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Apología de Sócrates. Platón




Enviado por pamela_puertas



    1. 1er.
      Discurso
    2. 2do. Y
      3er. Discurso

    1er. Discurso

      1. LUGAR: La capital
        griega: Atenas.
      2. MOMENTO: Año 400
        A.C.
      3. SITUACIÓN: Juicio en
        proceso
        contra Sócrates iniciado por sus acusadores:
        Meleto, Licón y Ánito.
    1. Comienzo de la
      Apología:
    2. Apología:
      (Término griego) Escrito o discurso formulado en
      defensa de algo o alguien. Es célebre la
      Apología de Sócrates, por el diálogo platónico en la que
      aquél se defiende de las imputaciones de corrupción que le habían llevado a
      ser reo de muerte.
    3. Hay dos clases de acusaciones:
      una, las acusaciones recientes, otra, las antiguas. Ahora bien,
      Sócrates primero se defenderá de los
      calumniadores antiguos en los cuales se basa la
      acusación reciente de Meleto.

    Acusaciones hechas a
    Sócrates y la refutación de las
    mismas:

    ACUSACIONES
    ANTIGUAS

    "Sócrates
    es culpable: por averiguar indiscriminadamente lo que acontece en
    la tierra y en
    los cielos; por hacer triunfar la meta causa;
    por enseñar a otros lo que él
    hace".

    1. Sócrates niega esta
      acusación y critica a los acusadores por "acusar a
      un ausente que nadie defendía (…) para
      justificarme, tengo que luchar como si dijéramos
      contra sombras, y responder a todo sin poder
      hacer una sola pregunta".

      "pues ellas
      han sido las que han predispuesto a la mayor parte de
      vosotros contra mi desde vuestra infancia, haciéndoos creer falsamente
      que existía un Sócrates, especie de gran
      brujo, perito en los fenómenos celestes, rebuscador
      de cuanto en la tierra
      acontece y capaz de hacer prevalecer toda mala causa
      tornándola buena. (…) Pues es indudable que
      quienes les han dado crédito están persuadidos de
      que las gentes entregadas a tales manejos no creen en los
      dioses."

    2. Comete delito
      al investigar los fenómenos celestes y
      subterráneos, debido a que, según ellos,
      convierte el argumento más débil en el
      más fuerte, instruyendo esto a otros, y sin creer en
      los dioses, es decir, es ateo.

      Sócrates deja claro que no
      posee un lenguaje tan elocuente como para conseguir
      engañar a la gente que instruía
      gratuitamente, sino que tiene dificultad para expresarse
      lingüísticamente. "Yo por el contrario, nada
      diré que no sea verdad. Claro que. ¡oh,
      atenienses!, no será, por Zeus, en un lenguaje
      exquisito como el suyo; en un lenguaje embellecido de
      locuciones y términos escogidos y hábilmente
      aplicados. No, yo hablaré bien o mal tal cual las
      expresiones me vengan a la boca…".

    3. Lo consideraban como una
      persona que
      se dedicaba a engañar a la gente por su facilidad de
      palabra. Según sus acusadores, Sócrates
      tenía un lenguaje
      bastante elocuente.
    4. Acusación de ser un sofista,
      o sea, que cobra dinero a
      cambio de
      enseñar. Él negaba que se dedicaba a imponer su
      doctrina a la gente, a cambio de una remuneración.
      Él era realmente un antisofista: Sócrates
      enseñaba, pero con un fin educativo, sin pedir dinero
      a cambio. También alega que no ha sido maestro de
      nadie, y que no ha ejercido magistratura alguna en la ciudad,
      pero que fue miembro del Consejo. "Es más: si alguien
      os ha dicho que tengo la costumbre de enseñar por
      dinero no creedlo tampoco pues tampoco es verdad. No quiere
      esto decir que desconozca en qué modo es hermoso el
      ser capaz de instruir a los demás (…)
      ".

    ACUSACIONES
    NUEVAS

    "Sócrates
    es culpable de corromper a los jóvenes, de no creer en los
    dioses en los cuales cree la ciudad y de sustituirlos por
    divinidades nuevas".

    1. Cargo de impiedad (asebeia).
      Sócrates demuestra la falsedad de esta
      acusación usando el método dialéctico, por él
      creado, hace caer en contradicciones manifiestas a uno de sus
      acusadores (Meletos), dejando en claro que él cree en
      las divinidades. "-¡Que atrevimiento Meletos! Eres
      capaz y tal llegarás de no creerte ni a ti mismo.
      (…) Estoy persuadiéndome de lo que ha querido
      ha sido componer un enigma para probarme –Vamos a ver
      (se habría dicho) si ese sabio que dicen es
      Sócrates burlo y de que me contradigo o si hago caer
      delante de todos- Pues está que se contradice en su
      demanda de
      punta que, en suma lo que viene a decir es esto
      –Socrates es culpable de no creer en los dioses,
      aunque, sin embargo, cree en ellos- Y decidme ¿No es
      esto una pura broma?".

      "Y esto que
      digo atenienses es tan verdadero como fácil de
      comprobar. Pues si realmente me dedico a corromper a los
      jóvenes y anteriormente he hecho otro tanto.
      Forzosamente algunos de entre ellos, al madurar
      habrían reconocido que de mi recibieron malos consejos
      de su juventud y
      hoy se presentarían aquí para acusarme y
      hacerme castigar, y en caso de que no quisieran hacerlo ellos
      mismos, algún miembro de su familia,
      padres, hermanos, parientes, si en verdad yo hubiese
      perjudicado a los suyos no dejarían de acordarse y de
      pedir reparación."

      "Pues bien, a
      mi vez yo pretendo que Meletos es culpable de bromear en
      asunto tan serio puesto que tan de ligero emplaza a la gente
      ante la justicia
      fingiendo interesarse por cosas de las que jamás se ha
      preocupado. Y voy a tratar de demostraos la verdad de esto
      que afirmo".

    2. Acusación de corromper a
      los jóvenes, por la cual Sócrates afirmará
      que es totalmente falso. La prueba es que ninguno de los que se
      consideran sus discípulos (ni sus parientes) han
      presentado ninguna denuncia por corrupción. Sócrates demuestra,
      además, que su acusador no sabe de lo que está
      hablando, pues nunca se ha interesado por la
      educación de los jóvenes y pretende decir que
      el filósofo los corrompe con sus
      enseñanzas.
    3. Cargo de introducir nuevas
      divinidades. Sócrates realiza un análisis de la verdadera naturaleza
      de su dios personal, que
      es la base de sus creencias en las divinidades de la
      ciudad.

    "¿Es que,
    según tu, no reconozco tan siquiera como Dioses al sol y a
    la luna, en quien todos creen? –No jueces, no los reconoce
    como tales. Afirma que el sol es una
    piedra y que la luna es un pedazo de tierra únicamente.-
    ¡Pero es Anaxágoras a quien estás acusando mi
    querido Meletos! –. (…) ¿Pues que es sino una
    burla empezar afirmando que no creo en los dioses para enseguida
    sostener lo contrario desde el momento que convencido
    estás de que creo en los demonios?".

    1. "Por ello mi
      única y exclusiva misión ha sido en efecto el
      ir por esas calles persuadiéndoos jóvenes o
      viejos de que no os preocupaseis de vuestro cuerpo ni de
      vuestra fortuna con el interés con que debéis hacerlo
      de vuestra alma con
      objeto de volverla tan buena como sea posible. Si, mi
      misión es, deciros que la fortuna no da la virtud,
      sino que al contrario, de la virtud proviene la fortuna
      cuanto es beneficioso sea a nosotros, sea al Estado."

    2. La misión
      de Sócrates era la de filosofar, exhortar y de hacer
      reflexionar a todo aquel que se cruzara en su camino de manera
      honrada, sincera, predicando el valor de la
      virtud. Cumpliendo así lo encomendado por su Dios por
      sobre cualquier adversidad.
    3. Encuestas realizadas por
      Sócrates:

    Hombres de
    Estado:

    • Análisis de su respuesta:
      Aquellos a los que todos, incluso ellos mismos
      reconocían como sabios no lo era de modo alguno, ya que
      creían que sabían. "Por consiguiente, me parece
      que soy un poco más sabio que él desde el momento
      que no creo saber lo que no sé."

    Poetas:

    • Análisis de su respuesta: Si
      bien inicialmente, Sócrates se creía en
      inferioridad de conocimiento
      respecto a "los autores de tragedias, de los inventores, de
      ditirambos y demás por el estilo", termina por concluir
      que no tenían un exacto conocimiento de lo que dicen,
      sino un don natural para decir cosas admirables y
      además, por ello, se creían más sabios que
      los hombres. Por lo que no eran los poetas, más sabios
      que él en absoluto. "Al dejarlos, pensé de nuevo
      que tenía sobre ellos la misma ventaja que sobre los
      hombres de Estado."

    Artesanos:

    • Análisis de su respuesta:
      Estos sabían realmente cosas que Sócrates
      ignoraba y en ellas eran más sabios que él, pero
      por el hecho de saber a la perfección su oficio,
      creían saberlo todo, hasta las cosas más
      difíciles, siendo esta ilusión lo que manchaba lo
      que realmente sabían. "Solo que aquellos excelentes
      artesanos atenienses, me parecieron tener el mismo defecto que
      los poetas."
    • Conclusión general de
      Sócrates: Se pone de manifiesto la ignorancia de
      la ciencia
      humana, que según Sócrates quería
      comprobar su Dios. Los hombres, por creerse dueños de la
      verdad y la sabiduría de todas las cuestiones,
      terminaban por ser ignorantes por lo que el filósofo,
      termina por convencerse de ser el más sabio entre los
      hombres, ya que era el único conciente de su
      ignorancia."Los más afamados, al examinarlos
      según el pensamiento
      del dios, me parecieron los más inferiores, mientras que
      los que pasaban por inferioridad me resultaron los más
      sanos de espíritu".
    • Consecuencias de las encuestas: La enemistad de los hombres
      encuestados y de los que presenciaban, ya que estos
      creían que en Sócrates estaba toda la ciencia que
      el otro desconocía, le propagaron calumnias a
      propósito, atribuyéndole dicha sabiduría
      que le perjudicaba.

    2do. Y 3er. Discurso

    1. Método socrático:
      comparación con el diálogo con Mileto del primer
      discurso.

    FASE
    NEGATIVA

    • 1ro. Ironía: Se pone de
      manifiesto en el comienzo de la discusión con Meletos
      acerca de la acusación que Sócrates le hace
      respecto a su interés por las cuestiones, en este caso,
      de corromper a los jóvenes. "Por consiguiente di a los
      jueces quien es capaz de hacerlos mejores. No es posible dudar
      que lo sepas, ya que es tu gran preocupación. (…)
      Anda. Pero ¡como! ¿por qué te callas,
      Meletos? ¿No sabes que decir? ¿pero no comprendes
      que esto no te favorece ya que tu silencio confirma lo que yo
      decía antes al asegurar que estas cuestiones no te
      importan nada en absoluto? ¡Ea, anímate hombre;
      habla
    • 2do. Refutación: Dada en la
      demostración de la falta de sensatez del fundamento de
      Meletos respecto de la creencia o no de Sócrates en los
      dioses. "Sócrates es culpable de no creer en los dioses,
      sin embargo, cree en ellos. (…) Sin embargo, declaras
      que creo en el poder de los demonios y que en enseño su
      existencia, bien se trate de los antiguos demonio o de otros
      nuevos. (…) Pero ¿no consideramos los demonios
      como dioses o como hijos de dioses al menos? (…)
      Entonces, si yo admito la existencia de los demonios y los
      demonios son dioses ¿no tengo razón en decir que
      hablas mediante enigmas y que te burlas de
      nosotros?"
    1. Sócrates rechaza esta falacia
      ya que considera que de utilizarla, afectaría no solo
      su honor, sino también el de los presentes y el de la
      ciudad. "Más yo estimo que quienes así obran
      deshonran a la ciudad, y que hacen creer a los extranjeros
      que los atenienses que más se distinguen por sus
      méritos, aquellos a quienes sus conciudadanos eligen
      para confiarles las magistraturas y los honores, no tienen
      más valor para que tendrían de ser
      mujeres."

      Sostiene, que de obrar de ese
      modo mancharía su reputación y la de sus
      ideales dándole razón a los acusadores, por lo
      que prefiere mantenerse firme ante sus convicciones y no
      mostrarlas débiles frente a cualquier
      adversidad.

      Por otra parte, cree que los jueces
      y los dioses son los encargados de aplicar la ley y decidir
      lo más conveniente, teniendo que ser el perdón,
      obtenido naturalmente por la simple exposición de los hechos. Por lo que no
      quiere persuadirlos, de lo contrario cree ofender a los
      dioses y cometer una injusticia. "No; el juez no es juez para
      convertir la justicia a favor, sino para decidir sobre lo
      justo o lo injusto. Jura no favorecer a tal o cual
      caprichosamente, sino juzgar con arreglo a la
      ley."

      8) A.- Sócrates es
      condenado, después de haber votado todos los jueces.
      Hay más votos en contra que a favor, y por ello, no
      consigue la absolución. Como Meleto no alcanzó
      la quinta parte de los votos, fue condenado a pagar unas diez
      minas (300.000 pesetas actuales). La condena impuesta por
      Meleto era la de la pena de
      muerte.

      Sócrates señaló
      que atendiendo a la verdadera justicia él en lugar de
      un castigo, merecía, como benefactor de la ciudad, el
      privilegio de ser mantenido en el Pritaneo a expensas del
      estado. "Indudablemente, nada tan justo atenienses, como ser
      alimentado en el Pritaneo. Si, esto seria mucho más
      lógico, (…) Luego si queréis tratarme
      justamente y conforme a mis méritos, esto es lo que
      propongo: que se me alimente en el Pritaneo."

      Sócrates asegura que por
      falta de tiempo no
      ha conseguido deshacer las calumnias y convencer a los jueces
      para que lo absuelvan. Pese a que Sócrates
      decidió como condena, pagar una multa dentro de sus
      posibilidades (aunque al final propusieron Critón,
      Platón, Critóbulo y Apolodoro
      una cantidad mayor de dinero), los jueces eligieron
      condenarlo a la pena de muerte propuesta por el acusador.
      "Claro, que, si tuviese dinero, ofrecería pagar lo que
      me fuese fácil cumplir pues esto en nada me
      perjudicaría. (…) ¡Ah!
      ¿Oís? Platón, aquí presente,
      atenienses, y con él Kritón, Kritóbulos
      y Apollodoros, me instan para que os ofrezca 30 minas de las
      que ellos salen fiadores. Pues bien os propongo esta cantidad
      (…)".

      Por otra parte,
      Sócrates rechaza la propuesta de ser enviado a
      prisión, catalogándola como inútil.
      ¿La prisión? ¿Qué
      conseguiría con vivir prisionero de gentes que
      sucesivamente estrían encargadas de vigilarme?
      ¿Para qué dar este trabajo a
      los Once?". Rechaza
      además el destierro, ya que considera indigno
      abandonar a su patria y en vano vagar por todas partes,
      puesto que está seguro que
      sucedería lo mismo por lo que lo acusan en la ciudad a
      donde vaya. Cree inútil pensar que como sus propios
      conciudadanos no han podido soportar sus consejos y sus
      propósitos, que los han importunado e irritado y
      recurren a cualquier medio para ser librados de ellos, otros
      los soportarían y aceptarían.
      "Y qué vergüenza y
      qué miseria para un hombre de mi edad el dejar mi
      patria para ir sin cesar de una en otra ciudad siendo
      arrojado de todas partes". Finalmente, considera el destierro
      como una desobediencia y traición a su dios, teniendo
      que serle fiel a su propósito y a su misión.
      "Si os dijese que esto sería desobedecer al dios y que
      por consiguiente no puedo hacerlo no me creerías,
      pensaríais que hablaba
      irónicamente."

      B.-
      "Indudablemente nada tan justo atenienses, como ser
      alimentado en el Pritaneo. Si, esto sería mucho
      más lógico,(…) Luego si queréis
      tratarme justamente y conforme a mis méritos, esto es
      lo que propongo: que se me alimente en el
      Pritaneo".

      Esta contrapropuesta, no corresponde
      a pena alguna ya que Sócrates la nombra con un sentido
      irónico, creyéndose inocente y un
      "bien-hechor". El filósofo manifiesta que es acusado
      por renunciar a una vida tranquila y rechazar lo que la mayor
      parte de los hombres desean por sobre todas las cosas
      (fortuna, intereses privados, mandos militares, éxitos
      tribunicios, magistraturas, formar parte de coaliciones y
      fracciones políticas); por preferir persuadir a la
      gente de que se ocupen menos de les pertenece que de ellos
      mismos con el objeto de volverlos mejores y tan razonables
      como fuese posible; por haber pensado menos en las cosas de
      la ciudad que en la ciudad misma y por entregarse por entero
      a la consecución de estos principios.
      "¿Que merezco, vuelvo a preguntar, por haberme
      conducido de este modo? Una buena recompensa indudablemente,
      si hemos de ser justos; una bueno y digna a la par de
      mí. ¿Qué habrá, pues, adecuado a
      un bien-hechor pobre como yo, que emplea todo su tiempo en
      exhortaros?".

      9) Sócrates se despide de los
      jueces que le habían condenado y de los que le
      habían absuelto. Se acostumbraba a creer que una
      persona que estaba a punto de morir poseía dotes para
      predecir el futuro. Así que, Sócrates predice
      el futuro a los que le condenaron, diciéndoles que les
      llegará un castigo mucho más duro que el que
      él ha recibido. Sócrates explica a los jueces
      que le han condenado que, si se esperaran un escaso
      período de tiempo, su deseo de la muerte
      de Sócrates se cumpliría. Reflexiona sobre el
      fundamento de que la muerte sea un bien, resultando de esto
      que si, en caso de que sea una ausencia de toda
      sensación, entonces, la muerte sería para
      él un maravilloso beneficio, y si por otro lado, se
      trata de un tránsito del alma de este mundo a otro,
      será también para él una alegría,
      porque se encontrará con las demás almas de los
      muertos, y con los verdaderos jueces que impartirán la
      justicia. "Pues si creéis que matando a la gente
      evitareis que quede alguno que os reproche vuestro mal vivir,
      estáis equivocados. Esta manera de librarse de los
      censores es además, oídme bien, tan ineficaz
      como deshonrosa".

      Aporta confianza a los jueces que
      votaron a su favor para que no teman a la muerte, sino que
      sepan que a un hombre de bien no puede sucederle nada malo ni
      en esta vida ni después de la muerte, pues los dioses
      nunca se olvidan de sus problemas.
      "En cuanto a los que habéis votado en mi favor, me
      agradaría conversar con vosotros acerca de lo que
      acaba de ocurrir, mientras los magistrados terminen de
      cumplir con su misión y mientras se me conduce al
      lugar donde deba morir."

    2. Sócrates hubiera podido
      utilizar la falacia ad misericordiam como era utilizada
      comúnmente en tribunales: rogando y suplicando a los
      jueces con lágrimas en los ojos, inclusive
      persuadiéndolos, apelando a su sensibilidad haciendo
      presentes a hijos, parientes o numerosos amigos, para
      enternecerlos. "tengo en consecuencia parientes y tengo
      también hijos, tres, uno ya mayor y otros dos
      pequeñitos. No obstante no haré que venga ninguno
      de ellos ni os suplicaré para liberarme."
    3. Se manifiesta la advertencia de un
      espíritu (o voz interior) divino en el pensamiento de
      Sócrates, que se opone hasta en los asuntos menos
      importantes, y que le sugiere lo que se debe de hacer en un
      momento determinado. Revela a los miembros que le absolvieron
      (llamándole jueces) que ese espíritu
      divino se comporta de una forma muy extraña, al no
      haberle disuadido en ningún momento, debido a que
      él se siente convencido que muriendo se libra de las
      tribulaciones de la vida. También piensa que no le ha
      contenido esa señal divina, porque según
      él su conducta
      ha sido correcta en todo momento y va a sucederle algo bueno.
      "Mi guía espiritual, el espíritu divino que me
      asiste, me permitía oírle hasta hoy muy
      frecuentemente,(…) en todo momento en que iba a hacer
      algo que no convenía. Hoy en cambio, (…) no
      sólo no se me ha dejado oír al salir de mi casa
      ni cuando estaba ante el tribunal, sino que tan siquiera, y
      para prevenirme, cuando he tenido que hablar…".

      Creemos que concluye
      debidamente en función a todo lo que Sócrates
      sostenía en cuanto a sus valores
      ideales y principios.

      Si ninguna de las condenas
      propuestas fuesen acordes a él,¿cuál
      seria la correcta?,Seguramente la muerte, que en definitiva,
      era la desconocida, pues él, no sabia si se trataba de
      un bien o un mal.

    4. En la Apología, en su
      conclusión Sócrates cita las diversas condenas
      posibles a ser aplicables a él, pero ninguna de ellas
      perjudican en su totalidad al acusado, sino todo lo contrario
      ya que ninguna de ellas persuade el ideal de Sócrates ni
      provoca en él un desistir.
    5. Sócrates hace referencia
      y atribuye un gran significado a vivir
      honradamente.

    "lo
    verdaderamente difícil no es escapar a la muerte, sino
    escaparse de obrar mal"

    Con "vivir bien" el le atribuye
    a la vida un conjunto de valores y maneras de obrar justamente.
    Su base fundamental es su moral y sus
    principios, y no por el simple hecho de vivir seria capas de
    renunciar a ellos, por los cuales ha peleado toda su vida; de
    hacerlo así, viviría sin el sentido al que el
    considera que es vivir, viviría pero no viviría
    bien.-

    "¡Ah, de
    qué modo prefiero morir tras aquella defensa que vivir a
    costa de tal precio!
    Nadie, ni yo ni otro alguno ya esté delante de un
    tribunal, ya en la guerra, debe
    buscar el sustraerse a la muertes cobardemente. Ocurre en los
    combates que con frecuencia se tiene la posibilidad de
    conservar la vida arrojando las armas y
    pidiendo gracia al enemigo que nos domina".-

    Puertas,
    Pamela

    Cavallo,
    Natalia

    Andino,
    Florencia

    Mazzaglia,
    Luciana

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