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"El viaje del héroe"




Enviado por gerpas



    1. Mito y tradición sagrada
      en el mundo actual
    2. Místicos vs.
      Psicóticos
    3. Mito, sueño y
      trascendencia

    "MITO Y
    TRADICIÓN SAGRADA EN EL MUNDO ACTUAL"

    Vivimos actualmente la era "tecno"; un mundo regido por la
    tecnología
    y el cientificismo que no la ciencia.
    Ello ha implicado una des-mitologización de y en nuestras
    vidas.

    En otro trabajo ya apuntábamos a una
    aproximación hacia una posible definición del
    concepto de
    mito,
    refiriendo a que el mismo da cuenta de una historia verdadera, sucedida
    en un tiempo primordial
    (in illo tempore) y que hace referencia a una
    creación, en el sentido de la primera vez en que algo
    sucede o acontece (ya sea en el universo, el
    ser humano, un animal, una planta, un comportamiento, etc.).

    Pero en estos momentos, ya hace tiempo que los
    mitos han
    dejado de ser considerados con seriedad y han sido asumidos como
    meras fábulas o
    leyendas.

    El problema radica, creo a mi personal
    entender, que se ha procedido a realizar una lectura
    literal de los mismos sin prestar atención a la infinita profundidad y
    riqueza de un símbolo.

    Desgraciadamente, muchos pueblos, a lo largo del tiempo y a
    lo ancho del mundo, al literalizar y por ende, congelar la
    posible interpretación de un mito, han procedido a la
    concepción e instauración de creencias
    dogmáticas de carácter
    inamovible e indiscutible.

    Por ejemplo, si Dios creó el mundo en siete
    días, ello ha de significar que realmente fue creado en
    una semana y que si la Tierra es
    el centro del universo, tiene
    dos posibilidades, creer que ello es cierto o la hoguera.
    Además, fue Cristo quien murió asesinado y
    posteriormente resucito de entre los muertos, pero olvidamos que
    antes que él ya hubieron otros que lo precedieron en
    tamaña hazaña: Osiris en Egipto; Tammuz
    en Mesopotamia;
    Adonis en Siria; y Dionisos en Grecia entre
    otros.

    Y es cierto que hoy día nadie puede tomar nada de
    ello como cierto. Pero el simbolismo en dichos mitos
    implicado es vasto, lo que denota la presencia de muchos niveles
    de posibles "lecturas".

    Los viejos tabúes de nuestros ancestros han
    caído desestabilizados por el discernimiento sabiamente
    aportado por la ciencia. A lo
    que debemos abocarnos entonces es a la génesis de una
    nueva mitología. Los temas aportados por esta
    disciplina han
    sido constantes y universales, pero deben ser re-adecuados a los
    tiempos que estamos viviendo.

    Un punto de partida podría ser el considerarlos como
    verdaderas imágenes o
    mensajes existenciales provenientes de las profundidades ignotas
    de nuestro ser. El mito sería así entendido, una
    particular manera de dar expresión a nuestro
    in-consciente, con sus aspectos oscuros y luminosos; sus
    limitaciones y sus potencialidades.

    Lo que necesitamos hoy día son no solamente mitos
    nuevos sino una re-lectura de
    carácter "crítico" de los viejos
    mitos.

    Una lectura a-crítica es la que da y ha dado lugar a
    los dogmatismos, a los imperialismos religiosos, a la quema de
    brujas y a las limpiezas étnicas de los "elegidos"
    exterminando a los "herejes" y también es la que ha creado
    en la civilización occidental la idea de "pecado".

    Pero este tipo acrítico de interpretar los mitos es
    propia de un estadio evolutivo de la humanidad, correspondiente a
    una visión del mundo mítica y etnocéntrica.
    En ese nivel el mito no es interpretado "como si", sino que "es".
    Nosotros lo que ahora proponemos es la utilización de
    ellos como un modelo o
    herramienta de auto-descubrimiento.

    A título de ejemplo, consideremos el mito
    bíblico de la expulsión del Jardín del
    Edén. Ya es por todos conocida la historia de cómo
    fueron expulsados nuestros "padres originales" por haber comido
    del fruto de uno de los dos árboles
    allí existentes, la manzana del árbol del bien y
    del mal (el otro árbol confería la vida
    eterna).

    Procedamos a realizar una lectura crítica de este
    mito –considerando que es tan solo una de las posibles
    lecturas- y pensemos no en un escenario geográfico sino en
    un paisaje psíquico (en el sentido etimológico del
    término). De acuerdo a ello el Jardín del
    Edén se encontraría en nuestro interior y el motivo
    de la expulsión se debería a la instalación
    en nuestra conciencia de
    fronteras dualistas: bien y mal; blanco y negro; macho y hembra;
    etc., siendo la demarcación primaria aquella que
    establecemos mediante la distinción entre yo y
    no-yo.

    A partir de ahí creamos el Paraíso y el
    Infierno como polos opuestos e irreconciliables y sólo
    podemos acceder al primero si logramos expulsar todo
    "mal".

    Pero que si decimos que lo que en realidad nos mantiene
    alejados de tan magno jardín somos nosotros mismos, al
    considerar que los opuestos dan cuenta de fronteras limitantes y
    limitadoras. Qué si empezamos a comprender que las
    fronteras son ilusorias, no reales. Como sabiamente dijera
    Fénelon: "No hay ilusión más peligrosa que
    las fantasías mediante las cuales la gente procura evitar
    la ilusión".

    De ser así, al ir en busca de esa demarcación
    primaria jamás la encontraríamos, pues es ilusoria,
    no existente.

    Como han señalado ya Korzybski y el resto de los
    semánticos, las palabras, símbolos, pensamientos,
    ideas, etc. simplemente son mapas que
    reflejan la realidad, pero no son la realidad misma, pues el mapa
    no es el territorio.

    De esta manera arribamos a lo que Nicolás de Cusa
    llamaba "coincidentia oppositorum" y así lo
    que considerábamos opuestos separados e irreconciliables,
    resultan ser en verdad, aspectos complementarios de una y la
    misma realidad. Como dijera el gran poeta alemán Rainer
    María Rilke: "Tengo miedo de que si mis demonios me
    abandonan, mis ángeles lo hagan también".

    Así entendido el mito, nadie nos expulsó del
    Jardín del Edén, sino que en cierta manera nos
    auto-expulsamos al confundir el mapa con el territorio, al
    convertir a una simple línea demarcatoria en una
    frontera.

    Aunque también podríamos entender, amen de
    otras posibles "lecturas" la crucifixión de Cristo y su
    posterior resurrección como el abandono del mundo de los
    apegos y el posterior re-conocimiento
    de nuestra conciencia
    inmortal.

    Si logramos, como hemos intentado de-mostrar, que los mitos
    son pasibles de diferentes modalidades de interpretación,
    a ello debemos añadir en forma concomitante el considerar
    y comprender la necesidad de generar nuevos mitos que se adecuen
    a las épocas en curso.

    Vivimos en un mundo de horizontes cada vez más
    amplios y nuevos, donde con vertiginoso frenesí lo
    des-conocido se convierte en conocimiento
    antiguo.

    Dios, como lo entendían nuestros ancestros, se ha
    convertido en un "deus otiosus". En su lugar ha quedado un
    vacío nihilista, donde cada cual hace lo suyo según
    lo que mejor pueda. Hoy día asistimos a una crisis de
    significado resuelto en el mejor de los casos con Prozac, con
    vandalismo, o con evangelismos.

    Por ello, además de nuevas-viejas mitologías,
    debemos generar nuevos ritos de iniciación que tengan en
    cuenta y sean acordes a la era tecno-científica e
    informatizada que nos encontramos viviendo. Como hemos afirmado
    en otra monografía, al referirnos a la
    "Philosophia Perennis", la Verdad es una, pero sus
    manifestaciones son muchas y variadas, siendo necesaria una
    re-actualización teniendo en cuenta el modelo
    sociocultural y tecnoeconómico en el cual nos encontremos
    insertos como partes co-constitutivas y co-creadoras.

    Creemos sumamente oportuno dar cuenta de qué
    entendemos por ritos de iniciación. Como dice Mircea
    Eliade: "En su sentido más general, la palabra
    "iniciación" significa una serie de ritos y de
    enseñanzas orales, cuyo propósito es provocar una
    modificación radical del estatus religioso y social de la
    persona que la
    recibe. En términos filosóficos, iniciación
    equivale a una mutación ontológica de la
    condición existencial. El novicio emerge de sus duras
    pruebas como
    un ser totalmente diferente: se ha convertido en otro"
    (1)(la cursiva es del autor)

    Así entendidos, estos ritos iniciáticos
    permiten el pasaje y la transformación del niño en
    adolescente y de adolescente en hombre o
    mujer. Pero esto
    en cuanto hace a su marco estructural o paradigmático; el
    contenido en sí debe ser re-adecuado atendiendo a
    –como ya lo manifestamos- la realidad en que nos toque
    vivir.

    Además, en nuestros días, existe otro tipo de
    iniciación, de carácter dinámica, permanente y trans-mutadora que
    es la proveniente de nuestra exploración interior; de la
    posibilidad de emprender un camino de introspección
    psicológica al tiempo que de desarrollo y
    evolución espiritual.

    Para concluir, reafirmamos nuestra comprensión de
    que los mitos no son el territorio, sino tan sólo mapas de la
    realidad y que los ritos de iniciación o de pasaje son
    puertas y oportunidades, no la seguridad de una
    transformación.

    Dado que lo anteriormente expuesto es un leve acercamiento
    a uno de los múltiples implicaciones de la Philosophia
    Perennis, consideramos oportuno recomendar un sitio para el
    intercambio de ideas y la reflexión conjunta en:

    Ello pretende profundizar en cuanto a la
    consideración de modelos
    emergentes con el nacer de este nuevo milenio y tendientes a
    generar una verdadera revolución
    transformativa a nivel personal, social
    y universal.

    BIBLIOGRAFIA CITADA

    1. ELIADE, M.: "La búsqueda" – Ed.
      Kairós – 1999, pág. 152

    BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

    • PANIKER, S.: "Aproximación al origen" –
      Ed. Kairós – 1989
    • WILBER, K.: "Un Dios sociable" – Ed.
      Kairós – 1988
    • WILBER, K.: "La conciencia sin fronteras" – Ed.
      Kairós – 1989
    • WILBER, K.: "Después del Edén" –
      Ed. Kairós – 1995
    • WILBER, Ken: "Los tres ojos del conocimiento" –
      Ed. Kairós – 1991
    • WILBER, Ken: "Breve historia de todas las cosas"
      – Ed. Kairós – 1991
    • WILBER, Ken: "El ojo del espíritu" – Ed.
      Kairós – 1991

    MISTICOS VS. PSICOTICOS

    "…Freud (1962)
    interpretó las experiencias océanicas como indicadores de
    desvalimiento infantil; Alexander (1931) consideraba la
    práctica de la meditación como una catatonía
    autoinducida y el Grupo para el
    Avance de la Psiquiatría (1976) veía "formas de
    comportamiento
    intermedias entre la normalidad y la psicosis"."(1)

    "Las similitudes obvias entre las regresiones
    esquizofrénicas y las prácticas del yoga y del zen
    indican simplemente la tendencia general de las culturas
    orientales a retraerse en el sí mismo ante una realidad
    física y
    social abrumadoramente difícil." (2)

    "Independientemente de que algunos estados
    extáticos y místicos (conversiones religiosas
    súbitas, preocupaciones metafísicas, etc.) hayan
    sido estudiados en relación con cuadros
    neuropsiquiátricos precisos (esquizofrenia,
    epilepsia del lóbulo temporal), el fenómeno
    místico per se es susceptible de análisis fenomenológico y
    neurofisiológico. Existen sintomatologías
    "psicóticas" puramente culturales, y para comprenderlas es
    necesario adaptar el enfoque y el lenguaje de
    la mística, que tanto en Oriente como en Occidente ha
    tenido representantes que aún tienen mucho que decir al
    hombre de hoy
    sobre la "experiencia fructífera del absoluto" (Maritain)"
    (3)

    Como podemos apreciar en base a lo anteriormente
    expuesto, en un lapso de medio siglo entre un comentario y otro,
    simplemente hemos "avanzado" de considerar la experiencia
    mística y aún el estado
    místico (diferencia que a su momento habremos de
    señalar en forma explícita), como una
    "catatonía autoinducida" para llegar a
    sintomatologías "psicóticas" puramente culturales,
    a las cuales "para comprenderlas es necesario adoptar el enfoque
    y el lenguaje de la
    mística".

    En este trabajo pretendemos establecer la existencia
    de manifiestas diferencias no sólo de grado sino de
    esencia entre, por decirlo así, el ser místico y el
    ser psicótico.

    Uno de los exponentes más claros en demostrar
    dichas diferencias ha sido Ken Wilber, con su modelo de la
    "falacia pre/trans" (FPT.).

    Para comprender dicho modelo, consideremos –al
    igual que lo hace este autor- la conciencia como un verdadero
    espectro de niveles, desde los más bajos a los más
    elevados. Así podemos considerar estados pre-personales o
    pre-racionales; niveles personales o racionales; y aquellos que
    son trans-racionales o trans-personales.

    La falacia FPT. opera cuando elevamos los niveles
    pre-personales y los equiparamos con los trans-personales, como
    han hecho los junguianos y sus arquetipos colectivos; o por el
    contrario, devaluamos los estados verdaderamente trans-racionales
    y los asimilamos a niveles de carácter pre-racional como
    lo han hecho los freudianos.

    Obviamente, el modelo médico al ser de
    carácter empírico-analítico no puede pasar
    de la simple –aunque no por ello deje de ser importante-
    medición cuantitativa sin poder
    establecer parámetros cualitativos de
    diferenciación.

    Pero no sólo los psicólogos y los
    médicos y neurofisiólogos han in-comprendido
    el(los) verdadero(s) estadio(s) transpersonal(es). El conocido
    mitólogo Joseph Campbell por su parte afirma: "El
    chamán es una persona
    (masculina o femenina) que en su tierna adolescencia
    pasó a través de una grave crisis
    psicológica, lo que actualmente se llamaría
    psicosis".
    (4)

    Y más adelante refiere: El yoga también
    es una esquizofrenia
    intencionada: se rompe con el mundo, se realiza una
    inmersión en el interior, y el alcance de la visión
    experimentada es de hecho el mismo que el de la
    psicosis".(5)

    Por si esto fuera poco, concedanme el agregar un par
    de estrofas más: "Permitanme que les diga algo que he
    oído hace
    poco sobre las maravillas de la zambullida interior
    esquizofrénica" (6); "…lo que quiero decir es que
    nuestro paciente esquizofrénico está en realidad
    experimentando inadvertidamente la misma beatífica
    profundidad océanica que el yogui y el santo siempre se
    esfuerzan por gozar; la diferencia es que, mientras que
    éstos nadan en ella, aquél se ahoga".
    (7)

    Considero que ni cabe que decir que quien haya visto
    a una persona esquizofrénica, sabe que ello no tiene nada
    de "beatífica profundidad" ni de "maravillas de la
    zambullida".

    Disculpándonos de y por esta pequeña
    transgresión, volvemos a destacar la importancia de
    entender que en un cuadro psicótico no se ha accedido a la
    diferenciación yo – no yo, puesto que no hay y ni
    siquiera existe un yo o ego. Y de existir es una estructura de
    características tan primitivas y
    frágiles que el menor embate de la realidad puede provocar
    el consabido "derrumbe psicótico".

    El místico por el contrario es alguien que ha
    tras-cendido el ego. En este caso el mismo pasa de ser el centro
    del sistema de
    identidad del
    yo para configurarse como parte de un sistema superior.
    Es decir, no es ni eliminado ni reprimido, sino integrado como
    parte co-constitutiva de una identidad
    superior.

    Creemos oportuno a estas alturas dar cuenta de la
    diferencia existente entre una mera experiencia mística y
    un verdadero estado de
    estas características.

    En el primero de los casos se trata de algo
    provisional, de una simple experiencia, es decir, hay una toma de
    contacto con una realidad de nivel superior, pero luego se vuelve
    al nivel de conciencia desde el que operamos en forma cotidiana,
    dado que el mismo actúa como un centro de gravedad que nos
    atrae.

    Por el contrario, en el caso de acceder a uno de los
    niveles transpersonales, estaríamos ante una estructura
    básica de carácter permanente, o sea, que el
    sistema de identidad del yo operaría desde y a partir de
    ese nivel de conciencia.

    En este sentido, consideramos oportuno el uso de este
    espacio para recalcar, a tono con lo que hemos venido exponiendo,
    que en todo proceso de
    desarrollo
    psico-espiritual siempre es necesario y fundamental contar con un
    buen asentamiento en los niveles "personales", es decir, tener
    presente que debemos tener un ego bien desarrollado e integrado
    como punto de partida para su posterior y eventual trascendencia.
    En caso contrario, tengamos en cuenta que mal habremos de
    poder
    trascender aquello que ni siquiera hemos podido llegar a
    estructurar y aún el desear hacerlo puede que no conduzca
    más que a un debilitamiento y posible derrumbe de un
    sistema del yo escasamente fortalecido en los niveles racionales,
    con su consecuente regresión hacia estructuras
    pre-personales.

    Entendamos bien, el místico es el que ha
    establecido un ego bien integrado y a partir de ahí se
    catapulta hacia superiores niveles de conciencia, con el fin de
    configurar verdaderas estructuras
    trans-personales. El psicótico, por el contrario, ni
    siquiera ha logrado establecer y definir un ¿quién
    soy?.

    Para concluir, cabe realizar una pertinente
    precisión en lo atinente a si una persona psicótica
    puede acceder a experiencias trans-personales. Si lo hará,
    pero interpretará las mismas desde su nivel propio de
    conciencia así que en vez de afirmar: "Mi esencia divina
    es una con la esencia divina de la cual todos participamos",
    manifestará por el contrario: "Yo soy Dios", y ya hemos
    sido testigos de las masacres que ello ha
    connotado.

    Dado que lo anteriormente expuesto es un leve
    acercamiento a uno de los múltiples implicaciones de la
    Philosophia Perennis, consideramos oportuno recomendar un sitio
    para el intercambio de ideas y la reflexión conjunta
    en:

    http://groups.msn.com/philosophiaperennis-kenwilber/

    Ello pretende profundizar en cuanto a la
    consideración de modelos
    emergentes con el nacer de este nuevo milenio y tendientes a
    generar una verdadera revolución
    transformativa a nivel personal, social y
    universal.

    BIBLIOGRAFIA
    CITADA

    1. WALSH, R. y VAUGHAN, F. Comp.: "Más
      allá del ego" – Ed. Kairós/Troquel
      – 1991, pág. 66
    2. Ibid.: pág. 58
    3. VIDAL, G. y ALARCON, R.: "Psiquiatría"
      – Ed. Médica Panamericana – 1986,
      pág. 655
    4. CAMPBELL, J.: "Los mitos" – Ed.
      Kairós – 1994, pág.
      236
    5. Ibid.: pág. 242
    6. Ibid.: pág. 252
    7. Ibid.: pág. 253

    BIBLIOGRAFIA
    CONSULTADA

    • BHAGWAN SHREE RAJNEESH: "Psicología de lo
      esotérico" – Cuatro Vientos Ed.

    – 1980

    • GROF, S.: "Psicología
      Transpersonal" – Ed. Kairós –
      1994
    • NARANJO, C.: "Psicología de la
      meditación" – Ed. 4 Estaciones –
      1989
    • WELWOOD, J. (Ed.): "Psicoterapia y salud en
      Oriente/Occidente" – Ed. Kairós
    • 1990
    • WHITE, J. (Selec.): "La experiencia
      mística" – Ed. Kairós –
      1986
    • WILBER, Ken: "Los tres ojos del conocimiento"
      – Ed. Kairós – 1991
    • WILBER, Ken: "Breve historia de todas las
      cosas" – Ed. Kairós –
      1991
    • WILBER, Ken: "El ojo del espíritu"
      – Ed. Kairós – 1991

    "MITO, SUEÑO Y
    TRASCENDENCIA"

    Decía San Buenaventura que todo
    conocimiento es una especie de "illuminatio". Creo que con
    eso se refería a lo mismo que el gran psicólogo
    moderno, William James al señalar que el
    conocimiento implicaba una aprehensión inmediata y
    directa de una experiencia, independientemente del tipo
    cualitativo de la misma.

    Este místico afirmaba en ese orden de
    cosas la existencia de un "lumen exterius" que
    permitiría el
    conocimiento de los objetos sensoriales (ciencia
    empírico-analítica); un "lumen
    interius" (la fenomenología, el conocimiento
    filosófico, la religión
    exotérica, etc.); y un "lumen superius" (la
    religión
    esotérica, la mística). Hugo de San Víctor
    habría de referirse a ello posteriormente como
    "cogitatio"; "meditatio"; y "contemplatio"
    respectivamente.

    Realizado este necesario preámbulo,
    procedamos a comprender el o mejor dicho, los significados del
    "mythos".

    Durante gran parte de la historia de la
    humanidad occidental, se identificó como mito a todo
    aquello que no puede existir en la realidad, o sea, se lo
    entendía como una fábula entretenida, sin mayor
    valor que el
    netamente literario.

    Pero como dice Mircea Eliade: "…sociedades en
    las que el mito tiene –o ha tenido hasta estos
    últimos tiempos- "vida", en el sentido de proporcionar
    modelos a la conducta humana y
    conferir por eso mismo significación y valor a la
    existencia" (1)

    En el primer caso -el entendimiento del mito
    como un cuento o una
    leyenda, creada por mentes "primitivas"-, estaríamos ante
    la aplicación de la "cogitatio", es decir, aquello
    a lo que el mito hace referencia no existe (por ejemplo, los
    dragones y los unicornios no existen ni
    existirán).

    En el segundo caso hay una aplicación de
    la "meditatio" y en ese sentido podríamos convenir
    en la presencia de dos vertientes: una de ellas es a la que
    hacía referencia Eliade, es decir, existen pueblos que
    consideran el mito como una historia verdadera. Como refiere este
    autor: "El mito le enseña las "historias" primordiales que
    le han constituido esencialmente, y todo lo que tiene
    relación con su existencia y con su propio modo de existir
    en el cosmos le concierne directamente" (2)

    La otra vertiente, que es de la que nos
    ocuparemos en la presente exposición, nace a principios de
    siglo pasado, pero encuentra su verdadero auge a partir de la
    segunda mitad del mismo, y es a lo que hace a la fenomenología psicológica de los
    mitos y así llegan a ser considerados como mapas
    evolutivos del desarrollo de la psiquis
    humana.

    Por último, el entendimiento del mito a
    través y mediante la aplicación del "lumen
    superius
    ", estaría dando cuenta de un vehículo
    o herramienta para un desarrollo verdaderamente
    trans-personal.

    En el presente artículo, como ya
    manifestamos, hemos de dar cuenta del uso y comprensión
    del mito como mecanismo operacional para navegar hacia y dentro
    de nuestros espacios interiores, así como su posible
    utilización para el despliegue de una conciencia
    trans-racional. El mito en cuanto tal da cuenta de un sistema de
    integración socio-cultural propio de una
    visión del mundo etnocéntrica y divisiva.
    Aquí lo que hacemos es trabajar el mito en cuanto un
    "modelo metafórico" y no una "historia
    sagrada".

    Una de las posibilidades más
    interesantes y profundas para la aplicación de los mitos
    en nuestras vidas personales, en lo que hace a su valor
    instrumental para el auto-conocimiento, tiene que ver con
    el trabajo en
    el aquí y ahora desarrollado por la Terapia Gestalt y a su
    engarce con y dentro de una matriz
    hermenéutica configurada por lo que se podría
    denominar como la re-creación del "tiempo
    primordial".

    Todo mito da cuenta para las sociedades
    tradicionales de una historia sagrada sucedida "in illo
    tempore
    ". Es sagrada en tanto que hace referencia a seres
    sobrenaturales, pero también es verdadera pues refiere a
    realidades, en el sentido de que da cuenta de cómo algo ha
    llegado a existir.

    En este sentido re-vivir un mito es una
    experiencia re-ligiosa en tanto se distingue de la experiencia
    cotidiana, pero además se re-cuerda (en el sentido
    etimológico de volver a pasar por el corazón),
    estando inmeros en este "tiempo primordial" y no en la
    temporalidad ordinaria, es decir, hay una verdadera
    re-actualización del mito. Así podemos llegar a
    afirmar que un mito es en su estructura un verdadero "imago
    mundi
    ", en tanto da cuenta de un origen, donde la
    creación del universo, del
    mundo es "la" creación de la cual han de derivar todas las
    subsiguientes.

    Y es esa re-creación en un tiempo
    considerado sagrado lo que implica la necesidad de ritual, pues
    no estamos ante una simple re-memoración de
    carácter intelectual sino ante una re-actualización
    contemporánea, en el aquí y ahora; pues es la
    primera manifestación de algo lo que es significativo y
    válido y no sus sucesivas
    repeticiones.

    De esta manera el ritual opera como un
    verdadero "regressus ad uterum", aunque no en el sentido
    freudiano sino en el de una verdadera praxis óntica que
    re-conduce "in illo tempore", es decir, no da cuenta de un
    regreso hacia atrás, de una in-volución sino de una
    verdader evolución mediante el re-cuerdo "ab
    origine
    ".

    Ello nos conduce al estudio de los
    sueños, en cuanto hace a su connotación de una
    mitología personal, o sea, el sueño
    daría cuenta de una historia sagrada pero de
    carácter personal e íntimo. Son un verdadero
    mensaje existencial que dan cuenta de y se originan en lo
    más auténtico de nuestro ser.

    Por consiguiente, al re-vivenciar en el
    aquí y ahora mi(s) sueño(s) se produce un
    "descensus ad inferos" , en el sentido de constituirse en
    una verdadera prueba iniciática, una
    reactualización de nuestra esencia más profunda,
    con lo que se nos permite una re-integración de nuestras partes alienadas
    así como el re-conocimiento y aprehensión de
    nuestras potencialidades.

    Así, el trabajo con
    los sueños deviene en un verdadero rito de
    iniciación. Por un lado entendemos que toda
    iniciación comporta el carácter y el significado de
    un segundo nacimiento y ello conlleva en forma implícita
    tanto la necesidad de una muerte como de
    una resurrección, es decir, ha de producirse una plena y
    completa re-novación y re-generación de la
    existencia. Y ello opera a través de un "regressus ad
    uterum
    ", entendido este como el caos, el vacío
    fértil pleno de potencialidades probables pero que
    aún no han coagulado en el mundo de las experiencias
    concretas. Pero es justamente desde y a partir de dicha matriz
    primigenia, de donde habremos de re-surgir, en y a través
    de un proceso que
    constituye además el eje de lo que Campbell denomina el
    "monomito".

    Como dice este autor: El sueño es el
    mito personalizado, el mito es el sueño despersonalizado;
    tanto el mito como el sueño son simbólicos del
    mismo modo general que la dinámica de la psique."
    (3)

    Dado su carácter a-temporal y a-espacial
    tanto los mitos como los sueños pueden oficiar como
    verdaderos vehículos hacia niveles de conciencia
    superiores al cotidiano. Es decir, darían cuenta de una
    prescripción instrumental, de ser un manual, una
    guía de y hacia lo que en verdad nos define en cuanto a
    nuestra esencia última.

    De ello da cuenta la "Philosophia
    Perennis
    " tema del cual ya hemos realizado un abordaje en
    otros escritos monográficos.

    Para concluir hemos de dar cuenta que la
    importancia del "mythos" no radica en su carácter
    literario ni menos aún en su falsedad por y dada su
    inadecuación de y mediante verificación
    empírico-analítica, sino que su riqueza radica en
    la esencia de su silencio, en lo latente, en lo que dice sin
    decirlo.

    El mito y el sueño son ambos verdaderos
    "koanz" del budismo zen. Como
    hubo dicho Confucio de Lao Tse, decimos nosotros ahora: "El mito
    y el sueño son como el dragón, lo que está
    más allá de mi
    comprensión".

    Dado que lo anteriormente expuesto es un leve
    acercamiento a uno de los múltiples implicaciones de la
    Philosophia Perennis, consideramos oportuno recomendar un sitio
    para el intercambio de ideas y la reflexión conjunta
    en:

    http://groups.msn.com/philosophiaperennis-kenwilber/

    Ello pretende profundizar en cuanto a la
    consideración de modelos emergentes con el nacer de este
    nuevo milenio y tendientes a generar una verdadera
    revolución transformativa a nivel personal, social y
    universal.

    BIBLIOGRAFIA
    CITADA

    1. ELIADE, M.: "Mito y realidad" – Ed.
      Kairós – 1999, pág.
      10
    2. Ibid.: pág.
      19
    3. CAMPBELL, J.: "El héroe de las mil
      caras" – FCE. – 1997,
      pág.

    BIBLIOGRAFIA
    CONSULTADA

    • CAMPBELL, J.: "Los mitos" – Ed.
      Kairós – 1994
    • CAMPBELL, J.: "Los mitos en el tiempo"
      – Emecé Editores –
      2000
    • ELIADE, M.: "La búsqueda" –
      Ed. Kairós – 1999
    • WILBER, Ken: "Los tres ojos del
      conocimiento" – Ed. Kairós –
      1991
    • WILBER, Ken: "Breve historia de todas las
      cosas" – Ed. Kairós –
      1991
    • WILBER, Ken: "El ojo del espíritu"
      – Ed. Kairós –
      1991

     

    Lic. Germán H.
    PASTORINI

    Licenciado en
    Psicología

    Montevideo-Uruguay

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