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Aspectos psicológicos y neurobiológicos de la inteligencia emocional




Enviado por ariel.calderon



    1. Resumen
    2. Aspectos psicológicos de
      la Inteligencia Emocional
    3. Aspectos
      Neuroanatómicos de la Inteligencia
      Emocional
    4. Conclusiones
    5. Referencias
      Bibliográficas

    Resumen

    La inteligencia
    emocional se refiere a la capacidad de reconocer los propios
    sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarlos y
    manejar adecuadamente las relaciones que se sostienen con los
    demás y con las personas mismas. Es un concepto muy
    amplio, que implica la capacidad del individuo para
    llevar a término exitosamente una empresa, e
    incluye la Inteligencia Cognitiva (IC) y la Inteligencia
    Emocional (IE). La IC se compone de facultades como la atención, la memoria,
    el lenguaje,
    la abstracción, etc., mientras que la IE incluye elementos
    sociales y emocionales. Estos últimos no son mensurables
    con los test de
    inteligencia habituales. En el presente trabajo
    exponemos un bosquejo por los laberintos neuroanatómicos
    de la inteligencia emocional, su sustrato fisiológico y
    morfológico imbricando lo psicológico con la unidad
    estructural y funcional que constituye el cerebro.

    Palabras Claves: inteligencia emocional, aspectos
    neurobiológicos, aptitud emocional, emociones,
    aprendizaje
    emocional básico, toma de
    decisiones, habilidades de la inteligencia emocional,
    aplicaciones de la inteligencia emocional.

    Key words: emotional intelligence,
    neurobiological aspects, emotional aptitude, move, basic
    emotional learning, taking of decisions, abilities of the
    emotional intelligence, applications of the emotional
    intelligence.

    I.- Introducción.

    La irrupción del libro
    "Inteligencia Emocional" con los vaiosos y brillantes aportes de
    Daniel Goleman hizo posible que la difusión de este tema
    gozara de cierta popularidad, la lectura de
    este libro se puede disfrutar ya que cuenta con un estilo
    divulgativo, didáctico y muy ameno, logra llegar a un gran
    número de lectores, que pronto empiezan a interesarse por
    conocer más de este concepto y, especialmente, en
    encontrar una herramienta o instrumento de evaluación
    de la inteligencia emocional. Todo el mundo quiere saber de este
    tema, es una avidez creciente no solo de la
    intelectualidad.

       En el entorno científico se ha
    convertido en una necesidad creciente el estudio de la
    emoción, de la creatividad,
    la inteligencia, las competencias
    sociopersonales y como mayor novedad la Inteligencia Emocional
    (IE).

    Según Goleman la IE es el factor clave para una
    adaptación exitosa en las diferentes contingencias de la
    vida, y que esta es en definitiva un conjunto de metahabilidades
    que pueden ser aprendidas. Así que con este énfasis
    en una mejor adaptación personal, social
    e incluso laboral el
    interés
    en la IE es evidente con la consiguiente proliferación de
    documentos
    sobre la IE y de escalas de evaluación de la IE. Considero
    que este incremento tiene como consecuencia una mala
    utilización del concepto original propuesto por Salovey y
    Mayer (1990)

    Para Daniel Goleman, la inteligencia emocional se
    refiere a la capacidad de reconocer los propios sentimientos, los
    sentimientos de los demás, motivarlos y manejar
    adecuadamente las relaciones que se sostienen con los
    demás y con las personas mismas.
    El concepto de "inteligencia" es difícil de definir dado
    que hay múltiples enfoques entre los distintos autores.
    Etimológicamente deriva del latín "intellegere",
    que significa "recolectar de entre", lo que le atribuye una
    connotación relacionada al discernimiento o toma de
    decisiones.

    Se deriva entonces una nueva división desde el
    punto de vista conceptual y didáctico de la inteligencia
    planteándose la existencia de dos tipos: la intelectual y
    la emocional, cada una de ellas expresa la actividad de regiones
    diferentes del cerebro. El intelecto se basa en el funcionamiento
    del neocortex, la parte que recubre la superficie del cerebro,
    mientras que los centros emocionales están en una
    región más antigua

    De esta forma, podemos deducir que la inteligencia es un
    concepto muy amplio, que implica la capacidad del individuo para
    llevar a término exitosamente una empresa, e
    incluye la Inteligencia Cognitiva (IC) y la Inteligencia
    Emocional (IE). La IC se compone de facultades como la
    atención, la memoria, el
    lenguaje, la
    abstracción, etc., mientras que la IE incluye elementos
    sociales y emocionales. Estos últimos no son mensurables
    con los test de inteligencia habituales.

    El desarrollo de
    la IE es crucial para alcanzar el éxito
    en la vida, incluso más que la IC, y a diferencia de
    ésta, tendría una mayor carga ambiental que
    genética. Es por esto que, pese a su
    reciente descripción, la IE se ha convertido en uno
    de los temas más debatidos en psicología y
    más estudiados en neurología conductual, amenazando
    con crear una verdadera revolución
    en los métodos de
    enseñanza tradicionales, los que
    están enfocados principalmente al desarrollo de la
    IC.

    II.- Aspectos
    psicológicos de la Inteligencia Emocional

    Los sentimientos no sólo son los hontanares del
    saber intuitivo. También nos suministran, a cada instante,
    durante todo el día, datos
    potencialmente aprovechables. Pero no basta con tener los
    sentimientos. Es necesario saber reconocerlos y apreciarlos,
    tanto en uno mismo como en los demás, así como
    reaccionar a ellos correctamente. Las personas que saben hacerlo
    utilizan la inteligencia emocional, que es la capacidad para
    sentir, entender y aplicar eficientemente el poder de aquel
    cúmulo de emociones del cual mana parte de la fuerza, de las
    informaciones, de la confianza, creatividad e influencia sobre
    los demás que anima al hombre.

    La medida de la inteligencia emocional se expresa con un
    cociente, el EQ. Los investigadores sugieren que las personas que
    tienen el EQ alto tienen mejores resultados en su vida
    profesional, entablan relaciones personales más estrechas,
    desempeñan funciones
    directivas más hábilmente y gozan de mejor salud que las personas con
    un EQ bajo.

    El EQ Map Profiles y el Organizational
    EQ Map Profiles
    son dos instrumentos homologados según
    las normas
    norteamericanas y válidas a los efectos
    estadísticos, que sirven para medir la inteligencia
    emocional y otras dimensiones de la inteligencia humana en
    el
    trabajo.

    A medida que el sujeto va desarrollando las distintas
    características de su inteligencia emocional, lo
    más probable es que observe que, al mismo tiempo, va
    aumentando su capacidad en los siguientes aspectos:

    • La intuición.
    • La disposición para confiar en los
      demás y la capacidad para inspirar
      confianza.
    • Un talante sólido y de auténtica
      personalidad.
    • El aprecio  por la insatisfacción
      constructiva.
    • La capacidad para encontrar soluciones
      acertadas en situaciones difíciles y para tomar
      decisiones inteligentes.
    • Liderazgo eficiente.

    La inteligencia emocional no sólo es una fuerza
    potente en sí misma, sino que también es
    indispensable para poder llevar a buen término ciertas
    iniciativas relacionadas con la mente, tales como control de
    calidad, desarrollo de las competencias fundamentales y
    aplicación de las disciplinas correspondientes a la
    valoración. La rentabilidad
    de las organizaciones
    está relacionada en gran medida con la calidad de la
    vida profesional, la cual depende mucho de la confianza y de la
    lealtad, tanto dentro de la
    organización como para con las personas externas. La
    rentabilidad también tiene cierta relación con lo
    que sienten los empleados respecto a su trabajo, a sus
    compañeros y a la
    empresa.

    Las tres fuerzas
    impulsoras

    Tres factores que determinan la ventaja
    competitiva:

    • La consecución de la confianza en las
      relaciones con las personas.
    • El aumento del impulso de la eficiencia
    • La construcción del futuro

    La consecución de la confianza en las
    relaciones con las personas:
    Se trata de desarrollar
    métodos concretos para construir un radio de
    confianza que abarque a los clientes actuales
    y potenciales, a los equipo propios y a toda la organización.

    El aumento del impulso y de la eficiencia en
    situaciones de presión:
    Este factor tiene
    relación con la preparación de unos dispositivos,
    que se puedan accionar para alertar la mente, cuando sea
    necesario aumentar la fortaleza de las personas y de las
    relaciones entre ellas.

    La creación del futuro: Este factor
    desarrolla las habilidades fundamentales que sirven para
    aprovechar el poder de los puntos de vista divergentes y del
    potencial más importante, el de los talentos y fuerzas
    esenciales de cada persona,
    incluidos aquellos aspectos que no suele aprovecharse como
    ventajas competitivas. Esas habilidades pueden aumentar la
    capacidad de los equipos y trabajadores individuales para
    encontrar oportunidades, solucionar problemas e
    introducir avances reveladores en el campo estratégico,
    técnico y de servicios.

    Esas manifestaciones de la capacidad esencial se
    concentran y movilizan en el lugar de trabajo a través de
    un modelo
    llamado: modelo de las cuatro piedras angulares de la
    inteligencia emocional. Las citadas cuatro piedras angulares
    son:

    • El reconocimiento de las emociones.
    • La aptitud emocional.
    • La profundidad emocional.
    • La alquimia de las emociones.

    Es importante comenzar por mencionar la honestidad. La
    construcción o el enriquecimiento de la inteligencia
    emocional comienzan cuando nos dejamos guiar sinceramente por los
    sentimientos y nos mantenemos fieles a nosotros mismos,
    respetando la sabiduría del corazón y
    de la mente.

    Es indudable que, a los trabajadores de todos los
    niveles de cualquier organización les gustaría que
    las relaciones fueran directas y sinceras. La
    comunicación desprovista de sinceridad es denigrante
    para todos, porque implica que somos casi infinitamente
    manipulables mientas los que mandan sepan darle el matiz que les
    convenga. Existe, sin embargo, un antídoto contra esa deshumanización
    del lenguaje. Consiste en conocer aquellas cualidades de nuestra
    fortaleza gracias a las cuales se nos respeta y no cesar en la
    lucha por ellas.

    Durante muchas décadas, los estudiosos más
    prestigiosos del liderazgo
    vienen recomendando que cuidemos las emociones en la vida de las
    organizaciones y que aprendamos a valorarlas y a controlarlas
    correctamente, tanto las nuestras como las de los
    demás.

    • El reconocimiento
      de las emociones

    El reconocimiento de las emociones implica la
    adaptación de un glosario claro y
    útil para referirse a ellas y el respeto y aprecio
    de la sabiduría que encierran los sentimientos. La
    honestidad emocional, la energía emocional, el
    feedback emocional y la intuición práctica
    son algunas de las nociones que contribuyen a ello.

    Para comprobar personalmente el dinamismo de la
    honestidad emocional en algunos aspectos, usted mismo puede
    escudriñar su propia inteligencia emocional durante varios
    días. Observe sus pensamientos y sentimientos. Basta
    contactar con nuestras voces interiores y mantenernos atentos a
    ellas para desarrollar la facultad de surtirnos de las profundas
    fuentes del
    saber que viene más allá de nuestro pensamiento,
    desde dónde reina la inteligencia emocional.

    • La aptitud
      emocional

    La confianza es una de las principales
    característica de la aptitud emocional, que es la segunda
    piedra angular de la inteligencia emocional. Se compone de
    autenticidad, resistencia,
    renovación e insatisfacción constructiva. Esas
    cualidades enriquecen nuestras facultades personales y nuestro
    carácter, así como los sentimientos
    que los animan y orientan. Es con ellas que cada uno de nosotros
    forja su auténtico destino en la vida y en el trabajo:
    Para un buen profesional o líder,
    hay pocas cosas que tengan más importancia que la
    confianza.

    La confianza, que muchas veces se pierde víctima
    de nuestra propia  falta de voluntad o de capacidad para
    aceptar los sentimientos, se ha convertido en el principal factor
    de la competitividad, no sólo para las empresas sino
    incluso para los países.

    La confianza es más que una buena opinión
    o actitud. Es
    una fuerza de las emociones que se puede movilizar. Es algo en
    que debemos basar nuestros sentimientos y acciones.
    Cuando tenemos confianza en nosotros mismos, la depositamos en
    los demás y, a cambio ganamos
    la suya. Entonces, ese sentimiento se convierte en el aglomerante
    que cimienta esas relaciones. Además abre el camino para
    un diálogo
    franco. En cambio, la falta de confianza nos hace perder mucho
    tiempo y esfuerzo en salvaguardar, inspeccionar, dudar, verificar
    y medir cosas, en lugar de dedicarnos al trabajo que sea creativo
    y cooperativo y que genere valor
    añadido.

    La confianza que infunden y de la cual luego gozan las
    personas, equipo u organizaciones, se construye sobre la forma
    honrada y apropiada en que éstos la manifiestan,
    así como sobre la verosimilitud de estas manifestaciones y
    la credibilidad que infunden. Está probado que la
    confianza en los negocios
    depende sobre todo del contacto emocional entre las personas. Sin
    ella, la innovación es tímida y desaparece,
    los líderes tienen que ocuparse de muchos pormenores al
    preparar cualquier procedimiento,
    incluso una transacción sencilla.

    A menos que hagamos algo concreto para
    que la confianza sea más profunda y se extienda, abarcando
    nuestras relaciones de trabajo y organizaciones, nos quedaremos
    solos, sin una auténtica comunidad. Eso
    podría inhibir a los trabajadores de perseguir las
    oportunidades económicas. El coste económico de
    este fenómeno es la perdida de la capitalización
    social o radio de
    confianza que, en este contexto, se refiere a las condiciones que
    permiten a unas personas confiar en otras y trabajar juntas en
    grupos u
    organizaciones, compartiendo los mismos
    propósitos.

    Si usted demuestra que su disponibilidad y
    atención son sinceras, la gente confiará en usted y
    pensará que usted no es igual que lo otros jefes. Esa
    opinión es vital para los líderes con alto
    rendimiento. Sin ella se formaría una incesante corriente
    de resentimientos, con el resultado de que ambas partes se
    volverían tensas, desconfiadas y menos
    productivas.

    • La profundidad de las
      emociones

    La profundidad emocional, tiene que ver con:

    • Destacar el rasgo fundamental del carácter del
      sujeto.
    • Descubrir y fomentar el potencial y el
      propósito que le son propios y que definen su
      destino.
    • Manifestar el compromiso, el impulso, la iniciativa,
      la conciencia y
      la responsabilidad.
    • Aprovechar la solidez de un talante.
    • Aumentar la influencia que ejerce el sujeto
      más allá de su autoridad,
      posición y cargo.

    El saber, que es la herramienta más eficaz para
    influir sobre los demás sin tener que aprovechar
    ningún ascendente ni ejercer ningún control sobre
    ellos, constituye uno de los principales retos para las
    organizaciones de nuestra década. Se trata de percibir,
    aprender, relacionar, crear, ordenar por prioridades y actuar de
    tal manera que el proceder dependa más del elemento
    emocional que del mero dominio y
    control, lógica
    e intelecto o análisis técnico.

    Las emociones invaden nuestra identidad y se
    extienden al sistema que
    formamos los humanos a modo de la fuente que irradia y transmite
    energía; son las corrientes de energía que manan en
    nuestro interior, vitalizan nuestros valores y
    orientan nuestras percepciones y conductas. Luego, fluye hacia el
    exterior y afectan a los demás.

    La inteligencia emocional es transferida durante un
    continuo proceso,
    primero de compresión y aplicación de las dos
    primeras piedras angulares (reconocimiento de las emociones y
    aptitud emocional) y luego, de exploración del nivel
    profundo de las emociones mediante toda una serie de
    prácticas. Entre éstas, se encuentra aquella
    clase de
    programas de
    adiestrados y asistencia de mentores.

    Por más que nos esforcemos, es imposible que
    podamos sobresalir en todo, pero cada uno de nosotros es capaz de
    hacer algunas cosas mejor que otras cien mil personas. Es
    necesario que busquemos y desarrollemos nuestros lados fuertes y
    habilidades mientras vamos reorientando y controlando los puntos
    débiles, en lugar de intentar subsanarlos. Lo esencial de
    la profundidad emocional es lo siguiente: La vida y el trabajo
    del hombre representan más de lo que admiten las
    rígidas teorías
    ya superadas. Lo que sentimos y las imágenes
    del potencial único que llevamos en el corazón
    calan mucho más hondo.

    El trabajo es una oportunidad de transferir al mundo
    exterior aquello que nos identifica como únicos. El hombre
    tiene una necesidad compulsiva de dejar su huella personal en el
    mundo.

    • La alquimia de las
      emociones

    Al aplicar las tres piedras angulares de la inteligencia
    emocional ya citadas, es decir, el reconocimiento, la aptitud y
    la profundidad de las emociones, se podrá experimentar
    superación y progreso. Uno podrá volverse
    más enérgico, más eficaz y más
    confiado en sus relaciones con los demás. Y, qué
    duda cabe, se sentirá más a gusto con su verdadero
    talante.

    La alquimia se trata de una convergencia de aquellas
    fuerzas que nos permiten descubrir oportunidades creativas y
    transformar ideas menores en algo más
    importante.

    Por lo general, cuando hablamos del cambio, pensamos en
    un cambio para más o mejor, que resulta de un
    análisis racional y ordenado y de una planificación rigurosa, producto de un
    esfuerzo intelectual sobre todo. Por el cambio para más o
    mejor dura poco, tiene una envergadura limitada y tiende a ser
    reversible.

    En cambio, muchos buenos directores no están
    dispuestos a competir en el futuro, introduciendo
    únicamente los cambios para más o mejor, con todas
    las previsiones y limitaciones que ello implica, sino se proponen
    un cambio transformacional y se dedican a efectuarlo. Tienen
    valor para asumir los riesgos de la
    creatividad. Toleran el error propio o ajeno y, aunque alguien se
    equivoque, le permiten seguir explorando nuevos territorios.
    Saben que el futuro no es algo que basta esperarlo y ya
    vendrá, sino algo a cuya construcción debemos
    contribuir activa y apasionadamente. La inteligencia emocional
    juega un papel vital en esa construcción.

    El síndrome de Zeigarnik, descubierto hace
    treinta años, se refiere a que la creatividad se extingue
    tan pronto como llegamos al término de un proyecto o
    eliminamos un problema. Cuando un trabajador está haciendo
    algo excepcional, casi siempre deja de ser administrador.
    Hay algo que absorbe toda su atención y dirige su
    interés hacia la naturaleza
    misma del proyecto o problema. Se siente animando y fuerte y
    empieza a exigirse a sí mismo y a los demás aportes
    creativos y máximo esfuerzo. Casi siempre termina creando
    algo extraordinario o aprendiendo algo muy
    útil.

    Todos podemos saber hacer frente a las mismas cosas que
    cualquier otra persona, pero debemos estar mejor preparados,
    nuestro instinto debe ser más agudo y nuestra
    dedicación, más creativa. Entonces, sabremos
    reaccionar de un modo diferente e innovador, porque no estaremos
    atascados en el tiempo. Sabremos ser excepcionalmente tolerantes
    con la ambigüedad y dejar que el juego de las
    cosas siga su curso creativo.

    En realidad, muchas cosas que buscamos, tanto en el
    quehacer empresarial como en la vida, no están en ninguna
    parte. No vienen con la última tendencia ni con la
    tecnología
    más avanzada, sino las llevamos dentro. Siempre han
    estado
    allí, pero muchos de nosotros no hemos sabido valorarlas
    ni responder a ellas o no las hemos utilizado todo lo bien que
    somos capaces de hacerlo.

    En síntesis,
    para que la vida tenga un sentido y una realización
    satisfactoria es necesario sintonizar con lo que está
    detrás de los análisis mentales, de las
    apariencias, del control y de la retórica para ejercitar
    la parte del ser que emite sentimientos, que anima nuestras
    facultades más preciadas y la capacidad para aprender y
    crear, transformado esas facultades e ideas, para convertir los
    pensamientos en vivencias.

    III.-
    Aspectos Neuroanatómicos de la Inteligencia
    Emocional.

    Para los antropólogos el cerebro orgánico
    se divide en tres partes: el cerebro externo, el cerebro medio o
    mamífero inferior, y el cerebro antiguo llamado
    también reptil por su forma anatómica.

    De todos ellos, el que más se relaciona con la
    mente es el cerebro reptil, porque contiene las emociones
    primitivas y los instintos de supervivencia y conquista;
    además se encuentran en él, entre otras, las
    funciones primarias vitales como la respiración y la regulación del
    calor
    corporal.

    El cerebro externo o neo-cortex tiene a su cargo la
    importante función
    del pensamiento y el razonamiento intelectual. Pero, aunque
    muchos saben que este cerebro está compuesto de dos
    hemisferios cerebrales, muchos también ignoran que el
    hemisferio izquierdo maneja la lógica y todo lo
    relacionado con ella, mientras que el hemisferio derecho tiene
    que ver con la emoción y también con los
    sentimientos negativos como los miedos, las culpas y el
    resentimiento.

    Sin embargo, esto no significa que una persona con
    hemisferio izquierdo dominante -la lógica- no tenga
    emociones negativas como miedos o culpas. Es necesario aclarar
    esto, porque se tiende a pensar que las personas "lógicas"
    sólo tienen sentimientos y emociones en permanente
    equilibrio.
    Todas las personas tienen un hemisferio dominante; algunas pueden
    ser extremadamente lógicas (hemisferio izquierdo), y otras
    por el contrario pueden ser extremadamente emocionales
    (hemisferio derecho).
    Por supuesto que el equilibrio pasa por la función
    conjunta de ambos hemisferios, pero -y éste es el
    problema- casi todos "manejan" inconscientemente, todo el tiempo,
    el hemisferio izquierdo o el hemisferio derecho.

    Antes de determinar si una persona es hemisferio
    izquierdo o derecho, es necesario conocer brevemente las
    cualidades de cada uno.

    Las personas con predominio del hemisferio izquierdo son
    lógicas, razonan todo paso a paso, se informan
    exhaustivamente antes de actuar, y muchas veces no concretan lo
    que quieren por exceso de razonamiento.

    Las personas con predominio del hemisferio derecho son
    emocionales, intuitivas, poco dadas a razonar, en algunos casos
    extremadamente sensibles y perceptivos. Estas personas suelen
    sacar conclusiones por lo que sienten y no por lo que piensan;
    pese a ello, cuando siguen la voz de su intuición,
    generalmente no se equivocan.
    En oriente llaman al hemisferio izquierdo "El día", porque
    para las personas con este hemisferio dominante, todo es claro
    bajo la luz de la
    razón; en cambio al hemisferio derecho lo llaman "La
    noche", porque tiene que ver con la intuición, con lo que
    se siente, y no se puede explicar a la luz de la razón.
    Sin embargo, para la educación
    occidental, las personas con hemisferio izquierdo dominante han
    sido hasta hace muy poco tiempo valorizadas como
    genios.

    Del mismo modo las personas con hemisferio derecho
    dominante, donde están presentes emociones y sentimientos,
    han sido desvalorizadas.

    Por ejemplo: es frecuente que entre dos hermanos, que
    están cursando la escuela primaria,
    se destaque la lógica como un aspecto sumamente brillante
    de la
    personalidad de uno de ellos; mientras que el otro, con el
    hemisferio derecho dominante, es desvalorizado por sentir
    más emoción que razonamiento.

    A la luz de recientes estudios e investigaciones,
    se sabe que una persona con hemisferio derecho dominante, y por
    lo tanto con una personalidad tendiente a demostrar sus
    emociones, tiene más posibilidades en áreas que
    requieren gran creatividad. Los ejecutivos de grandes empresas en
    el mundo son personas con dominio de ambos hemisferios; es decir
    son lógicos y emocionales, y la emoción -no hay que
    olvidarlo- complementa perfectamente a la razón. El
    trabajo sincronizado de ambos hemisferios logra una
    perfección que permite a las personas vivir mejor, con
    experiencias positivas de gran plenitud.

    La frecuente comparación del cerebro humano con
    una computadora es
    totalmente equivocada; las computadoras
    conocen dos estados posibles: 0 – 1; sí o
    no
    .
    El cerebro humano conoce, acepta, y sobre todo resuelve, cientos
    de estados en miles de situaciones diferentes. Es mucho
    más asombroso, impresionante y perfecto que la más
    sofisticada computadora: es una lástima que sólo
    una minoría conozca la maravilla que tiene a su
    disposición, para aprovechar mejor la vida.

    Anatomía del aprendizaje emocional
    básico.

    La mayoría del conocimiento
    con que contamos respecto a la memoria emocional proviene de
    estudios en animales
    sometidos al clásico "reflejo condicionado al miedo", el
    que está presente en todas las especies estudiadas, desde
    los insectos al hombre. Esto hace pensar que los circuitos
    neuronales que lo sustentan forman la base sobre la cual se
    desarrolla toda la vida emocional en especies más
    evolucionadas.

    En estos estudios se ha determinado que cuando el animal
    se enfrenta a un estímulo sensorial potencialmente
    dañino, reacciona con una respuesta autonómica,
    endocrina y somática que lo prepara para enfrentar en
    mejor forma este peligro.

    El tipo de estímulo al que responde es en parte
    innato y en parte aprendido. Luego que el estímulo
    sensorial impresiona al receptor correspondiente, la señal
    llega al tálamo y desde allí a la
    "amígdala", principal núcleo involucrado en la
    adquisición de la "respuesta emocional básica"
    (REB) y el almacenaje de la información primitiva. La amígdala,
    a su vez, tiene conexiones con las áreas del tronco
    cerebral comprometidas en el control del gasto cardíaco,
    la respiración, la vasodilatación y la
    reacción de miedo.

    Por estudios de lesión se ha determinado que la
    corteza cerebral primaria sensorial no es necesaria para la
    adquisición de esta REB, aunque colabora en el
    procesamiento de estímulos complejos.

    El "hipocampo", área comprometida en la "memoria
    declarativa", no es importante en la identificación del
    estímulo; sólo colabora en la identificación
    del entorno en que este ocurre. De este modo, el aprendizaje
    emocional es mediado por un sistema que puede operar
    independientemente de nuestra conciencia.

    Este sistema, subcortical, madura precozmente en el
    desarrollo, antes que el hipocampo, por lo que eventos
    traumáticos infantiles pueden generar conductas
    emocionales en la adultez, sin que tengamos conciencia de su
    origen.

    El ahorro de
    tiempo puede ser la razón por la cual el aprendizaje
    emocional se genera especialmente a nivel subcortical. Una falla
    en la respuesta al peligro es más costosa que responder
    inapropiadamente a un estímulo benigno. Posteriormente la
    corteza participa en la confirmación o cambio de la
    respuesta inicial.

    Una vez adquirido, el condicionamiento al miedo es
    relativamente permanente; sin embargo, luego de repetidos
    estímulos que no se acompañan de daño,
    la respuesta disminuye, fenómeno denominado
    "extinción". Las "áreas prefrontales" controlan la
    expresión de la respuesta emocional evitándola una
    vez que no es útil (probablemente actuando sobre la
    amígdala). De este modo, la extinción sería
    un proceso activo.

    Variaciones funcionales en la vía
    prefrontal-amigdalina podrían hacer más
    difícil para algunas personas cambiar su conducta
    emocional.

    En concordancia con los hallazgos en animales, el
    daño bilateral de la amígdala en el ser humano
    provoca un defecto significativo en el control ejecutivo y una
    conducta social inapropiada (desinhibida). El coeficiente
    intelectual no se altera mayormente.

    Dado que muchas psicopatías humanas -incluyendo
    la ansiedad, fobias, síndrome de estrés
    postraumático y crisis de
    pánico
    comprometen la capacidad del cerebro para controlar el miedo,
    el
    conocimiento de sus bases neurales puede ayudar a una mejor
    comprensión y tratamiento de estos
    trastornos. 

    Conciencia de emociones.

    Como vimos anteriormente, el circuito básico de
    las emociones puede aprender y funcionar en forma
    prácticamente automática, teniendo por objetivo
    preparar al organismo, a través de una respuesta visceral
    y somática, para enfrentar una situación nueva (Ej.
    agresión).

    ¿Cuál es el mecanismo que permite a
    especies más evolucionadas tener conciencia de las
    emociones?

    Por estudios en pacientes con lesiones cerebrales, se ha
    determinado que la corteza parietal e insular sería clave
    en la percepción
    de los estados emocionales, siendo el hemisferio cerebral derecho
    dominante en este sentido. Estas regiones procesan la
    información que llega de las diferentes regiones del
    cuerpo (incluso visceral), completándose el
    ciclo:

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Los pacientes anosognósicos, por lesión
    parietal derecha, presentan emociones y sentimientos inapropiados
    sobre su estado de salud, ofreciéndonos el
    espectáculo de una mente privada de la posibilidad de
    sentir el estado
    corporal actual.

    En forma muy acertada el médico y filósofo
    norteamericano William James (1842-1910), refiriéndose a
    la corporalidad de las emociones, expuso: "Si sentimos una fuerte
    emoción e intentamos abstraer de nuestra conciencia todos
    los sentimientos de sus síntomas corporales, nos
    encontramos con que no queda nada, ningún "material
    mental" que la pueda constituir; lo único que resta es un
    estado neutral y frío de percepción
    intelectual".

    ¿Qué tipo de emoción de miedo
    quedaría si estuviera ausente la sensación de pulso
    acelerado, respiro afanoso, labios trémulos, extremidades
    débiles, carne de gallina y ruidos
    intestinales?

    ¿Cómo puedo imaginar un estado de rabia y
    no sentir la ebullición del pecho, el enrojecimiento
    facial, la dilatación de las narices, los dientes
    trabados? Me resulta imposible pensarlo".

    Aunque los cambios corporales son fundamentales en la
    percepción de la emoción, en numerosas instancias
    el cerebro aprende a urdir la imagen difusa de
    un estado corporal "emocional", sin tener que reactuarla en el
    cuerpo mismo. Esta representación, que Damasio llama "como
    si", se gatilla en dispositivos neurales presentes en el tronco
    cerebral.

    La integración de las emociones al
    ámbito conciencial tiene la ventaja de permitir modular la
    REB, agregándole elementos cognitivos.

      Las emociones y la toma de
    decisiones.

    La adecuada toma de decisiones es un elemento
    fundamental para la supervivencia.

    Existe información experimental y lesionar acerca
    de la influencia que tienen los impulsos emocionales en la toma
    de decisiones.

    Se ha determinado que en los segundos previos a la toma
    de una decisión en el ámbito personal o social, se
    produce una descarga autonómica leve, probablemente
    gatillada por la "corteza prefrontal", que alerta al individuo y
    sugiere un curso de acción,
    que posteriormente se complementa con la
    cognición.

    Esta pulsión, de proceso subconsciente, se genera
    en regiones que almacenan información acerca de
    situaciones similares vividas en el pasado.

    Pacientes con daño en regiones prefrontales
    ventromediales evolucionan con una dificultad importante en la
    toma de decisiones en el ámbito social y personal, siendo
    los test de inteligencia normales. Por estudios de
    dermoconducción se ha determinado que presentan una
    disfunción en la generación de la descarga
    autonómica previa a la decisión. Además se
    observa el fenómeno que se ha denominado "miopía
    ante el futuro", esto es, son controlados sobre todo por
    perspectivas inmediatas, pareciendo insensibles al porvenir. La
    evolución social es hacia un deterioro
    progresivo en la vida laboral y familiar, siendo frecuentemente
    catalogados como simuladores, dada la normalidad de los test
    neuropsicológicos corrientes.

    IV.-
    Conclusiones.

     Filogenéticamente el sistema nervioso
    se ha estructurado como un sistema que permite a la especie
    responder en forma más compleja y adaptativa a las
    exigencias del medio.

    Inicialmente se configuró como una red de reflejos
    elementales, posteriormente se agregaron elementos
    autonómicos, emocionales y finalmente cognitivos. En cada
    etapa, más que cambiar totalmente su estructura, se
    ha ido agregando nuevas funciones tomando como base las
    preexistentes.

    Aunque la cognición ha aportado una gran
    plasticidad adaptativa al ser humano, lo que le ha permitido
    sobrevivir prácticamente en cualquier ambiente sobre
    la tierra,
    sigue siendo la vida emocional el cimiento sobre el cual se
    sustenta el psiquismo. La emotividad es fundamental incluso en
    procesos en
    los cuales se le ha creído tradicionalmente perjudicial,
    como es la toma adecuada de decisiones.

    La disfunción del aparato emocional, ya sea por
    déficit (aplanamiento afectivo) o por una respuesta
    inapropiada a las circunstancias, se traduce en una considerable
    desventaja biológica y social.

    La clave para una elección adecuada es estar en
    sintonía con nuestros sentimientos.

    Habilidades de la inteligencia
    emocional.

    Conciencia de sí mismo. Es la capacidad de
    saber lo que se siente en cada momento, de reconocer las propias
    preferencias y guiar según éstas la toma de
    decisiones, teniendo en cuenta las capacidades de la propia
    persona y confiando en ella.

    Autorregulación. Consiste en manejar las
    emociones para que faciliten la tarea que se está llevando
    a cabo y no interfieran en ella. También hace referencia a
    ser capaces de recuperarse rápidamente del estrés
    emocional.

    Motivación. Se trata de perseguir los
    objetivos de
    la propia persona teniendo en cuenta las preferencias de
    ésta, ayudando a tomar iniciativas, ser eficaces, y seguir
    adelante a pesar de los contratiempos y frustraciones que se
    puedan presentar.

    Empatía. Hace referencia a darse cuenta de
    lo que sienten las demás personas, ser capaces de
    empatizar con ellas y cultivar las relaciones con una amplia
    diversidad de personas.

    Habilidades sociales. Ayudan a manejar con
    éxito las emociones en las relaciones, interpretando de
    manera adecuada las situaciones y relaciones sociales, haciendo
    que se interactúe positivamente con los
    demás.

    Aplicaciones de la inteligencia
    emocional.

    Es importante utilizar estas habilidades sociales para
    dirigir y resolver disputas, cooperar y trabajar en equipo. La
    inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo
    que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba muchas
    habilidades. Éstas configuran rasgos de carácter
    como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que
    resultan indispensables para una buena adaptación
    social.

    El déficit de inteligencia emocional repercute en
    numerosos aspectos de la vida cotidiana: desde problemas
    matrimoniales hasta trastornos de salud. El descuido de la
    inteligencia emocional puede arruinar muchas carreras y en el
    caso de niños y
    adolescentes,
    conducir a la depresión,
    trastornos alimentarios, agresividad o delincuencia.

    Cómo mejorar la inteligencia
    emocional.

    En los últimos años, la inteligencia
    emocional ha ido tomando cada vez más importancia. Se
    habla de que las personas emocionalmente inteligentes son
    más capaces para triunfar en la vida, por tanto,
    ¿significa eso que sólo unos pocos pueden tener
    éxito en aquello que lleven a cabo?

    La respuesta es que no, ya que la inteligencia emocional
    puede ir mejorando a lo largo de la vida, y esa es precisamente
    la gran diferencia con la inteligencia cognitiva. De hecho,
    tiende a ir desarrollándose según se va madurando y
    aprendiendo a ser más conscientes de los estados de
    ánimo, a manejar emociones angustiosas y a escuchar a los
    demás.

    Las personas emocionalmente inteligentes se plantean
    unas expectativas desafiantes, pero que saben que pueden
    alcanzar, ya que no se dejan llevar por un excesivo optimismo ni
    por expectativas irreales. Son personas constructivas, es decir,
    son capaces de aprovechar lo que se les ofrece, y lo más
    importante, hacerlo bien.
    Orientaciones para mejorar la Inteligencia Emocional

    Intentar descubrir cómo se siente uno, y
    qué le ha llevado a sentirse de esta manera. Por ejemplo:
    "hoy estoy enojado porque alguien me ha tratado mal y me he
    sentido humillado".

    La búsqueda de la causa de los estados de
    ánimo es útil si lo que se pretende es un cambio en
    la persona, ya que debe estar dispuesta a cambiar la
    situación, salir de ella y mejorar. " No volveré
    a dejar que alguien me trate mal y me humille, porque soy una
    persona igual que ella. Le diré que no me trate
    así".

    Aceptar las críticas de los demás, ya que
    son una manera de lograr información sobre uno mismo, y
    descubrir facetas a desarrollar y potenciar o evitar.

    Para evitar preocuparse en exceso, es recomendable
    procurar pensar en otras cosas. Cuando aparezcan las
    preocupaciones, se debe tratar de hallar el motivo que las
    causan, identificando las situaciones o pensamientos para
    intentar controlarlas.

    Para mejorar la automotivación, es pensar que se
    es capaz para encontrar distintas salidas a un problema, sentir
    que se posee la capacidad y energía necesaria para
    realizar una determinada tarea. Hay que estar seguros de las
    propias posibilidades y pensar que lo que se está haciendo
    supone un desarrollo
    personal y un afán de superación.

    La empatía puede desarrollarse si se pone
    especial interés en comprender e interpretar los canales
    de comunicación no verbal que acompañan
    a toda comunicación. Fijarse en el tono de voz, en
    los gestos, en las expresiones corporales y faciales de los
    demás ayuda a intuir cómo se sienten
    realmente.

    Todas las personas necesitan sentirse parte de un
    grupo, pero
    para muchas, el hecho de entrar en contacto con otros es un
    verdadero problema. Para tener éxito en el intento, lo
    primero es observar al grupo. Conocer sus aficiones, lo que les
    une, cómo se comportan cuando están juntos y
    procurar imitarlo, para no quedar fuera de lugar. Hablando con
    los demás y disfrutando con las mismas actividades se van
    creando lazos.

    En las discusiones, la inteligencia emocional
    también es importante para no perder los papeles. El
    enfado puede hacer que se digan cosas que no se piensan
    realmente. Por tanto, si se llega a esta situación, hay
    que ser responsable y ser capaz de pedir perdón o de
    retractarse si se comete una equivocación. Para resolver
    un problema, también es útil hacerle ver a la otra
    persona que se comprende su punto de vista, pero que hay que
    llegar a un consenso.

    Por tanto, la inteligencia emocional potencia las
    capacidades de las personas, y mejora todas las áreas de
    la vida: personal, de pareja, de amistad, laboral,
    la salud, el rendimiento académico. Porque cuando uno se
    siente mejor consigo mismo, realiza las cosas con mayor agrado y
    se consiguen resultados más positivos.

    V.-REFERENCIAS
    BIBLIOGRÁFICAS

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    ética y
    a la critica de la moral
    Venezuela:
    Venezuela, Caracas: Editores Hermanos. Universidad
    Pedagógica Experimental Libertador, vicerrectorado de
    investigación y Postgrado. (1990).
    Investigación y postgrado. Caracas: Autor.

     

     

     

    Autor:

    Dr. Msc. Ariel Calderón
    Rodríguez

    Doctor en Medicina,
    graduado en 1996.

    Especialista de Primer Grado en Medicina General
    Integral, graduado en 2001.

    Diplomado en Salud Mental,
    graduado en 2002.

    Master en Psiquiatría Social, graduado en
    2003.

    Yanelis Calderón
    Rodríguez

    Estudiante de Psicología II
    año.

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