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La responsabilidad de Calvino en la muerte de Servet




Enviado por jesuslord



    1. Anotaciones sobre la hoguera de
      Champel
    2. Miguel
      Servet : el hombre
    3. Juan
      Calvino: los límites de su
      responsabilidad
    4. El
      escenario : razones históricas del proceso y
      ejecución de Servet
    5. Conclusión
    6. Notas.Obras y escritos
      consultados

    Anotaciones sobre la hoguera de
    Champel.

    Al cumplirse 450 años de la
    ejecución de Servet en una hoguera levantada en la colina
    de Champel, nos encontramos en un momento propicio para observar
    a la distancia con detenimiento y sin apasionamientos, uno de los
    hechos más controvertidos y manipulados de la historia de la Iglesia.

    Vayan estas anotaciones como
    aporte que sugieran nuevos caminos de aproximación a un
    momento que envolvió en sí mismo a hombres,
    apasionados, religiosos, contenciosos, políticos en un
    escenario tan especial como la ciudad de Ginebra del siglo
    XVI.

    Cuando se trata del tema de la
    ejecución de Servet se cae en tópicos comunes
    aunque no rigurosamente ciertos.

    El 27 de Octubre 1553 Miguel
    Servet, rehusando hasta último momento renunciar a su
    convicciones religiosas, fue quemado junto con sus libros,
    cumpliéndose la sentencia dictada por el Consejo Menor de
    Ginebra.

    La intervención de Calvino
    en este proceso a
    Servet siempre ha sido polémica y muchas veces
    tergiversada por diferentes intereses, algunas veces como forma
    indirecta de refutación de las enseñanzas
    bíblicas de Calvino, y en otras ocasiones por prejuicios y
    enconos personales. En todos los casos la muerte de
    Servet presta el telón y la excusa de
    fondo.

    Sin embargo, aún en
    aquellos en que no prima un prejuicio
    sólidamente establecido, subyace la idea de la culpabilidad
    de Calvino sea por comisión o por omisión,
    conclusión apresurada producto de la
    carencia de una aproximación histórica que
    sitúe a los personajes y al trasfondo debidamente y
    permita tener un cuadro más completo del hecho en
    sí.

    No pretendemos con esto que la
    conclusión a la que se ha de llegar tenga una sentencia
    definitiva e inapelable, (sería pretencioso a partir de
    estas anotaciones necesariamente incompletas), pero sí que
    los elementos que aporta una visión lo más
    desapasionada posible introduzca otras
    perspectivas.

    Investigar la realidad de los
    hechos nos despoja de historias sin fundamento pero con bastante
    de leyendas que
    se han ido edificando casi sin profundidad ni certezas, pero que
    allí están.

    Son verdades a medias que
    esgrimidas hábilmente parecen satisfacer nuestro
    intelecto, toman la apariencia de sentencias irrecurribles, para
    finalmente alzarse como absolutas. Fanatismo, prejuicio y
    parcialidad se conjugan para alimentar historias que poco tienen
    de históricas ; el tema de la ejecución de Servet
    encuadra en este marco.

    Miguel Servet : el
    hombre.

    Servet no era alguien que
    tímidamente pretendió expresar alguna idea
    divergente con la cristiandad; por el contrario era un convencido
    exponente antitrinitario que escribió obras negando la
    Trinidad, como "Trinitatis erroribus" (1531) a la edad de veinte
    años, en la que defendía una herejía muy
    parecida a la sabeliana y "Christianismi Restitutio" (1553) donde
    se acerca al panteísmo.

    "Fue el celo fanático con que
    Servet insistió en sus dogmas, como si fueran los
    únicos dogmas cristianos, y la denuncia de sus adversarios
    como absurdos y destructores del cristianismo,
    lo que hizo que fuera considerado como un hereje petulante y
    digno de las llamas." (1)

    Abrevó del platonismo y
    finalmente se sumergió en el panteísmo pretendiendo
    encontrar a Dios en toda la materia,
    basándose en una comunicación sustancial de la Deidad con
    todas las cosas ; en esta línea de pensamiento
    todo sería emanación de lo
    divino.

    Desde joven había tenido
    oportunidad de estudiar textos tanto judíos
    como musulmanes, lo que fue formando en él la idea de que
    para que fuera posible la unión de las tres grandes
    religiones a
    nivel dogmático se debía descartar la
    concepción cristiana de Jesucristo como persona existente
    con anterioridad a la encarnación ; en su pensamiento
    Jesucristo era simplemente un hombre al cual
    Dios le había insuflado sabiduría
    divina.

    El Espíritu
    Santo no era distinto de Dios, se confundía con Dios y
    no existía al margen del Espíritu de Dios que
    habita en nosotros. De esta forma el hombre participaba
    sustancialmente de Dios.

    Tampoco encontraba en las Sagradas
    Escrituras fundamento para la doctrina de la
    Trinidad.

    Reconocía al Dios creador
    como Dios, y al Hijo y al Espíritu Santo sólo como
    expresiones de un accionar divino, pero sin reconocerles
    divinidad, lo que comúnmente se llama
    monarquíanismo, (herejía ya conocida en el siglo
    III con Praxeas y Noetum).

    " La Trinidad es
    un monstruo de tres cabezas.."
    decía.(2)

    Finalmente sostenía que los
    dos grandes obstáculos que detenían la
    extensión del cristianismo consistían en la
    doctrina de la Trinidad y en la del bautismo de los niños.

    Tenía propensión a
    los pensamientos originales, lo que le rindió frutos en la
    medicina, como
    fue el descubrimiento de la circulación pulmonar de la
    sangre, al que
    llegó aparentemente por razonamiento.

    De una inteligencia
    superior poseía una personalidad
    por momentos discordante, como queda demostrado en momentos del
    juicio en Ginebra. Era dialécticamente intolerante y
    quizá haya influido en su vida el haber sido castrado a la
    edad de cinco años.

    Violento y carente de tacto, como
    se desprende de los permanentes conflictos en
    los que se vería envuelto a lo largo de su vida; era
    religioso y supersticioso, pero no se puede afirmar que fuera
    cristiano en el sentido bíblico de la
    palabra.

    Fue curiosamente la
    Inquisición católica la que comenzó a
    perseguirlo quemando sus libros en Vienne, donde era
    médico del arzobispo, después de escapar de
    Francia.

    Es falso que Calvino hubiera
    denunciado a Servet a la Inquisición católica
    romana en Francia luego que Servet le hubiera enviado un ejemplar
    de su obra Christianismi Restitutio.No fue Calvino quien lo
    denunció a la Inquisición, sino un amigo del
    reformador en forma indirecta, más por imprudencia que por
    deseo premeditado. Pero esto Calvino lo ignoraba, aunque luego se
    le colgaría el sayo de haber sido su
    denunciante.

    Es en una misiva privada enviada a
    sus parientes católicos romanos que permanecían en
    Vienne, donde Guillermo de Trie (un allegado al reformador que
    era acusado por éstos de hereje protestante), responde que
    son ellos quienes acogen a un hereje en su seno, que niega la
    trinidad y la divinidad de Jesucristo, en directa referencia a
    Servet y su obra, mientras al mismo tiempo
    ejecutan a cinco jóvenes estudiantes protestantes por el
    delito de
    predicar el verdadero evangelio, hecho acaecido en el mismo
    año en Lyon.

    Ante el estado
    público que toma esta acusación, al ser del
    conocimiento
    de las autoridades eclesiásticas de Vienne, y la solicitud
    de pruebas de tal
    acusación, es que De Trie suministra algunas piezas del
    intercambio epistolar entre Calvino y Servet.

    Como se infiere, no hubo
    ningún tipo de connivencia con Servet jamás como
    para pensar que de alguna manera lo traicionó y
    sólo tuvo que ver con su detención en Vienne, muy
    indirectamente.

    Calvino no sabía al momento
    de entregar estas cartas que las
    mismas irían a parar a las manos de la Inquisición
    católica como prueba contra Servet; él mismo luego
    declararía que no tomó parte en ese hecho, mas
    allá de lo conocido.

    Es de observar también que
    durante el tiempo de su correspondencia, durante los años
    1546-47, Calvino no lo denunció a la Inquisición,
    por lo tanto no hay razón para pensar que
    súbitamente cambió su proceder y lo hizo a
    posteriori.

    En una carta a su amigo
    Farel le escribe:

    "Servet acaba de
    enviarme, juntamente con su carta, un extenso volumen de sus
    desvaríos. Si lo consiento, vendrá aquí.
    Pero no diré una palabra para que venga."
    (3)

    Es claro, que ante la posibilidad
    de capturarlo y enjuiciarlo en Ginebra, Calvino no será
    quien lo engañe para venir.

    Diferente actitud a la
    sostenida por la inquisición española, que ya
    había ordenado que fuese detenido en cualquier parte de
    Europa donde se
    lo encontrara y traído a España, al
    costo que
    fuese:

    "Prométanle favores,
    miéntanle, ordénenle, hagan cualquier cosa para
    traer a Servet a algún lugar donde podamos echar mano de
    él." Así manifestaba la orden
    inquisitorial.(4)

    Ni aún los más
    acérrimos defensores de Servet y/o detractores de Calvino
    aciertan a explicar qué razón llevó a Servet
    a pasar por Ginebra, cuando su intención era ir a
    Nápoles. Pero puede que Servet en Francia, a instancias de
    contactos con dirigentes libertinos tales como Perrín, se
    enterase de la situación reinante en Ginebra; no hay que
    olvidar que los impresores lyoneses de "Christianissima
    restitutio", Arnoullet y Guéroult mantenían
    relación con dirigentes perrinistas.

    Es curioso observar que durante el
    juicio de Ginebra, Servet afirma que casi ni conoce al impresor
    Baltasar Arnoullet, sin embargo miente, lo conocía desde
    tiempo atrás por otras impresiones que le había
    hecho; la negación del vínculo por parte de Servet
    podía obedecer a no delatarle, pero a su vez negar toda
    relación con el partido de Perrín; fundamentalmente
    porque sabría que la ciudad de Ginebra y su Consejo no le
    eran favorables a Calvino, para allí marchase con la
    intención de hacerse fuerte en esa plaza convencido de que
    el consejo liberal de la ciudad lo apoyaría a él en
    detrimento de Calvino, como escribió el reformador
    Wolfgang Musculus.

    Conocía a Calvino, pues
    como dijimos, habían tenido contactos epistolares desde
    años antes, contactos que terminaron hartando al
    reformador por lo inaudito de sus ideas, cuando le envía
    una copia de Institutio, y Servet se la devuelve con comentarios
    en los márgenes y una carta ofensiva; estos contactos
    fueron comenzados a instancias de un editor de Lyon quien se
    niega a imprimir los escritos de Servet sin el visto bueno de
    Calvino.

    Intentando tomar ventaja de la
    debilidad de Calvino en Ginebra, será
    paradójicamente Servet quien acusaría de hereje a
    Calvino, pediría la pena de muerte
    para él y exigiría que se le entregasen todos los
    bienes del
    reformador como compensación por los daños morales
    sufridos.

    Luego de la detención de
    Servet, las autoridades de Ginebra escriben a Vienne solicitando
    información sobre el reo. De inmediato la
    autoridades de Vienne demandan su extradición. Es en ese
    momento que el Consejo de la ciudad de Ginebra le ofrece dos
    alternativas: ser retornado a Vienne o quedarse en Ginebra y
    enfrentar los cargos en su contra. Servet elige permanecer en
    Ginebra y ser juzgado por el Consejo ginebrino.

    Esta comunicación puede
    haber influido significativamente en el tribunal, que en forma
    alguna estaba dispuesto a ser tildado de complaciente, ante el
    antecedente de la condena en firme sobre el mismo punto de un
    tribunal católico romano.

    Servet parece no entender hasta
    casi la ejecución misma la realidad de su situación
    y hasta el final esperó un vuelco en su situación a
    través del favor de la oposición a Calvino en el
    Consejo Menor.

    Esta actitud, a tenor de lo
    afirmado por Guizot, pudo haber estado
    alentada en la confianza que tenía Servet en que el
    partido libertino lo defendiera.

    Durante el proceso se
    defendió, dando muestras de gran agudeza; sin embargo al
    mismo tiempo profería extrañas y violentas
    amenazas.

    Un escritor como Dyer, que lejos
    se encuentra en cuanto a justificar a Calvino, señala que
    sus respuestas a las acusaciones de herejía de Calvino son
    harto insolentes, al punto que parecen las de alguien que tiene
    trastornada la razón.

    Desafiante y totalmente seguro de si
    mismo, intentó llevar la defensa como si Calvino fuera el
    acusado, llamándole: "mentiroso, perverso, asesino, mono
    ridículo.."

    En un escrito al Concilio Menor
    reclamó lo siguiente:

    "Por tanto,
    señores míos, pido que mi falso acusador (Calvino)
    sea castigado…que su propiedad me
    sea entregada como recompensa por las molestias causadas, y que
    sea mantenido en prisión hasta que el juicio decida su
    muerte o la mía, o algún otro castigo…"
    (5)

    Van Halsema, llama la atención sobre el hecho de que Servet
    considerara la posibilidad de la pena de muerte como veredicto,
    aunque no suponiendo que recaería sobre
    él.

    Juan Calvino: los límites de
    su responsabilidad

    Decía John
    T.Mc.Neill:

    "Calvino ha sido
    tan industriosamente difamado, que muchos que están al
    margen del mundo culto piensan en él ante todo con cierto
    horror." (6)

    La crónica de la historia
    en la Ginebra de los tiempos del proceso y ejecución de
    Servet, nos dice que Juan Calvino no era un dictador en Ginebra
    ni mucho menos un "Papa"; y que solo hacia el final de su vida se
    le otorga la ciudadanía ginebrina, con plenos derechos; pero hasta ese
    momento sólo era un extranjero residente legal, sin
    derecho a voto o a cargar armas, que
    podía ser pastor o maestro si no se hallaba un ciudadano
    ginebrino calificado para ocupar tal posición. Pero que al
    momento de los hechos generados por Servet no tenía
    control sobre los
    Consejos de la ciudad.

    Lo que es más, el Consejo
    Menor de la ciudad no lo tenía en simpatía, al
    punto de que los magistrados prescindieron de él al
    comienzo del proceso contra Servet, y fue este Consejo quien
    redactó la acusación.

    Calvino fue con el paso del
    tiempo, una persona respetada a nivel moral y
    espiritual, pero no tenía poder real al
    momento del proceso contra Servet.

    Es interesante observar que
    Calvino era un hombre de sensibilidad y compasión, lo cual
    puede ser visto en su correspondencia personal; quien
    tenía un profundo sentido de compromiso con aquellos
    quienes estaban en necesidad, tanto física como
    espiritual.

    Epistológrafo por naturaleza,
    han llegado hasta nuestros días cerca de cuatro mil cartas
    personalmente escritas, con temas que van desde el más
    puro pensamiento teológico a otras de carácter íntimo.

    Del estudio de ellas surge un
    reformador que abre su corazón
    mostrando los sentimientos que lo embargan, sus preocupaciones,
    sus desvelos e ilusiones, su incansable animar y consolar a sus
    consiervos. Algunos creen que si Calvino no hubiese hecho otra
    cosa que simplemente escribir cartas, la profundidad y riqueza de
    ellas lo ubicarían en lugar preponderante en la historia
    de la Iglesia.

    El libro de
    Richard Stauffer "The Humannes of John Calvin" presenta aspectos
    generalmente desconocidos sobre el reformador en lo que respecta
    al sufrimiento humano.

    Está probado por medio de
    una misiva personal a su amigo Farel que, fiel a su sentir,
    Calvino y otros pastores intentaron evitar la condena a muerte
    por fuego cambiándola por otra más misericordiosa
    como la ejecutada por espada, pero fueron rechazados por un
    Consejo ginebrino que quería demostrar su independencia
    de Calvino, y la ejecución en los términos por
    ellos dispuestos era una buena ocasión.

    Con gran maestría J.Grau
    señala que paradójicamente sus enemigos lo acusan
    de ser culpable de una hoguera a la que se
    opuso.

    Esto deja claro que no
    había capacidad de decisión, ni siquiera de
    consideración en la persona de Calvino por parte del
    órgano civil; si así hubiera sido, la historia
    final de Servet hubiera sido diferente, pero la falsedad de la
    leyenda sobre este hecho inculpa a Calvino como el principal
    instigador y autor de esta ejecución.

    Luego de conocida la sentencia,
    Servet pidió un encuentro con Calvino, donde le
    pidió disculpas y éste le correspondió
    asegurándole que nunca le había tenido rencor
    personal.

    La idea de un Calvino dictador en
    la Ginebra de su tiempo es insostenible. Vayan algunos
    ejemplos.

    Tenía muchos enemigos
    quienes lo odiaban y lo ridiculizaban de formas
    difícilmente soportables.

    No podía salir a la calle
    sin ser objeto de burla con expresiones como:

    "prefiero escuchar tres perros ladrando
    que a Calvino predicar"

    "¿Sabes?
    en el infierno hay solo dos demonios y uno de ellos va
    allí (por Calvino)".

    Algunos niños a su paso le
    gritaban a sus espaldas "Caín, Caín". Y más
    de un perro por aquellos días respondía al nombre
    de Calvino. (Stickelberger,
    John Calvin)

    En una carta a Farel, el
    reformador le escribe:

    " Nuestros
    magistrados han llegado a tal punto de su locura que ponen en
    duda todo lo que digo; tanto que si afirmo que hay luz a
    mediodía al momento empiezan a desconfiar."
    (7)

    Y esto ocurre poco antes de la
    sentencia contra Servet.

    Aún autores de los que no
    se puede sospechar connivencia con el reformador de Ginebra
    reconocen que cuando Calvino comenzó a meterse con la vida
    que llevaban los ricos y poderosos de la ciudad, aumentó
    notablemente la resistencia
    contra su persona.

    Los que eran sus adversarios se
    habían hecho con el poder del consejo municipal en 1549 y
    no estaban dispuestos a tolerar censura sobre sus modos de vida,
    ni tampoco una política que siguiera
    facilitando la llegada de refugiados protestantes de toda Europa
    que venían perseguidos por la Inquisición
    católica. Por el contrario pretendían una
    política más ginebrina.

    El conflicto se
    desató finalmente entre el consistorio de pastores y dos
    prominentes de la ciudad como eran Francisco Favre y su yerno Ami
    Perrin.

    Tampoco ha de obviarse el caso
    Berthelier, caudillo del partido libertino, quien desde el
    Consejo Menor (donde se juzga a Servet) enfrenta al Consistorio y
    desafía a Calvino, luego que dicho cuerpo lo excomulgara
    por agredir a un pastor perteneciente al mismo.

    Calvino acusó de
    herejía a Servet, y demostró su falsa enseñanza sólo en el terreno
    teológico desmontando los argumentos del español
    durante el proceso.

    " Por el tiempo
    que Servet fue convicto de herejía yo no he pronunciado
    una palabra sobre su pena…"

    "Estoy ansioso de
    saber por qué hecho se me acusa de crueldad, desconozco a
    cuál se refiere a menos que sea con referencia a la muerte
    de su gran maestro Servet. Pero que yo mismo considero que
    él no debió ser ejecutado, sus jueces son testigos,
    dos de los cuales en ese tiempo eran sus leales favoritos y
    defensores." (8)

    Señala Merlé
    D'Aubigné en su obra que curiosamente fue Calvino quien
    asumió el papel de intentar mitigar la forma de
    ejecución de la sentencia, para finalmente ser acusado por
    una pena con la que no acordaba.

    La responsabilidad final de la
    forma de muerte dada a Servet descansa sobre el consejo de la
    ciudad no en Calvino.

    Los que afirman que Calvino tuvo
    miedo de un médico que manejaba con soltura el hebreo y
    tenía conocimientos de teología ,quien podía
    hacer tambalear su dominio en
    Ginebra y que esa fue la razón por la que abogó por
    su ejecución, pasan por alto el hecho de que este mismo
    Servet ya había sido condenado y quemado en efigie en
    Vienne por la Inquisición romana.

    El escenario : razones históricas del
    proceso y ejecución de Servet.

    ¿Podría verse este
    proceso como un hecho único, aislado y puntual en la
    historia del siglo XVI?

    Ginebra, está inmersa en su
    época, tiempo en el cual lo que se creía
    herejía que ponía en peligro las almas debía
    ser exterminado sin otras valoraciones; de esto bien puede dar
    sobradas muestras la Inquisición católica romana en
    miles y miles de casos.

    La iglesia había superado
    no sin gran dificultad la herejías arrianas en el siglo IV
    y V, y aún permanecía sensible en temas tan
    fundamentales como la Trinidad, la deidad de Jesucristo y el
    carácter personal del Espíritu
    Santo.

    Cualquier idea que implicara la no
    aceptación del Credo Niceno implicaba ser perseguido desde
    el tiempo del emperador Teodosio, ese era el escenario de Ginebra
    y de la Europa occidental a mediados del siglo XVI
    .(9)

    Biéler expresa en su obra
    sobre el pensamiento económico y social de Calvino que
    tanto para el romanismo emanado del papado como para los
    protestantes, en el siglo XVI solo hay una verdad religiosa por
    la cual cada uno está obligado a combatir, y acudir, si es
    necesario para ello, a la fuerza.

    El proceso fue civil, instruido y
    dirigido por el Consejo Menor de la ciudad del lago Leman en
    acuerdo con la leyes vigentes, y
    este órgano civil era el único que tenía
    poder para penalizar criminales. Y Calvino no era un
    magistrado.

    La condena de Servet como hereje,
    daba al Consejo de Ginebra un apoyo fundamental, pues mostraba
    que ellos perseguían y condenaban herejías
    anticristianas y en su autoridad
    podían oponerse a Calvino, a quien algunos de ellos
    tenían por enemigo.

    Las acciones de
    Servet tenían un sentido sedicioso, que es lo que el
    tribunal ha de juzgar, pues en una sociedad en la
    cual aún no estaba clara la división entre estado e
    iglesia, su intento de desestabilizar a la iglesia era un intento
    de derrocar al gobierno de
    Ginebra; si se analizan las actas se llega a la conclusión
    de que el proceso tomó rápidamente un tinte
    político y social.

    A Servet se lo acusa de
    sedición al atacar las bases doctrinales fundamentales de
    una sociedad cristiana como lo era Ginebra, y de pretender minar
    esas bases para acabar así con el orden
    imperante.

    El problema fundamental
    pasó a ser de carácter social, las consecuencias de
    la degradación espiritual llevaban a la anarquía ,
    y a la destrucción de la regla de fe, la regla moral, y el
    orden social. (10)

    Puede verse sí, cierta
    reminiscencia romana al unir paz social con razones
    eclesiásticas, pero estamos en los comienzos del proceso
    que llevará decididamente a la separación o
    independencia de la Iglesia y el Estado.

    El acto de eliminación
    física de lo herejes estaba fundamentado en una interpretación contextualizada de la
    escritura que
    encontramos en el Antiguo Testamento en Levítico 24:16.
    Era este el error de la época. Avalada por el Código
    Justiniano, la ley civil en
    vigencia, para el crimen de negar una doctrina fundamental del
    cristianismo como la Trinidad, se aplicaba la pena capital.

    La sentencia de ejecución
    de Servet fue completamente aprobada por los líderes de la
    Reforma, así encontramos a: Beza, Melancthon, Bucer,
    Farel, Bullinger en completo acuerdo con la sentencia dictada al
    tenor de sus respuestas ante la consulta que hace el consejo de
    Ginebra a las diferentes ciudades suizas.

    Zurich, la ciudad de
    Zwinglio:

    "Ninguna
    severidad es demasiado grande para penalizar tal
    ofensa.."

    Schaffhausen:

    "Detened a ese
    demonio, de otra manera sus blasfemias acabarán con los
    cristianos.."

    Basilea:

    "Si persiste en
    su locura, usad el poder con el cual estáis investidos por
    Dios para prevenir por fuerza contra toda injuria a la iglesia de
    Cristo".

    Melanchthon a Calvino en una
    misiva:

    "He leído
    tu libro donde claramente rechazas las horribles blasfemias de
    Servet.."

    "La Iglesia te
    debe gratitud y te la deberá la posteridad. Perfectamente
    asiento tu opinión y afirmo también que los
    magistrados tuvieron el derecho en castigar en un tribunal
    ordinario a este blasfemo hombre." (11)

    Es muy posible que los elementos
    opuestos a Calvino en el Consejo hayan promovido esta consulta
    con la esperanza de que una recomendación de
    sanción menor como fue en el caso de Bolsec (destierro)
    fuera interpretada como una derrota para Calvino, sin embargo la
    contundencia no dejó resquicios; la sentencia del tribunal
    fue unánime.

    Es claro con estos testimonios que
    la opinión pública y la de otros reformadores
    aprobaban tal sentencia, tan cierto como lo estremecedor que nos
    resulta a nosotros hoy a través de la idea formal (que no
    práctica) de la tolerancia en el
    siglo XXI.

    Es por ello, cuanto menos
    cuestionable, que se quiera personalizar a Calvino con la
    intolerancia reinante en el siglo XVI que no era un tiempo
    benevolente, ni tolerante con la herejía en ningún
    lugar de Europa como lo atestiguan las crónicas de la
    época, y como sobradas muestras daría la
    Inquisición Católica española durante largo
    tiempo.

    El mismo Tomás de Aquino
    explícitamente apoya la quema de herejes
    diciendo:

    "Si el hereje pertenecía a la
    iglesia, abandonad toda idea de conversión, proveed para
    la salvación de otros separándolo de la iglesia por
    la sentencia de excomunión y dejadlo en

    manos de un juzgado secular para ser
    exterminado del mundo por la muerte." (Summa Theologiae, IIaIIae)

    La herejía era considerada
    peor que la muerte, en tanto que ésta sólo
    destruía al cuerpo; la herejía perdía el
    alma para
    siempre.

    Conclusión.

    Todos admitimos hoy que la
    ejecución de Servet fue un lamentable error, la libertad de
    conciencia a la
    que todo hombre tiene derecho no puede ser jamás
    mancillada y lo ocurrido en la Ginebra de 1553 estaba
    reñido con el mensaje del evangelio.

    Tanta verdad hay en esto como que
    el tema del proceso y ejecución de Servet por el Consejo
    Menor de Ginebra es un tema altamente complejo por las
    innumerables aristas que posee y entre ellas se entremezclan
    razones políticas
    y religiosas, luchas de facciones y enemistades
    personales.

    Sería interesante
    preguntarnos: ¿Cuál habría sido la
    reacción de los anticalvinistas, ante una sentencia menor
    contra Servet?

    ¿Hubiera sido esto visto,
    como una debilidad doctrinal en la acusación sustentada
    por el teólogo reformado?

    Con anterioridad el
    católico Pedro Caroli había hecho acusaciones de
    arrianismo contra Calvino, es simple imaginar una censura leve y
    tolerante contra Servet, lo que hubiera significado; ¿El
    romanismo papista, no habría acusado al protestantismo de
    connivencia con doctrinas que socavan las bases del cristianismo?
    Años antes Aleander, escribió:

    " Esos herejes de
    Alemania
    deberían castigarle, si es que son tan cristianos y
    evangélicos como dicen ser, así como defensores
    de la fe, porque él (Servet) es tan opuesto a ellos en su
    profesión de fe como de los católicos."
    (12)

    Aproximarnos a los hechos
    acaecidos en el siglo XVI con el cristal de la tolerancia del
    siglo XXI es cuando menos anacrónico. Los hechos y razones
    que envuelven la ejecución de Servet no escapan a su
    siglo, sino que son prisioneros y testimonios de su tiempo; no es
    esto una aprobación de ellos, por eso no hay que
    silenciarlos, porque no necesita Juan Calvino de ello para ocupar
    su lugar en la historia , pero tampoco se debe permitir
    tergiversar la historia interesadamente.

    Tampoco puede ser válido
    aplicar principios de
    Derecho penal
    moderno a un proceso de 450 años atrás, con el fin
    de encontrar errores de procedimiento
    jurídico; como imposible es sustraer la ejecución
    de Miguel Servet de su contexto, que en las palabras de un
    historiador agnóstico como Crouzet, es el de la lucha
    final contra los perrinistas.

    Los que atacan a Juan Calvino a
    través de este desgraciado episodio creyendo que con ello
    refutan su teología, en mucho se equivocan, porque no fue
    Calvino ni la teología reformada la que condenó a
    Servet sino las circunstancias y el ambiente
    político-social del momento.

    R. H. Bainton, en "Hunted
    Heretic", señala que con sus ideas y puntos de vista el
    médico aragonés hubiera sido barrido o quemado en
    cualquier país de Europa.

    Aún en el microcosmos de
    Ginebra, el clima es de
    ebullición constante, hay una serie de expresiones
    heréticas continuas, al tiempo que se está
    produciendo el enfrentamiento por la excomunión de
    Berthelier, la aparición en Ginebra del libro de
    Castellión, etc. Nada de esto puede obviarse, ni quitarse
    del contexto en el tiempo y el espacio donde ocurre la condena y
    ejecución de Servet.

    Calvino no se encuentra en el
    altar de los protestantes. Calvino fue un pecador más, un
    pecador que participó en el proceso contra Servet, que en
    el peor de los casos no intentó detenerlo , pero que
    tampoco habría tenido poder para hacerlo; su parte de
    culpa, es la del espíritu de su siglo, como atinadamente
    afirma el Dr. Emile Doumerge.

    A un hombre como Calvino, que fue
    precursor en la separación entre Estado e Iglesia y que
    había levantado su voz para proclamar la verdad de Dios
    aún a riesgo de su
    propia vida, tal vez en este hecho sólo pueda
    imputársele el no haberse adelantado a su
    tiempo.

    El monumento levantado en la misma
    colina de Champel desde hace cien años testifica
    claramente, que los que conceden a Juan Calvino el reconocimiento
    de su aporte monumental a la teología cristiana, no
    aprueban en forma alguna el uso de la violencia como
    medio para defender la pureza de la ortodoxia cristiana; los
    perseguidos, condenados y asesinados en hogueras de la
    Inquisición Católica española o de la
    razón revolucionaria y progresista aún esperan
    gestos similares.

    Finalmente, estos hechos nos
    invitan a considerar el contexto en el que se desarrolla el
    proceso , sentencia y ejecución de Miguel Servet, la
    presión
    pública popular que demandaba condena contra la
    herejía y la blasfemia manifiesta, el nulo poder o control
    que tenía Calvino sobre el Concilio Menor que era
    quién juzgaba , el carácter y la
    personalidad del acusado en su actitud ante el tribunal, las
    razones oscuras pero sospechosas por las que se había
    dirigido a Ginebra, la lucha política en que está
    envuelto el escenario, que en el pasado Calvino había
    apelado por condenas más leves, la respuesta de las otras
    ciudades suizas a las que se consulta y finalmente el que Servet
    ya había sido condenado por estos mismos cargos por un
    tribunal inquisitorial católico romano.

    Todo lo anteriormente expuesto
    pesa abrumadoramente en la evaluación
    e interpretación de la historia de los últimos
    días de Servet, que tanto ha tenido que ver con los cargos
    de intolerancia que se le hacen a Juan Calvino.

    Servet fue sentenciado por un
    tribunal civil, en unanimidad y de acuerdo a las leyes vigentes
    en su lugar y en su tiempo, sentencia aprobada sobradamente
    también en otras ciudades, e incluso repetida como en el
    caso de la Vienne católica romana.

    Considerando estas anotaciones
    sería una simplificación absurda y carente de
    objetividad histórica hablar de la ejecución de
    Servet por Calvino, los hechos lo desmienten. Y los hechos son
    terriblemente tercos.

    BIBLIOGRAFIA

    Notas:

    (1) A.H.Newman. "A Manual of Church
    History. ".Vol II.Pag.195

    (2) Punto IX. "The Complaint of
    Nicholas de la Fontaine against Servetus 14 August, 1553"

    (3) Van Haselma. "Así fue
    Calvino" .pag.219. 2ªEd.1998

    (4) op.cit.
    pag.218

    (5) op.cit.
    pag.227

    (6) Lester DeKoster .Nueva Reforma
    Nº 30. "Juan Calvino; Pensador y hombre de acción."

    (7) Rahul Nand ."The Price of
    freedom." cit.Wendel 92.

    (8) Loraine Boettner. "The Truth
    About Calvin and Servetus." – . Calvin´s calvinism
    pag.348.

    (9) J.Grau."Servet,Calvino y la
    intolerancia." . Revista
    Evangélica de Teología ."Aletheia" Nº
    21.

    (10) op.cit.
    pag.25

    (11) Dr.Jack L Arnold ."John
    Calvin-From Second Reform in Geneva to
    death(1541-1564)"-

    Reformation Men and Theology.Vol 1
    Num.8.1999

    (12) Hoogstra Jacob. " Juan
    Calvino, Profeta contemporáneo ". Cap.3.pg
    50.

    Obras y escritos
    consultados:

    "John Calvin: a man of
    compassion." – Rev JL Van Popta.- Clarion September (1988)Vol 37,
    Nº 20.

    "Juan Calvino: Profeta
    contemporáneo." – varios. Comp. Jacob T. Hoogstra. Clie
    1973

    "Another side of John Calvin "-
    Dr.Jack L Arnold- Reformation Men and Theology.Vol 1
    Num.9.1999

    "John Calvin: From second Reform
    in Geneva to Death ((1541-1564)"-Dr.Jack L Arnold- Reformation
    Men and Theology.Vol 1 Num.8.1999

    "Así fue Calvino".- Thea
    B.Van Halsema. Baker Book House.2º ed.1998

    "Calvin vs. Servetus" – J Stevens
    Wilkins -1998

    "The Complaint of Nicholas de la
    Fontaine against Servetus 14 August, 1553" – Period of the later
    reformation in Translations and Reprints from the Original
    Sources of European History (Philadelphia: University of
    Pennsylvania History Department,1898-1912), vol 3, no 3.- Hanover
    Historical Text Project.

    "Calvino" -Denis Crouzet. Ed.
    Ariel 1ºed. 2001

    "Anotaciones actuales sobre un
    proceso ignominioso" Sergio Baches Opi.

    "Historia de la Reforma"- Jorge P.
    Fisher .Clie 1984.

    "The Truth About Calvin and
    Servetus." – Loraine Boettner.

    "Calvino, un vida por la Reforma."
    – Joan Gomis. Ed Planeta 1993

    "Historia del Cristianismo" – H.H.
    Muirhead. Casa Bautista de Publicaciones.1953

    "La Europa de la Reforma
    1517-1559" – G.R.Elton. Siglo XXI Ed. 1º
    Ed.1974

    "Aspectos de la vida y la obra de
    Miguel Servet".- Francisco Javier González
    Echeverría y Teresa Ancín H.- Reina Sofía.
    Tudela (Navarra)

    "Miguel Servet: Historia de una
    ejecución." – Miguel Fernández. Ed.
    Discípulo.2001

    "Servet, Calvino y la
    intolerancia." – José Grau. Alétheia Nº 21.
    1-2002

    "Juan Calvino; Pensador y hombre
    de acción." – Lester DeKoster.-Nueva Reforma Nº
    30-1995

    Daniel
    Pisoni

    D. Christian
    Ministry

    IBIOL – London

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