Bosquejo comparativo entre las concepciones de salud y terapéutica tradicional de Mesoamérica y Asia
- Planteamiento
- Breve reflexión sobre la
realidad y la representación de la
realidad - Finalidad.
Razones - Aproximaciones básicas en
la idea de salud/enfermedad - Final
- Resumen
- Bibliografía
1.-INTRODUCCIÓN.
Las teorías
sobre el origen del ser humano en América
plantean distintos interrogantes. Podemos reconstruir la
antigüedad a partir de restos de yacimientos
arqueológicos. Podemos basarnos en el estudio
biológico de los tipos humanos. Podemos escuchar lo que
sobre su origen opinan los representantes de los pueblos
indígenas. Aquéllas serían teorías
basadas en el estudio y en los métodos
específicos de tales ciencias. La
explicación de los representantes de los pueblos
originarios se encuadraría dentro de lo que llamamos
simbolismo al hacer referencia a aspectos relacionados con sus
creencias y su cosmovisión (mitos)
llegados al presente a través de la tradición.
Podemos situarnos, para intentar tener una respuesta, en medio de
la polémica que enfrenta a defensores de: naturaleza–biología–genética,
con su línea explicativa del ser humano, de su organización, de su progreso y experiencia
existencial (incluida la cultura, o
aspectos relevantes de ella) con partidarios del enfoque
estrictamente cultural quienes afirman que la existencia (lo que
vivimos y consideramos que somos o entendemos a partir de lo que
percibimos) es una creación permanente que hacemos en
nuestra mente mediante la representación, y que todo es
simbólico existiendo en la medida en que es conocido.
Podemos usar el buen juicio y valorar el aporte de las distintas
ciencias (naturales y sociales) excluyendo dudosas y peligrosas
finalidades a priori. Al final, lo que hacemos es nadar en un mar
de palabras. Nos movemos por los entresijos del lenguaje,
circulando de teoría
en teoría. Pero no queda otro remedio si queremos dar
satisfacción al entendimiento, trabajando para
aproximarnos a la verdad. Así es que, a falta de una
única explicación conteniendo toda la verdad, o
simpatizamos con lo que nos parezca más coherente y
razonable o cada cual se decantará por la línea
explicativa más de acuerdo con sus ideas y su
formación. Aquí, en el tema que tocamos, el enfoque
más acertado es el de la antropología articulando lo cultural y lo
biocultural, ya que puede abarcar bastante al estudiar las
tradiciones y el elemento humano (lo que es o se considera que
es, y lo que hace) de las distintas culturas como elementos vivos
(hoy) provenientes del pasado, capaces de proporcionarnos una
idea (aproximada) de lo que fueron los orígenes. La
tradición, relacionada con lo cultural; y el elemento
humano (en conjunto) con lo biocultural. Peter Brown distingue
entre antropología cultural y antropología
biocultural. La primera estaría ligada a las ciencias
sociales (psicología, sociología, lengua). La
segunda, más en relación con las ciencias
naturales y humanas. La antropología biológica
estudiaría aspectos del ser humano como animal racional
(Brown 1998). Para Leslie White, por ejemplo, cultura es lo que
el ser humano hace y produce a partir de la energía motriz
(vital) que extrae de la naturaleza (White 1964). L White es uno
de los representantes de la Ecología Cultural.
Hay otras opiniones, con otros tantos enfoques.
Situándonos fuera de la polémica y de los
enfrentamientos teóricos, admitiremos líneas
diferentes de la antropología y a la vez relacionadas,
bien definidas y bien entendidas, encuadrando en ellas los
distintos aspectos del estudio.
Uno de los objetivos de
la antropología es descubrir, conocer los mecanismos y las
maneras que tienen las culturas de continuar su existencia . La
biología estudia los mecanismos de reproducción (física) del ser
humano en cuanto a cuerpo, es decir, como organismo vivo
(animal). En el juego
simbólico y creativo de los pueblos originarios se alude a
aspectos del alma tanto
como a otros del cuerpo, muchas veces imaginados (Galinier 1997)
para dar explicación a los hechos y fenómenos que
ocurren en la vida cotidiana , en la multirrealidad (Chica 1998),
un espacio simbólico donde conviven lo sensorial y
espiritual junto con elementos que los ligan.
Así pues, tendremos en cuenta en nuestro bosquejo
lo cultural (entendido aquí como lo racional, lo mental,
lo espiritual, lo simbólico, y lo que el hombre hace
y produce; es decir, desde la idea de un jarrón para
ofrendas hasta
el jarrón para ofrendas) y lo biológico (entendido
aquí como lo físico, lo natural, lo orgánico
en su expresión funcional y estructural) para articular la
explicación y el desarrollo del
estudio.
Históricamente, las diversas teorías sobre
los orígenes del elemento humano en América hablan
de migraciones mongoloides norasiáticas a través
del Estrecho de Bering, traslados desde la zona Este y Sur de
Asia a
través del mar, paso de Australia a la Tierra del
Fuego. Algunas de ellas son mixtas admitiendo el origen
mongoloide primero, a través de sucesivas oleadas, pero
sin descartar la llegada de elementos del Este asiático
mediante primitivas embarcaciones (posteriormente).
Al analizar un aspecto concreto de la
cultura relacionado íntimamente con la naturaleza
humana y con la vida como es la idea de salud, podemos
plantear muchos interrogantes, por ejemplo sobre el grado de
evolución del pensamiento de
aquellas poblaciones de cazadores recolectores (de hace 35000
años), si disponían realmente de
organización capaz de asegurar la cohesión de los
grupos
mediante "instituciones"
e instrumentos como el chamanismo, etc. Carlos Junquera en su
análisis del chamanismo harakmbet (Amazonía
peruana), resalta la expresión "Institución
chamánica", es decir, algo más que simples
prácticas terapéuticas (Junquera 1991). Lo mismo
hace Jacques Galinier cuando señala que para comprender
los aspectos terapéuticos del chamanismo, antes hay que
entender el marco en el que están inscritos, la
"institución chamánica" (Galinier 1997). Por tanto,
y de acuerdo con la esencia de la idea de M.Eliade, pudo haber
una antigua "Institución chamánica" compleja,
germen de las propias "instituciones" de las culturas originarias
americanas en la cual quedarían encuadradas, y a partir de
la cual evolucionaría la idea de salud de los distintos
pueblos americanos.
Como no estamos comparando producciones del tipo:
cerámica, tejidos, ropas,
utensilios diversos, etc, sino aspectos del pensamiento,
consideramos de más ayuda la antropología. Nos
podemos apoyar en la etnología para explicar semejanzas en
las distintas líneas de evolución cultural de los
grupos americanos originarios. Respecto a las influencias de unos
sobre otros, expresa Jacques Galinier en su estudio de los
otomíes mesoamericanos: "Au cours de l´histoire,
dans cette marquetterie culturelle des societés
préhuastèques, les jeux d´influence
d´un groupe éthnique à l´autre ont
dessiné une configuration culturelle régionale
extremement complexe" (Galinier 1997:201).
¿Podría haber en las culturas actuales
(americanas, mesoamericanas) semejanzas con aquellas primeras
venidas de Asia?
Es difícil responder. Aquí también
hay teorías variadas. Podemos pensar que los contenidos
antiguos pasaron a través del tiempo dentro
del "cuerpo" de las recitaciones, de las prácticas
chamánicas y religiosas, es decir, a través de la
palabra y del lenguaje gestual y ritual (generación tras
generación). ¿Qué tanto por ciento del
contenido antiguo pasó?, ¿Qué tanto se
perdió?, ¿Qué tanto se transformó?,
¿Qué tanto se mezcló?, ¿Qué
tanto evolucionó?, ¿Qué tanto se
añadió? Conocemos factores influyentes en esos
procesos desde
la colonización, e incluso desde antes. El fenómeno
de la aculturación, por ejemplo, en aumento desde el
inicio del proceso de
colonización. Pero pese a todo, la realidad sorprende al
descubrir que algunos grupos originarios dan muestra de la
vitalidad (y revitalización) de sus tradiciones (como
subraya Galinier del Carnaval de los otomíes (Galinier
1997) aún en pleno proceso de globalización y de extensión
planetaria de la cultura occidental. Por nuestra parte pensamos
que si el mecanismo de transmisión y el modo de
reproducción de las culturas funcionó y funciona (
al menos en parte), pese a las influencias externas, parte de los
contenidos tendrían aún relación con los
orígenes, o serían una derivación, una
manifestación evolucionada de aquéllos, pareja a la
evolución, complejidad, desarrollo y transformación
de sus sociedades.
Los rasgos faciales de los pueblos indígenas
americanos son mongoloides y derivarían de un tronco
común del que evolucionaron las poblaciones
asiáticas actuales, según la opinión
mayoritaria de los expertos. Lo cultural no tiene por qué
depender de lo biológico (genético), pero las
características constitucionales y genéticas pueden
convertirse en condicionantes influyentes para/en el desarrollo
de determinadas actividades. Por ejemplo, alguien que tenga por
naturaleza un número alto de pulsaciones se las
verá y deseará para subir en bicicleta un puerto de
montaña en una competición a un ritmo fuerte. Sin
embargo, le será menos costoso mantener ese ritmo a quien
haya nacido con un número de pulsaciones bajo. Una
competición deportiva es un hecho cultural. Un
condicionante físico puede influir sobre el resultado de
la prueba. Esto es una variación cultural.
En la tradición de la medicina
china, se
habla de cuerpo y Shen (=conjunto de todas las actividades
mentales) para definir al ser humano como una unidad en la que el
cuerpo sería una manifestación burda de la
energía básica Qi, y el Shen, una
manifestación más sutil y fina de esa
energía. Según la ciencia
oriental, habrá siempre una semejanza de fondo, Jing
congénito (base común), entre antecesores y
sucesores, con independencia
de dónde se desarrollen. Pero el tipo de vida que lleve
cada uno, la alimentación que
realice, la información que reciba, la mayor o menor
inserción en el hábitat, en la familia, en
el grupo social,
su forma de ver el mundo, el pensamiento que desarrolle, la
manera de explicarse las cosas, etc, marcarán las
diferencias. En el pensamiento tradicional chino, la
articulación dialéctica Inn/Iang nos da a conocer
un mundo equilibrado por acción
de fuerzas opuestas/complementarias. Dicha acción crea una
dinámica que tiene su más pura
manifestación en el principio de la vida como movimiento de
vaivén. Por tanto, en el humano, junto a lo común
(con sus antecesores), habrá lo diferente (individualidad,
identidad
propia); y junto a lo diferente, habrá lo común
formando unidad y existiendo a la vez. (conforme al esquema:
cuerpo-Shen).
¿Podría haber en los grupos y culturas
originarios de América , apoyándonos en la manera
de pensar china, elementos antiguos, tanto en lo físico
(que los hay, rasgos mongoloides), como en lo cultural, formando
unidad y existiendo a la vez, junto con los rasgos individuales y
de diferenciación de cada grupo y cultura, propios de sus
evoluciones respectivas?
No se puede descartar la aportación de otros
elementos culturales provenientes de poblaciones del
Pacífico en fecha más posterior a la llegada de los
grupos siberianos.
Mircea Eliade considera el chamanismo como elemento
vital, salvaguarda de la integridad y factor común de los
pueblos en cuanto a la cohesión de los grupos y desarrollo
del hombre
antiguo, y señala la existencia de características
similares de Norte a Sur en todo el continente americano (Eliade
2000).
Admitiendo esa semejanza y suponiendo la relación
(primitiva) asiático-americana por la llegada de oleadas
distintas que pondrían en contacto a los recién
llegados con los anteriormente instalados, descendiendo las
influencias y repercusiones de los encuentros en Alaska a
través de los grupos instalados hacia el sur,
podríamos ver hoy una evolución con ropajes
culturales diferentes en unos y otros sitios, correspondiente a
un tronco de ideas común del pasado.
Evidentemente, el paso del tiempo derivaría en
manifestaciones concretas evolucionadas de esa base común
en cada pueblo americano y en los que se quedaron en Asia,
formándose tradiciones distintas que, aunque sin
conexiones (conocidas) en la evolución (América y
Asia han avanzado en la historia cada una por su
lado), tal vez sí con elementos culturales (de fondo)
emparentados.
La conclusión de este punto de partida es que, a
la vez que parece haber un parentesco físico junto con
unas diferencias también físicas que nos hablan de
identidades diversas con rasgos comunes (ordenación
dialéctica Inn/Iang) entre los pueblos originarios, y
entre ellos y los primeros pobladores asiáticos de Alaska,
también podría haber parentesco con las primitivas
culturas siberianas (aunque fuera muy diluido) si, como dijimos
anteriormente, nunca dejaron de funcionar los canales y los
mecanismos de transmisión de las tradiciones de los grupos
desde la época remota. Influencias culturales de unos
grupos sobre otros se aprecian y constatan en Mesoamérica
(Galinier 1997), provenientes de tiempos anteriores a la
Conquista. Y elementos comunes se ven de Norte a Sur en todas las
culturas del continente.
Es verdad que explicamos el mundo a través de
imágenes y representaciones, y que
utilizamos distintos discursos para
ello. Pero, a nuestro juicio, en la disputa sobre a qué
damos más importancia y prioridad, si a naturaleza o a
cultura, la conclusión es: "tanto monta, monta tanto".
Porque, la naturaleza no es nada si no la conocemos, pero
el
conocimiento se obtiene cuando hay funcionamiento de una
maquinaria orgánica. Acercándonos a la
teoría de los chinos, maquinaria, funcionamiento y
conocimiento
formarían una unidad interrelacionada. El Qi en un
ser humano se muestra como cuerpo y Shen, según la
tradición china. Y nada es Inn sino con
respecto a Iang, y viceversa. Uno no existe sin el otro.
Alguien puede explicar el dolor de una rodilla porque ahí
se ha instalado un espíritu que ocasiona el mal (es el
caso en ciertas ocasiones dentro de las culturas tradicionales
mesoamericanas, por la intermediación constante del mundo
de creencias en la realidad sensorial). Una vez hecho el diagnóstico (para el que se ha examinado la
estructura de
la rodilla además de valorar otros hechos
simultáneos e influyentes) y determinada la causa, se
elabora un principio de tratamiento que equivale a un plan de
actuación del médico étnico en distintos
órdenes y estratos de la multirrealidad (incluida la
rodilla como tal). Por lo tanto, aunque un mal del cuerpo se
explique con un símbolo y se utilicen otros para
remediarlo, también se atiende al cuerpo como tal (pues es
una parte de la unidad, la maquinaria que hace posible el
pensamiento).
No podemos saber con absoluta certeza si los rasgos
mongoloides de las etnias originarias americanas derivan de
gentes asiáticas. Tampoco podemos asegurar que, admitiendo
el origen mongoloide, aquella vieja cultura haya pasado elementos
a las tradiciones actuales, muy afectadas por la
aculturación y otros males. Nos interesa aproximar ideas
de origen asiático, pero tocadas de interculturalidad por
su contacto y extensión con/por el resto de las culturas
del mundo, a ideas de las culturas originarias americanas
(mesoamericanas en este caso) con el fin de observar y examinar
el peso de la tradición (de las tradiciones) en dichos
contenidos y pensamientos, entre los que tal vez haya parentesco
lejano.
La realización de un estudio comparativo de
conceptos e ideas requiere de un acercamiento comprensivo
diferente al de un estudio de realidades sensoriales
únicamente. De este último caso se ocuparía
más la ciencia
positiva.
Centrándonos en nuestro objetivo, no
entendemos igual salud que idea de salud, aunque en las culturas
tradicionales ambas se entrelacen. Podemos entender salud como
algo biológico o biocultural (Brown 1998) siendo lo
primero objeto de estudio específico de las ciencias
naturales. Idea de salud es algo cultural, por tanto objeto de
estudio de las ciencias sociales y de la lingüística. Ahora bien, partiendo de
nuestra hipótesis de relación e
interdependencia de salud e idea de salud en las culturas
tradicionales, y en ciertas líneas del pensamiento
occidental, pensamos que ambas constituyen un eje dinámico
(de vaivén) objeto de estudio de las ciencias humanas
globalmente, la más adecuada en este caso, a nuestro
juicio, la antropología.
Hasta que la medicina (occidental) se diferenció
y se singularizó decantándose como ciencia de la
salud, entendida ésta sobre la base de lo
biológico, también gozaba del calificativo de
ciencia humana interesada en lo vivencial, lo sociológico
y lo humano en general (experiencia individual, emocionales,
vivencias,..). Hoy, aunque la discusión sobre campos no
está cerrada, la especialización ha conducido a la
cultura occidental a definir, acortar , acotar y clarificar los
objetos de estudio específicos de cada ciencia.
No ocurre así en Oriente (nos centramos
principalmente en China) donde, al lado de la ciencia occidental
extendida, se sigue desarrollando la tradición conviviendo
modos de curar distintos pero complementarios (Soo 1986) y
habiendo ciencias, entre ellas la medicina tradicional que, al
entrar en contacto con el pensamiento occidental, se han
convertido, (se está convirtiendo) en ciencias
interculturales(Aparicio 2004).
Así pues, lo primero a tener en cuenta es que en
Oriente conviven los métodos científicos y los
tradicionales (clasificación didáctica, en realidad ambos son
métodos de conocimiento). Allí, la idea de
salud/enfermedad es una idea mixta matizada por un pensamiento o
por otro dependiendo de diversos factores. En la práctica
se diferencian MTC y MO, aunque en los hospitales chinos suele
haber ambos servicios.
¿Qué ocurre en el ámbito
mesoamericano?
Según J.J. Medina (1) la cultura occidental,
instalada desde la llegada de los europeos, ha desarrollado
sistemas que se
diferencian poco de los de otras áreas de influencia del
ámbito occidental. El estudio de la medicina (occidental)
es especializado como corresponde al principio de todas las
ciencias. En México el
sistema de salud
(pública) es el que deriva de la concepción
científica de salud/enfermedad, por tanto el oficial y
aplicado a todo el territorio nacional. En los pueblos
indígenas, no obstante, pese a la influencia del factor de
aculturación y de otros factores se mantiene una idea de
salud/enfermedad propia (suya) en la medida en que se sigue
manteniendo la tradición de cada cultura. Cada vez hay
más voces que se alzan pidiendo se respeten y reconozcan
los sistemas de salud tradicionales (no sólo en
México sino en toda Latinoamérica). Según la revista
Natural (2), durante la Cumbre Iberoamericana de Jefes de
Estado
celebrada en la ciudad boliviana de Santa Cruz, que
congregó a 21 Jefes de Estado y de Gobierno
latinoamericanos, se celebró un Encuentro Social
Alternativo de "médicos tradicionales naturistas,
indígenas y originarios" pertenecientes a etnias de
Bolivia,
México, Colombia y
Venezuela,
entre otras, en defensa y promoción de sus medicinas tradicionales.
Señala la citada revista que en el acto estuvo presente el
ministro de educación boliviano
quien defendió "el conocimiento milenario que atesora la
farmacopea popular".
En México hay una concepción de
salud/enfermedad muy variada y mezclada a nivel de población en general. La idea universal de
corte occidental se da más pura en personas y ambientes de
estudio, formación, interés y
proximidad a la ciencia (occidental) y al sistema oficial
(centros de estudio, Universidades,..), pero va perdiendo nitidez
a medida que se extiende por ámbitos populares, con
diferencias rurales y urbanas, mezclándose incluso con
ideas tradicionales a veces. En los grupos originarios, las ideas
de salud/enfermedad siguen siendo fieles a las tradiciones aunque
se imponga el sistema oficial en todo el territorio.
Podríamos establecer el siguiente
esquema:
Para ver el
gráfico seleccione la opción "Descargar" del
menú superior
El espacio con líneas quebradas
representaría el ámbito sociocultural,
caracterizado por una variedad (no uniformidad, no homogeneidad)
de situaciones, en las que se entremezclarían ideas y
conceptos en distintos niveles (provenientes de las tres fuentes),
dependiendo de las características de los grupos e
influidos éstos a su vez por muchos factores (culturales,
económicos, ideológicos, políticos,
religiosos, geográficos, históricos,
climáticos, etc., etc.).
Características de las ideas de los grupos
originarios: pureza, originalidad, aseguran cohesión y
continuidad, coherencia (pensamiento – expresiones), validez y
viabilidad (en sus contextos) en la medida en que los grupos
estén próximos a las tradiciones, y mantenimiento
reservado al grupo (ideas locales).
Características de las ideas científicas,
oficiales: pureza, aseguran cohesión y continuidad,
coherencia (pensamientos – expresiones), validez, viabilidad y
extensión universal. (próximas al poder del
Estado).
Características de las otras ideas: origen
diverso, mixto, distintas influencias.
Como vemos, frente a la simplicidad aparente de la
realidad oriental (centrándonos en China principalmente)
en cuanto a concepción de salud/enfermedad, se da una
realidad más compleja y entremezclada en el ámbito
mexicano.
Nuestro estudio se centra en el acercamiento y contraste
del conjunto referente a las ideas de los grupos originarios de
Oaxaca (Zapotecas y Mazatecas) y del concepto
tradicional de salud expresado en la medicina china con el fin de
observar el peso de la tradición y las semejanzas y
diferencias que hubiere.
Para la comprensión de ideas debemos aproximar al
entendimiento los objetos de estudio usando la herramienta del
razonamiento, es decir, hacer inteligibles sistemas (modos de
pensar) diferentes así como experiencias provenientes de
ellos. Con ese método
aplicado a la ciencia de la cultura podremos aproximarnos al
entendimiento de ideas de culturas distintas a la nuestra. Leslie
White, afirma que la ciencia es uno de los modos básicos
de tratar la experiencia. Señala que la finalidad de la
ciencia es hacer inteligible la experiencia, lo cual puede ser
aplicable a los fenómenos culturales (White 1964: 25). Es
por eso por lo que desde este bosquejo antropológico
intentamos no sólo contrastar diferentes concepciones
tradicionales de salud para extraer unas conclusiones, sino que
los mismos sistemas terapéuticos de esas tradiciones,
consideramos tienen la característica de ciencias (no
convencionales) y por tanto la posibilidad de ser comparados en
una misma línea, la de la tradición (cada uno la
suya).
En las culturas tradicionales, y en ciertas
líneas de pensamiento dentro de la cultura occidental, a
la hora de comprender el mundo, se entremezcla lo cultural y lo
natural, por tanto, las ideas de las cosas y las cosas mismas,
dando lugar a unidades amplias formadas por elementos humanos
(físicos y anímicos), medioambientales,
espirituales y otros.
Carlos Junquera, en el estudio del chamanismo harakmbet
(Amazonía peruana) habla del carácter social, natural, cultural y
espiritual de dicho fenómeno (no sólo curativo,
según él) (Junquera 1991), por lo tanto amplio. El
Dr. Jaime Ibacache señala que para los mapuches la idea de
salud, equidad y
desarrollo es un equilibrio
entre la persona, la
naturaleza y lo sobrenatural (3).
Por ello, nuestro enfoque será a la vez cultural
y biocultural, características diferenciadas pero
complementarias. Idea de salud pertenece a lo cultural. Salud a
lo biológico y a lo cultural. Salud e idea de salud se
diferencian poco en las culturas tradicionales. Cultural y
biocultural serán enfoques explicativos de una realidad
amplia y unificada en la tradición. Por ejemplo, en la
explicación que hacen del cuerpo los otomíes, lo
que conciben como piel hace
referencia tanto al recubrimiento de nuestro organismo como al de
un animal o a la corteza de un vegetal. Piel humana, "piel"del
entorno, corteza de árbol, piel de otros animales, es lo
mismo, una imagen, un
elemento simbólico que aglutina lo material y lo
inmaterial (Galinier 1997). Unión de lo biológico y
de lo cultural bajo una óptica
simbólica. En la medicina tradicional china, el cuerpo y
sus estructuras
son energía, Qi, materia
fundamental que constituye todo lo creado, manifestación
biológica, bioeléctrica y del Shen (emociones,
sentimientos, pensamientos, cultura), todo unido e
interrelacionado.
3.- BREVE
REFLEXIÓN SOBRE LA REALIDAD Y LA REPRESENTACIÓN DE
LA REALIDAD.-
Tal planteamiento es un planteamiento occidental. La
reflexión se realiza a través del lenguaje.
El lenguaje es
el encargado de acercarnos las diferentes realidades cuando
nosotros no estamos presentes para captarlas sensorialmente.
Así hacen los medios de
comunicación. De esta manera, distinguimos entre un
hecho percibido por los sentidos y la
noticia del hecho. Aunque en ambos casos elaboramos una imagen
del hecho en nuestra mente, en el primero de los casos
participamos directamente, en el segundo, participamos en el
hecho de aprehensión de la noticia (acercamiento a
radio, tv.,
periódico), pero la imagen que formamos del
hecho contado es imagen de una previa representación.
Algunos hablan de que hay diferencia entre la realidad
perceptible y la realidad representada en las ideas. Otros opinan
que los objetos, la naturaleza, la realidad son imágenes y
objetos mentales desde el momento en que hablamos de ellos y los
difundimos en la
comunicación. Si hablamos de idea de salud, estaremos
hablando de representación mental de la salud.
¿Los orientales (chinos) piensan
así?
A través de nuestra experiencia hemos constatado
que su concepto de realidad es un concepto integrado, menos
complicado que en Occidente, en nuestra opinión. Muchas
ideas occidentales no tienen la misma significación
allí. La tradición china se basa en un concepto
(llamémoslo así) básico y fundamental: el
concepto de Qi del que ya hemos hablado. Según Eric
Marié, en sentido amplio, Qi es el conjunto de las
energías y sustancias que están presentes en la
naturaleza y en el ser humano. "Siendo la energía vital
universal, el Qi está presente en todas las
manifestaciones de la naturaleza". (Marié 1998:
63).
Así pues, para los chinos, tradicionalmente, la
salud se expresa en términos de equilibrio, un equilibrio
entre cuerpo y Shen , un equilibrio entre el ser humano,
su sociedad, el
medio físico, el medio cultural y de creencias y el
conjunto de normas. A nivel
popular se dice que hay salud si fluye( corre) el Qi, es
decir, si no hay bloqueos (correcta circulación de la
sangre, buenas
conexiones neuronales y correcta circulación neuromuscular
o bioeléctrica, buena circulación de
líquidos, correcto funcionamiento de órganos y
vísceras –la tradición china hace esa
diferencia -, buen funcionamiento de la excreción,
normalidad de las funciones de
transporte,
transformación, absorción y distribución, etc.). Por tanto, partiendo
de un concepto de unidad de todo lo creado, los chinos no dedican
demasiado tiempo a discernir entre realidad y
representación de la realidad puesto que para ellos todo
forma parte de lo mismo (esa unidad). Y se da la ley de: "el todo
es a la parte como la parte al todo". Es salud tanto lo referente
al estado general como lo que pensamos sobre dicho estado. En
definitiva, equilibrio, un equilibrio entre el Inn y el
Iang, de los que hablaremos más
adelante.
Hay, por tanto, una gran realidad dinámica cuyas
partes son y se comportan como pequeñas realidades iguales
a la grande. En medicina tradicional china hablamos de sistemas y
subsistemas. El cuerpo sería un sistema regido por unas
normas. La mano sería un subsistema que, individualmente,
se comportaría como un sistema grande. Pero nada se ve de
manera aislada sino integrado en un gran conjunto formado por
partes interrelacionadas. Eso es el ser humano. Ted J. Kaptchuck
define la MTC como una trama sin tejedor sobre la base de la
red de relaciones
constantes dentro de cada persona (Kaptchuck 1995), que la
teoría clásica oriental extiende al medio social,
natural y cultural (Marié 1998).
Para entender la concepción de realidad por parte
de la cultura mazateca, habremos de referirnos a su
cosmovisión.
"La cosmovisión mazateca se encuentra hoy en
día fragmentada, es contradictoria y está muy
penetrada del pensamiento cristiano y de ideas medievales
europeas, de modo que no se sabe cómo era en su forma
original" (4).
Pese a constatar pérdida de originalidad por las
interferencias lógicas de la cultura dominante,
consideramos que los elementos de la tradición mazateca
aún nos pueden acercar a la visión del mundo de ese
pueblo, diferente de la occidental, pero no tanto de la de sus
vecinos, y en ciertos aspectos (sin que medie relación)
¿de la de los orientales (chinos)?
En la observación y en el entendimiento de la
realidad para los mazatecos interviene activamente su mundo de
creencias, según Cabrera, Incháustegui,
García y Toledo.
Entendemos que no hay, por tanto, una división de
la realidad como la nuestra en su cosmovisión sino la
visión que coincide con la propia
observación-percepción-experiencia-vivencia.
Entienden salud/enfermedad no sólo como
equilibrio/desequilibrio. A veces consideran la enfermedad como
un medio para reflexionar sobre otros aspectos tan /más
importantes que la propia enfermedad (Chica 1998).
En cuanto a los Zapotecas, el poeta Juchiteco
Andrés Henestrosa comenta(5):
"Apenas concebido, el indio Zapoteca, al igual que todos
los indios de México, cae bajo el imperio de las
supersticiones que ya no han de soltarlo nunca, ni siquiera
después de la
muerte."
Este texto forma
parte de un documento de 1943, por lo que podemos explicar y
entender la manera de expresarse el autor, de acuerdo a su
época. Prescindiendo de que estemos o no de acuerdo con el
uso de ciertos términos, lo que nos importa del texto es
que nos refiere a una realidad mixta o realidad sensorial
intermediada por el mundo de creencias en la cultura zapoteca.
Hecho semejante (con las variantes propias de cada grupo) al de
los mazatecas.
Pese a la lejanía respecto a la manera de
concebir y de percibir la realidad entre el mundo occidental y
las culturas tradicionales, sí queremos también
subrayar la importancia del lenguaje en éstas. Por
ejemplo, entre los chinos, existe un rico lenguaje
simbólico, tanto en la forma (utilización de
gráficos cuya descripción visual tiene que ver con la
realidad a la que aluden) como en el fondo (significado,
analogías). Y aunque el lenguaje y la realidad a la que
hace referencia forman parte de una misma Unidad, en
salud/enfermedad la expresión analógica sirve para
ordenar los distintos elementos de la realidad (de la Unidad) con
el fin de hacerlos inteligibles así como también la
propia realidad. Por ejemplo, un problema sanguíneo es
relacionado con posibles causas de color rojo,
así como también puede curarse con elementos
terapéuticos (plantas, etc) que
contengan pigmentos rojizos (6).
Hay estudios sobre el área de Oaxaca que han
señalado la importancia de la lengua (más que la
proximidad geográfica) a la hora de transmitir contenidos
culturales (conocimientos) o difundir comportamientos en
relación con la salud, según refieren Rubel y
Browner (7).
Al comparar dos realidades debemos definir la finalidad.
Ya lo expusimos al principio, queremos aproximar tradiciones
diferentes y ver qué extraemos de la comparación.
Hay una serie de razones que nos pueden hablar de parentesco
lejano entre tradiciones americanas (aquí sólo
esbozadas las de Oaxaca, zapotecas y mazatecas) y la china.
Contrastamos las ideas de salud por considerar que son un rasgo
que ayuda a mantener la existencia de los grupos (sus componentes
individuales y colectivos) y a perpetuar sus culturas. Somos
conscientes de que todos los grupos tradicionales van a
expresarse en términos muy cercanos a la naturaleza por lo
que esas líneas de expresión (que tomarán
forma según los lugares) ya serán un factor
común por sí solas. Pero, ¿ qué es lo
que hace que consideremos el acercamiento de culturas tan
distantes ?
Las razones siguientes:
- Parentesco de los grupos originarios americanos con
las etnias asiáticas. En este sentido se expresan
diversos autores como Carlos Malamud, Andrés Ciudad y
Manuel Lucena quienes sostienen que el hombre americano es
originario de Asia, y que el paso a América se produjo a
través del Estrecho de Bering por medio de migraciones
de origen mongoloide hace unos 40.000 años (Ciudad,
Lucena, Malamud 1992: 16), de acuerdo con la tesis
clásica de Alex Hardlicka que apoyaba el origen
alóctono, (pero con fechas que no concuerdan con los
estudios de hoy) (8). En la misma línea se expresa J.C.
Ochoa en su libro
Mito y
Chamanismo en el Amazonas (Ochoa 2003). Y al respecto, sumamos
la opinión de Mircea Eliade quien, en su estudio del
antiguo chamanismo considera que se dan las mismas
características desde Alaska a la Tierra del
Fuego (Eliado 2001). En relación con el origen oriental
de las poblaciones americanas arcaicas, también vemos
similitud entre el chamanismo de los pueblos americanos con el
de los pueblos asiáticos. Claudia Alvarado Osuna
(bioquímica clínica) (9)
señala que se han encontrado numerosos marcadores de
tipo mongoloide, refiriéndose a los indígenas que
habitaban el continente antes de la llegada de los
españoles. J. Eric S. Thompson en el estudio de la
civilización maya, señala que los antecesores de
este pueblo vinieron procedentes de Siberia oriental,
atravesando el Estrecho de Bering y que tales migraciones se
fueron sucediendo en un periodo de miles de años. El
puente de tierra que unía Siberia a Alaska
desapareció unos 8000 años a.C. Sigue diciendo E.
Thompson que los emigrantes posteriores tuvieron que pasar el
Estrecho en barca. En Méjico, subraya, puede seguirse el
rastro de vez en cuando de los distintos pueblos que fueron
llegando, por los restos arqueológicos hallados, no muy
numerosos de esa época (Bacon 1975).
En la obra de P. Brown y sus colaboradores se analiza
la influencia de la nutrición en los
cambios adaptativos de los primeros pobladores americanos
provenientes de Siberia. Los autores hablan de "filtro
genético" requiriendo habilidad para vivir en
condiciones de déficit de hidratos de carbono,
moderado consumo de
grasas y
elevado consumo de proteínas (Brown 1998).
Sin embargo, creemos que ni ese condicionante ni otros
posteriores eliminarían elementos culturales ligados al
origen asiático.
Si la disponibilidad de alimento (cambios, carencias,
excesos) podía incidir en la salud de los individuos y
en la estabilidad y continuidad de los grupos, indudablemente
influiría en la idea de salud/enfermedad de
aquéllos. Creemos que la idea de salud que podemos
observar hoy día en culturas como la zapoteca o
mazateca, o en otras como la araucana, sería el
resultado de un pensamiento antiguo tradicional, mezclado con
influencias circunstanciales y con aspectos propios de la
evolución cultural y de los procesos bioculturales
adaptativos de los grupos. El mismo razonamiento podemos
aplicar a las ideas actuales sobre salud/enfermedad de las
culturas asiáticas. Según esto ¿Qué
habría de común entre ideas de culturas
americanas e ideas de culturas asiáticas, hoy? Pues en
teoría, la parte correspondiente al elemento ancestral
común, manifestado de distintas formas. También
pudieron haber llegado ideas provenientes de Asia a
través del mar en momentos posteriores al primer paso
por el puente terrestre de Bering. Ello significaría un
refresco de la posible y relativa influencia asiática en
el origen de las preculturas y desarrollo de las culturas
americanas.
Luis Pericot expone que, junto a los factores
sanguíneos en los que han podido señalarse
elementos de unidad y de aislamiento frente a otros grupos
humanos como mongoles y polinesios, pudieron llegar a
América ideas como la del cultivo (agricultura), a través de
náufragos o aventureros o circular paso a paso de tribu
en tribu. También señala Pericot que hay quienes
establecen el origen indochino del maíz
americano, aunque la mayoría de los autores lo admiten
como planta autóctona de América. En el
análisis y exposición sobre las altas culturas
centroamericanas, Pericot expresa que los americanos llegaron a
conseguir los logros que alcanzaron impulsados por su interna
capacidad y por ideas recibidas de fuera, traídas de
forma aislada o por la presión
de nuevos grupos humanos que vinieron (Pericot
1988).
La tradición china utiliza el paralelismo
correspondiente en el pensamiento. Al definir al ser humano, lo
hace considerándolo una unidad formada por cuerpo y
Shen como hemos explicado. Cuerpo y Shen no son
dos partes como se entiende en la tradición de la
cultura occidental (cuerpo y alma), sino dos formas de
apariencia y presentación de la misma energía
básica que los conforma (Aparicio 2004). Utilizando esa
característica del pensamiento oriental diríamos
que si se han conservado y legado desde la antigüedad
rasgos físicos apreciables como la forma de los ojos,
por ejemplo, también se han tenido que conservar otros
rasgos pertenecientes al Shen (ya que cuerpo y Shen son
inseparables pues son la misma cosa) por tanto, relacionados
con las ideas, sin que esto sirva para hacer depender la
evolución del pensamiento y de la cultura, de la
evolución biológica. Más bien, desde la
tradición oriental, ambas evoluciones han avanzado como
una unidad, lo que define al ser humano, dotado de la
posibilidad de elegir, que lo aleja de los animales quienes se
rigen únicamente por el instinto y por bases
exclusivamente genéticas.
- Apoyo de los diferentes grupos en la tradición
(en sus tradiciones respectivas) considerada como el elemento
que une los tiempos y que reproduce las culturas de las
sociedades. Haciendo una comparación podríamos
decir que tradición vendría a ser en los seres
humanos como el impulso que pasa de ficha a ficha (de unas
generaciones a otras dentro de las sociedades) en una fila de
piezas de dominó (humanos en la cadena inexorable de la
historia) en la que el movimiento de una origina el movimiento
de la otra y así sucesivamente hasta el final. Lo que
circula es el impulso primero que crea la dinámica del
movimiento traspasado hasta la última ficha.
- Herencia genética y cultural (evolucionadas)
de los grupos emigrados hace 35000 años. A este respecto
señalan los doctores Blanco, Suazo y Santos: "La
variedad genética y étnica de la población
chilena es el resultado de la misogenación entre la
población nativa americana, de origen asiático, y
el español" (Blanco, Suazo, Santos 2003:
765-772). Destacamos esta cita por la mención que se
hace del elemento asiático en relación con la
constitución física de los
chilenos. Sin embargo, creemos que, si bien el hecho descrito
se da, no es el exclusivo. No todos los chilenos derivan de esa
mezcla.
- Semejanzas encontradas en el estudio de la lengua
mapuche, entre el mapudungun y el chino, según
señala Malú Sierra en su libro
refiriéndose a los estudios del lingüista G.
Soublette (Sierra 2000), y según señala el propio
investigador en una entrevista
sobre el origen de los mapuches, en la que no dice que el
mapudungun venga del chino sino que ambas, y todas las
lenguas de culturas originarias americanas, tienen una
raíz común, de la lengua madre de toda la
familia
lingüística de la raza mongoloide. (10).
Gastón Soublette (11) examina elementos
simbólicos como el Kultrum o tambor ceremonial mapuche y
relaciona los motivos dibujados (cruz mapuche) con motivos
orientales estableciendo semejanzas. También ve
semejanzas chino-araucanas en las explicaciones y referencias a
la cosmovisión de tales símbolos, afirmando que las formas de
expresión de la dialéctica universal en la China
antigua y entre los mapuches emanan de un arquetipo
común propio de la familia racial a la que chinos y
mapuches pertenecen. En la cosmovisión del pueblo
araucano hay elementos esenciales similares a los de la cultura
mexicana (en general).
La línea de semejanza, entendemos, sería
una línea Norte-Sur y tendría que ver con el avance
de los pueblos siberianos desde su penetración en
Alaska.
Arqueológicamente hablando, en la enciclopedia
Encarta se expone que los hallazgos de las primeras migraciones
son muy escasos.
Los testimonios que se desprenden del estudio
comparativo de las lenguas indígenas, así como el
análisis de algunos materiales
genéticos, sugieren la posibilidad de que estas
migraciones tuvieran lugar hace unos 30000 años. Algunas
pruebas
más, procedentes de yacimientos arqueológicos
sitúan esa fecha algo más tarde (12).
- Estudios modernos relacionados con la cultura
china. En este sentido la Dra. Beatriz Barba (13) explica
que aquella cultura tiene gran semejanza con la mexicana. Se
refiere a la conducta de
la gente del campo. Afirma que el mexicano auténtico es
muy parecido al chino, que no saluda de mano. Señala que
el mexicano no mira a los ojos sino hacia abajo; que los
vestidos de los nativos de China tienen gran parecido con los
de las culturas mixteca y zapoteca. Según ella, en la
cultura zapoteca el etnólogo se encuentra muy cerca del
pueblo chino, y termina diciendo que China no es un país
extraño (para los mexicanos) en
realidad.
- Peter Brown señala que estudios comparativos
de antropología genética pueden ayudarnos a la
recostrucción de movimientos de población
prehistóricos, por ejemplo, el movimiento de los pueblos
siberianos hacia el Nuevo Mundo.(Brown 1998: 38).
¿Podemos hablar de una serie de
características comunes, más claramente observables
en las culturas de todos los pueblos originarios de
América, y entre ellos y los orientales ?
Aún faltan estudios dirigidos expresamente a la
comparación de restos arqueológicos de las antiguas
poblaciones con las producciones arcaicas siberianas. Y
aún faltan estudios antropológicos
específicos que comparen los elementos de las culturas
vivas (actuales) americanas y orientales. El trabajo de
G. Soublette (Chile) parece revelar la existencia de lazos
provenientes del pasado (relaciones de lenguajes) preservados y
transmitidos al presente dentro de la cultura mapuche.
También queremos destacar de forma complementaria
y como dato anecdótico el afán por conocer la
cultura oriental en América. En concreto, la MTC, como
ciencia intercultural ya hoy (Aparicio 2004) está cobrando
un auge creciente en todo el continente, se enseña en
México y en Cuba, llegando
a integrarse dentro del Sistema Sanitario cubano que engloba la
medicina científica y la medicina tradicional y natural
(14).
5.- APROXIMACIONES
BÁSICAS EN LA IDEA DE SALUD/ENFERMEDAD.
Comencemos por definir sucintamente lo que entienden por
salud los grupos originarios zapotecas y mazatecas, así
como lo que se entiende dentro de la cultura oriental tradicional
(de origen chino principalmente).
Rubel y Browner en su estudio titulado
Antropología de salud en Oaxaca expresan,
refiriéndose a los conceptos tradicionales de salud entre
los indígenas de Oaxaca: "La medicina tradicional
indígena se caracteriza por la falta del concepto
cuerpo-mente, pero concibe al cuerpo humano
como un sistema homeostático o autorregulador. De estos
conceptos se desprende la percepción de que el bienestar y
la salud son el reflejo del equilibrio en la naturaleza y de que
para mantener el balance que requiere la salud, se necesita un
control y un
ajuste constantes."
Todos los autores consultados así como nuestro
informante J.J. Medina destacan el hecho de la
intermediación del mundo de creencias en la vivencia,
relación y percepción de la realidad para los
componentes de grupos originarios, por tanto, un hecho
común entre zapotecas y mazatecas.
Exponemos unos ejemplos relatados por J.J.
Medina.
En la zona donde él trabajaba en iban a hacer
unas prospecciones en el suelo. El primer
día, conectaron las máquinas y
la perforadora empezó a bajar. En un momento dado, se
atascó. Patinaba y no pasaba de un punto. El ingeniero
revisó los planos y comprobó las coordenadas. No
veía razón para el problema pues el suelo era
relativamente blando en el área en que estaban perforando.
Próximos a los trabajadores había unos viejecitos
de la aldea contigua que se sonreían, hablaban entre
sí y hacían gestos a los trabajadores para que se
desviasen tan solo unos metros hacia el lado. En un momento dado,
el ingeniero se acercó a ellos y les preguntó por
qué decían eso. Ellos le contestaron que estaban
agujereando el espacio propiedad de
un espíritu concreto y que éste no les
permitía seguir. El ingeniero no hizo caso y ordenó
continuar, sin resultados. Finalmente, pararon allí y
movieron la maquinaria algunos metros. Iniciaron de nuevo la
perforación, con éxito
esta vez.
Evidentemente, pensamos que la maquinaria topó
con alguna masa rocosa excesivamente dura del subsuelo con la que
no habían contado. Puede pasar. Esa sería la
explicación lógica
y física, que satisface nuestro entendimiento de
occidentales. Los hombres del lugar, sin embargo, no lo
percibieron (vivieron) así. Dieron explicación de
la realidad con la mediación de sus creencias. Es evidente
que el hecho físico fue visto de manera común por
(los ojos de) todos los presentes, pero la manera de dar cuenta
de él, de explicar el fenómeno, fue diferente, sin
embargo lógica y coherente en los dos casos. El ingeniero
entendió que había un impedimento físico, de
acuerdo con su manera de ver la realidad. Los hombres del lugar
lo entendieron según su tradición les decía.
Diferentes formas de ver el mundo, diferentes maneras de explicar
la realidad. Las dos válidas y comprensibles en/ y
desde sus ámbitos respectivos.
En otra ocasión, José Medina nos
contó que una joven le vino a consultar preocupada pues,
según decía, había sido elegida para recibir
el espíritu de un personaje (sacerdote) importante, muerto
en el pasado. El hecho iba a ocurrir en una fecha determinada y a
una hora concreta, aprovechando una conjunción de astros.
Pero ella no lo deseaba. Dado que temía incluso por su
vida y que no respondía a ningún razonamiento para
convencerla de lo contrario, nuestro informante le
respondió en sus mismos términos
asegurándole que él impondría un
obstáculo entre ella y los "sacerdotes" a la hora del
día previsto. Con esa explicación, la chica se
calmó, y cuando llegó el momento, J. Medina
permaneció a su lado asegurándole que su
interposición mental (entre el oficiante de la ceremonia y
ella) impediría la transferencia del espíritu.
Pasado el tiempo prudencial se movieron los astros y el
espíritu finalmente no llegó a la mujer. Nadie
más que ellos dos supo de la maniobra. Los oficiantes y el
grupo que esperaba la llegada pensaron que el fallo fue debido a
otras causas.
Lo cierto es que, como señalamos anteriormente,
en México se entremezclan aspectos tradicionales con otros
provenientes de variadas fuentes (sobre todo en el medio urbano,
más cosmopolita y abierto, también desvirtuado
respecto a las tradiciones), dando lugar a un abanico de
manifestaciones culturales, religiosas y rituales capaces de
incidir sobre conceptos básicos como el de salud, llegando
a distorsionar su significado original, o a verlo simplemente de
una forma diferente. En el ejemplo relatado por nuestro
informante apreciamos todo eso. Vemos cómo un elemento de
las culturas tradicionales (la mediación del mundo de
creencias entre la realidad y la percepción de la misma),
influye de hecho sobre la idea de salud pudiendo llegar incluso a
hacer concebir, debido al miedo, temores de muerte. Y
vemos cómo, utilizando el mismo lenguaje, se pudo calmar a
la persona y solucionar el problema. Haciendo ajustes y reajustes
entre realidad y mundo de creencias (como conciben en los grupos
originarios), J. Medina devolvió una situación
desequilibrada (en la mujer) a la
normalidad.
En China se suele decir: tengo un viento de
cabeza para señalar un dolor de cabeza. Como vemos, se
acusa a un elemento atmosférico como responsable de que su
energía entre en la persona, alterando el equilibrio de la
salud.
En ambos casos hay mediación de elementos de
más allá de la tridimensionalidad. Elementos que
forman parte de las tradiciones respectivas de México y de
China. Elementos que se usan para dar forma, para explicar, para
hacer comprensible e inteligible una realidad. Las culturas
tradicionales están llenas de contenidos ligados a la
experiencia y muchas veces alejados del pensamiento
científico y racionalista. Contenidos que definen la
identidad de esos pueblos y que debemos entender y respetar si
verdaderamente (los occidentales) queremos acercarnos a la
comprensión de sus culturas.
"Las explicaciones causales de las enfermedades, ya sean
físicas, emocionales o mentales, son atribuidas a una
variedad de desbalances sufridos por el cuerpo", señalan
Rubel y Browner.
Estos desequilibrios, entendemos, pueden provenir de
factores aislados o asociados. En todo caso, si en la vivencia de
la realidad intervienen muchos elementos (medio
ambiente, relaciones con la comunidad,
creencias, modo de alimentación, cansancio/descanso,
funcionamiento del organismo, tiempo atmosférico, hora del
día, grado de conciencia de
influencias diversas, etc, etc), el exceso de unos
implicará la deficiencia de otros, lo que llevará
al desbalance y consiguientemente a la enfermedad.
Exponen Rubel y Browner, sobre las poblaciones de
Oaxaca, por tanto aplicable a mazatecas y zapotecas, que la
adaptación al medio afecta e influye en la medida de
pensar acerca de la salud y en la forma de responder a los
problemas de
enfermedad.
Pero creemos que no sólo el medio físico
influye especialmente. También lo hacen puntualmente los
excesos emocionales, las situaciones de cambio, los
desequilibrios en la alimentación, los accidentes, lo
súbito e inesperado, etc. Así pues, para zapotecas
y mazatecas hay salud si hay equilibrio entre el humano y todos
los elementos que le rodean. Pero como resulta que esos elementos
son muchos, continuamente debe realizar acciones
muchas veces para ajustar aquí y allá las
influencias tanto de lo visible como de lo no perceptible por los
sentidos. Si comparamos esta visión con la que tienen los
chinos, en Oriente no hay tanto trajín. La salud
también se concibe como equilibrio de múltiples
factores, orgánicos, mentales, ambientales, emocionales,
vivenciales, etc. Pero todos estos factores son formas de
Qi, es decir, de esa materia fundamental común que
constituye el mundo. Se trata de una concepción de
Qi como energía no personalizada. Esto diferencia a
Oriente de las culturas americanas. Aquí entendemos que en
la percepción de la realidad circundante concursan
espíritus y entidades concretos. Muchos de ellos
provenientes de familiares o conocidos fallecidos.
En Oriente, la vivencia cotidiana de la realidad
próxima está mediatizada por el Qi
principalmente, como categoría inespecífica y sin
forma. Ese Qi podría ser una ley natural, un
concepto de orden (entendido como función),
a la vez que la parte (energía) no perceptible por los
sentidos correspondiente a los elementos de la naturaleza
(animales, vegetales y minerales), a los
fenómenos meteorológicos o al cuerpo humano y sus
partes. Junto al concepto de Qi, los chinos usan las
expresiones Inn-Iang (o Yin-Yang) para explicar lo
que les ocurre, el mundo y los fenómenos.
La salud se concibe como un equilibrio entre el
Inn y el Iang. Pero, ¿qué se entiende
por Inn-Iang?
Extraemos el siguiente texto de nuestro artículo:
Idea de Salud Intercultural, publicado en : Gazeta de
Antropología (Universidad de
Granada), como respuesta.
Inn-Iang son maneras de hablar, formas
de clasificación de los fenómenos, procedimientos
explicativos de los hechos y de la naturaleza, métodos
dialécticos para ordenar el pensamiento. En realidad,
Inn-Iang como tales, no existen. Pero todo puede ser Inn o Iang.
Estos símbolos son bien conocidos en el mundo entero, si
bien poca gente se para a pensar qué significan.
Están, pues, dentro de la idea intercultural de salud,
como dentro de otras muchas referidas a estética, arte,
filosofía, espacios y vida cotidiana., sin entrar en
profundidades. Eric Marié opina: "Yin y Yang no son ni
energías, ni substancias ni elementos míticos o
esotéricos." (Marié 1998: 65).
Uno de los mayores difusores de la
medicina tradicional china en el mundo, el Dr. Nguyen Van Nghi
escribe: "En medicina, las actividades orgánicas, la
aparición y desaparición de la enfermedad
también están ligadas a los fenómenos de
mutación del Inn-Iang, cuyos caracteres esenciales son la
oposición y la complementariedad." (Van Nghi 1981 II: 19).
Lo explica de la siguiente forma: "para comprender bien esta
noción no hay más que pensar en los números.
Un número no puede ser a la vez par e impar, pero la
unión de los pares e impares constituye el conjunto de los
números" (Van Nghi 1981 II: 19).
Algo puede ser Inn, como la noche; o
Iang, como el día. Pero el final de la noche es Iang del
Inn, y el final del día es Inn del Iang, por ejemplo. Lo
Inn y lo Iang se diferencian, pero uno puede estar también
dentro del otro. Son maneras de clasificar lo que vemos o lo que
pensamos. Comenta Van Nghi: "Podemos suponer que los
números pares son Yang, y que los impares son Inn
(oposición y complementariedad). Asimismo se puede suponer
que los números positivos son Yang y que los negativos son
Inn (oposición y complementariedad). Con estas
convenciones: -3 es "Inn de Inn", -2 es Iang de Inn", +4 es Yang
de Yang y +1 es "Inn de Iang". (Van Nghi 1981 II: 19).
Yves Requena aporta su
explicación del Inn-Iang: "El principio del Yinn-Yang es
un producto del
genio del pensamiento chino y de su visión relativista de
las cosas. Este principio posibilita un razonamiento binario
mediante el cual se puede clasificar en dos conjuntos
todos los fenómenos observables. El término de
conjunto empleado aquí debe comprenderse aproximadamente
en el sentido que se le da en las matemáticas modernas. Un conjunto es Yinn y
el otro es Yang. (Requena 1985: 111).
La idea intercultural de salud y
enfermedad, a partir de la influencia de la ciencia médica
china también se basa en el pensamiento analógico,
cosa que existía y existe en la tradición de otras
culturas, entre ellas la nuestra, europea. El Dr. Y. Requena
habla de "razonamiento analógico" (Requena
1985:111).
A nivel popular, a nadie le resulta extraño
oír hablar de Inn o de Iang. Está en la letra de
muchas canciones, en los escaparates de las tiendas, en los logos
de empresas, en los
estampados de ropas, etc, etc.
No es difícil, por tanto, incorporar esos
elementos a una idea intercultural de salud, lo cual puede hacer
más sencilla la comprensión de lo que nos
pasa.
La sociedad china ha entrado en la modernidad sin
perder su tradición (Soo 1986). La M.O. allí es
aceptada y funciona normalmente al lado de la MTC, que es una
ciencia con un corpus definido, una estructuración
concreta y unos objetivos claros. Estudiada en la Universidad,
posee hoy igual rango y consideración que la occidental a
la hora de ser elegida para ayudar a solucionar los problemas de
salud. Es más, la MTC se ha convertido a nivel mundial en
una medicina intercultural por su contacto con otras culturas
distintas de la de su origen, siendo utilizada en todos los
continentes hoy (Aparicio 2004). Cada vez más
universidades fuera de China ofrecen estudios completos de esa
ciencia.
Entendemos que hay similitudes en las ideas de salud de
culturas orientales y americanas originarias por ser pueblos que
siguen considerando a la tradición como el sostén
básico de su identidad (la de cada uno). En todos los
casos, las culturas tradicionales entienden salud como resultado
de equilibrio de elementos distintos de los que dependemos o que
nos influyen (del ser humano con esos elementos). Hemos expuesto
las diferentes maneras de entender los elementos no visibles
(espíritus, energías diversas, en América;
energía-Qi en las culturas orientales).
Podríamos ver relación también en el modo de
entender el equilibrio. Mazatecas y zapotecas lo
entenderían como resultado del concurso humano ajustando
constantemente los elementos no perceptibles por los sentidos.
Sería, por tanto, un equilibrio entre dos fuerzas: la del
entorno, incluido el destino y los planes de los dioses, y la del
humano con su actuación. Para los chinos, el equilibrio
entre Inn y Iang también supone un balance
entre dos fuerzas, la de la naturaleza (con una dinámica
autónoma) y la de las actuaciones del ser humano
(corrección, prevención, etc.).
La complementariedad de sistemas tradicionales y
naturales americanos con la MTC y con la MO se refleja en la
creación de un sistema integrado en Cuba. Puede existir
interculturalidad entre culturas o elementos de las mismas que
sean capaces de complementarse.
Según J.M.Chica Casasola, "en las montañas
de la Sierra Mazateca Alta, los Chijota Chijne
–médicos étnicos o gentes de conocimiento-
hablan de diversos planos de realidad, de mundos encimados o
estractos de la conciencia, a los que acuden cuando hay alguna
enfermedad o alteración del orden cosmológico, o
simplemente poder conocer, así no más." (Chica
1998). Subraya Chica Casasola que esos médicos
étnicos "heredaron una visión del mundo que no es
antropocéntrica" (Chica 1998). Unen a las distintas
manifestaciones de la naturaleza, las entidades, seres
sobrenaturales, guardianes, dueños de espacios y
protectores de territorios. Y cuando alguien tiene una enfermedad
o una dolencia, se entiende como necesario (curar) armonizar no
sólo a la persona afectada sino a todos esos elementos
(visibles y no visibles) implicados.
En muchas culturas originarias, se explican ciertas
enfermedades como consecuencia de la transgresión de las
normas que rigen el equilibrio del entorno (con todos los seres
que en él viven). Por ello, es condición necesaria
convocar a todas las partes implicadas (ofensores y ofendidos) y
realizar las acciones de ajuste necesarias para recuperar la
armonía ( y que desaparezca el mal).
Para los Chijota Chijne, salud y enfermedad son
"equilibrio o desequilibrio con la multirrealidad y las normas de
juego" (Chica 1998). Dice Chica Casasola que en ocasiones estar
enfermo es una experiencia de conocimiento, búsqueda de
comprensión, una oportunidad de reencuentro con los
orígenes a través de un viaje por los filamentos de
la realidad profunda.
La idea de salud para los orientales es resultado del
equilibrio entre todas las energías del ser humano, en
relación con las energías del medio natural. Al
hablar de energías, hablamos de Qi, por tanto, de
materia y energía. Sin llegar a adoptar el concepto de red
de espacios y entidades de la multirrealidad, propio de mazatecas
y zapotecas ( y de la mayoría de las culturas originarias
americanas), los orientales también visionan una red que reducen al
concepto básico de Qi expresado en todo, como
realidad perceptible y como partes de la realidad que no se
perciben con los sentidos. En MTC podemos apreciar la influencia
de un factor climático en un resfriado, por ejemplo,
aunque a veces hay otros factores implicados. Aquí
hablamos de Qi perteneciente a realidades observables. En
otras ocasiones, podemos apreciar síntomas dentro del
terreno funcional sin que exista una causa observable,
perceptible, cuantificable. Ocurre generalmente en cambios
climáticos o de estación. Aquí hablamos de
Qi perteneciente a elementos o partes de la realidad
(atmosférica, meteorológica, geográfica) no
perceptibles. En MTC se reconoce su existencia por sus efectos.
Todo está ya bien definido en la teoría
básica de la ciencia oriental.
La idea de salud para zapotecas y mazatecas es el
resultado del equilibrio o balance entre lo real-perceptible
(incluido el ser humano, elementos materiales, naturaleza) y el
resto de elementos (no perceptibles por los sentidos) que
componen la multirrealidad. Un equilibrio regido por normas que
implican actuaciones constantes de ajuste y reajuste, como ya
hemos mencionado. Las diferencias con el pensamiento oriental
radican en la distinta construcción de las cosmovisiones lo que
nos da mundos de creencias propios. Las similitudes están
en que en ambos ámbitos culturales se conciben realidades
amplias que superan la tridimensionalidad del ser humano y del
entorno, aunque se les ponga nombres y apellidos diferentes en
uno y otro lugares.
"En Mesoamérica no hay una idea abstracta del
espacio, sino de espacios distintos, dotados de propiedades
específicas. Tampoco hay idea abstracta del tiempo, sino
de tiempos diferentes. Cada espacio está vinculado a un
tiempo o a diversos tiempos" (Carmagnani, Hernández,
Romano 1999: 308). Son, diríamos, redes que describen
topografías espaciotemporales inteligibles a la luz de las claves
de esa tradición. Salud tendría que ver con
correcto funcionamiento y circulación dentro de esas
redes, que incluyen a los seres humanos en su parte material y
espiritual. En el concepto oriental también salud tiene
que ver con la correcta circulación del Qi por las
redes del universo, de la
naturaleza y del hombre.
Otras semejanzas concretas de la cosmovisión
mexicana con la tradición oriental:
-El primer Dios mexicano (Deidad básica)
constituye lo masculino y lo femenino. A partir de ahí hay
una dialéctica que se asemeja a la del Inn-Iang
oriental. Teoría de los pares opuestos. La
partición del Universo lo polariza. Lo masculino, lo
femenino, características de bipolaridad que se dan en
todo lo creado. En la tradición mexicana se diferencia
entre el medio aéreo, próximo al sol y regido por
la luz, lo masculino, y el medio terrestre, oscuro, cerrado,
denso, femenino. En Oriente se habla de
cielo-luz-masculino-Iang y de
tierra-oscuridad-femenino-Inn. Todos los seres tienen un
tanto Iang y un tanto Inn. El Inn
está dentro del Iang y viceversa. El Inn
conduce al Iang y el Iang al Inn. En la
tradición mexicana, cualquier ser tiene parte masculina y
parte femenina como cualidades y particularidades constructivas
derivadas de la
propia composición bipolar de todo lo existente. El cosmos
está formado por una materia pesada y otra ligera. La
primera es perceptible, y la segunda imperceptible. Todos los
seres tienen igual composición en mayor o menor medida.
Todo es resultado de combinación de las dos materias. En
la tradición china se habla de cuerpo y Shen, al
definir al ser humano. Cuerpo sería una
manifestación burda de la energía y Shen
sería una manifestación sutil y fina de la misma
energía básica. Shen sería el
conjunto de todas las actividades mentales. En la
tradición mexicana todos los seres participan en mayor o
menor medida de parte celeste (Iang para los orientales,
Shen) y de parte de inframundo o mundo terrestre
(Inn para la cultura oriental, cuerpo en relación
al Shen que es Iang). J. Galinier explica una
visión parecida en la cultura otomí (Galinier
1997). Estas categorías podemos traspasárselas a
los alimentos y a los
propios conceptos de salud/enfermedad. Hemos dicho que la salud
para los orientales es un equilibrio entre el Iang y el
Inn. La enfermedad dentro de las culturas asiáticas
tiene naturaleza Inn. Las acciones, el movimiento, las
fuerzas, los vectores son
Iang . Por tanto, la acción de curar, la
terapéutica en sí, es Iang. Así es
que la acción del Iang (terapéutica) sobre
el exceso de Inn (enfermedad) conduce al equilibrio de
fuerzas y, por tanto a la curación. En el mismo sentido se
expresa la tradición mexicana (y americana en general) a
la hora de entender salud/enfermedad/curación. Si
enfermedad es consecuencia de desbalances entre fuerzas y partes
de la multirrealidad, la iniciación de acciones
terapéuticas (amplias) tendrá como fin el
restablecimiento del equilibrio-balance roto, conllevando la
curación. Evidentemente, los medios cambian
de unos ámbitos culturales a otros. La manera de llevar a
cabo las acciones de reequilibrio son diferentes y propias de
cada tradición. En la medicina tradicional mexicana, por
tanto de zapotecas y de mazatecas, la salud se entiende como un
estado dinámico de equilibrio, y la enfermedad es la
ruptura del mismo por factores de frío o de calor,
internos, externos o combinados. En la tradición oriental
se habla de energías que desequilibran, el Qi de la
realidad perceptible o de la no perceptible. Y ese Qi
puede ser IangQi o InnQi, caliente o frío
también. En la medicina tradicional mexicana se trata con
frío la enfermedad de calor, y con elementos calientes la
enfermedad fría. En la medicina china, se regula el
Inn con Iang, y el Iang con Inn, por
tanto también utilizando elementos fríos o
calientes (energéticamente hablando) dependiendo del caso.
Frío o calor no son usados aquí como elementos
térmicos necesariamente y simplemente. Dentro del
frío y del calor energéticos, están el
frío térmico y el calor térmico, pero
aquéllos, abarcan un campo más amplio.
Resumiendo, "para los zapotecas, el concepto de
salud/enfermedad es un fenómeno cultural y no meramente
biológico"(15). Similar podemos decir para los
mazatecas.
Prescindiendo de las particularidades y
características de cada cultura, en la explicación
de la idea de salud existe coincidencia entre zapotecos y
mazatecos, y entre ellos y prácticamente todos los pueblos
originarios americanos. Salud se entiende como un hecho amplio
que va más allá del cuerpo físico. Ese mismo
principio subyace al concepto y a la idea que los orientales
tienen de salud/enfermedad. Para los chinos, estar bien depende
de un equilibrio de múltiples elementos entre los que
están el cuerpo y sus funciones, pero no sólo
ellos, también el medio (físico, social, cultural),
el mundo de creencias y el tipo de vida (satisfactorio/no
satisfactorio). Medio, cultura, sociedad, normas y tipo de vida
se viven, y esa vivencia se expresa en factores llamados
emocionales (las siete pasiones). Para los miembros de pueblos
originarios mexicanos, estar bien es tener equilibrio entre
cuerpo, mente y espíritu, a la vez en relación
estrecha y en armonía con el medio (social, natural,
universo, multirrealidad).
En conclusión, al hablar de idea de salud
oriental tradicional y mexicana (Oaxaca) tradicional nos damos
cuenta de la importancia del término tradicional como
elemento que define la particularidad de ambas culturas, lo que
hace que las ideas se conserven, se trasfieran al futuro y vivan,
alimentándose del pasado. La idea de salud en ambos
contextos es amplia y compleja, suprabiológica. Hablamos,
pues, de una concepción–comprensión cultural
y biocultural diferenciada de la concepción física
y biológica de la ciencia occidental.
Para zapotecas, mazatecas y orientales (así como
para todas las culturas apoyadas en la Tradición aunque no
estén emparentadas ni de lejos) la explicación de
los problemas de salud no está en el estudio del problema
aislado y en la determinación de su causa puntual
(acción unidireccional) sino en las líneas
sugeridas por la tradición (las tradiciones). La MTC es
una ciencia (hoy, por el rasgo de interculturalidad) que mezcla
aspectos cualitativos y cuantitativos, pero que hace una
valoración siguiendo la dialéctica Inn-Iang.
La medicina tradicional mexicana es eminentemente cualitativa,
valorando los aspectos que derivan de la realidad perceptible y
los que se interponen entre ella y los sentidos provenientes del
mundo de creencias y de la tradición.
Cuando en un grupo originario se plantea el concurso de
entidades espirituales en un dolor de cuello, junto al problema
físico constatable, existe la creencia de
intermediación de elementos no físicos
(espirituales). Y, al lado de una causa concreta, mala
posición durante el sueño, tortícolis,
también se puede pensar en una conducta transgresora de
las normas por lo que el problema del dolor de cuello
podría interpretarse como una especie de castigo o modo de
reequilibrar la conducta equivocada o malintencionada de la
persona. En Oriente no es tanto la acción de entidades no
físicas sobre el cuello por ofensas a los dioses o
daño a
la comunidad. Se puede ver en ciertos problemas un trasfondo
educativo, didáctico entendido como la necesidad de
corregir la actitud de la
persona cuya trayectoria ha ocasionado debilidad del sistema
defensivo que terminará por no prestar la
protección necesaria y suficiente a la articulación
del cuello frente al frío de la noche, a una corriente o a
una mala posición durante el sueño. Es algo
más práctico, se trata de una relación del
ser con su responsabilidad en el cuidado de la salud. La idea
de salud en Oriente tiene un marcado carácter preventivo,
como la propia medicina tradicional china.
Si hay elementos orientales en la cultura de los pueblos
originarios americanos tal vez hayan sido los responsables de un
concepto panamericano de salud/enfermedad/terapéutica
desde los tiempos del antiguo chamanismo (del que nos habla
Mircea Eliade). Por esa línea aún
encontraríamos relaciones con Oriente y sus ideas,
también provenientes del viejo tronco común que un
día extendió sus ramas por ambos
continentes.
Existen diversos caminos de acceso al conocimiento
dependiendo de la cultura en la que estemos. En la occidental, es
el pensamiento científico el que nos conduce al
conocimiento. En culturas como la araucana (Chile-Argentina) o la
zapoteca (México), se llega al conocimiento a
través de un pensamiento simbólico,
místico-espiritual. En el ámbito oriental
tradicional, se accede al conocimiento usando los medios de la
tradición, pensamiento analógico, pensamiento
simbólico. Ninguno es superior a otro. Todos son
válidos, al menos, en sus contextos originarios.
Pasó el tiempo de imposición absoluta de la cultura
y el pensamiento occidentales (Aparicio 2003). Existen formas de
vida cultural desde hace mucho tiempo en nuestro planeta que, o
bien han estado menospreciadas por la cultura dominante, o bien
han sido combatidas por ésta. Muchos opinan que es tiempo
de reconocimiento, de respeto y de
convivencia, y que así se genera paz, y que en la paz se
salvaguarda la salud y el futuro de los pueblos. La riqueza,
señalan, está en la convivencia armónica de
la diversidad. Medicina tradicional china, etnomedicina
tradicional en general, son ciencias eminentemente
antropológicas. Y es desde la antropología, como
ciencia de la alteridad y de reconocimiento de lo diverso, desde
donde se pueden aportar elementos sin prejuicios para comprender
mejor al "otro", entendido como ser individual, como cultura y
como pueblo.
Para Chica Casasola existe, además, una
vía nueva, la posibilidad de integrar a través del
aprendizaje,
el respeto y la convivencia los diferentes sistemas de
pensamiento con el fin de enriquecernos y de avanzar. Es la
interculturalidad, "cuando todos aprenden, crean y se benefician
de sus diferencias" (Chica 1998).
J.M.Poveda expresa que comunicación es salud e
incomunicación, enfermedad a hablar del modelo ideal
de salud en su estudio del chamanismo (Poveda 2001).
Por tanto, a pesar de las diferencias entre unos pueblos
y otros pensamos que es la comunicación (el paso del
Qi para los orientales) la que debe engrasar los
engranajes a veces oxidados de las maquinarias de las diferentes
culturas y tradiciones para llegar al enriquecimiento
intercultural y al entendimiento de los pueblos. Ese, creemos,
debe ser el camino del futuro.
En la cultura occidental diferenciamos salud de idea de
salud, considerándolas objeto de estudio de diferentes
ciencias. En las culturas tradicionales orientales, salud e idea
de salud forman una unidad en la que lo cultural y lo natural se
entienden de manera integrada, no viéndose la necesidad de
delimitar campos como se hace en la cultura occidental. Salud es
un equilibrio de energías (de la persona y de los
distintos ambientes). Para las culturas tradicionales
mesoamericanas (centrándonos en Oaxaca), salud es
equilibrio, como resultado del continuo ajuste de elementos
pertenecientes al ser humano, al medio social, al medio natural,
al medio cultural y al medio espiritual, interrelacionados. En
ambas concepciones equilibrio es tensión de fuerzas, una
de ellas correspondiente a la actuación humana
(corrección, ajuste, reajuste,..). Basándonos en la
opinión generalizada de los expertos, que atribuyen un
origen asiático a los pueblos americanos, podríamos
extender también el parentesco a lo cultural (como
sugieren algunos autores), es decir a las ideas, y en concreto a
la concepción de salud/enfermedad.
RÉSUMÉ
Dans la culture occidentale on distingue santé
d´idée de santé en les considérant
objet d´étude de ciences différentes. Dans
les cultures traditionnelles orientales, santé et
idée de santé forment une unité dans
laquelle on entend le culturel et le naturel de forme
integrée, sans la necéssité de
délimiter de champs comme l´on fait dans la culture
occidentale. Santé est un équilibre
d´energies (de la personne et de différentes
ambiences). Pour les cultures traditionnelles
mésoaméricaines (d´Oaxaca), santé est
équilibre comme résultat de l´ajustement
permanent d´élements appartenant à
l´être humain, au milieu social, au milieu
naturel, au milieu culturel et au milieu espirituel, tous en
rapport. Dans les deux conceptions équilibre est tension
de forces, l´une, correspond à l´action
humaine (correction, ajustement, réajustement,..). Sur la
base de l´opinion géneralisée des experts qui
attribuent une origine asiatique aus peuples américains,
on pourrait aussi étendre la parenté au culturel
(comme quelques auteurs suggèrent), c´est à
dire, aux idées, et à la conception de
santé/maladie en particulier.
7.-BIBLIOGRAFÍA.
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www.etnoecologica.org.mx
(5) Medicina Zapoteca. Panorama general. Sitio Internet:
www.umar.mx/zapoteca/medicina.html
(6) Evidentemente, este ejemplo es simple. Sirva a modo
de ilustración de lo que comentamos sobre el
mecanismo analógico en el estudio y explicación de
los fenómenos, usado como auxiliar en MTC.
(7) Arthur J.Rubel y Carole H. Browner. En :
"Antropología de la Salud en Oaxaca". Sitio Internet:
www.uam-antropologia.info/alteridades/alt17-8-rubel.pdf
(8) La teoría de Hardlicka se puede consultar en
el sitio Web del Instituto
marítimo de Chile sobre el poblamiento americano:
www.institutomaritimo.cl/pobla/pobla.html
(9) Universidad Autónoma de Querétaro
www.redmedica.com.mx
(10)Diario electrónico
nuestro.cl/notas/perfiles/soublette5.htm febrero 2004.
(11) El Profesor
Soublette ha encontrado semejanzas entre dos símbolos
importantes y emblemáticos tanto para los mapuches como
para los orientales: la cruz compuesta del Kultrum mapuche y el
símbolo oriental de Pacua (Yin/Yang). Gastón
Soublette. 1984. "La Estrella de Chile". Universidad
católica de Valparaíso. Ediciones
Universitarias.
(12) "Indígenas americanos". Enciclopedia
Encarta. Sitio en Internet: http://es.encarta.msn.com/encyclopedia
(13)Antropóloga y primera arqueóloga
mexicana. Aparecen opiniones suyas en la revista de Internet: La
Cultura. Sala de Prensa.
www.cnca.gob.mx/cnca/nuevo/2001/diarias/mar/2/0301/bbarba.html
(14) Programa Nacional
de Medicina Tradicional y Natural. Ministerio de Salud
Pública de Cuba. 1999
(15) Monografías de los pueblos indígenas
de México –Zapotecos de la Sierra Norte de Oaxaca-
V.O. Manuel Ríos- Mª Teresa Ruiz.
www.ini.gob.mx/monografias/zapotecossn.html
Autor:
Alfonso J. Aparicio Mena
(Diplomado en Ciencias Humanas. Licenciado en Geografía e Historia.
Ph Dr. En
Medicina Tradicional China.)