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Estrategias de comunicación y desarrollo




Enviado por tfernandez



    Español como Lengua
    Extranjera (ELE): ¿moda o
    necesidad?

    1. Resumen
    2. Estrategias de
      comunicación (EC) y autonomía:
      ¿armonía pedagógica?
    3. Desarrollar la autonomía
      en ELE a través de estrategias de
      comunicación
    4. Conclusiones
    5. Bibliografías

    Resumen:

    Hablar de comunicación oral en el E/LE y pensar en el
    empleo de
    estrategias de
    comunicación y en términos de autonomía
    devienen, en los momentos actuales, en componentes inseparables
    en el empeño de los profesores por enriquecer la
    práctica docente. El presente trabajo invita
    a la reflexión en torno a las
    relaciones que se establecen entre ambos elementos, en un
    acercamiento a una latente preocupación: cómo
    propiciar en los estudiantes el desarrollo de un aprendizaje mucho
    más autónomo en las clases de E/LE, y en qué
    medida la potenciación de las estrategias de
    comunicación se constituyen en alternativas efectivas para
    el logro de este objetivo.

    Palabras Claves: estrategias de comunicación,
    autonomía.

    Introducción

    El desarrollo de la competencia
    comunicativa emerge como una necesidad vital en la enseñanza de lenguas extranjeras. Y si de
    potenciar habilidades y competencias se
    trata, hay que tener presentes algunos conceptos y aportaciones
    muy en boga en los momentos actuales. Hablar de
    comunicación oral en el Español
    como Lengua Extranjera (ELE) y pensar en el empleo de
    "estrategias" y en términos de "autonomía", se
    están convirtiendo, más que en palabras de moda, en
    componentes inseparables en el empeño por enriquecer la
    práctica docente.

    A pesar de que estamos ante términos llevados
    y traídos en el campo de los estudios actuales, el hecho
    de estar en "boca de todos" no constituye óbice para que
    sean empleados de modo trivial o simplista por algunos
    profesionales de la enseñanza. Sin embargo, más que
    sumergirnos en intentos de clarificación conceptual, el
    propósito se dirige a reflexionar en términos de
    relaciones en un acercamiento a una preocupación latente:
    cómo propiciar en los estudiantes el desarrollo de un
    aprendizaje mucho más autónomo en las clases de
    ELE.

    1.- Estrategias de
    comunicación (EC) y autonomía:
    ¿armonía pedagógica?

    Preparar al estudiante para que sea capaz de
    interactuar oralmente fuera del marco restringido del
    salón de clases, implica formarlos para un desempeño satisfactorio en cuanto a
    resolver problemas,
    tomar decisiones o establecer contactos sociales con el nativo.
    Justamente, las exigencias de un proceso
    docente, como lo constituye la enseñanza de una lengua
    extranjera, demanda la
    necesidad de la inclusión de elementos que contribuyan a
    que el aprendiz emplee EC para solventar las dificultades que se
    le puedan presentar durante la
    comunicación, al tiempo que
    desarrolle sus habilidades no sólo para el uso de estas
    alternativas, sino también para fomentar su
    auto-aprendizaje.

    La comunicación se convierte en el estudiante,
    más que en una motivación, en una necesidad.
    Múltiples son las situaciones que a diario envuelven a los
    aprendices en contextos extradocentes, en las que a menudo
    adolecen de algún vocablo o expresión lingüística indispensable para un
    intercambio satisfactorio en lengua extranjera.
    ¿Qué hacer, entonces, ante ese desequilibrio
    inevitable entre lo que enseñamos en las clases y los
    recursos que
    precisan nuestros alumnos para interactuar de forma eficaz?.
    Paliar esas dificultades precisa de alternativas efectivas. Y el
    uso de estrategias de comunicación es, justamente, una de
    las herramientas
    más útiles para cubrir el vacío entre las
    necesidades comunicativas y los limitados recursos de que dispone
    para lograrlo.

    La preocupación por las EC es el resultado del
    interés, que en el marco del proceso de
    enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras, han
    suscitado los modelos de
    enseñanza centrados en el alumno, dada la necesidad, cada
    vez más creciente, de que éstos desarrollen su
    competencia comunicativa en la lengua meta. "Está
    comprobado que un mayor uso de estrategias influye en el grado de
    dominio
    obtenido (…) y en su importancia de ganar control sobre las
    destrezas (…)" (López, 1997). De ahí se desprende
    la relación que se establece entre el desarrollo de las
    estrategias y la autonomía, entendiendo las primeras como
    método
    eficaz para el logro del éxito
    de la segunda; al tiempo que constituyen movimientos
    pedagógicos que se armonizan dialécticamente: el
    logro de la autonomía pasa por el empleo de EC, y el
    desarrollo de EC conduce a la autonomía en el acto
    comunicativo.

    Sin embargo, el solo empleo de estos recursos para el
    logro de la autonomía resulta insuficiente si no implica
    necesariamente tres conceptos inseparables en esta perspectiva
    didáctica: la responsabilidad, la
    motivación y la reflexión. Que el aprendiz
    asuma la responsabilidad de su propio proceso, y que
    llegue a considerar que éste tiene carácter de dirección deviene en un elemento primordial
    a tenerse en cuenta en el tratamiento de EC en el proceso de
    enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera (LE). Es
    decir, el alumno debe ser capaz de tomar decisiones necesarias
    para llevar a cabo el aprendizaje
    autónomo en contextos disímiles y en situaciones
    comunicativas que exijan de él la puesta en
    práctica de alternativas para suplir los problemas que
    puedan surgir durante la interacción.

    Allwright (1979, citado por Jiménez, 1994) entiende
    por enseñanza responsable "aquélla en la que el
    profesor
    comparte las tareas con el aprendiz". Por su parte, Holec (1985,
    citado por Jiménez, 1994) dice que "la responsabilidad
    puede ser considerada como algo estático, un producto
    acabado. Una vez alcanzado este estado, el
    aprendiz es responsable de la definición de todos y cada
    uno de los aspectos del aprendizaje. La aceptación de tal
    responsabilidad significa que el aprendiz tendrá que
    determinar en cada una de las operaciones la
    naturaleza de
    la decisión y tomar dicha decisión". Para lo cual
    –considera- es necesario que "el aprendiz sepa cómo
    tomar las diferentes decisiones y que exista una estructura de
    aprendizaje en la que el control sobre el mismo pueda ser
    ejercido por el aprendiz" (Holec, 1985, citado por
    Jiménez, 1994).

    Si bien la responsabilidad se considera por los autores
    como algo estático (Holec) y como una necesidad de
    "negociación" entre el aprendiz y el
    profesor (Allwright), es evidente que la aceptación del
    término "responsabilidad" debe ser valorado como un
    proceso progresivo y gradual a medida que el alumno va
    capacitándose para asumirlo, y que contribuye al
    desarrollo de la autonomía. La responsabilidad, implica
    una toma de
    decisiones por parte del alumno que aprende una LE, no
    sólo en cuanto a convertirse en protagonista de su propio
    proceso de adquisición, sino también debe ser
    valorado como una posición de autocontrol
    estratégico ante una necesidad inmediata de
    interacción comunicativa; lo que implica también un
    alto grado de motivación.

    Ésta constituye otro de los componentes importantes en
    esta inseparable relación con la responsabilidad. La
    motivación por ejercer la
    comunicación ha devenido siempre en centro de
    interés de los alumnos de LE, y en motivo de
    preocupación de los profesores ante la necesidad de que
    aquéllos sean capaces de desarrollar las habilidades
    orales fuera del contexto docente. "Si a un aprendiz se le
    permite y se le da la posibilidad de crear lengua sobre la base
    de sus motivos personales para conseguir competencia y
    autonomía, sin lugar a dudas, dicho aprendiz tendrá
    mas oportunidad de éxito que si se convierte en un
    aprendiz dependiente de recompensas externas para el desarrollo
    de su motivación" (Jiménez, 1994); lo cual lleva
    implícito la toma en consideración de las
    necesidades e intereses de los alumnos durante el proceso.

    La enseñanza-aprendizaje de EC puede contribuir a que
    los aprendices alcancen seguridad y
    auto-confianza en sus intentos de comunicar con los recursos que
    éstas les aportan, lo que incide en su motivación
    para aprender y usar la lengua meta (Manchón, 1998, citado
    por Martín, 2000). El estímulo o la necesidad para
    el acto de hablar compulsa el desarrollo de herramientas para
    efectuar este intercambio. Así que en el caso de que no se
    entiendan los alumnos y se estanque el diálogo,
    tendrán que recurrir a estrategias para entenderse mejor y
    obtener la información deseada. Como bien plantea
    Kremers (2000): "Un diálogo es mucho más que una
    secuencia ordenada de frases. Es más bien una dinámica interactiva porque la
    comunicación no es un proceso lineal, sino
    simultáneo". Y en este proceso interactivo la
    relación EC-motivación se manifiesta de manera
    simultánea: el desarrollo de las primeras incide en la
    motivación para comunicarse; y al mismo tiempo, esa
    motivación por hablar estimula la utilización de
    recursos alternativos para paliar las deficiencias que puedan
    presentarse en el acto comunicativo.

    Sin embargo, la simple explicación por parte de los
    profesores de la importancia del uso de EC para resolver un
    determinado problema comunicativo no es suficiente para que los
    estudiantes las empleen de manera adecuada en aras del logro de
    un desarrollo autónomo. Otro aspecto importante es que al
    aprendiz conozca "qué estrategias utiliza, en qué
    situación y con qué objetivo, y por consiguiente,
    que sea consciente de lo qué hace y para qué lo
    hace, o a la inversa, que conozca su objetivo y que entonces
    decida los procedimientos
    que le ayudarán a conseguirlo del modo más eficaz"
    (Martín, 2000).

    El sentido de la responsabilidad y la motivación, si
    bien son primordiales durante la dialéctica del proceso,
    no son suficientes si no existe un conocimiento
    del mismo. Sólo mediante un proceso de
    reflexión continua y conjunta, alumno- profesor,
    favorecerá la actuación estratégica y les
    ayudará a ambos a transferir esa actuación a otros
    contextos, haciéndolos más independientes; en el
    caso de los primeros, y a un entrenamiento
    cognitivo más acertado a partir de hacer explícitos
    los pasos seguidos en la ejecución de una determinada
    tarea; en los segundos.

    La reflexión permite al alumno convertirse en su propio
    crítico, evaluar el proceso, una idea o la solución
    a un determinado problema comunicativo. A partir del
    distanciamiento que se produce durante la reflexión se
    pueden detectar, por parte del aprendiz, cuáles son los
    aspectos o áreas en las que presenta una mayor dificultad.
    Y justamente, el poder
    identificar acertadamente estas áreas conflictivas le
    permitirá utilizar los recursos más apropiados para
    darle solución.

    La reflexión se enlaza de manera directa con la
    conciencia,
    como una de las características más importantes y
    controvertidas de las EC; pues la adquisición de un mayor
    grado de conciencia acerca de los éxitos o fracasos en el
    aprendizaje incide, de manera decisiva, en la motivación
    del alumno por el mismo. Significa considerar la búsqueda
    y práctica de las EC como un medio de preparar al
    estudiante para una mayor eficacia en la
    práctica de la interacción oral, al tiempo que
    contribuye a que active en sí mismo el propio proceso de
    aprendizaje y la adquisición de la autonomía en la
    lengua meta. "La reflexión es el elemento clave que va a
    facilitar el desarrollo de la metacognición y el
    conocimiento de otras formas de enfrentarse a una misma
    tarea" (Jiménez, 1994).

    Podemos concluir que el proceso de adquisición de la
    autonomía debe ser entendido como un desarrollo
    progresivo que evoluciona del control absoluto del profesor sobre
    la actividad, hacia el control absoluto por parte del aprendiz.
    Esto se traduce en disposición y responsabilidad de
    actuación de este último con vistas a convertirse
    en protagonista principal en cualquier contexto comunicativo, lo
    que lleva implícito, también, un alto grado de
    motivación por resolver determinados problemas que
    aparecen en la interacción oral a través de
    recursos alternativos (EC). Esta actuación responsable y
    motivada es posible, además, si se ha desarrollado una
    conciencia del proceso a partir de la reflexión de
    lo que debe hacer para resolver las deficiencias o limitaciones
    en la interacción fuera del contexto docente. Esa
    capacidad autónoma en al acto comunicativo, por
    consiguiente, se armoniza dialécticamente con el
    desarrollo de la competencia estratégica y las relaciones
    entre responsabilidad, motivación y reflexión en el
    proceso de enseñanza-aprendizaje de EC.

    2.- Desarrollar la
    autonomía en ELE a través de estrategias de
    comunicación

    Asumir el concepto de
    autonomía en términos de responsabilidad personal sobre la
    base de considerar el componente motivador y la toma de
    conciencia acerca de que la validez del empleo de EC, mejora no
    sólo el aprendizaje, sino la capacidad comunicativa de los
    aprendices fuera del contexto docente, implica una
    dimensión de compromiso social, pues guarda una estrecha
    "relación dialógica" (Sonsoles, 2001) con la
    comunicación. Se trata de un proceso interactivo donde se
    entrecruzan de manera dinámica las decisiones personales
    de los participantes, en un esfuerzo de mediación que
    contempla las diferencias culturales y los aportes de unos y
    otros en un discurso
    común.

    Constantemente, en este proceso de intercambio social, los
    estudiantes se ven en la necesidad de darle solución a los
    problemas comunicativos que se le presentan a partir de activar,
    de forma más o menos consciente, mecanismos o estrategias
    en una búsqueda ingente de negociación externa e
    interna, que permita la efectividad de estos mecanismos de uso.
    Si a esto se suma la imposibilidad de predecir las diversas
    situaciones comunicativas en las que se verán inmersos los
    alumnos, lo que se traduce en no poder ofrecer, todos los
    recursos lingüísticos necesarios para ello; entonces,
    "la razón de incentivar el uso de EC en las clases de ELE
    encuentra toda justificación" (Manchón, 1993). Se
    trata, por consiguiente, de asumir una perspectiva diferente y
    renovadora en las concepciones del proceso de
    enseñanza-aprendizaje del ELE, orientada hacia una
    complementación armónica de dos objetivos
    esenciales: potenciar el desarrollo de la autonomía de los
    estudiantes y propiciar un entrenamiento personalizado que
    permita el empleo consciente de esos recursos estratégicos
    que contribuyan a una evolución favorable en cualquier
    contexto.

    ¿Qué hacer, entonces, para lograr esta
    armonía pedagógica entre las estrategias de
    comunicación y el desarrollo de la autonomía en las
    clases de ELE?

    En tal sentido, crear condiciones y actividades de
    interacción oral adaptadas de forma que los estudiantes
    realicen un trabajo de autopreparación en cómo usar
    EC, constituye una alternativa viable para este fin:

    1. Proporcionar contextos de negociación y
      reflexión en el proceso que se desarrolla, es una
      necesidad insoslayable en las clases de ELE. Al alumno hay
      que ofrecerle espacios que aumenten las posibilidades de que
      gane control sobre las EC y ejerza su autonomía, por
      lo que, estimular el desarrollo de la motivación, la
      autoestima
      y las capacidades, a partir de la creación de un
      clima
      favorable y una atmósfera de confianza y de
      comunicación, deviene en imperativo real en los
      momentos actuales.

      La orientación de tareas extradocentes y proponer
      proyectos (de
      grupos o
      individuales) o actividades que sean desarrolladas por los
      aprendices que faciliten el intercambio oral durante la
      clase,
      constituyen acciones
      concretas fácilmente aplicables en nuestra labor
      cotidiana como profesores de ELE que, no obstante su
      carácter de perogrullo, en muchas ocasiones, no son
      los suficientemente aprovechadas en aras de crear condiciones
      que favorezcan la comunicación.

    2. Crear condiciones de interacción oral
    3. Crear actividades de interacción oral

    Littlewood (1981) clasifica estas actividades en dos tipos: en
    actividades de comunicación funcional y actividades de
    interacción social. Entre las primeras, este autor incluye
    aquellas en las que los estudiantes tengan que resolver
    problemas, "obtener información y en las que lo más
    importante es transmitir significados del modo más eficaz
    posible (…) con cualquier recurso que tengan a su alcance"
    (Littlewood, 1981).

    En cuanto al segundo tipo de actividades se remite al tema de
    la adecuación, en tanto crear actividades que hagan que el
    estudiante seleccione la lengua teniendo en cuenta el contexto
    social en el que se desarrolla la interacción.

    A partir de considerar esta división, sobresale la
    importancia de convertir nuestras clases de ELE en contextos
    propicios para lograr armonizar la funcionalidad y la
    adecuación sobre la base del empleo de EC, en un trabajo
    coherente que contemple la inclusión de habilidades que
    potencien este uso estratégico, ya que el éxito de
    la comunicación no depende sólo de cuánto
    conocimiento lingüístico se posea de la lengua meta,
    sino también de cuán eficaz se sea para maniobrar y
    guiar la conversación de acuerdo a la situación
    específica.

    Es conveniente, por tanto, convertir la clase en contexto de
    interacción social donde se propicien actividades
    lúdricas que potencien el trabajo con
    EC "cómo maniobrar con largos turnos de
    conversación, saber cómo se interrumpe a otra
    persona,
    cómo se cambia de tema" (Barroso, 2000), o cómo
    percibir si lo que se dice está siendo comprendido
    correctamente. De la misma forma, el tratamiento de situaciones
    disímiles en las que los estudiantes se verán
    inmersos en el entorno social, implica que hay que valerse,
    inteligentemente, de actividades de simulación, juegos de
    roles, situaciones auténticas y dramatizaciones, que
    además de propiciar el dinamismo y la creatividad al
    proceso, permitan la puesta en práctica, de manera
    espontánea, de los recursos comunicativos para conseguir
    entender y ser entendido, sin prestar atención a que el discurso pueda o no estar
    correcto lingüísticamente en términos de
    lengua extranjera.

    "También son muy efectivos los debates, como otro tipo
    de actividad que utiliza el contexto docente como espacio
    interactivo" (Barroso, 2000), que se orienten de forma tal que
    los estudiantes ofrezcan sus opiniones, experiencias, criterios,
    aprovechando las oportunidades que tienen a su
    disposición, de utilizar, siempre que lo necesiten,
    recursos alternativos estratégicos para paliar las
    dificultades lingüísticas, que le permitan expresarse
    y hacerse comprender.

    Todas estas propuestas pueden ser adaptadas a los tres niveles
    de enseñanza y a las necesidades específicas de
    cada grupo y
    estudiante a partir de la negociación y la flexibilidad de
    la dinámica del proceso de enseñanza-aprendizaje,
    de manera que el profesor ofrezca posibilidades y opciones,
    "cediendo pequeñas parcelas de responsabilidad a los
    aprendices" (Bosch, 1999), sin imposiciones. Se trata de
    estimularlos a que aprendan y usen la lengua de la manera en que
    les resulte más útil y atractiva, en un esfuerzo
    común por conocer y aplicar las EC más pertinentes
    de acuerdo a las situaciones y contextos problémicos, con
    lo que hacemos que los alumnos activen, con el empleo de estos
    recursos, su propio aprendizaje y adquieran cada vez más
    autonomía para utilizar eficazmente la lengua meta.
    Aspecto éste, que se constituye en imperiosa necesidad
    ante las perspectivas actuales del ELE.

    Conclusiones:

    Lograr una relación armónica y coherente en
    el empleo de estrategias de comunicación para contribuir a
    potenciar la autonomía, constituye sin dudas, una tarea
    impostergable en el desarrollo de una dinámica docente
    encaminada a un proceso formativo que se proyecte por un aprendiz
    competente en lengua extranjera.

    En tal sentido, hacer que el estudiante asuma la
    responsabilidad de su propio aprendizaje sobre la base de un
    proceso reflexivo y consciente que no niegue el factor
    motivacional, que debe estar presente en la medida en que el
    aprendiz se vaya convirtiendo en protagonista principal de su
    formación, emerge como condición indispensable a
    tener presente en los enfoques actuales de la enseñanza
    del ELE.

    Propiciar un entrenamiento personalizado en estrategias
    comunicativas que permita un empleo consciente por parte del
    alumno de estas alternativas para convertirse en hablantes
    competentes y autónomos en cualquier contexto, implica
    crearles condiciones favorables durante el aprendizaje, que
    permitan desarrollar actividades interactivas, y opciones
    flexibles y dinámicas, que estimulen la creatividad y el
    empleo de recursos estratégicos en aras de una
    funcionalidad y eficacia comunicativa.

    Bibliografías

    Littlewood, William: La enseñanza comunicativa de
    idiomas; introducción al enfoque comunicativo.
    Cambridge University, Press, 1981.

    Cassany, Daniel et al: Enseñar lengua.
    Colección El Lápiz. Editorial Grao, 1996.

    Giuseppina Grespi: "El profesor en el aula de E/LE y la
    importancia de promover la autonomía del alumno" [en
    línea] <

    http://www.univirtual.it/corsi/2001
    II/grespi/principale.htm
    > [Consulta: mayo 4,
    2004].

    Núñez Salazar, María Cristina et
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    comunicativas en la clase de inglés", en XI Conferencia
    Lingüístico- Literaria (5- 9 de febrero del 2002)
    [cd-rom].


    Kremers, M.F
    : "El uso de las estrategias de aprendizaje en la
    expresión oral", en ¿Qué español
    enseñar?: norma y variación
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    Internacional de ASELE.
    [Celebrado en Zaragoza, 13-16 de septiembre de 2000.


    Jiménez Raya, Manuel
    :
    "Aprendizaje centrado
    en el alumno: desarrollo de
    la autonomía del aprendiz de lenguas extranjeras", en
    Didáctica del español como lengua
    extranjera: [actas de
    Expolingua desde 1990 a 1993] (Cuadernos del tiempo libre
    Expolingua. E/LE 2). — [Madrid]:
    Fundación Actilibre. — v. 2, (1994).


    Barroso García, Carlos
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    desarrollo de la
    interacción oral mediante las estrategias de comunicación
    (algunas propuestas para trabajar la fluidez oral en clase dentro
    del español con fines específicos", en:
    ¿Qué español enseñar?: norma y
    variación lingüísticas en la enseñanza
    del español a extranjeros: actas del XI Congreso
    Internacional de ASELE.
    [Celebrado en ] Zaragoza, 13-16 de septiembre de 2000.


    Manchón Ruiz, Rosa María
    :
    "La evaluación
    del componente estratégico del aprendizaje
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    Didáctica del español como lengua
    extranjera: [actas de
    Expolingua desde 1991 a 1992 Cuadernos del tiempo libre
    Expolingua. E/LE 1). — [Madrid]: Fundación Actilibre. v.
    1, (1993).


    López, Estrella
    :
    "Las estrategias como parte de un entrenamiento específico
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    didáctica español como segunda
    lengua, Madrid, Edinumen. — nº 6, noviembre,
    (1997).

    Martín Saráchaga, Felipe: las
    estrategias de aprendizaje y de uso de idiomas: una propuesta
    para fomentar el uso de estrategias de comunicación en el
    aula de ELE. Memoria Fin de
    Máster. Universidad
    "Antonio de Nebrija", 2000.

    Fernández, Sonsoles: "Autonomía en el
    aprendizaje y enfoque por tareas", en Frecuencia L:
    revista de didáctica español como segunda lengua,
    Madrid, Edinumen, no. 7, julio, 2001.

    Bosch, Mireia: "Desarrollo de la autonomía en el
    aprendizaje de lenguas", en Didáctica del español
    como lengua extranjera: [actas de Expolingua desde 1996 a 1998]/
    coordinación, (Cuadernos del tiempo libre
    Expolingua. E/LE 4).Madrid: Fundación Actilibre. v. 4,
    1999.

     

    YARITZA TARDO FERNANDEZ,

    Profesora de Español como Lengua
    Extranjera

    Departamento de Idiomas

    Facultad de Humanidades. Universidad de
    Oriente

    Santiago de Cuba,
    Cuba

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