Tecnología y Liderazgo en
las Organizaciones
Existen factores disímiles para el éxito
de una organización. Sin embargo, por las características cambiantes del entorno en
que estas se encuentran inmersas, la clave para alcanzarlo se
sostiene, principalmente, en dos elementos: Tecnología y Líder.
¿Por qué tecnología y Líder?
La influencia de la primera, va más allá del
"cómo hacer", transformando también el "cómo
actuar", siendo el líder facilitador y unificador de estas
dos dimensiones.
A través de este artículo se intenta hacer una
reflexión de cómo enfocar estos factores de forma
tal que tributen al logro de las metas
organizacionales.
No hay forma más sencilla y reflexiva de
comprender la vida que a través de las fábulas.
Quizás por eso recuerdo la historia del gusanito que, a
pesar de las críticas y reclamos del resto del grupo
decidió seguir su "impulso" y sin miedo a lo que dejaba
atrás se encerró en un capullo. Todos creían
que estaba loco y pensaban en las comodidades que
abandonó… Cual no sería el asombro de la comunidad cuando,
al poco tiempo,
encontraron el capullo roto y una mariposa hermosísima que
se alejaba del lugar.
En este cuento se
puede enfocar la atención en tres puntos fundamentales: la
comunidad de
gusanos (incluyendo al intrépido gusanito), el capullo y
la mariposa. El primero, no es más que la sociedad y, por
ende, nuestras organizaciones de
donde surgen los líderes, los arriesgados personajes que
no temen romper con las comodidades y rutinas que los circundan.
El segundo (capullo) es sólo un medio para el gran
cambio, sin el
cual no sería posible y el último no es más
que el resultado por haber aceptado ese cambio.
Dándole un sentido real a esta historia, podríamos
comparar al capullo con las Tecnologías y al
intrépido gusanito con el líder. Ambos, factores
clave e impulsores que inciden en el desarrollo de
las organizaciones
(la comunidad de gusanos).
Para entender por qué estos elementos son tan
significativos hoy día para las organizaciones y la
sociedad en
general, tenemos que ahondar en lo que ellos representan y su
importancia. Evidentemente uno condiciona al otro, pero si los
analizamos por separado será más fácil su
comprensión.
De nuestro argot diario surgen expresiones reiterativas
como: "nuevas
tecnologías informáticas", "era digital", "era
de la información"… entre otros términos
que no son desconocidos para muchos. Esto es posible porque ellas
describen el proceso en el
que estamos sumergidos.
Si retomáramos la historia para comprender mejor
lo que pasa actualmente, podemos demostrar que las revoluciones
se han dado en varias épocas y han marcado pautas
determinantes en la evolución del mundo. Sin embargo, debemos
admitir que la revolución
provocada por la tecnología digital ha tenido un impacto
más amplio que muchos de los avances a los que se hizo
alusión anteriormente.
Esto es resultado, principalmente, del efecto
psicológico que la misma ha ocasionado. En menos tiempo y con
más fuerza, a
consecuencia de la
globalización, se han dado cambios culturales y
mentales en la sociedad. Los avances
tecnológicos afectan la manera de vivir, de trabajar y
de hacer negocios.
Apreciamos que los clientes
(introduciendo el lenguaje
empresarial como tema que nos atañe) han modificado la
percepción de sus estilos de vida,
criterios de compra… lo que obliga a las empresas a
satisfacer en el llamado "tiempo real" las necesidades de sus
mercados.
Es práctico conocer, antes que todo, que las
nuevas
tecnologías comprenden una serie de aplicaciones de
descubrimientos científicos, cuyo núcleo central
consiste en una capacidad cada vez mayor de tratamiento de la
información.
Por otro lado, la Tecnología ha traído
como consecuencia la caída de barreras, especialmente
económicas y sociales, producto de
que, por ejemplo, la digitalización eliminó la
distancia, haciéndose única la economía y el
mercado, de
forma tal que la competencia no
conoce fronteras. Pero esto ha provocado, de igual forma,
inestabilidad económica y crisis
sociales.
Sin embargo, hay que reconocer que la utilización
de la tecnología es imprescindible en la creación
de valor, ya que
permite ahorrar, primordialmente, el recurso tiempo, clave para
la ventaja competitiva de la
organización. En fin, podemos identificar esta
época que corre con nombre y apellido: Cambio
Tecnológico.
Como todos los cambios los que ocurren en el área
de la tecnología son fuente de incertidumbre, con el
agravante de que en la actualidad tienen una velocidad
inusitada, global y compleja, pero si se vencen los miedos y se
aprende a lidiar con ella, cada desarrollo
puede ser el punto de partida de múltiples oportunidades.
Sin olvidar que esta velocidad y
transformación constante obliga a las empresas a
mantenerse en el cuestionamiento permanente de si estoy haciendo
lo correcto.
Es significativo hacer énfasis, antes de
continuar, en que la evocada "era del conocimiento",
no es resultado o consecuencia de los ordenadores y el procesamiento de
datos, sino de lo que esto ha desencadenado Internet, como canal
más importante de negocios
(llámese comercio
electrónico) o de desarrollo profesional en general;
así como el surgimiento de nuevos sectores como la
biotecnología, bioinformática, entre
otros.
A pesar de que es evidente la repercusión que ha
tenido en el mundo actual la tecnología, ha encontrado
grandes resistencias
(los gusanos del cuento que
temen dejar su espacio habitual), que provocaron muerte de muy
buenas empresas. Es innegable que la tecnología, para
muchos, representa una amenaza a su seguridad, lo que
provoca incomodidad y miedo, que se traduce como "angustia
tecnológica".
Pero, pese a todo eso, son muchas las voces que han
puesto de relieve que
actualmente tiene poco sentido plantear la problemática de
las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo en
términos de rechazo o aceptación o en
los de su conveniencia o inconveniencia, pues es un
hecho demostrado que para la subsistencia de las empresas en el
mundo competitivo es un factor básico la aplicación
de estas tecnologías. Esto significa que, en estos
tiempos, hay que poder triunfar
con la tecnología y no a pesar de ella.
La Tecnología y las
organizaciones
Se ha demostrado que la introducción de las nuevas
tecnologías trae consigo grandes transformaciones no
sólo infraestructurales sino, y mucho más
preocupantes, psicosociales. Es decir, tienen un gran impacto
sobre las personas, la vida social y la sociedad en general, de
lo que no está ajeno el mundo de las
organizaciones.
Son múltiples y diversas las aplicaciones
tecnológicas que están incidiendo sobre los
procesos de
trabajo y sobre las propias organizaciones de hoy día. Por
lo que las nuevas tecnologías afectan todos los aspectos
de la vida laboral, lo que
se puede comprobar en los grandes cambios que han venido
aparejados por su aplicación. De manera general podemos
encontrar:
- Impacto sobre el puesto de trabajo y
desempeño. Se han visto afectadas las
actividades y tareas que se realizan dentro de la
organización (se requiere, entre otras cosas, mayor
flexibilidad), cambiando de esta forma los puestos de trabajo
(más autonomía, nivel de desafío, etc).
Por ende, las habilidades y destrezas, es decir, las competencias
requeridas para esos puestos de trabajos no serán las
mismas, hasta el entorno físico del trabajo se ve
afectado, para bien, por esos cambios. Por otro lado aparecen
nuevas modalidades de trabajo, como es "el trabajo a
distancia". Evidentemente estos cambios nos llevan a una mayor
productividad obtenida por el
trabajador. - Impacto por el bienestar psicológico y
calidad de
vida laboral: Aquí entra con fuerza el
concepto
mencionado anteriormente de "angustia tecnológica". Esto
surge a raíz de todas las transformaciones
psicológicas de que son partícipes los
trabajadores con la introducción, por ejemplo, de la informática (inseguridades, dependencias,
desconocimientos, sensación de atraso, entre otras). Sin
embargo si analizaran el concepto de
"calidad de vida
laboral",
comprenderían que hay una contradicción, pues
esta última se ve afectada, en su generalidad, de forma
positiva. Esto es fácil de corroborar con los cambios
que se han dado en la concepción de "puesto de trabajo",
como por ejemplo la aparición de las oficinas virtuales
y otras muchas modalidades que permiten hacer negocios "a
distancia". También los horarios del trabajador se
flexibilizan, permitiendo, en muchos casos, trabajar en las
casas. Las organizaciones de hoy están llamadas, en ese
caso, a buscar una relación favorable entre estos dos
conceptos. - El impacto sobre las relaciones
interpersonales y el trabajo en
equipo. Sobre este punto cabe destacar el valor y
relevancia que ocupan la
comunicación en el mundo de hoy, pues es a
través de ésta que se ejerce mayor influencia
sobre las personas y se propician los cambios. Sin embargo, la
forma de comunicarse, es decir, de relacionarse
interpersonalmente, también se han visto transformada en
cuanto que ha variado la frecuencia de los contactos y el tipo
de interacciones entre las personas ( a través de la
red). Esto
implica que la capacidad de influencia entre las personas o
grupos
está determinada, en su mayoría, por el factor
tecnológico. Las funciones de
supervisión y control ha
sido transferido de las personas a las máquinas, suscitando nuevas necesidades
en estas áreas. - Impacto sobre la estructura y
procesos
organizacionales. Es evidente que ya las organizaciones no
son las mismas, por tanto, así como deben cambiar las
personas también deben adaptarse a las nuevas
condiciones la estructura
organizacional, de manera que facilite la
incorporación de estos cambios en el ambiente de
trabajo. La "forma de hacer" las cosas, también debe
asumir e incorporar a la tecnología como centro del
proceso.
Se ha caracterizado brevemente la influencia que ha
tenido para el mundo organizacional la aparición de la
Tecnología y la necesidad que hay de asumirla como parte
de las mismas para su adaptación al entorno. Sin embargo,
aunque estos avances
tecnológicos son base fundamental del desarrollo
actual, debemos cuestionarnos en que medida podemos generalizar y
centralizar, únicamente, el progreso de la humanidad de
estos tiempos al surgimiento y evolución de esta "Revolución
Digital".
Volviendo a la fábula, las tecnologías
digitales son un medio (capullo), no un fin en sí mismas,
de lo que se puede deducir que el lugar central de todo el
desarrollo de la humanidad lo ocupa el hombre (gusano/
mariposa); puesto que él es el creador de los medios de
enriquecimiento social. Esto le ha permitido desplegar "nuevas
capacidades", las que le facilitan adaptarse a los cambios que
él mismo originó.
Pero, como el mismo cuento nos evidenció, nos
referimos a aquella persona que rompe
con las comodidades y lo cotidiano para adentrarse en lo
desconocido, ese es la futura mariposa que impulsa el cambio en
los demás y promueve el adelanto, siempre partiendo de su
experiencia.
A ese gusanito intrépido se le da el apelativo de
Líder. Y como se dijo al principio, es el otro elemento
fundamental para la competitividad
de las organizaciones actuales, ya que favorecen e impulsan el
desarrollo de esas "nuevas capacidades" que la evolución
clama. Hurgando nuevamente en la historia, no se puede perder de
vista que detrás de todo cambio hay un buen liderazgo.
Ya con los primeros filósofos como Sócrates,
Platón,
Aristóteles descubrimos las primeras
posiciones sobre el liderazgo, las cuales hoy día
aún se toman y reafirman. Evidentemente, como corren los
tiempos, hemos dejado a un lado algunas de esas primeras ideas
sobre el líder, como por ejemplo la concepción de
F. Nietzsche
sobre el líder como superhombre. Sin embargo, otras
están vigentes y actualmente han cobrado más
fuerza, lo que está dado por la crisis de
creencias que hay en el mundo moderno.
Es por esta razón que se hace difícil
conceptuar a un líder desde la actividad que realiza,
acudiéndose, por ende, a la búsqueda interior de la
persona como
medio para comprender la esencia del liderazgo.
Se ha demostrado que el líder solo
inspirará confianza, base para lograr un seguimiento
incondicional, a través de la integridad invariable de su
persona. Para eso debe saber dominarse a si mismo, conocer sus
capacidades y limitantes y como hacer un uso adecuado de ambas. A
través de este conocimiento
interior es que se logra ser un líder eficaz, lo que se
traduce en algo primordial para él: que la gente tenga
confianza y esperanza.
Ahora bien, no podemos quedarnos solamente en las
características personales de los
líderes, pues estaríamos cometiendo el error de
simplificar su valor. ¿Consideraría a una persona,
como, por ejemplo, Hitler un
líder?; probablemente contestaríamos que si, en
definitiva, supuestamente, cumple con todos los parámetros
del liderazgo. Pero ¿qué aportaron estos personajes
a la humanidad?
No basta con tener seguidores y "lograr" los
sueños propuestos, ya que hay que validar la legitimidad
de los mismos. Es por eso que sólo debemos referirnos a un
verdadero líder como aquel que aporta a lo sociedad
crecimiento, no destrucción, dirigiendo desde el saber y
no desde el poder. Eso nos
ayuda a no caer en la tentación de ver al líder
como el salvador del mundo en turno, pues no es así,
el hombre no
es perfecto y esa afirmación no es ajena a los
líderes, desmitificarlos es el primer paso para
descubrirlos y comprenderlos.
Analizando desde otra arista al liderazgo, encontramos a
la Visión, elemento medular que identifica al
líder. La visión juega un papel
fundamental en el éxito
de un buen liderazgo, pues constituye el motor principal
que impulsa al hombre a
buscar nuevos caminos y además es el punto de contacto con
el resto de las personas. En definitiva, es la visión o
sueño la que se comparte y por la que se decide caminar
juntos, amén de las características personales del
líder.
Mucho se podría hablar sobre la visión,
pero es muy revelador lo que J. Kotter plantea en su libro, en
donde dice que la Visión es la que sobrepasa las fuerzas
que sustentan las condiciones actuales. Y como una visión,
si no logra ser compartida, no tiene valor real, entonces la
misma debe ser: imaginable, deseable, factible, centrada (clara
para la toma de
decisiones), flexible (debe dar cabida a lo individual y a
los cambios), comunicable. Puede exigir sacrificios para dar paso
a un futuro mejor, pero no ignora los intereses al largo plazo de
ninguno de las personas involucradas en ella.
Toda esta argumentación sobre el liderazgo
demuestra que «la clave para crear y sostener la clase de
organización triunfadora del siglo es el
líder». El liderazgo es el factor que otorga mayor
autonomía a la fuerza de trabajo y por lo que determina
que una organización triunfe o no. Aunque falle la
estrategia, la
cultura o los
procesos cambien, si la empresa tiene
un buen liderazgo tiene la llave del progreso.
Ya que el mundo de hoy está en constante cambio,
motivado principalmente por los factores tecnológicos, no
podemos concebir el desarrollo de la vida social y más
concretamente organizacional sin la implicación de la
tecnología, pero tampoco podemos concebir que este
desarrollo se de sin la presencia de un líder, quien es el
propiciador de estos cambios.
Acotándonos a esta última
afirmación veamos qué condiciones "sine qua non" se
deben dar en los líderes de la nueva economía, que
faciliten la aceptación e implementación del cambio
(especialmente tecnológico) en las organizaciones
actuales. Como John P. Kotter plantea, «el proceso del
cambio no se emplea de manera efectiva a menos que esté
impulsado por un líder de alta calidad y no
simplemente por una administración excelente».
El líder y las organizaciones
Primero que todo, esta época de cambio
vertiginoso nos induce a cuestionarnos si la capacidad humana de
dirección estará a tono con las
necesidades y capacidades que se ofrecen. Toda
organización dispone de mucha información, pero eso
no significa que sepa buscar, recibir, procesar y filtrar esos
datos
lógicamente. Por eso un buen gerente debe
saber distinguir entre sociedad de la información y
sociedad del saber, ya que con ésta última se
incorpora el factor humano.
Es así que el líder empresarial debe estar
dotado de inteligencia
lógica
que lo capacite para racionalizar los negocios, de
inteligencia lingüística para favorecer la
comunicación y de inteligencia
interpersonal para poder trabajar efectivamente en los
equipos, siempre contando con inteligencia intrapersonal
que le de las herramientas
desde su propia persona, conociendo sus fortalezas y
debilidades.
A partir de los dones que le permiten al líder
manejar eficazmente las organizaciones actuales, podemos
adentrarnos en como el líder lo consolida y manifiesta en
las organizaciones.
1- Racionalizador de negocios
Para lograr ser un buen racionalizador de negocios, el
líder debe ser capaz, en primer lugar, de establecer dos
criterios básicos dentro de su organización que den
sentido al trabajo, como es la calidad y la dedicación. La
primera esta vinculada a nuestra experiencia con el valor y el
sentido de la vida, «es la calidad de la meta
perseguida, de la superioridad moral del
objetivo
último».
Un buen liderazgo está llamado a reorganizar la
economía, la que, en el capitalismo,
históricamente se ha organizado al margen de las personas,
buscando como fin exclusivo la ganancia. Por eso es
imprescindible que, sin olvidar nunca que el líder busca
la rentabilidad
de la organización, tengamos en cuenta que ésta se
logrará siempre y cuando se comprometa al capital humano
con los objetivos de
la organización y teniendo en cuenta también a los
clientes y
consumidores. De esta manera se cumple con la responsabilidad
social, factor primordial para el bienestar del pueblo. Por
esta razón deben crearse en este ejercicio de la ganancia,
valores como
la honestidad
comercial, libertad y la
justicia,
especialmente a la hora de repartir las riquezas.
Detrás de cada nombre existe una historia
personal.
Cuando nos interesamos por las demás personas, no
sólo en base a su rendimiento, nos convertimos en
líderes humanos. Eso hace que el líder deba ser
fuente de crecimiento y motivación
para ellos, debe lograr que el subordinado se sienta vinculado
con los resultados.
El líder no sólo debe aceptar el riesgo, sino
también debe comprometerse con él y con la innovación. Sin embargo, como negociante,
nunca debe perder el miedo ni regodearse en su éxito, pues
en la confianza está el peligro.
Los lideres, para ser una fuente de ventaja competitiva
sostenible, deben aprender permanentemente e incentivar el aprendizaje de
la organización en su totalidad. Esto permite que los
líderes sean efectivos, puesto que no basta sólo
con tener la visión sino también debe saber
administrarla.
El líder debe tener la capacidad de atraer a los
demás, lo que tributa en su extraordinaria
concentración en el compromiso con su visión, no
mística sino vinculada a los resultados y necesidades de
la organización y de los demás.
En una sociedad tan compleja y tecnológicamente
sofisticada la mayoría de los proyectos
requieren de muchas personas de talento que trabajen juntas,
haciéndose primordial fomentar la horizontalización
o participación. Ante esta circunstancia aparecen los
números "Dos" en las organizaciones, lo que actualmente
nombramos como co-líderes. Por eso se hace esencial crear
un buen equipo directivo para el éxito de la empresa, pues
ellos tienen un alcance más amplio del que pueda lograr el
líder por si solo.
Pero para adquirir el correcto funcionamiento de estos
equipos se necesita coherencia organizativa y enfoque,
haciéndose parte primordial en el liderazgo la capacidad
de pensar y actuar estratégicamente, de manera que sea
flexible y adaptable a las situaciones que se presenten en su
entorno. Esto aboga por la necesidad de una dirección unificada, que no sólo
favorezca el trabajo en
grupo sino que
también fomente el "pensamiento de
grupo" en la toma de
decisiones, donde, por ende, se identifique a un líder
que no obstaculice el desarrollo de la
organización.
2- Inteligencia
lingüística e Inteligencia interpersonal
Las organizaciones de hoy tienen la necesidad de
construir un lenguaje
común que cumpla las funciones
identitarias del cuerpo, es decir, que represente el sistema
unificador de todas las partes que conforman a la
organización. Esa tarea está en manos del
líder y sólo a través de la
comunicación efectiva el líder puede lograr
sintonizar a toda la organización con los objetivos de
la misma.
Para eso, el líder debe explicar muy bien las
razones del cambio y de por qué es necesario (hacerla
clara para los demás), sólo así puede ser
compartido y comprendido por todos, y no hablamos sólo de
clarificar o explicar algo, sino de crear significados. De esta
forma no se tomará como una amenaza a la integridad
profesional del trabajador y se evitaría la resistencia al
cambio, en el caso de la tecnología
disminuiríamos la "angustia" que ella provoca. En sus
manos esta hacer que la gente se sienta parte de lo que se
está creando, y así se influye para lograr metas en
grupos.
Así mismo, el líder también
comunica en la medida que cree metas apremiantes que los
empleados se preocupen por alcanzar (ya que deben ser proyectos que
desafíen su talento). Así las personas se organizan
a través de un propósito y trabajan para
alcanzarlo, manteniendo su individualidad. Es muy importante que
sientan que su líder les exige, pues eso demuestra que
confían en el talento de sus subordinados. Debe quedar
claro que con una comunicación inadecuada nuestras
expectativas serán muy diferentes a los resultados que se
obtengan finalizado el proceso, por eso es necesario alimentar el
feedback, que nos asegure que los procesos marchen como lo
previsto. Esto no significa que hay que ser maestros de la
palabra, a lo mejor la ausencia de ella es la mejor forma de
comunicarse.
El líder, en su intento por unificar criterios y
posturas para el bien común y de la empresa,
también debe saber afrontar los escenarios que surgen a
raíz de este esfuerzo y de su relación con el
entorno cambiante y plural. Así aparece el conflicto como
otro de los aspectos que más afectan al liderazgo actual.
Ante la inoperancia de las órdenes a través de una
cadena de mando y la necesidad de trabajar en grupo,
compartiéndose el papel de
líderes, aparecen las contradicciones que son normales
cuando existen relaciones
humanas, pero que aumentan el estrés y
la tensión en el trabajo. Estos conflictos no
se deben ver como enemigos, sino por el contrario, como
señales que indican en donde el líder debe aplicar
con mayor sapiencia sus capacidades lingüísticas e
interpersonales.
3- Inteligencia intrapersonal
Se plantea que el hombre es
al mismo tiempo, actor y autor de su propia historia. Por tanto
sólo asumiendo esta responsabilidad histórica en su existencia
cotidiana, se encuentra consigo mismo y se realiza como persona.
Es por eso que, como ser libre, tiene que elegir hasta lo
inevitable, única manera de hacer suyo cualquier proyecto humano,
con capacidad para trasformar las condiciones impuestas. Esta
transformación sólo tiene sentido a través
de la adhesión y elección de determinados valores.
Estos valores son la base para la construcción de la empresa que
requiere estos tiempos, ya que su fin último es mejorar la
calidad de nuestras vidas. La alta dirección es la
encargada de promoverlos a todo la organización y de crear
compromisos con esos valores. Los líderes están
llamados a lograr que cada individuo ejerza su responsabilidad, para liderar sus propias vidas,
ya que es una vocación personal.
De esta manera reconocemos que todos somos
potencialmente lideres de nuestro destino, por tanto no es
necesario esperar por otros para avanzar, en eso radica nuestra
libertad y
responsabilidad individual y social. Aunque las preguntas son
universales, las respuestas son personales, estamos llamados a no
dejarnos llevar por la corriente, la cual es pasajera, y
busquemos nuestro propio dirección, que nos tendrá
deparado una preciosa mariposa como resultado del
emprendimiento.
Finalmente, si quisiéramos descubrir
cuáles pueden ser algunos de los efectos de un buen
liderazgo en la organización, los vemos manifestados
en:
- Los empleados se sienten importantes
- Descubren el valor del aprendizaje y
la capacidad. - En la organización todos se sienten parte de
una "comunidad" - El trabajo es excitante.
El mundo de las organizaciones esta en constante
ebullición y la característica principal que los
define es la incertidumbre, producto de
que estos tiempos demanda de
ellas rapidez, flexibilidad y orientación al cliente. Esto
exige, no sólo conocer y aceptar los nuevos paradigmas que
se van imponiendo por la sociedad, sino que además implica
un esfuerzo profundo y sincero por intentar el cambio y hacerlo
parte de la propia organización, sin que la lleve a perder
su integridad e individualidad.
Entonces, si a consecuencia de la globalización y de la rapidez con que
aparecen nuevos descubrimientos tecnológicos no podemos
aferrarnos a las supuestas cosas seguras, debemos aceptar el
cambio como un nuevo desafío para el hombre. En
nuestras manos está mirarlo y utilizarlo como una
oportunidad para retar nuestras capacidades y desarrollar
nuestras potencialidades que tributen a la eficiencia de la
organización.
Volviendo a la historia de que partíamos en el
inicio, puede que en nuestras organizaciones encontremos posturas
muy similares a las adoptadas por el grupo de gusanos: ese miedo
por enfrentar lo desconocido, por dejar a un lado la comodidad,
lo bello, lo seguro, lo
conocido… e ir en busca de una "quimera". Por eso es que para
el éxito de las organizaciones en el mundo de hoy se hace
cada vez más imprescindible jóvenes valientes y
responsable con sus inquietudes, que una vez más nos
demuestra que no importa ir contra corriente si el fruto de la
decisión te transforma en lo que siempre soñaste,
no interesa el riesgo que esto
implique.
Pero lo que si no debemos olvidar son lo medios que nos
llevan a ese cambio. Es mediante ellos, en este caso la
tecnología, que podemos alcanzar de mejor forma esos
sueños, siempre y cuando sepamos encontrar el
límite exacto en que debamos abandonarlos, pues podemos
confundir la razón por la que estamos dentro del
"capullo", convirtiéndola en la
meta.
Eso nos demuestra que debemos estar atentos, porque si
en la exploración de estas nuevas condiciones para liderar
olvidamos quienes somos, motivados e influenciados por unos
cuantos cables interconectados, podemos dar por sentado que hemos
perdido el camino hacia el éxito y desde ese momento
estaríamos destinados, nuevamente, al fracaso o en el
mejor de los casos encontraríamos un nueva "rutina" a la
que aferrarnos y esclavizarnos. Porque aunque es innegable que
los avances tecnológicos que nos trajeron hasta
aquí han creado una serie de principios
básicos posicionados en el hombre moderno que nos puede
conducir, cuando se sabe usar, hacia una vida más digna y
completa, se ha podido constatar que, paradójicamente, las
distancias entre los hombres han aumentado, siendo cuestionable
su utilización actual.
Es así que cometemos un delito al admirar
obras sin reconocer que fueron engendradas por una grandeza
mayor: el hombre. El líder debe estar a la búsqueda
de las virtudes y la mejor utilización de nuestras
creaciones. Por eso hacemos un llamado a los líderes del
presente y para el futuro, nuestro éxito estará
dado en la medida en la que prestemos, como P. Drucker plantea:
«más atención a la máquina más
poderosa, la tecnología más avanzada, el software mejor desarrollado,
y base de todo invención realizada: el cerebro».
- Álvarez De Mon Santiago.
Globalización y nuevas tecnologías: retos del
liderazgo. Bilbao, enero/febrero, número 88,
1999. - Álvarez De Mon, Santiago. Estimular el
talento. Gestión. Buenos Aires.
Marzo/abril, volumen 6,
2001. - Bennis Warren. El fin del liderazgo. Harvard
Deusto Business Review, Bilbao, marzo/abril, número 95,
2000. - Bennis, Warren. Gestión. Buenos Aires,
Marzo/abril, volumen 6, ,
2001. - Colectivo de autores. El Hombre. Instituto
Internacional de teología a distancia. Madrid,
1995. - Drucker Peter F. Más allá de la
Revolución de la información. Harvard Deusto
Business Review, Madrid. Enero/febrero, número
100,2001. - Kotter, John P. El líder del cambio.
Méjico, 1997 - Peiró, José Ma. Organizaciones:
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1990. - Vázquez Dodero Juan Carlos y Albert
Domingo. Las nuevas tecnologías y los equipos
humanos: el nuevo escenario. Harvard Deusto Business Review,
Madrid, septiembre/octubre, número 104,
2001. - Siebel, Thomas M. Con el don de la
oportunidad. Gestión. Buenos Aires, Enero/febrero,
volumen 6,2001.
Autora:
Ingrid Expósito Lo Giudice
Lic. En Contabilidad y
Finanzas,
profesora del Centro de Estudios de Técnicas
de Dirección (CETED), adscrito a la Facultad de Contabilidad y
Finanzas de la
Universidad de la
Habana..