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Hacia la recuperación de la dimensión sacramental en la praxis pastoral




Enviado por psanjoseb



    La pastoral sacramental

    1. Objetivo general de la
      reflexión
    2. La vivencia sacramental
      actual, ¿supone un seguimiento exitencial de
      jesús, el cristo?
    3. Presupuestos
      hermenéuticos a tener en cuenta para la
      reflexión.
    4. Signo, símbolo y
      sacramentalidad
    5. Relación entre
      antropología y sacramentalidad
    6. Líneas nucleares para una
      recuperación de la sacramentalidad en la praxis
      cristiana
    7. Propuestas para una praxis
      sacramental
    8. Conclusión
    9. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Un trabajo de
    análisis y reflexión de la pastoral
    sacramental en el gran marco de la pastoral de toda Iglesia supone
    enfrentarse a preguntas a las cuales no les hallamos
    todavía respuestas y en el caso de conocerlas, muchas
    veces no queremos asimilarlas ya que nos exigirían cambios
    en el ámbito personal
    (hermenéutico) y comunitario (criterios de acción)
    que no estamos dispuestos muchas veces a realizar.

    El análisis de la vivencia sacramental que
    abordaremos en la primera etapa, está conextualizada en un
    momento particular de la historia. Estamos viviendo
    una etapa de la historia en el cual ya no se habla de
    "época de cambios" sino de un "cambio de
    época".

    • Celebramos cuarenta años del inicio del
      Concilio Vaticano II…
    • Estamos viviendo como pueblo latinoamericano una de
      las más grandes crisis de
      credibilidad de las institucionales y de sus dirigentes
      políticos y religiosos…
    • La corrupción, las injusticias, el
      colonialismo económico que viven nuestros pueblos es una
      realidad cruel que castiga a los más
      pobres….
    • Los grandes ideales de liberación que
      movilizaron a tantas generaciones, parecen eclipsados en la
      conciencia
      de los pueblos…
    • La postmodernidad, la cual nos impulsa al
      re-descubrimiento de la dimisión espiritual desde
      paradigmas
      nuevos…
    • El mundo globalizado, el gran avance de las comunicaciones han hecho de la humanidad una
      gran aldea donde casi no hay distancias….
    • Anunciamos durante dos décadas la
      liberación de los pobres pero llegó el neoliberalismo generando mayor exclusión
      e injusticias, nuevas formas de pobrezas y debilitamiento de
      los estados

    Esta realidad de nuestro pueblo latinoamericano, nos
    acompañará como contexto a lo largo de la
    reflexión, invitándonos permanentemente a indagar
    en nuestros paradigmas, muchas veces momificados, antes una
    realidad que permanentemente esta en cambio, por ello como
    agentes pastorales, debemos generar una actitud de
    apertura a las sensibilidades, retos y respuestas de una nueva
    época en la cual todos sin excepciones estamos
    proyectados.

    Nos acercaremos al fenómeno de la
    preparación y vivencia de los sacramentos atendiendo "los
    gritos" que escuchamos en nuestro quehacer pastoral, gritos que
    expresan un primer encuentro con la realidad ante la cual nos
    dejaremos interpelar.

    Los presupuestos
    hermenéuticos desde donde abordaremos la reflexión
    son de vital importancia ya que nos permitirán una
    reflexionar desde parámetros que le dicen mucho al
    hombre de
    nuestro tiempo.

    Uno de los grandes avances de la sacramentología
    pos-conciliar ha sido tratar de superar la metafísica
    como instrumento único de aproximación a las
    realidades mas profundas del ser.

    Apelaremos, por ello, a la realidad simbólica
    como otra herramienta, mucho más vital y existencial
    constitutiva de la antropología para acercarnos a las
    realidades que trascienden y superan todo intento de
    definición acabada del misterio.

    Nuestro objetivo no es
    ofrecer un tratado sobre los sacramentos en general ni estudiar
    los fundamentos de la pastoral de la Iglesia.

    Nuestro esfuerzo consistirá en sistematizar
    elementos reflexionados por algunos teólogos pastoralistas
    contemporáneos y favorecer desde paradigmas que asuman la
    dimensión antropológica, una conexión vital
    y de sentido con la estructura
    sacramental que ofrece la Iglesia.

    Este camino que emprendemos tiene como punto de partida
    y de llegada; el hombre, en
    cuanto realidad que se autocomprende y se revela en plenitud a la
    luz del Verbo
    Encarnado (Gaudium et Spes n 22).

    OBJETIVO GENERAL DE LA
    REFLEXIÓN

    Aportar elementos desde la reflexión
    teológico-pastoral que tengan como punto de partida las
    vivencias y sensibilidades del hombre y de la mujer de hoy,
    que permitan el redescubrimiento de la dimensión
    sacramental en toda la praxis cristiana, desde una
    sacramentalidad histórica, significante y develadora de
    sentido;

    para favorecer una pastoral sacramental vital y
    renovada, caracterizada por una inculturación menos
    temerosa de las mismas celebraciones sacramentales, una mayor
    unidad entre celebración y vida, entre sacramento y
    compromiso.

    CAPITULO
    I

    LA VIVIENCIA SACRAMENTAL ACTUAL, ¿SUPONE UN
    SEGUIMIENTO EXITENCIAL DE JESÚS, EL CRISTO?

    Hoy vivimos una situación problemática con
    relación a los sacramentos. No hay acuerdo en la Iglesia
    sobre lo que éstos significan y acerca de cómo
    vivirse. Existen corrientes de espiritualidad que promueven la
    vivencia sacramental de las más diversas
    tendencias.

    Pensemos sin más en orden a la celebración
    de la eucaristía como algunas corrientes ponen mayor
    énfasis en generar sensaciones y otras en producir mayor
    intimismo entre los que participan, cayendo de esta manera en
    reduccionismos que no favorecen un auténtico seguimiento
    del Resucitado.

    En muchas celebraciones de sacramentos se percibe una
    acumulación de elementos (aceite,
    agua,
    bendición, palabras, grupo de
    personas desconectados con lo que se vive, etc.) los cuales no
    muestran, muchas veces, una unidad intrínseca
    vital.

    Lo racional y lo discursivo se llevan la primacía
    en la celebración de los sacramentos, dejando muchas veces
    al lado lo visual y lo corporal. De esta manera los sacramentos
    pasaron a ser RITOS que agrupan "cosas y personas". Cada uno
    ocupa un lugar aparte, unidos vagamente por un sentimiento
    religioso.

    La Iglesia se ha convertido en un sistema ritual:
    suma de los sacramentos

    Esto se evidencia en que la casi totalidad de los
    esfuerzos de los agentes de pastoral están dirigidos a los
    sacramentos: preparación para la primera comunión o
    confirmación, catequesis ocasionales para padres y
    padrinos, preparación al matrimonio,
    etc.

    Es una realidad en casi todas las parroquias; los
    sacramentos son los ejes prioritarios a partir de los cuales se
    estructura toda la acción pastoral de una comunidad
    parroquial, dejando muchas veces de lado a las otras dimensiones
    de la pastoral de suma importancia para un auténtico
    seguimiento del Resucitado.

    1. Resistencia del hombre y de la mujer a la
      vivencia sacramental

    Dicha resistencia entre
    otros puntos se refleja en:

    • LA OBLIGATORIEDAD: al insistirse en los sacramentos
      como canal privilegiado para alcanzar la gracia, se ha
      favorecido la dimensión de obligatoriedad como requisito
      para vivir la gracia
    • EL ENFASIS EN EL SUJETO ADMINISTRADOR:
      el excesivo legalismo (ex opere operato) en la
      administración de los sacramentos reforzó la
      dimensión solo del que administra minimizándose
      la sacramentalidad del sujeto y de la comunidad
    • LA IGLESIA LUGAR DE ADMINSTRACION DE SERVICOS: la
      parroquia es el lugar donde "los pido y los recibo", y
      allí terminó todo. Se perdió la
      dimensión de comunidad sacramental.
    • EL PUNTUALISMO SACRAMENTAL: al ser considerados "algo
      en sí mismos" cerrados y autosuficientes, toda la
      pastoral ha perdido así su proyección social al
      servicio de
      la transformación de la sociedad.

    El actual modelo de
    pastoral sacramental responde a un soporte eclesiológico
    que todavía en muchos aspectos no ha sido renovado por la
    actitud de apertura al mundo y fidelidad al Evangelio que nos
    propuso el Concilio Vaticano II, Medellín, Puebla y Santo
    Domingo.

    1. Síntomas de la crisis
    • Se ha perdido la identidad
      del sacramento. Lo que se vive nada o muy poco tiene que ver
      con la realidad sacramental en sí misma
    • El carácter costumbrista es un
      síntoma de la perdida de
      significación.
    • En otros casos hay un alejamiento de la practica
      sacramental
    • No le encuentra utilidad el
      hombre de hoy. Los descubre como algo inoperante.
    1. Causas de la crisis
    • Los
      sacramentos en búsqueda de su definición parten
      de la filosofía. Se ha hecho una metafísica del
      signo.

    Es una realidad que constatamos en la historia de la
    teología, y de una manera particular en la teología
    sacramental, cómo se vertió su contenido en moldes
    metafísicos.

    Esta mediación en muchos casos ha tenido tanta
    fuerza que hoy
    hay personas que apenas llegan ha distinguir una vedad
    filosófica con una verdad revelada.

    Esto trajo en el pensamiento
    cristiano un reduccionismo del dato de fe, el cual en algunos
    casos de acontecimiento salvífico quedo reducido ha
    pensamiento ilustrado, de praxis de seguimiento a disquisiciones
    intelectuales,
    de aproximación al misterio a una teología
    triunfalista, de símbolo evocativo a enunciado preciso y
    demostrativo, y mucho más disciplina
    eclesiástica que Reino de Dios.

    • Hemos hecho
      un cristianismo
      de ritos vacíos que nada dicen a la vida del hombre y a
      la mujer de nuestro tiempo.

    Todo esto ha favorecido a una sobre dimensión del
    RITO, y por ende a un empobrecimiento de la realidad sacramental,
    favoreciendo así una visión sacramentalista de la
    vida cristiana. Con mucha claridad se percibe que los ritos
    hablan poco de sí mismos y por sí mismo. Necesitan
    ser explicados por lo tanto dejan de tener su fuerza
    significante. De esta, manera la ritualización fue
    quitándole fuerza a la significación y esto
    a generando una conciencia de cosificación de la praxis
    sacramental.

    • La
      mentalidad del pueblo considera a la Iglesia como un "lugar"
      donde se reciben los sacramentos, transformándose la
      recepción de los mismos en el criterio de pertenencia
      mas claro a la Iglesia.

    "Incluso entre los practicantes es fácil
    descubrir la esquizofrénica separación que existe
    entre sacramento y vida, entre rito y compromiso,
    celebración y ética
    social. Por lo tanto que fácilmente el sacramento se
    reduce a mero rito, a mundo paralelo, a participación
    mecánica a tradición o costumbre sin
    referencias e incidencias vitales"

    • Por otro
      lado esta crisis tiene un indicativo
      antropológico.

    En primer lugar no aportan identidad al cristiano, ya
    que muchos que no participan de la vida sacramental lo mismo se
    llaman cristianos o creyentes católicos. Al desconectarse
    de la experiencia concreta el carácter ritual ha
    prevalecido sobre el existencial.

    Este alejamiento de la práctica sacramental poco
    a poco lleva a la indiferencia concluyendo este proceso en el
    abandono total de la vida sacramental en algunos
    casos.

    "Sé esta produciendo una emigración de la
    religiosidad practicada a la indiferencia, pasando por la no
    practica religiosa. La no práctica constituye una
    categoría puente, una situación de plano inclinado
    que conduce insensiblemente a la indiferencia. Estamos asistiendo
    al paso de una acción social prescriptiva a una
    acción social electiva. De la institucionalización
    de la tradición, elemento esencial del rito, a la
    institucionalización del cambio. De una trama
    institucional relativamente indiferenciada a una
    diferenciación y especialización crecientes en los
    diversos grupos
    sociales."

    El aspecto más visible de esta crisis es el
    descenso continuado de la práctica religiosa entendida
    casi siempre de una manera parcial como practica de los
    sacramentos.

    En el caso de aquellos que los reciben y se dicen
    cristianos la practica sacramental esta muy ligada a una cierta
    seguridad
    psicológica que buscan aquellas personas que no han
    ejercitado la libertad como
    una opción existencial por el bien.

    Son aquellas personas que necesitan que se les diga lo
    que esta bien y lo que esta mal, reduciendo la moral
    existencial cristiana en una ética casuística y
    heterónoma que no permite el crecimiento integral de la
    persona. Esta
    práctica sacramental es fruto de un ritualismo, de la
    obligatoriedad y genera dependencia y sumisión.

    1. Por ultimo podemos deducir de este análisis
      de causas que se produjo un reduccionismo de la
      sacramentalidad que afecto notablemente al concepto de
      praxis cristiana. La sacramentalidad quedo ligada
      exclusivamente a los siete sacramentos y se perdió
      durante mucho tiempo la densidad
      sacramental de toda la praxis cristiana comprendida en un
      sentido más global.

      La parcial insistencia a lo largo de la historia
      en centrar el análisis y la reflexión en los
      siete sacramentos ha derivado en la ausencia de la
      sacramentalidad cristiana en su más radical y
      auténtica profundidad. Solo quedo reducida al
      análisis de los sacramentos como tal.

      "Cuando la Iglesia se oficializa y hace prevalecer
      su carácter institucional en una sociedad
      sociológicamente cristiana, decae ese sentido
      sacramental: la Iglesia deja de considerarse sacramento
      para entenderse más como institución y los
      acontecimientos históricos dejan de ser signos
      de los tiempos para ser historia de la institución
      eclesiástica y de los imperios
      cristianos"

    2. Empobrecimiento del la dimensión
      sacramental en toda la praxis de la Iglesia
    3. Crisis del modelo vigente de pastoral
      sacramentalista: hacia la búsqueda de nuevos
      paradigmas.

    "Este modelo de pastoral sacramentalista que ha
    correspondido a una larga época eclesial, la cristiandad,
    continúa aún vigente pero nadie duda que tal modelo
    cada día es más inadecuado o de que al menos,
    encuentra dificultades crecientes"

    Se percibe todavía con mucha claridad este
    modelo eclesial en nuestra acción pastoral, el cual queda
    expresado en los criterios que todavía utilizamos a la
    hora de planificar y desarrollar la actividad
    evangelizadora.

    El Concilio en su gran esfuerzo de dar respuestas a
    un mundo que interpelaba a la iglesia a cerca de su ser y de su
    obrar nos muestra la
    actitud vital con la que debemos encarar todo trabajo de
    reflexión teológico pastoral: en dialogo con el
    mundo y preguntándose siempre por el sentido para que de
    esa manera le brinde al hombre y la mujer las herramientas
    necesarias para una mas profunda y vital auto compresión
    de su existencia.

    Por ello es muy saludable que frecuentemente nos
    preguntemos acerca de los paradigmas a partir de los cuales la
    Iglesia dialoga con el mundo, para que de esa manera vivamos en
    una permanente renovación y así podamos dar
    respuestas a los interrogantes existenciales de la
    humanidad.

    La resistencia del varón y de la mujer de
    nuestros tiempos a la vivencia sacramental nos debe hacer
    reflexionar y cuestionarnos sin miedos con audacia
    evangélica si vivimos realmente con el corazón
    abierto a la búsqueda de nuevos horizontes que nos ayuden
    a transitar una verdadera renovación de toda la praxis
    cristina y en particular la dimensión
    sacramental.

    En conclusión llegamos a que el modelo de
    pastoral sacramental vigente, fruto de una pastoral de
    cristiandad, en la cual se procuraba que todos fuesen cristianos,
    ha quedado en desuso.

    En síntesis….

    • De todo esto se deduce que la religión para algunos no pocos,
      sé esta desdogmatizando y sé esta
      desritualizando perdiendo así fuerza lo
      institucional
    • De esta manera los sacramentos han dejado de ser
      significantes para un gran número de
      creyentes.
    • Para otros ha quedado reducido a una
      práctica rutinaria y costumbrista impregnada de un
      ritualismo y un lenguaje
      anacrónico que poco le dice al hombre de
      hoy.
    • Podemos afirmar por tanto que estos aún
      viviendo una práctica sacramental han reducido la
      significación vital de los mismos, ya que no llega
      tocar la existencia de aquellos que los reciben.
    • La crisis sacramental actual revela una crisis
      pastoral más amplia, que afecta a toda la praxis
      cristiana.

    Capitulo II

    PRESUPUESTOS
    HERMENEUTICOS A TENER EN CUENTA PARA LA
    REFLEXIÓN.

    Durante siglos la teología centró su
    atención en la búsqueda de
    argumentos racionales. Su objetivo era hablarle a la inteligencia y
    convencer a los hombres y mujeres del dato religioso.

    Así el pensamiento teológico se
    caracterizó por el discurso
    apologético y manualístico, olvidándose que la
    reflexión teológica debe estar orientada a
    profundizar una experiencia vital capaz de transformar el
    corazón desde la búsqueda y del descubrimiento de
    sentido para la existencia.

    Ante estos reduccionismos que acompañaron la
    reflexión teológica a lo largo de su historia, es
    importante que clarifiquemos los presupuestos
    hermenéuticos a partir de los cuales nos aproximaremos a
    la reflexión. Para ello nos valdremos de la
    reflexión que nos propone Oscar Arango, en su tratado
    "Imaginando Imaginarios".

    1. "Lo que se ha denominado una nueva
      hermenéutica, señala el esfuerzo de rescatar
      el presente, el aquí y el ahora, la dimensión
      de la historicidad del hombre.

      La historia presente es la que precisa ser
      interpretada para el encuentro con el ser u con la
      realidad, no desde un plano meramente contemplativo y
      conceptual, sino en el plano de la historia personal y
      colectiva que de espacio al crecimiento del hombre a su
      personalización, y a su liberación en cuanto
      posibilidad de ser en sí mismo.

      Por eso los dogmas históricos fijos e
      invariables del pasado no pueden pretender fundar por si
      solos el ser, la conciencia y la acción.

      La nueva hermenéutica se presenta como una
      reacción contra la hermenéutica positivista y
      su dogmatismo textual, planeta pues una dinámica propia, un método nuevo y praxis renovada que
      estimula a no repetir el pasado con simpleza sino a la
      interpretación transformadora del
      presente y la proyección a partir de una acciones
      actualizadoras.

      De esta manera la persona que interpela no es un
      elemento ajeno a su realidad, quien interpreta interroga a
      su realidad desde su mismidad, desde su situación y
      su historicidad. Quien interpreta es parte constitutiva de
      la interpretación. El pasado adquiere sentido pleno
      cuando ayuda a esclarecer y percibir claramente el
      presente".

    2. Una hermenéutica que asuma e integre la
      historicidad del hombre
    3. La reflexión teológica: buscadora
      de "sentidos" para el hombre y la mujer

    Como ciencia del
    espíritu, la teología se mueve en parámetros
    particulares los cuales le permiten acercarse a su objeto
    material de una manera única.

    La teología, se diferencia del resto de las
    ciencias
    empíricas, ya que opera sobre el símbolo
    INTEPRETANDOLO, descubriendo lo más que pueda su
    SENTIDO.

    Las ciencias humanas por su parte buscan entender,
    aclarar los datos
    empíricos que se le presentan. Lo propio de la
    teología será COMPRENDER, pero buscando el
    SENTIDO.

    Por lo tanto mientras más quedemos involucrados
    en el acto de comprensión más profundo será
    el SENTIDO que descubramos.

    Vivir es leer, interpretar y escuchar la voz de la
    creación para que de esa manera podamos sacramentalizar la
    realidad y así tener una aproximación a la realidad
    fundante de todas las cosas

    Las diferentes maneras de acercarse al objeto implican
    necesariamente también una diferencia de lenguaje. En
    tanto que el conocimiento
    científico se abre a verdades que construyen la
    civilización, el saber narrativo que es propio de la
    teología, se transforma desde el micro relato en agente
    constructor de cultura, desde
    lo simbólico, lo comparativo, lo poético, y lo
    metafórico.

    Preguntarse sobre el SENTIDO DEL SER EXITENTE es lo
    propio de la ciencia del
    espíritu. Por tanto no es tarea de la teología
    comunicar verdades, sino comunicar SENTIDOS.

    El sentido se transmite, no se demuestra, no se explica.
    Lo podemos expresar en un estilo poético, simbólico
    narrativo, y solo esto nos permite aproximarnos al
    misterio.

    Descubrir "sentido", en otras palabras el COMPRENDERSE,
    le permitirá al sujeto construir nuevos horizontes que
    ayuden a SABER SER, a SABER VIVIR, es decir alcanzar
    sabiduría. Esta manera de expresar y comunicar vida pone
    de manifiesto que la estructura interna de este lenguaje es
    DINAMICA y nunca doctrinal.

    El sacramento queda vertebrado en el lenguaje
    narrativo, cuya fuerza vital, se centra en celebrar y narrar la
    historia de un encuentro entre el hombre y la creación,
    encuentro que le permite al hombre y a la mujer descubrir la
    convocación a la cual está llamado: al encuentro
    sacramental con Dios.

    Este será el primer momento de la realidad
    sacramental, una experiencia vital un encuentro con el sentido
    definitivo. Luego si vendrá el momento de articular de
    manera racional el cual queda expresado en una fórmula la
    cual jamás podrá expresar la realidad de sentido
    que ha producido la fuerza del sacramento a nivel
    histórico-existencial.

    No será suficiente para una reflexión
    veraz y acabada de la compleja dimensión sacramental
    vivida por el hombre, si no echamos mano a ciencias que nos
    permitan aproximarnos a esta vivencia, la cual siempre
    será situada es decir
    histórico-cultural.

    "Estudiar un sacramento significa comprenderlo desde una
    situación vital(antropología filosófica), en
    un contexto cultural histórico y realzado
    (antropología cultural), que tiene en cuenta los datos de
    la realidad y el contexto social (sociología) así como las reacciones
    y mecanismos personales y colectivos ante esta situación
    (psicología) detentando los fenómenos
    religiosos que en relación con esta situación se
    han dado y se dan hoy (fenomenología e historia de las religiones) y profundizando
    en la riqueza de la experiencia límite que se viven en la
    llamada a la trascendencia o en la revelación de los
    divino desde la misteriosidad de lo humano (metafísica y
    teodicea)"

    Capitulo III

    SIGNO, SÍMBOLO
    Y SACRAMENTALIDAD

    "La experiencia de la fe, típica de la
    religión y de toda relación intersubjetiva, se
    sitúa en el ámbito del sentido último y
    radical que remite a lo
    mítico-simbólico"

    La necesidad que tenemos de comunicarnos con aquellos
    referentes tan vitales para la existencia humana, no sensibles,
    nos exigen apelar al lenguaje simbólico.

    Esta realidad es el ámbito de la liturgia en la
    que prevalece el lenguaje simbólico, lenguaje más
    intuitivo y afectivo, más poético y
    gratuito.

    La liturgia es una acción, un conjunto de signos
    que nos introducen en comunión con el misterio, que nos
    hacen experimentarlo más que entenderlo.

    1. ¿Qué es un signo?
    • Es algo que indica
    • Su contenido es elemental
    • Es vacío de presencia
    • Entre el significante y el significado no hay
      relación de comunión
    • Su significatividad no es verdadera
      Epifanía
    • Apunta a una realidad exterior a sí
      mismo
    • El signo no es lo que significa, nos orienta de un
      modo más o menos informativo.
    • Mensaje que designa o representa otra realidad. El
      humo indica la existencia del fuego El semáforo en su luz verde nos
      hace saber que ya podemos avanzar.
    1. ¿Qué es un
      símbolo?
    • Desempeña una función
      reveladora de sentido
    • Se transforma en receptáculo expresivo de la
      presencia
    • Contiene la presencia de la realidad
      simbolizada
    • Expresión de una experiencia
      humana.
    • La experiencia comporta una dimensión no
      racionalizable, no tematizable, como constitutivo
      específico: un componente no
      conceptualizable.
    • Tiene una potencia
      intrínseca constitutiva de la existencia
      humana.
    • La experiencia del amor no se
      puede comunicar en profundidad, nada más que mediante
      expresiones simbólicas.
    • Significa en sentido figurado, orienta a lo que se
      simboliza.
    • Mediante el símbolo se llega a la experiencia
      humana.
    • Puede ser contemplado: remite a un más
      allá de sí mismo.
    • Supone un código socialmente admitido de comunicación.
    • Los símbolos configuran al
      hombre.
    • Es develación, epifanía,
      manifestación de lo absoluto no visible, no
      sensible
    • Es icono, no tiene existencia propia, conduce a hacia
      el prototipo que manifiesta.
    • Es también velación ambigüedad,
      claridad oscura nunca manifiesta la realidad plena.
    • Establece una cierta identidad afectiva entre la
      persona y una realidad que no se llega alcanzar.
    • Reúne, concentra en sí mismo las
      realidades conteniéndolas un poco en todas a todas
      ellas
    • Une significantes con significado Ej. Significante:
      Palabra de Dios = significado, Dios habla.

    Hecha la distinción que existe entre signo y
    símbolo trataremos de descubrir la interconexión
    que existe en el sistema sacramental ambas realidades.

    Los sacramentos se componen normalmente por una serie de
    ritos y de signos que, en la medida que tengan unidad interna
    expresarán el símbolo global sacramental, el cual
    nos conducirá hacia el contenido misterioso del
    símbolo o de lo simbolizado.

    "El valor
    sacramental comporta un momento simbólico, supone, expresa
    y alimenta nuestra fe en la comunidad eclesial. Así el
    sacramento une, recuerda y hace presente el anuncio
    profético.

    Pero también el valor sacramental puede expresar
    una función día-bólica al degradarse en
    sacramentalismo, consumo
    sacramental o vivencia mágica del sacramento. Así
    el sacramento separa, escandaliza y divide, causa de la denuncia
    profética"

    1. Símbolo sacramental: unidad de
      significados que nos conducen al Misterio.

    Los significantes y los significados forman parte de una
    misma ESTRUCTURA SIMBOLICA DE SENTIDO que nos conduce al
    corazón del misterio celebrado. Si la
    característica del símbolo es unir elementos
    separados, la sacramentalidad cristiana es símbolo porque
    reúne FE-VIDA-CELEBRACIÓN.

    Como bien lo decían los padres de la Iglesia, los
    sacramentos son una manifestación y expresión de
    una realidad invisible, es decir, manifestación en
    visibilidad de la gracia escatológica de
    Cristo.

    Pero hay que dejar claro que es una
    visibilización en imagen, no
    todavía en plenitud, lo que se dará en la escatología."

    El símbolo es una realidad con dos caras. Une dos
    significantes que designan una misma realidad significada pero
    cada uno a su nivel.

    El símbolo es un signo en el cual el
    significante ausente
    (lo representado) se hace presente por
    el nexo que lo une al significante presente (el
    representado). De esta manera el símbolo nos acerca a la
    realidad simbolizada y nos la acerca. Hace presente a la realidad
    simbolizada de manera eficaz.

    El siguiente esquema muestra la dinámica vital
    que encierra la realidad simbólica.

     Capitulo IV

    RELACIÓN entre
    antropología y sacramentalidad

    El hombre tiene una naturaleza
    simbólica y necesita permanentemente de símbolos.
    Es en la clave de la relacionalidad que el hombre vive, como
    dimensión vital y esencial, donde debemos ubicar los
    sacramentos.

    Este se vale de ciertos códigos,
    dinámicas, palabras y gestos, a partir de las cuales
    despliega su relacionalidad con los otros y con el totalmente
    Otro.

    Existe por tanto una íntima relación entre
    sacramentalidad y antropología, ya que una supone la otra.
    Ambas se implican y alcanzan su verdadera significación en
    cuanto se unen para que podamos comprender de una manera distinta
    realidades que superan nuestro conocimiento.

    El hombre expresa esta relacionalidad con lo
    trascendente, a través de categorías religiosas,
    que manifiestan esta dinámica, desde la realidad vital de
    una simbólica significativa. Podemos agruparlas
    en:

    • Objetos sagrados
    • Momentos sagrados
    • Lugares sagrados

    "Hoy se deben entender los sacramentos como encuentro,
    símbolos, expresión de la fe y celebración
    de la vida. Porque el hombre no es sólo un espectador en
    la celebración sacramental, sino que en ésta debe
    existir una perfecta armonía entre el ser y la
    condición sacramental que se ofrece. El hombre es un
    símbolo viviente. Por su presencia física,
    corpórea es un símbolo viviente que expresa su
    intimidad, libertad, y voluntad; sus sentimientos, y pensamientos
    que no se pueden entender a simple vista, sino por la
    mediación corpórea. Esto es ser simbólico.
    Es la constante en la relación humana"

    Por su parte la sacramentalidad se vale de las
    dimensiones antropológicas y así poder
    expresarse en ellas. Son vías, canales por donde fluye la
    sacramentalidad quedando de esta manera a merced del conocimiento
    humano. Félix Placer Ugarte detalla la relación que
    existe entre las dimensiones humanas y la
    sacramentalidad:

    1. Personal intersubjetiva: las relaciones
      humanas es un signo que puede adquirir caracteres
      sacramentales. De hecho cada uno de los sacramentos es una
      forma de sacramentalizar diferentes aspectos o manifestaciones
      de esta dimensión. Sacramentalizar las relaciones
      humanas será la tarea específica de la praxis
      cristiana.
    2. Cosmológica: hace referencia a la
      relación del hombre con la naturaleza. La
      sacramentalidad es algo concreto no
      idealista o imaginario. Es visible y tangible. Todo el cosmos
      es un lugar sacramental. Pero hay lugares preferenciales, donde
      esos símbolos aparecen con mayor claridad y
      precisión. "El mundo es el gran sacramento de Dios.
      Cuando las cosas comienzan hablar y el hombre escucha sus
      voces, entonces emerge el edificio sacramental." . El pobre es
      el lugar preferencial, y la cruz el más significativo,
      el cual supone una gran cuota de fe lo mismo que el sacramento
      eucarístico, sacra mentalización
      suprema.
    3. Histórica: los acontecimientos
      históricos en virtud de la historia de salvación,
      se transforman en signos de los tiempos. El gran desafío
      de la praxis cristiana será descubrir desde la fe esos
      signos y así sacramentalizar la historia
      transformándola de esta manera en historia de
      salvación. En la medida que descubrimos unidad de
      sentido a los hechos que experimentamos, los transformamos en
      realidad sacramental para nosotros y para los demás.
      Debemos reinterpretar constantemente nuestra historia, desde la
      perspectiva de historia de salvación o de
      perdición. De esta manera la vida humana es relectura
      del pasado como forma de vivir el presente y de cobrar fuerzas
      para el futuro. Toda ella es sacramento de liberación o
      de opresión, de salvación o de
      perdición.

    Finalmente podemos, partiendo de esta reflexión,
    afirmar que en la misma estructura antropológica se
    encuentra el fundamento de la dimensión sacramental de la
    vida y de los sacramentos.

    "Los sacramentos no son acciones que
    se imponen a los hombres desde fuera. Son acciones que nacen de
    su interior. Más que ser un receptor, el hombre de fe en
    la celebración sacramental es un actor que actualiza su
    capacidad y realidad sacramental, ser presencia para el
    otro.

    Por ello se han de entender los sacramentos enmarcados
    dentro de todas aquellas situaciones fundamentales de su
    existencia. Situaciones porque constituyen los acontecimientos de
    carácter personal y social que espontáneamente se
    tienden a celebrar y a ritualizarse. "

    El sacramento por tanto es ante todo un modo de pensar,
    una manera de posesionarse ante uno mismo, ante los otros y ante
    el totalmente Otro. De esta manera el pensamiento sacramental es
    universal, es decir todo se puede transformar en sacramento en
    cuanto vemos la realidad como símbolos.

    Por tanto podemos llegar a la siguiente
    afirmación: el hombre es un ser sacramental y que exitse
    una continuidad con la sacramentalidad existencial y esta a su
    vez con la oferta
    sacramental de la Iglesia. Cuanto mas la persona se relaciona con
    los demás y con el mundo creado tanto mas se abre al
    abismo de la significación de lo simbólico y de lo
    sacramental.

    De esta manera L. Boff afirma:" La fe no crea el
    sacramento; crea en el hombre la óptica
    mediante la cual pude percibir la presencia de Dios en las cosas
    yen la historia. La fe le permite vislumbrar a Dios en el mundo y
    entonces el mundo con sus hechos y cosas las transfigura, es mas
    que mundo: es sacramento de Dios"

    En otras palabras podemos decirlo de la siguiente
    manera: entre lo que se demanda "desde
    abajo" (proceso de la vida) y lo que se ofrece "desde arriba"
    (ritos sacramentales) hay una correspondencia básica y
    fundamental.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

     Capítulo V

    Líneas nucleares para una
    recuperacion de la sacramentalidad EN la praxis
    cristiana

    Como lo analizamos oportunamente:

    • La cosificación sacramental
    • La ritualización
    • El racionalismo sacramental, nos están
      exigiendo detenernos para

    reflexionar y generar caminos de búsqueda y
    revalorización de la dimensión sacramental, no
    solo en orden a la vivencia autentica de los sacramentos sino
    que además fundamente una praxis cristiana develadora de
    sentido que permitan al hombre y a la mujer una
    autocomprensión de sus existencias a partir del paradigma de
    hombre
    nuevo, Jesús, el Cristo.

    Esta autocomprensión de la propia existencia a la
    luz de la revelación, es de vital importancia, ya que en
    la medida en que seamos más nosotros mismos, mayor
    transparencia seremos de Dios. La sacramentalidad cristiana debe
    ayudarnos a alcanzar en la historia este objetivo.

    Como ya hemos descubierto, en toda la realidad creada
    esta presente la huella de Dios, y que no es neutra. Esta
    presencia dinámica significa que Dios esta ya agraciando
    la realidad creada desde el principio y que la gracia esta
    operando en todo lo creado.

    De esta manera lo natural es ya sobrenatural y lo
    sobrenatural se ha hecho por gracia natural. El misterio de la
    encarnación ha unido para siempre estas dos realidades, la
    praxis cristiana debe ayudar a descubrir y saber leer esta
    realidad misteriosa, presencia agraciante en toda la
    creación.

    El hombre y la mujer que viven de esta manera,
    convierten su vida y su acción en sacramento, y pueden
    interpelar a los demás de una manera sacramental ya
    que

    en su vida natural ha sabido descubrir lo sobrenatural,
    de esta manera las cosas, los acontecimientos y sus hermanos
    comienzan hablarle de Dios.

    En otras palabras, toda la praxis cristiana no
    hará otra cosa sino revelar, expresar, relacionar esa
    presencia de Dios en todo lo creado como su origen y
    meta.

    Llegamos de esta manera afirma junto con L. Boff que
    "sacramento es todo". En la medida que el hombre comienza
    a contemplarse a sí mismo, a sus hermanos y al mundo que
    lo rodea a la luz de Dios, descubre todo como una señal y
    símbolo de lo trascendente. El sentido de lo que sucede a
    su alrededor esconde una chispa de la trascendencia
    divina.

    Por tanto es de suma importancia revisar y buscar una
    simbología cada vez mas adecuada a la cultura y la
    sensibilidad actual, siendo fiel a la tradición y a al
    momento histórico en el que vivimos. Una simbología
    que le sea significativa al hombre y a la mujer de nuestros
    tiempos, es decir que le hable y que en ella pueda descubrir como
    se esconde lo trascendente.

    Además un auténtico rescate de la
    dimensión sacramental se deberá poner
    atención en revisar los siguientes conceptos que
    quizá sean los generadores de los reduccionismos citados
    anteriormente.

    Trataremos, sin hacer una abordaje exhaustivo de cada
    uno, que a lo largo de la reflexión aportar herramientas
    que nos permitan una correcta comprensión de los
    mismos.

    El siguiente esquema nos ayudará a clarificar
    cuales son los temas a revisar:

     

    • LA COSIFICACIÒN

    EL CONCEPTO DE REVELACIÒN

     

     

    • LA RITUALIZACIÒN

    LA EXPERIENCIA Y EL CONCEPTO DE
    IGLESIA

     

     

    • LA DEFINICION

    UNA FILOSOFIA Y UN LENGUAJE QUE APORTEN SENTIDO
    A LA EXISTENCIA

    1. Características fundamentales que hacen de
      la praxis sacramental una praxis cristiana

    Teniendo como base esta sacramentalidad general podemos
    en este segundo paso aproximarnos a las características
    fundamentales que hacen de la praxis sacramental una praxis con
    características propias.

    Asumiendo el esquema que propone Félix Placer
    Ugarte en su obra citada, nos referiremos a esas tres dimensiones
    que particularizan y hacen que la praxis sacramental sea una
    praxis cristiana:

    1. DIMENSION PASCUAL: la pascua de Cristo es una
      realidad que ha tocado las fibras del mundo y de la historia.
      Nuestra praxis no le añade nada a esa realidad. El
      cristiano, por tanto no debe estar preocupado por ser
      protagonista, ya hubo un protagonista, lo propio del
      cristiano será estar en el mundo, ayudando descubrir
      sentido, revelar, manifestar. El creyente debe ser conciente
      que toda su acción es sacramental, es decir que remite
      a la acción significante que es la pascua de Cristo.
      Lo mismo toda acción de liberación, de justicia,
      de amor, etc. por pequeña y humilde que sea remite al
      mismo significante y va en la línea de la construcción del reino. De esa manera
      la sacramentalidad desborda los límites de la acción de la
      Iglesia por la universal eficacia de
      la pascua de Cristo. "Todo el mundo debería ser
      considerado propiamente como la parte visible de un
      sacramento universal y permanente, y toda la actividad humana
      como comunión sacramental divina."
    2. DIMENSIÓN PNEUMATOLOGICA: otro elemento
      fundamental que permite que la praxis histórica
      adquiera un carácter sacramental es el
      Espíritu. Por lo tanto allí donde hay una
      transformación en la justicia, en la libertad, en
      el amor,
      en la línea de los
      valores del reino, allí hay un signo de la
      presencia del Espíritu que debe ser significada
      sacramentalmente.
    3. DIMENSIÓN ECLESIAL: para que la praxis
      cristiana sea sacramental debe ser eclesial, es decir debe
      encarnar los valores de
      la eclesialidad como son: fraternidad, la comunitariedad, el
      dialogo comunicativo, la
      comunicación de los bienes, el
      servicio. Si queremos manifestar la sacramentalidad de la
      praxis, es preciso, por consiguiente que esos valores se
      manifiesten.
    1. Lenguaje religioso y sacramental

    Nuestro objetivo como agentes de pastoral es hacer de
    toda nuestra praxis sea praxis sacramental, la cual deberá
    expresarse en un lenguaje religioso sacramental.

    Para L. Boff , el lenguaje religioso-sacramental es
    autoimplicativo ya que por no ser meramente descriptivo,
    sino ante todo evocativo, siempre envuelve la persona con las
    cosas, no deja nada neutral, todo lo toca por dentro,
    estableciendo un encuentro que modifica al hombre y al
    mundo.

    Además es formativo: es decir lleva a
    modificar la praxis humana, induce a la conversión, apela
    a la apertura y a la acogida consecuente en la vida.

    Por ultimo el lenguaje religioso-sacramental es
    narrativo: no pretende persuadir sino contar y celebrar la
    historia del encuentro del hombre con las cosas y con Dios.
    Encuentro en el cual fue pro-vocado a trascender y que hizo que
    le e-vocaran una Realidad superior a ellos pero presente en
    ellos, con-vocandolo al encuentro sacramental con
    Dios.

    "De igual forma sucede en la
    relación con Dios. Los hombres entablamos relaciones
    simbólicas a través de signos religiosos. Los
    símbolos sacramentales son precisamente esa
    expresión simbólica en acción, en
    correspondencia con su naturaleza simbólica, y por ellos
    realiza la intercomunicación con los diversos actores que
    intervienen en el sacramento: Dios, la Iglesia, el
    Hombre."

    c) El sentido de toda sacramentalidad es
    Jesús, el Cristo

    Esta sacramentalidad presente en toda la creación
    por ser obra de las manos de Dios alcanza su dimensión
    plena y total en la persona de Jesús, el Cristo. Él
    es el sacramento en acción y la acción hecha
    sacramento.

    Es el Sacramento primordial de Dios. "Es así como
    la comunidad al actualizar el Misterio Eucarístico lo
    comprendió y lo comunicó: Cristo es sacramento de
    Dios. En el Dios esta de forma humana y el hombre de forma
    divina. La fe siempre vio y creyó que en Jesús de
    Nazaret, muerto y resucitado, Dios y el Hombre se encuentran en
    una unidad profunda, sin división y sin confusión.
    A través del hombre-Jesús se llega a Dios y a
    través del Dios-Jesús se llega al hombre. Quien
    dialoga con Cristo se encontraba con Dios"

    Él es "lugar de encuentro" entre Dios y el
    hombre. Él es revelación como relacionalidad, busca
    comunicación no como transmisión de conocimientos
    sino como comunión de "querer juntos".

    En Jesús, el hombre y a la mujer llegan a
    dialogar con Dios en lenguaje humano, palabras y sentidos
    finales, a partir de una pedagogía de relaciones de alianza,
    anticipo y germen del reinado de Dios.

    De esta manera la sacramentalidad se trasforma en todo
    aquello que nos ayuda a propiciar y favorece este encuentro de
    voluntades, entre estas dos existencias.

    La teología ayuda a descubrir que en la misma
    praxis de Jesús podemos hallar el origen, en clave de
    germen o principio fontal de toda la realidad
    sacramental.

    En los así llamados "OTS proféticos" de
    Jesús, encontramos aquellos signos de la praxis de
    Jesús que de alguna manera tuvieron una mayor elocuencia
    vital para sus contemporáneos.

    Tenían la particularidad de tener una fuerte
    carga simbólica Estas acciones y palabras, las cuales no
    necesitaron mayor explicación, fueron asumidas y
    comprendidas como acciones con una mayor densidad revelatoria.
    Sin lugar dudas que las así llamadas Parábolas del
    Reino son un ejemplo significativo de esta realidad.

    Estos "OTS proféticos" son la semilla de lo que
    hoy de manera sofisticada y estructural llamamos
    sacramentos.

    d) La Iglesia Sacramento de Cristo

    Esta dimensión sacramental permanece en Iglesia,
    Sacramento de Cristo, la cual queda expresada de una manera
    más visible en la estructura sacramental de los siete
    sacramentos, pero aclaramos que no queda agotada en esa
    estructura. Todo cuanto hay en ella y todo cuanto hace ella posee
    una estructura sacramental. Es llamada Sacramento Universal de
    salvación.

    Toda la praxis de la Iglesia, sacramento de Cristo, es
    acción sacramental en el gran marco de la sacramentalidad
    creatural. Como ya lo hemos visto, toda la creación puede
    llegar a ser "canal por donde puede correr la vitalidad de la
    gracia"; llegar ha descubrir y acoger esta realidad vital
    será la gran tarea del hombre y de la mujer que hacen de
    la vida un camino hacia el Reino, es decir en otras palabras le
    descubren sentido al existir humano.

    "La Iglesia es la parte del mundo que
    por la fuerza del Espíritu
    Santo acoge el Reino en forma explícita en la persona
    de Jesús. Ella no es el Reino sino su sacramento,
    señal, instrumento, comunicación, palabra, y
    realidad histórica a partir de la cual se proyecta al
    mundo. Además es la primicia del Reino para construirse en
    el mundo, Anti – reino, es la gracia de Dios que se establece en
    el pecado para rescatarlo.

    El presente, el ya del Reino, es la tarea que se le ha
    asignado, Iglesia peregrina que guía al pueblo la
    comunidad de los hermanos al final escatológico. Esta
    Iglesia primicia de los dones escatológicos del Reino,
    vive, trabaja, camina, lucha, construye y celebra en el tiempo y
    en la historia. Es en la celebración, en la cual se
    concretiza esta experiencia actualizante del Reino.

    Hablar de celebración es hablar de los
    sacramentos. Estos no se reducen simplemente a algo que se
    practica o se recibe, sino que consiste en algo que se
    celebra.

    La comunicación, el sacramento de los hermanos,
    es donación y recepción, es un constante dar y
    recibir, es aceptación y compromiso, es
    fiesta."

    De los criterios que se desprenden podemos afirmar que
    muchas veces la pastoral se ha reducido a dogmatismos,
    doctrinarismos, verbalismos, ideologización cuando la
    evangelización se reduce a la mera transmisión de
    verdades muchas de ellas filosóficas y
    racionalistas.

    Es importante en este momento de la reflexión
    volver a firmar que la praxis de Jesús de Nazaret,
    paradigma de la acción pastoral de la Iglesia, fue
    comunicadora de finalidad y sentido, fue praxis significante (que
    dice algo al hombre y mujer en el aquí y
    ahora).

    La tarea de la Iglesia por tanto es prolongar en las
    coordenadas de tiempo y espacio los signos liberadores de
    Jesús, comunicadores de sentido y finalidad. De esta
    manera toda la praxis cristiana será despertar el deseo de
    "cristificarnos", realidad que alcanza una densidad particular en
    la vivencia sacramental.

    Los sacramentos de esta manera no solo encienden el
    deseo de responder desde la libertad a la propuesta del Reino,
    sino que además, ayudan a liberarnos de todo aquello que
    no nos permite "cristificarnos", a partir de relaciones fraternas
    horizontales y justas, transformándose nuestras
    existencias de esta manera en PRO-EXISTENCIAS como la de
    Jesús.

    "Dentro del complejo sacramental de la Iglesia, se
    destacan los siete sacramentos: simbolizan la totalidad de la
    vida humana, basada en siete ejes fundamentales. En esos nudos
    vitales, el hombre se siente referido a una fuerza que lo
    trasciende y lo sustenta. Ve a Dios en ellos y ritualiza de
    manera especial esos momentos fuertes de la
    existencia"

    Criterios de conversión de la praxis
    sacramental al hoy del Reino a partir del Vaticano
    II

    El Vaticano II nos afirma en Sacrosatum Consilium en su
    número 9 que la liturgia no es la única actividad
    de la Iglesia. Ubica a la pastoral sacramental en conexión
    íntima con otras realidades esenciales de la misión.

    Será necesario lograr de esta manera una
    verdadera articulación y unidad intrínseca entre
    estas dimensiones de la praxis sacramental que develan en la
    historia el ser sacramental de la Iglesia.

    El sacramento de la Palabra, que suscita,
    alimenta y educa la fe.

    El sacramento de la Comunión, que favorece
    la coordinación y la animación para la
    unidad.

    El sacramento de la Liturgia que celebra y
    expresa simbólicamente el misterio y la fe.

    El sacramento de la Caridad que se concretiza en
    la practica de la justicia y del amor para con los mas pobres y
    marginados por la sociedad.

    Una de las afirmaciones a las que podemos llegar como
    fruto del capitulo reflexionado anteriormente es que la pastoral
    sacramental en su totalidad es parte integrante de la
    sacramentalidad de la Iglesia. Es por ello que la pastoral
    sacramental será una manera privilegiada de manifestar el
    ser y hacer de la Iglesia en medio del mundo.

    En otras palabras a través de la acción
    pastoral permanentemente estamos expresando la concepción
    de Iglesia y sacramento que tengamos, es por ello fundamental que
    como agentes de pastoral hagamos realidad una praxis sacramental
    que parta de la vida, que aporte sentido a la existencia del
    hombre y de la mujer de nuestro continente tan desbastado por la
    corrupción y la injusticia a partir de la
    autoidentificación de la Iglesia como fruto del Vaticano
    II y del magisterio latinoamericano.

    A partir de los textos de D. Borobio trabajados en esta
    reflexión podemos llegar a afirmar que toda praxis
    sacramental es praxis de toda la comunidad, "a través de
    unos medios y
    dispositivos concretos, adaptados a las diversas situaciones
    vitales-sacramentales, y a la actitud de fe del sujeto, en orden
    a suscitar , autentificar y mejorar las disposiciones del mismo y
    de la comunidad entera, de modo que el sacramento sea dignamente
    celebrado y , en cuanto acontecimiento celebrativo exprese y
    realice todo lo que significa, para la renovación de la
    vida personal y comunitaria"

    De esta manera podemos afirmar que por la
    mediación de los sacramentos el pueblo de Dios vive,
    expresa y realiza en forma simbólica la realidad y
    objetivos del
    reino de Dios.

    A partir de esta definición podemos destacar
    algunos elementos fundamentales para una verdadera
    renovación de la praxis sacramental en las comunidades
    parroquiales.

    • El agente pasivo y activo de toda la praxis
      sacramental es primordialmente toda la comunidad
      , la cual
      interviene a través de determinados servicios y
      ministerios.
    • Con medios y dispositivos concretos, como son:
      la evangelización, la catequesis, el encuentro de la
      comunidad, la formación permanente la acción y el
      compromiso para con los más pobres… etc.
    • La aplicación de estos medios supone tener
      en cuenta la situación antropológica sacramental
      y la situación de fe o verdad del creyente
      , ya que
      no todo bautizado que pide un sacramento es un creyente por
      tanto su situación de fe varía. Será
      necesario ofrecer unos medios que respondan a las necesidades
      vitales de la persona.
    • Los objetivos que se deben tener siempre presente
      son:
      • Crear las disposiciones suficientes: fe libre,
        conciente y responsable
      • Conducir al sujeto y a la comunidad a un
        conocimiento del sentido y contenido de los símbolos
        para facilitar un participación activa
      • Renovar la vida personal y comunitaria
        manifestada por una entrega mas sincera a la caridad y a la
        justicia

    Capitulo VI

    Propuestas para
    una praxis sacramental histórica, significante, y
    develadora de sentido que aCompaÑe al hombre y a la mujer
    en su caminar EXISTENCIAL hacia el Reino

    La historia es el lugar privilegiado del encuentro del
    hombre con Dios, por tanto las diversas etapas que la conforman
    son llamadas de ese modo: sacramentos.

    Lo mismo ocurre con la vida del hombre, cada fase de su
    devenir histórico (nacimiento, infancia,
    desarrollo
    personal, ancianidad y muerte) bien
    pueden llamarse "etapas sacramentales de la
    existencia"

    Habiendo realizado este camino de reflexión y
    análisis de la pastoral sacramental enmarcada dentro de la
    sacramentalidad total de la Iglesia y de la creación,
    llegamos a conclusión que será
    necesario:

    • Una praxis sacramental no como acción
      administrativa sino como una realidad vital y
      simbólico sacramental
    • Recuperar la dimensión educativa del
      símbolo y de su expresividad en nuestra cultura
      .
      Para ellos habrá que estar atentos a no caer en
      reduccionismos doctrínales a la de la catequesis y
      volver al carácter simbólico como develador de
      sentidos para la existencia, para comprender de esta manera
      el misterio allí significado.
    • Lograr la interacción de los siguientes
      elementos: educación progresiva de la fe, pastoral
      litúrgica y sacramentalidad de los sucesos de la
      historia personal y comunitaria.
    • Ampliar el concepto de sacramentalidad a toda
      acción liberadora presente en la historia y tener la
      capacidad de celebrarla como realización sacramental
      del reinado de Dios en la historia,
      superando de esta
      manera el reduccionismo del templo como único lugar
      donde los creyentes viven la sacramentalidad y descubriendo
      la vida como espacio privilegiado para vivir la
      sacramentalidad.

    En este momento de nuestra reflexión, nos parece
    importante concretizar algunas de las consecuencias que se
    desprenden de ella.

    • Los primero que se puede afirmar es que
      sacramentalizar para convertir conlleva como ya lo hemos visto
      una intrumentalización del sacramento.
    • La praxis pastoral no es para realizar la primera
      evangelización, ni siquiera la primera catequesis; la
      supone y parte de ellas.
    • No podrá hablarse de praxis sacramental
      verdadera donde no hay una pastoral de evangelización
      precedente, ni una pastoral comunitaria
      consecuente.
    • No habrá auténtica praxis sacramental
      si esta no favorece desde su realidad sim-bólica a
      evocar y generar comunión con el Dios de Jesús.
      El gran riesgo
      será no hacer del signo una realidad dia-bólica
      en la medida en que se caiga en el sacramentalismos y
      consumismo sacramental produciendo de esta desde el propio
      signo, alejamiento de Dios.

    Nuestra propuesta: Sacramentos y situaciones
    transicionales de la vida
    , una praxis sacramental
    histórica, significativa y develadora de
    sentido.

    La riqueza antropológica nos permite descubrir
    que en su proceso histórico hay determinados momentos que
    adquieren una mayor densidad vital y no por ello dejan de tener
    una mayor complejidad.

    Son esos momentos en los cuales hay una exigencia mayor
    de recurrir al lenguaje simbólico, esos momentos nuestro
    autor los denomina "situaciones transicionales".

    Son aquellos momentos de la historia personal, que
    suponen verdadero transito o cambio de una situación a
    otra. Aunque coinciden de forma general con lo que llamamos
    etapas o ciclos de la vida sin embargo no pueden reducirlas a
    ellas. Para Borobio el concepto de "transito" incluye las etapas
    normales de la existencia humana pero además agrega
    niveles como el biológico, psicológico, relacional,
    cultural, social, religioso, espiritual…

    Toda situación de transito tiene la
    particularidad de conmover toda la realidad antropológica
    a tal punto que desencadenar nuevos procesos
    vitales, integrando los anteriores y llevándolos a
    plenitud de manera progresivamente histórica.

    Será fundamental que en la praxis pastoral
    interconectar aquellas situaciones sacramentales que están
    en correspondencia con las distintas etapas de la vida y que por
    su carácter cultural y cambiante replantean la misma
    vivencia antropológica y por lo mismo su correspondencia
    con la fe y la celebración sacramental.

    Es de vital importancia para una fructífera
    praxis sacramental en nuestras comunidades buscar una
    correspondencia interna entre:

    • Formas culturales externas
    • Experiencias humanas internas
    • Celebración sacramental cristiana, que nos
      permitan descubrir nuestro propio "itinerario procesual del
      seguimiento de Jesús"

    La propuesta que no hace Borobio en su obra citada
    propone los siguientes momentos transicionales o situaciones
    vitales:

    1. La situación del nacimiento
    2. La situación del crecimiento
    3. La situación del casamiento
    4. La situación de la vida de vida de pareja y
      familiar
    5. La situación de jubilación o
      envejecimiento
    6. La situación de dependencia o
      enfermedad
    7. La situación de muerte

    Estas situaciones tan vitales a la persona,
    necesariamente se tienden a sacralizar, han sido elevadas en
    Cristo a situaciones sacramentales, y son celebradas como tales
    en los sacramentos de la Iglesia.

    Cabe aclarar que cada uno de los momentos de la vida
    esta enraizado con los otros momentos precedentes e incluso con
    los que van a seguir, si es que están asumidos como un
    proyecto.

    Como se puede ver son situaciones que transforman la
    vida de las personas. Cada una de las etapas comprota elementos
    positivos y negativos, será necesario ayudarle a la
    persona a que desarrolle la capacidad de vivir cada uno de esos
    momentos sin focalizar la atención en la limitación
    que cada comporta.

    Los valores propios de cada uno de esos momentos deben
    ser los que la persona debe descubrir y asumir para una mejor
    autocomprensión de sí misma. De esta manera cada
    una de las etapas encierra una novedad y posibilidades
    irrepetibles en las próximas etapas.

    Esta aproximación antropológica confirma
    nuestra tesis de que
    la fundamentación primera de la realidad sacramental esta
    en la misma estructura antropológica desplegada en la
    historia.

    De esta manera podemos decir que el hombre es parte
    co-esencial al sacramento, así como elemento fundamente al
    sacramento.

    Es su propia vida, con sus etapas las cuales encierran
    una vitalidad y una densidad particular, la que se constituye
    sacramento en el sacramento de Cristo y de la Iglesia.

    Romano Guardini trata con mucho énfasis en su
    obra "Etapas de la vida", el concepto de "otorgar sentido" como
    la capacidad de ver en cada fase de la vida la existencia entera,
    con su exigencia de sentido, su vocación y su
    misión.

    Este concepto implica la aceptación del propio
    ser, con sus posibilidades y condicionamientos.

    Por ultimo cabe destacar que el paso de cada una de las
    etapas a la otra genera necesariamente una crisis que
    conmoverá totalmente a la persona, sin embargo esto no
    significa de ningún modo ruptura entre una epata y otra,
    al contrario en la medida en que la vida se asuma como proyecto
    esto permitirá descubrir la continuidad en la
    diferencia.

    CONCLUSIÓN

    Una auténtica pastoral sacramental deberá
    recuperar entre otros aspectos: la dimensión
    simbólica tan significativa para el hombre, el encuentro
    personal con el Resucitado en el hoy de la historia a partir de
    una vida asumida como proyecto, la eclesialidad y el
    carácter de autocomprensión de la complejidad
    humana a la luz del Verbo Encarnado.

    Este ha sido nuestro aporte en el proceso de
    consolidación y fortalecimiento de una praxis
    pastoral-sacramental como mediación coherente y realista,
    aplicada a las situaciones vitales por las que atraviesa la
    persona y renovada a la luz del aporte que ofrecen las ciencias
    que nos ayudan a comprender el misterio del hombre.

    Desde esta perspectiva los sacramentos se
    transformarán en símbolos liberadores de una
    Iglesia que ha optado por los pobres y que favorece desde sus
    acciones una conexión entre el misterio pascual que
    celebra toda liturgia y el compromiso cristiano en la vida del
    pueblo.

    La elaboración de proyectos
    pastorales que permitan crecer y madurar en esta línea de
    pensamiento será fruto de la reflexión y de la
    audacia de los agentes de pastoral para "deconstruir y construir"
    una praxis pastoral a partir de imaginarios nuevos y paradigmas
    aggiornados, la pastoral sacramental que todos soñamos en
    nuestras comunidades, la cual hunda sus raíces en la misma
    praxis de Jesús como praxis histórica, significante
    y develadora de sentido.

    Animamos a los agentes de pastoral comprometidos en las
    comunidades cristianas a continuar desde una acción
    reflexiva este camino iniciado de comprensión sacramental
    de diversas etapas de la vida que nos permitan vivir de esta
    manera, una praxis cristiana y sacramental histórica,
    significante, y develadora de sentido.

    BIBLIOGRAFIA

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      Imaginarios
      ". Centro Editorial Javeriano, Colección
      Apuntes de Teología, Bogotá 2002.
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      . Material Informatizado, Bogotá D.C Febrero
      2003.
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      Vida
      ", Editorial Sal Terra, Santander 1999.
    • Borobio, Dionisio "Sacramentos y Etapas de
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      Ediciones Sígueme, Salamanca
      2000.
    • ________."Revista
      Phase
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      Año XXVI, número 15, Año 1986.
    • Martínez, Víctor s.j.
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      Pontificia Universidad
      Javeriana, Tomo II, Colección: Teología Hoy N
      24
    • Ugarte, Félix Placer "Signos de los
      tiempos, signos sacramentales
      " Ediciones Paulinas,
      1999.
    • Velasco, Juan de Dios Martín,
      "Revista. Phase", Situación sociocultural y practica
      sacramental
      N 201, 1986.

     

    Pbro. Sergio Fernández

    • Estudios Filosóficos, Teológicos y
      Pedagógicos, Seminario Mayor
      Nuestra Señora de Loreto, Córdoba,
      Argentina
    • Seminario de Planificación Participativa, PLANPASAR
      Buenos
      Aires, Argentina. Avalado por la Pontificia Universidad
      Javeriana, Bogotá, Colombia.
    • Diplomado en Teología, Pontificia Universidad
      Javeriana, Bogotá, Colombia.
    • Diplomado en Teología Pastoral por la
      Pontificia Universidad Bolivariana. Instituto Teológico
      Pastoral para América
      Latina y el Caribe (ITEPAL),Bogotá,
      Colombia

    BOGOTÁ, D.C.

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