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El cambio climático: ¿Principio y fin del hombre?




Enviado por cnorve



    1. Definamos
    2. Reflexionemos
    3. Escuchemos a
      Epicuro
    4. Preocupémonos por el
      futuro
    5. Esperando al
      Mesías
    6. La salvación de la
      especie humana
    7. Concluyamos
    8. Bibliografía
    9. Apéndices

    PRÓLOGO

    El presente libro es una
    recopilación de datos
    bibliográficos y de trabajos de investigación desarrollados por el autor a
    lo largo de estos últimos años. El autor se puso
    como objetivo
    escribir una obra que relate de manera amena un tema sumamente
    complicado como lo es el Cambio Climático. Se basó
    para ello, en su experiencia de haber trabajado en
    investigación, docencia y por
    sobre todo como técnico de su país en los procesos de
    análisis para la implementación de
    la Convención Marco de Cambio Climático y Protocolo de
    Kyoto en los sectores científico-tecnológicos, con
    especial interés en
    el forestal.

    En el libro se establece un desarrollo que
    parte con la búsqueda de interpretar qué es el
    Cambio Climático y cuáles son sus consecuencias
    para las especies y por ende para el Hombre.
    Esta búsqueda implica recorrer en el Tiempo la
    historia natural
    y las causas y los efectos del Cambio Climático en las
    distintas épocas geológicas, pudiendo así
    entender el presente y extrapolar nuestra comprensión
    hacia el futuro.

    Para afirmar y proponer nuestro destino como especie, el
    autor dispone a los lectores de mucha información ordenada y de una teoría
    del origen de las especies influenciada por el Cambio
    Climático. Para ello, introduce un trabajo de
    investigación que ha realizado durante estos
    últimos 15 años y donde demuestra en un grupo de
    plantas
    cómo evolucionaron producto del
    Cambio Climático y del movimiento de
    las placas
    tectónicas.

    La obra también cuenta con un capítulo
    completo de medidas que servirán para mitigar y detener en
    parte la producción de Gases de
    Efecto
    Invernadero que son los causantes aparentes están de
    la variación climática actual.

    Capítulo 1.
    DEFINAMOS.

    ¿Qué se entiende por Cambio
    Climático?

    Antes de sentarme y comenzar a escribir el presente
    libro tuve que adecuar el ambiente
    optimizando diversas variables para
    estar inspirado y cómodo. En primer lugar, ubiqué
    mi escritorio frente al ventanal de la casa donde la luz del sol
    ingresa difusamente luego de reflejarse en un verde jardín
    cuyas plantas he cultivado por muchos años. No sólo
    me preocupé por la luz, sino que tomé los recaudos
    para disponer de una brisa fresca y oxigenada proveniente de las
    hojas que realizan la fotosíntesis, fuente de vida.

    Todos estos cambios me han favorecido y me permiten
    comenzar a encontrar en mí las palabras que expresa mi
    conciencia. Todos
    los seres vivos buscan optimizar las variables con el objeto de
    producir los actos vitales que representan su esencia.

    Parece sencillo definir los cambios siempre que
    dominamos el Tiempo, como fue en el caso de mi presencia ante el
    papel vacío, carente de sentido, donde comencé a
    volcar mi esencia, la razón, gracias al dominio de
    variables manipuladas para la brevedad consciente. Pero cuando
    pienso en el Cambio Climático caigo en la
    desesperación de no poder dominar
    el Tiempo y debo confiar en la intuición deductiva que
    extrapola mediciones a un Futuro repleto de variables imposibles
    de cuantificar. Por tanto, verán que mi definición
    del Cambio Climático es un producto sumamente incierto de
    la humanidad toda.

    Ustedes me acompañarán en un viaje sin
    Tiempo y tendrán que aceptarme como guía hasta la
    última página del libro.

    Los dejaré pensando y espero que para ello se
    sienten frente a algún ventanal donde la luz ingrese
    mimetizada por los colores
    reflejados de plantas que han cuidado y que les brindan brisas
    frescas de aire
    puro.

    Pese a la imposibilidad de definir el Cambio
    Climático, debo hacerlo con el fin de saber hacia donde
    vamos y qué sucesos acontecerán en una Tierra rica de
    vida adaptada a un medio cuyas condiciones son óptimas
    para expresar sus esencias que enmarcan la diversidad
    biológica.

    Los términos Cambio Climático y
    Calentamiento Global quieren expresar el aumento de la temperatura en
    la superficie terrestre causado por el incremento del Efecto
    Invernadero que provoca la acción
    del Hombre.

    El Convenio Marco sobre Cambio Climático de las
    Naciones Unidas (1992) define al Cambio Climático como una
    modificación del clima atribuida
    directa o indirectamente a la actividad humana que altera la
    composición de la atmósfera mundial y
    que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante
    períodos de tiempo comparables.

    De la definición podemos interpretar que el
    cambio climático es producto de nuestra esencia. El Hombre
    a través de sus actividades altera la composición
    de la atmósfera lo cual produce cambios que persisten en
    el tiempo. Evidentemente la palabra que designa tales cambios es
    Variación. El Cambio Climático es una
    variación que persiste durante décadas. Teniendo en
    cuenta que esto es reversible y los elementos podrían
    retornar a su valor
    original, siempre y cuando, el Hombre cambie sus actividades,
    tendríamos lo que se denomina Fluctuación
    Climática. Resumiendo, el Hombre probablemente produzca un
    Cambio Climático, debido a sus actividades que han
    modificado la atmósfera terrestre al aumentar la
    concentración de dióxido de carbono (CO2)
    y otros gases de efecto invernadero (ver Anexo A del Protocolo de
    Kyoto). Si la especie humana no modifica esta tendencia no
    podrá revertir la situación y no habrá
    Fluctuación Climática.

    De todo esto podemos asegurar lo que hicimos como
    especie, el aumento de la concentración de Gases Efecto
    Invernadero (GEIs), pero no sabemos a ciencia
    cierta, cuáles serán los sucesos de dicha causa.
    Podemos sacar conjeturas, pero estamos atrapados por la
    incertidumbre del tiempo y de las variables indefinidas. En
    referencia al párrafo
    anterior el Artículo 3 del Convenio sobre Cambio
    Climático expresa que: "los países deberían
    tomar medidas de precaución para prever, prevenir o
    reducir al mínimo las causas del cambio climático y
    mitigar sus efectos adversos. Cuando haya amenaza de daño
    grave o irreversible, no debería utilizarse la falta de
    total certidumbre científica como razón para
    proponer tales medidas, teniendo en cuenta que las políticas
    y medidas para hacer frente al cambio climático
    deberían ser eficaces en función de
    los costos a fin de
    asegurar beneficios mundiales al menor costo
    posible".

    Hemos definido el Cambio Climático como algo que
    pasará, sin saber las consecuencias o efectos, y
    probablemente ninguno de nosotros podrá verificar el
    cambio por razones de Tiempo.

    El CO2 se encuentra naturalmente en la atmósfera,
    pero en el transcurso de los últimos 53 años su
    cantidad ha aumentado, debido a la quema de combustibles
    fósiles para obtener energía, y a la deforestación y destrucción de los
    bosques. Este gas es importante
    para la vida, porque define la temperatura promedio de la Tierra, al
    absorber la radiación
    infrarroja del sol. Sin embargo, si los niveles de CO2
    continúan aumentando en la atmósfera, se
    elevará la temperatura del planeta, acarreando cambios en
    el clima, en los vientos y en las corrientes marinas.

    Como se ha dicho, nadie sabe con certeza qué
    ocurrirá al incrementarse los GEIs. Los científicos
    han elaborado modelos de
    computadora
    para intentar predecir si el calentamiento
    global se producirá, pero existe un gran número
    de interrogantes al respecto: por ejemplo ¿cómo se
    afectará la dinámica de los océanos?,
    ¿qué tipo de alteraciones climáticas
    producirá la conducta de las
    nubes?, ¿cuál será la respuesta de la
    biodiversidad
    a los cambios y qué influencia tendrá ésta
    en el clima?. Aunque estos efectos no se conocen, podemos
    imaginar que traerán aparejado modificaciones en la
    salud, en la
    agricultura,
    en los bosques, en los océanos y en todos los ecosistemas.
    De todo esto hablaremos en el transcurso de nuestro viaje
    imaginario al centro mismo del cambio que es nuestra
    esencia.

    Este libro pretende comprender el Cambio
    Climático desde nosotros mismos como causa y efecto de la
    existencia humana. A veces siento que estamos chapoteando en un
    mar infinito de realidades encontradas que intentan definir lo
    indefinible y me muestran el límite de lo humano sobre lo
    humano mismo. Un tema como el Cambio Climático que tanto
    da de que hablar y tan poco da para definir, se transforma en el
    principio y fin de la especie humana.

    Los invito a reflexionar sobre lo que conocemos de los
    GEIs y a poder interpretar las causas y los efectos del Cambio
    Climático.

    A los efectos de tener los documentos de
    análisis se adjuntan al final del libro la
    "Convención Marco de las naciones Unidas
    sobre el Cambio Climático" y el "Protocolo de Kyoto, a
    modo de Apéndices.

    Capítulo 2:
    REFLEXIONEMOS.

    ¿Qué sabemos sobre los Gases Efecto
    Invernadero (GEIs)?

    El CO2, el vapor de agua (H2O), el
    metano (CH4)
    junto a otros GEIs forman parte de la atmósfera. Los GEIs
    tienen la particularidad de absorber radiación infrarroja
    (calor) del sol
    que emite la Tierra por refracción, por lo cual se evita
    perder gran parte de dicha energía hacia el espacio. Este
    fenómeno recibe el nombre de Efecto Invernadero y los
    gases con dicha propiedad
    GEIs.

    La energía
    solar que recibe la Tierra sobre la superficie es similar a
    300 W/m2 en el momento que las radiaciones impactan sobre la
    superficie. Un tercio de dicha energía regresa al espacio
    y el resto sirve para calentar la Tierra y como combustible del
    sistema
    climático. La presencia de los GEIs en la atmósfera
    es imprescindible para que existan las condiciones de vida
    actuales. Si faltaran sería imposible la vida, ya que la
    temperatura media global de la atmósfera en la superficie
    terrestre descendería de 15° a -18° C.

    La atmósfera está constituida por una
    mezcla de gases cuya composición, como veremos en el
    Capítulo 3, es el resultado de la interrelación de
    los elementos gaseosos de la primitiva nebulosa solar con las
    emanaciones procedentes del Manto terrestre, con las rocas de la
    corteza, con el océano y con la biosfera a lo
    largo de la historia de la Tierra.

    La actual atmósfera tiene por tanto una
    composición muy distinta a la existente en un principio y
    en los distintos tiempos geológicos. La misma es el
    resultado de un lento proceso
    evolutivo hasta alcanzar la situación de equilibrio
    actual.

    La composición del aire no es constante ni en el
    tiempo ni en el espacio, pudiendo variar por cambios en las
    concentraciones de algunos componentes, como es el caso del vapor
    de agua, los aerosoles o partículas en suspensión y
    el CO2 por una alteración natural, como la erupción
    de un volcán o por consecuencias antrópicas como la
    deforestación o la quema de combustible fósiles.
    Prescindiendo de estos cambios, la composición de la
    atmósfera es prácticamente constante hasta la
    altura de 80 km por arriba de la superficie terrestre (ver Tabla
    1).

    Tabla 1. Principales componentes de la
    atmósfera.

    Para ver la tabla seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Tanto el N2, como el O2 que constituyen el 99%, siendo
    importantes en los procesos biológicos junto con los gases
    ideales, no tienen gran relieve en el
    desarrollo de fenómenos atmosféricos. En cambio, el
    CO2, el CH4 y el vapor de H2O juegan un rol muy importante en los
    procesos atmosféricos a pesar de ser sumamente
    escasos.

    Mediciones de los GEIs efectuadas a partir de la
    revolución
    industrial hasta nuestros días demuestran que éstos
    han aumentado significativamente producto del creciente uso de
    los combustibles fósiles y el mal uso del suelo y los
    bosques. La concentración de CO2 en la atmósfera a
    partir de 1850 aumentó en un 0,3 % por año.
    Evidentemente que la quema de combustible fósil y la
    deforestación en estos últimos 153 años, son
    las causas principales del aumento de los GEIs en la
    atmósfera. El CO2 aumentó un 30 % y el CH4
    más del doble, producto de la acción
    antropogénica. Es de suponer por lo expuesto que el
    aumento de los GEIs producirá un aumento de la temperatura
    y por ende una inestabilidad del sistema climático global,
    perjudicando las condiciones de vida en el planeta. Este efecto
    dominó que se presume ha comenzado no es sencillo de
    demostrar por la gran cantidad de variables que hay que tener en
    cuenta en el desarrollo del proceso, tales como, los
    océanos, el ciclo del agua,
    los ciclos biogeoquímicos, la dinámica
    geológica y astrofísica, entre otros. Este proceso
    denominado Calentamiento Global es comparable al que
    existió en otras épocas geológicas donde el
    CO2 era elevado y fue modificado por la aparición de una
    abundante biomasa vegetal que actuó como sumidero
    reduciendo los GEIs. En todas las Eras
    Geológicas existió un proceso de Cambio
    Climático que favoreció la aparición de
    nuevas especies y a su vez trajeron la extinción a otras.
    Hasta sería pertinente decir que el Hombre es producto de
    estos cambios.

    ¿Cuáles son las causas y los efectos
    del Cambio Climático?

    El Calentamiento Global actual probablemente sea
    consecuencia de los 7000 millones de toneladas (tn) de CO2 que el
    Hombre está liberando y que se suman a los 750 mil
    millones de tn existentes en la atmósfera. Aunque gran
    parte del CO2 liberado a la atmósfera entra en los ciclos
    naturales de este gas, siendo consumido por las plantas o
    disuelto en las aguas oceánicas, alrededor del 50%
    permanece en la atmósfera. Esto ha conducido a un aumento
    en este período post-industrial de 315 a 340 partes por
    millón (ppm) de CO2 y todas las previsiones apuntan a un
    incremento más notable para los próximos 20
    años. Las consecuencias de este aumento son
    difíciles de prever, pero el ritmo actual de ascenso del
    consumo de
    combustibles fósiles y la tala de los bosques, vislumbran
    una duplicación de la concentración de CO2
    atmosférico en los próximos 100 años, y
    considerando la variación de este factor aislado, supone
    un incremento de la temperatura media anual en 2 a 3,5° C
    siendo mayor en los polos (5° C). Esto provocará
    cambios en la circulación atmosférica y
    oceánica, en el nivel de los mares, en la intensidad y
    distribución de las precipitaciones y en el
    volumen de los
    Hielos. Dichos cambios seguramente no serán
    homogéneos en todo el orbe, respondiendo a
    particularidades regionales y estacionales.

    Los océanos cubren el 70 % de la superficie
    terrestre, siendo la principal fuente de vapor de agua en la
    atmósfera. Asimismo, almacenan calor y lo transportan
    miles de kilómetros a través de las corrientes
    marinas. El Calentamiento Global podrá producir un aumento
    de la evaporación y por lo tanto un aumento de la
    nubosidad. Las nubes se comportarán de manera
    contradictoria respecto del calentamiento global porque
    enfriarán a la Tierra absorbiendo la energía
    procedente del sol y la calentarán atrapando el calor que
    emana de su superficie. La formación de nubes se ve
    favorecida por la producción industrial de aerosoles
    (humos y sulfatos) que hace que se condense agua en
    pequeñas gotas. La U.S. National Oceanic and
    Atmospheric Administration
    (NOAA) calcula que durante el
    siglo XX los aerosoles redujeron el nivel de calentamiento en un
    20% (Norverto, C. A. 1997).

    Otros parámetros que habrá que tener en
    cuenta es el hielo y la nieve que ocupan extensiones blancas y
    brillantes sobre la superficie terrestre actuando como espejos
    que reflejan las radiaciones solares hacia el espacio enfriando
    así el planeta. Un aumento de la temperatura
    derretirá estas grandes áreas aumentando el nivel
    de los mares y restándole calor al mismo pero a su vez se
    reducirá el reflejo de la radiación al espacio
    exterior. Actualmente un 10% del casquete polar del hemisferio
    norte y otro tanto del hemisferio sur se han perdido por el
    aumento de la temperatura. También repercuten en el clima
    la topografía y el uso del suelo, se conoce
    muy bien que las cordilleras bloquean las nubes y crean sombras
    secas en la dirección del viento, que los terrenos en
    declive permiten mayor escurrimiento de agua lo que produce mayor
    sequedad de la atmósfera. En referencia al uso del suelo
    se sabe que las selvas fijan carbono, pero la
    deforestación para la práctica de la ganadería
    y otras actividades agrícolas es una fuente de metano y de
    CO2 respectivamente, conjuntamente con otros GEIs.

    Para poder comprender el comportamiento
    del clima habría que tener en cuenta todos estos factores
    y la interacción que existe entre ellos
    recreando distintos escenarios. Los posibles escenarios de cambio
    climático son evaluados a través de modelos
    climáticos globales (MCG) que analizan
    matemáticamente los procesos físicos y sus
    interacciones entre la atmósfera, hidrosfera, litosfera y
    biosfera.

    El Intergovernamental Panel on Climate Chage (IPCC) ha
    elaborado seis escenarios globales posibles que describió
    en sus documentos (IPCC, 1992; 1996). El documento IS92 considera
    como escenario global intermedio al que predice una existencia
    del doble de CO2 atmosférico hacia el año 2050, por
    lo cual la temperatura aumentará en 2° C. Estos dos
    últimos años han estado
    marcados por acontecimientos extremos: temperaturas elevadas sin
    precedentes a escala mundial,
    inundaciones desvastadoras y agudas sequías, un
    sinúmero de incendios
    forestales y fuertes tormentas de hielo.

    Indudablemente los impactos producidos sobre el medio ambiente
    son de difícil solución y necesitan ser vistos en
    su conjunto. Al respecto los bosques y las plantaciones
    forestales se los considera cada vez más por sus servicios
    sociales y ambientales que prestan como ser: mitigación
    del cambio climático mundial, conservación de los
    recursos de
    suelos y aguas,
    efectos favorables sobre los sistemas
    agrícolas, conservación de la biodiversidad, mejora
    de las condiciones de vida en los núcleos urbanos y
    periurbanos, protección del patrimonio
    natural y cultural.

    Capítulo
    3: ESCUCHEMOS A EPICURO.

    Pasado, Presente y Futuro.

    Nos encontramos en una situación de
    incertidumbre, por la difícil resolución del
    problema. Hasta ahora por lo andado sabemos que el Cambio
    Climático estaría produciéndose por un
    aumento de la concentración de GEIs. Este fenómeno
    se produce en mayor medida a partir de la revolución
    industrial, pero se inició con la aparición del
    Hombre sobre la Tierra. Conocemos que en el pasado hubo otros
    cambios climáticos producto de las variaciones de los GEIs
    y tenemos registros de
    cómo afectaron a la biodiversidad. Estos hechos nos llevan
    a reflexionar que nos puede pasar lo mismo como especie, y ante
    el miedo de la extinción buscamos soluciones
    para revertir el Cambio Climático. Ante la duda, las
    evidencias y
    las proyecciones imperfectas, tomamos medidas exclamativas por el
    temor al futuro, pero poco efectivas. Deseaba compartir con
    ustedes un texto de
    Epicuro que pertenece a la Carta a
    Meneceo (García Gual, C., 2001), donde él narra la
    naturaleza
    humana frente a la vida y el ansia de inmortalidad que
    abrigan todos sus actos. Los consejos propuestos por Epicuro
    podrían guiarnos a lograr una salida a tremendo destino:
    "acostúmbrate a pensar que la muerte nada
    es para nosotros, porque todo bien y todo mal residen en la
    sensación y la muerte es
    privación de los sentidos. Por
    lo cual el recto conocimiento
    de que la muerte nada es para nosotros hace dichosa la mortalidad
    de la vida, no porque añada una temporalidad infinita sino
    porque elimina el ansia de inmortalidad. Nada terrible hay en
    efecto, en el vivir para quien ha comprendido realmente que nada
    terrible hay en el no vivir. De suerte que es necio quien dice
    temer a la muerte, no porque cuando se presente haga sufrir, sino
    porque hace sufrir en su demora. En efecto aquello que con su
    presencia no perturba, en vano aflige con su espera. Así
    pues, el más terrible de los males, la muerte, nada es
    para nosotros, porque cuando nosotros somos, la muerte no
    está presente, y cuando la muerte está presente ya
    no somos nosotros".

    La incertidumbre del futuro produce en nuestra
    civilización un sufrir la demora de la extinción.
    Sabemos que estamos en camino de padecerla y reaccionamos como
    Epicuro dice en otro párrafo: "pero la mayoría unas
    veces huye de la muerte como del mayor mal y otras veces la
    prefiere como descanso de las miserias de la vida". Nuestra
    elección no debería ser ninguno de los dos caminos
    antes mencionados. El desprendernos de dichas contingencias de la
    vida es el desafío.

    No deberíamos rehusar de la vida ni temerle a la
    extinción, pues ni el vivir es una carga ni el morir es un
    mal. Respecto al tiempo habría que elegir no el más
    duradero sino el que más se disfruta. Me niego a aceptar
    la actual definición de desarrollo
    sustentable que prevé un disfrute para las
    próximas generaciones. Creo que el desarrollo de lo
    agradable a nivel ambiental se debe hacer hoy sin pensar en un
    futuro duradero, donde no se define el Tiempo. El hoy es cambio,
    el mañana es producto del cambio. ¿Qué es el
    Tiempo? Hay muchas tesis o
    afirmaciones filosóficas: ¡el Tiempo es presente!,
    ¡el Tiempo es eternidad!, ¡el Tiempo es el ser!,
    ¡el Tiempo es la materia!,
    ¡el Tiempo es la necesidad!, ¡el Tiempo es
    devenir!.

    Antes de desarrollar el Cambio Climático en el
    Tiempo, desearía compartir mi pensamiento
    acerca del Tiempo, ya que todo este libro gira alrededor de este
    pensamiento. Parto de la
    afirmación de que todo es presente, todo es cambiante,
    puesto que el presente, es siempre nuevo, el devenir es el sujeto
    del Tiempo y su única realidad. Por eso somos porque
    cambiamos. Nada es sin cambiar, ni cambiar sin ser. Somos un
    momento del devenir. El ser es Tiempo, por tanto, el ser es
    devenir. No somos rectas, somos círculos, porque el
    devenir, el cambio supone el Tiempo. El presente es cambio, el
    futuro es cambio, el pasado fue cambio. Hoy podemos hacer,
    devenir, cambiar, de manera que no por miedo al cambio sino por
    el cambio en las acciones, a
    los efectos de sustentar nuestra felicidad hoy. El Hombre como
    todo ser cambia, pero este devenir debe estar guiado por los valores
    más sublimes de la naturaleza
    humana. El amor debe
    ser el motor del cambio.
    El Tiempo fluye y la acción es hoy. Seamos felices
    nosotros evitando la perpetuidad sin calidad.

    La Tierra tiene aproximadamente 4600 millones de
    años. Durante los primeros mil millones de años la
    evolución fue exclusivamente química. Hace 3500
    millones de años apareció la vida en el primitivo
    océano, siendo bacterias con
    clorofila y anaeróbicas. Este último detalle se
    supone por la ausencia de oxígeno
    (O2) que presentaba la atmósfera precámbrica (ver
    cuadro 2).

    CUADRO 2

    Para ver el cuadro seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Durante los primeros 2000 millones de años de la
    Historia de Vida, las Cianobacterias (algas azules) dominaron la
    Tierra. La fermentación (respiración anaeróbica) produce
    alcohol y gas
    carbónico. A su vez la clorofila permite producir los
    azucares a través del proceso denominado fotosíntesis. Esto nos permite imaginar la
    situación siguiente: bacterias anaeróbicas, capaces
    de vivir sin O2, nutriéndose de los azúcares de la
    sopa primitiva, producto de la fotosíntesis. Esta también produce
    un desecho, el O2 que se acumula en el agua del
    mar y en la atmósfera.

    Más tarde, algunas células
    mutan, pierden su clorofila y al consumir el O2 que hay en la
    atmósfera y el H2O, desarrollan la respiración
    aeróbica.

    Hace 1500 millones de años aparecieron
    células con núcleo (pasamos de las procariotas a
    las eucariotas). Ignoramos cómo se produjo tal
    fenómeno. Hay teorías
    que explican el suceso pero que evidentemente superan las
    expectativas del presente libro.

    Este paso fue fundamental en el desarrollo y cambio
    organizacional. Rápidamente estas células
    eucariotas tenían capacidad sexual, los cromosomas
    estaban reagrupados en núcleo, protegidos por una membrana
    y tenían a su alrededor un citoplasma que sintetizaba
    azúcares a partir de la fotosíntesis. Había
    células aeróbicas y anaeróbicas. Las
    eucariotas también comenzaron a agruparse y a cooperar,
    formando colonias y avanzaron hasta dividir funciones y a
    organizarse como pluricelulares. Estos seres vivos se
    diferenciaron en animales y
    vegetales hace 1000 millones de años.

    Estamos aún en el Precámbrico, la primera
    de las eras geológicas, los gases que las envolvían
    fueron cambiando. La atmósfera se modificó. Las
    algas con su constante producción de O2 hicieron cambiar
    la trayectoria de una atmósfera gris, opaca, compuesta de
    CO2, nitrógeno, agua y algo de metano y amoníaco.
    El gas carbónico, al absorber la radiación solar,
    provocaba un efecto invernadero, mantenía a la temperatura
    elevada a tal punto que el agua estaba en forma de vapor.
    Después al combinarse con óxido de calcio para
    producir caliza, el carbónico disminuyó,
    bajó la temperatura, hasta que el agua se condensó
    en forma de lluvia. Las tormentas fueron verdaderos diluvios, el
    volumen de los océanos primitivos aumentó y la vida
    se diversificó. El fenómeno climático de los
    cambios que se generaron en la atmósfera, fueron recreados
    por la vida imperante en ese tiempo y espacio.

    El O2 producido por la fotosíntesis se fue
    acumulando en la atmósfera y bajo el efecto de la
    radiación solar elaboró ozono, que
    constituyó una capa protectora a los seres vivos de las
    radiaciones ultravioletas provenientes del mismo sol. Por otra
    parte, el O2 al descomponer la luz solar, daría desde
    entonces al cielo el color azul que
    conocemos. Asimismo, el verde del mar es por el plancton
    clorofílico. Debemos el color del paisaje entonces a la
    clorofila. Hace 570 millones de años las plantas
    terrestres y los vertebrados surgen gracias a las condiciones
    imperantes en la atmósfera.

    Evidentemente existieron factores que modificaron la
    distribución de las especies. Los mismos fueron, son y
    serán tres:

    1. Históricos: tectónica de placas y
      cambio climático.
    2. Evolutivos: competencia y
      predación.
    3. Biológicos: caracterología de la
      especie y potencial de dispersión.

    De ahora en adelante me limitaré a ejemplificar
    con los vegetales, porque soy Botánico y por ende es lo
    que más conocimiento tengo.

    En el Paleozoico temprano, Gondwana era un continente
    compuesto por: Sudamérica, Africa, Antártida, Australia, India, Arabia
    y partes pequeñas de Medio Oriente.

    En el Carbonífero, hace 320 millones de
    años, Gondwana se juntó con el otro continente,
    Laurasia, compuesto por Norteamérica, Groelandia y
    Asia, y
    formó el gran continente de Pangea. Hace alrededor de 200
    millones de años, el supercontinente Pangea se
    empezó a fragmentar. Antes de este proceso, la flora de
    Gondwana era cosmoplita y estaba compuesta de Gimnospermas,
    Helechos y Cicadáceas. Pero en el Cretácico esta
    flora fue sobrepasada por las Angiospermas que aparecieron y se
    expandieron.

    La separación de Pangea, hace 100 millones de
    años, coincidió con la evolución, de las
    Angiospermas por lo cual tuvo una gran influencia en la migración
    y dispersión de estas plantas y en el desarrollo de los
    linajes.

    El segundo cambio climático que se puede destacar
    fue el que existió hace 90 millones de años. Fue el
    período más caliente de la Tierra luego de la
    aparición de la vida. El Ecuador
    presentaba 6˚ C más que en la actualidad, por tal
    motivo la flora se desarrolló en latitudes muy
    altas.

    Posteriormente se dieron las condiciones para que la
    flora migrara al Ecuador, donde el promedio de temperatura
    disminuyó.

    El tercer momento de cambio climático se
    evidenció hace 55-50 millones de años y se
    considera el más cálido del Cenozoico. Muchos los
    comparan con lo que pasa hoy y lo que podría pasar en el
    futuro respecto al efecto invernadero. Los niveles de CO2 en el
    Cretácico rondaban los 2000-3000 ppm. En el inicio del
    Cretácico las temperaturas eran altas y fueron
    disminuyendo en el Cenozoico. Los descensos de los GEIs producto
    del aumento de biomasa (bosques), se produjeron en tres etapas.
    El primer descenso de la temperatura apareció hace 33
    millones de años lo que produjo el congelamiento por
    primera vez de la Antártida. El segundo episodio se
    vislumbró hace 12 millones de años, cuando por el
    descenso de la temperatura aumentó la capa de Hielo de la
    Antártida y se crearon las condiciones de
    circulación atmosférica y de las corrientes marinas
    actuales. Por último la Tierra ingresó hace 3,2
    millones de años en las glaciaciones donde se expandieron
    los glaciares interactuando edades de Hielo y etapas
    interglaciares.

    Desde ya que en estos grandes cambios hubo extinciones
    de las especies sumamente importantes.

    La enseñanza que podemos sacar del pasado es
    que los cambios climáticos son una consecuencia de muchos
    factores que influyen en los procesos biogeoquímicos. Las
    especies pueden modificar la atmósfera en tiempos
    geológicos largos. Las actividades geológicas
    forman parte de esos cambios acelerando los procesos o viceversa.
    La probabilística de un asteroide también es
    potencialmente aceptable como condición de cambio
    climático, muchos entendidos describen la
    desaparición de los dinosaurios
    por este hecho.

    Ahora la pregunta es ¿qué nos cabe hacer
    hoy para revertir el cambio climático
    pronosticado?

    En el tiempo está la respuesta

    Deseo compartir con los lectores mi teoría sobre
    la evolución de las especies determinada por el cambio
    climático. La misma fue basada en trabajos de
    investigación que realicé a lo largo de mi vida y
    los fundamentos están desarrollados de una manera compleja
    por la especialización científica sobre la que se
    realizó. Por tal motivo pido disculpas a aquellos que no
    estén familiarizados con el lenguaje
    técnico. Igualmente al leerlo tendrán la
    posibilidad de comprender la importancia que tiene el Cambio
    Climático en la aparición y desaparición de
    las especies. Esta parte del libro es esencial para que
    comprendan el mensaje que deseo transmitirles a todos ustedes. Si
    no tomamos conciencia de la trascendencia del cambio estamos a
    merced del cambio.

    Durante estos últimos 15 años he
    investigado la anatomía de las
    Santalaceae (un grupo de vegetales) con el objeto de interpretar
    la relación que existe entre el desmembramiento del
    continente de Gondwana, el cambio climático y la
    evolución del xilema secundario. La diversidad estructural
    concerniente a la anatomía de la madera de los
    géneros Acanthosyris Grieb., Cervantesia
    Ruiz et Pav., Colpoon Bergins, Eucarya T.L.Mitch.,
    Exocarpus Labill., Fusanus L., Leptomeria
    R.Br., Myoschilos Ruiz et Pavón, Osyris L.,
    Pyrularia Michx., Santalum L. y Scleropyrum
    Arn. pertenecientes a la familia
    Santalaceae, es el resultado de cambios evolutivos que se han ido
    produciendo al adaptarse a diversos hábitats (Carlquist,
    Sh., 1988). Asimismo, el cambio climático ha producido
    adaptaciones de los rasgos anatómicos del leño de
    las Santalaceae con el fin de disponer de humedad, y regular la
    conducción de la savia a través de los
    vasos.

    Las Santalaceae constan de 30 géneros con
    aproximadamente 400 especies de árboles, arbustos e hierbas
    semiparásitas, que están distribuidas en regiones
    tropicales y templadas de ambos hemisferios. Acanthosyris
    es un pequeño género con
    tres especies. Dos de ellas, A. falcata Griseb. y
    A. spinescens (Mart. et Eichler) Griseb. son
    indígenas de Argentina, la otra A. glabrata
    está confinada a Ecuador y Colombia. Cervantesia es un género
    pequeño con solo cuatro especies andinas. Colpoon
    es un género monotípico representado por C.
    compressum de Sudáfrica. Eucarya está
    conformado por cuatro especies que habitan el sur y el este de
    Australia. En el caso de Exocarpus se reconocen 26
    especies distribuidas en Indochina, Malasia, Australia y el
    Pacífico (Hawaii). Iodina es un género
    monotípico representado por I. rhombifolia (Hook. et Arn.)
    Reissek, muy común en Argentina, Brasil, Uruguay,
    Paraguay y
    Bolivia.
    Leptomeria presenta 15 especies dispersas en Australia y
    Tasmania.
    Myoschilos oblongum arbusto
    forrajero de Patagonia.
    Osyris está representada por 6 a 7 especies que
    habitan en el Mediterráneo, África e India.
    Pyrularia tiene 4 especies distribuidas en el Himalaya,
    China y
    sudeste de Estados Unidos.
    Santalum tiene el mayor número de especies y se
    distribuye en la región Indomalaya y Australia.
    Por último Scleropyrum con 6 especies
    distribuidas en Indomalasia.

    A través del estudio de la madera se buscó
    comprobar las relaciones de similitud que hay entre las especies
    y la relación de su distribución
    fitogeográfica para definir su adaptación a los
    distintos tipos de climas y a la deriva de las placas
    tectónicas. La adaptación al clima y sus relaciones
    filogenéticas pudieron determinar que las especies
    evolucionan por los cambios climáticos. Las Santalaceae es
    un taxon clave para dicho análisis por presentar una
    diversidad estructural difícil de interpretar.

    Materiales y métodos
    que fueron utilizados para la investigación

    Los ejemplares de madera fueron recibidos en condiciones
    secas de las colecciones xilológicas más
    importantes del mundo. Se hirvieron en agua y se colocaron en
    alcohol etílico al 50%. Después fueron ablandados
    en "etylenediamine" (Kukachka, 1977).

    Los cortes se realizaron con micrótomo de
    deslizamiento. Algunos fueron coloreados con safranina –
    "fast-green" y montados en preparados permanentes. Otros fueron
    secados entre portaobjetos limpios y examinados con el microscopio
    electrónico de barrido ISI WB – 6, después de
    ser metalizados con oro en un
    evaporador al vacío. Los macerados se obtuvieron con el
    método de
    Jeffrey (1917) y se tiñeron con la combinación
    safranina- "fast-green".

    El fenograma de 256 caracteres para 32 Operational
    Taxonomic Unit (OTUs) del estudio (Sneath y Sokal, 1973) de
    Santalaceae se obtuvo por el método del ligamiento
    promedio a base de la matriz de
    similitud del coeficiente de correlaciones entre
    caracteres.(Crisci, J.V. et al., 1983).

    Todos los datos cuantitativos se basan en 25 medidas por
    característica. La terminología seguida es la de
    IAWA Comité de Nomenclatura
    (1964).

    La procedencia geográfica de los
    especímenes es de todo el mundo y fue recolectada por los
    herbarios de los Estados Unidos y Argentina, a quienes mucho
    agradezco.

    Observaciones realizadas

    Anillos de crecimiento ausentes o poco visibles. En
    Osyris abyssinica, O. alba y
    Pyrularia pubera los anillos están bien
    demarcados.

    Leño de porosidad difusa. Myoschilos
    oblongum, O. abyssinica y O.
    alba presentan porosidad circular al igual que P.
    pubera. Eucarya spicata se diferencia del
    resto por tener porosidad semicircular.

    Vasos exclusivamente solitarios, a veces agrupados en
    series radiales cortas de 2 a 4 células, largas de
    más de 4 células, y en racimos; ordenados de manera
    radial, tangencial o diagonal, excepto Fusanus
    cunninghamiana, Iodina rhombifolia,
    Myoschilos oblongum y el género
    Pyrularia que se caracterizan por presentar ordenamiento
    dendrítico; contorno vasal circular u oval, a veces
    angular. Placas de perforación simples siendo en algunos
    casos orladas; tabiques dispuestos de muy oblicuos a
    horizontales. Puntuaciones intervasculares opuestas a alternas;
    de 4 a 10 µm de diámetro; con aperturas inclusas,
    siendo a veces coalescentes.

    Puntuaciones vasoradiales con aréolas visibles,
    similares a las puntuaciones intervasculares, de 2 medidas en la
    misma célula
    radial. El género Pyrularia presenta puntuaciones
    vasoradiales con aréolas muy reducidas aparentando ser
    simples. En el caso de Leptomeria billardieri las
    puntuaciones son compuestas unilateralmente y grandes (mayores de
    10 µm de diámetro).

    Elementos de vaso Acanthosyris, Iodina
    rhombifolia, Cervantesia tomentosa,
    Coploon compressum, F.
    cunninghamiana, Myoschilos oblongum,
    Osyris alba, O. quadripetala,
    Santalum album, S. austro-caledonium,
    S. haleakalae, S. wallichianum y
    Scleropyrum wallichianum, y Pyrularia
    pubera. Algunas especies del género
    Acanthosyirs, Iodina rhombifolia,
    Myoschilos oblongum, Santalum y
    Scleropyrum tienen engrosamientos espiralados sin
    ornamentaciones. Apéndices vasculares pueden estar
    presentes o ausentes. Diámtero tangencial medio del lumen
    de los vasos es de 50 µm a 100 µm. Tilosis presente
    en especies de los géneros Acanthosyirs,
    Colpoon, Eucarya, Exocarpus, Fusanus,
    Osyris y Santalum. Rango de vasos por
    mm2 es de 20 a 100 y la longitud media de los
    elementos de vaso es menor a 350 µm.

    Traqueidas presentes en todas las especies analizadas
    excepto en Cervantesia tomentosa, y
    Pyrularia edulis y P.
    pubera.

    El tejido fibroso está constituido por fibras
    libriformes sin septos; de paredes finas a gruesas, de longitud
    media, menor a 900 µm.

    El parénquima axial es principalmente apotraqueal
    difuso y paratraqueal escaso. Algunas especies de
    Exocarpus, Santalum y Scleropyrum presentan
    parénquima axial difuso en agregados. En el caso de
    Acanthosyris glabrata, C. tomentosa y
    F. cunninghamiana el parénquima axial es
    bandeado de 2 a 4 (5) células parenquimáticas
    axiales por hilera. Algunas especies Cervantesia,
    Exocarpus, Osyris, Santalum y
    Scleropyrum tienen células parenquimáticas
    disyuntas.

    Generalmente el sistema radial está formado por
    células procumbenetes, cuadradas y erectas mezcladas en
    todo el radio.
    También se puede observar sistemas radiales de Tipo
    Homogéneo, Heterogéneo II y Heterogéneo III.
    Los radios son de 1 a 3 células de ancho a veces de 4 a
    10. En ciertos casos presentan porciones multiseriadas y
    uniseriadas a lo ancho (Cervantesia, Osyris
    alba, Pyrularia y Scleropyron). La
    mayoría de las especies tienen radios menores de 1 mm de
    alto; en el caso de C. tomentosa, Exocarpus
    cupressiformis, L. billardieri, O.
    alba y P. edulis y P pubera
    tienen radios de 2 tamaños distintos.

    Eucarya, Leptomeria, Osyris y
    Pyrularia presentan células radiales perforadas.
    Solamente fue detectado parénquima radial con
    células disyuntas en O.wightiana.

    Los cristales prismáticos se observan en el
    parénquima axial de las especies de Coploon,
    Eucarya, Exocarpus, Osyris y Santalum
    y también en las células radiales procumbentes de
    algunas especies de Exocarpus, Osyris y
    Santalum.

    Resultados obtenidos, acompañado de un
    fenograma

    Teniendo en cuenta el grado de similitud que existe de
    acuerdo con las características del xilema de las especies
    estudiadas tenemos que:

    Fusanus cunninghamiana es la Santalaceae
    más alejada de las restantes especies. Asimismo,
    Acanthosyris spinescens y A. falcata
    forman un grupo con un nivel de similitud grande por lo cual se
    emparentan más entre sí.

    Las otras especies se dividen en dos subgrupos el
    primero es el de Acanthosyris glabrata y
    Cervantesia tomentosa. La restante
    agrupación está constituida por tres subgrupos con
    un mayor nivel de similitud. El primero de ellos es el formado
    por Leptomeria billardi y Thesium, el
    segundo por Eucarya spicata cercano a las restantes
    especies de Santalaceae.

    Entre las restantes existe un grupo formado por
    Myoschilos oblongum, Pyrularia edulis
    y P. pubera muy emparentados y relacionados en
    menor medida con Iodina rhombifolia.

    A su vez otro grupo ligado se divide en
    Scleropyrum wallichianum y un subgrupo que
    relaciona a Santalum cuneatum con Osyris
    alba y O. quadripetala que se relaciona con
    un segundo subgrupo formado por O. abyssinica,
    S. hendersonense y Exocarpus
    cupressiformis.

    Este último grupo se emparienta con S.
    austro-caledonium que es nexo de un grupo formado por
    S. album, O. wightiana y S.
    haleakalae.

    Otras cuatro agrupaciones se ligan entre sí
    aumentando su índice de similitud. En la primera se
    relacionan Santalum freycinetianum, Osyris
    tenuifolia, O. lanceolata. Colpoon
    compressum se encuentra solo y relacionado con las
    anteriores y ligado con Santalum pyrularium y
    S. paniculatum que están muy relacionadas
    entre sí. Por último Santalum
    fernandianum + forma el último grupo junto a dos
    especies sumamente cercanas entre sí Exocarpus
    vitensis y E. brachystachys.

    Las especies agrupadas por la similitud de los
    caracteres anatómicos del leño, demuestran un grado
    de parentesco entre especies de un mismo género y especies
    de géneros distintos entre sí. También es
    importante destacar que dichas especies se relacionan entre
    sí por ocupar las mismas regiones geográficas o por
    compartir similares condiciones climáticas. Así
    pues, A. spinescens y A. falcata
    habitan en la Argentina estando muy emparentadas entre sí,
    a diferencia de A. glabrata que está
    más cercana a Cervantesia tomentosa con la
    que presenta un área de distribución
    geográfica cercana, los Andes peruanos para la primera y
    Ecuador y Colombia para la
    segunda.

    Leptomeria billardi distribuida en
    Australia y Tasmania está muy relacionada con
    Thesium spp. cuyas especies cubren una amplia
    extensión de distribución continental, desde
    Europa a China.
    Eucarya spicata de Australia se relaciona con las
    restantes especies que habitan Australia e Indomalasia
    principalmente.

    Entre las restantes existe un grupo formado por tres
    especies americanas Myoschilos oblongum
    (Patagonia), Pyrularia pubera (Estados Unidos) e
    Iodina rhombifolia (Argentina) y una especie del
    Himalaya denominada Pyrularia edulis, muy cercana a
    P. pubera.

    El resto de especies sumamente emparentadas cubren una
    extensa región relacionada y comprendida entre Australia
    – Pacífico (Exocarpus, Santalum),
    Indomalasia (Santalum, Scleropyrum,
    Exocarpus), Africa y Mediterráneo (Osyris,
    Colpoon).

    Scleropyrum wallichianum de
    Indomalasia-Australia se relaciona a través de
    Santalum cuneatum cuya distribución es
    también Indomalasia-Australia con Osyris
    alba y O. quadripetala de Africa –
    India – Mediterráneo. O. abyssinica de
    Africa – India – Mediterráneo es nexo con
    Santalum hendersonense Indomalasia-Australia y
    Exocarpus cupressiformis Indomalasia – China
    – Australia y el Pacífico. Otro nexo de grupo es
    Santalum austrocaledonium que es de Indomalasia
    – Australia y se emparienta con Santalum
    album, Osyiris wightiana y S.
    haleakalae las tres de Africa India y el
    Mediterráneo.

    Otras cuatro agrupaciones se ligan también entre
    sí, Santalum freycinetianum, Indomalasia
    – Australia, Osyris tenuifolia y O.
    lanceolata de Africa – India y Mediterráneo.
    Colpoon compressum de Sudáfrica se relaciona
    con las anteriores y se fusiona como nexo con Santalum
    pyrularium y S. paniculatum muy relacionadas
    entre sí y distribuidas en la misma región
    Indomalasia – Australia. Por último Santalum
    fernandianum del Pacífico es nexo para con
    Exocarpus vitensis Australia –
    Pacífico y E. brachystachys Indochina
    Malasia.

    Conclusiones que demuestran que el Cambio
    Climático es la causa de la evolución de las
    especies

    Durante el Mesozoico las masas de tierra reunidas en el
    continente de Gondwana sufrieron un fraccionamiento que se
    continúa en nuestros días, y por lo cual se
    produjeron grandes cambios en el clima y en la vegetación.

    Las angiospermas aparecen en el Cretácico y
    paralelamente los movimientos tectónicos van a permitir la
    aparición de nuevas superficies favorables a la
    instalación de dichos vegetales. La interacción del
    clima y de los fenómenos tectónicos se traduce en
    la aparición o desaparición de ciertos grupos de
    plantas. Desaparecen en el Cretácico-Cenozoico grandes
    grupos de plantas y numerosos representantes de las gimnospermas.
    En estos períodos geológicos hacen su
    aparición y explosión las angiospermas, ocupando
    prácticamente todos los nichos
    ecológicos.

    Las Santalaceae han tenido su centro de origen en una
    extensa región del continente de Gondwana comprendida por
    Australia, África, la India, Sudamérica, la
    Antártida, Tasmania, e islas del Pacífico. La
    aparición del taxon coincidió con el período
    más caliente en la historia de la Tierra, aproximadamente
    hace 50 millones de años (Cenozoico), donde
    existían de 2 a 6°C más en el Ecuador que en la
    actualidad. Por tal motivo, el centro de origen de las
    Santalaceae se ubica en latitudes altas. En el transcurso del
    Cenozoico las especies emigraron al Ecuador, a medida que el
    promedio de la temperatura fue disminuyendo.

    Resulta interesante imaginar la evolución sufrida
    por las Santalaceae que quedaron aisladas hace cincuenta millones
    de años cuando el Atlántico había empezado
    abrirse, y Sudamérica y la India eran islas que se
    desplazaban hacia sus posiciones actuales y Africa estaba
    separada de las demás masas continentales, debido a la
    gran altura del nivel del mar, producto del calentamiento global
    imperante. Evidentemente hace 40 ó 30 millones de
    años cuando todavía existía conexión
    entre América
    del Sur, la Antártida y Australia existió la
    posibilidad de que la biodiversidad de Santalaceae avanzara por
    América del Sur. Asimismo, las especies en América
    del Sur han evolucionado por los cambios en las condiciones
    climáticas y orográficas, como se puede observar en
    Cervantesia y Acanthosyris glabrata, a tal
    punto que estas especies están más emparentadas
    entre sí que A. glabrata con el resto de
    especies del género Acanthosyris, que ocupan
    áreas disyuntas con diferente clima.

    Pyrularia pubera de América del
    Norte está relacionada filogeneticamente con Iodina
    rhombifolia de América del Sur y está
    última se vincula con Myoschilos oblongum
    que crece en la Patagonia (región
    andino-patagónica). Esto permite inducir que
    Pyrularia pubera se originó hace tres
    millones de años cuando Sudamérica quedó
    conectada a Norteamérica por Centroamérica, y de
    América del Norte se irradió el género al
    Asia (representante estudiado P. edulis). Esta
    dispersión hacia el norte fue acompañada por
    descensos bruscos de la temperatura en tres etapas distintas. La
    primera se dio hace aproximadamente 33 millones de años
    con una reducción repentina de 5°C , la segunda se
    efectuó hace 15 ó 12,5 millones de años y
    produjo un aumento de la capa de hielo de la Antártida y
    recreó una circulación atmosférica similar a
    la actual. Por último, hace 3,2 ó 2,4 millones de
    años hubo una nueva reducción de la temperatura que
    trajo consigo la expansión de los glaciares y las edades
    de hielo.

    Hace cuarenta mil años los continentes casi
    habían alcanzado sus posiciones actuales. La India, con
    gran cantidad de germoplasma de Santalaceae representado por los
    géneros Osyris, Scleropyrum, Santalum
    y Exocarpus, choca con el continente euroasiático y
    se forma la cordillera del Himalaya. Las especies de dichos
    géneros se irradian en Asia y Europa. Lo mismo ocurre con
    especies que estaban en Africa hacia el Mediterráneo. El
    resto de especies de los mismos géneros y de otros
    quedaron aislados desde el inicio y a la deriva en territorios
    insulares como Australia, Nueva Caledonia, Tasmania e islas de
    Pacífico entre otras.

    Aspectos de la anatomía de la madera avalan lo
    expresado en la conclusión, a través de los
    resultados de similitudes y de las observaciones
    anatómicas. La mayoría de las leñosas de
    Santalaceae carecen de anillos de crecimiento, siendo este un
    carácter propio de especies oriundas de
    regiones de baja estacionalidad. Este rasgo indica que surgieron
    en una zona continental de ambientes húmedos y temperatura
    cálida sin estaciones marcadas, similar al período
    Cenozoico. Los elementos de conducción tienen caracteres
    de especies adaptadas a ambientes con niveles de CO2 alto.
    Durante este período que se desarrollaron las Santalaceae
    los niveles de CO2 superaban los actuales. La mayoría
    presenta vasos solitarios o escasamente agrupados, de placas de
    perforación simples con contornos circulares, aptos para
    una eficiente circulación de agua, abundante por el efecto
    invernadero. Hay algunas excepciones que presentan vasos
    angulares de diámetros pequeños y agrupados de
    manera dendrítica, rasgos propios de plantas que por su
    ubicación tuvieron que adaptarse a regiones más
    secas o templado-frías. Otro carácter interesante
    es la presencia de traqueidas en todas las especies analizadas
    salvo en Cervantesia tomentosa, y Pyrularia
    edulis y P. pubera. Estas últimas son
    las más evolucionadas y como fuera expresado en los
    párrafos precedentes, las últimas en
    irradiarse.

    Capítulo 4.
    PREOCUPÉMONOS POR EL FUTURO

    ¿La vida continúa después del
    Cambio?

    En primer término es necesario desarrollar una
    breve explicación sobre el crecimiento de las plantas y su
    comportamiento en una atmósfera que se enriquece de
    CO2.

    Las plantas son los elementos básicos de cada
    ecosistema
    terrestre, de ahí que su respuesta a mayores niveles de
    CO2, así como a temperaturas más elevadas y
    alteraciones del nivel de humedad, jugará un papel
    decisivo a la hora de determinar el efecto global del cambio
    climático en la biosfera terrestre.

    Mientras que los estudios del clima no aseguran un
    pronóstico, confirman que los niveles de CO2 serán
    mucho más elevados dentro de aproximadamente medio siglo,
    sin que esto dependa de si las temperaturas globales han subido o
    de cuanto han subido. Aún afirmando que las emisiones se
    mantuviesen en los índices actuales, las concentraciones
    de CO2 en la atmósfera aumentarían pasando del
    nivel actual de 350 ppm a alrededor de 450 ppm hacia el
    año 2050, siendo un aumento de casi el 30%, como se ha
    expuesto. A partir de ahí, los niveles de CO2 posiblemente
    seguirían subiendo en ausencia de reducciones radicales de
    emisiones.

    Las plantas ante esta situación no responden de
    manera uniforme, algunas especies crecen más si hay
    más CO2, mientras que para otras no supone ninguna ventaja
    adicional. Esta disparidad evidencia un posible cambio en la
    Composición y en el funcionamiento de los ecosistemas.
    Además, hay que tener en cuenta que el almacenaje
    adicional del carbono debido a un mayor crecimiento de las
    plantas puede quedar minimizado por muchos factores y, por ende,
    no se puede dar por supuesto.

    Los primeros estudios realizados sobre el mayor
    crecimiento de las plantas en presencia de niveles altos de CO2,
    conocido como fertilización por CO2, llevaron a suponer
    que niveles más altos estimularía un aumento de la
    biomasa e incrementaría así el almacenamiento
    terrestre de carbono. Por supuesto aquí no se pone en duda
    que la fertilización por CO2 es un fenómeno que
    funciona aumentando la fotosíntesis. Con suficiente
    cantidad de nutrientes y temperatura óptima, la
    fertilización de CO2 puede mejorar el crecimiento de los
    tejidos y el
    rendimiento agrícola. Por ejemplo, la producción de
    cereales aumenta un tercio cuando las plantas se cultivan con
    niveles altos de CO2. No todas las especies responden de la misma
    manera. Las plantas se dividen en dos grupos de acuerdo con el
    sistema fotosintético que presentan. La mayoría de
    las plantas pertenecen al Sistema C3 y los vegetales modernos que
    aparecieron en el Mioceno forman parte del Sistema C4. Estas
    últimas gracias al sistema C4 tienen ventajas para cuando
    los niveles de CO2 son bajos en un medio cálido y seco. La
    intensidad de la fotosíntesis es estrechamente dependiente
    de la cantidad de CO2 a disposición de los organismos. Las
    plantas fotosintéticas, desarrollándose en un medio
    puramente mineral, se aprovisionan de energía gracias a
    sus aparatos fotorreceptores; éstos posibilitan la
    transformación de la energía lumínica
    captada en energía química, almacenándola en
    las moléculas de Adenosina trifosfato (ATP) originadas por
    la fosforilación. Las reacciones luminosas suministran
    igualmente los coenzimas reducidos necesarios para la
    incorporación del CO2 indiscutiblemente en las
    moléculas glucídicas, pero además en los
    esqueletos carbonados de los aminoácidos o los lípidos.
    De esta forma la planta verde no depende en absoluto del resto de
    la Biosfera para su nutrición en carbono
    ni energía. El 95% son plantas del Sistema C3 siendo las
    que mejor perfomance tienen. En este grupo están
    incluidas la mayoría de las especies agrícola y
    casi todos los árboles. El otro grupo de plantas llamadas
    C4, no responden tan bien al aumento de CO2. El maíz, el
    mijo y la caña de azúcar
    pertenecen a este grupo, al igual que otro tipo de plantas
    típicas de zonas tropicales, calurosas y secas.

    Sea como fuere, la respuesta de las plantas depende en
    gran medida de las condiciones ambientales. En escenarios
    naturales, los niveles altos de CO2 tienen menos efectos en el
    crecimiento de las plantas que otros factores como la luz y la
    facilidad de acceso a los nutrientes. También hay que
    tener en cuenta que la competitividad
    y el nicho ecológico sumado a otros factores
    bióticos y abióticos pueden actuar como un
    freno en el crecimiento de las especies.

    Aunque no se ha estudiado demasiado sobre la respuesta
    de los bosques naturales a niveles altos de CO2, no hay
    razón alguna para creer que haya crecimiento neto en los
    ecosistemas forestales. Respecto al comportamiento de las
    plantaciones sería interesante intensificar las investigaciones
    con el objetivo de conocer su comportamiento en condiciones de
    manejo que favorezcan el proceso de fijación de
    carbono.

    El lado positivo es que, al parecer, el aumento de CO2
    mejora la utilización que la planta hace del agua y de los
    nutrientes. Las hojas pierden menos agua y crecen con fuerza los
    organismos del suelo fijadores de nitrógeno, como las
    micorrizas. Por tal motivo, las plantas que crecen en terrenos
    poco fértiles son capaces de mejorar la absorción
    de nutrientes.

    El potencial del ecosistema de un bosque para almacenar
    carbono durante un largo período depende en gran medida de
    su capacidad para soportar embates del medio ambiente, debido a
    esto, el aumento de CO2 podría ser un elemento que
    contribuya de forma importante al sumidero terrestre de
    carbono.

    Respecto al aparente aumento de biomasa registrado en
    algunos bosques templados durante las últimas
    décadas, como ha sucedido en la Argentina, se piensa que
    se produjo por una combinación de factores, entre ellos el
    abandono de la explotación de las tierras deforestadas y
    su posterior recuperación natural, temperaturas más
    altas, y fertilización por CO2 y Nitrógeno. El
    crecimiento puede disminuir a medida que entran en juego el
    acceso a nutrientes y el competir por el espacio.

    ¿El cambio climático es el fin de la
    especie Homo sapiens?

    Si el Hombre no cambia culturalmente debemos considerar
    que es muy probable y con ello desaparecería la
    única especie de la Tierra que tiene conocimiento del
    Tiempo. La evolución seguirá y nuevas especies
    surgirán y los ecosistemas se adaptarán a
    condiciones de cambios de temperatura y humedad que antes
    también sucedieron. Por supuesto que hay remedios para
    evitar el mal.

    ¿Qué cambios podrían evitar El
    Cambio?

    Desde que la comunidad
    científica alarmó al mundo sobre una eminente
    alteración del sistema climático mundial, por
    acumulación en la atmósfera de GEIs representados
    por la unidad de CO2, cuya presencia estaba relacionada con
    actividad antrópica, diversas acciones a nivel
    internacional se han realizado y se están generando para
    enfrentar el problema.

    La primera acción concreta, fue crear una
    organización (1988) de carácter
    mundial para estudiar el problema y proponer acciones de
    mitigación, la que tomó el nombre de Panel
    Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), y
    contó con la representación de más de 100
    países. Como resultado se formuló un tratado
    mundial para hacer frente al problema de cambio climático,
    el que fue adoptado el 9 de mayo de 1992 por las Naciones Unidas
    como Convención Marco sobre Cambio Climático (CMCC)
    (ver APÉNDICE I). Este tratado que establece compromisos y
    acciones para mitigar y enfrentar el cambio climático del
    planeta, ya ha sido ratificado por la mayoría de los
    países del mundo.

    Un hito importante se dio en la Conferencia de
    las Partes de la Convención de 1997 en Kyoto (COP3), donde
    se establecieron nuevas obligaciones y
    plazos para los países industrializados (ver
    APÉNDICE II), principales responsables de emisiones GEIs y
    fuentes de
    emisiones, quienes se comprometieron en reducir las emisiones
    sobre una canasta de GEIs, en un poco más de 5% en
    promedio respecto de los niveles de 1990, para el período
    entre 2008-2012.

    Sin embargo y además de fijar compromisos de
    reducción, el Protocolo de Kyoto establece mecanismos
    flexibles para compensar emisiones de estos mismos países
    por la vía de:

    • Compromiso conjunto ("burbujas"): utilizada por
      miembros como la Unión
      Europea para redistribuir el peso de reducir las emisiones
      (Artículo 4 del protocolo de Kyoto llamado de
      Cumplimiento Conjunto de las Partes Anexo 1).
    • Desarrollo de proyectos entre
      países industrializados con compromisos de
      reducción de emisiones y países en vías de
      desarrollo (Artículo 12 del Protocolo de Kyoto llamado
      mecanismo de Desarrollo Limpio).
    • Compromiso de emisiones entre países Anexo B
      un país con emisiones menores a sus objetivos
      puede intercambiar su "exceso" de reducción con otro
      país industrializado (Artículo 6 del protocolo de
      Kyoto llamado de Implementación Conjunta).

    La implementación conjunta indicada en los
    párrafos precedentes para compensar emisiones consiste en
    acuerdos por medio de los cuales una entidad en un país
    cumple parcialmente su cometido de reducir los niveles de GEIs,
    compensando algunas de sus emisiones domésticas con
    proyectos de mitigación que financia en otros
    países. Por lo expresado, las entidades emisoras de CO2 de
    países desarrollados con altos costos de reducción
    de emisiones pueden, a costos más bajos, alcanzar sus
    porcentuales de reducción. Este tipo de arreglos
    internacionales es posible debido a que las acciones eficaces
    dirigidas a disminuir los GEIs tendrán el mismo impacto
    sobre la capacidad de la atmósfera para atrapar el calor,
    independientemente de dónde estén la fuente y el
    sumidero de carbono.

    El concepto de
    implementación conjunta deriva del: Artículo 3.3 de
    la Convención Marco de Cambio Climático (CMCC).
    "Los esfuerzos dirigidos al cambio climático pueden
    llevarse a cabo de manera conjunta entre las Partes interesadas",
    y del Artículo 4.2(a) de la CMCC "Los países
    industrializados pueden implementar políticas y medidas
    (que limitan sus emisiones antropogénicas de GEIs)
    conjuntamente con otras Partes y pueden asistir a las otras
    partes a alcanzar el objetivo de la
    Convención".

    La Decisión de Berlín (COP 1/1995)
    estableció las características esenciales que deben
    reunir todos los proyectos:

    • Tener consistencia con las prioridades nacionales de
      desarrollo.
    • Contar con el respaldo de los gobiernos
      participantes.
    • Alcanzar reducciones de emisiones cuantificables que
      no hubieran ocurrido sino por la actividad.
    • Ser financiado por fuentes adicionales a la actual
      asistencia oficial para el desarrollo.
    • Estos mecanismos son considerados como formas de
      cooperación para la implementación de las
      obligaciones del Protocolo.

    Cooperación entre los países del Anexo
    1

    La implementación conjunta, prevista en el
    Artículo 6 del Protocolo autoriza a dichos países,
    a los efectos de cumplir los compromisos contraídos en
    virtud del Artículo 3, a transferir a cualquier otra de
    esas Partes, o adquirir de ella, las unidades de reducción
    de emisiones resultantes de proyectos encaminados a reducir las
    emisiones antropogénicas de GEIs. Se permite que las
    partes autoricen a personas jurídicas a que participen,
    bajo la responsabilidad del país que las propone,
    en acciones conducentes a la generación, transferencia o
    adquisición de unidades de reducción de emisiones
    efectuadas de conformidad con este artículo.

    El mecanismo de comercialización de derecho de
    emisión, establecido en el Artículo 17 del
    protocolo, también con carácter suplementario del
    cumplimiento en su propio territorio de los compromisos asumidos
    por parte de los países del Anexo 1, a disposición
    únicamente de ellos, y respecto del cual la COP
    deberá definir los principios,
    modalidades, reglas y lineamientos relevantes, en especial, para
    la verificación, la presentación de informes y la
    rendición de cuentas.

    Cooperación entre los países del Anexo
    1 y los países en vías de
    desarrollo:

    El Mecanismo de Desarrollo Limpio establecido en el
    Artículo 12 del Protocolo de Kyoto, que se aplica a la
    cooperación para la implementación del mismo entre
    los países del Anexo 1 y los países en vías
    de desarrollo, se basa en proyectos que tengan por objeto
    reducciones certificadas de emisiones, sujeta al principio de
    suplementariedad (o sea destinada al cumplimiento de una parte de
    los compromisos cuantificados de los países
    desarrollados), de los que podrán participar entidades
    públicas o privadas distintas de los Estados,
    previéndose además, que las reducciones de
    emisiones deben ser adicionales a las que se producirían
    en ausencia de la actividad certificada del proyecto (lo que
    equivale a exigir que la tecnología sea de
    difícil acceso en el mercado).
    Asimismo, el inciso 10 de este Artículo prevé la
    posibilidad de que las reducciones certificadas de emisiones que
    puedan obtenerse en el período de comprendido entre el
    año 2000 y el primer período de compromiso
    podrán utilizarse para contribuir al cumplimiento
    mismo.

    El sistema establecido por el Protocolo es un gran
    avance en la dirección de establecer un régimen
    internacional para la consecución del objetivo propuesto
    en el Artículo 2 de la CMCC. Dicho objetivo consiste en
    lograr la estabilización de las concentraciones de GEIs en
    la atmósfera a un nivel que impida interferencias
    antropogénicas peligrosas en el sistema
    climático.

    Capítulo 5. ESPERANDO AL
    MESÍAS

    ¿Quiénes son los
    salvadores?

    A mi juicio los científicos más que
    salvadores somos los nuevos profetas.

    El sistema de negociación internacional representado por
    todas las Naciones está más influenciado por el
    interés económico de las partes que por el bien
    común. Han pasado 10 años de la adopción
    de la Convención Marco de Cambio Climático y se
    avanzó solamente en la instrumentación de las políticas
    internacionales, pero en las acciones en curso estamos aún
    muy por debajo de lo que necesitamos para lograr un inicio de
    solución.

    Por ello, pienso que los salvadores son todos y cada uno
    de los individuos que conformamos esta gran civilización
    globalizada. Para actuar como salvadores de nosotros mismos la
    sociedad debe
    producir un cambio cultural de manera que modifique las conductas
    de consumo y de comportamiento ante los ecosistemas.

    A medida que avanzamos en la lectura del
    libro nos acercamos a las definiciones de los cambios que tenemos
    que hacer para adaptarnos a las vulnerabilidades y mitigar los
    efectos de los GEIs. Las nuevas pautas de conducta tienen que ser
    fundamentadas en la fe a los estudios realizados por los
    científicos. Los modelos
    económicos y las ideologías seguirán
    actuando como los caballeros del Apocalipsis. La falta de una
    cultura de
    cambio ante el Cambio Climático, perpetúa la
    desaparición de la especie humana. Las antinomias parten
    de axiomas ideológicos que ingresan en discusiones
    indefinidas, hasta que falten a la mesa los actores por
    acción del Cambio Climático, que es la finitud de
    ciertas especies como la nuestra y no de todas que seguramente se
    beneficiarán o permitirán evolucionar otros grupos
    taxonómicos.

    ¿Dónde está la
    verdad?

    En realidad es una pregunta que como científico
    trato de responderme desde que tengo uso de razón. La
    incertidumbre me martiriza obligando a mi ser a una
    búsqueda permanente de la verdad oculta detrás de
    nuestras limitaciones sensoriales e intelectuales.
    De lo único que estoy seguro es que la
    verdad en la Tierra tiene varias facetas y cada grupo humano que
    piensa distinto aplica y claudica frente a una de ellas. Es
    común en estos tiempos que vivimos escuchar la
    afirmación: "esta es mi verdad". Ni que hablar de los
    fundamentalismos que consideran que su verdad es la única
    y por tanto las restantes son desequilibrantes de un orden
    supuesto que debe continuar para contener a la verdad. De esta
    manera el Hombre interpreta la realidad y prosigue su destino sin
    más interés que imponer su identidad e
    individualidad por encima del bien común. En el tema
    Cambio Climático existen fundamentalistas, activistas y
    mercenarios que buscan su bien personal a
    través de una corporación que carece de sentido
    común ante la realidad de los GEIs y de las
    profecías que la comunidad científica prevé
    para la humanidad. También existe un gran número de
    personas que están cansadas de las discusiones bizantinas
    entre las corporaciones y que quieren actuar ante el Cambio
    Climático.

    El problema es que no saben cómo pueden hacerlo y
    no conocen de su propio potencial como individuos unidos a luchar
    por una causa común. El próximo capítulo
    está escrito para ellos y el libro está dedicado a
    todos los hombres de buena voluntad que aman a su prójimo
    como a ellos mismos.

    Capítulo 6.
    LA SALVACIÓN DE LA ESPECIE HUMANA

    Las medidas que cada uno de nosotros deberá
    respetar son esenciales no tan sólo para mitigar la
    situación de los GEIs, sino que nos permiten alcanzar una
    mejor calidad de
    vida. Los patrones de conducta actuales reducen las
    posibilidades de disfrutar las bellezas naturales, el agua y el
    aire puros. Nos hemos obstinado a destruir sin escrúpulos
    pensando en el bien económico momentáneo, estamos
    aniquilando nuestro futuro como especie. Somos sumamente
    individualistas y todo lo malo que hacemos lo escondemos con
    fundamentaciones perversas. Los residuos no los vemos pero
    están, la pobreza la
    marginamos pero está, la industria
    contamina pero no lo percibimos, y así podría
    seguir numerando conductas que disfrazan la realidad y producen
    un efecto negativo para nuestra salvación. Lo único
    que hacemos es mejorar las tecnologías para ocultar los
    impactos debajo de la alfombra. Supongamos que en nuestros
    hogares actuáramos de la misma manera, quedaría
    inhabitable en muy corto tiempo. Para que esto no ocurra debemos
    cambiar nuestros hábitos de conducta o sea tenemos que
    recrear una nueva cultura. Para ello propongo trasladar nuestra
    cultura hogareña hacia nuestros ecosistemas urbanos y
    naturales. Las medidas que propongo en este gran capítulo
    son prácticas, fáciles de llevar a cabo y
    están acompañadas de metodologías que he
    recopilado y creado para tal fin.

    1. Conservación de la naturaleza.
    2. Mitigación.
    3. Ordenamiento forestal y agropecuario.
    4. Aprovechamiento de los residuos.
    5. Tecnologías limpias.
    6. Energías limpias.
    1. Existen diversas definiciones propuestas por la
      ecología sobre conservación de
      la naturaleza, que deseo que conozcan.

      Una posición radical afirma que "cualquier
      intervención humana sobre la naturaleza, incluso con
      buenas intenciones, raramente puede conciliarse con la idea
      de una conservación estricta". "La conservación
      genuina prohíbe cualquier tipo de interferencia", "la
      conservación requiere no interferir en absoluto con la
      naturaleza, incluso abstenerse de protegerla". Las
      apreciaciones expuestas son verdad y nadie podría
      negarlas. Ahora bien, el Hombre como especie está
      inmerso en los ecosistemas e interactúa produciendo
      cambios. Nuestra especie comparte con el resto de los seres
      vivos una evolución biológica, pero es la
      única que ha podido desarrollar una evolución
      cultural. Justamente esta evolución cultural trajo
      consigo un deterioro de las condiciones ambientales que
      debemos corregir y por ende no podemos continuar actuando de
      la misma forma. Lógicamente que la acción
      definida como conservación es clara y precisa: los
      ecosistemas prístinos pueden ser dejados de esa manera
      y para ello debemos aumentar a nivel mundial las áreas
      de Reservas. Los mecanismos para lograr dicho objetivo son la
      elegibilidad democrática de planes de gobierno
      que garanticen el aumento del presupuesto para la creación de
      reservas y la decisión de los dueños de la
      tierras en preservar un porcentaje que permita mantener la
      biodiversidad a perpetuidad. Así conservaríamos
      la fauna, la
      flora, el agua, el suelo y el carbono atrapado en la
      vegetación como biomasa y en el suelo como materia
      orgánica (ver Cuadro 3).

      CUADRO 3

      Formaciones
      vegetales

      Superficie terrestre
      (km2)

      C fijado
      (toneladas/km2)

      C total fijado

      (toneladas/año)

      Bosques

      44 x
      106

      250

      11 x
      109

      Tierras cultivadas

      27 x
      106

      149

      4,3 x
      109

      Praderas

      31 x
      106

      43

      1,1 x
      109

      Desiertos

      47 x
      106

      7

      0,2 x
      109

      Cubierta de vegetales
      terrestres

      149 x
      106

       

      16,6 x
      109

      Cubierta de vegetales
      marinos

      361 x
      106

      46

      16.6 x
      109

      Total

       

       

      33.2 x
      109

      Fuente: Mazliak Paul, 1976

      El hombre común también puede hacer
      mucho para la conservación a través de la
      plantación de especies leñosas. El plantar
      árboles en sus casas, o en lugares públicos,
      plazas, a la vera de los caminos, o en las veredas del
      barrio, permite aumentar la captura de carbono. Lo que les
      propongo es un cambio de conducta que sumado en todo el mundo
      contaría con millones de voluntarios actuando
      día a día por el cambio. Con el objeto de
      ayudarlos a comprender lo efectivo de dicha medida les
      manifiesto el siguiente cálculo:

      Supongamos que una persona tiene
      un terreno de 1 hectárea (ha) y desea colaborar con el
      desarrollo sustentable y con la mitigación, para lo
      cual desea desarrollar una plantación forestal.
      Tomemos como línea de base o sea la cantidad de
      carbono que existe en la hectárea sin realizar el
      proyecto (Nivel de Carbono en escenario base)= 5
      tC/ha/año
      , constante. Dependiendo de la especie
      que plantemos podemos obtener distintos niveles de captura de
      carbono (Fijación de carbono promedio):
      Eucalipto
      = 19 t x 0,5 x 3,67 x 1,25= 43,58 t
      CO2/ha/año (11,87 t C); Pino
      = 11 t x
      0,5 x 3,67 x 1,25= 25,23 t CO2/ha/año
      (6,87 t C); Alamo
      = 18 t x 0,5 x 3.67 x 1.25= 41,28 t
      CO2/ha/año (11,24 t C)
      (Norverto, C.A.,
      2002). Para tal cálculo se utilizaron los
      siguientes coeficientes:

      0,5: es el 50% de carbono que hay en las cenizas de
      la madera. En referencia al 1,25 es un coeficiente que estima
      por cada gr de C en la madera corresponde 0,25 gr de C en
      raíz, tocon y suelo.

      3,67 es un coeficiente que se usa para pasar de tnC
      a tnCO2 equivalente (responde a la proporción de O2 en
      la molécula de CO2).

      El balance obtenido de captura por cada
      hectárea y por especie sería (Balance):
      Eucalipto
      11,87 t C – 5 t C= 6,87 t C; Pino 6,87 t
      C – 5 t C= 1,87 t C; Alamo 11,24 t C – 5 t C= 6,24
      t C.

      James A. Bailey (1984) definió
      conservación de la naturaleza como un proceso social
      que abarca tanto las actividades profanas como las
      profesionales, que buscan alcanzar un uso adecuado de los
      recursos de la vida silvestre y mantener la productividad
      de sus hábitats.

      Como pueden ver las medidas que propongo son
      inspiradas en la definición de Bailey, porque
      considero que la conservación es un proceso social,
      donde han de participar necesariamente los investigadores
      científicos, pero también los miembros del
      Estado y los simples ciudadanos. La sumatoria de los
      individuos en un objetivo común como puede ser
      aumentar la biomasa arbórea de la Tierra es una
      reconversión de los efectos de los GEIs. Cuanto mayor
      sea la biomasa forestal menor es el CO2 de la
      atmósfera, porque cada árbol actúa como
      una esponja absorbiendo dicho gas y transformándolo
      por medio de la fotosíntesis en madera. Esta medida
      también tiene efectos secundarios tales como:
      preservar las interrelaciones armoniosas existentes entre el
      paisaje y el uso que se hace de él, usar la sombra de
      los árboles, proteger los cursos de agua, evitar la
      erosión y otras.

      Con el objeto de aumentar la conciencia sobre la
      conservación de la naturaleza deseo que complementen
      mis comentarios con la lectura de
      la Carta Mundial
      de la Naturaleza (Resolución 37/7 de la Asamblea
      General de las Naciones Unidas, 28 de octubre 1982) (ver
      APÉNDICE III).

    2. Conservación de la
      Naturaleza
    3. Mitigación y 3) Ordenamiento forestal y
      agropecuario

    Los bosques desempeñan un papel primordial en el
    ciclo global del carbono (C) porque almacenan grandes cantidades
    de este elemento en las plantas y el suelo, intercambian C con la
    atmósfera a través de la fotosíntesis y la
    respiración, son fuente de C atmosférico cuando son
    perturbados por acción antrópica o causas naturales
    (incendios
    forestales, desechos producto de malos sistemas productivos,
    cambio de uso del suelo forestal para ganadería o
    agricultura) y se convierten en sumideros de C
    atmósférico cuando se produce el abandono de
    tierras forestales tras el uso agrícolo-ganadero,
    permitiendo la regeneración del bosque tras las
    perturbaciones producidas (Norverto, C.A., 1997). La
    productividad promedio de la agricultura, medida en unidades
    usadas por los ecólogos (total de materia orgánica
    utilizable por los seres vivos), es substancialmente menor que la
    producción primaria promedio de las comunidades naturales
    que la agricultura ha reemplazado. Las comunidades de plantas
    agrícolas no se cultivan para almacenar grandes cantidades
    de carbono a través de su utilización por el
    hombre. Esto significa que las tierras agrícolas no
    almacenan tanto carbono como los bosques reemplazados por ellas;
    de forma similar, los pastizales dedicados a la agricultura
    tienden a perder materia orgánica del suelo por
    desintegración y a no acumular materia orgánica
    adicional.

    Los bosques implantados, aunque pueden aumentar su
    rendimiento en madera, tienden a disponer, en el tiempo de tala,
    de una reserva menor que los bosques nativos a los que han
    reemplazado. Esto significa que no se repone la reserva de
    carbono estimada para el bosque original. Por tal motivo, la
    sustitución de bosques primarios por bosques secundarios
    cultivados y explotados con el objetivo de obtener madera para
    distintos fines produce un aumento de la emisión, por la
    descomposición del humus del suelo.

    Muchos bosques, de latitudes boreales y tropicales, se
    desarrollan en suelos turbosos u orgánicos que contienen
    grandes cantidades de C. Las turberas anaeróbicas no
    alteradas son sumideros de CO2 y fuentes de CH4. El drenaje de
    estos suelos para mejorar la productividad forestal detiene
    prácticamente las emisiones de CH4, pero inicia unas
    rápidas emisiones de CO2 por descomposición
    aeróbica. El drenaje de los suelos turbosos para el
    establecimiento del bosque puede producir una pérdida de C
    en estos suelos que sobrepasa la cantidad almacenada en el
    bosque, si se descompone una capa de 20 a 30 cm de turba como
    resultado del drenaje (Cannell et al. 1993).

    También las transformaciones de los bosques en
    otros tipos de cubierta del terreno puede afectar al clima debido
    a los cambios del albedo o reflectividad del terreno.

    Asimismo, la destrucción de la biomasa forestal
    por el fuego libera CO2, CO, CH4 óxido nitroso (N2O) y
    otros NOx.

    A los efectos de comprender la importancia del papel
    actual de los bosques en el ciclo global del C es conveniente
    describir cuantitativamente los procesos biogeoquímicos a
    nivel mundial.

    Depósitos de carbono

    En la actualidad, la atmósfera contiene alrededor
    de 700 x 1015 gramos de carbono en forma de CO2 (1Pg=
    1015 gr ó 1000 millones de tn), el cual
    está permanentemente intercambiando con la biota y con las
    aguas superficiales del océano. La cantidad de carbono
    atrapada en la biota es de aproximadamente 800 Pg, o sea 100 Pg
    más que lo que contiene la atmósfera. Una cantidad
    de C mayor de 1000 a 3000 Pg existe en la materia orgánica
    del suelo (principalmente como humus y turba).

    Los bosques de todo el mundo contienen alrededor de 830
    Pg C en su vegetación y suelo, con 1,5 veces más en
    el suelo que en la vegetación.

    Los bosques (tropicales, templados y boreales) contienen
    el 90% de todo el C retenido en la vegetación y
    contribuyen en más de un 60% en la producción neta
    primaria (producción primaria neta es la cantidad neta de
    carbono fijado, o materia orgánica, conseguida por la
    fotosíntesis después de que las necesidades
    respiratorias de la planta han sido cubiertas. Esta es la materia
    orgánica utilizable para el crecimiento de la planta y,
    por consiguiente, para el almacenamiento o para uso por los
    animales y organismos en descomposición). Las sabanas o
    tierras de pastizales aportan un 12% en la producción neta
    primaria, pero solo representa un 3% de la biomasa de carbono.
    Las tierras de cultivo tienen aproximadamente un 8% de la
    producción primaria total neta y menos de 1% del contenido
    de C.

    La cantidad de C contenida en los océanos es
    mucho mayor (40.000 Pg) y se encuentra en gran medida disuelta en
    forma de CO2 formando parte del sistema
    carbónico-carbonatos. La tasa de intercambio entre la
    atmósfera y los océanos es baja, siendo los
    intercambios más rápidos entre la capa superficial
    de los océanos y la atmósfera. Mientras que el
    carbono se desplaza muy lentamente desde la atmósfera a
    las profundidades de los océanos a través de la
    capa de mezcla.

    Flujo del Carbono Neto por Año

    Para hacer un mapa de flujo de transporte
    neto desde un sistema a otro debemos tener en cuenta que
    existe:

    -Emisión de CO2 por la combustión de combustibles fósiles
    que ronda los 5 Pg de C/año.

    -la destrucción de bosques y la acelerada
    oxidación del humus se eliminan alrededor de 9 a13 Pg de
    C/año

    -La atmósfera retiene 2,3 Pg de C/año de
    la emisión anterior. La pregunta a responder es y el
    resto, ¿dónde se almacena?.

    -Los océanos están capacitados para captar
    3Pg de C/año.

    -Los bosques templados y boreales constituyen un
    sumidero neto de C atmosférico de unos 0.7 Pg/año.
    En cambio los bosques tropicales, por acción
    antrópica representan un foco de emisión neta de C
    atmosférico de 1,6 Pg/año.

    Por lo expuesto existe un desequilibrio en el flujo de
    carbono dirigido hacia la atmósfera.

    Capacidad de Sumidero y Depósito de Carbono de
    los Bosques

    Bosques de latitudes elevadas: 278 Pg. de C +
    países nórdicos 10 Pg. El 71% está en el
    suelo. Sumidero de 0,48+/-0,2 Pg/año. La antigua
    Unión Soviética tiene la mayor parte de C (63%) y
    prácticamente toda la capacidad de sumidero. En
    Canadá la capacidad de captura ha venido disminuyendo como
    resultado de las perturbaciones debidas a los aprovechamientos,
    plagas de insectos e incendios (Kurz and Apps, 1996). El efecto
    de mayor perturbación es el aumento de las reservas de
    materia orgánica muerta que se traduce en emisiones
    superiores de C debido a la descomposición subsiguiente de
    este material.

    Bosques de latitudes medias: 120 Pg de C. El 58%
    está en el suelo. Sumidero de C: 0,26 +/-0,1
    Pg/año.

    Bosques de latitudes bajas: 428 Pg C o 52% de las
    reservas de C de todos los bosques del mundo: El C se divide
    aproximadamente por igual entre la vegetación y el suelo.
    Sumidero de C: 1,6+/-0,4 Pg/año.

    Ordenación Forestal: Estrategia de
    Mitigación de los Gases de Efecto
    Invernadero

    Diversos estudios científicos sugieren que existe
    potencial para manejar los bosques con el fin de conservar y
    captar el carbono (C) para mitigar las emisiones de
    dióxido de carbono (CO2) en una cantidad equivalente al 11
    ó 15% de las emisiones de combustibles fósiles
    durante el mismo período de tiempo (George M. Woodwell,
    1978; Sandra Brown et al. 1996). Para lograr tal fin es
    imprescindible adoptar un sistema de ordenación forestal
    que conserve y capte el C no sólo para el desarrollo
    sustentable sino también para evitar que los bosques se
    conviertan en el futuro en una fuente neta importante de CO2 a la
    atmósfera y contribuyan al cambio
    climático.

    Metodología recomendada

    Los bosques pueden ordenarse para reducir las
    concentraciones atmosféricas de CO2 mitigando con ello el
    cambio climático. Los principales objetivos de la
    ordenación forestal incluyen: producción de
    madera industrial y de leña, usos forestales
    tradicionales, protección de los recursos
    naturales (biodiversidad, agua y suelo), recreación, rehabilitación de
    tierras deterioradas y otros
    . Los sistemas de
    ordenación forestal que atienden los objetivos mencionados
    en el párrafo anterior pueden agruparse en tres
    categorías basadas en la forma que se limitara la tasa de
    incremento del CO2 atmosférico (Brown, S. et al.,
    1996):

    • ordenación para la conservación del
      C: el objetivo es evitar las emisiones de C a la
      atmósfera mediante el control de
      la deforestación, la protección del bosque en
      reservas, el cambio de regímenes de aprovechamiento, y
      el control de otras perturbaciones antrópicas como los
      incendios y plagas.
    • almacenamiento del C: la finalidad es aumentar
      la cantidad de C en la vegetación y el suelo de los
      bosques mediante el aumento de la superficie y/o del C de la
      biomasa de los bosques naturales y de plantación, e
      incrementar el almacenamiento en productos
      madereros duraderos. El incremento de las reservas de C en la
      vegetación y el suelo puede cumplirse mediante la
      protección de los bosques secundarios y otros bosques
      degradados cuyas densidades de C en la biomasa y el suelo son
      inferiores a su valor máximo y haciendo posible que
      estos bosques capten el C mediante regeneración natural
      o artificial y el enriquecimiento del suelo. Otro método
      es establecer plantaciones en terrenos desarbolados, fomentar
      la regeneración natural asistida de los bosques
      secundarios, seguida de protección, o el incremento de
      la cubierta arbolada en terrenos agrícolas o pastizales
      mediante la agrosilvicultura.
    • sustitución del C: pretende incrementar
      la transferencia de C de la biomasa forestal en productos
      (materiales
      de construcción, biocombustibles) en lugar
      de utilizar energía y productos basados en combustibles
      fósiles y productos basados en el cemento. La
      ordenación de sustitución tiene el máximo
      potencial de mitigación a largo plazo siendo mayor de 50
      años (Marland and Marland, 1992). Este método
      incluye la ampliación del uso de los bosques para
      productos madereros y combustibles obtenidos ya sea mediante el
      establecimiento de nuevos bosques o plantaciones o mediante el
      incremento de crecimiento de los bosques existentes mediante
      tratamientos silvícolas (Brown et al., 1996). En el caso
      de los bosques establecidos en terrenos no arbolados para
      productos energéticos como la leña, se produce no
      solo un incremento en la cantidad de C almacenado en el terreno
      sino que la madera quemada como combustible sustituye el uso de
      combustibles fósiles, lo que crea una tasa efectiva de
      captación de C en los combustibles fósiles no
      quemados. En períodos prolongados de tiempo, la
      situación de combustibles fósiles ya sea
      directamente o mediante la producción intensiva de
      productos madereros de bajo nivel energético,
      será probablemente más eficaz para reducir las
      emisiones de C que el almacenamiento físico de C en los
      bosques o en los productos forestales.

    Medición de carbono en bosques nativos y
    cultivados

    El presente ítem tiene por objeto aportar una
    metodología ecoeficiente para la medición de carbono en los sumideros
    forestales (bosques nativos e implantados) (Norverto, C.A. 2002 y
    2003).

    Al hacer un estudio de las metodologías que se
    están practicando en referencia al recuento de carbono en
    biomasas forestales se pueden observar aspectos negativos que
    hacen poco viable su aplicación. Por un lado los costos
    elevados en los procedimientos y
    por otro la pérdida de biodiversidad que
    ocasionan.

    Las actuales metodologías utilizan las técnicas
    de análisis dimensional de Whittaker, R.H. y G. M.
    Woodwell (1968), que requieren de la obtención de datos de
    biomasa trozando ejemplares de distintos diámetros a la
    altura de pecho (DAP), con lo cual establecen pérdidas de
    individuos de la población arbórea en un
    número considerable y producen cambios estructurales en
    las parcelas de muestreo, que
    impiden posteriores monitoreos. Asimismo, las metodologías
    actuales, con el objeto de asegurar un recuento de carbono
    elevado tratan de cuantificar ramas y hojas, que podrían
    perfectamente ser no consideradas ya que son una captura de CO2
    que beneficia a los procesos biogeoquímicos. El grado de
    incertidumbre en este último aspecto resulta alto y
    sería mejor contabilizarlo con un coeficiente constante
    que tenga en cuenta la media aritmética del rango
    mínimo y máximo, previsto en las mediciones
    experimentales desarrolladas hasta la fecha sobre diversas
    especies en todo el orbe (IPCC, 2003). Asimismo, el Órgano
    Subsidiario de Asesoramiento Científico y
    Tecnológico (SBSTA) recomienda a las partes utilizar los
    factores de emisión y los datos de actividad nacionales si
    se desarrollan de manera compatible con la orientación
    sobre las buenas prácticas (FCCC/SBSTA/2002/2). La
    variación del número de ramas por individuos de la
    especie, los cambios de biomasa estacionales en lo que respecta a
    las hojas y las diferencias que existen en las dinámicas
    del ciclo de la materia hacen de esta captura de carbono
    difícil de ser medida y aún más, de ser
    monitoreada. Si fuera una fuente de emisión no
    podría ser dejada de medir, pero al ser una captura de
    CO2, puede dejarse de estimar por las dificultades
    expuestas.

    Los cálculos de carbono propuestos en este
    trabajo son eficientes por la sencillez de su obtención y
    sustentables por no producir deterioro de las especies forestales
    y del ecosistema al tomar las muestras.

    En el trabajo los
    cálculos de conversión de biomasa están
    representados en unidad de carbono secuestrado. De acuerdo con la
    Convención Marco para el Cambio Climático (CMCC)
    tendrán que ser expresados en CO2e

    Metodologías de muestreo y
    cálculo

    1. ECOREGIONES

    La CMCC es una oportunidad para trabajar en el
    desarrollo sustentable de los recursos forestales. El calcular la
    línea de base y monitorear el balance de carbono de los
    ecosistemas forestales permitirá conservar la
    biodiversidad y reducirá la deforestación. Los
    cálculos de carbono y monitoreo son de difícil
    resolución en ciertos ecosistemas (bosques
    heterogéneos) a diferencia de los bosques
    homogéneos.

    A modo de ejemplo se ha analizado la Provincia de las
    Yungas (ver ANEXO III). La elevada biodiversidad y el grado de
    variabilidad de las asociaciones vegetales demuestra las
    dificultades para poder elaborar líneas de base o inventarios de
    carbono en ciertos ecosistemas. También surgen
    dificultades por la falta de información que existe, lo
    que dificulta aún más su evaluación. Por tal motivo y frente a la
    imposibilidad de poder lograr dicho conocimiento es que el autor
    elaboró la presente metodología de muestreo y
    cálculo.

    Aún así, las condiciones actuales de estos
    ecosistemas merecen ser manejados sustentablemente y es por ello
    que se recomienda un ordenamiento territorial en áreas
    complejas, como Yungas, permitiendo un cambio del uso sustentable
    de los suelos que favorezca el balance de carbono, evite la
    deforestación, la pérdida de biodiversidad y la
    desertificación. Las problemáticas de Yungas son
    diversas pero para tener una idea de lo expresado en los
    párrafos anteriores se puede decir que:

    • El Distrito de las Selvas de Transición de la
      Provincia de las Yungas (Selva de "palo blanco" y "palo
      amarillo"; Selva de "tipa" y "pacará"; bosques
      ribereños de "tusca" y "Bosquecillos marginales") se
      halla muy alterado por la acción antropógena que
      va destruyendo paulatinamente la vegetación
      prístina y suplantándola por cultivos. De estos
      el más importante es la caña de azúcar
      (Saccharum officinarum). También es muy
      importante el cultivo de tabaco
      (Nicotiana tabacum), principalmente en Salta y Jujuy.
      Además se cultivan diversas hortalizas como porotos
      (Phaseolus vulgaris y especies afines); tomate
      (Lycopersicum esculentum), ají (Capsicum
      annuum
      ) y garbanzo (Cicer arietinum).
    • También hay una elevada extensión
      dedicada al cultivo de frutales , principalmente de
      Citrus, banana (Musa paradisiaca), y palta
      (Persea americana). En algunas zonas la selva ha sido
      sustituida por bosques de eucalipto.

    – Las selvas Montanas de las Yungas se explotan por la
    madera de las especies de Cedrela, Tabebuia, Amburana
    cearensis
    y varias otras, alterándose la
    composición de la selva al eliminar determinados
    elementos. En algunas zonas se está sustituyendo la
    selva montana prístina por plantaciones diversas de
    pinos cuya madera se utiliza en la fabricación de
    papel.

    2- PARCELA

    Los muestreos serán del tipo circulares de
    diámetro 11,28 m con una superficie de 400 m2 (ver Anexo
    I) . La toma de muestra en la
    parcela se describe a continuación (ver ANEXO
    II).(Bastienne Schlegel, Jorge et al. 2000 y 2001).

    2.a DEPÓSITO I (Biomasa viva)

    • Árboles de DAP < 5 cm, arbustos y
      herbáceas

    Muestras y mediciones

    Objetivos:

    – Determinar el peso húmedo de los tallos
    leñosos de <5 cm de diámetro a la altura de
    pecho (DAP) y del sotobosque

    – Analizar contenido de humedad

    Metodología:

    El tamaño de parcela para el muestreo de tallos
    leñosos <5 cm DAP debe ser de 100 m2 y para el
    sotobosque de 1 m2 (ver ANEXO I). Luego de delimitar las parcelas
    se determinan las especies por estrato y se hace el recuento de
    individuos por especie.

    De cada especie de árboles como de arbustos y de
    herbáceas se toma un individuo para
    ser trozado por completo y pesado para averiguar su peso en
    húmedo. Dichas muestras luego de ser pesadas se guardan en
    bolsas rotuladas donde se indica nombre de la especie y
    número de la muestra con el objeto de llevar al laboratorio
    donde se seca en horno a 70º C hasta que el peso permanezca
    constante (peso seco de la muestra).

    Otro dato que se obtiene en laboratorio es la
    proporción de carbono ponderada (factor de
    estimación de carbono).

    Cálculos:

    Para ver esta seccion seleccionar
    "Descargar" del menu superior

    Conclusiones

    Las metodologías propuestas en el presente
    trabajo:

    • no producen pérdida de árboles para el
      cálculo de biomasa,
    • reducen los costos en el proceso de
      elaboración de línea de base y cálculo de
      adicionalidad o elaboración del inventario,
    • facilita el desarrollo de parcelas circulares de
      muestreo en gran escala permitiendo reducir el índice de
      error.
    • permiten realizar muestreos y cálculos en
      regiones de alto grado de biodiversidad.

    También se determina la necesidad de ordenamiento
    territorial en las regiones boscosas a los efectos de tomar
    medidas que eviten la vulnerabilidad y mitiguen los Gases de
    Efecto Invernadero (GEI).

    ANEXOS

    Para ver los anexos seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Capítulo 7.
    CONCLUYAMOS

    Todo tiene un Fin

    Hemos llegado al final del libro y creo que
    cumplí en darles bastante conocimiento actualizado sobre
    el Cambio Climático. Lo importante ahora es aplicarlo a
    partir de la interpretación de la realidad.

    El Hombre es la única especie que tiene
    conciencia del Tiempo en la Tierra. Asimismo, por medio de
    la ciencia el
    Hombre puede extrapolar experiencias y proyectar en el Tiempo
    acontecimientos que podrían suceder siendo la
    incertidumbre nuestro mayor enemigo a vencer. A través del
    libro los invité a explorar el pasado, el presente y el
    futuro de las especies. En tal sentido hice una exposición
    de mi teoría evolutiva de las especies a través de
    la influencia del Cambio Climático. Somos un producto del
    Cambio Climático y estamos adaptados a subsistir en
    ciertas condiciones atmosféricas que están variando
    y que probablemente nuestra esencia es la causa actual de dicho
    cambio. La salvación está en manos de modificar
    nuestra cultura, para lo cual les mostré cómo se
    puede hacer y desarrollé toda una batería
    metodológica que he elaborado y de compromisos para tal
    fin.

    La Salvación está en nosotros y el Tiempo
    nos dará la razón.

    BIBLIOGRAFÍA

    Para ver la bibliografía seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    APÉNDICES

    APÉNDICE I CONVENCIÓN MARCO DE LAS
    NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

    APÉNDICE I I PROTOCOLO DE KYOTO DE LA
    CONVENCIÓN MARCO DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO
    CLIMÁTICO

    APÉNDICE III CARTA MUNDIAL DE LA NATURALEZA
    (RESOLUCIÓN 37/7 DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES
    UNIDAS, 28 DE OCTUBRE 1982) :

    Para ver el apéndice seleccione
    la opción "Descargar" del menú
    superior 

    DEDICATORIA

    A mi esposa Pía que me acompaño y
    ayudó durante estos años y a mis queridos hijos
    Lucia y Santiago que me animaron a continuar con los estudios y
    las investigaciones.

    AUTOR

    El autor Carlos Alejandro NORVERTO se recibió en
    1987 de Profesor de
    Ciencias
    Naturales en el Consejo Superior de Educación
    Católica en Argentina, posteriormente homologó su
    título en España al
    de Licenciado en Ciencias
    Biológicas y en 1993 se diplomó como Especialista
    en Recursos Fitogenéticos en La Escuela Superior
    de Ingenieros Agrónomos en la Universidad
    Politécnica de Madrid,
    España. Por último, en 1999 se graduó de
    Licenciado en Gestión
    Educativa en la Universidad Centro de Altos Estudios de Ciencias
    Exactas de Buenos Aires,
    Argentina. Ha desarrollado estudios de postgrado en la Facultad
    de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires
    y fue becado en dos oportunidades para estudiar e investigar en
    el exterior. Actualmente se dedica a la docencia y ha publicado 2
    libros y
    más de 40 trabajos científicos.

    Obra Inédita Deecho de Autor Nro:
    358001

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