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Marx: Biografía de una Teoría




Enviado por hcetinamx



    1. Escritos
      escolares
    2. La tesis
      doctoral
    3. Los artículos
      periodísticos
    4. Crítica del derecho del
      Estado
    5. Sobre la cuestión
      judía
    6. La filosofía del
      derecho de Hegel
    7. "Los cuadernos de
      París"
    8. Manuscritos
      económico-filosóficos
    9. La Sagrada
      Familia
    10. Tesis sobre
      Feuerbach
    11. La ideología
      alemana
    12. Miseria de la
      filosofía
    13. Manifiesto del partido
      comunista
    14. Trabajo asalariado y
      capital
    15. La revolución
      permanente
    16. Las luchas de clases en
      Francia
    17. Los
      "grundrisse"
    18. El materialismo
      histórico
    19. Salario, precio y
      ganancia
    20. El capital

    1.- ESCRITOS ESCOLARES

    Cuando el joven Marx cuenta con
    17 años y redacta tres ensayos
    escolares, para aprobar su bachillerato, las ideas
    humanísticas de la revolución
    francesa son las que dominan el ámbito cultural de la
    región Renana de Alemania,
    donde nació en 1818 y donde recibió la influencia
    de su padre, de sus maestros y de su futuro suegro.

    En el momento histórico en que escribe estos
    trabajos, el joven alemán revela una transición de
    su pensamiento
    cristiano, debido desde la infancia, a un
    pensamiento humanista revolucionario.

    El primero de estos tres escritos sobre el emperador
    Augusto, carece de valor,
    según su biógrafo Mc Lellan y desgraciadamente no
    ha sido traducido a nuestro idioma español.

    El segundo, "Una demostración, según el
    evangelio de San Juan, naturaleza,
    necesidad y efectos de la unión de los creyentes de
    Cristo", expresa todavía, la filosofía cristiana
    que imperaba en el ambiente
    escolar.

    Será el tercer documento, "Reflexiones de un
    joven al elegir profesión". El que refleje ese cambio mental
    del joven, que pasó del pensamiento religioso, a la
    conciencia
    materialista histórica y con ello al papel revolucionario
    del hombre y de
    las masas, en la transformación de la sociedad.

    La transformación se manifiesta desde las
    primeras líneas, cuando afirma que el desarrollo del
    ser humano es de dos niveles, el personal y el
    social, y que ambos deben estar vinculados, hasta el grado de que
    ninguno de ellos puede evolucionar sin el otro.

    Después de expresar algunos residuos de la
    influencia religiosa y de pasar a algunos temas
    filosóficos humanistas, el joven estudiante concluye con
    un manifiesto filosófico que será la meta a la que
    dedicará toda su vida: trabajar por el bien de la
    humanidad.

    Franz Mehring, biógrafo de Marx, dice que la
    calificación que recibió Marx reconocía que
    estos ensayos se distinguían por su riqueza de ideas y su
    buena distribución sistemática, aunque el
    alumno seguía recurriendo en el vicio, que era peculiar,
    de rebuscar exageradamente hasta encontrar expresiones raras y
    llenas de imágenes.

    En este tercer ensayo se
    percibe la extraordinaria inteligencia y
    las altas cualidades del muchacho. Al elegir una carrera, Marx
    desdeña la vanidad, la ambición egoísta y la
    búsqueda de una brillante posición
    económica. Guiado por la conciencia del deber social,
    considera que su misión es
    dedicar toda su vida al servicio de la
    humanidad.

    Otro autor, Rafael Jerez, escribe que este documento
    juvenil, resume bastante bien la primera asimilación
    personal de los estímulos culturales recibidos por el
    joven, en su medio social primario: la familia, la
    parroquia, el instituto y los amigos, mayores y
    pequeños.

    En conclusión: imbuido de racionalismo
    crítico a sus 17 años, Marx parece haber optado
    por esas altas actividades humanas que se alimentan de verdades
    abstractas y exigen de uno mismo el sacrificio de la vida misma.
    La elección en general estaba hecha: solo faltaba que la
    experiencia biográfica la concretase .

    2.- LA
    TESIS
    DOCTORAL

    Con el fin de obtener un puesto de catedrático
    en la Universidad,
    Carlos marx
    en 1839 comenzó a trabajar en su tesis
    doctoral.

    Durante todo ese año y comienzos del siguiente,
    leyó e
    hizo extractos de diversos libros. El
    título de estas notas fue: "La filosofía
    epicúrea". Estudió a Hegel, Aristóteles, Leibniz, Hume y Kant y otros
    autores. Los temas que abordó fueron: la relación
    entre epicureismo y estoicismos, el concepto de
    sabio en la filosofía griega, las ideas de Sócrates y Platón sobre la religión y las
    perspectivas de la filosofía pos-Hegeliana.

    En su tesis doctoral titulada "Diferencia de la
    filosofía de la naturaleza en Demócrito y
    Epicuro", marx se coloca al lado de Epicuro y su ética de
    la libertad, en
    contra del determinismo mecanicista de
    Demócrito.

    Según Marx, Epicuro no copió la física de
    Demócrito, sino introdujo la idea de espontaneidad en el
    movimiento
    de lo átomos, agregando a la naturaleza inanimada del
    mundo de Demócrito, regulado por leyes
    mecánicas, un mundo de naturaleza animada en donde
    operaba la voluntad humana.- Marx prefirió la
    visión de Epicuro, por su énfasis sobre la
    autonomía absoluta del espíritu humano que
    liberaba a los hombres de todas las supersticiones de objetos
    trascendentes y por el énfasis sobre la libre
    Autoconciencia individual que mostraba una vía que
    podía ir más allá del sistema de una
    filosofía total.

    Mientras que Demócrito aceptaba sumisa y
    mecánicamente, los mandatos de los dioses, Epicuro se
    rebelaba y preguntaba: ¿dónde queda el libre
    arbitrio, la voluntad de los seres vivos arrancada a los
    dioses?

    Epicuro el más grande racionalista griego, como
    Marx le llamaba, lucha contra la religión que con su
    mirada amenazadora, aterroriza desde lo alto del cielo a los
    mortales.

    En esta tesis doctoral, Marx continúa en el
    terreno idealista de la filosofía hegeliana.

    A pesar de que el tiempo le
    daría la razón a Demócrito, Marx
    defendía a Epicuro porque este filósofo como el
    mismo Marx, se alzaba contra el peso oprimente de la
    religión y desafiaba a los dioses, "sin que los rayos le
    aterrasen, ni los gruñidos de los dioses, ni la sorda
    cólera del cielo".

    Marx apoya las palabras de Epicuro: "no es ateo el que
    desprecia a los dioses del vulgo, sino quien abraza las ideas
    del vulgo acerca de los dioses".

    La rebeldía revolucionaria del joven
    filósofo alemán se manifiesta en su
    identificación con Prometeo quien dijo: "dicho en pocas
    palabras, odio a todos los dioses".

    Para Marx, Prometeo es el santo y el mártir
    más sublime del calendario filosófico. La
    rebeldía filosófica de Marx era la
    confesión sencilla y recogida del hombre que
    había de ser, con el tiempo, otro Prometeo, así
    en la lucha como en el martirio.

    Según Stepánova, Marx defendió
    con admiración la osadía de Epicuro, porque
    luchó contra la religión de su época, Marx
    era adversario irreconciliable de todo intento de subordinar
    la ciencia a
    la religión, así como de hacer un lado el libre
    pensamiento.

    Al declarar la guerra a
    todos los dioses, de los cielos y de la tierra,
    Marx aparece no sólo como ateo, sino también como
    revolucionario, valiente luchador contra el "Estado
    cristiano", la monarquía absoluta prusiana que
    oprimía políticamente al pueblo
    alemán.

    3.- LOS ARTICULOS
    PERIODÍSTICOS

    En 1842, en el primer estudio que Marx redactó,
    compuesto de seis largos artículos, analizó la
    publicación de los debates de la Dieta Renana acerca de
    la libertad de prensa.

    Poco antes de la censura oficial prusiana, le
    había censurado otro extenso trabajo
    periodístico, en el que el joven escritor criticaba la
    censura del gobierno.

    El estilo humanista de Marx se manifestaba cuando
    comentaba la publicación de los debates de la Dieta
    Renana, en los que no se citan los nombres de los
    representantes que intervinieron en dichas discusiones. El
    joven alemán dice que la Dieta no soporta la luz del
    día y si los lectores confiaron, al elegir a sus
    representantes éstos a su vez, al ocultarse en el
    anonimato no confían en el juicio de la provincia que
    les dio su confianza.

    Cuando un orador alemán reclamó la
    libertad de prensa como integrante de la libertad de industria,
    Marx respondió: ¿Acaso es libre la prensa
    degradada a industria?. Es innegable que el escritos tiene que
    ganar con el trabajo
    de su pluma para existir y escribir, pero jamás existir
    y escribir para ganar. La primera libertad de la prensa
    consiste precisamente en no ser una industria. "Al escritor que
    prostituye esa libertad de prensa, convirtiéndola en
    medio material, le está bien empleada como castigo de
    esa esclavitud
    exterior de la censura; o por mejor decir, ya su propia
    existencia es su castigo".

    Durante toda su vida, Marx había de corroborar
    prácticamente, lo que aquí exige de todo
    escritor; sus trabajos fueron siempre fin y jamás un
    medio, hasta tal punto fueron, para él y cuantos le
    rodeaban, que llegó a sacrificarles, siempre que fue
    necesario, su propia existencia.

    El segundo estudio sobre los debates de la Dieta
    Renana, acerca de la "historia arzobispal",
    (inédito en español), fue suprimido
    también por la censura oficial.

    En una carta a Arnold
    Ruge, del 9 de Julio de 1842, Marx le dice: "Mi segundo
    artículo acerca de la Dieta, el referente a los
    líos eclesiásticos, ha sido tachado. En él
    demostraba cómo los defensores del Estado se
    habían colocado en el punto de vista clerical y los
    defensores de la iglesia en
    el punto de vista del poder
    civil".

    En el tercer estudio formado por cinco
    artículos, Marx analiza los debates reñidos en
    torno a una ley
    sobre los robos de leña. Con este tema -nos dice
    Mehring- el autor descendía a la tierra llana
    o en otras palabras, se veía sujeto a la perplejidad de
    tener que tratar de intereses materiales
    que no estaban previstos en sistema ideológico de
    Hegel.

    Esta ley trataba de la batida capitalista contra los
    últimos vestigios de propiedad
    comunal sobre el suelo, de una
    cruel expropiación contra las masas populares. De los
    207,478 procesos
    criminales seguidos por el Estado
    prusiano en 1836, unos 150,000 se referían a robo de
    leña y transgresiones contra la propiedad forestal,
    costos de caza
    y guardería.

    En estos debates triunfó el interés
    expoliador de la gran propiedad privada. Marx
    enfrentándose a ese interés , con su crítica tajante, tomó partido "por
    la muchedumbre pobre, política y
    socialmente desposeída".

    El periodista pedía que a los pobres,
    amenazados de ruina, se les garantizasen sus derechos consuetudinarios.
    Su defensa no era económica, ni política,
    todavía era jurídica.

    El joven escritor denuncia las granujadas de los
    propietarios de extensos terrenos y bosques, quienes al
    defender sus intereses particulares, pisoteaban la razón
    y la lógica, la ley y el derecho, atentando
    también, muy directamente, contra el interés
    público, para luchar a costa de los pobres y los
    miserables. Para perseguir a los pobres campesinos que atentan
    contra la propiedad de los terratenientes, la Dieta no se ha
    contentado con romperle al derecho brazos y pierna, sino que le
    ha atravesado el corazón
    -dice Marx-.

    Mehring, en su famosa biografía, afirma que,
    con este ejemplo de la ley sobre los robos de leña, Marx
    demostró que los integrantes de la Dieta Renana
    representaban y defendían los intereses
    económicos de los grandes propietarios de la tierra en
    Alemania.

    En este trabajo, aunque Marx todavía estaba
    influido por la filosofía hegeliana del derecho y del
    Estado, no reverenciaba al Estado prusiano como el Estado
    ideal, como lo hacían los viejos hegelianos
    conservadores, sino contrastando la realidad del Estado
    prusiano con la pauta del Estado Ideal, que se
    desprendía de los supuestos filosóficos de que
    arrancaba Hegel.

    Marx veía en el estado, el gran organismo en
    que debían encarnar y realizarse la libertad
    jurídica, la libertad política y la libertad
    moral y en
    el que el ciudadano, súbdito suyo, al someterse a las
    leyes del Estado, no hacía más que obedecer a las
    leyes naturales de su propia razón, la razón
    humana.

    Varios autores, reconocen la importancia de este
    ensayo sobre los robos de leña, en la
    radicalización política que experimentó el
    joven Marx.

    Mc Lellan, por ejemplo, asienta que en este
    artículo, Marx discutió las cuestiones del robo
    de la leña, desde un punto de vista legal y
    político, sin mucho detalle histórico y social, y
    el autor solicita que el Estado defendiese la ley tradicional
    frente a la capacidad del rico.

    Años después, el propio Marx
    reconoció la importancia de ese artículo. Engels,
    su compañero de lucha, también dijo que por ese
    trabajo, Marx se vio llevado de la política pura a las
    relaciones económicas y de allí al socialismo.
    Lenin escribió: aquí se perfila el paso del
    idealismo al
    materialismo
    y de la democracia
    revolucionaria al comunismo.

    4.-
    CRITICA DEL DERECHO DEL ESTADO DE HEGEL

    En 1841, el joven Marx al leer La Esencia del Cristianismo
    de Feuerbach, encuentra las armas
    filosóficas para poder criticar a Hegel.

    En este libro,
    Feuerbach demuestra que no es la religión quien hace al
    hombre, sino el hombre
    quien hace la religión. Los seres superiores que crea
    nuestra fantasía, los dioses, son producto de
    la proyección fantástica de nuestro propio
    ser.

    Marx no sólo asimila los aspectos positivos de
    la filosofía de Feuerbach, sino también
    crítica su aspecto negativo : En la carta a
    Ruge, le dice: "Los aforismos de Feuerbach me parecen
    desacertados en un punto: hace demasiado hincapié en la
    naturaleza, sin preocuparse en los debidos términos de
    la política. Sin esta alianza, la filosofía
    actual no llegará a ser nunca una verdad.

    En virtud de que el materialismo de Feuerbach no
    tocaba la política, será Marx quien
    abordará la filosofía del Derecho del Estado, tan
    concienzudamente como Feuerbach, investigó la
    filosofía hegeliana de la naturaleza y la
    religión.

    Según la filosofía política de
    Hegel, la conciencia humana se manifiesta a sí misma
    objetivamente en las instituciones jurídicas, morales,
    sociales y políticas del hombre. Estas instituciones
    permiten al espíritu alcanzar plena libertad y el logro
    de esta libertad se hace posible por la moralidad
    social presente en los grupos
    sucesivos de la familia, la
    sociedad civil
    y el Estado, La familia educa al hombre en la autonomía
    moral, mientras que la sociedad civil organiza la vida
    económica, profesional y cultural. Sólo el nivel
    supremo de la
    organización social -el estado- es capaz de
    sintetizar los derechos particulares y la razón
    universal en la fase final de la evolución del espíritu objetivo.
    Hegel rechazaba con ello la idea de que el hombre fuese libre
    por naturaleza y que el Estado recortaba esta libertad
    natural.

    Hegel consideró que el Estado ideal que
    describía se hallaba presente en Prusia.

    Marx revisó los poderes monárquicos,
    ejecutivos y legislativos, en lo que según Hegel el
    estado se dividía a sí mismo, mostrando que la
    supuesta armonía lograda en cada caso era, de hecho,
    falsa.

    Así como la religión no hace al hombre,
    sino al contrario, la Constitución, no hace al pueblo, sino que
    es el pueblo quien hace la Constitución.

    Hegel entendía por burocracia un
    cuerpo de funcionarios superiores que se reclutaban entre las
    clases medias. A ellos venía confiada la
    formulación de los intereses comunes y la tarea de
    mantener la unidad del Estado. El monarca desde arriba y la
    presión
    de las corporaciones desde abajo, impedían que sus
    decisiones fueran arbitrarias.

    Marx rechazaba la presunción de Hegel de que la
    burocracia fuese una clase
    imparcial y en cuanto tal "universal". Marx afirmó que
    los burócratas habían acabado en la
    práctica por volver a sus propios asuntos privados,
    creando un interés de grupo
    seccionado de la sociedad, siendo en el interior del Estado una
    sociedad particular y cerrada, la burocracia
    apropiándose de la conciencia, voluntad y poder des
    Estado

    Para profundizar en su crítica a Hegel, Marx
    estudio las teorías de Maquiavelo,
    Montesquieu,
    Rousseau y
    otros políticos.

    Para Hegel el hombre real que produce el Estado y la
    sociedad civil, se presenta como producto de la idea o del
    Estado , como encarnación de la idea del espíritu
    o la razón.

    En la transformación de lo condicionante en
    condicionado reside la mistificación o
    especulación, característica de la
    filosofía política hegeliana.

    Marx critica a Hegel por presentar lo real como ideal,
    o por mostrar la sociedad civil (esfera de los intereses
    particulares y de las relaciones materiales) como una
    determinación de la idea. Marx denuncia esta
    mistificación que consiste en hacer de lo real, de lo
    empírico (la sociedad civil) un hecho ideal. Hegel
    pretende presentar al Estado como es realmente, pero en
    realidad lo presenta como es idealmente. La sociedad civil
    aparece como un atributo del Estado, cuando en verdad es lo
    contrario.

    Hasta aquí (1843) Marx no pudo todavía
    llevar su crítica hasta las últimas
    consecuencias. Ignora el papel de la producción material, de la industrial y
    del trabajo, así como las relaciones que los hombres
    contraen en la producción, carece del concepto de la
    clase social, y desconoce aún cuál es el agente
    histórico fundamental o clase revolucionaria que
    producirá el cambio que conduzca a la nueva
    sociedad.

    Al criticar al Estado debe pasar al plano de las
    relaciones materiales. Para salvar el límite de su
    crítica de la filosofía especulativa de Hegel,
    tiene que iniciar una crítica de la economía
    política. LA filosofía empuja hacia la
    economía
    política.

    5.-
    SOBRE LA CUESTION JUDIA

    En 1843, Marx publicó en la revista
    "Anales Franco-alemanes", dos artículos: un comentario
    de dos trabajos de Bruno Bauer sobre la cuestión
    judía. El primero de ellos es un resumen
    filosófico de la sociedad socialista y el segundo un
    resumen filosófico de la lucha proletaria de
    clases.

    En el artículo "Sobre la cuestión
    judía", el autor investiga la diferencia entre la
    emancipación humana y la emancipación
    política.

    Los judíos se regocijaban viendo a los
    nacionalistas hundir el escalpelo crítico en el cuerpo
    de la religión cristiana, por ellos tan aborrecida, pero
    cuando le llegaba el turno a la religión judía,
    ponían el grito en el cielo, clamando traición
    contra la humanidad. Y reclamaban la emancipación
    política de los judíos, pero no en un sentido de
    equiparación de derecho, ni con la intención de
    renunciar a su posición privilegiada, sino antes al
    contrario, atentos a reforzarla y dispuestos en todo momento a
    sacrificar los principios
    liberales en cuanto éstos se opusieran a sus intereses
    de casta.

    Feuerbach había analizado la fe judía
    como la religión del egoísmo: "Los judíos
    se han mantenido con su fisonomía característica
    hasta los tiempos actuales. Su principio, su Dios, es el
    principio más práctico del mundo: El
    egoísmo bajo la forma de religión. El
    egoísmo aglutina, concentra al hombre sobre sí
    mismo, pero le hace teóricamente limitado,
    imbuyéndole indiferencia en cuanto no toca directamente
    a su propio bienestar.

    La religión judía -decía Bauer-
    era toda ella astucia animal para satisfacer las necesidades de
    los instintos y acusaba a los judíos de haberse opuesto
    desde el primer momento al progreso histórico,
    creándose, en su odio a todos los pueblos, la más
    aventurera y mezquina de las vidas nacionales.

    Pero, a diferencia de Feuerbach, que pretendía
    explicar la esencia de la religión judaica por el
    carácter del pueblo judío, Bauer,
    a pesar de toda la hondura, la audacia y la agudeza que Marx
    elogiaba en sus estudios sobre la cuestión judía,
    no acertaba a enfocarla más que a través del
    cristal teológico.

    Los judíos rescribía bauer -solo
    podrán remontarse a la libertad, igual que los
    cristianos, superando su religión. El Estado cristiano
    no podía, por si carácter religioso, emancipar a
    los judíos, ni estos podían tampoco, por su
    carácter religioso, mientras no cambiasen, o ser
    emancipados. Cristianos y judíos tenían que dejar
    de ser lo que eran por su religión, cristianos y
    judíos, para convertirse en hombre libres. Y como el
    judaísmo, en cuanto a religión, había sido
    superado por el cristianismo, el judío tenía que
    recorrer el camino más largo y espinoso que el
    cristianismo para llegar a la libertad.

    A juicio de Bauer, los judíos no tenían
    remedio que someterse a la disciplina
    del cristianismo y de la filosofía hegeliana , si
    querían llegar a ser libres.

    Marx por su parte, replicaba que no era suficiente
    investigar quién había de ser el emancipador y
    quien el emancipado, sino que la crítica debía
    indagar de que clase de emancipación se trataba, si de
    la emancipación política meramente o de la
    emancipación humana.

    "La emancipación política es la
    reducción del hombre, de una parte, a miembro de la
    sociedad burguesa, a individuo
    egoísta e independiente; de otra parte su
    reducción a ciudadano del Estado, a persona moral.
    Solo cuando el hombre individual y verdadero absorba en
    sí al ciudadano abstracto del Estado, para tornarse en
    ser genérico como tal hombre individual, con su vida
    empírica, su trabajo individual y sus condiciones
    individuales; solo cuando el hombre haya reconocido y
    organizado sus fuerzas propias como las fuerzas sociales, sin
    que, por tanto, separe ya de su persona la fuerza
    social bajo la forma de fuerza política, sólo
    entonces, podremos decir que la emancipación humana se
    ha consumado".

    Con este artículo, Marx consiguió dos
    cosas, primero puso al desnudo las raíces de las
    relaciones entre las sociedad y el Estado. El Estado no es,
    como pretendía Hegel, la realidad de la idea moral, la
    razón absoluta y el absoluto fin en sí, sino que
    tiene que contentarse con el papel, mucho más modesto,
    de amparar la anarquía de la sociedad burguesa, que le
    erige en guardián suyo.

    En segundo término, descubre que las cuestiones
    religiosas del día no tienen, en el fondo, mas que una
    significación social. Para indagar el desarrollo del
    judaísmo, no acude a la teoría religiosa, sino a la
    práctica industrial y comercial, de la que la
    religión judía es, a su juicio, un reflejo
    imaginativo. El judaísmo práctico no es
    más que la consumación del mundo cristiano. En
    una sociedad burguesa comercial y judaizada como la nuestra, el
    judío tiene un puesto de derecho propio y puede reclamar
    la emancipación política, como el goce de sus
    derechos generales del hombre. Pero la emancipación
    humana implica una nueva organización de las fuerzas sociales, que
    haga al hombre dueño y señor de sus fuentes de
    vida.

    En trazos borrosos, Empieza a dibujarse ya, en este
    artículo, la imagen de la
    colectividad socialista.

    6.- LA FILOSOFIA DEL
    DERECHO DE HEGEL

    El segundo artículo publicado por Marx en los
    "Anales Franco-alemanes", es el titulado "Introducción a la crítica de la
    filosofía del derecho de Hegel".

    En este documento, Marx resume su crítica de la
    filosofía judía hegeliana diciendo que la clave
    para la inteligencia del proceso
    histórico no había que buscarla en el Estado, que
    tanto ensalzaba Hegel, sino en la sociedad, que él tanto
    condenaba.

    Marx, en este trabajo, entronca directamente con
    Feuerbach, de quien dice que ha apurado substancialmente la
    crítica de la religión, condición previa
    de toda critica. Es el hombre quien hace la religión, no
    la religión quien hace al hombre -apunta Marx- no es
    ningún ser abstracto, que flote fuera del mundo. El
    hombre es el mundo de los hombres, el Estado, la sociedad, que
    hace brotar la religión como una conciencia invertida
    del mundo, al revés. Luchar contra la religión es
    por tanto, indirectamente, luchar contra este mundo de que la
    religión es el aroma espiritual. Y surge así como
    misión de la historia establecer la verdad. Por donde la
    crítica de la teología es la crítica de la
    política.

    Este ensayo, el último de tipo netamente
    filosófico, también tiene el mérito de
    señalarnos, no solo el paso de la filosofía a la
    política y de ésta a la economía
    política, sino también nos indica el paso del
    análisis teórico a la toma de
    conciencia de la importancia de la práctica
    política, es decir de la importancia de la
    militancia.

    El arma de la crítica no puede naturalmente,
    suplantar la crítica de las armas; el poder material
    sólo puede derrocarse con otro poder material, pero
    también la teoría se convierte en fuerza
    colectiva en cuanto se adueña de las masas y se
    adueña de las masas pronto como se hace radical. Sin
    embargo una revolución radical necesita de un
    elemento positivo, de una base material; en los pueblos, la
    teoría no se ha realizado nunca más que en la
    medida en que da realización a sus necesidades. No basta
    que la idea clame por realizarse; es necesario que la realidad
    misma clame por la idea.

    De la imposibilidad de la revolución a medias
    infiere Marx la posibilidad positiva de la revolución
    radical. Y preguntándose en qué reside
    ésta posibilidad, contesta: "En la formación de
    una clase cargada de cadenas radicales, de una clase de la
    sociedad burguesa que no es clase alguna de la sociedad
    burguesa, es un estamento que implica la disolución de
    todos los estamentos, de una esfera a quien sus sufrimientos
    universales presentan un carácter universal y que no
    puede reivindicar para sí ningún derecho aparte,
    porque el desafuero que contra ella se comete no es
    ningún desafuero específico, sino la injusticia
    por antonomasia; que no puede invocar ningún
    título histórico, sino solamente el título
    humano, que no es parcialmente incompatible, con las
    consecuencias, sino totalmente incompatible con los fundamentos
    del Estado; de una esfera, en fin, que no puede emanciparse sin
    emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad,
    emancipándolas al mismo tiempo a ellas; que presentando,
    en una palabra, la total pérdida del hombre, sólo
    puede volver a encontrarse a sí misma, encontrando de
    nuevo totalmente al hombre perdido. Esta disolución se
    la sociedad es proletariado".

    Si la filosofía encuentra en el proletariado su
    armas materiales, el proletariado encuentra en la
    filosofía sus armas espirituales, y tan pronto como el
    rayo de la idea haya prendido en el pueblo, sonará la
    hora de la emancipación humana.

    La filosofía no podrá realizarse sin la
    disolución del proletariado, ni el proletariado se
    disolverá sin hacer realidad la
    filosofía.

    Stepánova nos dice, acerca de este importante
    artículo de Marx, que su autor, al contrario de Hegel,
    llegó a la conclusión de que no es la sociedad
    civil la que depende del Estado, sino viceversa, el Estado
    depende de la sociedad civil, y que la anatomía de la
    sociedad civil hay que buscarla en la Economía
    Política. A partir de esta conclusión Marx
    concluyó que la propiedad privada determina el contenido
    del Estado y el Derecho. De este modo Marx se acercó a
    su siguiente paso: la interpretación materialista
    histórica del Estado como instrumento de dominio de la
    clase explotadora y opresora.

    7. LOS CUADERNOS DE PARIS

    Desde las primeras líneas de estos escritos
    económicos, que inician un largo período de
    estudios de la economía, el joven Marx adopta una
    posición crítica hacia la economía
    política clásica burguesa.

    Después de pasar revista a las tesis de algunos
    economistas, Marx escribe a cerca de la enajenación al dinero, es
    decir al espejismo de creer que la esencia de las relaciones
    entre los hombres es la relación entre los poseedores de
    dinero, cuando en realidad es la relación entre los
    productores de riqueza, entre seres humanos, la verdadera
    relación humana, relación que se oculta
    detrás del intercambio de dinero, siendo éste
    solo un instrumento para el cambio de
    mercancías.

    Marx compara la comunidad
    humana y la sociedad comercial. El tipo de intercambio
    relaciona a las dos.

    En la comunidad humana la relación entre
    individuos, con el intercambio complementan mutuamente la
    satisfacción de sus necesidades. El intercambio
    corresponde aquí al verdadero ser comunitario, al a
    esencia humana. En esta comunidad, que existió antes de
    la propiedad privada, durante el matriarcado, no existía
    el dinero,
    ni la enajenación.

    El hombre enajenado es aquel a quien su actividad se
    le presenta como un tormento, su propia creación como un
    poder ajeno, su riqueza como pobreza; que el
    vínculo esencial que le une a los otros hombres se le
    presenta como un vínculo accesorio y la
    separación respecto de los hombres como su existencia
    verdadera; que su vida se le presenta como un sacrificio de su
    vida, su producción como producción de su nada,
    su poder sobre el objeto como poder del objeto sobre él;
    que el amo y señor de su creación, aparece como
    esclavo de esta creación.

    Para Marx el intercambio en su forma comercial, lejos
    de ser adecuada a la esencia humana, es su enajenación o
    su enajenación como ser genérico o
    humano.

    Desgarrando el velo ideológico de la
    experiencia, Marx encuentra que al no relacionarse los hombres
    como hombres con las cosas, no tienen un verdadero poder sobre
    los objetos, es decir, nuestro propio producto se ha vuelto
    contra, pero en verdad nosotros somos su propiedad.

    Las cosas y su lenguaje
    ocupan el lugar del hombre. El lenguaje
    enajenado de los calores cosificados se nos presenta como si
    fuera lenguaje humano. Lo que sucede es que el hombre al
    relacionarse sólo por medio o instrumento de su propio
    objeto, se cosifica, se deshumaniza.

    El intercambio, producto de la propiedad privada,
    desemboca en la esclavitud de los productores entre sus propios
    productos.

    La enajenación humana expresa en el hecho de
    que la relación entre los hombres se presenta como si
    fuera relaciones entre objetos, entre cosas, mismas que siendo
    producto y creaciones de los seres humano, se manifiestan como
    si fueran cosas humanizadas o seres humanos que dominan a sus
    propios creadores. Un ejemplo de ello lo tenemos en los
    anuncios comerciales donde las mercancías cobran vida y
    toman formas humanas.

    El dinero no sólo es endiosado, sino hasta
    logra sustituir a Dios: El dinero es el Dios ante el cual no
    puede prevalecer legítimamente ningún otro Dios.
    El dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte
    en mercancía.

    La enajenación del dinero se manifiesta en que
    la relación entre el mediador (el dinero) y los
    productos se invierten ideológicamente. El dinero no
    vale porque representa los productos del hombre, sino que
    aparentemente, estos productos solo tienen valor en la medida
    en que el dinero los representa.

    Todos los atributos del ser humano pasan a ser
    atributos del dinero son productos de su creador; el ser
    humano.

    8.- MANUSCRITOS
    ECONOMICO-FILOSOFICOS

    En 1844, el joven filósofo alemán inicia
    sus manuscritos económicos por en análisis de las
    tres fuentes de ganancia: el salario, la
    ganancia del capital y la
    renta del sueldo.

    Su siguiente paso fue llegar a la conclusión de
    que el punto de partida real del análisis de estas
    fuentes de ganancia no es el salario sino la ganancia del
    capital.

    Esta conclusión tiene importancia
    metodológica porque muestra que
    Marx, desde el principio, vio la raíz de todos los
    problemas de
    la sociedad burguesa, en el capital y en su naturaleza
    relacionada con el fenómeno peculiar de la ganancia del
    capital.

    El capital es trabajo acumulado. Pero no todo trabajo
    acumulado es capital, sólo el que asegura a su
    propietario cierto beneficio o ganancia.

    Únicamente la ganancia lleva con regularidad,
    nuevo trabajo materializado al capital inicial.

    Considerando que el poseedor del capital no es el
    verdadero propietario del trabajo acumulado, sino lo son los
    trabajadores que lo producen, podemos afirmar que el capital es
    trabajo ajeno acumulado o, como escribe Marx, "Propiedad
    privada de productos de trabajo ajeno".

    La paradoja es que los productos del trabajo no son
    considerados productos ajenos. Por el contrario, la
    legislación vigente el la sociedad capitalista los
    considera pertenecientes al detentador del capital, quien es un
    parásito.

    La ley está de parte del capitalista, en otras
    palabras, el capitalista es el dueño de la ley. Junto
    con el capital el hombre no solo adquiere bienes, sino
    también el poder de gobernar. El capitalista posee este
    poder de gobernar no por sus cualidades personales o humanas,
    sino porque es propietario del capital, propietario
    según sus propias leyes.

    La economía política burguesa considera
    al obrero como si fuera un caballo que debe recibir lo que le
    capacite para trabajar. No tiene en cuenta cuando no trabaja,
    ni lo considera ser humano, transfiere estas apreciaciones a la
    ley criminal, a los médicos, a la religión, a las
    tablas estadísticas, a la política y a
    los que vigilan a los mendigos.

    Para concluir leamos lo que el propio Marx
    escribió en su famosos "manuscritos
    económicos-filosóficos de 1844"; "El trabajador
    se empobrece más cuando más riqueza produce,
    cuanto más poderosa y extensa se hace su
    producción.

    "A medida que se valoriza el mundo de las cosas, se
    desvaloriza el mundo de los hombres. El trabajo asalariado,
    bajo el capitalismo,
    no produce solamente mercancías; se produce a sí
    mismo y produce al obrero como una mercancía y hace
    esto, en la misma proporción en que produce
    mercancías en general.

    "El objeto producido por el trabajador, su producto,
    se le enfrenta al productor, como algo ajeno, como una potencia
    independiente del obrero.

    "La realización del trabajo es su
    objetivación. Esta realización del trabajo, tal
    como se presenta en la economía política burguesa
    aparece como la desrealización del trabajador, la
    objetivación se manifiesta como la pérdida y
    servidumbre del objeto, la apropiación como
    enajenación, como alineación.

    "La apropiación del objeto se manifiesta hasta
    tal punto como enajenación, que cuando más objeto
    produce el trabajador, menos puede poseer y más cae bajo
    la independencia de su producto, del
    capital.

    "Cuando más se mate el obrero a trabajar,
    más poderoso es el mundo ajeno de objetos creados por
    él en contra suya, más se empobrece él
    mismo y su mundo interior, menos le pertenece éste a
    él como suyo propio. Lo mismo ocurre en la
    religión. Cuando más pone el hombre en Dios menos
    se retiene para sí mismo.

    "La enajenación del trabajador en su producto
    no significa solamente que su trabajador se traduce en un
    objeto, en una existencia externa , sino que ésta existe
    fuera de él, como algo ajeno y que adquiere frente a
    él un poder propio y sustantivo; es decir que la vida
    infundida por él al objeto se le enfrenta ahora como
    algo ajeno y hostil.

    El trabajo asalariado produce maravillas para los
    ricos, pero produce miseria y desamparo para los trabajadores.
    Produce palacios, pero también tugurios para los que
    trabajan. Produce belleza, pero también invalidez y
    deformación para el trabajador. Sustituye el trabajo por
    máquinas, pero obliga a una parte de los
    obreros a retornar a los trabajos de la barbarie y convierte a
    otros obreros en máquinas. Produce espíritu, pro
    produce también estupidez y cretinidad para el
    trabajador.

    "El trabajo es algo exterior al trabajador, algo que
    no forma parte de su esencia, el trabajador no se afirma en su
    trabajo sino que se niega en él, no se siente feliz,
    sino desgraciado, no desarrolla al trabajar, sus libres
    energías físicas y espirituales, sino por el
    contrario, mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. El
    trabajador solo se siente él mismo fuera del trabajo, y
    en trabajo se encuentra fuera de sí. Cuando trabaja no
    es él mismo y solo cuando no trabaja cobra su personalidad. Su trabajo no es libre,
    voluntario, sino obligado, es un trabajo forzoso. No constituye
    la satisfacción de una necesidad, sino simplemente un
    medio para satisfacer necesidades exteriores a él. Su
    trabajo no le pertenece, sino pertenece a otro. Como la
    religión, donde la propia actividad de la
    fantasía humana, del cerebro y del
    corazón humanos, obra como si se tratase de una
    actividad independiente del individuo, divina o
    diabólica, así también la actividad del
    obrero no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la
    pérdida de sí mismo".

    9.- LA SAGRADA FAMILIA

    Cuando Engels, en 18844 encuentra a Marx ocupado en
    criticar a Bruno Bauer y sus seguidores de Berlín. Marx
    Había postergado su proyecto de
    redactar el libro "Crítica de la política y de la
    Economía Política" y se dedicaba a rebatir
    detenidamente los artículos de ese grupo de hegelianos
    de derecha, convencido de la concepción de ellos acerca
    de la sociedad y de la historia era idealista y reaccionaria y
    que sembraba la confusión en el movimiento
    democrático e ignoraba la función
    histórica decisiva del proletariado.

    Al coincidir Engels y Marx en su crítica a los
    hegelianos derechistas, deciden redactar y publicar una obra en
    conjunto, cuyo título fue "Crítica de la
    Crítica Crítica", mejor conocido como "La sagrada
    familia".

    En este libro, los autores a la crítica
    puramente teórica de los jóvenes berlines, oponen
    la transformación revolucionaria, práctica, de
    las condiciones materiales de la existencia humana de los
    trabajadores bajo el capitalismo.

    Saben los obreros que la propiedad, el capital, el
    dinero, el trabajo asalariado, etc., no son precisamente
    quimeras ideales de sus cerebros, sino creaciones muy
    prácticas y materiales de su enajenación, que
    sólo podrán ser superadas así mismo, de un
    modo práctico y material, para que el hombre se
    convierta en hombre, no sólo en el "pensamiento", en la
    "conciencia", sino en el "ser", en la "vida".

    No son las ideas, ni las élites intelectuales, las que hacen la historia, como
    piensan los berlineses. Son los hombres. Como trabajadores, con
    necesidades e intereses materiales muy concretos; sin actividad
    práctica, las ideas resultan históricamente
    impotentes.

    "las ideas no pueden ejecutar nada. Para la
    ejecución de las ideas hacen falta los hombres que
    pongan en acción una fuerza
    práctica".

    Son las condiciones existentes, materiales y
    prácticas, de la clase trabajadora bajo el capitalismo,
    las que posibilitan el desarrollo de su conciencia de clase,
    con vistas precisamente a la transformación material y
    práctica de dichas convicciones sociales.

    Al criticar las concepciones idealistas de Bruno Bauer
    y su grupo, los autores de La Sagrada Familia,
    formularon una de las principales tesis del materialismo
    histórico, consistente en afirmar que los
    auténticos artífices de la historia no son los
    héroes, sino las masas populares. Presagiaron que
    esas masas serían agentes inconscientes y activos de
    ese proceso.

    Contrariamente a los socialistas utópicos, que
    veían en el proletariado unas masas impotentes y
    sufridas, Marx y Engels demostraron que la clase obrera, en
    virtud de su situación en la sociedad capitalista,
    podía y debía llevar a cabo la
    transformación revolucionaria de todos los países
    del mundo.

    10.- TESIS DE FEUERBACH.

    Federico Engels caracteriza estas tesis como notas
    escritas para desarrollar, más tarde, notas a vuelo de
    pluma y no destinadas a ala publicación, pero valiosas,
    pues son el primer documento en que se contiene el germen
    genial de la nueva concepción del mundo.

    Para el maestro Ludovico Silva, estas tesis son partos
    súbitos de la gran idea, la nueva idea que ve del
    revés todos los hechos históricos, la idea
    materialista en plenas funciones y
    dueña de sí misma. Son una suerte de programa
    intelectual que sólo será realizado con los
    años y al cual pertenecerá siempre fiel
    Marx.

    Son la ruptura con la concepción anterior: son
    la concepción de la práctica como criterio
    último del conocimiento: son la caracterización
    definitiva de la ideología religiosa como una inversión del mundo real: son la
    desmitificación de la célebre "esencia humana";
    son la reducción de la filosofía a los
    hechos.

    Al igual que Hegel idealiza la historia al
    considerarla conducida por la idea absoluta, los economistas
    burgueses invierten la concepción científica
    acerca de la realidad al "canonizar" la explotación de
    los asalariados.

    También la religión hace lo mismo que
    Hegel y los economistas, pues una de sus funciones
    ideológicas específicas ha consistido siempre en
    la bendición de la pobreza
    existente.

    La teología divide en dos al hombre y lo
    alienta para después identificar con el hombre a este
    ser alienado (dividido). Es como decir: la religión
    divide en dos al hombre; divide su ser mundano y ser divino ;
    y, luego, decreta que el verdadero de estos dos seres es
    el divino.

    La religión, según Marx, surge como un
    recurso ideal para subsanar en el pensamiento la impotencia del
    hombre ante la naturaleza. A falta de un dominio técnico
    de los medios de
    producción, el hombre se inventa un dominio religioso de
    los mismos, a través de unos dioses que, estimulados por
    ritos y sacrificios, proveerán al hombre de los medios
    necesarios para producir su existencia.

    Dios no es más que un predicado del hombre, una
    criatura de la fantasía humana. La alineación
    religiosa ha puesto este orden al revés, ha convertido
    al creador. Es preciso reinvertir el orden, poner sobre sus
    pies a la creación; esta es la vía para la
    superación de la alineación religiosa.

    "La coincidencia del cambio de las circunstancias con
    el de la actividad humana o transformación de los
    hombres mismos es algo que sólo puede concebirse y
    entenderse racionalmente como una práctica
    revolucionaria".

    Marx insiste en que la ideología religiosa
    sólo puede desaparecer cuando desaparezcan las
    contradicciones mundanas, sociales, que la
    originaron.

    11.- LA IDEOLOGÍA ALEMANA

    En la ideología alemana, escrita en abril de
    1846, Marx y Engels formularon por primera vez las principales
    tesis sobre la interpretación materialista de la
    historia.

    Según Stepánova, biógrafa de
    Marx, este gran descubrimiento marcó una
    revolución en la filosofía, en la ciencia que
    estudia la sociedad y las leyes de su desarrollo, convirtiendo
    la historia en una verdadera ciencia que permite estudiar el
    pasado, comprender el presente y prever el futuro.

    En esta obra, que fue abandonada a la crítica
    de los roedores y publicada en este siglo, los autores
    fundamentan la importante tesis del materialismo
    histórico acerca del papel determinante que
    desempeña la producción de bienes materiales en
    la vida de la sociedad y en su historia.

    Del modo de producción dependen las relaciones
    sociales, políticas, culturales, reales y, en
    definitiva, distintas formas de la conciencia social; la
    filosofía, la moral, la
    religión, etc.

    Contrariamente a la filosofía idealista, los
    autores demostraron que: "no es la conciencia la que determina
    la vida, sino la vida la que determina la conciencia".Marx y
    Engels escribieron en este libro, que el proceso
    histórico se basa en el desarrollo de las fuerzas
    productivas, es decir, los medios de trabajo y los hombres que
    los ponen en movimiento.

    A medida que se desarrollen las fuerzas productivas
    entran en contradicción con las relaciones de
    producción (las relaciones de propiedad).Las
    contradicciones entre las fuerzas productivas en desarrollo y
    las relaciones de propiedad que las entorpecen, se manifiestan
    en las luchas de clases, que debe culminar en la
    revolución social y política. Resultando de esta
    revolución un sistema económico social y
    político nuevo, sustituyendo al anterior; el feudalismo es
    sustituido por el capitalismo; el capitalismo es sustituido por
    el comunismo.

    En pocas palabras, en la ideología Alemana los
    autores sentaron las bases sobre la teoría de las
    formaciones económico-sociales y la lucha de clases como
    fuerza motriz del desarrollo de las sociedades
    clasistas, basadas en las sociedades clasistas legalizadas por
    el aparato del Estado, defendidas por el ejército de
    clases dominantes, justificadas por las burocracias
    políticas y cimentadas por ese cemento
    ideológico y moral, sembrado en la mente de las clases
    explotadoras y oprimidas.

    Al analizar las contradicciones de la sociedad
    capitalista, demuestra la inevitable sustitución del
    capitalismo por el comunismo.

    Esta revolución se diferencia de las anteriores
    por la supresión de la explotación de una clase
    por otra, por la supresión de la propiedad social en
    pocas manos (propiedad privada) y con ello la
    desaparición de la injusticia social, económica y
    política.

    Para que se lleve a cabo esta revolución (que
    deberá ser violenta), los trabajadores deberán,
    ante todo, conquistar el poder político.

    Mientras que en las viejas sociedades los hombres se
    encontraban en poder de las fuerzas y leyes del desarrollo
    social, en el comunismo, los trabajadores, al frente del
    destino político, dominarán por primera vez la
    producción, el intercambio, sus propias relaciones
    sociales y su propia cultura y
    sexualidad.

    El golpe del Estado militar, de tres días,
    realizado por el ejército rojo y la policía
    política stalinista en contra del reformista y traidor
    de Gorbachov, demuestran que el sistema económico,
    social y político, de la Unión Soviética,
    debido al stalinismo de los años 20, en realidad es un
    capitalismo de Estado, regido por una casta parasitaria
    burocrática.

    Al fracasar el intento reformista de Gorbachov, que
    pretende restaurar el capitalismo, el pueblo soviético,
    se levantará y luchará por mejores condiciones
    económicas, sociales y políticas.

    La única esperanza es la organización y
    lucha, no solo de los trabajadores rusos, sino de todos los
    proletarios del mundo por derrocar definitivamente a lso
    capitalistas, burgueses, burócratas stalinistas e
    imperialistas de todo el planeta.

    12.- MISERIA DE LA FILOSOFIA

    En este libro, Marx crítica la
    concepción idealista de Proudhon, su falseamiento de la
    dialéctica hegeliana y fundamenta el materialismo
    histórico al escribir: las relaciones sociales
    están íntimamente vinculadas a las fuerzas
    productivas. Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombre
    cambian de modo de producción, cambian la forma de
    ganarse la vida y con ello, cambian sus relaciones de propiedad
    y todas sus relaciones sociales. El molino movido a brazo nos
    da la sociedad de los señores feudales; el molino de
    vapor, la sociedad de los capitalistas industriales.

    Al establecer los hombres las relaciones sociales con
    arreglo al desarrollo de su producción material, crean
    también los principios, las ideas y las
    categorías conforme a sus relaciones
    sociales.

    Estas categorías no son eternas, al igual que
    las relaciones a las que sirven de expresión. Son
    productos históricos y transitorios.

    En esta obra, Marx expuso las conclusiones a las que
    había llegado como resultado de sus estudios
    económicos. Criticó las concepciones
    económicas pequeño-burguesas de
    transformación pacífica del capitalismo que
    planteaba Proudhon, que sustentaba la eliminación de sus
    aspectos "malos" y la conservación de sus aspectos
    "buenos".

    Proudhon sembraba ilusiones perniciosas de que,
    mediante el intercambio directo (sin dinero) de
    mercancía y el crédito barato o gratuito, es posible
    eliminar la explotación y las crisis
    inherentes al capitalismo, dejando intacta la propiedad privada
    de los medios de producción; al igual que los
    economistas burgueses, consideraba inmutables y eternas las
    relaciones capitalistas existentes y las categorías
    económicas capitalistas.

    Sólo un teórico del proletariado, como
    Marx, con la valentía y audacia propias de la clase
    obrera, era capaz de analizar de modo científico y
    objetivo las tendencias del desarrollo capitalista.

    El autor de la miseria de la filosofía, no solo
    aplicó la dialéctica histórica
    materialista a la Economía Política, sino que
    también analizó las contradicciones de la
    sociedad capitalista y la agudización del antagonismo
    entre el trabajo y el capital, así como también,
    demostró que el capitalismo debe ceder lugar a un
    régimen social superior: la sociedad
    comunista.

    En este libro que nos ocupa, Marx logró un
    nuevo avance en la elaboración de la teoría de la
    lucha de clases y fundamentó los principios de la
    táctica del proletariado.

    Demostró lo nocivo de suavizar las
    contradicciones de la sociedad capitalista, como la lucha de
    clases. Consideró al proletariado como clase en
    desarrollo que convierte de "clase en sí" que
    todavía no tiene conciencia histórica de sus
    tareas, en clase "para sí" o sea en clase conciente de
    su contraposición a la burguesía y su lucha
    histórica por liquidar la esclavitud capitalista y por
    una conciencia comunista, sin propiedad privada, sin clases
    sociales y sin explotación y opresión del
    hombre pro hombre.

    A diferencia de Proudhon que no estaba de acuerdo con
    el sindicato y
    las huelgas, Marx veía en la lucha económica por
    mejores salarios y
    condiciones sociales, no solo un medio para defender sus
    intereses, sino también una condición,
    imprescindible para elevar la conciencia política y la
    organización partidaria de la clase obrera.

    Lenin consideraba gran mérito de Marx, el haber
    unido la lucha económica y la lucha política.
    Cuando las masas obreras pasan de manifestaciones dispersas
    contra individuos burgueses, a lucha contra toda la clase
    capitalista y contra el instrumento ideológico y
    político de los burgueses, el Estado, la lucha
    económica se convierte en lucha
    política.

    13.- MANIFIESTO DEL PARTIDO
    COMUNISTA

    Esta obra, escrita en diciembre de 1847 y enero del
    siguiente año, es el primer documento
    programático del comunismo científico.

    Escrita en su mayor parte por Marx, y completada por
    Engels, se expone en esta obra general, una expresión
    concisa, íntegra y sistematizada de los fundamentos del
    materialismo histórico, así como la estrategia
    política de la clase obrera en su lucra por borrar de la
    historia al sistema capitalista.

    Lenin escribió: Esta obra expone, son una
    claridad y una brillantez geniales, la nueva concepción
    del mundo, el materialismo comúnmente aplicado
    también al campo de la vida social, la dialéctica
    como la más completa y profunda doctrina del desarrollo,
    la teoría de la lucha de clases y del papel
    revolucionario histórico mundial del proletariado como
    creador de una sociedad nueva, de la sociedad
    comunista"

    Partiendo de los supuestos teóricos del
    materialismo histórico, los autores del manifiesto
    formularon una clara teoría de la lucha de clases como
    fuerza motriz del desarrollo de las sociedades clasistas: "La
    historia (escrita) de todas las sociedades hasta nuestros
    días, es la historia de la lucha de clases".

    Explotados y explotadores, oprimidos y opresores, "se
    enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada
    unas veces y otras franca y abierta: lucha que terminó
    con la transformación revolucionaria de la sociedad. La
    sociedad capitalista se analiza dentro de un contexto
    histórico, siguiendo su nacimiento y desarrollo y
    mostrando sus contradicciones internas que inevitablemente
    llevarán a su desaparición.

    Concentrando en las fábricas millones de
    obreros, el capitalismo imprime carácter social al
    progreso de producción y a este carácter social
    debe corresponder la propiedad social de los medios de
    producción, pero éstos siguen en manos del
    capital privado o del Estado capitalista. La propiedad privada
    de los medios de producción se convierte en un
    obstáculo para el desarrollo de las fuerzas
    productivas.

    Las crisis económicas son resultado de las
    contradicción de las mencionadas fuerzas productivas
    (impulsadas por los trabajadores) y las relaciones de propiedad
    (defendidas por los capitalistas).

    Solo una verdadera revolución socialista (no
    como la stalinista que ésta siendo despreciada por las
    masas proletarias) puede impedir la destrucción de las
    fuerzas productivas, salvar de las ruinas los frutos de la
    civilización y abrir a la humanidad el camino de un
    futuro mayor.

    El Estado capitalista es una junta que administra los
    negocios
    comunes de la clase burguesa.

    En cierta etapa de su desarrollo, la lucha de la clase
    obrera debe desembocar en una revolución, en el curso de
    la cual el proletariado derrocará (por medio de la
    violencia y
    no solo por medios electorales a la burguesía y
    establecerá su denominación política. Los
    trabajadores son los únicos que al liberarse,
    liberarán a la humanidad de toda explotación e
    injustucias.

    Los comunistas -dice el Manifiesto (no se refiere a
    los stalinistas que han traicionado el marxismo
    como Gorbachov y Yelzin), los verdaderos comunistas (como Marx,
    Lenin, Trotsky, etc) "son el sector más resuelto de los
    partidos obreros de todos los países, el sector que
    siempre impulsa adelante a los demás
    teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la
    ventaja de su clara visión de las condiciones, de la
    marcha y de los resultados generales del movimiento
    proletario".

    Mientras que en capitalismo, en sociedades
    seudosocialistas, el trabajo asalariado y enajenado, sirve para
    enriquecer a una minoría parasitaria, en la sociedad
    comunista (que hasta hoy no ha existido el trabajo será
    un medio para enriquecer y aliviar la vida de los
    trabajadores.

    Marx y Engels, fustigan la hipócrita y
    repugnante moral burguesa, que se reduce al insensible pago en
    "dinero constante y sonante" y le oponen la moral humanista y
    libre de todo cálculo
    codicioso, de una nueva sociedad comunista que
    substituirá el capitalismo.

    A la moral autoritaria, antivida que produce las
    neurosis y
    psicosis, los
    verdaderos marxistas en la actualidad debemos oponer una moral
    libre y humana que se base en los sentimientos, en el
    cariño, el amor y la
    libertad sexual de toda la humanidad.

    Otra aportación importante del manifiesto, es
    la concepción del internacionalismo proletario y la
    teoría de que la revolución comunista
    tendrá que ser a escala
    mundial.

    Los trabajadores como los burgueses, no tienen patria.
    Los proletarios deberán primero derrocar, por la
    violencia a su propia burguesía, para luego extender,
    como plantea la teoría de la revolución
    permanente de trotsky, la revolución en todo el
    planeta.

    14.- TRABAJO ASALARIADO Y CAPITAL

    Engels, en la introducción de 1891 al folleto
    de Marx titulado Trabajo asalariado y Capital, cuyo origen
    fueron las conferencias impartidas por Marx en 1847 en la
    Asociación Obrero Alemana de Bruselas, informa que
    según el texto
    original, el obrero vende al capitalista, a cambio del salario,
    su trabajo, según el texto actual, acorde con la
    teoría científica de El Capital, vende su fuerza
    de trabajo.

    La economía política clásica
    burguesa dentro de las fluctuaciones constantes en los precios de
    las mercancías, que suben y bajan, se puso a buscar el
    punto fijo, en torno al cual se movían estas
    fluctuaciones: arrancó de los precios de las
    mercancías para investigar la ley regulada de
    éstos el valor de las mercancías, valor que
    explicaría todas las fluctuaciones de los precios y al
    cual podrían reducirse a todas ellas.

    Así, la economía política
    clásica encontró que el valor de una
    mercancía lo determina el trabajo socialmente necesario
    para su producción encerrado en ella.

    La fuerza de trabajo, como toda mercancía, se
    determina por su costo de
    producción, este costo,
    consiste en la suma de medios de vida -o su precio en
    dinero- necesario por término medio para que el obrero
    pueda trabajar y mantenerse en condiciones para seguir
    trabajando, y para sustituirle por un nuevo obrero (que puede
    ser su hijo), cuando muera, o quede inservible por vejes o
    enfermedad, es decir para asegurar la reproducción de la clase
    obrera.

    Mientras que todas las mercancías se venden por
    su valor o costo de producción, la única
    mercancía que se vende por debajo de su valor, es la
    fuerza de trabajo. De ahí que la plusvalía
    (más valor) surja del tiempo de trabajo NO PAGADO
    al asalariado.

    Considerando que los trabajadores produzcan su salario
    en cuatro horas de su jornada de ocho, en estas primeras cuatro
    horas producen el equivalente de su salario. Las segundas
    cuatro constituyen la plusvalía, es decir el tiempo de
    trabajo que el patrón ROBA LEGALMENTE a su
    asalariado.

    Las mercancías producidas por los obreros no
    les pertenecen a ellos, sino al capitalista que los ha
    acumulado, gracias al robo legal de la fuerza de trabajo de los
    asalariados.

    En cuanto los patrones se enriquecen robando y
    explotando a los obreros éstos al recibir una parte de
    lo que producen, se hunden más y más en la
    miseria económica, política y sexual.

    Es por anterior por lo que la lucha sindical por
    mejoras saláriales, no debe reducirse, como los hacen
    los dirigentes de la sección XXII del magisterio,
    únicamente a exigir aumentos de salarios, sino a luchar
    también por la desaparición del sistema
    asalariado del trabajo, ya que de continuar las redes del asalaramiento,
    los dirigentes sirven al patrón Estado, ya que las leyes
    económicas capitalistas son la telaraña donde se
    enredan, ideológicamente, los trabajadores asalariados y
    enajenados a la ideología de clase dominante, quien
    tiene bajo su control los
    medios masivos de información (radio, prensa y
    T.V. así como el sistema electoral, para continuar por
    medio de su partido de Estado (PRI), oprimiendo
    políticamente al pueblo trabajador mexicano. De
    continuar estas situaciones, la "dictadura
    perfecta" priísta (con sus payasos de "izquierda)
    continuarán en el poder (apoyada por el imperalismo
    yanqui), otros sesenta años, por lo menos.

    15.-
    LA REVOLUCIÓN PERMANENTE

    En marzo de 1850, Marx, ayudado por Engels, redacta el
    Mensaje del Comité Central de la Liga de los
    Comunistas.

    Los autores reconocen, que durante las luchas de masas
    de 1848 y 1849, los miembros de la liga, participaron en la
    prensa, en las barricada y en los campos de batalla. Estos
    comunistas, estuvieron en la vanguardia
    del proletariado, la única clase
    revolucionaria.

    En cambio la burguesía y la pequeña
    burguesía, al velar por sus intereses se comportaron
    como las más reaccionarias, los más odiosos
    enemigos y verdugos de los trabajadores.

    Según los autores, las tareas de los
    proletariados, dirigidos por los verdaderos comunistas, deben
    consistir en hacer la revolución permanente,
    hasta que sea descartada la dominación de las clases
    poseedoras hasta que el proletariado conquiste el poder del
    Estado, hasta que la asociación de los proletariados se
    desarrolle, no sólo en un país sino en todos los
    países del mundo, hasta que las fuerzas mundiales
    estén en manos de sus reales dueños, los
    trabajadores.

    No se trata de deformar la propiedad privada, sino
    abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino
    de abolir las clases, no se trata de mejorar la sociedad
    existente, sino de establecer una nueva.

    Los obreros y los verdaderos comunistas, deben
    establecer una organización propia, un partido obrero,
    legal y secreto, y hacer de cada comunidad centro y
    núcleo de sociedades obreras en las que los intereses y
    acciones
    políticas del proletariado se discutan libre e
    independientemente de las influencias políticas e
    ideológicas burguesas.

    Frente a los gobiernos burgueses (como del PRI en
    México) los obreros deben constituir
    gobiernos obreros revolucionarios, en forma de clubes o
    consejos (soviets) municipales o comités obreros,
    campesinos, etc., de tal forma que los gobiernos capitalistas,
    no solo pierdan el apoyo de los trabajadores, sino que se vean
    vigilados y amenazados por verdaderos dirigentes de las masas
    obreras.

    Para poder oponerse enérgica y amenazadoramente
    el partido oficial burgués, los obreros, según
    Marx, deberan estar armados y tener su organización como
    la tuvieron los bolcheviques rusos.

    Se procederá a armar a todo el proletariado con
    fusiles, carabinas, cañones y municiones. Los obreros
    deberán organizarse independientemente como guardia
    proletaria, con jefes y estado mayor elegidos por ellos
    mismos.

    Bajo ningún pretexto entregarán sus
    armas y municiones. Todo intento de desarme será
    rechazado por la fuerza de las armas.

    Una vez derrotado el gobierno burgués de los
    capitalistas. Marx plantea la elección de una asamblea
    nacional representativa.

    A diferencia de las elecciones controladas por la
    burguesía, y su gobierno, las que se realicen convocadas
    por los trabajadores al frente el Estado y el nuevo gobierno,
    serán verdaderamente democráticas, pues la fuerza
    libre de la mayoría de la población, los trabajadores,
    elegirán a sus verdaderos representantes.

    Los trabajadores, en fin, escribe Marx, con la
    suficiente conciencia política de clase,
    independientemente de la influencia ideológica burguesa,
    organizarán su partido proletario revolucionario y su
    grito será LA REVOLUCIÓN
    PERMANENTE.

    16.- LAS LUCHAS DE CLASES EN FRANCIA.

    Federico Engels en la introducción de 1895 al
    folleto escrito por Marx en 1850, titulado Las luchas de clase
    en Francia, escribió que este es el primer ensayo donde
    se explica un fragmento de la historia mediante la
    concepción materialista, partiendo de la
    situación económica existente.

    En el manifiesto
    comunista se había aplicado a grandes rasgos la
    teoría, a toda la historia moderna y en los
    artículos publicados por Marx y Engels en la nueva
    Gaceta Renana, esta teoría explica los acontecimientos
    políticos del momento.

    En este folleto, nos dice Engels, se trataba de poner
    de manifiesto, a lo largo de una evolución de varios
    años, tan crítica como típica para toda
    Europa, el
    nexo causal interno; se trataba de reducir, siguiendo la
    concepción e Marx, los acontecimientos políticos
    a efectos de causas, en última instancia
    económicas.

    Una vez que Engels argumenta que en la actualidad,
    jamás podemos remontarnos hasta las últimas
    causas económicas, por la velocidad de
    los acontecimientos diarios y porque la estadística va siempre a la zaga,
    renqueando.

    Por lo anterior, una visión clara de conjunto,
    sobre la Historia Económica, de un período dado,
    no puede conseguirse nunca en el momento mismo, sino solo con
    posteridad, después de haber reunido los
    materiales.

    Por esta razón -continúa Engels- el
    método
    materialista tendrá que limitarse con harta frecuencia,
    a reducir los conflictos
    políticos a las luchas de intereses de las clases
    sociales y fracciones de clase existentes determinadas por el
    desarrollo
    económico, y a poner de manifiesto que los partidos
    políticos son la expresión política
    más o menos adecuada de estas mismas clases y fracciones
    de clases.

    Prueba de la teoría materialista de la historia
    fue que la crisis del comercio
    mundial, producida en 1847, había sido la madre de las
    revoluciones de febrero y marzo, y que la prosperidad
    industrial, de 1849 y 1850, fue la fuerza animadora que dio
    nuevos brios a la reacción europea.

    Por lo anterior, afirma Engels, citando a Marx: Una
    nueva revolución sólo es posible, como
    consecuencia de una nueva crisis económica".

    En el folleto de Marx que nos ocupa, proclama, por
    primera vez, la formula en que unánimamente los partidos
    obreros de todos los países del mundo condensan su
    demanda de
    una transformación económica: la
    apropiación de los medios de producción de la
    sociedad.

    Diez años antes, en el prólogo a la
    tercera edición alemana al XVIII brumario de Luis
    Bonaparte, elaborado por Marx, Engels escribió: "Fue
    precisamente Marx quien descubrió la gran ley que rige
    la marcha de la historia, la ley según la cual todas las
    luchas históricas, ya se desarrollen en el terreno
    ideológico cualquiera, no son, en realidad, más
    que la expresión más o menos clara de luchas
    entre clases sociales, que la existencia, y por lo tanto
    también los choques de estas clases, están
    condicionados, a su vez, por el grado de desarrollo de su
    situación económica, por el carácter y el
    modo de su producción y de su cambio, condicionado por
    ésta".

    17.- LOS "GRUNDRISSE".

    Wenceslao Roces, traductor de las obras de Marx, nos
    dice que los Grundrisse son el primer borrador completo de la
    economía política, cimiento de proyectos y
    manuscritos de años posteriores de un -genial esbozo
    histórico- crítica de la economía burguesa
    y su literatura.

    La incursión de Marx en el terreno de la
    economía burguesa, a la que se enfrentaba,
    proponía un enfoque revolucionario, una perspectiva
    proletaria que buscaba, el desenmascaramiento de dicha
    economía, su desmitificación, para denunciar su
    punto de vista capitalista y su superación final por la
    economía política proletaria.

    El más preciado valor de los Grundrisse es su
    claro intento de las una respuesta decididamente crítica
    de demoledora a la economía política
    burguesa.

    El objeto central de los borradores de Marx, fue
    desnudar la economía política capitalista, que se
    encuentra cubierta en sus propias mistificaciones
    ideológicas burguesas.

    Ernest Mandel, por su parte, en su libro: LA
    formación del pensamiento económico de Marx de
    1843 a la redacción de EL CAPITAL, escribe
    que los Grundrisse constituyen, con la Contribución a la
    crítica de la economía política, una suma
    enorme de análisis política.

    Concebidos, estos borradores, como los trabajos
    preparatorios del EL CAPITAL, o más exactamente
    como un desarrollo del análisis del capitalismo en todos
    sus aspectos, del que habría de nacer la obra maestra de
    Marx, contiene a la vez, los materiales de construcción de todo lo que Marx
    habría de desarrollar después y multitud de
    elementos que le sirvieron más tarde.

    De ese "esbozo", Marx realiza una serie de
    observaciones de la mayor importancia, concernientes a la
    propiedad de los bienes raíces, al trabajo asalariado,
    al comercio, al comercio
    exterior, al mercado
    mundial, que no se vuelven a encontrar en ninguno de los cuatro
    tomo de EL CAPITAL (el cuarto tomo se tituló
    Teorías de la plusvalía).

    Por otra parte, el método de exposición de los Grundrisse es
    más "abstracto", más deductivo que el de EL
    CAPITAL
    , y si hay menos materiales de
    ejemplificación, hay en cambio una infinidad de
    digresiones, sobre todo de naturaleza histórica, o que
    abren ventanas al porvenir, que fueron suprimidas para la
    redacción final del EL CAPITAL, peor que poseen a veces
    una riqueza incomparable, y con auténticas aportaciones
    complementarias a la teoría socioeconómica
    marxista.

    Rosdolsky, reconoce que esa obre "nos ha introducido
    en el laboratorio
    económico de Marx, y nos ha revelado todos los
    refinamientos, todos los caminos ondulantes de su metodología".

    Stepánova, en su libro Carlos Marx, Esbozo
    biográfico, escribe que los Grundrisse constituyen el
    primer esbozo de EL CAPITAL y ocupan un lugar importante
    en la historia del marxismo: reflejan la etapa decisiva de la
    formación de la teoría económica de Marx.
    Precisamente en ese trabajo expone los fundamentos de su
    teoría de la plusvalía.

    Con la teoría de la plusvalía (tiempo de
    trabajo no pagado al obrero), Marx reveló el mecanismo
    de explotación de la sociedad burguesa,
    fundamentó desde el punto de vista económico la
    misión histórica universal del proletariado, al
    carácter necesario de la revolución
    social.

    Para concluir, los Grundrisse contienen importantes
    ideas de Marx sobre la sociedad comunista, sobre la ley
    económica del tiempo, inherente a esa sociedad, sobre la
    organización comunista del trabajo, sobre el inaudito
    desarrollo de las fuerzas materiales y espirituales de dicha
    sociedad y sobre el desenvolvimiento armónico y
    multilateral de la
    personalidad, gracias al aumento del tiempo libre para
    todos los individuos.

    18.- EL MATERIALISMO HISTORICO

    En enero de 1859, después de redactar
    resúmenes y comentarios de decenas de libros sobre
    economía política burguesa, (manuscritos
    conocidos como los Grundrisse), Marx expone, en forma resumida,
    su concepción acerca de la estructura y
    funcionamiento de la actual sociedad capitalista.

    La exposición de la historia del materialismo
    histórico, aplicado a la sociedad burguesa
    contemporánea, la lleva a cabo Marx en su famoso
    "Prólogo de la contribución a la crítica
    de la economía política".

    Aún cuando la parte esencial de este
    prólogo, ha sido reproducido muchas veces, por
    divulgaciones del marxismo, considero que debe continuarse su
    reproducción, pues no sólo sigue siendo de
    actualidad, sino porque también existen muchos
    jóvenes lectores que no lo conocen.

    Rafael Jerez, en su libro Marx y Engels: el marxismo
    genuino, divide en 5 claves teóricas el pasaje
    más importante del citado prólogo.

    1.- En la producción de su existencia, los
    hombres entran en relaciones determinadas, necesarias,
    independientes de su voluntad; estas relaciones de
    producción corresponden a un grado determinado de
    desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.

    2.- Durante el curso de su desarrollo las fuerzas
    productoras de la sociedad entran en contradicción con
    las relaciones de producción existentes, o lo cual no es
    más que su expresión jurídica con las
    relaciones de propiedad en cuyo interior de ha movido hasta
    entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas
    que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas
    fuerzas. Entonces se abre una época de revolución
    social. El cambio que se ha producido en la base
    económica trastorna, más o menos lenta o
    rápidamente, toda la colosal superestructura. Una
    sociedad no aparece nunca antes de que sean desarrolladas todas
    las fuerzas productoras que pueda contener, y las relaciones de
    producción nuevas y superiores no se destruyen
    jamás en ella, antes de que las condiciones materiales
    de existencia de esas relaciones, hayan sido incubadas en el
    seno mismo de la vieja sociedad.

    3.- El conjunto de estas relaciones de
    producción constituye la estructura económica de
    la sociedad, la base real, sobre la cual se levanta una
    superestructura jurídica y política y a la que
    corresponden formas sociales determinadas de
    conciencia.

    En otros términos: el modo de producción
    de la vida material, condiciona el proceso de la vida social e
    intelectual en general.

    Lo que quiere decir que las relaciones
    jurídicas, así como la forma de Estado, no pueden
    explicarse ni por sí mismas, ni por la llamada
    evolución general del espíritu humano… se
    origina más bien en las condiciones materiales
    (económicas) de existencia.

    No es la conciencia de los hombres la que determina la
    realidad; por el contrario, la realidad social es la que
    determina su conciencia.

    4.- En las épocas de revolución social,
    importa siempre distinguir entre el trastorno material de las
    condiciones económicas de producción y las formas
    jurídicas, políticas, religiosas,
    artísticas o filosóficas; en una palabra, las
    formas ideológicas bajo las cuales los hombres adquieren
    conciencia de este conflicto y
    lo resuelven.

    5.- Por último; las relaciones burguesas de
    producción son la forma antagónica del proceso de
    producción social, no en el sentido de un antagonismo
    individual, sino de un antagonismo que nace de las condiciones
    de existencia de los individuos: las fuerzas productoras que se
    desarrollan en el seno de la sociedad burguesa, crean, al mismo
    tiempo, las condiciones materiales para resolver este
    antagonismo: con esta formación social (la capitalista
    actual) termina la prehistoria de
    la sociedad humana.

    19. EL SALARIO PRECIO Y
    GANANCIA

    La lucha sindical por el aumento salarial es, desde
    hace décadas, una lucha de los obreros no sólo
    por un mejor pago a su fuerza de trabajo, sino por mejores
    condiciones sociales, culturales y humanas.

    En 1865, como resultado de una marea de huelgas por
    aumentos saláriales, en el continente europeo, se
    levantaron voces, unas a favor de esa demanda y otras en contra
    de ella.

    Una posición en contra fue la de John Weston,
    uno de los dirigentes del movimiento obrero inglés y miembro del consejo general de
    la I Internacional (Asociación Internacional de los
    trabajadores)

    Este dirigente afirmaba que la elevación de los
    salarios no es beneficiosa a los obreros y por consiguiente esa
    lucha es nociva para ellos.

    Muchos dirigentes obreros europeos predicaban
    conceptos similares.

    El 20 y 27 de junio de 1865, Marx intervino en la
    sesión de la I Internacional, con un extenso informe
    titulado Salario, precio y ganancia, el cual fue preparado en
    respuesta a los planteamientos de weston.

    En forma asequible para los obreros, Marx expuso en
    ese informe las principales tesis de su doctrina
    económica, poniendo de relieve el
    papel y la importancia de la lucha del proletariado por el
    aumento de los salarios.

    Criticó resueltamente a quienes llamaban a los
    obreros a la resignación a la pasividad frente a los
    capitalistas, actitud que
    atentaban contra los derechos vitales de los
    trabajadores.

    Al mismo tiempo, Marx demostró la necesidad de
    unir la lucha económica con la lucha política de
    la clase obrera contra la clase dominante.

    Borisov, comentarista ruso sobre el documento que nos
    ocupa, lo divide en 3 parte fundamentales:

    En la primera, se brinda un profuso análisis
    crítico de las teoría burguesas y pequeño
    burguesas de mayor difusión sobre el salario, el precio
    y la ganancia. Aquí Marx resolvió una tarea de
    extraordinaria importancia, tanto para la teoría
    económica, como para actividad práctica del
    movimiento obrero: no dejó piedra sobre piedra de todas
    las elucubraciones teóricas de los economistas
    burgueses, tendientes a justificar y argumentar la injusticia
    social del régimen capitalista y a evitar la
    actuación de la clase obrera contra la
    explotación del hombre por el hombre.

    En la segunda parte, el autor expuso su nuevo aporte
    al teoría económicas, resultante de un verdadero
    viraje revolucionario realizado por él, en la
    economía política. Parte esencial de ese aporte,
    fue la teoría de la plusvalía, teoría que
    desnudó, que llevan a cabo los capitalistas al no
    pagarle todo su trabajo al obrero asalariado. Gracias a esa
    teoría los trabajadores pueden comprender la forma en
    que los patrones les roban parte de su trabajo, la mayor parte
    de las riquezas producidas por ellos, que van a dar el los
    bolsillos de los parásitos capitalistas.

    La parte final, está dedicada a examinar los
    caso más importantes de la lucha de los obreros por la
    elevación de sus salarios o contra la reducción
    de éstos. Aquí se fundamentan los objetivos
    programáticos de la lucha de clase del proletario contra
    la burguesía.

    En la actualidad siguen vigentes los planteamientos de
    Marx, asentados en este folleto. También hoy día,
    brinda a los obreros un programa claro de lucha por sus
    derechos económicos, políticos y sociales, y por
    la emancipación de todos los trabajadores del mundo, de
    la explotación capitalista.

    20.- EL CAPITAL

    El primer tomo de EL CAPITAL, el único de los 4
    tomos que pulió Marx para su redacción al
    público y el único que publicó en vida su
    autor, dedicado a analizar, el proceso de producción del
    capital, pone al desnudo las relaciones económicas
    más esenciales y profundas del capitalismo o sea las
    relaciones entre los capitales detentadores de los medios de
    producción y ladrones de plusvalía (tiempo de
    trabajo no pagado al obrero) y los obreros asalariados y
    enajenados.

    En una carta a Engels, Marx reconoce que lo mejor de
    EL CAPITAL, es el carácter doble del trabajo, que puede
    expresarse como valor de uso o como valor de cambio y en
    análisis de la plusvalía, independientemente de
    sus formas particulares: del beneficio, del interés, de
    la renta sobre la tierra, etc.

    Marx comienza a investigar el modo de
    producción capitalista analizando la mercancía,
    esa "cédula económica elemental de la sociedad
    burguesa", y demostró que la mercancía contiene
    el germen de todas las contradicciones del
    capitalismo.

    Toda mercancía, dice Marx, se compone de su
    utilidad y de
    su cambiabilidad por otras mercancías.

    El valor de uso de la mercancía es su utilidad,
    su capacidad para satisfacer diversas, su capacidad para
    satisfacer diversas demandas del hombre. Los valores
    de uso constituyen el contenido material de la riqueza
    independientemente de la forma social de la misma, Por otra
    parte, la mercancía es el producto del trabajo destinado
    para el cambio. Es decir tiene valor de cambio.

    El valor de cambio es, ante todo, la relación
    cuantitativa entre dos mercancías. Marx demostró
    que esta relación se basa en el trabajo invertido en la
    producción de ambas mercancías.

    El valor de la mercancía se determina por el
    tiempo de trabajo, pero no sólo por el tiempo
    individual, que necesita el productor, sino por el tiempo de
    trabajo SOCIALMENTE necesario para producirla.

    Después de aclarar el carácter del
    trabajo (el privado y el social), encarnado en las
    mercancías, Marx analizó la evolución de
    las formas del valor, comenzando por la más simple, el
    trueque en la sociedad primitiva y terminando por la
    monetaria.

    Al analizar el proceso de la conversión del
    dinero en capital, demostró que el dinero participa en
    la circulación de mercancías según la
    formula M-D-M (mercancía -dinero- mercancía), es
    decir, venta de una
    mercancía para comprar otra.

    La circulación del dinero como capital se
    efectúa según otra fórmula D-M-D. En el
    primer caso el objetivo consiste en adquirir una
    mercancía necesaria para el uso; el valor de la
    mercancía vendida y el de la comprada es igual. La
    circulación del dinero como capital es distinta. En la
    segunda fórmula el dinero obtenido por la venta de la
    mercancía (D´) representa el dinero lanzado a la
    circulación, más cierto INCREMENTO. Ese
    incremento o remanente que queda después de cubrir el
    valor primitivo, es lo que Marx llama PLUSVALÍA (que se
    origina en la producción de mercancía y resulta
    del tiempo de trabajo no pagado al obrero). Es así como
    el dinero se convierte en capital y el que lo detenta, el
    ladrón y parásito, en capitalista.

    Lo anterior se debe a que la única
    mercancía que se vende por debajo de su valor, es la
    fuerza de trabajo del obrero. El capitalista, al comprar la
    fuerza de trabajo, al obrero, su poseedor, solo le paga una
    parte del valor de ella, la otra parte, la no pagada, se
    convierte en plus-trabajo (más trabajo) y que al vender
    la mercancía, preñada de esa fuerza robada
    legalmente, el capitalista obtiene un plus-valor (más
    valor) conocido como PLUSVALÍA.

    Al descubrir el mecanismo de la explotación
    capitalista y el origen de la plusvalía, Marx
    demostró que la aspiración de la
    producción capitalista, y de los capitalistas en
    particular, constituye, el móvil de la producción
    capitalista, pero esa insaciable sed de plus-trabajo tropieza
    con la resistencia de
    la clase obrera.

    Esta resistencia, estudiada en el folleto Salario,
    precio y ganancia de Marx, y comentado en el artículo
    anterior, se manifiesta en la lucha de los obreros
    sindicalizados, no solo por mejoras salariales, sino por la
    desaparición de la esclavitud de la sociedad capitalista
    y su sustitución por la sociedad comunista.

    Marx demostró que el desarrollo del capitalismo
    produce la profundización y agravamiento de su
    contradicción principal: entre el carácter social
    de la producción y la forma capitalista privada de
    apropiación de los productos del trabajo.

    Con una lógica irrebatible, Marx probó
    que el capitalismo mismo, en el proceso de su desarrollo, crea
    las premisas materiales del socialismo y la fuerza social (del
    proletariado) que desempeña el papel de sepulturero del
    capitalismo y será artífice del modo de
    producción, y de la sociedad más avanzada y
    humana, que hasta hoy no ha existido: el comunismo.

    Stepánova, de quien hemos tomado lo esencial de
    este resumen, del tomo I de EL CAPITAL, nos dice, que Marx
    terminó su análisis de la tendencia
    histórica de acumulación capitalista con una
    previsión genial, confirmada cada vez más por la
    historia: "El monopolio
    del capital se convierte en grillete del régimen de
    producción que ha florecido con él y bajo
    él". LA centralización de los medios de
    producción y la socialización del trabajo, llegan a un
    punto en que son ya incompatibles con su envoltura capitalista.
    Esta salta hecha añicos. LE LLEGA LA HORA A LA
    PROPIEDAD CAPITALISTA: LOS EXPROPIADORES SON
    EXPROPIADOS:

     

    HUMBERTO ESCOBEDO CETINA

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