributaria en no menos de cuatro zonas
    geográficas, que son las naturales del país: Una
    Gerencia Cibao
    (con al menos dos subgerencias, comprendiendo todo el territorio
    provincial de Monseñor Nouel a Puerto Plata y de
    Montecristi a Samaná); Una Gerencia Sur (Santo Domingo),
    Una Gerencia Este (con dos subgerencias, en San Pedro de
    Macorís y la Romana), y y una Gerencia Oeste (con asiento
    en Baní o San Cristóbal y subgerencias en Azua y
    San Juan de la Maguana). El gobierno central conservaria el nivel
    normativo y regulador, y se efectuaria la
    descentralización subnacional de coordinación
    socioeconomica (a nivel regional), un nivel de
    descentralización subnacional de gestion politica (a nivel
    provincial) y un nivel subnacional autonomo y operativo (a nivel
    municipal). Institucionalmente quedarian involucradas en este
    esquema las Secretarias de Estado e Instituciones
    Descentralizadas, las direcciones regionales, las gobernaciones
    provinciales y los ayuntamientos.

    A nivel municipal, y aun esquemáticamente por
    debajo del municipio, quedaria el nivel descenstralizado
    submunicipal (en los Distritos Municipales) y las juntas
    municipales (en distritos metropolitanos).

    El plan de trabajo consistiría en una primera
    etapa de identificación de contribuyentes, a través
    de la realización de un censo especializado. La segunda
    etapa consistiría en la determinación de la
    ejecución de la obligación tributaria, y la tercera
    etapa, en el incremento del cobro y la aplicación de
    sanciones a los morosos y evasivos. Una cuarta etapa
    promovería el cumplimiento voluntario en determinado
    porcentaje de los contribuyentes

    Cada Gerencia Regional sería absolutamente
    independiente, en la ejecución, de la matriz DGII.
    Esta se reservaría el derecho de inspección o
    supervisión de la gestión tributaria regionalizada,
    y se encargaría de la creación por consenso con las
    administraciones regionales de las políticas y objetivos
    tributarios de un período seleccionado, para permitir el
    libre asentamiento de nuevas entidades tributarias, disminuyendo
    el costo de
    identificación de contribuyentes.

    5.4 EL DISEÑO DE LOS INDICADORES DE
    GESTION

    Un indicador de gestión es un criterio que
    objetiviza la evaluación y el control: dada una actividad
    cualquiera, en este caso de carácter tributario, el
    indicador es el elemento que fija la forma en que se
    cumplió, permitiendo, por la unificación de
    diferentes indicadores, determinar cómo podría
    mejorarse la administración en su conjunto. Es decir, se
    trata de la determinación de los grados de eficiencia y
    eficacia a través de "marcadores" o puntos de
    análisis preseleccionados, que denominamos indicadores. En
    cuanto a la administración tributaria, objetivamente las
    labores realizadas por la Dirección General de Impuestos
    Internos (DGII), los indicadores de
    gestión están relacionados con la
    recaudación de impuestos, el procesamiento de las
    declaraciones, la auditoria de los contribuyentes y los servicios
    prestados a los contribuyentes. Una vez creados, debe
    dársele seguimiento constante, para asegurar que esos
    criterios se apliquen a corto plazo y se tomen en cuenta en el
    ciclo de planeación.

    Los indicadores de
    gestión establecen cuáles son las obligaciones
    y metas de un organismo y la forma en la cual éste debe
    realizar su trabajo. Cuando un organismo establece nuevos
    procedimientos, es necesario asegurarse de que el personal siga
    fielmente esos procedimientos.

    Sustentamos que es posible evolucionar
    satisfactoriamente hacia un modelo gerencial decidiendo la
    apropiación por el sector público de indicadores de
    gestión característicos del sector privado:
    particularmente el alto desempeño soportado por la
    evaluación rutinaria del cumplimiento de los
    procedimientos por parte del personal en una organización
    basada en el mérito del servidor
    público. Estas evaluaciones pueden mostrar la eficacia de
    los nuevos procedimientos para lograr sus objetivos,
    especialmente en lo que se refiere a la calidad del trabajo de
    los empleados medida por su cumplimiento con estos
    procedimientos.

    La administración tributaria dominicana no suele
    evaluar críticamente las estrategias anuales. Recomendamos
    que, específicamente la creación y
    evaluación crítica de las estrategias, se dejen a
    cargo de un conglomerado de gerentes regionales, que trace las
    metas tributarias siguiendo la indicación del Gobierno
    Central, con vista de los estudios regionales de
    identificación tributaria y desarrollo de las actividades
    empresariales.

    En la actualidad ese no es el proceso: el gobierno fija
    arbitrariamente sus metas, calculando lo que necesitará
    para la ejecución de obras públicas en todo el
    territorio nacional y el cumplimiento político de sus
    objetivos, sin tener a mano una planificación de largo
    plazo, ni controlando la cantidad y calidad de los
    contribuyentes, fijando el monto aproximado de lo que espera
    recaudar básicamente a través del examen del
    crecimiento vegetativo.

    Es una práctica heredada del autoritarismo, en
    virtud de la cual el Presidente, caudillo de caudillos, dispone a
    su antojo, asignando cuotas de recolección impositiva de
    acuerdo a sus necesidades, como en una novela
    garciamarquiana: tú, cinco millones; tú, veinte
    millones… Luego, él prioriza el gasto
    público de la misma forma, atendiendo exclusivamente
    su interés político: tú, construye esa
    carretera; tú, edifica tal o cual puente,
    etcétera.

    Es posible que acierte en la ejecución, y en tal
    caso su liderazgo
    caudillista se verá incrementado en la base de apoyo
    popular. También puede controlar los ingresos sin
    necesidad de implementar teorías especiales sobre
    administración o tributación (estudios que no se
    exigen al Presidente de la República), con una simple
    llamada telefónica: ¿cuánto depositó
    fulano en el banco x? Bien o
    mal. Si bien, sigue en el puesto. Si mal, lo retiro.

    Esas prácticas son reflejo del substrato
    autoritario, poco estudiadas en nuestro país, y a nuestro
    juicio constituyen el fundamento mismo de la corrupción,
    inducida a través del personalismo: nada evita que el
    Presidente disponga que se cobre
    más a una empresa políticamente contraria, o menos
    a una empresa adepta al partido o la tendencia
    partidaria.

    Los indicadores, retomando la línea central deben
    ser aplicados uniformemente en toda la organización,
    estableciéndose de tal forma que no modifiquen factores
    externos, como el aumento del número de contribuyentes,
    manteniendo al mínimo la recopilación de datos sobre la
    gestión.

    En el rango de los indicadores prioritarios,
    consideramos que la DGII necesita establecer un objetivo de
    recaudación regional, utilizando para ello los datos
    históricos. Luego, se establece una recolección
    impositiva trimestral o mensual verificada semanal o diariamente.
    Entonces se trabaja sobre el incremento de la recaudación,
    a través de las auditorias de
    contribuyentes, facilitada por su regionalización o
    ubicación geográfica. Después, se
    diseñan los indicadores de eficacia, generando
    información sobre los resultados de las auditorias por
    tipo de impuesto y por tipo de contribuyente.

    Debe tenerse presente que, como afirmamos, algunos
    indicadores son más importantes que otros. En cuanto
    atañe a la reforma gerencial, los directivos de la
    administración de impuestos deben cerciorarse ante todo de
    que se cumplan las metas de recaudación y de que se
    obedecen los indicadores de gestión que contribuyen a
    lograr dichos objetivos. Pero esos objetivos deben ser elaborados
    con antelación, en medio de un proceso científico,
    es decir, despojado de argumentación política y de
    autoritarismo, por personas altamente capacitadas, evaluadas por
    desempeño, que hayan formulado, ejecutado y dado
    seguimiento de los indicadores en la práctica
    departamental.

    5.5 LA REDEFINICION DE LOS IMPUESTOS

    Es necesario redefinir los impuestos cobrados, pues,
    como hemos visto en el Capítulo I, en la actualidad son
    muchos y muy diversos. Esto provoca desconexión entre los
    tipos de impuestos e induce la evasión del tributo, cuando
    se une a otros hechos presentes en el sistema, como lo son la
    altísima economía informal y la incertidumbre sobre
    el destino de los impuestos cobrados. Recomendamos especialmente
    unificar en dos tipos de impuestos los existentes en la
    actualidad: Sobre la Renta y Sobre el Consumo. El primero
    podría incluir los impuestos patrimoniales hacia los
    municipes con funciones, objetivamente, mientras el segundo,
    gravaría con una base mínima todas las operaciones
    de adquisición de bienes y servicios. Al gravar todas las
    actividades, el porcentaje del tributo podría disminuir.
    En el caso del ITBIS, que es el impuesto a la transferencia de
    bienes industrializados y servicios, sería posible
    incrementar las recaudaciones disminuyendo el porcentaje y
    ampliando la base de aplicación del mismo.

    5.6 CONTROL DE LA EVASION FISCAL

    La evasión está definida por el
    artículo 248 del Código Tributario como la
    acción u omisión tendente a producir una
    disminución ilegítima de los ingresos tributarios,
    el otorgamiento indebido de exenciones o un perjuicio a la
    administración.

    Es un mal muy extendido en nuestro país,
    auspiciado por la inflación, la actividad ilícita,
    el tipo de cambio
    y el destino del gasto público y el grado de informalidad
    económica, entre otros factores. El sistema tributario
    dominicano es deficiente en el control de la evasión,
    porque es deficiente en el diseño de los impuestos y en la
    ejecución de políticas administrativas modernas. La
    tradicional falta de conciencia
    tributaria se reafirma por la nula participación del
    sector privado en el control del gasto gubernamental, en la
    información previa de cómo se gastará lo
    recolectado y en cómo ese gasto contribuirá a la
    expansión comercial e industrial en su
    totalidad.

    Pero también es deficiente en la
    penalización de la evasión por el tipo de
    procedimiento administrativo regulador, que describiremos
    someramente a continuación.

    Describimos grosso modo el sistema empleado en la
    actualidad, dispuesto por el Código Tributario de la
    República Dominicana, vigente al 2003.

    El contribuyente recibe una determinación de su
    obligación tributaria preparada por la DGII. Si no
    está conforme con la estimación, que es lo normal,
    recurre a la misma DGII para que reconsidere su
    estimación, a través del denominado recurso de
    reconsideración.

    Si queda inconforme, recurre al superior
    jerárquico del sistema, que lo es la Secretaría de
    Estado de Finanzas, a través del llamado recurso
    Jerárquico y, si todavía se encuentra inconforme,
    recurre al Tribunal Contencioso-Tributario, o al Tribunal
    Contencioso-Administrativo, si es el caso, para que modifiquen la
    estimación.

    Todavía queda una instancia jurisdiccional, la
    Suprema Corte de Justicia, para
    solucionar el diferendo. De modo que es un sistema dual: comienza
    en la misma administración tributaria y, recorriendo
    diversos niveles, llega hasta el máximo tribunal del orden
    judicial, que lo es la Suprema Corte de Justicia.

    Naturalmente, esa dualidad de jurisdicción hace
    que la DGII se vea como juez y parte en la solución de los
    diferendos tributarios.

    Una reforma gerencial requeriría agilizar el
    proceso para su solución eficiente. Se recomienda,
    formalmente, la eliminación del sistema actual: la DGII
    estima la obligación, determina el impuesto a pagar y lo
    comunica al contribuyente. Ante su inconformidad, la DGII
    quedaría desapoderada, restrictivamente, del
    asunto.

    Es decir, se determinarían cuáles causas
    harían posible la reestimación de la
    obligación tributaria, pero no lo haría la misma
    DGII sino un tribunal especializado. Ante el dictamen de ese
    tribunal especializado, sólo cabría una
    apelación o un recurso similar a la casación, que
    verifique si la determinación fue realizada con
    razón o sin ella, apegado a la ley o no, y
    definiría la cuestión en su totalidad.

    Es un sistema más rápido, que no desconoce
    el principio de la separación tripartita de poderes del
    Estado, en cuanto se supone que la determinación de la
    obligación tributaria y su ejecución corresponde al
    poder reglamentario de la Administración Tributaria,
    dependiente del Poder
    Ejecutivo, pero su discusión y solución, para
    ser imparcial, corresponde al orden judicial.

    La gestión administrativa ganaría
    inconmensurablemente: quedaría liberada de un importante
    cúmulo de trabajo, sumaría individuos a las labores
    propiamente técnicas de la DGII, ahorraría recursos
    en la actualidad dirigidos a obtener el cobro compulsivo de los
    impuestos y objetivizaría el sistema jurisdiccional en su
    conjunto, redundando en mayor eficiencia de la
    institución. Hay que resaltar que este procedimiento
    netamente jurisdiccional induciría armonía entre la
    institución y el contribuyente, que dejaría de ver
    a la misma como un enemigo, ya que la administración no
    sería juez y parte e impulsaría al contribuyente a
    pagar con regularidad sus impuestos.

    5.7 LA RECONSIDERACION DEL
    CONTRIBUYENTE

    Las iniciativas gerenciales deben considerar al
    contribuyente como el principal aliado de la
    administración tributaria representada por la DGII, y al
    efecto, es necesario sensibilizar a los funcionarios sobre la
    importancia de mantener la calidad de los servicios al sujeto
    pasivo de la obligación tributaria, esto es, la persona que paga
    los impuestos.

    No estamos hablando aquí de una
    reorientación de la filosofía de atención al
    cliente, menospreciando el aporte de los empleados, ni mucho
    menos concentrando la administración en una
    orientación excesiva hacia los contribuyentes: se trata de
    abrir canales complementarios no solamente para determinar quejas
    leyendo los buzones repartidos al efecto, sino de proporcionar
    una imagen colectiva
    de eficiencia que facilite la percepción del impuesto
    satisfaciendo los requerimientos del que los paga.

    La tradicional estructura centralizada, vertical, con
    excesivo apego a procedimientos obsoletos de corte autoritario,
    no produce beneficios a la DGII. El dinamismo de la actividad
    económica requiere una determinación rápida
    y un cobro efectivo, expedito, en medio de la aplicación
    de estrategias de promoción que promuevan la
    percepción pública sobre la honestidad, el
    respeto, el trato
    adecuado y abierto al contribuyente.

    Una política institucionalizada de relaciones
    públicas involucraría jornadas
    periódicas de publicidad,
    dirigidas a segmentos de contribuyentes enfatizando la labor
    institucional, los planes de modernización emprendidos, la
    importancia de pagar los impuestos, la fuerza
    fiscalizadora para invitar al cumplimiento de los deberes del
    contribuyente.

    Recomendamos algo más, que sabemos atrevido:
    proponemos que un porcentaje de los impuestos cobrados se ponga
    en manos de una comisión especializada, de carácter
    dual, es decir, que integre a representantes de los principales
    contribuyentes y de la DGII. Esa comisión podría
    definir un plan a largo plazo financiado con el porcentaje de los
    impuestos cobrados que se haya decidido, para articular un apoyo
    económico a la iniciativa privada, tanto dirigida al
    mercado local como internacional.

    Entendemos que el sector privado, consciente de que sus
    impuestos redundarán en su beneficio, impulsaría
    una conciencia colectiva de aceptación del tributo, lo
    que, a su vez, elevaría el monto total cobrado por la
    DGII.

    Esta recomendación limitaría la capacidad
    estatal de decidir el uso de los recursos tributarios, lo
    aceptamos. Pero también impulsaría una cultura
    favorable al pago de los impuestos, incrementaría los
    recursos captados y favorecería el desarrollo nacional en
    su conjunto.

    Además, no sería necesario utilizar todos
    los impuestos cobrados de esa manera: bastaría con un
    plan, posiblemente quinquenal, que facilitara al sector privado
    el uso de recursos en áreas estratégicas
    predefinidas por el Gobierno Central.

    La cultura de trabajo actual en la DGII, creemos, no se
    vería afectada sino positivamente. De hecho, los esfuerzos
    que en pro de una reconsideración del contribuyente se han
    venido realizando en los últimos años
    facilitaría nuestra propuesta, convirtiéndose, dado
    el elevado grado de adaptabilidad demostrada por los empleados de
    la institución a través la implementación de
    las reformas llevadas a cabo hasta el momento.

    El punto espinoso de nuestra propuesta, lo reconocemos,
    es el mecanismo de motivación a los funcionarios, no para
    que cumplan con sus responsabilidades (que indudablemente lo
    hacen en la actualidad) sino para que mejoren su
    desempeño. No se trata únicamente de la estabilidad
    laboral: se
    trata de una visión de conjunto, que forme intelectual y
    personalmente al empleado y luego, otorgándole el poder
    necesario (empowerment) para
    incidir positivamente en el rendimiento organizacional. Esa
    "visión de conjunto" se dirige implacablemente a imponer
    la meritocracia en la institución, promoviendo,
    valorizando, sustentando un comportamiento inobjetablemente
    profesionalizado dirigido a la obtención de resultados,
    que en este caso son el incremento de la recaudación y la
    confianza pública en la ejecución
    administrativa.

    CONCLUSIONES

    Las estrategias centrales expuestas en esta tesis
    tuvieron como objetivo el fortalecimiento de las funciones
    ejecutadas por la Dirección General de Impuestos Internos,
    congeniando los postulados de la teoría gerencial y sus
    fines estrictamente aplicables al campo privado, con la
    aplicación en el sector público de los criterios de
    eficiencia y eficacia, punto común entre ambos
    sectores.

    Tratamos de la promoción de la cultura tributaria
    a través de la sincerización del sector
    público, en cuanto a la ejecución de los impuestos
    cobrados, y el aumento de la eficiencia y eficacia de la
    administración a través de la determinación
    de indicadores de gestión, planificación de
    gestión y otros aspectos correlacionados.

    Nuestras recomendaciones estuvieron basadas en la
    transformación gerencial de la Dirección General de
    Impuestos Internos, en su Nivel Asesor o de Staff y en su Nivel
    Técnico Especializado. Específicamente, nuestras
    propuestas incidieron directamente sobre el Comité de
    Planificación de Estrategia, la unidad de Estudios
    Económicos y Tributarios, la Consultoría Jurídica, la unidad de
    Servicios de Información, de Control
    Interno, de Recursos
    Humanos, y en la de Relaciones
    Públicas y Comunicaciones.

    Objetivizamos las recomendaciones en seis propuestas,
    sobre la planificación y control de
    gestión, la creación del plan de
    descentralización estructural, el diseño de los
    indicadores de gestión, la redefinición de los
    impuestos, el control de la evasión y la
    reconsideración del contribuyente.

    Los tres últimos temas se encuentran ampliamente
    relacionados, pues la mejoría administrativa gerencial en
    cualquiera de ellos redunda en beneficio de los
    restantes.

    En este sentido, expusimos que la exigencia resultante
    del proceso mundial de incremento de la competitividad es la
    adecuación de las estructuras organizacionales, para
    hacerlas más capaces, eficaces y eficientes, en un
    ambiente de cambio constante. Lo que torna necesario, a nivel
    institucional, la determinación actual de los procesos que
    garanticen la evaluación idónea de las
    prácticas de planeamiento y control de la gestión;
    la descentralización de la administración
    impositiva y el controlar la evasión, todas acciones
    tendentes a propiciar el cumplimiento voluntario y
    espontáneo de la obligación impositiva.

    Como expusimos en el desarrollo de la tesis, las
    reformas implementadas en el área tributaria dominicana
    adolecen de un mal fundamental: han atendido excesivamente el
    factor tecnológico, en detrimento de una reflexión
    crítica de la estrategia de cobro de impuestos, una
    actividad organizacional multiforme de imprescindible
    ejecución científica. Creemos conjurado este
    problema con la implementación de al menos seis
    recomendaciones específicas, y así las expusimos,
    versando sobre la planificación y el control de
    gestión (considerando que la obligación
    tributaria puede generarse de forma tan amplia, es necesario
    determinar quiénes son y cómo funcionan los
    conglomerados económicos, cuál es su zona
    geográfica de acción, sus planes, la
    tecnología con que cuentan, los métodos de
    gestión que adoptan y cómo se relacionan con sus
    clientes y
    filiales o matrices en el
    exterior); propusimos un plan de descentralización
    estructural (delineado en sus ejes centrales, considerando que la
    DGII ha sido incapaz de descentralizar verdaderamente sus
    operaciones, que se maneja con criterio de gestión
    nacional, aunque le haya sido preciso aplicar direcciones
    regionales que, en apariencia, son un primer paso de
    descentralización; que incluya el diseño de un plan
    de trabajo en tres etapas consistentes en una la de
    identificación de contribuyentes, a través de la
    realización de un censo especializado, la
    determinación de la ejecución de la
    obligación tributaria, y el incremento del cobro y la
    aplicación de sanciones a los morosos y
    evasivos).

    Asimismo, consideramos recomendar un énfasis
    renovado en el diseño de los indicadores de
    gestión, la redefinición del conjunto de impuestos
    manejados por la DGII (básicamente unificando en dos tipos
    de impuestos los existentes en la actualidad: sobre la renta y
    sobre consumo, incluyendo el primero los impuestos patrimoniales
    y, el segundo, gravaría con una base mínima todas
    las operaciones de adquisición de bienes y
    servicios).

    Igualmente, concluimos sosteniendo que la evasión
    fiscal es un mal muy extendido en nuestro país, auspiciado
    por la inflación, la actividad ilícita, el tipo de cambio
    y el destino del gasto público y el grado de informalidad
    económica, entre otros factores, cuyo control es
    deficiente porque el sistema tributario dominicano es en
    sí deficiente en el diseño de los impuestos y en la
    ejecución de políticas administrativas modernas,
    así como en el tipo dual de procedimiento administrativo
    regulador, que consideramos debe ser unificado en un solo
    procedimiento jurisdiccional.

    La hipótesis fue comprobada, pues para elevar
    el nivel de desempeño de la DGII, como se ve por los
    defectos de las teorías aplicadas, es imprescindible la
    aplicación de modernos y efectivos instrumentos
    teóricos, vale decir, del gerencialismo.

    No podíamos finalizar ninguna propuesta sin
    afirmar que es necesario reconsiderar al contribuyente, y lo
    hicimos sosteniendo que las iniciativas gerenciales deben
    considerarle como el principal aliado de la administración
    tributaria representada por la DGII, y al efecto, es necesario
    sensibilizar a los funcionarios sobre la importancia de mantener
    la calidad de los servicios al sujeto pasivo de la
    obligación tributaria, esto es, la persona que paga
    los impuestos.

    Entendemos prioritaria la estructuración de una
    iniciativa pública y privada que ponga en manos de una
    comisión especializada un porcentaje de los impuestos
    cobrados, con la finalidad de reinvertir esos recursos,
    articulando un apoyo económico a la iniciativa privada,
    dirigida al mercado local como internacional, como una forma de
    incrementar la confianza privada en la ejecución de los
    ingresos tributarios percibidos por el Estado, despolitizando al
    menos una parte de la inversión pública.

    Analizamos las principales reformas propuestas
    así como la finalmente implementada "teoría"
    administrativa la Dirección General de Impuestos Internos,
    entre los años 1998 y 2002, incluyendo las proyecciones
    realizadas para el cursante 2003. Encontramos que la reforma
    finalmente implementada no fue ex profeso presentada como
    teoría administrativa autónoma sino como un "hacer"
    práctico y teórico de los administradores de turno
    cuyo accionar institucionalizado constituye, sin lugar a dudas,
    una propuesta ecléctica, desde el mismo momento en que
    incluye postulados y principios de otras teorías, a pesar
    de no denominarse como tal. Entre estas teorías que
    logramos identificar como aportadoras del esquema reformista
    implementado en la DGII a partir de 1998 encontramos elementos
    provenientes del:

    Modelo Jerárquico, en cuando se trató de
    establecer controles y equilibrios y un control centralizado,
    jerárquico, como norma de organización
    administrativa pública aplicada a la DGII.

    Modelo de la Nueva Administración Pública
    (NAP), en cuanto se promovió la reforma gerencial en la
    DGII como una metodología alternativa de reforma estatal.
    Fue, sin embargo, un modelo de aplicación limitad, mucho
    más que los otros, porque no encontramos una efectiva
    delegación en el proceso de toma de decisiones, ni una
    clara orientación hacia el desempeño y el
    cliente.

    Teoría del Modelo Planificador, en cuanto ha sido
    la base teórica del autoritarismo y la centralización en la administración
    pública, y sus efectos pueden palparse inclusive desde el
    momento en que se trata de reformar la DGII y se prefieren el
    centralismo,
    la confección de presupuestos
    por programas, actividades y proyectos cuyo
    manejo se convierte en la principal y casi única
    herramienta de la administración
    financiera pública.

    El modelo finalmente aplicado, como analizamos in
    extenso, adolece de no pequeños defectos, que
    necesariamente deben ser superados en lo inmediato,
    particularmente lo referido a la eficacia y la eficiencia con la
    que la administración debe enfrentar el reto de adecuarse
    a los exigentes, rápidos y, para quien no se adapta,
    fulminantes cambios globales.

    BIBLIOGRAFIA

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    Caribe. Santo Domingo, R.D. Sección Intereses-Finanzas,
    viernes 9 de mayo del 2003, página 26.

     

    Pascual Ramírez

    Tesis para optar por el titulo de Magíster en
    Gestión Publica, Pontificia Universidad
    Católica Madre y Maestra, Programa financiado por la
    Unión
    Europea, Santo Domingo, Rep. Dom. Otros estudios del
    autor:

    Abogado Licenciado en Derecho.

    Universidad Tecnológica de Santiago (
    UTESA).1995, Republica Dominicana.

    Thesis: Problemática en la aplicación de
    los Tratados de
    Extradición frente a la doble nacionalidad establecida en
    la Republica Dominicana. (Estudio basado en la validez del
    derecho
    internacional a la luz del derecho
    interno).

    Master en Ciencias
    Políticas, Concentración Politologia; Universidad
    Nacional Pedro Henríquez Ureña. 2000, Dominican
    Republica.

    Thesis: Democracia en la IV Republica. (Análisis
    sobre la evolución y desarrollo de la percepción
    democrática del pueblo dominicano).

    Post-grado en Derecho del Comercio
    Internacional.

    Universidad APEC. 1994, Republica Dominicana (not
    completed)

    Diplomado en Técnicas y Derecho
    Electoral

    Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
    1995, Republica Dominicana.

    Diplomado en Derecho de Familia y
    Menores.

    Escuela Dominicana de Práctica Jurídica.
    2003 Republica, Dominicana.

    Diplomado en Resolución Alternativa de Conflictos.

    Escuela Dominicana de Práctica Jurídica.
    2002, Republica Dominicana.

    En la actualidad curso estudio de Doctorado en Public
    Policy en Atlantic Internacional

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