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El vendedor profesional




Enviado por Rodolfo Ganim



    1. La Psicología de la
      Venta
    2. Qué significa
      vender
    3. La Profesión de las
      Ventas
    4. Vocación de
      Servicio
    5. Fijación de Objetivos y
      Disciplina Personal
    6. Clientes
    7. Trabajo en
      Equipo
    8. ¿Por qué se
      pierden los clientes?
    9. El Producto
      Ampliado
    10. Las Dos Cualidades Principales del
      Vendedor
    11. Conclusión

    La Psicología de la
    Venta

    El resumen que presentamos a continuación surge
    de la experiencia recogida a lo largo de los últimos doce
    años, y de estudios e investigaciones
    desarrollados específicamente en el campo de las ventas
    seleccionando, capacitando, conduciendo, evaluando y
    desvinculando vendedores, en empresas de
    productos
    tangibles e intangibles, en diversos mercados del
    País. Desarrollamos algunos de los aspectos que destacan a
    un "Profesional de las Ventas" y lo
    diferencian de un vendedor promedio. Se trata de un breve resumen
    de los principios que se
    pueden observar en los buenos profesionales.

    En algunos aspectos, como el nivel intelectual o la
    cantidad de horas dedicadas al trabajo, no existen diferencias.
    Básicamente se distinguen en "cómo" hacen las
    cosas, en su actitud ante
    la profesión. Las disparidades que marcamos surgen de
    comparar el comportamiento
    de estas variables en
    vendedores muy productivos y en otros con resultados pobres. Es
    un trabajo que permite al vendedor evaluar sus métodos,
    actitudes y
    comportamientos ante cada una de estas variables y
    orientar hacia ellas su constante esfuerzo para
    mejorar.

    Personalidad

    No existen negocios
    exitosos

    Existen "personas" que hacen negocios
    exitosos.

    Las características de la
    personalidad pueden determinar la aptitud para alcanzar el
    éxito
    en la profesión de las ventas, y en cualquier otra
    disciplina.

    A continuación analizaremos las condiciones que
    hacen que una persona no pueda
    alcanzar el éxito
    que se merece, los aspectos de la personalidad
    que pueden impedir o inhabilitar el logro de objetivos
    altos y ambiciosos.

    Soberbia

    La soberbia es el peor enemigo del vendedor. Tiene
    varias manifestaciones. El engreimiento, el creer que se sabe
    todo y nada puede aprender del cliente ni de los
    compañeros. La actitud de
    mirar por encima de los hombros al resto, la altanería de
    considerarse mejor que los demás. La incapacidad de
    plantearse objetivos por
    miedo a no cumplirlos. La imposibilidad de esforzarse un poco
    más porque se cree que ya se dio todo. El tratar de "caer"
    bien, de ser simpático para lograr los objetivos. La
    manipulación de las personas, normalmente emparentada con
    un tono alto de voz, para lograr imponerse. El capricho de no
    querer escuchar a los demás.

    Una persona con alto
    grado de soberbia no puede tener éxito, es una persona
    inferior. Necesita del reconocimiento de los demás y
    cuando no lo recibe (eso es lo normal) se siente mal, se
    desanima, baja los brazos, deja de esforzarse, deja de tener
    buenos resultados, deja de vender.

    "Lo peor de un miserable es serlo y ni
    siquiera sospecharlo"

    Es imposible para alguien con un alto grado de soberbia
    poder
    desarrollar la empatía, esa capacidad que deben
    tener los vendedores para interpretar las necesidades de los
    clientes, para
    establecer una relación con los demás por ellos
    mismos. La capacidad de demostrar al cliente que
    él realmente les interesa y la percepción
    por parte del cliente de esta realidad es lo que lo hace sentirse
    seguro en
    manos del vendedor.

    "El soberbio no se interesa más
    que por sí mismo."

    El soberbio repele a los demás, incomoda,
    disgusta. La gente tratará de evitarlo.

    La soberbia hace que la culpa de la falta de
    éxito (no habla de sus fracasos) la tengan los clientes o los
    factores externos que él no maneja.

    No tiene la humildad de encontrar las respuestas a sus
    fracasos en su actitud, en "cómo" está haciendo su
    trabajo.

    Pesimismo

    Una persona pesimista no puede alcanzar objetivos. Antes
    de empezar ya sabe que perdió. No se va a esforzar porque
    no vale la pena. Es aquél que "sabe" que no se vende los
    días lunes porque recién comienza la semana, ni los
    viernes porque está terminando, ni los días de
    lluvia porque se mojan los zapatos, ni los de calor porque
    transpira y el cliente percibe su mal olor. Abandona a un cliente
    que está de mal humor porque "con ese no se puede hacer
    negocios". Abandona a su cliente ante la primer objeción
    porque "este no me va a comprar"… No, no y más no. Nunca
    encuentra las condiciones propicias para hacer
    negocios.

    Negatividad

    Una persona es negativa cuando a lo largo del día
    sus únicos comentarios fueron de ese tono. Se queja de la
    situación del país, de los políticos, de los
    competidores, de sus compañeros, de sus clientes, de su
    producto y su
    precio. Nada
    lo conforma: no está conforme con lo que gana, no
    está conforme con su trabajo, no está conforme con
    el país ni con la época que le tocó
    vivir.

    Sabe que no va a vender porque no sabe si está
    haciendo lo que debería estar haciendo. En su personalidad
    está viviendo el fracaso. Sus resultados son el fruto de
    la suerte y la improvisación.

    Egoísmo

    Si el vendedor no puede salirse de sus propios intereses
    para introducirse en las necesidades de su cliente, en sus
    preocupaciones, en su bolsillo, en su cabeza y en sus
    sentimientos, es un egoísta. Difícilmente
    logrará establecer una buena relación con su
    cliente, que percibirá en el vendedor la necesidad de
    vender. Tratará de escucharlo por respeto, pero
    mientras el vendedor esté desarrollando una perfecta
    exposición de su propuesta, él
    pensará qué decirle para poder
    retirarse cuanto antes.

    Ser
    desagradable

    A nadie le interesa estar con alguien con quien no se
    siente a gusto. Mucho menos establece una relación con
    alguien que no sea digno de su confianza.

    El proceso de la
    venta tiene dos
    etapas bien marcadas: En la primera, el cliente toma la
    decisión sobre el vendedor, determina si es o no la
    persona con la cual va a hacer el negocio. En la segunda, decide
    si compra o no el producto que
    se le ofrece.

    Para que lo segundo tenga lugar, incluso para que el
    cliente esté en condiciones de entenderlo o
    mínimamente "escuchar" lo que el vendedor dice, debe
    ocurrir lo primero.

    No importa cuán bien el vendedor conozca el
    producto, o cuán bueno, o conveniente sea el negocio que
    propone… Si su cliente no lo compró a él, la
    venta del
    producto o servicio
    será extremadamente difícil.

    Nótese que no hablamos de la Empresa ni de
    su prestigio en el mercado. El
    cliente necesita comprar los servicios
    profesionales del vendedor y luego evaluará la compra del
    producto. La marca, el
    prestigio, la Empresa, su
    seriedad y confiabilidad son valores que un
    mal vendedor puede arrojar a la basura. En
    realidad, el vendedor es la Empresa, y si
    el cliente tiene una mala percepción
    a través de una relación mal establecida por el
    vendedor, todos esos atributos no tienen valor
    favorable. La percepción del cliente de los aspectos
    negativos de la
    personalidad del vendedor hace que tenga la sensación
    de que su producto y el servicio que
    brinda su empresa son de
    baja calidad (o de
    mala personalidad).

    Conclusión

    Los seres humanos somos una mezcla de virtudes y
    defectos. No existen los extremos en sus grados puros. Sí
    existen personas que se esfuerzan por inclinarse hacia alguno de
    ellos.

    Lo importante es que el cliente se sienta a gusto, que
    no dude en depositar su confianza, que perciba en el vendedor un
    verdadero interés
    por sus intereses. Así logrará iniciar una
    relación que le permitirá estar en condiciones de
    empezar a hablar del producto. Si el vendedor no logra venderse
    no podrá vender su producto.

    En frase de Dale Carnegie, extraído de su
    libro
    "Cómo ganar amigos e influir sobre las
    personas":

    "Se puede ganar más amigos en
    dos meses interesándonos por los demás que en dos
    años tratando que los demás se interesen por
    nosotros"

    Trasladando este comentario al ámbito de las
    ventas:

    "Podemos conseguir más clientes
    en dos meses interesándonos realmente por ellos, que en
    dos años esforzándonos por que ellos se interesen
    por nuestros productos"

    Como el ser humano es la misma persona en las distintas
    situaciones de su vida, mejorar su personalidad será una
    tarea permanente en todos los ámbitos: con su familia, hijos,
    amigos, compañeros de trabajo y clientes.

    A lo largo del día existen muchas ocasiones de
    ser soberbio, egoísta, pesimista negativo y desagradable.
    Cuesta lo mismo y rinde mejores frutos, en la vida del Vendedor
    Profesional, hacer cada instante el pequeño esfuerzo en
    ser más:

    Humilde, Generoso, Positivo, Optimista
    y Agradable

    En otras palabras, convertirse en un ser humano con
    quien a los demás les dé gusto estar.

    Es probable que las causas de la falta de éxito
    de un vendedor tengan raíces en su personalidad. No se
    trata de hacer grandes cambios. Pueden hacerse pequeñas y
    profundas mejorías a lo largo del día practicando
    estos principios y
    mejorando las aptitudes para alcanzar el éxito
    merecido.

    La prueba de fuego para un vendedor es evaluar su grado
    de satisfacción al estar en contacto con la gente. Si para
    un vendedor es un sacrificio el contacto con los clientes, el
    escuchar y hablar con los demás, tiene serios
    inconvenientes en su personalidad que le van a impedir alcanzar
    resultados.

    No puede tener éxito en ventas
    quien

    no disfruta en su relación con
    los clientes

    Qué significa vender

    Otra de las grandes diferencias que observamos en la
    comparación entre vendedores profesionales y vendedores
    promedio es la claridad de concepto respecto
    de su función
    como vendedor.

    Mientras que un vendedor promedio entiende que tiene que
    colocar su producto o servicio ("su" necesidad), el profesional
    asume el rol de asistente del comprador y centra su interés en
    ayudar al cliente a satisfacer sus necesidades, resolver problemas o
    hacer un negocio (la necesidad "del cliente").

    Vendedor promedio: se concentra en
    vender su producto

    Vendedor profesional: se concentra en
    las necesidades del cliente

    En la medida que el vendedor centre su función en
    "vender" un producto, los fracasos, los NO, serán un duro
    golpe a sus objetivos, a sus intereses, a su persona.

    Por el contrario, si se concentra en "ayudar", asesorar,
    asistir al cliente, su objetivo
    estará cumplido, al margen de la decisión final que
    éste adopte.

    Vender = Ayudar

    Ayuda mejor quien más operaciones
    concreta. La concreción de operaciones
    implica no sólo una mejor capacidad para ayudar a tomar
    decisiones, sino también una gran aptitud para lograr la
    confianza de los clientes.

    El cliente que acude a un vendedor con un problema o una
    necesidad, espera solucionarlo o satisfacerlo de su mano. Si
    sólo recibe asesoramiento, se retirará con su
    problema "sin resolver".

    Todo lo anterior no significa que no haya que ayudar al
    cliente a tomar una decisión (cierre de la venta). Se
    trata simplemente de que, cuando el vendedor demuestra que
    está más interesado en ayudar al cliente que en
    vender su producto, crece la empatía en ambos
    negociadores. Eso facilita la confianza, la "compra" del vendedor
    por parte del comprador y la adecuada disposición del
    cliente a aceptar su propuesta.

    La Profesión de las
    Ventas

    ¿Qué es la venta?, ¿una ciencia?,
    ¿un arte?, ¿un
    conjunto de técnicas?.
    Vendedor, ¿se nace?. ¿Se puede ser un profesional
    siendo vendedor? Son preguntas que, sin respuesta, impiden
    comenzar una carrera productiva en el campo de las
    ventas.

    Intentaremos definir qué es un profesional. Si
    acudimos al Diccionario:
    "persona que ejerce una profesión". Ahora,
    ¿qué es una profesión?. Nuevamente el
    Diccionario:
    "larga dedicación académica con aplicación
    al estudio…" Esto parece razonable porque es lo que ocurre con
    los médicos, abogados, arquitectos, etc. Perfeccionan su
    vocación durante muchos años de estudios
    universitarios y reciben un diploma. No vamos a detenernos a
    considerar la habilitación que otorga un diploma y su
    determinación de calidad de
    profesional del individuo que lo recibe. Lo que sí debemos
    tener en cuenta es que la profesión se inicia con el
    estudio pero se nutre y sigue perfeccionando con la
    práctica y la experiencia positiva.

    Según nuestro criterio:

    Profesión es la
    "perfección de una
    vocación"

    Más relevante aún, prosiguiendo con
    nuestro razonamiento, es tratar de entender qué es una
    Vocación. Vocación es la inclinación, casi
    natural, de lo más profundo del ser humano. No sólo
    hacia lo que uno tiene más habilidades o condiciones, sino
    con lo que cree que más disfruta o
    disfrutará.

    Según nuestro criterio:

    Vocación: Inclinación
    del espíritu y del corazón

    Como seres humanos contamos con "potencias" espirituales
    que nos diferencian de los otros seres vivos: Inteligencia y
    Voluntad
    . Y con una capacidad de gozar, amar, disfrutar que
    en su grado máximo podemos definirla como
    "Pasión".

    Cerrando el círculo podemos inferir: Si ponemos
    el 100% de nuestra Inteligencia,
    el 100% de nuestra Voluntad y el 100% de nuestra pasión en
    perfeccionar nuestra Vocación llegaremos a ser
    Profesionales.

    El verdadero profesional pone el 100% de todas sus
    capacidades en el desarrollo de
    su profesión. Algo menos de esto no define a un
    profesional de menor categoría, define al
    "mediocre".

    Vocación de Servicio

    Ahora bien: ¿Cómo se sabe si uno tiene
    vocación para la profesión de las
    Ventas?

    Si VENDER = SERVIR, lo único que hace falta para
    ser vendedor es tener Vocación de Servicio.

    Los seres humanos somos seres sociables por naturaleza. En
    nuestra naturaleza
    está inserta la calidad de ser relacional. Nos
    relacionamos con los demás por necesidad y los
    demás tienen la necesidad de relacionarse con nosotros. En
    esta interrelación se ponen a prueba los valores de
    las personas, especialmente su generosidad o
    egoísmo.

    En otras palabras, todo ser humano podría
    dedicarse a las Ventas, dada su condición de ser humano,
    ser sociable, ser que necesita y es necesitado por los
    demás. Se trata de una vocación que sólo las
    malas condiciones de nuestra personalidad podrían llegar a
    amilanar o hasta aniquilar. ¿Qué vocación de
    servicio podrá tener una persona soberbia, egoísta,
    etc.?. No es que no tenga vocación de servicio,
    anuló su capacidad de servir. Y un ser humano sin
    capacidad de servir a los demás no puede tener
    éxito en el campo de las ventas ni en ninguna disciplina que
    requiera de interacciones humanas. En las disciplinas técnicas
    podrá ser un excelente técnico, pero
    fracasará en su vinculación con los demás,
    fracasará en el aspecto más importante de su
    profesión.

    "El hombre que
    no vive para servir

    No sirve para vivir"

    Tagoré

    El verdadero profesional es aquel que alimenta y cultiva
    permanentemente su vocación de servicio, el que no
    escatima esfuerzos por ayudar a su cliente. Y esta actitud la
    traslada a todo el ámbito de su vida, con su familia, sus
    amigos, compañeros y hasta con desconocidos, porque sabe
    que sus actos no solo afectan a los demás sino que
    impactan directamente en su capacidad de servicio
    desarrollándola o reduciéndola.

    Fijación de Objetivos y Disciplina
    Personal

    "Son muchos los que yerran

    no por falta de capacidad para lograr
    objetivos,

    sino por no saber a qué objetivo
    dirigirse"

    (Joshua Reynolds, pintor y escritor
    inglés,
    1723-1792)

    El vendedor profesional sabe perfectamente lo que
    quiere. Planifica su carrera profesional. Se impone objetivos a
    largo plazo. Se esfuerza por alcanzarlos. Se evalúa
    año tras año. Trata de no "estancarse" y de superar
    sus propias marcas.

    En lo cotidiano sabe perfectamente lo que tiene que
    hacer: tiene objetivos concretos en cantidad de clientes que va a
    visitar, a cuántos va a llamar, cuántos va a
    recuperar. Trabaja con orden y sabe que su trabajo es estar con
    los clientes.

    "La disciplina es el mejor amigo del
    hombre,

    porque ella le lleva a alcanzar los
    anhelos más profundos

    de su corazón"

    (Madre Teresa de
    Calcuta, religiosa albanesa 1909-1997)

    El vendedor profesional no depende de la suerte y de la
    improvisación. No escatima esfuerzos para alcanzar sus
    objetivos. No le teme al sacrificio. Domina su voluntad. Pone su
    carácter en acción. Sabiendo que ese
    es el precio que
    debe pagar para obtener las metas más
    ambiciosas.

    Al final del día termina extenuado, exprimido…
    nada le quedó por dar, lo dio todo… en inteligencia y
    voluntad. Y siente el gran placer que sólo los que lo dan
    todo pueden entender: la satisfacción del trabajo bien
    hecho.

    Clientes

    Un vendedor profesional no se conforma con obtener un
    nuevo cliente ni con mantener su cartera de clientes. Busca hacer
    suyo cada nuevo cliente. Busca obtener nuevos clientes de calidad
    superior. Y busca mejorar la relación con sus actuales
    clientes. Sabe que el único capital con
    que cuenta es su cartera de clientes y se esfuerza por lograr en
    cada nueva relación un cliente para toda la
    vida.

    Casualmente, los clientes buscan lo mismo: un asesor, un
    consultor para toda la vida. Necesitan tener "su" vendedor de
    confianza. No desean tener que evaluar alternativas cada vez que
    deseen hacer un negocio o solucionar un problema. Necesitan tener
    confianza en alguien que haga ese trabajo por ellos. Y
    después adoptan la decisión de la mano de "su"
    consultor.

    Las Empresas "valen"
    por la calidad de clientes que detentan. Un Vendedor vale por lo
    mismo. No todos los clientes tienen el mismo valor. He
    aquí una valoración gráfica del valor de los
    clientes.

    El profesional busca clientes de máximo valor. Y
    los clientes que valen más, buscan a los mejores
    profesionales de cada disciplina, así como a la mejor
    Empresa y el mejor servicio. Son los más exigentes pero
    también los más rentables.

    La calidad de los clientes con que contamos no es fruto
    de la "suerte" o de la "improvisación". Cada vendedor
    tiene la calidad de clientes que se merece. Tiene una calidad de
    clientes proporcional a la calidad de trabajo que hizo por
    tenerlos. La calidad de clientes que desea tener es fruto de una
    decisión.

    Ahora bien, si el vendedor no está dispuesto a
    planificar la calidad de clientes que desea obtener, o más
    aún, si no está dispuesto a hacer el esfuerzo
    necesario para conseguir gran cantidad de clientes de calidad
    superior, debe volver al principio y definir qué es lo que
    pretende de esta profesión.

    Una vez que el vendedor decide buscar, en cada contacto,
    clientes "fanáticos" para su Empresa, comienza el trabajo
    más difícil: Encontrar los medios, los
    caminos, los métodos y
    las técnicas, el CÓMO HACER, para obtenerlos. De
    eso nos ocuparemos en la mayor parte de este trabajo.

    Trabajo en Equipo

    Probablemente el vendedor esté pensando que su
    función es sólo obtener nuevos clientes. Es el
    "cazador" de su Empresa. "Ya otros se ocuparán de
    mantener satisfechos a los clientes que yo consigo".
    Y no hay
    nada más alejado de la realidad de su función que
    eso.

    Los ingresos de
    una empresa
    dependen, básicamente, de tres fuentes:

    • Obtener nuevos clientes
    • Venderle más a los Clientes
      Actuales
    • Recuperar Clientes Perdidos

    No hay más formas que éstas de incrementar
    las ventas. Y el vendedor debe comprometerse con cada uno de
    estos aspectos.

    El vendedor integra un equipo con sus compañeros
    de trabajo. El éxito lo tiene el equipo. No puede uno de
    sus integrantes tener la satisfacción de haber alcanzado
    el éxito cuando el barco se está
    hundiendo.

    La generosidad de un vendedor profesional está en
    comprometerse con los resultados de su equipo y "empujar" en su
    ámbito de acción hasta la consecución de los
    objetivos globales de su organización. Esta es una de las características de una empresa
    líder.
    Trabaja en equipo y está integrada por un equipo de
    sólido liderazgo en
    su mercado.

    La capacidad de trabajar en equipo es una de las
    condiciones del éxito del profesional

    ¿Por qué se pierden los
    clientes?

    El vendedor tiene tanta responsabilidad en obtener nuevos clientes
    como en mantener satisfechos a los actuales y aún
    más, tiene la obligación de recuperar clientes que
    han dejado de serlo para su Empresa.

    Vamos a profundizar brevemente este último
    aspecto. Y para ello veremos qué dicen las estadísticas respecto del por qué
    las empresas (y los vendedores) pierden clientes:

    Más de las dos terceras partes de los clientes
    que se pierden aducen que han dejado de serlo por motivos que
    nada tienen que ver con la calidad del producto, ni con su
    precio.

    El verdadero motivo de la pérdida de clientes es
    la percepción que tienen de nuestra capacidad de
    contenerlos, de hacerlos sentir importantes para
    nosotros.

    Obsérvese que el motivo más importante por
    el cual las empresas pierden clientes no se trata de algo que
    signifique costos. Se trata
    de valores que
    sólo podemos aportar las personas, y por el mismo sueldo
    que cobramos. Es un problema de actitud, de actitud de
    servicio.

    Y lo peor es que cuando un cliente se aleja de una
    empresa "nadie hace nada por tratar de recuperarlo". Nadie asume
    el compromiso de recuperarlo. Nadie se pregunta, ni le pregunta
    al cliente ¿qué hice mal?, ¿qué puedo
    corregir para recuperar su confianza?, ¿puede alguien
    tolerar esta falta de consideración?

    Mientras que para un vendedor promedio el cliente que se
    va "ya fue", para un profesional es una obligación
    recuperarlo. "Se trata de una persona que me había
    comprado", se dice. Debo recuperar su confianza. Debo recuperarlo
    como cliente.

    Tratándolo con humildad el cliente confiesa su
    desazón y el vendedor tiene grandes probabilidades de
    recuperarlo. El cliente tendrá una sensación
    opuesta y pensará: "al menos significaba algo para
    alguien".

    El Producto Ampliado

    ¿Por qué el cliente percibe algo distinto
    en cada vendedor, aún tratándose del mismo producto
    y del mismo precio?

    ¿Por qué el producto que ofrece un
    profesional se percibe como algo de valor superior?

    El profesional sabe que su trabajo forma parte del
    producto que vende y sus servicios
    completan y le agregan valor al servicio que brinda su
    empresa.

    En este aspecto, no es tan importante lo que piensa el
    vendedor de su producto, sino la percepción de calidad que
    experimenta el cliente. El precio es el significado monetario del
    valor percibido por el cliente. Si el cliente percibe gran valor
    en la propuesta del vendedor, y proporcionado respecto de su
    precio, no dudará en concretar el negocio. No le
    parecerá caro, no verá baja su tasa. No
    surgirán objeciones al respecto.

    El vendedor, con su trabajo, puede ampliar el valor
    percibido por el cliente o, por el contrario, reducirlo. En la
    siguiente figura tratamos de graficar estos conceptos. Su
    núcleo significa el producto básico, aquél
    que satisface la necesidad "básica" del cliente. Alrededor
    del núcleo se encuentra lo que el cliente "espera" que
    contenga su producto. El resto se compone de los valores
    que podemos agregar las personas, son aspectos que hacen superar
    la expectativa con que venía el cliente. Se trata de
    aspectos que un vendedor mediocre no tiene obligación de
    brindar. Se trata de aspectos que un profesional está
    deseoso de brindar, pues no considera su trabajo de otra forma.
    Disfruta dando más de lo que promete. Se desvive por ser
    generoso con su cliente. Y cuando el cliente percibe esta actitud
    puede hasta tolerar aspectos de la calidad del producto
    básico y hasta justificar su precio.

    Precisamente esta es la fórmula del Marketing
    estratégico: S = P – E

    La satisfacción es el resultado de lo que percibe
    el cliente respecto de sus expectativas.

    En la medida que nos esforcemos por superar las
    expectativas de los clientes tendremos clientes satisfechos.
    Contaremos con una ventaja importante para ganar la guerra
    competitiva.

    Y esto es una decisión que un profesional debe
    tomar: la de sorprender a cada cliente con su actitud de brindar
    un servicio superior.

    Confianza

    Gran parte del trabajo de un vendedor se concentra en su
    capacidad de generar confianza. La venta es un acto de confianza
    mutua entre el cliente y la empresa (el vendedor).

    La decisión del cliente es un acto que contiene
    múltiples aspectos psicológicos y racionales. Nadie
    toma una decisión si no está seguro de lo que
    está haciendo.

    El trabajo del vendedor, en primera instancia, es crear
    ese ambiente de
    familiaridad que necesita el comprador para depositar su
    confianza en él, en su producto y en su
    empresa.

    Para poder generar estas condiciones, para poder generar
    confianza, el vendedor debe él mismo tenerla, puesto que
    nadie puede dar lo que no tiene.

    Tres son los pilares sobre los que reposa la capacidad
    del vendedor de generar confianza:

    ê EN SU PRODUCTO

    CONFIANZA ê EN SU EMPRESA

    ê EN SÍ MISMO

    De estos tres pilares el más importante es el
    último: La confianza del vendedor en sí mismo, pues
    puede cambiar de producto o de empresa, pero no puede cambiarse a
    sí mismo por otra persona.

    Confianza en sí
    mismo

    "El vendedor entrenado en su

    máxima capacidad ganará
    confianza.

    La confianza es contagiosa así
    como la falta de ella.

    Y el cliente reconocerá
    ambas."

    Vince Lombardi – Ex Coach de
    fútbol americano

    Exponemos, a continuación, algunos pensamientos
    de Camilo Cruz dedicados a los vendedores. Han sido
    extraídos de su programa: "Poder
    sin límites en
    las ventas":

    UD. TRANSMITE SU CONVICCIÓN:

    Si Ud. no está convencido de que su producto es
    el mejor del mercado y de que su empresa brinda el mejor
    servicio…¡¿Cómo puede esperar que su
    cliente se sienta de esa manera?!

    A menos que Ud. crea que su producto ofrece las mejores
    ventajas y agrega gran valor a la vida de sus clientes, no
    podrá poseer el poder de persuasión necesario para
    construir una carrera productiva.

    SEA CONFIABLE

    Haga preguntas a su cliente. Preguntas relevantes. Y
    escuche atentamente sus respuestas.

    Póngase en el lugar de su cliente: en su cabeza,
    en su bolsillo, en su corazón.

    Piense en qué puede ayudarlo. Identifique
    necesidades. Exponga beneficios.

    INSPIRE CONFIANZA

    Haga que su cliente se sienta seguro con Ud.

    Ud. no venderá nada hasta tanto se gane la
    confianza de su cliente.

    Demuestre verdadero interés por los intereses de
    su cliente.

    Su cliente debe percibir que Ud. está interesado,
    verdaderamente, por su problema.

    FALTA DE CONFIANZA

    No quiere decir que sus clientes duden de su honestidad o que
    cuestionen su ética o su
    sinceridad.

    Es el resultado de no haber creado esa atmósfera de seguridad que el
    cliente necesita para tomar una decisión.

    La confianza es el paso más crítico en la
    construcción de su profesión en el
    campo de las ventas.

    GÁNESE LA CONFIANZA DE SU CLIENTE

    Su personalidad afecta la calidad de relación con
    sus clientes.

    Si sus habilidades para establecer este vínculo
    son pobres, seguramente la gente lo evitará.

    Uno de los principales objetivos del vendedor es lograr
    que sus clientes se sientan a gusto y no duden en depositar su
    confianza en él.

    VENDA SUS SERVICIOS PROFESIONALES

    Venda la idea de que Ud. es la persona más
    indicada con la que su cliente puede hacer negocios.

    Si logra vender sus servicios de manera exitosa, no
    sólo la venta del producto será mucho más
    fácil de realizar, sino que es posible que haya creado un
    cliente de por vida.

    SI NO LOGRA VENDER SUS SERVICIOS
    PROFESIONALES

    Si no logra esa conexión, esa cercanía,
    ese ambiente de
    confianza, no importa qué tan bien conozca su producto
    porque su venta será extremadamente
    difícil.

    Si Ud. no logra esa conexión significa que no ha
    encontrado el método
    apropiado para comunicarse con su cliente. No ha encontrado la
    manera de ayudar a su cliente.

    La Actitud lo es todo

     Preocúpese por tener
    consideración hacia los

    demás. Ello constituye la clave
    para tener éxito

    en las interacciones
    humanas.

    Ello fomenta la confianza, genera
    negocios e

    intensifica la seguridad del
    vendedor en su

    propio trabajo.

    No se trata de una serie de artilugios o técnicas
    para generar confianza.

    Se trata de tener una sincera vocación de
    servicio y de una clara determinación a mejorar los
    aspectos de nuestra personalidad que nos permitan
    brindarlo.

    "La REPUTACIÓN

    es la principal cualidad del buen
    vendedor.

    No el Producto, ni el Precio, ni el
    Servicio.

    Todo fluye de ella: los cierres de venta,
    la fidelidad de los clientes,

    sus recomendaciones a otros posibles
    compradores…

    Y la Reputación hay que
    ganársela.

    Y una vez que la obtenga… ¡no la
    deje escapar!"

    Grant Tinker (Ministro
    EE.UU.)

     Las Dos Cualidades Principales del
    Vendedor

    Existen dos cualidades fundamentales que debe cultivar
    un vendedor. En ellas debe crecer profesionalmente, cada
    día, ante cada entrevista de
    venta. Ellas son:

    EMPATÍA: Capacidad de crear una buena
    relación con su cliente. Es la habilidad de interpretar
    las necesidades y sentimientos de su cliente, de generar
    confianza, de crear ese clima de
    cordialidad y distensión que necesita para tomar una
    decisión.

    PROYECCIÓN: Capacidad de resolución, de
    concreción, de cierre. Es la agresividad "sana" que debe
    cultivar el vendedor para poder ayudar al cliente a tomar una
    decisión.

    Graficadas en un eje de coordenadas pueden verse de la
    siguiente manera:

    Los cuatro cuadrantes que se observan identifican los
    cuatro perfiles de vendedores respecto de estas dos cualidades
    relevadas:

    A: Vendedores con gran capacidad para interpretar
    necesidades y generar confianza, pero con baja capacidad de
    resolución. Se hacen amigos de sus clientes pero no
    venden.

    B: Vendedores con gran capacidad de cierre pero sujetan
    con hilos la relación con sus clientes. Obtienen clientes
    de baja calidad y poca lealtad.

    Cuadrante inferior izquierdo: Vendedores que no tienen
    ni una ni otra capacidad. No hacen nada. No son vendedores.
    ¡Están robando el sueldo!.

    Cuadrante superior derecho: Es la adecuada
    combinación de habilidades para crear una relación
    con sus clientes y ayudarlos a tomar una
    decisión.

    Motivaciones

    ¿Qué NO es
    la
    motivación?

    La motivación
    no significa el estado de
    ánimo de una persona para hacer lo que decidió
    hacer.

    Tampoco significa el entusiasmo pasajero de alguien al
    que las cosas le están saliendo ocasionalmente
    bien.

    Mucho menos el entusiasmo que produce un fervoroso
    discurso de
    una persona respetada.

    ¿Qué es
    la
    motivación?

    La palabra motivación
    proviene de motivo, de motor. Es aquello
    que mueve a alguien a hacer lo que hace o a hacer lo que tiene
    que hacer. Son las causas más profundas de una firme
    decisión.

    A los seres humanos nos "mueven" las necesidades.
    Satisfacer nuestras necesidades nos "empuja" a hacer lo que
    hacemos. Y hacemos lo que decidimos hacer. La respuesta a lo que
    nos motiva, a lo que nos mueve, la podemos encontrar en la
    satisfacción de nuestras necesidades.

    Ahora bien: ¿qué necesidades tenemos los
    seres humanos? A pesar de que mucha gente cree que lo
    único que necesita, en función del trabajo que
    realiza, es su pago y cuanto más alto mejor, vamos a
    mostrar el horizonte de necesidades que tenemos los seres humanos
    ante nuestra función laboral. Las
    analizaremos desde el punto de vista de la persona que realiza
    el
    trabajo:

    Extrínsecas

    De un tercero (la Empresa o los clientes) hacia el
    Vendedor.

    Se trata de motivaciones que satisfacen necesidades de
    Remuneración Económica y de Reconocimiento al buen
    desempeño en la tarea
    desarrollada.

    Nótese que no solo hablamos de Dinero. Una
    parte importante de la retribución que recibe el vendedor
    es el reconocimiento a su trabajo. Este reconocimiento puede
    consistir en palabras de agradecimiento, de aliento,
    felicitaciones, etc.

    Muchas veces esta necesidad es mejor satisfecha por los
    clientes que por los Jefes o Superiores que tienen la
    obligación de reconocer los aspectos positivos del
    trabajo, así como de castigar o hacer ver el mal desempeño laboral para
    ayudar a corregir.

    En cualquiera de los casos se trata de recompensas que
    vienen de terceros hacia el que realiza el trabajo. Es por ello
    que se denominan extrínsecas.

    Intrínsecas

    Es el efecto que tienen nuestros actos sobre nosotros
    mismos.

    Nuestros actos impactan directamente en nuestras
    virtudes y defectos. Los actos virtuosos repetitivos
    (hábitos operativos buenos) nos hacen adquirir Virtudes,
    así como los actos viciosos repetitivos (hábitos
    operativos malos) nos aportan Defectos.

    Los conocimientos del profesional se nutren con los
    actos de la experiencia positiva, aquellos actos que lo hacen
    crecer en su capacidad profesional. La experiencia en Ventas no
    es sinónimo de Profesionalismo, salvo que se trate de una
    experiencia positiva.

    Son recompensas o castigos que recibimos pero que
    provienen de los actos que nosotros mismos realizamos. Por ello
    se denominan intrínsecas.

    Trascendentales

    Es un tipo de necesidad superior a las anteriores. La
    necesidad de hacer el bien.

    Por más que, conscientemente, un vendedor no se
    lo plantee, esta es una necesidad latente, corresponde a la
    naturaleza humana.

    Necesitamos ayudar a los demás.

    No se trata de un derecho ni de una función que
    suena bien en el vendedor. Se trata de una necesidad real. La
    necesidad de servir, de ser útil, de trascender a nosotros
    mismos.

    Conclusión

    Se trata de un círculo virtuoso.

    En la medida que satisfacemos mejor nuestra necesidad
    trascendental estamos en condiciones de o motivados a mejorar la
    satisfacción de nuestra necesidad intrínseca. Y
    esto trae aparejado mejores resultados en las ventas y una mejor
    satisfacción de nuestra necesidad extrínseca:
    vendemos más y ganamos más.

    También es cierto que una persona que no tiene
    mínimamente satisfecha su necesidad extrínseca no
    puede ni plantearse la satisfacción de los otros niveles
    de necesidades. Un vendedor acuciado por necesidades
    económicas pierde de vista el "bosque".

    El peligro es que entre en un círculo vicioso:
    "Su" necesidad extrínseca se traduce en "su" necesidad de
    vender. No puede pensar en las necesidades de sus clientes. Les
    transmite su presión,
    hace mal su trabajo, genera desconfianza, y lo peor … no vende,
    lo cual agrava su situación inicial.

    El vendedor profesional reconoce todos estos niveles de
    motivaciones. El operar en el nivel trascendental lo distiende
    ante sus clientes, genera confianza y vende.

    Él pone al cliente en primer lugar (no es una
    frase bonita). Trata de buscar, en primer lugar, satisfacer su
    necesidad superior de Servir, y de esa manera ayuda mejor a su
    cliente.

     

    Rodolfo Ganim

    República Argentina

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