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Wilhelm Reich (página 2)




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Partes: 1, 2

> La publicación de: "Psicología de
masas del fascismo", terminó en muchos sentidos con la
afiliación psicoanalítica de reich, aunque la
ruptura oficial sólo se produjo un año
después, en 1934. las dificultades con sus colegas
psicoanalistas habían crecido, en realidad no está
claro qué era lo que mas les repugnaba de Reich, si sus
manifiestos asuntos amorosos, su teoría del orgasmo o sus
actividades políticas. Lo que sí está muy
claro es que Reich se las arregló para destruir la buena
voluntad que había despertado en Viena.

> La ruptura oficial con Freud se produjo como
resultado de un trabajo que Reich sometió al Zeitschrift
fur Psichoanálysis en 1932. el ensayo versaba sobre el
carácter masoquista y contradecía la
interpretación dada por freud acerca de la
formación de ese tipo de carácter.

> En 1920, Freud publicó "Más
allá del principio del placer", en el que sostenía
que además del principio positivo de vida (eros), existia
un impulso negativo de vida, igualmente primario (tanatos), que
era el instinto de muerte.. Freíd sostenía que la
persona masoquista es la que está dominada por el tanatos,
el instinto de autodestrucción.

> Reich por el contrario sostenía que el
masoquismo podía ser explicado totalmente por el principio
de vida, eros, y que no era necesario postular un instinto de
muerte.

> Reich presentaba convincentes ejemplos
clínicos en los que el comportamiento masoquista
aparecía como un angustiado pedido de amor; demostraba que
la persona masoquista estaba diciendo "mírenme, vean
cuanto sufro, soy tan desgraciado, quiéranme". el
masoquismo, opinaba reich, no era más que el eros
disfrazado.

Aunque muchos analistas estaban, en privado, de acuerdo
con Reich y tenían muchas reservas sobre el instinto de
muerte (en la psiquiatría de hoy prevalece la
interpretación de Reich y no la de Freud), titubeaban, a
diferencia de Reich,

en criticar abiertamente la hipótesis de
Freud.

> Cuando lo maltrataban, como ocurrió en la
sociedad psicoanalítica o con el partido comunista, reich
se enojaba amargamente pero no podía o no quería
dirigir su furía contra quienes la ocasionaban, en cambio
volcaba sus iras sobre las personas más íntimas o
más queridas y sobre todo contra su mujer. El matrimonio
de Reich ya estaba resquebrajado, y la furia y los denuestos que
volcó en esta ocasión sobre annie, la convencieron
de que no podía seguir viviendo con él sin perder
su dignidad y su integridad como persona.

> La separacíón final se produjo en
1932, después de que escaparan de Berlín a
Viena.

> La recepción que le deparó Viena fue
más fría de lo que él había previsto.
Esto, y la situación política, lo hicieron
abandonar Austria

La militancia
marxista de reich.

En 1927, Wilhelm Reich había hecho
algunas incursiones en la literatura etnológica y
sociológica (Cunow, Mehring, kautski, Engels), cuando las
revueltas del 15 y 16 de julio en Viena, le dieron una
lección práctica de sociología. El 30 de
enero, en Schattendorf, unos antiguos combatientes
monárquicos dispararon en medio de la multitud con
ocasión de un mitin social demócrata, resultando
dos muertos y algunos heridos. Organizándose por el
Partido Socialista y los sindicatos, huelgas simbólicas de
protesta. La justicia declaró libre a los autores de las
muertes, el 14 de julio.

El 15 de julio por la mañana,
estalló en Viena una huelga y los obreros ocuparon el
centro de la ciudad. La policía disparó y hubo
varios muertos. En Viena el municipio era social-
demócrata y el Partido Social Demócrata
disponía allí de una guardia armada de 50,000
hombres, pero preparada durante años precisamente para
tales circunstancias, fue enviada a sus acantonamientos.
Incendiándose el Palacio de Justicia, del que se
había apoderado unos jóvenes obreros que arrojaron
al fuego los documentos que en él había.

El Alcalde social – demócrata
de Viena condujo un carro de bomberos e intentó en vano
abrir el cerco de la muchedumbre que impedía el acceso al
edificio en llamas. La policía en toda la ciudad,
disparaba salvas de fusil contra la multitud. Los líderes
comunistas y socialdemócratas se abstuvieron de toda
intervención oficial y hasta el día siguiente
adoptaron posición. Al final de la jornada, había
más de cien muertos y un millar de heridos.

Reich, había de retener tres cosas de estas
jornadas: la muchedumbre tuvo razón al echarse a la calle
e incendiar el Palacio de Justicia y no los responsables
políticos que trataron de impedírselo. Sin embargo
esa misma muchedumbre obró sin un plan preciso, demasiado
prudente y demasiado moderada, no atacó a los
policías que se encontraban al alcance de sus manos, en
tanto que, a pasos de allí, otros ciudadanos eran cazados
como conejos, la muchedumbre, bastante numerosa para destrozar
las fuerzas de la policía toleró sin embargo, horas
enteras de tiroteo esporádico.

También le impresionó a Rechi el
comportamiento mecánico de los policías al disparar
por mandato, en nombre del "orden público", Freud
tenía razón al decir que el alistamiento corre
parejo con el abandono del yo individual y la
identificación con el Fuhrer o con la idea.

En ese día se patentizó el papel de la
domesticación de los instintos, que permitío sobre
todo evitar el levantamiento contra la
opresión.

Aquel mismo día Reich ingresó en una
organización, el Socorro Obrero, especie de Cruz roja del
Partido Comunista Austriaco.

A fines de julio, Wilhelm Reich tuvo una
conversación con Freud y quedó asombrado al ver que
Freud no comprendía en absoluto el
levantamiento.

Después de ese 15 de julio de 1927, que
demostró tan trágicamente los mecanismos sociales,
Reich estudió a Marx y sobre todo a Engels, le
interesó muy especialmente " EL origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado", que ponen en evidencia la
contradicción sobre las explicaciones Freudianas y
marxistas sobre la familia y esto lo condujo evidentemente a
Bachofen y Morgan. Reich reconoce que durante 4 años
anduvo perdido en el caos de la etnología, pero los
verdaderos secretos de la fundación social de la
represión sexual le fueron revelado por la experiencia de
la práctica médica y sexología de la
juventud vienesa.

El efecto y siempre a consecuencia del levantamiento del
15 de julio, Reich decidió dejar de limitarse a la
terapéutica individual y trabajar en prevención de
las neurosis. Habló de esto a Freud, quien lo
aprobó. Freud sabía muy bien lo que ocurría
en el mundo, pero consideraba que personalmente en tanto que
hombre de ciencia, tenía que conocer el interior del
hombre, antes de actuar en el exterior. Pero lo cierto es que
Freud aprobaba las iniciativas de este género; era
favorable a la reforma sexual soviética aunque con algunas
reservas respecto a la facilidad del divorcio y de su
consecuencia para la familia; quizá la luz viene del Este,
le dijo un día a Reich.

Freud alentó a Reich, al menos en los comienzos,
mientras se trataba de actuar con el fin de favorecer la salud
sexual del pueblo; pero fue hostil, cuando esta empresa se
alió a la critica de la institución familiar con
todas sus ramificaciones políticas.

Reich daba conferencias ante diversas organizaciones:
"el socorro obrero", libres pensadores, asociaciones de
estudiantes. Hablaba del Psicoanálisis, del complejo de
Edipo, etc., pero pronto advirtió que sus oyentes no
podían sacar conclusiones practicas de estas nociones para
su propia vida o para el "movimiento".

Las teorías de la represión y del
inconsciente carecían de interés, Reich se
encontraba ante la necesidad de explicar porqué la familia
reprime la vida sexual de los hijos, cuestión que le
había ya inquietado con ocasión de su trabajo en la
policlínica.

Reich consagró varios meses y mucho dinero para
fundar una sociedad socialista de consejo sexual y de
sexología, cuya actividad consistió en abrir, en
enero de 1929, seis centros de higiene sexual. Cuatro
jóvenes psicoanalistas y tres ginecólogos
colaboraron en la empresa.

Estos centros de higiene sexual estuvieron
inmediatamente llenos hasta reventar sobre todo de muchachos y
mujeres embarazadas. Reich y sus colaboradores enseñaban
allí los procedimientos anticonceptivos y la
función de la genitalidad.

En aquella época florecían las discusiones
sobre las indicaciones médicas, eugenésicas, del
aborto, así como sobre las consecuencias
demográficas de una liberación del
aborto.

Lo que Reich y sus colaboradores afirmaron fue que
ninguna de las mujeres que acudían deberían tener
hijos, incluso si lo permitiese las circunstancias monetarias
adecuadas, aquellas mujeres gravemente NEURÓTICAS, NO
DEBIAN TENER HIJOS. Eran totalmente incapaces de amar al
niño, de cuidarlo, de criarlo sin destruirlo. Todas
aquellas mujeres, sin excepción, tenían una
relación perniciosa o ninguna relación en absoluto,
con el hombre del que estaban en cinta. Eran frígidas,
agotadas, secretamente sádicas o abiertamente masoquistas,
y sufrían de esquizofrenia latente o depresión
melancólica. Odiaban al hijo antes de haber
nacido.

Por consiguiente Reich adoptó el principio de que
TODA MUJER ENCINTA CONTRA SU VOLUNTAD, DEBIA TENER DERECHO A LA
INTERRUPCION DEL EMBARAZO.

No se preocupaba de los demógrafos, pues
conocía la ruindad de los motivos sociológicos de
la obligación en que ponían a las pobres madres de
dar a luz hijos no deseados.

Esta clínica, dirigida por Reich, utilizaba en la
medida de lo posible, las instituciones médicas
existentes. Lo nuevo era el vínculo establecido entre los
problemas de la neurosis, los trastornos sexuales y los
conflictos cotidianos, así como el hecho de aconsejar con
el fin de atacar las neurosis por la PREVENCIÓN,
más que por el tratamiento.

Durante dos años Reich estuvo
acosado por la miseria sexual del pueblo. Su práctica
médica lo había puesto en constante contacto con
hijos e hijas de obreros, empleados y campesinos. Al mismo tiempo
en reuniones con jóvenes militantes tenía que
hablar sobre política sexual. Estos jóvenes
considerados "sanos", acudían para obtener
información sobre la prevención de los nacimientos
y el problema se presentó de golpe: ¿Se deben dar
anticonceptivos a jóvenes de 14 a 15 años?.
Había la costumbre de aconsejarse que guardasen a estar
más "maduros". Y sin embargo aquellos jóvenes eran
adultos, trabajaban como aprendices en talleres y muchos de ellos
eran miembros de las juventudes socialistas.

En las reuniones con los jóvenes Reich
advirtió la relación entre el desorden genital y el
deterioro de la salud psíquica. Pero las organizaciones
"marxistas", lo ignoraban o lo disimulaban, no veían la
palidez, la represión, el nerviosismo, los trastornos de
la aptitud para el trabajo, el humor vengativo, las tendencias
criminales y la perversión en aquellos adolescentes.
Cuando Reich le explicaba las relaciones sencillas entre la
frustración genital y el nerviosismo, los jóvenes
comprendían inmediatamente. Cuanto más joven era el
muchacho o muchacha, más fácil le era cambiar de
dirección después de algunas frases de
explicación. Era como si durante mucho tiempo hubieran
llevado un yugo cuya significación ignorasen.
Sabían cuanto se refería a su genitalidad.
Sabían que necesitaban amor y que sin él su vida
era un desierto. No sabían todo sobre los
obstáculos que se levantaban entre ellos y la
realización de sus necesidades vitales. Llevaban una vida
sin tener la menor idea de las condiciones SOCIALES de una
existencia amorosa satisfactoria. En algunos meses Reich
aprendió más acerca de sexología y
sociología que en el curso de diez años de
práctica médica privada.

En su libro "La función del orgasmo", Reich
expresó: se vio claramente que aquellos adolescentes eran
más o menos neuróticos al iniciarse la pubertad,
que la neurosis actual se desarrollaba después de varios
años de conflictos sexuales durante la adolescencia. La
fijación a los tabúes sexuales de la infancia
actuaban como un freno desde los comienzos; pero esencialmente la
inhibición del último paso a la vida amorosa
natural, al llegar a la madurez, la que les volvía a
arrojar por completo a sus conflictos de las infancia.

EL CONFLICTO DE LA PUBERTAD ES EL RESULTADO DE LA
NEGATIVA QUE LA SOCIEDAD OPONE A LA VIDA AMOROSA DEL ADOLESCENTE.
Cuando la vía del amor sano y normal queda cortada de
golpe, el adolescente regresa a la neurosis de la infancia en una
forma más intensa, ya que ésta agravada por el
aumento y la frustración simultánea del deseo
genital.

Una decepción grave que sufrió Reich fue
darse cuenta que los militantes de partidos de izquierda operaban
con "slogans" y canalizaban su odio contra los
social-demócratas, la policía, etc,; es decir
usaban la política sólo como desahogo de
energía sexual reprimida. En cambio, se convence que los
trabajadores no pueden aspirar al gobierno de la sociedad si no
resuelven antes, poco a poco, y en todos los dominios, los
problemas prácticas de la vida, como son los sentimientos
de año y la sexualidad.

De 1928 a 1930 publicó un artículo sobre
el análisis del carácter neurótico, y
también materialismo dialéctico y
psicoanálisis (primer libro freudomarxista), y la primera
parte de su libreo: "La Revolución Sexual".

En septiembre de 1929 Reich viajó a la
Unión Soviética, donde discutió con los
pedagogos Vera Schmidt Y Gachelina e intentó sin
éxito convencer a los teóricos de la academia
comunista del interés que ofrece el psicoanálisis
para los marxistas.

Esta actitud desbordante le valió evidentemente
una hostilidad cada vez mayor de ciertos psicoanalistas y
también de la burguesía vienesa. Federn,
trató de que se le relevara de la dirección del
seminario técnico, a lo cual se opuso Freud, diciendo que
el seminario no debía quitársele mientras Reich
deseara seguir dirigiéndolo.

Freud estimaba a Reich

La función
política de la represión sexual

La obra de Wilhelm Reich, es una
crítica de la moral sexual autoritaria.

El nombre de la conciencia crítica revolucionaria
de la conciencia comunista, de la que ya Marx decía que la
"pasión esencial es la indignación y la principal
tarea, la denuncia", Reich combate la represión sexual y
demuestra que su verdadera finalidad es la política y al
servicio de los explotadores y opresores.

Reich pone de manifiesto que no es casual el hecho de
que la Iglesia Católica, la reacción, el fascismo y
el stalinismo, encabezado actualmente por Putin, propugnen la
represión sexual.

La familia es el órgano ideológico del
Estado capitalista, el órgano intermediario entre el
individuo y el Estado, y su objetivo consiste en fabricar
individuos en serie "adaptados" y sumisos. El dominio de la
minoría sobre la mayoría productora de las riquezas
y que se encuentra en la miseria, sólo puede lograrse con
el consentimiento, relativo, de los explotados, quienes se
convierten en agentes de su propia servidumbre. La familia
contemporánea crea los explotados sumisos que la sociedad
capitalista necesita para continuar existiendo.

Es sabido que todos los regímenes autoritarios se
han apresurado a consolidar la institución familiar
(Stalin, Hitler, Franco, Fox, etc.), porque ella representa el
cimiento del orden capitalista o burocrático
seudosocialista, como el sistema social dirigido por el traidor
de Putin.

"El objeto de la supresión de la actividad sexual
es producir un individuo que se ajuste al orden autoritario, al
que se someterá a pesar de todas las miserias y
degradaciones."

Primero el niño deberá adaptarse a la
estructura de ese Estado autoritario en miniatura que es la
familia, lo que hará que más adelante se someta
totalmente al sistema social autoritario en general.

La familia produce masivamente "la conciencia de
borrego" de la que habla Marx. Esto se debe, dice Reich, a que la
supresión de la actividad sexual en los niños y
adolescentes es el mecanismo básico que produce la
estructura de carácter, adaptada al servilismo
político, ideológico y económico.

La represión de la sexualidad natural en el
niño, especialmente de su genitalidad, lo hace
aprehensivo, tímido y obediente, así como temeroso
de todo tipo de autoridad, lo hace "amable" y "tranquilo",
paraliza sus tendencias rebeldes porque asocia la rebelión
con la angustia. Al inhibir la curiosidad sexual del niño,
la represión provoca un oscurecimiento general de su
sentido crítico y de sus facultades mentales. La sociedad
capitalista nulifica la razón crítica del
individuo, pues con su docilidad y sumisión asegura que
los patrones sigan explotando y oprimiendo al pueblo.

Moral sexual y
opresión política

Hemos dicho que la sociedad capitalista actual tiene un
interés vital en pervertir la razón crítica
del individuo, por eso le ofrece como pasto el embrutecimiento
masivo, por medio de la televisión y el fútbol,
así como por medio de la propaganda subliminal en la que
utilizando mujeres desnudas y provocativas, obtiene provecho del
hambre sexual de las masas para lograr manejar su inconsciente y
convertirlos en consumidores de los productos que se anuncian en
la T.V., revistas y periódicos.

La sociedad moderna, sobre todo sus masas trabajadores
se encuentran enajenadas a la ideología de la clase
dominante, enajenación que les impide descubrir la
realidad consistente en la explotación y en la injusticia
de un régimen sostenido con engaños y fraudes
electorales como el cometido el 6 de julio de 1988 en nuestro
país.

Una vez que los obreros desechan la ideología
burguesa y abren los ojos de la conciencia, se dan cuenta
claramente de la amarga realidad que se encontraba oculta por la
ideología oficial. Por eso la ciencia freudomarxista es la
que puede revelar a los explotados su papel histórico como
constructores de la futura sociedad comunista, y descubrir que su
neurosis, producida por el capitalismo, se curará
radicalmente en la medida que vayan luchando y construyendo la
futura sociedad.

Cuando el obrero tome conciencia de su neurosis y de su
sumisión política ante los explotadores y
parásitos políticos, será cuando realmente
sea peligroso par el sistema capitalista y en especial para los
que han tenido el poder político por más de 70
años; como los priístas con su dictadura perfecta
lo han hecho en México.

Mientras el obrero continúe enajenado a los
valores burgueses, como la patria, la religión, el Estado,
el gobierno, las leyes, los políticos oficiales y el
fútbol, continuará siendo explotado por sus
patrones y seguirá siendo engañado por
priístas que se turnan en el poder.

Neurosis y sumisión política están
íntimamente ligados. El neurótico es un individuo
enfermo por una moral autoritaria que lo reprime sexualmente
desde la infancia, moral que lo convirtió también
en un sumiso político que sólo será libre y
sano cuando tome conciencia de su neurosis de su
enajenación a la ideología oficial y luche por
cambiar radicalmente las estructuras socioeconómicas que
lo han hecho un neurótico explotado y oprimido.

La moral sexual y
el matrimonio autoritario

La castidad extraconyugal y la fidelidad conyugal de la
mujer no pueden durar mucho debido a un alto grado de
represión sexual infantil, lo mismo sucede con la
exigencia de castidad por parte de las jóvenes. En los
orígenes, y aún hoy entre algunas sociedades
primitivas como la de los "trobriand", con rudimentaria
organización de economía primitiva, la muchacha es
libre de vivir su propia vida sexual hasta el matrimonio.
Sólo al casarse se obliga a la castidad
conyugal.

En nuestra sociedad, y sobre todo en la última
década del siglo XIX y principios de éste, la
virginidad es un requisito femenino para el contrato matrimonial,
la castidad prenupcial y la estricta fidelidad conyugal de la
mujer se convirtieron en piedra angular de la mortalidad sexual
reaccionaria; mantiene la familia y el matrimonio autoritario,
formando una estructura psíquica que tiene miedo de lo
sexual.

Esta ideología de la moral sexual conservadora es
la expresión lógica de los intereses
económicos y políticos de las clases explotadoras y
dominantes de la sociedad capitalista actual.

La exigencia de castidad a las muchachas priva de
objetos de amor a la juventud masculina, misma que acude a los
prostíbulos, donde las exorcistas le sacarán el
diablo sexual que llevan en el cuerpo.

La castidad de las mujeres provoca la
prostitución, el matrimonio monógamo desemboca en
el adulterio. La prostitución, y el adulterio son el
premio de la doble moralidad sexual, que concede al hombre lo que
niega a la mujer, es decir, esta sociedad capitalista machista
permite y hasta es bien visto, que mientras los jóvenes
solteros pueden ir al prostíbulo y los casados tengan por
lo menos una amante, la joven virgen tenga que esperar hasta la
noche nupcial para tener su primera relación sexual, y tal
vez su primer orgasmo, y la esposa se hunda en la
resignación de su conducta.

Pero las urgencias naturales de la sexualidad hacen que
la estricta moralidad sexual engendre lo contrario de lo que se
propone. La inmortalidad en el sentido reaccionario, el adulterio
y las relaciones sexuales fuera del matrimonio se desmesuran en
fenómeno social y realmente grotesco. La perversión
sexual por un lado, y por el otro la sexualidad mercancía,
tanto en el interior como en el exterior del matrimonio. Puesto
que la sexualidad extra-conyugal es objeto de mercadería,
disminuye las tiernas relaciones entre los sexos, sobre todo en
la prostitución.

El chico "bien" reparte su sexualidad: satisface su
sexualidad con una muchacha de las clases "inferiores", y reserva
su amor para una muchacha de su misma clase social. Esta
disociación de la vida amorosa y la promiscuidad sexual
con el dinero, tiene como consecuencia inmediata una completa
degradación y una animalización de la vida amorosa,
una de cuyas más ilustres derivaciones es la
proliferación de enfermedades venéreas, como el
SIDA, mismas que son patrimonio obligado del orden sexual
tradicional, pues su propagación se debe a una
degradación de la vida sexual fuera del matrimonio,
así como la utilización de la sexualidad como
mercancía.

La moral,
principal arma ideológica de la sociedad
actual

La moral, hasta ahora, ha consistido en un aparato
ideológico montado sobre la cabeza de los hombres, como un
reino independiente de dogmas y preceptos en parte religiosos, en
parte jurídico-políticos. Y así como a un
artista no le sirven de nada los preceptos de la retórica,
a los hombres en general de nada les ha servido hasta ahora
guiarse por principios que poco tienen que ver con la
realidad.

La religión difunde la moral, pero su moral es la
de la pobreza. Poco sacó Cristo, nos dice García
Bacca, de predicar la humildad a los poderosos. La apetencia y el
avorazamiento por el poder religioso, monetario y
político, ha aquejado y aqueja a su iglesia misma, no
digamos a la inmensa mayoría de sus 300 millones de
fieles. Si Cristo no viniere prestamente a pedir a los pobres el
orgullo, el sentimiento de dignidad, se hallará con que
otros, socialistas y comunistas, habrán realizado ya lo
que debió hacer su iglesia hace 19 siglos: predicar el
orgullo a los humildes, dignificar al padre destruyendo su
pobreza y no canonizarla cual virtud social y triste
ocasión de hacer tristes méritos ante el cielo. Tal
misión la han comprendido y comenzado a realizar desde
hace siglo y medio los socialistas.

Recientemente, sobre todo con la publicación del
libro "Fidel y la religión", y con el movimiento religioso
de la Teología de la Liberación, el acercamiento de
los marxistas a los cristianos se ha venido
incrementando.

Cuál moral difundida por el Estado
burgués, cuáles "virtudes cívicas", pueden
resultar válidas a los ojos de los pueblos, si
éstos se hallan oprimidos por ese Estado y sometidos a la
más profunda desigualdad social. La moral, en cuanto
instrumento de dominación, toma la forma de moral sexual,
arma ideológica esencial para perpetuar el sistema
capitalista, pues por medio de ella se educa, se domestica mejor
dicho, a los niños para que cuando sean padres transmitan
ese veneno ideológico de la moral sexual a sus hijos, con
el fin de adaptarlos y convertirlos en neuróticos
considerados "sanos" por la medicina y la psiquiatría
oficial, que también son aparatos ideológicos del
Estado, fiel representante defensor de los intereses de los
capitalistas.

La moral en general, así como el sistema
jurídico y la iglesia como instrumento político de
los ricos, sólo contribuirán a la felicidad del
hombre y la mujer, cuando la sociedad esté cimentada en el
amor, en la propiedad común y en la armonía con la
naturaleza y el cosmos.

Familia
autoritaria y represión sexual

Desde la aparición de la propiedad privada, es
decir, desde el modo de producción esclavista ha existido
el autoritarismo, factor indispensable entre la relación,
amo-esclavo, explotador-explotado, dominante-dominado.

Todas las formas de explotación del hombre por el
hombre, del colonizado, de la mujer, del niño., utilizan
el autoritarismo.

Aparentemente la autoridad se manifiesta
jurídicamente como algo que no quiere violencia sino un
determinado comportamiento.

Desgarrando el velo ideológico que encubre la
realidad, notamos que la autoridad no es mas que una
máscara que oculta la violencia de la clase
dominante.

Al disfrazar su esencia violenta y representarse como un
concepto pacífico, la autoridad se ahorra la
utilización de la fuerza represora, economizando gastos y
obteniendo al mismo tiempo una actitud de
sumisión.

Mientras que los matrimonios grupales, propios del
matriarcado, se hallaban en armonía con la naturaleza y
los instintos humanos, la familia monogámica autoritaria,
obstaculiza y reprime los impulsos naturales del hombre,
produciendo una infinidad de enfermedades.

En tanto que en las familias grupales el padre era un
amigo, amoroso, protector y tierno camarada de su hijo, en la
familia autoritaria moderna el padre es un tirano, el Pinochet
que representa los intereses de los explotadores y
opresores.

Mientras que en los matrimonios de grupo existía
la libertad sexual, también la salud física y
mental de la familia. En cambio en la familia monogámica
la represión sexual produce todo tipo de enfermedades, que
van desde la neurosis hasta el cáncer.

La familia autoritaria no solo produce las mentalidades
autoritarias de la clase dominante en sus propios hijos, quienes
heredan las riquezas, sino también produce en las clases
explotadas las mentalidades sumisas.

No es casualidad que los conservadores y reaccionarios
idolatren a la familia, y los rebeldes y anarquistas odien la
institución familiar, institución burguesa que
siembra sumisión en la mente de los exportados, oprimidos
y reprimidos.

La educación sexual del aparato ideológico
familiar no sólo daña la sexualidad del individuo y
le produce todo tipo de enfermedades sino también
condiciona a los exportados a ser sumisos políticamente,
frente a todo tipo de autoridad.

La familia
autoritaria como aparato de
domesticación

El principal lugar de gestación de la
atmósfera del conservadurismo burgués es la familia
coercitiva. La institución de la familia autoritaria es el
resultado de la estructura autoritaria capitalista. Es por lo
anterior que la familia, bajo el capitalismo, es la
fábrica de ideologías autoritarias y de estructuras
mentales conservadoras. Es el aparato de educación por el
que pasamos, casi sin excepción todos los miembros de la
moderna sociedad burguesa, desde nuestro nacimiento. La
atmósfera, mejor dicho el smog del ambiente autoritario
familiar, se incrusta en la mentalidad de cada uno de los
ciudadanos desde su primer hálito.

No es un azar que la juventud conservadora y
reaccionaria (carne del fascismo), que estudia en escuelas
particulares de lujo, como el Tecnológico de Monterrey, la
Iberoamericana, la Universidad de las Américas, etc., por
regla general sea muy adicta a la familia, mientras que la
juventud revolucionaria es hostil por principio, a esa
Institución.

El padre es el portavoz y representante de la autoridad
estatal en la familia, es decir, es el defensor de los intereses
de la clase dominante en el seno familiar.

El padre es una especie de sargento: subordinado en el
proceso de producción (en su centro de trabajo), y jefe en
su función familiar; mira desde abajo a sus superiores, se
impregna de la ideología dominante (de aquí su
tendencia a la imitación), y es todopoderoso con sus
inferiores: su esposa e hijos; no se limita a transmitir las
ideas de la jerarquía y de la sociedad, las
impone.

El fin primordial de la educación, desde sus
pasos iniciales, es preparar a los niños para el
matrimonio y para la familia autoritaria.

El niño dirige sus primeros impulsos afectivos y
sexuales hacia sus padres. El niño ama a su madre y odia a
su padre y la niña hace lo contrario. Estos sentimientos
de odio y de celos se impregnan rápidamente de temor y de
culpabilidad. Estos sentimientos de odio y de celos se impregnan
rápidamente de temor y de culpabilidad. El temor en su
origen, está relacionado con los sentimientos sexuales
hacia el sexo opuesto. Este temor, junto con la imposibilidad de
satisfacer el deseo incestuoso, obliga a la represión del
deseo. De esta represión nacen casi todos los trastornos
de la vida sexual ulterior.

No habrá represión si el muchacho aunque
forzado a la renuncia del incesto, pudiera practicar el organismo
(sin culpa), y el juego sexual con muchachas de su edad. De hecho
los niños juegan sexualmente a escondidas de sus padres,
con sentimientos de culpabilidad que les perjudicará en su
sexualidad futura. El niño que no participa en esos juegos
es un candidato seguro al trastorno grave de su vida sexual
futura y también como el que lo hace con culpa, un
neurótico adaptado y sumiso a la autoridad
capitalista.

La represión de los impulsos sexuales está
condicionada por la manera de pensar y de sentir de los padres,
quienes a su vez están influenciados por la moral sexual
antivida, propia del sistema capitalista autoritario.

En realidad la ideología burguesa, cargada de
moralina tiene más influencia sobre la educación
preescolar que sobre la educación familiar.

El niño no elude la fijación a los padres,
fijación de tipo sexual y autoritaria. La autoridad
paterna, severa o no, le oprime, aunque sólo sea por la
desproporción evidente que hay entre su talla y la de los
padres. Muy pronto la fijación autoritaria se desembaraza
de la fijación sexual y la reduce a la existencia
inconsciente; más tarde, cuando los intereses sexuales se
dirijan hacia el mundo extrafamiliar, esta fijación
autoritaria se alzará entre los intereses sexuales y la
realidad como una muralla gigantesca de INHIBICION.

Esta fijación autoritaria es, en gran
proporción, INCONSCIENTE, a la autoridad de los padres
tome, a menudo, la apariencia de su contrario, la rebelión
de tipo neurótico. Esta no puede suprimir los intereses
sexuales si no es, quizás, bajo la forma de acciones
sexuales impulsivas, compromiso patológico entre la
sexualidad y el sentimiento de culpabilidad. El desarraigo de
esta fijación es el REQUISITO BASICO PARA UNA VIDA SEXUAL
SANA. Tal como están las cosas hoy, muy pocas personas lo
consiguen.

La fijación a los padres es un doble aspecto de
fijación sexual, y la sumisión a la autoridad
paterna hace muy difícil, si no imposible, el acceso a la
realidad sexual y social de la pubertad. El ideal conservador del
muchacho pacato y la muchacha irreprensible, momificados en el
infantilismo hasta bien entrada su vida de adultos, es
diametralmente opuesto a la idea de una juventud libre e
independiente.

Otro signo típico de la educación familiar
es que los padres, y en particular la madre, si no están
obligados a trabajar fuera de la casa, buscan en los hijos, para
desgracia de éstos, la GRAN satisfacción de su
vida. Los hijos son entonces como pequeños animales
domésticos: se les puede amar, pero también
maltratar a voluntad. Que la actitud emocional de los padres hace
a los hijos ineptos para la tarea educativa es una verdad muy
conocida.

La miseria conyugal en la medida en que no se agota en
las divergencias de la pareja, se derrama sobre los hijos. Esto
ya es, en sí, un nuevo perjuicio para su independencia y
para su estructura sexual; pero además crea otros
conflictos: su refractariedad al matrimonio por lo que han visto
en la miseria conyugal de sus padres, y la urgencia financiera
posterior al casamiento. En la pubertad, se producen frecuentes
tragedias cuando los muchachos, a salvo felizmente de los
peligros de la educación infantil, intentan sacudirse
también las amarras de la familia.

Así pues, la restricción sexual que los
adultos deben imponerse para poder tolerar la existencia conyugal
y familiar, recae sobre los hijos. Y como éstos, a su vez,
por razones económicas tendrán que zambullirse de
nuevo en la vida familiar, la restricción sexual se
perpetúa de generación en
generación.

Puesto que la familia coercitiva, desde el punto de visa
económico e ideológico es parte constitutiva de la
sociedad burguesa autoritaria, sería de ingenuos esperar
la desaparición de sus estragos en el marco del actual
sistema capitalista. Además éstos estragos son
inherentes a la constitución misma de la familia y
están fuertemente anclados en cada individuo, pero gracias
a mecanismos INCONSCIENTES.

A la inhibición sexual que proviene directamente
de la fijación a los padres, se añaden los
sentimientos de culpabilidad, derivados del enorme odio acumulado
en el transcurso de los muchos años de vida familiar. Si
este odio permanece CONSCIENTE puede desencadenar una poderosa
fuerza revolucionaria; hace que el individuo rompa sus ataduras
familiares y pueda convertirse en energía motriz para
intervenciones racionales contra las causas reales de ese
odio.

Si por el contrario, el odio es REPRIMIDO, conduce a
exteriorizaciones inversas: la fidelidad ciega y la obediencia
infantil patológica. Estas actitudes constituyen
más tarde un inconveniente grave para aquellas personas
que quieran alistarse en un movimiento liberal.

Tal tipo de individuos podrá muy bien abogar por
la libertad total y, al mismo tiempo, enviar a sus hijos a la
catequesis dominical o formar parte ellos mismos de una
asociación parroquial para "no hacer sufrir a sus ancianos
padres", aunque todo eso vaya en contra de sus convicciones.
Presentará todos los síntomas de indecisión
y dependencia, consecuencia de su fijación a la familia:
no es un buen militante de la libertad.

Capitalismo,
represión sexual y neurosis

El instrumento ideológico más importante
de las clases dominantes lo constituye la moral sexual
autoritaria existente.

Gracias a esta moral antivida se produce la neurosis y
la psicosis. Desde antes de que naciéramos, nuestros
padres, educados en la moral judeo-cristiana, han sido
programados para que, cuando lleguemos a este mundo, seamos
víctimas de ese tipo de educación, en el que se nos
niega la libertad y el placer.

Desde nuestros primeros días de vida comenzamos a
sufrir la represión sexual, cuando nuestros padres nos
prohíben gozar con nuestro cuerpo y en especial con
nuestros labios. Los tormentos que nos aplican como el de agregar
picante a nuestros dedos o el de amarrarnos las manos con el fin
de que no nos chupemos los dedos, son la primera
manifestación de una serie de sufrimientos que tendremos a
lo largo de nuestra vida.

Una vez en la escuela tendremos que adaptarnos a otra
serie de injusticias y tormentos productos del autoritarismo y
moral sexual imperante.

Los exámenes, por ejemplo, son en realidad un
tormento en los que muchos maestros gozan sádicamente y en
el que nosotros quedamos alterados de nuestros nervios, hasta el
grado de quedarnos traumados al sólo escuchar que nos
aplicarán un exámen.

La escuela también es el medio utilizado por la
clase dominante para adaptarnos a la sociedad enferma y si no nos
adaptamos al sistema social, entonces se nos diagnosticará
locura y seremos internados en un manicomio.

La escuela, bajo el capitalismo y el socialismo
burocrático, es el lugar en donde se nos enseña a
subsistir en el manicomio social. A veces la enseñanza
falla y se traslada al educando al pequeño
manicomio.

La fábrica y la oficina son los espacios en los
que el vampirismo, de los sistemas sociales mencionados, se
oculta, toma forma de ideología y se pierde en el misterio
de la noche.

Al que no produce plusvalía (tiempo de trabajo
que roba el patrón), lo excluyen o recluyen en el
pequeño manicomio.

El diagnóstico psiquiátrico, arma
política de la locura fascista, sea de derecha o de
izquierda, tiene como fin asustar y castigar a todo hombre o
mujer rebelde que no acepte autoridad o injusticia alguna, ni
desee con su sangre, incrementar el poder monetario y
político de las clases y burocracias
dominantes.

El trabajo neurótico asalariado es el
eslabón que nos encadena al gran manicomio social,
llámese capitalismo o socialismo autoritario.

En conclusión, la burguesía tiene sus
capataces: el opio moral, el religioso, el futbolístico y
otras ideologías disfrazadas de libertad.

Orden manicomial
y orden capitalista

El manicomio es uno de esos momentos sociológicos
fundamentales. Lugar precioso de aprendizaje de la realidad
social, de aprehensión de sus verdaderos valores, si se
quiere una espléndida escuela
sociopolítica.

Los manicomios pueden enseñarnos muchas cosas
sobre una sociedad donde el oprimido está cada vez
más lejos de las causas y de los mecanismos de la
opresión. Es que el manicomio es una de esas situaciones
límite en las que precisamente por serlo, afloran, de
manera más clara y patente las verdaderas coordenadas del
orden social capitalista y sus contradicciones fuertemente
empañadas, habitualmente, por la
ideología.

El manicomio es, históricamente, el espacio de la
locura, representa la negación absoluta a una serie de
valores esenciales al orden social establecido. El loco es
internado porque su locura lo hace INACEPTABLE SOCIALMENTE, para
la familia, para el médico y para el poder gobernante, ya
que traspasa el límite.

El manicomio encierra toda la locura del mundo, pero
además, establece con ella un doble vínculo: en
primer lugar, la excluye, la separa del mundo de los normales
para, inmediatamente después, internar domesticarla en un
severo trabajo de REEDUCACION del loco.

Esta doble funcionalidad del manicomio, constituye
así, un real sentido y significación sociales; por
una parte encierra, excluye y segrega la locura que el loco vive,
en tanto que ésta ha llegado a ser una situación
límite respecto a la norma social establecida, por otra
parte, se organiza en función de la locura y
consecuentemente, lleva al límite la norma, con la
esperanza de paliar ese error de educación que es el loco
y su locura.

La educación en el sistema capitalista
está religiosamente orientado por la doble
conceptuación de bueno-malo, conveniente-inconveniente,
provechoso-perjudicial, positivo-negativo, hasta llegar al
productivo-improductivo. En general se afirma el primer
término para negar el segundo, por cuanto el signo de lo
productivo se hace norma e impone sus valores: la eficacia, el
orden, la autoridad, la responsabilidad, valores todos que
precisa el sistema como una condición más de su
existencia, para los cuales el proceso educativo intenta lograr
un consenso generalizado a nivel individual.

La función de la educación capitalista es
conseguir la interiorización de dichos valore, funcionales
al sistema, a la vez que, en el mismo proceso, se excluye y niega
los valores signados como improductivos, tales: la ineficacia, el
desorden, la desobediencia, la irresponsabilidad, la
irracionalidad, o lo que es lo mismo, con otras palabras, el
inconsciente, su ello y su deseo.

La educación es una condición de
existencia del sistema social capitalista, que en última
instancia tiene como objetivo la afirmación de los valores
a nivel psíquico, y exclusión, repudio y
negación de todo valor improductivo.

El proceso educativo está dirigido
tendenciosamente a alcanzar aquellos objetivos. Y digo
"tendenciosamente", por cuanto caben en él fisuras y
fracasos. En este sentido puede hablarse de errores de
educación; todos los sectores dominados o marginados
serían la expresión de estos "errores", y el
producto de uno de ellos sería la locura. Que el loco es,
en la perspectiva del sistema capitalista, el extremo remate del
"mal educado", más lo confirma la cotidiana
confusión que entre locura y mala educación nos
propone la conciencia monjil, tan ampliamente introyectada en la
psiquiatría manicomial.

Y siendo el loco y su locura un "error de
educación", es lógico que sean tratados con
educación: excluidos en cuanto representan los valores
improductivos, propuestos como objetos a reeducar en la medida
que se pudieran ser devueltos a los valores productivos, sino tan
sólo a la ideología de la
producción.

El real problema del manicomio no es sólo y
exclusivamente la violencia abierta y directa (celdas y
pabellones de castigo, hábitat inhumano, tratamiento
represivo, etc.), sino su organización (fiel reflejo de la
organización social), que incluye otro tipo de violencia:
la de la técnica terapéutica reeducativa, unas
técnicas muy rudimentarias, comparables a las
técnicas pedagógicas-educativas, creadas en torno
al principio de la "Letra con sangre entra".

Las nuevas técnicas psiquiátricas siguen
considerando al loco y su locura como un error que necesariamente
hay que subsanar, desde la perspectiva de quienes están en
la norma. La violencia persiste por cuanto ha estado encerrada
siempre en el principio básico, a saber: el loco y su
locura deben ser normalizados.

También al loco se le define como "desordenado",
incapaz de mantener un orden o norma de sus actos, hábitos
o costumbres por lo que, en su aislamiento manicomial, se le debe
imponer una rígida coordinación de su vida
cotidiana, negándole a través de ella toda libertad
de iniciativa y toda espontaneidad que, por "tender al desorden",
serían "perjudiciales". El loco es, por definición,
un ser capaz de violar los principios y reglas de la moral sexual
o incapaz de relacionarse más allá de una serie de
extravíos, abusos y perversiones sexuales, y por ello el
manicomio debe incluir la estricta separación de los sexos
y con ello la negación de su libertad sexual. El loco
queda también definido como improductivo, por lo que el
espacio manicomial debe organizarse sobre la ideología del
trabajo.

En el orden manicomial capitalista es imposible separar
la doble función de exclusión y reeducación:
la "necesidad" de reeducación sirve de base
ideológica para justificar la exclusión (se excluye
para reeducar, se reeduca excluyendo). Igualmente, es imposible
deslindar la violencia implícita en una u otra
función: el encierro, tal como muchas veces se ha
comprobado en la práctica cotidiana, no es un acto
gratuito sino la expresión de un rechazo; el sistema
organizativo manicomial que reemplaza al exterior para la
reeducación del loco no es sino la consumación
organizada de este rechazo, racionalizado en la perspectiva de la
ideología médica.

Fuera y dentro del manicomio, la locura, en cuanto se
significa como diferencia, es juzgada y CASTIGADA. Y se juzga
mediante un juicio en el que sería ingenuo decir que no
hay juez, abogado ni testigo, porque todas estas funciones
están recogidas en una sola figura: la del médico
cuyo poder ha quedado establecido por un contrato social que le
hace garante de la norma.

Desde finales del siglo XVIII, el certificado
médico ha llegado a ser obligatorio para internar a los
locos. En el interior mismo del manicomio, el médico ocupa
un lugar preponderante en la medida en que instala la locura como
un espacio médico. La intervención del
médico no es realizada en virtud de un saber o de un poder
medicinal que él tuviera como algo propio y que
estaría justificado por un conjunto de conocimientos
objetivos. No es en su calidad de "sabio" como el "homo medicus"
posee autoridad dentro del manicomio, sino como prudente. SI SE
EXIGE LA PROFESION MEDICA, ES COMO GARANTIA JURIDICA Y MORAL, NO
COMO TITULO CIENTIFICO.

La repetida inmersión en el agua hasta segundos
antes de perecer ahogados, la producción de dolorosos
absesos mediante la inyección de substancias tales como la
trementina, las lobotomías, el electrochoque, el encierro
y el aislamiento, la separación de los sexos, la puntual y
la monótona organización de la vida cotidiana, la
ideología del trabajo y la "laborterapia" consecuentes,
etc., son ejemplos de violencia que el loco debe soportar desde
la perspectiva de su "tratamiento". Sin alguno osa contestar a
estas violencias es su locura la que contesta.

Desde el "tratamiento moral", del siglo XIX, hasta las
modernas técnicas analíticas de la
psiquiatría institucional, el encuentro de la
ideología médica, y el confinamiento de la locura,
sólo han sido un, más o menos sutil encubrimiento
de la violencia necesaria para domesticar al loco; acallarlo,
silenciar su locura. En la historia del manicomio aparece la
palabra del psiquiatra y con ella el orden capitalista: los
valores y la moral de la clase dominante. Cuando ha querido
surgir la palabra de la locura (Schreber) se ha hecho patente la
unión de la psiquiatría con el poder
político burgués. Los psiquiatras s han unido con
el Estado y la moral para acallarla salvajemente.

Capitalismo,
autoritarismo familiar y locura

Al principio de este siglo se publicó un libro
que con el tiempo sería el caso clínico más
estudiado por psicólogos y psiquiatras, me refiero a las
memorias del Dr. Schreber, quien enloqueció a los 42
años de edad, recuperándose luego y volviendo a
enloquecer ocho años y medio después. Los
especialistas en enfermedades mentales consideran este caso
clínico enmarcado, en lo general, dentro de la
psicosis.

El padre de Schreber, que supervisó su
educación, fue un destacado médico y pedagogo
alemán, su influencia sobre la vida del hijo fue muy
grande. Ante la época "blanda y decadente", debido a la
laxitud de la educación y la disciplina de los
niños en el hogar y en la escuela se propuso combatir la
flojera de su época mediante un complejo sistema de
educación infantil, cuyo fin era hacer a los niños
obedientes y sumisos a los adultos.

Las ideas del padre de Schreber acerca de la vida
familiar reflejan, como una caricatura en miniatura, las ideas
ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su actual
etapa de decadencia y también en las autonombradas
"socialistas": Los varones adultos tienen que ser dominantes, la
sexualidad de los niños y adolescentes tiene que se
dominada; los padres, por ignorantes, fanáticos e
intolerantes que sean, tienen que supervisar la moral de sus
vástagos hasta, por lo menos, el final de la adolescencia,
y los niños tienen que aprender pronto a someterse, a
menudo, sin críticas a la voluntad de sus padres, con el
fin de adaptarse a la sociedad actual, sea capitalista o
socialista autoritaria, donde también deberán
someterse sumisamente a las injusticias del
autoritarismo.

El pedagogo alemán Schreber, afirmó que
los padres de familia deben inculcar el amor hacia Dios, padre de
la humanidad y el amor al padre, Dios de los hijos.

El Dr. Schreber pensaba que los padres debían
restringir la libertad de sus hijos mediante severas disciplinas
en aras de la salud; moral, mental y física. Creía
que los niños son criminales o enfermos desde su
nacimiento, o que con seguridad llegarían a serlo si no se
les rescataba a tiempo. Proponía, entre otras medidas, que
los padres se reuniesen, constantemente, con el fin de controlar
mejor la conciencia de los niños.

Este pedagogo alemán, pretendía saber,
como los conductistas, lo que es bueno, elevado, correcto y fino
y lo que no es. En otras palabras se tomaba atribuciones de un
Dios que guía a su pueblo elegido.

Schreber, como todos los maestros y padres autoritarios,
luchaba contra la "mala" conducta infantil, que consiste en las
manifestaciones naturales del niño. Luchaba contra la
sensualidad y la sexualidad, la adolescencia, la blandura y la
cobardía, pues según él, llevaba a los
individuos a las depresiones, enfermedades mentales y
suicidios.

Aplicando sus métodos
inquisitorios-pedagógicos, (parecidos a los métodos
fascistas), a sus hijos, logró lo que quería
erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio
fue la salida de uno de ellos.

Pensaba que el padre debe enseñar a sus hijos lo
que es bueno y justo desde edad temprana. Los buenos
hábitos según él, deben ser producidos y
controlados por el padre. Acostumbrar a un niño significa
programarlo para que obedezca, sumisamente, las órdenes de
los padres, maestros, patrones y la clase dominante
capitalista.

Educar un niño, según Schreber, significa
imponer una regla sobre cada detalle de su vida, sobre cada
pensamiento y actividad cotidiana del individuo,
preparándolo así para que la ideología
dominante y las figuras autoritarias, como los maestros,
patrones, líderes sindicales y gobernantes, determinen su
existencia alienada y neurótica.

La finalidad de este tipo de pedagogía
autoritaria, propia del sistema capitalista, es la de lograr que
el niño, y luego el adulto, sea un sumiso y obediente
incondicional. Si llegara a surgir la desobediencia,
deberá ser aplacada, mejor dicho aplastada, hasta
convertirla en una toral sumisión, empleando, si fueran
necesarios, los castigos corporales.

El psicoanálisis ha demostrado que los modelos de
relaciones personales grabados en los niños, desde su
tierna infancia, suelen permanecer para toda la vida. Los
individuos repiten inconscientemente formas de relaciones
sociales de sumisión a la autoridad, que le fueron
programados desde pequeños.

Existe la paradójica situación que este
tipo de pedagogía divide, aliena, enloquece al ser humano,
al lograr que éste considere que su programación
para la sumisión no le fue impuesta por unos padres y la
clase dominante capitalista, sino que él, conscientemente,
en "libertad", se programó a sí mismo.

12.- LA SOCIEDAD CAPITALISTA PRODUCE
NEUROSIS Y LOCURA

La sociedad capitalista, bajo la cual arrastramos
nuestra existencia, es una sociedad neurótica que produce
neurosis a escala masiva y la fábrica de dicha
personalidad es la familia.

Es tal la cantidad de neuróticos que arrastran su
vida en el planeta tierra, que se ha llegado a pensar que los que
sufren tal anomalía son sanos y normales.

Ahora bien ¿Cuál es el mecanismo utilizado
por la sociedad para producir la neurosis?. El mecanismo
según Freud se llama complejo de Edipo. Este complejo
consiste en el deseo del niño hacia su madre y el odio
hacia el padre. Para "superar" este complejo es necesario que el
pequeño se identifique con el enemigo, es decir, querer
ser como el padre neurótico, y cuando lo consigue se
adapta a la sociedad.

Una vez adaptado será un neurótico
más que reproducirá el sistema capitalista, no
sólo en lo económico por medio de la
plusvalía (trabajo no pagado por el patrón), sino
por medio de su conducta sumisa y adaptada.

Después que ha aceptado el individuo su destino,
ser ingeniero, médico, abogado, etc., el camino que
recorre para lograrlo está lleno de buenos
propósitos y carente de obstáculos.

En cambio el camino al cielo está lleno de
espinas y se corre el peligro de ser diagnosticado de loco. Este
camino lo eligen aquellos que deciden no aceptar la
domesticación social.

En otras palabras, la sociedad capitalista produce
masivamente neuróticos adaptados al sistema, disfrazados
de sanos, pues para el capitalismo es sano aquel que produce
ganancias y consume las mercancías veneno; así como
asiste a la escuela, es asalariado, tiene una esposa, una T.V.,
unos hijos y, por lo menos, una amante.

Ahora bien ¿Cómo es producida la locura?
Según los anti-psiquiatras, la psiquiatría es una
ideología de la clase dominante, es decir, aquel individuo
que no acepta esta sociedad neurótica, no produce
ganancias, ni se casa por las 3 leyes, ni asiste a la iglesia, es
clasificado y diagnosticado como enfermo mental, al grado de que
se le confina en un manicomio con el fin de que su mal no
contagie a los neuróticos adaptados.

En síntesis, este manicomio social que reproduce
a la sociedad capitalista, solo será superado con la
sustitución de esta sociedad enferma por una sociedad
sana. Una sociedad realmente HUMANA, BASADA EN EL AMOR, LA
LIBERTAD Y LA FELICIDAD.

La locura y la
sociedad capitalista

La locura, como la neurosis, son enfermedades sociales
producto de una sociedad inhumana, cuyo fin no es la felicidad ni
la libertad del ser humano.

La sociedad capitalista y la sociedad
burocrática, son organizaciones sociales neuróticas
basadas en la explotación del hombre por el hombre. En
una, la clase dominante detenta el poder político, con el
fin de conservar y defender sus intereses. En la otra, la
sociedad autonombraba socialista, que en realidad es un
capitalismo de estado, el poder político se encuentra en
las manos de una burocracia autoritaria que vive a expensas del
trabajo de la clase obrera de su país. Desde la URSS,
hasta Cuba, sucede este fenómeno político. En ambos
sistemas la familia es la institución por medio de la cual
se inyectan en la mente de los ciudadanos las ideas y la moral de
la burocracia dominante. Los niños domesticados, son
aquellos ciudadanos que en forma resignada y sumisa
aceptarán todo tipo de injusticias que se cometa con
ellos.

En otras palabras, los adaptados a esta sociedad enferma
son aquellos individuos sumisos y neuróticos que con su
trabajo incrementan las ganancias de los patrones y reproducen
inconscientemente todo el sistema social que los produce como
neuróticos.

Pero no todos se adaptan a este sistema, existe una
minoría de individuos que no se resignan a ser
domesticados y el castigo que reciben por no aceptar las normas
existentes de la sociedad moderna es el de ser recluidos en esa
cárcel especial llamada manicomio.

Ahora bien, existen dos tipos de manicomios, el que
todos conocemos y el que se llama familia.

La familia, bajo el capitalismo y el socialismo
burocrático, es el manicomio disfrazado de buenas palabras
y es la institución en su rígida
desnudez.

Patología
de la
cultura en las sociedades patriarcales

Desde el esclavismo hasta la actualidad, es decir desde
el origen de la propiedad privada, las clases sociales, la
explotación del hombre por el hombre, la formación
del aparato de Estado, como instrumento de las clases dominantes,
todas las manifestaciones culturales son en sí
manifestación de la patología de sus autores
quienes a su vez han tenido que sufrir para ser reconocidos por
sus contemporáneos.

La mayoría de los grandes artistas han muerto sin
haber sido reconocidos como grandes hombres.

Cabe agregar que la cultura universal desde su
aparición hasta la actualidad, ha sido gozada por una
minoría social; parte de la clase dominante y parte de la
pequeña burguesía, la mayoría de la
población trabajadora de la ciudad y del campo a lo largo
de toda su vida y por generaciones ni siquiera saben de la
existencia de Beethoven, Dostoyevski, Van Gogh, Miguel
Ángel, Nietzsche, etc.

En cuanto a la enfermedad que han sufrido los grandes
genios de la humanidad, han sido la neurosis y la
psicosis.

Por ser las sociedades particulares de tipo
neurótico en la que estos genios han existido, han sufrido
neurosis, aunque exista un número de ellos que han estado
en la psicosis y desde ella, o antes de llegar a ella, han
producido sus obras maestras, como Holderling, Maupassant,
Nietzsche, Van Gogh, etc.

Es necesario también agregar que Freud, el
fundador del psicoanálisis, afirmó en sus libros
que las obras de la cultura son como un sueño, es decir,
son una realización alucinatoria de deseos reprimidos. En
otras palabras la cultura realiza en la novela, la música,
la pintura, etc., lo que el autor y sus lectores no pueden llevar
a cabo en la vida real.

El porqué los grandes autores logran conmover a
sus lectores, se debe a que sus obras hablan de un mundo que le
está vedado a la mayoría de la
población.

Igual que las telenovelas, la obra literaria, por
ejemplo, hace vivir al lector una o muchas vidas de los
personajes que le gustaría vivir en la realidad. Si la
T.V. hipnotiza, la obra literaria nos traslada a un mundo
ficticio en el que gozamos; la lectura también es una
evasión, una locura que puede producir en nosotros una
adicción parecida a la de las drogas o el
alcohol.

Mientras la sociedad en que arrastramos nuestra
existencia nos siga prohibiendo nuestros deseos y ansias de goce
y de felicidad, continuaremos huyendo hacia ese mundo de
fantasía, a ese país de las maravillas al que van
todas las niñas carentes de amor y de
cariño.

La cultura dejará de ser una evasión, un
mundo de locura, cuando el mundo real sea un mundo basado en el
amor, la libertad y la felicidad de todos los seres humanos de la
tierra.

Carácter
genital y carácter neurótico

EL CARACTE GENITAL.- Tiene un modo de andar ágil
y firme, un trato directo y franco, una mirada clara y brillante,
una voz cálida; es activo y eficaz sin ser agitado,
considera los problemas son objetividad y realismo y se esfuerza
por hallar soluciones racionales; si bien los tormentos de la
culpabilidad casi no lo alcanzan, en cambio conoce la angustia y
la inquietud, puesto que es sensible a las complejidades, a las
dificultades, a las amenazas y a la riqueza de lo real, a las
cuales se enfrenta con un espíritu crítico y
creador, fraternal con sus amigos, ama a su mujer, goza con ella
y la hace gozar apasionadamente sin sentirse con ello sometido al
rigor monogámico; toda ley obligatoria y represiva le
repugna y sólo reconoce la autoridad fundada en la
razón; que el valor esté armonizado en el principio
de AUTORREGULACIÓN; puesto que establece la
supremacía de la inteligencia y la libre
circulación de la energía libidinal; se opone ( con
argumentos racionales y precisos alimentados por una curiosidad
siempre despierta) a todas la empresas del misticismo, del
mecanicismo, de la demagogia, de la rabia destructora (propia del
fascismo), e impulsa sin exhibicionismo, en su práctica
cotidiana, todo aquello que favorece la libertad, el amor, la
alegría de vivir; su plenitud orgásmica y el
rechazo moderado de los impulsos pregenitales (goce oral y anal)
e incestuosos, alimenta, casi de modo espontáneo, las
sublimaciones creadoras: sociabilidad abierta y positiva, vida
cultural intensa, compromisos políticos
REVOLUCIONARIOS….. autonomía, racionalidad,
realismo, positivismo, intensidad; el carácter genital
encarna para Wilhelm Reich el "equilibrio perfecto de la
economía libidinal basada en su capacidad para la
experiencia sexual plena".

El CARÁCTER NEUROTICO, puede describirse,
desvalorizado como el negativo del genital. En el
neurótico predominan las negaciones, las negativas, las
denigraciones; los impulsos pregenitales e incestuosos son
violentamente reprimidos y vuelven de modo obsesivo en forma de
fantasmas que invaden y pervierten la actividad cotidiana, y en
síntomas cargados de angustia; el yo, el ello, el super
yó, forman una perpetua ronda de conflictos, fuentes de
culpabilidad y de inhibición; tras la figura paterna,
amantes, amigos o enemigos, se deslizan las imágenes de
parentescos fuertemente cargadas de afectos; el sujeto evita la
confrontación con el otro y con lo REAL y prefiere
someterse servilmente al orden reinante (sumisión al orden
autoritario capitalista); se abandona a impulsos místicos
y al influjo de los jefes (en los que ve a sus padres
autoritarios) y pronto los abandona; impotencia orgásmica
y desequilibrio libidinal se expresan por medio de
comportamientos estereotipados, compulsivos, impulsivos o
rígidos, nerviosos o acompasados, resignados o
reivindicados.

Reich también es claro cuando afirma que la
mayoría de los hombres y mujeres que subsisten bajo el
capitalismo autoritario, sufren de neurosis, pues es el
carácter que requiere este sistema para poder continuar
explotando a los trabajadores y oprimiéndolos
políticamente.

Por esta razón Reich es muy consciente de que
sólo los que posean el carácter genital pueden ser
capaces de ser revolucionarios y luchar por una sociedad
realmente humana que esté acorde con el cuerpo, los
impulsos genitales, la naturaleza, y la Energía
Cósmica Inteligente.

El mito de la
sexualidad procreadora en el capitalismo

En el área de la cultura cristiana occidental, la
moral autoritaria de la sociedad capitalista siempre ha intentado
que la práctica sexual quede reducida a la mínima
expresión, a lo imprescindible para la supervivencia. Por
todos los medios posibles, de las más diversas formas y
utilizando toda clase de argumentaciones (religiosas,
filosóficas, sociales, científicas,
psicológicas, legales, etc.) se ha tratado de que el sexo
fuese identificado y calificado únicamente en su
función reproductora o procreadora de la especie humana.
En este sentido, la sexualidad ha aparecido como sinónimo
de la anatomía y fisiología de la
procreación del hombre.

La misma palabra "sexo", hasta hace poco tiempo
resultaba par muchos supersticiosos, vergonzante o grosero. Por
ello a menudo no se habla de Instinto sexual, se le denomina
"instinto genético" o instinto de la generación. A
este instinto se le concibe todavía de un modo finalista,
utilitarista y hasta productivo, pero no se le mencionaba como un
medio para alcanzar el goce y el placer sexual. Para la moral
sexual predominante, el orgasmo no sólo no debía
mencionarse, sino que hasta se concibe como una aberración
sexual propia de las prostitutas y degenerados
sexuales.

La ideología de la sexualidad como
procreación es una idea deliberadamente represiva y
moralista. Estigmatiza toda expresión sexual que no tenga
como finalidad el nacimiento de un nuevo se, calificándola
de perversa, anómala o degenerada. Considera a la vejez
como asexuada. Y niega la sexualidad infantil, arrojada al
silencio de la supuesta inocencia de los niños.

Sigmund Freud, fue el primer médico que,
rompiendo abiertamente con la moral autoritaria, afirmó la
existencia de la sexualidad infantil. Mantuvo la opinión
de que el niño era un "perverso poliforme". Si la
precocidad sexual no era un trastorno del desarrollo infantil,
entonces todos los niños serían perversos y
poliformes, ya que su sexualidad adopta múltiples formas
distintas a la forma generalizada y procreadora, la única
socialmente permitida por al moral antivida.

Los hallazgos de Freud, obtenidos a través de la
técnica psicoanalítica en adultos, resistieron
todas las críticas, y al final tuvieron que ser aceptados.
Sin embargo todos los médicos conservadores, sacerdotes de
la moral burguesa, siguen defendiendo la inocencia sexual de los
niños "normales" o "sanos", quienes
paradójicamente, por la represión sexual
están domesticados y neurotizados por la familia
autoritaria y la sociedad capitalista actual.

La
"función del orgasmo" de Wilhelm Reich

Los trabajos de Reich, de su tercer periodo,
están basados en su concepción global de la vida
sexual y de la energía libidinal: el placer
expansión como antítesis de la "formula del
orgasmo", definida por un ritmo en cuatro tiempos, TENSION
MECANICA –CARGA ELECTRICA –DESCARGA ELECTRICA
–RELAJACIÓN MECANICA. Por consiguiente Reich se
propone medir esas cargas y descargas eléctricas, examinar
el papel desempeñado por los diversos estímulos,
excitaciones y emociones en diferentes órganos y tejidos
excitados, definir las relaciones existentes entre los
fenómenos mecánicos y psíquicos
concomitantes, poner a prueba sus proposiciones previas (surgidas
de la práctica psicoanalítica y del análisis
del carácter), acerca de la naturaleza y la función
de la sexualidad y de la vida en general, determinar las
eventuales vinculaciones entre el funcionamiento
bioeléctrico de los organismos vivos y el universo,
físico, etc.

En su libro: "LA FUNCION DEL ORGASMO", resume los
resultados más significativos de sus
investigaciones:

-La superficie de la piel, en condiciones normales se
caracteriza por un "potencial básico" que representa el
potencial biológico normal de la superficie del
cuerpo.

-Algunas partes del cuerpo se distinguen por sus
respuestas diferentes a las demás; son las "zonas
erógenas", labios, lengua, palmas de las manos, pezones,
lóbulo de la oreja, ano, pene, mucosa vaginal y,
curiosamente, la frente (a la altura del "tercer ojo" de los
lamas de Tibet).

El potencial de estas zonas, unas veces elevado y otras
débil, permiten diferenciar a los sujetos desde el punto
de vista vegetativo: sujetos rígidos y fríos,
sujetos flexibles y libres.

Todo aumento de potencial en una zona erógena va
acompañado por una sensación de placer: impulso,
onda, calor, prurito o sensación de "fusión", a la
inversa, disminución de potencial y disminución de
placer van a la par.

-Los fenómenos de congestión o
entumecimiento que afectan a los órganos y tejidos no
provocan automáticamente sensación de placer; para
que esta sensación sea perceptible es necesario que la
congestión mecánica del órgano segregue un
aumento de carga bioeléctrica, derivándose de esto
la siguiente fórmula: LA INTENSIDAD PSIQUICA DE LA
SENSACION DE PLACER CORRESPONDE A UNA CANTIDAD FISIOLOGICA DE
POTENCIAL BIOLECTRICO.

-Para la mayoría de los biógrafos de
Reich, este psicoanalista al dedicarse a la investigación
de la energía de la vida y vincularla a la energía
cósmica, cayó en la locura, pero en cambio para su
biógrafo más serio profundo: Luigi de Marchi, Reich
en su tercer periodo, llamado ergonómico por su
investigación del Orión (energía
cósmica), es la capa más brillante y genial donde
Reich se desenvuelve libremente, pues al no tener a Freud, ni a
unos burócratas autoritarios, que lo limitaran y
reprimieran, pudo dedicarse todo el resto de su vida, día
y noche, a la investigación de dicha
energía.

Urge una
educación sexual para adolescentes

Hace tiempo, la directora del "Centro de
Orientación para Adolescentes", Anameli Monroy Velasco,
afirmó que el 25% de la población mexicana tiene
entre 12 y 19 años de edad, y de ese grupo muchos cuentan
entre 15 y 19, que realizan ya relaciones sexuales ocasionando
embarazos no deseados, enfermedades sexuales, abortos,
matrimonios precoses, y madres solteras de corta edad.

La especialista aseguró que la sexualidad y el
proceso productivo humano constituyen dos contextos educativos
que debe se cuidados en nuestro país.

Declaraciones de este tipo deben ser tomadas en cuenta
no sólo por las instituciones como la SSA, y el ISSSTE., y
el IMSS., sino por las organizaciones de padres de familia, los
maestros, los sindicatos, grupos políticos,
etc.

En cuanto a los contenidos temáticos de
educación sexual incluidos en los textos gratuitos, cabe
señalar que sólo se refieren a la fisiología
sexual y se encuentran cargados de ideología moral, en
cuanto se considera a la sexualidad únicamente con fines
reproductivos y no se indica que a nivel individual el objetivo
es lograr el placer orgásmico.

Por lo que se refiere al Consejo Nacional de
Población (CONAPO), es solamente un consejo de tipo
consultivo, es decir, únicamente planea actividades,
algunas de ellas llevadas a cabo con pocos recursos monetarios,
que e tienen destinados para este fin.

Considero que la educación sexual masiva para los
jóvenes es ya una necesidad nacional, no basta titular a
1985, como el año de la juventud, es urgente que iniciemos
una campaña de educación entre todos los
jóvenes mexicanos.

Para nadie es un secreto que la educación sexual
errónea que reciben los jóvenes desde
pequeños son la causa, no sólo de embarazos no
deseados, abortos, enfermedades venéreas, SIDA, sino
también es la causa de las neurosis, las psicosis y las
perversiones.

El motivo por el cual no se llevan a cabo
campañas de educación sexual, se debe al miedo que
tienen los poseedores de las riquezas y detentadores del poder
político, pues bien saben que la juventud es una bomba
lista para estallar si se le proporcionan las condiciones de
libertad suficientes como para que tomen conciencia de su
potencialidad revolucionaria, potencialidad que ha demostrado su
efectividad en el movimiento del "sexpol", movimiento de
sexualidad política que estalló entre los
jóvenes alemanes en los años 30 de este siglo,
cuando W Reich, encabezó una lucha sexual de los
jóvenes en contra de la moral sexual represora de las
clases dominantes, movimiento que por cierto fue reprimido por la
dirección stalinista burocrática del Partido
Comunista Alemán.

Para una segunda edición de un movimiento sexual
político los jóvenes mexicanos tienen la
acción histórica.

 

 

Autor:

Humberto Escobedo Cetina

Partes: 1, 2
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