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"La verdad" sobre los trasplantes de órganos humanos




Enviado por acadfilo



     

    1. La opinión de la Iglesia
      Católica
    2. Influencia de los donantes de
      órganos (alma o espíritu) sobre los
      receptores
    3. Relatos sobre personas que
      recibieron trasplantes.
    4. Reuniones de apoyo grupal –
      Relatos de trasplantados
    5. Otras
      opiniones
    6. Texto de investigación: El
      código del corazón
    7. Otras posibles fuentes de
      nuestras memorias celulares
    8. La responsabilidad de los
      actos
    9. Glosario

    No cabe duda que ser donante de órganos humanos
    para que otra persona prolongue
    su vida o mejore su calidad de
    vida es una obra de bien, pero siempre se habla de aquel a
    quién van destinados los órganos o sea del receptor
    y nunca del donante y en qué condiciones se encuentra
    cuando se le extraen los órganos.

    La Academia Filosófica del Perú no
    está en contra de los trasplantes de órganos
    humanos, sino que está en contra de la ablación de
    órganos cuando el donante se encuentra con "muerte
    cerebral", pues en este caso la persona está con vida, a
    la que se le extraen los órganos a corazón
    latiente adelantando la muerte de
    la misma, o sea considerándolo no sólo como una
    persona que va a morir sino como un condenado a muerte, al que
    anticipan su pronóstico final para extraerle los
    órganos.

    Se sabe perfectamente que del cadáver, que el
    común de las personas está acostumbrado a ver 
    y está listo para ser enterrado, sus órganos
    principales no sirven para trasplantes.

    La condición necesaria para que los
    órganos principales sean de utilidad, es que
    la persona a quien se le extraen los órganos se encuentre
    con muerte cerebral, y todo el organismo continúe con vida
    aún sostenida por medios
    mecánicos, que en algunos ha perdurado muchos
    meses.

    Esta situación, debería informarse a la
    población, la que supone que cuando se
    habla de donación para después de la muerte, el
    cadáver es aquel en el cual cesaron todas las funciones vitales
    y no aquel otro que se le extraen los órganos a
    corazón latiente.

    El 24/10/95 en el Aula Magna de la Facultad de Derecho
    de la U.B.A.- Bs.As. – Argentina el Dr. Carlos R. Gherardi, del
    Hospital de Clínicas Gral. San Martín,
    expresó: "Si a un potencial donante, hombre, con
    MUERTE CEREBRAL, se le extrae semen y se implanta en una mujer,
    ésta puede quedar embarazada. Y si el potencial
    donante es mujer y está embarazada, puede ser alimentada y
    mantenida biológicamente durante toda la
    gestación hasta dar a luz
    normalmente.

    … "¿Desde cuándo los cadáveres
    tienen hijos?"

    Los médicos norteamericanos Carey A. Byrne y
    Richard G. Nilges manifestaron que con la denominada muerte
    cerebral, la persona es determinada muerta y tratada como viva,
    pero el corazón está todavía latiendo,
    existe presión
    sanguínea y al golpear la rodilla ésta se sacude;
    el color es normal,
    pero cuando se presiona sobre la piel,
    ésta se emblanquece y el color retornará al quitar
    la presión. Un drenaje de succión y de postura se
    realiza para prevenir la neumonía. El paciente es dado vuelta para
    prevenir las escaras.

    … "¿Cómo puede un cadáver
    enfermarse, desarrollar neumonía o tener
    escaras?"

    En muchos países, se ha establecido la muerte
    encefálica o cerebral, como muerte de la persona, lo que
    significa que el paciente (donante) que se encuentra en ese
    estado
    está LEGALMENTE MUERTO, PERO NO REALMENTE
    MUERTO
    .

    Esta muerte (cerebral) inventada y utilitaria permite
    extraer los órganos a las personas que tienen
    vida.

    DE ACUERDO A ESTE NUEVO CONCEPTO DE
    MUERTE, LOS CADÁVERES PUEDEN ENFERMARSE, TENER HIJOS;

    en Inglaterra y
    otros países, SON ANESTESIADOS PARA QUE NO SIENTAN
    DOLOR CUANDO LE EXTRAEN LOS ÓRGANOS
    y finalmente
    MUEREN POR ABLACIÓN DE SUS ÓRGANOS O DE PARO
    CARDIORESPIRATORIO.

    Tanto vale la vida del donante agónico, como del
    receptor también agónico.

    ¿Cuál es el criterio moral,
    ético y jurídico que se sigue para determinar que
    la vida del receptor de los órganos merece mayor y mejor
    amparo que el
    donante?

    LA OPINIÓN DE LA
    IGLESIA
    CATÓLICA:

    El Papa Juan Pablo II el 25/12/00 y 30/01/01
    instó a defender la vida en cualquier fase de su
    existencia desde la concepción hasta la muerte
    natural
    . Cuando se detiene el corazón (muerte natural)
    ningún órgano sirve para trasplantes.

    Con la ablación de los órganos, cuando la
    persona (donante) se encuentra con muerte cerebral, se altera el
    NATURAL desprendimiento del alma o ser
    esencial de su cuerpo físico, que se produce a raíz
    de la muerte de todas las células.

    Por lo tanto el ser (donante) como alma
    debe sufrir intensamente cuando le ablacionan sus órganos
    y es probable que siga al o a los órganos que están
    impregnados de su fluido vital en el cuerpo del
    receptor.

    Surge de la experiencia y es de conocimiento
    de los profesionales vinculados a los trasplantes en EE.UU., que
    los receptores de órganos en algunos casos
    han asumido las ideas, gustos, tendencias e inclinaciones
    sexuales de los donantes.

    Es decir que los donantes como alma o ser
    esencial causan influencia física y mental sobre
    los receptores.

    El hombre es algo más que su cuerpo, es un alma
    con cuerpo y en este caso particular de los trasplantados se
    producen hechos que escapan a la ciencia del
    plano físico. Estos pertenecen al plano espiritual que la
    realidad demuestra y se verifican a través de las
    observaciones realizadas por los profesionales
    médicos.

    El hombre lleva la ineludible responsabilidad de sus actos y pensamientos, por
    los que deberá dar rigurosa cuenta y compensar su
    erróneo proceder, sea en la presente existencia, en el
    mundo esencial o espiritual cuando deje su cuerpo físico,
    o bien en una nueva existencia corporal.

                                                     
    ACADEMIA FILOSÓFICA DEL PERÚ

    Email:

    Tef: 330-1963

    Jr. Ica Nº 433 – 2do piso Of. 202 –
    Cercado de Lima

    Mayor Información:

    ACADEMIA FILOSOFICA DE LA PLATA


    http://www.acadfilosofica-lp.org.ar/trasplantes2003.htm/influencia_de_los_donantes.htm


    http://www.acadfilosofica-lp.org.ar/trasplantes2003.htm/influencia_de_los_donantes_cs.htm

    Trasplantes de Órganos
    Humanos

    Influencia de los
    Donantes de Órganos (Alma o Espíritu) sobre los
    Receptores

    TEXTO DE INVESTIGACIÓN:
    Cambio
    de Corazón –

    Claire Sylvia y Bill Novak – ISBN
    0-446-60469-0

    Claire Sylvia recibió un trasplante de
    corazón y pulmones en 1988. La causa de la
    necesidad de ser trasplantada se debió a su
    padecimiento de hipertensión pulmonar primaria y
    éste se realizó en el Hospital de Yale
    – New Haven en Connecticut – Nueva Inglaterra
    por el Dr. John Baldwin. El donante fue un joven de 18
    años de Maine, que tuvo un accidente en
    motocicleta que al momento de ablacionarle los
    órganos estaba siendo mantenido por un ventilador
    que respiraba por él; su corazón en cambio
    estaba latiendo por sí mismo.

    Datos obtenidos del texto
    de investigación (Cap. 1 –
    Pág. 5; Cap. 3 – Pág. 38; Cap. 6
    – Pág. 80; Cap. 7 – Pág.
    84-96-97).

    Exponemos textualmente de su libro
    algunos párrafos sobre los cambios
    experimentados en su vida relacionados con la
    energía de su donante, además de percibir
    su presencia como una segunda alma compartiendo su
    cuerpo, los sorprendentes y acertados sueños sobre
    él, sin haberlo conocido, los cambios en sus
    apetencias gastronómicas, estilo de baile, forma
    de caminar, etc. que eran el modo de vida del donante y
    que ella asumió tras el trasplante, todo esto
    confirmado por los familiares del mismo.

    Los cambios de Claire Sylvia coinciden
    también con relatos de otros trasplantados que han
    experimentado similares cambios después del
    trasplante, situaciones que parecen constituir la regla y
    no la excepción y que los científicos
    materialistas no pueden darle explicación pues
    estos hechos no pertenecen al plano físico sino al
    plano espiritual.

     EL RECEPTOR DE LOS ÓRGANOS
    TRASPLANTADOS CLAIRE SYLVIA SIENTE LA PRESENCIA DEL
    DONANTE (MUERTO) COMO ALMA O
    ESPÍRITU

     "No antes que pasara mucho tiempo
    comencé a sentir que había recibido
    más que sólo nuevas partes del cuerpo.
    Comencé a preguntarme si mi corazón y
    pulmones trasplantados, de alguna manera, me
    habían transmitido algo de sus inclinaciones y
    recuerdos propios. Tuve sueños y
    experimenté cambios que parecían sugerir
    que algunos aspectos del espíritu y de la
    personalidad de mi donante ahora existían
    dentro de mí". (Cap. 1 – Pág.
    6)

    "Aunque aún no podía expresar esta
    idea en palabras, ahora creo que lo que me hizo estar tan
    confundida y desorientada durante los primeros
    días en la unidad de cuidados intensivos, fueron
    las primeras molestias de otra persona dentro mío.
    Yo tenía la sensación de que algunos
    aspectos del espíritu y personalidad del donante existían
    dentro mío". (Cap. 8 – Pág.
    114)

    "Mi corazón nuevo parecía estar
    alterando mi personalidad. Noté que ya no
    sentía soledad, incluso si estaba sola. Durante la
    semana, al estar separada de mi hija Amara y de mis
    amigos no los extrañaba mucho. A veces
    tenía la intuición que alguien más
    estaba ahí conmigo, que de un modo intangible mi
    concepto de "yo" se había convertido en
    "nosotros". Aunque no siempre podía detectar esta
    presencia extra, en momentos sentía como si una
    segunda alma estaba compartiendo mi cuerpo". (Cap. 9
    – Pág. 131)

    "No era mi ser maduro quien me había
    arrastrado hasta aquí, sino, la energía
    juvenil de mi corazón y pulmones de veinte
    años. En Francia, más que nunca antes,
    sentí como si fuéramos dos personas que
    estaban compartiendo el mismo cuerpo". (Cap. 12 –
    Pág. 193)

    "Que shockeante debe haber sido para el
    corazón y los pulmones de Tim – y cualquier
    otra parte del espíritu de Tim que podría
    venir junto a ellos- en despertarse en el cuerpo de una
    mujer de edad madura ¿Estaba yo loca o eran mis
    sueños y mis cambios que estaban sugiriendo que el
    corazón humano era más que una bomba
    mecánica?" (Cap. 12 –
    Pág. 196)

    "Ahora Rolbie estaba forzado en considerar lo
    que para mí por mucho tiempo me pareció
    claro – no solo de que había un Tim real
    sino que algunos aspectos de él podrían
    existir dentro mío. Como Rolbie
    escribió:

    ‘Siento que se da lugar un cambio de punto
    de vista. Mi adhesión vehemente a la
    concepción psicológica de Tim se aleja
    cuando Claire se acerca a su deseo de encontrarse con
    la
    familia de Tim. Estoy comenzando a creer que algo de
    la esencia de Tim ha transmigrado a Claire. Como
    terapista profesional sé que el vigor y la
    fortaleza son parte de la personalidad, el temperamento y
    la identidad. Si el trasplante de alguna
    manera ha transmitido elementos de temperamento,
    personalidad e identidad de él, entonces restos
    psicológicos del Tim L. real (no sólo la
    imagen
    de ‘Tim’) puede habitar ahora en Claire".
    (Cap. 13 – Pág. 201-202)

    Robert Bosnak (Rolbie) – Analista del
    Instituto Jung de Boston.

    RELATO DE TRASPLANTADO

     "El interés del doctor Pearsall en esta
    materia surgió después de su
    propio trasplante. Un paciente conocido, que
    también sobrellevó un trasplante de
    médula, insistía que podía sentir la
    presencia de su donante. El doctor Pearsall
    preguntó al hombre que él pensaba
    cómo era su donante.

    'Alguna clase
    de artista', él respondió. 'Quizás
    un pintor o un músico.'

    Posteriormente, se le informó al paciente
    que el hobby de su donante era pintar al óleo".
    (Cap. 17 – Pág. 261)

    El Dr. Pearsall escribió el libro "El
    código del corazón", ISBN
    84-414-0467-4.

    INFLUENCIA DEL DONANTE DE LOS
    ÓRGANOS (MUERTO) COMO ALMA O ESPÍRITU
     SOBRE EL RECEPTOR, QUIEN ADOPTA SUS MISMOS
    GUSTOS

     Estos cambios de gustos que el receptor de
    los órganos (Claire Sylvia) manifiesta, eran los
    del donante (Tim L.) antes de su muerte, hechos que son
    confirmados por sus familiares.

    "¿Él era un gran bebedor de
    cerveza? ‘Yo
    pregunté’.

    Sus hermanas asintieron".

    "Cuando les conté como quería una cerveza
    tan pronto después de la operación, había
    sonrisas alrededor".

    "Pregunté si le gustaban los ajíes
    verdes.

    ‘¿Estás bromeando? Le
    encantaba’, una hermana me dijo. ‘Él
    solía freírlos con un embutido
    Kielbasa’

    Les expliqué que antes del trasplante nunca me
    gustaron los ajíes.

    ‘Pero lo que a él realmente le encantaba
    eran los medallones de pollo’, dijo Annie.

    ‘Oh, mi Dios’

    ‘¿Qué es, Claire?’

    Recién recordé algo que nunca se lo he
    contado a alguien. Luego del trasplante, cuando finalmente me
    permitieron conducir nuevamente, el primer lugar que fui fue el
    negocio de pollo frito de Kentucky. Yo tenía este deseo
    por los medallones de pollo, lo que nunca había tenido
    antes". (Cap. 14 – Pág. 225-226)

    "Recién había aprendido que muchos de los
    sueños, imágenes y
    pálpitos que yo había tenido de mi donante
    estrechamente concordaban con lo que sus amados sabían de
    él". (Cap. 15 – Pág. 232)

    REPORTAJE A LOS PADRES DEL DONANTE EN
    1991

     ‘¿Ustedes creen’, el
    reportero preguntó, ‘que de alguna manera Claire
    recogió parte del espíritu de
    Tim?’

    June (Madre de Tim): ‘Sí, yo lo creo.
    Cuando ella nos contó acerca de las comidas, esto fue una
    conmoción’. Mi hija dijo: ‘Má, no lo
    puedo creer. ¡Son las mismas cosas que a Tim le
    gustaban!

    Carl (padre de Tim): ‘Su espíritu
    todavía está ahí en aquellas partes que ella
    recibió’. (Cap. 15 – Pág.
    240)

     INFLUENCIA MENTAL DEL DONANTE DE
    ÓRGANOS (TIM L. – MUERTO)

    COMO ALMA O ESPÍRITU, SOBRE EL RECEPTOR
    CLAIRE SYLVIA

    Los pensamientos del receptor (hombre o mujer) y los del
    donante (alma o espíritu) se confunden, valiéndose
    el donante como alma o espíritu del cuerpo del receptor
    para manifestarse.

    Es confirmado por los familiares del donante.

     REPORTAJE A LA HERMANA DEL DONANTE EN UN
    SHOW TELEVISIVO

    ‘Cuando la encontramos a Claire’, dijo Carla
    (hermana de Tim), ‘todos nosotros la probamos y le hicimos
    preguntas. Era como si supiera de Tim. Un montón de cosas
    que ella dijo eran verdad ¿cómo sabía ella
    estas cosas? Todo lo que decía estaba en lo cierto. Era
    como él, cómo si fuera parte de él.’
    (Cap. 15 – Pág. 241-242)

    "¿Por qué los receptores tienen las
    memorias de un
    donante que nunca conocieron y a quienes a veces podemos
    identificar?" (Cap. 18 – Pág. 275)

    RELATOS SOBRE
    PERSONAS QUE RECIBIERON TRASPLANTES.

    INFLUENCIA MENTAL DEL DONANTE MUERTO COMO ALMA O
    ESPÍRITU SOBRE EL RECEPTOR (PERSONA)

    "El día vendrá, yo espero, cuando los
    casos como el mío serán estudiados en forma
    sistemática. Hasta entonces, nos tenemos que conformar con
    evidencias
    anecdóticas.

    Una enfermera de trasplante de Florida, nos contó
    que una paciente de trasplante de corazón, que, antes de
    su operación, sufría de un temor extremo al
    agua, un temor
    tan extenuante que incluso no tomaría una ducha. Pronto
    después del trasplante, esta misma mujer sintió un
    gran deseo de ir a nadar y a navegar. Un médico residente
    de cirugía, que no estaba autorizado para abrir esta
    información, informó a la familia
    incrédula de la mujer que el
    donante de ella había sido un ávido navegante que
    murió en un accidente de paseo en bote.

    Esta misma enfermera nos contó acerca de un
    hombre de cincuenta y algo de años, que recibió un
    corazón nuevo de un donante joven que fue muerto en un
    accidente de motocicleta. El receptor, un cristiano que
    volvió a nacer, despertó de la operación
    maldiciendo e insultando, que era completamente fuera de su
    personalidad. Debido a que el donante había muerto en el
    mismo hospital donde el trasplante se realizó, la madre
    del donante terminó encontrando al receptor. Ella
    confirmó que el hombre
    estaba hablando como su hijo, e incluso estaba usando algunos de
    sus modismos". (Cap. 17 – Pág. 262)

    "Un número de facultativos vinieron a nuestro
    instituto y a través de los años he escuchado otras
    historias como esta. Un cirujano cardíaco me contó
    que él ha observado este fenómeno, que incluye
    cambios en la personalidad y deseos por nuevas comidas y que esto
    con frecuencia desvanece algunos meses después del
    trasplante. No es algo que los cirujanos quieren publicidad, y lo
    mantienen muy callado". (Cap. 18 – Pág.
    276)

    INFLUENCIA MENTAL Y FÍSICA DEL DONANTE DE
    ÓRGANOS (TIM L. – MUERTO) COMO ALMA O
    ESPÍRITU SOBRE EL RECEPTOR CLAIRE
    SYLVIA

     La influencia mental se verifica por
    el
    conocimiento de nuevos temas que ella manifiesta conocer y la
    influencia física puede verificarse por haber
    adoptado la forma de caminar del donante muerto.

    "Mi personalidad estaba cambiando, teniendo un giro
    masculino. Me sentía más segura, firme y
    enérgica, y además sentía que conocía
    temas que sólo los hombres conocían, un
    conocimiento que extrañamente vino a mí de
    algún lugar desconocido. Era una percepción
    sutil, como si un conocimiento secreto que yo no
    comprendía totalmente me hubiera sido confiado.

    Incluso mi modo de caminar era varonil. "Mamá",
    me dijo mi hija Amara, "¿Por qué estás
    caminando así? Estás tambaleándote como si
    fueras un futbolista".

    Luego un amigo de baile también me llamó
    la atención por el modo de caminar. "Claire,
    te estás meneando". Me di cuenta que era el modo de
    caminar de un joven viril,…

    Esta nueva energía masculina no se limitaba a mi
    paso de andar. O quizás mi nuevo modo de andar era una
    metáfora por el modo en que ahora me movía por el
    mundo, sin sentirme limitada. Sentí un nuevo poder que
    estaba asociado con la vibración, la fuerza y la
    masculinidad". (Cap. 9 – Pág. 132)

    REUNIONES DE APOYO
    GRUPAL – RELATOS DE TRASPLANTADOS

     "Otro tema en nuestra conversación era que
    todos nosotros después del trasplante teníamos la
    sensación de que no estábamos solos. Y cada uno de
    nosotros de alguna manera experimentábamos que el
    corazón nuevo era ‘otro’ ser con quien alguna
    forma de comunicación se daba lugar.

    En un par de casos esta sensación de estar con
    otra persona era tan fuerte, que los receptores estaban
    obsesionados en conocer la identidad del donante.

    Con otros integrantes, la percepción de otra
    presencia dentro suyo era más difusa y lo expresaban
    hablando directamente a sus corazones, incluso, en los momentos
    de crisis, en voz
    alta". (Cap. 11 – Pág. 166)

    "Solo una integrante, una trabajadora social llamada
    Mary sostenía que nunca había experimentado su
    corazón como ‘otro’ (ser). Dentro de los
    confines de nuestro círculo cerrado, Mary habló
    conmovida, como, cuando al experimentar un episodio de rechazo
    poco después del trasplante, tuvo una visión de dos
    espíritus que estaban librando una batalla en su cuerpo.
    ‘Uno de ellos era yo’, dijo ella, ‘y el otro,
    supongo, era el donante que no quería que yo tuviera su
    corazón’. ‘Sé que mi corazón
    nuevo es de una mujer y esta batalla entre nosotras era como una
    pelea de gatos’". (Cap. 11 – Pág.
    167)

    ‘A veces pienso en esta persona cuyo
    corazón yo tengo’, él dijo, ‘pero tengo
    que sacarlo de mi mente porque me asusta’…

    ‘No iré tan lejos como para aseverar que
    dos personas existen en mí pero he cambiado. Podría
    haber sido distinto si hubiera recibido un riñón,
    pero el corazón tiene lazos espirituales,
    psicológicos y emocionales. Creo que el espíritu
    del donante está todavía por aquí, y en este
    sentido todavía está vivo.’ (Cap. 11 –
    Pág. 169)

    "Alrededor de un año después del
    trasplante, Mario vivió una experiencia que realmente lo
    sacudió. Él y su esposa estaban visitando a
    parientes en el área de Boston y en un domingo de Pascuas
    ingresaron a una iglesia donde, ante su sorpresa, Mario se
    sintió totalmente en casa. Incluso el cura le
    parecía familiar y Mario instintivamente conocía el
    camino. Él condujo a su esposa escalera arriba a un
    banco de la
    iglesia como si hubiera estado ahí varias
    veces.

    ‘¿Hemos estado en esta iglesia?’ Le
    preguntó a su esposa.

    ‘Nunca’, le respondió.

    ‘Bueno yo sí’, él le
    dijo.

    ‘Nunca supe de qué parte de Boston era mi
    amigo (el donante)’. Mario nos contó. ‘Pero
    aquella mañana no tenía dudas que aquella era su
    iglesia’.

    Mario encontró esta vivencia tan inquietante que
    regresó a la iglesia tres veces más hasta que se
    sintió cómodo. `Creo que hay otro espíritu
    en mí’, -él concluyó- 'y que
    finalmente nos unimos y de alguna manera convinimos una vida para
    ambos’.

    Mario se sentía especialmente agradecido con
    Rolbie por ayudarlo a manejar una imagen perturbadora que lo
    atemorizaba. Desde el comienzo del trasplante, Mario a veces
    veía la imagen de una cara suspendida justo debajo del
    techo. Finalizadas unas de nuestras reuniones, Rolbie se
    reunió en privado con Mario y le pidió que trajera
    a la memoria la
    cara. Cuando apareció, Rolbie le asistió a Mario
    para que bajara la imagen cerca y más cerca del rostro de
    él, hasta que las dos caras parecían confundirse.
    Después de ello, la cara misteriosa no hizo más
    apariciones y Mario sintió que había incorporado
    totalmente el nuevo órgano a su cuerpo". (Cap. 11 –
    Pág. 171)

    OTRAS
    OPINIONES

    "Deepak Chopra está entre aquellos que
    parecen  dar por sentado una comprensión en
    crecimiento de la memoria celular.
    En uno de sus libros
    conocidos, él informa que algunos pacientes trasplantados,
    después de recibir un riñón, un
    hígado, o un corazón, comienzan a participar de la
    memoria de sus donantes. 'Asociaciones que pertenecen a otra
    persona empiezan a ser liberadas cuando los tejidos de
    aquella persona son ubicadas dentro de un extraño'". (Cap.
    18 – Pág. 269)

    Según el doctor en filosofía, Gary E.
    Schwartz, profesor de
    psicología, neurología y
    psiquiatría, y director del laboratorio de
    sistemas de
    energía humana de la Universidad de
    Arizona y su colega la doctora Linda G. Russek:

    "La memoria sistémica predice que todos los
    pacientes trasplantados registran información y
    energía guardadas en los tejidos del donante
    –seguramente inconscientemente y a veces concientemente.
    Desde nuestra perspectiva, el problema del rechazo de
    órganos no implica solamente el rechazo del elemento de
    la
    célula, sino también de la energía de
    información guardada dentro de las células y las
    moléculas". (Cap. 18 – Pág. 277)

    CONCLUSIÓN

     ANÁLISIS DESDE LA
    FILOSOFÍA

    El hombre es algo más que su cuerpo.

    Definido correctamente, el hombre es un alma o
    espíritu
    con un cuerpo físico; este
    último es la envoltura del alma e instrumento de trabajo para
    su progreso.

    Cuando el cuerpo muere, el alma o espíritu siendo
    inmortal, sobrevive a la muerte del cuerpo, conservando sus
    facultades espirituales: Pensamiento,
    Sentimiento y Voluntad.

    Para este estudio particular debemos tener en cuenta lo
    siguiente: EL HOMBRE ES UN SER ESENCIAL, ALMA O ESPÍRITU
    CON UN CUERPO FÍSICO.

                  
    CUERPO 

              
    ALMA
    +                     
    + CUERPO = HOMBRE (GÉNERO HUMANO)

                             
    FLUÍDICO                       

    Nosotros (hombre), somos un alma, espíritu o ser
    esencial, tenemos un cuerpo fluídico semimaterial
    más el cuerpo físico. Durante la vida del cuerpo,
    el cuerpo fluídico semimaterial está unido al
    cuerpo físico material, molécula a molécula,
    y hace de vehículo del pensamiento entre el alma y el
    cuerpo, teniendo por hilos conductores los nervios (para enviar
    los mensajes bioquímicos-neurotransmisores a las
    diferentes partes del organismo que actúan bajo el impulso
    de la voluntad).

    Los seres (alma, espíritu o ser esencial) cuyos
    cuerpos han muerto (donantes), en algunos casos pueden sentirse
    atraídos por una misma forma de pensar, sentir y actuar
    con el receptor del órgano trasplantado, al que se
    asimilan, confundiéndose los dos pensamientos, las dos
    voluntades y los dos cuerpos fluídicos (del receptor con
    cuerpo y del donante sin cuerpo), de forma tal que el donante
    (alma o espíritu) se vale del cuerpo del receptor
    (hombre), manifestando sus ideas, gustos, inclinaciones, y
    tendencias que tenía antes de su desencarnación
    (muerte).

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    Mientras las células de los
    órganos a transplantar estén vivas existe
    la unión de alma y cuerpo que está
    establecida por el cuerpo fluídico. Por lo tanto
    el ser (donante), como alma o espíritu, debe
    sufrir intensamente cuando le ablacionan sus
    órganos, ya que está unido a su cuerpo
    físico (cuyas células están vivas),
    molécula a molécula y es probable que
    siga al o a los órganos que están
    impregnados de su fluido vital (cuerpo fluídico)
    en el cuerpo del receptor, hasta que el órgano
    trasplantado sea impregnado por el fluido vital del
    receptor, lo que no significa que el donante como alma o
    espíritu se retire, sino que se asimila con el
    receptor para actuar conjuntamente con
    él.

    Como quiera que sea, ya por el accidente que
    le causó la muerte cerebral o por ablación
    de sus órganos, su muerte es violenta, lo que
    lleva a ese ser espiritual que dejó su cuerpo, a
    permanecer mucho tiempo en estado de turbación,
    tal vez años, en los que quizás no se
    dé cuenta de su estado, creyendo seguir viviendo
    con los mismos pensamientos, las mismas preocupaciones,
    los mismos sufrimientos pero sin el cuerpo de la
    tierra, figurándose las normales ocupaciones,
    y al unirse a las personas (receptores) puede causar
    influencia física y mental como las mencionadas
    por Claire Sylvia y otros trasplantados.

    Con la ablación de los órganos,
    cuando la persona (donante) se encuentra con muerte
    cerebral, se altera el NATURAL desprendimiento del
    alma o espíritu del cuerpo físico del
    donante, que se produce a raíz de la muerte de
    todas las células.

    El hombre como alma, ser esencial,
    espíritu con cuerpo (en este caso particular
    receptor de órganos), transmite a su cuerpo
    físico la impresión de sus
    pensamientos;  demostrado esto en el estudio que la
    medicina ha hecho sobre el Estrés.

    La explicación de cómo el donante
    influye sobre el receptor (por haberse unido a
    éste)  se verifica en cuanto a cambio de
    ideas, gustos, inclinaciones que este último
    (receptor) adquiere del donante.

    Esta influencia puede ser física y
    mental. Obsérvese el cambio de ideas, gustos y
    tendencias del receptor en la parte mental e influencia
    física en la forma de caminar.

    En la influencia mental, el donante (alma
    o espíritu que murió su cuerpo) influye
    sobre el receptor haciéndolo pensar y obrar
    por él, en ocasiones le obliga a cometer actos
    extravagantes, a pesar suyo se convierte en un ciego
    instrumento de sus gustos e inclinaciones.

    Es de observar que el receptor tiene conciencia a veces, que lo que hace es
    ridículo, pero está forzado a hacerlo como
    si un ser más poderoso lo obligara a obrar contra
    su voluntad.

    Según lo manifestado por el Dr. Pearsall,
    quien recibió un trasplante y trabajó con
    trasplantados, muchos de los receptores de trasplantes de
    órganos que al principio se conectaban con
    distintos aspectos de la personalidad de su donante,
    posteriormente parecían ir perdiendo o negando ese
    sentido de conexión, para volverlo a recuperar
    más tarde si dejaban de rechazar tal
    conexión, o de hacerla demasiado
    intensa.

    Esto se debe a que el receptor (hombre) cede su
    voluntad al donante (alma o espíritu libre) y
    éste se manifiesta a través del cuerpo del
    receptor. Esta influencia nunca se ejerce sin
    participación de quien lo sufre, ya por debilidad
    o deseo.

    Es de observar también que cuando el
    receptor rechaza firmemente recibir algún tipo de
    energía de su donante, es decir no cede su
    voluntad, esta influencia no se manifiesta, lo que no
    significa que no se produzca de algún
    modo.

    En muchos países, se ha establecido la
    muerte encefálica o cerebral, como muerte de la
    persona, lo que significa que el paciente (donante) que
    se encuentra en ese estado está LEGALMENTE
    MUERTO
    , PERO NO REALMENTE
    MUERTO
    .

    La condición necesaria para que los
    órganos principales: corazón,
    pulmón, riñones, etc., a ser trasplantados
    sean de utilidad, requiere que el donante se encuentre
    con muerte cerebral, lo que significa la muerte de las
    células cerebrales por lo cual el donante no se
    puede manifestar, pero el resto del organismo
    continúa con vida, aún sostenida por medios
    mecánicos (situaciones que en algunos casos ha
    perdurado varios meses). El cadáver con muerte
    cerebral se puede enfermar, tener hijos. En Inglaterra y
    otros países, es anestesiado para que no sienta
    dolor cuando le extraen los órganos y al final
    muere de paro cardiorespiratorio o por ablación de
    sus órganos.

    En síntesis, esta muerte cerebral,
    inventada, que justifican por razones
    utilitarias, permite extraer los órganos a las
    personas que tienen vida.

    La influencia de los espíritus sobre los
    hombres, no es invento, ni concepción del autor de
    este trabajo. Estos hechos se encuentran en el Antiguo y
    Nuevo Testamento. Ver ejemplo:  San Mateo 17, 14 a
    18 (Influencia del demonio – del griego
    DAIMON que significa: espíritu, ser extra
    corpóreo).

    Surge de la experiencia y es de conocimiento de
    los profesionales vinculados a los trasplantes en
    E.E.U.U., que los receptores y futuros receptores
    de órganos muestren cierto miedo ante el hecho que
    se vieran obligados a asumir las características
    de los donantes muertos, como por ejemplo los
    comportamientos que adoptara el cuerpo, por las
    preferencias y orientaciones sexuales, incluso si se
    volviera promiscuo y perdiera por completo su
    orientación sexual. Además es que,
    procediendo la mayoría de los órganos
    (corazones) de personas que encontraron una muerte
    repentina, incluso violenta, tengan que albergar
    espíritus de esos sujetos
    , que no estaban
    preparados para abandonar tan repentinamente el cuerpo.
    Otra preocupación lo constituye la
    adquisición de nuevos sentimientos religiosos y
    creencias, que sean tal vez totalmente opuestas a las
    convicciones que ellos mantuvieron durante toda la vida.
    (Pág. 140-141- "El código del
    corazón". Dr. Paul Pearsall – ISBN
    84-414-0467-4)

    La Academia Filosófica de La Plata, no
    está en contra de los trasplantes de
    órganos, ni de las personas que lo necesitan para
    prolongar o mejorar su calidad de vida, pero se pregunta:
    ¿cuál es el criterio moral que se sigue
    para determinar que una vida vale más que otra,
    tanto la del donante agónico, como la del receptor
    tal vez también agónico?

    La vida es valiosa, aunque sea precaria y debe
    ser respetada hasta la muerte natural, que
    significa la cesación definitiva de las funciones
    vitales orgánicas.

    Las investigaciones realizadas por los
    profesionales vinculados a los trasplantes, demuestran
    que para la obra de bien que se quiere realizar, se puede
    también causar mucho daño. Recordamos lo que
    sostenía el filósofo griego Sócrates (400 a.C.) es PORQUE SE
    TOMA EL CUERPO SIN EL ALMA.

    El hombre es algo más que su cuerpo, es
    un alma con cuerpo y en este caso particular de los
    trasplantados se producen hechos que escapan a la
    ciencia del plano físico. Estos
    pertenecen al plano espiritual que la realidad demuestra
    y se verifican a través de las observaciones
    realizadas por los profesionales
    médicos.

    En la Provincia de Buenos
    Aires – Argentina, la aplicación de la
    Ley
    Nacional 24.193, Art. 23 de Trasplantes de Órganos
    y Material Anatómico Humano que establece los
    signos
    de muerte cerebral como muerte de la persona, viola el
    derecho a la vida de la Constitución Provincial, Art. 12,
    establecido "desde la concepción hasta la muerte
    natural", además del Art. 103 del Código Civil.

    La muerte cerebral ha sido cuestionada
    internacionalmente, entre los cuales podemos
    citar:

    "El grave problema que se presenta en el caso
    de la donación de órganos está
    relacionado con la condición del donante que, con
    el fin de obtener los órganos en condiciones de
    utilidad para el implante, requiere que el paciente
    esté vivo, por lo que se ha instaurado la
    condición de "muerte cerebral", declarando un
    status de muerto al que realmente no lo está y
    que, finalmente, alcanza la muerte a causa de la
    extracción de los órganos que le son
    vitales para sostenerla. Esto constituye nada menos que
    un asesinato".

    The Facts of Life de Brien Clowes.
    Publicado por Human Life International. EE.UU.

    LA RESPONSABILIDAD DE LOS ACTOS

    Procurar la muerte de un ser humano en forma
    anticipada en cualquier fase de su existencia, desde
    la concepción hasta la muerte natural
    ,
    constituye un homicidio.

    El Papa Juan Pablo II, el 25/12/00 y 30/01/01
    instó a defender la vida en cualquier fase de su
    existencia: Desde la concepción hasta la muerte
    natural.

    Cuando se ha detenido el corazón (muerte
    natural) ningún órgano principal sirve para
    trasplantes.

    Siendo el cuerpo la envoltura del alma e
    instrumento temporal de progreso, defender el derecho a
    la vida del hombre (alma con cuerpo físico) es un
    deber ineludible que nos compete a todos los seres
    humanos.

    En estas consideraciones quedan comprendidas,
    entre otras: la ablación de órganos para
    trasplantes con muerte cerebral, la práctica de
    eutanasia, el
    aborto (químico, mecánico,
    quirúrgico), la manipulación genética, sea clonación de embriones con fines
    terapéuticos o reproductivos, de cuya selección se determina quien debe
    vivir o morir, etc.

    El embrión implantado o no, es un ser
    humano (alma con cuerpo físico), cuya vida debe
    ser respetada.

    El hombre lleva la ineludible responsabilidad de
    sus actos y pensamientos, por los que deberá dar
    rigurosa cuenta y compensar su erróneo proceder,
    sea en la presente existencia, en el mundo esencial o
    espiritual cuando deje su cuerpo físico, o bien en
    una nueva existencia corporal.

     

    TEXTO DE
    INVESTIGACIÓN: El Código del
    Corazón

    Dr. Paul Pearsall – ISBN
    84-414-0467-4

    Pasamos a exponer observaciones clínicas
    hechas a sus pacientes trasplantados por Paul Pearsall de
    EE.UU., doctorado en Harvard y en la Escuela de Medicina Albert
    Einstein.

    El Dr. Pearsall, que también
    recibió un trasplante, es
    psiconeuroinmunólogo, es decir, psicólogo
    que estudia la relación existente entre el
    cerebro, el sistema inmunitario y nuestras vivencias
    del mundo exterior. Tiene experiencia de más de
    treinta años de práctica científica
    en la interpretación de cómo los
    acontecimientos externos influyen sobre nuestra salud.
    Fundó y dirigió una clínica
    psiquiátrica en la que se trataban cientos de
    enfermos graves, muchos de los cuales habían
    sufrido trasplantes de corazón o de otros
    órganos. Dirigió un departamento
    médico, poniendo en práctica un programa de rehabilitación cardiaca
    para enfermos de ataques al corazón, un proyecto que estaba pensado para ayudarles
    mediante cambios significativos en su modo de vida y el
    desarrollo de unos puntos de vista
    más equilibrados. Era un programa al que
    denominaban "Cambio de corazón". Tanto en
    éste como en otros puestos, tuvo ocasión de
    dar conferencias por todo el mundo en distintas organizaciones de trasplantes de
    órganos; en ellas pudo recoger docenas de relatos
    impresionantes que parecían demostrar la
    existencia de algún tipo de memoria celular y de
    que el corazón desempeña un papel
    importante en la recuperación de esa
    memoria.

    Pearsall, escribió el libro "El
    código del corazón" en el que investiga y
    sostiene la posibilidad de que sus pacientes
    trasplantados de corazón recibieron las memorias
    celulares de sus donantes, quienes manifestaron los
    detalles que luego pudieron ser confirmados por los
    propios familiares del donante.

    Las "memorias celulares" más
    comúnmente descritas por los trasplantados de
    corazón se refieren a sabores, gustos y
    manifestaciones personales nuevas vinculados a sus
    donantes, constituyendo esto la regla y no la
    excepción.

    En sus investigaciones habló con Claire
    Sylvia, una trasplantada de corazón que
    había descrito los cambios experimentados en su
    vida, relacionados con la energía de su donante,
    en un libro escrito en colaboración con Bill
    Novak, titulado A Change of Heart. A pesar de las
    fuertes críticas personales que algunas veces
    recibe, persiste en su creencia de que con el trasplante
    de corazón ha recibido mucho más que una
    simple masa de células biomecánicas. Los
    sorprendentes y acertados sueños sobre su donante,
    los cambios en sus apetencias gastronómicas, su
    estilo de baile y muchos otros cambios ofrecen las claves
    de la posibilidad de una memoria celular.

    ALGUNAS CONSIDERACIONES DE SUS ESTUDIOS E
    INVESTIGACIONES

     El corazón que encontró
    al asesino de su cuerpo

     a.- "En una conferencia a un grupo
    de psicólogos, psiquiatras y asistentes sociales
    reunidos en Houston, Texas, hablé de mis ideas
    sobre el papel central que tiene el corazón en
    nuestra vida psicológica y espiritual. Al hilo de
    mi conferencia, una psiquiatra se acercó al
    micrófono, durante la sesión de preguntas y
    respuestas, para hablar sobre una de sus pacientes cuyas
    experiencias parecían apoyar mis planteamientos
    sobre la memoria celular y el corazón pensante. El
    caso le había afectado de tal modo que durante su
    intervención tuvo que hacer grandes esfuerzos para
    no romper en lágrimas.

    Expresándose de forma tan emocionada que
    resultaba difícil, tanto para la audiencia como
    para mí, entender sus palabras dijo:

    – Tengo una paciente, una niña de ocho
    años que recibió el corazón de otra
    de diez años que había sido asesinada. Su
    madre me trajo a la clínica a mi joven paciente
    cuando ésta empezó a tener sueños
    sobre el hombre que había asesinado a su donante.
    Me dijo que su hija sabía quién era esa
    persona. Después de algunas sesiones, me fue
    imposible negar la evidencia de lo que esta niña
    me estaba contando. Su madre y yo decidimos llamar a la
    policía, que, apoyándose en la descripción hecha por la
    niña, logró descubrir al asesino. Con las
    evidencias presentadas por mi paciente fue cosa
    fácil inculpar al asesino. El momento, el arma
    homicida, el lugar, la ropa que llevaba, lo que la
    niña asesinada le había dicho al
    asesino…(según Pearsall – todo cuanto
    el pequeño corazón trasplantado le
    había dicho a su receptora resultó ser
    completamente preciso).

    En cuanto la terapeuta regresó a su
    asiento, toda la audiencia compuesta por profesionales
    científicamente formados y con gran experiencia
    clínica se quedó en un silencio total. Pude
    escuchar los sollozos sofocados y las lágrimas que
    humedecían los ojos de los médicos que se
    sentaban en la primera fila. En lugar de hacer
    comentarios sobre el relato escuchado, pregunté a
    mi audiencia si no les importaría que
    rezáramos una oración por la niña
    asesinada. Pedí a los técnicos de sonido
    que pusieran, muy suave, la música hawaiana que yo suelo
    utilizar para mis presentaciones, y aclaré que se
    trataba de lo que los indígenas llaman
     «pule ´ohana», una oración
    en honor de nuestra unión espiritual, como familia
    universal que somos. En contra de lo que suele suceder
    habitualmente en estos casos, no se produjo entre los
    oyentes la menor muestra de duda o de escepticismo.
     La posibilidad real de que existiera un
    corazón que pudiera recordar nos había
    tocado a todos en nuestros propios
    corazones".
    (Pág. 29-30)

    b.- "Dado que muchos de nosotros
    estuvimos hospitalizados durante casi un año, sin
    ver la luz del sol ni sentir la brisa suave sobre
    nuestros rostros, el Club Higea del Corazón fue
    creciendo. Pacientes, médicos y enfermeras
    compartían los relatos sobre receptores de
    trasplantes que tenían recuerdos de sus
    donantes"
    ,… (Pág. 48)

    c.- "Durante mi reciente visita a la
    Universidad de Princeton tuve ocasión de almorzar
    con la doctora Brenda Dunne y con el equipo de
    investigación del laboratorio PEAR (Programa de
    Investigación de las Anomalías de la
    Ingeniería de la Universidad de
    Princeton – New Jersey). Hablé con la
    doctora Dunne sobre lo que yo identifiqué como el
    efecto de un  «estallido de energía
    sutil», que había detectado en mis enfermos
    trasplantados de corazón. Muchos de ellos
    parecían, al principio, conectar profundamente con
    distintos aspectos de la personalidad de su donante y,
    posteriormente, parecían ir perdiendo o negando
    ese sentido de conexión, para volverlo a recuperar
    más tarde si dejaban de rechazar tal
    conexión, o de hacerla demasiado intensa.
    Parecía que las memorias celulares de su donante
    estuvieran mejor conectadas si se las dejaba ser y no se
    las forzaba. Una mujer de cincuenta y dos años,
    trasplantada de corazón, describió este
    fenómeno del estallido de energía sutil. Al
    referirse a los documentos de los investigadores de PEAR,
    que habían tenido éxito en el estudio de cierta forma
    de conexión de energía L (la
    infoenergía del código del corazón,
    según Pearsall), dijo esta persona:
     «No espere que esta memoria celular vaya a
    ponerle los pelos de punta. Se producirá
    suavemente si la deja ser. Si la fuerza demasiado, no
    creo que llegue a producirse, y si lo hace, usted no la
    sentirá. Yo siento la presencia de mi donante
    cuando estoy simplemente sentada, y dejo que la
    energía fluya
    »". (Pág.
    86-87)

    d.- "Esta
     «glutinosidad» o naturaleza de
    conexión permanente de la energía
     «L» es una de las exposiciones más
    destacadas hechas por los receptores de trasplantes. Un ejemplo
    de ellas lo tenemos en lo que dijo un trasplantado de
    veintiséis años:  «Estaré unido a
    mi donante para siempre. No pasa un día sin que me sienta
    unido a él. Es como lo que sucede con aquellas personas a
    las que he amado. No importa en dónde se encuentren,
    porque tan pronto como pienso en ellas puedo sentir en mi
    corazón cómo ellas están conmigo»".
    (Pág. 102)

    e.- "Si es posible que exista la energía
    vital  «L» y que el corazón sea su centro
    primordial, entonces las células pueden memorizar la
    infoenergía que circula por el corazón. La
    evidencia de esta posibilidad existe en forma de acontecimientos
    notables vividos por receptores de trasplantes cardiacos que
    han recibido con ellos las memorias de sus donantes"
    .
    (Pág. 125)

    f.- "La madre de un joven trasplantado dijo:
    ‘Ahora mi hijo utiliza siempre la palabra
    "copacético"*.
    Antes de tener su nuevo corazón jamás la
    usó, pero fue la primera cosa que pudo decirme tras la
    operación. No sé lo que significa. Dijo que todo
    estaba copacético. No es una palabra que conozca en
    español’. La esposa del donante
    que estaba oyéndonos, abrió desmesuradamente los
    ojos y, volviéndose hacia nosotros, dijo:

    Esa palabra era la forma que teníamos mi marido
    y yo de decir que todo estaba bien. Siempre que
    discutíamos y hacíamos las paces, ambos
    decíamos que todo estaba
    copacético
    ’.

    El tema de aquella palabra mágica que
    parecía revelar un código del corazón que se
    hallaba dentro de él estimuló al joven, que
    empezó a contar historia tras historia de
    los cambios que había experimentado tras su trasplante.
    Aunque su madre nos lo había descrito como un vegetariano
    muy consciente de su salud, él dijo que ahora suspiraba
    por la carne y por los alimentos grasos.
    Aunque en tiempos había sido un amante de la música
    "heavy metal", ahora le encantaba el rock de los
    años cincuenta. Nos contó también
    sueños repetitivos de luces brillantes que venían
    directas hacia él. Al escucharlo la esposa del donante nos
    dijo que, de hecho, su marido adoraba la carne, que era un adicto
    a la comida rápida y que había tocado en una
    orquesta de rock en Motown mientras estudiaba en la facultad de
    medicina, y que ella por su parte también tenía los
    mismos sueños sobre las luces de aquella terrible noche".
    (Pág. 129)

    g.- "Tanto las familias como los profesionales
    médicos y los cuidadores temen las consecuencias de que se
    pueda perder o alterar la personalidad del receptor ante el
    impacto que constituye la implantación de un nuevo
     «tejido anímico» procedente de un
    completo extraño. La esposa de un trasplantado
    perteneciente al Club Higea del Corazón, decía:
     «Espero que no tenga el corazón de un ex
    asesino». Aunque trataba de bromear, confesaba
    posteriormente que estaba preocupada e incluso le aterraba la
    idea de  «cómo va a comportarse ahora conmigo
    mi marido». Otra de mis pacientes que había recibido
    el corazón de un hombre joven me expresaba el temor de que
    su marido no quisiera hacer el amor con
    ella, porque pudiera  «considerarse homosexual».
    Más tarde añadía:  «Cuando ahora
    bailamos, mi marido dice que yo siempre trato de llevarlo a
    él. Debe ser mi nuevo corazón de macho que me
    obliga a hacer esto». Preocupaciones parecidas a las
    manifestadas por esta mujer hacen esencial que tanto las memorias
    celulares como el código del corazón sean tratados de una
    forma cuidadosa, respetuosa, entrañable e incluso sagrada,
    reconociendo de este modo el hecho de que el nuevo corazón
    se está uniendo a un sistema, y no solamente a un cuerpo".
    (Pág. 142)

    h.- "El doctor Benjamin Bunzel, del Departamento
    de Cirugía del Hospital Universitario de Viena, ha
    estudiado el impacto producido por el trasplante de
    corazón en la personalidad de sus receptores. Confirmando
    lo dicho anteriormente por médicos e investigadores,
    escribe:  «Los trasplantes de corazón no son
    simplemente el reemplazo de un órgano que ya no funciona.
    Con frecuencia se ve al corazón como el origen del
    amor, de las
    emociones y el
    centro de la personalidad».11
    Él ha investigado cuarenta y siete casos de personas
    trasplantadas. Sus datos se acercan
    a los hallazgos que yo realicé en un grupo reducido, pero
    consistente y singular, de cardiosensibles.

    El doctor Bunzel informa que el 15 por 100 de la muestra
    afirmó que su personalidad había cambiado debido a
    lo que significó una experiencia tan extrema como era un
    trasplante de corazón, pero no achacaban ese cambio a su
    donante. El 6 por 100, o sea, tres pacientes, dijeron que el
    cambio en su personalidad se debía a sus nuevos corazones.
    Añadieron que se vieron obligados a cambiar sus
    reacciones y sentimientos anteriores para acomodarlos a los que
    creían que eran las memorias celulares de sus
    donantes
    . El 79 por 100 dijo que su personalidad no
    había cambiado en absoluto tras la
    operación.

    Al igual de lo que yo había investigado, el
    doctor Bunzel anota que estos pacientes que no experimentaron
    cambios emplearon una serie de fuertes mecanismos defensivos y, a
    menudo, mostraron una postura agresiva ante la pregunta de que
    pudieran recibir algún tipo de energía de sus
    donantes. Calificaron esas cuestiones de  «completas
    tonterías», y ridiculizaron la idea de que sus
    donantes pudieran influir en su vida". (Pág.
    142-143)

    i.- "Nuestro sentido del olfato es el más
    antiguo de todos, seguido por el sentido del gusto. Si nuestros
    antepasados no hubieran podido oler un predador o conocer el
    sabor de un posible veneno, no estaríamos aquí
    ahora. Es posible que debido a lo antiguos, básicos y
    fundamentales que son para la humanidad estos sentidos del olfato
    y del gusto, las memorias a este nivel sean las que mejor aceptan
    los trasplantados de corazón de sus donantes.

    No he encontrado que mis pacientes trasplantados de
    corazón experimentaran en realidad un cambio en su
     «sentido» del olfato o del gusto. Lo que
    sí manifiestan son cambios en el aroma
    (interpretación del olor) y del sabor (significado que
    otorgamos a nuestros sentidos del gusto). Las memorias son mucho
    más que reacciones y estimulaciones de las células
    cerebrales de nuestros cinco sentidos básicos. Son la
    forma en que nuestro corazón siente, interpreta, comprende
    y experimenta nuestro mundo. Todo cuanto hemos gustado, olido,
    tocado, oído o
    visto vuelve a circular dentro de nosotros como
    infoenergía gracias al corazón, y las mismas
    células cardiacas recogen memorias energéticas de
    esos acontecimientos. Así pues, no resulta sorprendente
    que, al menos a algún nivel, con el nuevo corazón
    llegue también una nueva serie de memorias.

    Veamos un ejemplo de  «memoria celular del
    gusto» de uno de los pacientes cardiosensibles.
     «Es realmente extraño, pero cuando estoy
    haciendo la limpieza en casa o me siento a leer, de repente me
    viene a la boca un sabor inusual. Resulta difícil de
    describir, pero es muy específico. Puedo saborear algo
    y, de repente, empiezo a pensar en mi donante, sea quien
    fuere
    , y en cómo viviría. Después de un
    rato, ese sabor desaparece y también los pensamientos,
    pero el sabor siempre es el primero en llegar»".
    (Pág. 179-180-181)

    j.- "Los pacientes trasplantados de
    corazón del tipo cardio insensibles que se muestran
    reticentes a considerar la posibilidad de memorias celulares, a
    menudo hablan de memorias de sus donantes en forma de
    vislumbres  «icónicos», en asociaciones
    involuntarias y espontáneas con ellos"
    . (Pág.
    184)

    k.- "Los trasplantados de corazón menos
    cardiosensibles suelen mencionar esos momentos cuánticos
    de asociación con sus donantes en forma de lo que ellos
    consideran imágenes inexplicables
    , ensoñaciones
    durante la vigilia y pensamientos y fantasías novedosas
    que con frecuencia les distraen durante unos momentos".
    (Pág. 185)

    l.- "Otra dificultad que surge con la memoria a
    largo plazo es que en el mismo acto de intentar recordar un
    suceso (atormentando al propio  «cerebro») puede
    deformar la percepción de su experiencia, tanto como
    sucedió como si no sucedió realmente. Es posible
    que, al pedirle a un paciente que sintonice con las memorias
    celulares de su donante, cree una serie de memorias falsas.
    Aunque no siempre es posible hacerlo así, en el caso de
    mis pacientes trasplantados de corazón que recibieron las
    memorias celulares de sus donantes, los detalles que manifestaron
    pudieron ser confirmados por los propios familiares del
    donante"
    . (Pág. 186)

    ll.- "Cuando hablé de las memorias
    celulares de los donantes, que parecían estar mencionadas
    en los informes de
    antiguos receptores de trasplantes, y de que su temperamento y
    personalidad parecían haberse alterado en
    correlación general con los de sus donantes, mis escasos
    informes iniciales fueron relegados al acostumbrado vertedero
    científico de hechos inexplicables: la casualidad".

    (Pág. 204)

    m.- "Un niño de ocho años que
    había recibido un corazón describió la
    naturaleza de la cardiosensibilidad y la
    cardiocontemplación como un  «caer en»,
    en lugar de un  «alcanzar».

    Puedo sentir al otro niño dentro de
    –dijo el niño en
    cuestión–. No me pasaba eso al principio, pero
    cuando mi inmunidad quedó restablecida y finalmente me
    volvieron a dejar jugar con Pierre (el perro de raza poodle
    francés, de la familia), comencé a llamarlo King.
    No sé por qué. Puede que el nombre de mi donante
    haya sido King. De cualquier forma, ahora puedo sentir al otro
    niño dentro de mí
    . Es como cuando uno no sabe
    que se ha golpeado la rodilla y más tarde, al sentarse a
    ver televisión
    o algo así, se descubre la herida y comienza a sentirla y
    ya no se puede olvidar más de ella. Incluso cuando se va
    curando o se cae la costra, la pierna recuerda siempre
    dónde tenía la herida". (Pág.
    239)

    A fin de ilustrar la naturaleza de las conexiones
    energéticas, experimentadas por los receptores de
    trasplantes (según Pearsall), describe algunas de las 140
    recogidas en cintas magnetofónicas.

    1.- "Mujer de treinta y cinco años
    trasplantada de corazón (la donante fue una joven
    prostituta de veinticuatro años muerta en una reyerta a
    puñaladas).

    ‘Yo nunca estuve interesada en el sexo. Ni
    siquiera pensé mucho en eso. No me entienda mal, mi esposo
    y yo tuvimos una vida sexual normal, pero eso no era importante
    en nuestras vidas. Ahora agoto a mi marido. Deseo hacer el amor
    todas las noches y, a veces, me masturbo dos o tres veces al
    día. Antes odiaba los videos X, pero ahora los adoro. Me
    siento como una mujerzuela y, en ocasiones, cuando estoy de buen
    humor, realizo un striptease para mi marido. Jamás
    había hecho algo parecido antes de mi operación.
    Cuando le comenté todo esto a mi psiquiatra, me dijo que
    era una reacción a la medicación y porque ahora
    tengo un cuerpo más sano. Posteriormente he descubierto
    que mi donante trabajaba en un topless y actuaba como
    profesional a domicilio. Creo que he adoptado su
    orientación sexual, y mi marido también lo piensa
    así. Me dice que no soy la mujer con la que él se
    casó, pero que no le importa estar casado conmigo de
    nuevo’.

    Marido de la receptora. ‘No es que lo
    sienta, entiéndame, pero creo que lo que tengo ahora es
    una gatita sexual. No es que lo hagamos más, pero ella
    siempre está deseando que hablemos de sexo y quiere ver
    una serie de videos de tipo erótico que antes jamás
    veíamos ni hablábamos. Utiliza palabras que
    jamás empleaba antes, pero eso también está
    haciendo que yo cambie, así que no me quejo. Nuestra peor
    discusión se produjo unos meses después de su
    operación y bastante antes de que ella se enterase de
    quién era su donante. Yo estaba bromeando, y en un momento
    apasionado le dije que tenía el corazón de una
    puta. Estuvimos sin hablarnos durante semanas’".
    (Pág. 147-148)

    2.- "Mujer de cuarenta y siete años,
    trasplantada de corazón (el donante fue un chico gay de
    veintitrés años que fue tiroteado durante un atraco
    y murió posteriormente de las heridas recibidas en la
    parte inferior de la espalda).

    ‘Durante tres años no le he hablado a nadie
    de esto. Todavía me fastidiaba hacerlo. Me
    entrevisté con la familia del donante y me dijeron que su
    hijo era un artista muy brillante y que era gay. Ahora me
    pregunto, cuando veo a mi marido, si lo miro como una mujer
    acostumbraría a hacerlo o si lo estoy mirando como lo
    miraría un joven gay. Me alegro de poder estar hablando de
    esto con usted. Y todavía quiero decirle una cosa
    más. Su madre me dijo que le habían disparado en la
    espalda. Después de mi operación, he tenido dolores
    en la parte baja de la espalda, pero supuse que era debido a la
    operación pasada’.

    Marido de la receptora. ‘Me
    sorprendió mucho cuando una de las primeras cosas que me
    preguntó, cuando empezamos a hacer el amor después
    de la operación, fue si yo había tenido alguna vez
    pensamientos homosexuales. Ha cambiado totalmente su forma de
    vestirse. Ahora lleva ropa muy femenina y ajustada, cuando antes
    se vestía con ropa unisexo. A veces, por la noche se
    despierta repentinamente sollozando. Me preocupaba que pudiera
    tener un ataque cardiaco, pero ella se señala la espalda y
    dice que es como si le hubieran disparado en la mitad de la
    espalda’". (Pág. 148-149)

    3.- "Varón de cuarenta y un años
    trasplantado de corazón (recibió el corazón
    de una chica de diecinueve años, muerta al ser arrollado
    su coche por un tren).

    ‘La sentí cuando me desperté.
    ¿Sabe usted lo diferente que se siente todo tras una
    tormenta o un aguacero torrencial? ¿Sabe cómo es
    ese sentimiento que se percibe en la atmósfera? Pues eso
    fue lo que yo sentí. Era como si en mi interior se hubiera
    producido una tormenta o como si me hubiera golpeado un rayo. Hay
    una nueva energía en mí. Me siento como si tuviera
    diecinueve años de nuevo. Estoy convencido de que tengo el
    corazón de un joven, porque algunas veces puedo sentir una
    fuerza interior que nunca tuve antes. Creo que tal vez se trate
    de un antiguo conductor de camiones, o algo parecido, que
    posiblemente murió atropellado por un camión de
    cemento o algo
    así. Noto dentro de mí esa gran fuerza y esa
    sensación de velocidad’.

    Esposa del receptor: ‘Se ha convertido en
    un niño. Antes tenía que luchar para poder respirar
    y carecía de la menor resistencia. Pero
    ahora parece un muchacho. El trasplante lo transformó por
    completo. Habla todo el tiempo del poder y de la energía.
    Dice que tiene sueños en los que se ve conduciendo un gran
    camión o una gran máquina de vapor. Seguramente su
    donante era conductor de un gran camión que chocó
    con otro más grande’". (Pág. 146)

    4.- "Mujer de treinta y dos años
    trasplantada de corazón y pulmón (recibió el
    corazón y los pulmones de una chica de veinte años,
    asesinada mientras iba por la calle a mostrarle a su novio una
    fotografía
    de su futuro traje de novia).

    ‘Al principio ni siquiera quería pensar en
    ello. No quería pensar que otra persona había
    tenido mi corazón antes que yo. Sabía que era
    así, naturalmente, pero prefería pensar que a mi
    nuevo corazón lo habían fabricado en alguna parte y
    me lo habían entregado. Me volvía loca cuando la
    gente me preguntaba qué sentía llevando en el pecho
    el corazón de otra persona. Había oído a
    otros trasplantados que era una estupidez hablar de esas cosas,
    pero no podía evitarlo. Casi todas las noches tenía
    este sueño sobre ella. Sé que ella era joven,
    bonita y feliz. De alguna manera siempre he sido un tipo de
    persona así, pero, de todos modos, nunca había
    experimentado antes esta nueva felicidad. Es extraño,
    porque algunas veces sigo sintiendo miedo de que pueda morir, de
    que el nuevo corazón me falle. En cierto modo ahora tengo
    más razones para sentir miedo que antes cuando estaba
    enferma, porque se me ha concedido este gran don de alguien que
    ha perdido su vida. A ella le debo el seguir viviendo. Siento
    como si, allá en lo más profundo de mí, se
    mantuviese viva una pequeña alegría. La
    medicación me hace sentir a veces depresiva y de mal
    humor, pero en mi interior, sigo sintiendo esa felicidad
    extraña, esa excitación y alegría que no
    logro explicar con palabras. Quisiera ir por ahí
    diciéndoselo a todo el mundo, pero me temo que
    pensarían que estoy completamente
    chiflada’.

    Hermana de la receptora: ‘Lo único
    que hemos apreciado todos en ella es que ahora sonríe
    mucho más. Siempre fue una persona ceñuda, pero
    ahora ríe y se sonríe incluso cuando menos lo
    esperamos. Tal vez sea porque tiene un nuevo hálito de
    vida, pero no podemos saberlo. Es feliz y parece tener un
    corazón muy cálido’". (Pág.
    146-147)

    5.- "Varón de cuarenta y dos
    años trasplantado de corazón (su donante fue un
    muchacho de diecisiete años atropellado por un conductor
    que dio a la fuga).

    ‘Hace dos años que he tenido el trasplante.
    Todavía me siento triste por mi viejo corazón.
    Algunas veces, cuando menos lo espero, me acuerdo de él.
    Me sirvió bien y murió aunque yo he podido seguir
    viviendo. En ocasiones desearía volverlo a ver aunque
    sólo fuera por una vez; me pregunto qué
    habrá sido de él, pero detesto pensar mucho tiempo
    en eso. Es algo muy duro. Nunca llegaré a entenderlo.
    Antes de tener mi nuevo corazón adoraba la música
    clásica. Ahora, me pongo los cascos, subo el volumen del
    estéreo y escucho música de rock. Mi hija dice que
    desde que tengo mi nuevo corazón he regresado a la
    adolescencia y
    que actúo como un chico de dieciséis
    años’.

    Hija del receptor: ‘A veces resulta
    verdaderamente embarazoso, cuando mis amigos me preguntan si mi
    padre ha vuelto a la segunda infancia. Se
    ha aficionado a escuchar música muy alta, y mi madre dice
    que él ha dado salida al niño que había en
    su interior’". (Pág. 148)

     EL ÁNGEL EN NUESTRO
    PECHO

    "Charles Siebert es un escritor médico que ha
    publicado, de forma sensible, precisa y científica, muchos
    artículos sobre distintos temas de salud. Cuando estaba
    preparando una historia sobre la experiencia vivida por una mujer
    trasplantada de corazón, que iba a publicar en el New
    York Times Magazine,
    tuvo la oportunidad de asistir a la
    fiesta del Día de San Valentín que daban más
    de un centenar de enfermos trasplantados de corazón.
    Prácticamente todos los receptores hablaron de "recuerdos
    espirituales", o de haber sentido la energía de sus
    donantes. Siebert escribe: "Todas las personas con las que me
    entrevisté en la fiesta hablaban con el mismo tono
    reverente sobre el ángel que albergaban en el pecho
    ,
    sobre ese regalo y esa responsabilidad que ahora tenían, y
    de las oraciones que le dirigían a esa otra persona que
    tenían en su interior".

    A diferencia de los receptores de otro tipo de
    órganos, todos los trasplantados de corazón a los
    que entrevisté, ya fueran cardiosensibles o no y sin que
    importara el número de años pasados desde su
    operación, seguían hablando de alguna manera con
    sus nuevos corazones y manifestaban un cierto tipo de
    vinculación con sus donantes. Una de las pacientes
    mencionadas por Siebert, una enferma de cincuenta y tres
    años, decía de su donante, un año
    después del trasplante:  «Estuve hablando con
    ella la noche después de mi operación. Le dije:
    "Espero que no seas sonámbula"». El recuerdo de sus
    donantes se encuentra presente en todos los que reciben el
    más preciado de los regalos, y de su ejemplo y experiencia
    todos podemos aprender a recuperar nuestras propias formas de
    memoria celular de los muchos donantes energéticos que han
    tenido lugar en nuestras vidas". (Pág. 187-188)

    C. Siebert, "Carol Palumbo Waits for Her Heart", New
    York Times Magazine,
    13 de abril de 1997, p. 41.

     OTRAS
    POSIBLES FUENTES DE
    NUESTRAS MEMORIAS CELULARES

    (Según Pearsall)

    "Teoría del espíritu impreparado.
    He entrevistado a cuatro  «sanadores» que se
    calificaban a sí mismos de  «médiums
    espirituales» o  «canalizadores». Dicen
    ellos que la conexión energética que yo menciono
    existente entre el corazón del receptor y su donante se
    debe a la presencia del espíritu del donante que
    todavía no se ha ido a  «otro plano» o
     «infinitud». Aseguran que es posible que,
    teniendo en cuenta que los corazones donados proceden de cuerpos
    jóvenes que han sufrido un terrible e inesperado fin de
    sus vidas físicas, sus espíritus todavía no
    se encuentran preparados para  «moverse» y, por
    tanto, continúan expresándose a través del
    corazón de sus receptores". (Pág. 190)

    "Teoría
    del corazón sorprendido.
    Como una prolongación
    de la teoría del  «espíritu
    impreparado», otros dos  «médiums
    espirituales» a los que entrevisté me expusieron una
    nueva explicación de la memoria celular. Decían
    que, debido a lo imprevisto de la muerte de la mayoría de
    los donantes, el espíritu de éstos no se
    había percatado de que su cuerpo ya se encontraba sin
    vida. El corazón trasplantado seguía actuando como
    si se hallase en su cuerpo anterior, sin darse cuenta de que ya
    no existía ese cuerpo". (Pág. 190)

    "Teoría. Durante una reunión de
     «sanadores psíquicos», hablé con
    tres de los presentes que me dijeron que mis ideas sobre la
    cardioenergética estaban equivocadas. Ellos creían
    que lo que yo había oído de mis pacientes
    cardiotrasplantados era una simple evidencia de que se
    había establecido alguna forma de conexión entre
    las almas de los vivos y de los muertos y que el receptor
    era el vehículo del alma viajera del donante que
    reaparecía en el receptor". (Pág. 191)

    "Teoría psicométrica. Durante mis
    reuniones con sanadores psíquicos se me dijo que los
    objetos físicos pueden absorber la energía de las
    personas que han estado cerca de ellos. Algunos
     «psíquicos» indicaron que el
    corazón del donante es un  «objeto» que
    está imbuido de la energía psíquica del
    donante, mucho más de lo que lo puede estar una sortija o
    cualquier otro objeto que pudiera llevar la energía de su
    propietario. El biólogo Lyall Watson indica que estos
    elementos físicos con los que estamos en contacto
    íntimo pueden haber recibido nuestras impresiones
    emocionales y guardar nuestros pensamientos y sentimientos. Si
    las plantas y los
    objetos inanimados pueden conservar nuestros pensamientos y
    sentimientos, es posible también que los órganos de
    nuestro cuerpo, que están mucho más
    íntimamente unidos a nosotros, puedan contener nuestras
    impresiones emocionales.

    Las explicaciones anteriores de la recuperación
    de la infoenergía almacenada en las memorias celulares por
    el corazón trasplantado del receptor (y por otros
    órganos en menor grado) no excluyen la hipótesis ofrecida por los doctores Linda
    Russek y Gary Schwartz sobre la Memoria Sistémica que,
    según indiqué, explica mucho mejor la naturaleza de
    las memorias celulares y la existencia de un código del
    corazón que ayuda a construirlas. Yo creo que cada una de
    las explicaciones antes mencionadas tienen su propio
    mérito y validez y que, como aquel ciego que tocaba un
    elefante, los que proponen cada una de ellas están en
    contacto con diversos aspectos del mismo fenómeno de
    energía sutil". (Pág. 191-192-193)

    Además menciona Pearsall: La teoría del
    "pequeño cerebro del corazón".- La teoría de
    los Neuropéptidos.- La teoría del campo
    magnético.- Teoría electrofisiológica.-
    Teoría de la bellota.- Teoría de la
    "Manifestación de la conciencia no local".- Teoría
    del "Recuerdo del umbral rebasado".- Teoría de la
    resonancia mórfica.- Teoría del Hospital
    Grapevine.

    CONCLUSIÓN

     ANÁLISIS DESDE LA
    FILOSOFÍA

    A nuestro criterio, no son los órganos
    trasplantados los que tienen memoria celular, como se sostiene,
    que luego manifiesta el receptor en forma de ideas, gustos,
    tendencias o inclinaciones del donante.

    Para este estudio particular debemos tener en cuenta lo
    siguiente: EL HOMBRE ES UN SER ESENCIAL, ALMA O ESPÍRITU
    CON UN CUERPO FÍSICO. 

                              
    CUERPO 

              
    ALMA
    +                     
    + CUERPO = HOMBRE (GÉNERO HUMANO)

                             
    FLUÍDICO                       

    Nosotros (hombre), somos un alma, espíritu o ser
    esencial, tenemos un cuerpo fluídico semimaterial
    más el cuerpo físico. Durante la vida del cuerpo,
    el cuerpo fluídico semimaterial está unido al
    cuerpo físico material, molécula a molécula,
    y hace de vehículo del pensamiento entre el alma y el
    cuerpo, teniendo por hilos conductores los nervios (para enviar
    los mensajes bioquímicos-neurotransmisores a las
    diferentes partes del organismo que actúan bajo el impulso
    de la voluntad).Los seres (alma, espíritu o ser esencial)
    cuyos cuerpos han muerto (donantes), en algunos casos pueden
    sentirse atraídos por una misma forma de pensar, sentir y
    actuar con el receptor del órgano trasplantado, al que se
    asimilan, confundiéndose los dos pensamientos, las dos
    voluntades y los dos cuerpos fluídicos (del receptor con
    cuerpo y del donante sin cuerpo), de forma tal que el donante
    (alma o espíritu) se vale del cuerpo del receptor
    (hombre), manifestando sus ideas, gustos, inclinaciones, y
    tendencias que tenía antes de su desencarnación
    (muerte).

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Mientras las células de los órganos a
    transplantar estén vivas existe la unión de alma y
    cuerpo que está establecida por el cuerpo fluídico.
    Por lo tanto el ser (donante), como alma o espíritu,
    debe sufrir intensamente cuando le ablacionan sus órganos,
    ya que está unido a su cuerpo físico (cuyas
    células están vivas), molécula a
    molécula y es probable que siga al o a los órganos
    que están impregnados de su fluido vital (cuerpo
    fluídico) en el cuerpo del receptor, hasta que el
    órgano trasplantado sea impregnado por el fluido vital del
    receptor, lo que no significa que el donante como alma o
    espíritu se retire, sino que se asimila con el receptor
    para actuar conjuntamente con él.

    Con la ablación de los órganos, cuando
    la persona (donante) se encuentra con muerte cerebral, se altera
    el NATURAL desprendimiento del alma o espíritu del
    cuerpo físico del donante, que se produce a raíz de
    la muerte de todas las células.

    Como quiera que sea, ya por el accidente que le
    causó la muerte cerebral o por ablación de sus
    órganos, su muerte es violenta, lo que lleva a ese ser
    espiritual que dejó su cuerpo, a permanecer mucho tiempo
    en estado de turbación, tal vez años, en los que
    quizás no se dé cuenta de su estado, creyendo
    seguir viviendo con los mismos pensamientos, las mismas
    preocupaciones, los mismos sufrimientos pero sin el cuerpo de la
    tierra,
    figurándose las normales ocupaciones, y al unirse a las
    personas (receptores) puede causar influencia física y
    mental como las mencionadas en los casos:
    de  a a
    m y de 1 a 5, del resumen que realizamos
    sobre el libro "El código del corazón" del Dr. Paul
    Pearsall.

    El hombre como alma, ser esencial, espíritu con
    cuerpo (en este caso particular receptor de órganos),
    transmite a su cuerpo físico la impresión de sus
    pensamientos;  demostrado esto en el estudio que la medicina
    ha hecho sobre el Estrés.

    La explicación de cómo el donante influye
    sobre el receptor (por haberse unido a éste)  se
    verifica en cuanto a cambio de ideas, gustos, inclinaciones que
    este último (receptor) adquiere del donante.

    Esta influencia puede ser física y mental.
    Obsérvese el cambio de ideas, gustos y tendencias del
    receptor en la parte mental (caso 1) e influencia física
    (caso 2) porque pueden transmitirnos hasta las mismas dolencias
    que tenían antes de su muerte (desencarnación), o
    que tal vez fueron la causa de la misma.

    De todas maneras para que se produzca la
    manifestación de la influencia física (caso 2),
    debe haber primero influencia mental, porque esta dolencia que
    transmite al receptor debe estar en el pensamiento del donante
    cuyo cuerpo ha muerto, pero que como alma o espíritu sigue
    viviendo.

    En el caso (1) que mencionamos como influencia mental,
    el donante (alma o espíritu que murió su
    cuerpo) influye sobre el receptor haciéndolo pensar
    y obrar por él, le obliga a cometer actos extravagantes, a
    pesar suyo se convierte en un ciego instrumento de sus gustos e
    inclinaciones sexuales.

    Es de observar que el receptor tiene conciencia que lo
    que hace es ridículo, pero está forzado a hacerlo
    como si un ser más poderoso lo obligara a obrar contra su
    voluntad.

    Según lo manifestado por el Dr. Pearsall, muchos
    de los receptores de trasplantes de órganos que al
    principio se conectaban con distintos aspectos de la personalidad
    de su donante, posteriormente parecían ir perdiendo o
    negando ese sentido de conexión, para volverlo a recuperar
    más tarde si dejaban de rechazar tal conexión, o de
    hacerla demasiado intensa.

    Esto se debe a que el receptor cede su voluntad al
    donante (alma o espíritu libre) y éste se
    manifiesta a través del cuerpo del receptor. Esta
    influencia nunca se ejerce sin participación de quien lo
    sufre, ya por debilidad o deseo.

    Es de observar también que cuando el receptor
    rechaza firmemente recibir algún tipo de energía de
    su donante, es decir no cede su voluntad, esta influencia no se
    manifiesta, lo que no significa que no se produzca de
    algún modo.

    En muchos países, se ha establecido la muerte
    encefálica o cerebral, como muerte de la persona, lo que
    significa que el paciente (donante) que se encuentra en ese
    estado está LEGALMENTE MUERTO, PERO NO
    REALMENTE MUERTO
    .

    La condición necesaria para que los
    órganos principales: corazón, pulmón,
    riñones, etc., a ser transplantados sean de utilidad,
    requiere que el donante se encuentre con muerte cerebral, lo que
    significa la muerte de las células cerebrales por lo cual
    el donante no se puede manifestar, pero el resto del organismo
    continúa con vida, aún sostenida por medios
    mecánicos (situaciones que en algunos casos ha perdurado
    varios meses). El cadáver con muerte cerebral se puede
    enfermar, tener hijos. En Inglaterra y otros países, es
    anestesiado para que no sienta dolor cuando le extraen los
    órganos y al final muere de paro cardiorespiratorio o por
    ablación de sus órganos.

    En síntesis, esta muerte cerebral,
    inventada, que justifican por razones utilitarias,
    permite extraer los órganos a las personas que tienen
    vida.

    La influencia de los espíritus sobre los hombres,
    no es invento, ni concepción del autor de este trabajo.
    Estos hechos se encuentran en el Antiguo y Nuevo Testamento. Ver
    ejemplo:  San Mateo 17, 14 a 18 (Influencia del demonio
    – del griego DAIMON que significa: espíritu,
    ser extra corpóreo).

    Surge de la experiencia y es de conocimiento de los
    profesionales vinculados a los trasplantes en E.E.U.U., que los
    receptores y futuros receptores de órganos muestren
    cierto miedo ante el hecho que se vieran obligados a asumir las
    características de los donantes muertos, como por
    ejemplo los comportamientos que adoptara el cuerpo, por las
    preferencias y orientaciones sexuales, incluso si se volviera
    promiscuo y perdiera por completo su orientación
    sexual.

    Además es que, procediendo la mayoría de
    órganos (corazones) de personas que encontraron una muerte
    repentina, incluso violenta, tengan que albergar
    espíritus de esos sujetos
    , que no estaban preparados
    para abandonar tan repentinamente el cuerpo. Otra
    preocupación lo constituye la adquisición de nuevos
    sentimientos religiosos y creencias, que sean tal vez totalmente
    opuestas a las convicciones que ellos mantuvieron durante toda la
    vida. (Pág. 140-141- "El código del
    corazón")

    La Academia Filosófica de La Plata, no
    está en contra de los trasplantes de órganos, ni de
    las personas que lo necesitan para prolongar o mejorar su calidad
    de vida, pero se pregunta: ¿cuál es el criterio
    moral que se sigue para determinar que una vida vale más
    que otra, tanto la del donante agónico, como la del
    receptor tal vez también agónico?

    La vida es valiosa, aunque sea precaria y debe ser
    respetada hasta la muerte natural, que significa la
    cesación definitiva de las funciones vitales
    orgánicas.

    Las investigaciones realizadas por los profesionales
    vinculados a los trasplantes, demuestran que para la obra de bien
    que se quiere realizar, se puede también causar mucho
    daño. Recordamos lo que sostenía el filósofo
    griego Sócrates (400 a.C.) es PORQUE SE TOMA EL CUERPO
    SIN EL ALMA.

    El hombre es algo más que su cuerpo, es un alma
    con cuerpo y en este caso particular de los trasplantados se
    producen hechos que escapan a la ciencia del plano físico.
    Estos pertenecen al plano espiritual que la realidad demuestra y
    se verifican a través de las observaciones realizadas por
    los profesionales médicos.

    La muerte cerebral ha sido cuestionada
    internacionalmente, entre los cuales podemos citar:

    "El grave problema que se presenta en el caso de la
    donación de órganos está relacionado con la
    condición del donante que, con el fin de obtener los
    órganos en condiciones de utilidad para el implante,
    requiere que el paciente esté vivo, por lo que se ha
    instaurado la condición de "muerte cerebral", declarando
    un status de muerto al que realmente no lo está y que,
    finalmente, alcanza la muerte a causa de la extracción de
    los órganos que le son vitales para sostenerla. Esto
    constituye nada menos que un asesinato".

    The Facts of Life de Brien Clowes. Publicado por
    Human Life International. EE.UU.

    LA
    RESPONSABILIDAD DE LOS ACTOS

    Procurar la muerte de un ser humano en forma anticipada
    en cualquier fase de su existencia, desde la concepción
    hasta la muerte natural
    , constituye un homicidio.

    El Papa Juan Pablo II, el 25/12/00 y 30/01/01
    instó a defender la vida en cualquier fase de su
    existencia: Desde la concepción hasta la muerte
    natural.

    Cuando se ha detenido el corazón (muerte natural)
    ningún órgano principal sirve para
    trasplantes.

    Siendo el cuerpo la envoltura del alma e instrumento
    temporal de progreso, defender el derecho a la vida del hombre
    (alma con cuerpo físico) es un deber ineludible que nos
    compete a todos los seres humanos.

    En estas consideraciones quedan comprendidas, entre
    otras: la ablación de órganos para trasplantes con
    muerte cerebral, la práctica de eutanasia, el aborto
    (químico, mecánico, quirúrgico), la
    manipulación genética, sea clonación de
    embriones con fines terapéuticos o reproductivos, de cuya
    selección se determina quien debe vivir o morir,
    etc.

    El embrión implantado o no, es un ser humano
    (alma con cuerpo físico), cuya vida debe ser
    respetada.

    El hombre lleva la ineludible responsabilidad de sus
    actos y pensamientos, por los que deberá dar rigurosa
    cuenta y compensar su erróneo proceder, sea en la presente
    existencia, en el mundo esencial o espiritual cuando deje su
    cuerpo físico, o bien en una nueva existencia
    corporal. 

    ACADEMIA FILOSÓFICA DE LA PLATA

    *
    Copacético significa que una cosa está bien,
    que es perfecta y correcta, en lenguaje
    coloquial inglés.

    11
    B. Bunzel, "Does Changing the Heart Mean Changing the
    Personality?", pp. 251-256.

     GLOSARIO

    BIOENERGÉTICA: Rama de la biología que trata
    con la energía generada dentro y desde sistemas
    vivientes.

    CARDIOCONTEMPLACIÓN: Técnica para
    atraer la atención del cerebro hacia su corazón.
    Involucra el permanecer inmóviles, quietos y permitir (no
    tratar de hacer) que ocurra la respuesta de resonancia. Es una
    derivación de la  «Técnica del Cuadro
    Congelado» desarrollada por investigadores del Instituto de
    HeartMath, en California, mediante la que se
     «congelan» las situaciones o las escenas de
    estrés para poderlas considerar desde una perspectiva
    más calmada y centrada en el corazón. La
    cardiocontemplación, no obstante, es menos una
     «consideración» que una total conciencia
    de las experiencias en el centro del cuerpo.

    CARDIOENERGÉTICA: Campo que combina los
    hallazgos de la cardiología, la psicología
    cardiaca, la cardiología energética, la
    neurocardiología, la psiconeuroinmunología y los
    principios
    básicos de la física cuántica, con la idea
    de que la energía y la información son
    intercambiables y de que esta infoenergía es transportada
    y comunicada primariamente por el corazón.

    CARDIOSENSIBLE: Una sensibilidad al código
    del corazón; es decir, a la energía sutil
     «L». Sobre la base de las entrevistas
    llevadas a cabo en 73 receptores de trasplantes de corazón
    y 67 receptores de otros tejidos, y en entrevistas realizadas a
    pacientes de trasplantes por otros investigadores, parecen
    existir 17 características en las personas
    cardiosensibles, es decir, en los que son capaces de recuperar
    alguna forma de memoria celular de su donante. Estas personas
    pueden servir como modelos para
    cualquier persona que desee aprender a leer mejor el
    código del corazón.

    CLUB HIGEA DEL CORAZÓN: Denominado
    así en honor de la diosa griega del amor vital y de la
    fuerza sanadora, contrapunto de su padre Esculapio, el dios
    griego más falto de corazón, que trató de
    curar el cuerpo humano
    encadenándolo a su mera función
    mecánica.

    CÓDIGO DEL CORAZÓN: Son las
    señales
    infoenergéticas sutiles (energía
     «L») que contienen memorias codificadas de las
    células y el corazón de cada persona, y de las
    células y corazones de todas las personas.

    ENERGÍA "L": La infoenergía del
    código del corazón, es la  «quinta
    fuerza» y, aunque las trasciende por su naturaleza no
    localizada, está relacionada con las cuatro fuerzas
    energéticas conocidas de gravedad, electromagnetismo, energía
    nuclear fuerte y energía nuclear débil. Como
    todas las cosas en el cosmos, posee un lado
     «claro» (positivo) y un lado
     «oscuro» (negativo). La
     «estabilidad» cardioenergética es una
     «inestabilidad» creativa que equilibra ambos
    lados de la energía  «L».

    FENÓMENO DE ESPRINT PSÍQUICO: Como
    se muestra en el programa PEAR, la conexión de
    energía  «L» (la conexión con el
    código del corazón) parece ser repentina, y luego
    disminuir para volver a reasumir su profunda, aunque muy sutil,
    influencia inicial. La curva en forma de U de esa experiencia es
    similar a la conexión cardiosensible entre receptores de
    trasplante cardiaco y sus donantes. El que se reanude la
    conexión de energía  «L» parece
    depender de la capacidad de estar  «amando»,
    serenamente egoístas y conectados lo suficiente como para
    permitir al corazón entrar en resonancia
    infoenergética con los ritmos naturales del mundo
    exterior.

    FENÓMENO DEL RECHAZO: Cuando se trasplanta
    tejido de un cuerpo a otro, el sistema inmunológico del
    receptor, de manera xenófoba, identifica como
     «extraño» al nuevo tejido y lo ataca. El
    rechazo es una amenaza al éxito de los trasplantes, y los
    investigadores buscan actualmente formas mejores de reducir el
    rechazo biológico y también el modo en que dos
    sistemas sean más
     «infoenergéticamente» amistosos entre
    ellos.

    MEMORIA CELULAR: Es la teoría por la que
    se plantea que cada uno de los 75 billones de células del
    cuerpo posee varios niveles de información almacenada,
    depositada allí mediante la conducción cardiaca de
    la energía  «L», y que puede ser obtenida
    enfocándose menos sobre el cerebro y más sobre el
    corazón. La importancia de la memoria celular queda
    ilustrada al observar los recuerdos que se presentan en
    receptores de trasplantes cardiacos, en cuanto a varias formas de
    memorias de los donantes. Puesto que la información es una
    forma de energía y como, al igual que la materia, la
    energía no puede ser destruida, las memorias celulares son
    infinitas.

    NEUROCARDIOLOGÍA: El campo que estudia el
    corazón como órgano neurohormonal.

    NEUROPÉPTIDOS: Neurotransmisores
    compuestos de aminoácidos (bloques fundamentales en la
    composición de las proteínas
    que son cruciales para todos los procesos
    vitales) que están activos no
    sólo en el cerebro sino, como llaves microscópicas
    que encajan en los pequeños ojos de llave de las
    células del cuerpo, que actúan como
     «fragmentos de cerebro» que se extienden por
    todo el cuerpo y sirven para activar una memoria
    celular.

    NEUROTRANSMISOR: Sustancia química emitida por
    las fibras nerviosas, capaz de transportar mensajes que hacen que
    los sistemas corporales, en una fracción de segundo,
    recuerden cómo comportarse.

    PEAR: (Princeton Engineering Anomalies Research).
    El programa de investigación de las anomalías de
    ingeniería, de la Universidad de Princeton en Nueva
    Jersey. Durante veinte años, este centro eminentemente
    científico ha identificado conexiones de energía
    sutil (energía  «L») entre personas y
    máquinas y entre personas y lugares
    remotos. Estas conexiones parecen ser más profundas cuando
    los  «perceptores» (participantes capaces de
    lograr estas conexiones de energía  «L»)
    muestran muchas características análogas a los
    trasplantados de corazón que son
     «cardiosensibles».

    PSICOLOGÍA CARDIACA: El campo de la
    psicología de la salud que identifica los factores
    psicosociales de riesgo para el
    desarrollo de enfermedades
    cardiovasculares, y que propone cambios en el estilo de vida
    para ayudar a prevenir y curar las dolencias
    cardiacas.

    PSICONEUROINMUNOLOGÍA:  El campo que
    estudia la interacción entre la mente, el cuerpo y los
    sistemas sociales y el modo en que esta interacción
    influye en la salud y en la curación.

    XENOFOBIA: El temor evolutivo del cerebro e
    incluso el odio a los extraños y a cualquier
     «cosa», que se percibe como diferente al yo. Un
    factor muy importante en el rechazo de trasplantes de
    órganos.

     BIBLIOGRAFÍA

     "El código del corazón"
    – Dr. Paul Pearsall – ISBN 84-414-0467-4.

     

    ACADEMIA FILOSOFICA DE LA PLATA

    Calle 6 N° 1684 – La Plata – Bs. As.
    – Argentina

    http://www.acadfilosofica-lp.org.ar

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