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El problema de la ignorancia en la República Dominicana




Enviado por beronico



    1. La ignorancia, manjar de
      corruptos y tiranos
    2. Ignorancia
    3. El derecho a la
      ignorancia
    4. La ignorancia de la Sociedad
      del Conocimiento
    5. La ignorancia en
      República Dominicana. Causas y
      consecuencias
    6. Las consecuencias de la
      ignorancia en República Dominicana
    7. La
      delincuencia
    8. Enfermedades
      infectocontagiosas
    9. Tráfico de drogas y
      estupefacientes
    10. La
      prostitución
    11. Conclusión
    12. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Los países que logran su desarrollo lo
    hacen a través y principalmente de la educación; siempre
    y cuando esta sea de calidad y que
    satisfaga las necesidades implícitas de una sociedad que
    pide a gritos respeto, alta
    moral, y un
    verdadero reconocimiento de sus valores.

    En el trabajo de
    investigación que entregaremos a
    continuación estaremos planteando temas asociados a la
    ignorancia a nivel generalizado y en diversos renglones y luego
    nos adentraremos a emitir juicios de valor respecto
    a la ignorancia en la República Dominicana en donde
    enumeraremos algunas de las causas de esta y las consecuencias
    que la misma arrastra consigo.

    La ignorancia,
    manjar de corruptos y tiranos

    La ignorancia es la fuente de abastecimiento de los
    corruptos y los tiranos. Un pueblo ignorante no puede, de ninguna
    manera disfrutar de un nivel de vida digno, pues no tiene la
    capacidad para poder elegir
    un gobierno que lo
    represente adecuadamente. Un segmento muy significativo de la
    sociedad Latinoamericana, sufre de un nivel de ignorancia
    extremadamente alto y, lo que resulta más vergonzoso, poco
    se está haciendo para educar a estas sociedades.

    Mantener a un pueblo en estado de
    incultura supone mantenerlo oprimido y reprimido. Esta estrategia ha
    sido utilizada en muchos países de Latino América
    por gobiernos y empresarios nacionales e internacionales. La
    completa deficiencia en los servicios
    básicos o su inexistencia (energía
    eléctrica, atención médica, seguridad
    social, justicia,
    educación,
    salud
    pública) ilustran la ignorancia de los pueblos, la
    cual es la responsable de que no demanden de los gobiernos
    elegidos democráticamente los derechos que les
    corresponden. "Nadie puede Reclamar lo que no sabe que
    posee."

    Los medios de
    comunicación, especialmente la
    televisión, ofrecen  una mínima programación educativa. Los programas
    televisados dirigidos a la juventud, en
    su gran parte, carecen de mensajes educativos tan necesarios para
    el desarrollo de las jóvenes generaciones, además
    de que en algunos casos no disponen del personal
    capacitado para producirlos o conducirlos.

    Las difusiones dirigidas a los jóvenes se pueden
    definir como pobres en contenido y en algunos casos transmiten
    mensajes desvalorizantes. La programación destinada a la
    población adulta carece, igualmente, de
    sustancia educativa: escasean los espacios dirigidos a conservación de energía, reciclaje,
    salud
    pública, ecología,
    educación socio-política, etc. Por
    otra parte, desde los medios se
    difunden con frecuencia estereotipos errados como el racismo y otras
    formas de discriminación.

    Aparentemente muchos gobiernos no toman en serio ni
    priorizan la necesidad de educar al pueblo que los eligió.
    ¿Por qué? ¿Será que aún hoy
    día los gobernantes y otros sectores se nutren de su
    ignorancia? Algunos Gobiernos en Latinoamérica al igual que en la cuenca del
    Caribe, no le ofrecen al pueblo, satisfactoriamente, seguridad social,
    atención medica, servicio de
    sanidad, justicia imparcial, energía eléctrica
    dependible, protección policíaca eficiente, entre
    otros servicios.

    Las naciones desarrolladas se componen de una ciudadanía educada y disciplinada que no
    permiten los abusos que son tolerados por las sociedades
    subdesarrolladas. Aunque algunos gobiernos han hecho un esfuerzo
    por mejorar los servicios
    públicos, la verdad es que el final del siglo nos ha
    llegado con un nivel de atraso vergonzoso.
    La educación es uno de los mayores problemas que
    existe actualmente en la Región. Constituye una
    cuestión a resolver ya que se trata del pre-requisito para
    que el proceso
    democrático y educativo pueda proseguir sin percances y
    demoras innecesarias. Un pueblo ignorante suele elegir un
    gobierno ignorante y propenso a la corrupción, el cual no sirve a los
    verdaderos intereses del pueblo sino a los suyos
    propios.

    Ya es hora de cambiar el rumbo! ¿Cómo
    podemos empezar el verdadero proceso educativo de la
    población?. ¿A quién o dónde podemos
    acudir para que nos salve de nosotros mismos?
    ¿Quizás a los mismos que usan como estrategia la
    ignorancia? Eso seria el colmo de la ignorancia misma. Es una
    especie de círculo vicioso que debemos romper.

    Adoptemos una nueva estrategia que parta de un estudio
    profundo de la realidad y llevemos a los dirigentes
    políticos a la arena del debate
    público para que expongan con rigor sus planteamientos
    sobre este tema tan relevante.

    El movimiento
    educativo debe empezar en todos los niveles, encabezado por
    ciudadanos e instituciones
    dignos y honestos, y claro que sí, buscando ayuda en el
    exterior de instituciones internacionales especializadas en la
    temática socio-educativa. Es deber de los que poseen un
    nivel educacional que les permita ver y evaluar la realidad, de
    no meter la cabeza en la tierra.
    Pongamos el grano de arena para mejorar la sociedad
    latinoamericana, en estos momentos todavía oprimida por la
    ignorancia.

    Ignorancia:

      Ignorancia significa falta de información o de conocimientos. Es
    diferente a estupidez, que es falta de inteligencia,
    y a necedad, que es falta de sensatez. Las tres palabras se
    confunden con frecuencia y algunas personas suponen que su
    significado es el mismo. "El
    conocimiento es poder" dicen los ancianos. Por desgracia,
    algunos, conscientes de ello, intentan guardarse el conocimiento
    para ellos solos (como estrategia para obtener una ventaja
    injusta) e impedir que otros lo adquieran. No espere que si usted
    adiestra a alguien en algo en particular, o le da una
    información, este adiestramiento o
    información se transmita de forma natural al resto de la
    comunidad.

      Es importante determinar qué
    información es la que falta. Muchos planificadores y
    personas con buenas intenciones de ayudar a una comunidad a
    fortalecerse creen que la solución es la educación.
    Pero la educación tiene muchos matices. Algunas
    informaciones no son importantes en una situación
    concreta. Saber que Romeo y Julieta
    mueren en un drama de Shakespeare no
    ayudará a un agricultor, pero sí saber qué
    tipo de semilla puede sobrevivir en el suelo que tiene
    que cultivar, y cual es imposible que prospere.

    El adiestramiento de esta serie de documentos para
    el fortalecimiento de las comunidades incluye (entre otras cosas)
    la transferencia de información. Al contrario que en la
    educación general, que tiene sus propios métodos
    para seleccionar lo que abarca, la información que
    aquí se incluye está enfocada a reforzar la
    capacidad, no a la cultura
    general.

    El derecho a la
    ignorancia

    Solo el derecho a la educación te da y te quita
    el derecho a la ignorancia, y luego podremos decir aquello que
    alumbró Sócrates
    en sus horas bajas: "Solo sé que no sé
    nada".

    "No nos engañemos. Somos diferentes. El sistema tiene la
    obligación ineludible de proporcionar el derecho a la
    educación e intentar que las diferencias
    socioeconómicas socaven lo menos posible ese derecho. Pero
    una vez que lo ha hecho… Yo defiendo el derecho a la
    ignorancia. Si el niño no quiere estudiar es que no quiere
    estudiar. Ya puede tener todos los medios, que se pone a mirar
    por la ventana.

    Esta declaración de principios de una
    de las máximas responsables en velar por el derecho a la
    educación de todas y cada una de las personas que conviven
    en el territorio, da la medida del pensamiento
    globalizado de los que poseen demasiado y tiran sobras a los que,
    siendo diferentes, nunca llegan a conocer el derecho
    igualitario.

    ¿Qué es el derecho a la ignorancia?
    ¿Es ignorar todas las desigualdades e insensateces que
    tenemos que escuchar, ver y convivir con ellas a diario en este
    planeta desorbitado?

    ¿Y el derecho a la educación?
    ¿Dónde esta el hecho de educar?

    "La educación implica favorecer el desarrollo
    integral de la persona partiendo
    de sus propias necesidades, apoyando su crecimiento físico
    y psíquico, permitiendo el ejercicio de todo un potencial
    de habilidades valiosas, sirviendo a una socialización que haga consciente al
    individuo de
    su papel en el mundo y de la necesidad de relacionarse con los
    demás desde la solidaridad, el
    respeto y la tolerancia.

    Educar es comunicar el afecto, promover la sensibilidad,
    la creatividad,
    la autoestima y
    enseñar a mirar el mundo desde la emoción y, al
    mismo tiempo, dar
    estímulos para que la propia persona sepa canalizar esas
    emociones y
    vivir en sociedad. La educación debe servir para motivar y
    alentar a construir el deseo de aprender. El aprendizaje no
    se impone desde fuera, siempre se construye". (Agustín
    García Matilla. "Una Televisión
    para la Educación. La Utopía Posible". Gedisa,
    2003)

    La posición original y el velo de la
    ignorancia.

    Esta es una situación hipotética puesto
    que las personas están ubicadas detrás del velo de
    la ignorancia. No conocen su lugar,su clase social
    ni su status de la sociedad, ni que ventajas o desventajas se
    tienen. En esta posición original los seres humanos son
    seres racionales, libres y con valores
    morales. Cada uno tiene necesidades, intereses y capacidades
    similares, buscan alcanzar sus propias metas y están
    mutuamente desinteresados. Este desinterés no implica un
    enfoque egoista sino que cada persona está buscando
    alcanzar sus propias metas y no las metas de los demás.
    Dado este contexto eventualmente surgirán conflictos de
    interés
    entre los individuos en lo referente a la distribución de las ventajas
    sociales.

    Asumiendo que estos conflictos serán resueltos en
    forma racional y no mediante la guerra, Rawls
    establece una teoría
    determinando los principios racionales que las personas
    escogerían dada esta posición original cuando son
    puestos detrás del velo de la ignorancia. La ignorancia de
    la inclinación de cada uno asegura que nadie tenga
    ventajas o desventajas en relación a la selección
    de estos principios.

    El principio de la justicia emerge de la posición
    original como un principio libre y mutuamente acordado que
    resulta ser imparcial desde la perspectiva de todos y cada uno.
    Dado que todos tienen una posición similar y nadie puede
    diseñar principios en favor de su condición
    particular, el principio de justicia resulta ser un acuerdo
    imparcial. Este concepto que
    emerge: La justicia imparcial es lo que sirve para regular la
    crítica
    y reformar todas las instituciones sociales. A partir de este
    principio es como las sociedades pueden definir políticas,
    reglas leyes, y hacer
    constituciones.

    La ignorancia de
    la Sociedad del Conocimiento

    ¿Será el estadio final de la evolución intelectual moderna una grotesca
    imitación de nuestras acciones
    más triviales por las máquinas?
    Conocimiento es poder: he aquí un viejo lema de la
    filosofía burguesa moderna, que fue utilizado por el
    movimiento de los trabajadores europeos del siglo XIX.

    Antiguamente el conocimiento era visto como algo
    sagrado. Desde siempre los hombres se esforzaron por acumular y
    transmitir conocimientos. Al fin de cuentas, toda
    sociedad se define por el tipo de conocimiento de que dispone.
    Esto vale tanto para el conocimiento natural como para el
    religioso o la reflexión teórico-social. En la
    modernidad, el
    conocimiento es representado, por un lado, por el saber oficial,
    marcado por las ciencias
    naturales, y, por otro, por la "inteligencia libre-fluctuante
    (Karl Mannheim) de la crítica social
    teórica.

    Desde el siglo XVIII predominan esas formas de
    conocimiento. Parece increíble que desde hace algunos
    años se esté difundiendo el discurso de la
    "sociedad del conocimiento" que adviene con el siglo XXI; como si
    sólo ahora se hubiese descubierto el verdadero
    conocimiento y como si la sociedad hasta hoy no hubiese sido una
    "sociedad del conocimiento". Al menos los paladines de la nueva
    palabra-clave sugieren algo así como un progreso
    intelectual, un nuevo significado, una apreciación
    más elevada y una generalización del conocimiento
    en la sociedad. Sobre todo, se alega que la supuesta
    aplicación económica del conocimiento está
    asumiendo una forma completamente diferente.

    Filosofía de los medios, bastante euforia es lo
    que se nota, por ejemplo, en el filósofo de los medios
    alemán Norbert Bolz: "Se podría hablar de un
    big-bang del conocimiento. Y la galaxia del conocimiento
    occidental se expande a la velocidad de
    la luz. Se aplica
    conocimiento sobre conocimiento y en esto se muestra la
    productividad
    del trabajo
    intelectual. El verdadero hecho intelectual del futuro
    está en el diseño
    del conocimiento. Y cuanto más significativa sea la manera
    en que la fuerza
    productiva se vuelva inteligencia, más deberán
    converger ciencia y
    cultura.

    El conocimiento es el último recurso del mundo
    occidental". Palabras fuertes. ¿Pero qué se esconde
    detrás de ellas? Quizá sea esclarecedor el hecho de
    que el concepto de la "sociedad del conocimiento" se está
    usando más o menos como sinónimo de la "sociedad de
    la información". Vivimos en una sociedad del conocimiento
    porque estamos sepultados por informaciones. Nunca antes hubo
    tanta información transmitida por tantos medios al mismo
    tiempo.

    Pero ese diluvio de informaciones ¿es realmente
    idéntico al conocimiento? ¿Estamos informados sobre
    el carácter de la información?
    ¿Conocemos en última instancia qué tipo de
    conocimiento es éste? En rigor, el concepto de
    información no coincide de ningún modo con una
    comprensión bien elaborada del conocimiento. El
    significado de "información" es tomado en un sentido mucho
    más amplio y se refiere también a procedimientos
    mecánicos.

    El sonido de una
    bocina, el mensaje automático de la próxima
    estación de metro, la campanilla de un despertador, el
    panorama del noticiero en la TV, el altavoz del supermercado, las
    oscilaciones de la Bolsa, el pronóstico del tiempo… todo
    eso son informaciones, y podríamos continuar la lista al
    infinito. Conocimiento trivial Claro que también se trata
    de conocimiento, pero de un tipo muy trivial. Es la especie de
    conocimiento con el que crecen los adolescentes
    de hoy.

    Quienes se encuentran en la franja de los 40 años
    ya están tecnológica- comunicativamente armados
    hasta los dientes. Pantallas y displays son para ellos casi
    partes del cuerpo y órganos sensoriales. Saben que hay que
    someterse a las informaciones para acceder a internet, y saben
    cómo obtener tales informaciones de la red: por ejemplo,
    cómo se hace el "download" de una canción de
    éxito.

    Y uno de los medios de
    comunicación predilectos de esa generación es
    por escrito, el del "Short Message Service" o, de forma
    abreviada, el SMS que aparece en el display del móvil. El
    máximo de comunicación está limitado
    ahí a 160 caracteres. Resulta extraño que el
    armamento tecnológico de la ingenuidad juvenil sea elevado
    a la condición de parte integrante de un icono social y
    asociado al concepto de "conocimiento". Desde el punto de vista
    de una "fuerza productiva inteligencia" o de un "acontecimiento
    intelectual del futuro", esto es un poco decepcionante.
    Quizás nos acerquemos más a la verdad si
    comprendemos lo que se entiende por "inteligencia" en la sociedad
    del conocimiento o de la información.

    Así, en una típica nota de prensa
    económica publicada en la primavera de 2001, se lee: "A
    pedido de la agencia espacial canadiense, la empresa Tactex
    desarrolló en British Columbia telas inteligentes. En
    trozos de paño se cosen una serie de minúsculos
    censores que reaccionan a la presión.
    Ante todo, la tela de Tactex debe ser probada como revestimiento
    de asientos de automóviles. Reconoce a quien se
    sentó en el asiento del conductor… El asiento
    inteligente reconoce el trasero de su conductor".

    Para un asiento de automóvil, se trata
    seguramente de un hecho grandioso. Lo debemos admitir. Pero no se
    lo puede considerar en serio como un paradigma del
    "acontecimiento intelectual del futuro". El problema reside en el
    hecho de que el concepto de inteligencia de la sociedad de la
    información -o del conocimiento- está
    específicamente modelado por la llamada "inteligencia
    artificial".

    Estamos hablando de máquinas electrónicas
    que por medio del procesamiento de
    datos tienen una capacidad de almacenamiento
    cada vez más alta para simular actividades rutinarias del
    cerebro humano.
    Objetos inteligentes Hace mucho que se habla de la "casa
    inteligente", que regula por sí sola la calefacción
    y la ventilación, o de la "nevera inteligente", que
    encarga al supermercado la leche que se
    terminó.

    De la literatura de terror,
    conocemos el "ascensor inteligente", que desgraciadamente se
    volvió malo y atentó contra la vida de sus
    usuarios. Nuevas creaciones son el "carrito de compras
    inteligente", que llama la atención del consumidor sobre
    las ofertas especiales, o la "raqueta inteligente", que con un
    sistema electrónico embutido permite al tenista un saque
    especial, mucho más potente. ¿Será
    éste el estadio final de la evolución intelectual
    moderna? ¿Una grotesca imitación de nuestras
    más triviales acciones cotidianas por las máquinas,
    conquistando así una consagración intelectual
    superior? Como todo lo indica, la maravillosa sociedad del
    conocimiento aparece justamente por eso como sociedad de la
    información, porque se empeña en reducir el mundo a
    un cúmulo de informaciones y procesamientos de datos, y en
    ampliar de modo permanente los campos de aplicación de los
    mismos.

    Están en juego
    ahí, sobre todo, dos categorías de "conocimiento":
    conocimiento de las señales
    y conocimiento funcional. El conocimiento funcional está
    reservado a la elite tecnológica que construye, edifica y
    mantiene en funcionamiento los sistemas de
    aquellos materiales y
    máquinas "inteligentes". El conocimiento de las
    señales, por el contrario, compete a las máquinas,
    pero también a sus usuarios, por no decir a sus objetos
    humanos. Ambos tienen que reaccionar automáticamente a
    determinadas informaciones o estímulos.

    No necesitan saber cómo funcionan esas cosas;
    sólo necesitan procesar los datos "correctamente".
    Comportamiento
    programable Tanto para el comportamiento maquínico como
    para el humano, en la sociedad del conocimiento la base
    está dada, en consecuencia, por la informática, que sirve para programar
    secuencias funcionales.

    Se trabaja con procesos
    describibles y mecánicamente reejecutables, con medios
    formales, por una secuencia de señales (algoritmos).
    Esto suena bien para el funcionamiento de tuberías
    hidráulicas, aparatos de fax y motores de
    automóviles; está muy bien que haya especialistas
    en eso. Sin embargo, cuando el comportamiento social y mental de
    los seres humanos es también representable, calculable y
    programable, estamos ante una materialización de las
    visiones de terror de las modernas utopías
    negativas.

    Esa especie de conocimiento social de señales
    sugiere vuelos mucho menos audaces que los del famoso perro de
    Pavlov. A comienzos del siglo XX, el fisiólogo Ivan
    Petrovitch Pavlov había descubierto el llamado reflejo
    condicionado. Un reflejo es una reacción automática
    a un estímulo externo. Un reflejo condicionado o motivado
    consiste en el hecho de que esa reacción puede ser
    también desencadenada por una señal secundaria
    aprendida, que está ligada al estímulo original.
    Pavlov asoció el reflejo salival innato de los perros ante la
    visión de la ración de comida con una señal,
    y pudo finalmente provocar también ese reflejo utilizando
    la señal de manera aislada.

    Por lo que parece, la vida social e intelectual en la
    sociedad del conocimiento -o sea, de la información- debe
    orientarse por un camino de comportamiento que corresponda a un
    sistema de reflejos condicionados: estamos siendo reducidos a
    aquello que tenemos en común con los perros, puesto que el
    esquema de estímulo-reacción de los reflejos tiene
    que ver absolutamente con el concepto de información e
    "inteligencia" de la cibernética y de la
    informática.

    El conjunto de nuestras acciones en la vida esta
    supervisado cada vez más por dígitos, reglas,
    clusters y
    señales de todo tipo. Sin embargo, ese conocimiento de las
    señales, el proceso reflejo de informaciones, no es
    exigido sólo en el ámbito tecnológico, sino
    también en el más elevado nivel social y
    económico.

    Así, por ejemplo, se es como se dice: los
    gobiernos, los "managers", los que tienen una ocupación,
    todos en fin deben observar permanentemente las "señales
    de los mercados". Este
    conocimiento miserable de las señales no es, a decir
    verdad, ningún conocimiento. Un mero reflejo no es al fin
    y al cabo ninguna reflexión intelectual, sino exactamente
    lo contrario. Reflexión significa no sólo que
    alguien funcione, sino también que ese alguien pueda
    reflexionar "sobre" tal o cual función y
    cuestionar su sentido.

    Ese triste carácter del conocimiento-
    información reducido fue preanunciado por el
    sociólogo francés Henri Lefebvre ya en los
    años 50, cuando en su Crítica de la vida cotidiana
    describía la era de la información que se
    avecinaba. "Se adquiere un "conocimiento". ¿Pero en
    qué consiste éste exactamente? No es ni el
    conocimiento (Kenntnis) real o aquel adquirido por procesos de
    reflexión (Erkenntnis), ni un poder sobre las cosas
    observadas, ni, por último, la participación real
    en los acontecimientos.

    Es una nueva forma de observar: un mirar social sobre el
    retrato de las cosas, pero reducido a la pérdida de
    los sentidos,
    al mantenimiento
    de una falsa conciencia y a la
    adquisición de un seudo conocimiento sin ninguna
    participación propia…" El "sentido de la vida" En otras
    palabras, la cuestión del sentido y de la finalidad de los
    propios actos de cada uno se hace imposible. Si los individuos se
    vuelven idénticos a sus funciones
    condicionadas, dejan de estar en condiciones de cuestionarse a
    sí mismos o al ambiente que
    los rodea.

    Estar "informado" significa entonces estar completamente
    "en forma", formado por los imperativos del sistema de
    señales técnicas,
    sociales y económicas; para funcionar, por lo tanto, como
    una puerta de comunicación de un circuito complejo. Y nada
    más. La generación joven de la llamada sociedad del
    conocimiento es tal vez la primera en perder la pregunta ingenua
    sobre el "sentido de la vida". Para eso no habría espacio
    suficiente en el display. Los "informados" desde pequeños
    ya no comprenden ni siquiera el significado de la palabra
    "crítica".

    Identifican ese concepto con el error crítico,
    indicación de un problema serio, que debe ser
    rápidamente eliminado en la ejecución de un
    programa.
    En esas condiciones, el conocimiento reflexivo intelectual es
    tenido como infructuoso, como una especie de tontería
    filosófica de la cual ya no tenemos necesidad. Sea como
    fuere, se tiene que convivir con eso de manera pragmática.
    El primero y único mandamiento del conocimiento reducido
    dice: éste debe ser inmediatamente aplicable al sistema de
    señales dominante.

    Lo que está en discusión es el "marketing de
    la información" sobre "mercados de información". El
    pensamiento intelectual debe encogerse hasta la condición
    de "informaciones". Lo que, por ejemplo, será en el futuro
    un "historiador" ya lo demuestra hoy el historiador Sven Tode, de
    Hamburgo, con su doctorado. Bajo el título de History
    Marketing, éste escribe, por encargo, la biografía de las
    empresas que
    conmemoran los aniversarios de su creación; también
    las ayuda cuidando de sus archivos.

    Su gran éxito: para una empresa
    norteamericana que estaba envuelta en una disputa por la patente
    de una juntura tipo bayoneta para mangueras de bomberos, Tode
    pudo desenterrar archivos que proporcionaron a quien
    encomendó sus servicios un ahorro de
    siete millones de dólares. Cada vez más
    desempleados, individuos sometidos a una dieta financiera de
    hambre y portadores escarnecidos de un socialmente desvalorizado
    conocimiento de reflexión, se esfuerzan en transformar su
    pensamiento, reduciéndolo a los contenidos triviales de
    conocimientos funcionales y reconocimientos de señales,
    para permanecer compatibles con el supuesto progreso y
    vendibles.

    Lo que surge de ahí es una especie de
    "filosofía de asiento de automóvil inteligente". En
    verdad, es triste que hombres instruidos en el pensamiento
    conceptual se dejen degradar a la condición de payasos
    decadentes de la era de la información.

    La sociedad del conocimiento se encuentra extremadamente
    desprovista de espiritualidad, y por eso hasta en las mismas
    ciencias del
    espíritu, el espíritu está siendo expulsado.
    Lo que queda es una conciencia infantilizada que juega con cosas
    inútiles desconectadas de conocimiento e
    información. Sin embargo, el conocimiento degradado en
    "información" no se reveló todo lo
    económicamente estimulante que se había esperado.
    La New Economy de la sociedad del conocimiento entró en
    colapso tan rápidamente como fue proclamada.

    Eso también tiene su razón; pues el
    conocimiento, en la forma que sea, a diferencia de los bienes
    materiales o los servicios prestados, no es reproducible en
    "trabajo" y, por tanto, en creación de valor, como objeto
    económico. Una vez puesto en el mundo, puede ser
    reproducido sin costos, en la
    cantidad que se desee. En su debate con el economista
    alemán Friedrich List, en 1845, Karl Marx ya
    escribía: "Las cosas más útiles, como el
    conocimiento, no tienen valor de cambio".

    Esto también vale para el actualmente reducido
    conocimiento-información, cuya utilidad se puede
    poner en duda. Así, la escasa reflexión intelectual
    se venga de los profetas de la supuesta nueva sociedad del
    conocimiento. La montaña de datos crece, el conocimiento
    real disminuye. Cuanto más informaciones, más
    equivocados los pronósticos. Una conciencia sin historia, volcada hacia la
    atemporalidad de la "inteligencia artificial" ha de perder
    cualquier orientación. La sociedad del conocimiento, que
    no conoce nada de sí misma, no tiene más que
    producir que su propia ruina. Su notable fragilidad de memoria es al
    mismo tiempo su único consuelo.

    LA IGNORANCIA EN
    REPÚBLICA DOMINICANA. Causas y
    consecuencias

    La ignorancia es un flagelo que ha existido desde
    siempre en nuestro país, y ello se debe a las erradas
    políticas de desarrollo que se toman sin un plan
    estratégico previamente concebido, pues precisamente y
    talvez por ignorancia intencional, desde el inicio de nuestra
    historia no se conoce de planes estratégicos que
    contribuyan a un desarrollo
    sustentable a todos los niveles, a excepción del
    plan decenal
    de educación.

    Los principales males de nuestro país
    están asociados a la ignorancia de las personas que lo
    habitamos, y en ello se debe señalar que las principales
    causas de ignorancia tienden a ser según nuestra
    consideración:

    • Educación de calidad inferior, tanto en el
      hogar como en las instituciones educativas
    • Sedentarismo por falta de implementación de
      una política de pleno empleo
    • La calidad de la salud es deprimente y la clase pobre
      no siempre tiene acceso a los servicios de salud.
    • La emigración de la zona rural a la zona
      urbana es también otra causa de ignorancia, pues estos
      ignoran talvez que la superación está al alcance
      de sus manos a través del trabajo y la
      implementación de los medios de producción con que siempre
      cuentan.
    • La pobreza extrema
      es una causa de ignorancia ineludible y en nuestro país
      esta está enraizada y va en crecimiento.
    • El acceso a los servicios básicos para la
      clase más necesitada que cada vez es más
      limitado.

    La base de la sabiduría está centrada en
    la
    comunicación y son muchas las comunidades que carecen
    de esta; y por ello la ignorancia está tan
    enraizada.

    Se puede indicar que la mayoría de los
    dominicanos sufre de una gran ignorancia en cuanto a las leyes de
    nuestro país; y por ello es que ignoran en qu♪0
    momento están violando tal o cual ley.

    La libertad de
    expresión es otro mal que agobia a los dominicanos
    debido a que no existe tal libertad al
    100%.

     Las
    consecuencias de la ignorancia en República
    Dominicana

    Hoy en día se está viviendo un mar de
    consecuencias a causa de ignorar tantos factores que de
    algún modo y si se comunicara tenderían a mejorar
    la calidad de
    vida de los ciudadanos de nuestro país. Muy a pesar de
    que está escrito que la ley no admite ignorancia;
    también es bien sabido que las limitantes son la
    justificación de la ignorancia, tal como hemos mencionado
    en el apartado anterior.

    Ignorar la existencia de determinados servicios no es
    por que sea algo intencional; se debe en la mayoría de los
    casos a la deficiencia de la comunicación; y ello permite
    que al momento de justificar la ignorancia de un acontecimiento,
    servicio, etc. Esta persona encuentre un abrigo precisamente
    allí en el manto de la ignorancia.

    El incremento de las enfermedades
    infectocontagiosas, son el resultado de la ignorancia y por ello
    son muchos los ciudadanos y ciudadanas que hoy están
    pagando la inducción a la ignorancia de la que han
    sido objeto. Y decimos inducción debido a que para que no
    exista tal inducción; se debe entregar con eficiencia y sana
    intención el bien o servicio para el cual se vive en
    nuestro país.

    El crecimiento desproporcionado de la tasa de natalidad
    es un resultada consecuencial de la ignorancia; pues la falta de
    una buena educación en ese sentido en principio
    ayudaría a que el rendimiento de bienes y servicios fuera
    más equitativo.

    Sin embargo, esto no llega a donde debe llegar, sobre
    todo a las comunidades rurales que es en donde el promedio de
    miembros por familias es aproximadamente de nueve (9).

    Cómo se podría ser más ignorante,
    si cuando en lugar de que se eleve la calidad de la
    educación tanto en el hogar como en las escuelas,
    contrario a esto se maltrata la clase más necesitada, y se
    les pone una camisa de fuerza para que el acceso a la
    educación les sea casi imposible. Claro está que
    también en las zonas rurales y en donde existe una
    inmensidad de personas que viven en la indigencia no logran
    superarse porque en función de lo que reciben prefieren
    suicidar la clase.

     LA
    DELINCUENCIA

    En nuestro país el hablar de delincuencia
    es como hablar de un deporte cualquiera, pues esta se
    encuentra a la orden del día y a la puerta de los hogares,
    oficinas, fábricas, industrias,
    barrios pobres y de clase alta y naturalmente en las escuelas e
    instituciones del gobierno. ¿Debemos asignar esta responsabilidad a la ignorancia? Veamos esto con
    la lupa analítica con el propósito de encontrar la
    evidencia requerida para determinar la culpabilidad o
    responsabilidad en el presente caso.

    Corrupción gubernamental. No se
    requiere ampliar mucho sobre este tema, pues como se ve a diario
    en todos los periódicos de circulación nacional e
    internacional en todas las esferas del gobierno existe la
    corrupción gubernamental; y es que son
    tantos los trabajadores del Estado que aspiran a lograr el
    enriquecimiento ilícito a costa de la ignorancia de los
    demás, que miran por una pequeña brecha lo que
    ocurre y se hacen de la vista gorda, ignorando que a quien se vea
    cometiendo actos de corrupción puede y debe ser denunciado
    e inclusive ser sometido a la justicia por cualquier
    ciudadano.

    De igual modo cuando vemos estos altos funcionarios que
    han sido nombrados en posiciones de mucha relevancia en el
    gobierno; no se ha hecho una evaluación
    de las necesidades de esta persona y se comete el error de
    colocar a personas con necesidades implícitas y tan
    enraizadas que no son a veces más que gente
    paupérrimas tanto materialmente como moralmente y llegan
    allí con un hambre voraz para lograr recuperar lo que
    trabajando honradamente no pudo lograr; porque tampoco le
    interesó trabajar honradamente para ser una persona digna
    de ser reconocida en la sociedad.

     ENFERMEDADES
    INFECTOCONTAGIOSAS

    Se ha puesto mucho énfasis en el aumento del
    contagio del VIH de madres a recién nacidos. Sin embargo,
    se ha prestado poca atención a la transmisión del
    VIH a niños y
    adolescentes a través de la explotación sexual, un
    problema común tanto a los países industrializados
    como a los países en vías de desarrollo.

    La ignorancia, la pobreza y la
    violencia
    están en la raíz de este problema. La
    Convención de la Naciones Unidas
    sobre los Derechos de los Niños establece las condiciones
    básicas (tales como vivir en un ambiente sano, tener
    acceso a los servicios de salud, estándares mínimos
    del alimentación, vivienda y vestido, apoyo
    legal y social) para proteger a todos los menores de 18
    años contra el abuso y la explotación. Estados Unidos
    firmó, pero no ha ratificado esa convención. Aunque
    existen leyes que prohíben la explotación sexual de
    menores en casi todos los países, hay muchas dificultades
    para hacerlas cumplir.

    El abuso sexual
    contra niños y adolescentes puede ocurrir tanto por la
    explotación comercial del sexo como por
    el abuso sexual en el hogar o en la comunidad. Más de un
    millón de niños se incorporan al comercio
    sexual cada año. Se estima que hay entre 400000 y 500000
    niños prostituidos en India. Una
    investigación realizada en República Dominicana
    arrojó que más de 25000 menores de edad
    están inmersos en la prostitución.

    Los niños y adolescentes que viven en
    situación de pobreza y en las calles, lejos del control familiar
    o social, son particularmente propensos a esta clase de abuso. Lo
    que vuelve especialmente preocupante tal situación es que
    los índices de contagio del VIH entre niños y
    adolescentes sexoservidores y los niños que viven en las
    calles suelen ser muy elevados. Los niños sexo servidores
    también se involucran más fácilmente en el
    abuso del alcohol y
    las drogas, lo
    que aumenta el peligro de infección con el VIH, tanto a
    través de inyecciones con agujas contaminadas como por ser
    más propensos a las relaciones
    sexuales riesgosas. "La explotación comercial del sexo
    infantil es una atrocidad y con todo derecho ha sido llamada el
    último demonio".

    TRÁFICO DE
    DROGAS Y
    ESTUPEFACIENTES

    No existe hoy en día un lugar de paz y
    armonía en nuestro país, basta con caminar por las
    calles tanto durante el día como en la noche y ver
    cómo la juventud está enfrascada en un matrimonio sin
    divorcio con
    la cocaína,
    marihuana,
    crack, morfina, éxtasis y todas esas drogas que posterior
    a su consumo
    generan otras consecuencias, tales como violaciones a
    niñas, niños, adolescentes, y mayores de edad,
    robos, atracos, secuestros, asesinatos sin ningún
    motivo.

    Es tanto lo que se ve día a día, que
    actualmente ha ido surgiendo una población que va en
    desarrollo, como lo es la comunidad lésbica, y comunidad
    homosexual, qué mal tan grande ha causado la
    ignorancia.

    Hay que ver el tipo de alimentación y nutrición de que
    somos víctimas los dominicanos, pues para los
    políticos es bien sabido que "El mal comío no
    piensa" y naturalmente a ellos les conviene que a raíz de
    una pésima alimentación las personas puedan ignorar
    lo que realmente les conviene y necesitan y terminan
    abrazándose una gran parte de los brazos abiertos de
    la
    drogadicción.

    LA
    PROSTITUCIÓN

    Bueno, esta es la profesión más vieja de
    la historia de la humanidad y con ella naturalmente el
    engaño que ambas van de la mano.

    ¿Es acaso cierto que la prostitución ha
    sido eyaculada por causa de la ignorancia?

    Los países; y en el caso específico el
    nuestro, están preñados por acostarse tantas veces
    con la ignorancia y en la mayoría de los casos usarla
    hasta de almohada.

    La prostitución llega principalmente a aquellos
    lugares de clase media baja, baja y muy baja, arrastrando consigo
    una inmensidad de enfermedades, drogadicción, delincuencia, y toda clase de
    atrocidades inimaginables para una persona que prefiera
    entregarse al menos a hacer un poco de ejercicio a través
    de la
    lectura.

    Los proxenetas son los grandes avivatos y abortos de la
    naturaleza que
    se dedican a comercializar la prostitución en todos los
    ámbitos. Estos "dignos señores" son aquellos que
    están vestidos de sabiduría y cuentan con un gran
    don del convencimiento para insertar mujeres y niñas a la
    prostitución y drogadicción, y luego quieren
    presentarse como verdaderos señores de sociedad que se
    deslizan por los pasillos de los grandes escenarios en nuestro
    país entregando por unos míseros centavos el cuerpo
    de jovencitas que al verse sin aparentes posibilidades de
    superarse por la ignorancia a la que son sometidas, se entregan a
    este terrible mal, terminando en poco tiempo con una vejez
    prematura, enfermas con VIH y quien sabe con cuantas cosas
    más.

    Qué ilustres son estos avivatos sociales que
    gozan de las mejores consideraciones a los ojos de aquellos que
    se supone deben hacer justicia y castigar a esos dignos
    comerciantes que además dicen cumplir con sus obligaciones
    de contribuyentes.

    CONCLUSIÓN

    Las sociedades mejoran su calidad de vida cuando
    precisamente se trabaja en esa dirección, con prudencia, con buena
    intención y respetando la intención de sus
    conciudadanos. Ningún país en vías de
    desarrollo; como los es la República Dominicana
    logrará su desarrollo completo mientras el manto de la
    ignorancia sea el que cubra nuestras cabezas y sea nuestra
    bandera.

    Existen personas con deseos de ver cambiar para bien
    esta sociedad putrefacta e inerme. Son tantas las consecuencias
    de la ignorancia que considero que aun se debe escribir bastante
    con el propósito de que la gente conozca y deje de ignorar
    su posición real como ciudadanos de un país que no
    ve más allá de la punta de su nariz por estar
    erigido encima de la piedra de la ignorancia.

    BIBLIOGRAFÍA

    1. Listín Diario, 24 de marzo del 2003,
      sección el país.
    2. Periódico HOY, 16 de junio del
      2004
    3. Rollins Beronico,
      , Ignorancia en la República Dominicana. Causas y
      consecuencias.

     

    Beronico Rollins

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