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Educación, cultura, sociedad



    Las limitaciones de recursos de la
    Universidad
    vs los gastos
    económicos de las empresas en la
    capacitación de los profesionales. Un
    dilema de actualidad en la relación Universidad – Empresa.

    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Bibliografia

    RESUMEN:

    Un problema de actualidad común a muchos
    países, es que las universidades carecen de los recursos
    materiales y
    financieros necesarios para lograr egresados de calidad, que les
    permita acreditar sus carreras y ponerlas a la altura de los
    centros más prestigiosos. Las empresas dedican cuantiosos
    recursos para recalificar y capacitar a los graduados que recibe
    de la universidad, que no están en condiciones de
    enfrentar los avances
    tecnológicos de la misma, para lo cual no fueron
    preparados en sus estudios. Este proceso logra
    una baja eficiencia, entre
    otras cosas, por que la empresa no
    está capacitada para enfrentar el problema.

    INTRODUCCIÓN:

    Entre los principios que
    sustentan una acertada política educacional
    se encuentra la participación de toda la sociedad en
    la
    educación, lo que se concreta en que la educación es una
    tarea de todos. La materialización de esta máxima
    filosófica choca en ocasiones con el criterio de
    considerar el financiamiento
    de la formación de profesionales de calidad como un
    gasto y no como una rentable inversión en el
    desarrollo del
    país.

    Esta inversión debe colocarse en el lugar en que
    con ella se logre mayor eficiencia, que son los centros
    más capacitados para lograr ese objetivo: las
    universidades.

    Existe sin embargo una distorsión de esta
    situación. Las empresas no escatiman recursos en capacitar
    y recalificar a los graduados universitarios que recibe, porque
    esto le resulta una necesidad vital para su desarrollo
    productivo. Por otro lado, la universidad no pudo egresar un
    profesional preparado a la altura de las necesidades sociales,
    por no disponer de recursos materiales para lograrlo.

    ¿Qué ocurrirá si ese gasto de las
    empresas se invierte en la universidad?. El trabajo es
    una reflexión sobre el problema.

    DESARROLLO:

    Un egresado universitario transmite al medio social
    donde se inserte la calidad de su formación, que es el
    producto de la
    calidad del proceso docente – educativo (PDE) de la
    institución de educación
    superior (IES), entendida ésta como un conjunto
    dinámico de características universales y
    particulares que se manifiesta en mayor o menor grado en un
    momento dado (Fundora, 1999), o el conjunto de propiedades
    inherentes al proceso formativo del hombre, que se
    determina a partir de las necesidades sociales y con el
    compromiso de todos los que se integran y asocian al mismo
    (Triana, 1999); o el conjunto de cualidades de una
    institución u organización estimados en un tiempo y
    situación dados, lo que significa el modo de ser de la
    institución que reúne las características de
    integralidad (incluye todos los factores necesarios pera el
    desarrollo del hombre), coherencia (congruencia entre fines,
    objetivos,
    estrategias,
    actividades, medios y
    evaluación) y eficacia (logro
    de fines mediante la acertada función de
    todos los elementos comprometidos), (CINDA, 1995). Aún
    cuando esta correspondencia no es directa, la calidad del
    egresado dependerá del nivel de calidad que acredita a la
    IES.

    Hoy se manejan muchas definiciones y criterios de
    calidad para acreditar a la IES, o al currículo, de la carrera, disciplina,
    etc.; manejándose para ello diferentes conjuntos de
    conceptos, denominados dimensiones, componentes, o con otras
    nomenclaturas; pero en todos es cada vez más frecuente
    observar un denominador común: la disponibilidad de
    recursos. Las limitaciones de recursos de las universidades para
    cumplir con su principal cometido social, son una
    problemática de actualidad, sobre todo en los
    países del tercer mundo.

    Dentro de las mayores limitaciones actuales de las IES,
    están los llamados recursos básicos,
    entendiéndose por ellos:

    • Los recursos
      humanos: Existen limitaciones tanto en cantidad, por lo
      limitado de las plantillas para atender el cúmulo de
      tareas vinculadas al proceso educativo, como en la calidad, por
      la inestabilidad de los claustros debido a la permanente fuga
      del personal con
      más experiencia y preparación, hacia otras
      ofertas de empleo
      más tentadoras, en sectores de la producción y los servicios.
    • Los recursos materiales: Las carencias abarcan tanto
      la infraestructura física (locales,
      laboratorios, talleres), como de equipamiento (medios de
      enseñanza, materiales gastables, equipos,
      instrumentos, mobiliario, transporte,
      etc.), y financieros (para la conservación, mantenimiento, renovación y
      reposición de la base material de estudios).
    • Los recursos de información: Obsolencia de la bibliografía, poco acceso
      a revistas especializadas (por carencia de financiamiento para
      las suscripciones), poco acceso a fuentes de
      información y bases de datos
      de las empresas para su uso en la investigación (debido a medidas de
      seguridad
      informática), insuficiencia de medios
      informáticos (computadoras
      y sus periféricos, bibliotecas,
      etc.)

    En la época actual mientras que la calidad es una
    tendencia social que inunda la industria, los
    servicios, el comercio y los
    consumidores, la educación superior se mantiene alejada de
    esta tendencia (Castillo, 1993). Sólo en los
    últimos años se ha comenzado a tomar conciencia de la
    necesidad de acreditación de las IES y sus carreras, como
    forma de estimular una actitud
    responsable en la educación superior en el proceso de
    formación terminal de los recursos humanos con alta
    calidad y competitividad (Lazo, 1996).

    Los patrones de calidad de los recursos humanos de un
    país, deben ser, al menos, similares al de sus
    competidores comerciales, debido a que la contribución al
    costo de los
    bienes
    materiales y servicios producidos, del aporte intelectual de los
    recursos humanos (valor
    agregado), supera al de las materias primas y mano de obra, por
    lo que la competitividad
    en el mercado de esos
    bienes, es la competitividad de los recursos humanos (Castillo,
    1993), o de lo contrario la posibilidad de acceder a esos
    mercados es
    mínima (Lazo, 1996).

    Frente a las limitaciones de recursos
    naturales de un país, sus potencialidades de riquezas
    quedan en manos de sus recursos humanos. La abundancia de
    recursos naturales no es un requisito para que un país sea
    próspero. Es posible que cualquier país, con
    suficiente gente preparada y con una buena gestión, que produzca buenos productos de
    acuerdo con sus capacidades, con el mercado y con las necesidades
    sociales, no tenga que ser pobre (Dening, 1989).

    Se presente entonces una disyuntiva ante la IES, por un
    lado la necesidad social de egresar profesionales de elevada
    calidad y por otro la carencia de recursos para lograr tal fin. A
    modo de ejemplo se presenta el caso de la educación
    superior cubana :

    Entre los años 1981 y 1986 se realizaron investigaciones
    sobre la calidad de la preparación de los graduados
    universitarios de centros de educación adscritos al
    Ministerio de Educación Superior (MES.), en las que se
    prestó especial atención al análisis de la correspondencia entre la
    formación recibida, con las exigencias socio-profesionales
    que deben satisfacer los egresados en los primeros años de
    labor (Íñigo y Lazo, 1987).

    En 1990 se realizó una investigación
    similar que abarcaba a los graduados de 1985 a 1988, ubicados en
    los centros más representativos de la esfera productiva y
    de los servicios y que tenían entre 1 y 5 años de
    trabajo (Lazo,
    1996).

    Estas investigaciones revelaron que, de modo general, la
    calidad de la preparación de los profesionales
    había crecido de manera continua en comparación con
    períodos anteriores, del mismo modo que revelaron un
    conjunto de deficiencias en la formación profesional de
    los estudiantes universitarios, entre las que se
    destacan:

    • La presencia de dificultades para lograr una adecuada
      integración entre los contenidos de que
      se apropiaron y la solución de problemas
      técnico – profesionales, en los primeros años de
      su actividad laboral.
    • Insuficiente preparación práctica para
      enfrentar el estadío de desarrollo tecnológico de
      los centros de la producción y los
      servicios.
    • Necesidad de un conocimiento
      más específico de la actividad laboral concreta
      que se desarrolla en los centros de trabajo.

    Como elementos de influencia sobre las anteriores
    insuficiencias, se destacaron:

    • Insuficiente vinculación de los profesores a
      la práctica de su profesión.
    • Insuficiente participación de los
      profesionales de la producción y los servicios, en el
      proceso de formación de los profesionales
      afines.
    • Limitaciones de la base material de estudio:
      laboratorios, talleres, aulas especializadas,
      etcétera.
    • El empleo de métodos
      de enseñanza con niveles reproductivos de
      asimilación, que no estimulan el trabajo independiente y
      condicionan el tutelaje de los estudiantes.
    • Necesidad de consolidar la red de entidades laborales
      de carácter docente, donde se desarrolla una
      parte importante del pregrado, del postgrado y de las
      investigaciones, e introducción de los
      resultados.

    Estas insuficiencias en la adaptación laboral de
    los egresados han tenido como consecuencia la necesidad de
    establecer etapas de adiestramiento
    para los jóvenes graduados que permitan la
    integración de los mismos a sus funciones
    laborales, por no haberse logrado ello en la etapa de
    pregrado.

    Esto no ha sido una respuesta que solucione del todo el
    problema, dado que son muchas las dificultades que atentan contra
    la formación
    laboral de los adiestrados. Ha surgido un nuevo problema, el
    de las ineficiencias en la capacitación laboral de los
    jóvenes en adiestramiento.

    Muchas de estas insuficiencias están relacionadas
    con las limitaciones materiales. La sociedad recibe un
    profesional no completamente apto para ejercer las funciones que
    debe asumir. La empresa, con razón, recibirá con
    desagrado al egresado y así se lo hará saber a la
    universidad. Ahora quedará en manos de la empresa el
    período de adiestramiento laboral, a lo cual tendrá
    que dedicar importantes recursos. ¿Dónde
    tendrán mayor eficiencia el empleo de estos recursos
    dedicados a la formación del profesional, en la
    universidad donde éste es su cometido principal, o en la
    empresa de producción o servicios, que no siempre
    está apta para ello?. La respuesta es obvia. El recurso
    hay que colocarlo donde más eficiente resulte su
    inversión, la eficiencia es también una
    dimensión de la calidad (Riaño, 1999; Fundora,
    1999).

    Para paliar las carencias de recursos, las universidades
    públicas latinoamericanas han implementado numerosos
    mecanismos para la obtención de financiamiento
    extrapresupuestario, entre los que se destacan:

    1. La suscripción de contratos de
      servicios con empresas.
    2. La realización de proyectos de
      innovación y desarrollo bajo el sistema de
      riesgos
      compartidos.
    3. La creación de empresas
      universitarias.
    4. La implementación de parques
      tecnológicos (Shuberoff, 1994).

    En el caso de Cuba, estas
    vías aportan aún muy escasos ingresos. Existen
    problemas subjetivos por parte de las empresas derivados de la
    falta de confianza en las potencialidades de la universidad para
    afrontar la solución de sus problemas científico –
    tecnológicos.

    A diferencia de lo que ocurre en el resto de América
    latina y el Caribe, donde la educación superior se ha
    ido separando cada vez más del entorno al que
    supuestamente debe servir (Lazo, 1996), en Cuba este
    vínculo se consolida, pero a un ritmo más lento que
    lo que demanda el
    país. Como señal de emergencia, se tiene que muchos
    de los problemas que afectan a los países del área
    en esta coyuntura, son comunes a la realidad actual, entre
    ellos:

    • El sector productivo y de servicios de los
      países del área dedican un año y
      más para reentrenar a los egresados universitarios, con
      el propósito de ajustarlos a sus necesidades (Werther y
      Davis, 1991). En Cuba se establecen hasta dos años de
      adiestramiento para los recién graduados.
    • Mientras que las IES se lamentan de la escasez de
      recursos económicos para formar un profesional de
      calidad, crece continuamente el número de empresas
      privadas dedicadas a satisfacer las necesidades de
      superación continua de los profesionales (op. cit.). En
      Cuba la capacitación laboral se dispersa hasta el nivel
      de pequeña empresa, a lo que se dedican cuantiosos
      recursos económicos por parte de un sinfín de
      organismos, los mismos recursos de los que carecen las IES del
      país.
    • El gasto universitario se caracteriza por los altos
      montos dedicados al personal y escasos para el equipamiento y
      mejora de la calidad de los procesos
      vitales (op. cit.): docencia,
      investigación y extensión.
    • La fuga permanente de los recursos humanos de mayor
      calificación, hacia el sector productivo y de los
      servicios (op. cit.).
    • Los aportes, aún escasos de la
      educación superior para la elevación de la
      capacidad industrial y de servicios del país (op.
      cit).

    La UNESCO ha hecho un dramático llamado ha
    través del informe de la
    Comisión Regional para la Educación Superior en la
    América
    Latina y el Caribe (CRESALC) sobre la necesidad de apoyar con
    recursos al empeño educativo de la región,
    señalando que una financiación pública
    limitada es una de las restricciones principales que se oponen al
    proceso de cambio y
    desarrollo de la Educación Superior; las IES deben mejorar
    su gestión y utilizar de manera más eficaz los
    recursos humanos y materiales de que disponen lo que es una
    manera de rendir cuentas a la
    sociedad, y por otro lado que las inversiones de
    capital en
    infraestructura (desde las vías de acceso al campus,
    laboratorios, bibliotecas, hasta las autopistas de la
    información) deben ser consideradas como obras
    públicas que forman parte del esfuerzo general destinado a
    la infraestructura del desarrollo de la economía (CRESALC,
    1996)

    En el caso cubano este esfuerzo es una realidad, pero
    las limitaciones económicas han provocado recortes
    financieros en la esfera de las inversiones para mejorar la base
    material de estudio (BME) de las IES de manera centralizada y es
    aquí que las empresas entran a jugar su papel en el
    redestino del financiamiento que dedican al acápite de
    capacitación del personal.

    El caso concreto de
    Cuba aconseja extender este llamado a todas las Organizaciones de
    la
    Administración Central del Estado (OACE)
    del país, sean beneficiarias o no de la recepción
    de graduados universitarios, significando que la
    contribución con recursos básicos a la
    elevación de la calidad de los egresados universitarios es
    una muy rentable inversión y no un gasto.

    Los estudiantes universitarios deben formarse desde los
    primeros años en la solución de problemas reales o
    simulados a los de la problemática profesional; en
    desarrollar habilidades prácticas y estimular la lógica
    del pensamiento;
    en la utilización de la ciencia y
    de la teoría
    científica para resolver dichos problemas (Vecino,
    1993).

    Una integración de las IES con los organismos de
    la producción y los servicios y su accionar conjunto,
    tanto en la educación de pregrado como de postgrado, son
    premisas para la formación de los profesionales de perfil
    amplio que la sociedad demanda. Esto significa una
    concepción sistémica de la docencia –
    producción – investigación, cuyo elemento
    integrador lo constituye la selección
    de problemas reales de la producción y los servicios,
    teniendo en cuenta las responsabilidades específicas de la
    educación superior por una parte, y por la otra de la
    producción y los servicios (Silva, 1993).

    Estas ideas no pueden quedar en el marco del discurso o la
    exhortación.

    La búsqueda de mayores niveles de rentabilidad
    por parte de muchas empresas, hace que consideren como gastos a
    eliminar, sus modestas contribuciones a la formación del
    personal técnico de alta calificación del
    país.

    El criterio debe ser totalmente opuesto. Es
    ridículo pensar que la empresa más eficiente,
    rentable y que busque obtener mayor margen de ganancias pueda
    lograrlo a costa de reducir "gastos" en la formación de
    profesionales de calidad, cuando la perspectiva debe ser
    incrementar la inversión en esta arista del desarrollo
    social.

    Los mecanismos para esta inversión pueden ir del
    nivel central entre OACE, hasta el territorial, para lo cual se
    necesita una legislación más precisa y exigente
    para con los deberes y derechos de cada
    cual.

    Los siguientes ejemplos, permiten ilustrar esta
    situación en el caso de carreras que se cursan en la
    universidad de Pinar del Río:

    Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica:

    Entre las funciones del egresado está el diseño de
    sistemas propios del objeto de la profesión,
    función que se forma en tres niveles: Analítico,
    Simulado y Real.

    La universidad está en condiciones de cumplir la
    formación del ingeniero hasta el nivel de simulación
    (en computadoras), pero no puede legar a la etapa real en la
    totalidad de las habilidades (solo en un 50% aproximadamente), es
    decir de enfrentarlo al objeto real, al que va a encontrar en su
    esfera de actuación, debido a que para ello necesita de
    dispositivos electrónicos, paneles, instrumentos de
    medición, herramientas,
    etc.: es decir de recursos constituidos en medios de
    enseñanza. En su etapa de pregrado el ingeniero en
    formación no "toca" los objetos reales de su esfera de
    actuación.

    Por otro lado, las empresas de telecomunicaciones
    dedican importantes recursos financieros, de fondo de tiempo de
    empleo y otros, en capacitar a los recién graduados que
    recibe de la universidad.

    Otro tanto ocurre con la formación laboral
    – investigativa de los estudiantes de esta carrera. Si
    tenemos en cuenta que el componente laboral no es sólo la
    visita a la unidad productiva o de servicios, es en la
    participación activa del estudiante en la solución
    de los problemas, donde experimenta parcialmente la realidad del
    trabajo y lo que ello implica, además la actividad laboral
    no es el mero vínculo de la teoría con la
    práctica, es ante todo, formar las habilidades
    profesionales, las que le permiten resolver los problemas
    complejos, multivariados y difíciles de la realidad
    objetiva. El PDE en su componente laboral se desarrolla
    fundamentalmente en las condiciones concretas de la
    producción y los servicios, de la práctica social,
    en instituciones
    denominadas unidades docentes o
    entidades laborales. En las unidades docentes los estudiantes
    hacen vida de obreros, técnicos o profesionales y aprenden
    haciendo, resolviendo problemas (Torres y Álvarez,
    1993).

    ¿Cómo lograr estas elevadas aspiraciones,
    si no se dispone de una unidad docente para esta carrera, si
    ocurren rechazos a la capacitación de los estudiantes, de
    marginación en los talleres, sobre todo en las
    prácticas de los primeros años, que por su
    importancia en la orientación profesional, deben ser
    motivantes en grado sumo?.

    No siempre la empresa asume la necesidad de brindar
    atención esmerada a la formación de los
    profesionales que luego recibirá. No se ha logrado que las
    empresas afines creen las condiciones requeridas para desarrollar
    las prácticas. El nivel de confianza en las
    potencialidades de los estudiantes para enfrentar problemas
    reales de la producción y los servicios es
    bajo.

    Ingeniería Mecánica.

    La principal dificultad en la formación de este
    ingeniero, es la carencia de talleres para la formación
    termoenergética, que es uno de los campos de
    actuación del mismo. Se dispone de los talleres de este
    tipo en las empresas del territorio, pero hay incomprensiones en
    esto. Las empresas aducen limitaciones para acondicionar locales
    y dedicar otros recursos para ello. Sin embargo a la universidad
    se le hacen constantes solicitudes de cursos de postgrado
    dirigidos a capacitar a los ingenieros en ejercicio en
    mantenimiento, refrigeración y termoenergética, sin
    contar los períodos de adiestramiento que necesitan los
    recién graduados.

    Por otro lado, en los dos primeros años de la
    carrera, la práctica laboral no se hace en condiciones
    reales de la producción, sino modeladas es el propio
    centro de estudios, con las consabidas limitaciones de su base
    material de estudios (BME).

    Ingeniería geológica.

    La casi totalidad de los problemas que enfrenta el
    estudiante en sus prácticas laborales son simulados, casi
    por excepción alguno responde a necesidades reales de las
    empresas del territorio. La carrera no se inserta en los
    proyectos de las empresas y los estudiantes no participan en la
    solución de sus problemas, la situación es
    más crítica, dado que las empresas no tienen
    ocupación ni responsabilidad en la formación de estos
    profesionales; cierto es que la actividad geológica
    está muy deprimida, no sólo en el país, sino
    en nuestra área geográfica.

    Ingeniería Agrónoma.

    Esta carrera dispone de una unidad docente que asegura
    buenas condiciones de vida durante la estancia de los estudiantes
    de práctica, pero por si sola no garantiza toda la
    formación laboral – investigativa de los
    profesionales en formación con la calidad requerida. En
    ella no se cubren todas las esferas de actuación de este
    ingeniero, tiene limitaciones en su BME (laboratorios, parcela
    docente). La carrera utiliza otras entidades laborales para
    cubrir los otros campos de acción,
    pero aún así quedan objetivos con un cumplimiento
    parcial, por ejemplo la dirección de procesos productivos, la
    manipulación de los medios de las empresas, etc. El
    trabajo dirigido a la solución de problemas reales por
    parte de los estudiantes se cumple por
    excepción.

    Ingeniería Forestal.

    También dispone de una unidad docente que brinda
    las condiciones de estancia a los estudiantes, pero con
    limitaciones materiales (transporte fundamentalmente) que limita
    el aprovechamiento óptimo del tiempo en las actividades
    prácticas, el cual se emplea en actividades
    académicas.

    La empresa no está abierta al desarrollo
    científico – técnico, por lo que la investigación científica de los
    estudiantes no se apoya en los problemas reales de la misma. Un
    ejemplo elocuente es que casi ningún trabajo de diploma de
    los estudiantes se ha realizado sobre problemas de la empresa.
    Esto indica falta de acceso a los recursos informáticos de
    la misma.

    Licenciatura en Contabilidad y
    Finanzas.

    La carrera cuenta con una unidad docente que funciona
    como casa matriz para la
    ubicación de los estudiantes de práctica en otras
    entidades laborales que se le subordinan en la actividad
    contable, y ocurre que estas últimas en ocasiones rechazan
    a los estudiantes, o los ponen a realizar actividades ajenas al
    cumplimiento de los objetivos de la práctica, o no se
    atiende de modo sistemático al estudiante, o no se le da
    acceso a la información primaria en ocasiones por
    problemas de seguridad o falta
    de confianza en el mismo.

    Otros ejemplos harían innecesariamente extenso el
    trabajo, al propósito de señalar que el gasto que
    haga la empresa para contribuir a formar, desde el pregrado, a
    los futuros profesionales que deberá asimilar en el
    futuro, es una inversión de alta utilidad, pues la
    mejor capacitación de los egresados universitarios reduce
    los plazos de adiestramiento laboral y permite la más
    rápida integración de los mismos a sus funciones
    profesionales, con un grado mayor de competencia.

    Como se ha mostrado los recursos necesarios no tienen
    que ser necesariamente materiales o financieros, fondo de tiempo
    de los profesionales de la empresa, información, confianza
    y sobre todo conciencia de la necesidad de contribuir a la
    formación de los profesionales que la sociedad demanda,
    son también recursos necesarios.

    CONCLUSIONES.

    La formación de profesionales de calidad tiene
    que ser un compromiso de todos lo que forman parte del problema.
    Si la universidad no posee los recursos para lograr egresados que
    acrediten una alta calidad en su formación profesional, la
    empresa que lo recibe deberá hacer cuantiosas erogaciones
    para lograr su recalificación y esta historia se repetirá
    en cuantas empresas reciban recién graduados y así
    el monto de gasto en este renglón se multiplica. En el
    caso de cubano, el saldo de estos gastos va al mismo bolsillo. Si
    parte de estos recursos hubiesen contribuido a elevar el nivel de
    la BME de la IES, la empresa recibiría un mejor producto y
    el beneficio social redundaría en todo el
    país.

    La concepción pedagógica, denominada
    principio de estudio – trabajo, sólo se hace
    realidad en la educación superior a través del
    vínculo universidad – empresa, como una
    responsabilidad compartida no sólo de intenciones, sino de
    recursos.

    BIBLIOGRAFIA.

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    DATOS DEL
    AUTOR
    :

    Jorge Luis Herrera Fuentes

    Departamento de Física. Facultad de Geología y
    Mecánica.

    Universidad "Hermanos Saíz Montes de Oca" de
    Pinar del Río.

    Martí no.270. Pinar del Río. C.P. 20100.
    Cuba.

    Licenciado en Educación, especialidad de
    Física, graduado en 1978, en el Instituto Superior
    Pedagógico de Pinar del Río. Profesor
    Titular. Doctor en Pedagogía. Máster en Ciencias de la
    Educación. Vicedecano de la Facultad de Geología y
    Mecánica de la Universidad Hermanos Saíz Montes de
    Oca de Pinar del Río. Investiga en el campo de la Didáctica de la Educación Superior,
    en particular en la formación de las habilidades
    necesarias para los modos de actuación de los futuros
    profesionales y su capacitación laboral en las unidades
    docentes.

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