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Argentina en el Callejón y La larga agonía de la Argentina peronista




Enviado por elektroniks04



    Resúmenes de los libros de
    Tulio Halperín Donghi

    En la historiografía se cierra la tentativa de
    crear una cultura e
    historia
    consagradas a la gloria del régimen. Los designios
    culturales de la dictadura se
    trabaron porque entre ella y la vida cultural no había
    puntos de tangencia. No hubo un historiografía
    peronista, el regimen debió actuar convenciendo, y
    encontró entre los revisionistas una tropa de reserva de
    adictos a la neutralidad desde la Nueva Escuela
    Histórica. La Nueva Escuela y el revisionismo dominaban
    la investigación
    historiográfica.

    La vacía objetividad de la Nueva Escuela abre
    una crisis en la
    historiografía, sin buscar los elementos para superarla.
    Los revisionistas parten de lo que se llama la tradición
    liberal argentina que agota sus posibilidades y se debe crear
    una conciencia
    nacional para reemplazarla. Surge el doble aspecto del
    revisionismo: propone una imagen del
    pasado argentino de una abstracción del segundo grado,
    de la reelaboración de los esquemas liberales de
    historia, e ideológicamente integra un esfuerzo para
    adecuarse al tiempo en
    que el fascismo recoge
    la herencia de la
    democracia.

    El peronismo no
    fue una forma de fascismo, fue el resultado de una tentativa de
    reforma fascista de la vida política.
    Sólo una minoría lo quería implantar. Los
    grupos
    dominantes desde el 30’ buscaron la restauración
    de la República Conservadora. El fascismo llega a ser
    una tentativa de restaurar el orden tradicional. La Resistencia es
    la obra de grupos
    sociales en ascenso amenazados pero cuando la amenazas se
    disipan estos cobran poder.
    Cuando la Argentina estaba madura para el fascismo el mundo
    estaba demasiado maduro para él. Hacia el 45’ los
    grupos habían sentido la amenaza de la
    restauración del viejo orden y se observaba una nueva
    distribución de poder, no querían
    ver en la aventura totalitaria la restauración de viejos
    políticos. La Resistencia argentina quiso inscribirse en
    la tendencia mundial. La lucha debía terminar en la
    rendición incondicional y la resistencia argentina
    quería imponer duros castigos a los responsables. En
    Argentina no había contenidos de cambio
    social. El gobierno,
    dispuesto a ser humillado, no podía perecer por la
    Resistencia, advirtió primero que no habría
    salida revolucionaria ya que la crisis se resolvería con
    elecciones, y esto era su ventaja. La Resistencia se preparaba
    para una guerra civil
    mientras el gobierno buscaba votantes. Los apoyos del gobierno
    eran anteriores: la restauración totalitaria y la
    normalización. Con la primera se dan el
    apoyo episcopal, con la segunda se da apoyo de políticos
    de dimensiones nacionales. El Secretario de Trabajo
    encuentra apoyo en grupos en ascenso, en el sector industrial,
    y los obreros industriales generados por esa
    industrialización. La política
    social podía ser un esfuerzo para quebrar la
    conciencia de clase de los
    trabajadores. Su plan
    político no era ni original ni sutil, era el intento
    reaccionario de despojar bruscamente a los partidos liberales
    de su clientela, pero lo notable fue el éxito
    que superaba incluso los deseos. El sector más antiguo
    resistió poco las innovaciones. El sentimiento de clase
    detrás del peronismo no es el de un grupo que se
    siente victima de la sociedad
    sino el de un grupo que ve colmadas sus aspiraciones
    .

    Perón advirtió hasta que punto esa clase
    era ajena a las preocupaciones gubernativas o constitucionales
    que animaban a la resistencia, y quiso hacer madurar una
    conciencia de clase que se daba como conciencia de un opuesto
    ideal cultural.

    La clase tenia poca madurez y sus organizaciones
    debían tener mas sustanciales (Ej: CGT).

    El futuro era visto como una prolongación del
    presente de la bienaventuranza, las clases explotadas no
    podían ser eliminadas, los patronos debían
    continuar siéndolo en un nuevo clima
    político y social, la falta de horizontes
    revolucionarios es mas que la renuncia a una táctica,
    estaba en la conciencia social evocada como clase definible
    sólo en el contexto del antiguo orden como abarcando a
    las antiguas clases dirigentes. El jefe del movimiento
    podía estar seguro: lo
    único que exigía esa masa era que se mantuviese
    su prosperidad, igual que erigían los industriales:
    mantener la industrialización surgida de la guerra. Pese
    a dos planes quinquenales y a la doctrina superadora entre
    marxismo y
    capitalismo
    no se dio un criterio para orientar al movimiento ante los
    problemas
    que la nación enfrentaba. A los meritos
    limitados a la habilidad táctica el fascismo no agregaba
    nada, para mantener la industrialización había
    que mantener el feudo electoral de Buenos Aires.
    El nacimiento desde una tentativa fascista impidió una
    alianza entre todos los grupos ascendentes en la sociedad
    argentina que chocaron en 1945.

    Las insuficiencias del peronismo son distintas de las
    de su plano dirigente ante la crisis de la democracia: se vio
    acorralado por la insuficiencia, su fracaso es el fracaso de la
    clase política argentina surgida desde la experiencia
    radical con la que terminó el proceso
    desde 1853, de la construcción de la República
    Verdadera.

    Para que una línea económica distinta
    surgiese era necesario que el gran triunfo popular del 23 de
    febrero no haya sido sólo una maniobra de un líder
    que lleva a las masas. Se llega así al gobierno de
    manera fácil, pero es difícil conservarlo. En el
    32’ Justo se organizó con la explotación
    política y económica de la crisis en beneficio de
    ciertos grupos, hoy proveniente de un sentido opuesto, ya que
    se usa un progreso y no un retroceso nacional. Si las teorías política deben ser
    analizadas según su campo de acción, entonces la generación del
    37’ necesita la exigencia de unidad que alude a la
    experiencia argentina que sirve para analizar esa
    generación, la unidad a la que se alude allí es
    la que ha perdido la Argentina, la del grupo que comenzó
    a ser dirigente en 1810 y dejó de serlo en 1829. El
    propósito de Echeverría de 1846 es alcanzar sin
    sangre la
    revolución radical y generadora pero su
    camino es usar el influjo del gran núcleo de hacendados
    ricos y jóvenes influyentes. En el Facundo Sarmiento
    propone una visión herética entre la luz y las
    tinieblas, la lucha entre dos principios se
    trasforma en la lucha entre dos modos de vida o tradiciones
    históricas. La tercera parte trae un programa
    concreto
    destinado a evocar en su apoyo fuerzas de la Argentina
    bárbara, que tras prosperar bajo el orden rígido
    de la federación rosita ven que ese orden traba sea
    desarrollo.
    Al proyectar el fututo del país se rehúsa el
    autor a utilizar las fuerzas que en él actúan
    porque aspira a utilizar a todas ellas (civilización y
    barbarie).

    En las Bases de Alberdi el autoritarismo no era
    evocado en defensa de un orden social que no estaba amenazado,
    sino que para ser puesto al servicio del
    progresismo, para apoyarse en los núcleos
    tradicionalmente dominantes y jerarquías sociales
    consolidadas (que se identificaban con el aparato de Rosas).

    Alberdi propone la segunda colonización del
    país por hombres y capitales europeos, el autoritarismo
    de la República Posible es el símbolo de la
    aceptación del orden vigente antes y después de
    Caseros. No todo es ruptura, se reserva la acción
    política a los grupos dirigentes, se desconfía de
    la espontánea fuerza
    creadora de lo real, recoge motivos conocidos por la
    generación del 37’. El sentido varia ya que en el
    37’ frente al foco de positivismo
    iluminista que triunfa de la oscuridad, ahora se descubre que
    esa realidad es capaz de acción que no acata la soberanía de la luz sobre la oscuridad,
    la positividad se apaga. La revolución ha dejado de ser
    imposible pero se la proclama ineficaz como la acción de
    un grupo ilustrado. La actitud
    revolucionaria es una extrema libertad
    ideológica posible en el contexto conservador por la fe
    en la ineficiencia de toda ideología. La moraleja valida para 1837 y
    para 1958 es que los revolucionarios no pudieron serlo porque
    no se pusieron al servicio de la única fuerza
    verdaderamente revolucionaria, (el pueblo), y su
    revolución no podía ser sino la de los grupos
    dominantes.

    Argentina esta enfrentada con alternativas políticas que no logra resolver. El poder
    decisor de las fuerzas armadas se da porque el monopolio de
    la fuerza nunca les ha sido disputado, y ello deriva del
    carácter benigno de las tensiones
    políticas y sociales que hacen necesaria su
    intervención. La crisis argentina se originó con
    la depresión del 30’, como proceso
    desde la revolución industrial, y obligó a una
    transformación interna que bajo los estímulos de
    la crisis y la guerra) no se puede devolver un lugar en el
    mundo que había existido en la Argentina agropecuaria).
    El peronismo y el frondizismo que fueron los dos
    regímenes mas alejados a la argentina agroexportadora,
    vieron la diversificación económica como un lujo
    de los años prósperos. Si la clase terrateniente
    logra mantener en lo interno su hegemonía y relaciones
    con la comercialización será la que deba
    asumir las consecuencias del deterioro de los términos
    de intercambio agravadas por el afianzamiento de estructuras
    monolplistas de comercialización. Tras 1916 surge lo que
    buscaban las aspiraciones: una democracia moderna, apoyada en
    un orden económico menos modernizado, y su mantenimiento es un costo
    afrontable sólo desde un clima de prosperidad. La crisis
    de 1930 pone fin a la prosperidad de la posguerra, se cierra la
    Caja de Conversión al caer las reservas de oro.

    Se da la crisis de la economía productora
    argentina, y la crisis financiera del Estado, se
    deja un periodo de prosperidad sin precedentes y el gobierno no
    es hábil por políticos de un partido sin
    experiencia. Yrigoyen declara su partido como del hombre
    común, se da la entrega total y desinteresada a una
    misión
    pero tras su nueva elección, en la que se ve su
    habilidad política, se desgasta la figura de
    jefe.

    El 30’ fue un año de agitación
    política y militar, la primera preparaba el éxito
    para la segunda y el partido en el poder no ve lo que sucede.
    El 6 de septiembre se da la revolución, tras 68
    años de legalidad
    constitucional. Uriburu viene ligado a tendencias
    aristocráticas del norte (famita de Salta). A pesar del
    fervor popular era la victoria de una clase sobre otra. Se
    condena cualquier sistema
    representativo que exija cambios sociales o económicos.
    Concluyó antes de lo esperado en una campana electoral.
    Estaba a la vista el retorno a la normalidad, pero se
    había instaurado una dictadura
    militar, y este sector era integrante del sistema
    político, declarando la imposibilidad de ciertas
    candidaturas. El futuro gobierno desde su aceptación no
    podrá indicar su origen electoral, se da la
    eliminación de candidatos radicales.

    El candidato de la Alianza es Lisandro de la Torre,
    Justo es propuesto por partidarios del Frente a la Alianza
    Civil, apoyado por antipersonalistas. Pero el triunfo de Justo
    no satisface al presidente provisional ya que era poco
    revolucionario. Pero Justo representaba lo que la
    revolución había sido: el retorno al poder de
    dirigentes tradicionales. La crisis había penetrado al
    país desde su comercio
    exterior (Ottawa)

    Se da el predominio económico de ciertos
    grupos. El partido en el poder era apoyado por masas que no
    utilizaba electoralmente. La tendencia a repensar la
    situación venia de movimientos minoritarios, desde el
    liberalismo
    conservador o desde el nacionalismo. En la primera domina Lisandro de
    la Torre. El segundo surge como consecuencia local de
    dictaduras conservadoras de Europa, como
    solución de clases dirigentes tradicionales ante la
    imposibilidad de gobernar en el marco del constitucionalismo
    liberal, con hostilidad hacia las mayorías populares.
    Luego del 36’ el derechismo impulsa al gobierno, en
    relación a los acontecimientos de España o
    el terror rojo. El gobierno de Ortiz era fruto de la etapa
    oscura de Justo, y en el mundo los países con los que
    nos relacionábamos chocaban con los fascistas, y en ese
    contexto se dan los acercamientos a la democracia local. Cuando
    Ortiz enferma el nuevo prescíndete tiene como figura
    dominante a Pinedo. Se da la unión de partidos
    opositores, y surque la Unión Democrática,
    luchando contra el fraude y
    adhiriéndose a las Naciones
    Unidas. En adelante los gobierno debía su apoyo a la
    tutela del
    ejercito. El 4 de junio se da la revolución, con
    Castillo como presidente. Hacia 1944 el gobierno de Ramírez rompe las relaciones con el eje,
    y los neutralistas declaran el alejamiento del presidente,
    reemplazado por Farell iniciándose un régimen
    clerical autoritario. La revolución se aísla, no
    cuenta con grupos influyentes ni con la opinión
    pública. Hacia 1945 se da la alineación con
    las Naciones Unidas, con relación a Perón,
    que antes era neutralista. El movimiento de Resistencia fue una
    de las grandes oleadas populares que en 1945 surgen de un
    estado de ánimo generalizado, y se relaciona con un
    grupo temeroso de perder su status, solo alcanzo eco entre las
    clases medias y altas. Tras la normalización
    internacional Perón proyecta un nuevo equilibrio
    político logrado de su alianza con partidos
    tradicionales, la estructura
    sindical también es otro instrumento de poder, solo la
    beligerancia de la clase mida persuade al líder de la
    necesidad de hacer al movimiento obrero de base. Esta clase no
    fue revolucionaria, su estructura tradicional se suponía
    interasformable, eran clases desplazadas gracias a la
    acción estatal, no como vanguardia
    revolucionaria sino como grupo beneficiario dueño de la
    revolución ya realizada, su papel es defender lo ya
    logrado, apoyando a quien lo había conseguido. La lucha
    electoral se definió en el plano social, la candidatura
    peronista fue apoyada por grupos sindicales apoyados en el
    Partido Laborista aliados a grupos políticos,
    relacionados con Quijano. Frente a esta coalición se
    formó nuevamente al Unión Democrática con
    el radicalismo, el socialismo, el
    comunismo y el
    partido demócrata progresista. Cuando asume Perón
    se controla el crédito y el comercio
    exterior, la agricultura
    debe financiar a la industria
    por diferencias acumuladas por el Instituto Argentino de
    Promoción del Intercambio (IAPI) que
    consolida el comercio exterior. Con los altos precios de
    los productos de
    exportación se busca equipar a la
    industria crecida por el aislamiento de la guerra. Se gastaron
    divisas
    acumuladas en la etapa anterior, en el primer plan quinquenal
    (1947) las realizaciones no alcanzan a las previsiones. Cambian
    las comunicaciones y las fuentes de
    energía, pero las acciones
    fueron poco coherentes. La prosperidad permite beneficios sin
    perjudicar otros grupos. Sube el salario
    real, pero se deterioran los términos de intercambio y
    el país tiene stock de productos expotarbles reducidos
    por el aumento de nivel de vida y población. La utilización
    sistemática del aparato estatal se da para mantener al
    régimen. Se da la burocratización del movimiento.
    Tras la muerte de
    Eva
    Perón en 1952 y la situación insostenible de
    1953 se intensificó la inflación, cae la
    abundancia. Al reemplazar el apoyo de la oligarquía por
    sectores industriales se buscaba que los grupos sean menos
    hostiles, pero a su vez se le brindaba desde el movimiento
    prestaciones
    a los obreros que los oponían con sus patronos
    industriales.

    A nivel internacional se lanzó una tercera
    posición para ganar apoyo en Latinoamérica contra EEUU. Tras el
    53’ se relega al olvido. Esto se da cuando el gobierno
    hostil al capital
    extranjero, se relaciona con la Standard Oil para producir
    el
    petróleo patagónico. En 1954 Frondizi escribe
    Petróleo y Política. El conflicto
    con la Iglesia
    estalla en 1954 con orígenes anteriores: había
    apoyo electoral en 1946, pero luego cuando el movimiento
    realiza apoyos asistenciales entra en un campo que no le
    corresponde. Antes se había introducido la
    educación religiosa, pero con la legalización
    de protibulos desde 1954 se da el conflicto. Por otra parte se
    modifica la estructura legal de la familia
    suprimiendo las diferencias entre hijos legítimos y
    extramatrimoniales, o autorizando el casamiento de divorciados.
    Con la separación de Iglesia y Estado con la reforma
    constitucional hay mas oposición. El 16 de junio tras
    una peregrinación de Corpus Cristi se queman iglesias,
    Perón llama al dialogo, y
    el 23 Lonardi asume tras una multitudinaria movilización
    a Plaza de mayo.

    Los cambios anteriores eran demasiado vastos, se
    habían desvalorizado las posturas anteriores. Se subraya
    la necesidad de una mejor industrialización, se
    necesitaban mas cantales desde mas exportaciones agroganaderas. Se necesitaba
    fomentar el sector rural desde una reorientación de la
    distribución contraria a la del peronismo. Se fragmenta
    el radicalismo entre la UCRP y la UCRI. En el gobierno algunos
    ministerios
    quedan para sectores intransigentes antifrondizistas en una
    toma de posición por Balbín.

    En la elección los votos en blanco ocuparon el
    primer lugar sobre la UCRP, y luego la UCRI. Frondizi llama a
    una conjunción de voluntades, adhiriendo el peronismo,
    sectores nacionalistas y hasta comunistas. Frondizi se
    adaptó a las prácticas conservadoras y se
    alió a la libertad económica. Habló de
    desarrollo económico y se relacionó con el
    capital extranjero. El presidente anunció una
    política de austeridad relacionada con premisas del
    FMI,
    relacionado con Prebisch, se buscaba la estabilización
    con políticas antiinflacionistas y estimulo de fuentes
    tradicionales de divisas extranjeras

    Frondizi convenció a grupos que sólo su
    perduración los salvaría de la revolución
    social. El gobierno había preparado las elecciones de
    marzo con elecciones piloto para convencer a la opinión
    de que la UCRI era el único partido capaz de rivalizar
    con el peronismo. Pero las victorias no habían sido
    abrumadoras y la UCRI necesitaba aliados.

    En las elecciones los candidatos obreros eran
    colocados por el líder, por ejemplo Framini (dirigente
    textil) para Buenos Aires y triunfa. Se intervienen las
    provincias.

    Sólo unos grupos querían un gobierno
    militar, el peronismo sin Perón sería un
    problema, el Senado actúa con el caso de
    acefalía, Guido asume jurando ante la corte Suprema y
    los militares, pero esa salida legal se apoyaba en
    débiles bases, la ley de
    acefalita obligaba a convocar a elecciones en 90, la UCRI
    estaba debilitada por la deposición, ningún otro
    partido podía hacer de dique antiperonista. El gobierno
    es dominado por sectores militares adictos a la
    revolución Libertadora, eran hostiles al gobierno que
    acababan de derrocar, anulan las ultimas lecciones legislativas
    y suspenden el Congreso. Se dan las elecciones el 7 de julio,
    con 2.5m de votos el radicalismo gana, seguido por la UCRI, y
    los votos en blanco con 1.5m. El resultado era una sorpresa ya
    que Illía no había despertado interés.

    La larga agonía de la
    Argentina peronista,

    Resumen del libro de
    Tulio Halperín Donghi

    Mientras que el radicalismo permanece prisionero de
    una autodefinición forjada en una Argentina que ya no
    existe, el peronismo va a ser desde su origen expresión
    política de una sociedad ya transformada.

    El peronismo se presenta como la solución para
    un ejército al que la habilidad del general Justo ha
    transformado en el gran responsable de una situación
    política que dejó memoria en el
    país. El peronismo fue una modificación del
    equilibrio político y social pero también una
    ruptura con estructuras políticas previas. La
    política peronista favoreció a los sectores
    urbanos sobre los rurales, y castigó a la agricultura
    pampeana: las razones son que manteniendo el valor del
    peso y siendo intermediario de exportaciones cerealeras se
    aseguraban insumos baratos para la industria frágil, y
    atenuar las presiones de los sindicatos.
    Tampoco tras su derrocamiento se genera una ofensiva
    terrateniente. Aramburu tuvo un programa de reforma
    agraria, buscando destrabar el mercado
    inmobiliario urbano, estableciendo la venta
    obligatoria a los arrendatarios quienes podrían pedir
    créditos. Para los terratenientes la
    explotación agrícola directa con trabajadores
    asalariados era costosa, se van los arriendos y esa tierra pasa
    al pastoreo. Crea antagonismos capaces de debilitar su solidaridad
    interna. En la pampa agrícola los efectos de decisiones
    políticas variadas junto con la coyuntura externa,
    fomentaron un nuevo perfil de sociedad que cumple las
    profecías de los ideólogos del
    ruralismo.

    Vandor, al buscar su inserción en el sistema
    electoral para llegar al poder, fracasa y así la elite
    sindical hace suya la versión del poder: había
    que dejar de lado el sistema electoral porque no los
    beneficiaba. La imagen de un sistema electoral que canaliza
    antes que reflejar la demandas políticas de la ciudadanía, es un obstáculo para
    la consolidación del sindicalismo
    como fuerza política legitima (visión de 1955), A
    su peso el sindicalismo debió un margen de maniobra que
    supo utilizar. Se redefinen los criterios de legitimidad
    invocados por bloques ideológicos que se disputan las
    lealtades de los argentinos. La racionalidad en el ejercicio
    del gobierno heredado de la tradición conservadora
    sacado a la luz por la Revolución Argentina debía
    convivir en equilibrio con la corporación
    militar.

    La experiencia política inaugurada en 1955
    genera golpes mas graves porque quienes lo asentaban
    proclamaban ser sus vengadores y restauradores. Luego de la
    etapa del falseamiento electoral de 1931 y la que desde 1946
    utilizó al sistema electoral de base plebiscitaria a un
    autoritarismo parecido al autoritarismo europeo, con el
    derrocamiento de Perón se abre otro nuevo modo de
    desvirtuar la democracia representativa: mediante la
    redefinición continua en los cuales era autorizada la
    competencia
    electoral. Sólo el peronismo parecía preparado a
    funcionar sin problemas en un sistema que a la vez que
    devolvía al sufragio
    buena parte de su eficacia
    práctica, le denegaba todo poder como fuete de
    legitimidad.

    El movimiento montonero irrumpe en la vida publica con
    el asesinato de Vandor y al año siguiente con el
    secuestro y
    asesinato de Aramburu: confluyen todos los clandestinos y se
    usa ese instrumento para dirigir el rumbo de un proceso a la
    deriva. Los movimientos de ambición insurreccional
    contaban con el aval de quienes tras haber empujado la
    desestabilización de la que fueron víctimas sus
    vencedores de 1955, se presentaban ahora como únicos
    capaces de revertirlo. La innovación del segundo peronismo no fue
    la creación de un voto peronista de clase media, sino el
    reconocimiento de la legitimidad del gobierno surgido de la
    victoria electoral por parte de los derrotados que
    paradójicamente no marcaban un retorno a la antigua fe
    cívica, sino a criterios de legitimidad de antes a
    1912.

    El exiliado contaba con la cooperación de su
    mayor rival político: si el radicalismo se resignaba a
    no disputar seriamente al peronismo su dominio
    electoral, no era sólo porque sus posibilidades de
    arrebatárselo eran escasas, sino porque advertía
    que esa era parte del precio de la
    concordia. La guerra civil que desgarró al peronismo
    logro instaurar una vida política escindida entre el
    hemisferio de los rituales heredados de la república
    oligárquica y el otro que actuaba con la violencia.

    La corrosión de las bases económicas
    que habían permitido a la UOM avanzar a la
    hegemonía luego se consolida, siendo decisiva la
    estructura del sindicato
    metalúrgico, mas centralizada que otras. En la industria
    y en la tierra
    los inversores extranjeros atraídos por breves etapas
    del despegue económico según la época,
    luego se arrepintieron. Se modifica la clase empresaria y su
    relación con el Estado:
    el desarrollismo no se apoya en la apertura
    económica, sino que fomenta atraer inversiones
    convidando a empresarios extranjeros a participar de los
    privilegios de las concesiones a empresarios nacionales. Se
    crea la unión corporativa entre el Estado y subsectores
    de intereses, mantenida por la disputa entre ellos por la
    distribución de costos que se
    benefician de la inflación.

    La interpretación entre el Estado y el mas
    consolidado círculo de socios privilegiados
    contribuyó a consumar la transición que redujo al
    sector central del proceso sociopolítico a terreno de
    batalla y premio de las rivalidades entre sus supuestos
    aliados.

    El fracaso del Proceso de Reorganización
    Nacional se debía en parte a que las FFAA que por
    décadas habían sido los protagonistas de la
    tragicomedia política argentina hallaban difícil
    transformarse en la máquina cuya irrupción en
    escena iba a permitir al país salir del laberinto. El
    terror se ofrece como castigo a la deserción de la
    sociedad entera, y como instrumento de una cruel pedagogía destinada a grabar en la
    memoria colectiva la consecuencia de ceder ante tan atractivos
    desvaríos. El terror estaba dispuesto a ir mas
    allá de los que sus justificaciones proponían. La
    FFAA como participantes en primera fila de los ciclos
    argentinos habían sido corroídas por la misma
    disgregación frente a la cual se presentaban ahora como
    la ultima barrera. El terror iba a veces a ser usado como
    instrumento para ambiciosas maniobras políticas
    destinadas a influir en duras luchas. En sus limites no
    delimitaría a reducir el Estado a un conjunto de
    recursos
    económicos de los que podían depender las FFAA,
    dependía del mantenimiento del equilibrio frágil
    entre amas y tendencias. El terror leva la marca de su
    originen: el consenso no suponía adhesión, y se
    apoyaba en la convicción de que no había
    alternativa.

    La transición a un estilo de gobierno menos
    sanguinario iba a ser una prueba difícil para un
    régimen cuyo fundamento originario había sido el
    terror, la opinión que había sido sorda a las
    denuncias, comenzaba cautelosamente un ejercicio de
    recuperación selectiva de la memoria.
    Marines de Hoz confiaba en la convergencia que se
    produciría cuando los productores nacionales
    descubrieran que, sólo si alineaban los precios sobre
    los internacionales, se salvarían de perecer. El mercado
    nacional debía permanecer cerrado para los competidores
    externos de las más fuertes industria protegidas
    (automóvil). La alta paridad cambiaria logró
    promover un éxito de consumo y
    turismo
    internacional, que llegó hasta las clases populares.
    Esto dependía de la continuidad de la bonanza
    crediticia.

    Tras la derrota se debió evitar que la retirada
    sea una fuga. El fracaso de la gestión mostraba que había sido
    inepta en su campo mismo de acción especifica. Fue
    mérito de Alfonsín percibir y manifestar el
    sentimiento de denuncia del pacto militar sindical, que iba mas
    allá de capitalizar la ventaja tras la muerte de
    Balbín, sino que además repudiando a dos
    protagonistas colectivos que habían dominado la vida
    nacional desde 1945 venía a dominar el fin de una larga
    etapa política dominada por la problemática de la
    revolución peronista.

    El nuevo presidente entendió el mandato como el
    reclamo de un reajuste del encuadre institucional que a su
    juicio había hecho imposible la sociedad plasmada por el
    peronismo, el problema se daba por dos razones: contaba con que
    la posibilidad de alcanzar ese objetivo era
    tan reconocida que muchos iban a ver recortada su influencia;
    se negaba a advertir hasta que punto se había tornado
    desfavorable el contexto socioeconómico nacional y
    mundial para una forma como la socialdemocracia.

    El presidente aspiraba a ser algo mas que el jefe del
    radicalismo: como el último Perón, vió la
    posibilidad de ejercer su liderazgo
    por encima de las divisiones partidarias, y dentro de cada una
    de ellas. Comenzó a obtener éxitos importantes,
    pero con su gestión se abrían adversarios, la
    negativa de usar su poder con intenciones partidistas fue
    costosa. Entre 1945 y 1983 se habían acumulado
    transformaciones sucesivas en la vida nacional. En los sectores
    populares se ve una erosión
    frente a la posición hegemónica que los obreros
    industriales y de servicios
    públicos había ocupado: deterioros
    industriales se relacionan con modificaciones
    económicas. Se da una torsión en la
    relación entre el Estado y las clases populares. Estas
    aparecen cada vez menos como clases trabajadoras y más
    como figura de los pobres tradicionales. Tuvo cambios por el
    impacto la crisis de la deuda de 1981. La decadencia de los
    servicios
    del Estado (salud, educativos, etc.),
    aceleró la transferencia de actividades de la esfera
    pública a los sectores privados (sin contactos
    indeseables).

    Todos los cambios transformaron a la clase media, cuya
    solidez había sido una de los recursos secretos que
    permitieron al país seguir adelante pese a los golpes:
    se transforma en un grupo desintegrado y anémico como a
    la clase obrera: La hiperinflación fue el momento resolutivo
    de la interminable agonía.

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