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Valores humanos




Enviado por crhiscou



    1. El valor y sus
      características
    2. Los valores
      Morales
    3. Las Normas Morales como
      expresión de los Valores Morales
    4. Conciencia
      Moral
    5. Valores Morales y Relaciones
      Humanas.
    6. Características y
      rasgos de las personas de éxito
    7. La importancia de la
      Inteligencia Emocional para Managers y
      Técnicos
    8. Definiciones
    9. Características de la
      Inteligencia Emocional
    10. Las Competencias
      Emocionales
    11. La Conciencia
      Emocional
    12. Valoración de Sí
      Mismo
    13. Caminos para
      mejorar
    14. Cuando las emociones se
      desbordan
    15. Cuando el trabajo es un
      infierno
    16. Los beneficios de la conciencia
      de uno mismo
    17. Conclusiones

     

    INTRODUCCION

    El presente trabajo sobre los valores,
    en el curso de Ética y
    Valores, nos
    ayudó a tener una visión más amplia de lo
    que sucede a diario con el comportamiento de algunas personas, y sus
    relaciones con los demás. En primer término se
    presentarán las generalidades sobre los valores,
    las clases de valores; las
    características de los valores
    morales; las normas morales
    como expresión de los valores
    morales; la conciencia
    moral;
    valores morales y relaciones
    humanas; e inteligencia
    emocional.

    En cada uno de los temas se presentarán nuevas
    definiciones y pensamientos de varios autores, los cuales
    sirven para ir formando pensamientos propios del diario vivir y
    relacionados al curso, para comprender mejor esta ciencia tan
    llena de situaciones filosóficas y de lógica según sea el
    caso.

    Todos los temas son bastante interesantes y hacen que
    nosotros los estudiantes tengamos que profundizar más en
    nuestros conocimientos éticos y morales, para que
    podamos verdaderamente darle solución a esos problemas
    reales que se nos presentarán como profesionales,
    consultores independientes o bien, poner todos nuestros
    conocimientos para el beneficio de una empresa en
    particular.

    Atentamente,

    El equipo de trabajo.

    CLASES DE
    VALORES

    Se entiende por valor
    moral todo
    aquello que lleve al hombre a
    defender y crecer en su dignidad de persona. El
    valor moral
    conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que
    mejora, perfecciona, completa.

         El valor moral perfecciona al
    hombre en
    cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en
    su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos
    cultura, por
    ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser hombre. Sin
    embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o
    el cometer un fraude,
    degradan a la persona,
    empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las
    acciones
    buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad,
    el buscar la justicia, le
    perfeccionan.

         El valor moral te lleva a
    construirte como hombre, a hacerte más
    humano.

         Depende exclusivamente de la
    elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos valores
    y esto sólo será posible basándose en
    esfuerzo y perseverancia. El hombre
    actúa como sujeto activo y no pasivo ante los valores
    morales, ya que se obtienen basándose en
    mérito.

         Estos valores perfeccionan al
    hombre de tal manera que lo hacen más humano, por
    ejemplo, la justicia
    hace al hombre más noble, de mayor calidad como
    persona.

         Para lograr comprender
    plenamente los valores morales debemos analizar la
    relación que éstos guardan con otro tipo de
    valores. Siendo el ser humano el punto de referencia para los
    valores, cabe ordenarlos de acuerdo con su capacidad para
    perfeccionar al hombre. Un valor cobrará mayor
    importancia en cuanto logre perfeccionar al hombre en un
    aspecto más íntimamente humano.

    Los valores infrahumanos: Son aquellos que sí
    perfeccionan al hombre, pero en aspectos más inferiores,
    en aspectos que comparte con otros seres, con los animales, por
    ejemplo. Aquí se encuentran valores como el placer, la
    fuerza, la
    agilidad, la salud.

    Los valores
    humanos inframorales: Son aquellos valores que son
    exclusivos del hombre, ya no los alcanzan los animales,
    únicamente el hombre.
    Aquí encontramos valores como los económicos, la
    riqueza, el éxito, por ejemplo. La inteligencia
    y el
    conocimiento, el arte, el buen
    gusto. Y socialmente hablando, la prosperidad, el prestigio, la
    autoridad,
    etc.

    Valores Instrumentales: Son comportamientos
    alternativos mediante los cuales conseguimos los fines
    deseados.

    Valores Terminales: Son estados finales o metas
    en la vida que al individuo le gustaría conseguir a lo
    largo de su vida.

     

    El valor y sus
    características

    Cuando hablamos de valor,
    generalmente nos referimos a las cosas materiales,
    espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc.,
    que permiten al hombre realizarse de alguna manera.

         El valor es, entonces, una
    propiedad de
    las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple
    hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede
    poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche puede ser
    útil además de bello.

         El valor es pues captado como
    un bien, ya que se le identifica con lo bueno, con lo perfecto
    o con lo valioso.

         El mal es, entonces, la
    carencia o la ausencia de bien. Se llama mal al vacío,
    es decir, a lo que no existe. Por ejemplo, el agujero en el
    pantalón, es la falta o ausencia de tela.

         Existen dos tipos de bienes; los
    útiles y los no útiles:

    Un bien útil se busca porque proporciona otro
    bien, es el medio para llegar a un fin. Por ejemplo, si voy a
    comprar un coche para poder ir al
    trabajo (utilidad) busco
    un coche de buena marca, de buen
    precio, que
    me sirva para mi fin, ir al trabajo.

    Un bien no útil, por el contrario, es el que se
    busca por sí mismo. Por ejemplo, las personas son
    bienes no
    útiles, porque valen por sí mismas, por el hecho
    de existir como seres humanos, tienen dignidad y no pueden ser
    usadas por los demás.

         Los valores valen por
    sí mismos, se les conozca o no. Van más
    allá de las personas, es decir, trascienden, por lo que
    son y no por lo que se opine de ellos.

         Todos los valores se refieren
    a las necesidades o aspiraciones humanas. Las personas buscamos
    satisfacer dichas necesidades.

         Éstas se pueden
    clasificar de la siguiente manera:

    Necesidades primarias: Son las necesidades
    fisiológicas que todo ser humano tiene que satisfacer,
    por ejemplo, el alimento, el vestido, la vivienda.

    Necesidades de seguridad:
    Se refieren al temor a ser relegados por los
    demás.

         Los valores físicos,
    como el afecto y la salud, así como los valores
    económicos, el poseer una existencia con un
    mínimo de confort, satisfacen en gran medida estas
    necesidades básicas.

    Necesidades sociales: Es cuando un núcleo
    familiar ya no es suficiente para el desarrollo
    de la persona por lo que tendemos a formar nuevos grupos de
    pertenencia. Se busca ser digno

    ante uno mismo y ser alguien ante los demás.
    Aquí encontramos valores como la fama, el poder, el
    prestigio, el amor y el
    afecto.

    Necesidades de autorrealización: Se refieren a
    encontrar un sentido a la vida, trascender en una obra
    creativa, luchar por un ideal, como la verdad, la belleza o la
    bondad. Estas necesidades se satisfacen por medio del cultivo
    de la ciencia,
    el arte, la moral y
    la religión.

    Las características de los valores
    son:

    Independientes e inmutables: son lo que son y
    no cambian, por ejemplo: la justicia, la belleza, el amor.

    Absolutos: son los que no están
    condicionados o atados a ningún hecho social,
    histórico, biológico o individual. Un ejemplo
    puede ser los valores como la verdad o la bondad.

    Inagotables: no hay ni ha habido persona alguna
    que agote la nobleza, la sinceridad, la bondad,

    el amor. Por
    ejemplo, un atleta siempre se preocupa por mejorar su marca.

    Objetivos y verdaderos: los valores se dan en
    las personas o en las cosas, independientemente que se les
    conozca o no. Un valor objetivo
    siempre será obligatorio por ser universal (para todo
    ser humano) y necesario para todo hombre, por ejemplo, la sobre
    vivencia de la propia vida. Las valores tienen que ser
    descubiertos por el hombre y sólo así es como
    puede hacerlos parte de su personalidad.

    Subjetivos: los valores tienen importancia al
    ser apreciados por la persona, su importancia es

    sólo para ella, no para los demás. Cada
    cual los busca de acuerdo con sus intereses.

    Objetivos: los valores son también
    objetivos
    porque se dan independientemente del conocimiento
    que se tenga de ellos. Sin embargo, la valoración es
    subjetiva, es decir, depende de las personas que lo juzgan. Por
    esta razón, muchas veces creemos que los valores
    cambian, cuando en realidad lo que sucede es que las personas
    somos quienes damos mayor o menor importancia a un determinado
    valor.

    Los valores
    Morales

    Como ya lo mencionamos son aquellos valores que
    perfeccionan al hombre en lo más íntimamente
    humano, haciéndolo más humano, con mayor calidad como
    persona.

         Los valores morales surgen
    primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de
    la familia,
    y son valores como el respeto, la
    tolerancia,
    la honestidad,
    la lealtad, el trabajo,
    la responsabildad, etc.

         Para que se dé esta
    transmisión de valores son de vital importancia la
    calidad de las relaciones con las personas significativas en su
    vida, sus padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y
    maestros. Es además indispensable el modelo y
    ejemplo que estas personas significativas muestren al
    niño, para que se dé una coherencia entre lo que
    se dice y lo que se hace.

         Además es de suma
    importancia la
    comunicación de la familia. Cuando
    el niño ha alcanzado la edad escolar se hará
    participe de esta comunicación abierta, en la toma de
    decisiones y en aportaciones sobre asuntos
    familiares.

        Posteriormente estos valores
    morales adquiridos en el seno de la familia
    ayudarán a insertarnos eficaz y fecundamente en la vida
    social. De este modo la familia
    contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la
    sociedad.

         Recordemos que una persona
    valiosa, es una persona que posee valores interiores y que vive
    de acuerdo a ellos. Un hombre vale entonces, lo que valen sus
    valores y la manera en como los vive.

         Ya en el ámbito
    social, la persona valiosa buscará ir más
    allá de "mi libertad",
    "mi comodidad o bienestar" y se traducirán estos valores
    en solidaridad,
    honestidad, libertad de otros, paz, etc.

    La libertad: La libertad
    parece ser el bien más preciado que posee el hombre.
    Libertad de conciencia,
    para alcanzar una vida coherente y equilibrada desde el
    interior, libertad de
    expresión, para poder difundir nuestras ideas y
    promover el debate y la
    discusión abierta, libertad de reunión como
    garantía para asociarme con aquellos que comparten
    ideales y trabajar por los mismos, libertad para elegir
    responsable y pacíficamente a nuestros
    gobernantes.

    La solidaridad:
    Surge cuando mi libertad, mi desarrollo y
    mi bienestar ya no son compatibles con las necesidades y
    desgracias de los demás. Ya no nos limitamos a compartir
    en el seno familiar, sino con los demás.

    A escala
    internacional supone que nuestro país debe ser solidario
    con los países más necesitados del planeta,
    compartir no sólo en el ámbito económico,
    también en el educativo y cultural.

    Compartir el
    conocimiento para combatir el analfabetismo y la incultura, para reducir
    enfermedades y
    epidemias, por ejemplo.

    La paz: Es quizás
    prioridad esencial de nuestro mundo, un mundo que ha sufrido
    dos grandes guerras, con
    consecuencias devastadoras para los pueblos y las personas, un
    mundo que todavía se enfrenta a un sinnúmero de
    conflictos
    locales y regionales.

         Una persona con altos valores
    morales promoverá el respeto al
    hombre, la cooperación y comprensión, una
    actitud
    abierta y de tolerancia,
    así como de servicio
    para el bienestar común

     

    Las Normas Morales
    como expresión de los Valores Morales

    Sin asumir posturas pesimistas o cínicas, sino
    propositivas, es necesario reconocer una realidad: en gran
    medida el comportamiento de la sociedad indica
    que se están dejando de asumir los valores morales, y en
    cambio se
    introyectan otros que podemos llamar antivalores, lo cual mina
    o denigra las relaciones
    humanas. Las causas pueden ser diversas y combinadas, como:
    el egoísmo excesivo, la influencia de algunos medios de
    información, conflictos
    familiares, padres irresponsables en la crianza de sus hijos,
    presiones económicas, pobreza, etc.;
    pero sobre todo el funcionamiento de un Sistema
    Educativo desvinculado de las necesidades actuales de los
    ciudadanos. Sin embargo, la formación escolar debe ser
    el medio que conduzca al progreso y a la armonía de toda
    nación; por ello, es indispensable que el
    Sistema
    Educativo Nacional, concretamente, renueve la curricula y las
    prácticas educativas del nivel básico
    principalmente, otorgando prioridad al ámbito
    problemático referido.

    El proceso de
    desvalorización siempre ha estado
    presente en todos los tiempos y civilizaciones; empero no tan
    acentuadamente como en la contemporaneidad. Aunque
    todavía existen personas que revelan una gran calidad
    humana, es decir, que asumen las normas universales de toda
    sociedad, tales como la responsabilidad, la humildad, la honradez, la
    solidaridad, el respeto, entre otras; la mayor parte de la
    población reproduce lo opuesto: la
    negligencia, el engaño, la agresividad, la envidia, etc.
    Sobran los ejemplos cotidianos que pueden comprobar esta
    hipótesis. Veamos tres casos: la escuela, la
    familia y la pareja.

    En el primero, lo único que se ha conseguido es
    reproducir una instrucción tradicional, desvinculada de
    las demandas efectivas de los mexicanos (Héctor Aguilar
    Camín et al.), 1995:46), y que, además, soslaya
    la enseñanza y práctica de los
    valores. Comúnmente, los problemas
    típicos de los alumnos pertenecientes a las instituciones de educación básica (particularmente
    en el grado de secundaria) son: irresponsabilidad en la
    elaboración de tareas escolares, falta de respeto a los
    profesores, agresividad física o verbal
    hacia los compañeros, vandalismo y demás. Para
    algunos adultos las actitudes
    anteriores podrían ser normales e incluso justificables
    ya que los cambios emocionales y físicos de la infancia a
    la adolescencia
    son diversos; pero tal no es una verdad absoluta sino
    circunstancial puesto que los individuos son impredecibles,
    distintos entre sí, únicos, y se desarrollan
    conforme a las variables y
    situaciones de su entorno. Por ello, los profesionales de la
    formación escolar deberán promover ambientes
    áulicos agradables y educar para evitar toda
    manifestación anémico social o de pérdida
    de valores. Desde esta perspectiva, la nueva educación del siglo XXI tendrá que
    ser esencialmente preventiva.

    Acerca del segundo, a pesar de ser considerada como
    primordial núcleo socializador y potencial transmisor de
    normas morales al sujeto, en varias ocasiones ha transitado por
    un proceso de
    degradación; tal es el caso de los que viven diversos
    niveles de violencia
    intra familiar, la desintegración, la envidia entre
    hermanos, la deshonestidad, la desigualdad o preferencia hacia
    algún hijo, la desconfianza o escasa comunicación, etc. Para contribuir
    activamente a la solución de estas problemáticas,
    una alternativa viable es que las instituciones educativas de
    dicho nivel fortalezcan sustantivamente y renueven cursos,
    asesorías pedagógicas generales y especializadas
    referentes a la enseñanza de los principios
    universales, con el fin de impartir una educación moral
    a los padres, en diferentes horarios y de acuerdo a su tiempo libre.
    De ahí que la familia tendrá que sostener
    correspondencia directa con la escuela.

    Respecto al tercero, tanto el matrimonio como
    el amor
    libre son loables sólo si son honestos y vislumbran
    proyección, es decir, si existe plenamente el
    sentimiento sincero y mutuo. No obstante, también se
    presentan condiciones contrarias: la infidelidad y el interés
    meramente material o económico, por ejemplo, lo cual
    resulta ser una relación bastante superficial, mundana,
    efímera en esencia. Ante esto, una vez más, se
    plantea necesariamente y con mayor alcance la
    impartición de los principios
    mencionados.

    Con base en la experiencia, las situaciones en las que
    se distinguen los llamados antivalores son diversas y
    permanentes; tal es el estilo de vida actual. El caso de
    México no es de los más extremos;
    el de los estadounidenses sí, "… basta consultar sus
    altos índices de criminalidad, prostitución, drogadicción, narcotráfico, alcoholismo,
    infidelidades conyugales, etc., para constatarlo" (HUMANIDADES
    196: 4). Así, las generaciones de estos tiempos se
    orientan hacia la decadencia.

    Todo lo anterior nos proporciona elementos para
    conformar el perfil del hombre contemporáneo o
    también llamado sujeto posmoderno.1 "La posmodernidad no destruye lo axiológico,
    sino solamente su fundamento absoluto, su punto de referencia.
    La posmodernidad inventa nuevos valores, pero todos
    ellos andan huérfanos de fundamento: hedonismo,
    egoísmo, … ausencia de sentido, … individualismo,
    agresividad, entre otros" (Colom y Mèlich, 1995: 53). Es
    el individuo de la contradicción: por un lado es quien
    produce y domina la nueva tecnología, posee ciertas aptitudes,
    ejecuta órdenes; por el otro, es un ser enajenado,
    alejado de los ideales, desmoralizado, que con facilidad
    estalla con violencia e intenta "aplastar" a sus semejantes. El
    panorama es desalentador, y los esfuerzos reivindicatorios
    tienen que centrarse en la escuela.

    Por último, la
    educación básica no es sólo una de
    tantas etapas de formación escolar, sino también
    es la base en la que se constituye la
    personalidad del individuo, o sea, el fundamento
    intelectual, moral, emocional, etc., que orientará su
    posterior desarrollo; lo principal. De ahí la
    importancia de la transformación de este nivel
    académico, que debe consistir en una
    reestructuración de la curricula y las prácticas
    escolares en las que los profesores y los alumnos aborden
    crítica y reflexivamente (Paulo Freire, 1997:40),
    mediante técnicas
    grupales, los diversos temas de actualidad: el racismo, las
    crisis
    económicas, la identidad
    nacional, la
    globalización, la sexualidad,
    etc., otorgando primordial importancia al fomento de los
    valores en coordinación con la familia. Sólo
    así es posible construir un nuevo modelo de
    sociedad, que se distinga por la justicia, la igualdad y
    la armonía.

     

    Conciencia
    Moral

    Todo ser humano tiene conciencia de que hay algo que
    está bien o mal moralmente hablando, pues posee lo que
    llamamos sentido moral, por otro lado también existe la
    conciencia moral, que es la valoración sobre la
    moralidad de un acto concreto.

    Si tomamos el término bueno, bien, en el
    sentido práctico, es aquello que mueve a la voluntad por
    medio de las representaciones de la razón, no a partir
    de causas subjetivas sino de modo objetivo,
    por razones válidas para todo ser racional como
    tal.

    Para que un acto sea bueno deben ser buenos los tres
    factores fundamentales que los motivan, esos tres factores
    son:

    1) Objeto- contenido (lo que se hace, la materia del
    acto)

    2) Circunstancias- (factores o aspectos que determinan
    y precisan el objeto, el quien, el cuándo, el
    cómo, etc.).

    3) Fin- (Intención o motivo del acto, aquello
    para lo que se hace).

    Basta con que uno de esos factores sea malo, para que
    todo el acto sea malo, ya que para los moralistas el fin bueno
    no justifica los medios
    malos.

    La conciencia moral está integrada por un
    elemento intelectual, un elemento afectivo y un elemento
    volitivo, el intelecto o razón juzga, aprueba o
    desaprueba el acto, el elemento afectivo nos da respuesta sobre
    los sentimientos hacia ese acto, y el volitivo que tiene una
    tendencia natural al bien y que lo hace querer el bien moral.
    Según Kant si el
    hombre fuera solo sensibilidad, sus acciones
    estarían determinadas por impulsos sensibles, si fuera
    únicamente racionalidad, serían determinadas por
    la razón. Pero el hombre es al mismo tiempo
    sensibilidad y razón, y en esta posibilidad de
    elección consiste la libertad que hace de él un
    ser moral.

    Podemos clasificar la conciencia moral como verdadera
    o errónea, en cierta, probable, dudosa, perpleja, justa,
    etc.

    Hablamos de conciencia verdadera cuando puede
    dictaminar objetivamente lo que es bueno o malo y es
    errónea cuando no puede hacerlo, de conciencia cierta
    cuando el juicio moral es firme y seguro, de
    probable cuando existen otras alternativas, dudoso cuando el
    juicio moral se suspende ante la duda, perplejo cuando existe
    colisión de deberes y justo cuando se juzga de manera
    adecuada el acto moral.

    ¿Pero cómo se forman esas
    conciencias?

    El hombre procura obrar con conciencia recta, ello
    supone autorreflexión y consulta a los demás,
    para ir adquiriendo una conciencia formada y madura.

    El problema se plantea cuando estamos en conciencia
    perpleja o en conciencia dudosa, como ya dijimos la conciencia
    perpleja supone un conflicto de
    deberes y tenemos que inclinarnos por el que nos parece
    más fuerte o imperioso, mientras que en la conciencia
    dudosa debemos descartar para salir de dudas y luego formar una
    conciencia moralmente cierta.

    La conciencia como norma subjetiva, se apoya en los
    principios morales o en el sentido moral. Los principios
    morales son expresiones de la ley moral
    natural.

     

    Valores Morales y
    Relaciones Humanas.

    Los Actos Humanos

    Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los
    Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero
    poseen ciertas diferencias:

    1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y
      libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en
      la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus
      facultades específicas, como son la inteligencia
      y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y
      son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el
      punto de vista de la
      Moral.
    2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de
      libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la
      digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre
      sólo pertenecen al hombre porque él los ha
      ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no
      está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a
      animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo
      tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como
      buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero
      desde otro punto de vista, como por ejemplo el
      fisiológico.

    Los actos, ya sean humanos o del hombre, tiene un
    cierto valor ontológico independiente del valor moral.
    El valor ontológico o metafísico de la conducta
    humana se refiere al hecho real, a la existencia, a la
    objetividad del acto. En cambio el
    valor moral depende de ciertas condiciones subjetivas y propias
    de la persona que ejecuta dicho acto, como la intención,
    la libertad, el grado conciencia, etc. El valor moral se
    encuentra solo en los actos humanos y el valor
    ontológico se encuentra en ambos.

    Cuando se dice que un acto humano tiene un valor
    moral, se está implicando que este valor moral puede ser
    de signo positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo,
    tiene valor moral positivo, pero asesinar tiene un valor moral
    negativo. Normalmente hemos designado al valor moral negativo
    como "inmoral", pero esta palabra, en su etimología,
    indica mas bien un desligamiento del valor moral y los
    únicos actos que están desligados de los valores
    morales son los actos del hombre, pero estos ya han sido
    calificados como "amorales".

    Todo acto humano tiene un elemento psíquico que
    también es motivo de una valoración moral, este
    es el "Fin" o "intención" que es el objetivo o finalidad
    por la cual se realiza un acto humano, por medio del fin o
    intención dos actos humanos idénticos pueden
    diferir notablemente por el autor que realizó cada
    acto.

    La palabra "Fin" tiene varios significados, desde
    luego no se tomará en cuenta el que se refiere a lo
    último, lo extremo. La palabra fin significa
    intención, objetivo, finalidad.

    La palabra fin tiene una doble división cuando
    significa objetivo o finalidad.

    1. Cuando significa objetivo, suele considerarse el fin
      próximo (es el que se subordina a otros), el fin
      último (no se subordina a ningún otro), el fin
      intermedio (participa de los dos, o sea, se subordina al fin
      último y él mismo mantiene subordinado al fin
      próximo).
    2. Cuando hablamos del fin como intención o
      finalidad, podemos referirnos al fin intrínseco del acto
      (es el que posee la acción misma de acuerdo a su propia
      naturaleza)
      o al fin del sujeto que ejecuta el acto (es el que de hecho
      intenta el actor de la acción, en algunas ocasiones este
      fin difiere con respecto al fin del acto).

    Otro aspecto que ha estado
    conectado a la Ética desde el tiempo de Aristóteles es el tema de la felicidad.
    La felicidad es la actualización de las potencias
    humanas, es decir, la realización y el ejercicio de a
    facultades y demás capacidades del hombre. Cuando el
    hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia
    natural es la felicidad. Además, éste es el fin
    propio del hombre. El hombre está hecho para ser feliz.
    Desde el punto de vista de la Filosofía y la Psicología, la
    felicidad es la consecuencia normal de un funcionamiento
    correcto del ser humano. Se pueden distinguir tres tipos o
    niveles de felicidad:

    1. La Felicidad Sensible. Es la experiencia de
      satisfacción y beneplácito a partir de los
      sentidos.
    2. La Felicidad Espiritual. Es superior a la sensible y
      se obtiene por el correcto funcionamiento de las
      potencialidades humanas en un nivel suprasensible, como la
      inteligencia, la voluntad, el amar, la libertad, el arte, las
      virtudes, etc.
    3. La Felicidad Profunda. Proviene del núcleo de
      identidad
      personal. Es
      una felicidad más refinada que las dos anteriores y
      sólo se percibe cuando el individuo capta su propio
      núcleo por medio de un conocimiento
      conceptual y matemático.
    • Cuando disponemos de los recursos
      emocionales adecuados, lo que anteriormente parecía
      amenazador, podemos terminar abordándolo como un
      desafío y afrontarlo con energía y hasta con
      entusiasmo.

     

    Inteligencia
    Emocional

    "Las normas que gobiernan el mundo laboral
    están cambiando. En la actualidad no sólo se nos
    juzga por lo más o menos inteligentes que podamos ser ni
    por nuestra formación o experiencia, sino también
    por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos o con
    los demás."

    Según la gran cruzada de Goleman: que desde
    todos los ámbitos posibles se comience a considerar la
    inteligencia
    emocional y sus competencias
    como claves para el éxito
    personal y
    profesional. He aquí alguna colección de frases
    más que ilustran sus planteamientos:

    • Los argumentos más convincentes y poderosos se
      dirigen tanto a la cabeza como al corazón.
      Y esta estrecha orquestación entre el pensamiento
      y el sentimiento es posible gracias a algo que podíamos
      calificar como una especie de autopista cerebral, un conjunto
      de neuronas que conectan los lóbulos prefrontales el
      centro ejecutivo cerebral, situado inmediatamente detrás
      de la frente y que se ocupa de la toma de
      decisiones-con la región profunda del cerebro que
      alberga nuestras emociones.
    • De este modo, resulta ciertamente paradójico
      que las habilidades "blandas" tengan una importancia decisiva
      en el éxito profesional en los dominios más
      duros.
    • La excelencia depende más de las competencias
      emocionales que de las capacidades cognitivas.
    • Incluso en las profesiones técnicas
      y científicas, el pensamiento
      analítico ocupa un tercer lugar, después de la
      capacidad de influir sobre los demás y de la
      motivación de logro.
    • A la hora de tomar una decisión, "el primer
      paso es siempre muy consciente, deliberado y analítico,
      pero no debemos desdeñar el aspecto emocional porque
      ambos son igualmente importantes. Es lo que se denomina
      corazonada, intuición.
    • La capacidad de percibir este tipo de sensaciones
      subjetivas tiene un origen evolutivo. Las regiones cerebrales
      implicadas en las sensaciones viscerales son mucho más
      antiguas que las del centro del pensamiento
      racional.
    • Los circuitos
      nerviosos ligados a los centros emocionales (la
      amígdala) nos proporcionan una respuesta
      somática- una sensación visceral- de la
      decisión que debemos tomar.
    • La expresión clásicamente utilizada
      para referirse a este tipo de sensibilidad que nos orienta es
      la de sabiduría.
    • Nuestra mente no está organizada como un
      ordenador que pueda brindarnos una pulcra copia impresa de los
      argumentos racionales a favor y en contra de una determinada
      decisión, basándose en todas las ocasiones
      anteriores en que hayamos tenido que afrontar una
      situación similar. En lugar de ello, la mente hace algo
      mucho más elegante, calibrar el poso emocional que han
      dejado las experiencias previas y darnos una respuesta en forma
      de presentimiento o sensación visceral.

     

    Características y rasgos de las personas
    de éxito

    Para ilustrar su tesis, el
    autor toma nota de varias investigaciones
    en las que se recogen las características de lo que se
    denominan "trabajadores estrella" así como las
    características que los empresarios buscan actualmente
    en los trabajadores.

    Las investigaciones
    que a lo largo de las décadas han tratado de rastrear
    los talentos de los trabajadores "estrella" nos indican que
    existen dos habilidades que se han vuelto cruciales en los
    noventa: la formación de equipos y la capacidad de
    adaptarse a cambios.

    Existen un conjunto completamente nuevo de capacidades
    que están comenzando a perfilarse como rasgos
    distintivos de los trabajadores estrella, entre las que cabe
    destacar la capacidad de servir de catalizador del cambio y
    el aprovechamiento de la diversidad.

    Descubrimos que existen algunas competencias que
    diferenciaban a los trabajadores estrella de los otros. A
    saber: empatía, autodisciplina, iniciativa.

    Para afrontar adecuadamente las situaciones
    emocionales en sumo grado hace falta ser un buen mediador, es
    decir, hay que ser capaz de despertar la confianza de los
    demás y de establecer un adecuado rapport con ellos, es
    decir, saber escuchar, ser capaz de persuadir y saber
    aconsejar. En palabras de este mismo directivo: "para poder
    alentar la confianza de los demás usted debe ser
    consciente de sí mismo, asumir el punto de vista de los
    demás y ser también capaz de estar plenamente
    presente".

    La única habilidad cognitiva que diferencia a
    los directivos "estrella" de los mediocres es la capacidad de
    reconocer pautas, es decir la capacidad de extraer la información necesaria para comprender las
    tendencias más relevantes y forjarse una "visión
    global" que permita planificar estrategias de
    acción para el futuro.

    Los mejores siempre están dispuestos, por
    ejemplo, a quedarse un tiempo extra para ayudar a sus
    compañeros a concluir un proyecto y no
    se guardan para sí los pequeños descubrimientos
    que pueden facilitar el trabajo
    sino que los comparten abiertamente. Son personas que no
    compiten, sino colaboran.

    Las competencias emocionales más relevantes
    para el éxito caen dentro de los tres grupos
    siguientes:

    • Iniciativa, motivación de logro y
      adaptabilidad
    • Influencia, capacidad para liderar equipos y
      conciencia política
    • Empatía, confianza en uno mismo y capacidad de
      alentar el desarrollo de los demás.

    En un mundo tan cambiante encontramos que la
    flexibilidad, la posibilidad de adaptarse al cambio es
    más importante que la experiencia.

    Sólo cuando una persona muestra un
    amplio ramillete del espectro total de las competencias
    emocionales existe la posibilidad de que alcance lo que Mc
    Clelland denominó "punto crítico", una
    condición que permite descollar como un trabajador
    "estrella" y desempeñar una función
    semejante a la de los catalizadores en ciertas reacciones
    químicas.

    ¿Qué buscan actualmente los
    empresarios de los trabajadores?

    1. Capacidad de escuchar y de comunicarse
      verbalmente.
    2. Adaptabilidad y capacidad de dar una respuesta
      creativa ante los contratiempos y los
      obstáculos.
    3. Capacidad de controlarse a sí mismo,
      confianza, motivación para trabajar en la
      consecución de determinados objetivos,
      sensación de querer abrir un camino y sentirse orgulloso
      de los logros conseguidos.
    4. Eficacia grupal e interpersonal, cooperación,
      capacidad de trabajar en equipo y habilidad para negociar las
      disputas.
    5. Eficacia dentro de la
      organización, predisposición a participar
      activamente y potencial de liderazgo.

    Características y rasgos de las personas que
    fracasan

    • Pero si estas son las competencias de los
      trabajadores estrella y por tanto, las que lo empresarios
      valoran más en la actualidad, las características
      y rasgos de las personas que fracasan son:
    • Las conclusiones de una investigación realizada con altos
      ejecutivos que había acabado fracasando arrojaban los
      siguientes rasgos en común:
    • Rigidez: incapacidad para adaptarse al cambio e
      imposibilidad para asimilar o responder adecuadamente a la
      retroalimentación sobre los rasgos que
      deben cambiar o mejorar. Con poco desarrollo de la capacidad de
      escuchar y aprender.
    • Relaciones muy pobres: personas que critican muy
      severamente, insensibles o exigencias exageradas que terminan
      confundiendo a sus subordinados.
    • Las diferencias entre los directivos que triunfan y
      los que fracasan suele girar en torno a dos de
      las principales dimensiones de las competencias emocionales que
      enumeramos a continuación:
    • Autocontrol: los jefes que fracasan soportan mal la
      presión
      y tienden al mal humor y los ataques de cólera. El
      directivo con éxito no pierde el equilibrio
      durante las situaciones tensas, sino que aun en medio de la
      crisis
      mantienen su serenidad.
    • Responsabilidad: los fracasados reaccionen
      defensivamente ante los errores y las críticas,
      negándolas, encubriéndolas o intentado descargar
      su responsabilidad sobre otras personas
    • Fidelidad: los errores están ligados al exceso
      de ambición, al deseo de seguir adelante a expensas de
      los demás. Los directivos que triunfan muestran un
      profundo interés
      por las necesidades de sus subordinados.
    • Habilidades sociales: los que fracasan muestran un
      exceso de arrogancia, agresividad o prepotencia.
    • Establecimiento de vínculos y aprovechamiento
      de la diversidad: los directivos que fracasan son incapaces de
      crear una red de
      cooperación y relaciones provechosas.

     

    La importancia de la
    Inteligencia Emocional para Managers y
    Técnicos

    Cientos de millones de dólares, euros y monedas
    de todo tipo se gastan los managers y directivos al año en
    formación. Desde luego, si hay algo que preocupa es el
    desarrollo de líderes en las organizaciones,
    esta perspectiva no escapa de la Inteligencia Emocional, como
    tampoco se escapa el desarrollo de estas competencias a los
    técnicos tan importantes en la era de los
    "bits"

    El principio de Peter, que afirma que uno se ve
    promocionado hasta que alcanza su nivel de incompetencia muestra como, el
    hecho de que una persona sea ascendida por sus buenos
    conocimientos técnicos no presupone que vaya a ser un buen
    jefe, ya que la situación de dirigir personas es nueva
    para él. Este principio explica porqué el entorno
    laboral se
    encuentra saturado de malos jefes.

    Stephen Rosen del MIT explica respecto a los
    científicos y los técnicos: "Cuanto más
    inteligentes son, mayor es también su incompetencia
    emocional y social. Es como si el músculo intelectual se
    hubiera fortalecido a expensas de los músculos de las
    competencias personal y social" A este fenómeno lo
    denomina "Incapacidad Aprendida".

     

    Definiciones

    Antes de introducirnos en los conceptos manejados,
    conviene invertir algo de tiempo en saber como entiende el autor
    conceptos como competencia,
    inteligencia práctica o incluso competencia
    emocional:

    La inteligencia emocional, una destreza que nos permite
    conocer y manejar nuestros propios sentimientos, interpretar o
    enfrentar los sentimientos de los demás, sentirnos
    satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez crear
    hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad.

    • Una competencia es un rasgo personal o un
      conjunto de hábitos que llevan a un desempeño laboral superior o más
      eficaz o, por decirlo de otro modo, una 0habilidad que aumenta
      el valor económico del esfuerzo que una persona realiza
      en el mundo laboral.
    • Inteligencia práctica: una
      combinación de destreza y experiencia. Así pues,
      aparte del CI son nuestras habilidades prácticas y las
      capacidades técnicas
      que podamos dominar las que determinarán nuestro
      desempeño cotidiano.
    • La pericia es, en gran medida, una
      combinación entre el sentido común y los
      conocimientos y habilidades concretos necesarios para
      desempeñar adecuadamente nuestro trabajo. La pericia se
      adquiere mediante el aprendizaje
      cotidiano y nos permite comprender los entresijos de una
      determinada profesión, un conocimiento real que
      sólo puede ser fruto de la práctica.
    • Una competencia emocional es una capacidad
      adquirida basada en la inteligencia emocional que da lugar aun
      desempeño laboral sobresaliente.
    • Nuestra inteligencia emocional determina la
      capacidad potencial de que dispondremos para aprender las
      habilidades prácticas basadas en uno de los siguientes
      elementos compositivos: la conciencia de uno mismo,
      la
      motivación, el autocontrol, la empatía y la
      capacidad de relación.

     

    Características de la Inteligencia
    Emocional

    Veamos a continuación como el autor define las
    características más importantes de la Inteligencia
    emocional

    Las habilidades de la inteligencia emocional son
    sinérgicas respecto de las cognitivas y los trabajadores
    estrella tienen unas y otras.

    Las emociones
    descontroladas pueden convertir en estúpida a la gente
    más inteligente.

    Pero el hecho de poseer una elevada inteligencia
    emocional, no garantiza que la persona haya aprendido las
    competencias emocionales que más importan en el mundo
    laboral sino tan sólo que está dotada de un
    excelente potencial para desarrollarlas.

    Las conclusiones de un estudio realizado en Harvard
    exponen que las personas pueden experimentar intuitivamente, en
    los primeros treinta segundos de un encuentro, la
    impresión básica que tendrán a los quince
    minutos…o al cabo de medio año.

    La intuición y las sensaciones viscerales
    constituyen un índice de nuestra capacidad para captar los
    mensajes procedentes del almacén
    interno de recuerdos emocionales, nuestro patrimonio
    personal de sabiduría y sensatez (…)

    Las características de las capacidades de la
    inteligencia emocional son:

    • Independencia. Cada persona aporta una
      contribución única al desempeño de su
      trabajo.
    • Interdependencia: cada individuo depende en cierta
      medida de los demás.
    • Jerarquización: las capacidades de la
      inteligencia emocional se refuerzan mutuamente.
    • Necesidad pero no suficiencia… poseer las
      capacidades no garantiza que se acaben
      desarrollando.
    • Genéricas…se pueden aplicar por lo
      general a todos los trabajos, pero cada profesión exige
      competencias diferentes.

     

    Las
    Competencias Emocionales

    El desarrollo conceptual de libro sigue la
    definición y la explicación de las competencias
    emocionales

    Competencia personal. Determinan el modo en que nos
    relacionamos con nosotros mismos

    Conciencia de uno mismo: conciencia de nuestros
    propios estados internos, recursos e
    intuiciones.

    • Conciencia emocional: reconocer las propias emociones
      y efectos
    • Valoración adecuada de uno mismo: conocer las
      propias fortalezas y debilidades.
    • Confianza en uno mismo: seguridad en
      la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre
      nuestras capacidades

    Autorregulación: control de
    nuestros estados, impulsos y recursos internos

    • Autocontrol: capacidad de manejar adecuadamente las
      emociones y los impulsos conflictivos
    • Confiabilidad: fidelidad al criterio de sinceridad e
      integridad
    • Integridad: asumir la responsabilidad de nuestra
      actuación personal
    • Adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los
      cambios
    • Innovación: sentirse cómodo y abierto
      ante las nuevas ideas, enfoques e
      información.

    Motivación: las tendencias emocionales que
    guían o facilitan el logro de nuestros
    objetivos.

    • Motivación de logro: esforzarse por mejorar o
      satisfacer un determinado criterio de excelencia.
    • Compromiso: secundar los objetivos de un grupo u
      organización.
    • Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta
      la ocasión.
    • Optimismo: persistencia en la consecución de
      los objetivos a pesar de los obstáculos y los
      contratiempos.

    Competencia social. Determinan el modo en que nos
    relacionamos con los demás

    Empatía: conciencia de los sentimientos,
    necesidades y preocupaciones ajenas

    • Comprensión de los demás: tener la
      capacidad de captar los sentimientos y los puntos de vista de
      otras personas e interesarnos activamente por las cosas que les
      preocupan
    • Orientación hacia el servicio:
      anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los
      clientes
    • Aprovechamiento de la diversidad. Aprovechar las
      oportunidades que nos brindan diferentes tipos de
      personas
    • Conciencia política: capacidad
      de darse cuenta de las corrientes emocionales y de las
      relaciones de poder subyacentes en un grupo

    Habilidades sociales: capacidad para inducir
    respuestas deseables en los demás

    • Influencia: utilizar tácticas de
      persuasión eficaces
    • Comunicación: emitir mensajes claros y
      convincentes
    • Liderazgo: inspirar y dirigir a grupos y
      personas
    • Catalización del cambio: iniciar o dirigir los
      cambios
    • Resolución de conflictos: capacidad de
      negociar y resolver conflictos
    • Colaboración y cooperación: ser capaces
      de trabajar con los demás en la consecución de
      una meta común
    • Habilidades de equipo: ser capaces de crear la
      sinergia
      grupal en la consecución de metas colectivas

     

    La
    Conciencia Emocional

    La capacidad de reconocer el modo en que nuestras
    emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar
    nuestros valores como guía en el proceso de toma de
    decisiones.

    Conciencia emocional: Reconocer nuestras emociones y
    sus efectos

    Las personas dotadas de esta competencia:

    • Saben qué emociones están sintiendo y
      porqué
    • Comprenden los vínculos existentes entre sus
      sentimientos, sus pensamientos, sus palabras y sus
      acciones
    • Conocen el modo en que sus sentimientos influyen
      sobre su rendimiento
    • Tienen un conocimiento básico de sus valores y
      sus objetivos

    Richard Boyatzis define la conciencia de sí mismo
    como: "la capacidad de permanecer atentos, de reconocer los
    indicadores y
    sutiles señales internas que nos permiten saber lo que
    estamos sintiendo y de saber utilizarlas como guía que nos
    informa de continuo acerca del modo como estamos haciendo las
    cosas"

    La conciencia emocional comienza estableciendo contacto
    con el flujo de sentimientos que continuamente nos
    acompaña y reconociendo que estas emociones tiñen
    todas nuestras percepciones, pensamientos y acciones y un modo
    que nos permite comprender el modo en que nuestros sentimientos
    afectan también a los demás.

    El flujo de los sentimientos

    El trasfondo de nuestra vida emocional discurre de un
    modo parejo al flujo de nuestros pensamientos. En el fondo de
    nuestra conciencia siempre existe algún estado de
    ánimo que, aunque, por lo general, no nos percatemos de
    los sutiles estados de ánimo que fluyen y refluyen
    mientras llevamos a cabo nuestra rutina cotidiana. Pero el
    día a día hace que estemos mucho más
    preocupados por nuestro flujo de pensamientos,
    sumergiéndonos en la tarea que estamos llevando a cabo sin
    percibir los sentimientos que esto genera en nosotros. Para
    sensibilizarnos de este ruido
    subterráneo de estados de ánimo y emociones es
    necesario que hagamos una pausa mental, pausa que raramente nos
    permitimos. Nuestros sentimientos nos acompañan siempre,
    pero raramente nos damos cuenta de ellos, por el contrario,
    solamente nos percatamos cuando éstas se han
    desbordado.

    Es como si nuestras emociones tuvieran su propia agenda,
    pero nuestras agitadas vidas no le dejaran espacio ni tiempo
    libre y, en consecuencia, se vieran obligadas a llevar una
    existencia subterránea. T toda esa presión
    mental termina sofocando esa voz interna que constituye la
    más segura brújula para navegar adecuadamente por
    el océano de la vida.

    A las personas incapaces de reconocer cuales son sus
    propios sentimientos los podríamos denominar "analfabetos
    emocionales".

    En ciertas personas, esta sordera emocional constituye
    una especie de olvido de los mensajes que nos manda nuestro
    cuerpo en forma, por ejemplo, de jaqueca crónica, dolor
    lumbar o ataques de ansiedad.

    Pero la conciencia de uno mismo es una habilidad que
    puede ser cultivada, por ejemplo con la meditación
    cotidiana.

    Dejarnos guiar por nuestra brújula
    interna

    La conciencia de uno mismo constituye una especie de
    barómetro interno que nos dice si la actividad que estamos
    llevando a cabo, o la que vamos a emprender, merece realmente la
    pena. Los sentimientos nos proporcionan una imagen global de
    toda situación. Y, en el caso de que existan discrepancias
    entre nuestros valores y nuestros sentimientos, el resultado
    será una profunda inquietud en forma de culpabilidad,
    vergüenza, dudas, ensoñaciones, inquietud,
    remordimientos o similares. Y todo ese ruido de fondo
    actúa a modo de niebla emocional que inspira sentimientos
    que pueden acabar saboteando todos nuestros esfuerzos.

    Algunas investigaciones demuestran que los trabajadores
    estrella efectúan elecciones que les permiten trabajar
    dejando intacta o fortalecida su autoestima,
    tienen en cuenta el tipo de proyecto que
    más les interesa, el tipo de personas con quienes puede
    resultar más estimulante trabajar y qué
    contribución personal pueden hacer para mantener la
    eficacia.

    Dirigir la propia vida

    Como dice el refrán: "si no sabes hacia donde te
    diriges, cualquier camino sirve", lo cual significa que, cuanto
    menos conscientes seamos de lo que realmente nos apasiona,
    más perdidos nos hallaremos… Y este ir a la deriva puede
    llegar incluso a dañar seriamente nuestra salud. Tal vez
    sea por esto por lo que las personas que sienten que su trabajo
    no les permite aprovechar sus potencialidades o que sienten que
    su actividad es rutinaria y aburrida, corren un mayor riesgo de
    experimentar dolencias cardiacas.

    La conciencia de nosotros mismos nos proporciona, pues,
    una brújula segura para armonizar nuestras decisiones con
    nuestros valores más profundos.

     

    Valoración
    de Sí Mismo

    El reconocimiento sincero de nuestros puntos fuertes
    y de nuestras debilidades, la visión clara de los puntos
    que debemos fortalecer y la capacidad de aprender de la
    experiencia.

    Conocer nuestros recursos, nuestras capacidades y
    nuestras limitaciones internas

    Las personas dotadas de esta competencia:

    • Son conscientes de sus puntos fuertes y de sus
      debilidades
    • Reflexionan y son capaces de aprender de la
      experiencia
    • Son sensibles al aprendizaje
      sincero de la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la
      formación continua y a desarrollo de sí
      mismo.
    • Cuentan con un sentido del humor que les ayuda a
      tomar distancia de sí mismos.

    Puntos ciegos

    El primer paso necesario para aumentar nuestra eficacia consiste
    en identificar una necesidad que debamos mejorar aunque esta
    conciencia pueda ser sumamente difícil de
    alcanzar.

    Los ejecutivos fracasados parecen mostrarse muy poco
    dispuestos a reconocer sus propios errores y desdeñan a
    las personas que osan señalárselos. Su resistencia es un
    claro ejemplo, de que no pueden hacer nada por cambiar las
    cosas.

    Una de las informaciones más difíciles de
    conseguir dentro del mundo empresarial es un "re-aprendizaje"
    constructivo y sincero de lo que estamos haciendo, especialmente
    de nuestros errores. Pasamos mucho más tiempo criticando
    los errores de las personas que haciéndoselos ver abierta
    y sinceramente… Parece como si existiera una especie de pacto
    fáustico, una confabulación que nos lleva a actuar
    como si todo estuviera bien, cuando en realidad no lo
    está.

    Siempre que alguien se comporta así en una
    situación determinada expresa los signos
    inequívocos de la existencia de un "punto
    ciego".

    A continuación enumeramos algunos de los puntos
    ciegos más comunes y costosos, determinados a partir de un
    estudio realizado por Robert E. Kaplan:

    • Ambición ciega: compite en lugar de cooperar,
      jactancioso
    • Objetivos poco realistas
    • Esfuerzo desmedido
    • Intromisión
    • Sed de poder
    • Necesidad insaciable de reconocimientos
    • Preocupación por las apariencias
    • Necesidad de parecer perfecto

    La función de
    estos puntos ciegos no es otra que la de impedir que la gente
    llegue a conocerse así mismos, puesto que tal cosa les
    obligaría a admitir algo, sus propios errores, que no
    están dispuestos a reconocer.

    Esto te hace que seas refractario a cualquier
    aprendizaje de la experiencia.

    Todos estos puntos ciegos son hábitos aprendidos
    y, en consecuencia, si tenemos alguna carencia en uno o en otro
    sentido, siempre podemos aprender a hacer mejor las
    cosas.

     

    Caminos para
    mejorar

    Los trabajadores estrella buscan deliberadamente el
    feedback y desean conocer la opinión que los demás
    tienen de ellos porque saben que se trata de una
    información sumamente valiosa. También las personas
    que se conocen muy bien a sí mismas son buenos
    trabajadores ya que su autoconciencia les permite corregir
    continuamente sus fallos.

    La conciencia de uno mismo es un instrumento
    valiosísimo para el cambio, especialmente si nuestra
    necesidad de cambio se halla en consonancia con nuestras propias
    metas personales, con nuestra misión y
    con nuestros valores fundamentales, entre los que se encuentra el
    hecho de que intentar mejorar es algo positivo.

    Confianza en Sí Mismo

    El coraje que se deriva de la certeza en nuestras
    capacidades, valores y objetivos

    Una sensación muy clara de nuestro valor y de
    nuestras capacidades

    Las personas dotadas de esta competencia:

    • Manifiestan confianza en sí mismas y poseen
      presencia
    • Pueden expresar puntos de vista importantes y
      defender sin apoyo de nadie lo que consideran
      correcto.
    • Son emprendedores y capaces de asumir decisiones
      importantes a pesar de la incertidumbre y las
      presiones.

    La confianza en sí mismo es la condición
    indispensable de toda actuación sobresaliente porque, a
    falta de ella, las personas solemos carecer de la suficiente
    convicción para afrontar las dificultades que se nos
    presentan. La confianza en nosotros mismos nos proporciona, en
    suma, la suficiente seguridad como para asumir el papel de
    líder.

    Para los que carecen de confianza en sí
    mismos:

    • Cada fracaso confirma su sensación de
      incompetencia
    • Se manifiestan sentimientos de impotencia,
      inoperancia y una abrumadora sensación de
      inseguridad
    • Tienen el temor de parecer completos
      ineptos
    • Renuncian fácilmente a las propias opiniones y
      juicios, incluso las buenas ideas, cuando estas se ven
      cuestionadas
    • Se muestran con indecisión crónica,
      especialmente bajo presión
    • Se asustan ante el más mínimo riesgo
    • No saben comunicar las ideas
      útiles

    Un exceso de confianza en sí mismos puede
    producir:

    • Arrogancia (sobre todo si la persona no tiene
      habilidades)
    • Puede ser una manifestación de ausencia de
      realidad

    Las personas con una adecuada confianza en sí
    mismos:

    • Se muestran eficaces
    • Capaces de asumir desafíos y dominar nuevas
      tareas, a pesar de las posibles críticas en
      contra
    • Se ven a sí mismos como catalizadores,
      promotores e iniciadores
    • Justifican adecuadamente sus decisiones y acciones,
      mostrándose firmes ante ellas.
    • Te da energías suficientes como para tomar
      decisiones
    • Tienen el valor de expresarse, de decir lo que
      realmente opinan

    Tener talento y creer en él

    La confianza en uno mismo está muy ligada a lo
    que se denomina "auto eficacia", el juicio positivo de nuestra
    capacidad de actuar. Pero la auto eficacia no es lo mismo que
    nuestras capacidades reales, sino más bien lo que creemos
    que podemos llegar a hacer con ellas. Por sí sola nuestra
    capacidad no basta para garantizar el desempeño
    óptimo, sino que también debemos creer en ella para
    poder sacarle el máximo provecho.

    Existe una relación muy estrecha entre la
    conciencia de uno mismo y la auto confianza. Cada uno de nosotros
    dispone de un mapa interno de sus propias preferencias,
    capacidades y deficiencias.

    Autocontrol

    Gestionar adecuadamente nuestras emociones y nuestros
    impulsos conflictivos

    Mantener bajo control las
    emociones e impulsos conflictivos

    Las personas dotadas de esta competencia:

    • Gobiernan adecuadamente sus sentimientos impulsivos y
      sus emociones conflictivas
    • Permanecen equilibrados, positivos e imperturbables
      aún en los momentos más
      críticos
    • Piensan con claridad y permanecen concentrados a
      pesar de las presiones

    El autocontrol se manifiesta por la ausencia de
    explosiones emocionales o por ser capaz de relacionarse con una
    persona enfadada sin enojarnos.

    Un sorprendente descubrimiento, extraído de los
    estudios sobre el cerebro de
    personas que se hallan sometidas a situaciones estresantes pone
    en evidencia que la actividad del cerebro emocional socava
    algunas de las funciones de los
    lóbulos prefrontrales, el centro ejecutivo que se halla
    inmediatamente detrás de la frente.

    Los lóbulos prefrontrales constituyen el asiento
    de la memoria
    operativa, es decir, de la capacidad para prestar atención y recordar la información
    sobresaliente, una instancia esencial para la comprensión,
    el entendimiento, la planificación, la toma de decisiones, el
    razonamiento y el
    aprendizaje.

    Cuando la mente permanece en calma, el rendimiento de la
    memoria
    operativa es óptimo, pero cuando tiene lugar una urgencia
    el funcionamiento del cerebro cambia a una modalidad
    autodefensiva centrada en la supervivencia, consumiendo recursos
    de la memoria
    operativa y transfiriéndolos a otras localizaciones
    cerebrales que le permita mantener los sentidos en
    estado de hipervigilancia.

    En la medida en que nos hallemos preocupados por
    pensamientos movilizados por nuestras emociones, la memoria operativa
    dispondrá de mucho menos espacio atencional

     

    Cuando las emociones
    se desbordan

    Las situaciones que nos estresan parecen multiplicativas
    y desde el punto de vista de nuestro cuerpo no existe ninguna
    diferencia entre nuestra casa y nuestro trabajo.

    LA CONCENTRACIÓN

    El hecho de vernos inundados de información nos
    coloca en una modalidad reactiva de respuesta como si
    continuamente nos viéramos obligados a sofocar
    pequeños conatos de incendio. Y, puesto que cada uno de
    estos mensajes constituye una distracción, la
    función que se ve más afectada es la
    concentración
    , haciendo sumamente difícil
    volver a centrarse en una tarea que se ha visto interrumpida. Por
    esto, el efecto acumulativo de este diluvio de mensajes acaba
    generando una situación de distracción
    crónica.

    Las distracciones constituyen una de las principales
    causas del descenso de la eficacia personal.

    IMPULSIVIDAD

    Es la incapacidad de refrenar una respuesta que ya se ha
    desencadenado

     La autorregulación de las
    emociones

    ESFUERZO EMOCIONAL

    Este concepto se
    refiere al esfuerzo interno que tenemos que hacer bien para
    controlar nuestras emociones, bien para comprender las emociones
    de los demás.

    Para poder determinar el coste de un esfuerzo emocional,
    debemos conocer antes el grado de identificación que
    mantiene la persona con su trabajo.

    EXCESO DE CONTROL EMOCIONAL

    El autocontrol emocional no es lo mismo que el exceso de
    control, es decir, la extinción de todo sentimiento
    espontáneo que, obviamente, tiene un coste físico y
    mental.

    Cuando el trabajo
    es un infierno

    El hecho es que entre todas las relaciones que
    establecemos en nuestro entorno laboral, la que mantenemos con
    nuestro jefe o supervisor tienen un mayor impacto sobre nuestra
    salud física y
    emocional.

    Un día nefasto en la oficina no
    implica ningún problema, pero un conflicto
    persistente con un superior es una circunstancia lo
    suficientemente estresante como para acabar minando nuestra
    resistencia
    inmunológica.

    Los beneficios de
    la conciencia de uno mismo

    El mero hecho de ser conscientes de los sentimientos que
    bullen en nuestro interior puede tener un efecto muy positivo
    sobre nuestra salud. El autoconocimiento desempeña un
    papel
    fundamental en el control del estrés.

    NO MANIFESTAR LAS EMOCIONES: LA IMPLOSIÓN
    EMOCIONAL

    Este tipo de personas experimentan, en cualquier caso,
    el colapso interno propio de tal situación de en forma de
    problemas psicosomáticos, aunque no se vean afectados por
    el secuestro
    emocional.

     

    CONCLUSIONES

    1. Por los cambios tan acelerados que se han
      experimentado en las últimas décadas, como
      consecuencia de los avances
      tecnológicos y la promoción del libre mercado,
      todo evaluado bajo la perspectiva de competitividad, eficiencia,
      eficacia, rentabilidad
      y economicidad, se han deteriorado las relaciones humanas,
      debido a la nueva jerarquía de valores que se basan
      más en un bienestar material individual y se descuida la
      dignidad de la persona.
    2. Comprendimos que los valores son un conjunto de
      creencias que nos dictan la forma de conducta
      más aceptada socialmente.
    3. Los valores determinan las normas morales, es decir
      que los valores establecen un modelo de conducta
      aceptable en una sociedad y para garantizar que este modelo sea
      observado por los miembros de esa sociedad se emiten las normas
      que regulan la actuación del individuo dentro de la
      sociedad.
    4. La relación entre ética y los valores
      es que la primera es el estudio de los actos humanos o
      costumbres y los valores son en sí esos actos o
      costumbres preferidos o aceptados por una sociedad.
    5. Solo el ser humano tiene conciencia moral porque solo
      él tiene capacidad o conciencia de si mismo, de
      valorizarse y poder juzgar su conducta.
    6. Es importante utilizar la brújula de la
      "conciencia emocional", para evaluar si la actividad que vamos
      a emprender vale la pena. Como conciencia emocional se entiende
      como la capacidad de reconocer el modo en que nuestras
      emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de
      utilizar nuestros valores como guía en el proceso de
      toma de decisiones.
    7. El éxito de las personas en cualquier
      actividad depende más de las competencias emocionales
      que de las capacidades cognitivas.
    8. En un mundo tan cambiante encontramos que la
      flexibilidad, la posibilidad de adaptarse al cambio es
      más importante que la experiencia.
    9. Entendemos que el ser humano no solamente
      actúa por razonamiento, también influyen las
      emociones y los sentimientos.

     

    Cristi Cou

     

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