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Educación




Enviado por mary_487



    1. Diferentes sistemas de
      educación
    2. El contexto
      educativo
    3. Filosofía de la
      educación
    4. Conclusión
    5. Sugerencias
    6. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    En este trabajo se
    trata de obtener un concepto mejor,
    mas completo de lo que es la educación,
    mencionando parte de sus inicios que empieza desde su historia, teorías, métodos,
    sistema de
    administración y situación de las
    escuelas desde la antigüedad hasta el presente. Lo que se
    refiere a la filosofía de la educación que
    también es muy importante como parte de la
    historia.

    La educación, es sin duda alguna, la piedra
    angular que sostiene el desarrollo de
    los pueblos; es la bujía del motor que impulsa
    el progreso de la raza humana. Educarnos es apropiarnos de los
    conocimientos, conductas, costumbres, etc., que ha ido acumulando
    la cultura de
    nuestros ancestros, para convertirnos en transformadores
    de nuestra realidad y aportar al futuro.

    La educación académica de todos los
    países tiene como principal objetivo
    proporcionar de manera sistematizada las herramientas
    que permitan a los hombres y las mujeres elevar su calidad de
    vida.

    El trabajo educativo se desarrolla por un profesor
    individual, la familia, la
    iglesia o
    cualquier otro grupo social.
    La educación formal es la que se imparte por lo general en
    una escuela o
    institución que utiliza hombres y mujeres que están
    profesionalmente preparados para

    En México, la
    educación pública impartida por el Estado es
    resultado de luchas ideológicas, sociales, políticas
    e incluso armadas. Esta educación pública tuvo en
    sus inicios, como principales objetivos:
    hacer llegar a las mayorías el
    conocimiento de las letras para aprender a leer y escribir,
    socializar el conocimiento e
    iniciar el largo camino para desterrar la ignorancia.

    "DIFERENTES
    SISTEMAS DE
    EDUCACION"

    ANTECEDENTES DE LA EDUCACION

    El prototipo de hombre es esta
    sociedad
    está representado por el cazador experto, que busca y
    logra vencer al animal con su fuerza,
    astucia y armas de la
    época: hacha, lanza, flecha y piedras. Cuando regresa
    victorioso a la aldea o tribu, ésta se viste de gala y
    celebra el acontecimiento.

    En el esclavismo, se
    inicia la historia escrita de la humanidad y la vida urbana. Se
    puede tomar como punto referencial a la ciudad de Atenas en el
    período de mayor bonanza. También puede tomarse a
    Egipto o
    Persia, unos 30 siglos ante de nuestra era, o bien al Roma imperial.
    Aparece la agricultura
    que logra avanzar con las técnicas
    de cultivo y riego, y la cría animal, apoyadas en los
    primeros instrumentos de metal. Así se comienza a producir
    excedentes que se almacenan para el invierno, cambiarse en
    trueque por otros productos o
    venderse en comunidades vecinas. Esto induce a la división
    del trabajo entre administradores y productores directos, lo que
    obliga a la creación de la escritura y
    sistemas de
    numeración para registrar y controlar las operaciones
    económicas, se inventa la moneda, armas cada vez
    más mortíferas que ya no sólo se usan en la
    caza sino en la defensa y el ataque entre hombres; se utiliza la
    religión
    para dominar a los ignorantes y la consecuencia directa es la
    explotación de unos hombres por otros. Crecen las
    ciudades, rodeadas de haciendas, que son el foco del progreso y
    va apareciendo un sector social sin privilegios distinto al
    esclavismo compuesto por maestros, artesanos y
    comerciantes.

    Se divide la sociedad en dos clases adversarias: la
    minoría gobernante y su familia que se
    hacen amos de las riquezas y en la acera de enfrente, la
    mayoría, que realiza el trabajo
    físico y productivo, la cual es despojada del fruto de su
    trabajo y convertida en esclavos. Aparece un sector no esclavo
    pero sin privilegios conformado por los artesanos, comerciantes y
    los maestros. Se produce la especialización en el trabajo:
    sacerdotes, escribanos, agricultores, criadores, mineros,
    comerciantes, maestros.

    La educación formal es exclusiva para los mejores
    segmentos de la sociedad, la aristocracia y la educación
    informal para los sectores no privilegiados. La clase
    dominante utiliza todas las ventajas para mantener sus
    privilegios y evitar compartirlos con sus adversarios de clase.
    Se crea así el ejército y la figura del Estado
    omnipotente como instrumentos coercitivos y de control; se
    inventan las leyes y los
    impuestos, y
    se utilizan el temor a los dioses y la educación como
    medios de
    dominación a la juventud y al
    resto de la sociedad.

    La clase dominante funda su propia democracia en
    la que los ciudadanos libres tienen privilegios y derechos, mientras el resto
    de la población es obligada en forma inclemente a
    trabajar en condiciones deplorables. Los poderosos usan la
    guerra, las
    deudas para aumentar su riqueza en esclavos y tierra,
    teniendo cada vez más el oprimido, la conciencia clara
    sobre la opresión. Aparecen los primeros levantamientos y
    las rebeliones que pone en peligro la existencia de esta sociedad
    en el cuadro mundial. El sistema esclavista produjo grandes
    legados
    civilizadores a la humanidad, consecuencia de la
    explotación de mano de obra esclava, los adelantos
    técnicos en sectores como la agricultura, la guerra y el
    transporte, la
    expansión del comercio y el
    perfeccionamiento del sistema social. De esta manera, los ricos
    pueden delegar la producción directa de bienes y
    dedicarse al gobierno, las
    artes, la filosofía y al disfrute del ocio. Así se
    explican las grandes culturales de Egipto, China,
    Grecia y Roma
    así como de los aztecas, incas y
    mayas. Las
    pirámides, el Partenón griego, el Coliseo romano,
    la muralla china, el machu pichu dejado por los incas o las
    grandes esculturas aztecas.

    En el esclavismo aparece la figura del maestro, que
    proviene inicialmente de la clase rica y enseña por
    deleite personal a los
    hijos de familiares y amigos más íntimos, la lectura, la
    escritura y el sistema de numeración. Posteriormente
    aparece el maestro procedente de los artesanos o pobres, "que
    cobra por enseñar a los niños
    hijos de los ricos o bien instruye en su casa o escuela a
    grupos de
    niños menos ricos". La educación intelectual,
    moral y
    física, es
    para el rico mientras la educación fragmentada y parcial
    es para el pobre. Para el hijo varón del rico está
    a su disposición: la nodriza, la aya, el tutor, la
    escuela, la vida social y los viajes. No
    obstante, por cuanto el sistema social esclavista descansa en la
    explotación de unos hombres por otros, en la conquista de
    unos pueblos por sus vecinos, los recursos de la
    educación tienen como propósito fundamental a la
    formación militar, como aspiración legítima
    de la cúpula dirigente.

    El varón aristócrata, en la Atenas de
    Pericles (498-429 aJC), después de la educación
    familiar de los primeros siete años inicia la Paideia,
    segunda etapa educativa, que incluye un largo aprendizaje hasta
    la adolescencia.

    La educación femenina por el contrario es
    reducida pues, se limita a aprender, sin salir del hogar a hilar,
    coser, tejer, cantar coplas religiosas y las tareas propias de
    madres sumisas y abnegadas. Sólo las hetairas o
    prostitutas, provenientes de segmentos sociales libres no
    privilegiados, pueden optar por una educación similar a la
    impartida a los varones. Sin embargo, la sociedad esclavista no
    sólo crea el Estado, la escritura, la numeración y
    la escuela, además de otros importantes logros, sino que
    abre la posibilidad de que algunos miembros de la aristocracia se
    dediquen a labores de reflexión, hermenéutica y al ocio útil. Dichas
    labores permiten la aparición en escena de filósofos tales como Sócrates
    (469-399 aJC), Platón
    (428-348 aJC) y Aristóteles (384-322 aJC) así como
    un grupo de escritores, científicos y artistas.

    1.1.- LOS PRIMEROS SISTEMAS DE
    EDUCACION

    La educación, es sin duda alguna, la piedra
    angular que sostiene el desarrollo de los pueblos; es la
    bujía del motor que impulsa el progreso de la raza humana.
    Educarnos es apropiarnos de los conocimientos, conductas,
    costumbres, etc., que ha ido acumulando la cultura de nuestros
    ancestros, para convertirnos en transformadores de nuestra
    realidad y aportar al futuro

    Los sistemas de educación más antiguos
    conocidos tenían dos características comunes;
    enseñaban religión y mantenían las
    tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto, las escuelas del
    templo enseñaban no sólo religión, sino
    también los principios de la
    escritura, ciencias,
    matemáticas y arquitectura. De
    forma semejante, en la India la mayor
    parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La
    India fue la fuente del budismo, doctrina
    que se enseñaba en sus instituciones
    a los escolares chinos, y que se extendió por los
    países del Lejano Oriente. La educación en la
    antigua China se centraba en la filosofía, la poesía
    y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de
    Confucio, Lao-tsé y otros filósofos. El sistema
    chino de un examen civil, iniciado en ese país hace
    más de 2.000 años, se ha mantenido hasta el
    presente siglo, pues, en teoría,
    permite la selección
    de los mejores estudiantes para puestos importantes en el
    gobierno.

    Los métodos de entrenamiento
    físico que predominaron en Persia y fueron muy ensalzados
    por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el
    modelo de los
    sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban
    tanto la gimnasia como las
    matemáticas y la música.

    La Biblia y el Talmud son las fuentes
    básicas de la educación entre los judíos
    antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres
    judíos a enseñar a sus hijos conocimientos
    profesionales específicos, natación y
    una lengua
    extranjera. En la actualidad, la religión sienta
    aún las bases educativas en la casa, la sinagoga y la
    escuela. La Torá sigue siendo la base de la
    educación judía.

    En la escuela militar ateniense, fundada en el siglo III
    a JC, se inicia la educación formal avanzada, la cual
    tenía como objetivo primordial la formación del
    hombre ideal de la sociedad, el guerrero o militar, arquetipo del
    poder de la
    clase dominante. También funcionaron escuelas
    especializadas, generalmente privadas, en otras sociedades
    esclavistas, las cuales forman sacerdotes, funcionarios
    públicos y filósofos en Judea, China y Atenas,
    respectivamente. Estas escuelas a diferencia de la escuela
    militar griega egipcia o romana, no influyen en las decisiones
    estatales.

    En la sociedad feudal producto de la
    influencia de la Iglesia, fuerza espiritual vital y gran
    propietaria de latifundios, y de la clase media emergente,
    aparece un sistema
    educativo de carácter múltiple con
    propósitos y objetivos antagónicos como
    consecuencia de la pugna de los principales sectores sociales. El
    niño de la aristocracia, recibe una preparación
    intelectual superior que lo forma para las funciones
    más prestigiosas de la sociedad. En cambio, el
    hijo del siervo, no recibe instrucción escolar y
    está condenado, a aprender de sus padres la destreza
    manual para
    participar en las labores de producción y a asistir a la
    iglesia con frecuencia donde se le enseña a ser humilde y
    resignado con su destino.

    Sólo aprende oraciones, cantos religiosos y leyes
    divinas. Como se puede deducir de lo anterior, la Iglesia
    centraliza todo lo relacionado con la educación formal
    mediante la creación de escuelas parroquiales, monacales y
    episcopales, que tienen hoy sus equivalentes en las actuales
    escuelas primarias, media y superior. Las estrategias de
    enseñanza descansan en el trabajo manual y
    en el aprendizaje
    memorístico; la mayor parte del tiempo se
    dedica al estudio religioso, se practica el castigo corporal y el
    idioma oficial de la enseñanza es el
    latín.

    En la sociedad feudal, la burguesía como clase
    social, adquiere la fortaleza necesaria para oponerse al proyecto
    educativo de la Iglesia, irrumpiendo con la fundación de
    las denominadas escuelas municipales, las cuales son
    instituciones seglares, sin control eclesiástico ni
    estatal y dirigidas hacia sus particulares intereses. En dichas
    escuelas se enseña lectura,
    escritura, aritmética incipiente para el comercio, y
    nociones de religión para atenuar los ataques de sus
    enemigos de clase. De esta manera, la incipiente burguesía
    paulatinamente va obteniendo poder político y
    económico, que utiliza hábilmente para ir
    diseñando un sistema educativo acorde a sus intereses y
    formar así, a las nuevas generaciones.

    Las escuelas municipales, las escuelas gremiales y las
    universidades conforman la columna vertebral de la
    educación burguesa. La Universidad que
    posee sus antecedentes en las academias y escuelas de la
    antigüedad, nace para el estudio racional y
    científico de las disciplinas, y para otorgar
    títulos profesionales a los jóvenes que logren
    finalizar exitosamente sus estudios.

    Las universidades de Salerno y Bolonia, fueron dos
    arquetipos que nacen en el siglo XII, por iniciativa de un
    conjunto de jóvenes ricos con deseos de aprender, que se
    asocian para acordar con algunos maestros a los cuales pagan para
    que les enseñen pero imponiendo sus criterios. "Para ser
    Rector-estudiante en la Universidad de Bolonia, se necesitaba ser
    clérigo, tener 24 años de edad, estar en quinto
    año y vestir traje talar" (Tünnermann, 1996: 25). Una
    vez que el prestigio de las universidades crece y se consolida,
    los maestros adquieren privilegios similares a los
    discípulos, el Estado y la Iglesia, observadores del
    acontecer social, se interesan en su control ideológico.
    Para dicho fin, les conceden ayuda financiera y privilegios con
    la condición de designar las autoridades universitarias.
    Esto explica que las universidades creadas en siglos siguientes
    como los casos de París, Oxford y Salamanca, entre otros,
    llevan la impronta Papal, de los reyes o emperadores, en las
    cuales se va deteriorando el ejercicio abierto y
    democrático e imponiéndose el poder autoritario. La
    enseñanza
    universitaria se hace dogmática; esta última
    permite la discusión pero siempre bajo égida
    orientación de las sagradas escrituras, motivo por el cual
    el discurso
    docente no podía sustentarse en la realidad.

    1.2.- SITEMAS DE EDUCACION EN EL MUNDO
    OCCIDENTAL

    Los sistemas de educación en los países
    occidentales se basaban en la tradición religiosa de los
    judíos y del cristianismo.
    Una segunda tradición derivaba de la educación de
    la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón,
    Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que
    influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego
    era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir
    posiciones de liderazgo en
    las tareas del Estado y la sociedad. En siglos posteriores, los
    conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la
    enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el
    cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento
    gimnástico.

    En el periodo helenístico, las influencias
    griegas en la educación se transmitieron en primer lugar
    por medio de los escritos de pensadores como Plutarco, para quien
    el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos
    era el más esencial punto de referencia.

    La educación romana, después de un periodo
    inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas
    y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos
    para la juventud, tanto en Roma como en Atenas. Los romanos
    consideraban la enseñanza de la retórica y la
    oratoria como
    aspectos fundamentales. Según el educador del siglo I
    Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía
    desarrollarse desde el estudio de la lengua, la literatura, la
    filosofía y las ciencias, con particular atención al desarrollo del carácter.
    La educación romana transmitió al mundo occidental
    el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la
    ingeniería, el derecho, la
    administración y la
    organización del gobierno.

    Muchas escuelas monásticas así como
    municipales y catedralicias se fundaron durante los primeros
    siglos de influencia cristiana. La base de conocimientos se
    centraba en las siete artes liberales que se dividían en
    el:

    • Trivium (formado por gramática, retórica y lógica)
    • Quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y
      música).

    San Isidoro de Sevilla aportó materiales
    básicos con su Etimologías para el trivium y el
    quadrivium y su posterior polémica curricular. Desde el
    siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de
    libros de
    texto para los
    escolares por autores como el escritor latino del norte de
    África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro
    y el eclesiástico español
    san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos
    expandían el conocimiento existente más que
    introducir nuevos conocimientos.

    1.3.- SISTEMAS DE EDUCACION EN LA EDAD
    MEDIA

    En el Occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron
    dos hechos importantes en el ámbito educativo, uno en el
    continente, en la época de Carlomagno, y otro en Inglaterra, bajo
    el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la
    educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y
    educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de
    Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones
    educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios.
    Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes
    fueron enviados a enseñar a países del continente.
    Entre el siglo VIII y el XI la presencia de los musulmanes en la
    península Ibérica (al-Andalus) hizo de
    Córdoba, la capital del
    califato omeya, un destacado centro para el estudio de la
    filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las
    ciencias y las matemáticas.

    También Babilonia había tenido academias
    judías durante muchos siglos. Persia y Arabia desde el
    siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las
    ciencias y el lenguaje;
    otros centros de cultura musulmana se establecieron en la
    Universidad de Al-Qarawiyin, en Fez (Marruecos) en el 859 y la
    Universidad de Al-Azhar, en El Cairo (970).

    Durante la edad media las
    ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito
    educativo de Europa
    occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para
    reconciliar la teología cristiana con los conceptos
    filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante
    del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de
    Canterbury, quien, como Platón, defendía que
    sólo las ideas eran reales. Otro clérigo, Roscelino
    de Compiègne, en la línea de Aristóteles,
    enseñaba el nominalismo, doctrina según la cual las
    ideas universales son flatus vocis y sólo las cosas
    concretas son reales.

    En el desarrollo de la educación
    superior durante la edad media los musulmanes y los
    judíos desempeñaron un papel crucial, pues no
    sólo promovieron la educación dentro de sus propias
    comunidades, sino que intervinieron también como
    intermediarios del pensamiento y
    la ciencia de
    la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de
    Toledo y Córdoba en España
    atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado en la
    época.

    1.4.- HUMANISMO Y
    RENACIMIENTO

    El renacimiento fue
    un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los
    clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del
    interés
    por la cultura clásica griega y romana que aumentó
    con el descubrimiento de manuscritos guardados en los
    monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griegas
    emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del
    estudioso de la cultura griega
    Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la
    luz los
    manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos
    Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.

    El espíritu de la educación durante
    el renacimiento
    está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas
    por los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino
    Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas
    como las ciencias, la historia, la geografía, la
    música y la formación física. El éxito
    de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros
    educadores y sirvió como modelo para los educadores
    durante más de 400 años. Entre otras personalidades
    del renacimiento que contribuyeron a la teoría educativa
    sobresalió el humanista alemán Erasmo de Rotterdam,
    el educador alemán Johannes Sturm, el ensayista
    francés Michel de Montaigne y el humanista y
    filósofo español Luis Vives. Durante este periodo
    se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y
    romana enseñada en las escuelas de gramática
    latina, que, originadas en la edad media, llegaron a ser el
    modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el
    inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras
    universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), en
    México y en Lima (1551).

    1.5 LA INFLUENCIA DEL PROTESTANTISMO:

    Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma
    promovida por Martín Lucero en el inicio del siglo XVI
    establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer,
    escribir, nociones básicas de aritmética, el
    catecismo en un grado elemental y cultura clásica, hebreo,
    matemáticas y ciencias, en lo que podríamos
    denominar enseñanza secundaria.

    La moderna práctica del control de la
    educación por parte del gobierno fue diseñada por
    Lucero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de
    la Reforma.

    1.6LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA
    CATÓLICA:

    Los católicos siguieron las ideas educativas del
    renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que
    promocionaron como respuesta a la creciente influencia del
    protestantismo, dentro del espíritu de la
    Contrarreforma.

    Los jesuitas, como
    se conoce a los miembros de la congregación, promovieron
    un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el
    desarrollo de l a educación católica en muchos
    países desde el siglo XVI.

    1.7 EL CAPITALISMO Y
    SUS SISTEMAS DE EDUCACION

    El Capitalismo entendido como la estructura
    social y económica que domina actualmente en casi
    todos los países del mundo, "se caracteriza por la
    propiedad
    privada de los medios de producción, el trabajo asalariado
    y la economía de mercado o el
    principio de la libre empresa" (Morles,
    1988:79). Se origina en el trabajo artesanal y comercial que en
    las grandes ciudades antiguas y medievales realizan cierto
    sectores marginales, que son los precursores de la moderna
    burguesía. Durante el feudalismo esta
    clase social, la burguesía emergente, se enriquece al
    mejorar la artesanía convirtiéndola en industria y el
    comercio evoluciona llevándolo a los niveles
    internacionales. No obstante, la burguesía no logra sino
    algunos privilegios, muy pocos, ya que la mayoría estaban
    en posesión de la aristocracia como clase
    dominante.

    Por eso, la burguesía se transforma en la clase
    protestataria del feudalismo, para lograr los grandes cambios que
    le permitirán poder económico, político y
    social. La artesanía, en la cual cada trabajador con sus
    propias herramientas y sus propios medios produce los bienes o
    mercancía es ahora sustituida por el cooperativismo
    capitalista y luego por la manufactura y
    la industria. La forma cooperativa se
    establece cuando los primeros capitalistas o maestros artesanos
    ricos, emplean en su taller a trabajadores que hacen las
    operaciones para elaborar cada producto, que exige un conjunto de
    herramientas para cada trabajador. Por eso, es sustituida por la
    manufactura, en la cual cada mercancía es producto de
    varios obreros. Así aumenta la productividad,
    permite usar menos hombres, pagar menores salarios
    relativamente que en la artesanía.

    El sistema de producción industrial comienza con
    el uso de máquinas
    complejas, las cuales se diseñan y construyen con el dinero
    acumulado por los capitalistas mediante el comercio o formas
    más simples de producción. La
    industrialización en la historia, se inicia en la
    Inglaterra de mediados del siglo XVIII, cuando se inventa el
    telar mecánico y la máquina de vapor, ambos
    utilizados inicialmente en la industria textil. Posteriormente,
    se difunde a Alemania,
    Francia,
    Estados
    Unidos, Rusia y
    paulatinamente a todo el mundo. Cuando llega el siglo XX, se da
    inicio a otra forma de producción revolucionaria, como es
    la automatización de las fábricas. El
    Capitalismo, aunque según algunos teórico no existe
    en forma ideal, ha sido un logro importante para el mundo frente
    a otras formas sociales de producción anteriores. Logra
    liquidar a la esclavitud y a la
    servidumbre, formas dañinas de explotación del
    hombre por el hombre
    apareciendo ahora una forma más sutil de
    explotación: el derecho del trabajador o proletariado a
    vender su fuerza de trabajo, a quien mejor se lo pague. La
    máquina sustituye al esclavo y cambia al siervo en obrero.
    La clase obrera se convierte en el grupo revolucionario dentro de
    la sociedad industrial y mediante huelgas, paros y acciones de
    presión
    tratan de obtener mejores condiciones socio-económicas
    para realizar sus tareas en las fábricas.

    Según Jürgen Habermas, Marcuse ha dado la
    clave para entender las dos tendencias que caracterizan el
    desarrollo de las sociedades capitalistas avanzadas, las cuales
    se iniciaron en el último cuarto del siglo XIX. En primer
    lugar, un aumento del intervencionismo estatal para asegurar la
    estabilidad del sistema. En segundo lugar, una interdependencia
    en aumento entre investigación y técnica, que ha
    permitido que la Ciencia sea la
    primera fuerza productiva. Max Weber
    había intentado explicar el desarrollo científico
    técnico, de la revolución
    industrial sobre los sectores institucionales de la sociedad.
    El método
    científico, ha dicho Marcuse, que ha permitido un
    dominio cada
    vez más eficaz de la naturaleza, ha
    suministrado tanto los conceptos puros como los instrumentos para
    su dominación, del hombre sobre el hombre por medio del
    dominio de la naturaleza. Hoy, la dominación se
    perpetúa y se extiende no sólo gracias a la
    tecnología, la cual da un poder de legitimación a un poder político que
    se extiende y absorbe todas las esferas de la
    civilización.

    El Capitalismo desde el ángulo ideológico,
    hace énfasis en el individualismo, la competencia, el
    consumismo y el utilitarismo materialista, lo cual se interpreta
    políticamente en el predominio de gobiernos a partir de
    elecciones, formalmente representativos y democráticos,
    centrados en la defensa de la propiedad privada y en las
    libertades públicas. Desde la óptica
    social este sistema es complejo, por cuanto conviven
    además de la burguesía y el proletariado, clases
    antagónicas y heterogéneas, otros sectores sociales
    secuelas o remanentes de sociedades pasadas como son los
    campesinos, los artesanos, la burocracia, la
    pequeña burguesía, los estudiantes, los intelectuales,
    otros segmentos marginales, que han sido golpeados por las
    crisis
    cíclicas frecuentes de este sistema social. También
    han aparecido los que presagian o predicen sistemas sociales
    futuros, como la sociedad postindustrial que ha dado origen a la
    sociedad de la información llamada también sociedad
    del conocimiento o sociedad tecnotrónica.

    Actualmente, el sistema Capitalista internacional en el
    mundo, está liderado por los Estados Unidos de
    Norteamérica que es una de las principales potencias que
    ha basado su poder, en la gran capacidad para desarrollar
    tecnologías, principalmente en el campo militar y que se
    ha servido de la explotación de los pueblos atrasados,
    utilizando como estrategia la
    dependencia científica y tecnológica. Luego, se
    tienen en segunda fila, un conjunto de países altamente
    industrializados como Japón,
    Alemania, Inglaterra y Francia. Otros de mediano desarrollo como
    Canadá, Corea, Taiwán, Singapur, Israel,
    Australia, la mayoría de los países europeos y en
    tercera fila unos cien países en desarrollo y altamente
    dependientes de los países del primer mundo, ubicados en
    América
    Latina, África y algunos países de Asia.

    El Capitalismo acaba con la forma servil de
    producción, implanta el sistema republicano en las
    elecciones de los gobiernos y se crean la educación
    pública, gratuita y obligatoria como consecuencia de las
    libertades públicas y la educación laica, tomadas
    como banderas de lucha del capitalismo. Se organizan los primeros
    sistemas educativos nacionales con la participación del
    sector
    público al lado de un sector privado. Se organizan los
    tres niveles de la educación: Primaria, secundaria y
    superior, los cuales se dividen en grados. También se da
    inicio a la formación especializada y a los estudios para
    graduados. La educación de corte capitalista, ha tenido la
    virtud de liberar el racionalismo
    humano del control de la escolástica como visión
    parcial e inmutable de la realidad, que anteponía el
    conocimiento
    científico al dogma y la fe. De esta manera se
    fortaleció una visión totalizadora del
    mundo.

    1.8- EL SIGLO XIX Y LA APARICION DE LOS SISTEMAS
    NACIONALES DE ESCOLARIZACION

    El más influyente de todos los seguidores de
    Rousseau fue
    el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y
    prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de
    todo el continente. El principal objetivo de Pestalozzi fue
    adaptar el método de
    enseñanza al desarrollo natural del niño. Para
    lograr este objetivo, consideraba el desarrollo armonioso de
    todas las facultades del educando (cabeza, corazón y
    manos). Otros influyentes educadores del siglo XIX fueron el
    alemán Friedrich Fröbel, que introdujo los principios
    de la psicología
    y la filosofía en las ciencias de la
    educación; Horace Mann y Henry Barnard, los educadores
    estadounidenses más famosos, que llevaron a su país
    las doctrinas de Pestalozzi y de otros educadores europeos; el
    filósofo inglés
    Herbert Spencer, que defendía el conocimiento
    científico como el tema más importante a
    enseñar en la escuela; el español Francisco Giner
    de los Ríos, y el obispo danés Nikolai Grundtvig,
    que estableció unas ideas pedagógicas que fueron la
    base para la ampliación de la educación secundaria
    a toda la población.

    El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas
    nacionales de escolarización se organizaron en el Reino
    Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, en España
    (Ley Moyano, de
    1858) y en otros países europeos. Las nuevas naciones
    independientes de América
    Latina, especialmente Argentina y Uruguay,
    miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para
    sus escuelas. Japón, que había abandonado su
    tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus
    instituciones, tomó las experiencias de varios
    países europeos y de Estados Unidos como modelo para el
    establecimiento del sistema escolar y universitario
    moderno.

    1.7- EL SIGLO XX: LA EDUCACION CENTRADA EN LA
    INFANCIA

    A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio
    muy influida por los escritos de la feminista y educadora sueca
    Ellen Key. Su libro El siglo
    de los niños (1900) fue traducido a varias lenguas e
    inspiró a los educadores progresistas en muchos
    países. La educación progresista era un sistema de
    enseñanza basado en las necesidades y en las
    potencialidades del niño más que en las necesidades
    de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta
    idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la
    historia y había aparecido de diferentes formas en
    diversas partes del mundo, como la Institución Libre de
    Enseñanza en España. Entre los educadores de mayor
    influencia cabe señalar a los alemanes Hermann Lietz y
    Georg Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a
    la italiana María Montessori. En Estados Unidos tuvo una
    enorme influencia, luego extendida a todo el mundo, el
    filósofo y educador John Dewey. El programa de
    actividad que se derivaba de las teorías de Dewey
    fortalecía el desarrollo educativo del alumno en
    términos de animación de las necesidades e
    intereses de aquél. Llegó a ser el método
    principal de instrucción durante muchos años en las
    escuelas de Estados Unidos y de otros países. Todos ellos
    ejercieron amplia influencia en los sistemas educativos de los
    países de América Latina.

    Después de la Revolución
    Rusa (1917) la Unión Soviética
    desarrolló una experiencia interesante en el campo
    educativo, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al
    espacio el Sputnik, el primer satélite que mostraba el
    avanzado estado del saber tecnológico soviético.
    Esto hizo que numerosos visitantes extranjeros, especialmente
    personas procedentes de los países desarrollados,
    quisieran conocer el sistema imperante en las escuelas
    soviéticas. Contribuyeron al interés internacional
    por la educación soviética las teorías y
    prácticas pedagógicas que procedían de la
    ideología marxista-leninista, tan bien
    expresadas en el trabajo de Anton S. Makarenko, un exponente de
    la rehabilitación de los delincuentes juveniles y de la
    educación colectiva durante los primeros años de la
    Revolución.

    El siglo XX ha estado marcado por la expansión de
    los sistemas educativos de las naciones industrializadas,
    así como por la aparición de los sistemas escolares
    entre las naciones más recientemente industrializadas de
    Asia y África. La educación básica
    obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la
    realidad indica que un amplio número de niños
    (quizá el 50% de los que están en edad escolar en
    todo el mundo) no acuden a la escuela. En orden a promover la
    educación en todos los niveles, la Organización de las Naciones Unidas
    para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
    realiza campañas de alfabetización y otros proyectos
    educativos orientados a que ningún niño en edad
    escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta,
    pretendiendo así acabar con el analfabetismo.
    Se han constatado algunos progresos, pero es obvio que se
    necesitan más esfuerzos y más tiempo para conseguir
    la alfabetización universal.

    "EL CONTEXTO EDUCATIVO"

    2.1.-LA ATENCIÓN EDUCATIVA INSTITUCIONAL
    Ante las diferencias que presentan los alumnos, las
    Administraciones educativas podrían atenderlos en centros
    específicos según las distintas
    características o necesidades especiales de cada grupo de
    alumnos. Si existe una realidad social multicultural y
    multicapacitada, parece razonable pensar en alcanzar altos y
    positivos niveles de convivencia, para que esas diferencias, esa
    diversidad, sean motivo de enriquecimiento mutuo, y en
    ningún caso causa de problemas
    sociales. Si la sociedad del mañana se está
    construyendo en la escuela de hoy, no es válido el modelo
    segregado para educar, sino que resulta obligado conseguir una
    escuela para todos que sea capaz de atender a cada uno. Ese es el
    modelo educativo implantado mediante la legislación en la
    mayoría de los países desarrollados (Lesourne,
    1993). En el modelo educativo de dichas sociedades, partiendo de
    unas enseñanzas básicas consensuadas para el
    conjunto de la nación
    (que, en definitiva, garantizan la calidad
    educativa de todo ciudadano, con independencia
    de su lugar de residencia), los equipos docentes
    secuenciarán y temporalizarán los objetivos y
    contenidos, decidirán las opciones metodológicas y
    de evaluación
    más apropiadas, establecerán los recursos
    didácticos necesarios y, sobre todo, implantarán un
    modelo de organización que permita y favorezca la puesta
    en práctica de dichos proyectos e intenciones educativas
    para todos. Si a estos planteamientos genéricos
    añadimos las medidas específicas que también
    están admitidas en el desarrollo del sistema (permanencia
    de dos años más o dos años menos en la
    educación obligatoria, refuerzo educativo,
    adaptación curricular, diversificación curricular,
    materias optativas, itinerarios, programas de
    garantía social o programas de formación para la
    transición a la vida adulta), hay que pensar que cualquier
    alumno (salvo casos en los que no se considere oportuno, para lo
    cual se mantienen centros de educación
    especial) puede integrarse adecuadamente en el sistema
    educativo obligatorio y ser atendido en función de
    sus peculiaridades (Mueller, Ringer y Simon, 1992).

    2.2.-LA DIVERSIDAD COMO MODELO DE ENRIQUECIMIENTO
    EDUCATIVO
    Este modelo escolar integrador o
    inclusivo ya descrito sucintamente, con claros aspectos positivos
    para el desarrollo educativo y social de los alumnos,
    sería injusto proponerlo si no supusiera mejoras para
    todos, si con él un sector del alumnado resultara
    favorecido y el resto perjudicado, bien por falta de
    atención escolar personalizada y adecuada, bien por
    alcanzar menor nivel de aprendizaje del posible en función
    de las capacidades individuales. Y cuando decimos todos, nos
    referimos a familias y profesorado del conjunto del alumnado. Si
    se acepta y asume un modelo educativo para las etapas
    obligatorias, debe resultar beneficioso para la población
    escolar en su totalidad. Uno de los objetivos prioritarios de los
    sistemas actuales es lograr una calidad educativa
    apropiada a las exigencias sociales presentes y futuras. Si nos
    estamos refiriendo a la educación obligatoria, obviamente
    esa calidad debe ser para todos, es decir, que los componentes
    del binomio calidad-equidad son
    inseparables, salvo que la calidad quede reservada a los grupos
    socioculturalmente privilegiados. Por el contrario, creemos que
    debe ponerse más empeño en que se incrementen
    esfuerzos y recursos para conseguir que la mejor calidad
    educativa se ofrezca a las personas que, por una u otra causa,
    resulten desfavorecidas personal o socialmente. Para que la
    igualdad de
    oportunidades sea un hecho, no hay que dar a todos lo mismo, sino
    a cada uno lo que necesite. El punto de partida será
    diferente, pero debe existir un nivel mínimo que todos
    deben alcanzar y algunos incluso trascender.
    2.3.- APORTACIONES DE LA INTEGRACIÓN A LA CALIDAD
    EDUCATIVA
    Además de los aprendizajes
    instrumentales, de forma prioritaria en el sistema educativo
    actual se proponen como objetivos y contenidos de la
    educación, de forma explícita, la
    consecución de una serie de procedimientos y
    actitudes que
    constituyen lo más educativo del sistema de cara a la
    educación permanente como futuro obligado para nuestra
    vida. La mayoría de las legislaciones asignan a esta etapa
    la necesidad de que el alumno adquiera en los distintos niveles
    educativos de la misma, entre otros: el pleno desarrollo de
    la
    personalidad del alumno, la formación en el respeto a los
    derechos y libertades y en el ejercicio de la tolerancia dentro
    de los principios democráticos de convivencia, la
    formación en el respeto a la pluralidad, el aprecio de
    los valores
    básicos que rigen la vida, la adquisición de las
    habilidades que permitan desenvolverse con autonomía en
    los ámbitos familiar y doméstico y en los grupos
    sociales más amplios, el desarrollo del sentido
    crítico, el comportamiento
    con espíritu de cooperación, responsabilidad moral y solidaridad,
    respetando la no discriminación entre las personas, la
    valoración de diferentes hábitos sociales, etc.
    Resulta obvio que la adquisición de dichos objetivos, solo
    es posible desde un modelo integrado e integrador, ya que el
    desarrollo de actitudes y formas de hacer (es decir, el aprender
    a ser y el aprender a hacer) no se adquieren con el estudio
    libresco y memorístico tradicional, sino viviendo cada
    día dichos valores en el
    centro y en el aula, con la colaboración de la familia,
    trabajando con ella en una misma línea formativa. Hay que
    aprender a vivir juntos viviendo juntos, y a respetar las
    diferencias, conociéndolas y asumiendo que todos somos
    distintos. De acuerdo con ello queda claro que la integración de alumnos con necesidades
    especiales en el sistema educativo ordinario resulta positiva
    para toda la sociedad, ayudando así a la educación
    en valores, al desarrollo de actitudes positivas ante sí
    mismos y ante los demás y a la adquisición de los
    aprendizajes básicos más importantes. De forma
    sintética pueden resumirse todas estas ideas
    señalando lo siguiente (Martínez Casanova, 2000):
    • Desde siempre, la finalidad de la escuela ha sido preparar
    para la vida. Es algo que, genéricamente, se mantiene a lo
    largo del tiempo. Si ahora la vida acoge a multiplicidad de
    personas diferentes, la escuela debe preparar para ello. Como
    indicamos antes, este gran objetivo solo se conseguirá si
    todo tipo de personas se educan juntas, se conocen y aprenden a
    convivir. • Educar en el respeto a la diferencia es la base
    para la mutua aceptación, cosa que no se logra
    únicamente estudiando una lección ni escuchando
    atentamente a un profesor. Hay que ejercitarlo en todos nuestros
    ámbitos de convivencia para crear los hábitos y
    actitudes adecuados. Es importante destacar el papel de la
    familia, que debe trabajar conjuntamente con el centro para
    conseguir una educación adecuada de sus hijos, no
    inhibiéndose o, incluso, favoreciendo posturas contrarias.
    • Favorecer el conocimiento mutuo es condición
    imprescindible para la aceptación y la amistad. Todas
    las personas disponen de capacidades personales que pueden
    ofrecer a la sociedad, y la sociedad no debe prescindir de ellas.
    • Alcanzar mayores niveles de socialización es objetivo imprescindible en
    nuestro mundo. Las actitudes precisas para ello no se
    conseguirán si no es desde el sistema educativo temprano
    dirigido a todo el alumnado. • Muchas de las capacidades que
    se proponen en educación obligatoria, ya enumeradas, no se
    pueden conseguir sin una escuela integrada; recordamos: respeto a
    los demás, conciencia crítica, valoración de las
    diferencias como riqueza, responsabilidad, participación,
    compromiso con la sociedad, solidaridad, diálogo…
    por citar algunas de ellas.

    2.4.- PRINCIPIOS DE POLÍTICA EDUCATIVA PARA
    RESPONDER A LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
    Si
    tuviéramos que resumir las bases en que fundamentar un
    sistema educativo para que fuera capaz de ofrecer calidad
    educativa a toda la población y, a la vez, enriquecerse
    con la diversidad que esta proporcione, debería basarse en
    los siguientes principios básicos (Martínez
    Casanova, 2000): • Aplicación de un currículo básico obligatorio para
    toda la población que garantice una educación de
    calidad suficiente para desarrollar una vida digna, tanto
    personal como socialmente. • Flexibilización
    curricular y organizativa, para que la escuela pueda adaptar la
    enseñanza a las necesidades de su entorno y de su
    alumnado. • Autonomía de los centros docentes, de
    manera que dispongan de capacidad para desarrollar el
    currículo adoptado y para optar por el modelo organizativo
    adecuado. • Adopción
    de medidas específicas para la atención a la
    diversidad del alumnado, cuando la situación lo requiera.
    • Establecimiento de políticas de compensación
    de desigualdades en educación, para el alumnado
    socialmente desfavorecido. • Trabajo coordinado entre las
    diferentes administraciones, organizaciones y
    entidades dedicadas a estos fines. • Desarrollo de
    políticas globales que favorezcan la igualdad de
    oportunidades.

    2.5.- LÍNEAS DE REFORMA EDUCATIVA VINCULADAS
    POR LA INTEGRACIÓN
    En el contexto de las conclusiones
    y tendencias que acabamos de mencionar es posible identificar un
    conjunto de propuestas y de líneas de acción
    de reformas en curso en diferentes sistemas educativos nacionales
    que se orientan hacia la voluntad política de
    contribuir a la integración. Dichas tendencias de cambio
    se refieren a todos los aspectos de los sistemas educativos,
    entre otros a los estructurales, curriculares y organizacionales.
    Desde el punto de vista estructural las tres tendencias
    más importantes son (Braslavsky, 2001): • El
    reemplazo de los sistemas educativos organizados en niveles con
    tránsitos difíciles y excluyentes por sistemas
    educativos organizados en ciclos con tránsitos suaves e
    inclusores. • El reemplazo de las modalidades de
    educación secundaria organizadas de acuerdo a los sectores
    clásicos de las economías de la primera mitad del
    siglo XX por la continuación de una educación
    básica que incluya opciones organizadas para dar cuenta de
    la diversidad de intereses de los jóvenes. • El
    reemplazo de la profesionalización temprana asociada a
    alguna de esas modalidades por alternativas de formación
    técnico-profesional modular, paralelas o sucesivas al
    último tramo de la educación básica. Resulta
    así evidente que la atención a las necesidades
    educativas de los niños, los adolescentes y
    los jóvenes será uno de los temas prioritarios de
    la agenda de las primeras décadas del siglo XXI. Es
    evidente también que esa agenda tiene tres dimensiones
    diferenciadas y a la vez articuladas: la primera se asocia a la
    necesidad de reinventar las formas educativas que
    tradicionalmente se le ofrecían a la población; la
    segunda se vincula a la necesidad de transformar las
    instituciones que hoy existen; y la tercera, a la creación
    de más oportunidades institucionales para incorporar a
    todos al sistema educativo. El peso que adquieren estas tres
    dimensiones en los diferentes países es muy distinto, pero
    en todo caso parecería que, con independencia de ese peso
    y de las diferencias que hay entre las cuestiones que se deben
    atender para dar respuesta a los problemas que
    se plantean con ellas, no existen en algunos países y en
    continentes completos recursos suficientes para cubrir sus
    necesidades educativas. Por otro lado, es lícito
    preguntarse si en el actual contexto de globalización legitimada cada país y
    región debe autoabastecer sus necesidades educativas. Una
    parte importante de su población, en especial la
    más educada, puede luego trabajar en otro lugar, debiendo
    entonces plantearse: ¿quién debe financiar su
    educación? Incluso se puede avanzar más en dicha
    reflexión. En el contexto de las tendencias economistas de
    nuestro tiempo seguramente es difícil eludir la
    tentación de pensar que la principal carencia son los
    recursos financieros. En realidad el nudo gordiano no está
    exclusivamente en la dimensión de búsqueda de
    recursos económicos y financieros, sino en cómo
    hacer para generar en las sociedades la capacidad de inventar
    soluciones y
    generar acuerdos y movimientos de transformación que
    permitan sostener vivo un sistema de educación
    pública que incorpore a todos los niños,
    adolescentes y jóvenes a algún circuito
    institucional que facilite su desarrollo
    personal. Por ahora, en la mayoría de los casos, ellos
    solo pueden llegar a tener un espacio en instituciones
    inadecuadas, envejecidas y desprestigiadas que son una reproducción degradada de un modelo
    adecuado para ciertas regiones desarrolladas del mundo de
    mediados del siglo XX. A veces esas instituciones ni siquiera
    están disponibles para todos. Pero los niños y
    jóvenes pugnan por ir allí, porque de todos modos
    no tienen otro lugar mejor donde estar. ¿Cómo salir
    de allí? En el contexto de la
    globalización deshumanizada emergen nuevas respuestas,
    que todavía no son objeto de un debate
    suficientemente intenso. En particular dos (Castells, 1997):
    • Para evitar a muchos participar de esa degradación
    y formarlos de modo tal que participen del círculo rico y
    veloz, lo mejor es ofrecerles educación a través de
    un uso intensivo de los nuevos medios de
    comunicación, con autonomía de toda interacción entre iguales. • Para
    promover su identidad
    personal y diversa, lo mejor es que, además, sean educados
    por formadores casi individuales. Detrás de estas
    propuestas no hay, en todo caso, originalidad. Se recuperan
    posiciones en dos ejes constantes del debate pedagógico de
    toda la historia de la humanidad. El primero se refiere al
    carácter privado o público de los procesos
    educativos. No se trata en este caso de si la gestión
    está a cargo del Estado, de las Iglesias o de otro tipo de
    instituciones. Se trata de si los contenidos y mecanismos de
    distribución de oportunidades para aprender
    deben ser decididos por las sociedades o pueden estar al margen
    de ellas. El segundo se refiere al perfil de los educadores. Es
    el viejo debate entre el preceptor de Locke, pensado para formar
    al gentilhombre, y el maestro de Comenio o educador de
    Pestalozzi, pensados —cada uno a su modo— para formar
    a todos (Tedesco, 1995).

    2.6 EDUCACIÓN EN
    VALORES

    La educación es necesariamente normativa. Su
    función no es sólo instruir o transmitir unos
    conocimientos, sino integrar en una cultura que tiene distintas
    dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, unas
    actitudes, unas formas de vida.

    Educar es, así, formar el carácter, en el
    sentido más extenso y total del término: formar el
    carácter para que se cumpla un proceso de
    socialización imprescindible, y formarlo para promover un
    mundo más civilizado, crítico con los defectos del
    presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y
    actitudes sociales.

    A eso, a la formación del carácter, es a
    lo que los griegos llamaban "ética".
    Valores éticos son los valores "sencillamente humanos", de
    eso se trata, de recuperar el valor de la humanidad.

    No obstante, los valores éticos están en
    crisis. Los valores siempre han nombrado defectos, faltas, algo
    de lo que carecemos pero que deberíamos tener.
    Según Locke, el malestar, la incomodidad que provoca el
    deseo de que la realidad cambie y sea de otra manera. Si
    estuviéramos plenamente ajustados con la realidad, no
    cabría hablar de justicia ni de
    valores como algo a conquistar, si se hace es porque no se
    reflejan suficientemente en la práctica.

    Hoy por hoy, el crecimiento
    económico nos ha hecho creer que sólo vale lo
    que produce dinero.
    Decimos que la prosperidad económica no es más que
    un paso, necesario pero insuficiente, para lograr una mayor
    plenitud humana.

    El bienestar es un fundamento ambivalente para la
    producción de valores éticos. Por una parte hay que
    darle la razón a Aristóteles cuando afirma que la
    virtud sólo es patrimonio de
    los seres libres, no de los esclavos, de quienes tienen tiempo
    para dedicar su vida a la actividad política porque otros
    y otras trabajan por ellos.

    También hay que darle la razón a Bertold
    Brecht cuando dice que lo primero es comer y lo segundo hablar de
    moral. Hay que reconocer que el que vive bien se acuerda poco de
    los que sufren, que el bienestar material no genera una
    espontánea solidaridad con los pobres.

    Las épocas de menor bienestar, como la actual, no
    son del todo malas para recuperar y hacer más presentes
    los valores; pero también hay que contar con los valores
    éticos para superar la crisis económica.

    En realidad, los tiempos nunca son buenos para la
    ética, porque la ética exige, ante todo,
    autodominio, que es costoso y nos pide sacrificio y templanza. No
    hay ética sin una cierta disciplina,
    una disciplina razonable sin la cual es inútil tratar de
    transmitir normas o
    hábitos.

    Ser buena persona hoy no
    es, únicamente, ser buen ciudadano o buen político,
    como pensaron los griegos. Cualquier actividad puede tener
    dimensiones más o menos éticas, más o menos
    humanas. En resumen, no tenemos un modelo de persona ideal, ni de
    sociedad, ni de escuela, porque nuestro mundo es plural y esa
    pluralidad es enriquecedora, así como la convivencia de
    las diferencias.

    Aunque nos falta un modelo de persona, contamos con un
    conjunto de valores universalmente consensuadas, un sistema
    valorativo que sirve de arco y de criterio para controlar hasta
    dónde llegan nuestras exigencias éticas individual
    y colectivamente. Son valores de la civilización, producto
    de más de 25 siglos de pensamiento, que han dejado
    valores, principios e ideales que se resumen en los llamados
    derechos fundamentales.

    La fundamentación de los derechos humanos
    es la declaración universal de estos derechos realizada en
    1948. Ése es y debe ser nuestro punto de partida, la
    única referencia que tenemos para empezar a hablar, para
    resolver nuestros problemas y conflictos.

    Los derechos humanos son la fuente de donde mana el
    derecho positivo,
    la ética es la que juzga a la ley y la que orienta su
    interpretación.

    2.7CARACTERÍSTICAS DEL CONTEXTO
    EDUCATIVO

    LA COBERTURA TOTAL DEL SISTEMA EDUCATIVO

    Desde los primero años de la Revolución,
    se logró la cobertura total del sistema educativo. La
    red de escuelas
    de los diferentes subsistemas de la educación llega a
    todos los niños y jóvenes de forma gratuita, con
    independencia de su zona de residencia y procedencia
    social.

    LOS ÍNDICES DE ALFABETIZACIÓN,
    RETENCIÓN Y PROMOCIÓN ALCANZADOS

    Una vez concluida la campaña de
    alfabetización, se continuaron desarrollando acciones de
    seguimiento, para reducir al máximo posible los niveles de
    analfabetismo.

    La enseñanza en Mexico es obligatoria,
    según la Constitución. Hay un esfuerzo mancomunado
    entre la escuela, las organizaciones sociales de la comunidad y las
    organizaciones juveniles, para lograr la incorporación de
    todos los jóvenes al estudio hasta la universidad. Grado,
    lo cual se logra en un elevadísimo porciento. Si
    comparáramos nuestros índices de retención y
    promoción escolar con los de los países de
    América Latina, por ejemplo, los nuestros son los
    más altos. Pero no estamos satisfechos

    EL PERFECCIONAMIENTO CONTINUO

    Uno de los retos históricos de la
    educación en Mexico es la conciliación de la
    masividad con la calidad. De ahí que uno de los principios
    de la dirección del sistema, sea el
    perfeccionamiento continuo de la educación. El Ministerio
    de Educación, a todos los niveles, atiende
    sistemáticamente la revisión de los planes y
    programas de estudios de todas las enseñanzas. Se estimula
    en los docentes el espíritu de investigación e
    innovación. Las posibilidades para la
    superación de nuestros docentes son amplias, gratuitas y
    con salario completo,
    si se realiza fuera del puesto de trabajo.

    Contamos a nivel ministerial con la Dirección de
    Ciencia y Técnica, un Instituto Central de Ciencias
    Pedagógicas, una en cada provincia, que tienen dentro de
    su misión, la
    investigación educativa y la introducción de sus resultados, así
    como la superación permanente, continua y de postgrado de
    los docentes.

    Podemos afirmar, que existen las condiciones
    mínimas para que desde los docentes, hasta las estructuras
    superiores del Ministerio de Educación, cada año
    escolar se someta a un balance crítico en busca de
    perfeccionar el siguiente.

    LA EXPERIENCIA EN LA FORMACIÓN INICIAL DE
    DOCENTES

    Un sistema educacional basado en la masividad y la
    cobertura total, requiere de muchos maestros, de manera que la
    formación inicial de los docentes, es una tarea priorizada
    en el sistema educacional cubano. La campaña de
    alfabetización exigió la preparación
    acelerada de los alfabetizadores, muchos de ellos adolescentes y
    niños.

    Para dar continuidad a lo logrado con la
    alfabetización, fue necesario formar aceleradamente
    maestros primarios. Se inició la formación masiva
    de profesores desde la primera Universidad Pedagógica, con
    los Cursos básicos y el curso Profesoral Superior. A
    inicio de los años 60, se produce una explosión
    demográfica, como consecuencia del mejoramiento de las
    condiciones de vida de la población. A inicios de la
    década del 70, se produce un arribo masivo a la secundaria
    básica, que obligó no sólo a la construcción masiva de escuelas, sino
    también a la formación de profesores de
    enseñanza media. En todos estos casos, primó un
    principio: El maestro se forma para la escuela y desde la
    escuela.

    Hoy podemos afirmar que acumulamos una experiencia
    propia en la formación
    de maestros, que ha alcanzado resultados
    concretos.

    LA COMBINACIÓN
    DE LA CENTRALIZACIÓN Y LA DESCENTRALIZACIÓN EN LA
    DIRECCIÓN DE LA EDUCACIÓN

    Otra de las características de nuestro sistema es
    que combina adecuadamente la centralización y la descentralización en su
    dirección.

    En nuestro país los fines y objetivos de la
    educación son una responsabilidad del estado. Corresponde
    al Ministerio de Educación planificar, orientar y
    controlar su materialización en los territorios y
    escuelas. Es responsabilidad del Estado el aseguramiento
    financiero, técnico, material y humano de la
    educación. Lo anterior no significa restarle
    autonomía a los territorios, las escuelas y los docentes.
    Las particularidades económicas y sociales de los
    territorios, su cultura y el grado de preparación de su
    personal docente, son factores que se consideran en las
    adecuaciones de los planes y programas. Nuestros docentes, que
    están en contacto directo con sus alumnos, son los que
    adecuan los programas, sus dosificaciones, las evaluaciones, etc.
    Las escuelas pueden aplicar variantes diferentes en los horarios,
    por ejemplo.

    LOS NIVELES ALCANZADOS EN LA SUPERACIÓN DEL
    PERSONAL DOCENTE

    La inmensa mayoría de los actuales docentes de
    nuestras escuelas son profesionales graduados de nivel superior.
    Nuestro estado ha realizado un esfuerzo colosal para lograr esta
    superación, que es gratuita y con salario completo. Los
    docentes han tenido amplias posibilidades para realizar estudios
    de licenciatura en educación, lo cual sólo ha
    estado impedido por razones de avanzada edad u otros impedimentos
    de fuerza mayor. Adicionalmente, y en iguales condiciones,
    nuestros docentes tienen acceso a las diferentes formas de la
    superación profesional, postgraduada y de formación
    académica. En ello han jugado un papel decisivo, las
    universidades pedagógicas distribuidas en todas las
    provincias del país.

    LA RED DE UNIVERSIDADES PEDAGÓGICAS Y SU
    INTEGRACIÓN CON LAS DIRECCIONES DE EDUCACIÓN
    TERRITORIALES

    Ya he mencionado en varios momentos anteriores a las
    universidades pedagógicas y su misión en la
    investigación y la formación de postgrado y la
    superación del personal docente. Ellas tienen la tarea de
    formar inicialmente los docentes que requiere el territorio en
    las diferentes enseñanzas. Hoy podemos decir que nuestras
    universidades pedagógicas tienen una vinculación
    estrecha con las escuelas de sus respectivos territorios. No son
    universidades desvinculadas de la práctica con
    ínfulas academicistas, por el contrario están
    comprometidas con los logros educacionales de su territorio. Hay
    una fuerte integración, donde las universidades
    actúan como contrapartida de la organización
    escolar y conductoras del trabajo metodológico en los
    diferentes territorios; investigan sus principales problemas y
    monitorean la calidad de la educación.

    Acabo de mencionar, las que considero constituyen
    algunas características esenciales de nuestro sistema
    educacional, que unidas a los aspectos sociopolíticos del
    contexto actual cubano, resultan claves para comprender los
    cambios que se operan en la educación en nuestro
    país.

    Estamos en condiciones entonces de esbozar cuáles
    son los cambios que tiene lugar en el sistema educacional
    cubano.

    LAS TRANSFORMACIONES DE
    LA EDUCACIÓN EN MEXICO

    Lo que hoy ocurre en Cuba rebasa
    los marcos de la escuela e involucra a toda la sociedad. Tal es
    la magnitud de los cambios, que para algunos esto constituye una
    revolución dentro de la Revolución. Otros
    consideran que es una tercera revolución educacional,
    considerando como antecedentes la campaña de
    alfabetización y la respuesta dada a la masividad de la
    secundaria básica que mencioné
    anteriormente.

    Intentaré describir los principales cambios y las
    ideas esenciales que lo fundamentan

    LA FORMACIÓN EMERGENTE DE MAESTROS

    Para dar respuesta al déficit de maestros en la
    capital y algunas provincias, se convocó a los
    jóvenes a formarse como maestros primarios. Estos
    jóvenes se habilitan durante un año como maestro
    primario, para luego continuar su carrera universitaria como
    licenciado en educación, desde el puesto de trabajo.
    Combinando la educación tutorial con la enseñanza a
    distancia.

    EL PROFESOR GENERAL INTEGRAL EN LA SECUNDARIA
    BÁSICA

    De igual modo en la secundaria básica se inicia
    la habilitación de un profesor general integral para la
    secundaria básica. Surge así una nueva especialidad
    pedagógica. Este profesor deberá impartir todas las
    asignaturas del plan de estudio
    (excepto ingles y educación
    física). Deberá estar preparado para realizar
    un diagnóstico profundo de sus alumnos,
    desarrollar la enseñanza con un enfoque integrador
    multidisciplinario, apoyándose en la
    televisión educativa, el video y la
    computación, colocando al alumno como
    centro del proceso educativo.

    DISMINUCIÓN DE LOS ALUMNOS POR AULAS EN LAS
    ENSEÑANZAS PRIMARIA Y SECUNDARIA BÁSICA

    Gracias a la formación emergente de maestros y de
    profesores generales integrales de
    secundaria básica, hoy la escuela primaria tiene un
    maestro por cada 20 alumnos como máximo y se trabaja
    porque en la secundaria la relación sea de uno por cada 15
    alumnos y que el docente transite junto a su grupo por todo el
    subsistema. La intención es que pueda realizar un trabajo
    más personalizado, que conozca profundamente al alumno y
    que logre una comunicación educativa que redunde en un
    mayor aprendizaje y en una mejor educación.

    LA ENSEÑANZA DE LA COMPUTACIÓN

    Se capacitaron a todos los maestros de primaria para que
    pudieran impartir la computación a sus alumnos. Se dotaron
    a las escuelas de computadoras y
    se inició la enseñanza de la computación
    desde la educación primaria. A la par, se desarrollan
    nuevos software
    educativos y de apoyo a la docencia. Se
    forman aceleradamente programadores y equipos de diseño
    y construcción de software educativos.

    EL PROGRAMA EDITORIAL LIBERTAD

    Se dotó a las bibliotecas
    escolares de una colección de enciclopedias, atlas y
    diccionarios,
    de óptima calidad editorial, así como una amplia
    gama de títulos, con lo mejor de la literatura nacional,
    latinoamericana y universal, a fin de ser utilizados como
    consulta y profundización por los docentes y
    alumnos.

    CURSOS DE SUPERACIÓN INTEGRAL PARA
    JÓVENES

    Como ya mencioné, en Cuba la escolaridad hasta el
    noveno grado es casi total. No obstante, a partir de este nivel,
    se produce una cierta desvinculación de un número
    de jóvenes con el estudio o el trabajo; la actitud de
    estos jóvenes estaba condicionada por su entorno familiar,
    donde sólo el 2% eran hijos de profesionales, lo que
    corrobora la vinculación existente entre Educación,
    Cultura y Marginalidad;
    Educación, Cultura y Delito.

    Para contrarrestar este fenómeno, se ha creado el
    empleo de
    estudiar. Estos jóvenes tiene como misión, adquirir
    conocimiento y cultura, para reincorporarse socialmente, y
    realizar actividades productivas para la comunidad. Con ello se
    busca el pleno empleo para todos los jóvenes cubanos.
    Reciben asignaturas básicas, además de
    computación e idiomas, con cuatro frecuencias semanales y
    tres horas clases cada una.

    LOS TRABAJADORES SOCIALES

    Hay un programa de atención a los casos sociales,
    a las personas que tienen menos ingresos,
    ancianos, madres solteras, personas solas y enfermas,
    jóvenes desvinculados del sistema educacional, exreclusos.
    Para ello se construyeron cuatro escuelas de formación de
    trabajadores sociales. Nuestro país debe disponer de 35
    000 trabajadores sociales, en una proporción de un
    trabajador por cada 300 habitantes. Su misión debe ser la
    de canalizar las necesidades de estas personas, garantizando el
    ejercicio de sus derechos ciudadanos, la atención
    médica, la asistencia social y la búsqueda de
    empleo, según el caso.

    LOS INSTRUCTORES DE ARTE

    Además de la red de escuelas de arte, se crearon
    y funcionan en las 14 provincias, escuelas de instructores de
    arte. Una vez graduados, tendrán la misión de
    promover las diferentes manifestaciones del arte en escuelas,
    comunidades, casas de cultura, museos. Serán un
    eslabón imprescindible en la elevación de la
    cultura general integral del pueblo cubano, cumpliendo con
    el

    principio de tener educación, cultura y desarrollo social
    al alcance de todos.

    LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN
    SUPERIOR

    No basta con que la universidad con su sistema de
    ingreso dé oportunidades a todos, para nosotros es
    esencial que además de posibilidades. En virtud de ello,
    se cambia el sistema de ingreso. Los jóvenes que han dado
    su disposición en los programas que he mencionado se han
    ganado el derecho a estudiar una carrera universitaria
    relacionada con el perfil del programa. Para poder estudiarla se
    crean condiciones en sus propios municipios de residencia, se
    amplían los plazos de culminación de estudio. Se
    les dota de un modulo bibliográfico completo. Se le asigna
    un tutor para que lo oriente, lo guíe y lo controle. Se
    utiliza la televisión
    para darle acceso a los mejores especialitas de su
    carrera.

    Aún cuando los he mencionado unos tras otros, hay
    que puntualizar que estos programas constituyen un sistema. Los
    mismos se complementan entre sí. Así cuando
    hablamos de la formación de profesores, trabajadores
    sociales e instructores de arte, debe tenerse en cuenta que se
    utiliza en su formación de modo intensivo, la televisión, el video y la
    computación. Del mismo modo, se está utilizando la
    producción de software educativos no sólo como
    medios para el trabajo de estos profesionales, sino
    también como parte de su formación.

    Aún cuando se trata de sucesos que se
    están produciendo en este instante y podría
    resultar prematuro hacer generalizaciones, puedo referir la
    percepción que tengo de algunas direcciones
    hacia las cuales tiene lugar el cambio.

    Personalización y diferenciación de la
    enseñanza.

    Mayor conocimiento de las particularidades
    psicopedagógicas de los educandos

    Mayor relevancia de la evaluación permanente y
    sistemática del aprendizaje y los niveles de
    educación de los alumnos.

    Integralidad de la enseñanza de los contenidos y
    búsqueda de la interdisciplinariedad.

    Incremento del peso de los recursos tecnológicos
    en el proceso docente-educativo

    Mayor flexibilidad en la organización escolar y
    autonomía de la escuela en el diseño de su
    régimen de actividades docentes y
    extraescolares.

    Tratándose de un evento de investigadores
    educativos, no puedo dejar de mencionar cómo la
    investigación educativa acompaña estos programas y
    en particular, el cambio educativo.

    La actividad de investigación e innovación
    educativa en nuestro país está en un proceso de
    transformación también. Hay algunas ideas
    básicas que me gustaría compartir con
    ustedes.

    En correspondencia con la superación de nuestros
    docentes, vemos en cada uno de ellos un investigador y un
    innovador en potencia, para lo
    cual se le crean los espacios y condiciones mínimas. Como
    colofón de ello tenemos los Congresos de Pedagogía, que cada dos años se
    efectúan.

    La metodología de la investigación
    educativa forma parte del currículo de la formación
    de docentes. En este momento, hay una proliferación
    interesante de paradigmas
    investigativos, procedimientos y métodos de
    investigación educativa. Comienzan a aparecer algunas
    publicaciones al respecto que resultan muy
    útiles.

    La eficiencia de las
    investigaciones educacionales se mide en Cuba por
    su impacto en la práctica educativa. Cada día nos
    despojamos más de los estudios improductivos y
    desvinculados de las prioridades del trabajo práctico en
    la escuela.

    No disponemos de los recursos que quisiéramos
    para promover la investigación educacional, de manera que
    ello nos obliga a distribuirlos entre aquellos proyectos que
    resultan más factibles y que más contribuyen a la
    solución de los problemas educacionales.

    En la actualidad constituyen prioridades para el trabajo
    científico temas como los siguientes:

    La formación de valores

    La interdisciplinariedad de la
    enseñanza

    La formación inicial y permanente de los
    docentes

    La dirección y organización
    escolar

    La medición y evaluación de la calidad
    de la educación

    La evaluación del impacto de los programas
    priorizados.

    Estas prioridades investigativas tienen su razón
    de ser en la anticipación, evaluación y
    acompañamiento del cambio educativo. Sin ellas
    pecaríamos de empiristas y voluntaristas.

    Estimados colegas con orgullo por la obra educacional
    que en cuarenta años hemos creados, pero también
    con humildad y conciencia de nuestras imperfecciones y sabiendo
    que todo lo que se haga por el mejoramiento humano es poco, les
    he relatado nuestra experiencia

    "FILOSOFIA DE
    LA EDUCACION"

    3.1.-EL SABER FILOSÓFICO

    La Filosofía de la Educación es, por su
    propia naturaleza y expresión, un saber filosófico
    presente en múltiples aulas de nuestras universidades.
    Presencia no siempre bien recibida por los alumnos, cuando sus
    temas —que también son problemas— se plantean
    alejados de la vida, y su lenguaje poco
    o nada es vehículo de comunicación, de
    interés y creatividad…
    Una situación lo más opuesta al origen y al
    significante etimológico del vocablo filosofía,
    pues la philo-sophía fue el ‘amor a la
    sabiduría’. Y como todo amor, comunicativo,
    erótico, apasionado, ingenioso, bello y necesitado.
    Así lo entendió Platón en el Banquete
    (201e-205a):

    «Cuando nació Afrodita (diosa de la
    belleza) los dioses celebraron un banquete […]. Entre tanto
    Poros (el Ingenio) como estaba embriagado de néctar,
    penetró en el huerto de Zeus y en el sopor de la
    embriaguez se quedó dormido. Penia (la Pobreza),
    movida por su indigencia, tramando hacerse un hijo de Poros se
    acostó a su lado y concibió a Eros (el Amor). Este
    ser tiene así una naturaleza mixta; como hijo de la
    pobreza es
    siempre indigente y necesitado, mas como hijo del Ingenio es
    intrépido, diligente y fértil en recursos. Y por
    haber sido concebido al nacer Afrodita, es servidor de la
    Belleza […]. Como la Sabiduría es una de las cosas
    más bellas y el Amor es deseo de lo bello, Eros (el Amor)
    es también filósofo. El amor a la sabiduría
    se encuentra, por eso, en el término medio entre la
    sabiduría y la ignorancia. Y esa es la naturaleza del que
    filosofa: la de ser intermedio, pues está entre los
    dioses, que poseen la sabiduría, y las bestias
    ignorantes».

    La Filosofía fue así, en sus
    orígenes, el amor a la sabiduría, pasión y
    hambre permanente de saber. Un saber que, al igual que el amor,
    es sabroso, agradable y gratificante. Este deseo de saber, o
    sentimiento de carencia, conduce, a través de la pregunta,
    a la búsqueda de lo que falta. Así, preguntar
    «al modo filosófico» es interrogarse por el
    fundamento, el ser y el sentido —arkhé,
    eidos—, sin que siempre encontremos adecuada respuesta, ya
    que la verdad se vislumbra, pero jamás se posee. La tarea
    del filósofo es preguntar, estar siempre en camino. Esta
    es la grandeza, pero también la tragedia de la
    Filosofía. Una búsqueda, siempre inacabada, de la
    verdad, pues el verdadero filósofo, como advirtió
    Platón, es el que gusta de contemplar la verdad. Tal
    «contemplación», sin embargo, no es
    sinónimo de «posesión», pues todo
    filosofar es «carencia» y quien alcanza la verdad
    deja de desearla y, por lo mismo, de filosofar. Un deseo de
    conocer el fundamento, frente a las apariencias, porque atiende a
    lo radical, a los principios, al fundamento que posibilita el ser
    de los entes, lo «trascendental». Y como el amor, la
    sabiduría surgió y se desarrolló dando
    respuestas a situaciones concretas y vitales de la existencia,
    para hacer esta más humana y feliz. Urge, pues, una
    filosofía «de carne y hueso», de concepciones
    nuevas sobre realidades cotidianas y urgentes, una
    filosofía aristada, problemática e interrogativa,
    «in-útil» para el tecnólogo, pero
    abierta y atenta a los problemas económicos,
    políticos y sociales del momento. Un saber y quehacer que
    bien puede definirse con las siguientes palabras-clave: punzante
    e interrogativa, creadora de problemas, inquieta, clarificadora
    de hechos y lenguajes, crítica y reflexiva, sabedora
    más allá del conocimiento sensible. Y por ello,
    necesaria, acaso imprescindible, para vivir felizmente como
    persona.

    3.2.-LA FILOSOFÍA DE LA
    EDUCACIÓN

    Es importante encontrar hoy un espacio compartido entre
    el saber filosófico y el saber educativo que haga posible
    la existencia de la Filosofía de la Educación.
    Hecho este confirmado por la historia. La simple relación
    entre el contenido de obras de Historia de la
    Filosofía e Historia de la
    Educación manifiesta un gran número de autores
    y temas comunes a ambos campos. Ello pone de manifiesto, ya desde
    el inicio, que quienes se ocuparon de la Filosofía lo
    hicieron también de la Educación: desde
    Platón y Aristóteles hasta Freire o Kohlberg… Ya
    es suficientemente significativo que venga considerándose
    la Pedagogía como ciencia a partir de la obra de Herbart
    Pedagogía general derivada del fin de la educación.
    Como es bien sabido, este autor fundamenta la educación en
    la Filosofía práctica y en la Psicología,
    ambos saberes necesarios al educador como fin y como medio. Como
    ya escribió Ortega (1952) «que si el maestro ha de
    ser pedagogo, ha de ser maestro filósofo. Este es el
    sentido que tiene la conversión herbartiana de la
    Pedagogía en ciencia formal. Desde entonces queda obligado
    el maestro a estrechar sus relaciones con la
    Filosofía».

    Quizá buena parte del actual desprestigio de la
    Filosofía en ciertos países, y en consecuencia de
    la Filosofía de la Educación, radique en su
    teórico alejamiento de la vida. Esta situación nos
    ha deparado una concepción de la Filosofía
    estrechamente vinculada o identificada con la ineficacia, la
    esterilidad, el aburrimiento y la incomprensión, la
    «in-utilidad»
    que se convierte en inutilidad en todos los sentidos. Y
    si ello es así, no necesariamente ha de serlo, ni lo fue
    en sus orígenes, pues estamos convencidos de que la
    Filosofía que no surja del contacto con la realidad
    cotidiana, sino al margen de ella, quizá sea
    Filosofía, pero no una filosofía de la vida, y por
    tanto, no una Filosofía de la Educación. Para
    recuperar el sentido vital, en buena parte hoy perdido,
    quizá convenga recordar los orígenes, el nacimiento
    mismo de la Filosofía y así restaurar la
    situación de vitalidad originaria, pues la
    Filosofía no nació en el retiro, sino en Mileto, el
    mercado del mundo antiguo en el que los pueblos del
    Mediterráneo intercambiaban sus mercancías, y los
    más antiguos pensadores no fueron ascetas alejados del
    mundo, sino hombres curiosos, abiertos al mundo y a sus
    problemas.

    La Filosofía —y aún menos la
    Filosofía de la Educación— no puede, ni debe,
    alejarse del mundo de la vida. El nacimiento de la
    preocupación filosófica y el origen del
    interés pedagógico van prácticamente unidos.
    Resulta, pues, desde el principio, imposible separar
    Filosofía y Educación. Ello parece lógico,
    dado que el complejo mundo de la educación no se realiza
    de modo espontáneo, como sucede en cualquier proceso
    biológico o natural, sino que necesita de una
    visión filosófica que proporcione al proceso
    educativo una determinada visión de hombre, entre las
    múltiples posibles.

    Sin Filosofía de la Educación queda sin
    respuesta, al menos de modo explícito, cuanto afecta a la
    reflexión, a la crítica, al fundamento, a los fines
    y valores… Interrogantes tales como: ¿Qué elegir?
    ¿Es posible educar sin modelo último de referencia?
    ¿Por qué un modelo y no otro? ¿Quién
    decide y quién debe decidir? ¿Se debe imponer al
    educando una opción contra su voluntad? ¿Deben los
    políticos imponer su modelo ideológico porque gozan
    de mayoría? ¿Qué dimensiones humanas hemos
    de educar? ¿Cómo debe ser ejercida la autoridad del
    maestro? ¿Quiénes han de educar? ¿Es posible
    justificar cuál es la mejor educación? ¿Es
    posible la neutralidad? ¿Son indiferentes los
    medios?…

    De aquí que muchos silencios a los interrogantes
    expresados, como a tantos otros, quizá convengan a ciertos
    políticos, o a los manipuladores, a quienes quieren ver en
    la educación, de modo parcial o partidista, solo ciencia y
    tecnología, pero no a los verdaderos educadores.
    Educar, además de ser un problema tecnológico, es
    un problema filosófico. La insuficiencia científica
    abre el camino necesariamente al mundo de la reflexión, de
    la clarificación y de la crítica, al ámbito
    de los fines y valores de la educación. Esta pluralidad
    posibilita la libertad y la
    independencia de espíritu, elementos ambos estrictamente
    necesarios a la educación.

    Cuestión distinta es el tipo de problemas e
    interrogantes, así como su relación con la vida,
    por cuanto una filosofía ahistórica deja de ser
    Filosofía o se convierte en una filosofía muerta,
    para nadie, que, al no serlo de la vida, no lo es tampoco de la
    educación. Las respuestas a los problemas, por lo general,
    no serán unánimes. La Filosofía, y
    aquí radica parte de su grandeza, nunca es
    dogmática, pero tampoco indiferente. En ella se debaten
    problemas del conocimiento, del valor, de epistemología, de ética, etc.,
    siempre condicionados por la idea que tengamos del mundo y del
    hombre.

    El mito de la
    caverna ilustra el enlace inseparable entre la Filosofía y
    la Educación. El filósofo anda a la búsqueda
    del fundamento, del ser. Este, aunque presente, se oculta
    frecuentemente tras las sombras, y el educador, al igual que el
    filósofo, ha de recorrer el doloroso camino hacia la
    contemplación de la verdad, mirar al sol cara a cara. Por
    eso, el filósofo es necesariamente educador,
    auténtico educador, sin ánimo de adoctrinamiento.
    Ansiosamente busca la verdad allá donde se encuentre, por
    encima de las apariencias y de la retórica, propias de los
    sofistas. Así, filosofar es preguntar, reflexionar,
    criticar, desenmascarar, crear problemas… El filósofo y
    el educador, porque no se creen en posesión de la verdad,
    constantemente la buscan, siempre están en camino, en una
    permanente contemplación del horizonte abierto.

    Concebir, pues, la educación al margen de la
    Filosofía es, hoy más que nunca, un error, ya que
    sería un saber desorientado, carente de crítica
    ante la pluralidad, «irreflexivo»,
    «poseído» y «desoritizado». Y
    ello, por lo mismo, ya deja de ser Filosofía y
    Educación, pues la Filosofía como la
    educación nace de la diversidad, del «Eros» o
    deseo, como ya describió Platón en el Banquete.
    Así, el plural filosofías expresa mejor su
    contenido, es decir, la pluralidad de modelos o paradigmas
    inherentes al saber filosófico y, en consecuencia, a la
    Filosofía de la Educación. Ningún
    filósofo, ni escuela o corriente de pensamiento, se ha
    atrevido a presentar su concepción del mundo como la
    única y verdadera, así como ningún modelo
    educativo ha logrado imponerse sobre los demás. La
    historia es fiel reflejo de esta pluralidad. Si ha existido
    algún predominio paradigmático ha sido siempre
    temporal y circunstancial. «No hay una filosofía de
    la educación, sino múltiples y, además, en
    insoslayable mudanza todas ellas. Si de unidad puede hablarse en
    tales menesteres se referirá siempre a los
    prolegómenos o condiciones a toda posible filosofía
    de la educación; por lo demás, fuera de tal
    ocupación casi tautológica, nos situamos en el
    reino de la diversidad manifiesta, en el reino de la doxa»
    (Fullat, 1992).

    De aquí también la pluralidad de funciones
    que esta ha de desempeñar en el campo de la
    educación, tantas cuantos enfoques es posible
    señalar. De modo sintético, entendemos que la
    Filosofía de la Educación ha de ocuparse del
    estudio de la naturaleza entitativa de la educación
    (Filosofía especial), y también de los problemas
    educativos a la luz de la Filosofía (Filosofía
    aplicada). O bien, siguiendo al profesor Fullat, su
    función es la de alétheia, la de descubrir los
    sentidos de la educación, realizando una doble
    orientación: una sobre lo que se dice y otra sobre lo que
    se quiere.

    En síntesis,
    pues, no cabe auténtica Filosofía al margen de la
    educación, ni es posible verdadera educación lejos
    de la Filosofía. Con toda razón, como ya indicamos,
    quienes se ocuparon de la Filosofía lo hicieron
    también sobre la educación. De aquí que,
    tradicionalmente, no se haya podido prescindir de la
    Filosofía, entendida esta en sus múltiples
    sentidos, en las variadas divisiones o clasificaciones elaboradas
    por las Ciencias de la Educación.

    Algunas definiciones, de antes y de hoy, ayudan a
    esclarecer el concepto de Filosofía de la
    Educación. Ya es clásica la definición de
    Sancristóbal (1965), para quien «la Filosofía
    de la Educación es el conocimiento filosófico
    acerca de la educabilidad»; o bien la de Nassif (1975),
    quien recogió otras múltiples definiciones y
    sostiene que la Filosofía de la Educación es
    «el conjunto de reflexiones sobre el hecho y el proceso
    educativo conectado con la totalidad de la cultura y del hombre,
    al mismo tiempo que la conciencia de unidad y la dirección
    del obrar educativo». En España, el profesor Fermoso
    (1982) sostiene que la Filosofía de la Educación es
    un saber filosófico, o sea, último, abstracto y
    universalizable sobre la educación, «el conocimiento
    contemplativo, sistematizado, universal y último de la
    educación, es decir, de los procesos de
    instrucción, personalización, socialización
    y moralización». Por su parte, el profesor Quintana
    (1988) afirma que «la Filosofía de la
    Educación es la explicación filosófica de la
    educación, y la elaboración crítica de los
    principios ideológicos que presupone el acto educativo y
    que sirven para orientarlo». Finalmente, para el profesor
    Fullat (1992), la Filosofía de la Educación se
    ocupa de completar la insuficiencia de las ciencias y
    tecnologías en el campo de la educación. En
    consecuencia, pues, la verdad filosófica busca descubrir
    los sentidos de la educación. A tal efecto enuncia dos
    definiciones complementarias: a) «La Filosofía de la
    Educación es un saber racional y crítico de las
    condiciones de posibilidad de la realidad experiencial educativa
    en su conjunto». b) «La Filosofía de la
    Educación es un saber crítico que esclarece los
    conceptos, los enunciados y las argumentaciones que utilizan
    educadores y pedagogos».

    Así pues, la Filosofía de la
    Educación ha de ocuparse de la clarificación del
    lenguaje educativo, de la epistemología, antropología, teleología y axiología de la educación. En
    síntesis, ha de dar respuesta a: qué es la
    educación, qué hombre educar, y para qué
    educar.

    3.3.-EPISTEMOLOGÍA Y
    EDUCACIÓN

    El vocablo epistemología, de tan frecuente uso y
    quizá hasta abuso, en nuestros saberes universitarios,
    traduce el término griego epistéme,
    remontándonos al saber científico de la antigua
    Grecia: un conocimiento seguro, un saber
    verdadero, objetivo, sistematizado y total. Esta
    concepción permanecerá durante toda la Edad Media
    hasta Galileo (1564-1642). A partir del siglo XVI se inicia la
    configuración de la ciencia moderna que se
    desarrollará espectacularmente en los siglos posteriores.
    En el Renacimiento italiano epistéme se convierte en
    Scienza Nuova, y con ello la ciencia de la esencia de los seres
    se torna ciencia de los fenómenos. Debido a tal ruptura
    epistemológica la ciencia, desde este momento, será
    solo el saber que pueda ser sometido a prueba, mediante las
    Matemáticas o la verificación, según se
    trate de ciencias formales o empíricas. Desde este momento
    ya no es posible equiparar el discurso científico y el
    metafísico sin más precisión, ya que
    epistéme ha perdido su significado originario. Como ya
    aclaró Zubiri (1959), hoy no es del todo exacto traducir
    epistéme por ‘ciencia’ o ‘conocimiento
    científico’, por cuanto epistéme y ciencia
    moderna son dos tipos distintos de saber y conocer la realidad.
    La ciencia moderna atiende a los fenómenos y sus
    relaciones, persiguiendo la precisión objetiva a tenor de
    «cómo» se producen las cosas; mientras que
    epistéme fue un conocimiento de «qué»
    (ousía) son las cosas. Así, mientras
    epistéme fue un saber acerca de las cosas mismas, esto es,
    un saber sistematizado (no acumulativo) y total (no fragmentado),
    la Scienza Nuova es un saber acerca de los fenómenos de
    las cosas, no sobre las cosas mismas, basado en pruebas o en
    verificación.

    El paso, pues, de la idea clásica de ciencia a la
    actual ha sufrido una singular reorientación, tanto en su
    saber científico cuanto en su validez. Tal
    reorientación, sin embargo, no ha hecho desaparecer del
    todo el significado originario de epistéme. A ello han
    contribuido las múltiples y duras críticas al
    concepto positivista de ciencia moderna. Recordemos al respecto
    las aportaciones de K. R. Popper, Thomas Kuhn, Imre Lakatos, Paul
    Feyerabend… a la nueva concepción de ciencia,
    destimitificando e invalidando, en buena parte, el modelo
    rígido positivista.

    Así pues, podemos afirmar que hoy carecemos de un
    concepto unívoco de ciencia válido para todos.
    Cuestiones tan importantes como qué es saber
    científico, por qué la ciencia es verdadera,
    dónde colocar los límites
    entre la ciencia y la no ciencia, etc. son enunciados
    problemáticos y de significación plural. De
    aquí que los diccionarios actuales especifiquen la doble
    interpretación o significado que encierra el vocablo
    ciencia o científico: ciencia en el sentido originario de
    epistéme y también ciencia en el sentido moderno
    positivista. En cualquier caso, el saber científico es un
    saber cierto por sus causas («qué»), o bien,
    cierto por la comprobación de sus fenómenos
    («cómo»), esto es, una certeza basada en
    principios axiomáticos y deducciones lógicas, o
    bien en inferencias inductivas a partir de fundamentos
    empíricos. Tal certeza en modo alguno significa
    dogmatismo, imposibilidad de cambio o verdad definitiva, sino la
    certeza que, en determinadas condiciones y circunstancias
    intersubjetivamente, es posible alcanzar.

    Averiguar qué es la educación es conocerla
    correctamente, tal como los hechos educativos son y se
    manifiestan. Estos conllevan toda la variedad y
    problemática indicada, ya que siempre se realiza en la
    persona, único sujeto de la acción educativa, y en
    esta se conjugan componentes científicos y
    filosóficos. La educación es un todo
    biológico, psicológico, social y filosófico.
    El conocimiento de tal realidad compleja demanda la
    distinción entre los diversos saberes y ciencias, como
    mínimo la distinción entre conocimientos
    científicos y filosóficos, pues del hombre y sobre
    la educación sabemos muchas cosas, pero no todas las
    sabemos de igual modo, ni son de la misma naturaleza. Una
    epistemología de la educación indicará
    qué es y qué valor posee cada una de las ciencias
    de la educación, así como su grado de coherencia.
    Más en concreto, debe
    realizar una triple tarea: 1. Definir y legitimar cada una de las
    Ciencias de la Educación. 2. Relacionar cada una de ellas
    en el conjunto de las Ciencias de la Educación. 3.
    Conjugar los métodos científicos y los
    métodos pedagógicos (Fullat, 2000).

    3.4.-LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA
    FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA,
    MÉXICO, COLOMBIA,
    PERÚ Y ARGENTINA

    A título ilustrativo, y gracias a la
    colaboración solicitada a un grupo de profesores de cada
    uno de estos países, indicamos el estado actual —muy
    variado por cierto— de la Filosofía de la
    Educación.

    En España, las primeras noticias de la
    Filosofía de la Educación se remontan a los inicios
    de la década de 1930. Las universidades de Madrid y
    Barcelona fueron pioneras en la enseñanza de esta materia
    (Decreto 27 enero 1932). Desde tal fecha, su nombre y contenido
    ha sido múltiple, sustituyéndose, a veces, el
    nombre de Filosofía por el de Teoría de la
    Educación (Plan 1973). Los textos o manuales en uso
    de Filosofía de la Educación, desde la
    década de 1980, aparecieron con la doble nomenclatura de
    Teoría/Filosofía de la Educación, si bien
    cada vez más tal denominación se ha ido
    clarificando, siendo hoy dos materias distintas en la
    mayoría de las universidades españolas.

    En la actualidad, es importante destacar la labor de la
    Universidad Nacional de Educación a
    Distancia (UNED), que ha generado una nueva etapa en la
    historia de la Filosofía de la Educación, al
    institucionalizar, desde el año 1987, las Sesiones
    Filosófico-pedagógicas, punto de encuentro anual de
    todos los profesores dedicados a la Filosofía de la
    Educación. El fruto de dichos encuentros es visible hoy en
    varias publicaciones ya realizadas en común:
    Filosofía de la Educación hoy. Temas (1998),
    Filosofía de la Educación hoy. Autores.
    Selección de textos (1991), Filosofía de la
    Educación hoy. Diccionario
    (1997). A ello es necesario sumar el trabajo de los cuatro
    Congresos Internacionales de Filosofía de la
    Educación (1988, 1992, 1996 y 2000) con la
    participación de profesores españoles y
    extranjeros.

    Como materia curricular se encuentra presente en buena
    parte de las universidades españolas, generalmente como
    materia obligatoria, ya que la última reforma de los
    planes de estudios no la contempló como materia troncal, a
    pesar de las peticiones realizadas en este sentido al Ministerio
    de Educación. A su docencia e investigación, de
    modo único o prioritario, se dedican actualmente unos
    veinte profesores, fundamentalmente de las universidades de
    Madrid (Complutense), UNED, Valencia, Navarra, Granada y
    Barcelona.

    Los Congresos Nacionales de Pedagogía (Sociedad
    Española de Pedagogía), así como los
    Seminarios Interuniversitarios de Teoría de la
    Educación, siempre dedican algunas de sus secciones a esta
    materia.

    Con relación a las revistas no existe, por el
    momento, revista alguna
    con la denominación «Filosofía de la
    Educación». Si embargo, buena parte de su contenido
    se encuentra presente en varias publicaciones periódicas:
    Revista Española de Pedagogía, Bordón,
    Revista de Ciencias de la Educación, Educadores, Revista
    Interuniversitaria de Teoría de la Educación,
    Revista de Educación, Aula Abierta, Educar, Revista
    PAD’E, etc.

    En México (los datos aquí
    expuestos han sido elaborados por Miguel Ángel Pasillas
    Valdés, con la colaboración de Blanca Flor Trujillo
    Reyes, profesores de la FES Iztacala, UNAM, México) la
    presencia de la Filosofía de la Educación es
    desigual según las distintas universidades. De las treinta
    y tres carreras de Pedagogía que se imparten en el
    país, seis universidades públicas y catorce
    privadas ofrecen esta materia en sus distintas sedes. El
    contenido relacionado con la Filosofía de la
    Educación es amplio y diversificado en diversos programas
    según universidades:

    La Universidad Nacional Autónoma de México
    (UNAM), en tres campus diferentes, ofrece las siguientes
    asignaturas: Antropología filosófica,
    Filosofía de la Educación, Epistemología de
    la Educación, Seminario de
    Filosofía de la Educación, Fundamentos de
    epistemología, Axiología y Ética profesional
    del magisterio. La Universidad Pedagógica Nacional (UPN)
    ofrece Filosofía de la Educación y
    Epistemología de la Educación. La Universidad
    Autónoma de Chiapas
    (UNACH) imparte Filosofía de la Educación,
    Epistemología de la Educación, Epistemología
    general. La Universidad de Colima (UCOL), Filosofía de la
    Educación y Epistemología. La Universidad
    Autónoma de Nuevo León (UANL), Lógica y
    Epistemología. La Universidad de Veracruz (UV),
    Epistemología y Filosofía de la
    Educación.

    Entre las universidades privadas que ofrecen la carrera
    de Pedagogía, la Filosofía de la Educación
    se imparte en las siguientes: Bonaterra, Panamericana,
    Intercontinental, Tollancinco, Anáhuac, Hispanoamericana,
    Don Vasco, Mesoamericana, de Hermosillo, de Sotavento.

    Es importante resaltar la importancia que, en las
    universidades —tanto en la pública como en las
    privadas—, poseen los temas de formación
    humanística: ética, valores, educación para
    la paz o derechos humanos. En el Departamento de Educación
    de la Universidad Autónoma de Aguascalientes existe la
    línea de investigación sobre «Desarrollo
    Moral y Formación de Valores», realizándose
    trabajos y publicaciones interesantes sobre tales temas. En la
    misma universidad se desarrolla el Programa de Educación
    para la Paz y los Derechos Humanos, en el que se realizan
    actividades de promoción e innovación educativa
    sobre valores y formación moral. Trabajos e
    investigaciones en el mismo sentido se llevan a cabo en las
    universidades de Monterrey, Iberoamericana, León, ITESO,
    UNAM…

    Entre los autores ocupados en temas de Filosofía
    de la Educación, señalaremos a Bonifacio Barba, con
    publicaciones tales como: Desarrollo moral y formación de
    valores, Educación para los Derechos Humanos; y
    también, en colaboración con Margarita Zorrilla,
    Valores y educación, Valores de la política
    educativa mexicana. A la doctora Teresa Yurén, con
    publicaciones tan recientes como: Filosofía de la
    Educación en México: Principios, Fines y Valores,
    Valores Sociales y Educación, La Formación:
    Horizonte del quehacer académico (Reflexiones
    filosófico-pedagógicas), Quelle éthique en
    formation?, Formación y puesta a distancia: su
    imensión ética. Recordar también, en este
    mismo sentido, al doctor Pablo Latapí Sarre, a
    Héctor Santigo, Bartolomeu, Juárez y Santiago,
    etc.

    Aunque no existen revistas dedicadas
    monográficamente a temas de Filosofía de la
    Educación, sí es importante señalar la gran
    cantidad de artículos, profesores e investigadores
    mexicanos sobre ética, educación moral, derechos
    humanos, valores, etc.

    En Colombia (el contenido del presente apartado nos ha
    sido facilitado por el profesor Diego Pineda) la situación
    actual de la Filosofía de la Educación no ha
    logrado aún el desarrollo suficiente en cuanto disciplina
    autónoma, aunque hay que señalar la existencia de
    trabajos e investigaciones en temas relacionados con la
    Filosofía de la Educación: Epistemología,
    Ética, Historia de la Educación en Colombia desde
    la perspectiva filosófica. En algunas universidades se
    encuentra la Filosofía de la Educación como
    asignatura, sin embargo, en muchas ocasiones, solo se trata de
    una Historia general de la Pedagogía.

    Existen autores con cierta relevancia, dedicados a la
    reflexión sobre educación, y muy leídos en
    Colombia: Estanislao Zuleta escribió ensayos
    valiosos sobre la educación, Carlos Vasco tiene algunos
    textos importantes, e incluso el premio Nobel Gabriel García
    Márquez ha escrito sobre la educación de los
    niños.

    En Perú (datos facilitados por el profesor A.
    Percy Che Piu) la situación de la Filosofía de la
    Educación no ocupa un espacio de importancia, si bien
    encontramos textos, con el título de Filosofía de
    la Educación ya en la década de 1940, su desarrollo
    ha sido mínimo a nivel general. El estado actual de esta
    materia, en cuanto disciplina académica, es diversa
    según las distintas universidades. Encontramos apuntes de
    curso —y, por tanto, materia a cursar por los
    alumnos— de los siguientes profesores y universidades: de
    P. Palomino, V. Sotomayor y T. Loayza en la Universidad Nacional
    del Altiplano de Puno; del profesor O. Galdós, en la
    Universidad Privada de Tacna; de J. Pacheco, en la Universidad de
    S. Antonio Abad de Cuzco; de C. Guardia en la Universidad
    Nacional Mayor de Huamanga de Ayacucho; de G. Peralta y de E.
    Gómez Becerra en la Universidad Nacional de S.
    Agustín de Arequipa; de R. Abarca, en la Universidad
    Católica de Santa María de Arequipa; de A.
    Maraví, en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega en
    Lima. Entre los textos más recientes hay que
    reseñar la Filosofía de la Educación de
    Víctor Cadillac, y muy especialmente la publicación
    de las Actas del Congreso de Filosofía de la
    Educación, Lima, 2000.

    En Argentina (contenido facilitado por el doctor Luis
    Porta, de la Universidad Nacional de Mar de Plata) la
    situación es más rica y esperanzadora,
    encontrándose figuras de relieve
    internacional. Recordamos, al respecto, a O. Derisi, un exponente
    notable de la neoescolástica latinoamericana, y a Rizieri
    Frondizi con su obra ya clásica ¿Qué son los
    valores?

    Desde la puesta en marcha de la Reforma Educativa, a
    partir del año 1993 (Ley 24195), los temas relacionados
    con la educación en general han adquirido un especial
    relieve. De especial importancia son las revistas Propuesta
    Educativa, Novedades Educativas, Revista del Instituto de
    Investigaciones en Ciencias de la Educación, Revista
    Internacional PAIDEIA, Revista de la Facultad de
    Filosofía, Ciencias de la Educación y Humanidades
    de la Universidad de Morón, Novedades Educativas, Revista
    del Departamento de Ciencias de la Educación de la
    Universidad Nacional de Tucumán, etc.

    Como materia curricular, la Filosofía de la
    Educación aparece generalmente como materia optativa, pero
    dado el currículo flexible, muchos contenidos propios de
    esta se encuentran en asignaturas con la denominación de
    Teoría de la Educación, Problemática
    Educativa, etc.

    En cuanto a las reuniones educativas, la
    Filosofía de la Educación se encuentra presente en
    los congresos de educación y en los de Filosofía.
    Recordemos el Congreso Nacional de Investigaciones Educativas de
    Río Negro, organizado por la Universidad Nacional del
    Comahue; el Congreso Marplatense de Educación:
    «Educación y Persona», organizado por la
    Universidad Nacional de Mar de Plata (mayo 2000), las Jornadas de
    Filosofía Abierta: «Filosofía,
    Educación y Crítica Cultural» del Instituto
    Superior del Profesorado de Buenos Aires, el
    II Congreso Internacional de Educación, organizado por la
    Universidad de Buenos Aires…

    En relación a las publicaciones más
    recientes citar a G. Obiols: La formación ética y
    ciudadana en la EGB; a C. Cullen: Autonomía moral,
    participación democrática y cuidado del otro, y
    Crítica de las razones de educar. Temas de
    Filosofía de la Educación; a S. Gvirtz, compiladora
    de la obra Sobre cuerpos, vestuarios, espacios, lenguajes, ritos
    y modos de convivencia en nuestra escuela. Junto a ello, destacar
    dos trabajos de especial interés en la Universidad
    Nacional de Mar de Plata: el proyecto de
    investigación Instituciones, procesos de
    sujeción o constitución de la subjetividad (GICIS)
    y el trabajo del doctor Luis Porta bajo el título El mundo
    de los valores: Valores e implicaciones educativas de los alumnos
    al culminar su escolaridad obligatoria en el Mar del Plata
    (Argentina).

    CONCLUSIÓN

    Gracias a la
    elaboración de este trabajo hemos llegado a conocer
    aspectos de suma importancia con respecto a la educación.
    Conocimos el origen de cada una de estas ramas, entendiendo que
    la educación está presente en la vida del hombre
    desde los comienzos de su existencia. Vimos que desde el hombre
    más antiguo y primitivo hasta las sociedades más
    estructuradas se educaban, de diferente manera y con diversos
    fines que en la actualidad, pero aún así
    ejercían una educación práctica para sus
    fines.

    Por último analizamos la relación que
    existió y existe entre ellas, comprendiendo de esta manera
    es unarama estrechamente vinculadas, y que para que se pueda
    obtener un buen desarrollo educativo, con instituciones y leyes,
    deben de funcionar tanto la educación como la
    pedagogía de manera uniforme y trabajar en conjunto.
    Gracias a la elaboración de este trabajo hemos llegado a
    conocer un poco más acerca de temas de vital importancia
    para todos los seres humanos.

    SUGERENCIAS

    1. Promover diversas acciones y programas que tengan
      como fin el entendimiento de los valores democráticos
      entre los trabajadores de la educación
    2. Alentar la participación de los profesores en
      la interrelación con la comunidad escolar y la
      sociedad.
    3. Impulsar la capacitación de los trabajadores de la
      educación en los aspectos cívicos y
      políticos del país, e implementar espacios de
      decisión y análisis en los medios de
      comunicación, que permitan al educador retomar su
      papel de líder
      de opinión.
    4. Ampliar a la educación secundaria y media
      superior, con textos que profundicen cada vez más el
      contenido de nuestra Ley Suprema.

    BIBLIOGRAFIA

    Juan Antonio García faile "ENCICLOPEDIA
    PEDAGÓGICA"

    2002 EPASA CALPE"

    Enrique Gervilla Castillo "ENCICLOPEDIA
    PEDAGÓGICA"

    2002 "EPASA CALPE"

    ENCICLOPEDIA 2004 "MICROSOF ENCARTA"

    INTERNET www.larevista.com.mx

    www.google.com.mx

    www.altavista.com

    www.t1msn.com/buscar

     

     Maria Eugenia Ortìz
    Velàzquez

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