- Práctica
- Especulativa
- Lógica
- Ética
- Estética
- Cosmología
- Psicología
racional - Epistemología
- Ontología
- Teodicea o teología
natural
La primera escuela
filosófica conocida es la
Escolástica, es decir, la enseñanza espiritual fundada primero en
mitos. A
través de la historia el término
escolástica se empleó por la Iglesia
Católica para defender sus enseñanzas. Otra escuela
fue la fisiológica. De Tales, de la
ciudad de Mileto, en Grecia se
cuenta que cayó en un pozo por caminar de noche. A la
mañana siguiente su sirvienta lo ayudó a salir.
Tras ese incidente, Tales concluyó que el mundo se
originó del agua. Sin saberlo, estaba sentando las
bases para la corriente filosófica Materialista.
Después, se tiene constancia de Heráclito de
Éfeso, (544 a. C.) quien expuso refiriéndose a este
mundo "ninguno de los dioses ni los hombres lo ha hecho,
sino que existió siempre, existe y existirá…"
Creía que el fuego es la materia
principal del Universo.
Heráclito habló del
devenir, es decir, el constante cambio de la
materia, esta es sin duda la idea primaria de la
Evolución. Anaximandro atribuye todo al
ápeiron, o lo indeterminado, diciendo que el
mundo y sus millones de diversas formas de vida se originaron por
simple casualidad. Anaxímenes decía que el
aire es el elemento origen de la
vida. Parmenides, alude al ente y al
ser. El ser es lo que se presenta, lo que cambia, lo que
aparece. El ente es lo que no se transforma, lo estático,
el no ser. Pitágoras, encamina sus juicios hacia
los números y funda una escuela un tanto
mística (no tan alejada de lo espiritual) a la vez que
combina la razón. Empédocles une el aire, agua, fuego y
tierra como
los cuatro principales elementos de la existencia y dice que
el Amor y el
Odio son fuerzas que se combinan ara dar existencia a todo.
Demócrito enuncia que todo se origina de los
átomos, hace a un lado completamente toda fuerza
invisible; podemos afirmar que para él no fue necesaria la
creación, todo se originó de la nada. Una escuela
instituida es la Sofista, defendida por
Protágoras y Gorgias. Enseñaban el
relativismo de la verdad, cada cual tiene derecho a creer
lo que le satisfaga. Sentaron las bases del escepticismo,
solo creer en las sensaciones y en lo visto, no en lo que no se
ve. Sócrates es el parte aguas de la
filosofía. Lucha por unir razonamientos de verdades
universales: la verdad y el bien, la sabiduría y la
virtud. Usa la anamnesis, es decir, interrogar para llegar
a la verdad. Luego Platón, su alumno, se vale del
mismo método
llamándolo Mayéutica y crea la Ironía.
Más adelante, en el 325 d. C. La Iglesia Católica
convoca al Congreso de Nicea donde tratan a toda costa de
conciliar el paganismo con el cristianismo
para ser más atrayentes. Hacia 412, La Ciudad de
Dios, una de las obras de Agustín de Hipona ve
la luz, en ella se
exponen razonamientos de la finitud del hombre y lo
Infinito de Dios. Luego, La Trinitate, expone
"cristianamente" la unión del Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, retomando las viejas ideas paganas de Platón,
y que este encontró en filosofías de la India de la
unión trina de fuerzas inmateriales. Este mismo criterio
es defendido por Tomás de Aquino. En la corriente
del tiempo se
comienza a gestar un movimiento de
Reforma dentro de la Iglesia, iniciando por Erasmo de
Rótterdam, al que le siguió Martín
Lutero, con este conflicto y la
matanza organizada por la Iglesia católica en la
Inquisición, se desatendió las prohibiciones que la
Iglesia hacía a los libros
intelectuales.
Así surge el Renacimiento, es decir, la
búsqueda del hombre en sí mismo, sin religión. El materialismo
cobra fuerzas con Carlos Marx quien dice tajantemente que la
mente (materia) creó a Dios (espíritu). Luego
Friedrich Nietzche declara: "Dios está muerto", aforismo
que le gano el sobrenombre "Anticristo"; Marx y Nietzche
fueron declaradamente los primeros Ateos (sin Dios).
Descartes razonó que los números infinitos prueban
la existencia de Dios aunque dijo que no se puede comprobar,
sentó las bases del gnosticismo. Faltan tantos por
mencionar: Egels, Engels, Leibniz, etc. Pero hayamos
filosofía en Spinoza quien declaró que alguna Mente
Inteligente había dado origen a todo. Einstein una vez
dijo: "Creo en el Dios de Spinoza" y "Dios no jugó a los
dados" al contemplar la exactitud del universo. México no
tiene ningún filósofo solo profesores de
filosofía, recientemente surgió Jean Paul Sartre,
Faulcold, entre otros.
La práctica es un concepto que
cualquiera definiría simplemente como la habilidad de
hacer algo rápido y bien. Es decir, saber cómo
ejecutar algún trabajo. Sin
embargo, no se trata de una definición superflua e
insustancial. Se trata de la etimología de la palabra.
Varios lingüistas coinciden en que la práctica se
basa en el término praxis, que se define como: "parte de
una actividad teórica o cuerpo teórico. Encierra
una actividad específica." Con esto vemos que determina un
agente, es decir, lo que obra o actúa o está en
posibilidad o disponibilidad de actuar. Su actividad es
también potencial. La actividad muestra en las
relaciones entre las partes y el todo, los rasgos de una
totalidad concreta. Los actos se articulan o estructuran como
elemento de un todo o de un proceso total.
La praxis es
proceso. Se puede afirmar que así como en un mueble de
madera, la
materia prima
no solo es la madera (valga la redundancia) sino el árbol
que puede ser cedro o roble, etc. Así, la praxis es la
materia prima sobre la que actúa el agente. Implica la
obtención de un producto o
resultado. En la actividad humana interviene la conciencia por lo
cual el resultado existe dos veces, como resultado ideal y como
producto real. Es un acto consciente. Es una actividad conforme a
fines y estos solo existen por el hombre,
como producto de su conciencia. En la actividad
práctica el hombre descubre las propiedades del mundo,
conoce sus leyes y utiliza
estos conocimientos para la transformación de la naturaleza y
la sociedad. Como
en cada etapa de la historia, la práctica es limitada,
cambiante, por la misma razón el criterio de la
práctica no es absoluto, en cada caso determinado. El
objeto de la actividad práctica es la naturaleza, la
sociedad o los hombres reales. El fin de esta actividad es la
transformación real, objetiva, del mundo natural o social
para satisfacer determinadas necesidades humanas. En las ciencias
sociales y humanísticas el concepto de praxis
históricamente estudia y demuestra que el hombre ha
transformado la naturaleza mediante su praxis productiva y en
consonancia con ella, ha transformado también sus propias
relaciones sociales. A través de la historia es evidente
que el hombre ha desplegado cambios, pero no todos los cambios
han sido colectivamente concebidos o con una intención
originaria, común, que intencionalmente hubiera modificado
un proceso práctico colectivo. Con su actividad
práctica los hombres han destruido y creado nuevos
sistemas
sociales. Las ciencias
sociales conciben un cuerpo teórico en el cual se define
la realidad, el mundo, el hombre y la sociedad, que a su vez va a
definir la actividad práctica de cómo se relacionan
los individuos entre sí dentro de un contexto
histórico determinado. La actividad práctica, es
susceptible de cambios que pueden originar diversas formas de
praxis. Indicando que el objeto sobre el que es ejercida la
acción,
el sujeto puede ser entre otros: Lo humano mismo, ya se trate de
la sociedad como materia u objeto de la praxis política
revolucionaria, ya se trate de individuos concretos. En la
relación sujeto-sociedad, la actividad práctica
productiva, o relación material y transformadora, mediante
el trabajo con
la naturaleza, es la forma fundamental de la praxis. En esta
relación mediante la actividad del trabajo, el hombre
actúa y domina las materias y fuerzas naturales, creando
en consecuencia un mundo de objetos útiles que le permiten
satisfacer determinadas necesidades. El hombre como ser social,
realiza esta práctica productiva dentro de ciertas
relaciones que los hombres contraen como agentes de la producción en este proceso y que son las
llamadas relaciones de producción. En síntesis,
intenta dilucidar que en la relación sujeto-sociedad, el
hombre para satisfacer sus necesidades ejerce una actividad
práctica transformadora, mediante la cual se insertan unas
relaciones de producción a través del trabajo. En
la praxis, el hombre actúa sobre sí mismo, produce
una transformación de él mismo como ser social por
lo que tiende a cambiar sus realidades económicas,
políticas y sociales, esto constituye la
actividad política propiamente.
El hombre es, mediante la praxis productiva y política,
transformador de la naturaleza, de sí mismo y de la
sociedad.
La especulación es el producto del desconocimiento
de algo o de un todo. La filosofía no escapa de especular
pues nada de lo que dice tiene más fundamento que los
pensamientos de sus creadores. La especulación puede ser
por tanto un posible acierto de lo desconocido o totalmente un
aventurarse en vano.
Marx habla en el Manifiesto
Comunista del famoso "fantasma que recorre el mundo" la idea
de un mundo plagado de espectros que nos amenazan, a
través de la imaginación y de la moral. La
"teología especulativa" es un mundo
fantasmagórico, toda especulación se
presenta a sí misma como reivindicación de lo
luminoso, de la racionalidad y de la ciencia que
habita en lo concreto como
teológico y lo metafísico residen en lo
espectral.
El pensar siempre exige lo concreto. Sólo existe lo
finito y de ahí que una filosofía que no pueda
pensar el deseo como lo que es (mixtificación) siempre nos
dejará la idea de una frustración del hombre
realmente existente sometido al hombre abstracto (sea en forma de
servidor del
Estado o de
creyente en la Divinidad).
Se establece aquí la contradicción entre
"lógica"
puramente ideal (es decir, desarrollo de
la Idea) y "empiría", es decir, realidad de lo concreto.
El error es ser una lógica puramente racional,
"progresiva" e ilustrada, cuando lo empírico muestra cada
día que la realidad es capaz de derrotar cualquier
idealidad. La crítica
de la religión y de la filosofía como formas de
enmascarar la finitud y, por consiguiente, de ofrecer una falsa
puerta de escape al deseo humano. Lo que la
especulación retendrá en este contexto es la
idea de "negación de la determinación" pero en el
contexto de lo histórico, sin el escapismo de lo
infinito.
En la teología se oculta de una manera muy poco
hábil la antropología. Pero eso no quiere decir,
contra la interpretación positivista, que la
religión sea la falsedad y la ciencia posea
la llave de la verdad. Hay algo "oscuro e instintivo" en la
creación del espectro divino. La honestidad de la
filosofía no se halla sólo en la profesión
de ateísmo, que sería una parte del problema de lo
humano / mistificado, sino también y paralelamente en el
reconocimiento de lo que llevaremos siempre adherido a nuestros
pensamientos.
La especulación es una forma de pensar propia de
las masas de ahí que la idea de "incorporarlas" a la
filosofía no deja de ser un paternalismo. La idea de poner
lo concreto por encima de la abstracto no es sólo una
intuición antimetafísica. El alcance
antiespeculativo tiene sus propias consecuencias (el
sensualismo como principio del conocer).
Aparece, con ropajes nuevos, un tema clásico de la
teología cristiana (y más concretamente de San
Pablo): la idea del "hombre nuevo"
que tanto juego dio en
el pensamiento
tercermundista. De hecho, en los humanos no hay evolución (biológica) sino
adaptación cultural, en consecuencia el hombre "nuevo" es
una entelequia (la que buscó Nietzsche en
el Superhombre y Guevara en la guerrilla). Con la imagen del
"hombre nuevo" aparece al trasluz lo mucho de cristiano que
conserva una filosofía atea anticristiana. En definitiva,
en esta tesis lo que
aparece es una especie de propuesta de "cielo" filosófico
en forma de "autoconciencia".
La reforma de la filosofía culmina en esta tesis: el
hombre concreto debe ser pensado (Hegel sólo
pudo pensar el hombre abstracto, "abstracto" en tanto sometido a
una razón suprema y exterior a él: sea el Estado o
Dios). La idea de un hombre "fuera de sí" que ha de ser
resocializado e integrado en un marco de pensamiento inmanente
será una de las ideas clave de la especulación. Por
todo esto, podemos concluir que el devenir humano puede ser
solamente un juego especulativo en el que la única verdad
es el ser y lo que cada quien elija creer. No hay lugar para
generalizar, de lo contrario hasta en eso estariamos
especulando.
La lógica puede ser vista como un arte o
técnica y también como una teoría
o ciencia estricta. Esta dualidad es normal. Lo mismo ocurre con
otras disciplinas como la física, la medicina o la
gramática en las que los conocimientos y
habilidades prácticos conviven con los conocimientos
sofisticados y teóricos que carecen de aplicación
directa en nuestra vida diaria. Es deseable que una persona bien
educada en lógica tenga tanto la posesión del arte
como la de la ciencia: que no sólo conozca las técnicas,
ni sólo la teoría abstracta sobre ellas sino
también que desarrolle habilidades y actitudes
adecuadas. Esta posesión involucra la integración armoniosa de arte y
ciencia.
La Lógica como Arte: Toda persona educada debe
saber cuándo es adecuado o incluso necesario ofrecer
razones, como construirlas y evaluarlas. Podemos decir que debe
haber conocimiento,
disposición y habilidad para: 1) organizar una
discusión, 2) apoyar con razones, 3) aceptar
consecuencias, 4) saber cuándo y qué preguntar, 5)
clarificar el discurso, 6)
tomar en cuenta el contexto de discusión, 7) reconocer la
estructura de
un argumento, 8) saber cuando la evidencia es insuficiente y 9)
buscar alternativas.
Se debe distinguir los actos de habla: oraciones,
proposiciones, aseveraciones y enunciaciones. Usos del lenguaje:
emotivo, metafórico, retórico, eufemístico,
informativo, directivo y lógico. Distinguir usos de las
discusiones: querellas, debates, discusión crítica,
justificación y defensa, búsqueda de información, búsqueda de evidencia,
negociación, explicación, educación,
deliberación para la acción. Se debe saber
cómo construir un argumento, diferenciar entre apoyar
dogmáticamente y defender con razones.
Saber escuchar: Principio de caridad, Contextualizar, Repetir,
Parafrasear, Dar ejemplos, Buscar apoyos. Uso de ejemplos,
contraejemplos, pseudoejemplos, pseudocontraejemplos,
reducción al absurdo. Saber participar en una
discusión: turnos para hablar, locuciones permisibles,
relevancia, cooperación, compromisos derivados de
locuciones, cuándo y cómo terminar. También
cómo organizar una discusión: Señalar el
objetivo,
clarificación, apoyo, examen de alternativas,
discusión, conclusiones. Reconocer las falacias más
comunes: Formales, Materiales y
Probabilísticas.
Se puede poseer todas estas habilidades, pueden desarrollarse
con el estudio sistemático. De la persona que posee
suficiente conocimiento, disposición y habilidad en estos
temas se dice a menudo que es una persona "lógica".
La Lógica Como Ciencia: La lógica como
ciencia abarca lo sofisticado. Una persona educada debe reconocer
la cuantificación de una frase y la conjunción,
disyunción inclusiva y exclusiva, negación,
condicional y bicondicional. Debe poder
reconocer tautologías, contradicciones proposicionales,
contingencias proposicionales, y contraejemplos. Además
debe manejar reglas de tres tipos:
- De inferencia: simplificación, transitividad, prueba
condicional, reducción al absurdo, dilema constructivo,
dilema destructivo - De equivalencia: conjunción, conmutación,
distributividad, doble negación, asociatividad,
contraposición, idempotencia - De cuantificación: generalización universal
como existencial.
Una persona bien educada, sin tener que ser un lógico
profesional, se reconoce porque maneja algunas nociones
básicas como consecuencia lógica, uso y
mención, lenguaje objeto y metalenguaje, lenguajes y
sistemas formales, sintaxis y semántica, validez lógica,
teoremicidad y prueba, completud y corrección, independencia,
satisfacibilidad, consistencia sintáctica y
semántica y decidibilidad. Además, de tener una
opinión razonada sobre cuestiones fundamentales como si la
lógica es una disciplina
filosófica, una rama de las matemáticas, una ciencia.
Resulta necesario saber distinguir entre lo bueno y lo
malo, cuando decimos "lo bueno y lo malo" debemos distinguir que
en realidad queremos decir: lo que resulta conveniente y lo que
no. Por ejemplo, una mentira es mala porque deja en entredicho la
veracidad de la palabra pero, ¿qué tal si
tuviéramos que mentirle a un enfermo, decirle que todo va
a salir bien cuando ya está en etapa terminal? Entonces
tenemos que no existe lo bueno (porque todo sabemos que mentir es
malo), más bien hablamos de lo que es más
conveniente: dar esperanza, después de todo puede ser la
chispa que anime a vivir unos días más. Como dice
Fernando Savater: Todos estamos de acuerdo que no estamos de
acuerdo con todos. Tratar de poner un acuerdo común tiene
demasiada dificultad. Homero, escritor griego, cuenta de
Héctor, un héroe que decide enfrentarse a su
enemigo. Este ejemplo ilustra la ventaja que tenemos los humanos
para alcanzar la libertad: la
decisión por propia voluntad. Nosotros tenemos la
capacidad de responder con un "sí" o con un "no" ante
cualquier situación. No podemos elegir lo que nos
pasará, pero podemos elegir una respuesta ante lo que nos
pasa. Muchas fuerzas limitan nuestra libertad, pero finalmente
podemos elegir nuestra forma de vida, apoyados en nuestros
principios de
bueno y malo. Desde luego que podemos equivocarnos –algo
que no les pasa a los animales– en
nuestras decisiones. El objetivo es saber vivir y la ética
responde sobre el arte del buen vivir. La libertad es la
ocupación permanente de la ética, porque en el
intento de tener lo que uno desea puede pasar encima de otros y
eso sería atentar contra la ética. Por lo mismo
habrá que pensarlo dos veces antes de tomar decisiones
importantes. Cuando pensamos algo, debemos pensar en una segunda
opción, si ambas son diferentes, en vez de preocuparnos
debemos alegrarnos, es señal de que estamos siendo
prudentes. La moral, es decir, el conjunto de comportamientos y
normas que
aceptamos como válidas, tiene que ver con la ética,
pues la ética misma es una reflexión sobre la
razón por la cual hacemos las cosas. La moral, suena a
un "debes hacer esto", o "no debes hacer tal cosa". Sin embargo,
hay también costumbres y ordenes inmorales por muy bien
presentadas que estén. Uno no debe preguntar por la calle
que hacer con la vida; dicha pregunta debe surgir de uno para uno
mismo. Nadie está facultado para decir que hacer con la
libertad por la sencilla razón de que nadie vive la vida
de otro. Existe un problema esencial de la libertad: No somos
libres de hacer y no hacer, de ser o no ser libres. Finalmente,
uno escoge las reglas que lo esclavizan, uno se ve en la
necesidad de escoger, entre una cantidad de reglas para vivir
cumpliéndolas el resto de nuestras vidas. Como
decía Jean Paul Sartre: "Estamos condenados a la
libertad". Lo que se quiere no necesariamente es lo que se
necesita. En la Biblia, por ejemplo, se narra la historia
de dos hermanos gemelos: Esaú y Jacob. Esaú le
vendió a Jacob el derecho de ser primogénito -lo
que en su tiempo implicaba ser el heredero de todos los bienes– tan
solo por un plato de lentejas. Para que uno haga lo que quiera,
primero se tiene que saber que es lo que se quiere. La honestidad
con que uno mismo es esencial para conseguirlo. La ética
sólo intenta responder cómo vivir mejor haciendo
uso de la razón. La ética tiene que ver con las
relaciones humanas. Poseemos un lenguaje y nos rodea un
entorno llenó de símbolos y leyes. Como sociedad que somos,
solo funcionaremos bien una vez que todos estemos integrados. Las
posesiones de una persona pueden terminar por poseer a la
persona misma y no resulta de poseer mucho tener buenas
amistades. En otras palabras, tenemos que tratar a las personas
como personas. La primera condición ética es
convencerse de que nada es lo mismo, la vida resulta demasiado
variada como para verla desde un punto de vista. No debemos ser
imbéciles, que según sus etimología, el
imbécil es el que necesita de un bastón
anímico para caminar. La conciencia es el oído
ético cargado de moral. La conciencia nos enseña
que no todo da igual. La vida es malgastada cuando se carece de
ética. Tratar a las personas como personas es justo como
quisiera uno ser tratado. Ponerse en el lugar de las personas es
tratarlas humanamente, con ética.
La reflexión sobre la belleza refiere al modo de
estar del hombre en el mundo, o también: a la
configuración del mundo por parte del hombre. La estética debe ser entendida como parte de
la filosofía. En lo que nos afecta, podemos destacar,
momentos fundamentales de la historia de la estética, es
decir en la historia de la reflexión occidental sobre el
quehacer artístico del hombre: El gran arte griego, cuya
cumbre sería la tragedia, carece de estética, pues
se produce en un momento en que la filosofía, propiamente,
no había nacido aún (antes del siglo V). La
estética nace cuando nace la filosofía. Pero en ese
momento el gran arte griego estaba ya muriendo. El nacimiento de
la filosofía se produce al mismo tiempo que la muerte de
la tragedia. Aquí podemos situar a Sócrates,
Platón y Aristóteles (a partir del siglo
V).
Cuando, a comienzos de la época moderna (Siglo XV), el
hombre se convierte en el centro, la estética se
transforma en una "lógica de la sensibilidad", es decir,
en una reflexión sobre el modo en que el hombre capta
sensiblemente la realidad. Luego de ese acontecimiento, la idea
de arte que había nacido con los griegos llega
definitivamente a su final. La estética de Hegel
(siglo XIX) da cuenta de este hecho. Sin embargo, Wagner
representó, en el siglo XIX, el último intento de
hacer valer el gran arte mediante su idea de "obra de arte
total". Esa idea presenta tres rasgos fundamentales:
- Las artes no deben realizarse independientemente, sino que
deben unirse en una obra. - La obra debe ser una celebración de la comunidad del
pueblo (en cierto modo, una religión)
c) La música,
en la forma de drama, y no la poesía, se convierte en el
auténtico arte.
Finalmente, Nietzsche representaría la
discusión "actual" de esa idea: primero afirmación
(amistad con
Wagner) y después negación (ruptura con Wagner) de
la misma.
Debemos comprender que la estética vista como el punto
filosófico de reflexión en los asuntos
artísticos humanos ha logrado que se progrese
tecnológicamente y en otras tantas disciplinas. El hombre
se exige a sí mismo, se presiona. Sin embargo, hay otro
aspecto de la estética que se ha mal entendido y que ha
estado ocasionando prejuicios en la mente de diferentes clase de
personas.
La estética desde el punto de vista de simple traducción se entiende como la
belleza. Este concepto un tanto erróneo ha creado
estereotipos en la mente de algunas (quizá la
mayoría) de las personas. Se ha tomado como referencia la
belleza desde el punto de vista de los griegos: hombres altos,
delgados, blancos, frente protuberante, cejas pobladas, nariz
afilada… Esto es propio de otra cultura, en la
nuestra los hombres difícilmente alcanzan este
estándar. No obstante, algunas jóvenes están
encasilladas en tales atributos que olvidan los sentimientos.
De todo esto, podemos percatarnos de lo influidos que estamos
por la cultura
griega. La belleza es relativa. Por ejemplo, en países
africanos la nariz de los hombres y mujeres cuanto más
chata es, más bella es la persona; también el
cuello es marcado por una serie de collares, cuanto más
colares trae una mujer, más
bella y pura lucirá. En México, por el contrario
los hombres consideran que la clásica rubia de medidas
exageradas es muy bella. Debemos comprender que es necesario
luchar contra los estereotipos y los prejuicios. Cada persona
vale por ser un individuo
ajeno a los actos de su país o de su color de piel. Como
dijo el escritor Charles Caleb Colton (1780?-1832): "odiamos a
ciertas personas porque no las conocemos y nunca las conoceremos
porque las odiamos."
"Qué importa si el universo se
expande o se contrae
esto es asunto solo para agencias de
viaje"
-Jaime Sabines, poeta chiapaneco-
La cosmología es el estudio del origen y desarrollo
del universo. Es cierto que el universo nos parece inquietante.
Cuando alzamos la vista al cielo en una noche estrellada, podemos
ver que somos una partícula demasiado diminuta en la
inmensidad del espacio… un espacio que ni siquiera está
delimitado y que no tiene fin, por lo contrario sigue
expandiéndose.
La teoría más popular es el 'Big Bang',
donde se dice que hace unos 20.000 millones de años, toda
la materia y el espacio, estaban concentrados en un volumen muy
pequeño, luego, por causa de la elevación de la
temperatura,
ocurrió una Gran Explosión, misma que
–obviamente- nadie presenció. Al expandirse el
universo, las partículas atómicas fundamentales se
formaron en una mezcla dominada por el hidrógeno, con algo de helio, y casi nada
más. Hasta muy entrado este siglo, los astrónomos
no sabían que la Vía Láctea era una galaxia,
Hubble hizo el descubrimiento a partir del espectro de las
galaxias, donde la velocidad de
recesión aumentaba con la distancia. Lo que se deduce a
partir de esto, es que el espacio se está expandiendo, y
pronto se apreció que la Vía Láctea era
sólo una, de una gran cantidad de galaxias, y que ella,
como el Sol, no
ocupaba un lugar especial en el sistema de
galaxias. A partir de la observación de galaxias en longitudes
ópticas, no era posible encontrar efectos evolutivos, y
así la hipótesis de que el universo estaba en un
estado estacionario era dudosa. Con el advenimiento de los
grandes radiotelescopios, se encontró que había
muchas más tenues radio-galaxias de
lo que cabría suponer en un universo en estado
estacionario. De hecho, se demostró que era probable que
todas las galaxias se hubieran originado en un volumen muy
pequeño. Esta teoría recibió estímulo
cuando una radiación
a 3 grados Kelvin, la radiación de fondo de microondas,
fue descubierta viniendo de todas las direcciones del espacio.
Esta radiación se predijo que era un remanente de tiempos
muy primitivos en la edad del universo, antes de que se formara
la materia, cuando el universo estaba todavía lleno con
radiación caliente. La radiación era
isotrópica, y correspondía a la radiación
corrida hacia el rojo del Big Bang.
Sin embargo, hay problemas con
la teoría. Uno de ellos, es que la misma naturaleza
isotrópica del fondo de microondas, indica que las etapas
primitivas del universo fueron completamente uniformes.
Uno de los conceptos más difíciles de aceptar,
es que el universo es todo lo que hay. No sólo toda la
materia y energía, sino también todas las
dimensiones. No hay un 'afuera' del universo, y no tiene un
'borde'. Cuando pensamos en el Big Bang, intuitivamente pensamos
en un pequeño universo expandiéndose como una
esfera en un espacio vacío. Desgraciadamente, esto es
incorrecto. Las dimensiones que usamos comúnmente, tres
espaciales, y un tiempo, están todas mezcladas en cuanto
concierne al universo primitivo, y nuestros conceptos normales
del tiempo y el espacio no son válidos. La única
forma en que esto puede ser parcialmente comprendido, es
considerando la analogía bidimensional de la superficie de
un globo que está siendo inflado. La superficie es
continua en todo lugar, no tiene borde, y sin embargo se expande.
La analogía tridimensional cuya compresión escapa
al autor) representaría al universo.
Con todo, la Cosmología da respuestas, exige otras
más… y, sin embargo, no las ha resulto todas. Aún
si supiéramos cómo se originó el universo,
"¿por qué hay algo en vez de nada?" preguntó
un Astrofísico de nombre Allan Stage en Selecciones de
Rider Digest. Y esta es la pregunta más inquietante.
La palabra «psicología»
viene del griego psukhê (ciencia del alma). Fue
creada en el siglo XVI y no se volvió usual hasta el
XVIII. Al lado de la psicología de los filósofos, que forma una parte de un
sistema, siempre existió una psicología de los
psicólogos. Esta palabra significa el estudio de todo lo
que concierne el alma. Es la única aceptación que
señala el diccionario de
la Academia como formando parte de la filosofía que trata
del alma, de sus facultades y de sus operaciones.
Entendida así, ésta incluye la psicología
racional y la psicología empírica o experimental.
La verdadera psicología no es la descripción del pensamiento, pero la
explicación del pensamiento. En realidad,
psicología y filosofía no se distinguen que por
ficción; frecuentemente, el psicólogo es un
filósofo avergonzado y el metafísico un
psicólogo que se ignora.
Si bien con diversos matices, siempre se ha entendido por alma
el principio de la actividad vital, un algo de naturaleza
metafísica que se halla más
allá de los fenómenos y que obra como causa
operante de la vida. Alma es, pues, el concepto y el
término propio de la Psicología racional o
especulativa, que ha sido dejado de lado por la
Psicología experimental a causa de su ambigüedad. Hoy
su uso ha quedado reservado a la Antropología
filosófica o, si se prefiere, a la
Metafísica.
Para Aristóteles la mente o psique es el acto
primero de todas las cosas, es lo que hace posible que sintamos y
percibamos. Existen además, tres tipos de psique:
vegetativa (de las plantas),
sensitiva (de los animales) y racional (del hombre). La
psicología humana se basa en los cinco sentidos.
Para Kant, la psicología racional
falló al distinguir entre cosa y apariencia, pues
identifica apercepción con sentido interno, y presupone
que el sí mismo, experimentado la sucesión de los
estados internos, debe adquirir conocimiento de su esencia
propia. Kant, entonces,
argumenta que el yo pienso no se puede conocer, pues es el yo
lógico, es apercepción, es condición de
posibilidad del conocimiento, es fundamento, no es
empírico, por lo tanto puede distinguirse del yo afectado
por la intuición sensible interna, o sea por el tiempo,
presuponiendo dos sujetos, un yo sujeto y un yo objeto, un yo que
piensa e intuye y un yo intuido. La representación yo
pienso tiene que poder acompañar todas mis
representaciones. La conciencia de esta representación que
Kant llama apercepción (la falta de percepción
mental o totalmente la no percepción), es el fundamento de
la posibilidad de las categorías, las cuales a su vez no
representan más que la síntesis de lo
múltiple de la intuición, en cuanto ello tiene
unidad en la apercepción. El pensar tomado por si
sólo es únicamente la función
lógica, pura espontaneidad de la combinación de lo
múltiple de una intuición meramente posible. Con
él no me represento a mi mismo ni como soy ni como me
aparezco, sino que me pienso sólo como un objeto
cualquiera en general, de cuyo modo de intuición
prescindo. Si me represento en este caso como sujeto de los
pensamientos o como fundamento del pensar, estos géneros
de representación no significan las categorías de
sustancia o de causa, pues estas son las funciones del
pensar aplicadas a nuestra intuición sensible, que
ciertamente se requerirían si me quisiera conocer. Pues no
hay que olvidar que no conozco objeto alguno solamente por que
pienso. Entonces podríamos hablar de un yo lógico y
un yo psicológico. Este último se caracteriza por
ser sujeto de la percepción, conciencia empírica,
por ser susceptible de múltiples conocimientos, entre los
cuales la forma de la intuición interna, el tiempo, es
aquel conocimiento que yace a priori en el fundamento de todas
las percepciones y de su enlace, cuya aprehensión es
conforme al modo como el sujeto es afectado por ellas, esto es,
es conforme a la condición del tiempo, siendo determinado
el yo sensible por el intelectual, para la acogida de aquellas en
la conciencia. Para Kant cualquier observación
psicológica interna efectuada por nosotros puede servirnos
de ejemplo.
Las raíces etimológicas de Epistemología provienen del griego
episteme, conocimiento, y logía estudio. La
epistemología estudia la naturaleza y validez del
conocimiento. En las últimas décadas también
es conocida como filosofía de la ciencia. El
propósito de la epistemología es distinguir la
ciencia auténtica de la seudociencia, la investigación profunda de la superficial,
la búsqueda de la verdad de sólo un modus
vivendi. También debe ser capaz de criticar programas y aun
resultados erróneos, así como de sugerir nuevos
enfoques promisorios. El problema fundamental que ocupa a
la epistemología es el de la relación
sujeto-objeto. Se llama "sujeto" al ser cognoscente y "objeto" a
todo proceso o fenómeno sobre el cual el sujeto desarrolla
su actividad cognitiva. Esta fue la problemática planteada
por la filosofía natural jónica y de
Heráclito. Más tarde, en la escuela
eleática, se enlaza el planteamiento cosmológico en
forma consciente: a la sustancia le corresponde el saber
verdadero, y a sus formas fenoménicas externas le
corresponde el simple opinar, el saber falso. Los sofistas fueron
los primeros filósofos que señalaron el papel de
las diferencias individuales en el
conocimiento de la realidad, el papel de las condiciones
perceptuales, etc. Así, afirmó Protágoras,
el ser es para cada quien diferente. De ahí concluyeron
que no puede haber ningún saber universalmente
válido y, consecuentemente, tampoco un saber objetivo de
la sustancia. Para ellos era válido que algo fuera como
aparece, que el hombre sea la medida de todas las cosas. Para
Platón, cada saber real debe de tener un carácter universal. Descartes
comprendió el "yo", la autoconciencia del sujeto, como el
principio, en cuya existencia no se puede dudar, porque el acto
mismo de dudar presupone el "yo" (pienso, luego existo).
El idealismo subjetivo del siglo XVIII ignoró la actividad
del sujeto. Kant demuestra que el objeto no es una cosa ajena al
sujeto, algo externo y opuesto a éste. La función
de la objetividad es una forma de la actividad del sujeto. Hegel
demostró su dependencia mutua dialéctica, su
enlazamiento mutuo, descubrió que no es posible
contraponer metafísicamente realidad objetiva (la cosa en
sí) y objeto, sujeto y objeto porque son sustancialmente
idénticos, puesto que la realidad se basa en el
autodesarrollo del espíritu absoluto, es decir, el sujeto
absoluto que se tiene a sí mismo como objeto. La fenomenología del espíritu de Hegel,
se dedica a la tentativa de comprobar esta tesis. El
materialismo dialéctico afirma que la
posición de que el saber no es una cosa independiente que
se inmiscuye entre sujeto y objeto, sino un momento de la
actividad del sujeto frente al objeto, una "forma transformada"
(según Marx) específica del proceso cognoscitivo.
En sus orígenes, la epistemología se apoyó
en dos supuestos:
1. Que el conocimiento es una categoría del
espíritu, una "forma" de la actividad humana o del
"sujeto".
2. Que el objeto inmediato del conocer sea solamente la idea o
representación y que la idea sea una entidad mental, que
existe, por lo tanto, sólo "dentro" de la conciencia o del
sujeto que la piensa.
Sin embargo, esta postura de la epistemología fue
perdiendo primacía. Los analistas contemporáneos
han rechazado que el conocimiento sea una forma o
categoría universal que pudiera indagarse como tal: ellos
adaptaron como objeto de investigación los procedimientos
efectivos o el lenguaje
del conocimiento
científico y no el conocimiento en general. A pesar de
las semejanzas superficiales, los movimientos desde los hechos
hacia las teorías
no son los mismos sino que es transformado constantemente por
este verdadero movimiento del conocimiento. Es, por lo tanto, una
epistemología de la relación. Pero ésta es
una relación calificada. El movimiento del conocimiento
siempre va en aumento. Permite una mejor comprensión tanto
de la realidad como del sujeto cognoscente, si no ya del propio
conocimiento. Postula un sistema del cambio continuo de controles
y equilibrios entre el sujeto cognoscente y la realidad, lo que
requiere un máximo de creatividad
por parte del sujeto en la invención de nuevos medios de
coordinación entre él y la realidad
o los instrumentos del conocimiento.
Primeramente es conveniente diferenciar la Ontología de la Teología Natural y
de la Gnoseología. La diferencia queda asegurada por la
consideración de sus respectivos objetos materiales, sus
objetos de estudio.
Aparte, la Ontología estudia objetos en cuanto son
entes y desvincula de su seno toda consideración de no
poder considerar a cada ente y sin su trascendentalidad
respectiva. El problema recae, en el hecho de que el ente
ontológico se convierte en ente común, rebasando
todo ente particular cumpliendo así una trascendentalidad
de lo más estricta.
Todo conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo
lo que hay en el conocimiento deriva de ella. Según Kant,
la critica de todo estudio metafísico (y por ende
ontológico) empieza con el establecimiento de los limites
de la razón, para poder partir desde aquí, y lo que
sucede es que el hombre solo dispone de una intuición
sensible, incapaz de conocer el "yo sustancial" y pensando
así, el hombre solo conoce lo experimentado, lo que
aparece a la sensibilidad, las cosas solo serán conocidas
en su ser para mí, no en su ser en si. La ontología
en el estudio del ser en la arranca de las cosas (entes) o del
pensamiento (ente gnoseológico) o de Dios (ente
teológico). La primera condición que el punto de
partida debe cumplir debe ser la evidencia inmediata.
Precisamente porque se trata del principio del cual emanara toda
otra evidencia demostrativa. Pero, en sentir del racionalismo,
las cosas del mundo exterior o la experiencia sensible que las
hace patentes no gozan de evidencia inmediata. La realidad
exterior debe ser demostrada por su causa (Dios) y la experiencia
sensible por la suya (las cosas mismas o también Dios). Lo
que determinara, al final el punto de partida será el
proceso cognoscitivo de los objetos respectivos (entes
ontológico, teológico y gnoseológico). Del
pensamiento, como pensamiento, no puede partir la
metafísica, porque no es objeto de ella. Del pensamiento
como realidad ontológica arranca el idealismo
especulativo que reconoce en Hegel su modelo del
pensamiento como realidad gnoseológica, arranca Kant y
constituye el modelo, frecuentemente inadvertido, de numerosas
posiciones actuales, incluso neoescolásticas. La
metafísica debe ser iniciada por la ontología. El
problema ontológico: 1) La determinación conceptual
de la ontología misma y su inserción en el
ámbito de la metafísica en relación con las
otras dos partes de la misma. 2) La prioridad de la
ontología respecto de la teología natural, y de la
gnoseología se ofrece una segunda cuestión, la
determinación de aquel dato que por iniciar la
ontología, será el punto de partida de la
metafísica, 3) El contenido de la ontología y su
interna estructura.
La metafísica (en el primer caso) será propuesta
como una determinación de tres objetos ontológicos,
concebidos como el ente general, a saber: ente teológico,
ontologico y gnoseológico. La determinación del
dato por el que inicia la metafísica será, aquel
por el cual se hace más inmediatamente la extensión
de la realidad, a partir de esta realidad se llega a un concepto
de un ente general y supremo.
La filosofía es el estudio de las primeras causas y de
los primeros principios. Lo más científico que
existe lo constituyen los principios y las causas. Una ciencia
que es principalmente patrimonio de
Dios, y que trata de las cosas divinas, es divina entre todas las
ciencias. Pues bien, solo la filosofía tiene este doble
carácter, Dios pasa por ser la causa y el principio de
todas las cosas, y Dios solo, o principalmente al menos, puede
poseer una ciencia semejante. Todas las demás ciencias
tienen más relación con nuestras necesidades que la
filosofía, pero ninguna la supera. Es el fin propio de la
filosofía el indagar las causas de los fenómenos, y
precisamente es esto mismo lo que se desatiende. Hay que alcanzar
la completa verdad y la imposibilidad de que se nos oculte por
completo. Es por tanto evidente, que la filosofía es una
ciencia que se ocupa de ciertas causas y ciertos principios y que
la Ontología sea un conjunto con ella.
Como se indica en el nombre Teodicea, hay un
aventurarse hacia lo divino. El término Teología es
literalmente estudio de Dios (theos, Dios, logos,
estudio). Este término fue usado por primera vez por
Platón en «La República» para referirse
a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la
razón, en oposición a la comprensión
literaria propia de sus poetas coetáneos. Más
tarde, Aristóteles empleó el término en
numerosas ocasiones, con dos significados:
- como la rama fundamental de la ciencia filosófica,
también llamada filosofía primera o ciencia de
los primeros principios, más tarde llamada
Metafísica por sus seguidores. - como denominación del pensamiento mitológico
inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido
peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a
los pensadores antiguos no-filósofos (como
Hesíodo y Ferécides de Siro).
Agustín de Hipona tomó el concepto
teología natural (theologia naturalis) de la gran
obra Antiquitates rerum divinatum, de M. Terencio
Varrón, como única teología verdadera de
entre las tres presentadas por Varrón: la mítica,
la política y la natural. Sobre esta, situó la
teología sobrenatural (theologia supernaturalis),
basada en los datos de la
revelación y por tanto considerada superior. La
teología sobrenatural, situada fuera del campo de
acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino
por encima de ésta, y la consideraba su sierva, que la
ayudaría en la comprensión de Dios.
Teodicea es el término empleado actualmente como
sinónimo de teología natural, fue creado en el s.
XVIII por Leibniz como título de una de sus obras:
Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad
del hombre y el origen del mal, si bien Leibniz se
refería con teodicea a cualquier investigación cuyo
fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad
de Dios. Leibniz quiere resaltar la necesidad de lo absoluto
cuando dice: "Si Dios no existiera todas las cosas serían
simplemente imposibles", o dándole vuelta a la frase, todo
es posible porque existe Dios. Con ello quiere decir que en Dios
la esencia no se distingue de su existencia y por eso se trata de
un Ser Necesario. Su esencia envuelve a la existencia, es decir,
Dios es Causa. La trascendencia se ve más claro cuando
Leibniz subraya que la esencia de Dios no se puede llegar a
comprender en su totalidad por un entendimiento limitado. Ahora
bien, si todo es cognoscible, ¿cómo ahora no
podemos comprender a Dios? Parece que esa incomprensión se
debe a que no podemos abarcar a la totalidad del Ser, pero
conocemos sus atributos. Se trata pues de un Dios que es
razón, un ser constituido por el conjunto de las verdades,
de razones, de requisitos de todas las cosas tanto posibles como
existentes, que son o se identifican con el entendimiento divino.
La conclusión de la prueba por las verdades eternas
desembocan en un Dios que es Sabiduría, pues Él lo
conoce todo, Pero, ¿dónde queda su voluntad, que al
fin y al cabo es la que otorga la existencia de las cosas? La
voluntad juega un papel secundario, pues ella elige entre los
posibles lo que es mejor, y lo que hace que el mundo en el que
vivimos no sea todo lo que Dios es, sino fruto de una
elección divina. Por eso este mundo es el mejor de los
posibles. El sistema de Spinoza consistía en decir que no
hay nada contingente, sino que todo, el Uno-Todo es necesario, y
por esta misma razón, un necesitarismo radical y absoluto,
niega la posibilidad de que pueda haber una finalidad. La
finalidad es el hijo bastardo de la ignorancia. Se podría
decir que para Leibniz, si es imposible el Ser necesario, es
imposible el posible. Ahora bien, existen los posibles, y, por
tanto, el Ser necesario es posible. Lo que no se ve claro es
dónde se ve que existen los posibles. Esta es la
cuestión que Leibniz no muestra o demuestra del todo.
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Roberto Quero Martínez