La estimulación e intervención adecuada para los niños y niñas entre 3 a 6 años en etapa preescolar
- Justificación
- Objetivos
Generales - Plan de
actividades - Marco
Teórico - Estrategias
didácticas - Tiempos horarios generales y
particulares de actividades - Espacios
- Evaluación
- Anexo
La realización de este proyecto tiene su
origen en la necesidad de poder contar
con una serie de elementos en torno a la
estimulación e intervención adecuada para los
niños y niñas entre 3 a 6 años en etapa
preescolar. La
actividad sensorial psicomotriz se sustenta en la unidad
existente entre el desarrollo
sensorial y psicomotriz. Los contenidos del programa
establecen una interdependencia armónica entre ambos
aspectos, tomando como punto de partida los reflejos que
acompañan al pequeño al nacer; a partir de lo
anterior, se inicia un sistema de
influencias educativas que permiten satisfacer las necesidades de
movimientos en el niño y el
conocimiento del mundo circundante; todo esto en
estrecha comunicación afectiva con el adulto
que proporciona y estimula el desarrollo y
fortalecimiento del organismo infantil, base
fundamental para el logro de los objetivos
en las próximas etapas. La
realización de los movimientos fundamentales de que
se apropia el niño en este ciclo amplía las
posibilidades de desplazamiento permite la vigilia activa y
enriquece el desarrollo de sus potencialidades
cognoscitivas al poder manipular, explorar, conocer y accionar
con los objetos que le rodean en dependencia de sus propiedades y
relaciones. Por medio de la actividad sensorial psicomotriz
sistemática se logra en los niños un estado
emocional positivo, disposición general, desarrolla la
psicomotricidad fina, contribuye a la
comprensión elemental del habla del adulto y
reaccionan positivamente ante estímulos
sonoros musicales entre otros. El programa
de Desarrollo sensorial psicomotriz se cumple a
través de la actividad programada
que se realiza tres veces por semana. Otro
momento importante para el logro de los objetivos
propuestos es la vigilia, en la cual se
pondrán a disposición del
pequeño los materiales
necesarios, unido a la estimulación a la y
afectividad de los adultos que lo rodean:
educador (a) y auxiliares
pedagógicas.
El psicológo (a) ha de trabajar para que los
niños:
- Reaccionen activamente ante el sonido, olor,
textura, color y
movimiento
de los objetos. - Reaccionen positivamente ante la estimulación
táctil. - Ejecuten movimientos fundamentales como:
giros, gateo, sentarse, pararse, caminar
independientemente. - Realicen diversas acciones de
manipulación activa con los objetos. - Establezcan relaciones elementales entre los
objetos e inicien la realización de acciones
imitativas en correspondencia con la función
social de los objetos de la vida cotidiana.
Promover el desarrollo
personal del niño a través de situaciones y
oportunidades que le permitan ampliar y consolidar su estructura
mental, lenguaje,
psicomotricidad y afectividad.
- Contribuir al conocimiento
y al manejo de la interacción social del niño,
estimulándolo para participar en acciones de integración y mejoramiento en la familia,
la comunidad y la
escuela. - Estimular, incrementar y orientar la curiosidad del
niño para inciairlo en el conocimiento y
comprensión de la naturaleza,
así como en el desarrollo de habilidades y actitudes
para conservarla y protegerla. - Enriquecer las prácticas de cuidado y atención a los niños menores de
cuatro años por parte de los padres de familia y los
grupos
sociales donde conviven los menores. - Ampliar los espacios de reconocimiento para los
niños en la sociedad en
la que viven propiciando un clima de
respeto y
estimulación para su desarrollo.
Objetivos
Específicos:
- Propiciar oportunidades que permitan aplicar y
consolidar los procesos
cognoscitivos en el niño. - Estimular mejorar y enriquecer el proceso de
adquisición y dominio del
lenguaje en el niño. - Ejercitar el control y la
coordinación de los movimientos del
cuerpo. - Favorecer la interacción grupal a
través de la expresión de ideas, sentimientos y
estados de ánimo, como medio de satisfacción de
las necesidades afecrivas del niño. - Fomentar la interacción, comunicación y
adquisición de valores en
el medio familiar, para propiciar la participación y
mejoramiento en la atención del niño. - Contribuir al conocimiento, valoración e
integración del niño a su comunidad y cultura. - Conformar las habilidades elementales para el ingreso
y adaptación del niño a la escuela
primaria. - Propiciar elementos para conocer a los seres vivos y
otros componentes de la naturaleza, así como para la
comprensión de las relaciones entre sus
fenómenos. - Propiciar la adquisición de conocimientos que
permitan al niño comprender los principales problemas
ecológicos y sus consecuencias para el desarrollo de la
vida. - Orientar la participación en las acciones de
preservación y conservación del medio
ambiente. - Fomentar la participación del niño en
la prevención, conservación y mejoramiento de la
salud
comunitaria. - Propiciar la integración del niño a su
comunidad, a través del reconocimiento de los aspectos
culturales, tradicionales y sociales que la
caracterizan. - Propiciar en el niño menor de 4 años la
preservación y conservación del medio ambiente a
través de acciones concretas.
Fijados los criterios en los que fundamentar la metodología de trabajo, nos
queda establecer el plan concreto de
trabajo con los niños, realizar la programación de actividades diarias a
desarrollar.
Este plan concreto de trabajo lo baso en las técnicas
de estimulación adecuada. No temprana, por que no
intentamos adelantar ni precipitar los aprendizajes, sino
adecuada a cada edad en concreto.
La estimulación esta determinada por su carácter sistemático y secuencial y
por el control que se hace de ella. En nuestro caso:
- Es sistemática en cuanto se trabaja con el
niño o niña día a día en un
programa previamente elaborado, de acuerdo con su momento
evolutivo y lo que queremos conseguir en cada momento
determinado. - Es secuencial en cuanto que cada paso alcanzado por
el niño o niña en cualquiera de las áreas
de desarrollo sirve de punto de partida para alcanzar el
siguiente.
En ningún caso las técnicas se aplican
automáticamente, por el contrario, el contexto en el que
se desarrollan es un contexto de juego, en
donde el niño o niña no se siente evaluado ni
observado, sino que percibe todo como un juego más. De
esta manera, los niños y niñas se desarrollan en un
contexto natural en el que todas las cosas forman parte de un
todo lógico.
Aunque existe gran relación entre los periodos de
desarrollo y las llamadas edades cronológicas del
niño o niña, la tendencia actual es considerar como
poco valido establecer edades fijas para los distintos niveles de
desarrollo, pues esta demostrado, que en cada etapa el resultado
del desarrollo depende de la herencia del
individuo y
los estímulos recibidos, sobre todo en la
primerísima infancia. Dado
que las primeras fases madurativas tienen lugar en el sistema nervioso
central y en las vías sensoriales y motoras entendemos
como imprescindible que la primera estimulación sea para
estas áreas, como paso previo al resto de los procesos de
aprendizaje.
Si el sistema
muscular y sensorial no están preparados para una
determinada conducta, esta no
se producirá por mucho que la estimulemos. El niño
o niña, a través de los sentidos
(vista, olfato, gusto, oído,
tacto) aprenderá lo que necesite saber sobre las cosas y
el mundo que le rodea.
La programación de actividades a partir de 3
años de edad, se realiza con carácter grupal
allí quedan recogidas las experiencias o situaciones
significativas, que resultan interesantes y ricas en actividad
para los niños y niñas en los distintos momentos
evolutivos, es decir, aquellas que provocan su atención,
su curiosidad, actividad, deseos de descubrir y experimentar, sus
fantasías, su creatividad,
necesidad de hablar y representar, inventar y comunicar, saber y
preguntar, etc.
Aprendizaje Significativo.
Es el aprendizaje a
través del cual los conocimientos, habilidades y
destrezas, valores y hábitos adquiridos pueden ser
utilizados en las circunstancias en las que el niño vive y
otras situaciones que se presenten a futuro.
Para que se dé un aprendizaje
significativo es necesario una relación sustancial
entre la información previa y la nueva
información, caso contrario no pasaría a formar
parte de la estructura cognoscitiva ni podría ser
utilizada en la solución de problemas.
El aprendizaje significativo se utiliza para la
solución de problemas y como apoyo y punto de partida de
futuros aprendizajes.
Los aprendizajes significativos desarrollan la memoria
comprensiva que constituye la base para nuevos aprendizajes. El
desarrollo de la memoria
comprensiva permite que los niños adquieran seguridad,
confianza en lo que conocen y puedan establecer fácilmente
relaciones de lo que saben y vivencian en cada nueva
situación de aprendizaje.
Pensamiento y Lenguaje
Lenguaje y pensamiento
son herramientas
psicológicas que ayudan a formar otras funciones, y son
en sí mismas funciones que atraviesan por un desarrollo
cultural. Estas dos funciones tienen diversos orígenes,
pero convergen y se desarrollen bajo una influencia
recíproca. No es que la función como tal cambia,
son las relaciones entre las funciones las que cambian,
provocando en desarrollo.
El desarrollo de un niño conoce un habla pre
intelectual, así como un pensamiento no verbal,
sólo con el establecimiento de una unidad sistémica
interfuncional, el pensamiento se vuelve verbal y el habla
intelectual. Este pensamiento pre – conceptual constituye
la base de la formación de los conceptos.
Vygotski distingue entre conceptos espontáneos y
conceptos científicos. Si no existe una comprensión
de los primeros, no se puede desarrollar los segundos; los
conceptos espontáneos, desorganizados, pero de mucha
riqueza empírica, se encuentran con los del adulto, de
mayor estructura y logicidad. Este encuentro produce una
solución final que, siendo internalizada por el
niño, se vuelve una parte integral de su
razonamiento.
El medio en el que se desarrolla el niño moldea
los procesos por los que se forma el pensamiento
verbal.
El niño aprende a hablar antes de aprender a
comunicar; así entendemos los niveles en el desarrollo del
habla infantil:
- Habla social no internalizada.
- Habla egocéntrica o habla para uno
mismo. - Habla para otros, comunicativa, que ha atravesado un
proceso de desarrollo y se internalizado.
El pensamiento interior se desarrolla a través de
una lenta acumulación de cambios funcionales y
estructurales que se derivan de este primer lenguaje del
niño; finalmente, las estructuras
del lenguaje manejadas o dominadas con maestría por el
niño se vuelven estructuras básicas de su
pensamiento.
El desarrollo del pensamiento del niño tiene una
triple determinación:
- El lenguaje.
- Las herramientas lingüísticas del
pensamiento. - Las experiencias socioculturales del
niño.
Pero a partir de este momento el pensamiento necesita un
vehículo para canalizar su contenido, es cuando a
través de la relación histórica del
desarrollo de la conciencia humana
pensamiento – lenguaje y palabra son pues aquel canal de
salida a este problema.
El pensamiento no solo se expresa en palabras, existe a
través de ellas.
El habla interior es una función del lenguaje, no
solo es el habla como un murmullo o la repetición en
silencio, ni es todo lo interior previo a la
verbalización. Es un lenguaje interior, para uno mismo, y
es el sucedáneo del lenguaje egocéntrico. Es un
fenómeno de transición entre las funciones
interpsíquicas a las intrapsíquicas.
El lenguaje egocéntrico desaparece en cuanto
comienza a aparecer el habla interior; el habla para uno mismo se
origina en la diferenciación del habla de los otros. Este
es un desarrollo progresivo por medio del cual el niño
empieza a distinguir su propio lenguaje del de los demás,
guía hacia un lenguaje casi sin palabras, en dónde
es más importante la semántica que la
fonética.
Pensamiento y Lenguaje son clave de la naturaleza de la
conciencia humana.
Percepción.
Para entender como conceptúa Vygotski a la
percepción, es necesario partir de una
aclaración preliminar: la conexión existente entre
el uso de los instrumentos y el lenguaje
afecta a varias funciones psicológicas… a la
percepción, a las operaciones
sensorio motrices y a la atención. Todas éstas son
parte de un sistema dinámico de conducta (que cambia que
evoluciona) que varían en el transcurso del desarrollo del
niño. En todas estas funciones el lenguaje introduce
cambios cualitativos de importancia.
La percepción humana no se limita al campo de lo
sensorial, como en los animales
superiores; existe una profunda relación lingüística con lo que se percibe y
como se percibe.
Las palabras permiten al niño superar las
limitaciones de la percepción natural para crear nuevos
centros estructurales. El niño comienza a percibir el
mundo no solo con los sentidos, sino a través del
lenguaje.
La percepción verbalizada es la
"rotulación" de las cosas con palabras y es una
función primaria en el lenguaje de los niños;
ésta implica el paso de una percepción global (en
donde no hay distinción de estructuras) a una
percepción sintética que lleva a formas más
complejas de percepción cognoscitiva y, después, a
una percepción analítica o de las secuencias, en
donde cada elemento está clasificado y relacionado con una
estructura del lenguaje.
Atención.
En el tema de la atención hay dos aspectos que
pueden provocar el éxito o
el fracaso de la operación práctica:
- La capacidad de dirigirla.
- La incapacidad de dirigirla.
Para Vygotski, se debe partir nuevamente de la
diferencia básica existente entre las funciones
psicológicas inferiores y las superiores. Los niños
son capaces de fijar su atención independientemente de la
estructura del campo; el niño comienza a dominar su
atención creando nuevos centros estructurales con la ayuda
de las funciones de las palabras. Con la ayuda del lenguaje, el
niño puede dirigir su atención de modo
dinámico, y lo puede hacer en distintos momentos y
espacios. El momento que se retira el objeto del campo visual del
niño, éste no deja de existir en la esfera de su
atención; el niño no necesita ver para prestar
atención, puede prestar atención para ver. Esto no
ocurre con los animales, cuando se retira el objeto de su campo
visual éste deja de existir en la esfera de su
atención.
La atención se logra a través de la
reconstrucción de las actividades separadas que son parte
de las operaciones necesarias.
El niño, capaz de combinar los distintos campos
visuales o sensoriales y temporales, hace uso de una
función psicológica a la que conocemos como
memoria. Combina aspectos de campos presentes y pasados para un
fin determinado. El lenguaje posibilita la ubicación en el
campo espacio – temporal lo que crea las condiciones para
el desarrollo de un nuevo sistema:
- Las representaciones simbólicas,
y, - Las determinaciones de la acción proyectada.
Estas son consideradas otras funciones superiores, y
sobre todo la última, la acción voluntaria o
proyectada está definida como un producto del
desarrollo histórico cultural de la conducta, y es el
rasgo que marca mayor
distinción entre el hombre y
los animales más cercanos a él.
Memoria.
Hay que distinguir dos tipos de
memoria:
- mediata, e,
- inmediata.
La gran diferencia se encuentra en el aspecto
histórico, social, y cultural del segundo tipo de memoria.
Este tipo de memoria está caracterizada por el uso de
signos, cuyas
operaciones son las encargadas de mediar entre estímulo y
la respuesta. Estas operaciones van más allá de las
dimensiones biológicas y naturales, con el uso de
instrumentos artificiales se crea una forma de conducta
totalmente nueva.
Los signos son los estímulos auxiliares, los
intermediarios entre estímulo y respuesta.
Para el niño pequeño, los signos
auxiliares no le dan ninguna ayuda en la memorización, a
medida que crece los va interiorizando y como adulto es capaz de
manejarlos antes de iniciar la solución de una
situación problemática.
La forma de recordar las cosas (o de memorizarlas)
cambia también de acuerdo a la evolución psicológica del individuo.
Los niños pequeños recuerdan "concreciones", es
decir, recuerdan las cosas o situaciones materiales concretas que
les han causado una impresión. No tiene su recuerdo el
carácter de una abstracción. Por ello el autor
llega a la conclusión de que los primeros estadios de
desarrollo cognoscitivo están caracterizado por la
memoria, no por el pensamiento abstracto. Esta situación
cambia a medida que el niño se acerca a la adolescencia y
la dirección del pensamiento individual
evoluciona.
Para el niño pequeño, pensar significa
recordar; para el adolescente, recordar significa
pensar.
Esta transformación tiene relación con
otras funciones psicológicas como la logicidad; el joven y
el adulto recuerdan, estableciendo y encontrando relaciones
lógicas que los lleven hacia el descubrimiento de lo que
exige su tarea o problema específico; es decir, recuerdan
pensando en conceptos. Esto es típicamente humano, los
seres humanos recordamos con la ayuda de signos.
El modo que aprendemos a hacer uso de esos signos
está en relación directa con la realidad
histórico cultural social que vivimos. Las posibilidades
de jugar con tal determinismo se encuentran en las oportunidades
de cambio
educacional que se pueden ofrecer para hacer de los procesos de
aprendizaje la punta de lanza del desarrollo individual y
comunitario.
Crisis del desarrollo | etapas del desarrollo | rasgo fundamental |
De 1 a 3 años: |
Infancia temprana. | Actividad con Objetos, por la necesidad de Hay un mayor énfasis en el desarrollo Un mayor desarrollo de la atención y el Hay un intento por realizar las cosas de forma Se amplían las relaciones con otros |
De 3 a 5 años: |
Infancia pre – escolar. | El Juego, la necesidad de familiarizarse y Predominio de la memoria, el pensamiento y el Un inicio de equilibrio entre lo Afectivo – El radio |
Seguridad y Confianza:
Un niño o una niña no puede disfrutar
plenamente de la vida del preescolar si no se siente en
confianza, en seguridad afectiva, si no se le escucha y reconoce
en tanto que individuo. Esto define en parte la actitud del
educador.
El grupo se
compone de niños y niñas diferentes los unos de los
otros. Cada uno de ellos tiene sus necesidades afectivas propias,
su personalidad,
su pasado, su ritmo de vida. Aún sin perder de vista la
colectividad, las intervenciones del adulto deben ser
individualizadas y dar a cada niño o niña la
sensación de una presencia generadora de confianza y
seguridad. Cuanto más pequeños son los niños
o niñas, en mayor grado consideran al educador o al
psicólogo como el recurso supremo en caso de una
dificultad grave de un conflicto
importante. Aunque la clase trabaje
en grupos
autónomos, cada niño debe poder localizar de
inmediato al adulto para solicitar su intervención. La
intervención inmediata, satisface plenamente. La
intervención diferida, debida a que el psicólogo,
ocupado con un grupo, no está disponible, enseña de
modo progresivo el respeto a los demás y las reglas de la
vida en común. No obstante, en este último caso, se
da una exigencia absoluta: el educador que haya prometido su
presencia debe concederla efectivamente, aunque sea por poco
tiempo. El
«espera, ya voy» sin consecuencias deja al
niño o niña desorientado, la fidelidad a los
compromisos aceptados condiciona en sumo grado la confianza. La
promesa no cumplida perjudica la credibilidad. Para
individualizar sus intervenciones, el psicólogo tiene que
conocer a cada uno de los niños y niñas.
Para que exista un clima de seguridad afectiva, se
requiere una seguridad material y física. Es necesario
que los niños y niñas conozcan a todos los adultos
del preescolar su nombre, el lugar en que se encuentran de
ordinario.
También se requiere que cuenten con puntos de
referencia sobre el espacio y que haya tomado posesión del
aula, del centro, del grupo escolar, de los alrededores,
conquistas que comienzan en la sección de los
pequeños y se precisan más tarde. Proporcionan a
los niños y niñas una libertad de
desplazamiento satisfactoria, que les asegura una buena
autonomía.
El periodo de adaptación:
Si buscamos en el diccionario la
palabra adaptación encontramos: "De adaptar. Acción
y efecto de adaptar o adaptarse. Proceso biológico que
surge de todo organismo viviente, sea persona, animal o
planta, al acomodarse a las condiciones de un medio diferente del
que le es propio y habitual."
Habrá que programar unas actividades
extraordinarias para este período cuyas
características básicas son:
- La duración de las mismas no debe ser
excesivamente larga. - Deben ser variadas y susceptibles de modificaciones
en función de la marcha de las mismas. - Se deben intercalar actividades de grupo e
individuales, priorizando las colectivas. - Los temas en torno a los que giren estas actividades
deberán ser motivadores y atrayentes para el grupo, de
manera que la participación de los alumnos sea
totalmente activa. - Los materiales que se utilicen deben ser sencillos,
fáciles de manejar para el niño en función
de su edad e intereses, y no caer en la "abundancia" de los
mismos, evitando así la dispersión de la
atención del niño. - Por último, y no por ello menos importante,
deberemos dedicar algunas de las actividades en este
período de adaptación, a que el niño vaya
adquiriendo (a través del juego) una serie de
hábitos y normas
básicas de convivencia, imprescindibles para una
adecuada marcha y funcionamiento de la clase.
Actividades, Experiencias y Procedimientos.
La Educación
Preescolar no consiste en transmitir contenidos al
niño o la niña para que éste los aprenda
como fruto de esa transmisión, sino en facilitar la
realización de actividades y experiencias que, conectando
al máximo con las necesidades, intereses y motivaciones de
los niños y las niñas, les ayuden a aprender y
desarrollarse.
El psicólogo debe asegurar que la actividad del
niño o la niña sea una de las fuentes
principales de sus aprendizajes y su desarrollo, teniendo un
carácter realmente constructivo en la medida en que es a
través de la acción y la experimentación
cómo el niño y la niña, por un lado, expresa
sus intereses y motivaciones y, por otro, descubre propiedades de
los objetos, relaciones, etc. Es de todos conocido que la forma
de actividad esencial de un niño y la niña sano
consiste en el juego. Jugando, el niño o la niña
toma conciencia de lo real, se implica en la acción,
elabora su razonamiento, su juicio.
Con ello, elaboré las actividades teniendo en
cuenta los siguientes principios:
Que primero que nada fueran motivadoras y significativas
para los niños / as de forma que supongan un reto para su
competencia
personal.
Favorecieran la interacción de los niños y
el adulto en un clima acogedor, seguro y
cálido.
Considerando todos los ámbitos de experiencias,
los intereses y necesidades de los niños y
niñas.
Teniendo en cuenta estos principios, las actividades a
desarrollar para los niños y niñas, fueron del tipo
que enumeré a continuación. No se tratan de
actividades distintas desde el punto de vista formal, sino desde
la perspectiva para la cual le sirven al educador en cada
momento.
Motivadoras: Se propondrán actividades que
susciten el interés y
participación hacia los contenidos a trabajar. Dichas
actividades nos servirán también para recoger
información sobre los intereses, conocimientos previos y
nivel de desarrollo alcanzado por los mismos. Dependiendo del
Centro Motivador estas actividades podrán ser: cuentos,
canciones, construcción de un mural colectivo,
proyección de un vídeo, etc.
De Desarrollo: Se presentan un conjunto de actividades
con las que se pretenden que el niñota descubra, organice
y relacione la información que se le da.
De consolidación. Son diseñadas por el
psicólogo con el fin de que los niños y
niñas afiancen el grado de desarrollo en los distintos
tipos de capacidades que se pretenden alcanzar, en función
de sus peculiares necesidades y ritmos de
aprendizajes.
De prevención. Fueron diseñadas por el
psicólogo(a), junto al equipo de apoyo del centro sobre
aquellos temas que se entienden deben trabajarse en el
ámbito preventivo de la educación
infantil
TIEMPOS HORARIOS GENERALES Y PARTICULARES DE
ACTIVIDADES
La organización del tiempo, del material y de
los espacios, siempre es un medio para alcanzar el gran objetivo
educativo: que el niño se desarrolle plenamente desde su
individualidad y sus peculiaridades.
Para hablar de tiempos y en consecuencia de horarios,
hemos de partir de lo que consideramos "tiempo del
niño".
El niño de 1er año de preescolar pasa de
los movimientos reflejos a la coordinación psicomotriz, de
la acción al pensamiento lógico, de la dependencia
total a un alto nivel de autonomía, del egocentrismo a una
considerable descentralización, etc. Todo este proceso
de desarrollo físico, emocional y cognitivo se construye
basándose en tanteos, de ensayos y
errores, de repetición. Si observamos a los niños
pequeños vemos la necesidad que tienen de repetir la misma
acción, los mismos movimientos, los mismos juegos. Es el
tiempo que cada niño necesita para construir sus
estructuras mentales, para elaborar y resolver sus conflictos
emocionales, para incorporarse e integrarse en su
entorno.
El tiempo de cada niño supone vivir plenamente,
lentamente su período sensoriomotor, su actividad
simbólica, su mundo de fantasía, sus procesos
mentales; por tanto, permitirle saciar adecuadamente sus
necesidades desde su peculiar modo de ser. Es de capital
importancia, por tanto, conocer el mecanismo y los procesos que
generan el desarrollo
humano, ya que sólo a partir de este conocimiento
podemos comprender y valorar la importancia que tiene el tiempo
en el crecimiento del niño.
El proceso "acomodación-asimilación",
conlleva un tiempo para la acción, para la experiencia y
un tiempo para la incorporación e integración de
sensaciones, sentimientos, conceptos, etc. Ahora bien, todos
sabemos que este tiempo es diferente desde donde actúa y
en las que integra lo nuevo, los cambios, y desde donde avanza en
el conocimiento de sí y del entorno que le
rodea.
Este respeto al ritmo de autoestructuración
emocional, cognitiva, social, se une también al ritmo que
cada niño necesita para establecer la
comunicación, la participación grupal, el
cambio de actividades, el paso de una situación a otra,
etc.
El respeto al ritmo de cada niño es, pues la
premisa fundamental para que él viva como ser
único, diferente y aceptado en su forma de ser y de
actuar.
Las necesidades biológicas del niño son
las que marcan, en un principio, los ritmos y frecuencias
necesarias para su orientación temporal: el alimento, los
cambios, los sueños, son las primeras pautas y las
primeras referencias en el niño. De estas primeras pautas
de tipo orgánico, el niño va pasando
progresivamente a otras de tipo social, (marcadas por nosotros),
pero ambas se tienen que vivir con un ritmo estable; es a partir
de esta estabilidad desde donde el niño comienza a
diferenciar los distintos momentos del día y lo que le
permite recordar, prever y anticipar los que vendrá
después.
Ahora bien, esta estabilidad no se puede confundir con
rigidez, con una excesiva división del tiempo ni con que
el niño haga en cada momento aquello que le apetezca o le
venga en ganas.
El tiempo trabajo con los niños, es otro aspecto
importante a determinar, tanto en lo que respecta al lapso de
estimulación de cada dimensión del desarrollo como
el grado de resistencia del
organismo infantil para la asimilación de dicha
estimulación.
El sistema nervioso
del niño en la edad temprana es muy frágil, su
actividad nerviosa superior es muy inestable, y en la actividad
analítico – sintética de la corteza cerebral
los procesos excitatorios predominan marcadamente sobre los
inhibitorios. Esto hace que el niño sea muy propenso a la
fatiga, pues sus neuronas aun no poseen una alta capacidad de
trabajo, y requieren de un tiempo prudencial para su
recuperación funcional. Por lo tanto, dosificar la
estimulación es un asunto de extrema importancia para la
salud del niño, y cuando se excede la resistencia de sus
células
nerviosas, sobreviene la fatiga y puede causarse gran daño al
menor.
En este sentido hemos analizado programas de
estimulación que no hacen la menor alusión al
tiempo promedio por unidad de estimulación, y en otros,
plantean un intervalo sencillamente exhaustivo. Las investigaciones
más recientes nos aconsejan las siguientes longitudes
temporales de las actividades pedagógicas en
función de la edad:
Longitud
Temporal Promedio De Las Actividades
Pedagógicas
GRUPO ETARIO (AÑO DE | TIEMPO PROMEDIO |
Tercer año de vida (2 – 3 | Hasta 10 min. |
Cuarto año de vida (3 – 4 | Hasta 15 min. |
Quinto año de vida (4 – 5 | Hasta 20 min. |
Cualquier exceso por encima no obtiene
resultados positivos, y puede causar un efecto muy nocivo y
perjudicial para el niño o la niña, por sobrecarga
de excitación que excede la capacidad funcional de sus
neuronas.
Lo importante es la calidad, no la
cantidad de estimulación, calidad que implica que el
contenido se dirija a lo que realmente se ha de ejercitar en cada
momento, y con el tiempo requerido.
Esta estimulación, como se ha dicho, ha de ser
adecuada, sistemática, continua, gradual, diferenciada,
bien dirigida cualitativamente. Y por supuesto, ha de incluir
todo aquello que es indispensable al desarrollo del niño y
de la niña, en la esfera sensoperceptual, lo afectivo, lo
cognoscitivo, lo motor, la
formación de hábitos y organización de la
conducta, lo sociomoral, lo motivacional, en fin, constituir un
verdadero programa de estimulación científicamente
concebido.
Con la premisa básica de considerar que el tiempo
viene marcado fundamentalmente por el ritmo de los niños y
niñas, es preciso organizar el horario del preescolar, ya
que va a ser un elemento importante en la
organización escolar, al regir y dispone el desarrollo
práctico de todas las actividades escolares, armonizando
tiempos, materias y elementos personales (docentes y
grupos de niños y niñas).
Fue importante que los niños comprendieran el
horario, que tuvieran puntos de referencias claros para no andar
perdidos en el tiempo.
- Mantener las partes del horario en el mismo
orden. - Recordar en la conversación con los
niños las cosas que se han realizado durante el
día, las cosas más importantes que han ocurrido
durante la semana, etc. - Establecer símbolos para cada actividad o
período, así como señales que marquen el final o el
inicio de las diversas actividades. - Advertir a los niños del tiempo que les
falta para iniciar otro tipo de actividad de manera que no se
queden sin acabarlo aquellos que se lo hayan
propuesto.
En el período de edad que abarca la educación infantil es
importante tener en cuenta los periodos de rutina de los
niños. Entendemos la rutina como "el conjunto de acciones
con carácter repetitivo que el niño realiza cada
día y que le conducen a la adquisición de un
conjunto de hábitos y comportamientos.
Al hablar de rutina tendríamos que plantearnos el
conjunto de acciones que el niño realiza de la misma forma
y respetando el proceso de temporalización. Para adquirir
una rutina tendremos que tener presente los siguientes
puntos:
-Seguir siempre el mismo orden.
-Focalizar los cambios al final y al comienzo de la
realización.
-Establecer determinadas contraseñas que le
recuerden al niño dicho cambio.
Por lo tanto la adquisición de una rutina
requiere una buena planificación del horario que tiene como
objetivo más que la ejecución de determinados
trabajos la adaptación a los diferentes cambios en el
proceso de temporalización. Estos pueden ser:
-Periodo de trabajo que consiste en la
realización del trabajo elegido.
-Cambio de actividad. Períodos destinados a
recoger y ordenar el material utilizado.
Elementos constitutivos
- Preparación de la actividad Cada
niño decide que trabajo va a realizar después,
qué rincón o actividad ha elegido, que
necesita, etc. - Período de trabajo Los niños
ejecutan las actividades que propusieron. El docente durante
este período apoya para que todos la
realicen. - Recogida Acabada la sesión de
trabajo, los niños clasifican, ordenan y guardan los
materiales que utilizaron durante el período de
trabajo y los trabajos que no terminaron. - Revisión del trabajo Para el
período de revisión del trabajo se pueden
formar pequeños grupos. Mientras un grupo está
con el docente para comentar, revisar y poner en común
la tarea que ha realizado cada uno, los otros grupos pueden
trabajar en actividades con materiales sugeridos por el
docente: plastilina, puzzles, cuentos, etc. - Reunión en gran grupo Los
utilizaremos para cantar, tocar instrumentos, realizar
juegos, recitar poesías, contar cuentos, comentar algo
que ha pasado y que ha interesado al grupo, para que en
asamblea organicemos el propio tiempo.
El medio en el que el niño se desenvuelve y con
el cual interacciona constantemente, le envía continuos y
silenciosos mensajes, invitándolo a determinadas acciones,
facilitándole determinadas actitudes.
Por lo tanto el estudio del medio, es decir, la
reflexión, análisis y cuestionamiento de lo que rodea
a los niños y de las posibilidades o limitaciones que
proporciona o que proporcionamos los psicólogos, deben
estar en la base del planteamiento educativo, y forma parte del
trabajo del educador. Es una herramienta básica del
proceso de aprendizaje y es el soporte de la función del
psicólogo(a).
El entorno jamás es neutro. Su
estructuración, los elementos que lo configuran, comunican
al individuo un mensaje que puede ser coherente o contradictorio
con el que el educador quiere hacer llegar al niño. El
psicólogo(a) no puede conformarse con el entorno tal como
le viene dado. Debe comprometerse con él, debe incidir,
transformar, personalizar el espacio donde desarrolla su tarea,
hacerlo suyo, proyectarse, haciendo de este espacio un lugar
donde el niño encuentre el ambiente necesario para su
desarrollo.
Debemos tener en cuenta la realidad global que es el
niño o niña considerando todas sus necesidades y en
función de ellas organizar la planificación,
diseño
y posteriormente la intervención que el educador y todo el
equipo harán sobre el espacio para facilitar y favorecer
el desarrollo de todas sus potencialidades. Este debe responder a
los siguientes criterios:
Necesidades fisiológicas: Limpieza,
sueño, seguridad, confort. Son las necesidades primarias,
básicas en la vida del niño y a las que la Centro
de Educación Infantil tiene que dar una buena respuesta.
Una zona para cambio, agradable y acogedora, que favorezca un
momento placentero y provechoso. Unos servicios
asequibles y limpios, cercanos y cómodos. Una zona de
comidas, bien la clase o bien en zonas comunes, tranquila,
cómoda, bonita,
higiénica, que haga de las comidas puntos de encuentro, de
descubrimiento, de placer. Un lugar para el descanso, que
dependiendo de la edad será más o menos largo, pero
en todo caso, es necesario en la Escuela Infantil, bien en
hamacas, colchonetas, o en un rincón tranquilo donde poder
descansar los niños que lo necesiten. Ofrecerá las
condiciones de seguridad necesaria, así como los grados de
temperaturas, ventilación, iluminación, convenientes para conseguir un
ambiente confortable.
Necesidad afectiva: El espacio debe favorecer una
actitud del educador, de tranquilidad, disponibilidad. Debe haber
espacio para un contacto individual adulto-niño, para una
charla reducida, un rincón cómodo, un banco de a dos en
el jardín, una mesa camilla pequeña en un
rincón del aula con sillas. Estos lugares favorecen
también el contacto entre dos niños, la intimidad,
la confianza.
Necesidad de autonomía: Entre los 0 y los
3 años los niños pasan de una total dependencia a
un grado de autonomía importante. Este es un proceso de
avance y retroceso constante al que el Preescolar deberá
prestar todo su apoyo. Si la organización espacial
responde a esta necesidad de autonomía, la
característica principal es la descentralización,
es decir, la distribución en áreas de actividad,
la accesibilidad a los materiales de trabajo, eliminaremos las
barreras que impiden el acceso autónomo de los
niños a materiales y espacios.
Necesidad de socialización: Siendo la
Escuela Infantil un lugar básico donde se desarrolla la
socialización del niño y donde
ésta se da con mayor intensidad, debemos disponer el
espacio de forma que se dé el encuentro, el trabajo en
común, el conocimiento del otro, las conversaciones en
grupo. Pero estando en un proceso complejo y cambiante, debemos
entender que la adquisición del hábito de compartir
conlleva al mismo tiempo ocasiones de, por momentos, no hacerlo.
Por lo que planificaremos, cuidadosamente, espacios de grupo y
espacios individuales, espacios para compartir y espacios para
aislarse.
Necesidad de movimiento: Ésta es una de
las necesidades básicas de los niños y
niñas. Para moverse se necesita espacio, y espacio libre.
Para los pequeños, una zona de la clase dedicada a este
fin, con colchonetas, espejo, objetos, rampas. También una
zona interior sigue siendo necesaria para los mayores.
Aprovecharemos los pasillos, espacios de entrada, etc.
Necesidad de juego: Tendrá que haber
espacio para los juegos, juegos de manipulación, de
imitación, juego simbólico, hasta llegar a los
juegos de reglas. Pensar un espacio de juego, creer que es
principalmente a través del juego como el niño o la
niña crece, se desarrolla y elabora sus aprendizajes,
conlleva una organización espacial basadas en áreas
de juego, con diferentes materiales que lo vayan
enriqueciendo.
Necesidad de expresión: El intercambio,
expresión y comunicación serán promovidos
por medio de espacios para conversaciones, juegos de lenguaje,
cuentos y canciones. Por otro lado será necesario un lugar
para le recreación
y creación con materiales plásticos,
donde se pueda experimentar con la materia, ver
sus posibilidades, expresarse por medio de ellas.
Necesidades de experimentación y
descubrimiento: El niño o la niña se enriquece
del entorno que le rodea, aprende de él, experimenta,
conoce, transforma. Se deben pues prever entornos ricos en
estímulos, buscando en estos más la calidad que la
cantidad. Espacios que estimulen la exploración y el
descubrimiento, en donde existan objetos y materiales diversos,
plantas y
animales, materiales naturales como el agua,
arena, tierra,
madera y
demás tipos de materiales como pueden ser imanes y
materiales de desecho.
Es importante resaltar que:
- Los espacios son lugares interpretados y utilizados
por los niños o niñas, por lo que son
modificables por ellos. El niño o niña necesita
transformar este espacio, que es dinámico, que
está vivo y cambia en la medida en que ello es
necesario. Posibilitar esta actuación del niño o
niña, este protagonismo, en el propio diseño
espacial, es algo muy importante a tener en cuenta en un
Preescolar. - La disposición de los elementos en la clase
debe de estar dirigida a crear unos espacios que motiven y
procuren la iniciación en la actividad, que favorezcan
el encuentro entre los niños y niñas y el
educador, un espacio que sea relajante y tranquilo, un espacio
educativo. - No existe una organización espacial que
podamos tener como modelo. Es
cada educador el que tiene que buscar los modelos
más adecuados a sus condiciones materiales y a las
características de su grupo. Por otra parte la
distribución espacial es algo dinámico,
modificándose a medida que el grupo, niños y
niñas y los adultos lo consideran necesario.
Es necesario que el espacio tenga en cuenta las
necesidades de los niños y las niñas, que les
permita hacerlo suyo y situarse en él a partir de sus
experiencias y relaciones con objetos y personas. Para cumplir
con estas condiciones, el espacio, su distribución y las
dependencias deben adecuarse a las variadas y cambiantes
necesidades de los niños o las niñas, debiendo
tener en cuenta a la hora de decidir la organización del
espacio que ésta ha de ser:
- Ser estimulantes, limpios, acogedores y debidamente
ordenados. - Permitir su utilización para actividades de
diversos tipos. - Favorecer la autonomía y atención a la
diversidad. - Favorecer al máximo el grado de
interacción entre los niños o las niñas y
el educador. - Tener en cuenta las características
psicoevolutivas de los niños o las
niñas. - Tener presente las características y gustos de
los niños o las niñas. - Flexibilidad a la hora de utilizar los espacios de la
Escuela de Educación Infantil en general y los del aula
en particular.
Materiales
- Higiénico
- No tóxico
- No peligroso
- Adaptable a las características
psicoevolutivas de los niños y niñas - Fomentador de la creatividad
Consideramos materiales todos aquellos recursos que
pueden ser utilizados en el aula con una finalidad educativa,
entendiendo que la finalidad lúdica es por supuesto una
finalidad educativa a la vez que un recurso educativo.
Es muy importante el análisis
psicopedagógico del material que usamos en el centro:
qué objetivos nos planteamos con él al
introducirlo, qué objetivos plantean los materiales por
sí mismo, qué papel hacen cumplir al docente,
qué grado de autonomía pretenden de los
niños, qué nivel de socialización,
cómo promueven sus procesos de construcción del
conocimiento.
1.- Accesibilidad y visibilidad Lo que el
niño ve, a medida que se va desplazando por la clase, es
lo que va formando sus ideas y planes a la hora de realizar una
actividad. Intentaremos que los materiales estén a la
vista y al alcance de los niños, salvo los que encierran
peligrosidad o son frágiles. Si estos no están a la
vista y alcance de los niños será el docente el que
tenga que proporcionárselos, desaprovechando la
posibilidad de desarrollar la autonomía del niño y
el que tome sus propias decisiones con respecto a la actividad a
realizar. Para hacer visible el material es aconsejable
guardarlos en recipientes transparentes o hacerles una abertura
de forma que pueda verse el interior de los mismos. Es
indispensable poner los materiales al alcance de los
niños, utilizando el suelo y estantes
y mesas bajas.
2.- Clasificación y etiquetaje En el lugar
en el que se encuentran ubicados los distintos materiales,
debemos poner códigos o etiquetas para que una vez
utilizado el material por el niño, pueda devolverlo a su
lugar de origen. Estos códigos deben ser conocidos por
todo el grupo y comúnmente aceptados.
Un buen etiquetaje y clasificación de los
materiales favorece hábitos de orden, promueve ejercicios
constantes de clasificación por parte de los niños,
facilita el control y el conocimiento del estado del material por
parte del grupo y del adulto, lo que permite un análisis
periódico y la toma de
decisiones por parte del grupo para mejorar la
organización y la distribución de tareas.
Así, el uso del material constituye un elemento educativo
básico, y debe entrar a formar parte de la vida del
aula.
3.-Contenedores importante la elección de
contenedores para cada tipo de material. La forma de estos
depende del material que contenga. Estos elementos pueden ser:
bandejas, cajas, botes de plástico,
cestos, etc. Un buen contenedor resalta el material y lo hace
visible.
4.-Distribución La distribución del
material en el aula dependía de cada caso en particular.
En líneas generales puedo decir, que la
distribución puede realizarse de una manera centralizada o
descentralizada. En el primer caso, el material se encuentra en
dos o tres núcleos (la estantería, la mesa,..), con
tal motivo el acceso de los niños al material se
dificulta, ya que en multitud de ocasiones se producirán
aglomeraciones. En el segundo caso se sitúa el material al
alcance de la mano de los niños cuando lo necesita. Se
subdividen los objetos repetidos y se distribuyen en zonas
distintas del aula. Cada área de rincón o trabajo
tendrá los materiales necesarios para llevar a cabo las
actividades, y, si tiene que compartir material se sitúa
en las zonas cercanas.
Entorno
La concepción tradicional de la Escuela como un
ente aislado y separado por un muro de su entorno, no es acorde
con la psicología
educativa.
El preescolar no sólo establece relaciones con
los padres y madres de los niños, con su equipo de
profesionales, sino que para desarrollar su actividad educativa
va a tener en cuenta todos aquellos elementos del entorno que
pueden facilitarnos nuestros fines, y que seleccionaremos para
incluir en nuestro currículo.
Materiales para trabajar en Educación
Infantil.
Materiales de tres a seis años
Material de desecho de uso doméstico:
Cajas, envases, bandejas, bolsas, papeles, botellas,
botes, tubos de cartón, plástico, corcho, madera,
etc.
materiales procedentes de productos
alimenticios, limpieza, aparatos electrodomésticos, aseo,
zapatos, juguetes,
regalos, etc. Ropa que se queda pequeña, restos de telas y
lanas, sábanas, toallas, cortinas, botones, carretes de
hilo. Tapones de corcho, plástico, chapas. Trozos de
moqueta, papel pintado, tacos de madera. Propaganda del
buzón. Revistas, periódicos.