(Neo) modernidad. Una aproximación o una denuncia para una nueva teoría crítica
- Comencemos recordando otra
visión - Deslinde Modernidad /
Posmodernidad - (NEO)
Modernidad - Conclusiones
- Proyecciones
- Bibliografía
Se ha hablado de Modernidad Tardía,
Tardomodernidad y / o Posmodernidad,
e incluso de Neomodernidad, siguiendo a J. Habermas; pero en
síntesis diremos:"por boca de éste,
por ejemplo, que el proyecto moderno
no se ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para que,
dentro de las limitaciones correspondientes y sin soberbia, se
puedan mantener parte de sus postulados los que
permitirán, si se desarrollan, mejorar las condiciones de
existencia del hombre en el
mundo. Así, el proyecto moderno no estaría caduco,
sino que tendría que ser repensado y limitado, omitiendo
excesos. Por cierto, que se ha desarrollado con mayor fuerza y,
coincidentemente, también, después que se ha
creído agotado el tema del /a/ Modern /ismo/ /dad/ y
especialmente en Américalatina. Pues bien, pensamos que no
es así, sino todo lo contrario, que es a partir de los
mismos modernistas que hoy podemos excavar la modernidad en
nuestra América. Por lo tanto este proyecto crítico
desarrollará la idea de que e/la MODERN /ISMO/ DAD/, ha
servido de motor para la
MODERNIDADhoy, es decir, ha desarrollado una tradición y
evolución progresiva, a pesar de sus
limitaciones, tales como la diferenciación que se hace
entre modernidad y modernización, entre otros, o sea,
histórica que tiene que ver con el avance
socioeconómico más que todo, y que subyace en el
concepto/
ideología de la postmodernidad/
globalización.
2. Comencemos
recordando otra visión.
Comencemos recordando otra visión; la que desde
el /des/ /en/ cubrimiento ha existido, además, de
afinidades y limitaciones… "se encuentran paralelismos,
correlaciones precisas entre las sucesivas promociones de
pensadores de la independencia
(…) la razón radical y concluyente (…) estaría
en una unidad histórica que ellas constribuyen a hacer y
probar. (…) Sólo añadiríamos que los une,
más allá de los términos propuestos por Gaos
("pensamiento de
la decadencia" para los españoles, "pensamiento de
independencia" para los americanos), el subdesarrollo.
Por consiguiente la llamada Posmodernidad no
sería tal, "más bien le dice a la gente que hay
caos en la realidad (…) y dislocación a nivel personal, y que
nada se puede hacer frente a esto". Y por otra parte se afirma
que la crisis es en
realidad a partir del "realismo
capitalista", por llamarle de alguna manera; y especialmente en
nuestros pueblos en que el capitalismo no
es de otra manera, más que tardío.
En efecto, en argumentos de Jameson, leemos que: "si
incluso todos los rasgos constitutivos del posmodernismo fueran
idénticos a los de un modernismo de
más vieja data, y su continuación (…) los
dos fenómenos – modernidad y postmodernidad-
seguirían siendo distintos en lo relativo a significado y
función
social, debido a la ubicación diferente del posmodernismo
en el sistema
económico del capitalismo tardío e incluso
más, a la transformación de la propia esfera de la
cultura en la
sociedad
contemporánea".
Cierto es que esta realidad, no sólo es una
dislocación personal y social que va desde la
fragmentación "ficcionalizada" hasta la
"esquizofrenización" " fabulada" en el sujeto: regulador
de su propia transparencia, que se estrella contra una realidad
en crisis, sino que suscita más problemas que
los que soluciona, pero no como una sola imagen, como una
"realidad única", sino como un continuum que no se
"sujetiza" en la autodestrucción, sino que es parte
–el sujeto- de la crisis radicalizada ( de fin de siglo o
comienzo de milenio), pues como señala Touraine, es "un
sejeto-en-el-mundo que se siente responsable de sí mismo y
de la sociedad". Además, "tenemos que dar nombre al
sistema", que dicho sea de paso, puede "dramatizar la
problemática de manera tan efectiva y económica",
según Jameson, para poder
"identificar" el período que se vive desde los 60s, por lo
tanto, el mundo no sólo es un ‘eslogan’:
"posmodernismo", sino que "el mundo verdadero es una
fábula" y por consiguiente la ficcionalización
alcanza a todas las realidades y de esta manera se cruzan, en una
"transparencia" múltiple de imágenes,
pues "en último término, el mundo verdadero
ya
es una fábula; ya no podemos llegar a la realidad
misma. La realidad ya no es más algo simple que se esconde
detrás de imágenes; es, más bien, la
intersección de una multiplicidad de
imágenes".
De tal manera que luego de reconocer estas vicisitudes,
surgen preguntas, tales como: ¿Es una crisis la que se
vive o es una era distinta, una nueva sociedad? Y si es
así ¿Se vive una modernidad o una posmodernidad?
Ahora, si es una crisis ¿No es acaso una crisis de fin de
siglo o comienzos de milenio a la vez y por ello la
sensación de posmodernidad y por esto también una
modernidad tardía? O ¿Acaso una modernidad que vive
un tiempo
distinto, un neo tiempo, una NEOMODERNIDAD?
3. Deslinde
Modernidad / Posmodernidad.
En consecuencia, desde estas interrogantes enfocaremos
este trabajo, vale
decir, desde la perspectiva del deslinde: Modernidad/
Postmodernidad, produciendo de esta manera un nuevo ver, la
(NEO)MODERNIDAD, pero no como una mera
repetición o reiteración del Modernismo
clásico, sino como una reescritura y reelaboración
en un nuevo modo de vivir.
Debemos recordar aquí a Ricardo Gullón,
quién nos dice y aclara en El Modernismo Visto Por
Los Modernistas, en el acápite: El Modernismo como
Época:
Que desde Juan Ramón
Jiménez y Federico de Onís(…), escribían,
sobre todo el primero desde dentro y desde fuera a la vez,
quedó establecido como algo más que mera
posibilidad de hecho del modernismo como época y actitud, y no
como escuela,
según luego pretendieron imponer el imaginismo, el
ultraismo o el surrealismo.
Agrega además – acaso fue Ramón
Jiménez el primero en destacar la universalidad del
movimiento –
"el error de considerar el modernismo como una cuestión
poética y no como lo fue y sigue siendo: un
movimiento jeneral, teológico, científico y
literario"- y en relacionarlo con hechos que
trascendían el ámbito de la literatura y el arte: tendencias
exóticas e indigenistas, esotéricas y ocultistas,
la puesta al día de la doctrina por teólogos
católicos, protestantes y judíos.(…) Que los modernistas miraban
más allá de su mundo idiomático, luchando
por integrarse en un contexto cultural superador del configurado
por la tradición.
Además debemos hacernos eco de la voz de Martí,
pues al darse cuenta de que aquel tiempo había cambiado,
es decir, era más una realidad con un enfoque funcional y
no uno identitario, o sea: "todo es expansión, comunicación, florescencia, contagio,
esparcimiento. El
periódico desflora las ideas grandiosas. Las ideas no
hacen familia en la
mente, como antes, ni casa, ni larga vida. Nacen a caballo,
montadas en relámpago, con alas. No crecen en una mente
sola, sino por el comercio de
todas".
Se nos hace necesario, entonces, citar a
Fernández Retamar, quién, mencionando a Octavio Paz,
dice que "el amor a la
modernidad no es el culto a la moda: es voluntad
de participación en una plenitud histórica hasta
entonces negada a los hispanoamericanos".
En otro ámbito señala que el pensamiento
va a expresarse antes en Hispanoamérica que en España
porque en aquella, la realidad estaba menos enmascarada; y tanto
en una como en otra, conocerá primero una ilusión
de modernidad por la vía del contagio, para ir a parar
luego a la certidumbre de que somos otra cosa, y a adquirir una
aprehensión más clara de nuestro propio
ser.
Por lo tanto, la supuesta "posmodernidad" en
Américalatina no es tan reciente, sino que nace con el
nuevo hombre, el renacentista (encontrador, descubridor,
encubridor) y con el natural de estas tierras (hallado,
descubierto, encubierto). De tal manera que, el hombre nuevo,
performativo, se encuentra en un momento dado de su historia personal y social,
respondiendo con un ojo y un oído
nuevo, tanto como extranjero, tanto como natural, pues ambos
hombres ven un nuevo ver, pero con la diferencia que aquel
"winka" quiere superarlo todo, en cambio el
natural, quiere ser capaz de fundar su propio tiempo y por ende
no da tanta importancia a las palabras, sino que a las ideas y
por ello la lentitud (aparente en los movimientos sociales o
ideológicos – sólo aparente, pues
piénsese en el proyecto ideológico socialista en
Chile, que quiso imponerse como una realidad "fundante" y por
ello muy novedoso en Américalatina, además de
peligroso para aquellos que sólo querían y quieren
la modernización, sin lograr desarrollarse en el tiempo
por esto mismo.) Debemos recurrir aquí a otra voz prestada
del Modernismo que ya en aquella época nos
advertía…:
¡Vicio nuestro este de fijarnos más en
las palabras que en las ideas, enterándonos a medias de
las cosas!
Luego; "la modernidad pasa por una crisis y que a partir
de ella ha surgido un nuevo modo de sentir, una manera particular
de vivir el mundo".
Pues bien, con este nuevo modo de sentir o
particular de vivir el mundo se inicia en el hombre
llegado como el hallado. Se funden luego en una búsqueda
con notorias afinidades de fondo y forma, que situarían al
hombre en un nuevo esfuerzo, es decir, asimilación y
acomodación de un nuevo tiempo, decadente frente al que
vivía y por tal razón busca las "causas y los
remedios", como diría Fernández Retamar con la voz
de Gaos: "Buscar las causas y los remedios de la decadencia
nacional, resolver los problemas de la constitución y reconstitución de la
patria son operaciones del
mismo sentido: de política en la amplia
acepción etimológica del término, que lo
refiere a la comunidad
cultural en todos los sectores de la cultura".
Entonces, "la modernidad nunca es ella misma: siempre es
otra". (Paz, 1987):
La modernidad es una tradición polémica y
que desaloja a la tradición imperante, cualquiera que esta
sea; pero la desaloja sólo para, un instante
después, ceder el sitio a otra tradición que, a su
vez, es otra manifestación momentánea de la
actualidad.
Ahora bien, (NEO)MODERNIDAD es una
expansión progresiva de que el hombre es lo que hace y
debe existir una correspondencia cada vez más estrecha
entre la producción, la
organización y la vida; en otras palabras, un sujeto-
protagonista, un sujeto-en-el-mundo que se siente responsable de
sí mismo y de la sociedad, es decir un sujeto racional,
cuya avanzada, al decir de Taurine, es hacia la abundancia, la
libertad y la
felicidad.
La idea de la modernidad en su forma más
ambiciosa, fue la afirmación de que el hombre es lo que
hace y que, por lo tanto, debe existir una correspondencia
mucho más estrecha entre la producción –
cada vez más eficaz por la ciencia,
tecnología, o la
administración, la organización de la sociedad mediante la
ley y la vida,
animada por el interés,
pero también por la voluntad de liberarse de todas las
coacciones (…)
Es la razón la que anima la ciencia y
sus aplicaciones; es también la que dispone la
adaptación de la vida social y las necesidades
individuales y/o colectivas; y es la razón, finalmente,
la que reemplaza la arbitrariedad y la violencia
por el estado de
derecho y por el mercado. La
humanidad, al obrar según las leyes de la
razón, avanza a la vez hacia la abundancia, la libertad
y la felicidad.
Por ende, podemos pensar que la crisis
(postmoderna) es precisamente lo que se plantea
o replantea el/ la modern /ismo//idad/, ya que no sólo se
caracteriza por lo moderno, sino también por la
heterogeneidad y que viene a ratificar el carácter de crisis, en el sentido de no ser
único, sino también heterogéneo.
Lo moderno – dice Paz – no se caracteriza
únicamente por su novedad, sino por su heterogeneidad.
Tradición heterogénea o de lo heterogéneo,
la modernidad está condenada a la pluralidad: la
antigüa tradición era siempre la misma, la moderna es
siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada
vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La
modernidad es una suerte de autodestrucción
creadora.
Nos permitiremos, citar a Lyotard, para poder referirnos
al posmodernismo que en realidad no lo es sino, más bien,
su reescritura, un estado, en
otras palabras del modernismo.
El postmodernismo… no es el fin del modernismo
sino su estado naciente, y este estado es constante… Lo
postmoderno sería aquello que alega lo impresentable en
lo moderno y en la presentación misma; aquello que se
niega a la consolación de las formas bellas, al consenso
de un gusto que permitiría experimentar en común
la nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por
presentaciones nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer
sentir que hay algo que es impresentable. Un artista, un
escritor posmoderno, están en la situación de un
filósofo: el texto que
escriben, la obra que llevan a cabo, en principio, no
están gobernados por reglas ya establecidas, y no pueden
ser juzgados por medio de un juicio determinante, por la
aplicación de este texto, a esta obra, de
categorías. Estas reglas y estas categorías son
lo que la obra o el texto investigan. El artista y el escritor
trabajan sin reglas y para establecer las reglas de aquello que
habrá sido hecho. De ahí que la obra y el texto
tengan las propiedades de acontecimiento; de ahí
también que lleguen demasiado tarde para su autor, o, lo
que viene a ser lo mismo, que su puesta en obra comience
demasiado pronto. Posmoderno será comprender
según la paradoja del futuro (post) anterior
(modo).
Para algunos, la postmodernidad, ciertamente es porque
se habría terminado la modernidad, ya que su aspecto
esencial, el hecho de ser moderno, habría
terminado.
Por lo tanto, se sostiene que: el término
posmoderno sigue teniendo un sentido, y que este sentido
está ligado al hecho de que la sociedad en que vivimos es
una sociedad de la
comunicación ("mass media"). Para otros la
posmodernidad se deja ver más negativamente, ya que el fin
de la historia está inscrito en sus comienzos, presa del
tiempo, llevando los estigmas que definen, a la vez, al tiempo y
al hombre. El tiempo histórico es un tiempo tenso y
difícil.
Pero también es posible pensar la postmodernidad
como "la fragmentación, la discontinuidad y lo
caótico". O bien "como la superación de la
modernidad". O tal vez "el post de posmoderno indica una
despedida de la modernidad".
Finalmente, podríamos agregar que la
postmodernidad se levanta contra el ideal de la modernidad, el
control total de
la naturaleza y
de la sociedad. Y por otro lado, además, es un
término polisémico, reinvindica la subjetividad; es
también una época nostálgica, nihilista,
pluralista, con paradigmas
en crisis y vive un tiempo instantáneo,
simultáneo, o sea, el presente es la intersección
del pasado y el futuro.
Por cierto podríamos continuar mencionando y
citando acerca del debate de la
modernidad / postmodernidad, sin embargo, ya es suficiente. No
obstante, conceptualmente el postmodernismo es, más bien,
"un campo de fuerza en que tipos muy distintos de impulsos
culturales tienen que abrirse camino".
Entre… Una nueva superficialidad, que encuentra
su prolongación tanto en la "teoría" como en toda
una nueva cultura de la imagen o el simulacro –leemos en
Jameson – , un consecuente debilitamiento de la historicidad,
tanto en nuestra relación con la historia pública,
como en las nuevas formas de nuestra temporalidad privada, cuya
estructura
"esquizofrénica" (según Lacan) determinará
nuevos tipos de relaciones sintácticas o
sintagmáticas en las artes más temporales; un tipo
completamente nuevo de emocionalidad – "intensidades"- cuya mejor
comprensión se logra mediante un retorno a teorías
más antigüas sobre lo sublime.
Por lo tanto podemos adentrarnos en una hipótesis, tal como la que postulamos
aquí, que la posmodernidad no es tal sino la reescritura
como una "nueva nueva", o como diríamos en nombre de Juan
Luis Martínez, una Nueva Novela, un nuevo
decir un nuevo metarrelato, o sea, una
(NEO)MODERNIDAD , en donde lo moderno trasunta,
no sólo la crisis sino especialmente la
modernización para no quedarse en un mero repetir de una
época como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la
reescritura, la reelaboración de la modernidad,
considerando el todo epocal, en otras palabras, la
constelación que hace al hombre actual que no sólo
sea un sujeto universal sino , más bien, uno plural,
ecléctico; y que no solamente sea una actitud, una
ideología, una filosofía, un estilo
o una condición ineludible, sino que más bien, una
denuncia, una reflexión para la comprensión de
nuestra diversidad y para la elaboración de una
crítica de la modernidad desde la dimensión de los
problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una
suerte de autodestrucción creadora", una promesa de
expansión con el impulso a la
desintegración.
Por lo tanto: "la modernidad como promesa de
expansión se toca a veces con el impulso a la
desintegración. Su historia está hecha de masas que
cambian de habitat y de vida, instituciones
que se desmoronan, valores que se
cuestionan y jerarquías que se tornan obsolescentes. Esta
destructuración asusta. Por algo la conciencia
moderna busca síntesis. Pero esta conciencia está,
a su vez, marcada por la tensión entre la búsqueda
y la unidad y la imposibilidad de conciliar pulsiones
encontradas: la voluntad de expansión, por una parte, y
por otra la retracción cada vez que deben enfrentarse las
consecuencias disolventes de la libertad".
Finalmente, diremos con Jameson que: El problema del
posmodernismo – la modalidad en que deben ser distinguidas
sus características fundamentales, si es que existe el
problema en primer lugar, si el concepto mismo posee
alguna utilidad o si es,
por el contrario, una manifestación -, este problema, es a
la vez, político y estético.
Efectivamente, Jameson nos limita los campos:
político y estético, sin embargo, para poder
delimitarlos o deslindarlos propiamente tal, debemos tener muy
claro el plazo histórico en que les debemos enfrentar, es
decir, Modernidad, Tardomodernidad, Postmodrnidad o bien,
simplemente, (NEO)MODERNIDAD, ya que,
además, es menester registrar, aunque de diferentes formas
la institucionalización modernista (dentro del mismo
período): "El cambio desde una posición opositora a
una hegemónica de los clásicos del modernismo, su
conquista de la universidad, los
museos, la red de galerías de
arte y fundaciones, en otras palabras, la asimilación de
los varios modernismos clásicos dentro del "canon" y la
subsiguiente atenuación de todo aquello que otrora,
nuestros abuelos sentían como chocante, escandaloso, feo,
disonante, inmoral y asocial".
Pero, por otra parte, también debemos recordar
que Lyotard propone que el posmodernismo es entendido como una
parte o parcela de una reafirmación del auténtico
modernismo clásico; situación que el
mismo Jameson resalta, y lo hace de la siguiente manera en
el ensayo: Las
Políticas de la teoría. Posiciones
ideológicas en el debate posmodernista:
Jean François Lyotard propone que su propio
compromiso vital a lo novedoso y lo emergente, a una
producción cultural contemporánea o
poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como
"posmoderno" sea entendido como una parte o parcela de una
reafirmación del auténtico modernismo
clásico, en el sentido del espíritu Adorniano. El
giro ingenioso de su propia propuesta implica la
proposición de que algo llamado
‘posmodernismo’ no continúa al
modernismo clásico propiamente dicho, como su producto de
desecho más reciente, sino que lo precede y lo
prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos
que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y
la reinvención, la reaparición triunfante de
algún nuevo modernismo clásico dotado de su viejo
poder y con sangre
fresca.
Es decir: "La visión de un modernismo regenerado,
es en este sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable
de una fe profética en las posibilidades y en la promesa
de una nueva sociedad que estaría emergiendo".
De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo
tiempo y a un nuevo modo de vivir en el mundo, por lo tanto no
basta con replantearnos frente a esta realidad, sino que se hace
necesario un cambio de actitud y un denunciar activo de la crisis
de la modernidad para refundarla "neo-mentemente" y no
sólo reescribirla como cualquier "neo", sino como aquel
tiempo que se adviene re-evolución, no en la
universalidad, no en la identidad
unívoca, sino en la pluralidad de aquella conciencia que
se va adaptando a una nueva sociedad heterógena y
multimédica al servicio de un
nuevo hombre y mujer que viajan
en este mundo, siendo parte de él y en él,
"modernidando" para alcanzar la libertad y la
felicidad.
En definitiva, siguiendo a J. Habermas, el proyecto
moderno no se ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para
que, dentro de las limitaciones correspondientes y sin soberbia,
se puedan mantener parte de sus postulados los que
permitirán, si se desarrollan, mejorar las condiciones de
existencia del hombre en el mundo. Y a Paz: "la modernidad
está condenada a la pluralidad: la antigüa
tradición era siempre la misma, la moderna es siempre
distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que
aparece, funda su propia tradición. (…) La
modernidad es una suerte de autodestrucción
creadora".
1. "El error de considerar el modernismo como una
cuestión poética y no como lo fue y sigue siendo:
un movimiento jeneral, teológico, científico y
literario"- y en relacionarlo con hechos que trascendían
el ámbito de la literatura y el arte: tendencias
exóticas e indigenistas, esotéricas y ocultistas,
la puesta al día de la doctrina por teólogos
católicos, protestantes y judíos.(…) Que los
modernistas miraban más allá de su mundo
idiomático, luchando por integrarse en un contexto
cultural superador del configurado por la
tradición.
2. En la voz de Martí,
el modernismo es: Expansión, comunicación,
florescencia, contagio, esparcimiento. El periódico
desflora las ideas grandiosas. Las ideas no hacen familia en la
mente, como antes, ni casa, ni larga vida. Nacen a caballo,
montadas en relámpago, con alas. No crecen en una mente
sola, sino por el comercio de todas.
3. Lo moderno no se caracteriza únicamente por su
novedad, sino por su heterogeneidad. Tradición
heterogénea o de lo heterogéneo, la modernidad
está condenada a la pluralidad: la antigüa
tradición era siempre la misma, la moderna es siempre
distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que
aparece, funda su propia tradición. (…) La
modernidad es una suerte de autodestrucción
creadora.
4. El postmodernismo… no es el fin del modernismo
sino su estado naciente, y este estado es constante… Lo
postmoderno sería aquello que alega lo impresentable en lo
moderno y en la presentación misma; aquello que se niega a
la consolación de las formas bellas, al consenso de un
gusto que permitiría experimentar en común la
nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por presentaciones
nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer sentir que hay
algo que es impresentable.
5. El mismo Jameson, en el ensayo: Las
Políticas de la teoría. Posiciones
ideológicas en el debate posmodernista, dice:
Jean François Lyotard propone que su propio
compromiso vital a lo novedoso y lo emergente, a una
producción cultural contemporánea o
poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como
"posmoderno" sea entendido como una parte o parcela de una
reafirmación del auténtico modernismo
clásico, en el sentido del espíritu Adorniano. El
giro ingenioso de su propia propuesta implica la
proposición de que algo llamado
‘posmodernismo’ no conticúa al
modernismo clásico propiamente dicho, como su producto
de desecho más reciente, sino que lo precede y lo
prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos
que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y
la reinvención, la reaparición triunfante de
algún nuevo modernismo clásico dotado de su viejo
poder y con sangre fresca.
6. Luego,La visión de un modernismo regenerado,
es en este sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable
de una fe profética en las posibilidades y en la promesa
de una nueva sociedad que estaría emergiendo.
7. Postulamos entonces, que la posmodernidad no es tal,
sino que es la reescritura como una "nueva nueva", o como
diríamos en nombre de Juan Luis Martínez, una Nueva
Novela, un nuevo decir, un nuevo metarrelato, o sea, una
(NEO)MODERNIDAD , en donde lo moderno trasunta,
no sólo la crisis sino especialmente la
modernización para no quedarse en un mero repetir de una
época como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la
reescritura, la reelaboración de la modernidad,
considerando el todo epocal actual, en otras palabras, la
constelación que hace al hombre actual que no sólo
sea un sujeto universal sino , más bien, uno plural,
ecléctico; y que no solamente sea una actitud, una
ideología, una filosofía, un estilo o una
condición ineludible, sino que más bien, una
denuncia, una reflexión para la comprensión de
nuestra diversidad y para la elaboración de una
crítica de la modernidad desde la dimensión de los
problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una
suerte de autodestrucción creadora", una promesa de
expansión con el impulso a la
desintegración.
8. (NEO)MODERNIDAD es una
expansión progresiva de que el hombre es lo que hace y
debe existir una correspondencia cada vez más estrecha
entre la producción, la organización y la vida; en
otras palabras, un sujeto- protagonista, un sujeto-en-el-mundo
que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad, es
decir un sujeto racional, cuya avanzada es hacia la abundancia,
la libertad y la felicidad.
De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo
tiempo y a un nuevo modo de vivir en/el mundo, por lo tanto no
basta con replantearnos frente a esta realidad, sino que se hace
necesario un cambio de actitud y un denunciar activo de la crisis
de la modernidad para refundarla "neo-mentemente" y no
sólo reescribirla como cualquier "neo", sino como aquel
tiempo que se adviene re-evolución, no en la
universalidad, no en la identidad unívoca, sino en la
pluralidad de aquella conciencia que se va adaptando a una nueva
sociedad heterógena y multimediática al servicio de
un nuevo hombre y mujer que viajan en este mundo, siendo parte de
él y en él, "modernidando" para alcanzar la
libertad y la felicidad.
- Fernández Retamar, Roberto. Para una
teoría de la literatura hispanoamericana. Editorial.
Nuestro Tiempo. 3ª edición. 1981. - François Lyotard, Jean. La Condición
Posmoderna. Editorial Cátedra. 1981. - Gullón, Ricardo. El Modernismo visto por los
Modernistas. El Modernismo como época. Editorial.
Guadarrama. Barcelona. - Hopenhayn, Martín. Después del
Nihilismo. Editorial. Andrés
Bello. Santiago de Chile. 1997. - Jameson, Frederich Ensayos sobre el
posmodernismo .Ediciones. Imago Mundi. 1ª
edición. En español. Argentina. - Larraín, Jorge. Modernidad, Razón e
Identidad en América Latina. Editorial.
Andrés Bello. Santiago de Chile. 1996. - Paz, Octavio. Los Hijos del Limo. F.C.E.
Méx. 1987. - Roa, Armando. Modernidad y Postmodernidad.
Editorial. Andrés Bello. - Taurine, Alain. Crítica a la
Modernidad. - Apuntes (en oposición) del Curso de
Teoría Crítica Latinoamericana, dictado por el
Profesor
Grínor Rojo. Universidad de Chile. Facultad de
Filosofía y Humanidades. Doctorado en Literatura Chilena
e Hispanoamericana. II semestre. 2002. - Distintos apuntes bajados de internet:
Modernidad. Tardomedernidad. Postmodernidad.
JORGE ROSAS
GODOY
UNIVERSIDAD DE CHILE.
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES.
ESCUELA DE POSTGRADO.
DOCTORANDO EN LITERATURA CHILENA E
HISPANOAMERICANA.