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Luis Buero "Cuando los celos te carcomen"




Enviado por luisbuero



Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Celos patológicos. Y
      celos no patológicos
    3. Profundizando en los
      autores
    4. Celos masculinos y celos
      femeninos
    5. Enfoques desde la
      psicología social
    6. Las voces
      de los que saben (reportajes)
    7. Contexto
      social
    8. Conclusiones
    9. Bibliografia

    TEMÁTICA: LOS CELOS
    EN GENERAL Y EN LA PAREJA EN PARTICULAR

    Los celos que carcomen y que vamos a abordar no son
    aquellos que, en la pareja o en otro tipo de relaciones,
    estén justificados por actitudes
    concretas de los otros.

    No se trata de celos de hijos cuyos padres hagan
    notorias diferencias de trato entre hermanos ni de un miembro de
    la pareja que descubre actitudes engañosas en su
    partenaire, y eventualmente una infidelidad.

    "Los Celos que carcomen" serán los absolutamente
    imaginarios, los que se sufren con la aparición de un
    tercero que interacciona (aunque sea casualmente) con la otra
    parte del vínculo que tememos perder. Es el
    celo-alucinación, el celo alarma, el celo terror a la
    pérdida y al ataque, el celo inseguridad.

    .-
    PRESENTACIÓN:

    ARRANCANDO SI SE PUEDE

    Yo, Luis Buero, pasé muchos años de mi
    vida creyendo que no era celoso, tal vez porque había
    olvidado las peleas que tenía con mi hermano porque mi
    mamá le servía un milímetro de más de
    flan con dulce de leche, o
    porque mi primera novia era tan fea que cuando íbamos de
    camping los lobos encendían fogatas para que ella no se
    acerque.

    Además no existían los colegios mixtos, y
    los grupos de chicos
    de la parroquia también estaban divididos en varones y
    nenas y se reunían en días diferentes, Por lo tanto
    la amistad entre
    el hombre y
    la mujer era algo
    poco común. Las minas eran esos seres extraños y
    hermosos, deseados y temidos en igual intensidad.

    Luego me casé y mi esposa quedó embarazada
    a los pocos meses, ocupándose del hogar y los hijos de
    manera full time, a punto tal que ni al sodero recibía,
    porque vivíamos en un departamento y los sifones los
    recibía la señora del portero.

    Pero a los cuarenta y ocho tuve la feliz idea de armar
    pareja con una chica de veintitrés ( che, ya era mayor de
    edad, la joven, no es estupro para que abran así los ojos,
    y esa sonrisita maliciosa que están esbozando está
    de más!). Igual este trabajo y
    otras experiencias me han cambiado la visión: acabo de
    tener un romance esporádico con una mujer casada cuyo
    marido es harto celoso, pero ella se las ingeniaba para verme
    igual, conformándolo con alguna mentirita. En síntesis,
    el miedo a la pérdida no garantiza que no ocurrirá
    lo que tanto tememos. Pero volviendo a mi
    pendeesposa….

    Supongamos que yo soy 0telo y ella Desdémona, y
    se los narro como un cuento:

    "Otelo conoce a Desdémona, pasean, se
    enamoran.

    Desdémona durante una velada
    romántica en un restaurante con flores y velas, le
    confiesa que siempre quiso conocer un hombre como
    él, y que pasó mucho tiempo
    cambiando de posición la estatuilla de San Antonio
    que guardaba en el placard, para ver si se producía el
    milagro. La joven insiste para que fantasía de él
    se vuelva perfecta: "ay, antes de ti, estaba tan pero tan
    sola…"

    0telo se convence: "para ella soy el Unico",
    y "ella y yo somos Todo".

    Pero de pronto son interrumpidos por la voz de
    un hombre que la requiere desde el radio de su
    celular.

    "Ah, ese es Walter, un amigo con el que nos
    juntamos siempre"
    , aclara sonriendo Desdémona. Y ya en
    su departamento, al regresar de esa cena, ella tiene varios
    mensajes grabados en el contestador. "Ah, son
    Sebastián, Franco y Raulito invitándome al cine, a
    bailar, a hacer un viaje al exterior".
    Mirándolo fijo
    completa el golpe bajo: "si vos mañana estas ocupado
    salgo con alguno de ellos, porque hace un toco que no los
    veo"
    , mientras intenta darle un beso tranquilizador en la
    comisura de los labios.

    ¿ Y todo ese discurso que
    me hizo sobre su tremenda soledad?
    , se pregunta Otelo en
    silencio.

    Ahí se acaba su paz. Si los celos tienen
    que ver inevitablemente con la aparición de un tercero,
    con una piba de hoy tiene para elegir terceros de todos los
    colores.

    Los textos que hemos leído nos
    enseñan que al abandonar el mundo paradisíaco del
    útero, y nacer, adquirimos dos ansiedades básicas
    que nos acompañarán toda la vida: el miedo al
    ataque y el miedo a la pérdida. El niño
    igualmente desarrolla una relación idílica con su
    nuevo objeto de deseo, la madre, de la que él cree que
    forma parte, hasta que descubre que hay otro varón que los
    separa pues tiene más poder que
    él sobre ella: el padre, ese gigante que cada tanto se la
    lleva para la otra pieza, y luego, como si esto fuera poco,
    ¡qué triste sorpresa le regala el destino el
    día que descubre un hermano (otro intruso) prendido de la
    teta de esa amada mujer. Ya sé que mamá
    tenía dos tetas ¡ pero yo quería las dos para
    mi!

    En ese instante, su narcisismo duramente herido
    debería enseñarle que no hay garantías de
    exclusividad, que él no puede dominar las acciones de
    ella y lo que es peor, que no tiene forma de manejar su deseo. Y
    mucho menos puede manejar el destino, la campaña de la
    Selección Argentina de fútbol y las
    decisiones del ministro de economía.

    Pero sobretodo, Otelo descubre que no puede
    evitar que Desdémona en el subte, en el club, en el
    shopping, en un aula, vea de pronto a otro, u otros hombres, y la
    ataca de pronto el temor de que ella al verlo se le derrita su
    cerebro como el
    Perito Moreno y se enamore perdidamente de ese deconocido. Se
    siente vulnerable, excluido., vencido. Necesita urgente
    terapia…..¡o un revólver Magnun 357 y dos
    cuchillos tramontina!!

    Pero ¿cómo curar de una gripe a
    quien vive en el Polo Norte?
    ¿Cómo aminorar el obsesivo pánico
    de Otelo al abandono, si tiene que convivir con una
    Desdémona que defiende el estilo
    "hago lo
    que quiero, cuando, dónde y cómo se me
    canta
    " y le importa un pito lo que le pase
    al Otro?

    Una Desdémona cosmopolita que enciende la
    antorcha de la libertad
    absoluta sin indagar que su propia histeria es la que la lleva a
    tomar y abandonar a los tipos como a muñecos, en la medida
    en que obteniéndolos ya se ha extinguido su deseo. Por lo
    tanto no puede quejarse de los celos que ella misma aviva,
    conscientemente, a fin de que la pareja real, adulta,
    constructora, creadora, no se forme nunca".

    Y ahí termina el cuento, pero lo que en
    mi caso se presenta por tener con ella, almanaques desparejos, en
    otros se explicita por otros motivos. Los celos, desde
    Caín y Abel, existieron siempre y Shakespeare
    escribió 0telo hace quinientos años, sumado al
    hecho de que el cinturón de castidad no lo inventó
    el novio de ninguna modelo de
    Pancho Dotto.

    Pero también creo que los cambios
    producidos en la situación social y económica de
    los últimos veinticinco años (que comenzó
    mucho antes), la inserción de la mujer en los
    ámbitos laborales (que la lleva a tener contacto
    permanente con hombres y a estar siempre elegante, hermosa,
    seductora) y por el contrario el desempleo de
    muchos varones, generan
    hoy más que nunca
    incierta la dicotomía masculino/femenino y provoca una
    nueva dramática en la que cada uno debe aceptar,
    compartir, negociar, respetar espacios, contener y sobre todo,
    amar de veras al otro. 0 de lo contrario celar, envidiar, ser
    voraz, es decir, romper ese vínculo por falta de capacidad
    de recontratar y así seguir siendo uno más del
    ejército de androides, demasiado solos y solas.

    CAPÍTULO UNO

    1.-Introducción

    Celos, envidia, voracidad, trilogía de emociones
    "negativas" que alimentaron la creación de diez
    mandamientos y miles de leyes en todo el
    mundo que ningún poder judicial
    logra que se cumplan finalmente.

    Sentimientos que habitan en el origen de la
    vida, y en la concepción mítica del mundo que
    los propios hombres escribieron en los relatos religiosos y en
    los artísticos. Aún dentro de su oculta
    simbología en nuestro pasado lejano hay un Caín que
    mata a un Abel, o un Yago que induce a 0telo al homicidio a
    través de una calumnia porque desea su puesto, o una
    madrastra que inútilmente pregunta "espejito,
    espejito….¿quién es la más linda del
    reino"? y ante la respuesta que certifica la falta, se instala
    ella la idea de regalar a su rival una manzana
    envenenada.

    Los celos son afectos constitutivos de nuestras
    más pequeñas células
    narcisísticas,
    y no hay ser viviente que en alguno de
    los ámbitos de su existencia no los haya sentido alguna
    vez.

    También se nos revelan los celos como ingrediente
    del amor de pareja
    y se evidencian de las más diversas maneras (instinto de
    posesión, temor a la pérdida, fascinación
    del rival, pulsión de muerte, actos
    de violencia, o
    como espuela para el erotismo en un vínculo).

    Pero fundamentalmente los celos "imaginarios" o
    "alucinatorios" son los generadores de conflictos en
    las parejas, en las familias, en los espacios laborales, y hasta
    en las contiendas políticas.
    Hasta se podría decir que dos gerentes de programación de emisoras competidoras hoy
    mueven el tablero de la grilla de ciclos televisivos para ganar
    el amor del
    público, de manera irrespetuosa hacia esos espectadoras,
    más allá del negocio que los aumentos de ratings
    puedan ocasionar.

    Porque…. en teoría
    buscamos una definición y un origen de los celos, saciamos
    nuestra ignorancia hasta conocer la fibra más
    íntima del monstruo verde de las siete cabezas,
    pero…¿y luego qué? ¿qué hacemos con
    ese saber si no podemos lograr una apropiación
    instrumental que nos ayude a producir un cambio en el
    aquí y ahora?

    A mitigar el sufrimiento del que cela y del que es
    celado.

    El operar sobre los celos es una tarea de aprendizaje, o de
    cómo diría Enrique Pichón Riviere, de
    enseñaje.

    La respuesta obvia es que el problema no está
    solamente en enterarnos qué nos pasa y porqué, sino
    en ver qué podemos hacer con eso. Y cómo podemos
    enfrentarlo a diario con técnicas
    renovadoras, creativas, sorprender al otro y a nosotros mismos
    con recursos que nos
    permitan movilizar esas ansiedades profundas que nos provocan
    navegar aguas turbulentas donde los vínculos corren
    riesgos de
    atorarse en piedras o acantilados. Llegar pues, a través
    de técnicas DE TRABAJO GRUPAL allí donde la palabra
    no puede ser agente de cambio. Porque el cuerpo muchas veces se
    nieta a mentir. Y comprender finalmente que seguimos siendo
    únicos e irrepetibles, justamente como componentes de la
    gran riqueza grupal en acción,
    y no dentro de la ilusión del Todo pasivo y omnipotente
    que alguna vez creímos ser, como parte de una
    fantasía inevitable, pero de corta duración.
    Añorar ser el UNICO es por empezar, no poder entender
    finalmente cuál es nuestra propia situación dentro
    de la corriente vital de la que formamos parte. Y es conectarnos
    con la impotencia de pretender detener y encapsular lo
    incontrolable, el Otro, ahogándonos en ese mar imaginario
    y frustrante.

    Lo grupal, por último, nos provee la
    ilusión de lograr vencer ese UNO formado por el paciente y
    el analista, ese dúo unificado en un animal
    simbólico de ocho patas, madre e hijo indiferenciados,
    trabajando los celos y su herida desde la circulación de
    la energía grupal

    1.1 DEFINIENDO EL
    TÉRMINO

    Celos, del griego zélus del latín
    zélosus, es definido por el diccionario
    como la "sospecha, inquietud, y recelo, de que el ser amado
    haya puesto o ponga su cariño en otro".
    Los celos
    tienen mala prensa, pese a
    ser uno de los sentimientos que nos acompañan desde que
    iniciamos nuestros primeros pasos en la
    Tierra.

    La primera vez que manifestamos celos frente a nuestra
    pareja causamos gracia. Esa mujer o ese hombre comprenden que
    estamos enamorados y toman esta reacción como un signo
    inapelable de nuestro amor, a lo mejor hasta ese momento no
    declarado.

    Claro está que el sentido del humor frente a
    nuestra explosión por celos no le durará toda la
    vida. El celoso acosa, persigue, quiere controlar obsesivamente
    su posesión.

    Si pensamos en el contexto social nos preguntamos:
    ¿los celos son hoy los mismos que los de ayer? ¿los
    de la década del 30, del 50, los de los últimos
    quince años?

    ¿O los celos están "fuera del
    tiempo?

    2- Los CELOS
    y EL ARTE

    Los celos han motivado distintas obras de arte. Una de
    ellas es la referencia que a ellos hace el teatro a
    través del inmortal Shakespeare y su "torturado" moro de
    Venecia.

    Los celos tienen etapas, así como la uva se
    convierte en vino y la oruga en mariposa.

    Otelo plantea en su dramática distintas fases
    para los celos.

    Primero simplemente surgen en 0telo como
    fantasía, ante el temor de perder lo que más ama,
    luego se convierten en una pulsión destructiva cuando Yago
    le miente diciéndole que ha visto el pañuelo de
    ésta en manos de Casio, más tarde asesina a
    Desdémona y finalmente, cuando se entera de la verdad, se
    suicida.

    Otelo en ningún momento duda de Yago, ni imagina
    que éste pudiera estar movido por oscuros intereses para
    contarle lo que vio. Es como si en el fondo de su ser pensara que
    la infidelidad de Desdemona es absolutamente posible, y de alguna
    manera esperada e inevitable, pues 0telo ya ha tenido una
    defraudación anterior, la que provino de su madre. Yago no
    hace más que reavivarle esa sospecha que detrás de
    toda mujer pura existe la ramera lasciva, la cuál se
    corporiza ante sus ojos por el sólo producto
    mágico de sus celos. El celoso pues requiere que su
    fantasía paranoica se concrete. Que su profecía
    terrible se cumpla.

    Pero ¿cómo asesinar al ser que se
    ama?

    2. 1-LOS CELOS Y EL HUMOR DE LA CALLE

    El diccionario de 0telo en el
    2004.

    Lo que un hombre cualquiera le está diciendo a
    Desdémona, cuando le contesta otra cosa. (según
    0telo, obvio, no vayan a pensar que esto es verdad…)

    Lo que dice/lo que significa:

    QUÉ INTELIGENTE QUE SOS!. Me quiero acostar con
    vos!

    CUÁNTO TALENTO TENÉS!. Me quiero acostar
    con vos!

    DE QUÉ SIGNO SOS? Me quiero acostar con
    vos!

    TU MADRE ES ENCANTADORA! Me quiero acostar con
    vos!

    CONTAME TU BIOGRAFIA! Me quiero acostar con
    vos!

    Y SI ESTUDIAMOS JUNTOS? Me quiero costar con
    vos!

    ¿POR ACÁ PASA EL COLECTIVO 60? Me quiero
    acostar con vos!

    ¿HOY ES MIÉRCOLES 7 DE ABRIL? Me quiero
    acostar con vos!

    BUENOS DIAS: me quiero acostar con vos!

    FELICES PASCUAS. Me quiero acostar con vos!

    HOLA., me quiero acostar con vos…!

    3 .-CELOS
    PATOLÓGICOS Y CELOS NO
    PATOLÓGICOS

    ¿En qué radica la diferencia?

    Los celos consisten habitualmente en una
    preocupación por la posible pérdida de una persona amada o
    malestar por la relación real o imaginada que esa persona
    tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos
    prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que
    tengan una relación demasiado íntima con nadie
    más. Pero cuando esos celos están
    acompañados de intensos sentimientos de inseguridad,
    auto-compasión, hostilidad y depresión
    y producen una baja sensible en la calidad de
    vida de los integrantes del vínculo, pueden ser
    destructivos para la relación. Allí
    podríamos estar hablando de celos
    patológicos.

    Las personas con celos patológicos, exigen a su
    pareja que no se implique emocionalmente con otras personas. Ven
    como rival o enemigo potencial a cualquier ser del sexo opuesto
    que se acerque a su pareja (en el caso de heterosexuales) o del
    propio sexo (homosexuales). En ese caso suena la alarma:
    ¡peligro, a mi pareja se le derrite el cerebro y se enamora
    del otro!

    Su pensamiento es
    rígido y dogmático, porque siente que si pierde a
    su pareja esto será terrible e insoportable. De
    allí su característica controladora, vigilante,
    asfixiante, insegura, deprimida en ciertos momentos, agresiva en
    otros y siempre dependiente. Su pacto secreto es: te doy todo
    pero dame todo, si no serás una mala persona y
    tenés que ser castigado/a.

    De allí a un acto de violencia hay un paso. El o
    la que sufre celos patógenos no se imagina la vida sin la
    otra persona, pues piensa que si se separa no conocerá a
    nadie más. Su contrato con el
    otro, como el del bebé recién nacido con la madre,
    fantasmáticamente un vínculo de supervivencia, y
    cuando se suspende la provisión de suministros
    narcisísticos, a través del cariño o la sola
    alarma de que puede perderse al ser amado, genera una defensa
    desesperada de esa persona. Su lema es:

    Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo
    momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para
    vivir. Y tengo que estar atento porque cualquiera en el momento
    menos pensado me la, lo, puede robar.

    La ley del todo o
    nada.

    En las entrevistas
    que se realizamos a prestigiosos terapeutas y que están
    contenidas en el capítulo dos de este trabajo, intentamos
    tres maneras de analizar los celos:

    1. Como un sentimiento o un afecto en si
      mismo.
    2. Definir al portador de los celos, al
      celoso.
    3. Indagar el hombre y sus celos pero en
      situación teniendo en cuenta su contexto social,
      educación, cultura que
      lo atraviesa y además las características propias
      de su pareja en el momento de la puntuación. No todas
      las personas son celosas con todas sus parejas, lo cual
      significa que a veces hay "provocadores/es" conscientes o
      inconscientes de celos, llamados vulgarmente,
      histéricos/as.

    4-
    PROFUNDIZANDO.(los autores fundamentales)

    4.1 ¿ qué dice MELANIE KLEIN sobre
    los celos?

    Habrá sido celoso el marido de Melanie Klein. Su
    biografía
    la presenta como una mujer inquieta que con frecuencia se mudaba
    de ciudad y adquiría un nuevo desafío. No
    sólo realizó técnicas lúdicas en
    terapias infantiles, sino también se ocupó de
    grupos de adolescentes
    con adicciones, ya en
    Estados
    Unidos.

    Para Melanie Klein existe un "Edipo temprano" que
    comienza a desarrollarse en la etapa depresiva del bebé,
    cuando éste percibe a la madre como objeto total, y se ve
    afectado por el fuerte vínculo que descubre entre su madre
    y su padre. Hanna Segal en su libro Introducción a la Obra de Melanie Klein,
    editorial PAIDOS,
    define esta situación afirmando
    que la misma le origina al bebé intensa
    frustración, celos, envidia, fantasea que sus padres
    están casi en coito continuo, y que se dan entre si
    gratificaciones que él, el bebé, desea
    exclusivamente para si.

    Melanie Klein diferencia envidia de celos y
    voracidad.

    Los celos se basan en el anhelo de poseer
    íntegramente al ser amado, al objeto de deseo, y excluir
    todo rival. La relación es triangular y este sentimiento
    es posible a partir de ese momento de la vida en la que el sujeto
    puede reconocer y diferenciar la existencia de objetos y de
    relaciones objetales. En la envidia el deseo es ser uno tan bueno
    como lo es el objeto, y de no poder hacerlo, intentar destruirlo
    para que el dolor que produce la envidia cese. La voracidad en
    cambio es el intento de extracción de todo lo bueno que
    posee el objeto sin medir las consecuencias de ese
    acto.

    Aquí van sus definiciones,
    anotemos:

    Envidia:

    Consiste en colocar impulsos destructivos y partes malas
    dentro del objeto, con el fin de dañarlo, destruirlo y
    controlarlo. Identificación proyectiva destructiva,
    fundamentalmente sobre objetos parciales. Tiene un componente
    libidinal menos intenso que la voracidad y está impregnada
    del instinto de muerte.

    Celos:

    Se basan en la envidia, comprenden una relación
    de al menos dos personas y conciernen principalmente el amor que
    el sujeto siente que le es debido y le

    ha sido quitado o está en peligro de serlo, por
    un rival. Son necesariamente una relación de objeto
    total.

    Melanie Klein señala que al comienzo de la vida
    hay dos fuentes de
    ansiedad:

    la interna estaría dada por el instinto de muerte
    que fundamenta el temor a la aniquilación y la externa,
    que estaría dada por la experiencia al nacer en forma de
    la primera castración y sería la base de las
    angustias posteriores.

    La primera relación objetal que realiza el
    niño es la alimentación y se
    realiza con el pezón de la madre, tanto para los instintos
    de vida como para los de muerte, impulsos que estarían en
    equilibrio
    cuando el bebé está libre de hambre y
    tensión interna. El equilibrio se puede perturbar tanto
    por pulsiones internas como por elementos del medio,
    desencadenando la avidez.

    Cualquier aumento de la avidez fortalece la
    sensación de frustración y paralelamente aumenta la
    intensidad de la agresión, lo que simultáneamente
    incrementa la ansiedad persecutoria y esta aumenta, a su vez la
    avidez, formando un círculo cerrado. Por otro lado, a
    medida que aumenta la gratificación, disminuye la envidia,
    la disminución de la envidia permite mayor
    gratificación y esto a su vez, estimula la
    disminución de la envidia.

    Para Lacan los hombres y las mujeres no se diferencian
    por sí al reconocerse sino que, en tanto seres hablantes,
    son reconocidos, es decir, supone la asunción del propio
    sexo mediante la aceptación del sexo del Otro, más
    allá del encuentro con la diferencia sexual
    anatómica que describió Freud. Se trata
    de la confrontación con la existencia de una
    relación distinta a la castración, una
    posición distinta en el deseo, un estilo distinto en el
    amor, otro goce que no es el goce de uno

    "No sé qué soy" es el síntoma que
    produce la sexuación cuando se trata del reconocimiento
    del sexo pero no en uno sino en el Otro. La otra al acentuar y
    poner en juego su
    feminidad me ayuda a desenfundar mi masculinidad, y
    viceversa.

    5. CELOS
    MASCULINOS Y FEMENINOS

    Freud entendía los celos bien como
    proyección, bien como homosexualidad
    inconsciente, en una gramática de la vida amorosa que se deriva
    del complejo de Edipo. Esto surge de dos ideas de
    Freud:

    la fascinación por el semejante, el rival me
    plantea en algún punto el encuentro conmigo mismo.
    Identificación narcisista con el objeto letal.

    en la situación de celos la persona más
    amada deviene en objeto persecutorio, en perseguidor.

    Según esta hipótesis, los celos masculinos se explican
    por la divergencia situada ahora en el goce de la mujer. Se trata
    del "otro goce" del que ella no sabe nada y que excede el
    inconsciente. Es el desencuentro sin remedio con el hombre, que
    no quiere saber nada por el horror a la
    castración.

    Los celos femeninos en la mujer también provienen
    de su elaboración del complejo de Edipo, para Freud porque
    la verdadera mujer es la que ha abandonado a la madre como objeto
    para orientarse hacia el padre.

    Para Lacan, hay una lógica
    que distribuye las posiciones sexuadas: será hombre a
    condición de tener el falo y no ser el falo, y una mujer
    será el falo, a condición de no tenerlo. Obtiene el
    signo de que lo es a condición de hacerse desear por el
    hombre. Ella al convertirse en el falo se convierte en el objeto
    de deseo, de poder, el objeto que organiza el lenguaje,
    la vida toda. Si el deseo del hombre no le rinde homenaje, si lo
    que el hombre le devuelve es que ni lo tiene ni lo es, ella se
    deslizará por una grieta abierta.

    Un esfuerzo de simetría podría hacer
    suponer que la degradación de la vida erótica
    determina los celos en la mujer. Por el contrario, ellos derivan
    tanto para el hombre como para la mujer, de la propia sexualidad
    femenina. Lo que alimenta el síntoma es la
    dimensión de cómo reconocer eso que habita en el
    Otro.

    Los celos tienen que ver con la posesividad, con aquello
    que se siente como personal y
    privativo, del mismo modo que una persona se relaciona con sus
    tierras, sus propiedades o su ganado. Pero nadie puede sentirse
    celoso de su propiedad
    aunque pueda aplicar en su custodia un celo especial. Se sienten
    celos de las personas, concretamente de aquellas personas que se
    percibe que nos pertenecen como el ganado o la tierra y que
    pueden escapar de nuestra influencia y de nuestro lado para irse
    con un mejor postor. Sobre todo se sienten celos de las parejas,
    unos celos que incluyen lo sexual si se dan entre parejas
    sexuales y también una forma de celos que tiene que ver
    con la obligación de compartir con otros los cuidados de
    una persona muy especial o significativa (celos
    fraternales).

    Freud llamaba a los primeros celos sexuales y a los
    segundos celos infantiles dado que es posible observarlos entre
    hermanos compitiendo entre si por los cuidados de la madre,
    aunque a esta conducta entre
    hermanos se les denomina frecuentemente celos, hoy se interpreta
    como rivalidad agonística, dejando el
    sustantivo celos para uso exclusivo de los celos
    sexuales.

    La naturaleza
    psicopatológica de los celos, desde el punto de vista
    afectivo procede del temor: el temor de perder algo que nos
    pertenece, mientras que desde el punto de vista cognitivo es
    más bien una obligada tarea: el afán o inversión de tiempo o recursos que
    dedicamos para que esto no suceda. De entrada existe una
    diferencia entre los celos femeninos y masculinos, el temor del
    hombre es un temor "hacia los cuernos" o hacia la infidelidad de
    su pareja, mientras que el temor de la mujer es el temor a ser
    abandonada. La infidelidad de la mujer es para el hombre un temor
    atávico que es
    anterior a la ganancia de la confianza y que está asentado
    en la incertidumbre de su transmisión genética,
    mientras que en la mujer que carece por naturaleza de esa duda,
    su temor procede más bien de la posibilidad de ser
    desplazada por otra hembra, no tanto por la infidelidad ocasional
    del marido (que suele ser algo tolerable) sino por la posibilidad
    de que su pareja acabe por dejarla abandonada .

    5.2 PERO QUÉ ES EL AMOR
    ENTONCES?

    Freud, en el capítulo 7 de "Psicología de las
    Masas….."comienza refiriéndose al enamoramiento como
    una investidura de objeto de parte de las pulsiones
    sexuales
    . Pero en cuanto profundiza su análisis llega a la conclusión de
    que ese objeto, el ser "amado" sirve para sustituir un ideal del
    yo propio no alcanzado, y aquí entra en juego el
    narcisismo y con el tiempo, de persistir esta actitud, el
    objeto se vuelve más valioso y grandioso, al llegar a
    poseer todo el amor de sí mismo del yo, y la consecuencia
    natural es el auto-sacrificio de éste.

    El objeto se pone en el lugar del yo o en el lugar
    del ideal del yo.

    ¿No es este motivo suficiente para vivir con
    horror la posibilidad de perder al ser amado?

    Si, pero el verdadero temor a la pérdida solo
    opera en el celoso ante la aparición de la nueva estrella
    de esta obra: el tercero.

    El papá, el hermano, el amigo, el ex novio, el
    compañero de oficina que
    llama, el colega, el jefe. La prima, la secretaria, la alumna, la
    vecinita.

    El tercero incluido….

    Pero el primer herido no es nuestro amor, sino nuestro
    amor propio. ¿0yeron hablar de Narciso?

    5.4. EL MITO DE
    NARCISO

    "Soy NARCISO BELLO, BELDAD DE FAMA INTERNACIONAL, SOY
    TAN HERMOSO QUE A VECES TENGO CELOS DE MI MISMO"…PEPE BIONDI,
    VIENDO A BIONDI. CANAL 13 *1963.

    Según la mitología
    griega, NARCISO era hijo del dios/río CEFISO y de la
    ninfa LIRIOPE. Su drama es haberse enamorado de su propia
    imagen
    reflejada en las aguas y al tratar de abrazarla, se ahoga.
    Narciso es como un bebé enamorado que ve repetir en el
    reflejo de las aguas sus movimientos y sus gestos, se ve en el
    otro, que es él mismo, no oye más que con sus
    ojos.

    "Se suele decir que Narciso se ama a sí mismo.
    Grave error: lo que Narciso ama es su imagen. Por eso se muere al
    caer atrapado por ella" (Guillermo Maci, Somos Un País
    Narcisista, artículo del diario LA NACIÓN,
    9/10/04".).

    Del mismo modo el celoso está enamorado de su
    propia imagen proyectada en el otro, de la que no puede
    prescindir, aparentemente, pues se vuelve parte de su identidad. No
    tiene conciencia real
    de la existencia del Otro como entidad independiente. Pareciera
    querer ser como Saturno, un planeta rodeado de satélites
    que no pueden irse de su lado.

    1. ENFOQUES DESDE
      LA PSICOLOGÍA SOCIAL

    PATOLOGÍA DEL VINCULO

    Enrique Pichón Riviere en su libro Teoría
    del Vínculo afirma que en todo vínculo
    desarrollamos una pauta de conducta que tiende a repetirse
    automáticamente y que está determinada por la
    relación que establecemos con un objeto interno y con otro
    externo. Pero es este vínculo interno, la forma particular
    del yo de relacionarse con la imagen de un objeto colocado dentro
    de uno mismo lo que puede condicionar aspectos externos o
    visibles del sujeto. Estos objetos internos componen su realidad
    psíquica. Ese objeto interno puede volverse perseguidor, y
    puede ser luego reproyectado en el mundo exterior. Los celos
    puede ser una más de las estereotipias de un sujeto, y una
    representación en sus relaciones con el ambiente que
    representa esa forma de víncularse con un objeto interno.
    En el delirio de celos el sujeto trata de controlar el
    objeto
    Define Pichón Riviere en la misma obra, pero
    aún bajo su supuesto control siempre
    teme que mentalmente el objeto establezca contacto con otro
    objeto
    . El tercero está siempre actuando en esta
    alucinación y la tarea terapéutica sería
    revelar al sujeto esta particular relación que tiene con
    un objeto interno perseguidor, desde cuando y
    porqué.

    APRENDIZAJE

    Significa salir de la estereotipia, superando la
    resistencia al
    cambio. En el celoso se ponen un juego un cúmulo de
    ansiedades básicas contenidas en los miedos al ataque de
    un rival y a la pérdida del objeto de deseo.

    El aprendizaje consiste en trabajar el desapego y
    aceptar que el objeto de deseo puede "perderse" y él
    seguir viviendo y estableciendo nuevos
    vínculos.

    ROLES

    Se dan el del celoso, el objeto de deseo y el rival, que
    a veces funciona como mediador (como motor pulsional
    del deseo del sujeto celoso).

    En una pareja con dificultades en el vínculo que
    los une, para el celoso/a el tercero/a que aparece como rival se
    convierte en chivo expiatorio (la pareja se disuelve, para
    èl por la aparición del amante) haciéndolo
    depositario de los aspectos no tolerados por él. A veces
    son los límites,
    las cosas que no puede, las dificultades, las torpezas, las
    propias inseguridades.

    Para el o la integrante del vínculo que se
    "engancha" con el tercero, ve a este como el portavoz, el que
    hace evidente el proceso que
    subyace en la pareja.

    COMUNICACIÓN

    1)El celoso emite y recibe los mensajes contaminados por
    el ruido de su
    fantasía, que puede fortalecer o destruir el
    vínculo, según el nivel de celos del
    sujeto.

    Enrique Pichón Riviere afirmaba que "el
    malentendido surge del sobreentendido, del supuesto del que el
    otro maneja y dispone del mismo código,
    asì uno sobrentiende que le otro entiende y el otro
    sobrentiende que uno entiende". Asimismo Pichón califica
    al malentendido como inevitable.

    2) Segùn Coco Andel (psicólogo social y
    psicodramatista) " en un mensaje concreto
    podemos distinguir dos significados, uno denotativo (lo que
    aparece en el diccionario) y el otro connotativo (que es el surge
    cuando se le adiciona un significado emocional).

    Por ej. : cuando el celoso/a tiene una pareja con
    actitudes histéricas (contar piropos recibidos, supuestas
    insinuaciones de un tercero) estos relatos avivan
    innecesariamente sus celos. Aparentemente sólo le cuenta
    un hecho, pero lo que está haciendo es incentivar la
    fantasía del celoso.

    Contenido y relación : el nivel de contenido
    tiene que ver con el mensaje explícito y el nivel de
    relación apunta al vínculo. Uno de los axiomas de
    la
    comunicación (Watzlawick) afirma que toda comunicación tiene un aspecto de contenido
    y un aspecto relacional, tales que el segundo clasifica al
    primero, y es por ende una meta-comunicación.

    3) Sandra Rosembaum, sociòloga, escribe en su
    trabajo Comunicación II, " la comunicación no
    sólo transmite información sino que impone conductas,
    porque el objetivo es
    producir una respuesta. Entonces, al mismo tiempo estamos
    diciendo que la comunicación impone un compromiso
    –hay algo que se espera del otro- y, por ende, define una
    relación."

    En los celos motores el objeto
    de deseo dice: "hay otro".

    El celoso escucha:" hay un rival".

    Los celos se convierten en un motor pulsional y el
    celoso trata de mejorar el vínculo.

    En los celos destructivos el mensaje es el mismo, pero
    el celoso espera como respuesta que le certifiquen que es el
    único, adoptando una conducta obsesiva y produciendo la
    ruptura del vínculo.

    TRANSFERENCIA:

    Originalmente Freud utilizó el término
    transferencia para describir uno de los aspectos posibles que
    configuran la compleja relación entre un paciente y su
    analista. Este trasladar los pormenores de un vínculo
    pasado a uno presente puede darse también en el
    ámbito grupal, cuando un integrante hace el desplazamiento
    de un afecto de una representación a otra (generalmente un
    vínculo infantil sobre la figura del
    coordinador).

    Para Freud, lo que revive en la transferencia es la
    relación del sujeto con figuras paternales. Y sobre todo
    reedita la ambivalencia pulsional que caracteriza dicha
    relación.

    Puede ser que transfiera sentimientos de amor o de
    odio,.

    El celoso transfiere sobre el tercero, el que él
    siente como rival, la figura de la imago parental que
    trató de interferir en su relación
    simbiótica con la madre.

    Para Pichon Riviere, en la transferencia hay una
    adjudicación de roples inscriptos en el mundo interno de
    cada sujeto. En lo grupal se da a través de la
    actualización del pasado y el desplazamiento de ese
    vínculo anterior sobre la figura del coordinador. La
    transferencia debe ser entendida como la manifestación de
    sentimientos inconscientes que apuntan a la reproducción estereotipada de
    situaciones.

    DIALÈCTICA

    En el tema de los celos radica en aceptar la existencia
    del tercero, (el padre, los hermanos), como así
    también el permanente cambio del sujeto, que va pasando
    por distintas etapas y formas de establecer sus vínculos,
    que también, se modifican.

    También es la puerta abierta al cambio
    consciente, trabajado, del celoso, la esperanza de que puede
    abandonar ese rol si se lo propone. Eso lo logrará a
    partir del momento en que se hace cargo de sus propias falencias
    en lugar de proyectarlas en el rival, y comienza a
    elaborarlas.

    GRUPOS

    Según Melanie Klein cuando el bebé percibe
    a la madre como objeto total y reconoce a las personas como seres
    individuales y separados, advierte el especial vínculo que
    existe entre su padre y su madre. Según la manera en que
    tramite internamente este hecho, esta situación puede
    provocarle celos, envidia y frustración, y repetir luego
    estas fantasías y sentimientos agresivos en una
    relación grupal.

    Inicialmente los celos son propios del individuo
    dentro de un grupo primario
    y natural, luego se trasladan a otros vínculos en otro
    tipo de grupos, incluso el de mutua ayuda, en el que puede llegar
    a competir por obtener la atención permanente del coordinador. La
    tarea del coordinador será detectar estas actitudes que
    pueden incluso resultar saboteadoras y ayudar al grupo a
    co-pensar situaciones dilemáticas individuales provocadas
    por los celos, (en caso de un grupo dedicado a tratar esta
    problemática) y transformar el vector competencia en
    cooperación. El coordinador debe demostrar al integrante
    que genere esta situación de extrema competencia que
    coordinador e integrante no son UNO, como eran niño y
    madre en un principio. Esta es una de las situaciones de
    aprendizaje.

    Partes: 1, 2

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