El siglo XVI es del Renacimiento. El
Humanismo se
caracterizará por un antropocentrismo filosófico y
religioso, un individualismo típicamente burgués, y
el clasicismo como modelo de
sabiduría. La filosofía y la religión coinciden,
la primera es representación, la segunda es concepto del
espíritu absoluto; tienen en común el contenido,
las exigencias y los intereses. La ciencia
también tiene un desarrollo
importante al abandonarse la Escolástica y definirse el
método
científico de investigación.
El absolutismo
monárquico se impone como ideología de Estado,
gracias a los juristas que salen de las universidades;
principalmente las de Bolonia, Salamanca, París y
Valladolid; pero también triunfa por que se extiende la
doctrina del origen divino del poder de los
reyes.
Se trata de una continuación del pensamiento
medieval mismo con un desplazamiento de intereses, con una mayor
interioridad religiosa, más moral y menos
codificada, menos definida y más abierta y
tolerante.
También es necesario destacar, que la
aparición del Estado moderno, caracterizada por los
monarcas absolutos que centralizan la lucha por su
primacía (en lo interior, contra los señores
feudales y en lo exterior, contra el pontífice y el
emperador), hubiera sido imposible sin un apuntalamiento
ideológico. Así, se señalan como los tres
grandes jalones del absolutismo monárquico a: Maquiavelo,
con su separación de la política de la moral;
Bodin, con su teoría
de la soberanía; y Hobbes, con su
concepto de soberanía absoluta, sin límites.
(Haiek,2002)
Nicolás Maquiavelo Nació en Italia, Florencia
el 3 de mayo de 1469, historiador y pensador político.
Comenzó trabajando como funcionario y destacó
cuando se proclamó la república en Florencia en
1498. Fue secretario de la segunda cancillería encargada
de los Asuntos Exteriores y Guerra de la
república. Maquiavelo realizó importantes misiones
diplomáticas ante el rey francés (1504, 1510-1511),
la Santa Sede (1506) y el emperador (1507-1508). En el transcurso
de sus misiones diplomáticas dentro de Italia,
conoció a muchos gobernantes italianos, y tuvo
ocasión de estudiar sus tácticas políticas,
en especial las del eclesiástico y militar César
Borgia (c. 1476-1507, Era el prototipo descrito en El
príncipe. Militar, político y
eclesiástico italiano, nacido en Roma, hijo
ilegítimo de Rodrigo Borgia, que más tarde fue el
Papa Alejandro VI, en Roma durante el siglo XV. César
Borgia fue un hombre sin
escrúpulos, traicionero y cruel con sus rivales
políticos). Y Fernando II el
Católico (1452-1516), rey de Aragón (1479-1516) y,
con el nombre de Fernando V, rey consorte de Castilla
(1474-1516); esposo de la reina Isabel I de Castilla, por cuyo
reinado conjunto sobre las dos coronas son más conocidos
ambos como los Reyes Católico que en aquella época
trataba de extender sus posesiones en Italia central. (R.
Ridolfi, 1961).
Entre 1503 y 1506 Maquiavelo reorganizó las
defensas militares de la república de Florencia. Aunque
los ejércitos mercenarios eran habituales en aquella
época, él prefirió contar con el reclutamiento
de tropas del lugar para asegurarse una defensa permanente y
patriótica. En 1512, cuando los Medici (familia italiana
de banqueros y políticos que gobernó Florencia
durante cuatro siglos, Dos de los papas más destacados del
renacimiento, León X y Clemente VII, fueron miembros de
la familia
Medici) recuperó el poder en Florencia y la
república se desintegró, Maquiavelo fue privado de
su cargo y encarcelado durante un tiempo por
presunta conspiración. Después de su
liberación, se retiró a sus propiedades cercanas a
Florencia, donde escribió sus obras más
importantes. A pesar de sus intentos por ganarse el favor de los
Medici, nunca volvió a ocupar un cargo destacado en el
gobierno. Cuando
la república volvió a ser temporalmente
restablecida en 1527, muchos republicanos sospecharon de sus
tendencias en favor de los Medici. Murió en Florencia, el
21 de junio de ese mismo año. (R. Ridolfi,
1961).
Maquiavelo trató de crear un Estado capaz de
rechazar ataques extranjeros y afianzar su soberanía. Sus
escritos tratan sobre los principios en los
que se basa un Estado de este tipo y los medios para
reforzarlos y mantenerlos.
El príncipe.
Redactado en 1513, fue publicado hasta 1532, cinco
años después de haber muerto su autor.
Además de su interés
histórico, constituye un interesante ejemplo de la prosa
escrita en italiano.
A lo largo de sus 26 capítulos, Maquiavelo
propuso las condiciones que habían de caracterizar a un
príncipe, entendida esta figura como la cabeza o jefe del
Estado. El
príncipe describe el método por
el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder
político. Este estudio, que con frecuencia ha sido
considerado una defensa del despotismo y la tiranía de
dirigentes como César Borgia, está basado en la
creencia de Maquiavelo de que un gobernante no está atado
por las normas
éticas. Maquiavelo creía que estos gobernantes
podían ser descubiertos mediante la deducción, a partir de las prácticas
políticas de la época, así como de
épocas anteriores.
En El príncipe muestra la fuerza
política que había llegado a adquirir la Iglesia y la
manera como lo había logrado, estableciéndose como
una potencia en el
centro de Italia, obstáculo serio para la unidad.
Maquiavelo designa en plural de principal – grupos
étnicos eclesiásticos, pero, en realidad, se
refiere a uno solo, a la Iglesia Católica. Más
aún, a la Iglesia en cuanto que un principado o un reino
enclavado en el centro de Italia, el Estado
pontificio.
"Al discernir acerca del triunfo del estado tiene
importancia para él de manera que llega a indicar que la
misma religión queda sometida al estado, si su
decisión fuera la de dicelar, como el religioso en
torno a un
triunfo de la religión en el corazón de
los hombres, la misma inexorable lógica
llevaría por el camino opuesto" (Vida de Nicolás
Maquiavelo, pag 179)
– Discurso sobra
la primera década de Tito Libio (1513 –
1517)
La formulación de Maquiavelo de los principios
históricos inherentes en el gobierno romano, que fue
escrita a partir del 29 a.C. y publicada desde el 26 hasta
el 14 d.C. Respondía al ambicioso proyecto de
narrar la historia de Roma y con ello
mostrar la grandeza del poder que acabó por formar un
Imperio bajo el liderazgo de
Augusto.
Maquiavelo parte de los conceptos teocráticos
medievales de la historia, atribuyendo hechos históricos a
las necesidades de la naturaleza
humana y a los caprichos de la fortuna.
– Primer decenal. (1504) Crónica en versos
de los acontecimientos en Florencia y en Italia en el decenio
1494 a 1504.
– Segundo decenal. (1514) Crónica sucesiva
que abarca los años 1505 a 1509; inconcluso.
– De Principatibus. (1513 – 1515) Tratado de
política.
– Belfagor, o El diablo que tomó esposa.
(1517) Fábula.
– El asno. (1517) Pequeño poema en primera
rima. Es la idea del autor de convertirse en bestia para poder
atacar bestias más reales.
– Andria. (1517) Comedia, La muchacha de Andros,
del dramaturgo romano Terencio, traducida al
vernáculo.
– La Mandrágora. (1518) Obra de Teatro.
Una sátira mordaz y obscena sobre la corrupción
de la sociedad
italiana de su tiempo.
– La vida de Castruccio Castrani
(1520), una serie de poemas, y
varias obras de teatro
– Discursus ó Discursos
sobre los asuntos públicos de Florencia después de
la muerte
de Lorenzo el joven(1520). Propuesta para una nueva
constitución. Presenta la crítica
es más directa y taxativa. El motivo debe ser ubicado en
las relaciones entre los Médicis y la Iglesia y la
esperanza que tiene Maquiavelo de que Juan de Médicis
encabece la lucha por la unidad italiana. Como los Discursos no
estaban destinados a la acción
inmediata, puede extenderse sin inhibiciones en la crítica
Las críticas que Maquiavelo le hace a la Iglesia en los
Discursos giran alrededor de dos ejes: los "malos ejemplos" de la
corte pontificia, por una parte, y el mantener a "Italia
dividida" por otra
– Arte de la
Guerra. (1521) Libro en forma
de dialogo que
describe las ventajas de las tropas reclutadas frente a las
mercenarias
– Historias Florentinas. (1520 – 1525) Historia
desde 375 a 1492. interpreta las crónicas de
la ciudad, en términos de causalidad
histórica.
– Cliza. (1525) Comedia basada en Casina del
dramaturgo romano Plauto.
– Exhortación a la penitencia. (1525 –
1527)Sermón para una cofradía.
Contexto histórico:
A fines del siglo XIII. El imperio estaba constituido
por el denominado Sacro Imperio Romano
Germánico, con centro en la actual Alemania, y el
sacerdocio, por el Pontífice de Roma, señor de los
Estados pontificios en el centro de Italia, con Roma de capital.
En Italia, considerando que la Iglesia como
institución no solamente religiosa, sino política,
si se quería que Italia formara una nación
no se podía prescindir de la Iglesia que constituía
un Estado, el llamado Estado pontificio, ubicado en el centro de
la península.
Pero en ello tuvo precursores, entre los cuales sobresale
Marsilio de Padua (1275-1343, teólogo, filósofo y
teórico político italiano) a él le preocupan
fundamentalmente las relaciones entre el Estado y la Iglesia.
Escribe el Defensor pacis. Considera el surgimiento y desarrollo
de la sociedad civil
desde la naturaleza,
presentando las bases de la independencia
con respecto a la Iglesia. El gobierno es elegido por el pueblo y
no puede haber dos cabezas, de manera que la cabeza religiosa
debe ser decapitada. La segunda parte desarrolla todo lo
referente al sacerdocio, es decir, a la Iglesia viéndola
desde el punto de vista del poder. La Iglesia no tiene
ningún poder coactivo ni en lo espiritual, ni en lo
material. Por otra parte, la Iglesia está formada
verissime ac proprissime por todos los fieles creyentes
que profesan el nombre de Cristo, los cuales eligen a sus
sacerdotes.
En el contexto político se desarrollan la
actividad y el pensamiento de Guillermo de Ockham (c. 1285-c.
1349), teólogo franciscano; considerado el mayor
representante de la escuela
nominalista, la más consistente y directa rival de las
escuelas tomista y escotista). El centro del pensamiento y de las
preocupaciones era la libertad de
conciencia
religiosa y de investigación en el ámbito de la
filosofía y de las ciencias.
Niega que al Papa le pertenezca de ninguna manera el poder
absoluto tanto en materia
espiritual como política. Son los albores del mundo que se
agitarán convulsivamente en el
renacimiento.
La espléndida cosmovisión elaborada por
Santo Tomás en el siglo anterior comienza a agrietarse
seriamente. La solución dada por el aquinatense al
problema de los universales como solución intermedia entre
el realismo y
el nominalismo, como un ente de razón con
fundamento en la realidad, es cuestionada radicalmente por el
nominalismo de Ockham. ( Encarta 2001).
Pero en el siglo XIV los Papas caen bajo la
órbita del rey de Francia. Se
ven obligados a abandonar Roma y establecerse en
Aviñón, en el sur de Francia. Allí
residirán de l305 al 1378, sucediéndose Clemente V,
Juan XXII, Benedicto XII y Clemente VI. El imperio se encontraba
desgarrado por la lucha de la sucesión a la corona. Los
pretendientes antagónicos eran Luis de Baviera y Federico
de Habsburgo. Por otra parte el emperador fue excomulgado varias
veces. La Iglesia era no sólo un poder espiritual, sino
también material, directamente político. Era un
Estado que dominaba el centro de Italia. Poseía riquezas,
distribuía honores, tenía ejército propio,
hacía alianzas militares. Los cardenales y los mismos
Papas, se ponían al frente del ejército. Las
familias nobles de Italia se disputaban el solio pontificio.
(R..Ridolfi, 1961).
En el siglo XIV la cristiandad como forma
política entra en crisis. Italia
se encontraba dividida en una serie de Estados. Con la modernidad surge
la necesidad de la formación de estados que sean naciones,
como marco político del mercado que
necesita el nuevo sujeto histórico, la burguesía.
En Italia y Alemania este problema de fragmentación
hará que se retarden sus procesos
modernizadores.
Para Maquiavelo está claro que, mientras la
religión romana, era políticamente eficaz al
promover la virtù política del ciudadano, la
religión cristiana en su manifestación
histórica es más bien inútil e incluso
nociva. La Iglesia, es decir, el poder del Pontífice
romano es la causa de la intranquilidad o falta de paz que
perturba a los reinos. Denuncia
la doble causa de perturbación que parte de la Iglesia, el
afán de poder y de riqueza. Se refiere al poder del Papa
con los términos más duros. La teología con
la que se pretende fundamentar el poder del Papa, la denomina
"causa sofística".
Maquiavelo se encuentra frente a lo religioso con la
Iglesia sólidamente establecida no sólo como poder
religioso sino también político, en el centro de
Italia, y con el fenómeno religioso en general, que
debía ser considerado de acuerdo a las nuevas necesidades
que planteaba el fin de la Edad Media y
los albores de la modernidad.
Maquiavelo, preocupado por la unidad italiana, por el
destierro de la discordia y el logro de la pacificación en
una nación
fuerte, próspera, unida, hereda no sólo la
preocupación de Marsilio, en cuanto al motivo de
intranquilidad que representa la Iglesia, sino también sus
conceptos.
Su crítica no va dirigida a la religión
como tal. No sólo no está mal que los pueblos sean
religiosos, para Maquiavelo. Todo lo contrario, la
religión es uno de los fundamentos de la buena marcha de
un Estado. El problema es la corrupción de la religión, sobre
todo en su cabeza, en aquéllos que se presentan como sus
pastores. Es el caso de la Iglesia que se presenta corrupta en su
cabeza, en la corte pontificia.
En sus críticas a la corte pontificia coincide
Maquiavelo con Savonarola (1452-1498, predicador y reformista
italiano, cuyo intento entusiasta de eliminar la
corrupción terminó en martirio.) Sí bien no
exactamente por los mismos motivos. El fraile quería una
reforma y purificación de la Iglesia por motivos
fundamentalmente religiosos, si bien los políticos no
estaban ausentes. A Maquiavelo, en cambio lo
religioso no le interesa, le importa cuanto influye en lo
político. Maquiavelo apreció la fuerza religiosa
del fraile, capaz de convencer con ello al pueblo de Florencia.
Su crítica va dirigida al hecho de que ello no era
suficiente. Faltaban las armas, el momento
de la fuerza. Savonarola era el "profeta desarmado" que
necesariamente debe sucumbir.
Así como no bastaron las reverentes palabras que
escribió el secretario en su madurez acerca de Savoranola,
para hacer olvidar las irreverencias y las burlas que
había tenido contra el religioso (igualmente durante mucho
tiempo no pudieron remover los prejuicios inveterados ni la
predilección que sentía para los pueblos que
habían concertado la pureza original de la religión
cristiana, ni la admiración que profesaba a quienes
seguían "el ejemplo de la vida de Cristo ", a los
religiosos "que seguían "seguían las huellas de San
Francisco ", y a los soldados llenos de temor de dios.
No había quien comprendiera su cristianismo
sustancial (Alderisio pagina 102) y la intima religiosidad de su
conciencia que se desprende de cada obra no le sirvió de
nada haber escrito "así como donde hay religión
presupone todo bien, así donde aquella falta presupone lo
contrario (Discursos I, 12)
Al faltar la religión, al ser ésta
despreciada debido a los malos ejemplos de la cabeza, los hombres
se transforman en malos. Un Estado así anda a los tumbos.
Pero no es éste el mayor de los males que la Iglesia ha
ocasionado a Italia, es la crítica que ya
encontrábamos en Marsilio de Padua. La Iglesia, es decir,
el Estado pontificio, establecido en el centro de Italia ni puede
lograr la unidad italiana, poniéndola bajo su dominio, ni
permite que otro lo pueda hacer.
Con la división del imperio romano y la
desaparición del imperio de occidente, en el siglo IV, la
Iglesia quedó como heredera de su poder. Frente a la
anarquía reinante, fueron tanto el obispo de Roma como el
de Milán o el de Hipona los garantes del orden y la paz.
El obispo de Roma, la capital del fenecido imperio, fue
acumulando poder religioso, político y económico.
Comienza a formarse un Estado eclesiástico, desconocido en
la historia
En el siglo XV el Estado pontificio o Estado de la
Iglesia era débil. No hubiera podido ser el
obstáculo a la unidad italiana que Maquiavelo presenta.
Pero en el siglo XVI adquiere la fuerza necesaria para serlo,
debido a la acción de dos Papas, Alejandro VI y Julio
II.
Alejandro VI empleó el dinero y la
fuerza en favor de su hijo César Borgia. Si bien el Papa
no buscaba directamente el engrandecimiento de la Iglesia sino el
de su hijo, finalmente las conquistas que éste, con el
auxilio papal, realizó, redundaron en bien de la Iglesia,
sobre todo por la habilidad política de Julio II que, tras
el breve pontificado de Paulo III, se ciñó la tiara
pontificia. Julio II es el verdadero artífice del poder de
la Iglesia en el siglo XVI. La Romana, el territorio que
había conquistado César Borgia, queda incorporado a
la Iglesia.
Maquiavelo y su concepción de religión
pretende presentar los fundamentos de una república ya
establecida. En una república tal la religión
figura, al lado de las leyes buenas y de
la milicia nacional, como su fundamento. Maquiavelo no
sólo no fue un hombre religioso, sino que la experiencia
religiosa no parece haber sido en ningún momento parte de
su evolución personal. Ello no
significa que Maquiavelo fuese ateo. De hecho se consta que se
confesó antes de morir. Maquiavelo no sólo no
excluye la religión de la consolidación,
conservación y buena marcha del Estado, sino que la exige.
Hace de la religión un tratamiento sociológico –
político. Le interesa la religión como
fenómeno sociológico que debe ser tenido en cuenta
si se quiere conservar y perfeccionar el Estado. Se adelanta en
esto a Rousseau y a
Hegel. No se
trata tampoco de cualquier religión, sino de la que
corresponde al Estado en cuestión. Tampoco se trata de una
única religión que se debería implantar,
como podría ser el cristianismo, sino de la
religión que profesa en el Estado en cuestión. La
religión pertenece a la identidad de
un determinado Estado. Para los ciudadanos forma parte
fundamental de su identidad. La pérdida de la experiencia
religiosa deviene pérdida de la propia identidad. Por ello
se requiere cuidar todo lo referente a lo religioso.
Maquiavelo ve a la religión como fundamental para
mantener el orden social, cumple con una función
educativa. Las buenas leyes deben fundarse en la religión,
pues son las convicciones religiosas las que aseguran su
cumplimiento por parte de los ciudadanos.
Los ciudadanos se sentían rigurosamente atados
por sus juramentos en tanto creían en sus dioses, esto es,
en cuanto su religión respondía, efectivamente, a
su experiencia religiosa. Ello quiere decir que no inventó
una religión, ni la importó, sino que pulió,
desarrolló y cuidó aquélla que
constituía un momento fundamental de su
identidad.
Cuando la religión forma parte de la identidad de
un pueblo, el faltar a los juramentos que se hacen en nombre de
la religión, o sea, de sus dioses, es faltarse a sí
mismos, es traicionarse. Los juramentos constituyen, de esa
manera, una base sólida para la construcción y el mantenimiento
del orden social. Por eso persiste la práctica de los
"votos" en las órdenes religiosas.
La preocupación por los ejércitos fue una
constante en la práctica y en las reflexiones de
Maquiavelo. Observador agudo de todas los problemas
sociales, políticos y militares, cuestionó
siempre la utilización de ejércitos mercenarios
como era costumbre. No cesaba de recomendar la formación
de un ejército de tal manera que éstas, junto con
las buenas leyes y la religión constituyeran los
verdaderos fundamentos de un Estado sano.
Pero el ejercito para cumplir realmente con su misión,
debe tener fundamento religioso. La religión es, pues, el
medio más eficaz para asegurar la disciplina
militar, tan necesaria para la buena marcha del Estado, y tan
destruida en los ejércitos mercenarios que empleaban los
principados y repúblicas italianas, y entre ellas,
Florencia. Los soldados están casi naturalmente inclinados
al pillaje, al desorden.
La religión y el despotismo en Maquiavelo: Se lo
conoce, en consecuencia, como autor de los gobiernos
absolutistas, autoritarios e incluso despóticos. El
arsenal de sentencias sacadas de dicha obra que fundamentan lo
que se conoce como "maquiavelismo" justificaría tal
interpretación. Maquiavelo fue
"maquiavélico", partidario de un gobierno
despótico, dispuesto a utilizar cualquier medio para
hacerse del poder y ejercitarlo sin ningún
escrúpulo ni participación popular.
Sin embargo, ello se contradice con su práctica.
Efectivamente, él no sirvió a un principado sino a
una república. La fuente principal de su grandeza se
encontraba en el pueblo, no en la nobleza, porque entre la
nobleza y la clase popular
Maquiavelo se manifiesta con claridad y sin ambivalencias por la
última.
En consecuencia, la guardia de la libertad debe estar en
manos del pueblo y no de la nobleza. Ello fue lo que hizo la
república romana mediante la institución de los
tribunos de la plebe. Una de las amenazas de la libertad, que es
esencial a la república, la constituyen los nobles que
suelen ocasionar "grandísimos desórdenes" ya sea
por el miedo a perder sus riquezas, ya por el deseo de
aumentarlas.
Otra de las amenazas es la del despotismo, tan frecuente
en la Italia de Maquiavelo. El despotismo destruye la libertad,
de manera que la república debe buscar todos los medios
necesarios para protegerse de él. Entre esos medios el
principal para Maquiavelo, es la religión.
"La religión fue, pues, uno de los fundamentos de
la grandeza de la república romana. No sólo sino
que también fue la defensa principal de la libertad en
contra del despotismo, pues "… cuando falta el temor a Dios,
el estado perece o vive solamente por el temor a un
príncipe, temor que suple la falta de religión…"
(1971[a]: p. 83)
La alternativa, pues, es o temor a un príncipe y,
en consecuencia, despotismo, o temor a Dios y, por lo tanto,
observancia de las leyes de la república que se
fundamentan religiosamente.". (Rumbeen Dri).
Algunos filósofos en forma generalizada consideran
la religión como:
San Agustín:. Afirmaba que la fe religiosa y el
entendimiento filosófico obran como complementarios en
lugar de ser opuestos. Al igual que los neoplatónicos,
consideraba el alma una forma
más elevada de la existencia que el cuerpo y mantuvo que
el
conocimiento consiste en la contemplación de las ideas
que han sido depuradas tanto de sensaciones como de imágenes.
Martín Lutero es el gran impulsor de la
reforma de la Iglesia. Su conflicto con
el papado se concreta en la crisis de las indulgencias. Lutero
considera que la salvación sólo se consigue a
través de la Fe. Lutero encuentra el apoyo de los
príncipes alemanes, ya que les da poder sobre la Iglesia.
Lutero sostuvo que Dios actúa sobre los seres humanos a
través de la ley y de los
Evangelios. Para Lutero, la ley cumple dos funciones.
Permite a los seres humanos mantener cierto orden en su mundo, su
comunidad y
sus propias vidas a pesar del profundo alejamiento de Dios, del
mundo, de sus semejantes y de sí mismos provocado por el
pecado original que introdujo el mal radical. Además, la
ley acerca a los seres humanos a Cristo por la necesidad del
perdón de los pecados.
Calvino es otro de los reformadores de la
Iglesia. Las diferencias más notables son: su creencia en
la predestinación, y que hay que demostrar con los actos
que se es digno de Salvación. Según Calvino, la
Biblia especificaba la naturaleza de la teología y de
todas las instituciones
humanas. Por eso, sus exposiciones doctrinales comenzaban y
concluían en las Escrituras, aunque citaba con frecuencia
a los Padres de la Iglesia y a importantes pensadores
católicos medievales. Pretendió minimizar la
especulación sobre los temas divinos y acercarse, en
cambio, a la Palabra de Dios. También exhortó a la
Iglesia para que recuperara su vitalidad y pureza
originales.
Que dijeron otros sobre él:
Campanella toma en cuenta a Maquiavelo como el promotor
del utilitarismo religioso. Ya que consideraba que el
maquiavelismo había rebajado a la religión a un
simple instrumentum regni. Contrario a su opinión
de religión la cual la consideraba como el alma de la
comunidad política, el principio vivificante de la unidad
social.
Para Campanella la religión consistía en
el afán de las criaturas para por volver al seno de Dios
contrario a este Maquiavelo había tenido sólo en
cuenta el movimiento
egocéntrico. Según Campanella, Maquiavelo se
equivoco ya que veía en el afán de poder la
única forma de obrar humano y en el arbitrio la forma de
dirigir los acontecimientos humanos. Campanella toma en cuenta
que en todos los ambitos tambien en el político el
pensamiento se ha de conciderar siempre el conjunto de los hechos
y su última fuente que es Dios. Maquiavelo carecía
de esta visión omni comprensiva de la realidad.
(Truyul,1968).
Arendt, Hannah "La bondad por lo tanto, como consistente
forma de vida, no es solo imposible dentro de los confines de la
esfera pública, sino que incluso es destructiva.
Quizá nadie ha comprendido tan agudamente como Maquiavelo
esta ruinosa cualidad de ser bueno, quien en un famoso párrafo, sé atrevió a
enseñar a los "como no ser bueno" (El Príncipe
capítulo 15). Resulta innecesario añadir que no
quiso decir que a los hombres se les debe enseñar a ser
malos; el acto criminal, si bien por otras razones,
también ha de huir por ser visto y oído por
los demás. El criterio de Maquiavelo para la acción
política era la gloria, el mismo que en la antigüedad
clásica, y la maldad no puede brillar más gloriosa
que la bondad. Por lo tanto, todos los métodos
que lleven a "ganar más poder que gloria"(ibid.cap8) son
malos. La maldad que surge de lo a culto es impúdica y
destruye directamente al mundo común; la bondad que surge
de lo oculto y asume un papel público ya no es buena, sino
corrupta en sus propios términos y llevará la
corrupción a cualquier sitio donde valla. Así para
Maquiavelo, la razón por la que la iglesia estuviera
corruptora influencia en la política italiana se
debía a su participación en los asuntos seculares
como tales y no a la corrupción individual de obispos y
prelados. Para él, la alternativa la alternativa planteada
por el problema del dominio religioso sobre la esfera secular era
ineludiblemente ésta: o la esfera pública
corrompía el cuerpo religioso no se corrompía y
destruía por completo la esfera pública.
Así, pues, a los ojos de Maquiavelo, una iglesia reformada
era aun más peligrosa, y seguía con gran respeta y
con mayor aprensión el renacimiento religioso de su
tiempo, las "nuevas ordenen "que para "salvar a la
religión de quedar destruida por la disipación de
los prelados y jerarquías de la iglesia "enseñaban
al pueblo a ser bueno y a no "resistir al mal" con el resultado
de que "los perversos gobernantes hacen todo el mal que les
place" (Los discursos, libro III, cap1). (Hannah, 1993. PG
82).
Maquiavelo es un gran pensador que en sus razonamientos
ha abarcado campos que en su época eran totalmente
revolucionarios por lo cual conciderarlo un hombre audaz y
brillante en todos los sentidos. Fue
reconocido en el pasado, es grandemente estudiado en el presente
y lo será en el futuro.
Antonio Truyul. Dante y campanella, dos
visiones de una sociedad mundial. Editorial
Técnos,1968.
Arendt, Hannah. La condición
humana. Paidón, 1993.
Enciclopedia® Microsoft®
Encarta 2001. © 1993-2000 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos.
Maquiavelo Discursos
Maquiavelo, n. El príncipe Ed.
Planeta, Barcelona
R..Ridolfi . Vida de Nicolás
Maquiavelo. Editorial renacimiento
S.A,Mexico,1961.
Rumbeen Dri La religión en la
concepción política de Maquiavelo. Universidad de
Buenos
Aires http://168.96.200.17/ar/libros/maquiavelo/dri.pdf.
Spinoza Tractatus theologico politicus.
1670.
www.monografias.com.
Eduardo l. Haiek Nicolás Maquiavelo
Universidad Nacional de La Rioja, 2002.
Cindy Murillo Artavia
UNIVERSIDAD DE COSTA
RICA.
ESCUELA DE EFILOSOFÍA