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Lipoproteínas sanguíneas: tipos e importancia (página 2)




Enviado por juanairis_bruno



Partes: 1, 2

9. Otras
lipoproteínas

  • Apolipoproteina A
    • La Apo A-I es la apolipoproteína
      más abundante en el plasma; está presente
      casi en forma total en HDL y constituye cerca del 90% y
      60-70% de la fracción proteica en las subfracciones
      HDL2 y HDL3 respectivamente. Los
      niveles plasmáticos de Apo A-I son generalmente
      mayores en mujeres y correlacionan positivamente con la
      concentración de HDL-Colesterol. Esta
      correlación no es válida en sujetos con
      hipertrigliceridemia, en donde la fracción HDL
      está enriquecida con triglicéridos y casi
      ausente en el colesterol. La Apo A-I es sintetizada
      inicialmente en el hígado e intestino como un
      precursor proteico, el cual es degradado hasta su forma
      madura en plasma, que es una simple cadena
      polipéptida que contiene 243 aminoácidos.
      Como el componente proteico de mayor concentración
      de HDL, participa activamente en el "transporte reverso de colesterol",
      actúa como activador de la enzima
      lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT), y como liga
      para el complejo receptor-HDL, localizado en el hepatocito
      y sobre diversas células
      periféricas.
    • La apolipoproteína Apo A-II es el
      segundo componente proteico de mayor concentración
      de HDL, aunque está ausente en la subfracción
      HDL2, este mismo constituye la tercera parte
      como componente proteico de HDL3. La Apo A-II se
      encuentra en menor concentración en plasma respecto
      de Apo A-I, y los niveles plasmáticos no
      correlacionan con los niveles HDL-colesterol. Desde un
      punto de vista estructural, la Apo A-II es diferente al
      resto de las proteínas transportadoras de lípidos porque es la única
      apolipoproteínas plasmática presente en forma
      de dimero. La Apo A-II está formada de dos cadenas
      polipeptídicas de 77 aminoácidos, unidos por
      un enlace disulfuro de los residuos de cistina de la
      posición 6. La función especifica de la Apo-II no
      está claramente especificada, pero recientes
      estudios indican que interviene en la regulación de
      la actividad de la lipasa hepática. Sin embargo, una
      absoluta ausencia de Apo-A-II fue observada en una familia
      japonesa, no encontrándose asociación con
      algún trastorno metabólico o condición
      clínica significativa. Lo anterior confirma que la
      Apo A-II tiene una reducida participación en el
      metabolismo de lípidos. La
      apolipoproteína A-IV se encuentra en concentraciones
      mínimas en el plasma y es aquí donde circula
      en forma libre, así como también se encuentra
      unida a los quilomicrones y HDLA (cerca del 50%). La Apo
      A-IV está constituida por una cadena
      polipeptídica compuesta de 376 aminoácidos,
      fuertemente conformada como una alfa-hélice de
      naturaleza anfipática,
      condición que es necesaria para unir los
      quilomicrones en las células del intestino y
      participar en el transporte reverso o contra flujo de
      colesterol, favoreciendo la interacción entre el HDL y las
      células.
    • Lipoproteína(a). Los estudios
      están descubriendo un alto riesgo de
      angina y de ataques cardíacos en personas con
      elevados niveles de una molécula transportadora de
      colesterol llamada lipoproteína(a) o lp(a). Las
      moléculas tienen una estructura similar a la LDL y transportan
      una proteína que puede perjudicar la capacidad del
      organismo de disolver coágulos sanguíneos y
      contribuir, de esa manera, a los ataques cardíacos.
      Por el otro lado, los altos niveles de lp(a) pueden ser,
      simplemente, subproductos de daños arteriales de
      larga data que sirvan únicamente como indicadores de las últimas etapas de
      la aterosclerosis. Los altos niveles de lp(a) hallados en
      los análisis sanguíneos no sirven
      todavía para predecir un ataque cardíaco,
      aunque deben considerarse útiles para inducir un
      tratamiento más agresivo para personas con riesgos
      moderados de enfermedad cardíaca. Los peligros
      especiales planteados por elevados niveles de lp(a) pueden
      hacerse presentes sólo cuando los niveles de
      colesterol, en general, son nocivos. Generalmente, las
      altas concentraciones de lipoproteína(a) son
      hereditarias y no responden a cambios en la dieta o en los
      hábitos, aunque parecen aumentar frente a grandes
      ingestas de ácidos trans-grasos. En la
      actualidad, pocos expertos recomiendan tratamientos con
      drogas
      para reducir los niveles de lp(a). Parecería que las
      mujeres tienen mayor riesgo de presentar niveles altos de
      lp(a), posiblemente porque la hormona masculina
      testosterona previene los niveles elevados, aunque las
      mujeres de mayor edad están protegidas por la
      terapia de reemplazo hormonal.
      • Apolipoproteína A-1. La
        apolipoproteína A-1 ha sida
        asociada con corazones saludables y puede ser
        parcialmente responsable de los riesgos de menor rango
        de enfermedad cardíaca asociada con altos
        niveles de HDL.
      • Apolipoproteína B. La
        apolipoproteína B (apo B) está asociada
        con altos niveles de LDL.; un estudio indicó que
        puede ser más efectiva que otros lípidos
        para predecir enfermedades cardíacas en las
        mujeres, aunque es necesario realizar más
        investigaciones sobre el
        tema.

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opción "Descargar" del menú superior

  • Apolipoproteína B: La
    apolipoproteína B es una proteína con gran peso
    molecular, presente en los quilomicrones, lipoproteínas
    VLDL y LDL. Las concentraciones plasmáticas de Apo B se
    encuentran en el rango de 0.8 – 1.0 g/l en individuos
    normolipémicos. Su concentración es directamente
    correlacional con los valores
    de colesterol total y colesterol HDL.

Dos formas moleculares llamadas Apo B100 y Apo B48,
existen en plasma.

  • Apo B 100: es una simple cadena
    polipeptídica de 4,536 aminoácidos; es una de las
    proteínas más grandes que existen en la plasma,
    sintetizada en el hígado y secretada dentro de VLDL.
    Esta es cuantitativamente mantenida durante la
    conversión de VLDL a IDL hasta LDL, de la cual es el
    único componente proteico. La Apo B 100 es indispensable
    para el acoplamiento de las partículas de
    lipoproteínas (VLDL). Esta juega un papel importante
    como molécula, ligando para LDL y su receptor.
    También participa en la regulación de los niveles
    de colesterol a nivel sanguíneo.
  • La Apo B48 está constituida por una
    cadena polipeptídica de 2,152 aminoácidos (estos
    aminoácidos son similares a los de Apo B 100, por lo
    tanto, Apo B48 es el 48% similar con respecto de Apo B 100).
    Los niveles plasmáticos de Apo B48 en un sujeto normal
    en un periodo de ayuno, es de 50 veces menor respecto de la
    concentración de Apo B 100. Esta concentración
    tiene un remarcado incremento durante el periodo postprandial.
    La Apo B48 es sintetizada en el intestino y es una
    molécula esencial para la formación de
    quilomicrones.
  • Apolipoproteína C: Es una familia de
    proteínas de bajo peso molecular incluyendo la Apo C-I,
    C-II y C-III. Las tres apolipoproteínas difieren en su
    peso molecular, composición de aminoácidos y su
    función. Las apolipoproteínas C son sintetizadas
    en mayor proporción en el hígado y en menor
    proporción en intestino; están presentes en
    lipoproteínas que integran en su mayor parte
    triglicéridos, tal es el caso de quilomicrones, VLDL,
    HDL. La Apo C en plasma tiene un importante papel, manteniendo
    el equilibrio
    dinámico entre HDL, quiomicrones y VLDL. La
    concentración plasmática en sujetos normales es
    muy bajo, 0.03 g/l para Apo C-II y 0.15 g/l para Apo C-III.
    Sólo se puede observar un incremento en periodos
    postprandiales y en pacientes con
    hipertrigliceridemia.
  • Apo C-I es la apolipoproteína más
    pequeña; está compuesta de 57 aminoácidos.
    En procesos in
    vitro es capaz de activar la enzima
    lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT). Esta
    situación no indica que realice la misma función
    in vivo; sin embargo, la concentración y afinidad por la
    enzima es más elevada que la Apo A-I.
  • Apo C-II es un polipéptido de 79
    aminoácidos, que está distribuido en forma
    variable de acuerdo a las diferentes clases de
    lipoproteínas. Esta juega un papel muy importante en la
    regulación del metabolismo de los triglicéridos;
    es en realidad, un cofactor esencial para la actividad de la
    lipasa lipoprotéica, enzima responsable de la
    hidrólisis de los triglicéridos presentes en las
    lipoproteínas, y es determinante en el catabolismo de lo
    quilomicrones y VLDL.
    Apo C-III está formado por 79 aminoácidos y
    está presente en plasma en su forma glicosilada. En
    relación a un análisis isoeléctrico,
    existen tres isoformas identificables C-III0, C-III1 y C-III2,
    dependiendo de las moléculas de ácido
    siálico a las que esté unido (la cual le sirve
    para favorecer su unión con su receptor o a otras
    moléculas). Apo C-II y C-III participan en la
    regulación de la lipasa lipoprotéica, generando
    un efecto de inhibición sobre ella.
  • Apolipoproteína E: La Apo E es un
    polipéptido de 299 aminoácidos,
    encontrándose en VLDL e LDL y como una
    subfracción de HDL llamada HDL1. La concentración
    plasmática en sujetos normales es de 0.03 – 0.07 g/l y
    se llega a incrementar 2 a 3 veces por hiperlipoproteinemia y
    en un padecimiento conocido como enfermedad beta-ancha,
    caracterizada por la presencia de una banda gruesa de
    lipoproteínas que emigra a la región pre-beta en
    un corrimiento electroforético. La Apo E se encuentra
    los humanos en tres isoformas reconocidas por análisis
    isoeléctrico, llamadas E2, E3 y
    E4. Las tres isoformas difieren una de otra por la
    sustitución de un simple aminoácido (arginina por
    cistina) en dos posiciones específicas de la secuencia
    de Apo E. La presencia de tres isoformas, cada una de ellas
    codificadas por un simple alelo, generan seis diferentes
    fenotipos, tres homocigotos (E2/E2,
    E3/E3 y E4/E4), y
    tres heterocigotos (E2/E3,
    E2/E4 y E3/E4),
    distribuidos en forma variable en la población. El fenotipo
    E3/E3 es el más común (60%
    de la población) y el E2/E2 es el
    más raro y sirve como criterio absoluto de
    hiperlipoproteinemia tipo III.
    La Apo E es reconocida por su receptor específico
    (presente en el hígado y responsable del catabolismo de
    los residuos de quilomicrones) y por el receptor LDL (que
    también une a Apo B 100) la isoforma E2 no es
    reconocida por ningún tipo de receptor

Tipos de Apolipoproteinas

A-1

Activa LCAT

B-48

Formación quilomicrones

B-100

Reconocimiento de receptores LDL

C-11

Activación lipasa lipoproteica

C-111

Inhibición de lipasa
lipoproteína

E

Act. Receptora para paso de partícula
lipoproteína

Proteína de transferencia

Facilita el intercambio de triglicéridos,
fosfolípidos y ésteres de colesterol entre
las partículas de lipoproteínas

Apo (a)

Implica en el aumento de CC

  • cc: Cardiopatía Coronaria
  • LCAT: Lecitina- colesterol
    aciltransferasa

Clasificaciones De Apoproteinas

 

Apoprotein – MW(Da)

Asociación De la
Lipoproteína

Función y comentarios

apo-A-I-Uno-Yo – 29.016

Chylomicrons, HDL

la proteína importante de HDL, activa
LCAT

apo-A-II-Uno-Ii – 17.400

Chylomicrons, HDL

sobre todo en HDL, realza actividad
hepática de la lipasa

Apo-Uno-Intravenoso – 46.000

Chylomicrons y HDL

presente en lipoproteínas de los ricos
del triacylglycerol

apo-B-48 – 241.000

Chylomicrons

encontrado exclusivamente en los chylomicrons,
derivados del gene apo-B-100 por RNA que corrige en
epitelio intestinal; carece el dominio receptor-que ata de LDL de
apo-B-100

apo-B-100 – 513.000

VLDL, IDL y LDL

proteína importante de LDL, lazos al
receptor de LDL; una de las proteínas sabidas
más largas de seres humanos

apo-C-I-C-Yo – 7.600

Chylomicrons, VLDL, IDL y HDL

puede también activar LCAT

apo-C-II-C-Ii – 8.916

Chylomicrons, VLDL, IDL y HDL

activa la lipasa de la
lipoproteína

apo-C-III-C-III – 8.750

Chylomicrons, VLDL, IDL y HDL

inhibe la lipasa de la
lipoproteína

apo-D-D – 20.000; proteína también
llamada de la transferencia del éster del
colesterol, CETP

HDL

asociado exclusivamente a HDL, transferencia del
éster del cholesteryl

apo-E-E – 34.000 (por lo menos 3 alleles [
E2, E3, E4] cada uno de
los cuales tienen isoforms múltiples)

Remanente de Chylomicron, VLDL, IDL y
HDL

los lazos al receptor de LDL,
amplificacióndel allele apo-E-E e-4 se
asociaron a la enfermedad de Alzheimer del tarde-inicio

apo-H-H – 50.000 (también conocido como
b-2-glycoprotein I) 

Chylomicrons

metabolismo del triacylglycerol

apo(a) – por lo menos 19 diversos alleles; la
proteína se extiende de tamaño a partir del
300.000 – 800.000

             
LDL

el disulfuro enlazó a apo-B-100, forma un
complejo con LDL identificado como
lipoprotein(a), Lp(a)
; se asemeja
fuertemente a plasminógeno; puede entregar el
colesterol a los sitios de lesión vascular, de la
asociación del alto riesgo con enfermedad de la
arteria coronaria prematura y del movimiento

Lipoproteínas residuales. Las
lipoproteínas residuales son subproductos de los
quilomicrones, de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) o
de ambos. Algunas investigaciones indican que pueden ser un
factor de riesgo importante en relación con enfermedades
de las arterias coronarias.

Enzimas para manejar
lipoproteínas
:

  • LPL (Lipoproteína lipasa): es
    una hidrolasa. Se encuentra en animales, en la
    superficie de las células endoteliales, de los
    capilares, cuando por allí circula una proteína
    rica en Triglicéridos, la lipasa la engancha e hidroliza
    al componente triglicérido de la lipoproteína. En
    la superficie de la
    célula hay una hidrólisis del
    Triglicérido en glicerol y ácido graso libre y
    son incorporados para el metabolismo.

Ese ciclo metaboliza quilomicrones y VLDL. Favorece la
absorción de estos combustibles por las células de
esas zonas.

  • Lipasa Hepática: Es una
    hidrolasa de Triglicéridos que se encuentra
    únicamente en el hígado.
  • LCAT (Lecitina Colesterol Acil
    Transferasa) Es un enzima que transfiere grupos acilos
    (ácidos grasos) de la Lecitina al colesterol. Se generan
    ésteres de colesterol. Ocurre en el plasma de la
    sangre
    porque la LCAT se encuentra en el plasma. 

La LCAT transfiere el ácido graso central de la
Lecitina al OH del colesterol, generando un éster de
colesterol más lisolecitina (Lecitina que ha perdido un
ácido graso).

  • ACAT (Acil Co-A Colesterol Acil
    Transferasa): Transfiere un grupo acil
    desde el acil co-A al colesterol.

Los lípidos de la dieta son absorbidos en el
intestino y se incorporan en quilomicrones (sobretodo
Triglicéridos de absorción). Los quilomicrones
circulan por sangre y linfa y se encuentran en los capilares a
las LPL. Las LPL liberan glicerol y ácidos grasos libres y
el quilomicrón se va empobreciendo de Triglicéridos
y se enriquece de otros lípidos diferentes.

10. El
colesterol y los triglicéridos

El colesterol es una sustancia blanca, serosa Se
encuentra normalmente en los tejidos y es
producida en un 80% por el hígado y tiene un papel muy
importante en la formación del tejido cerebral y nervioso.
Es un precursor de la vitamina D.

Es un lípido insoluble en el agua, por
lo tanto, no se disuelve en solución acuosa como la
sangre. Se presenta en dos forma, como colesterol libre o como
éster del colesterol.
Es un componente fundamental de las membranas de muchas
células, y precursor de otros compuestos
biológicamente activos como
sales biliares, hormonas y
vitamina D3.

El colesterol exógeno es el que aporta los
alimentos. El
40% de la cantidad ingerida es absorbida por las células
del intestino y empaquetado en forma de éster del
colesterol con los triglicéridos de la dieta en
pequeñas gotitas denominadas quilomicrones.

Los quilomicrones pasan a los canales linfáticos
del intestino y luego a la circulación sanguínea.
Mientras circulan van descargando sus triglicéridos en los
músculos como fuente de energía, o en los tejidos
adiposos donde se almacenan como reserva.

El colesterol endógeno se produce especialmente
en el hígado. Los restos de quilomicrones con una parte de
éster de colesterol es captada por las células
hepáticas, el cual junto con el colesterol, el
triglicérido y la apolipoproteína que ellas mismo
fabrica, forma las lipoproteínas de muy baja densidad
(VLDL).
El nivel de colesterol en la sangre está determinado en
parte por herencia y en
parte por factores adquiridos tales como dieta, cantidad de
calorías y nivel de la actividad física.

Los factores que afectan al colesterol en sangre
comprenden edad, sexo, peso
corporal, dieta, consumo de
alcohol y
tabaco, ejercicio
físico, factores genéticos, antecedentes
familiares, medicamentos, situación menopausal, el uso de
una terapia de reemplazo hormonal y desórdenes
crónicos tales como hipotiroidismo, enfermedad obstructiva
del hígado, enfermedad pancreática (inclusive
diabetes) y
enfermedad renal. En muchas personas, un elevado nivel de
colesterol sanguíneo constituye un alto riesgo de desarrollo de
una enfermedad en las arterias coronarias. Los niveles
sanguíneos de colesterol total y varias fracciones de
colesterol, en especial el colesterol-LDL y el colesterol-HDL son
útiles en la evaluación
y el monitoreo del tratamiento de pacientes con enfermedades
cardiovasculares y otras relacionadas. Los niveles
sanguíneos de los mencionados componentes del colesterol,
inclusive los triglicéridos, han sido separados en las
categorías «deseable», «al
límite» y «alto riesgo» por el Instituto
Nacional de los Pulmones, el Corazón y
la Sangre de los Estados Unidos,
en su informe del
año 1993. Estas categorías conforman una base
útil para la evaluación y el tratamiento de los
pacientes con hiperlipidemia (niveles de lípidos por
encima de lo normal). La terapia para reducir estos
parámetros de riesgo incluye dieta, ejercicio
físico y medicación y reducción de la masa
grasa corporal, lo que resulta particularmente efectivo cuando se
lo combina con dieta o ejercicio físico.

Clasificación

  • Colesterol–LDL: El villano principal en
    la historia del
    colesterol es la lipropoteína de baja densidad (LDL).
    Normalmente, este lípido, que transporta hasta las
    células del organismo alrededor del 75% del colesterol
    de la sangre, no es dañino. No obstante, la LDL penetra
    las paredes de la arteria en donde puede interactuar
    peligrosamente mediante un proceso
    denominado «oxidación», causado por
    moléculas inestables llamadas «radicales libres de
    oxígeno». Estas partículas
    son liberadas naturalmente durante los procesos químicos
    del organismo y se incrementan cuando el cuerpo es expuesto a
    toxinas ambientales como, por ejemplo, el humo del
    cigarrillo.

Los radicales libres son esenciales en la lucha
antibacteriana pero, en cantidad excesiva, pueden provocar
daños de muchas maneras. Debido a que les falta un
electrón, los radicales libres tienden a unirse a
cualquier otra molécula del organismo y pueden volverse
destructivas.

Si la LDL se acumula en las paredes arteriales, los
radicales libres liberados por las membranas de la pared atacan y
modifican su forma. La LDL oxidada resultante estimula a los
glóbulos blancos del sistema inmune a
reunirse en ese lugar, formando una sustancia grasa llamada placa
y causando inflamación consecuente. A medida que la
placa crece las paredes arteriales se contraen ligeramente,
reduciendo el flujo sanguíneo. Este proceso,
aterosclerosis, es la principal contribución al desarrollo
de una enfermedad coronaria: los tejidos vitales del
corazón no reciben todo el oxígeno transportado en
la sangre que necesitan y se dañan. Además, el
organismo produce calcio para cubrir el área inflamada en
la arteria. Esta frágil área calcificada puede
desprenderse por el paso de la sangre generando un coágulo
sanguíneo. Si se produce un bloqueo, causado tanto por el
crecimiento gradual de la placa cuanto por la mucho más
veloz formación de un coágulo, el resultado es un
ataque al corazón (infarto). La
LDL oxidada también puede jugar otro papel peligroso al
dañar el óxido nítrico, una sustancia
química
que ayuda a relajar los vasos sanguíneos para que la
sangre fluja libremente.

  • Colesterol-HDL: Entre un tercio y un cuarto
    del colesterol sanguíneo es transportado por la
    lipropoteína de alta densidad (HDL)

Instituto Nacional de los Pulmones, el
Corazón y la Sangre de los Estados Unidos
Categorías de colesterol total y colesterol-HDL en
sangre

 Colesterol total

 

Menos de 200 mg/dL

Deseable

 

200 a 239 mg/dL

Al límite-Alto

 

240 mg/dL o más

Alto

 

 

 

Colesterol-HDL

 

Menos de 35 mg/dL

Cholesterol-HDL bajo

 

Estas categorías son aplicables a adultos
de 20 años o más.

 

 

 

 

 

 

 

Valores óptimos de colesterol

Algunos estudios han demostrado que reduciendo los
niveles de LDL y de colesterol total y elevando los niveles de
HDL se pueden prevenir infartos en individuos con o sin
cardiopatías, incluso cuando los niveles de colesterol son
considerados normales. Muchos expertos recalcan la necesidad de
alcanzar niveles de colesterol total de 200 mg/dl o inferiores y
niveles de colesterol LDL de 160 mg/dl o inferiores. Los
individuos con como mínimo dos factores de riesgo de
cardiopatías deberían alcanzar niveles de LDL de
130 mg/dl o inferiores. Por factores de riesgo se entiende: un
historial familiar con problemas de
corazón, ser fumador, tener la presión
arterial elevada, padecer diabetes, ser mayor (más de 45
años, los hombres y más de 55, las mujeres) y tener
niveles de HDL inferiores a 35 mg/dl. Aquellos individuos que
padecen cardiopatías deberían intentar alcanzar
niveles de LDL por debajo de los 100 mg/dl. El hecho de tener
niveles altos de colesterol HDL es tan importante como tener
niveles bajos de LDL, especialmente en las mujeres. Los niveles
de HDL que los expertos recomiendan son de 45 mg/dl para los
hombres y 50 mg/dl para las mujeres, aunque seria deseable para
ambos alcanzar los 60 mg/dl. Ha habido noticias
recientes de que los niveles recomendados hasta ahora para las
mujeres no eran lo suficientemente elevados y podrían no
ofrecer ninguna protección. En cuanto a los
triglicéridos, aunque los expertos afirman que la cifra
deseable es de 200 mg/dl o inferior, se ha demostrado que esta
cifra es demasiado elevada, ya que cualquier nivel superior a 100
mg/dl supone un alto riesgo de padecer cardiopatías. Debe
destacarse que los niveles normales de colesterol pueden ser
diferentes en los niños.
De acuerdo con un estudio, sin embargo, las recomendaciones
actuales sólo son válidas para adolescentes
de raza blanca de 18 años de edad, y no tienen en cuenta
los cambios que puede haber entre los 8 y los 18 años, ni
las variaciones entre razas y grupos de población. En
general, tienden a aumentar bruscamente hasta la pubertad, a
partir de entonces descienden también rápidamente y
vuelven a aumentar de nuevo posteriormente.
Aunque estos valores que
acabamos de presentar son muy útiles, la realidad no es
tan fácil, incluso en la población adulta.
Así, por ejemplo, se han llevado a cabo pocos estudios
para determinar el pronóstico de los pacientes con niveles
bajos de LDL y de HDL y altos de triglicéridos. Por otra
parte, pongamos por caso un paciente con un nivel de colesterol
total de 280 mg/dl (alto riesgo) pero con un nivel de
HDL-colesterol de 70 mg/dl (bajo riesgo). Para saber si el
paciente en cuestión es un individuo de
alto o bajo riesgo de arteriopatía coronaria, muchos
médicos calculan la ratio de riesgo dividiendo el
colesterol total por las HDL totales. Una ratio de 4,5 supone un
riesgo medio; ratios de 5,1 o superiores suponen un riesgo muy
elevado; la ratio ideal es de 3,5 o inferior. Siguiendo con el
ejemplo, a pesar del nivel elevado de colesterol total de 280
mg/dl, gracias al nivel de HDL de 70 mg/dl el paciente se
encuentra, con una ratio de 4, por debajo del nivel de riesgo
medio. Con este tipo de ratios, se puede predecir con más
exactitud arteriopatías coronarias que con los niveles de
colesterol total.

Predisposición a los niveles altos de
colesterol

Influencias del entorno y del estilo de
vida

Más de la mitad de los adultos norteamericanos
tienen niveles de colesterol total superiores al 200 mg/dl, el
20% de ellos tiene más de 240 mg/dl. Este porcentaje
resulta aún más alarmante si lo comparamos con la
población asiática y del Pacífico Sur, donde
es tan sólo del 7%.Según un estudio, los
niños japoneses, que practican deporte de formaregular y que
hacen una dieta baja en grasas y alta
en productos
derivados de la soja, tienen
niveles de HDL significativamente superiores que los niños
norteamericanos o australianos. El simple hecho de haber crecido
en la cultura
americana ya es un factor de riesgo de niveles altos de
colesterol. La típica dieta americana, rica en grasas,
colesterol y proteínas pero baja en fibra es la
responsable de las estadísticas. La obesidad y un
estilo de vida sedentario ayudan a incrementar el riesgo. Un
estudio reciente muestra que
cualquier ganancia de peso, independientemente de si un individuo
tiene sobrepeso o no, puede empeorar los niveles de
colesterol.

Sexo

Por término medio, los hombres desarrollan
arteriopatías coronarias entre 10 y 15 años antes
que las mujeres, pero las arteriopatías coronarias sigue
siendo la causa principal de muerte entre
las mujeres. Las mujeres entre 20 y 34 años y
después de la menopausia (alrededor de los 55) tienen
niveles más altos de colesterol que los hombres. A pesar
de eso, un estudio muestra que mientras el 60% de las mujeres con
enfermedades cardiovasculares tiene niveles altos de LDL, menos
de la mitad fue tratada con medicamentos para disminuir el
colesterol y más de la mitad de las que fueron medicadas
no se les suministró el tratamiento adecuado. Según
un estudio, los niveles de HDL en las mujeres son más
significativos que los niveles de LDL. Las mujeres que tienen
niveles de colesterol superiores a 200 mg/dl y niveles de HDL
inferiores a 50 mg/dl tienen una tasa de mortalidad mayor que las
que tienen niveles superiores a 50 mg/dl, independientemente de
sus niveles de LDL-colesterol. Los triglicéridos
también juegan un papel más importante en las
mujeres que en los hombres.

Edad

Niños y adolescentes: Aunque no está claro
cuáles son los valores de colesterol normales en los
niños, un estudio reportó que cinco de cada seis
jóvenes norteamericanos consumen demasiadas grasas. Aunque
la grasa es necesaria para el crecimiento, el consumirla por
encima de lo recomendado, especialmente las grasas saturadas, que
se encuentran en los productos animales y lácteos, y
los ácidos transgrasos, que se encuentran en muchas
comidas preparadas, es un factor de riesgo mayor de obesidad en
niños, y también provoca un mayor riesgo de sufrir
infarto de miocardio.
Personas mayores: Actualmente existe controversia acerca los
efectos de los niveles altos de colesterol en las personas de
más de 70 años y su tratamiento. Algunos estudios
muestran que los niveles altos de colesterol en las personas
mayores significan un riesgo muy elevado de muerte por
arteriopatía coronaria, mientras que otros muestran que
disminuyendo los niveles de colesterol en las personas mayores
aumenta el riesgo de apoplejía. En individuos de
más de 85 años, los niveles altos de colesterol se
relacionan con una mayor longevidad y un riesgo menor de
infecciones y de cáncer. No obstante, no está claro
si dichos niveles de colesterol aumentaron al hacerse mayor o si
por el contrario han persistido durante años. Los
individuos que desarrollan niveles altos de colesterol al hacerse
mayores no mueren de enfermedades cardiovasculares sino por otras
causas. Por el contrario, los estudios también indican que
los niveles de colesterol disminuyen de forma natural con la
edad, independientemente del medio, la medicación o el
estilo de vida. De todos modos, los expertos actualmente
recomiendan que el tratamiento para reducir el colesterol es muy
importante en las personas mayores de 65 años con
cardiopatías o con alto riesgo, especialmente los ancianos
que no presenten otras patologías y tengan una esperanza
de vida normal.

Factores genéticos

La genética
juega un papel importante a la hora de determinar el nivel de
colesterol de un individuo. Así pues los hijos de familias
con un historial de cardiopatías deberían hacerse
un test sobre el
nivel de colesterol después de los dos años de
edad. Los genes pueden influir en los niveles bajos de HDL, en
los niveles altos de LDL o en los niveles altos de otras
lipoproteínas como la – -lipoproteína. Según
dos estudios, una mutación genética afecta la
enzima que regula el apetito en individuos con niveles altos de
colesterol y de LDL. Un estudio localizó la
mutación en individuos obesos y en individuos de peso
normal, mientras que el otro estudio la localizó solamente
en individuos obesos. Una enfermedad hereditaria poco frecuente
llamada hipercolesterolemia familiar desarrolla niveles
peligrosos de colesterol.

Otros factores

Aquellos individuos que padecen ciertas situaciones
médicas como hipotiroidismo, enfermedades renales y
diabetes son propensos a alcanzar niveles anormales de
colesterol. Las mujeres que padecen el síndrome de los
ovarios poliquísticos, especialmente las mujeres obesas,
son propensas a tener niveles altos de triglicéridos y
niveles bajos de HDL. Esto puede deberse a la aparición de
niveles más altos de hormonas masculinas (testosterona).
Un estudio muestra que los hombres delgados son los que se ven
más perjudicados por el colesterol que obtenemos
directamente a través de los alimentos ya que sus niveles
de colesterol tienden a subir y bajar vertiginosamente cuando se
añade o se elimina el colesterol de sus dietas.

Síntomas de los niveles elevados de
colesterol

Los síntomas de los niveles altos de
LDL-colesterol suelen ser la angina de pecho y el infarto de
miocardio, que aparecen como respuesta a la aparición de
placas de ateroma en las arterias. Cuando esto ocurre, se debe
recurrir a la medicina
preventiva.

Diagnóstico de la elevación de los
niveles de colesterol

Las análisis de sangre para detectar el
colesterol deberían incluir la análisis de los
niveles de HDL y de colesterol total. Resulta muy difícil
analizar los niveles de LDL, pero estos pueden calcularse a
partir de los niveles de colesterol y de HDL.
The National Cholesterol Education Program (NCEP), un programa
educacional sobre el colesterol, y The American Heart Association
(AHA), una asociación americana del corazón,
recomiendan que todos los adultos deberían realizarse
análisis de colesterol a partir de los 20 años. No
obstante, un estudio muestra que los médicos someten a
revisión a menos del 10% de los individuos y, de forma
regular, tan sólo al 23% de los individuos con niveles
altos de colesterol. Otro estudio muestra que sólo son
sometidos a un chequeo una tercera parte de los pacientes con un
historial de cardiopatía.Es más probable que las
personas mayores, los blancos, los individuos con un seguro privado y
losindividuos que viven al noreste de América
se sometan a análisis de colesterol que sus
homólogos. Puede ser que algunos médicos no
analicen ciertos individuos siguiendo las pautas de chequeo
promovidas por The American College of Physicians (colegio de
médicos americanos) que recomiendan someter a
revisión tan sólo los hombres entre 35 y 65
años y las mujeres entre 45 y 65 años, a no ser que
existan factores de riesgo de cardiopatías. También
se propugna analizar el colesterol total en vez de determinados
lípidos, HDL y triglicéridos incluidos. Los
expertos consideran que realizar lecturas de colesterol anormal
es insignificante en individuos de edades inferiores o superiores
a las recomendadas si no existen riesgos de cardiopatías y
afirman que incluso puede dar lugar a tratamientos innecesarios.
A pesar de todo, estos razonamientos hacen caso omiso de estudios
válidos que ponen de manifiesto los múltiples
beneficios de una dieta sana y de realizar ejercicio. Si los
individuos jóvenes no se someten a ningún chequeo,
puede ser que aquellos que sean propensos a padecer
cardiopatías no tengan el incentivo necesario para adoptar
dichos hábitos saludables. Si tan sólo chequeamos a
los individuos mayores estamos dejando de lado uno de cada
quinientos individuos con hipercolesterolemia hereditaria, a
quienes un tratamiento precoz les salvaría la vida.
Además, si tan sólo analizamos los niveles de
colesterol totales estamos dejando de lado ciertos lípidos
y proteínas muy importantes a la hora de determinar el
riesgo de un individuo a padecer cardiopatías.
A fin de obtener un análisis fiable del nivel de
colesterol, los expertos aconsejan no practicar ningún
ejercicio agotador 24 horas antes del análisis, ni comer o
beber nada excepto agua 12 horas
antes. Si los resultados del análisis son anormales se
tiene que realizar un segundo análisis entre una semana y
dos meses después. Aquellos individuos que tienen niveles
de colesterol normales no tienen que chequearse hasta al cabo de
5 años, a no ser que cambie su estilo de vida, incluyendo
ganancia de peso y cambios en la medicación y en la dieta.
Los individuos que reciben tratamiento para disminuir el nivel de
colesterol deberían ser chequeados cada dos o seis meses.
En muchas farmacias se encuentran tests para medir el nivel de
colesterol, pero estos productos tan sólo analizan el
nivel de colesterol total. Los análisis en los
laboratorios son necesarios pues para calcular los niveles de
lípidos individuales y de lipoproteínas. Un nuevo
test llamado espectroscopio de resonancia magnética
nuclear de protones detecta señales
de radio emitidos
por partículas de LDL, HDL y VLDL (lipoproteínas de
muy baja densidad). Puede ser que pronostique con más
fiabilidad las cardiopatías que los análisis de
sangre.

Estilos de vida que mejoran los niveles de
colesterol

Las disminuciones modestas de los niveles de colesterol,
ya sean mediante medicamentos o mediante cambios en el estilo de
vida, reducen el riesgo de minusvalía y de muerte por
cardiopatía. Aunque la mayoría de los estudios que
prueban que la disminución del colesterol salva vidas lo
hacen utilizando medicamentos, lo más importante para
mejorar los niveles de colesterol es cambiar los hábitos
de vida. Al igual que los individuos que tienen la presión
arterial alta, los individuos con niveles altos de LDL-colesterol
no padecen síntomas hasta que sufren cardiopatías
peligrosas. Cambiar los hábitos de vida es muy
difícil pero una vez conseguido los resultados son
más que satisfactorios.

Dieta

Actualmente existe mucha controversia sobre el mejor
balance de carbohidratos,
grasas y proteínas en la dieta. Las tres dietas más
importantes para reducir el colesterol son: La dieta paso 1 y
paso 2 recomendada por la Asociación Norteamericana del
Corazón (American Heart Assotiation o AHA), la Dieta
Mediterránea y las dietas ultrarestrictivas como el
Programa Ornish.
Recomendaciones dietéticas de la asociación
americana del corazón. La Asociación Americana del
Corazón recomienda la dieta paso 1 para cualquier persona sin
enfermedades cardiacas ni factores de riesgo para prevenir la
enfermedad coronaria. Esta dieta requiere que el aporte total de
grasa represente menos del 30% de las calorías, la grasa
saturada menos de un 10%, y que la ingesta diaria de colesterol
sea menor de 300 mg (simplemente cambiando la leche entera
por leche semi o desnatada puede ayudar a conseguir estas metas,
y además sin perder el aporte diario de calcio).
Además, la dieta de la mayoría de las personas debe
contener un 50-60% de carbohidratos complejos, aunque este
valor puede
ser excesivamente alto para algunas personas. La dieta paso 2 se
recomienda para las personas que tengan alguna enfermedad
cardiaca o bien que presenten niveles de colesterol por encima de
lo normal. Los requerimientos de esta dieta son el 20% de las
calorías aportadas por la grasa, grasa saturada menor al
7% y colesterol menor de 200 mg.
Dieta mediterránea. La dieta mediterránea, con su
énfasis en los cereales, pescado, aceite de
oliva, ajo y un consumo moderado de vino, es rica en fibra y
nutrientes cardioprotectores como los ácidos grasos
omega-3. La dieta mediterránea contiene altas cantidades
de grasa (alrededor del 35 al 45%), sobretodo compuestas por
ácidos grasos mono y poliinsaturados. Recomienda el mismo
aporte de proteínas que la dieta de la Sociedad
Americana del Corazón, aunque en este caso la fuente
más importante es el pescado. Los carbohidratos
están reducidos, y no sólo recomienda frutas y
verduras, sino que también recomienda nueces, legumbres, y
guisantes en cantidades mayores que la AHA.
El programa Ornish. El programa Ornish se recomienda para las
personas con enfermedades cardiacas severas asociadas con
alteraciones del colesterol y que no deseen tomar agentes
hipolipemiantes. Es un régimen muy exigente, que excluye
todo aceite y todo producto
animal, excepto el yogur desnatado, la leche desnatada y la clara
de huevo. Limita las grasas saturadas lo máximo posible,
reduciéndolas al 10% y aumenta los carbohidratos hasta el
75% de las calorías. Además de seguir una dieta
estricta, las personas deben realizar ejercicio como
mínimo tres veces por semana durante 90 minutos,
así como usar técnicas
de relajación, no fumar, y no beber más de 200 ml
de alcohol al día.
Diferencias entre las dietas. Algunos expertos creen que las
dietas paso 1 y mediterránea son las adecuadas para las
personas sin enfermedades coronarias y niveles normales de LDL
(inferiores a 160 mg/dl) y para las personas con niveles de LDL
bajos (inferiores a 130 mg/dl), con uno o dos factores de riesgo
cardiacos, como por ejemplo, niveles bajos de HDL y fumar. Para
las personas que tengan niveles de colesterol más
elevados, tanto la dieta mediterránea, como la paso 2 y la
Ornish pueden ser adecuadas, dependiendo de las circunstancias de
cada individuo.
La pregunta principal en las dietas es ¿cuanta grasa debe
contener? y ¿de dónde debe proceder?. En general,
la mayoría de los pacientes tienen problemas para seguir
dietas como la dieta paso 2, que recomienda una aportación
por parte de la grasa del 20% de las necesidades
calóricas. La dieta Ornish es mucho más estricta.
Es esperanzador un estudio que ha demostrado que el reducir el
consumo de grasas a 26% es tan efectivo en reducir los niveles de
LDL como el limitar el consumo de grasas al 18%, que siempre es
mucho más difícil de conseguir. Otro estudio,
realizado sólo en mujeres, reportó que las personas
que consumían la mayor cantidad de grasas (46% de sus
calorías), no tenían un mayor riesgo
cardiovascular, en general, que las que consumían la menor
cantidad (29%). Sin embargo, las mujeres que comían
comidas que contenían ácidos transgrasos,
tenían más del doble de riesgo de infarto de
miocardio que las personas que seguían dietas sin este
componente tan peligroso. De hecho, los expertos insisten cada
vez más en que el tipo de grasa es más importante
que la cantidad. Las dietas bajas en grasa se han asociado con un
riesgo mayor de apoplejía. La dieta mediterránea
tiene un gran atractivo que es la cantidad de comidas permitidas,
incluyendo al aceite de oliva (rico en aceites monoinsaturados) y
al vino. Un estudio reciente reportó que reducía
significativamente el riesgo de un segundo infarto de miocardio
en aproximadamente 4 años comparándola con una
dieta convencional. De gran interés en
la dieta mediterránea es, sin embargo, el riesgo de
ganancia de peso, y sólo se recomienda a aquellas personas
que están razonablemente delgadas.
Aunque todas estas dietas presentan grandes diferencias, tienen
algunos consejos en común como son el potenciar el valor
de los cereales, verduras y fruta fresca así como
recomendar que de comer grasas, sean de tipo mono y
poliinsaturadas. Los expertos están de acuerdo en que todo
el mundo debería evitar las grasas saturadas (de los
productos animales) y los ácidos transgrasos (que se
encuentran en varios productos de bollería y comida
rápida). Al elegir la fuente de proteínas, se
debería escoger la soja y el pescado por encima de la
carne. El control del peso
y el ejercicio son compañeros esenciales de cualquier
programa dietético. Después de iniciar una dieta
saludable, generalmente se tarda de tres a seis semanas en notar
un descenso de los niveles de colesterol, aunque algunas personas
han notado descensos en tan solo 4 semanas. (para información más detallada, ver el
Informe de Well-Connected, "Dieta sana para el
corazón").

Ejercicio físico

Las personas que llevan un ritmo de vida activo
presentan un 40% menos de posibilidades de desarrollar una
enfermedad coronaria que las que llevan una vida sedentaria. Los
estudios están demostrando que las personas que cambian su
dieta para controlar el colesterol y descender el riesgo de
enfermedad coronaria tienen éxito
tan solo si también siguen un programa regular de
ejercicio aeróbico. La práctica regular de
ejercicios aeróbicos como el caminar rápido, el
jogging, la natación,
la bicicleta, el aeróbic, y los deportes de raqueta constituyen la
mejor forma para disminuir los niveles de triglicéridos
(las grasas dañinas), y a su vez aumentar los de HDL
(también llamado colesterol bueno). Una mejora sustancial
en nuestros niveles requiere al menos un año de ejercicio
regular. Los expertos recomiendan que se empiece con paseos
diarios de 30 minutos, lo ideal a continuación
sería caminar unas 20/25 millas a la semana. Lo que
está claro es que si se quiere aumentar los niveles de
HDL, cuanto más deporte practiquemos mejor. Un entrenamiento que
ponga a prueba nuestra resistencia
también ayuda a reducir los niveles de LDL. Ante una
comida rica en grasas, una sesión de aeróbic de
aproximadamente 90 minutos o diferentes sesiones prolongadas a lo
largo del día pueden disminuir nuestros
triglicéridos. A pesar de ello, un estudio ha demostrado
que dosificar el ejercicio físico a lo largo del
día aumenta la oxidación de LDL–un proceso que
hace que el LDL sea perjudicial para el corazón -de forma
que es más aconsejable que optemos por un programa regular
y consistente. Antes de embarcarnos en un programa estricto de
ejercicio físico es aconsejable que consultemos a nuestro
medico. Se debería alentar especialmente a los
niños a que realicen ejercicio físico cada
día. (Para más información véase
Well-Connected Informe 29, Ejercicio físico)

Tabaquismo

El consumo de tabaco disminuye los niveles de colesterol
HDL y es directamente responsable del 20% de las muertes por
enfermedad cardiovascular. La verdad es que no se podría
hacer más hincapié en la importancia de eliminar
este hábito. (Para más información
véase Well-Connected. Informe 29. El tabaco)

Alcohol

Muchos estudios aseguran que el consumo moderado de
alcohol aumenta los niveles de HDL y muy posiblemente previene
enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. Sin embargo,
otro estudio ha demostrado que en aquellos pacientes que han
sufrido anteriormente ataques al corazón, el consumo de
vino no sólo se halla relación con niveles de HDL
elevados sino que también con niveles elevados de LDL y
triglicéridos. Cualquier persona sometida a
medicación debería consultar a su médico
acerca de sus posibles interacciones con el alcohol. Es
importante observar que incluso un consumo moderado de alcohol
aumenta el riesgo del cáncer de
mama en las mujeres. Las mujeres embarazadas o susceptibles
de su abuso deberían abandonar inmediatamente su consumo.

¿Cuál es el tratamiento para los
niveles elevados de colesterol?

La recomendación más habitual a aquellos
que quieran mejorar sus niveles de colesterol es llevar un modo
de vida saludable y sólo considerar una terapia
farmacológica si lo primero no funciona. Algunos expertos
son de la opinión de que los fármacos encargados de
disminuir los niveles de colesterol deberían ser
inherentes a cualquier régimen dietético o de
ejercicio físico en aquellas personas con un LDL superior
a los 190 mg. En aquellos con enfermedades cardiovasculares o
factores de riesgo en enfermedades cardiacas, el uso de
fármacos también resultaría esencial incluso
en aquellos niveles más bajos de LDL (130 mg o menos). Sin
embargo, un estudio reciente asegura que estos fármacos
sólo son administrados a menos de la mitad de la
población anciana que se considera que se podría
beneficiar de los mismos.
Actualmente los expertos recomiendan que los tratamientos
farmacoterápicos se limiten a aumentar o disminuir ciertos
lípidos específicos según el cuadro
lípido del paciente. Existen tres tipos de fármacos
orientados hacia la reducción de LDL, las estatinas, las
resinas y el probucol. Las estatinas presentan otros efectos
beneficiosos a parte del ya expuesto y actualmente son de primera
elección en las personas que requieren tratamiento para
disminuir los niveles de lípidos. Los otros dos
fármacos, los fibratos y la niacina, también
disminuyen los triglicéridos y aumentan las HDL. Los
pacientes deberían considerar todas estas opciones con su
médico. A veces se usan de forma combinada en aquellos
pacientes con perfiles graves de colesterol. El médico
debería llevar un seguimiento regular del tratamiento a
fin de asegurar la efectividad del fármaco y controlar su
posible toxicidad. Es importante que la terapia de
mediación vaya acompañada de un estilo de vida
sano.
Las estatinas son unos inhibidores sintéticos de la HMG
CoA reductasa, componente esencial en la fabricación de
colesterol. Éstas se han erigido como los fármacos
más efectivos para el tratamiento del colesterol alto,
especialmente en los pacientes con diabetes, cardiopatía
previa o ambas. Entre las estatinas se hallan la Lovastatina
(Mevacor), la pravastatina (Pravachol), la simvastatina (Zocor),
la fluvastatina (Lescol), la atorvastatina (Lipitor) y la
cerivastatina(Baycor). Todas ellas son eficaces y seguras.
Las estatinas son especialmente efectivas a la hora de disminuir
los niveles de LDL y también disminuyen los
triglicéridos, a la vez que aumentan los niveles de HDL,
pero en menor grado que otros fármacos anticolesterol. Las
estatinas también aumentan el óxido nítrico,
una sustancia importante en la flexibilidad y tono de las paredes
de los vasos sanguíneos que permite de esta forma que la
sangre fluya más libremente. También pueden tener
un papel protector en el deterioro renal de los pacientes con
enfermedades renales ligeras.
Las estatinas han demostrado aumentar las tasas de supervivencia
global y reducir el número de cardiopatías
coronarias, ataques de apoplejía, intervenciones
quirúrgicas cardiológicas, ataques al
corazón y muertes por enfermedad cardiovascular. Las
estatinas también pueden colaborar en la protección
frente a un infarto de miocardio futuro en pacientes con
colesterol alto y sin evidencias de
cardiopatía (no parecen tener ninguna ventaja en los
pacientes con cardiopatías y niveles de colesterol bajo,
entre 115 y 127). Las estatinas también pueden reducir el
riesgo de apoplejia en los pacientes con cardiopatía
activa y niveles moderadamente elevados de grasas. De todos
modos, sólo se han estudiado las estatinas naturales, y su
efecto en pacientes con otros factores de riesgo de apoplejia no
se conoce. El uso de estatinas en los niños y adolescentes
es seguro, por lo menos en chicos, pero se necesitan más
estudios a largo plazo para conocer mejor su perfil de seguridad.
Por lo general las estatinas naturales se administran una vez al
día, y se deben tomar por la noche, porque la síntesis
del colesterol se lleva a cabo en mayor parte entre la medianoche
y las tres de la madrugada. Si se requiere un tratamiento
más intenso, entonces se puede administrar una segunda
dosis por la mañana. Las estatinas más modernas
pueden ser administradas en dos dosis diarias. Las estatinas
tienden a ser mejor toleradas que otros fármacos que
disminuyen el colesterol pero presentan una serie de efectos
secundarios. De entre estos se encuentran malestares
gastrointestinales, dolores de cabeza, sarpullidos, dolores
musculares, disfunciones sexuales, somnolencia, mareos, nauseas,
estreñimientos o inflamaciones hepáticas, que cesan
cuando eliminamos la medicación. También se ha
advertido en algunos casos neuropatía periférica
(cambios o falta de sensaciones en las manos y pies) aunque no
está demasiado claro si estos síntomas son causados
por el fármaco. Lo que está claro es que se
deberían llevar a cabo pruebas de
función hepática porque al parecer las estatinas,
en dosis elevadas, causan cataratas en los perros, y algunos
médicos recomiendan exámenes oculares
periódicos. Las inflamaciones musculares son un factor a
tener en cuenta para aquellas personas que también toman
fibratos (ver más arriba). Las personas con problemas
hepáticos, las mujeres embarazadas o aquellas atravesando
el periodo de lactancia no
deberían tomar estatinas. También se ha demostrado
que el zumo de uva incrementa la efectividad de la lovastatina.
Un incremento de peso puede reducir significativamente la
eficacia de
estos fármacos.
El ácido nicotínico o niacina ( Niacor, Nicolar,
Slo.Niacin) es la vitamina B3. Cuando se utiliza en dosis
elevadas resulta extremadamente efectiva en la reducción
de niveles de triglicéridos. La niacina aumenta los
niveles de HDL mucho más que cualquier otro fármaco
anti-colesterol y además es el fármaco más
barato. También disminuye el colesterol LDL y las
lipoproteínas. Muchos pacientes no toleran sus efectos
secundarios aunque un estudio al respecto mostraba que un 46% de
personas tomando niacina acabaron abandonando su consumo. Sus
efectos secundarios más frecuentes son el enrojecimiento
de la cara y las manos, fiebre, dolores
de cabeza, visión borrosa y somnolencia. No obstante,
nuestro cuerpo acaba siendo tolerante a esto efectos y acaban
debilitándose. La mejor forma de evitarlos es empezar
tomando dosis muy bajas durante la comida hasta llegar tomar la
dosis prescrita gradualmente. Si se toma una aspirina justo media
hora después de la ingestión de niacina se puede
llegar a evitar el enrojecimiento. De un 3 a un 5% de las
personas que toman niacina desarrollan anomalías
hepáticas que desaparecen en el momento que se retira la
medicación. La niacina también puede llegar a
causar dolores estomacales y aumentar el ácido
úrico y los niveles de glucosa en
sangre, de manera que las personas con gota o diabetes
deberían evitar su consumo. Aquellas personas que padecen
de úlcera péptica o tienen una presión
sanguínea baja también deberían abstenerse
de tomarla. Algunas investigaciones demuestran que dosis
pequeñas de ácido nicotínico en
combinación con otros fármacos reductores de LDL y
de los niveles de triglicéridos tienen efectos secundarios
menores que el consumo único de niacina. A pesar de que la
niacina es asequible sin prescripción médica es
importante tomarla bajo las indicaciones de nuestro médico
para mayor seguridad y su completa efectividad Como se trata un
fármaco disponible sin previa prescripción
médica su solución no se encuentra estandarizada.
La niacina, pues, puede ser prescrita en forma de
actuación rápida o prolongada. Las formas de
actuación rápida son más propensas a
producir dolores de cabeza y enrojecimientos mientras que las
prolongadas tienen el riesgo de causar toxicidad en el
hígado así que muchos médicos han optado por
dejar de recomendarla. La combinación de niacina y una
estatina (nicostatina) está demostrando una mejoría
en los niveles de lípidos con menos efectos
secundarios.

12. Enfermedades
debido al desequilibrio de lipoproteínas

Los
trastornos de lípidos se presentan cuando la persona tiene
un exceso de sustancias grasas, como el colesterol, los
triglicéridos y las lipoproteínas, en la sangre.
Los trastornos de lípídos son un factor de riesgo
importante en el desarrollo de ateroesclerosis y enfermedades
cardíacas.

Muchos de estos trastornos se deben a factores
genéticos y en otros casos puede ser por formas de
alimentación inadecuadas y la
diabetes

En el caso del colesterol y de los
triglicéridos:

Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior

Consecuencias de los niveles elevados de
colesterol

Consecuencia de tener niveles altos de LDL, de
triglicéridos y niveles bajos de HDL

Arteriopatía coronaria: La causa principal
de muerte en los Estados Unidos, registrándose unas
480.000 muertes en 1996. Más de la mitad de las cuales
fueron causadas por niveles altos de colesterol. A pesar de todo,
en los últimos 30 años, la tasa de mortalidad por
arteriopatías coronarias ha disminuido casi a la mitad.
Algunos expertos afirman que cerca del 30% de la
disminución se produjo gracias a una mejora en los niveles
de colesterol. Cuando el nivel de colesterol de un individuo
disminuye un punto, el riesgo de cardiopatías disminuye un
2%.
Según un estudio, los niveles altos de colesterol impiden
que el oxígeno llegue a los glóbulos rojos
(hematíes). Cuanto más joven es el individuo al que
se le diagnostica por primera vez un nivel alto de colesterol,
mayor es el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en el
futuro. El proceso se acelera y aumenta a causa de otros factores
de riesgo de cardiopatías coronarias, como pueden ser la
presión arterial alta, el fumar, la obesidad, la diabetes
y un estilo de vida sedentario. Además, los factores de
riesgo aumentan cuando aparecen más de uno de ellos en un
mismo individuo. Tan sólo el 40% de los individuos con
niveles altos de colesterol mueren a causa de cardiopatía.
Los expertos todavía no pueden definir qué
individuos son más propensos a tener niveles altos de
colesterol.
Apoplejías: Las HDL pueden ser el lípido
más eficaz a la hora de prevenir las apoplejías, en
especial las conocidas como apoplejías isquémicas,
debida a la obstrucción de la arterias carótidas
(las que conducen la sangre al cerebro). Las HDL
incluso pueden reducir el riesgo de apoplejía causado por
una hemorragia (apoplejía menos frecuente). Por lo que
respeta al colesterol y a las LDL, los efectos de un nivel alto
de colesterol total y de niveles altos de LDL en las
apoplejías no están tan claros. Un estudio
sugirió que el riesgo de apoplejia isquémica
aumenta cuando el colesterol total está por encima de 280
mg/dl. Aunque aquellos individuos que tienen niveles de
colesterol inferiores a 180 mg/dl, pueden ser propensos a sufrir
apoplejías causadas por hemorragia, especialmente si su
presión arterial es elevada.
Resistencia a la insulina: Según un estudio, el 88% de los
individuos con niveles bajos de HDL y el 84% de los individuos
con niveles altos de triglicéridos también eran
resistentes a la insulina, es decir, que no perciben los efectos
de la insulina, la hormona reguladora del almacenamiento y
uso de la glucosa (azúcar)
y de los aminoácidos (proteínas). La resistencia a
la insulina aparece en ciertos tipos de diabetes, pero con o sin
diabetes, se cree que la resistencia a la insulina es un factor
de riesgo mayor de cardiopatías.

Consecuencias de tener niveles bajos de colesterol
total

Niveles muy bajos de colesterol y tasas de mortalidad:
Los expertos no han llegado a ningún acuerdo en lo que
respeta a las consecuencias de tener niveles bajos de colesterol.
En un estudio, los hombres que registraban los niveles de
colesterol más bajos eran los que tenían una tasa
de mortalidad mayor, generalmente por cáncer y otras
enfermedades no relacionadas con las enfermedades
cardiovasculares. Un análisis de dicho estudio junto con
otras investigaciones ha mostrado que la tasa de mortalidad
más elevada es debida prácticamente al
cáncer de pulmón en los fumadores con niveles altos
de colesterol. Tal y como se ha mencionado anteriormente, los
niveles bajos de colesterol se asocian con apoplejia
hemorrágica.
Niveles bajos de colesterol y depresión:
Actualmente existe una controversia sobre si los niveles bajos de
colesterol aumentan el riesgo de depresión y suicidios. Un
estudio, por ejemplo, mostró que los pacientes que acuden
al psiquiatra con un nivel de colesterol por debajo del 160 mg/dl
doblan el riesgo de suicidio y que
los hombres mayores con niveles de colesterol bajo son tres veces
más propensos a padecer depresiones. Otro estudio del
año 2000 apoyó los descubrimientos previos en
cuanto a la asociación entre depresión y niveles
bajos de colesterol de forma crónica. Los estudios no han
demostrado ningún cambio en
el estado de
ánimo de los pacientes a los que se les baja el colesterol
con tratamiento médico, e incluso algunos han informado de
una discreta mejoría del ánimo.
Sin embargo, algunos estudios sugieren que una reducción
brusca del colesterol afecta al estado de
ánimo. Un estudio francés, por ejemplo,
informó de que los hombres que redujeron su colesterol
significativamente durante un año, independientemente del
nivel previo, doblaron el riesgo de suicidio cuando se compararon
con hombres con niveles de colesterol estables. Otros
investigadores estudiaron el estado anímico de las mujeres
después de dar a luz, momento en
el que se produce una súbita disminución de los
niveles de colesterol. Dichos investigadores observaron que
podía establecerse una relación entre el estado
anímico negativo de las mujeres y la disminución de
los niveles de colesterol, pero no de los niveles de colesterol
total. Para complicar un poco más las cosas, un estudio
del año 2000 ha reportado una incidencia mayor de muertes
por suicidio con métodos
violentos en los hombres que tenían niveles altos de
colesterol.
Hasta la fecha, no hay ninguna base científica que pueda
explicar esta observación. Algunos estudios han destacado
la importancia del colesterol en la producción de serotonina, sustancia
química del cerebro que a niveles bajos puede asociarse
con la depresión. Los hombres que tienen de forma natural
niveles bajos de colesterol también tienen niveles bajos
de serotonina. Algunos investigadores han observado que los
individuos con niveles de colesterol bajos debido a ciertos
medicamentos o al alcohol les faltan grasas alimenticias llamadas
ácidos grasos omega-3. Se relacionan los niveles bajos de
ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado
grasiento, con la depresión y la agresividad. De hecho, en
ciertos estudios en los que se disminuía el colesterol
utilizando dietas que incluyan ácidos grasos omega-3, se
podía observar una disminución de la
depresión.

Hiperlipidemias o hiperlipemias

Existen seis tipos de hiperlipidemia, los cuales se
diferencian por los tipos de lípidos que están
elevados en la sangre. Algunos tipos pueden ser causados por un
trastorno primario como una hiperlipidemia familiar, mientras que
otros se deben a causas secundarias que están relacionadas
con los factores de riesgo de la enfermedad, los factores de
riesgo dietéticos y las drogas
asociadas con la hiperlipidemia.

La hiperlipidemia es más común en los
hombres que en las mujeres.

Signos y
exámenes   

Las pruebas de laboratorio se
pueden llevar a cabo para identificar causas secundarias de la
hiperlipidemia o de trastornos hereditarios en los casos en los
que el examen de lipoproteínas esté
elevado.

El análisis de los lípidos en ayunas (o
examen de lipoproteínas) descompone el colesterol en
cuatro grupos:

  • colesterol total
  • lipoproteínas de baja densidad (LDL),
    colesterol "malo"
  • lipoproteínas de alta densidad (HDL),
    colesterol "bueno"
  • triglicéridos

Un nivel de colesterol (lípidos) "alto" definido
depende de otros factores de riesgo incluyendo consumo de tabaco,
presión sanguínea alta, un nivel bajo de colesterol
de baja densidad, antecedentes familiares de enfermedades del
corazón, hombres mayores de 45 años o mujeres
mayores de 55 años. Un nivel del colesterol total mayor de
200 puede indicar un aumento en el riesgo de las enfermedades del
corazón.

Sin embargo, los niveles de colesterol de baja densidad
pueden predecir mejor el factor de riesgo de las enfermedades del
corazón. Las personas con enfermedades del corazón
(enfermedad periférica vascular o un previo ataque al
corazón) o diabetes deben mantener los niveles por debajo
de 100.

Los niveles del:

– colesterol de baja densidad de más de 130:
anormal.

– colesterol de baja densidad de más de 160:
anormal.

– triglicéridos: menos de 150.

El
tratamiento

El objetivo del
tratamiento es reducir el riesgo de aterosclerosis y de
enfermedad Cardiovascular a través de terapia orientada a
bajar los niveles de lípidos en la sangre.

La modificación de la dieta es el primer paso del
tratamiento para los pacientes con hiperlipidemia leve a moderada
y, en individuos con sobrepeso, se recomienda la reducción
de peso hasta alcanzar un peso corporal ideal. En la
mayoría de las personas, es recomendable la
reducción del total de calorías, el colesterol y
las grasas saturadas. El grado de restriccción dietaria es
proporcional al grado de hiperlipidemia.

Expectativas
(pronóstico)   

La terapia con dietas y medicamentos suele ser necesaria
durante toda la vida del individuo afectado y el control periódico
de los niveles sanguíneos se requiere para determinar la
respuesta al tratamiento. Los estudios muestran que la
reducción de los niveles altos de colesterol disminuye el
progreso de la aterosclerosis.

Complicaciones 

  • aterosclerosis
  • enfermedad de la arteria coronaria
  • accidente cerebrovascular
  • muerte

Clasificación

Formas Primarias

Alteraciones con un claro componente genético
bien identificado y denominadas alteraciones monogénicas
que abarcan los fenotipos I, IIa y III de la antigua
clasificación de Fredrickson.

Hipercolesterolemia familiar
monogénica

Enfermedad hereditaria autosómica dominante, debida a un trastorno
genético en el que se altera la estructura y
función del receptor LDL de la membrana celular. Dicho
defecto puede residir en la síntesis del receptor, en su
procesamiento a nivel del retículo endoplásmico o
del aparato de Golgi, en el anclaje del receptor en las fosas
recubiertas de la membrana celular, o en el reconocimiento de la
apo B-100. Como resultado de esta falta de funcionalidad del
receptor B/E, el catabolismo de las LDL se enlentece, aumentando
su concentración plasmática según el grado
de afectación. Las LDL se verán obligadas a
metabolizarse a través de mecanismos o vías
alternativas representadas por los macrófagos a
través de los receptores de LDL modificadas. Es
éste mecanismo alternativo el que participa activando el
proceso aterosclerótico precoz, así como en el
origen de la infiltración lipídica en otros tejidos
que sufren estos pacientes.

Hiperquilomicronemia familiar

Alteración metabólica caracterizada por
una intensa quilomicronemia en estado de ayunas, con una
concentración normal de VLDL y baja de HDL y LDL. Se trata
de un trastorno muy raro a tener en cuenta a la hora del diagnóstico diferencial de los dolores
abdominales recurrentes en Pediatría. Es debida a la falta
de expresión de la actividad de la LPL. Realmente, esta
falta de actividad puede ser debida a un defecto en la propia
enzima (deficiencia familiar de LPL) o en su activador, la apo
C-II (deficiencia familiar de apo C-II). Ambas situaciones son
raras, menos de un caso por millón de nacidos y se heredan
de forma autosómica recesiva. Dicha alteración
impide que los quilomicrones y VLDL sean hidrolizados de forma
adecuada y, en consecuencia, se originará una intensa
hipertrigliceridemia. La sangre presenta un aspecto de "sopa de
tomate" y el
suero, al ser centrifugado, deja en su superficie una capa
quilosa con un infranadante claro. El diagnóstico queda
establecido al comprobar la nula o mínima actividad
lipolítica del suero extraído tras la
inyección de heparina.

Sus manifestaciones clínicas más
relevantes son una importante elevación de
triglicéridos en plasma que pueden oscilar entre los 1500
a 10.000 mg/dl, presencia de xantomas eruptivos en nalgas y
extremidades, lipemia retinalis y hepato-esplenomegalia. Su
complicación más grave es la pancreatitis
aguda, debido al contacto de los quilomicrones con la lipasa
pancreática y la liberación consecuente de elevadas
cantidades de ácidos grasos no estatificados con actividad
inflamatoria.

Disbetalipoproteinemia

Trastorno reconocido por la elevación en las
concentraciones plasmáticas de triglicéridos y
colesterol, asociado a la presencia de unas VLDL de
composición atípica. Estas lipoproteínas
muestran una movilidad electroforética ß en lugar de
pre-ß, como sería lo habitual,
denominándoselas ß -VLDL o ß -flotantes. Su
presencia en suero determina la aparición de una banda
continua entre ß y pre-ß, denominada ß ancha.
La prevalencia de esta alteración es poco conocida,
calculándose entre un 0,01 a un 0,04 por ciento de la
población general. El retraso en el aclaramiento de estas
VLDL se ha asociado a la homocigosis para la apo E2, que es una
forma de apo E que no es reconocida por los receptores B/E
hepáticos. Sin embargo, la presencia de homocigotos E2/E2
en la población general es de un 1 por ciento, por lo que
se puede considerar que sólo de 1 a 4 por ciento de los
homocigotos sufren la enfermedad. Para su expresión
clínica ha de coexistir con otra alteración, ya sea
primaria como una hiperlipemia familiar combinada, una
hipertrigliceridemia familiar o una hipercolesterolemia
heterocigota, o bien una alteración metabólica
secundaria como la obesidad, la diabetes, el hipotiroidismo, el
consumo de alcohol o determinados fármacos. Normalmente,
la clínica aparece a partir de los 20 años de edad,
siendo la obesidad el factor desencadenante en la mayoría
de los pacientes. Es característica la presencia de
xantomas tuberosos en áreas de apoyo, codos, rodillas y
nalgas, y xantomas estriados en las palmas de la mano,
considerados patognomónicos de esta alteración, son
también frecuentes la presencia de arco corneal y
xantelasmas. Los niveles de lípidos muestran una amplia
variación con valores de colesterol total que oscilan
entre 300 a más de 1400mg/dl y de triglicéridos
desde 400 a 800 mg/dl. La mitad de los pacientes desarrollan
aterosclerosis prematura y grave con afectación tanto de
las arterias periféricas como centrales. La
demostración de una banda ß ancha en el gel de
electroforesis de lipoproteínas fue considerada en un
principio como un criterio fiable para su diagnóstico,
aunque es un método
inespecífico. Es preferible determinar el índice de
colesterol-VLDL/triglicéridos-VLDL (que es superior a 0,4
mg/dl en esta patología) y confirmar el genotipo o
fenotipo para la apo E (E2/E2).

Estas VLDL anómalas son reconocidas y captadas
por los macrófagos, con acumulación en su interior
de colesterol esterificado, lo que será causa del
acelerado desarrollo de aterosclerosis, con el consiguiente
riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular prematura, con
frecuencia antes de los 40 años de edad.

Hiperlipemia familiar combinada

Se trata de una hiperlipemia primaria cuya
característica fundamental es la presencia de un fenotipo
lipídico cambiante dentro de una misma familia, incluso
dentro de un mismo individuo a lo largo del tiempo. Dichas
variantes fueron puestas de manifiesto por Goldstein y
colaboradores en 1973, al estudiar un grupo de pacientes con
antecedentes coronarios, y observar entre sus familiares
directos, la coexistencia de fenotipos anormales entre ellos. En
estos individuos la actividad del receptor B/E es normal,
mientras que la alteración parece residir en la
sobreproducción de partículas VLDL de
composición normal. Esta hiperproducción conlleva
elevaciones de las LDL, lo que explica la elevación de
triglicéridos o de colesterol, dependiendo de los factores
que regulan su metabolismo.

Se hereda de forma autosómica dominante,
posiblemente monogénica, y su prevalencia se estima en un
1 por ciento para la población general, muy superior a la
hipercolesterolemia familiar. De gran interés es que entre
el 11 al 20 por ciento de los supervivientes de infarto de
miocardio presentan esta alteración, lo que la convierte
en la causa metabólica hereditaria más frecuente de
aterosclerosis prematura. Sus manifestaciones clínicas son
escasas, aunque suele asociarse con obesidad, hiperuricemia e
intolerancia a la glucosa, siendo el fenómeno de
resistencia a la insulina muy frecuente, incluso en sujetos no
obesos. Se carece, de momento, de un marcador bioquímico
específico para su diagnóstico, y el defecto
molecular exacto no se conoce aunque se ha descrito en ciertos
casos una menor actividad de LPL y defectos en el gen de la apo
C-III. En cuanto a las alteraciones de las lipoproteínas,
como se ha dicho podemos encontrar elevaciones aisladas de
colesterol (fenotipo IIA), elevaciones aisladas de
triglicéridos (fenotipo IV) o de ambos (fenotipo IIB). Es
frecuente encontrar entre los familiares afectados alguno de
estos tres patrones, aunque su estudio continuado en el tiempo
nos puede mostrar fenotipos distintos. Por tanto, el
diagnóstico se establece fundamentalmente estudiando
árboles
genealógicos.

Hipertrigliceridemia familiar

Se corresponde con el fenotipo IV de la
clasificación de Fredrickson. En este caso el fenotipo
siempre será el mismo para los individuos afectados. De
herencia autosómica dominante, con una prevalencia de 0,5
por ciento en la población general. Se caracteriza por una
elevación de triglicéridos a expensas de las VLDL,
sin aumentos de quilomicrones y con ausencia de ß-VLDL. Por
otro lado, la concentración de LDL no está
afectada, siendo éste el parámetro que la
diferencia del fenotipo IIB. Su etiología es diversa,
siendo consecuencia bien de una sobreproducción de VLDL,
de una incapacidad para catabolizarlas normalmente, o de una
combinación de ambos. Las VLDL son de un tamaño
mayor al normal y con un alto contenido de triglicéridos,
por defecto en el control de su síntesis. La actividad de
la LPL es normal. Esta entidad no posee ningún rasgo
clínico ni bioquímico patognonómico, siendo
común su asociación con obesidad, intolerancia a la
glucosa, resistencia insulínica o hiperuricemia. Para su
correcto diagnóstico es imprescindible el estudio familiar
enfocado a los hermanos y padres del sujeto afecto, pero no a los
hijos, ya que rara vez se expresa antes de los 20 años de
edad. Causas tales como una dieta rica en hidratos de carbono, toma
de alcohol aun en pequeñas cantidades y la toma de
anovulatorios agravarán la hipertrigliceridemia, pudiendo
aparecer quilomicronemia, dolores abdominales o xantomas, hasta
el punto de poder
adscribirse al fenotipo V.

Sus manifestaciones clínicas dependen del grado
de hipertrigliceridemia. Normalmente, cuando las cifras son
inferiores a 500 mg/dl no presentan manifestaciones externas de
la enfermedad. Cuando superan la cifra de 1.000 mg/dl el cuadro
se trasforma en un síndrome quilomicronémico, con
dolor abdominal, xantomas eruptivos y elevado riesgo de
pancreatitis.

Hiperlipemia mixta

Entidad poco frecuente pero de muy difícil manejo
terapéutico. En ella se produce un aumento conjunto de
VLDL y quilomicrones (fenotipo V de origen primario). Su
diferencia fundamental con la hiperquilomicronemia radica en la
época de presentación clínica. Es de
etiología desconocida, se puede presentar en la
hipertrigliceridemia familiar o en la hiperlipemia familiar
combinada de forma transitoria, sobre todo cuando se ve agravada
con alguna alteración concomitante o por agentes externos.
Aunque sus manifestaciones clínicas aparecen a partir de
la tercera década de la vida, siendo frecuentes los
episodios repetidos de dolor abdominal. Puede encontrarse
hepatosplenomegalia y es habitual el hallazgo de xantomas
eruptivos. Su defecto bioquímico aún no se conoce,
se piensa en la existencia de alguna alteración en el
catabolismo de las lipoproteínas ricas en
triglicéridos, pero no se trata de una deficiencia de
actividad de la LPL, pues ésta se ha encontrado tanto
disminuida como normal en los individuos afectados.

La aplicación de la tecnología del
ADN
recombinante puede abrir nuevos caminos y despejar
incógnitas todavía presentes, posibilitando la
identificación del gen o genes que contribuyen a la
manifestación fenotípica de estas y otras
alteraciones lipídicas muy raras, cuyo interés
actual es más conceptual que clínico, como la
hiperalfalipoproteinemia y la hipercolesterolemia
pseudohomocigota.

Formas secundarias

Denominado de alteraciones poligénicas,
caracterizado por las interacciones producidas entre factores
genéticos mal identificados y factores
ambientales

TABLA IV.
CLASIFICACIÓN GENÉTICA DE
LAS

HIPERLIPOPROTEINEMIAS

Alteraciones

Prevalencia estimada

 

 

Monogénicas

 1. Mutaciones de las
apolipoproteínas

 

1.a. Mutaciones de la apo A-I

1:1.000.000

1.b. Déficit familiar de apo
B-100

?

1.c. Déficit familiar de apo
C-II

1:1.000.000

1.d. Disbetalipoproteinemia (E2/E2)

1:10-100.000

 2. Mutaciones del receptor LDL (HF)
1:1.000.000

1:50

 3. Mutaciones de enzimas

 3.a. Déficit familiar de
LPL

<1:10.000

3.b. Déficit familiar de HL

?

3.c. Déficit familiar de LCAT

1:1.000.000

 Posiblemente poligénicas

 1. Hipertrigliceridemia
familiar

1:500

2. Hipercolesterolemia poligénica
familiar

?

3. Hiperlipemia familiar combinada

1:300

 

Se definen como alteraciones metabólicas surgidas
en el seno de otras patologías de distinto origen o como
consecuencia del tratamiento con algunos fármacos (ver
Tabla V). Clásicamente, su diagnóstico se basa en
la coexistencia de una enfermedad con capacidad para alterar el
metabolismo lipídico, aunque debemos tener presente que
pueden coincidir una enfermedad potencialmente hiperlipemiante y
una hiperlipemia primaria. La falta de normalización de los lípidos y
lipoproteínas tras la corrección de la enfermedad
original nos indica la necesidad de realizar estudios
bioquímicos y familiares.

Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior

Las hiperlipemias secundarias pueden clasificarse de
diversas formas, una clásica es su clasificación
según el fenotipo, aunque es notorio que una misma
enfermedad puede cursar con diferentes fenocopias (ver Tabla V).
Las principales formas son las que se asocian a la diabetes
mellitus, la obesidad, el hipotiroidismo, el síndrome
nefrótico, las enfermedades hepáticas, las derivadas del
consumo de alcohol y determinados fármacos.

Hiperlipidemia diabética

La diabetes mellitus es una entidad clínica que
cursa con alteraciones no sólo en el metabolismo de los
carbohidratos y proteínas, sino también en el de
los lípidos. El complejo mecanismo de producción,
catabolismo y transporte de las lipoproteínas
plasmáticas está estrechamente relacionado con la
regulación hormonal, no sólo de la insulina sino
también de las hormonas contrarinsulares. La
hiperinsulinemia tiene por sí misma un papel en el
desarrollo de la aterosclerosis y es un rasgo común en
ambos tipos de diabetes.

Las alteraciones en el metabolismo lipídico
pueden aparecer en el diabético no tratado o con un pobre
control metabólico, en ausencia de un defecto primario.
Del mismo modo, la diabetes puede agravar o expresar defectos
primarios responsables de ciertos tipos de dislipemias primarias.
La hiperlipemia más frecuente en el diabético es la
hipertrigliceridemia, por aumento en la síntesis
hepática de VLDL y disminución de la actividad de
la LPL debido al defecto de insulina, lo que provocará un
menor aclaramiento de las VLDL y quilomicrones
plasmáticos. Así pues, en la DMID mal controlada
será fácil encontrar elevaciones importantes de
triglicéridos con aumentos de las VLDL e incluso de
quilomicrones y descensos del cHDL. Cuando el déficit de
insulina no es tan marcado se suele encontrar una
hipertrigliceridemia más discreta, asociada a ligeros
aumentos del cLDL. Por tanto, un buen control metabólico
de la DMID normalizará casi por completo el perfil
lipoproteico. La hiperlipemia aún es más frecuente
en la DMNID que en la DMID. Los factores que van a determinar
estas alteraciones lipídicas son el control
glucémico, la resistencia a la acción
periférica de la insulina y la obesidad. Su prevalencia
varía entre un 20 y un 60 por ciento, y es tres veces
mayor que en la población no diabética de la misma
edad.

Obesidad

Los efectos de la obesidad sobre el metabolismo de las
lipoproteínas séricas son complejos y no existe una
relación directa entre grado de obesidad y concentraciones
plasmáticas de cLDL. La principal influencia de la
obesidad consiste en inducir una mayor secreción
hepática de VLDL, al llegar mayor cantidad de sustrato
calórico al hígado no sólo en
períodos posprandiales sino también en ayunas, al
secretarse al plasma un exceso de ácidos grasos libres
procedentes del tejido adiposo de mayor tamaño. Esto
parece estar acentuado en las obesidades de tipo visceral. La
hipertrigliceridemia con descenso en los niveles de cHDL es la
principal alteración observada en este tipo de
obesos.

Desde el punto de vista epidemiológico cada vez
hay más pruebas de que la obesidad es responsable de las
hipercolesterolemias de masas en las sociedades
desarrolladas. A esto contribuyen dos factores. El primero, una
ingesta elevada de ácidos grasos saturados y colesterol
que suprimirá la actividad de los receptores de LDL. El
segundo, la hiperproducción de VLDL, que favorecerá
su transformación en LDL. Ambas situaciones van a provocar
una elevación del nivel plasmático de cLDL. Esta
influencia negativa sobre el metabolismo lipídico puede
revertirse mediante la pérdida de peso. Sin embargo,
cuando existe una dislipemia genética subyacente, la
pérdida de peso no normalizará el perfil
lipídico aunque sí mitigará la severidad de
la misma.

Hipotiroidismo

Causa muy frecuente de hipercolesterolemia, superior al
75 por ciento de los casos. La base patogénica parece
residir en una alteración de la actividad de los
receptores LDL, que disminuye ante los bajos niveles de tiroxina.
La hipertrigliceridemia aparece asociada a hipercolesterolemia en
la mitad de los casos. El hipotiroidismo es una causa de
hiperlipemia que puede pasar como primaria si no se piensa en
ella, por lo que es aconsejable realizar una determinación
de TSH en todo paciente hipercolesterolémico antes de
catalogarlo como portador de una forma primaria.

Síndrome
nefrótico

Se asocia con gran frecuencia a hipercolesterolemia por
un incremento en la síntesis de apo B, de forma inversa a
la concentración de la albúmina sérica. A
medida que la hipoalbuminemia se intensifica, la secreción
hepática de las VLDL se hace más intensa por una
mayor llegada de ácidos grasos libres al hígado.
Los fenotipos más comunes son el IIA y IIB. Por este
motivo, es recomendable la determinación rutinaria de
proteinuria ante esas hiperlipemias.

Enfermedad hepática

Al ser el hígado el órgano clave en la
homeostasis
del colesterol y de las lipoproteínas plasmáticas,
en situaciones como la insuficiencia hepática, la
colestasis y el hepatocarcinoma se producirán alteraciones
en su composición y concentración
plasmática. Suele presentarse una hipercolesterolemia, a
expensas del colesterol no esterificado, como consecuencia del
déficit progresivo de la actividad de LCAT. Por otro lado,
la elevación del cLDL que se observa cuando se determina
por los métodos habituales, suele corresponder a la
presencia de una lipoproteína anormal (LpX) originada en
la regurgitación de la lecitina biliar hacia el plasma,
donde se asocia con el colesterol libre, la albúmina y la
apo C. De forma paralela se suele producir un marcado descenso de
las HDL.

Alcohol

El consumo excesivo de alcohol puede producir una
hiperlipemia franca, generalmente hipertrigliceridemia, a
expensas de VLDL. Los cambios producidos por el consumo de
alcohol son, por un lado el aumento de la concentración en
plasma de ácidos grasos libres y glicerol, y el incremento
de los triglicéridos en todas las lipoproteínas
encargadas de su transporte. Al mismo tiempo, si la
concentración de triglicéridos es elevada, se
producirá un aumento del colesterol total y un incremento
de las concentraciones de cHDL. Es interesante recordar que
cuando el consumo de alcohol es moderado (30 a 50g/dia) el
incremento se producirá en la subfracción HDL3,
mientras que si el consumo es crónico y elevado, el
incremento se producirá en la subfracción HDL2.
Aspecto éste de gran importancia si recordamos que es
precisamente esta subfracción HDL2 la considerada
antiaterogénica. Las manifestaciones clínicas de
las hiperlipemias alcohólicas se superponen con los
fenotipos IV y V de la clasificación de
Fredrickson.

Fármacos

Algunos fármacos han sido implicados en la
aparición de hiperlipoproteinemias o en la
exacerbación de un trastorno lipídico ya existente.
Determinados diuréticos se han relacionado con aumentos en
la concentración de triglicéridos y, en menor
medida, de colesterol. Efectos similares son producidos por los
agentes bloqueantes, aunque en ambas situaciones un adecuado
manejo dietético puede controlarlos. Los fármacos
inmunosupresores, ciclosporina y corticosteroides, parecen
ejercer efectos dosis-dependientes sobre el perfil lipoproteico,
con efecto depresor sobre el cHDL3 y aumentos significativos del
colesterol total y cLDL. El tratamiento mantenido con anticonceptivos orales induce también la
aparición de hiperlipemias, sobre todo
hipertrigliceridemia a expensas de un aumento en la
síntesis de VLDL y/o una disminución de su
catabolismo.  

Ateroesclerosis y
lípidos

Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior

La relación directa que existe entre el
incremento del nivel de lípidos y la ateroesclerosis
está confirmada por los estudios desarrollados
después de la década de los 80’s, en los que
claramente se demostraba que niveles bajos de colesterol en
sangre están asociados con la reducción de eventos
cardiovasculares y el retraso de trastornos
ateroescleróticos. (Figura 2)
Es importante que las autoridades sanitarias de cada país
en el mundo, a través de campañas, informen a la
población del papel que desempeñan los
lípidos plasmáticos en la patogénesis de
ateroesclerosis y establezcan los criterios para identificar un
riesgo coronario.
Actualmente las concentraciones de colesterol sanguíneo
relacionadas a diferentes condiciones son las
siguientes:

 

Colesterol

Sérico

Condición

200 mg/dl (5.1 7mmol/L)

niveles convenientes en adulto

200-239 mg/dI

(5.17-6.18 mmol/L)

niveles límite

240 mg/dI (6.21 mmol/L)

niveles elevados o patológicos

triglicéridos y colesterol-HDL,
juegan un papel importante al establecer el riesgo cardiovascular
en cada individuo.
Actualmente es conocido por todo el personal de
salud que la
elevación en los niveles de colesterol-HDL es un factor
protector de ateroesclerosis.

Por ejemplo en la lipoproteína LDL, cuando su
contenido es alto en triglicéridos y escaso en esteres de
colesterol, exhibe una reducida afinidad por sus receptores
específicos y es más susceptible a su catabolismo,
provocando la acumulación de lípidos en las paredes
de las venas.

En forma más constante y evidente es la
reducción de los niveles de colesterol-HDL en los
pacientes con hipertrigliceridemia, donde los valores son
frecuentemente inferiores a 35 mg/dl (0.91 mmol/L). El
significado clínico de este fenómeno no está
bien establecido, pues la reducción de los niveles de
colesterol-HDL no refleja una disminución del
número de partículas circulantes pero si una simple
reducción en el contenido de colesterol.
La hipertrigliceridemia también está asociada con
trastornos en el metabolismo de carbohidratos y de la
coagulación, situación que puede en cualquier
momento agravar la condición vascular del individuo. Por
tanto, es muy importante definir el papel preponderante o no de
los triglicéridos en el desarrollo de la
ateroesclerosis.

El papel fisiológico de la Lp (a) no está
bien definido, pero una concentración plasmática de
0.3 g/dl está asociada con una elevada incidencia de
ateroesclerosis a nivel coronario y periférico. La
lipoproteína (a) parece estar involucrada en la
formación de placas ateroescleróticas por un doble
mecanismo: inhibición de la fibrinólisis y la
acumulación de lípidos como parte de la placa
ateroesclerótica.

Hipolipoproteinemia

La hipolipoproteinemia, o bajos valores de grasas en
sangre, raramente constituye un problema, pero puede indicar la
presencia de otras enfermedades. Por ejemplo, los valores del
colesterol pueden ser bajos en alguien con un tiroides
hiperactivo, anemia,
desnutrición o cáncer, o cuya
absorción de alimentos en el aparato digestivo
es defectuosa (malabsorción). Por consiguiente, los
médicos pueden ponerse en alerta cuando los valores del
colesterol total descienden por debajo de 120 mg/dl.

Algunos trastornos hereditarios hacen descender los
valores de grasas lo suficiente como para tener graves
consecuencias. Las personas con hipobetali-poproteinemia tienen
concentraciones muy bajas de colesterol LDL pero, por lo general,
no tienen síntomas y no requieren ningún
tratamiento.

Sin embargo, las personas con abetalipoproteine-mia no
tienen colesterol LDL y no pueden fabricar quilomicrones, lo que
resulta en malabsorción de las grasas y de las vitaminas
liposolubles, movimientos anormales del intestino, deposiciones
grasas (esteatorrea), glóbulos rojos de formas aberrantes
y ceguera provocada por retinitis pigmentaria. Aunque la
abetalipoproteinemia no se puede curar, la ingestión de
dosis masivas de vitamina E y vitamina A puede retardar o
disminuir las lesiones del sistema nervioso.
Las personas que sufren la enfermedad de Tangier tienen valores
extremadamente bajos de colesterol HDL, lo que produce
alteraciones del funcionamiento nervioso y agrandamiento de los
ganglios linfáticos, amígdalas, hígado y
bazo.

Lipidosis

Las lipidosis, enfermedades provocadas por anormalidades
en las enzimas que descomponen (metabolizan) las grasas, producen
una acumulación tóxica de subproductos grasos en
los tejidos.

Grupos de enzimas específicas ayudan al cuerpo a
descomponer cada tipo de grasa. Las anormalidades en estas
enzimas pueden llevar a la formación de sustancias grasas
específicas que normalmente habrían sido
descompuestas por la enzima. Al cabo de un tiempo, la
acumulación de estas sustancias puede ser nociva para
muchos órganos del cuerpo.

Enfermedad de Gaucher

La enfermedad de Gaucher es un trastorno hereditario que
conduce a una acumulación de gluco-cerebrósidos, un
producto del metabolismo de las grasas.

La anomalía genética que provoca la
enfermedad de Gaucher es recesiva; una persona afectada debe
heredar dos genes anormales para desarrollar los síntomas.
Esta enfermedad produce un aumento de tamaño del
hígado y del bazo y una pigmentación pardusca de la
piel.

Las acumulaciones de glucocerebrósidos en los
ojos causan la aparición de puntos amarillos denominados
pinguéculas. Las acumulaciones en la médula
ósea pueden causar dolor.

La mayoría de las personas que sufren la
enfermedad de Gaucher desarrollan el tipo 1, la forma
crónica del adulto, que da como resultado el aumento de
tamaño del hígado y del bazo junto con
anomalías en los huesos. El tipo
2, la forma infantil, se desarrolla en la infancia; los
lactantes con esta enfermedad tienen un bazo agrandado y graves
alteraciones del sistema nervioso. Su cuello y espalda pueden
arquearse rígidamente a causa de los espasmos musculares.
Por lo general mueren en el término de un año. El
tipo 3, la forma juvenil, puede comenzar en cualquier momento
durante la infancia. Los niños con esta enfermedad tienen
el hígado y el bazo agrandados, anormalidades óseas
y alteraciones lentamente progresivas del sistema nervioso. Los
que sobreviven hasta la adolescencia
pueden vivir durante muchos años.

Las anomalías óseas pueden provocar dolor
y tumefacción en las articulaciones.
Las personas gravemente afectadas pueden también
desarrollar anemia y una incapacidad para producir
glóbulos blancos y plaquetas, dando como resultado
palidez, debilidad, susceptibilidad a las infecciones y
hemorragias. Cuando el médico encuentra un hígado
agrandado o anemia y sospecha la enfermedad de Gaucher, por lo
general lleva a cabo una biopsia de hígado o de
médula ósea para confirmar el diagnóstico.
Se puede establecer un diagnóstico prenatal mediante
estudios de células obtenidas de las vellosidades
coriónicas o con amniocentesis.

Muchas personas con la enfermedad de Gaucher se pueden
tratar con una terapia de reposición de enzimas, un
tratamiento costoso en el que se suministran enzimas por
vía endovenosa, por lo general cada dos semanas. La
terapia de reposición de enzimas es más eficaz
cuando no existen complicaciones del sistema nervioso. Las
transfusiones de sangre pueden ayudar a curar la anemia. Se puede
extirpar quirúrgicamente el bazo para tratar la anemia, el
bajo recuento de glóbulos blancos y de plaquetas, o para
calmar las molestias que ocasiona el bazo agrandado.

Enfermedad de Niemann-Pick

La enfermedad de Niemann-Pick es un trastorno
hereditario en el que la deficiencia de una enzima
específica da como resultado la acumulación de
esfingomielina, un producto del metabolismo de las
grasas.

El gen responsable de la enfermedad de Niemann-Pick es
recesivo, lo que significa que un niño con esta enfermedad
tiene un gen defectuoso heredado de ambos padres. La enfermedad
es más frecuente en las familias judías.

La enfermedad de Niemann-Pick tiene cinco o más
formas, dependiendo de la gravedad de la deficiencia
enzimática. En la forma juvenil grave, la enzima
está completamente ausente. Se desarrollan graves
alteraciones del sistema nervioso porque los nervios no pueden
utilizar la esfingomielina para producir la mielina necesaria
para las vainas que normalmente envuelven muchos
nervios.

Los niños que sufren esta enfermedad desarrollan
depósitos grasos en la piel, zonas de pigmentación
oscura y les crece el hígado, el bazo y los ganglios
linfáticos; pueden tener retraso mental. Estos
niños suelen tener anemia y un número bajo de
glóbulos blancos y de plaquetas, lo que les hace
susceptibles a infecciones y a presentar hematomas con
facilidad.

Algunas de las formas de la enfermedad de Niemann-Pick
se pueden diagnosticar en el feto por medio
del estudio de muestras de las vellosidades coriónicas o
mediante la amniocentesis.

Tras el nacimiento, se establece el diagnóstico
por medio de una biopsia del hígado (se extrae un
pequeño trozo de tejido hepático para su examen al
microscopio).
La enfermedad de Niemann-Pick no tiene tratamiento y los
niños tienden a morir por infección o por la
disfunción progresiva del sistema nervioso
central.

Enfermedad de Fabry

La enfermedad de Fabry es un raro trastorno hereditario
que provoca una acumulación de gluco-lípidos, un
producto del metabolismo de las grasas.

Debido a que el gen defectuoso es transmitido por el
cromosoma X, la enfermedad completa se manifiesta solamente en
los varones, quienes poseen sólo un cromosoma
X.

La acumulación de glucolípidos causa
angioqueratomas (lesiones de la piel no cancerosas) que se forman
en la parte inferior del tronco. Las córneas se vuelven
opacas, causando dificultad visual. Se puede producir una
sensación de quemazón en los brazos y las piernas y
episodios de fiebre.

Habitualmente la muerte se
debe a insuficiencia
renal, enfermedad cardíaca o accidente vascular
cerebral, que pueden ser consecuencia de la hipertensión arterial.

La enfermedad de Fabry se puede diagnosticar en el feto
por medio del estudio de una muestra de las vellosidades
coriónicas o mediante la amniocentesis. El tratamiento
consiste en la toma de analgésicos para ayudar a aliviar
el dolor y la fiebre.

La enfermedad es incurable, pero los investigadores
están estudiando un tratamiento en el que la enzima
deficiente se sustituya por medio de transfusiones.

Enfermedad de Wolman

La enfermedad de Wolman es un trastorno hereditario que
se produce cuando se acumulan tipos específicos de
colesterol y de glicéridos en los tejidos.

Esta enfermedad provoca el aumento de tamaño del
bazo y del hígado. Los depósitos de calcio en las
glándulas suprarrenales hacen que se endurezcan y
también se produce diarrea grasa
(esteatorrea). Los lactantes con la enfermedad de Wolman mueren
por lo general a los 6 meses de edad.

Xantomatosis cerebrotendinosa

La xantomatosis cerebrotendinosa es una rara enfermedad
hereditaria que causa el acúmulo de colestanol, un
producto del metabolismo del colesterol, en los
tejidos.

Esta enfermedad finalmente conduce a movimientos
descoordinados, demencia, cataratas y depósitos grasos
(xantomas) en los tendones. Los síntomas de discapacidad
suelen presentarse después de los 30 años. Si se
instaura una terapia temprana con quenodiol, se ayuda a prevenir
la progresión de la enfermedad, pero no se pueden reparar
las lesiones ya producidas.

Sitosterolemia

La sitosterolemia es una rara enfermedad hereditaria en
la que las grasas de las frutas y los vegetales se acumulan en la
sangre y los tejidos.

La formación de grasas conduce a la
arteriosclerosis, glóbulos rojos anormales y
depósitos grasos en los tendones (xantomas). El
tratamiento consiste en reducir el consumo de alimentos como los
aceites vegetales que son ricos en grasas vegetales, y tomar la
resina colestiramina.

Enfermedad de Refsum

La enfermedad de Refsum es un raro trastorno hereditario
en el que el ácido fitánico, un producto del
metabolismo de las grasas, se acumula en los tejidos.

Una acumulación de ácido fitánico
conduce a lesiones de los nervios y de la retina, movimientos
espásticos y alteraciones óseas y cutáneas.
El tratamiento consiste en evitar el consumo de frutas verdes y
de vegetales que contienen clorofila. La plasmaféresis,
que permite la extracción del ácido fitánico
de la sangre, puede ser útil.

Enfermedad de Tay-Sachs

La enfermedad de Tay-Sachs es un trastorno hereditario
en el que los gangliósidos, productos del metabolismo de
las grasas, se acumulan en los tejidos.

La enfermedad es más frecuente en las familias de
origen judío de Europa del este.
A una edad muy temprana, los niños con esta enfermedad
retardan su desarrollo y sufren parálisis, demencia,
ceguera y manchas de color rojo cereza
en la retina. Estos niños mueren generalmente a la edad de
3 o 4 años. La enfermedad de Tay-Sachs se puede
identificar en el feto mediante el estudio de una muestra de las
vellosidades coriónicas o mediante la amniocentesis. No
existe tratamiento ni cura.

13.
Conclusiones

En conclusión se puede decir que las
lipoproteínas, parecen algo muy simple; pero no es
así, son muy necesarias para nuestra salud y en cantidades
específicas. De no ser así, causarían
trastornos en nuestra salud.

14.
Bibliografía

Libros

  • Apolipoproteínas en Bayer Diagnóstico.
    Ano I, Número 3. Julio, 1997. Págs.
    5-7
  • Apolipoproteínas en Bayer Diagnóstico.
    Ano I, Número 4. Septiembre, 1997. Págs.
    3-6
  • Enciclopedia Médica: Niveles altos de
    colesterol y triglicéridos en la sangre
  • Bioquimica de leninger
  • Anthony E. Douglas, M.D., Department of Primary Care
    Internal Medicine, Hospital of the University of Pennsylvania,
    Philadelphia, PA.

Páginas web

http://www.geocities.com/saludydeporte/diureticos.htm


http://mcb.berkeley.edu/courses/mcb135k/outline/lipoprotein.html

http://my.webmd.com/

http://www.cholesterol-tests.com/

http://www.med.unibs.it/~marchesi/lipoprot.html

http://www.nhlbi.nih.gov/

http://www.ottawaheart.ca/researchbioathlipo.htm

http://www.obesidad.net/spanish2002/default.htm


http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000403.htm

http://www.adam.com/urac/edrev.htm

 

Katherine Barahona

Carolina Blume

Juana Iris Bruno

Universidad San Martín de Porres

Facultad de Medicina

Curso: química biológica (seminario)

Partes: 1, 2
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