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Septenio




Enviado por tavo770



    1. Septenio
      (1870-1877-
    2. Conclusión
    3. Bibliografía-
    4. Anexos

    INTRODUCCIÓN

    Durante casi 2 décadas, de 1870 a 1888,
    Antonio Guzmán Blanco dominó la escena política venezolana.
    Bien como presidente, o en los interregnos desde Europa, su
    influencia marcó a la Venezuela del
    siglo XIX. Durante los dieciocho años en los que
    predominó su autoritaria voluntad, se mantuvieron las
    apariencias de "alternabilidad constitucional", porque
    Guzmán Blanco se separó dos veces del poder y
    dejó en él a generales amigos que se lo
    devolverían al concluir sus mandatos. Gobernó
    personalmente durante tres períodos constitucionales no
    consecutivos que suelen denominarse de acuerdo con el
    número de años que duró cada uno de ellos:
    el Septenio (1870-1877), el Quinquenio (1879-1884) y el Bienio
    (1886-1888). En los períodos intermedios la Presidencia
    fue ocupada por Francisco Linares Alcántara y por
    Joaquín Crespo.

    Guzmán Blanco fue el primer jefe de Estado
    venezolano, a partir de 1830, que combinó en sí los
    talentos de un gran político y un eficiente administrador.
    Atrajo inversiones
    extranjeras, utilizándolas en la modernización del
    sistema de
    transporte
    venezolano y la explotación de los recursos mineros
    del país.

    Guzmán Blanco tuvo que llegar a un acuerdo con
    los grupos
    políticos y económicos que ejercían una
    influencia decisiva en la vida nacional. Durante todo el
    período republicano, los comerciantes, los caudillos
    regionales y los hacendados habían tenido diferencias
    importantes que llevaron a una situación de continuos
    enfrentamientos, los cuales desangraron económica y
    políticamente al país, impidiendo el buen
    funcionamiento del gobierno.

    Tal era la situación con la que Guzmán
    Blanco se enfrentaba que su política de
    conciliación logró establecer un equilibrio con
    2 de esos grupos de intereses: los caudillos regionales y los
    comerciantes. De esta manera pudo alcanzar el éxito
    en una empresa en la
    cual sus predecesores habían fracasado, e instaurar un
    régimen que gozó de gran estabilidad
    política y prosperidad económica como no los
    había tenido el país desde hacía mucho
    tiempo.

    El Septenio
    (1870-1877)

    El comienzo de la hegemonía de Antonio Guzmán
    Blanco puede situarse en 1870, cuando se convierte en jefe de la
    Revolución
    de Abril que habría de conducirlo al poder.
    Inauguró un lapso estable de administración que modifica los rasgos del
    proceso
    precedente, a través de una férrea
    orientación hacia el centralismo
    político y la modernización del país. El 7
    de mayo dicta varios decretos importantes. En ellos se declaraba
    que el Estado
    asumía las deudas de los trabajadores que habían
    abrazado la causa de la revolución; se redimían los
    censos; se reorganizaba la Universidad
    Central de Venezuela; se creaba un Conservatorio de Bellas Artes y
    se procedía a reestructurar la Alta Corte Federal. El 27
    de junio de 1870, Guzmán Blanco dicta el

    decreto de Instrucción Primaria Pública y
    Obligatoria
    ; se estableció, para cumplir
    este cometido, la Dirección Nacional de Instrucción
    Primaria. Guzmán Blanco abolió los peajes, que
    constituían tradición secular, e inició los
    trabajos de las carreteras del este y del sur de Caracas.
    Simultáneamente, ordenaba el remozamiento de la plaza
    Bolívar de
    la capital. Ell 3
    de noviembre de 1870, dicta un decreto de especial
    significación: el de la fundación de una Junta de
    Crédito
    Público, con el objeto de buscar fórmulas para la
    amortización de la deuda y la
    movilización de capitales. Gracias a los oficios de esta
    junta, logra el ministro de Hacienda, Jacinto Gutiérrez,
    crear una Compañía de Crédito destinada a
    proporcionar anticipos al Gobierno sobre las rentas
    públicas y ocupadas de hacer más expeditas las
    demás operaciones
    fiscales.

    De este modo, el régimen se alía con los
    comerciantes-financistas para la ejecución de un proyecto
    común de saneamiento fiscal. Se
    involucra así al sector privado en los planes oficiales,
    como punto de partida de un nexo necesario para desarrollar una
    gestión
    a largo plazo.

    Una nueva disposición de trascendencia expide
    Guzmán Blanco el 11 de mayo de 1871: el decreto sobre
    moneda nacional. Venezuela, en adelante, tendría monedas
    de oro, plata y
    cobre y la
    unidad monetaria sería el venezolano. Este decreto fue
    esencial en el proceso de ordenación económica,
    pues la circulación de las monedas extranjeras, hasta
    entonces totalmente libre y única, queda limitada y
    controlada. Años más tarde, en 1879, el
    bolívar se convertirá en la unidad monetaria
    nacional.

    El 27 de febrero de 1873, se reúne el Congreso
    presidido por Antonio Leocadio Guzmán y, ante él,
    presenta su Mensaje Guzmán Blanco. Allí pide la
    reforma de la Constitución en el sentido de que el voto
    secreto sea sustituido por uno público y firmado; que se
    establezca la responsabilidad de los empleados públicos y
    por último, que se reduzca el período
    constitucional y de todos los cargos elegidos a 2 años en
    lugar de 4. El 15 de abril, el Congreso escrutó los votos
    para presidente: Guzmán Blanco resultó
    electo.

    Guzmán Blanco, entre 1873 y 1876, había
    proseguido su enfrentamiento con la Iglesia. Pasos
    en este proceso son: la instauración del matrimonio civil;
    la secularización de los cementerios; la supresión
    de las primicias que los fieles daban a la Iglesia; el destierro
    del obispo de Mérida, Juan Hilario Bosset, por haber
    desconocido la ley de matrimonio
    civil; el establecimiento del registro de
    estado civil; la supresión de los conventos de monjas; el
    destierro del arzobispo Silvestre Guevara y Lira por falta de
    residencia, de acuerdo con el Concilio de Trento, y declara
    vacante el arzobispado y nulos los actos de Guevara y Lira. En
    1874 logra que el obispo de Guayana, José Manuel Arroyo,
    acepte la investidura episcopal, pero el Vaticano censura la
    conducta de
    éste, quien se retracta. El papa Pío IX, deseoso de
    ponerle fin al conflicto,
    designó entonces como vicario apostólico al
    delegado pontificio residente en Santo Domingo, fray Roque
    Cocchia, para que levantase las suspensiones y entredichos
    impuestos por
    el arzobispo Guevara y Lira. Guzmán Blanco le niega a
    Cocchia la entrada al país y amenaza con crear una Iglesia
    nacional venezolana, separada de la obediencia de Roma, lo cual no
    pasa de ser una mera intención.

    En mayo de 1875, Guzmán había inaugurado
    el debate
    electoral, pidiendo que surgiesen por lo menos una docena de
    candidatos, pero que todos fueran servidores de la
    Revolución de Abril. Así, la discusión
    eleccionaria se ramifica dentro de la familia
    liberal. Diversos periódicos lanzan sus candidatos. Todas
    las candidaturas se van a reducir en síntesis a
    las de Zavarce y Linares Alcántara, éste
    último candidato de Guzmán Blanco. Llevadas a cabo
    las elecciones, el Congreso procede a su escrutinio. Ninguno de
    los candidatos obtuvo la mayoría legal, por lo que la
    votación se concretó entre Zavarce y Linares
    Alcántara. El segundo fue electo presidente de la
    República por el voto de 14 estados.

    La administración de Guzmán Blanco se
    distinguió por la realización de numerosas obras
    públicas y de ornato. Caracas, sobre todo, empezó a
    tomar otro aspecto. El Capitolio Federal fue concluido en su
    primera etapa en febrero de 1873, aun cuando la construcción total no se completó
    sino en 1877. El 7 de noviembre de 1874, fue inaugurada en la
    plaza Bolívar de Caracas la estatua ecuestre del
    Libertador, obra del escultor italiano Adán Tadolini, En
    octubre de 1875 y enero de 1876, sendas estatuas de Guzmán
    Blanco fueron develadas en Caracas. El antiguo templo de la
    Santísima Trinidad fue transformado en Panteón
    Nacional en 1875, y a él fueron trasladados, el 28 de
    octubre de 1876, los restos mortales del Libertador que, desde
    1842, reposaban en la cripta de la familia
    Bolívar en la catedral de Caracas. Todos los historiadores
    coinciden en que el Septenio fue la etapa más
    fructífera del régimen de Guzmán Blanco, aun
    cuando su política estuvo muy lejos de satisfacer a todos.
    Entre los descontentos estaban los hacendados, quienes no
    lograron que el Gobierno llevase a cabo una política
    agraria satisfactoria. El presidente se negó a promover el
    Instituto de Crédito el cual debía, según
    las intenciones de los hacendados, facilitarles préstamos
    a bajo interés.
    Este rechazo provenía, en parte, de su alianza con la
    élite comercial y financiera. Su actitud
    negativa hacia aquel instituto ilustraba también sus
    preferencias por una ayuda indirecta del Gobierno al sector
    agropecuario más bien que mediante un subsidio otorgado de
    los fondos públicos. El impuesto nacional
    de tránsito (en vez de los peajes), y la importancia
    conferida por el Gobierno a la mejora de las vías de
    comunicación, brindaban beneficios
    indirectos a los hacendados, puesto que mejores carreteras
    facilitaban el movimiento de
    los productos y
    reducían los costos de
    transporte. En lo referente a los caudillos, la política
    de Guzmán Blanco consistió en dejar en manos de
    ellos el mantenimiento
    de la paz en sus respectivos estados e intervenir tan sólo
    cuando todos los otros medios para
    asegurarla hubiesen fallado. De esta manera terminó con la
    anarquía que reinaba en el país. En resumen,
    durante el Septenio, estableció y saneó el
    crédito público, organizó la Hacienda; se
    ocupó de la
    administración y las mejoras infraestructurales;
    garantizó el éxito del Partido Liberal que
    comenzó a llamarse el Gran Partido Liberal Amarillo e hizo
    prevalecer la potestad temporal en su conflicto con la
    Iglesia.

    CONCLUSIÓN

    Además del impulso dado durante su mandato a las
    diferentes obras públicas y los medios de transporte y
    comunicación, Guzmán Blanco adoptó medidas
    legales que ayudaron en forma notable a la modernización
    del Estado y la sociedad
    venezolana. Entre ellas están: el decreto de
    instrucción pública, la creación de la
    Dirección General de Estadística, el levantamiento de censos
    nacionales, la redacción de los códigos Civil, de
    Comercio,
    Militar y Penal y la unificación de pesas y medidas,
    aparte de la ya mencionada creación de la unidad
    monetaria, el bolívar de plata. Antonio Guzmán
    Blanco constituye la
    personalidad política de mayor relieve en la
    segunda mitad del siglo XIX. Su retiro puso fin al más
    extenso y dinámico período de desarrollo y
    de cambio en la
    historia de
    Venezuela durante ese siglo. En apenas 2 décadas
    había reorientado la evolución política y
    económica del país, para lo cual utilizó
    como un instrumento su alianza con los comerciantes y los
    caudillos. Sus dos ideas-fuerza
    fundamentales: el centralismo (aun conservando las apariencias
    del federalismo) y el
    nacionalismo,
    que fueron los temas más críticos del siglo XIX,
    pasarían a ser hechos aceptados y a constituir elementos
    importantes de la filosofía política del siglo XX
    en Venezuela. En el septenio las características
    ególatras de su personalidad
    que se agudizan en el Quinquenio van a deformar y a desviar su
    labor creadora de gobernante, la cual también se ve
    empañada por la forma como dispuso, en provecho personal y de los
    suyos, de las ventajas que brindaba el manejo del erario
    nacional.

    BIBLIOGRAFÍA

    Fuentes Bibliográficas:

    – RIVERO, NÉSTOR JOSÉ. La idea de
    progreso durante el período guzmancista,
    1870-1888.

    – LEÑA HURTADO, MIGUEL: Historia de Venezuela 8
    Editorial Básica 1 C.A., 2001.

    – FUNDACIÓN POLAR: Diccionario de
    Historia de Venezuela. Caracas. Venezuela. 1997

    – FUNDACIÓN POLAR: Diccionario de Historia de
    Venezuela. Tomo I. 2da. Edición. Caracas. 1997. Págs.
    1096-1100.

    Fuentes Electrónicas:

    – www.google.com

    – www.fpolar.org.ve

    – www.laguia.com.ve

    – www.venezuelatuya.com

    – www.geocities.com

    – www.Altavista.com

    ANEXOS

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     Gustavo

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