EL VITALISMO DEL COLOR
Entre las muchas cosas que vemos de Matisse en su obra,
es el vitalismo que la impregna.
Primero, la pintura de
Matisse llegó a ser -y no sólo a aparecer- como una
expresión directa de la vida sensible. La pintura viene
del contacto de los sentidos con
el mundo y aparece como una respuesta que el artista formula
usando un lenguaje cuyo
elemento central es el color. Para Matisse, lo esencial es
justamente el elemento cromático de la pintura, es decir,
la vitalidad de lo sensible, expresándose
rápidamente en la creación y organización de superficies coloreadas. El
dijo que "el Fauvismo es la parte viviente de los maestros, sobre
todo de los coloristas". Los Fauves respaldaron una
aceptación irónica de la vida en el plano de la
expresión, elevado por ellos a la categoría de
actitud
primera del espíritu. De ahí mismo arranca la
trascendencia que Matisse restituye a lo decorativo, considerado
como simple adorno por la
estética plástica tradicional. Pero,
si se entiende a la pintura como vida sensible, y al color como
su medio, cambiará la significación que se atribuye
a lo decorativo, dado que su creación habrá de
adquirir el carácter necesario de aquellas actividades
que son impuestas por la naturaleza
misma del espíritu humano. Decora, juega con el color y
secundariamente con la línea, llevado por un impulso tan
espontáneo y tan insustituible como el que lo lleva a
cantar. Tal vez sea ése el sentido de la afirmación
de Matisse, cuando asegura que expresión y
decoración son lo mismo.
Los Fauves iniciaron en la pintura una revolución
natural; la revolución del espacio pictórico.
¿Buscó Matisse, con el decorativismo, una
naturalidad más profunda?. El juego
pictórico en Matisse se nos aparece tan natural y tan
primario como la respuesta del órgano sensorial ante el
estímulo que lo impresiona, el espacio y la luz tienden a ser
expresados a través del color, animado con toda la
fuerza de su
irracionalidad. Lo cierto es que el color produce una especie de
liberación cuando sus combinaciones coinciden con oscuras
y fundamentales necesidades perceptivas.
Nacionalidad: Francia
Le Cateau (1869) – Niza (1954)
Estilo: Fauvismo
Los primeros pasos del gran maestro del fauvismo
francés no tuvieron como objetivo el
arte sino el
Derecho, estudiando la carrera y ejerciendo de pasante de abogado
en Saint-Quentin. A los 21 años se despertó su
vocación artística tras leer un tratado de Goupil,
estudiando primero en la Academia Julien de París y
después en la Escuela de
Bellas Artes a
las órdenes de Gustave Moreau. En estos años
finales del siglo XIX se inicia su intensa relación con
Rouault y Marquet. Sus frecuentes visitas al Louvre por
indicación de su maestro provocarán sus inicios
tradicionales hasta que contactó con Pissarro,
evolucionando hacia el Impresionismo,
realizando numerosos paisajes. El divisionismo y Cézanne
también influirán en estos momentos iniciales. Pero
será el fauvismo el estilo que marque definitivamente sus
trabajos, caracterizados por la simplificación del natural
debido a la supresión de detalles, otorgando enorme
importancia al color, que protagoniza la mayor parte de sus
obras.
El Salón de Otoño de 1905 que se
celebró en París se vio sacudido por un terremoto
de luz y color: una de sus salas se reservó para un
grupo
encabezado por Matisse, Derain y Vlaminck. Los lienzos que
presentaron ostentaban, orgullosos, gamas cromáticas
estridentes y agresivas, hasta tal punto que de allí
salieron como el grupo de los Fauves, que en francés
significa "las fieras". Nunca estuvieron muy cohesionados como
grupo, puesto que jamás siguieron unos postulados
determinados, ni realizaron un manifiesto programático.
Las similitudes formales y la intención rompedora fue lo
que les agrupó, efímeramente. Sus temas eran
más afines al naïf de Rousseau que a
los expresionistas, con los cuales se compenetraban perfectamente
en el aspecto formal. Sus temas son inocuos, bucólicos,
retratos, interiores, visiones idílicas del hombre en la
naturaleza, paisajes hermosos… Su realización es muy
colorida y atrevida: es una explosión de colores violentos
y arbitrarios, en disonancia deliberadamente calculada. Tratan de
transmitir una reacción emotiva del pintor ante el tema
elegido. No buscan la representación naturalista, sino
realzar el valor del
color en sí mismo. Las figuras resultan planas, lineales,
encerradas en gruesas líneas de contorno, lo que les
aproxima a la estética Art Nouveau. El fauve más
destacado fue Matisse, que se caracteriza por su sencillez casi
infantil. Desprecia la perspectiva y el modelado en favor de las
tintas planas, y su decorativismo resulta bárbaro en su
osadía. La espontaneidad calculada de su pintura busca la
conexión inmediata con el espectador, para transmitirle la
emoción anímica del artista cuando realizó
la obra. El hecho de no haberse definido como grupo dotó
de una vida efímera al movimiento
fauve, que en 1908 se disuelve, siguiendo cada uno de sus
miembros caminos divergentes.
Autorretrato 1918
Matisse descendía de una familia de
comerciantes de cereales. Empezó a pintar en 1890,
año en que abandona sus estudios de jurisprudencia. En París se inscribe en la
Academia Julien y luego en la Academia de Bellas Artes dirigida
por Moreau, que proponía que no se copiaran las obras de
modo mimético. En el Louvre frecuentó a los grandes
maestros, e incluso llegó a copiar sus cuadros. Pronto
puso en tela de juicio la noción de estricta
imitación de la realidad. Matisse apuesta por la esencia y
no tanto por la apariencia de realidad fotográfica.
Para él el color es el que
da entidad a la pintura, el color puede desempeñar el
papel de dibujo, de
perspectiva, de sombra de volumen… .
Observa que la vida es color y lo plasma en su pintura. La
supresión de sombras y su sustitución por colores
puros hace que la pintura brille más que nunca. Matisse
dibuja con el color y lo distribuye en el espacio de modo que
éste quede sugerido sin que se produzcan las deformaciones
de la perspectiva.
El arte de Matisse es amable, de
gran luminosidad, apacible, pero no por ello ingenuo, sino de
gran virtuosismo e inteligencia.
Sus ventanas se abren al silencio, y la luminosidad no provoca
sombras, ni degradaciones, sino que se mantiene en un estado de
plenitud y de serenidad que oculta el esfuerzo realizado. En sus
obras vuelca la alegría de la meditación, exenta de
inquietudes. Su obra es un resultado de orden,
imaginación, disciplina y
libertad.
Propone un arte calmado que reconforte al hombre fatigado, que lo
serene. Su espíritu domina sobre la obra. Su arte es un
camino hacia la profundidad de sí mismo, llegados a esta
meta, descubrimos el silencio.
Matisse trabaja a base de amplias
áreas de color, mostrándose con ello heredero de
Gauguin. La pintura se hace presente a través del grumo y
del empaste, sentimos la pintura como materia. La
mancha plana de color provoca en nosotros un valor plástico y
figurativo. Matisse construye sobre el color.
SU ARTE COMO ESPIRITU
EXTERIOR
En torno a 1908-1909
Matisse publica cartas en las que
habla de lo que él entiende por "arte". He aquí
algunos de los fragmentos reveladores que salieron de sus propios
labios: "El pintor ya no necesita preocuparse de detalles
insignificantes, para ello está la fotografía
que lo hace mejor y más rápido.., la pintura es
para representar visiones interiores…, ver ya es en
sí un acto creador, requiere un esfuerzo, todo lo que
vemos se deforma por nuestras costumbres occidentales… hay dos
maneras de expresar las cosas: señalarse brutalmente y
otra evocarlas con arte, se evoca lo que la mirada produjo en
nosotros como acto que requiere trabajo…, el
pintor debe tener simplicidad de espíritu…".
La Naturaleza la entiende
como principio generador. "Con los colores se pueden
conseguir efectos encantadores… basta que se junten o se
alejen…". En él prima el instinto. La pintura
cambia de estado con lo sensorial, se produce una metamorfosis.
"La palabra Impresionismo no puede mantenerse para pintores
nuevos que entienden la primera impresión como
engañadora". "El Neoimpresionismo señaló el
primer intento de ordenar los elementos del Impresionismo, el
Fauvismo quebrantó la tiranía del Divisionismo…,
yo alcancé el alarde luminoso. Lo que trato de lograr ante
todo es la expresión… . Mi sueño es un arte lleno
de equilibrio,
pureza, reposo, sin temas inquietantes, de alivio a lo
intelectual…".
Lujo,
calma, voluptuosidad, 1904, óleo sobre lienzo, 98´5 x 118´5
cm
Lujo,
calma, voluptuosidad 1907, óleo sobre lienzo, 207 x 137 cm
La raya verde, 1905, óleo sobre lienzo, 60 x 41 cm
Cortina amarilla, 1914-1915, óleo sobre lienzo, 146 x 97 cm
Peces rojos, 1911, óleo sobre lienzo, 140 x 98 cm
Odalisca,
armonía en rojo, 1926, óleo sobre lienzo, 38 x 55 cm
Desnudo sobre almohadón azul,
óleo sobre lienzo
Argelina, 1909,
óleo sobre lienzo, 80 x 65 cm
Lorete con
turbante blanco, 1916,
óleo sobre lienzo
1887 y 1888
Cursa estudios de jurisprudencia entre, en la Universidad de
París, que se ven interrumpidos por una larga y grave
enfermedad que le retiene en cama hacia 1890. Durante su
convalecencia empieza a pintar y en 1981, ya recuperado,
vence la oposición de sus padres y abandona la carrera de
leyes para
entrar en la Escuela Julián, donde estudia bajo la
dirección de Bouguereau.
1892
Entra en el Estudio de Gustav Moreau, en la Escuela de
Bellas Artes, donde cursa estudios de pintura durante cinco
años. Es allí donde conoce a Rouault y a
Manguin.Asiste también a los cursos nocturnos de la
Escuela de Artes Decorativas donde entabla amistad con
Marquet.
1896-97
Su primera exposición
data en el Salón de la Sociedad
Nacional. Ese mismo verano conoce a Rodin y Pisarro y se interesa
por la pintura impresionista.
1898
Viaja a Londres, animado por Pissarro, donde descubre la
obra de Turner; también visita Córcega y Toulousse.
Las obras producidas durante estos viajes son las
conocidas como protofauvistas, por la riqueza de su colorido y el
grueso empaste; son fundamentalmente paisajes. De vuelta en
París, asiste durante algunos meses a las clases de
Carrière, en cuyo taller conoce a Derain y a Puy. Descubre
en estos momentos a Cézanne (le compra a Vollard las Tres
Bañistas).
1901
Se inicia en la escultura siguiendo las
enseñanzas de Rodin. Expone en el Salón de los
Independientes y conoce a Vlaminck. Reconoce que la obra de
Vlaminck y Derain es cercana a la suya y en 1903 participa en el
Salón de Otoño junto a Camoin, Derain y Manguin; en
1904 pinta Lujo, calma y voluptuosidad, que será adquirido
por Signac, donde muestra su
interés
por las teorías
y técnicas del divisionismo, que muy pronto
abandonaría en favor de la exaltación del color y
el sentimiento propios del fauvismo.
1905
Año de la presentación de una nueva
tendencia que el crítico Vauxcelles bautizaría como
Fauve, es decir, fieras, en el Salón de Otoño. Los
Stein adquieren en ese momento la obra Mujer con
Sombrero. Su obra Retrato de la Sra. Matisse, causa, a pesar de
sus reducidas dimensiones, un gran impacto en el Salón
debido a la sabia saturación de los colores chillones;
"…pocos cuadros fauvistas están tan completamente
sustentados tan solo por el color como este…" (Jacobus);
Matisse utiliza aquí el color en todas sus posibilidades
expresivas.
1906
Expone de nuevo con el grupo de los Fauves (Manguin,
Marquet, Puy, Derain, Van Dongen, Rouault) en el Salón de
Otoño y realiza su primer viaje a Africa, donde le
impresionan los trabajos de arte popular, sobre todo los tejidos y las
cerámicas. Pinta Naturaleza muerta con tapete rojo. En
1907, por medio de Gertrud Stein, conoce a Picasso y
realiza su primer viaje a Italia.
1908
Ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas
más jóvenes, abre una academia que sólo
mantendría hasta 1911 y realiza su primera
exposición individual en Nueva York, en la galería
de Alfred Stieglitz. En 1908 pinta su famosa obra Armonía
en Rojo, una escena de interior con naturaleza muerta, figura y
paisaje visto a través de la ventana, donde Matisse trata
de dar a este tema la grandiosidad que normalmente sólo se
reservaba a los desnudos; el interior está decorado con un
arabesco que se refleja en las formas del paisaje en el fondo,
que se presenta como un preludio de los que más tarde
realizaría en Africa.
1909
Recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo para
pintar dos grandes paneles La Danza y La
Música; la
primera "…puede ser interpretada como una demostración
anticubista de como las figuras pueden unirse a través del
arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo
abstracto;… las fuentes de
este mural son variadas, desde las figuras de los vasos griegos a
las imágenes
greco-romanas de las Tres Gracias…" (Carrá).
1911
Viaja a Moscú para instalar los paneles en casa
de Schukin y conoce los iconos y las artes decorativas
bizantinas, que pasarán a ser un elemento esencial en su
repertorio estilístico; son claro ejemplo de ello El
Estudio Rojo, "…donde la simplicidad del colorido sigue siendo
uno de los grandes logros del arte contemporáneo, incluso
tras los logros de artistas como Barnett Newman y Mark Rothko…"
(Jacobus), la superficie del cuadro es mate y plana y representa
el estudio del artista, esta vez sin el artista y sin modelo,
solamente con cuadros y algunos otros objetos.
1913
Participa con varias obras en el Armory Show neoyorquino
y en la Secesión berlinesa. El estallido de la guerra provoca
el traslado de él y su familia (se había casado en
1898 con Amélie Parayre con quien tenía dos hijos)
a Collioure donde conoce a Juan Gris.
1916
Pasa el invierno en Niza por primera vez; la placidez y
el lujo de la Costa Azul, resultan ser muy de su agrado y decide
pasar allí la mayor parte del tiempo. "…Me
parece estar en un paraíso que no tenemos derecho a
analizar…" . Comienza en su obra una etapa de intimismo, con
interiores, desnudos, odaliscas y naturalezas muertas como temas
predominantes.
1925
Realiza un nuevo viaje a Italia y su estilo se hace mas
robusto, como muestra Figura Decorativa, considerada la obra
culmen de la preocupación de Matisse por el desnudo en un
decorado oriental; la figura se presenta esquemática y
monumental.
Empieza a alcanzar un éxito
evidente (en 1927 obtiene el premio del Carnegie
International de Pittsburg y vende prácticamente todo en
la exposición de Dudensing Gallery en Nueva
York).
Datan de estos años Odalisca con pantalones
grises, donde retoma la temática orientalista en el
estudio de París, fuera del lugar de origen, lo que pone
de manifiesto su capacidad para crear en su estudio un
"…paraíso artificial…" una perpetua invitación
al viaje… (Jacobus).
1929 / 1933
Se le organizan exposiciones retrospectivas en
Berlín, Basilea, Nueva York y París. Recibe el
encargo del coleccionista americano Barnes para su
fundación en Merion, Pennsylvania. Estos murales retoman
el tema de la danza, en un esquematismo que se adapta
perfectamente a su función
decorativa, en "…una sensación armónica, viva y
movida, de arquitectura y
pintura…" (Matisse).
1940
Tras la derrota francesa, Matisse piensa en emigrar a
Brasil, pero
finalmente retorna a Niza; en 1941 sufre una grave
enfermedad intestinal; tras su recuperación retoma
el trabajo con
fuerzas.
1944
Su mujer es arrestada y su hija deportada, Matisse se
vuelca en el trabajo. Al finalizar la guerra, expone con Picasso
en el Victoria and Albert Museum de Londres, seguida de una gran
retrospectiva en el Salon de Otoño de
París.
1948 / 1950
Trabaja en la decoración de la Capilla del
Rosario de Vence (donde residía desde 1944). Se publica
Jazz, una colección de reproducciones de los famosos
papiers découpés (papeles recortados),
acompañados de un texto
poético del propio Matisse. La obra más ambiciosa
hecha con papeles recortados es La Piscina de 1952, donde las
figuras estan distorsionadas para crear el efecto de hallarse
bajo el
agua.
1949
Vuelve a Niza y se organiza en el Museo de Lucerna su
primera gran exposición antológica con más
de trescientas obras. En los últimos años de su
vida, los reconocimientos a su trabajo se suceden con la
concesión del premio de la Bienal de Venecia (1950), la
retrospectiva del Museo Nacional de Tokio (1951), la apertura de
un museo dedicado a su obra en su ciudad natal y la individual en
el Museo de Arte de San Francisco (1952).
Muere el 3 de Noviembre de 1954 en Niza a la edad
de ochenta y cinco años.
Su búsqueda se dirigía quizá hacia
lo simple, hacia lo simple o primero, hacia una especie de piedra
filosofal de la pintura. La luz misma llega a ser un acorde entre
las superficies intensamente coloreadas. De tal modo se expresa
en la pintura de Matisse una de las formas del vitalismo
artístico. Por el color, la pintura es vida, respuesta
vital, y no interpretación o comentario de la vida, y,
por amplio que sea el registro de sus
motivaciones posibles, sin esta condición, que la acerca a
la música, es decir, al fondo primigenio de las artes,
tiende a aproximarse a la menos artística de ellas, a la
literatura.
"La Raya Verde" 1905
Museo Statens, Copenhagen –
Dinamarca
En el Salón de Otoño de
1905 los cuadros de Matisse, fueron expuestos, uno de ellos la
Raya Verde o también conocido como la Madame Matisse.
Madame Matisse aparece tocada con un elegante sombrero, girada en
tres cuartos y dirigiendo su profunda mirada hacia el espectador.
El intenso colorido se convierte en el protagonista, aplicado con
largas y empastadas pinceladas que recuerdan al impresionismo.
Los colores son arbitrarios, rompiendo con la estructura
habitual del color, siguiendo a Cèzanne. Así, en el
rostro de la dama apreciamos toques de color lila, verde, azul o
amarillo. El resultado es una obra cargada de elegancia e
intensidad, en la que el espectador disfruta de la estridencia
tonal que identifica el estilo fauvista, y especialmente de
Matisse. En su cara traza una bisectriz de color verde dividiendo
el cuadro en dos mitades. Su lado derecho repite el color verde
que la divide, mientras que el izquierdo repite los tonos de su
vestido. Esta Línea actúa como una sombra divisora
artificial formando un lado más claro y otro mas oscuro,
en términos cromáticos un lado mas fresco y uno mas
caliente. La Luz natural esta dirigida directo a los colores y
las gruesas pinceladas le dan una imagen
dramática.
PINTURA # 2
La Odalisca, 1921, Centro Georges Pompideu,
Paris.
La delicia de la odalisca se basa en su naturalidad;
mujer llenita, ni muy perfecta, ni muy delgada. Existe un
triangulo de luces que a simple vista no es notorio, que sugieren
provenir de una ventana natural, así como dos vetas de luz
en la frente y en la punta de la nariz. Una tímida
ceja se deja entrever tras la sombra del brazo que
la cubre. La otra delineada, aparece magnífica e incita a
seguirla cual camino sagrado. La realidad del trazo se pierde en
la semejanza con la fotografía, y la sombra alrededor del
cuello es testigo que refleja la perfección que se deja
adivinar entre el juego de conformaciones anatómicas que
se izan hacia la parte superior del cuadro
Los ojos, un tanto virginales de la
odalisca, cubiertos por el manto atemperado de sus cejas, se
parecen a las madrugadas de las luciérnagas de abril, se
ensombrecen tras un vómito de
pinceladas y luego, se destilan al alba, como si
fueran parte del beso de los amantes en horas prohibidas. El
color de sus labios, en este caso es tan fuerte, que se
lleva la luz intencionalmente colocada para tratar de opacar
tales carnosidades de fuego. El deseo de los labios – El lip
inferior sensualmente de más grosor- es inversamente
proporcional a la mirada y las mejillas sonrosadas así lo
delatan. Empapadas en histamina claman por una caricia de lo que
sea y con lo que sea. Los hombros de la odalisca parecen
invitar al espectador a cubrirse de ellos de una manera
salvadora, como si fuera el único elemento a
aferrarse
El rojo calidísimo en las posaderas es
suficiente, para imaginar la temperatura
que el pintor quería expresar de las delanteras de la
odalisca, las que se aprecian parcialmente pero satisfaciendo
totalmente los requerimientos eróticos de su tiempo. El
blanco sobre un diestro y tibio muslo también alcanza a
cubrir "infielmente" al pubis en su porción izquierda,
avizorando que con anterioridad, ya ha estado más
destapadito. El azul tras la espalda y sostenido por la mano
derecha, indica el velo que al descubrir el pecho, traduce la
independencia
que siguió a la toma de la bastilla. Los pies, de
ésta odalisca, no merecen descripción. Realmente, parecen perfectos,
ustedes analicen, y si no les parece: pues se reciben comentarios
a esta columna. Proporción pedestre, color, textura y casi
suavidad invitan a ciertas mórbidas caricias que no vienen
al caso, o si vienen, los distraería.
Unos dicen que Henri, murió de mal de amores,
otros que se cortó todos los dedos (de ambas manos) al
finalizar "L'odalisque" como sentimiento de culpa al no percibir
la perfección de su amada, aludiendo que era el colmo que
la pintura no le hablara.
Internet
www.palabrasmalditas.net/portada/content/view/113/34/
http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/arte_sXX/vanguardias1/fauvismo_matisse.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Matisse
http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/matisse/green-stripe/
http://www.abcgallery.com/M/matisse/matisse-4.html
http://www.musee-matisse-nice.org/
Enciclopedias.
Tomás Cafici
Carolina Benvenutti
Lorena Coughlan