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Bosquejo comparativo entre las concepciones de salud y terapéutica tradicional de Mesoamérica y Asia




Enviado por apamena



    1. Planteamiento
    2. Breve reflexión sobre la
      realidad y la representación de la
      realidad
    3. Finalidad.
      Razones
    4. Aproximaciones básicas en
      la idea de salud/enfermedad
    5. Final
    6. Resumen
    7. Bibliografía

    1.-INTRODUCCIÓN.

    Las teorías
    sobre el origen del ser humano en América
    plantean distintos interrogantes. Podemos reconstruir la
    antigüedad a partir de restos de yacimientos
    arqueológicos. Podemos basarnos en el estudio
    biológico de los tipos humanos. Podemos escuchar lo que
    sobre su origen opinan los representantes de los pueblos
    indígenas. Aquéllas serían teorías
    basadas en el estudio y en los métodos
    específicos de tales ciencias. La
    explicación de los representantes de los pueblos
    originarios se encuadraría dentro de lo que llamamos
    simbolismo al hacer referencia a aspectos relacionados con sus
    creencias y su cosmovisión (mitos)
    llegados al presente a través de la tradición.
    Podemos situarnos, para intentar tener una respuesta, en medio de
    la polémica que enfrenta a defensores de: naturalezabiologíagenética,
    con su línea explicativa del ser humano, de su organización, de su progreso y experiencia
    existencial (incluida la cultura, o
    aspectos relevantes de ella) con partidarios del enfoque
    estrictamente cultural quienes afirman que la existencia (lo que
    vivimos y consideramos que somos o entendemos a partir de lo que
    percibimos) es una creación permanente que hacemos en
    nuestra mente mediante la representación, y que todo es
    simbólico existiendo en la medida en que es conocido.
    Podemos usar el buen juicio y valorar el aporte de las distintas
    ciencias (naturales y sociales) excluyendo dudosas y peligrosas
    finalidades a priori. Al final, lo que hacemos es nadar en un mar
    de palabras. Nos movemos por los entresijos del lenguaje,
    circulando de teoría
    en teoría. Pero no queda otro remedio si queremos dar
    satisfacción al entendimiento, trabajando para
    aproximarnos a la verdad. Así es que, a falta de una
    única explicación conteniendo toda la verdad, o
    simpatizamos con lo que nos parezca más coherente y
    razonable o cada cual se decantará por la línea
    explicativa más de acuerdo con sus ideas y su
    formación. Aquí, en el tema que tocamos, el enfoque
    más acertado es el de la antropología articulando lo cultural y lo
    biocultural, ya que puede abarcar bastante al estudiar las
    tradiciones y el elemento humano (lo que es o se considera que
    es, y lo que hace) de las distintas culturas como elementos vivos
    (hoy) provenientes del pasado, capaces de proporcionarnos una
    idea (aproximada) de lo que fueron los orígenes. La
    tradición, relacionada con lo cultural; y el elemento
    humano (en conjunto) con lo biocultural. Peter Brown distingue
    entre antropología cultural y antropología
    biocultural. La primera estaría ligada a las ciencias
    sociales (psicología, sociología, lengua). La
    segunda, más en relación con las ciencias
    naturales y humanas. La antropología biológica
    estudiaría aspectos del ser humano como animal racional
    (Brown 1998). Para Leslie White, por ejemplo, cultura es lo que
    el ser humano hace y produce a partir de la energía motriz
    (vital) que extrae de la naturaleza (White 1964). L White es uno
    de los representantes de la Ecología Cultural.
    Hay otras opiniones, con otros tantos enfoques.

    Situándonos fuera de la polémica y de los
    enfrentamientos teóricos, admitiremos líneas
    diferentes de la antropología y a la vez relacionadas,
    bien definidas y bien entendidas, encuadrando en ellas los
    distintos aspectos del estudio.

    Uno de los objetivos de
    la antropología es descubrir, conocer los mecanismos y las
    maneras que tienen las culturas de continuar su existencia . La
    biología estudia los mecanismos de reproducción (física) del ser
    humano en cuanto a cuerpo, es decir, como organismo vivo
    (animal). En el juego
    simbólico y creativo de los pueblos originarios se alude a
    aspectos del alma tanto
    como a otros del cuerpo, muchas veces imaginados (Galinier 1997)
    para dar explicación a los hechos y fenómenos que
    ocurren en la vida cotidiana , en la multirrealidad (Chica 1998),
    un espacio simbólico donde conviven lo sensorial y
    espiritual junto con elementos que los ligan.

    Así pues, tendremos en cuenta en nuestro bosquejo
    lo cultural (entendido aquí como lo racional, lo mental,
    lo espiritual, lo simbólico, y lo que el hombre hace
    y produce; es decir, desde la idea de un jarrón para
    ofrendas hasta
    el jarrón para ofrendas) y lo biológico (entendido
    aquí como lo físico, lo natural, lo orgánico
    en su expresión funcional y estructural) para articular la
    explicación y el desarrollo del
    estudio.

    Históricamente, las diversas teorías sobre
    los orígenes del elemento humano en América hablan
    de migraciones mongoloides norasiáticas a través
    del Estrecho de Bering, traslados desde la zona Este y Sur de
    Asia a
    través del mar, paso de Australia a la Tierra del
    Fuego. Algunas de ellas son mixtas admitiendo el origen
    mongoloide primero, a través de sucesivas oleadas, pero
    sin descartar la llegada de elementos del Este asiático
    mediante primitivas embarcaciones (posteriormente).

    Al analizar un aspecto concreto de la
    cultura relacionado íntimamente con la naturaleza
    humana y con la vida como es la idea de salud, podemos
    plantear muchos interrogantes, por ejemplo sobre el grado de
    evolución del pensamiento de
    aquellas poblaciones de cazadores recolectores (de hace 35000
    años), si disponían realmente de
    organización capaz de asegurar la cohesión de los
    grupos
    mediante "instituciones"
    e instrumentos como el chamanismo, etc. Carlos Junquera en su
    análisis del chamanismo harakmbet (Amazonía
    peruana), resalta la expresión "Institución
    chamánica", es decir, algo más que simples
    prácticas terapéuticas (Junquera 1991). Lo mismo
    hace Jacques Galinier cuando señala que para comprender
    los aspectos terapéuticos del chamanismo, antes hay que
    entender el marco en el que están inscritos, la
    "institución chamánica" (Galinier 1997). Por tanto,
    y de acuerdo con la esencia de la idea de M.Eliade, pudo haber
    una antigua "Institución chamánica" compleja,
    germen de las propias "instituciones" de las culturas originarias
    americanas en la cual quedarían encuadradas, y a partir de
    la cual evolucionaría la idea de salud de los distintos
    pueblos americanos.

    Como no estamos comparando producciones del tipo:
    cerámica, tejidos, ropas,
    utensilios diversos, etc, sino aspectos del pensamiento,
    consideramos de más ayuda la antropología. Nos
    podemos apoyar en la etnología para explicar semejanzas en
    las distintas líneas de evolución cultural de los
    grupos americanos originarios. Respecto a las influencias de unos
    sobre otros, expresa Jacques Galinier en su estudio de los
    otomíes mesoamericanos: "Au cours de l´histoire,
    dans cette marquetterie culturelle des societés
    préhuastèques, les jeux d´influence
    d´un groupe éthnique à l´autre ont
    dessiné une configuration culturelle régionale
    extremement complexe" (Galinier 1997:201).

    ¿Podría haber en las culturas actuales
    (americanas, mesoamericanas) semejanzas con aquellas primeras
    venidas de Asia?

    Es difícil responder. Aquí también
    hay teorías variadas. Podemos pensar que los contenidos
    antiguos pasaron a través del tiempo dentro
    del "cuerpo" de las recitaciones, de las prácticas
    chamánicas y religiosas, es decir, a través de la
    palabra y del lenguaje gestual y ritual (generación tras
    generación). ¿Qué tanto por ciento del
    contenido antiguo pasó?, ¿Qué tanto se
    perdió?, ¿Qué tanto se transformó?,
    ¿Qué tanto se mezcló?, ¿Qué
    tanto evolucionó?, ¿Qué tanto se
    añadió? Conocemos factores influyentes en esos
    procesos desde
    la colonización, e incluso desde antes. El fenómeno
    de la aculturación, por ejemplo, en aumento desde el
    inicio del proceso de
    colonización. Pero pese a todo, la realidad sorprende al
    descubrir que algunos grupos originarios dan muestra de la
    vitalidad (y revitalización) de sus tradiciones (como
    subraya Galinier del Carnaval de los otomíes (Galinier
    1997) aún en pleno proceso de globalización y de extensión
    planetaria de la cultura occidental. Por nuestra parte pensamos
    que si el mecanismo de transmisión y el modo de
    reproducción de las culturas funcionó y funciona (
    al menos en parte), pese a las influencias externas, parte de los
    contenidos tendrían aún relación con los
    orígenes, o serían una derivación, una
    manifestación evolucionada de aquéllos, pareja a la
    evolución, complejidad, desarrollo y transformación
    de sus sociedades.

    Los rasgos faciales de los pueblos indígenas
    americanos son mongoloides y derivarían de un tronco
    común del que evolucionaron las poblaciones
    asiáticas actuales, según la opinión
    mayoritaria de los expertos. Lo cultural no tiene por qué
    depender de lo biológico (genético), pero las
    características constitucionales y genéticas pueden
    convertirse en condicionantes influyentes para/en el desarrollo
    de determinadas actividades. Por ejemplo, alguien que tenga por
    naturaleza un número alto de pulsaciones se las
    verá y deseará para subir en bicicleta un puerto de
    montaña en una competición a un ritmo fuerte. Sin
    embargo, le será menos costoso mantener ese ritmo a quien
    haya nacido con un número de pulsaciones bajo. Una
    competición deportiva es un hecho cultural. Un
    condicionante físico puede influir sobre el resultado de
    la prueba. Esto es una variación cultural.

    En la tradición de la medicina
    china, se
    habla de cuerpo y Shen (=conjunto de todas las actividades
    mentales) para definir al ser humano como una unidad en la que el
    cuerpo sería una manifestación burda de la
    energía básica Qi, y el Shen, una
    manifestación más sutil y fina de esa
    energía. Según la ciencia
    oriental, habrá siempre una semejanza de fondo, Jing
    congénito
    (base común), entre antecesores y
    sucesores, con independencia
    de dónde se desarrollen. Pero el tipo de vida que lleve
    cada uno, la alimentación que
    realice, la información que reciba, la mayor o menor
    inserción en el hábitat, en la familia, en
    el grupo social,
    su forma de ver el mundo, el pensamiento que desarrolle, la
    manera de explicarse las cosas, etc, marcarán las
    diferencias. En el pensamiento tradicional chino, la
    articulación dialéctica Inn/Iang nos da a conocer
    un mundo equilibrado por acción
    de fuerzas opuestas/complementarias. Dicha acción crea una
    dinámica que tiene su más pura
    manifestación en el principio de la vida como movimiento de
    vaivén. Por tanto, en el humano, junto a lo común
    (con sus antecesores), habrá lo diferente (individualidad,
    identidad
    propia); y junto a lo diferente, habrá lo común
    formando unidad y existiendo a la vez. (conforme al esquema:
    cuerpo-Shen).

    ¿Podría haber en los grupos y culturas
    originarios de América , apoyándonos en la manera
    de pensar china, elementos antiguos, tanto en lo físico
    (que los hay, rasgos mongoloides), como en lo cultural, formando
    unidad y existiendo a la vez, junto con los rasgos individuales y
    de diferenciación de cada grupo y cultura, propios de sus
    evoluciones respectivas?

    No se puede descartar la aportación de otros
    elementos culturales provenientes de poblaciones del
    Pacífico en fecha más posterior a la llegada de los
    grupos siberianos.

    Mircea Eliade considera el chamanismo como elemento
    vital, salvaguarda de la integridad y factor común de los
    pueblos en cuanto a la cohesión de los grupos y desarrollo
    del hombre
    antiguo, y señala la existencia de características
    similares de Norte a Sur en todo el continente americano (Eliade
    2000).

    Admitiendo esa semejanza y suponiendo la relación
    (primitiva) asiático-americana por la llegada de oleadas
    distintas que pondrían en contacto a los recién
    llegados con los anteriormente instalados, descendiendo las
    influencias y repercusiones de los encuentros en Alaska a
    través de los grupos instalados hacia el sur,
    podríamos ver hoy una evolución con ropajes
    culturales diferentes en unos y otros sitios, correspondiente a
    un tronco de ideas común del pasado.

    Evidentemente, el paso del tiempo derivaría en
    manifestaciones concretas evolucionadas de esa base común
    en cada pueblo americano y en los que se quedaron en Asia,
    formándose tradiciones distintas que, aunque sin
    conexiones (conocidas) en la evolución (América y
    Asia han avanzado en la historia cada una por su
    lado), tal vez sí con elementos culturales (de fondo)
    emparentados.

    La conclusión de este punto de partida es que, a
    la vez que parece haber un parentesco físico junto con
    unas diferencias también físicas que nos hablan de
    identidades diversas con rasgos comunes (ordenación
    dialéctica Inn/Iang) entre los pueblos originarios, y
    entre ellos y los primeros pobladores asiáticos de Alaska,
    también podría haber parentesco con las primitivas
    culturas siberianas (aunque fuera muy diluido) si, como dijimos
    anteriormente, nunca dejaron de funcionar los canales y los
    mecanismos de transmisión de las tradiciones de los grupos
    desde la época remota. Influencias culturales de unos
    grupos sobre otros se aprecian y constatan en Mesoamérica
    (Galinier 1997), provenientes de tiempos anteriores a la
    Conquista. Y elementos comunes se ven de Norte a Sur en todas las
    culturas del continente.

    Es verdad que explicamos el mundo a través de
    imágenes y representaciones, y que
    utilizamos distintos discursos para
    ello. Pero, a nuestro juicio, en la disputa sobre a qué
    damos más importancia y prioridad, si a naturaleza o a
    cultura, la conclusión es: "tanto monta, monta tanto".
    Porque, la naturaleza no es nada si no la conocemos, pero
    el
    conocimiento se obtiene cuando hay funcionamiento de una
    maquinaria orgánica. Acercándonos a la
    teoría de los chinos, maquinaria, funcionamiento y
    conocimiento
    formarían una unidad interrelacionada. El Qi en un
    ser humano se muestra como cuerpo y Shen, según la
    tradición china. Y nada es Inn sino con
    respecto a Iang, y viceversa. Uno no existe sin el otro.
    Alguien puede explicar el dolor de una rodilla porque ahí
    se ha instalado un espíritu que ocasiona el mal (es el
    caso en ciertas ocasiones dentro de las culturas tradicionales
    mesoamericanas, por la intermediación constante del mundo
    de creencias en la realidad sensorial). Una vez hecho el diagnóstico (para el que se ha examinado la
    estructura de
    la rodilla además de valorar otros hechos
    simultáneos e influyentes) y determinada la causa, se
    elabora un principio de tratamiento que equivale a un plan de
    actuación del médico étnico en distintos
    órdenes y estratos de la multirrealidad (incluida la
    rodilla como tal). Por lo tanto, aunque un mal del cuerpo se
    explique con un símbolo y se utilicen otros para
    remediarlo, también se atiende al cuerpo como tal (pues es
    una parte de la unidad, la maquinaria que hace posible el
    pensamiento).

    No podemos saber con absoluta certeza si los rasgos
    mongoloides de las etnias originarias americanas derivan de
    gentes asiáticas. Tampoco podemos asegurar que, admitiendo
    el origen mongoloide, aquella vieja cultura haya pasado elementos
    a las tradiciones actuales, muy afectadas por la
    aculturación y otros males. Nos interesa aproximar ideas
    de origen asiático, pero tocadas de interculturalidad por
    su contacto y extensión con/por el resto de las culturas
    del mundo, a ideas de las culturas originarias americanas
    (mesoamericanas en este caso) con el fin de observar y examinar
    el peso de la tradición (de las tradiciones) en dichos
    contenidos y pensamientos, entre los que tal vez haya parentesco
    lejano.

    2.-
    PLANTEAMIENTO.

    La realización de un estudio comparativo de
    conceptos e ideas requiere de un acercamiento comprensivo
    diferente al de un estudio de realidades sensoriales
    únicamente. De este último caso se ocuparía
    más la ciencia
    positiva.

    Centrándonos en nuestro objetivo, no
    entendemos igual salud que idea de salud, aunque en las culturas
    tradicionales ambas se entrelacen. Podemos entender salud como
    algo biológico o biocultural (Brown 1998) siendo lo
    primero objeto de estudio específico de las ciencias
    naturales. Idea de salud es algo cultural, por tanto objeto de
    estudio de las ciencias sociales y de la lingüística. Ahora bien, partiendo de
    nuestra hipótesis de relación e
    interdependencia de salud e idea de salud en las culturas
    tradicionales, y en ciertas líneas del pensamiento
    occidental, pensamos que ambas constituyen un eje dinámico
    (de vaivén) objeto de estudio de las ciencias humanas
    globalmente, la más adecuada en este caso, a nuestro
    juicio, la antropología.

    Hasta que la medicina (occidental) se diferenció
    y se singularizó decantándose como ciencia de la
    salud, entendida ésta sobre la base de lo
    biológico, también gozaba del calificativo de
    ciencia humana interesada en lo vivencial, lo sociológico
    y lo humano en general (experiencia individual, emocionales,
    vivencias,..). Hoy, aunque la discusión sobre campos no
    está cerrada, la especialización ha conducido a la
    cultura occidental a definir, acortar , acotar y clarificar los
    objetos de estudio específicos de cada ciencia.

    No ocurre así en Oriente (nos centramos
    principalmente en China) donde, al lado de la ciencia occidental
    extendida, se sigue desarrollando la tradición conviviendo
    modos de curar distintos pero complementarios (Soo 1986) y
    habiendo ciencias, entre ellas la medicina tradicional que, al
    entrar en contacto con el pensamiento occidental, se han
    convertido, (se está convirtiendo) en ciencias
    interculturales(Aparicio 2004).

    Así pues, lo primero a tener en cuenta es que en
    Oriente conviven los métodos científicos y los
    tradicionales (clasificación didáctica, en realidad ambos son
    métodos de conocimiento). Allí, la idea de
    salud/enfermedad es una idea mixta matizada por un pensamiento o
    por otro dependiendo de diversos factores. En la práctica
    se diferencian MTC y MO, aunque en los hospitales chinos suele
    haber ambos servicios.

    ¿Qué ocurre en el ámbito
    mesoamericano?

    Según J.J. Medina (1) la cultura occidental,
    instalada desde la llegada de los europeos, ha desarrollado
    sistemas que se
    diferencian poco de los de otras áreas de influencia del
    ámbito occidental. El estudio de la medicina (occidental)
    es especializado como corresponde al principio de todas las
    ciencias. En México el
    sistema de salud
    (pública) es el que deriva de la concepción
    científica de salud/enfermedad, por tanto el oficial y
    aplicado a todo el territorio nacional. En los pueblos
    indígenas, no obstante, pese a la influencia del factor de
    aculturación y de otros factores se mantiene una idea de
    salud/enfermedad propia (suya) en la medida en que se sigue
    manteniendo la tradición de cada cultura. Cada vez hay
    más voces que se alzan pidiendo se respeten y reconozcan
    los sistemas de salud tradicionales (no sólo en
    México sino en toda Latinoamérica). Según la revista
    Natural (2), durante la Cumbre Iberoamericana de Jefes de
    Estado
    celebrada en la ciudad boliviana de Santa Cruz, que
    congregó a 21 Jefes de Estado y de Gobierno
    latinoamericanos, se celebró un Encuentro Social
    Alternativo de "médicos tradicionales naturistas,
    indígenas y originarios" pertenecientes a etnias de
    Bolivia,
    México, Colombia y
    Venezuela,
    entre otras, en defensa y promoción de sus medicinas tradicionales.
    Señala la citada revista que en el acto estuvo presente el
    ministro de educación boliviano
    quien defendió "el conocimiento milenario que atesora la
    farmacopea popular".

    En México hay una concepción de
    salud/enfermedad muy variada y mezclada a nivel de población en general. La idea universal de
    corte occidental se da más pura en personas y ambientes de
    estudio, formación, interés y
    proximidad a la ciencia (occidental) y al sistema oficial
    (centros de estudio, Universidades,..), pero va perdiendo nitidez
    a medida que se extiende por ámbitos populares, con
    diferencias rurales y urbanas, mezclándose incluso con
    ideas tradicionales a veces. En los grupos originarios, las ideas
    de salud/enfermedad siguen siendo fieles a las tradiciones aunque
    se imponga el sistema oficial en todo el territorio.

    Podríamos establecer el siguiente
    esquema:

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

    El espacio con líneas quebradas
    representaría el ámbito sociocultural,
    caracterizado por una variedad (no uniformidad, no homogeneidad)
    de situaciones, en las que se entremezclarían ideas y
    conceptos en distintos niveles (provenientes de las tres fuentes),
    dependiendo de las características de los grupos e
    influidos éstos a su vez por muchos factores (culturales,
    económicos, ideológicos, políticos,
    religiosos, geográficos, históricos,
    climáticos, etc., etc.).

    Características de las ideas de los grupos
    originarios: pureza, originalidad, aseguran cohesión y
    continuidad, coherencia (pensamiento – expresiones), validez y
    viabilidad (en sus contextos) en la medida en que los grupos
    estén próximos a las tradiciones, y mantenimiento
    reservado al grupo (ideas locales).

    Características de las ideas científicas,
    oficiales: pureza, aseguran cohesión y continuidad,
    coherencia (pensamientos – expresiones), validez, viabilidad y
    extensión universal. (próximas al poder del
    Estado).

    Características de las otras ideas: origen
    diverso, mixto, distintas influencias.

    Como vemos, frente a la simplicidad aparente de la
    realidad oriental (centrándonos en China principalmente)
    en cuanto a concepción de salud/enfermedad, se da una
    realidad más compleja y entremezclada en el ámbito
    mexicano.

    Nuestro estudio se centra en el acercamiento y contraste
    del conjunto referente a las ideas de los grupos originarios de
    Oaxaca (Zapotecas y Mazatecas) y del concepto
    tradicional de salud expresado en la medicina china con el fin de
    observar el peso de la tradición y las semejanzas y
    diferencias que hubiere.

    Para la comprensión de ideas debemos aproximar al
    entendimiento los objetos de estudio usando la herramienta del
    razonamiento, es decir, hacer inteligibles sistemas (modos de
    pensar) diferentes así como experiencias provenientes de
    ellos. Con ese método
    aplicado a la ciencia de la cultura podremos aproximarnos al
    entendimiento de ideas de culturas distintas a la nuestra. Leslie
    White, afirma que la ciencia es uno de los modos básicos
    de tratar la experiencia. Señala que la finalidad de la
    ciencia es hacer inteligible la experiencia, lo cual puede ser
    aplicable a los fenómenos culturales (White 1964: 25). Es
    por eso por lo que desde este bosquejo antropológico
    intentamos no sólo contrastar diferentes concepciones
    tradicionales de salud para extraer unas conclusiones, sino que
    los mismos sistemas terapéuticos de esas tradiciones,
    consideramos tienen la característica de ciencias (no
    convencionales) y por tanto la posibilidad de ser comparados en
    una misma línea, la de la tradición (cada uno la
    suya).

    En las culturas tradicionales, y en ciertas
    líneas de pensamiento dentro de la cultura occidental, a
    la hora de comprender el mundo, se entremezcla lo cultural y lo
    natural, por tanto, las ideas de las cosas y las cosas mismas,
    dando lugar a unidades amplias formadas por elementos humanos
    (físicos y anímicos), medioambientales,
    espirituales y otros.

    Carlos Junquera, en el estudio del chamanismo harakmbet
    (Amazonía peruana) habla del carácter social, natural, cultural y
    espiritual de dicho fenómeno (no sólo curativo,
    según él) (Junquera 1991), por lo tanto amplio. El
    Dr. Jaime Ibacache señala que para los mapuches la idea de
    salud, equidad y
    desarrollo es un equilibrio
    entre la persona, la
    naturaleza y lo sobrenatural (3).

    Por ello, nuestro enfoque será a la vez cultural
    y biocultural, características diferenciadas pero
    complementarias. Idea de salud pertenece a lo cultural. Salud a
    lo biológico y a lo cultural. Salud e idea de salud se
    diferencian poco en las culturas tradicionales. Cultural y
    biocultural serán enfoques explicativos de una realidad
    amplia y unificada en la tradición. Por ejemplo, en la
    explicación que hacen del cuerpo los otomíes, lo
    que conciben como piel hace
    referencia tanto al recubrimiento de nuestro organismo como al de
    un animal o a la corteza de un vegetal. Piel humana, "piel"del
    entorno, corteza de árbol, piel de otros animales, es lo
    mismo, una imagen, un
    elemento simbólico que aglutina lo material y lo
    inmaterial (Galinier 1997). Unión de lo biológico y
    de lo cultural bajo una óptica
    simbólica. En la medicina tradicional china, el cuerpo y
    sus estructuras
    son energía, Qi, materia
    fundamental que constituye todo lo creado, manifestación
    biológica, bioeléctrica y del Shen (emociones,
    sentimientos, pensamientos, cultura), todo unido e
    interrelacionado.

    3.- BREVE
    REFLEXIÓN SOBRE LA REALIDAD Y LA REPRESENTACIÓN DE
    LA REALIDAD.-

    Tal planteamiento es un planteamiento occidental. La
    reflexión se realiza a través del lenguaje.
    El lenguaje es
    el encargado de acercarnos las diferentes realidades cuando
    nosotros no estamos presentes para captarlas sensorialmente.
    Así hacen los medios de
    comunicación. De esta manera, distinguimos entre un
    hecho percibido por los sentidos y la
    noticia del hecho. Aunque en ambos casos elaboramos una imagen
    del hecho en nuestra mente, en el primero de los casos
    participamos directamente, en el segundo, participamos en el
    hecho de aprehensión de la noticia (acercamiento a
    radio, tv.,
    periódico), pero la imagen que formamos del
    hecho contado es imagen de una previa representación.
    Algunos hablan de que hay diferencia entre la realidad
    perceptible y la realidad representada en las ideas. Otros opinan
    que los objetos, la naturaleza, la realidad son imágenes y
    objetos mentales desde el momento en que hablamos de ellos y los
    difundimos en la
    comunicación. Si hablamos de idea de salud, estaremos
    hablando de representación mental de la salud.

    ¿Los orientales (chinos) piensan
    así?

    A través de nuestra experiencia hemos constatado
    que su concepto de realidad es un concepto integrado, menos
    complicado que en Occidente, en nuestra opinión. Muchas
    ideas occidentales no tienen la misma significación
    allí. La tradición china se basa en un concepto
    (llamémoslo así) básico y fundamental: el
    concepto de Qi del que ya hemos hablado. Según Eric
    Marié, en sentido amplio, Qi es el conjunto de las
    energías y sustancias que están presentes en la
    naturaleza y en el ser humano. "Siendo la energía vital
    universal, el Qi está presente en todas las
    manifestaciones de la naturaleza". (Marié 1998:
    63).

    Así pues, para los chinos, tradicionalmente, la
    salud se expresa en términos de equilibrio, un equilibrio
    entre cuerpo y Shen , un equilibrio entre el ser humano,
    su sociedad, el
    medio físico, el medio cultural y de creencias y el
    conjunto de normas. A nivel
    popular se dice que hay salud si fluye( corre) el Qi, es
    decir, si no hay bloqueos (correcta circulación de la
    sangre, buenas
    conexiones neuronales y correcta circulación neuromuscular
    o bioeléctrica, buena circulación de
    líquidos, correcto funcionamiento de órganos y
    vísceras –la tradición china hace esa
    diferencia -, buen funcionamiento de la excreción,
    normalidad de las funciones de
    transporte,
    transformación, absorción y distribución, etc.). Por tanto, partiendo
    de un concepto de unidad de todo lo creado, los chinos no dedican
    demasiado tiempo a discernir entre realidad y
    representación de la realidad puesto que para ellos todo
    forma parte de lo mismo (esa unidad). Y se da la ley de: "el todo
    es a la parte como la parte al todo". Es salud tanto lo referente
    al estado general como lo que pensamos sobre dicho estado. En
    definitiva, equilibrio, un equilibrio entre el Inn y el
    Iang, de los que hablaremos más
    adelante.

    Hay, por tanto, una gran realidad dinámica cuyas
    partes son y se comportan como pequeñas realidades iguales
    a la grande. En medicina tradicional china hablamos de sistemas y
    subsistemas. El cuerpo sería un sistema regido por unas
    normas. La mano sería un subsistema que, individualmente,
    se comportaría como un sistema grande. Pero nada se ve de
    manera aislada sino integrado en un gran conjunto formado por
    partes interrelacionadas. Eso es el ser humano. Ted J. Kaptchuck
    define la MTC como una trama sin tejedor sobre la base de la
    red de relaciones
    constantes dentro de cada persona (Kaptchuck 1995), que la
    teoría clásica oriental extiende al medio social,
    natural y cultural (Marié 1998).

    Para entender la concepción de realidad por parte
    de la cultura mazateca, habremos de referirnos a su
    cosmovisión.

    "La cosmovisión mazateca se encuentra hoy en
    día fragmentada, es contradictoria y está muy
    penetrada del pensamiento cristiano y de ideas medievales
    europeas, de modo que no se sabe cómo era en su forma
    original" (4).

    Pese a constatar pérdida de originalidad por las
    interferencias lógicas de la cultura dominante,
    consideramos que los elementos de la tradición mazateca
    aún nos pueden acercar a la visión del mundo de ese
    pueblo, diferente de la occidental, pero no tanto de la de sus
    vecinos, y en ciertos aspectos (sin que medie relación)
    ¿de la de los orientales (chinos)?

    En la observación y en el entendimiento de la
    realidad para los mazatecos interviene activamente su mundo de
    creencias, según Cabrera, Incháustegui,
    García y Toledo.

    Entendemos que no hay, por tanto, una división de
    la realidad como la nuestra en su cosmovisión sino la
    visión que coincide con la propia
    observación-percepción-experiencia-vivencia.

    Entienden salud/enfermedad no sólo como
    equilibrio/desequilibrio. A veces consideran la enfermedad como
    un medio para reflexionar sobre otros aspectos tan /más
    importantes que la propia enfermedad (Chica 1998).

    En cuanto a los Zapotecas, el poeta Juchiteco
    Andrés Henestrosa comenta(5):

    "Apenas concebido, el indio Zapoteca, al igual que todos
    los indios de México, cae bajo el imperio de las
    supersticiones que ya no han de soltarlo nunca, ni siquiera
    después de la
    muerte."

    Este texto forma
    parte de un documento de 1943, por lo que podemos explicar y
    entender la manera de expresarse el autor, de acuerdo a su
    época. Prescindiendo de que estemos o no de acuerdo con el
    uso de ciertos términos, lo que nos importa del texto es
    que nos refiere a una realidad mixta o realidad sensorial
    intermediada por el mundo de creencias en la cultura zapoteca.
    Hecho semejante (con las variantes propias de cada grupo) al de
    los mazatecas.

    Pese a la lejanía respecto a la manera de
    concebir y de percibir la realidad entre el mundo occidental y
    las culturas tradicionales, sí queremos también
    subrayar la importancia del lenguaje en éstas. Por
    ejemplo, entre los chinos, existe un rico lenguaje
    simbólico, tanto en la forma (utilización de
    gráficos cuya descripción visual tiene que ver con la
    realidad a la que aluden) como en el fondo (significado,
    analogías). Y aunque el lenguaje y la realidad a la que
    hace referencia forman parte de una misma Unidad, en
    salud/enfermedad la expresión analógica sirve para
    ordenar los distintos elementos de la realidad (de la Unidad) con
    el fin de hacerlos inteligibles así como también la
    propia realidad. Por ejemplo, un problema sanguíneo es
    relacionado con posibles causas de color rojo,
    así como también puede curarse con elementos
    terapéuticos (plantas, etc) que
    contengan pigmentos rojizos (6).

    Hay estudios sobre el área de Oaxaca que han
    señalado la importancia de la lengua (más que la
    proximidad geográfica) a la hora de transmitir contenidos
    culturales (conocimientos) o difundir comportamientos en
    relación con la salud, según refieren Rubel y
    Browner (7).

    4.- FINALIDAD.
    RAZONES.

    Al comparar dos realidades debemos definir la finalidad.
    Ya lo expusimos al principio, queremos aproximar tradiciones
    diferentes y ver qué extraemos de la comparación.
    Hay una serie de razones que nos pueden hablar de parentesco
    lejano entre tradiciones americanas (aquí sólo
    esbozadas las de Oaxaca, zapotecas y mazatecas) y la china.
    Contrastamos las ideas de salud por considerar que son un rasgo
    que ayuda a mantener la existencia de los grupos (sus componentes
    individuales y colectivos) y a perpetuar sus culturas. Somos
    conscientes de que todos los grupos tradicionales van a
    expresarse en términos muy cercanos a la naturaleza por lo
    que esas líneas de expresión (que tomarán
    forma según los lugares) ya serán un factor
    común por sí solas. Pero, ¿ qué es lo
    que hace que consideremos el acercamiento de culturas tan
    distantes ?

    Las razones siguientes:

    1. Parentesco de los grupos originarios americanos con
      las etnias asiáticas. En este sentido se expresan
      diversos autores como Carlos Malamud, Andrés Ciudad y
      Manuel Lucena quienes sostienen que el hombre americano es
      originario de Asia, y que el paso a América se produjo a
      través del Estrecho de Bering por medio de migraciones
      de origen mongoloide hace unos 40.000 años (Ciudad,
      Lucena, Malamud 1992: 16), de acuerdo con la tesis
      clásica de Alex Hardlicka que apoyaba el origen
      alóctono, (pero con fechas que no concuerdan con los
      estudios de hoy) (8). En la misma línea se expresa J.C.
      Ochoa en su libro
      Mito y
      Chamanismo en el Amazonas (Ochoa 2003). Y al respecto, sumamos
      la opinión de Mircea Eliade quien, en su estudio del
      antiguo chamanismo considera que se dan las mismas
      características desde Alaska a la Tierra del
      Fuego (Eliado 2001). En relación con el origen oriental
      de las poblaciones americanas arcaicas, también vemos
      similitud entre el chamanismo de los pueblos americanos con el
      de los pueblos asiáticos. Claudia Alvarado Osuna
      (bioquímica clínica) (9)
      señala que se han encontrado numerosos marcadores de
      tipo mongoloide, refiriéndose a los indígenas que
      habitaban el continente antes de la llegada de los
      españoles. J. Eric S. Thompson en el estudio de la
      civilización maya, señala que los antecesores de
      este pueblo vinieron procedentes de Siberia oriental,
      atravesando el Estrecho de Bering y que tales migraciones se
      fueron sucediendo en un periodo de miles de años. El
      puente de tierra que unía Siberia a Alaska
      desapareció unos 8000 años a.C. Sigue diciendo E.
      Thompson que los emigrantes posteriores tuvieron que pasar el
      Estrecho en barca. En Méjico, subraya, puede seguirse el
      rastro de vez en cuando de los distintos pueblos que fueron
      llegando, por los restos arqueológicos hallados, no muy
      numerosos de esa época (Bacon 1975).

    En la obra de P. Brown y sus colaboradores se analiza
    la influencia de la nutrición en los
    cambios adaptativos de los primeros pobladores americanos
    provenientes de Siberia. Los autores hablan de "filtro
    genético" requiriendo habilidad para vivir en
    condiciones de déficit de hidratos de carbono,
    moderado consumo de
    grasas y
    elevado consumo de proteínas (Brown 1998).

    Sin embargo, creemos que ni ese condicionante ni otros
    posteriores eliminarían elementos culturales ligados al
    origen asiático.

    Si la disponibilidad de alimento (cambios, carencias,
    excesos) podía incidir en la salud de los individuos y
    en la estabilidad y continuidad de los grupos, indudablemente
    influiría en la idea de salud/enfermedad de
    aquéllos. Creemos que la idea de salud que podemos
    observar hoy día en culturas como la zapoteca o
    mazateca, o en otras como la araucana, sería el
    resultado de un pensamiento antiguo tradicional, mezclado con
    influencias circunstanciales y con aspectos propios de la
    evolución cultural y de los procesos bioculturales
    adaptativos de los grupos. El mismo razonamiento podemos
    aplicar a las ideas actuales sobre salud/enfermedad de las
    culturas asiáticas. Según esto ¿Qué
    habría de común entre ideas de culturas
    americanas e ideas de culturas asiáticas, hoy? Pues en
    teoría, la parte correspondiente al elemento ancestral
    común, manifestado de distintas formas. También
    pudieron haber llegado ideas provenientes de Asia a
    través del mar en momentos posteriores al primer paso
    por el puente terrestre de Bering. Ello significaría un
    refresco de la posible y relativa influencia asiática en
    el origen de las preculturas y desarrollo de las culturas
    americanas.

    Luis Pericot expone que, junto a los factores
    sanguíneos en los que han podido señalarse
    elementos de unidad y de aislamiento frente a otros grupos
    humanos como mongoles y polinesios, pudieron llegar a
    América ideas como la del cultivo (agricultura), a través de
    náufragos o aventureros o circular paso a paso de tribu
    en tribu. También señala Pericot que hay quienes
    establecen el origen indochino del maíz
    americano, aunque la mayoría de los autores lo admiten
    como planta autóctona de América. En el
    análisis y exposición sobre las altas culturas
    centroamericanas, Pericot expresa que los americanos llegaron a
    conseguir los logros que alcanzaron impulsados por su interna
    capacidad y por ideas recibidas de fuera, traídas de
    forma aislada o por la presión
    de nuevos grupos humanos que vinieron (Pericot
    1988).

    La tradición china utiliza el paralelismo
    correspondiente en el pensamiento. Al definir al ser humano, lo
    hace considerándolo una unidad formada por cuerpo y
    Shen como hemos explicado. Cuerpo y Shen no son
    dos partes como se entiende en la tradición de la
    cultura occidental (cuerpo y alma), sino dos formas de
    apariencia y presentación de la misma energía
    básica que los conforma (Aparicio 2004). Utilizando esa
    característica del pensamiento oriental diríamos
    que si se han conservado y legado desde la antigüedad
    rasgos físicos apreciables como la forma de los ojos,
    por ejemplo, también se han tenido que conservar otros
    rasgos pertenecientes al Shen (ya que cuerpo y Shen son
    inseparables pues son la misma cosa) por tanto, relacionados
    con las ideas, sin que esto sirva para hacer depender la
    evolución del pensamiento y de la cultura, de la
    evolución biológica. Más bien, desde la
    tradición oriental, ambas evoluciones han avanzado como
    una unidad, lo que define al ser humano, dotado de la
    posibilidad de elegir, que lo aleja de los animales quienes se
    rigen únicamente por el instinto y por bases
    exclusivamente genéticas.

    1. Apoyo de los diferentes grupos en la tradición
      (en sus tradiciones respectivas) considerada como el elemento
      que une los tiempos y que reproduce las culturas de las
      sociedades. Haciendo una comparación podríamos
      decir que tradición vendría a ser en los seres
      humanos como el impulso que pasa de ficha a ficha (de unas
      generaciones a otras dentro de las sociedades) en una fila de
      piezas de dominó (humanos en la cadena inexorable de la
      historia) en la que el movimiento de una origina el movimiento
      de la otra y así sucesivamente hasta el final. Lo que
      circula es el impulso primero que crea la dinámica del
      movimiento traspasado hasta la última ficha.
    1. Herencia genética y cultural (evolucionadas)
      de los grupos emigrados hace 35000 años. A este respecto
      señalan los doctores Blanco, Suazo y Santos: "La
      variedad genética y étnica de la población
      chilena es el resultado de la misogenación entre la
      población nativa americana, de origen asiático, y
      el español" (Blanco, Suazo, Santos 2003:
      765-772). Destacamos esta cita por la mención que se
      hace del elemento asiático en relación con la
      constitución física de los
      chilenos. Sin embargo, creemos que, si bien el hecho descrito
      se da, no es el exclusivo. No todos los chilenos derivan de esa
      mezcla.
    1. Semejanzas encontradas en el estudio de la lengua
      mapuche, entre el mapudungun y el chino, según
      señala Malú Sierra en su libro
      refiriéndose a los estudios del lingüista G.
      Soublette (Sierra 2000), y según señala el propio
      investigador en una entrevista
      sobre el origen de los mapuches, en la que no dice que el
      mapudungun venga del chino sino que ambas, y todas las
      lenguas de culturas originarias americanas, tienen una
      raíz común, de la lengua madre de toda la
      familia
      lingüística de la raza mongoloide. (10).
      Gastón Soublette (11) examina elementos
      simbólicos como el Kultrum o tambor ceremonial mapuche y
      relaciona los motivos dibujados (cruz mapuche) con motivos
      orientales estableciendo semejanzas. También ve
      semejanzas chino-araucanas en las explicaciones y referencias a
      la cosmovisión de tales símbolos, afirmando que las formas de
      expresión de la dialéctica universal en la China
      antigua y entre los mapuches emanan de un arquetipo
      común propio de la familia racial a la que chinos y
      mapuches pertenecen. En la cosmovisión del pueblo
      araucano hay elementos esenciales similares a los de la cultura
      mexicana (en general).

    La línea de semejanza, entendemos, sería
    una línea Norte-Sur y tendría que ver con el avance
    de los pueblos siberianos desde su penetración en
    Alaska.

    Arqueológicamente hablando, en la enciclopedia
    Encarta se expone que los hallazgos de las primeras migraciones
    son muy escasos.

    Los testimonios que se desprenden del estudio
    comparativo de las lenguas indígenas, así como el
    análisis de algunos materiales
    genéticos, sugieren la posibilidad de que estas
    migraciones tuvieran lugar hace unos 30000 años. Algunas
    pruebas
    más, procedentes de yacimientos arqueológicos
    sitúan esa fecha algo más tarde (12).

    1. Estudios modernos relacionados con la cultura
      china. En este sentido la Dra. Beatriz Barba (13) explica
      que aquella cultura tiene gran semejanza con la mexicana. Se
      refiere a la conducta de
      la gente del campo. Afirma que el mexicano auténtico es
      muy parecido al chino, que no saluda de mano. Señala que
      el mexicano no mira a los ojos sino hacia abajo; que los
      vestidos de los nativos de China tienen gran parecido con los
      de las culturas mixteca y zapoteca. Según ella, en la
      cultura zapoteca el etnólogo se encuentra muy cerca del
      pueblo chino, y termina diciendo que China no es un país
      extraño (para los mexicanos) en
      realidad.
    1. Peter Brown señala que estudios comparativos
      de antropología genética pueden ayudarnos a la
      recostrucción de movimientos de población
      prehistóricos, por ejemplo, el movimiento de los pueblos
      siberianos hacia el Nuevo Mundo.(Brown 1998: 38).

    ¿Podemos hablar de una serie de
    características comunes, más claramente observables
    en las culturas de todos los pueblos originarios de
    América, y entre ellos y los orientales ?

    Aún faltan estudios dirigidos expresamente a la
    comparación de restos arqueológicos de las antiguas
    poblaciones con las producciones arcaicas siberianas. Y
    aún faltan estudios antropológicos
    específicos que comparen los elementos de las culturas
    vivas (actuales) americanas y orientales. El trabajo de
    G. Soublette (Chile) parece revelar la existencia de lazos
    provenientes del pasado (relaciones de lenguajes) preservados y
    transmitidos al presente dentro de la cultura mapuche.

    También queremos destacar de forma complementaria
    y como dato anecdótico el afán por conocer la
    cultura oriental en América. En concreto, la MTC, como
    ciencia intercultural ya hoy (Aparicio 2004) está cobrando
    un auge creciente en todo el continente, se enseña en
    México y en Cuba, llegando
    a integrarse dentro del Sistema Sanitario cubano que engloba la
    medicina científica y la medicina tradicional y natural
    (14).

    5.- APROXIMACIONES
    BÁSICAS EN LA IDEA DE SALUD/ENFERMEDAD.

    Comencemos por definir sucintamente lo que entienden por
    salud los grupos originarios zapotecas y mazatecas, así
    como lo que se entiende dentro de la cultura oriental tradicional
    (de origen chino principalmente).

    Rubel y Browner en su estudio titulado
    Antropología de salud en Oaxaca expresan,
    refiriéndose a los conceptos tradicionales de salud entre
    los indígenas de Oaxaca: "La medicina tradicional
    indígena se caracteriza por la falta del concepto
    cuerpo-mente, pero concibe al cuerpo humano
    como un sistema homeostático o autorregulador. De estos
    conceptos se desprende la percepción de que el bienestar y
    la salud son el reflejo del equilibrio en la naturaleza y de que
    para mantener el balance que requiere la salud, se necesita un
    control y un
    ajuste constantes."

    Todos los autores consultados así como nuestro
    informante J.J. Medina destacan el hecho de la
    intermediación del mundo de creencias en la vivencia,
    relación y percepción de la realidad para los
    componentes de grupos originarios, por tanto, un hecho
    común entre zapotecas y mazatecas.

    Exponemos unos ejemplos relatados por J.J.
    Medina.

    En la zona donde él trabajaba en iban a hacer
    unas prospecciones en el suelo. El primer
    día, conectaron las máquinas y
    la perforadora empezó a bajar. En un momento dado, se
    atascó. Patinaba y no pasaba de un punto. El ingeniero
    revisó los planos y comprobó las coordenadas. No
    veía razón para el problema pues el suelo era
    relativamente blando en el área en que estaban perforando.
    Próximos a los trabajadores había unos viejecitos
    de la aldea contigua que se sonreían, hablaban entre
    sí y hacían gestos a los trabajadores para que se
    desviasen tan solo unos metros hacia el lado. En un momento dado,
    el ingeniero se acercó a ellos y les preguntó por
    qué decían eso. Ellos le contestaron que estaban
    agujereando el espacio propiedad de
    un espíritu concreto y que éste no les
    permitía seguir. El ingeniero no hizo caso y ordenó
    continuar, sin resultados. Finalmente, pararon allí y
    movieron la maquinaria algunos metros. Iniciaron de nuevo la
    perforación, con éxito
    esta vez.

    Evidentemente, pensamos que la maquinaria topó
    con alguna masa rocosa excesivamente dura del subsuelo con la que
    no habían contado. Puede pasar. Esa sería la
    explicación lógica
    y física, que satisface nuestro entendimiento de
    occidentales. Los hombres del lugar, sin embargo, no lo
    percibieron (vivieron) así. Dieron explicación de
    la realidad con la mediación de sus creencias. Es evidente
    que el hecho físico fue visto de manera común por
    (los ojos de) todos los presentes, pero la manera de dar cuenta
    de él, de explicar el fenómeno, fue diferente, sin
    embargo lógica y coherente en los dos casos. El ingeniero
    entendió que había un impedimento físico, de
    acuerdo con su manera de ver la realidad. Los hombres del lugar
    lo entendieron según su tradición les decía.
    Diferentes formas de ver el mundo, diferentes maneras de explicar
    la realidad. Las dos válidas y comprensibles en/ y
    desde sus ámbitos respectivos.

    En otra ocasión, José Medina nos
    contó que una joven le vino a consultar preocupada pues,
    según decía, había sido elegida para recibir
    el espíritu de un personaje (sacerdote) importante, muerto
    en el pasado. El hecho iba a ocurrir en una fecha determinada y a
    una hora concreta, aprovechando una conjunción de astros.
    Pero ella no lo deseaba. Dado que temía incluso por su
    vida y que no respondía a ningún razonamiento para
    convencerla de lo contrario, nuestro informante le
    respondió en sus mismos términos
    asegurándole que él impondría un
    obstáculo entre ella y los "sacerdotes" a la hora del
    día previsto. Con esa explicación, la chica se
    calmó, y cuando llegó el momento, J. Medina
    permaneció a su lado asegurándole que su
    interposición mental (entre el oficiante de la ceremonia y
    ella) impediría la transferencia del espíritu.
    Pasado el tiempo prudencial se movieron los astros y el
    espíritu finalmente no llegó a la mujer. Nadie
    más que ellos dos supo de la maniobra. Los oficiantes y el
    grupo que esperaba la llegada pensaron que el fallo fue debido a
    otras causas.

    Lo cierto es que, como señalamos anteriormente,
    en México se entremezclan aspectos tradicionales con otros
    provenientes de variadas fuentes (sobre todo en el medio urbano,
    más cosmopolita y abierto, también desvirtuado
    respecto a las tradiciones), dando lugar a un abanico de
    manifestaciones culturales, religiosas y rituales capaces de
    incidir sobre conceptos básicos como el de salud, llegando
    a distorsionar su significado original, o a verlo simplemente de
    una forma diferente. En el ejemplo relatado por nuestro
    informante apreciamos todo eso. Vemos cómo un elemento de
    las culturas tradicionales (la mediación del mundo de
    creencias entre la realidad y la percepción de la misma),
    influye de hecho sobre la idea de salud pudiendo llegar incluso a
    hacer concebir, debido al miedo, temores de muerte. Y
    vemos cómo, utilizando el mismo lenguaje, se pudo calmar a
    la persona y solucionar el problema. Haciendo ajustes y reajustes
    entre realidad y mundo de creencias (como conciben en los grupos
    originarios), J. Medina devolvió una situación
    desequilibrada (en la mujer) a la
    normalidad.

    En China se suele decir: tengo un viento de
    cabeza
    para señalar un dolor de cabeza. Como vemos, se
    acusa a un elemento atmosférico como responsable de que su
    energía entre en la persona, alterando el equilibrio de la
    salud.

    En ambos casos hay mediación de elementos de
    más allá de la tridimensionalidad. Elementos que
    forman parte de las tradiciones respectivas de México y de
    China. Elementos que se usan para dar forma, para explicar, para
    hacer comprensible e inteligible una realidad. Las culturas
    tradicionales están llenas de contenidos ligados a la
    experiencia y muchas veces alejados del pensamiento
    científico y racionalista. Contenidos que definen la
    identidad de esos pueblos y que debemos entender y respetar si
    verdaderamente (los occidentales) queremos acercarnos a la
    comprensión de sus culturas.

    "Las explicaciones causales de las enfermedades, ya sean
    físicas, emocionales o mentales, son atribuidas a una
    variedad de desbalances sufridos por el cuerpo", señalan
    Rubel y Browner.

    Estos desequilibrios, entendemos, pueden provenir de
    factores aislados o asociados. En todo caso, si en la vivencia de
    la realidad intervienen muchos elementos (medio
    ambiente, relaciones con la comunidad,
    creencias, modo de alimentación, cansancio/descanso,
    funcionamiento del organismo, tiempo atmosférico, hora del
    día, grado de conciencia de
    influencias diversas, etc, etc), el exceso de unos
    implicará la deficiencia de otros, lo que llevará
    al desbalance y consiguientemente a la enfermedad.

    Exponen Rubel y Browner, sobre las poblaciones de
    Oaxaca, por tanto aplicable a mazatecas y zapotecas, que la
    adaptación al medio afecta e influye en la medida de
    pensar acerca de la salud y en la forma de responder a los
    problemas de
    enfermedad.

    Pero creemos que no sólo el medio físico
    influye especialmente. También lo hacen puntualmente los
    excesos emocionales, las situaciones de cambio, los
    desequilibrios en la alimentación, los accidentes, lo
    súbito e inesperado, etc. Así pues, para zapotecas
    y mazatecas hay salud si hay equilibrio entre el humano y todos
    los elementos que le rodean. Pero como resulta que esos elementos
    son muchos, continuamente debe realizar acciones
    muchas veces para ajustar aquí y allá las
    influencias tanto de lo visible como de lo no perceptible por los
    sentidos. Si comparamos esta visión con la que tienen los
    chinos, en Oriente no hay tanto trajín. La salud
    también se concibe como equilibrio de múltiples
    factores, orgánicos, mentales, ambientales, emocionales,
    vivenciales, etc. Pero todos estos factores son formas de
    Qi, es decir, de esa materia fundamental común que
    constituye el mundo. Se trata de una concepción de
    Qi como energía no personalizada. Esto diferencia a
    Oriente de las culturas americanas. Aquí entendemos que en
    la percepción de la realidad circundante concursan
    espíritus y entidades concretos. Muchos de ellos
    provenientes de familiares o conocidos fallecidos.

    En Oriente, la vivencia cotidiana de la realidad
    próxima está mediatizada por el Qi
    principalmente, como categoría inespecífica y sin
    forma. Ese Qi podría ser una ley natural, un
    concepto de orden (entendido como función),
    a la vez que la parte (energía) no perceptible por los
    sentidos correspondiente a los elementos de la naturaleza
    (animales, vegetales y minerales), a los
    fenómenos meteorológicos o al cuerpo humano y sus
    partes. Junto al concepto de Qi, los chinos usan las
    expresiones Inn-Iang (o Yin-Yang) para explicar lo
    que les ocurre, el mundo y los fenómenos.

    La salud se concibe como un equilibrio entre el
    Inn y el Iang. Pero, ¿qué se entiende
    por Inn-Iang?

    Extraemos el siguiente texto de nuestro artículo:
    Idea de Salud Intercultural, publicado en : Gazeta de
    Antropología (Universidad de
    Granada), como respuesta.

    Inn-Iang son maneras de hablar, formas
    de clasificación de los fenómenos, procedimientos
    explicativos de los hechos y de la naturaleza, métodos
    dialécticos para ordenar el pensamiento. En realidad,
    Inn-Iang como tales, no existen. Pero todo puede ser Inn o Iang.
    Estos símbolos son bien conocidos en el mundo entero, si
    bien poca gente se para a pensar qué significan.
    Están, pues, dentro de la idea intercultural de salud,
    como dentro de otras muchas referidas a estética, arte,
    filosofía, espacios y vida cotidiana., sin entrar en
    profundidades. Eric Marié opina: "Yin y Yang no son ni
    energías, ni substancias ni elementos míticos o
    esotéricos." (Marié 1998: 65).

    Uno de los mayores difusores de la
    medicina tradicional china en el mundo, el Dr. Nguyen Van Nghi
    escribe: "En medicina, las actividades orgánicas, la
    aparición y desaparición de la enfermedad
    también están ligadas a los fenómenos de
    mutación del Inn-Iang, cuyos caracteres esenciales son la
    oposición y la complementariedad." (Van Nghi 1981 II: 19).
    Lo explica de la siguiente forma: "para comprender bien esta
    noción no hay más que pensar en los números.
    Un número no puede ser a la vez par e impar, pero la
    unión de los pares e impares constituye el conjunto de los
    números" (Van Nghi 1981 II: 19).

    Algo puede ser Inn, como la noche; o
    Iang, como el día. Pero el final de la noche es Iang del
    Inn, y el final del día es Inn del Iang, por ejemplo. Lo
    Inn y lo Iang se diferencian, pero uno puede estar también
    dentro del otro. Son maneras de clasificar lo que vemos o lo que
    pensamos. Comenta Van Nghi: "Podemos suponer que los
    números pares son Yang, y que los impares son Inn
    (oposición y complementariedad). Asimismo se puede suponer
    que los números positivos son Yang y que los negativos son
    Inn (oposición y complementariedad). Con estas
    convenciones: -3 es "Inn de Inn", -2 es Iang de Inn", +4 es Yang
    de Yang y +1 es "Inn de Iang". (Van Nghi 1981 II: 19).

    Yves Requena aporta su
    explicación del Inn-Iang: "El principio del Yinn-Yang es
    un producto del
    genio del pensamiento chino y de su visión relativista de
    las cosas. Este principio posibilita un razonamiento binario
    mediante el cual se puede clasificar en dos conjuntos
    todos los fenómenos observables. El término de
    conjunto empleado aquí debe comprenderse aproximadamente
    en el sentido que se le da en las matemáticas modernas. Un conjunto es Yinn y
    el otro es Yang. (Requena 1985: 111).

    La idea intercultural de salud y
    enfermedad, a partir de la influencia de la ciencia médica
    china también se basa en el pensamiento analógico,
    cosa que existía y existe en la tradición de otras
    culturas, entre ellas la nuestra, europea. El Dr. Y. Requena
    habla de "razonamiento analógico" (Requena
    1985:111).

    A nivel popular, a nadie le resulta extraño
    oír hablar de Inn o de Iang. Está en la letra de
    muchas canciones, en los escaparates de las tiendas, en los logos
    de empresas, en los
    estampados de ropas, etc, etc.

    No es difícil, por tanto, incorporar esos
    elementos a una idea intercultural de salud, lo cual puede hacer
    más sencilla la comprensión de lo que nos
    pasa.

    La sociedad china ha entrado en la modernidad sin
    perder su tradición (Soo 1986). La M.O. allí es
    aceptada y funciona normalmente al lado de la MTC, que es una
    ciencia con un corpus definido, una estructuración
    concreta y unos objetivos claros. Estudiada en la Universidad,
    posee hoy igual rango y consideración que la occidental a
    la hora de ser elegida para ayudar a solucionar los problemas de
    salud. Es más, la MTC se ha convertido a nivel mundial en
    una medicina intercultural por su contacto con otras culturas
    distintas de la de su origen, siendo utilizada en todos los
    continentes hoy (Aparicio 2004). Cada vez más
    universidades fuera de China ofrecen estudios completos de esa
    ciencia.

    Entendemos que hay similitudes en las ideas de salud de
    culturas orientales y americanas originarias por ser pueblos que
    siguen considerando a la tradición como el sostén
    básico de su identidad (la de cada uno). En todos los
    casos, las culturas tradicionales entienden salud como resultado
    de equilibrio de elementos distintos de los que dependemos o que
    nos influyen (del ser humano con esos elementos). Hemos expuesto
    las diferentes maneras de entender los elementos no visibles
    (espíritus, energías diversas, en América;
    energía-Qi en las culturas orientales).
    Podríamos ver relación también en el modo de
    entender el equilibrio. Mazatecas y zapotecas lo
    entenderían como resultado del concurso humano ajustando
    constantemente los elementos no perceptibles por los sentidos.
    Sería, por tanto, un equilibrio entre dos fuerzas: la del
    entorno, incluido el destino y los planes de los dioses, y la del
    humano con su actuación. Para los chinos, el equilibrio
    entre Inn y Iang también supone un balance
    entre dos fuerzas, la de la naturaleza (con una dinámica
    autónoma) y la de las actuaciones del ser humano
    (corrección, prevención, etc.).

    La complementariedad de sistemas tradicionales y
    naturales americanos con la MTC y con la MO se refleja en la
    creación de un sistema integrado en Cuba. Puede existir
    interculturalidad entre culturas o elementos de las mismas que
    sean capaces de complementarse.

    Según J.M.Chica Casasola, "en las montañas
    de la Sierra Mazateca Alta, los Chijota Chijne
    –médicos étnicos o gentes de conocimiento-
    hablan de diversos planos de realidad, de mundos encimados o
    estractos de la conciencia, a los que acuden cuando hay alguna
    enfermedad o alteración del orden cosmológico, o
    simplemente poder conocer, así no más." (Chica
    1998). Subraya Chica Casasola que esos médicos
    étnicos "heredaron una visión del mundo que no es
    antropocéntrica" (Chica 1998). Unen a las distintas
    manifestaciones de la naturaleza, las entidades, seres
    sobrenaturales, guardianes, dueños de espacios y
    protectores de territorios. Y cuando alguien tiene una enfermedad
    o una dolencia, se entiende como necesario (curar) armonizar no
    sólo a la persona afectada sino a todos esos elementos
    (visibles y no visibles) implicados.

    En muchas culturas originarias, se explican ciertas
    enfermedades como consecuencia de la transgresión de las
    normas que rigen el equilibrio del entorno (con todos los seres
    que en él viven). Por ello, es condición necesaria
    convocar a todas las partes implicadas (ofensores y ofendidos) y
    realizar las acciones de ajuste necesarias para recuperar la
    armonía ( y que desaparezca el mal).

    Para los Chijota Chijne, salud y enfermedad son
    "equilibrio o desequilibrio con la multirrealidad y las normas de
    juego" (Chica 1998). Dice Chica Casasola que en ocasiones estar
    enfermo es una experiencia de conocimiento, búsqueda de
    comprensión, una oportunidad de reencuentro con los
    orígenes a través de un viaje por los filamentos de
    la realidad profunda.

    La idea de salud para los orientales es resultado del
    equilibrio entre todas las energías del ser humano, en
    relación con las energías del medio natural. Al
    hablar de energías, hablamos de Qi, por tanto, de
    materia y energía. Sin llegar a adoptar el concepto de red
    de espacios y entidades de la multirrealidad, propio de mazatecas
    y zapotecas ( y de la mayoría de las culturas originarias
    americanas), los orientales también visionan una red que reducen al
    concepto básico de Qi expresado en todo, como
    realidad perceptible y como partes de la realidad que no se
    perciben con los sentidos. En MTC podemos apreciar la influencia
    de un factor climático en un resfriado, por ejemplo,
    aunque a veces hay otros factores implicados. Aquí
    hablamos de Qi perteneciente a realidades observables. En
    otras ocasiones, podemos apreciar síntomas dentro del
    terreno funcional sin que exista una causa observable,
    perceptible, cuantificable. Ocurre generalmente en cambios
    climáticos o de estación. Aquí hablamos de
    Qi perteneciente a elementos o partes de la realidad
    (atmosférica, meteorológica, geográfica) no
    perceptibles. En MTC se reconoce su existencia por sus efectos.
    Todo está ya bien definido en la teoría
    básica de la ciencia oriental.

    La idea de salud para zapotecas y mazatecas es el
    resultado del equilibrio o balance entre lo real-perceptible
    (incluido el ser humano, elementos materiales, naturaleza) y el
    resto de elementos (no perceptibles por los sentidos) que
    componen la multirrealidad. Un equilibrio regido por normas que
    implican actuaciones constantes de ajuste y reajuste, como ya
    hemos mencionado. Las diferencias con el pensamiento oriental
    radican en la distinta construcción de las cosmovisiones lo que
    nos da mundos de creencias propios. Las similitudes están
    en que en ambos ámbitos culturales se conciben realidades
    amplias que superan la tridimensionalidad del ser humano y del
    entorno, aunque se les ponga nombres y apellidos diferentes en
    uno y otro lugares.

    "En Mesoamérica no hay una idea abstracta del
    espacio, sino de espacios distintos, dotados de propiedades
    específicas. Tampoco hay idea abstracta del tiempo, sino
    de tiempos diferentes. Cada espacio está vinculado a un
    tiempo o a diversos tiempos" (Carmagnani, Hernández,
    Romano 1999: 308). Son, diríamos, redes que describen
    topografías espaciotemporales inteligibles a la luz de las claves
    de esa tradición. Salud tendría que ver con
    correcto funcionamiento y circulación dentro de esas
    redes, que incluyen a los seres humanos en su parte material y
    espiritual. En el concepto oriental también salud tiene
    que ver con la correcta circulación del Qi por las
    redes del universo, de la
    naturaleza y del hombre.

    Otras semejanzas concretas de la cosmovisión
    mexicana con la tradición oriental:

    -El primer Dios mexicano (Deidad básica)
    constituye lo masculino y lo femenino. A partir de ahí hay
    una dialéctica que se asemeja a la del Inn-Iang
    oriental. Teoría de los pares opuestos. La
    partición del Universo lo polariza. Lo masculino, lo
    femenino, características de bipolaridad que se dan en
    todo lo creado. En la tradición mexicana se diferencia
    entre el medio aéreo, próximo al sol y regido por
    la luz, lo masculino, y el medio terrestre, oscuro, cerrado,
    denso, femenino. En Oriente se habla de
    cielo-luz-masculino-Iang y de
    tierra-oscuridad-femenino-Inn. Todos los seres tienen un
    tanto Iang y un tanto Inn. El Inn
    está dentro del Iang y viceversa. El Inn
    conduce al Iang y el Iang al Inn. En la
    tradición mexicana, cualquier ser tiene parte masculina y
    parte femenina como cualidades y particularidades constructivas
    derivadas de la
    propia composición bipolar de todo lo existente. El cosmos
    está formado por una materia pesada y otra ligera. La
    primera es perceptible, y la segunda imperceptible. Todos los
    seres tienen igual composición en mayor o menor medida.
    Todo es resultado de combinación de las dos materias. En
    la tradición china se habla de cuerpo y Shen, al
    definir al ser humano. Cuerpo sería una
    manifestación burda de la energía y Shen
    sería una manifestación sutil y fina de la misma
    energía básica. Shen sería el
    conjunto de todas las actividades mentales. En la
    tradición mexicana todos los seres participan en mayor o
    menor medida de parte celeste (Iang para los orientales,
    Shen) y de parte de inframundo o mundo terrestre
    (Inn para la cultura oriental, cuerpo en relación
    al Shen que es Iang). J. Galinier explica una
    visión parecida en la cultura otomí (Galinier
    1997). Estas categorías podemos traspasárselas a
    los alimentos y a los
    propios conceptos de salud/enfermedad. Hemos dicho que la salud
    para los orientales es un equilibrio entre el Iang y el
    Inn. La enfermedad dentro de las culturas asiáticas
    tiene naturaleza Inn. Las acciones, el movimiento, las
    fuerzas, los vectores son
    Iang . Por tanto, la acción de curar, la
    terapéutica en sí, es Iang. Así es
    que la acción del Iang (terapéutica) sobre
    el exceso de Inn (enfermedad) conduce al equilibrio de
    fuerzas y, por tanto a la curación. En el mismo sentido se
    expresa la tradición mexicana (y americana en general) a
    la hora de entender salud/enfermedad/curación. Si
    enfermedad es consecuencia de desbalances entre fuerzas y partes
    de la multirrealidad, la iniciación de acciones
    terapéuticas (amplias) tendrá como fin el
    restablecimiento del equilibrio-balance roto, conllevando la
    curación. Evidentemente, los medios cambian
    de unos ámbitos culturales a otros. La manera de llevar a
    cabo las acciones de reequilibrio son diferentes y propias de
    cada tradición. En la medicina tradicional mexicana, por
    tanto de zapotecas y de mazatecas, la salud se entiende como un
    estado dinámico de equilibrio, y la enfermedad es la
    ruptura del mismo por factores de frío o de calor,
    internos, externos o combinados. En la tradición oriental
    se habla de energías que desequilibran, el Qi de la
    realidad perceptible o de la no perceptible. Y ese Qi
    puede ser IangQi o InnQi, caliente o frío
    también. En la medicina tradicional mexicana se trata con
    frío la enfermedad de calor, y con elementos calientes la
    enfermedad fría. En la medicina china, se regula el
    Inn con Iang, y el Iang con Inn, por
    tanto también utilizando elementos fríos o
    calientes (energéticamente hablando) dependiendo del caso.
    Frío o calor no son usados aquí como elementos
    térmicos necesariamente y simplemente. Dentro del
    frío y del calor energéticos, están el
    frío térmico y el calor térmico, pero
    aquéllos, abarcan un campo más amplio.

    6.-
    FINAL.

    Resumiendo, "para los zapotecas, el concepto de
    salud/enfermedad es un fenómeno cultural y no meramente
    biológico"(15). Similar podemos decir para los
    mazatecas.

    Prescindiendo de las particularidades y
    características de cada cultura, en la explicación
    de la idea de salud existe coincidencia entre zapotecos y
    mazatecos, y entre ellos y prácticamente todos los pueblos
    originarios americanos. Salud se entiende como un hecho amplio
    que va más allá del cuerpo físico. Ese mismo
    principio subyace al concepto y a la idea que los orientales
    tienen de salud/enfermedad. Para los chinos, estar bien depende
    de un equilibrio de múltiples elementos entre los que
    están el cuerpo y sus funciones, pero no sólo
    ellos, también el medio (físico, social, cultural),
    el mundo de creencias y el tipo de vida (satisfactorio/no
    satisfactorio). Medio, cultura, sociedad, normas y tipo de vida
    se viven, y esa vivencia se expresa en factores llamados
    emocionales (las siete pasiones). Para los miembros de pueblos
    originarios mexicanos, estar bien es tener equilibrio entre
    cuerpo, mente y espíritu, a la vez en relación
    estrecha y en armonía con el medio (social, natural,
    universo, multirrealidad).

    En conclusión, al hablar de idea de salud
    oriental tradicional y mexicana (Oaxaca) tradicional nos damos
    cuenta de la importancia del término tradicional como
    elemento que define la particularidad de ambas culturas, lo que
    hace que las ideas se conserven, se trasfieran al futuro y vivan,
    alimentándose del pasado. La idea de salud en ambos
    contextos es amplia y compleja, suprabiológica. Hablamos,
    pues, de una concepción–comprensión cultural
    y biocultural diferenciada de la concepción física
    y biológica de la ciencia occidental.

    Para zapotecas, mazatecas y orientales (así como
    para todas las culturas apoyadas en la Tradición aunque no
    estén emparentadas ni de lejos) la explicación de
    los problemas de salud no está en el estudio del problema
    aislado y en la determinación de su causa puntual
    (acción unidireccional) sino en las líneas
    sugeridas por la tradición (las tradiciones). La MTC es
    una ciencia (hoy, por el rasgo de interculturalidad) que mezcla
    aspectos cualitativos y cuantitativos, pero que hace una
    valoración siguiendo la dialéctica Inn-Iang.
    La medicina tradicional mexicana es eminentemente cualitativa,
    valorando los aspectos que derivan de la realidad perceptible y
    los que se interponen entre ella y los sentidos provenientes del
    mundo de creencias y de la tradición.

    Cuando en un grupo originario se plantea el concurso de
    entidades espirituales en un dolor de cuello, junto al problema
    físico constatable, existe la creencia de
    intermediación de elementos no físicos
    (espirituales). Y, al lado de una causa concreta, mala
    posición durante el sueño, tortícolis,
    también se puede pensar en una conducta transgresora de
    las normas por lo que el problema del dolor de cuello
    podría interpretarse como una especie de castigo o modo de
    reequilibrar la conducta equivocada o malintencionada de la
    persona. En Oriente no es tanto la acción de entidades no
    físicas sobre el cuello por ofensas a los dioses o
    daño a
    la comunidad. Se puede ver en ciertos problemas un trasfondo
    educativo, didáctico entendido como la necesidad de
    corregir la actitud de la
    persona cuya trayectoria ha ocasionado debilidad del sistema
    defensivo que terminará por no prestar la
    protección necesaria y suficiente a la articulación
    del cuello frente al frío de la noche, a una corriente o a
    una mala posición durante el sueño. Es algo
    más práctico, se trata de una relación del
    ser con su responsabilidad en el cuidado de la salud. La idea
    de salud en Oriente tiene un marcado carácter preventivo,
    como la propia medicina tradicional china.

    Si hay elementos orientales en la cultura de los pueblos
    originarios americanos tal vez hayan sido los responsables de un
    concepto panamericano de salud/enfermedad/terapéutica
    desde los tiempos del antiguo chamanismo (del que nos habla
    Mircea Eliade). Por esa línea aún
    encontraríamos relaciones con Oriente y sus ideas,
    también provenientes del viejo tronco común que un
    día extendió sus ramas por ambos
    continentes.

    Existen diversos caminos de acceso al conocimiento
    dependiendo de la cultura en la que estemos. En la occidental, es
    el pensamiento científico el que nos conduce al
    conocimiento. En culturas como la araucana (Chile-Argentina) o la
    zapoteca (México), se llega al conocimiento a
    través de un pensamiento simbólico,
    místico-espiritual. En el ámbito oriental
    tradicional, se accede al conocimiento usando los medios de la
    tradición, pensamiento analógico, pensamiento
    simbólico. Ninguno es superior a otro. Todos son
    válidos, al menos, en sus contextos originarios.
    Pasó el tiempo de imposición absoluta de la cultura
    y el pensamiento occidentales (Aparicio 2003). Existen formas de
    vida cultural desde hace mucho tiempo en nuestro planeta que, o
    bien han estado menospreciadas por la cultura dominante, o bien
    han sido combatidas por ésta. Muchos opinan que es tiempo
    de reconocimiento, de respeto y de
    convivencia, y que así se genera paz, y que en la paz se
    salvaguarda la salud y el futuro de los pueblos. La riqueza,
    señalan, está en la convivencia armónica de
    la diversidad. Medicina tradicional china, etnomedicina
    tradicional en general, son ciencias eminentemente
    antropológicas. Y es desde la antropología, como
    ciencia de la alteridad y de reconocimiento de lo diverso, desde
    donde se pueden aportar elementos sin prejuicios para comprender
    mejor al "otro", entendido como ser individual, como cultura y
    como pueblo.

    Para Chica Casasola existe, además, una
    vía nueva, la posibilidad de integrar a través del
    aprendizaje,
    el respeto y la convivencia los diferentes sistemas de
    pensamiento con el fin de enriquecernos y de avanzar. Es la
    interculturalidad, "cuando todos aprenden, crean y se benefician
    de sus diferencias" (Chica 1998).

    J.M.Poveda expresa que comunicación es salud e
    incomunicación, enfermedad a hablar del modelo ideal
    de salud en su estudio del chamanismo (Poveda 2001).

    Por tanto, a pesar de las diferencias entre unos pueblos
    y otros pensamos que es la comunicación (el paso del
    Qi para los orientales) la que debe engrasar los
    engranajes a veces oxidados de las maquinarias de las diferentes
    culturas y tradiciones para llegar al enriquecimiento
    intercultural y al entendimiento de los pueblos. Ese, creemos,
    debe ser el camino del futuro.

    7.-RESUMEN

    En la cultura occidental diferenciamos salud de idea de
    salud, considerándolas objeto de estudio de diferentes
    ciencias. En las culturas tradicionales orientales, salud e idea
    de salud forman una unidad en la que lo cultural y lo natural se
    entienden de manera integrada, no viéndose la necesidad de
    delimitar campos como se hace en la cultura occidental. Salud es
    un equilibrio de energías (de la persona y de los
    distintos ambientes). Para las culturas tradicionales
    mesoamericanas (centrándonos en Oaxaca), salud es
    equilibrio, como resultado del continuo ajuste de elementos
    pertenecientes al ser humano, al medio social, al medio natural,
    al medio cultural y al medio espiritual, interrelacionados. En
    ambas concepciones equilibrio es tensión de fuerzas, una
    de ellas correspondiente a la actuación humana
    (corrección, ajuste, reajuste,..). Basándonos en la
    opinión generalizada de los expertos, que atribuyen un
    origen asiático a los pueblos americanos, podríamos
    extender también el parentesco a lo cultural (como
    sugieren algunos autores), es decir a las ideas, y en concreto a
    la concepción de salud/enfermedad.

    RÉSUMÉ

    Dans la culture occidentale on distingue santé
    d´idée de santé en les considérant
    objet d´étude de ciences différentes. Dans
    les cultures traditionnelles orientales, santé et
    idée de santé forment une unité dans
    laquelle on entend le culturel et le naturel de forme
    integrée, sans la necéssité de
    délimiter de champs comme l´on fait dans la culture
    occidentale. Santé est un équilibre
    d´energies (de la personne et de différentes
    ambiences). Pour les cultures traditionnelles
    mésoaméricaines (d´Oaxaca), santé est
    équilibre comme résultat de l´ajustement
    permanent d´élements appartenant à
    l´être humain, au milieu social, au
    milieu
    naturel, au milieu culturel et au milieu espirituel, tous en
    rapport. Dans les deux conceptions équilibre est tension
    de forces, l´une, correspond à l´action
    humaine (correction, ajustement, réajustement,..). Sur la
    base de l´opinion géneralisée des experts qui
    attribuent une origine asiatique aus peuples américains,
    on pourrait aussi étendre la parenté au culturel
    (comme quelques auteurs suggèrent), c´est à
    dire, aux idées, et à la conception de
    santé/maladie en particulier.

    7.-BIBLIOGRAFÍA.

    NOTAS.

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    -SOO, Chee, 1986. El Tao de la Salud". Barcelona.
    Kairós.

    -VAN NGHI, Nguyen. 1981 "Patología y patogenia en
    Medicina T. China". Madrid. Cabal.

    -WHITE, Leslie. 1964. "La ciencia de la cultura".
    Buenos Aires.
    Paidós.

    (1) José De Jesús Medina Díaz.
    Informante mexicano. Médico.

    (2) Revista NATURAL. 2004. Art.:"Medicina
    indígena". Nº 49/ primavera. Madrid

    (3) Jaime Ibacache Burgos (Servicio de
    Salud Araucania Sur). "La salud, el desarrollo y la equidad en un
    contexto intercultural". Sitio en Internet:
    www.xs4all.nl/rehue/art/iba1.html

    (4) Cabrera A.; Incháustegui, C; García,
    A; Toledo, V. "Etnoecología mazateca. Una
    aproximación al complejo Cosmos-Corpus-Praxis"
    www.etnoecologica.org.mx

    (5) Medicina Zapoteca. Panorama general. Sitio Internet:
    www.umar.mx/zapoteca/medicina.html

    (6) Evidentemente, este ejemplo es simple. Sirva a modo
    de ilustración de lo que comentamos sobre el
    mecanismo analógico en el estudio y explicación de
    los fenómenos, usado como auxiliar en MTC.

    (7) Arthur J.Rubel y Carole H. Browner. En :
    "Antropología de la Salud en Oaxaca". Sitio Internet:
    www.uam-antropologia.info/alteridades/alt17-8-rubel.pdf

    (8) La teoría de Hardlicka se puede consultar en
    el sitio Web del Instituto
    marítimo de Chile sobre el poblamiento americano:
    www.institutomaritimo.cl/pobla/pobla.html

    (9) Universidad Autónoma de Querétaro
    www.redmedica.com.mx

    (10)Diario electrónico
    nuestro.cl/notas/perfiles/soublette5.htm febrero 2004.

    (11) El Profesor
    Soublette ha encontrado semejanzas entre dos símbolos
    importantes y emblemáticos tanto para los mapuches como
    para los orientales: la cruz compuesta del Kultrum mapuche y el
    símbolo oriental de Pacua (Yin/Yang). Gastón
    Soublette. 1984. "La Estrella de Chile". Universidad
    católica de Valparaíso. Ediciones
    Universitarias.

    (12) "Indígenas americanos". Enciclopedia
    Encarta. Sitio en Internet: http://es.encarta.msn.com/encyclopedia

    (13)Antropóloga y primera arqueóloga
    mexicana. Aparecen opiniones suyas en la revista de Internet: La
    Cultura. Sala de Prensa.
    www.cnca.gob.mx/cnca/nuevo/2001/diarias/mar/2/0301/bbarba.html

    (14) Programa Nacional
    de Medicina Tradicional y Natural. Ministerio de Salud
    Pública de Cuba. 1999

    (15) Monografías de los pueblos indígenas
    de México –Zapotecos de la Sierra Norte de Oaxaca-
    V.O. Manuel Ríos- Mª Teresa Ruiz.
    www.ini.gob.mx/monografias/zapotecossn.html

     

     

     

    Autor:

    Alfonso J. Aparicio Mena

    (Diplomado en Ciencias Humanas. Licenciado en Geografía e Historia.
    Ph Dr. En
    Medicina Tradicional China.)

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