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Perfil de salud y condiciones de trabajo del personal masculino en un servicio ambulante de atención de emergencias (página 2)




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CAPITULO III

MARCO METODOLOGICO

Tipo de investigación

El presente estudio está enmarcado dentro de la
investigación empírica,
específicamente una investigación
de campo, la cual consiste en el análisis sistemático de problemas que
se están produciendo en el momento, con el
propósito de describirlos, explicar sus causas y efectos,
entender su naturaleza y
factores que la constituyen o predecir su ocurrencia. (Reyes,
1999)

Por ser una población poco estudiada, como ya se hizo
mención anteriormente, se selecciona este tipo de
investigación para poder
describir la situación actual en la que se encuentra este
grupo de
trabajadores; posteriormente puede realizarse otro tipo de
estudio orientado desde una perspectiva distinta, pero teniendo
ya una base sobre la cual comparar los resultados que puedan
obtenerse.

Población y muestra

El presente trabajo se
realiza dentro del seno de la Asociación Regional
Cardiovascular, ASCARDIO, específicamente dentro de una de
sus divisiones, el Servicio de
Ambulancias Ascardio. Esta unidad cuenta con un total de 102
trabajadores, de los cuales 24 corresponden al área
administrativa. El resto de ellos

(78) pertenecen al área operativa, que incluye al
personal
médico, paramédico y de servicios
(Fuente: Unidad de Personal Ambulancias Ascardio). Los
Paramédicos alcanzan un número de 40, más
nueve personas que laboran como choferes, pero que tienen
actuación en las situaciones de emergencia, y están
sometidos a las mismas condiciones de trabajo y riesgos, y
están entrenados para actuar en caso de emergencia. Se
selecciona el total de trabajadores paramédicos masculinos
del servicio que laboran con un nivel de preparación
equivalente a auxiliares de enfermería; en total son 49 trabajadores.
Debido a que se van a evaluar diversos elementos que puedan
afectar a la salud del trabajador y su
relación con el trabajo, y
específicamente la actividad que realizan, se excluye del
estudio aquellos trabajadores que tengan una antigüedad
menor a seis meses dentro del servicio. Al momento de realizar el
estudio no había ningún trabajador seleccionable
con menos de seis meses de contratación. Uno de los
trabajadores, el de mayor edad y antigüedad dentro del
servicio no fue incluido, ya que estaba de reposo por haberle
diagnosticado un cáncer gástrico. Tal trabajador
tiene antecedentes de alto consumo de
chimó.

La obtención de los datos referentes
a cada trabajador, por ejemplo su fecha de ingreso, su
asignación, y otros pertinentes, son consultados con el
departamento de Recursos
Humanos del servicio Ambulancias Ascardio, previa solicitud y
aprobación por parte de la coordinación del servicio. Con el listado
suministrado se procede a contactar a cada trabajador,
explicándoles las razones y fines del trabajo a realizar,
dándoles a conocer las actividades con las cuales se
espera puedan colaborar. Los datos requeridos fueron procesados
por la unidad de sistemas de
Ambulancias Ascardio, la cual maneja dentro de sus archivos toda la
información concerniente al funcionamiento
del sistema, y
además la información referente a morbilidad,
consumo de medicamentos y otros datos de interés.

Técnicas de Recolección de
Datos

A cada uno de los seleccionados para formar parte de la
muestra se le
aplica un cuestionario
(ver anexo B) desarrollado especialmente para el presente
trabajo, y en el cual se trata de indagar sobre diversos
tópicos relacionados a: Datos personales, variables
biológicas, antecedentes laborales, antecedentes de salud,
condiciones de trabajo actual y características
socioeconómicas. Dicho cuestionario se realiza a manera de
prueba piloto con los choferes, quienes luego de analizar los
datos recogidos, se decide su inclusión en el estudio,
debido a la calidad de datos
aportados muy similar a las del grupo inicial, y ya que
están sometidos a condiciones de trabajo idénticas,
sus resultados pueden colaborar en los datos finales. Las
encuestas son
aplicadas en el sitio de trabajo, al personal que se encuentra de
guardia, y que acuden a la base central para la entrega de los
reportes de atención de emergencias, para equipar a las
unidades de material médico quirúrgico, o para
cambios de guardia. Además se realiza examen físico
completo, donde se hace énfasis en sus variables
biológicas, y en las posibles anomalías evidentes
que puedan ser halladas. La toma de tensión arterial en el
grupo en estudio se realiza con esfignomanómetro marca ALPK2, y
estetoscopio liviano marca Littman, en antebrazo izquierdo de
cada trabajador, previo descanso de cinco minutos, en
posición sentado. Los datos obtenidos son incluidos en el
archivo
encuesta.rec
para su procesamiento estadístico.

Se accede a los registros
médicos del servicio "Su Amigo Ascardio", donde se
mantiene la historia médica de
cada trabajador, para de esta forma poder identificar las
principales causas de morbilidad dentro de este grupo de
trabajadores. Se complementan los datos con los registros del
departamento de personal para verificar las causas de reposo del
personal bajo estudio. Esta información se vacía en
una planilla especialmente diseñada para ello. (ver anexo
n° )

Técnicas de análisis de
datos

Los datos recogidos en la encuesta, examen físico
y los obtenidos de las historias médicas se vacían,
para su procesamiento, utilizando el programa
estadístico computarizado denominado EpiInfo, en su
versión 6.0, actualizada al año 2000. Se crea
archivo de registro
denominado encuesta. rec, el cual está basado en la
estructura de
la encuesta que se aplicó a cada trabajador, y al que se
accede para los posteriores análisis requeridos. Para la
validación de los datos a incluir en el formato creado, se
crea el archivo de validación encuesta.chk, en el cual se
determinan los valores
que debe poseer cada variable, y sus límites,
para evitar la inclusión de datos erróneos. Para
facilitar la elaboración de esta herramienta se utiliza el
diccionario de
datos previamente realizado. (anexo n° )

Se realiza análisis univariado de grupos de edad,
morbilidad y antigüedad. Se realiza, además,
procesamiento de la información estableciendo un
análisis bivariado, relacionando la morbilidad con
antigüedad, edad, número de horas trabajadas,
número de horas diurnas y nocturnas.

Se realiza además análisis para tratar de
descubrir la relación existente entre la aparición
de patologías en el grupo de estudio, y su distribución según cada grupo de
edad. Para este proceso se
cruza cada variable que implica síntomas relacionados a
patologías orgánicas específicas con la
variable edadcat, la cual divide al grupo en categorías de
edad.

Como parte del análisis de los datos obtenidos en
cada trabajador, sus variables biológicas son utilizadas
para establecer patrones estándares que puedan ayudar a
comparar a cada trabajador con el grupo; entre éstas
variables tenemos el Indice de Masa Corporal (I.M.C.) el cual se
obtiene dividiendo el peso en kilogramos entre el cuadrado de la
talla en metros, obteniendo un valor que es
clasificado de acuerdo a la siguiente tabla: (Tabla N°
1)

Tabla N° 1: Indice de Masa Corporal.
Clasificación de la obesidad.

NORMAL

20-25
Kg/m2

GradoI
(Sobrepeso)

27 – 29,9
Kg/m2

Obesidad Grado
II

30 –34,9
Kg/m2

Obesidad Grado
III

35 – 39,9
Kg/m2

Obesidad Grado IV
(Mórbida)

> ó 40
Kg/m2

Tomado de Foz y Forniguera, 1998

Todos los datos obtenidos, y el resultado del cruce de
variables se utilizan para inferir la posible relación
entre las condiciones de trabajo, y las alteraciones de la salud
que puedan estar presentándose en el personal objeto de
estudio. El análisis se realiza siguiendo consideraciones
esenciales para poder describir un perfil básico de salud,
con las posibles incidencias que pueda tener el trabajo en la
salud del trabajador.

CAPITULO IV

RESULTADOS Y ANALISIS

Del total de trabajadores que laboran en el servicio con
posibilidades de ser incluidos en el estudio (49) sólo
respondieron las encuestas 35 de ellos, lo que nos deja un 71,42
de porcentaje de participación.

Tomando en cuenta el análisis estadístico
que se logra luego de aplicadas las encuestas, y luego de ser
vaciadas dentro del programa computarizado denominado EpiInfo, en
su versión 6.0, se comienza a vislumbrar una imagen de las
características del grupo estudiado (Tabla 2). Como se
hizo mención al comienzo del estudio, la muestra es
exclusivamente del sexo
masculino, y característicamente es un grupo joven con una
edad media de
28.914 años, con un 71,4 por ciento incluidos en el grupo
de 21 a 30 años.

A pesar de ser un grupo relativamente joven, un gran
número de ellos tienen una antigüedad mayor a cuatro
años (54,3 por ciento), y al momento del estudio no
existía personal que tuviera una duración en su
trabajo menor a dos años; se encuentra en el servicio
personal con menos de seis meses de contratación, pero por
definición estos quedan excluidos del estudio. La
preparación académica de este personal es variable,
abarcando desde profesionales universitarios (8,8 por
ciento)

hasta un 11,85 por ciento de trabajadores con la
secundaria no concluida. Aunque ésta situación
parezca paradójica, ya que uno de los requisitos para
ingresar al servicio es haber completado el bachillerato, puede
explicarse por el hecho de que esos trabajadores fueron los
primeros contratados por el servicio en sus inicios, cuando los
requisitos para optar al entrenamiento
como paramédicos no estaban muy claros, y han permanecido
dentro de la
organización, con gran experiencia, pero están
imposibilitados para ser acreditados como personal con rango de
Asistente Médico de Emergencias o Asistente de Primeros
Auxilios Avanzados.

Para ver la tabla seleccione la
opción "Descargar" del menú superior

Tomando en cuenta su vida afectiva, y su entorno
familiar, gran parte de los trabajadores han conformado hogares
estables; si sumamos los casados con los que mantienen
relación de concubinato,
tenemos que una gran parte de la población (65,8 por
ciento) tiene una relación de pareja, pero con la
característica de tener pocos hijos (55,9 por ciento no
tienen hijos, o tienen uno sólo). Sólo un grupo
familiar tiene la particularidad de tener cuatro o más
hijos (2,9 por ciento).

La mayoría de estos grupos familiares habitan
viviendas tipo casa (68,6 por ciento), pero con la particularidad
que sólo un 42,9 por ciento dicen poseer la propiedad
sobre la vivienda que habitan; un 42,9 por ciento habita en casa
de familiares, y un 11,4 por ciento habita bajo la modalidad de
alquiler.

Los ingresos
económicos del grupo estudiado son variables de acuerdo al
número de horas laboradas, encontrándose que un
65,7 por ciento tienen ingresos mensuales que van de 100.000 a
200.000 bolívares mensuales. Si tomamos en cuenta que el
monto de la llamada cesta alimentaria en nuestro País
está calculada para el mes de Febrero del año 2001
en 205.000,oo Bolívares. (El Impulso, Marzo 2001), se
tiene que gran parte de la población laboral del
servicio (73,6 por ciento) no genera ingresos suficientes para
mantener una adquisición regular de alimentos y
bienes,
manteniéndose por debajo de tal indicador
económico; el total de trabajadores estaría por
debajo de la llamada cesta básica, que para la misma fecha
se calculaba sobre los 600.000 bolívares. Reflejo de lo
anteriormente expuesto es que se tiene que sólo un 17,1
por ciento de los trabajadores posee vehículo, y un
porcentaje que alcanza 62,9 no llegan a tener capacidad de
ahorro. Si se
toma en cuenta los niveles que presenta la llamada cesta
básica para el mes de Febrero del año 2001, la cual
según el CENDA ( ) ubica su valor en 639.488
bolívares (El Impulso, Marzo 2001), entonces tenemos que
gran parte de la población trabajadora de este grupo no
cubre las expectativas para alcanzar poder adquisitivo suficiente
para sus necesidades.

Los trabajadores para tratar de aumentar sus ingresos,
se someten a jornadas de trabajo extenuantes, teniendo el grupo
una media de horas diurnas trabajadas de 135,097 y para las horas
nocturnas una media de 138,200 con una media de 12,606 noches
laboradas por mes (Tabla 3). Se entiende entonces que los
trabajadores pasan gran parte del tiempo en su
sitio de trabajo, y que casi cada dos noches realiza una guardia
nocturna. Si tomamos como punto de referencia el hecho de que
para los trabajadores de la salud en Venezuela se
permite una jornada máxima de 40 horas por semana, es
decir 160 hora por mes, entonces se está ante una
situación irregular, ya que sumando las dos medias, se
obtiene un valor de 273.297 horas laboradas en promedio por cada
trabajador al mes, lo que indica que el trabajador está
sobrepasando su capacidad de resistencia, lo
que afecta en forma notable su salud, y disminuye su vida
efectiva como trabajador, y menoscaba la calidad de
vida familiar del mismo.

Tabla 3. Promedio de horas trabajadas,
personal masculino de enfermería Ambulancias
Ascardio. Barquisimeto. Agosto-Noviembre.
2000*

 

Media

DE

EE

Horas diurnas trabajadas

135,097

64,984

11,671

Horas nocturnas trabajadas

138,200

64,559

11,787

Noches por mes

12,606

5,984

1,042

* valor de p< 0,0001

Fuente: encuesta aplicada a personal
masculino de enfermería Ambulancias Ascardio.
Agosto-Noviembre. 2000

Por otro lado, los trabajadores refieren
en un importante 62,9 por ciento que no poseen un período
de descanso efectivo luego de realizada la jornada nocturna, es
decir, luego de una guardia realizada en este horario,
continúan laborando sin haber recuperado el cansancio del
ejercicio fuera del ritmo circadiano, añadiendo una
situación de afectación del rendimiento del
trabajador, con el riesgo que
implica para su salud, y además para con la salud de los
pacientes, quienes confían en la capacidad de respuesta de
los mismos, y que puede estar alterada por el "no descanso". Es
en el grupo de edad comprendido entre los 21y 30 años
donde se observa con mayor frecuencia esta irregular
situación, donde el 72 por ciento de los trabajadores con
esas edades se someten a turnos diurnos inmediatamente
después de haber terminado con un período nocturno
de actividad. Tal vez la juventud de
los trabajadores favorece el que puedan realizar esas
maratónicas jornadas, sin pensar que a futuro pueda
significar la reducción de su tiempo
productivo.

El horario de trabajo es una característica muy
particular del servicio, ya que es planificado mensualmente por
el personal supervisor, por esta condición su regularidad
está supeditada a las necesidades del servicio. Por esto
sólo un 37,1 por ciento de los trabajadores consideran que
el horario es distribuido uniformemente, y del mismo modo 48,6
por ciento consideran que es distribuido al azar, sin seguir un
patrón definido de rotación. Por otro lado, la
irregularidad en la distribución de las horas de trabajo
lleva a los trabajadores a realizar cambios de guardias
frecuentes entre ellos, de tal forma de lograr unificar un ritmo
que les permita mantener un período de descanso más
o menos regular, y poder realizar actividades propias de la vida
familiar. Para hacerlo en forma más efectiva se
debería conocer con anticipación el horario, pero
un porcentaje de 91,4 considera que el horario es dado a conocer
con muy poca antelación.

Aunque el total de los trabajadores encuestados refieren
cumplir con la totalidad de la carga horaria asignada,
sólo un 65,7 por ciento manifiesta sentirse satisfecho con
la misma, el resto considera que la carga asignada no le ayuda a
generar los recursos
adecuados para su manutención. Al conocer el número
de horas que se van a laborar en la quincena en curso, y ya que
un 97,1 por ciento conoce el valor de su hora de trabajo, se
calcula con antelación el monto a percibir al culminar la
jornadas de trabajo asignadas. Con un promedio de 631,647
bolívares por hora de trabajo, y una desviación
estándar de 55.752 (valor de p<0.0001), cada uno toma
el número de horas trabajadas y multiplicadas por el valor
de la hora, se obtiene el sueldo quincenal para cada trabajador.
Si multiplicamos esta cifra promedio con el número de
horas promedio trabajadas se obtiene un sueldo mensual promedio
de 172.627,230 bolívares, muy por debajo de los valores de la
llamada cesta alimentaria en el país. En este valor no
está incluido el monto de los bonos nocturnos,
que como se hizo mención anteriormente, es calculado
basándose en el número de horas nocturnas laboradas
en una quincena, y es cancelado una o dos quincenas luego de
haberse cumplido el mismo, ya que se calcula según
jornadas efectivamente trabajadas; igual trato reciben las
jornadas efectuadas en días domingos y
feriados.

Se debe suponer entonces que el trabajador, al tratar de
aumentar sus ingresos, no le importa trabajar gran número
de noches con tal de generar mayor cantidad de bono nocturno. Si
la realización de varias jornadas nocturnas seguidas, con
o sin descanso, implica mayores ingresos, serán realizadas
sin protestar, aunque signifique el deterioro del estado de
salud, y el deterioro de su relación afectiva y
familiar.

Las condiciones bajo las cuales se desarrolla el trabajo
puede influenciar tanto el rendimiento del trabajador en el
ejercicio de su actividad, así como el estado de
salud del mismo. Es necesario un sitio de trabajo adecuado, que
cumpla con normas
mínimas de confort, y donde permita la
interrelación de los miembros del equipo. Un gran
porcentaje (85,7 por ciento) considera contar con instalaciones
adecuadas para el descanso en su trabajo, y un 48,5 por ciento
considera que son suficientemente cómodas, con
instalaciones sanitarias adecuadas, las cuales reciben un
mantenimiento
adecuado según un 80 por ciento de las personas, con una
variación porcentual del 69,7 quienes dicen que se realiza
a diario, y un 15,2 por ciento considera que se realiza cada dos
días. Algunas áreas alejadas del núcleo
central del servicio, es decir, las llamadas sub-bases, reciben
un mantenimiento más distanciado en el tiempo, y esto se
refleja en los porcentajes de 6,1 y 9,1 respectivamente quienes
consideran que su sitio de descanso es mantenido semanal y
quincenalmente en orden respectivo. La alimentación en el
trabajo es importante para este tipo de personal, donde los
horarios normales de comida se ven alterados por la actividad
asistencial en la calle, y como se hizo mención
anteriormente, es una norma del servicio el no permitir la
adquisición de alimentos mientras se permanece de turno.
Un 71,4 por ciento considera que en su área de trabajo hay
condiciones y áreas adecuadas para la realización
de comidas, bien sea por que es traída en viandas por
ellos, o en algunos casos es preparada cuando la
asignación de la guardia es por la base central, donde
existe una cocina equipada, y los enseres necesarios para la
realización de la misma. Al realizar comidas en el sitio
de trabajo se generan residuos que deben ser adecuadamente
desechados, pero según un 40 por ciento de los
trabajadores no existen dispositivos adecuados para asegurar la
eliminación adecuada de los restos de alimentos. (Tabla
N° 4)

Las condiciones específicas de trabajo revisten
especial importancia en la génesis de patologías
relacionadas al mismo, y por esto no pueden quedar de lado cuando
se quiere identificar las condiciones en que se desarrolla el
trabajo en los servicios ambulantes de atención de
emergencias, y la relación con posibles cuadros
patológicos en la salud.

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opción "Descargar" del menú superior

Es importante conocer las actividades a
desarrollar en el ejercicio de una función
determinada, y ningún paso es más importante en la
prevención de riesgos que el entrenamiento adecuado del
personal, más aún cuando el manejo de pacientes, de
desechos biológicos, de agujas y otros factores pueden
afectar en forma notable e irreversible la salud del
paramédico. No sorprende entonces la cifra de 97,1 por
ciento de trabajadores que manifiestan haber recibido
entrenamiento para la ejecución de su trabajo (Tabla
N° 5); un 77,1 por ciento considera que el nivel de capacitación es adecuado para el tipo de
actividades a realizar, pero 97,1 por ciento considera que debe
recibir un entrenamiento en otras áreas que puedan mejorar
sus capacidades y destrezas, y entre éstas áreas
tenemos: técnicas
de salvamento y rescate, incluyendo rescate en sitios confinados
con un 23,3 por ciento de solicitudes cada una; técnicas
de enfermería con un 16,6 por ciento de solicitudes; le
siguen procedimientos
administrativos con un 10 por ciento, y seguridad
industrial y combate de incendios con
un porcentaje similar, y luego una lista de procedimientos
que en forma individual han sido considerados elementos
fundamentales en la formación como paramédico;
tales cursos incluyen conducción de vehículos,
obstetricia, trauma, manejo de quemados y politraumatizados,
manejo de equipos, traslado de paciente crítico y otros.
Es plausible entonces el deseo de preparación en
técnicas que pueden ayudar a preservar la vida de
más personas al poseer mayores conocimientos para actuar
en caso de premura; además los conocimientos adquiridos
mejoran el perfil del trabajador lo que le puede garantizar un
mercado de
trabajo más amplio, con posibilidades de mejoras
económicas.

Tabla 5: Condiciones específicas de
trabajo personal masculino de enfermería en el
servicio Ambulancias Ascardio. Barquisimeto. Estado Lara.
Agosto-Noviembre 2000

Grupo de edad
(Años)

Item. (N°, %)

< 20

21 a 30

31 a 40

> 40

Total

X2

p

Entrenamiento para trabajo

1 (2,9)

24 (68,6)

7 (20,0)

2 (5,7)

34 (97,1)

0,41

0,937

Capacitación adecuada

1 (2,9)

17 (48,6)

7 (20,0)

2 (5,7)

27 (77,1)

4,5

0,245

Necesidad de otros
entrenamientos

1 (2,9)

24 (68,6)

7 (20,0)

2 (5,7)

34 (97,1)

0,41

0,937

Fuente: encuesta aplicada trabajadores
servicio Ambulancias Ascardio Agosto-Noviembre
2000

La ley obliga al
patrono a advertir al trabajador de los riesgos a enfrentar en su
puesto de trabajo, como está establecido en el
artículo 237, Capítulo VI de la Ley Orgánica
del Trabajo vigente; Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo, artículo 6 parágrafos 1 y 2;
y en el Reglamento de las Condiciones de Higiene y
Seguridad en el Trabajo, artículo 2. Sólo un
54,3 por ciento de los trabajadores encuestados (Tabla N° 6)
manifiestan haber sido advertidos de los riesgos a los que se iba
a exponer en su puesto de trabajo, y no existe constancia escrita
de esta advertencia. Un 51,4 por ciento recibieron
indicación para prevención de riesgos, y un 34,3
por ciento indican haber sido dotados de equipos de
protección personal, pero sólo un 25,7 por ciento
considera que éstos equipos eran adecuados para el tipo de
riesgo al que se estaban exponiendo o iban a exponerse. Estos
equipos son renovados, según los trabajadores, con una
frecuencia que varía desde semanal (30,8 por ciento),
hasta mensual (61,5 por ciento).

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Las condiciones de seguridad
incluyen aquellas en las que el trabajador debe asegurar el
mínimo de riesgo al salir a la calle, y una medida de la
conciencia de
seguridad del personal de la institución, y además
establecida como norma de obligatoria aplicación es el uso
del cinturón de seguridad dentro de los vehículos
de emergencia, donde un 97,1 por ciento manifiesta usarlo al
trasladarse en las ambulancias.

El personal de salud se enfrenta a riesgos que por el
tipo de actividad a desarrollar no poseen otras ocupaciones,
entre estos riesgos podemos mencionar los riesgos
biológicos, los cuales están relacionados al
contacto con secreciones, sangre y otros
fluidos corporales; es importante entonces que los trabajadores a
desempeñarse en esta área conozcan los peligros de
exposición a tales elementos. Sólo
un 62,9 por ciento de la muestra manifiesta conocer los riesgos
biológicos de su trabajo (Tabla N° 7), pero por otro
lado manifiestan que conocen el virus del
sida (virus de
Inmuno- deficiencia adquirida) en un 97,1 por ciento, pero
sólo un porcentaje que alcanza un 62,9 considera que fue
entrenado para el manejo adecuado de pacientes con sospecha o
certeza de portar el mencionado cuadro patológico.
Considerando el riesgo al que se exponen y al número de
pacientes atendidos, y de acuerdo a las cifras mencionadas
anteriormente, donde se concluye que la orientación en el
manejo de estos pacientes es escasa, aunado a la deficitaria
dotación de equipos de protección personal, se
advierte poco conocimiento
del estado inmunológico respecto al virus HIV, donde
sólo un 57,1 por ciento de los trabajadores conoce su
estado con relación al mismo. Significa que el resto de
los trabajadores desconocen su situación de contacto con
el virus, lo que implica no sólo un riesgo para sí
mismo y su familia, sino
para sus compañeros de trabajo y para los pacientes a los
que debe manipular en muchas ocasiones con mucho contacto de
fluidos corporales.

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Otros elementos del trabajo que deben considerarse
cuando se están estudiando y evaluando condiciones del
mismo y las posibles implicaciones que pueda tener sobre la salud
de los trabajadores tiene que ver con las condiciones
físicas del medio de trabajo, y la forma como el individuo
puede adaptarse o no a las mismas.

Los factores como ruido e
iluminación (Tabla N° 8) aparentemente
no representan condiciones inadecuadas para los trabajadores, ya
que en un 20 y un 28,6 por ciento respectivamente refieren que
hay problemas de ese tipo. Aunque no son directamente
controlables, ya que dependen del sitio donde se acuda a
solucionar una situación de emergencia, y la
ubicación del paciente o lesionado no se conoce con
antelación; en el sitio de trabajo generalmente dependen
de las condiciones interiores de las unidades ambulancias donde
se desplazan. La adopción
de posiciones incómodas (80 por ciento) y espacio reducido
en el trabajo para desempeñar sus acciones (57,1
por ciento), son otros factores que caracterizan esta
actividad.

Las temperaturas ambientales de trabajo, como factor
importante del confort de trabajo, no pueden ser dejadas de lado
en este estudio. Por ser el clima de la
ciudad de Barquisimeto un clima cálido, y ya que la
mayoría de las unidades no cuentan con sistemas de
aire
acondicionado, o funcionan inadecuadamente, se explica el
porcentaje de trabajadores (57,1 por ciento) quienes consideran
que el calor es un
factor molesto en su trabajo. Sólo un 8,6 por ciento
manifiesta que el frío es un factor de incidencia en su
desempeño; pero esto ocurre cuando
desempeñan funciones no
relacionadas a la atención directa de pacientes, sino
cuando realizan labores de recepción y despacho, donde la
temperatura
ambiental es baja.

Factores relacionados a la organización del trabajo también
juegan un papel importante en la génesis de
patologías relacionadas al trabajo (Tabla N° 8). Un
48,5 por ciento considera que tiene un ritmo de trabajo
acelerado, condición que puede afectar la salud del
trabajador por exigencias psicológicas o productoras de
estrés.
Así mismo, un porcentaje igual a 65,7 refiere que tienen
una supervisión estricta en su puesto de
trabajo por parte de sus superiores, y un importante 42,9 por
ciento considera ser maltratado por los mismos, condición
que no se repite con los compañeros de trabajo, ya que
sólo 20 por ciento afirma recibir un trato no acorde de
los otros paramédicos. Condición que crea cierta
incertidumbre respecto a los supervisores, por que un 74,3 por
ciento dice tener buena comunicación con los mismos, y cuando
requieren que alguna solicitud sea atendida por ellos, son
recibidos en un 37,1 por ciento, y obtienen respuesta,
satisfactoria o no, en un 42,9 por ciento, cifras que resultan
contradictorias de hecho.

Una de las actividades que más realizan los
trabajadores, y en la cual se involucra el máximo esfuerzo
físico es en el traslado de pacientes, donde la camilla
debe ser levantada desde el piso para llevarla al interior de la
unidad, o al contrario, descender la camilla a nivel del
piso.

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Los dos elementos que juegan principal papel en esta
operación, aparte del peso de la persona a
trasladar, es el diseño
de la camilla y de la plataforma de abordaje de la unidad. En
este sentido los trabajadores consideran que las camillas con las
que están dotadas las unidades de traslado no son
adecuadas para su maniobrabilidad en un 74,3 por ciento (tabla
N°9), y además un 91,4 por ciento considera que no
reciben un mantenimiento frecuente, igual porcentaje considera
que el estado de rodamiento de las camillas no se encuentra en
buen estado, lo que obliga a realización de mayor esfuerzo
físico para el desplazamiento de las mismas, aumentando la
carga de trabajo para el individuo.

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Por otro lado, un 28,6 por ciento
considera que la plataforma de las ambulancias tiene un
diseño que dificulta su abordaje, obligando a
realización de cargas físicas innecesarias para
poder subir o bajar el peso que suman el paciente y la camilla.
Además, las camillas son estáticas, es decir, no
poseen sistemas de ascenso y descenso para facilitar su
operatividad.

Luego de evaluar las condiciones socio-económicas
de los trabajadores, y además de evaluar las condiciones
físicas y organizacionales del mismo, podemos entonces
tener una imagen del funcionamiento operativo del sistema de
ambulancias, y podemos vislumbrar, en forma somera, cuáles
de estos factores pueden estar afectando la salud de los
trabajadores que operan en su seno.

El cuerpo humano,
como un todo, reacciona de distintas formas a los
estímulos que recibe del exterior, y de tal manera
manifiesta a través de signos y
síntomas que está siendo agredido, y que las
condiciones a las que se ve sometido no están acordes a
los ideales en los que se debe desenvolver. Diversos elementos
externos favorecen a la aparición de síntomas o
signos que nos pueden orientar o hacer sospechar sobre
determinadas patologías.

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Si observamos la tabla número 10,
nos podemos dar cuenta que el grupo tiene un bajo nivel de
consumo de cigarrillos, tal vez por que el tipo de trabajo
está relacionado a la salud, y el consumo de cigarrillos
es un elemento de lucha permanente en este ambiente; por
otro lado, sería incongruente ver a personal de salud
llegar a un sitio a atender una emergencia, o a un centro
hospitalario con un cigarrillo encendido. De todas formas, dentro
de la normativa interna de funcionamiento existe la
prohibición expresa de fumar dentro del horario de
trabajo, y dentro de las instalaciones en las que se labora,
así mismo rige la norma para las unidades
ambulancias.

Ocurre lo contrario cuando se analiza el consumo de
alcohol por
parte de los trabajadores, ya que un 80 por ciento de los mismos
refiere consumir bebidas alcohólicas, y el mayor consumo
se observa en el grupo de 21 a 30 años (54,3 por ciento).
Otro elemento que forma parte de la idiosincrasia del venezolano
es el consumo de chimó, el cual es un derivado concentrado
del tabaco, el cual
es utilizado como sustancia estimulante, y que tiene un aumento
en su utilización en personas jóvenes.

Uno de los elementos que socialmente y
médicamente se ha asociado y relacionado como factor
preventivo de enfermedades
cardio-vasculares, y como elemento de disminución de las
patologías sociales es la práctica deportiva,
elemento que en el grupo de trabajadores alcanza un 62,9 por
ciento, donde el mayor número de practicantes se encuentra
en el grupo de edad de 21 a 30 años.

En cuanto a los valores de tensión arterial
observados en el grupo (Gráfico N° 1), se puede
apreciar que gran porcentaje de los trabajadores mantiene cifras
tensionales dentro de los rangos considerados como normales
(García-Conde y otros, 1996; Kelley, 1991), es decir, por
debajo de los valores límite de 140 milímetros de
mercurio para la tensión sistólica, y 90
milímetros de mercurio (mm de Hg) para la
diastólica, a pesar de que cinco trabajadores están
recibiendo terapia anti-hipertensiva (tabla N°11) o
están sometidos a régimen dietético, por
haber presentado cifras tensionales elevadas en algún
momento de su vida. Sólo uno de ellos presentó
cifras consideradas elevadas a pesar de recibir tratamiento
farmacológico y dietético. La tensión
arterial media para el grupo fue de 90,44 mm de Hg (DE: 7.782, p:
0,00000), valor que se considera normal tomando en cuenta los
valores para tensión arterial sistólica y
diastólica encontrados.

  Si se analizan los problemas osteomusculares
(Tabla N° 12) que pueden estar afectando al grupo estudiado,
y que se conoce que es un problema frecuente en los trabajadores
de la salud (Buil y Bernal, ob. cit.) se tiene que un 62,9 por
ciento de la muestra estudiada ha presentado dolor de espalda en
alguna oportunidad desde su ingreso al trabajo, especialmente
dolor lumbar, que para un 40,9 por ciento de ellos el nivel de
dolor los obligó a solicitar asistencia médica. Una
fracción menor presentó dolor al nivel de los
miembros superiores (37,1 por ciento), y un 25,7 por ciento
refirió dolor al nivel de los miembros inferiores. Por las
características del trabajo, donde el levantamiento de
peso es una tarea frecuente, y donde la capacitación
física del
trabajador es prácticamente nula como parte de un programa
estandarizado, los trastornos musculo-esqueléticos no
pueden dejar de aparecer dentro del seno de la muestra.
Además, los equipos de
trabajo muchas veces son conformados sin tomar en cuenta la
estructura corporal del personal, asignando guardias de trabajo a
parejas con estatura muy diferente, lo que obliga a uno de ellos
a realizar esfuerzos mucho mayores para compensar la diferencia
de talla.

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Si se toma en cuenta la carga física de trabajo,
se podría esperar un porcentaje alto de patologías
herniarias, pero sólo un 2,9 por ciento refiere haber
sufrido de hernia umbilical, y un número similar de hernia
inguinal, ambas corregidas quirúrgicamente. El porcentaje
pudo haber sido mayor, tomando en cuenta que el examen
físico de pre-empleo no es
realizado en forma sistemática para los aspirantes a
ingresar a laborar en el servicio. Igual comportamiento
se observa en cuanto a la patología del sistema vascular
periférico, donde un porcentaje de 2,9 refiere presentar
problemas tipo várices en miembros inferiores.

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Los trastornos irritativos al nivel de la
piel, que en
los trabajadores de la salud conforman un grupo importante de
casos debido al contacto con el látex de los guantes, a
las sustancias químicas utilizadas, y con los
medicamentos, en el grupo encuestado sólo un 17,1 por
ciento refieren haber presentado irritación en la piel. En
el servicio, la manipulación de los medicamentos es
responsabilidad de este personal, pero reciben un
entrenamiento adecuado en cuanto a las técnicas de
preparación y administración de medicamentos. El contacto
con el látex de los guantes si merece especial
atención, ya que no son utilizados frecuentemente en la
atención de pacientes con sangramiento activo, por no ser
suministrados, o por la rapidez en la atención de los
mismos. En general, en estos casos interviene personal
médico, quienes por cultura propia
se resguardan del contacto con la sangre que puede significar un
riesgo para la salud.

Tomando en cuenta el tiempo de trabajo, que a veces se
prolonga más de 12 horas, y aunado al hecho de que el
trabajador debe permanecer con el calzado por tiempo similar, se
puede explicar que un 31,4 por ciento de los trabajadores
refieran padecer de trastornos micóticos en los
pies.

En el sistema
respiratorio tenemos que un 40 por ciento de los trabajadores
del servicio refiere haber presentado cuatro o más
catarros durante el año anterior, con síntomas como
odinofagia o dolor de garganta, y sólo un 14,3 por ciento
relacionados con ataques de tos frecuente, los cuales no siguen
un patrón horario característico.

Si analizamos las condiciones de trabajo, en las que se
debe subir por escaleras, y a veces cargando equipos, camillas y
pacientes, es importante la capacidad que tiene el trabajador de
poder realizar el esfuerzo con un mínimo de desgaste. Es
significante entonces que un 34,3 por ciento de los trabajadores
encuestados manifiesten sentir sensación de falta de
aire al subir por
escaleras. La ausencia de un plan efectivo de
entrenamiento físico para el personal puede estar
incidiendo en la capacidad de responder al esfuerzo físico
del trabajador.

Llama poderosamente la atención, que un 34,3 por
ciento de los trabajadores manifiestan haber sentido dolor o
sensación opresiva en el pecho, y de este grupo, un 75 por
ciento ubica este dolor del lado izquierdo del pecho, y un 25 por
ciento lo relaciona además con irradiación al brazo
izquierdo, molestias que aparecen relacionadas al esfuerzo en un
41,6 por ciento de los casos, síntomas que
clásicamente están relacionados a patologías
de origen coronario. Para un grupo con una edad media baja
(28,914 años) es llamativo la alta cifra de personas con
síntomas que pueden hacer pensar en patología
cardiovascular, que son predominantes en grupos de mayor edad.
Diversas condiciones pueden estar influenciando en los datos
hallados en este grupo respecto a problemática
cardíaca: el tipo de trabajo, donde se labora con
pacientes de alto riesgo, el ritmo de trabajo, las jornadas
largas, las jornadas nocturnas, el tipo de dieta, poco tiempo de
recreación, es decir de
recuperación, y otros, podrían aportar
explicación a la elevada cifra de trabajadores que han
referido síntomas asociados a patología
coronaria.

Aunque se ha relacionado la aparición de
problemas cardiovasculares con el sobrepeso, en el caso del grupo
bajo estudio, presentan una media de Indice de Masa Corporal que
está en 26,673, con una Desviación Estándar
de 3,023 y un Error Estándar de 0,526, valores que
según la clasificación mencionada anteriormente los
ubica en la escala como un
valor normal.

En el plano respiratorio, la aparición de
síntomas en este sistema varía de acuerdo al sitio
de afectación. Los trabajadores refieren molestias en la
garganta y aparición de cuadros catarrales frecuentes en
un 40 por ciento; apenas un 14,3 por ciento de los trabajadores
han presentado episodios de tos nocturna, y un 5,7 por ciento
refiere tos al levantarse, así como un porcentaje similar
presenta tos tanto de día como de noche. Tomando en cuenta
el espacio confinado de trabajo, y la variedad de pacientes con
que se encuentran, con características muchas veces de
padecer enfermedades de tipo infeccioso, y aunado al hecho de que
la protección respiratoria no es un elemento fundamental
en los equipos de los trabajadores, se podía haber
esperado un porcentaje mayor de afectación respiratoria,
aunque los cuadros catarrales sí tienen una importante
representación en el grupo bajo estudio.

Trasladándose a la esfera digestiva (Tabla N°
13), se tiene que gran parte del grupo de encuestados ha
presentado en alguna oportunidad dolor o ardor de estómago
en igual proporción (60 por ciento), con un 100 por ciento
de disminución luego de ingerir alimentos, lo que se puede
traducir en trastornos de hiperacidez gástrica como
clásicamente se ha descrito en la literatura médica.
(Kelley, ob.cit.) Si se toma en cuenta las características
del trabajo, el horario de trabajo, el tipo y horario de dieta,
además de la norma estricta del servicio de
prohibición de comprar alimentos en la ruta de trabajo, es
fácil deducir que el origen de la patología
digestiva tiene su base en esas causas prenombradas. A pesar de
permanecer parte de su tiempo de trabajo sentados en las unidades
mientras se desplazan por la ciudad, y con un ritmo evacuatorio
que debe ser adecuado a las posibilidades que pueda brindar el
ritmo de trabajo, sólo un trabajador (2,9 por ciento)
refirió haber sufrido de hemorroides.

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Si tomamos el grupo de trabajadores que expresan haber
sufrido de dolor estomacal, encontramos que un 76,2 por ciento de
estos se encuentran en el grupo que labora más horas en el
mes, definiendo una relación entre el número de
horas trabajadas y las alteraciones alimentarias que puedan
existir.

Otros síntomas que se presentan en la
población estudiada tienen que ver con la esfera
neurológica y psicológica, entre estos tenemos a la
cefalea o dolor de cabeza como una manifestación de
estrés en el trabajo (Martínez Jarreta, 1997;
Bourbonnais y otros, 1998). En el grupo estudiado, un 48,6 por
ciento ha presentado por lo menos dos episodios de cefalea en
cada mes (p = 0,16), predominando los trabajadores que pertenecen
a edades jóvenes entre 21 a 30 años con un 76,5 por
ciento, con intensidades que en su mayoría va de leve a
moderada (47,4 y 42,1 por ciento respectivamente), sólo un
10,5 por ciento manifiesta que alcanza intensidad muy fuerte.
Generalmente no son acompañadas de otros síntomas,
sólo 17,1 por ciento manifiestan presentar algún
otro síntoma asociado a la cefalea. De éstos un
52,9 por ciento expresan que el dolor de cabeza se manifiesta en
un solo lado de la cabeza, características que
clínicamente se asocian a cuadros de origen vascular
(Wilson y otros, 1991).

Si se relaciona el número de horas trabajadas con
la aparición de diversos síntomas, como por ejemplo
dolor de estómago, dolor en el pecho, dolor de espalda y
cefalea, tenemos que a medida que el trabajador dedica mayor
parte de su tiempo al trabajo, aumenta el número de
episodios de tales síntomas, indicio de que su salud se ve
afectada por la jornada de trabajo más allá de su
capacidad física. (Gráfico N° 2)

 Se han descrito los efectos que el trabajo en
determinados tipos de actividades puede generar sobre el estado
de salud mental de
los trabajadores, describiéndose incluso el llamado efecto
burnout en los
trabajadores sanitarios (Bourbonnais y otros,ob.cit). Por esto
este segmento tan importante de la salud, y al mismo tiempo tan
difícil de evaluar, no puede ser dejado de lado a la hora
de querer describir el estado de salud del personal estudiado. Un
17,1 por ciento de los trabajadores manifiestan haberse sentido
enojados con facilidad, pero un 34,3 por ciento refiere que
presenta cambios de estado de animo con facilidad, que un 25,7
por ciento lo refieren como tristeza, y que un pequeño,
pero importante 2,9 por ciento manifiesta haber presentado deseos
de morir.

Las manifestaciones del desacople entre el trabajo y el
trabajador pueden tener otro tipo de manifestaciones en la salud
del mismo, y que pueden manifestarse como sensación de
fatiga, como ocurre en un 74,3 por ciento de los encuestados, y
como sensación de cansancio en un 45,7 por ciento. Estos
trastornos en la adaptación del trabajador a su trabajo,
además del tipo de trabajo donde se pasa gran parte de la
jornada nocturna mensual, y gran parte de estas jornadas sin un
período de recuperación, llegan a afectar el ritmo
normal de sueño a un 34,3 por ciento de los trabajadores,
que presentan trastornos tipo insomnio. En el mismo grupo, otra
forma de manifestación se expresa como problemas de
concentración en un 42,9 por ciento.

Tomando en cuenta que la vida de toda persona
está dividida en dos tiempos: el productivo, que se debe
dedicar al trabajo, a la generación de bienes para el
pleno disfrute del segundo tiempo, que es el reproductivo, el
cual debe ser dedicado a la recuperación de
energías para enfrentarse al trabajo, al disfrute del
grupo familiar, y

al tiempo de procreación como parte fundamental
del desarrollo del
ser humano, entonces es fácil deducir que en un grupo
donde el promedio de estancia en el trabajo en horas nocturnas es
tan elevado, y que la jornada de trabajo involucra el trabajo en
días feriados y

fines de semana, donde el resto de la familia se
encuentra de descanso, tenga problemas tanto en la esfera
afectiva como en la esfera sexual.

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Gráfico N° 3. Afectación vida
sexual de trabajadores masculinos según horas trabajadas,
Servicio Ambulancias Ascardio. Agosto-Septiembre
2000.

Horas trabajadas

Fuente: encuesta a trabajadores Ambulancias Ascardio.
Agosto-Noviembre 2000

Un 34,3 por ciento de los trabajadores del servicio
manifiestan que han notado cambios en su vida sexual desde su
ingreso al trabajo actual, donde un 37,1 por ciento refiere que
ha variado la frecuencia con que mantenía relaciones
sexuales, y un 77,1 por ciento considera que se ha modificado
la satisfacción que siente al realizar el acto sexual con
su pareja. Condiciones que pueden favorecer el hecho de que un
51,4% haya tenido relaciones extra pareja, respondiendo al
estereotipo machista que impera en nuestra sociedad.
(Gráfico N° 3)

Observando el comportamiento de las curvas en el
gráfico, se aprecia que la incidencia de casos con
problemas en su vida sexual aumenta a medida que el trabajador
debe ausentarse por mayor tiempo de su domicilio debido a la
necesidad de cumplir con la alta carga horaria asignada. Estos
cambios tienen una mayor representatividad en el grupo que labora
más de 200 horas al mes, situación que lo obliga a
permanecer gran parte del tiempo fuera de su domicilio, llegando
con cansancio físico variable, que puede disminuir la
satisfacción o el deseo sexual. Paradójicamente, en
el mismo grupo se detecta una alta incidencia de relaciones
extra-matrimoniales, situación que puede ser estudiada con
detenimiento para tratar de discernir los factores que
estarían condicionando el alejamiento del trabajador de su
entorno familiar, impulsándolo a buscar
satisfacción fuera de su propio hogar. Además de
las implicaciones afectivas que esta situación puede
generar, hay que tomar en cuenta el impacto económico que
puede tener el frecuentar una pareja que no es la propia, lo que
puede golpear aún más sus deteriorados ingresos.
Esto sin mencionar el riesgo biológico de contraer
enfermedades de
transmisión sexual de diversos tipos, y además
la posibilidad de embarazos extra-pareja, con la consiguiente
carga económica.

CONCLUSIONES

Luego de haber revisado todas las características
propias del grupo de trabajadores tan particular como lo es el
grupo de paramédicos masculinos de un servicio de
atención de emergencias pre-hospitalarias, es innegable
que las condiciones de trabajo afectan en forma notable el estado
de salud de tales individuos.

Cuando se visualiza el entorno socio-económico de
estos trabajadores, nos damos cuenta que el bajo nivel de
ingreso, limitado por el valor de su hora de trabajo, lo obliga a
desempeñar jornadas laborales que van más
allá de su capacidad física, por lo que su
organismo se empieza a resentir a tempranas edades por la carga
que implica tal esfuerzo físico. Es preocupante observar
que el total de trabajadores tienen ingresos que están por
debajo de la llamada cesta básica, limitando su capacidad
adquisitiva.

Nos podemos imaginar el impacto que sobre la salud tiene
el cumplimiento de las jornadas de trabajo, cuando nos
encontramos que el trabajador promedia jornadas mensuales que
superan en un 70 por ciento la jornada que estipula la Ley para
el trabajador venezolano, y aún así no logra
obtener ingresos que satisfagan las necesidades de su grupo
familiar. Mayor es el impacto cuando nos damos cuenta
que

la mayoría de las horas de labor son efectuadas
en el horario nocturno, afectando no sólo la salud del
trabajador desde el punto de vista físico, sino que se ve
afectada su vida social, sentimental y sexual, ya que su ritmo de
trabajo se invierte respecto al ritmo de vida de su grupo
familiar, y el tiempo dedicado al ejercicio de sus labores le
resta tiempo de disfrute con su pareja, hijos y otros con los que
comparte sus momentos no productivos.

Es el factor "número de horas laboradas" el que
mayor impacto representa en la salud del trabajador de los
servicios de atención de emergencia, y el que ocasiona un
mayor número de síntomas físicos en los
mismos. Tomando en consideración que a mayor número
de horas laboradas serán mayores las jornadas de trabajo
de larga duración, entonces podemos suponer que la
aparición de síntomas digestivos, osteo-musculares,
neurológicos y de la esfera sexual pueda estar relacionado
directamente a esta condición en particular.

Aunque los resultados obtenidos no ofrecen una
confiabilidad estadística, nos ofrecen un alerta de las
condiciones de trabajo de este grupo de personas, que
están viendo afectadas sus condiciones de salud
física y mental, lo que llega incluso a modificar su
entorno familiar y afectivo.

Siendo el síntoma que más afecta a los
trabajadores el relacionado a patologías digestivas, y
tomando en cuenta las características de las jornadas de
trabajo, y conociendo la reglamentación acerca de la
adquisición de alimentos, además del tipo de
trabajo, donde la responsabilidad por la vida y salud de los
pacientes agrega una condición estresante a los
paramédicos, entonces no es de extrañar las cifras
encontradas. Regularizar y facilitar la ingestión de
alimentos en un horario aceptable, y la flexibilización
con sentido común de la reglamentación prohibitiva
relacionada a la adquisición de alimentos, pueden lograr
disminuir la incidencia de patologías
digestivas.

Las condiciones de diseño de las unidades
ambulancia, y de las camillas utilizadas para traslado de
pacientes, también juegan un papel importante en la
génesis de problemas osteo-musculares en los trabajadores.
Si sumamos la conformación de equipos de trabajo con
desigual estructura corporal (talla y peso), se agrega un factor
disonante en la aplicación de fuerza
física para el levantamiento y manipulación de
pesos en la actividad diaria, factores que ejercen su acción
sobre la estructura corporal de los trabajadores, quienes no
tienen un plan de entrenamiento físico y
capacitación para el ejercicio que les mejore su
condición y resistencia para la carga física de
trabajo a ejecutar en su labor diaria. Es el dolor de espalda el
segundo problema más presentado por los trabajadores y
tomando en cuenta el tipo de actividad que se desarrolla, debe
ser punto de honor en la resolución de los problemas que
le dan origen.

Los esquemas de organización del trabajo, donde
la rotación del personal para la realización de sus
guardias no sigue un patrón definido, y donde la
asignación por áreas de trabajo con ubicaciones
lejanas entre una y otra agregan un factor de estrés al
trabajador, ya que además de la carga horaria en
sí, debe adaptarse a la irregularidad del sistema horario
utilizado, también participa en la génesis de
trastornos de salud que a la larga afectan la calidad de vida del
trabajador, y pueden afectar el rendimiento efectivo del mismo en
el desempeño de las funciones que debe realizar como
trabajador del área de la salud.

La revisión de todas las condiciones de trabajo
no sólo en el personal objeto de este estudio, sino de
todos los involucrados en el proceso de atención de
pacientes en forma ambulatoria, debe ser llevada a cabo en el
menor tiempo posible, ya que los resultados indican que se
están generando patologías relacionadas a las
inadecuadas condiciones de trabajo, y éstas pueden ser
prevenidas con un diagnóstico precoz y la aplicación
de los correctivos necesarios antes de que los problemas
relacionados al trabajo puedan ser manifestados por los
trabajadores.

RECOMENDACIONES

  • Implementar en forma sistemática la
    realización de examen físico pre-empleo y de
    rutina para los aspirantes a ingresar al servicio y para sus
    trabajadores, de tal forma de detectar problemas de salud que
    puedan ser agravados al exponerse al tipo de trabajo ejecutado
    en el servicio, previniendo de esta forma lesiones que puedan
    ser irreversibles para el afectado.
  • Desarrollo y ejecución de programa de Higiene y
    Seguridad dentro del servicio de Ambulancias Ascardio,
    asegurando de ésta manera el cumplimiento de la
    normativa legal vigente en la materia,
    iniciándose los procedimientos con la
    notificación de riesgos al personal de nuevo ingreso,
    dejando constancia escrita en el expediente de cada trabajador.
    La dotación de uniformes y equipos de protección
    personal adecuados al riesgo de exposición; el
    entrenamiento en materia de higiene y seguridad en el
    desempeño de las funciones propias del cargo
    desempeñado, y la adopción de un programa de
    inspección, detección, corrección y
    seguimiento de las condiciones inseguras o de riesgo para el
    trabajador, deben ser puntos presentes en cualquier programa de
    seguridad que se quiera implementar dentro de la
    institución.
  • Asignación de turnos de guardia bajo un
    sistema rotativo que disminuya el tiempo continuo de
    permanencia en el puesto de trabajo, con un mínimo de
    afectación del ritmo circadiano normal; el esquema de
    rotación presentado anteriormente, en el cual se
    realizan turnos rotativos diarios de mañana, tarde,
    noche seguidos de un período de descanso es
    aparentemente el menos dañino para la salud del
    trabajador. Se justificaría además ya que se
    lograría un equilibrio
    en los ingresos entre los trabajadores, e igualando las
    oportunidades de trabajo y descanso. De este modo se
    lograría un equilibrio entre el tiempo productivo y el
    reproductivo. Factor que puede incidir favorablemente en este
    punto es la revalorización de la hora de trabajo, ya que
    al mejorar el ingreso del trabajador, e igualando sus cargas de
    trabajo, éste disminuirá la necesidad de
    someterse a largas jornadas de trabajo agotador.
  • Elaboración de un diseño
    ergonómico de vehículo ambulancia el cual se
    adapte a las características fenotípicas de los
    trabajadores venezolanos. Este diseño puede ser
    utilizado para la exigencia de características adecuadas
    en los vehículos que se puedan adquirir en un futuro. La
    adopción de tal diseño puede disminuir o eliminar
    las patologías de orden osteo-muscular. Aunque las
    empresas que se
    encargan de producir los vehículos a nivel nacional
    ofrecen modelos
    estandarizados, es posible sugerir, y basado en las evidencias
    encontradas en el presente y posteriores estudios, la necesidad
    de adaptar los diseños a la realidad ergonómica
    del trabajador venezolano, quien es el que sufre las
    consecuencias de la inadaptación a su elemento de
    trabajo.
  • Adquisición de camillas para traslado de
    pacientes con mecanismos que faciliten la elevación y
    transporte
    de pacientes. Las camillas tipo tijera, con sistemas
    hidráulicos o mecánicos que limitan la necesidad
    de agacharse del personal serían un recurso ideal. Del
    mismo modo, el diseño de la parte posterior de las
    unidades, por donde se aborda la camilla, debe tener una
    conformación que reduzca el esfuerzo físico en la
    maniobra de levantamiento o descenso de la camilla.
  • Desarrollo y ejecución de un programa de
    entrenamiento físico del personal operativo del servicio
    Ambulancias Ascardio, que permita la elevación y
    mantenimiento de la condición física de los
    trabajadores, asegurando la efectividad en la ejecución
    de la operación de levantamiento de pesos; del mismo
    modo, la adopción y seguimiento de una rutina de
    ejercicio físico puede mejorar el perfil cardio-vascular
    individual, disminuyendo la posibilidad de enfermedad
    cardíaca o vascular.
  • Entrenamiento práctico y participativo en las
    técnicas adecuadas de levantamiento de pesos, observando
    las técnicas básicas para la ejecución de
    dicha maniobra. El entrenamiento en estas operaciones
    debe formar parte de la preparación que se realiza al
    personal cuando aspira ingresar al servicio como trabajador.
    Este entrenamiento debe llevar una programación continua, que garantice su
    aplicación por los trabajadores, realizando seguimiento
    de las técnicas y su aplicación.
  • Fomentar el desarrollo de líneas de
    investigación en el campo de la Salud
    Ocupacional y dirigidas a las poblaciones de trabajadores
    cuyas características sean desconocidas o poco
    conocidas, de tal forma de crear un panorama de las condiciones
    reales donde se desenvuelven en sus jornadas diarias, y de las
    posibles soluciones
    que se puede ofrecer para resolver los conflictos
    de tipo ergonómico, organizacional físico, y de
    exposición a riesgos en general a los que se deben
    enfrentar en el desarrollo de sus actividades laborales.
    Conociendo el hecho de que existen grupos con
    características similares a nivel nacional, se debe
    realizar un estudio donde las características propias de
    cada grupo sea comparado con los demás y evidenciar la
    relación entre condiciones de trabajo y manifestaciones
    psico-somáticas derivadas de
    las mismas.

ANEXOS

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 AUTOR:

Dr. Juan Carlos Rodríguez

Médico Cirujano

Especialista en Salud Ocupacional e Higiene del Ambiente
Laboral.

Barquisimeto, Estada Lara, Venezuela

Partes: 1, 2
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