El papel de la Universidad en el proceso de formación para la Economía social y el Cooperativismo
- Resumen
- El encargo social de las
universidades. Características de las universidades del
siglo XXI - Retos de las universidades ante
las tendencias mundiales actuales - Formación para una
economía social - Objetivo general de la
educación cooperativa - Problemas presentes en la
consolidación y desarrollo de los procesos formativos
para la economía social y la educación
cooperativa - Vertientes de formación
para la economía social y el
cooperativismo - ¿Cómo la Universidad
debe responder al proceso de formación para la
economía social y el cooperativismo? - Estrategia para el desarrollo de
la formación para una economía social y el
cooperativismo desde la Universidad - Conclusiones
A las puertas del siglo XXI, en medio de un mundo
globalizado la universidad como institución social que
tiene la misión de
transformar la sociedad
buscando el bien de la humanidad y su desarrollo
sostenible, a través de la formación de
profesionales, la investigación científica y la
extensión, tiene el reto social de buscar alternativas que
contribuyan a propiciar cambios socio económicos,
perfeccionar la
organización social y lograr una mejor
adaptación a los cambios que se avecinan.
Este trabajo tiene
como propósito enmarcar el papel de la universidad desde
sus distintos procesos en la
proyección de un proceso de formación para la
economía solidaria y el cooperativismo
como alternativas económicas a la aplicación de
políticas neoliberales, a partir de una
conceptualización de este particular proceso formativo y
una propuesta de acciones y
programas, que
enmarcados en las funciones de las
universidades, se pueden desarrollar, formando parte de un
proyecto
nacional e internacional de desarrollo
humano sostenible, teniendo en cuenta que la universidad con
fundamento social es el lugar donde debe florecer la más
clara conciencia de la
época.
PALABRAS CLAVES: Universidad, Cooperativismo,
Economía social, Educación Cooperativa.
EL ENCARGO SOCIAL
DE LAS UNIVERSIDADES. CARACTERÍSTICAS DE LAS UNIVERSIDADES
DEL SIGLO XXI.
Las Instituciones
de la Educación
Superior son Instituciones Sociales que tienen la función de
mantener, desarrollar y preservar la cultura de la
sociedad, que sin ser la única que lleva a cabo esa labor,
si es la fundamental.
Para preservar o mantener la cultura, la sociedad
necesita formar ciudadanos que como trabajadores se apropien de
esa cultura y la apliquen, que además la enriquezcan
mediante la creación y la promuevan.
De ahí se concluye que es un sistema de
procesos con características propias que satisfacen el
encargo social de mantener, desarrollar y promover
cultura.
El encargo social surge de las necesidades de desarrollo de
la sociedad donde la institución de la Educación Superior
da respuesta, desde los procesos que en ella se desarrollan:
Docencia,
Investigación y
Extensión.
En estas Instituciones están integradas al
quehacer social y deben influir decisivamente en todos los
cambios de acción
de la sociedad, es decir, en la producción, los servicios,
incluyendo el arte, los
deportes, entre
otros, además de que se deben ocupar de la
formación y superación permanente de los cuadros de
dirección de la sociedad, así como
los procesos de investigación y creativos en general.
Todos esos procesos con una marcada orientación de
extensión, es decir, de influir decisivamente en el
progreso de la sociedad, la que la formó y a la cual se
debe.
Los procesos universitarios se convierten en la
vía más eficiente y sistemática que la
sociedad contemporánea escoge para la conservación,
desarrollo y promoción de la cultura.
Al definir el encargo social de una Institución
educativa se debe:
- Hacer un análisis del contexto social nacional,
internacional y local desde el punto de vista económico-
social, cultural, demográfico y
administrativo. - Definir uno o varios objetos de transformación
de ese contexto que determinará la misión de la
Institución. - Estructurar los objetivos en
términos de cambio de
cada uno de los procesos de docencia, extensión e
investigación definiendo también el encargo de
cada uno de los procesos. - Determinar la visión de la Institución
a partir de estos objetivos. - Rediseñar las estructuras
institucionales.
Estos enfoques deben tener en cuenta los problemas
presentes en las instituciones de Educación Superior
actualmente, como son:
- Poca integración de estas con el medio
social. - La no-integración de lo académico, lo
productivo y lo investigativo. - La estrechez del perfil del egresado.
- La insuficiente presencia de la lógica de la
ciencia. - La asistematicidad de los procesos.
- Explosión de matricula.
- Falta de relación entre el pregrado y el
postgrado.
No obstante estos problemas, los organismos
internacionales señalan las características que
deben prevalecer en estas Instituciones para el Siglo XXI, entre
las que podemos señalar:
- Las Universidades deben formar parte de un Proyecto
Nacional de Desarrollo Humano Sostenible. - Debe ser forjadora de ciudadanos conscientes y
responsables, dotados de cultura humanística y
científica, capaces de seguirse formando por sí
mismo. - Edificada sobre bases académicas y
administrativas flexibles que propicien las relaciones
ínter y multidisciplinarias. - Donde Docencia- Investigación y
Extensión se integren en un solo quehacer
aplicándose a la solución de problemas
sociales. - Integrada a las grandes redes telemáticas,
académicas y científicas: "Universidad Invisible
o Electrónica" de nivel
mundial. - Debe constituir por derecho propio el lugar de la
sociedad donde se permite el florecimiento de la más
clara conciencia de la época
Es decir, las Universidades del Siglo XXI den constituir
el lugar de la sociedad en la cual, la innovación, la imaginación y la
creatividad
tengan su morada natural.
RETOS DE LAS
UNIVERSIDADES ANTE LAS TENDENCIAS MUNDIALES
ACTUALES.
Las Universidades para poder cumplir
con su encargo social y acercarse de alguna manera al modelo de
Universidad a que se aspira en el Siglo XXI, debe asumir
determinados retos que les permita convertirse en ese lugar de la
sociedad donde verdaderamente florezca la más clara
conciencia de la época.
Entre esos retos que debe asumir la Universidad podemos
plantear los siguiente:
- Oportunidad de educación para todos. Si
la Educación estuviera al alcance de todos los miembros
de la sociedad, habrá entonces mayores posibilidades de
desarrollo para la misma, dado porque cada uno de sus miembros
podrá actuar dentro de ella con una preparación
mayor y por consiguiente, con mayor eficacia.
Habrá también mayores posibilidades de que los
más altos puntos de responsabilidad sean ocupados por los más
capaces. Es decir, los conceptos de formación elitista
deben y tienen que replantearse por una de masas, donde la
masividad no vaya en detrimento de la calidad. - Formar de acuerdo con la realidad de cada uno,
pero con responsabilidad
social. La Educación debe tener en cuenta las
posibilidades reales de cada uno de los educandos, por eso el
proceso educativo debe volcarse hacia la persona que se
educa, y que esta pueda verlo, sentirlo y comprenderlo, para
poder ofrecerle las oportunidades de formación que
más lo realicen. La Educación debe caracterizarse
por tanto por la diversificación. - Orientar para una formación
profesional. En la etapa actual, el desarrollo de las
fuerzas productivas ha puesto en las Universidades el reto de
formar profesionales más integrales,
para formar personas que se caractericen por una
formación holística, integradora. La presencia de
programas y planes de estudio que no tributen a una
formación profesional acorde a las necesidades, frena el
papel de las Universidades como agentes de cambios
sociales. - Educación permanente. Los procesos
universitarios deben permitirle al individuo
una formación que pueda serle útil durante toda
su vida, que le permita favorecer la continua
integración a la sociedad que se encuentra en constante
transformación y este pueda aportarle a las demandas
sociales como recurso humano más capacitado. El proceso
de Educación permanente tiene como reto la constante
realización y actualización del
individuo. - Desarrollo del espíritu creativo: La
Universidad a través de su propia dinámica debe formar ciudadanos con
espíritu creativo a fin de dar respuesta al desarrollo
social y para llevar a cabo las modificaciones que den como
resultado formas más eficientes de producción y
servicios. En la Universidad se deben desarrollar capacidades
no solamente intelectuales, sino también
físicas, con el fin de formar profesionales que
solucionen situaciones cualitativamente novedosas, es decir
formar ciudadanos creadores. - Formación económica. La sociedad
actual está sumida en profundos y vertiginosos cambios
que tienen su base en los resultados de la revolución científico-
técnica contemporánea. Este hecho introduce
nuevos enfoques en todas las direcciones de la formación
de las personas incluyendo la necesidad de una formación
económica que les permita cada vez más insertarse
en las realidades en que viven. El papel del individuo se
incrementa en estas condiciones, se convierte en el centro de
las transacciones económicas y figuras que las mismas
encarnan. - Formación para el trabajo
en grupos. La Educación tiene un carácter eminentemente social y
socializador, de ahí que sus procesos exigen que su
actividad formadora se base en el trabajo grupal que permita la
interdependencia, propósitos y esfuerzos comunes. Estos
procesos deben permitir a los que se educan asociarse a tareas
comunes, aprender en un régimen de comunidad y
cooperación que favorezcan las relaciones de comunicación entre las
personas. - Creciente respeto por
el hombre. La Educación no debe en ningún
momento convertir al que se educa en esclavo de prejuicios
culturales, ni insertado en ella como pieza insignificante de
un conjunto teórico. El respeto por el hombre
significa que este tenga el valor de
rechazar construcciones ideológicas que lo coloquen como
simple partícula o mero engranaje de un complejo
ideológico cualquiera. Es preciso entonces, cultivar la
ciencia, la
filosofía, la política, etc. La
formación consciente del respeto por el hombre,
tiene por objeto humanizarlo, hacerlo más solidario y
cooperador con sus semejantes, en lugar de dominar a sus
semejantes, es un deber que impone la utilización de
todos los recursos
disponibles y de todas las prácticas
educativas.
Todos estos retos deben tributar al logro de tres
aspectos fundamentales:
- Contribución al cambio socioeconómico y
a la promoción del desarrollo humano
sostenible. - Perfeccionamiento de la organización social.
- Mejor adaptación a los cambios que se operan
en la sociedad.
Estos retos indiscutiblemente deben enmarcarse en las
tendencias mundiales que nos caracterizan en la actualidad,
dentro de las que podemos mencionar las siguientes:
Democratización: Puede verse en la
remoción y colapso de muchos regímenes totalitarios
y en el progreso firme de las fuerzas
democráticas.
Globalización: Refleja la interdependencia
creciente a escala mundial,
de las economías y los comercios nacionales y locales,
así como la necesidad de adoptar un enfoque global para
manejar los problemas derivados de ésta.
Regionalización: En la cual los Estados
forman grupos para
facilitar el comercio y la
integración
económica, como medio de reforzar la competitividad.
Polarización: Resulta evidente en las
crecientes desigualdades comprobadas a nivel global, regional y
nacional y que producen una distancia aún mayor entre los
países y las poblaciones ricas y pobres, con toda la
legión de consecuencias económicas y sociales que
este proceso provoca.
Marginalización: Resulta clara por el
aislamiento internacional o local de una cantidad de
países, así como de ciertos segmentos de la
población, debido a las diferentes formas
de subdesarrollo.
Fragmentación: Fomenta el desacuerdo
social y cultural y en su forma extrema puede llevar a la
"atomización", mediante intentos de dividir a los Estados
y las comunidades locales conforme a líneas
étnicas, tribales o religiosas.
Las Universidades entonces deben dar respuesta a los
retos que ante ella impone el presente, teniendo en cuenta estas
tendencias con el fin de que la misma pueda cumplir la
misión de Transformadora Social.
Ante esto, la Universidad debe proponerse buscar
alternativas de desarrollo socioeconómico, una de ellas
puede estar enmarcada en la Formación para la
Economía Social.
FORMACIÓN PARA
UNA ECONOMÍA SOCIAL. CONCEPTUALIZACIÓN. CUALIDADES
Y OBJETIVOS. LA EDUCACIÓN COOPERATIVA EN LA
ECONOMÍA SOCIAL. PROBLEMAS PRESENTES.
Al atender al concepto de
Formación Social, debemos detenernos y observar que se
refiere a un específico proceso de formación
vinculado al principio de la cooperación que por su
magnitud puede convertirse en elemento transformador de la
sociedad de acuerdo con la verdadera dimensión del
movimiento
social. La Formación social debe ser un proceso continuo
que permita la formación y desarrollo de un hombre
solidario capaz de transformar el medio en un sentido de
cooperación condicionando el mejoramiento humano. De
ahí que la formación social la podemos ver como el
proceso que hace posible las actuaciones que conducen al
desarrollo y fortalecimiento de todas las formas en que ella se
manifiesta como alternativas reales y exitosa.
Debe propiciar entonces, procesos de aprendizaje
orientados a la conformación de conocimientos
científicos, técnicos e ideológicos, o sea,
debe proporcionar capacidades para pensar y actuar de forma
cooperada.
La Economía social se manifiesta en diferentes
formas organizativas entre las cuales podemos resaltar las
más significativas:
- Cooperativas.
- Asociaciones Mutualistas.
- Fondos de Empleados.
- Precooperativas.
- Empresas Solidarias de Salud.
- Administraciones Públicas Cooperativas.
- Empresas Comunitarias.
- Empresas Asociativas de Trabajo.
- Instituciones Auxiliares de Economía
Solidaria. - Organismos de Segundo y Tercer Grado.
- Sociedades Anónimas Laborales.
Dentro de la Economía social la forma mas
desarrollada y acabada de ella lo constituyen las Cooperativas en
todas sus formas y dimensiones, es por ellos que dentro de los
procesos de formación social haremos mayor énfasis
en la Educación Cooperativa.
Acerca de la conceptualización de la
Educación Cooperativa mucho se ha escrito y discutido a
nivel mundial, muchos trabajos hacen énfasis en los
problemas que ésta ha presentado históricamente, lo
que nos lleva a pensar que la misma no ha sido toda lo asertiva
que debiera ser y en consecuencia no ha ejercido el papel
desarrollador básico que se le confiere dentro de la
doctrina del cooperativismo.
¿Qué podemos entender por una
Educación Cooperativa efectiva?
Sería un proceso que sea capaz de responder al
desarrollo del individuo a partir de unos objetivos claros y
precisos, pero que sus resultados tributen a la formación
de fuertes convicciones en éstos que demuestren su
capacidad de expresar sus derechos y sentimientos
personales en pro del movimiento solidario.
No puede ni debe existir un esquema pedagógico
igual para los procesos formativos de todas las formas de
Economía Social, así como no puede haber un modelo
rígido y esquemático para la Educación
Cooperativa en todos los países, pero si deben estar
claramente definidos los objetivos generales que son
característicos para este tipo de
Educación.
OBJETIVO GENERAL DE LA
EDUCACIÓN COOPERATIVA
Lograr una formación integral en líderes y
cooperativistas bajo el concepto interdisciplinario de las
ciencias
pedagógicas y las teorías
y principios del
cooperativismo.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA EDUCACIÓN
COOPERATIVA.
1- Formular un proyecto político –
económico que sirva de modelo al desarrollo cooperativo en
Latinoamérica.
2- Promover el desarrollo sostenible de las
cooperativas, a través de la formación integral de
líderes y socios cooperativos.
3- Motivar al cooperativista a vincularse a participar
activamente en el desarrollo
comunitario del país.
4- Formar asociados conscientes de la ideología y práctica de la
autogestión.
5- Vincular teoría
y práctica dentro de un contexto
específico.
6- Formular una teoría propia del
cooperativismo.
7- Incorporar a la familia a
todas las actividades educativas de los
cooperativistas.
8- Abordar los principios cooperativos con una
visión pluralista.
9- Promover una formación comunitaria que
posibilite a quien se educa poseer un dominio real de
los procesos de desarrollo comunitario.
10- Facilitar el intercambio de experiencias que
conduzca a facilitar el desarrollo del cooperativismo.
11- Ampliar el
conocimiento de los líderes cooperativos acerca del
compromiso social que se tiene frente a la realidad
económica.
Estos objetivos constituyen el modelo pedagógico
del encargo social, deben ser los propósitos y
aspiraciones que durante el proceso de enseñanza – aprendizaje se debe ir
conformando con el modo de pensar, sentir y actuar del
cooperativista, y al mismo tiempo
constituye el eslabón intermedio entre las aspiraciones
del cooperativismo y la educación cooperativa, por lo que
determinan la base concreta que deben ser objeto de
asimilación.
Es por ello que estos objetivos deben:
1- Manifestar las exigencias que el cooperativismo
plantea a la educación cooperativa y por consiguiente a la
nueva generación de cooperativistas.
2- A los objetivos planteados les corresponde la
función de orientar el proceso de enseñanza –
aprendizaje con vistas a la transformación del
cooperativista hacia la base del hombre solidario.
3- El cumplimiento de estos objetivos debe realizarse de
forma planificada y a todos los niveles, como condición
esencial para que la enseñanza tenga éxito.
De estos objetivos se deriva quienes serán los
beneficiarios de este proceso de formación que en una
amplia concepción incluye que esta se oriente a la
totalidad de la comunidad lo cual ha de permitir llevar el
mensaje cooperativo a nivel social buscando la formación
de hombres solidarios integrados a la sociedad, por ello este
proceso ha de abarcar todos los ámbitos y temas del
mismo.
No obstante es necesario que al interior del movimiento
cooperativo ya formado y en proceso de consolidación este
objetivo se
profundice y se constituya en el elemento rector y orientador
metodológico para la selección
de los contenidos del proceso educativo que ha de estar formado
por las habilidades que deben ser desarrolladas por los
beneficiarios del proceso formativo y por el sistema de
conocimientos básicos, (conceptos, regularidades, leyes,
teorías y cuadro del mundo que representa la teoría
cooperativa), que deben caracterizar el desarrollo de los
programas educativos.
En este orden se busca desarrollar determinadas
cualidades en un proceso de formación social, entre las
cuales podemos señalar las siguientes:
- Creatividad y autonomía.
- Espíritu crítico y
reflexivo. - Solidario y cooperativo.
- Alto nivel de autogestión y
autoafirmación. - Responsable con la sociedad.
- Económico.
Estas cualidades constituyen las bases del proceso
formativo para una Economía Social.
PROBLEMAS PRESENTES EN
LA CONSOLIDACIÓN Y DESARROLLO DE LOS PROCESOS FORMATIVOS
PARA LA ECONOMÍA SOCIAL Y LA EDUCACIÓN
COOPERATIVA:
No obstante haber confirmado la importancia de la
Educación Cooperativa, subsisten problemas que la
obstaculizan, al mismo tiempo que incrementan el nivel de
significatividad de la misma. Entre ellos podemos situar los
siguientes:
- El proceso de Educación Cooperativa en la
mayoría de los países se desarrolla en un
contexto de condiciones estructurales de subdesarrollo y
dependencia, orientando sus niveles, modalidades y
metodologías en función de los intereses y bajo
las condiciones del sistema económico imperante, y no en
función de las verdaderas necesidades de desarrollo de
esos países. En ese contexto, la Educación
Cooperativa, al seguir la orientación del sistema
educativo nacional busca consolidar a la Economía
Social como cualquier otra empresa
económica de producción y distribución para subsistir entre las
instituciones tradicionales, apareciendo entonces un sistema
educativo- cooperativo desprovisto de altos valores de
solidaridad y
cooperación. En algunos casos la propia Educación
Cooperativa ha servido y está sirviendo para consolidar
y/o conducir a una sociedad de consumo. - No existe ni definición ni claridad de las
condiciones específicas y autónomas que
demuestren la independencia y orientación de la
Educación Cooperativa en función de las
necesidades del desarrollo del cooperativismo como elemento
impulsor del desarrollo social. - La Educación Cooperativa esta estructurada
bajo pautas que no permiten la adecuación a la realidad,
lo que se observa en el carácter espontáneo de
algunos programas lo que demuestra una total incoherencia entre
los componentes de este proceso. - No se percibe claramente su tributo a la
consolidación y desarrollo del cooperativismo, se
observa dispersión de esfuerzos, ausencia de fundamentos
didácticos y metodológicos de este complejo
proceso de aprendizaje y la planificación carece de una teoría
pedagógica que la sustente. - En muchos casos se observa la falta de prioridad que
se le otorga a este principio, lo que se demuestra en la
irracionalidad de los gastos y la
inadecuada planificación de los recursos
existentes. - Como proceso la Educación Cooperativa rompe
con la relación pedagógica entre todos los
componentes del proceso de enseñanza- aprendizaje, lo
cual puede observarse en la falta de coordinación entre los objetivos de este
proceso, la selección y secuencia de los contenidos, los
métodos
que se utilizan y las formas que adquieren los tipos de cursos
que se imparten.
Estos elementos impiden que la Educación
Cooperativa actúe como agente dinamizador del desarrollo
de cada uno de nuestros países. Como reto de dicho proceso
se presentarán nuevas perspectivas y fundamentos que deben
contribuir a provocar cambios en la concepción
filosófica y metodológica de la Educación
Cooperativa y que esta pueda jugar el rol preponderante en el
desarrollo del cooperativismo.
VERTIENTES DE
FORMACIÓN PARA LA ECONOMÍA SOCIAL Y EL
COOPERATIVISMO.
Para la selección de los contenidos de los
Programas de Educación Cooperativa hemos seleccionado tres
áreas o vertientes básicas
– Área de formación
ideológica.
– Área de formación
técnica.
– Área de formación
científica.
La selección del sistema de conocimientos de cada
una de las áreas estará en correspondencia con los
objetivos de formación de cada una de ellas:
A través del área de formación
ideológica se desarrolla en su base los elementos
axiológicos que caracterizan la doctrina cooperativa o sea
los principios que son su razón de ser y los valores
que dan orientaciones de lo que se aspira que se manifieste en
forma de actitudes en
las que se capacitan. En esta área encontramos la
posibilidad de desarrollar el potencial espiritual de aquellos
que concientizan y se adhieren a los principios solidarios y
cooperativos, con el fin de que las incorporen a su experiencia
personal y
social a través de la práctica.
En cuanto al área de formación
técnica se puede estructurar que proceso conceptual
encaminado a dar solución a los problemas prácticos
que presentan las empresas
cooperativas y en general el movimiento en cuanto a
fundamentación económica para tirar de su
desarrollo, esta área de formación permite el
perfeccionamiento del funcionamiento y la estructura
interna del movimiento cooperativo en su tributo al desarrollo
social. En esta área encontramos la posibilidad de dar
respuesta tanto a problemas individuales como sociales dando
solución a problemas básicos de la
comunidad.
El área de formación
científica constituye un importante eslabón en
el desarrollo de la teoría cooperativa, aquí se
busca una capacitación que permita dar respuesta a
los problemas de desarrollo del cooperativismo a través de
un proceso de investigación científica que
enriquezca la propia teoría y permita poner en
práctica estrategias
dirigidas a la solución de problemas teóricos y
metodológicos de la doctrina.
Puede constituir esta la base para la planeación
de los diseños de las acciones encaminadas a la
realización de aprendizaje (curriculum) y
a nuestro juicio deben tenerse en cuenta como disciplinas
docentes o
ramas del saber independiente del nivel o grupo en que
se desarrolla el proceso educativo, eslabón en el
desarrollo de la teoría cooperativa, aquí se busca
una capacitación que permite dar respuesta a los problemas
de desarrollo del cooperativismo a través de un proceso de
investigación científica que enriquezca la propia
teoría y permita poner en práctica estrategias
dirigidas a la solución de problemas teóricos y
metodológicos de esta doctrina.
No obstante entendemos que han de observarse
potencialidades en los grupos a capacitar y esto puede delimitar
sus deficiencias. Por ello debemos esclarecer cuales deben ser
los grupos considerados beneficiarios del proceso de
Educación Cooperativa:
– La
Comunidad: En el proceso formativo
cooperativo por este sector deben intervenir instituciones
oficiales y relevantes a nivel social como el sistema general de
Educación incluyendo la Educación Superior, las
organizaciones
culturales, la Iglesia,
los medios de
Comunicación y los Partidos
Políticos bajo la orientación axiológica
del movimiento cooperativo que ha de ganar un espacio en estas
instituciones para lograr sus objetivos de
formación.
– La familia:
Como célula
fundamental de la sociedad constituye un importante
eslabón en la formación y conocimiento
del cooperativismo en todos sus miembros, conduce a fomentar una
tradición en valores cooperativos y solidarios y se
elabora directamente con las instituciones que ejercen influencia
directa en la Comunidad. Las familias de los asociados pueden
jugar en este proceso un importante papel por lo que en los
proyectos de
educación al interior de la cooperativa debe tenerse en
cuenta la capacitación de esta para su integración
y apoyo al asociado.
Los
socios:
Constituyendo el grupo a capacitar que se considera son
adiptos por voluntad propia al movimiento. Constituye el grupo de
más potencial por ejercer sobre él los procesos de
capacitación por ello en la selección de los
contenidos de sus programas deben estandarizarse aspectos tales
como:
– la intervalización de deberes y derechos del
asociado,
– la definición de los objetivos y fines de la
institución,
– los conceptos básicos empresariales y de
participación institucional,
– la formación para la participación
democrática y la integración,
– conocimientos acerca de la realidad económica,
política y social que enmarca la organización que
le permita participar activamente en la solución de sus
problemas y en el desarrollo de sus proyecciones.
Los
dirigentes:
Este grupo al tener que hacer una gestión
del poder deben capacitarse con el fin de que se distorsione el
papel del dirigente cooperativo, este se convierta y sea un
líder,
lo que debe permitirle evitar la concentración del poder y
la pérdida de representación de sus
bases.
El proceso de capacitación de este grupo desde el
punto de vista de su contenido debe prever
estratégicamente la promoción de nuevos cuadros y
proponerlos para establecer mecanismos que garanticen la
promoción de nuevos cuadros.
Los
empleados: Aquí la
capacitación se ha de dirigir a todos los trabajadores de
la empresa que
no tienen la condición de socios. Sin embargo por su
vínculo con la empresa cooperativa por lo que de manera
directa lo identifican con lo mismo deben tener una información técnica y doctrinaria.
La base de su formación debe estar planteada en el
término de que estos participen en la gestión y no
asuman una relación asalariado- patrón.
¿CÓMO LA
UNIVERSIDAD DEBE RESPONDER AL PROCESO DE FORMACIÓN PARA LA
ECONOMÍA SOCIAL Y EL COOPERATIVISMO?
La relación Economía Social- Universidad
se expresa mediante múltiples regularidades que se
concretan en los modos de actuación universitarios para
satisfacer las necesidades de estas empresas
solidarias.
El desarrollo y fortalecimiento de estas empresas
solidarias genera una necesidad social, un problema social, los
cuales deben encontrar solución mediante la acción
de los egresados universitarios, los cuales deben estar
preparados, mediante el dominio de ciertas habilidades
profesionales, para dicha solución.
El dominio de esas habilidades se debe producir durante
la formación misma del estudiante, mediante el desarrollo
de valores socioeconómicos durante la formación
profesional.
Estos problemas en la consolidación de la
Economía Social se debe canalizar desde la Universidad y
refractarse en sus procesos específicos: docente,
investigativo y extensionista. En lo docente a través de
lo expresado anteriormente (formación de valores
solidarios) y mediante la actividad de superación
postgraduada. En lo investigativo a través de proyectos de
investigación- desarrollo y en lo extensionista, a
través de proyectos comunitarios.
Los problemas que le son inherentes a la Economía
Social y el Cooperativismo deben de formar parte del curriculum
del estudiante universitario, ya que una vez que esto se concrete
en los procesos universitarios, obtendremos egresados capaces de
resolver problemas profesionales sociales, porque se forma
resolviendo esos problemas.
ESTRATEGIA PARA EL
DESARROLLO DE LA FORMACIÓN PARA UNA ECONOMÍA SOCIAL
Y EL COOPERATIVISMO DESDE LA UNIVERSIDAD.
Como hemos señalado durante todo el trabajo una
de las debilidades que presenta la consolidación de la
Educación Cooperativa lo constituye el hecho de que la
misma carece de fundamentos pedagógicos que la sustenten y
le impriman un carácter sistémico, continuo y
planificado que tribute a la consolidación de programas y
planes de estudio capaces de responder a las necesidades
educativas de este sector de la economía.
Es por ello que estos procesos deben ser coordinados y
dirigidos desde la academia, la única institución
social capaz de responder a esta demanda a
través de determinadas acciones tales como:
- Creación de un Instituto Regional de
Formación Social, que permita la integración de
todo el arsenal de conocimientos del movimiento con una
adecuada orientación metodológica y desarrollada
por especialistas que de forma concreta conozcan las
particularidades del movimiento, pero especialistas en su
materia.
Este Instituto sería el encargado de coordinar, estudiar
e investigar las actividades y problemas de trascendencia
internacional del cooperativismo y la Economía Social,
haciendo un seguimiento permanente de las actividades
relacionadas con la temática y retroalimentando a las
entidades de base con los materiales
necesarios. - Desarrollo de Programas de Educación
Cooperativa a nivel de postgrado que permita la
formación a nivel universitario (Diplomado en
Educación Cooperativa, Especializaciones,
Maestría en Economía Solidaria y Cooperativismo
con énfasis en Educación Cooperativa y Administración de Empresas Cooperativa,
Doctorados, etc.) - El movimiento cooperativo en cada país debe
poseer con carácter nacional un órgano central de
dirección para la Educación Cooperativa,
encargado de normarla, orientarla y planificarla y que a partir
de la interpretación de su realidad, sea capaz
de preparar programas educativos y normas que
serán ejecutadas por otros niveles cooperativos. Dicho
organismo establecerá las relaciones pertinentes con los
Institutos Educativos Cooperativos y se ocupará de
apoyar, asesorar y dar asistencia técnica a diversos
órganos de Educación Cooperativa como los
Comités de Educación y otras entidades
educativas. - Creación de un Grupo Científico-
Técnico de Formación para la Economía
Social y el Cooperativismo a nivel internacional con sus
respectivas representaciones nacionales encargadas de asesorar
la planificación y coordinación de estrategias de
Educación Cooperativa a nivel social y de los
asociados. - Elaboración de un Plan Director
de Educación Cooperativa que sirva de base y
orientación para la formulación de planes
educativos del movimiento con amplia fundamentación
pedagógica y con actuales tendencias de diseño curricular aplicados.
El carácter eclesiástico y
monástico, y la tradición cristiana y grecorromana
distinguió a la Universidad "cerrada" y desprendida de la
sociedad que por casi 8 siglos subsistió en Europa y por
consiguiente en los EE.UU. y en las colonias europeas en América
Latina y el Caribe, donde las metrópolis crearon
instituciones de Educación Superior.
Las "Torres de Marfil" como se denominó a las
Universidades por su enclaustramiento, comenzaron a abrirse, a
realizar actividades de extensionismo (entiéndase
prolongar la actividad de la Universidad hacia la Sociedad) en el
siglo pasado en Inglaterra, lo
que más tarde se generalizó.
Fueron en esencia los cambios económicos y
sociales los que propiciaron y obligaron a expandirse y tener
cierta apertura hacia la Sociedad.
Esta actividad se inicia como respuesta de las
Universidades al crecimiento industrial de las grandes potencias
de la época. Fue una respuesta real a ese crecimiento
más que la idea de una verdadera intercomunicación
con las Comunidades.
La "Universidad abierta" en Inglaterra o los "Colegios
sin muros" en EE.UU. respondieron a la necesidad de Mano de Obra
especializada para atender una producción creciente y
más compleja y al aumento del interés
por la educación dado por la necesidad de dominar las
nuevas
tecnologías de avanzada, sustentada por las
condiciones imperantes.
El papel de las Instituciones Universitarias en materia
de trabajo social,
en los países más desarrollados de la época
se concretó en programas de educación a
distancia, entrenamiento de
grupos para el trabajo especializado en las Industrias y la
propia expansión de las Universidades.
La evaluación
de esta actividad en las Universidades de Europa y los EE.UU. a
lo largo del presente siglo aunque ha ampliado su contacto con
las realidades sociales, económicas y culturales de la
comunidad donde están insertadas no ha dejado de responder
esencialmente al autodesarrollo industrial en esos países,
así como a la concepción de prestación de
sus servicios y se han visto incapaces de cumplir misiones
educativas que dieron respuesta a las necesidades y conducta de la
sociedad.
En los EE.UU. y otros países altamente
desarrollados existe un nuevo paradigma de
la sociedad empresarial, el desplazamiento hacia una Universidad
de carácter más empresarial parece irreversible,
prestando cada vez más atención a la transferencia y la comercialización de tecnología y
limitando la función social.
De manera que aunque se afirma que la Universidad es hoy
menos estilista y más populista, su lugar ante la
Comunidad, ante la concepción de una Economía
Social está condicionada a la solución del problema
antes mencionado.
Una de las misiones fundamentales que debe asumir la
Universidad ante la implementación del Sector de la
Economía Social lo constituye "los programas de
educación y capacitación dirigidos a la
formación: Humanística, Comunitaria y
Administrativas de los Recursos
Humanos", teniendo en cuenta que este es uno de los problemas
fundamentales para el logro del desarrollo armónico y
sostenido del Sector.
En muchos países latinoamericanos existe
preocupación y se generan expectativas crecientes frente a
cada programa de
capacitación que se presenta o se somete a
consideración de los componentes del Sector (cooperativas,
mutuales, fondos de empleados, etc.). No obstante, los programas
de formación no siempre cubren las expectativas que se
emplean, ya que no se consolidan socialmente ni se impulsan para
imprimirles sentido, continuidad y coherencia a la
formación personal, al desarrollo
organizacional y a la formación pedagógica de
aquellos que con su trabajo contribuyen a la formación
colectiva del proyecto de economía solidaria que se
revierta socialmente en que todos los que se sirven a
éste, estén adecuadamente capacitados para
ejecutarlos.
A partir de investigaciones
realizadas y en nuestra opinión los casos más
comunes del fracaso de los programas de capacitación,
tanto los ejecutados por las Universidades, así como por
otras Instituciones son:
1- La mayoría de los programas son elaborado por
especialistas que de forma específica desconocen las
características propias del sector solidario. Es decir, no
ha existido una unidad entre especialistas de diferentes materias
que coadyuven al logro de un programa capaz de cubrir las
necesidades de cono cimientos de los dirigentes de cooperativas,
mutuales, fondos de empleados, etc.. para la formación de
sus asociados en los principios de la economía
solidaria.
2- Los programas de capacitación no han logrado
educar a los dirigentes del sector en las cuestiones inherentes a
la gestión o dirección estratégica, lo que
trae consigo que no se tenga claridad en la misión y
visión en su proceso de surgimiento y
consolidación.
3- Los programas de capacitación han estado
dirigidos en lo fundamental hacia los dirigentes del Sector y no
hacia los asociados, empleados y comunidad que los rodea, lo que
ha condicionado que no se realice el sentido de propiedad. Por
otro lado, estos programas no responden a un proceso planificado,
sistemático y continuo que contribuya al desarrollo de un
perfil integrado en los líderes como personas, ciudadanos,
miembros de la comunidad y como responsables de la gestión
socioeconómica de los componentes del sector de la
economía solidaria.
A partir de estas insuficiencias, es que nuestras
Universidades y demás Instituciones, entiéndase
organismos de segundo y tercer grado, precooperativas,
cooperativas, mutuales, etc. deben elaborar los programas de
capacitación en los que se conjugue el diagnóstico general de necesidades reales
de cada componente, el componente pedagógico, la interdisciplinariedad, el carácter objetivo
y científico, así como su dinamismo,
carácter planificado y continuo.
A quién dirigir los programas de
capacitación?.
1- A dirigentes del sector, en los que se logre una
formación integral en los mismos que les permita
convertirse en líderes, en conductores, motivadores, en
creadores de una conciencia y actuación
solidaria.
2- A socios y empleados de los distintos eslabones, lo
que con tribute a afianzar el sentido de pertenencia.
3- A los jóvenes, futuros emprendedores y
continuadores de la tradición solidaria.
4- A la familia como el
núcleo central de la comunidad, lo cual ejerce una gran
influencia en la vida social.
En el caso de las Universidades son múltiples las
experiencias que hoy se aplican en apoyo al sector y que
descansan, tanto en el sistema de pregrado como en el sistema de
postgrado a través de sus componentes: Postgrado,
Diplomado, Especialización, Maestría y Doctorado
como punto culminante de todo el sistema.
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Autor:
Dr. PEDRO ALFONSO ALEMAN
Doctor en Ciencias de la
Educación. Master en Ciencias Económicas
Profesor de la
Universidad de Pinar del Río, Cuba. Investigador del
Centro de Estudios de Ciencias de la Educación