- Marco
histórico - Sector
manufacturero - Fuentes de financiación
de la industria - Principales
subsectores - Conclusión
Con el presente trabajo, se
pretende dar a conocer el desarrollo del
Sector Industrial en Colombia y los
aspectos generales de dicho sector.
Para hablar del desarrollo industrial colombiano, es
necesario mencionar la época de la revolución
industrial ocurrida en Europa,
especialmente en Gran Bretaña, en el siglo que va desde
1750 a 1850 como una referencia histórica
imprescindible.
De igual forma deben tenerse en cuenta aspectos como
el desarrollo del Sector Manufacturero, la relación del
Sector Industrial con el resto de la economía, distribución geográfica de la
industria,
estructura del
producto
industrial y tasa de crecimiento.
Otros aspectos importantes a mencionar son: Las
fuentes de
financiación, endeudamiento y capitalización de la
industria y principales subsectores del Sector
Industrial.
Para hablar del desarrollo industrial colombiano, es
necesario mencionar la época de la revolución
industrial ocurrida en Europa, especialmente en Gran
Bretaña, en el siglo que va desde 1750 a 1850 como una
referencia histórica imprescindible.
La revolución industrial no fue solamente una
revolución política, fue
principalmente una revolución tecnológica influida
por la utilización de algunos descubrimientos en la
industria, entre ellos el del vapor aplicado a toda clase de
maquinarias y el de la lanzadera y la hiladora mecánica que transformaron la industria
textil. La influencia de la revolución industrial
con sus características de desorden, sobre la clase
trabajadora, produjo algunas reacciones cuyas consecuencias
todavía se pueden apreciar: la de los destructores de
maquinas, que fue duramente reprimida por el Estado, la
del sindicalismo,
la de los cartistas, o sea, aquella que se propuso lograr
leyes
favorables para el trabajador, y la que podemos denominar
cooperativa. Esta última tuvo por
causa inmediata el hecho de que en Inglaterra muchos
trabajadores de la época no siempre recibían su
salario en
dinero, sino
en especie, con las consiguientes desventajas de mala calidad, pesa
equivocada y precios muy
altos.
Aún en el caso de que recibieran el salario en
dinero, por ser este demasiado bajo, obligaba a los trabajadores
a someterse a los tenderos que por concederles crédito
exigían un valor mayor
por la mercancía, junto con las demás
circunstancias desfavorables que acompañan a esta clase de
ventas a
crédito.
De esta manera, los trabajadores pensaron que uniendo sus
esfuerzos podrían convertirse en sus propios proveedores,
originándose así la idea de las cooperativas
de consumo.
Por otra parte el desempleo y las
gravosas condiciones del trabajo cuando se conseguía,
movieron a otros grupos de
trabajadores a organizarse en cooperativas de producción y trabajo, que hoy se denominan
trabajo asociado.
En la ciudad de Rochdale (Inglaterra), dedicada por
mucho tiempo a la
industria textil, se presentaron algunas de las consecuencias de
la revolución industrial, inconvenientes para los
trabajadores, por lo cual algunos de ellos pensaron que
debían agruparse y se constituyeron en una organización para el suministro de
artículos de primera necesidad.
Desde luego, para llegar a ese objetivo
debieron antes, con gran esfuerzo de su parte, ahorrar cada uno
en la medida de sus capacidades, logrando así reunir un
pequeño capital de 28
libras esterlinas, una por cada uno de los socios. Con ese
exiguo patrimonio,
fundaron una sociedad
denominada "De los Probos Pioneros de Rochdale". La
mayoría de estos hombres eran tejedores y en el grupo
figuraban algunos más ilustrados que habían tenido
participación en otras organizaciones de
beneficio común. Para el 21 de diciembre de 1844, en
contra de las opiniones de los comerciantes establecidos y de
otros ciudadanos, abrieron un pequeño almacén,
en la llamada Callejuela del Sapo, pero, para sorpresa de los
comerciantes que les auguraron un rotundo fracaso, la incipiente
institución fue creciendo e incluyendo en su
organización a muchas personas de algunas localidades
aledañas.
Fue este el origen del cooperativismo
de consumo en Gran Bretaña, cuyo desarrollo abarcó
después no solo a la Europa Continental sino al resto del
mundo. El importante crecimiento debe atribuirse no a la
importancia del poder
económico, sino al valor de las ideas y a la fidelidad que
estos iniciadores tuvieron para con esas ideas.
El desarrollo del tejido industrial en nuestro país,
fue el reflejo de la implementación del modelo de
Industrialización por Sustitución de Importaciones
ISI, impulsado por la CEPAL (basado en una elevación de
protección a la producción nacional, completada con
las políticas
de crédito de fomento, con tasas de
interés subsidiadas por el estado. Con
éste esquema Colombia logró importantes avances en
términos de crecimiento del PIB y del
Ingreso per cápita en un marco de relativa estabilidad,
pues nuestro país no ha registrado niveles de
inflación incontrolables, y progreso en la
diversificación de las exportaciones.
Dicho modelo hizo propicio el desarrollo de algún
tejido industrial hasta los años setenta, aprovechando las
ventajas que la protección trae y favoreciendo el
desarrollo industrial a partir de la protección y no la
innovación. Lamentablemente, las
limitaciones del mercado interior
generaron una barrera muy clara a la industria colombiana y
la protección que en un primer estado de
industrialización es un fenómeno positivo pero se
convirtió en un fenómeno desastroso para la
economía nacional.
A partir de la década de los setenta, ninguna empresa
industrial colombiana creció realmente más
allá de las oportunidades del mercado interior y Colombia
siguió viviendo de las exportaciones primarias de café,
carbón, petróleo y otros productos,
protegiendo el mercado interior y manteniendo una industria que
para los años ochentas se hizo pequeña, ineficiente
y poco competitiva con una participación nula en el
mercado internacional.
A partir de la década de los ochenta la economía
mundial entró en un período de
inflación, originada primordialmente por el alza en los
precios del petróleo
que obligó a los países desarrollados a aplicar
políticas monetarias contraccionistas con la consecuente
restricción del crédito y elevación de las
tasas de interés.
El sector manufacturero sufrió las mayores consecuencias
de ésta crisis; la
participación de las manufacturas en el PIB, que
venían creciendo lentamente en los años sesenta y
setenta, al finalizar los años ochenta descendió.
Se vio además un gran descenso en el empleo de
más de 13.850 trabajadores, el cual comenzó a
recuperarse a partir de 1985 hasta 1989 pero sin alcanzar el
porcentaje del crecimiento obtenido en 1979 (18.900
trabajadores).
Al finalizar la década de los ochenta y comienzos de
los noventa, hace su aparición el "neoliberalismo", como una respuesta teórica
para "modernizar y hacer más competitivas las
economías emergentes", aplicando aperturas de choque que
fortalecerían y harían más modernas las
economías, pensando en la importancia de las ventajas
comparativas entre los países y bajo el supuesto de que el
mercado internacional haría una distribución justa
de los recursos y que
los países en desarrollo crecerían más
rápidamente gracias a las nuevas condiciones de mercado.
La permanencia de mecanismos de protección estimuló
la producción de bienes
dirigidos a la satisfacción de las necesidades del mercado
interno.
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
La política industrial diseñada en la
actualidad pasa únicamente por el fortalecimiento de la
apertura económica, sin corregir los errores del pasado.
Los resultados obtenidos fueron los opuestos, las
economías emergentes son cada vez más pobres y su
participación en el comercio
mundial es más limitado. Los países como Colombia
pierden terreno en el ámbito mundial y la apertura de los
mercados nos hace
más vulnerables a las crisis mundiales y al comportamiento
de los precios de bienes primarios quienes a pesar de la apertura
siguen dándonos el pan de cada día en nuestro
país.
El desalentador manejo macroeconómico de la
economía que permitió la pérdida de competitividad
de la economía en su conjunto, al dejar revaluar nuestra
moneda en los años más cruciales de apertura y la
falta de apoyo estatal para reanimar a la industria resultaron
factores fatales en el camino colombiano hacia la "prosperidad
económica" y por el contrario resultó en un
proceso de
des-industrialización negativa.
En términos industriales el resultado fue
bastante difuso, solo sobrevivieron algunas firmas
especializadas, y el grueso de las industrias en
nuestro país sufren de enormes dificultades para seguir
adelante.
En la actualidad, vivimos un proceso de ajuste
estructural, para estabilizar nuestra economía, para
cumplir por lo menos con las obligaciones
salariales y las deudas contratadas durante las últimas
décadas tanto interna como externamente.
La inversión en Colombia sin contar las
obligaciones del Gobierno en
Educación
y Salud será
prácticamente cero para el año 2001.
Uno de los índices que evidencian el mayor o
menor grado de desarrollo de un país es la
participación del sector manufacturero en el PIB total. la
creciente participación de la industria y el sector
servicios
indica mayor grado de desarrollo, lo cual no quiere decir que en
la producción (en términos de volumen y valor)
sea baja en aquellos países que tienen una alta
participación de la industria en su PIB.
Por ejemplo en estados unidos,
con mayor desarrollo
económico, el sector agropecuario tiene bajo
porcentaje 2% del total del PIB y, sin embargo, su volumen de
producción es mayor que el de cualquier otro país.
En cambio en la
india, donde
un 30% de su PIB proviene del sector agropecuario, no alcanza
para alimentar a su propia población.
LA INDUSTRIA MANUFACTURERA EN AMÉRICA
LATINA
A principios de la
década de los 80ª la economía mundial
entró en un periodo de inflación, originada
primordial/ por el alza de los precios del petróleo que
obligo a los países desarrollados a aplicar
políticas monetarias contraccionistas con la consecuente
restricción de crédito y elevación de las
tasas de interés.
El sector manufacturero sufrió las consecuencias
negativas de lo ocurrido en estos años. La
participación de las manufacturas en el PIB que
venían creciendo lenta/ en los años 60ª y
70ª al finalizar los años 80ª
descendió.
Se registro un
fuerte descenso en la capacidad de absorción de empleo en
los sectores de producción que proporcionaban las
ocupaciones más estables, más productivas, mejor
remuneradas, y con mayor cobertura de la seguridad
social.
un problema adicional que afecta la incipiente
estructura industrial de latino América
es la alta dependencia de los hidrocarburos,
lo que hace susceptible a las impredecibles e inestables
variaciones de los precios del crudo y sus refinados en le
ámbito internacional
La década de los 90ª se caracterizó
por la generalización de reformas económicas
profundas en la región. La gran mayoría de
países latinoamericanos iniciaron y mantuvieron procesos de
apertura económica dentro de una concepción
neoliberal; con el objeto de modernizar sus
economías.
En el desempeño de las economías de la
región en esos años se observan 4 elementos
principales. 1) tasas moderadas de crecimiento, alrededor del
2.5%, 2) mayor control de
inflación a pesar de registrar cifras altas en
comparación con las de países industrializados,
América
latina se ha alejado de las astronómicas cifras de la
hiperinflación antes observadas en
Argentina, Brasil, Nicaragua
y Perú, en 1995, por ejemplo, la inflación fue del
25% promedio; 3) un déficit considerable y creciente en
cuenta corriente, financiado por la afluencia de capitales
extranjeros. La crisis de México a
finales de 1994 se constituyó en una señal de
alerta para estas economías sobre la forma de financiar su
desarrollo y 4) los bajos coeficientes de ahorro
nacional.
LA INDUSTRIA MANUFACTURERA COLOMBIANA Y EL PIB EN
COLOMBIA
Al igual que para toda América latina, el
desarrollo del sector industrial de nuestra economía se
logro, desde sus inicios hasta 1989, gracias al modelo (impulsado
por la CEPAL) de sustitución de importaciones, basado en
la elevada protección a la producción nacional
complementada con políticas de crédito de fomento
con tasa de
interés subsidiadas por el estado.
Con este esquema Colombia logro importantes avances en
términos de crecimiento del PIB y del ingreso per
cápita en un marco de relativa estabilidad, pues nuestro
país no ha registrado niveles de inflación
incontrolables, y progresó en la diversificación de
las exportaciones.
La permanencia de mecanismos de protección
estimuló la producción de bienes dirigidos a la
satisfacción de las necesidades del mercado interno, sin
importar la estructura de costos, tecnología,
disponibilidad de materias primas, y si maximizar la eficiencia,
aislándolo en esta forma de la competencia
extranjera.
En la medida en que el modelo de "crecimiento hacia
adentro" se fue agotando, la participación del sector
manufacturero en el PIB total se redujo. Creció sostenida/
a partir de 1960 cuando se ubicó en 16.5% hasta alcanzar
en 1974 su máxima participación 23.5%. Desde este
año empezó a retroceder poco a poco para ubicarse
por debajo del 18% en 1999.
La inversión industrial es parte fundamental de
la modernización de la economía; la cual no
sólo es renovación de equipos, sino también
el cambio en la cultura
corporativa en las diferentes empresas que
integran la industrial implica un cambio en el desarrollo
general, en la gestión, en el mercado, comercialización y en la investigación y desarrollo. Significa
comprometerse con el concepto de
calidad
total.
RELACIÓN DEL S.I. CON EL RESTO DE LA
ECONOMÍA
El S.I. Coadyuva al crecimiento de los demás
sectores de la economía ya que demanda
determinados porcentajes denominados coeficientes técnicos
de producción de productos originados en otros
sectores.
El sector que más ha incrementado sus suministros
al S.I. Es el agropecuario, ya que las únicas ramas de la
industria que han seguido el desarrollo normal de crecimiento a
pesar de la recesión son las de alimentos,
bebidas y tabaco elaborado,
surtidas principalmente del sector agropecuario.
SUBSECTORES DEL S.I.
- Maquinaria Eléctrica
- Alimentos sin café
- Transporte
- Prod. Químicos
- Textiles
- Sust. Quimic. Ind.
- Bebidas
- Refineria petróleo
- Papel
- Plástico
- Hierro y Acero
- Productos Metálicos
- Minerales no Metálicos
- Confecciones
- Imprentas, Editorial.
- Maquinaria no eléct.
- Vidrio
- Productos de caucho
- Objetos de barro
- Cuero y sus productos
- Calzado
- Tabaco
- Madera
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA
INDUSTRIA
Estudios realizados por el DANE y la ANDI en los
años 90, mostraban el proceso de descentralización de la actividad
industrial y en 1991 el gobierno comenzó a fomentar la
descentralización del S.I. Para que fuese repartido en
zonas de menor desarrollo económico y no todas en las
grandes áreas metropolitanas.
SALARIOS Y PRODUCTIVIDAD EN
EL SECTOR MANUFACTURERO
El promedio del sector agropecuario es tres veces menor
que el sector manufacturero en salarios y
productividad. Por ejemplo si la productividad media en el campo
fuera de $100 por trabajador, en la industria sería $300
por trabajador; motivo por el cual existe gran diferencia entre
el salario promedio rural y el fabril.
FUENTES
DE FINANCIACIÓN DE LA INDUSTRIA
Los préstamos en moneda extranjera han sido un
recurso importante para el Sector Industrial, el cual ante la
imposibilidad de obtener las financiaciones adecuadas en Colombia
toma los riesgos
cambiarios que este tipo de financiación
conlleva.
La incapacidad de la banca para
atender la demanda de crédito del Sector Industrial ha
hecho que éste recurra al mercado extrabancario en
volúmenes cuyo monto es muy difícil de estimar. Los
intereses extrabancarios han llegado en algunos casos a superar
el 50% nominal anual.
Otra fuente importante de recursos para bancos y
corporaciones ha sido la línea de crédito extendida
al país por el Banco Mundial
y su corporación financiera para préstamos con
destino a la creación de nuevas industrias sustitutivas,
de importaciones o creadoras de exportaciones, con plazos
adecuados que han posibilitado el surgimiento de la
mayoría de las grandes industrias del país en las
últimas dos décadas.
Otra institución que provee recursos para el
fomento de la industria es el Fondo de Promoción de Exportaciones (Proexpo) ahora
Banco de
Comercio
Exterior. Actualmente los fondos de fomento que
pertenecían al Banco de la república fueron
trasladados al Instituto de Fomento Industrial (IFI), pero el
Emisor continúa manejando el crédito de fomento
proveniente de líneas externas.
En los años ochenta los préstamos
constituyeron la principal fuente de recursos con una
participación del 67.3% sobre un 29.9% de las fuentes
internas y un 2.8% de aportes de capital.
EL ENDEUDAMIENTO Y LA CAPITALIZACIÓN DE LA
INDUSTRIA
Uno de los más graves problemas que
afronta la industria nacional es el excesivo endeudamiento, el
cual se refleja en una debilitada liquidez general y de capital de
trabajo. El deterioro financiero se refleja en los diferentes
coeficientes financieros de las empresas. El excesivo aumento de
la relación pasivos/patrimonio aumenta la inseguridad
del capital, que ante el riesgo huye y
profundiza la crisis, llevando muchas empresas a la quiebra o al
concordato; figura que se utilizó como una antesala a la
declaratoria de quiebra, para que con el aporte de los acreedores
y propietarios se tratara de sacar a flote la empresa. Sin
embargo hubo abusos por parte de algunos negociantes con
ésta figura para dilatar el cumplimiento de sus
obligaciones, en especial las laborales. En consecuencia
surgió la Ley 550 de 1999
sobre intervención económica y reactivación
empresarial, la cual se ha constituido en un excelente
instrumento jurídico para evitar liquidaciones y ha puesto
en la práctica fin a los concordatos.
El mercado de
capitales se ha visto como una muy eficiente fuente de
recursos para el sector real de la economía, pero
sólo a fines de 1991 el mercado accionario empezó a
tener una participación importante en las operaciones
bursátiles. La colocación de bonos apenas
empezó a cobrar importancia al iniciarse la década
de los noventa. Además los propietarios han sido reacios a
la entrada de desconocidos en el manejo y decisiones de la
empresa, por esto la Ley 27 de 1990 reglamentó la
emisión de acciones con
dividendo preferencial sin derecho a voto, las cuales fueron
colocadas en el mercado por primera vez en septiembre de 1991.
Esta modalidad de títulos valores ha
estimulado nuevas colocaciones para capitalizar sociedades
anónimas en la rama industrial.
Por su aporte al valor agregado industrial las de
mayor importancia son la Industria Alimenticia, la de bebidas, la
de textiles y la industria química.
Históricamente han sido los subsectores más
representativos.
- La Industria Textil:
Está compuesta por empresas dedicadas a la
fabricación de hilos y telas, es una de las más
antiguas en Colombia. Se calcula que su producción a
mediados del siglo XIX satisfacía al rededor del 20% de la
demanda interna, constituyéndose en uno de los primeros
procesos de industrialización en el país. Las
primeras industrias productoras de tejidos
aparecieron a principios del siglo XX en Medellín y
Barranquilla. El desarrollo de la industria textil en sus
comienzos se dio bajo un manto de protección, con lo cual
se posibilitó en la década de los treinta
diversificar su producción y cubrir prácticamente
toda la gama de hilados y tejidos, incluyendo los géneros
más finos.
Hoy ésta industria pese, a la seria crisis por la
que atraviesa, continúa siendo de vital importancia para
una buena parte del aparato productivo. Por un lado, los hilados
y los tejidos consumen materias primas de origen nacional; por
otro, surten de materiales a
las empresas de confección de prendas; y por
último, permiten la comercialización de una amplia
gama de productos terminados y genera divisas por
concepto de exportaciones. Con respecto a la inversión,
desde 1992 la industria ha invertido más de US$600
millones en maquinaria y equipo para su
modernización.
Crisis Estructural del sector.
La industria textil se caracterizó, hasta el
decenio de los setenta, por ser una de las más avanzadas
no sólo en el ámbito latinoamericano sino
también en el mundial, lo cual le permitió ampliar
los mercados y lograr una importante reputación por la
calidad de sus productos. Sin embargo, a partir de 1975
entró en una crisis estructural que la dejó
relegada tanto en los mercados externos como en el interno. Hasta
este año la industria textil había aprovechado al
máximo las políticas de estímulos a las
exportaciones; pero no renovó sus equipos con lo cual
habría logrado una mayor productividad y una mejor calidad
en sus acabados. Por esta razón, al iniciarse un proceso
de apertura del comercio
internacional, la industria textil se encontró en
desventaja frente a la agresiva competencia emprendida por los
llamados "Jóvenes dragones" del sudeste asiático,
como Hong Kong, Taiwan y Corea del Sur. Sin embargo en la
década de los 80 en éstos países se
encareció la mano de obra, mientras que en Colombia
permanecía a un costo más
bajo, algo que junto con la originalidad y buen gusto de sus
diseños sirvió para recuperar los mercados
internacionales perdidos, pues internamente esta industria
predomina sobre la extranjera.
Un estudio adelantado por la Universidad
Pontificia Bolivariana de Medellín concluye que el sector
textilero y de la confección no será competitivo si
no reorganiza la
administración de sus empresas e invierte en la
capacitación de trabajadores, se integra
horizontal y no verticalmente e invierte más en
investigación y desarrollo tecnológico. La apertura
de las importaciones, la informalidad que se ha apoderado del
mercado unida al contrabando y
al lavado de dólares que existe detrás de las
importaciones y la baja de los aranceles
afectaron gravemente este sector a partir de 1992. Esto
coincidió con la negativa situación de los
algodoneros, afectados por la competencia externa y la violencia
interna. A mediados de 1993 el gobierno tomó medidas como
la fijación de precios mínimos para la importación de textiles con el fin de
proteger el sector, que a partir de 1996 se ha venido
recuperando.
- La industria de Químicos, cauchos y
derivados del
petróleo.
El crecimiento en términos reales de esta
actividad industrial ha superado el de todas las demás en
las últimas tres décadas. La actividad
química, por estar relacionadas en sus materias primas con
el
petróleo y sus derivados, es la más susceptible
al mercado internacional del crudo. El mercado afecta en mayor
grado si se considera que el país debe importar cerca del
80% de sus fertilizantes nitrogenados (urea) y que éstos
son los de mayor importancia en cultivos como el café y el
banano. En general a industria química debe importar cerca
del 61% de sus materias primas, lo cual significa que es uno de
los sectores más beneficiados con la política de
desgravación arancelaria.
- La Industria Metalúrgica.
Esta industria ocupa unas 65.000 personas y ventas por
unos $2 billones por año. La industria metalúrgica
comprende una vasta gama de actividades, las cuales se han
clasificado de la siguiente manera:
- Metálicas básicas (siderurgia):
Industrias básicas de hierro y
acero,
manufacturas de hierro y acero y manufacturas de metales no
ferrosos. - Metalmecánica: Fabricación de productos
metálicos, construcción de maquinaria no
eléctrica, material profesional y científico y
maquinaria, aparatos y artículos
eléctricos.
El desarrollo de la actividad siderúrgica se
considera como otro índice del grado de
industrialización de un país. En Colombia
ésta actividad se inició a finales del siglo XIX.
Su posterior desarrollo se dio con la creación de Empresa
Siderúrgica de Medellín (Simesa) y con la
Siderúrgica de Paz del Río S.A., que se
convirtió en una empresa
privada a partir de 1961. En 1978 nuestra industria ya contaba
con ocho compañías, una amplia gama de
producción de bienes intermedios y de uso final y con
diferentes grados de integración. Con la apertura de la
economía ésta industria ha tenido que hacer frente
a la competencia de importaciones de Trinidad y Tobago,
México y Venezuela a
precios muy bajos para lograr colocar su producción
excedentaria.
- La industria del cemento.
La industria productora de minerales no
metálicos (cemento y ladrillo) ocupa unas 30.000 personas
y tiene ventas por $2.4 billones. La industria del cemento se
inició en Colombia a principios del siglo XX con la
creación en Bogotá de la planta de Cementos Samper,
en 1909 con una producción de 8 a 10 toneladas de cemento
por día. Pero sólo a partir de 1927 nació la
moderna industria cementera con la iniciación de la
producción en Cementos Diamante en Apulo Cundinamarca,
como quiera que la capacidad de esta planta alcanzaba las 100
toneladas por día. En esta actividad se ha vinculado
capital privado mexicano en un porcentaje
considerable.
Una de las principales características de
ésta actividad es la concentración de la
producción en pocas manos y grandes empresas,
constituyéndose en un típico oligopolio;
esquema que era operado hasta mediados de 1996 por empresarios
colombianos. Esta industria no ha podido desarrollar toda su
potencialidad en razón de que los controles al precio interno
en varias épocas constituyeron un desestímulo.
Dentro de una política de apertura los controles de
precios o tendrán ningún sentido económico,
pues la competencia extranjera no debe permitir la
fijación abusiva de precios por cualquier cartel. Las
características de esta actividad se pueden resumir en los
siguientes términos:
- Alta participación del valor agregado en la
producción bruta del sector. - Bajo coeficiente entre empleo y producción
bruta y el valor agregado, lo cual la hace altamente productiva
frente a los demás sectores de la industria. - Intensiva en consumo de insumos
energéticos. - Intensivas en uso de capital.
- Baja dependencia de importación de bienes
intermedios. - Separación de mercados regionales.
- Producción interna muy competitiva en los
mercados internacionales.
En Latinoamérica Colombia ocupa un cuarto
lugar de relativa importancia; participa con cerca de 9% del
total de la producción.
A pesar de los problemas que afrontamos, la
globalización mundial y la tendencia al libre comercio es
una realidad: ante las dificultades presentadas, el
replanteamiento estratégico de nuestro país pasa ya
no por la defensa del mercado interno sino por el fortalecimiento
del aparato exterior de nuestra economía.
La anhelada recuperación económica
parece venirse encima, y la apuesta colombiana está
pasando por el fortalecimiento de las exportaciones y el control
del déficit fiscal para
evitar a largo plazo el endeudamiento externo. Apuesta que puede
funcionar si además se consigue la paz, y logramos
recuperar el terreno perdido manteniendo una balanza
comercial positiva que nos ayude a evitar los desequilibrios
y que nos ayude a pagar nuestras deudas fomentando la
inversión productiva pensando en un futuro no muy lejano.
Ante las dificultadas presentadas, el replanteamiento
estratégico de nuestro país pasa, ya no por la
defensa del mercado interno, sino por el fortalecimiento del
aparato exterior de nuestra economía
Sin embargo, "la política industrial
diseñada en la actualidad pasa únicamente por el
fortalecimiento de la apertura económica, sin corregir los
errores del pasado"
La política industrial del actual Gobierno
parte de los mismos supuestos que destrozaron el tejido
industrial con la apertura económica, el crecimiento
mostrado por la industria nacional en los últimos meses es
un fruto de la devaluación de la moneda más no de
políticas activas de mejoramiento de la competitividad,
infraestructura física,
eliminación de costos de transacción etc.
Lamentablemente se siguen defendiendo intereses muy
particulares y aparte de defender a las industrias existentes no
existen políticas para el nacimiento de nuevas empresas
con recursos realmente importantes.
La economía colombiana tiene una
organización industrial principalmente oligopólica,
si el Gobierno sigue protegiendo los intereses de la ANDI, o de
ACOPI, sin pensar en la posibilidad de ampliar los campos de
competencia de la economía y sin fomentar la
creación de nuevas empresas que no provengan de las
organizaciones existentes simplemente fomentará la
desigualdad
social y defenderá a un grupo limitado de
colombianos.
Lo que resulta paradójico es que mientras el
Gobierno dice apoyar a la industria, aumenta los costos de
transacción mediante el aumento de recaudos por impuestos, no se
esfuerza por mejorar la seguridad, no le
brinda estabilidad a la inversión y no mejora la calidad
en el transporte,
con un sistema de
inteligencia
de mercados ineficiente. Factores que al sumarse impiden el
desarrollo de una industria competitiva, sin ineficiencias en la
distribución y para todos.
En una sociedad en guerra, con
casi tres millones de personas desempleadas, bajo una
recesión económica inclemente, no es aceptable una
política industrial que se limita a defender la poca
industria que queda, que no invierte en ciencia y
tecnología y que a pesar de basar su
política en el aparato exterior no apoya realmente las
nuevas potencialidades de la economía
colombiana.
LUZ MARÍA GOMEZ S.
ANDRÉS FELIPE PARRA
MÓNICA MAZO GARCÉS
INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA DE ENVIGADO
FACULTAD DE CIENCIAS
EMPRESARIALES
CONTADURÍA PÚBLICA
ENVIGADO