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De la tira semanal a la diaria




Enviado por sebagabe



    La economía y la TV de
    los 90

    Trabajo práctico
    final

    1. Historia de la comedia en la
      TV argentina
    2. La tira
      semanal
    3. El pasaje a la tira
      diaria
    4. La tira
      diaria
    5. Conclusión
    6. Referencias
    7. Anexo

    Introducción

    La Televisión, como todo objeto que se adentra
    en el transcurso del tiempo, fue
    construyendo, forjando su propia historia. En el caso de
    nuestro país, esa historia comenzó allá por
    el año 1951, más precisamente el 17 de octubre,
    impulsada por Jaime Yankelevich quien acordó transmitir
    los discursos del
    Acto de Conmemoración del Día de la lealtad desde
    Plaza de Mayo. ¿Quién podría haber imaginado
    que casi 50 años después y para las "Bodas de
    Oro" de
    nuestra querida "caja boba" el mismísimo Presidente de la
    nación
    sería ridiculizado en un programa ante
    millones de personas?. Lógicamente nadie. ¿Acaso
    podría haberse pensado que casi cinco décadas
    después de aquel famoso "…Con seguridad…" de Cacho Fontana por 100.000
    pesos, nuestra TV transmitiría, durante las 24 horas del
    día, la vida de un grupo de
    jóvenes encerrados en una casa compitiendo por el mismo
    premio? Por supuesto que no. Es que parecería que nada
    tuvieran que ver aquellas primeras transmisiones y programas con
    la
    televisión actual; daría la sensación de
    que sus raíces estuvieran separadas y sin embargo son
    parte de una misma evolución: porque no cabe duda, al menos no
    a nosotros, de que sin aquellas primeras experimentaciones e
    intentos iniciales la TV de nuestro presente no sería
    posible. Del debut con Juan Domingo Perón y su
    esposa Eva Duarte vitoreados por una multitud al desconcertado
    Fernando De la Rua en "EL SHOW DE VIDEOMATCH". De "ODOL PREGUNTA"
    a "GRAN HERMANO". Ha pasado el tiempo. Por supuesto. Como
    siempre. Decir que la televisión de ahora es mejor que la de
    antes o viceversa sería entrar en un traicionero y hasta
    diríamos inconducente juego de
    juicios de valor, a la
    búsqueda de volcarnos por una u otra conclusión,
    nos llevaría a hacernos un sinfín de preguntas
    condicionales, sujetas a un sinnúmero de comparaciones,
    abarcando incontables aspectos, lo cual nos desviaría del
    propósito de este trabajo.

    Ha pasado el tiempo, sí. Han cambiado nombres,
    caras, lugares. Se han ido algunos y han llegado otros. Han
    habido grandes avances tecnológicos y los modos de
    producción han cambiado de manera sustancial y
    determinante. Sin embargo todos estos avatares, estos factores
    que no hacen sino hablar de la evanescencia o heterogeneidad tan
    propias de la TV y que afectan a los actores guionistas,
    productores, directores y técnicos, se ven reflejados
    siempre y en última instancia en una síntesis:
    los programas. Ha pasado el tiempo entonces para los programas de
    noticias, los
    periodísticos, los de entretenimientos, los deportivos,
    los educativos, los musicales y principalmente, en este caso para
    la ficción, los programas más prolíficos de
    nuestro medio televisivo y aquí encontramos los primeros
    teleteatros y las posteriores telenovelas bajo la forma del
    melodrama, los policiales, el terror, el drama y la comedia. Cabe
    destacar entre estos a los dos géneros más
    destacados, con mayores exponentes y con el mayor éxito
    de la historia de nuestra televisión: la telenovela y la
    comedia, y aunque nosotros vamos a centrarnos en este
    último y ya para ir definiendo el terreno de nuestro
    interés, debemos decir que se encuentran
    estrechamente conectados y que en el transcurso de nuestro
    trabajo ahondaremos en dicha relación.

    Los estudiosos de la TV, los directores, guionistas,
    actores -cómicos o no-, humoristas, suelen decir que el
    género
    de la comedia –en realidad un sub-género dentro del
    género ficcional- es el que reviste mayor dificultad a la
    hora de su realización ya que su dinámica se basa en hacer reír a la
    gente, base sobre la cual no se tiene un parámetro
    establecido como podríamos encontrar en el caso del drama
    con una escena acerca de la muerte de
    un niño, el hijo de un matrimonio, por
    ejemplo, a causa de una penos enfermedad. Es decir, aunque
    parezca, ciertamente, arbitrario, y recaigamos en un estereotipo
    histórico, está considerado que es más
    difícil hacer reír que llorar. Más
    difícil sería, para el caso, hacer reír y
    llorar alternadamente, es decir manejar las emociones del
    espectador entre la alegría y la tristeza como lograba a
    la perfección el inolvidable Luis Sandrini con sus
    características interpretaciones – cabe destacar
    que, aunque parezca igualmente inexacto y arbitrario, suele
    asociarse, históricamente, la alegría con la
    comedia y la tristeza con el drama-. Comedias, comedias
    dramáticas, blancas, de enredos, de situaciones,
    familiares, juveniles, costumbristas, dicho género viene
    aportando varios matices a nuestra televisión desde sus
    comienzos. Matices que se van repitiendo, reciclando o
    reinventando de acuerdo a cada época. Un ejemplo claro de
    esto es la comedia familiar, comenzando con "LA FAMILIA
    FALCON" (1962, Canal13), pasando por "LOS CAMPANELLI" (1969,
    Canal13) o más acá en el tiempo con "LOS
    BENVENUTTO" (1995, TELEFE), llegando finalmente a la actualidad
    con "LOS FELIPE" (2004, TELEFE). También podemos
    referirnos a las comedias juveniles de tono escolar: "QUINTO
    AÑO NACIONAL" (1965, Canal 11), "JACINTA PICHIMAHUIDA"
    (1966, Canal 9), "SOCORRO QUINTO AÑO" (1990, Canal 9),
    "CHIQUITITAS" (1995, TELEFE) – si bien no transcurre en un
    colegio, el hogar "Rincón de luz" para
    niñas huérfanas enmarca su educación- hasta
    llegar al sofisticado "REBELDE WAY" (2002, Canal 9; 2003,
    AMERICA). O en un tono más alternativo: "PELITO" (1984,
    Canal 13), "CLAVE DE SOL" (1988, Canal 13) o "LABANDA DEL GOLDEN
    ROCKET" (1991, Canal 13). Si bien estos ejemplos pueden parecer
    excesivos, nos son útiles para mostrar como cada
    actualidad va forjando sus propios reflejos en la TV y va
    haciendo variar a los géneros, no sólo en su
    realización o su parte artística sino
    también en su formato y frecuencia: programas de media
    hora, una hora, semanales, diarios. Y si de cambios en el
    género de la comedia se trata, nos parece que la
    década del 90 es un gran campo de investigación y para dicho fin hemos tomado
    como paradigma a la
    comedia costumbrista., esa comedia característica de la
    cotidianeidad argentina y los personajes populares que
    pareció haberse perdido en el tiempo allá por el
    año 1984 con "BUSCAVIDAS" (Canal 13) o años antes
    y, aunque hablamos de una telenovela, se constituyó como
    el gran exponente del costumbrismo argentino, con "ROLANDO RIVAS,
    TAXISTA" (1972, Canal 13), de Alberto Migré, que
    merecerá nuestra especial atención, pero que recuperada y reinventada
    –ya veremos por qué- por Adrián Suar y su
    productora Pol-ka, en el año 1998 con "GASOLEROS" (Canal
    13). Ese año y esa tira marcan, para nosotros, el comienzo
    de una nueva etapa en la TV argentina: la de las tiras diarias en
    horario central, ya no como una decisión audaz tomada por
    el dueño de un canal como la de Alejandro Romay y su hijo,
    Omar, con "MAS ALLA DEL HORIZONTE" (1995, Canal 9), sino como una
    tendencia firme y concreta cuyo éxito garantizaría
    inmediatos sucesores, no sólo en Canal 13, sino
    también en los demás canales como por ejemplo
    TELEFE con Marcelo Tinelli y su productora Ideas del
    Sur.

    Es decir, pereciera que para culminar la década
    del 90, protagonista de varias y sustanciales transformaciones en
    nuestra T.V., llegara la tira diaria en horario central bajo la
    forma de comedia costumbrista. Cabe decir (y como veremos en
    el trabajo)
    que dicho cambio no solo
    se redujo a cambios en la prgramación, sino que
    también produjo modificaciones a nivel del género
    en sí, autorales, actorales, operativas,
    tecnológicas, y de producción, ya que marca el
    afianzamiento de las productoras independientes en su
    relación con los canales. Tampoco debe olvidarse que
    maraca el comienzo de una encarnizada y caníbal batalla
    por el rating, que tanto lugar ha ganado en nuestra T.V. de hoy y
    que no parece que vaya a detenerse.

    Ahora bien. Como ya dijimos este fenómeno marca
    una sustancial en la T.V. argentina. Pero, ¿por
    qué? ¿Por qué ocurrió? ¿Por
    qué en la década del 90? Y así llegamos a la
    razón de este trabajo que es intentar explicar o razones
    de este boom de la tira costumbrista diaria que tanto
    rédito ha dado a Canal 13 y a Telefé. Tratar de
    ahondar en los factores que propiciaron dicho cambio con la
    aparición de Pol-ka y Gasoleros como puntapié
    inicial. Para esto es necesario separar dos aspectos muy
    importantes para nuestro fin, que se encuentran relacionados pero
    que son distintos: la tira diaria y la tira costumbrista. Es
    decir, por un lado explicar las razones de la adopción
    de la tira diaria por parte de los canales como base de la
    programación nocturna. Y por el otro,
    explicar los factores que llevan a la aparición de la
    comedia costumbrista como programa ideal para adecuarlo a dicho
    formato. Una vez hecha esta distinción, cabe decir que
    para nosotros son dos caras de la misma moneda: la crisis
    económica, introduciendo de esta manera nuestra hipótesis de trabajo: "este pasaje de la
    tira semanal a la tira costumbrista diaria es producto de
    importantes cambios a nivel social como consecuencia de
    fenómenos de índole
    político-económica". De esta manera, nuestro
    análisis se avocará a tratar de
    asociar la actualidad económica de la década del 90
    a los modos de producción de los canales (surgimiento de
    las productoras independientes), en especial de Canal 13, y ver
    de qué manera se vieron afectados por la crisis que
    comenzó a declararse por el año 1996 luego de la
    reelección de Carlos Menem y que
    atravesó de manera progresiva la segunda mitad de la
    década, hasta desembocar en el famoso default en los
    albores del s. XXI. De esta manera buscará a asociarse a
    la tira semanal o unitario con el auge del modelo
    neo-liberal de Menem y a la tira diaria a la crisis de dicho
    modelo. Esta asociación de conceptos puede parecer
    demasiado simplista y hasta arbitraria pero tiene como objetivo
    clarificar la metodología de trabajo con respecto a la
    relación establecida en nuestra hipótesis. Y, como
    se verá, éstas generalidades van acompañadas
    y son enriquecidas desde el punto de vista analítico por
    una serie de factores que hacen a dicho encadenamiento. Es decir,
    no hay lugares para fanatismos o afirmaciones radicales. Debe
    tenerse en claro que bajo ningún punto de vista se
    está reduciendo dicha transformaciones a razones
    económicas, sino que hay una serie de factores que
    propiciaron dicha situación, entre los cuales, a nuestro
    entender, prevalecen los de índole
    económica.

    Cabe señalar que la primera parte de nuestro
    trabajo estará dedicada a realizar una breve reseña
    de la historia de la comedia en la T.V., recorriendo los
    principales exponentes de cada década hasta llegar a la
    del 90, eje temporal del tema de análisis. Nos parece que
    esto aporta a nuestro fin en el sentido que va mostrando las idas
    y venidas del género, sus modificaciones y su
    evolución para llegar a ser lo que es en la actualidad. La
    segunda parte, está enmarcada en tres ejes. Primero, la
    tira semana: allí se analiza el auge del modelo
    económico de Carlos Menem durante la primera mitad de la
    década del 90 y se lo asocia al dominio de los
    unitarios durante esos años. Luego, el pasaje a la tira
    diaria, donde se analiza la crisis del modelo de Menem en el
    segundo lustro de la década y se lo relaciona con el
    surgimiento de las productoras independientes. En tercer lugar,
    hablaremos acerca del formato impuesto por
    dichas productoras: la tira diaria. Finalmente, una
    conclusión resume los puntos centrales del
    trabajo.

    Historia de la comedia en la TV
    argentina

    En este capítulo presentaremos una breve
    reseña de los momentos atravesados por la
    televisión desde sus inicios hasta fines de la
    década del 90. Se mencionarán
    características de cada década de la
    televisión, modificaciones, adelantos, retrocesos, pasando
    revista
    también a las principales comedias de cada una de las
    décadas.

    Década del 50

    Es la década que marcó el inicio de la
    T.V. en Argentina allá por el año 1951. Es la
    época de la experimentación inicial, de la
    exploración del nuevo medio, del descubrimiento de sus
    posibilidades. A la búsqueda de su propio lenguaje, la
    T.V. incorpora metodologías de producción, patrones
    y gente de expresiones artísticas como el teatro, el
    cine y en
    especial la radio. Cabe
    decir que las estrellas de esta primera década son los
    locutores. Prima una gran precariedad tecnológica que
    obliga a realizar todos los programas en vivo, lo que requiere un
    gran esfuerzo y precisión. Se produce el comienzo de los
    géneros en la T.V., que es completamente
    estatal.

    Comedias destacadas

    1953

    ¡Cómo te quiero, Ana!

    Canal 7. De Abel Santa Cruz. Elenco: Ana María
    Campoy, José Cibrián y la participación de
    Raúl Rossi. Dirección: Juan Manuel "Globo" Fontanals.
    Junto con "Ana y Pepe" y "¡Cómo te odio, Pepe!",
    forma una trilogía de la primera televisión
    interpretadas por la pareja Cibrián-Campoy. El ciclo,
    auspiciado por la marca de televisores Admiral, tuvo su origen en
    un viaje del presidente de la empresa a los
    Estados Unidos, donde quedó deslumbrado con "Yo quiero a
    Lucy". Aunque la prensa
    gráfica casi ignora la nueva tecnología, sale la
    primera revista de T.V., Teleteatros, que solo edita dos
    números.

    1957

    Todo el año es Navidad

    Canal 7. De Horacio S. Meyrialle. Protagonizada por
    Raúl Rossi y dirigida por Roberto Herraiz. Es una comedia
    de tono liviano y final feliz en la que Rossi encarna a Santa
    Claus, que baja a la tierra para
    socorrer a quien necesite ayuda con sus problemas
    cotidianos. Una historia con tintes de realismo
    mágico en la que Nicolás (Rossi), en su
    irrenunciable afán benefactor, tanto puede corporeizarse
    en un policía como en un colectivero. Es el primer impacto
    de audiencia de la primera década de la televisión
    y marcará definitivamente la trayectoria televisiva de
    Raúl Rossi.

    Década del 60

    Con esta década se produce el comienzo de la
    televisión comercial y de la competencia entre
    canales. Ya por estos tiempos se hablaba de lealtad y deslealtad
    a la hora de definir los productos de
    cada emisora. También se produce la aparición del
    famoso y tan nombrado rating que tanto espacio ha ganado en la
    actualidad. De esta manera la T.V. va perdiendo su inocencia, es
    decir, deja de verse como un medio de mero entretenimiento para
    empezar a considerarse su poder de
    alcance e influencia sobre el público, más cerca ya
    de una función
    ideológica.

    El mapa televisivo queda conformado de acuerdo a aportes
    técnicos, financieros y de enlatados que brindan las tres
    grandes cadenas de los Estados Unidos a los nuevos canales
    privados (a partir de 1960, 13, 11 y 9).

    Los géneros continúan su desarrollo y
    se produce la aparición de las primeras estrellas
    genuinamente televisivas.

    Comedias destacadas

    1960

    Felipe

    Canal 9. Escrita por Miguel Coronado Paz, protagonizada
    por Luis Sandrini y dirigida por Edgardo Borda. Luis Sandrini,
    consagrado ya en el teatro, el cine y la radio, deja su
    marca en la televisión de la mano de Felipe, personaje de
    origen radial en el que Sandrini vuelca lo que fue y
    habría de ser su sello inconfundible: su prverbial mezcla
    de humor blanco, ternura y emoción. Su fórmula de
    una lágrima y una sonrisa recorrerá completa esta
    segunda década de la televisión.

    1961

    Dr. Cándido Pérez,
    Señoras

    Canal 13. Comedia blanca de final feliz firmada por Abel
    Santa Cruz. El formato es heredero de un género
    cinematográfico que tantos títulos dio en los
    años 40 y 50. Juan Carlos Torry, en un personaje que ya
    había interpretado en el cine, y Julia Sandoval son la
    pareja protagónica, que junto a Teresa Blasco (la mucama)
    y Cristina Gaymar (la suegra) viven los avatares propios de
    cualquier matrimonio, con una dosis de picardía y
    toneladas de ingenuidad. La televisión consagra a la
    inocencia como un molde de hierro de un
    género televisivo tan prolífico como inalterable a
    lo largo de los años.

    1962

    Yo soy porteño

    Canal 13. Escrita por Gius (Augusto Giustozzi) y
    dirigida por David Stivel con David Tonelli en el papel del el
    Relator. El ciclo, que estuvo cinco años en el aire, pone en
    escena verdaderas aguafuertes porteñas con música de tango, estampas
    típicas del Buenos Aires del
    ayer. Son emisiones de estructura
    unitaria, sin continuidad de personajes, en las que se recrean
    con mucho humor viñetas sociales y perfiles con fondos de
    conventillo, patio y empedrados. Integran el elenco: Selva
    Alemán, Marilina Ross, Beto Pianola, Carlos Carella, Nya
    Quesada, Jorge Sobral, Julio De Grazia, Hilda Suárez y
    Hugo Caprera, entre otros.

    La Familia
    Falcón

    Canal 13. De Hugo Moser. Semanalmente mostraba el hogar
    de una típica familia argentina de clase media de
    la época. Una madre abnegada (Elina Colomer), un padre
    trabajador (Pedro Quartucci), cuatro hijos propios y dos
    políticos (Emilio Comte, Silvia Merlino, José Luis
    Mazza, Alberto Fernández de Rosa, Ovidio Fuentes y
    Stella Maria Closas) más buenos que Lassie y hasta un
    tío solterón (Roberto Escalada). Esa pintura
    naturalista y cotidiana de una idiosincrasia reconocible por
    todos es una de las bases de su éxito y perduración
    hasta finales de la década. Su primera emisión, con
    dirección de David Stivel, consolida el formato argumental
    televisivo familiar, que aun rudimentariamente había
    aparecido en la década anterior con Telefamilia (1953) y
    ¡Qué familia! (1954). El formato, heredero directo
    de las familias radiales, tendrá larga y frondosa
    descendencia con apellidos tales como los Campanelli, los
    Torterolo, Los Manfredi o los Benvenutto.

    1964

    Mis hijos y yo.

    Canal 13. De Hugo Moser. La vida cotidiana de una padre
    viudo (Ubaldo Martínez) con una hija (Marta
    González), el novio de ésta (Rudy Carrié) y
    un par de mellizos rubios y rebeldes (Oscar y Carlos Dúo).
    Carmen Vallejo y Aldo Bigatti completan el elenco estable.
    Costumbrismo con cadencia de tango y golpes de
    sensiblería. La promoción gráfica de la tira se
    inclina por lo Taif: "Mis hijos y yo pueden ser sus hijos y
    usted. Pueden ser usted y los hijos de alguien…De todos
    modos, siempre son seres humanos en un mundo posible."

    1965

    Su comedia favorita

    Canal 9. Ciclo de comedia protagonizadas por Guillermo
    Bredeston, escritas por Alberto Migré y dirigidas por
    Martín Clutet. El programa, que permanece siete
    años en el aire, tiene en sus primeras cinco temporadas
    formato de unitarios semanales en los que los roles
    protagónicos femeninos van rotando. Selva Alemán,
    María Aurelia Bisutti, Fernanda Mistral y Nora
    Cárpena, entre otras, se alternarían en esa
    función. Los últimos dos años se
    estructurarían sobre la base de historias anuales como
    Adorable profesor
    Aldao, protagonizado por Guillermo Bredeston y Beatriz Taibo, e
    inconquistable Viviana Hormiguera, con Alberto Martín y
    Beatriz Taibo.

    Quinto Año Nacional

    Canal 11. De Abel Santa Cruz. Apogeo del período
    "escolar" del autor, que venía de hacer dos años
    antes Señoritas Alumnas y que haría uno
    después Jacinta Pichimahuida. Elenco: Marcos Zucker (en el
    rol del portero), Javier Portales, Alfonso y Julio De Grazia,
    Juan Carlos Altavista y Rudy Carrié, entre otros. Cuando
    los actores jóvenes no tenían libre acceso a la
    televisión como hoy, una suerte de Juvenilia de este tipo
    bien podía estar interpretada por actores con edades
    más propias de rectores que de alumnos.

    La Nena

    Canal 13. Ciclo que lanza a la fama a una
    jovencísima Marilina Ross y ratifica los estupendos dotes
    de comediante de Osvaldo Miranda. Joe Rígoli, Amalia
    Bernabé y Lalo Hartich completan el elenco. Con libros de
    Salvador Martino y dirección de María Inés
    Andrés, la idea del programa le pertenece a Jorge Ignacio
    Vaillant, gerente de
    programación del canal 13. Así Reyes y Margarita
    (Miranda y Ross) terminarían conformando a lo largo de
    cinco temporadas, una dupla padre-hija insuperable. El
    sólido triángulo protagónico del programa se
    completaría con Joe Rígoli en el papel de Coquito,
    el novio de la Nena. Fuertemente influido por el formato de las
    comedias norteamericanas el género familiar busca su
    propia identidad. La
    Nena dispara la comedia brillante de situaciones.

    1966

    Jacinta Pichimahuida

    Canal 9. De Abel Santa Cruz y Jorge Bellizi. Como
    Evangelina Salazar como "la maestra que no se olvida", los
    niños
    Mariquita Valenzuela, Daniel Lago y Pablo Codevilla, entre otros,
    y Vicente Ariño como Efraín, el portero de las
    "blancas palomitas". Muestrario de previsibles prototipos y
    situaciones escolares. La historia tiene un temprano origen
    radial (1937), dos versiones locales más: una con
    María de los Ángeles
    Medrano y otra con Cristina Lemercier, una mexicana (Carrusel) y
    una cinematográfica en 1976.

    1968

    Viernes de Pacheco

    Canal 9. Ciclo unitario de comedias encabezado por
    Osvaldo Pacheco con elencos rotativos. Pone en escena
    títulos del repertorio nacional e internacional adaptados
    para televisión por los hermanos Guillermo y Horacio
    Pelay. Pacheco, con su característico atuendo de
    polichilena y desde un estudio vacío con algo de
    mágico, abre y cierra su programa dialogando con el
    espectador, leyendo cartas y
    proponiendo un plus en la relación con el
    público.

    1969

    Los Campanelli

    Canal 13. Creación de Héctor Maselli con
    libros de Mesa, Basurto y Viale. El ciclo tuvo su origen en un
    sketch dentro de La Feria de la alegría, y con el tiempo
    se convertiría en un clásico de los domingos, de la
    televisión y de las comedias familiares. Mostraba a una
    familia italiana, patriarcal, conservadora y visceralmente sana.
    La escena final, todos gritando al mismo tiempo alrededor de la
    mesa de los ravioles del domingo y el patriarca pontificando: "No
    hay nada más lindo que la familia unida". Elenco: Adolfo
    Linvel, Menchu Quesada, Alberto Anchart (h), Claudio
    García Satur, María Cristina Láurenz, Edda
    Díaz, Gloria Montes, Tino Pascali, Zulma Grey, Carlos
    Scazziotta, Dorita Burgos, Tito Mendoza, Osvaldo Canónico
    y Santiago Bal.

    Década del 70

    La televisión argentina se encuentra ya
    oficialmente inventada como un medio con lenguaje propio con
    gente propia. Los géneros se encuentran consolidados y la
    competencia instalada. El público demanda de
    esta TV más afianzado y lejos de la experimentación
    inicial, muestra mayor
    calidad. Pero
    la restatización de los canales por parte del gobierno
    peronista genera todo lo contrario: se produce una marcada
    caída en la calidad y producción de los programas
    lo cual se verá acentuado por la dictadura
    militar. Ésta, a partir de 1976, instala la censura
    como método
    corriente. Es un período de gran involución y
    oscuridad para la TV argentina. El único adelanto es la
    llegada de la TV color para el
    mundial 78, pero esto pasa casi inadvertido en un país
    conmocionado por la situación social.

    Comedias destacadas

    1972

    Gorosito y Señora

    Canal 13. Protagonizada por Santiago Bal y Susan
    Brunetti. El formato argumental es el de una pareja de
    recién casados que tiene como vecinos a un matrimonio tan
    entrometido como simpático. Mabel Manzotti, Eduardo
    Muñoz y Boneco de Lolo, un perro que, por entonces,
    disfruta su warholiano minuto de fama, completan el elenco. Juan
    Carlos Mesa es el encargado de escribir los libros. Al retirarse
    Santiago Bal del ciclo, al término del primer año,
    el título pasa a ser La Cuñada de
    Gorosito.

    1976

    Mi Cuñado

    Canal 13. Escrita por Oscar Viale y dirigida por Miguel
    Larrarte. En uno de los años más negros de la
    historia del país y, sin duda, en el peor de los
    veinticinco años de vida, la televisión alumbra un
    ciclo que habrá de tener un lugar asegurado en cualquier
    antología del medio. Osvaldo Miranda como el cuñado
    "sufrido", Ernesto Bianco como el cuñado "vividor" y
    Gabriela Acher son los principales referentes del
    elenco.

    1979

    Los Hijos de López

    ATC. De Hugo Moser, protagonizada por Tincho Zabala
    (López), Alberto Martín, Emilio Disi y Gerardo
    Romano (los hijos). Saga familiar diaria que recrea la vida
    cotidiana de un padre empeñado en que sus hijos se hagan
    cargo de su empresa.
    Relaciones entrañables, conflictos
    domésticos y finales felices. Es el primer programa de una
    relativa repercusión del nuevo ATC.

    Década del 80

    La TV, al igual que el país, intenta lograr una
    recuperación. El gran protagonista de la década es
    Alejandro Romay, quien, en 1984, un año después del
    retorno de la democracia,
    consigue de manos del presidente Raúl Alfonsín y su
    gobierno radical la reprivatización de Canall 9 que es la
    pantalla más exitosa de esos años, alzándose
    con todo el rating y la torta publicitaria.

    Se produce la aparición del cable, lo que obliga
    a los canales a replantearse sus estrategias de
    programación y a generar nuevas, sobre todo en materia de
    películas y deportes.

    Comedias destacadas

    1983

    Mesa de Noticias

    ATC. Comedia escrita y protagonizada por Juan Carlos
    Mesa. El marco de la redacción de un noticiero es la excusa
    argumental elegida para suscitar cientos de embrollos y corridas
    livianas. Juan Carlos Mesa, como el director, y Gianni Lunadei,
    como DE la Nata, el empleado servil con su célebre
    latiguillo "Señor, le pertenezco", habrán de
    conformar una recordada dupla que se repetirá años
    después con otra comedia de Mesa, El Gordo y el Flaco. El
    humor que caracteriza a su autor consolida el formato "comedia
    diaria y ligera de enredos" que, con posterioridad, tendrá
    numerosos émulos.

    1984

    Buscavidas

    Canal 13. Escrita por Ismael Hase. Cuenta las andanzas
    de una pareja integrada por un estereotipo de porteño
    nostálgico (Luis Brandoni) y su amigo, un "roto" chileno
    (Patricio Contreras), que tratan, en tiempos difíciles, de
    ganarse la vida. El título define, en lenguaje popular, a
    la persona que se
    las rebusca laboral y
    económicamente como puede para sobrevivir. Éstos
    dos tipos mostraron la eficacia de la
    comedia costumbrista cuando esté bien escrita y mejor
    actuada.

    1988

    La Bonita Página

    ATC. Ciclo de unitarios escrito por Ismael Hase con
    elencos protagónicos rotativos. A partir de reconocidas
    letras de temas musicales, el autor construye una historia
    semanal tan rica en apuntes costumbristas como en pinceladas
    sociales. Hase recupera para la televisión el mejor
    pintoresquismo ciudadano. Personajes prototípicos
    queribles aun en su debilidad, situaciones clásicas de la
    vida cotidiana, rescate del espíritu barrial no exento de
    matices del grotesco, desfilan en historias llenas de humor,
    emoción y nostalgia.

    Década del 90

    La irrupción del los holdings y multinacionales
    que intervienen en la reprivatización de los canales 11 y
    13, efectuados por el gobierno de Carlos Menem en 1990,
    generó una creciente reactivación del sector,
    manifestada en el recambio de directorios y de las figuras en
    pantalla, Esto determina un cambio sustancial en la forma de
    producir televisión. Se pierde el modelo patriarcal de los
    canales, donde figuras como Alejandro Romay en Canal 9 o Goar
    Mestre en Canal 13 concentraban el poder de
    decisión.

    La competencia y el rating ganan un lugar desmedido en
    el medio y se transforman en su única razón de ser.
    Se produce un gran aumento del componente publicitario. Es la
    década del auge de las productoras independientes (de 1995
    en adelante). Con ellas se produce la aparición de los
    nuevos "caudillos" de la TV, como Adrián Suar con Pol-Ka o
    Marcelo Tinelli con Ideas del Sur, renovándose
    definitivamente los criterios conceptuales y la estética del medio.

    Comedias destacadas

    1990

    Amigos son los Amigos

    Telefé. Comedia de Gustavo Barrios y Ricardo
    Rodríguez. Historia de dos amigos, de edades distintas,
    envueltos en enredos ligeros y cotidianos. Carlos Calvo se
    alía con Pablo Rago, en un cruce generacional que
    será parte de su éxito. Enzo Viena, Menchu Quesada,
    Katja Aleman y Cris Morena integran un elenco que dirige Carlos
    Olivieri. El programa se convierte en el primer gran éxito
    de la televisión reprivatizada. Telefé define el
    perfil de su oferta
    popular-familiar y Amigos son los Amigos es una muestra
    representativa del sesgo que habrá de tomar la pantalla
    del viejo Canal 11 de aquí en adelante.

    1991

    La Banda del Golden Rocket

    Canal 13. De Jorge Maestro y Sergio Vaiman. Historia
    juvenil de encuentros y desencuentros de tres primos reunidos por
    la herencia de un
    auto que da nombre al programa. Sus protagonistas son
    Adrián Suar, Diego Torres, Fabián Vena, Nelly
    Beltrán, Araceli González, Marisa Mondino, Gloria
    Carrá y Julián Weich.

    Grande Pa

    Telefe. Nueva versión del clásico Crecer
    con Papá (1982). Escrita por Gius, Gustavo Barrios y
    Ricardo Rodríguez. Protagonizada por Arturo Puig,
    María Leal y las "chancles" Nancy Anka, Julieta Fazzari y
    Gabriela Allegue. La fórmula del padre viudo con hijas
    muestra su eficaci para abrir un espectro de posibilidades
    argumentales, porque propone una situación de carencia
    que, en términos dramáticos (y televisivos),
    podría significar lisa y llanamente la extinción
    del conflicto y,
    por ende, de todo posible desarrollo. Pero la compasión
    hacia el viudo y sus huerfanitas se vuelve el componente emotivo
    central que motoriza todo el resto. Agréguese a esa
    fórmula lacrimógena el que la figura materna,
    esencialmente ausente, es suplantada por una empleada
    doméstica más buena que la misma madre, y entonces
    el círculo dramático se cierra con solidez. Al tope
    del rating durante sus cuatro años.

    1993

    Mi Cuñado

    Telefé. Comedia de Oscar Viale protagonizda por
    Luis Brandoni y Ricardo Darín. Remake igualemnte exitosa
    del mismo título del año 1976. Patricia Viggiano,
    Nelly Prono, Cecilia Dopazo y Henny Trayles completan el elenco
    en esta nueva versión. Roberto Cantalapiedra y su
    cuñado Chiqui Fornari recrean con igual eficacia que sus
    antecesores los encuentros y desencuentros de un par de
    cuñados irreconciliablemente inseparables. Por cinco
    temporadas la química entre
    Brandoni y Darín funcionará a pleno.

    1994

    Los Benvenutto

    Telefé. Típica comedia familiar que
    recupera el espíritu de "La Familia Falcón" o "Los
    Campanelli". Protagonizada por Guillermo Francella, marca el
    último trabajo de Orlando Marconi (un gran valor de la
    televisión). Completa el elenco Catalina Speroni, Alfonso
    Pícaro, Cacho Bustamante, Daniel Miglioranza, Horacio
    Erman y Fabián Gianola en el recordado papel de vecino
    gay.

    1996

    Mi Familia es un Dibujo

    Telefé. Comedia con Germán Kraus, Stella
    Maris Closas, Alberto Anchart y Dibu, un personaje animado que
    convive con una clásica familia televisiva. Por primera
    vez la TV argentina incorpora, en un ciclo semanal, un personaje
    animado que interactúa con seres de carne y hueso. La
    innovación técnica supera largamente
    la propuesta argumental del ciclo, que no escapa a lo más
    rutinario del género de la telecomedia
    familiar.

    1997

    Naranja y Media

    Telefé. Comedia de Rodolfo Ledo, con Guillermo
    Francella. Historia de un personaje simple, bombero voluntario,
    puestero de diario y con mujer cronista de
    noticiero que tiene la desgracia de sucumbir al amor de dos
    mujeres. Amor que lo llevará a padecer más de un
    sofocón del que siempre saldrá bien parado merced a
    su gracia y astucia. Francella, en un personaje pícaro,
    simpático, bonachón y familiero, logra en sociedad con
    Ledo un ritmo sostenido en la acción
    que termina divirtiendo y entreteniendo. Se ve envuelto en mil y
    una peripecias, de las que ha de emerger sano y salvo con el solo
    recurso de la inventiva y la repentización. Completan el
    elenco Claribel Medina (la hermana), Juan Manuel Tenuta (el
    padre), Millie Stegmann (la mujer),
    Verónica Vieyra (la tercera en discordia) y Marcelo
    Mazzarello (el Coco, amigo y socio del quiosco de
    diarios).

    1998

    Gasoleros

    Canal 13. Tira diaria costumbrista en tono de comedia
    protagonizada por Juan Leyrado, Mercedes Morán, Pablo
    Rago, Dady Brieva, Cecili Milone, Héctor Calori y
    Rubén Rada.

    La tira semanal

    Como dijimos en la introducción de este trabajo, nuestro marco
    temporal de investigación para analizar los cambios
    ocurridos en la T.V. con respecto a la comedia, es la
    década del 90. Y como ya también establecimos,
    estas transformaciones van a estar, según nuestra
    visión de abordaje, atravesadas por ambas presidencias de
    Carlos Menem y su modelo económico. Televisivamente, si
    nos referimos al comienzo de la década, debemos hablar del
    boom de los unitarios o programas semanales adoptados por los
    canales (en especial Canal 13 y Telefé) como el formato
    básico y clave de su programación en horario
    central: Amigos son los Amigos (Telefé, 1990), Grande Pa
    (Telefe, 1991), Son de Diez (Canal 13, 1991), La Banda del Golden
    Rocket (Canal 13, 1991) son sólo algunos de los ejemplos
    de comedias semanales sin dejar de lado otras pertenecientes a
    otros géneros como Peor es Nada (Canal 13, 1990), Zona de
    Riesgo (Canal
    13, 1993), Good Show (Canal 13, 1993) o Ritmo de la Noche
    (Telefé, 1993). La programación estaba plagada de
    unitarios y apenas había lugar para algunos programas
    diarios como Videomatch (Telefé, 1990) o en las ficciones
    con Socorro Quinto Año (Canal 9, 1990), una comedia
    juvenil escolar en horario de la tarde y no en Prime Time,
    dominado por las tiras semanales.

    Habiendo realizado un estado de
    situación en la programación central de la
    época y siguiendo nuestra hipótesis de trabajo,
    intentaremos encontrar en el modelo económico instaurado
    por Carlos Menem las causas que propiciaron dicha
    situación televisiva.

    El auge económico del modelo de Carlos
    Menem

    En 1989 Argentina sufría una situación
    económica marcada por la hiper inflación que
    había provocado una suba de precios al
    consumidor. Otras
    características de dicha situación: una
    disminución del stock de divisas, atrasos
    en los pagos externos, el incremento en el desequilibrio fiscal, la
    recesión y el desempleo, el
    aumento de la deuda interna y la fuga de capitales hacia el
    exterior. Además, los desórdenes sociales y
    económicos de las provincias, producto de la devastadora
    situación por la que atravesaba el país.

    En este contexto asumió Carlos Menem, quien una
    vez electo obtuvo el apoyo de diversos grupos
    empresariales y corporaciones, dando comienzo así a un
    modelo económico neo-liberal que introducía
    profundos cambios en la economía. El Ministerio de
    Economía estuvo a cargo del Dr. Roig quien muere y es
    sucedido por el Dr. Néstor Rapanelli, quien no
    consiguió el aval empresario
    esperado. Luego, éste fu sucedido por el Dr. Antonio Erman
    González, responsable del Plan Bonex.
    Durante su gestión, en 1990 la Balanza
    Comercial obtuvo un superavit extraordinario, las exportaciones
    aumentaron mientras que las importaciones
    fueron menores. los rumores de corrupción
    y denuncias contra algunos sectores del gobierno provocaron una
    aceleración de la inflación y la posterior renuncia
    del Erman González y su equipo en enero de 1991. Asume
    entonces el Dr. Domingo Caballo. Para marzo de 1991, había
    aumentado el total de ingresos
    públicos de manera considerable y acelerada. Finalmente el
    1de abril de 1991 se puso en marca el Plan de Convertibilidad
    entre cuyas medidas se destacan:

    • convertibilidad del austral en dólar con
      paridad cambiaria fija y sin límites
      de tiempo en 10000 australes por dólar.
    • modificación del Código
      Civil, autorizándose la firma de contratos en
      moneda extranjera.

    El Plan de Convertibilidad basó su logro en la
    eliminación de las condiciones autónomas de
    emisión monetaria, ya que esto significaba atar la
    expansión de la moneda al crecimiento de reservas.
    Además, este plan, al estar avalado por una ley,
    conseguía contener las expectativas de devaluación. También se produjeron
    aumentos sobre determinados servicios
    públicos como en los ferrocarriles, obras sanitarias,
    teléfonos, gas, electricidad. Al
    mismo tiempo se redujeron otros, como el gas de uso industrial,
    electricidad para el uso fabril y la nafta, todos
    orientados a disminuir los costos
    industriales.

    Sin embargo, el gobierno estaba obligado a obtener una
    mayor cantidad de ingresos que gastos. Es por
    eso que se llevaron a cabo reformas tributarias, se
    disminuyó la cantidad de empleados públicos y se
    aceleró el proceso de
    privatizaciones. El Plan de Convertibilidad
    había buscado terminar con la inflación y
    había logrado su cometido. No sólo eso:
    también había generado una gran reactivación
    de la economía, profundizando la apertura a inversiones de
    capitales extranjeros. Se inició un proceso de
    desregulación económica.

    Pero quizá de los cambios que este plan
    introdujo, el más relevante para los intereses de este
    trabajo sea el de las privatizaciones. Éstas fueron
    iniciadas antes de que llegara Caballo al Ministerio de
    Economía y lo que él hizo fue continuar y
    acrecentar la venta de empresas
    públicas a manos privadas; Somisa fue vendida al grupo
    Techint. Como Entel , Segba fue dividida en dos: Edenor y Edesur,
    ambas compradas por capitales chilenos. En ferrocarriles se pudo
    avanzar más rápidamente en la privatización de los servicios de
    carga que en los de pasajeros. Como dijimos, el servicio
    telefónico había sido repartido en dos empresas:
    Telefónica y Telecom.. De esta manera, producto de gran
    cantidad de empresas públicas vendidas, habían
    ingresado al estado una gran cantidad de divisas.

    Todo este período de privatizaciones se vio
    acompañado por un gran proceso de desregulación
    producto de la gestión de Cavallo. En noviembre de 1991 se
    dispone la eliminación de regulaciones en materia de
    salarios,
    servicios profesionales, puertos, transportes, comercio
    exterior e interior, etc.

    Esta situación estuvo enmarcada en una
    época en la que la economía
    mundial creció. Argentina vivió un boom
    económico que atrajo inversiones externas que le dieron un
    ritmo de crecimiento elevado. Fue la época del boom del
    comercio y la toma de créditos indiscriminadamente que
    duró hasta 1993 y parte de 1994, ya que en ese momento
    sobrevino una seguidilla de crisis internacionales que amenazaron
    la estabilidad económica de nuestro país, pero eso
    lo desarrollaremos más tarde.

    Esta breve reseña de la situación
    económica de nuestro país en los primeros
    años de la década del 90 nos sirve para retratar a
    un país en pleno crecimiento, con una visible
    reactivación económica en pleno progreso producto
    de una gran apertura. Esto generó una coyuntura favorable
    para el surgimiento y fortalecimiento de nuevas empresas o ya
    existentes que encontraron en este paraíso
    económico la posibilidad de un gran progreso
    económico. Y el sector televisivo no fue la
    excepción.

    Las privatizaciones en la TV

    Con la llegada de Menem al poder, en el proyecto de
    privatizaciones impulsado por su equipo económico se
    vieron incluidos los canales de televisión, en especial
    Canal 13 y Canal 11. Canal 11 fue adquirido por Telefónica
    (y pasó a llamarse Telefé) y Canal 13 pasó a
    manos del grupo Clarín.

    Esto significó un gran cambio en los modos de
    producción de los canales y también una
    reestructuración casi completa de la
    organización de su personal. Pero
    también significó un gran aporte económico
    ya que las empresas inversoras aportaron parte de sus capitales
    en vistas de lograr un considerable rédito
    económico que le devolviera y acrecentara sus inversiones.
    Es decir que los canales de televisión dejaron de ser
    considerados como meras fuentes de entretenimiento que dejaban un
    rédito económico para pasar a ser vistos y
    manejados como empresas en pos de lograr un claro beneficio
    comercial. Con esto no estamos queriendo decir que antes de las
    privatizaciones el tema económico no fuera considerado, ya
    que siguiendo las palabras de uno de nuestros entrevistados, el
    señor Edgardo Borda, gran exponente de la historia de
    nuestra televisión, director de una gran número de
    tiras y actual asesor de programación de Canal 13, "esto
    es un negocio. Ustedes tienen que saber antes de todo que la T.V.
    es un negocio". Eso queda claro y a partir de la irrupción
    de los grupos empresarios y multimedios en la T.V. argentina
    dicho tema pasó a ser considerado como primordial,
    cobrando una importancia que antes no tenía.

    Los unitarios de los 90

    En la Introducción a este trabajo dijimos que la
    televisión es el espejo de las coyunturas o diferentes
    momentos por los que atraviesa un país y que esto
    desencadena una serie de factores que se ven sintetizados en los
    programas. Si trasladamos esto a los primeros años de la
    década del 90 vemos un país con una economía
    creciente y de gran apertura de mercado inmersos
    en un "paraíso económico". Esto atrae la inversión de grupos extranjeros en la
    denominada "Era de las Privatizaciones", quienes invierten en los
    canales de TV. Esto significa para éstos un gran aporte de
    presupuesto,
    cambios en los modos y tiempos de producción, y en las
    estrategias de programación. Todo esto se ve traducido,
    reflejado y plasmado, según nuestra visión, en los
    unitarios. Es decir, los programas semanales que se convierten en
    amos y señores de aquellos años. Para analizar esto
    vamos a referirnos a las características mismas de este
    tipo de programas.

    Es considerado que el unitario permite un considerable
    tiempo de producción o por lo menos mayor que el de una
    tira diaria, ya que su frecuencia de emisión permite un
    mayor tiempo para elaborar los guiones, los personajes, la
    dirección, y al dar mayor tiempo para la producción
    permite brindar más atención a los rubros
    técnicos y a la tecnología a utilizar para la
    grabación de determinadas escenas. Esto también
    implica un mayor costo de
    producción para cada capítulo, ya que la
    búsqueda de mayor calidad o mayor elaboración va
    muchas veces en detrimento del aspecto
    económico.

    Entonces, resumiendo, desde el punto de vista de la
    producción del programa, observamos dos aspectos: mayor
    tiempo de elaboración y mayores costos de
    producción. Si nos referimos a la mano de obra o
    personal de un canal, adoptar el unitario como forma
    básica de programación implica la
    contratación de un gran número de actores,
    divididos en elencos para cada tira semanal. A éstos se
    les suman directores, asistentes, equipos de producción,
    cámaras, equipos de producción, técnicos,
    vestuaristas y escenógrafos para
    cada programa, a los que se le agrega el presupuesto
    básico de producción que incluye la
    elaboración de escenografías varias, de alquileres
    de locaciones, etc. Aunque puedan repetirse algunas personas en
    determinados rubros en varios programas abaratando costos, esto
    suele darse en casos muy puntuales ya que debe considerarse que
    los horarios de grabación de dos tiras semanales
    pertenecientes a Telefé, por ejemplo, como lo fueron
    Amigos son los Amigos y Grande Pa, pueden superponerse. Todo esto
    quiere decir entonces que adoptar al unitario como formato
    básico de programación implica que para cubrirla es
    necesario una mayor cantidad de programas y por lo tanto una
    mayor cantidad de personal y un mayor presupuesto que permita
    costearlo. A esto se le agrega la consideración de la
    calidad y referencias del personal contratado, sobre todo en el
    aspecto actoral: por ejemplo, en los primeros años de la
    década del 90, los canales contrataban para sus ficciones
    en horario central a figuras de la talla de Luis Brandoni, Arturo
    Puig, Soledad Sylveira, Carlos Calvo, Claudio García
    Satur, entre otros, lo que significaba el pago de altos cachets.
    Esto perdurará en el tiempo, aunque cabe destacarlo en
    relación a la televisión actual, que se ha alejado
    de este hábito y se ha volcado a la búsqueda de
    figuras de menor relieve como
    los nuevos galanes Dady Brieva o Miguel A. Rodríguez o las
    actrices Claribel Medina y Romina Gaetani.

    En síntesis, lo que queremos señalar al
    analizar todas estas cuestiones de índole económica
    que implica la puesta al aire de un unitario es que ésta
    no hubiera podido ser considerada por los canales, al menos en la
    medida en que se dio en los comienzos de la década del 90,
    sin el aporte de grupos inversores extranjeros en el marco de las
    privatizaciones en un país inmerso en un "paraíso
    económico". Es decir, que a nuestro entender, dichos
    grupos aportaron un aire de renovación a nuestra
    televisión producto de una importante inversión que
    modifica la producción de las emisoras desde sus cimientos
    y le proporcionó a éstas un campo de
    experimentación en términos de estrategias de
    programación y de formatos. Comenzó siendo una
    tendencia que con el inmediato aval del público y el
    consiguiente aumento de la torta publicitaria hizo cerrar la
    ecuación comercial, lo que garantizó la
    repetición de dicha fórmula. Y para cerrar este
    punto vamos a utilizar una elocuente frase de Gustavo Gallo, uno
    de nuestros entrevistados, integrante del Equipo de Planificación de Programación y
    Rating de Canal 13, quien nos dijo: "En esos años
    –refiriéndose al comienzo de los 90- no era que se
    tiraba manteca al techo, pero…".

    Ahora, una vez establecido nuestro punto de
    interés, nos interesa destacar otros aspectos de los
    unitarios, relacionados con lo que hemos denominado "estructura
    heterolítica" o "sectorización de los efectos en la
    programación". Distinguimos dos puntos:

    • sectorización de la audiencia: con un unitario
      se puede apuntar a captar un determinado target o tipo de
      audiencia y con varios ir abarcando diferentes sectores de
      manera simultánea. Esto, obviamente y como ya dijimos,
      implica un mayor costo.
    • sectorización del rating: derivado del punto
      anterior. Al atraer a determinados sectores de la audiencia por
      separado, el rating tiende a dividirse y a mantenerse estable
      para cada programa (unitario). De este punto se desprenden dos
      variables:
    1. si el rating es alto y el programa es un
      éxito, toda la programación del día en
      la franja horaria central, considerando un unitario en
      prime-time, tiende a levantar su rating. Más tarde,
      cuando apliquemos este mismo análisis a la tira diaria
      veremos que esto puede ser considerado como una
      desventaja.
    2. si el rating es bajo y el unitario no tiene la
      repercusión esperada, toda la programación de
      la franja horaria central tiende a bajar su rating. En
      contraste con el punto anterior, veremos cómo esto
      puede ser considerado como una ventaja con respecto a la tira
      diaria.

    Refiriéndonos a la parte de escritura de
    un unitario de ficción debemos decir que este formato de
    programa permite a los guionistas escribir los capítulos
    con mayor tiempo, lo que se traduce en un mayor tiempo para crear
    situaciones por las que atraviesan los personajes, que son
    considerablemente menores en cantidad comparadas con las de un
    personaje de una tira diaria. Esto también trae aparejado
    el compromiso de crear situaciones lo suficientemente atractivas
    y que hagan avanzar la acción de tal manera de pueda
    mantenerse cautiva a la audiencia durante una semana. En cambio,
    en las tiras diarias suele trabajarse con situaciones más
    banales o cotidianas ya que se apela a más a la
    familiaridad del público con los personajes y a la
    suspensión de la acción principal en pos de abarcar
    los cinco días de la semana utilizando situaciones
    accesorias que "adornan" el programa siempre manteniendo la
    atención del espectador ya que la frecuencia del programa
    implica un gran riesgo de caer en la monotonía, por lo que
    hay una constante búsqueda de variedad.

    Otra modalidad utilizada es la de capítulos
    separados dentro del hilo de la historia, es decir,
    capítulos que empiezan y terminan en el día. Esto
    fue iniciado en 1971 con Estación Retiro (Canal 9),
    protagonizada por Víctor Laplace y
    Susana Campos. Sin embargo, esto tiende a ser utilizado
    más en las tiras semanales que en las tiras
    diarias.

    El
    pasaje a la tira diaria

    En el punto anterior vimos que la televisión de
    los primeros años de la década del 90 estuvo
    dominada por los unitarios, y cómo esto estaba,
    según nuestra visión, estrechamente relacionado con
    la coyuntura económica propiciada por el modelo
    neo-liberal establecido por Carlos Menem y Domingo
    Cavallo.

    En este nuevo punto a desarrollar analizaremos la crisis
    de dicho modelo que acompaña la segunda presidencia de
    Menem, a partir de 1995, y que va socavando la economía de
    nuestro país y generando un creciente malestar social que
    desembocó en los históricos hechos de fines de 2001
    con la renuncia del presidente De la Rua. Si bien la crisis
    alcanzó su punto máximo en dicha fecha y los meses
    porsteriores, con Argentina sumida en un inédito caos
    político, económico y social, nosotros nos
    centraremos en los años anteriores, precisamente en los
    que coinciden con la segunda presidencia de Menem (1995-1999). Es
    en estos años que comienza a gestarse esa situación
    de desborde general del país e intentaremos asociar esto
    al florecimiento y auge de las tiras diarias durante la segunda
    mitad de la década del 90. Es decir, analizar el pasaje de
    tiras como Grande Pa o Amigos son los Amigos, dos unitarios
    paradigmáticos de principios de la
    década, a tiras como Naranja y Media (1997, Telefé)
    o Gasoleros (1998, Canal 13), exitosas ficciones de fines de
    siglo. Junto con esto consideraremos también las profundas
    modificaciones acontecidas en el medio televisivo generadas a
    partir de una nueva modalidad: las productoras independientes,
    cuyo auge no es sino, para nosotros, consecuencia del mismo
    factor: la crisis económica.

    La crisis del modelo

    En su primer mandato (1989-1995), el presidente Menem
    redujo el déficit fiscal y aplicó recetas liberales
    otorgando vigencia a la economía de mercado, logrando
    estabilidad monetaria mediante la Ley de Convertibilidad. Se
    produjo una importante venta de empresas del estado y la llegada
    de capitales de inversión al país. De esta manera,
    Argentina recuperó la moneda y el dólar dejó
    de ser un indicador de decadencia económica. Todo esto se
    dio en un marco de crecimiento económico a nivel
    mundial.

    En contraste, la segunda presidencia de Menem, comenzada
    en 1995, se vio atravesada por una sucesión de crisis
    financieras internacionales, que agravaron la decadencia
    argentina que había comenzado en 1994. Primero sobrevino
    la crisis mexicana y el famoso "efecto tequila" (que produjo un
    gran incremento del riesgo país), luego la crisis
    asiática, la cesación de pagos rusa, y la
    devaluación del real brasilero. Este panorama puso a
    prueba la estabilidad económica de Argentina y del modelo
    neo-liberal establecido por Menem, que terminó por
    sucumbir. El paulatino incremento del déficit fiscal, la
    falta de empresas del estado para vender y la disminución
    del flujo de capitales para invertir en el país dieron el
    inicio a la gran recesión que continua hasta la
    actualidad. A medida que se acercaba el final del segundo mandato
    de Menem, la situación del país se hacía
    más insostenible: comenzó a ser habitual el cierre
    de fábricas, quiebras de empresas, producto de la falta de
    competitividad
    con un peso sobrevaluado y créditos caros, éstos
    últimos producto del elevado déficit fiscal que
    incrementaban el riesgo país y por ende la tasa de los
    créditos que se tomaban. A esto hay que sumar un factor:
    Argentina no tenía experiencia en productividad, o
    sea, producir bien y servicios de calidad y de precio
    competitivo. Como se dijo, el déficit fiscal fue un
    elemento importante, que se asociaba a la deuda externa que
    crecía progresivamente. A pesar de las ventas de
    empresas del estado, jamás se usaron los fondos obtenidos
    de dichas ventas para cancelar capital de la
    deuda, ya que fueron usados para financiar el déficit
    creciente. A esto se le agrega que las crisis económicas
    internacionales produjeron un elevado incremento del riesgo
    país, lo que hizo que Argentina tomara créditos a
    tasas carísimas. Otro factor fue el aumento del desempleo,
    que debió palearse con subsidios, planes trabajar, aumento
    de la asistencia social, programas sociales, etc. Además,
    entre 1994 y 1998 se produjo una significativa rebaja de los
    aportes patronales, lo que implicó una fuerte
    disminución en la recaudación del
    Estado.

    Esta breve reseña acerca de la situación
    del país durante la segunda presidencia de Menem nos sirve
    para comparar las coyunturas en nuestro país en los
    primeros años de la década del 90 y de mediados de
    ésta en adelante. Esto, según nuestra línea
    de análisis, se traduce en una clara modificación
    en el medio televisivo. Es decir: a aquella Argentina del boom
    económico inmersa en un clima de
    crecimiento mundial le siguió – utilizamos este
    verbo referido a una mera sucesión temporal aunque en
    realidad esto no fue así, ya que ambas actualidades no
    solo no se encuentran separadas sino que se encuentran (como casi
    siempre) íntimamente relacionadas y ya en aquellos
    primeros años de la presidencia de Menem podía
    vislumbrarse claras fallas o "huecos" que potencialmente
    afectaría al país- una Argentina completamente
    desbordada en términos económicos, sumida en un
    profundo malestar social y descreimiento político. El
    nuestro había dejado de ser un país seguro
    financieramente, que atrajera a los grupos inversores extranjeros
    (muchos abandonaron el país) y nacionales, como lo
    había sido durante los primero años de la
    década, con la fiebre de las
    privatizaciones. La reactivación económica se
    había detenido y la actividad en los mercados se
    encontraba en franco retroceso, afectando gravemente al sector
    comercial, en especial a las pequeñas y mediadas empresas,
    que se vieron forzadas a cerrar masivamente. Mientras, otras
    empresas denominadas "grandes" debieron achicarse y adaptarse a
    la nueva situación del país. Entre éstas
    últimas se encuentran los canales de TV, que no lograron
    escapar a dicha situación.

    La crisis en la TV

    Ya vimos cómo en los primeros años de la
    década del 90 los grupos inversores privados le
    habían aportado a los canales la suficiente solvencia
    económica para que en éstos pudiera desarrollarse
    una gran cantidad y variedad de proyectos.
    También, cómo estos aportes permitieron a los
    canales embarcarse en algunos experimentos,
    probando formatos (como por ejemplo Videomatch en Telefé)
    ya que con el presupuesto que disponían y el respaldo de
    dichas empresas (en especial en Telefé) había muy
    pocas cosas (siempre hablando en términos televisivos) que
    se pudieran lograr.

    Pero alrededor del año 1995 las cosas empezaron a
    cambiar para el medio. Si bien los canales mantuvieron su
    producción en los años de las crisis
    internacionales (México,
    Asia y
    Rusia), es
    aquí donde comenzó a socavarse y a ponerse en duda
    aquella seguridad económica que los canales tenían,
    haciendo cada vez más difícil lograr la variedad y
    calidad de producciones que se alcanzaban especialmente con los
    unitarios.

    Los directores de los canales empezaron a pensar en
    abaratar costos, no se podía mantener la cantidad de
    personal que se había contratado a principios de los 90,
    había que reducir los equipos técnicos, directores,
    guionistas, escenógrafos, cámaras, y la posibilidad
    de adquirir nuevos equipamientos técnicos ya no era tan
    firma. Al mismo tiempo, los canales ya no podían costear
    el cachet de grandes figuras, a menos que éstas aceptaran
    una merma en su paga.

    Por otra parte, la crisis vivida en ese momento,
    había generado una marcada caída en la torta
    publicitaria para las tandas de los programas. Es decir, las
    empresas ya no invertían para promocionar sus productos en
    TV como solían hacerlo, aspecto clave en el financiamiento
    de todo canal. A esto de le agrega que si antes, en los primeros
    años de la década, podía trabajarse con
    cierto margen de error, es decir que había lugar para la
    experimentación con ciertos formatos, ahora cada paso era
    minuciosamente considerado y planificado: poner un programa como
    una ficción al aire implicaba un esfuerzo presupuestario
    que buscaba lograr una rápida aceptación del
    público que aumentara la torta publicitaria. En estos
    años los canales van a seguir arriesgándose (aunque
    no en la manera en que lo hacían) y van a buscar dividir
    los costos de producción, es decir conseguir productores
    asociados de manera de invertir menos dinero de su
    parte pero aumentando el presupuesto con el aporte de otras
    empresas que quisieran invertir en el medio y también como
    manera de compartir el riesgo de que el programa puesto al aire
    fuera un fracaso de audiencia y no fiera redituable
    económicamente. Claro que era muy difícil encontrar
    empresas deseosas de invertir en un medio tan incierto y
    cambiante con el televisivo.

    Pero finalmente los canales encontraron a su principal
    aliado: las productoras independientes, patrimonio
    televisivo de la segunda mitad de los 90 hasta la actualidad.
    Éstas introdujeron sustanciales modificaciones tanto
    artísticas como económicas y empresariales en el
    manejo de los canales. Dicha modalidad comenzó en 1995 con
    la irrupción de Pol-Ka (la productora independiente creada
    por Adrián Suar) y su policial "Poliladron, una historia
    de amor", por canal 13, y tendría su auge en los
    años venideros, por ejemplo con "Gasoleros" (1998, Canal
    13) –que trataremos con posterioridad-, y que dura hasta la
    actualidad.

    La tercerización de la producción: las
    Productoras Independientes

    En el punto anterior vimos cómo las emisoras de
    TV, incapaces de mantener sus modos de producción,
    producto de la crisis económica, se volcaron, con el fin
    de abaratar costos, a la búsqueda de socios que quisieran
    invertir en el medio, ya fuera para aportar capitales en las
    producciones del canal o para presentar sus propias producciones
    con el fin de que fueran aprobadas y puestas al aire. Se inicia
    así con el período de auge de los que se ha dado en
    llamar la "tercerización de la producción", es
    decir, programas como una telenovela, un periodístico o
    una comedia que no son producidos por los canales sino por
    productoras independientes que los ponen al aire por los
    canales.

    El pionero de esta nueva modalidad de fines de siglo fue
    Canal 13. Allá por 1994 recibió una propuesta de
    Adrián Suar, cuando éste todavía no
    tenía su productora Pol-Ka. El programa, titulado "Tal
    para cual", era una comedia que los tenía a Alberto
    Martín y al mismo Suar como protagonistas en los roles de
    padre e hijo respectivamente. El acuerdo con el canal
    había sido el siguiente: el canal se hacía
    responsable de los costos de producción y de aportar
    tecnología y Suar se responsabilizaba por la parte
    artística – hay que recordar que Suar venía
    de ser protagonista un par de años antes de l éxito
    que había sido "La Banda del Goleen Rocket" y tenía
    muy buena relación con la gente del canal. Finalmente el
    programa fue puesto al aire pero no obtuvo la repercusión
    deseada y fue levantado a las pocas emisiones.

    Un año más tarde, en 1995, el mismo Suar
    volvió a presentarle otro proyecto al Sr Hugo Di
    Guglielmo, gerente de Canal 13 en aquel entonces, pero esta vez
    ya en el rol de productor independiente, con su productora Pol-Ka
    en plena marcha, y no con el objetivo de compartir gastos sino
    con el de venderle un programa de ficción completamente
    diseñado y planificado en todos sus aspectos por personal
    y equipamientos propios. Es decir lo que le quedaba al canal, si
    decidía aceptar el proyecto y aunque no hay que olvidar
    que implicaba un gran riesgo sobre todo considerando lo ocurrido
    con la propuesta anterior, era llegar a un acuerdo
    económico para incorporar el programa a la grilla de
    programación y ponerlo en el aire. Esto fue lo que
    ocurrió entre Di Guglielmo, Suar y su productora Pol-Ka
    con "Poliladron", un policial romántico en formato semanal
    que fue puesto al aire a principios de 1995, en horario central.
    Protagonizado por Adrián Suar y Laura Novoa, el programa
    se convirtió rápidamente en un éxito y se
    acordó entre el canal y Pol-Ka la realización de
    una segunda temporada. De esta manera Suar y su productora se
    habían ganado el reconocimiento no sólo de la
    audiencia y de los directivos de Canal 13 sino también la
    atención de otros canales. Telefé, por ejemplo,
    empezó a ver esta modalidad de la producción
    independiente como una opción valiosa de ser incorporada a
    su programación.

    Este crédito
    obtenido no significó solamente la puesta al aires de la
    segunda temporada de "Poliladron", sino que el gerente del canal
    posicionó a Adrián Suar y su productora como un
    punto clave de su programación. Así le
    encomendó la realización de otros proyectos propios
    como lo fue "Verdad-Consecuencia" (1996), "Carola Casini" (1997)
    o "Gasoleros" (1998), todos de gran éxito –
    quizá este último el de mayor éxito. Ya para
    1999, cuatro años después de su irrupción en
    la TV, en una arriesgada de programación, Canal 13
    decidió poner en la franja central de su grilla tres
    productos de Pol-Ka seguidos: "Gasoleros" (en su segunda
    temporada) y "Campeones", ambas tiras diarias, en el horario de
    las 21 y 22 hs. respectivamente, y "Por el nombre de Dios" los
    lunes a las 23 hs. y "Vulnerables" los martes en el mismo
    horario. De esta manera Suar tenías cuatro programas en
    pantalla, igualando la marca de Abel Santa Cruz en 1973 con "Me
    llaman Gorrión" los lunes, "Carmiña" los martes,
    "Malevo" los jueves y "Papá corazón"
    los viernes, aunque Suar lo hacía como productor y Santa
    Cruz como realizador.

    A partir de esto podemos decir que Adrián Suar
    fue el artífice de una verdadera revolución
    en la televisión, una revolución que le
    significó excelentes resultados en términos
    económicos, de audiencia y artísticos, cambiando de
    manera sustancial la manera de hacer
    televisión.

    A la vista de dichos logros, los demás canales
    (en especial Telefé) salieron a la búsqueda de
    conseguir recuperar el terreno perdido y entablar una competencia
    con los productos de Pol-Ka. Telefé, entonces,
    encontró en la figura de Marcelo Tinelli y su productora
    Ideas del Sur la medida exacta para Suar y en 1999 lanzó
    "Buenos Vecinos" (producto de dicha productora), con el objetivo
    de desbancar al exitosísimo "Gasoleros". De esta manera,
    la tendencia iniciada por Suar y canal 13 fue seguida por
    Telefé y Tinelliy luego por otras emisoras como Canal 9 y
    América, dejando ya de ser una tendencia
    para pasar a ser una realidad global de la TV. Cris Morena Group,
    Cuatro Cabezas, Bus TV, GP Producciones,
    PPTV, Promofilm, Endemol, y Central Park son sólo algunas
    de las productoras independientes que se sumaron a Pol-Ka e Ideas
    del Sur, lo que marca a las claras el alcance de dicho
    fenómeno en la actualidad.

    Habiendo realizado una breve reseña
    histórica acerca de los comienzos y desarrollo de este
    fenómeno de la tercerización de la
    producción, plasmado en la figura de las productoras
    independientes, veremos ahora las modificaciones que este
    fenómeno introdujo en el medio. Si bien ya adelantamos
    algo, nos detendremos en este tema de manera más
    específica. Para esto dividiremos a los cambios en dos
    aspectos: cambios en los modos de producción y cambios
    artísticos – este último puede parecer un
    término muy amplio y hasta vago pero nos es útil
    para referirnos a la nueva estética en la imagen impuesta
    por Pol-Ka.

    Cambios en los modos de
    producción

    Ya vimos cómo los canales, viendo su
    economía socavada y oscilante durante la segunda mitad de
    los 90 (fenómeno que abarcó a todos los sectores
    productivos del país), buscaron abaratar costos y
    encontraron en las productoras independientes a su socio
    perfecto. Si bien esto fue así y se complementaron de gran
    manera, los canales, al aceptar esta incorporación al
    medio, sufrieron importantes cambios. Cómo dijimos
    párrafos atrás, las productoras aportaron su propio
    personal y equipamiento. Esto significó que, al disminuir
    la producción de contenidos originales en los canales, una
    gran cantidad de empleados fueron despedidos ya que sus servicios
    no se requerían debido a que eran reemplazados por el
    personal independiente. Es decir que, por ejemplo,
    técnicos, cámaras o escenógrafos de canal 13
    fueron reemplazados por gente que se desempeñaba en los
    mismos rubros pero que pertenecía a Pol-Ka. Cabe
    considerar la posibilidad de que muchos de los empleados de los
    canales hayan pasado a trabajar con los independientes, como Hugo
    Di Guglielmo (2002) asegura en su libro Vivir
    del aire
    , donde deja entrever además que su
    decisión de volcarse hacia la producción
    independiente fue motivada por ponerse en sintonía con una
    modalidad difundida a nivel mundial y porque quería tener
    más posibilidades para elegir productos que se adaptaran a
    la imagen del canal. Esta idea contrasta con nuestra
    visión y con la de nuestros entrevistados Edgardo Borda y
    Gustavo Gallo, como puede observarse en las entrevistas
    que adjuntamos.

    Pero debates aparte, continuemos con nuestro
    análisis. Como decíamos, las productoras
    independientes aportaron su propio personal, lo que obligó
    a los canales a disminuir su cantidad de empleados. Si a esto le
    agregamos que el formato preferido de Pol-Ka y otras productoras
    fue el de la tira diaria, la cantidad de programas necesarios
    para llenar la programación se reduce y por lo tanto la
    cantidad de personal necesario también. Por otra parte,
    las productoras independientes aportan un equipamiento más
    nuevo y sofisticado que el de los canales de televisión,
    marcando una clara diferencia a su favor. Por ejemplo, los
    estudios de grabación de las productoras duplican en
    tamaño a los estudios por ejemplo de canal 13, permitiendo
    así construir mayores decorados por estudio y mantenerlos
    por el tiempo que fuera necesario. Mientras, en canal 13 se
    trabajaba y aun se trabaja con el armado y desarmado diario de
    escenografías debido a la falta de espacio. De esta
    manera, al aumentar la producción independiente de
    programas, ficciones generalmente, debido a que los canales le
    brindan mayor espacio en su programación, la
    realización en sus estudios experimenta una clara baja y a
    menudo pasan a ser usados (como en la actualidad en canal 13 por
    ejemplo) para noticieros o programas de entrevistas solamente. En
    este aspecto cabe destacar la frase de Luis María Hermida
    y Valeria Sotas (1999) en el libro TV manía: "el
    concepto de
    producción independiente se adueña de la pantalla
    hasta tal punto que, cuatro años después (de su
    comienzo en 1995) la función de los canales, antes
    productores de toda su programación, casi quedaría
    restringida a la posesión de la onda y al manejo de
    espacios publicitarios. La manera de hacer televisión
    sufrió un cambio sustancial del que es difícil que
    retorne".

    Otro aspecto a destacar y por el cual Hugo Di Guglielmo
    (2002) asegura en su ya mencionado libro haber sido criticado
    duramente es el que se refiere a la pérdida de independencia
    de los canales. Es decir la sujeción a la
    producción de otras empresas como las productoras
    independientes. Los canales pierden de esta manera en
    producciones originales y pasan a ser compradores de productos
    enlatados.

    Cambios artísticos

    Además de las modificaciones ya vistas con la
    aparición de Pol-Ka con su primer programa "Poliladron",
    se instala en la TV una estética completamente nueva. Es
    decir, un tratamiento completamente nuevo de la imagen que es la
    denominada "textura cinematográfica", como Hermida y Sotas
    (1999) señalan en su libro ya mencionado. Puede decirse
    que con Pol-Ka se introduce al idea de cine en televisión,
    no solo por la textura de la imagen sino también por la
    precisión en los tiempos de producción y por la
    gente empleada, que en su mayoría proviene del cine.
    También por el equipamiento adaptado mayormente del cine a
    la TV, como por ejemplo el diseño
    de rules de travelling más pequeños, lo que
    permitió realizar desplazamientos de cámara
    más pequeños, introduciendo en TV el formato
    digital y mejorando la calidad de la imagen y cambiando
    radicalmente la estética en la producción de
    ficción.

    Ahora bien. En algún tramo de nuestro breve
    análisis precedente hablamos de las tiras diarias y
    dijimos que se convirtieron en el formato preferido de las
    productoras independientes. Y también vimos que
    Adrián Suar había logrado imponer dos tiras diarias
    seguidas: "Gasoleros" y "Campeones", de lunes a viernes a las 21
    y 22 hs. respectivamente en el año 1999. Y ni hablar de la
    actualidad en la cual las tiras diarias son moneda corriente y
    desempeñan un rol clave en la programación de los
    canales, tan o más importante que los unitarios en su
    momento. Por esto y habiendo analizado las características
    de la tira semanal, nos adentraremos ahora en el análisis
    de la tira diaria.

    La tira diaria

    Si los primeros años de la década del 90
    estuvieron dominados por los unitarios en horario central,
    debemos decir que en los últimos años de la
    década se produjo un florecimiento de las tiras diarias en
    dicha franja horaria. Esto fue impuesto mayoritariamente por las
    productoras independientes como Pol-Ka que, si bien
    comenzó explotando el formato unitario con "Poliladron"
    (1995-96, Canal 13), "Verdad – consecuencia" (1996, Canal
    13) o Carola Casini (1997, Canal 13), luego se volcó
    decididamente al formato diario con programas como "Gasoleros"
    (1998, Canal 13) o "Campeones". O también Telefé
    con su producción original "Naranja y Media" (1997) o ya
    en 1999 con "Buenos Vecinos" producidas por Ideas del Sur, la
    productora de Marcelo Tinelli. Hay que agregar que en el caso de
    Pol-Ka, continuó recurriendo al formato unitario pero de
    manera esporádica y cada vez más en carácter de miniserie como lo fueron "Por
    el nombre de Dios" o "El Hombre". Es
    decir que no hubo una completa desaparición de unitarios
    sino que con el correr de la segunda mitad de la década y
    la crisis económica, ya retratada anteriormente, fueron
    perdiendo lugar en manos de las tiras diarias que para 1999, con
    la audaz jugada de Canal 13 de poner dos tiras diarias seguidas
    en horario central y luego de conseguir un rotundo éxito,
    quedan indiscutiblemente establecidas y van a ser la
    fórmula a seguir por los canales (al menos los dos
    más importantes, Canal 13 y Telefé.).
    Títulos como "Ilusiones", "Primicias", "22, el Loco"
    (2001, Canal 13), "099 Central" (2002, Canal 13), "Son Amores"
    (2002-03, Canal 13), "Soy Gitano" (2003, Canal 13), todas de
    Po-Ka, o "Costumbres Argentinas" (2003, Telefé) o "Los
    Roldán" (2004, Telefé) marcan a las claras la
    repetición de dicha fórmula, visiblemente
    redituable. Esta proliferación de títulos estuvo
    marcada por una vertiginosa y feroz competencia por el rating
    entre las dos emisoras líderes y ha caracterizado el final
    de la década y se ha acrecentado aun más en la
    actualidad. Ejemplo de esto último es lo sucedido con "Los
    Pensionados" (2004, Canal 13) y "Los Roldán" (2004,
    Telefé), donde la abrumadora ventaja de audiencia obtenida
    por este último programa a canal 13 y a Pol-Ka a levantar
    del aire al primero a pocos meses de su estreno.

    Pero considerando que nuestro trabajo también
    tiene un costado histórico, realizaremos una breve
    reseña acerca de los antecedentes de este fenómeno
    de la tira diaria en la TV y todo lo que ella implica. Para esto
    seleccionamos una serie de programas, todas ficciones, que
    anticipan de alguna manera lo analizado hasta aquí con
    respecto al formato diario de una hora.

    Antecedentes

    Teleteatro para la hora del Te

    1957. Canal 7. Tira diaria en formato de media hora.
    Teleteatro. Marca el punto de inflexión entre el
    radioteatro clásico y la telenovela que está
    naciendo. El ciclo marca el punto de partida del género y
    sienta las bases de la futura tira diaria tradicional.

    Mujercitas

    1960. Canal 9. Teleteatro. Da comeizno a la era de la TV
    privada y comercial y con ella a la competencia por el rating
    (leal y desleal). La contratación de figuras exclusivas
    define, ya por entonces, una estrategia que
    llegará a ser habitual en el medio. Nunca tan habitual
    como en estos años. Así, Luis Sandrini, N.
    Ibáñez Menta, Blackie, Tita Merello y A. de Mendoza
    abandonan Canal 7 tentados por mejores ofertas.

    Estación Retiro

    1971. Canal 9. Teleteatro. Título innovador por
    partida doble. Por un lado, porque es el primer teleteatro de una
    hora que es un suceso, rompiendo con el tradicional formato de
    media hora. Si bien dos años antes "la Novela de
    Corín Tellado" había estrenado el formato,
    sólo a partir de aquí todos los títulos del
    género tendrán duración. Por el otro, aporta
    un importante recurso narrativo: la incorporación de
    histroias unitarias diarias con algún contenido social y
    con la estación como marco.

    Mas allá del horizonte

    1994. Canal 9. Teleteatro. Se constituye como la primera
    tira diaria que ocupa la franja central de las 21 hs.
    Decisión tomada por Alejandro Romay y su hijo Omar. Dicah
    decisión y el éxito que la acompañó
    rediseñó por completo el diagrama de
    las noches televisivas a futuro, instalando por el resto de la
    década y más la tira diaria de las 21 hs. Ricos y
    Famosos, Naranja y Media y Gasoleros serán, entre otros,
    deudores de esta audaz decisión de Romay.

    La tira diaria: sus
    características

    Como hicimos al analizar tira semanal o unitario, cuando
    hablamos de las modificaciones introducidas en el medio
    televisivo, vamos a referirnos ahora (si bien no siguiendo la
    misma estructura) a las principales características y los
    cambios más relevantes que la tira diaria produjo en el
    medio.

    En términos económicos, el recurrir a la
    tira diaria implica abaratar costos, pero a este tema ya nos
    referimos con anterioridad cuando hablamos acerca de la
    "tercerización de la producción" por lo que no nos
    extenderemos más. En términos de producción,
    los tiempos de pre-producción, grabación y
    post-producción se acortan ostensiblemente con respecto a
    un unitario, ya que debe realizarse una mayor cantidad de
    capítulos en un tiempo muy acotado, de manera tal de que
    pueda trabajarse de forma efectiva con el material grabado
    (edición, mezcla de sonido, etc.)
    para que el material salga de la mejor manera posible al aire.
    También hay que decir que el margen para el error o los
    imponderables es mucho menor, por lo que se acostumbra a ir
    varios capítulos adelantados en la grabación con
    respecto a los que salen al aire, de manera que si se produce
    algún inconveniente no se atrasen las grabaciones y se
    comprometa la salida al aire. Esto por lo general no ocurre en el
    caso de los unitarios en los que suele filmarse al día,
    semana o semana, capítulo tras capítulo.

    Otro aspecto a destacar es el referido al tema de la
    escritura de la historia, con respecto a la variedad de las
    historias y al tratamiento de los personajes. Al ser más
    cortos los tiempos de producción, los guionistas deben
    escribir los capítulos con mayor velocidad. A
    esto se le agrega que al ser mayor la cantidad de
    capítulos (que en un unitario) tengan que renovarse
    constantemente las historias o situaciones por las que atraviesan
    los personajes de manera de enriquecerlos y de lograr una
    variedad que atraiga a la audiencia, por lo que suele recurrirse
    a artistas invitados que renuevan el aire del
    programa.

    Ahora nos referiremos a la tira diaria en
    términos de programación. Como ya dijimos, el
    recurrir a una tira diaria significa para un canal que necesita
    producir menos programas para llenar la grilla de
    programación. Pero además implica una
    reducción en las promociones, ya que la tira diaria genera
    una gran familiaridad con el espectador, por lo que son
    necesarias menos producciones y más cortas, abaratando
    costos también en este sentido. Otro aspecto muy
    relacionado con la familiaridad es la continuidad y hábito
    que genera la tira diaria en el televidente que incorpora como
    parte de su vida cotidiana, de sus costumbres.

    Siguiendo con el tema, nos gustaría hablar de las
    tiras diarias en términos de rating. Si con el unitario
    hablamos de una "estructura heterolítica", aquí
    hablaremos de una "estructura monolítica" ya que el
    formato diario, a diferencia del semanal, se considera por
    bloques, es decir los cinco días de la semana, por lo que
    si una tira en horario central es exitosa levanta todo el rating
    de dicha franja todos los días de la semana. En cambio, si
    la tira resulta un fracaso de audiencia, el rating de toda la
    programación de la franja central durante toda la semana
    tiende a bajar. De esta manera se analizan dos situaciones
    completamente opuestas y extremistas: si se logra un éxito
    con una tira diaria en horario central, el programa se convierte
    prácticamente en imbatible, generando una imagen ganadora
    del canal y una gran identificación con la gente. Por el
    contrario, si el programa no obtiene la repercusión
    deseada el fracaso es estrepitoso, como ocurrió en 2004
    con "Los Roldán" y "Los Pensionados", éxito y
    fracaso respectivamente.

    Pol-Ka y la tira costumbrista

    En los puntos anteriores ya establecimos la
    relación entre la crisis económica del modelo
    neol-liberal durante la segunda presidencia de Menem y la
    aparición de las productoras independientes.
    También analizamos la forma en que éstas, en
    especial Pol-Ka, fueron ganándose un lugar en la TV e
    introduciendo sustanciales modificaciones en el final de la
    década. Podría decirse que hablamos de las
    productoras, del formato diario pero no de los géneros
    elegidos para dicho formato y si de Pol-Ka se trata es ineludible
    el tema de la comedia. Si bien la comedia ha sido el formato
    predilecto de Pol-Ka y también de Ideas del Sur, suele
    asociarse más con la primera. Nosotros nos referiremos
    específicamente a la comedia costumbrista (ya que es de
    vital importancia para el cierre de nuestro trabajo) y en este
    aspecto consideraremos a "Gasoleros" (1998, Pol-Ka, Canal 13) de
    manera particular.

    Habiendo leído el libro TV manía de
    Luis María Hermida y realizando una suerte de
    edición de algunos de los textos que en él figuran,
    podríamos decir que la comedia costumbrista es un "comedia
    donde se recrean, con mucho humor, viñetas sociales y
    perfiles humanos retratados en personajes cotidianos y un
    lenguaje coloquial inmersos en ámbitos barriales
    reconocible". Siguiendo esta definición, esto fue
    precisamente lo que hizo Adrián Suar con "Gasoleros",
    aunque decir que él fue el creador de la comedia
    costumbrista sería ciertamente inexacto. Apelando
    nuevamente al aspecto histórico, encontramos ciertos
    antecedentes como "Yo soy Porteño" (1962, Canal 13), "Mis
    hijos y yo" (1964, Canal 13) o "Buscavidas" (1984, Canal 13).
    Pero sin duda el más fiel exponente del costumbrismo y
    aunque no es una comedia sino una telenovela es "Rolando Rivas,
    taxista" (1972, Canal 13) de Alberto Migré, que cuenta la
    historia de un taxista porteño (Claudio García
    Satur) que se enamora de Mónica (primero Soledad Sylveira
    y en la segunda temporada Nora Cárpena), una estudiante
    secundaria de un nivel social más alto. Según
    Hermida, el programa, que dura dos temporadas, marca

    "un hito en la historia del teleteatro y será
    uno de los de mayor audiencia de la televisión
    argentina". La cotidianeidad de sus personajes, su lenguaje y
    el ámbito en el que transcurre "marcan un giro en el
    formato que lo aproximan al costumbrismo alejándolo de
    la realidad. Jugando con las convenciones habituales del
    género y sin salirse de ellas, Migré construye un
    modelo de ficción que habrá de torcer
    definitivamente el rumbo de las telenovelas. Porque con la
    incorporación de datos de la
    realidad social y política del
    momento en la ficción […] crea un puente muy
    sólido de códigos y complicidades con el
    espectador no iniciado". (1999, 182-183)

    Cabe destacar también una frase de Migré:
    "la síntesis de Rolando…era volver a las fuentes,
    la cosa que la televisión había olvidado,
    recordarle a la gente que el barrio, los personajes populares de
    los que tenemos cierta vergüenza" (en Hermida y Satas
    1999).

    Y de esto se trató precisamente lo que hizo
    Adrián Suar con"Gasoleros" en 1998. Si puede decirse que
    Migré recuperó el costumbrismo en los 70 con
    rolando y Mónica, el mismo papel le corresponde a Suar en
    los 90 con Ranigassi y Roxi, en tono de comedia e introduciendo
    ciertas modificaciones con respecto a la comedia
    costumbrista.

    Como vimos, la tira costumbrista, ya sea telenovela como
    en el caso de "Rolando Rivas, taxista" o comedia como "Gasoleros"
    ha esatdo siempre presente en nuestra televisión, si bien
    la frase de Migré dje entrever cierta caída en
    desuso a lo largo del tiempo. Pero para referirnos a esto vamos a
    detenernos en el segundo caso, el de "Gasoleros", y tratar de
    explicar las razones que llevaron a reconsiderar la tira
    costumbrista (en este caso comedia) a fines de siglo. Creemos que
    Adrián Suar vio en dicho formato la medida justa para
    retratar la situación del país, una
    situación de resignación y desesperanza en la cual
    la cantidad de desempleados crecía día a día
    al mismo tiempo que la clase media se achicaba a iguales
    proporciones. Y es aquí donde la construcción de personajes como Panigassi
    (Juan Leyrado) y Roxi (Mercedes Morán), un mecánico
    y una taxista (como Rolando Rivas), desarrollan un papel clave.
    De clase media-baja, viven al día, con la nostalgia a flor
    de piel,
    peleandolá en una Argentina en plena crisis, con el
    recuerdo de tiempos pasados mejores (como los de "Alta
    Tensión", que constantemente repite Panigassi). Esto,
    sumado al gran complemento que proporcionan sus respectivos
    amigos y familiares y el popular clima barrial hacen de la tira
    un perfecto retrato de la actualidad del país con la cual
    el espectador se identifica y entabla una relación de
    familiaridad, vital para el desarrollo de cualquier programa de
    TV. Dice Luis María Hermida (1999): "la
    identificación con el público con un puñado
    de seres a los cuales reconoce como pares, si bien no garantiza
    nada, vuelve a mostrar su eficacia.

    Y esta es precisamente la razón y el logro de
    Adrián Suar, lo que le significó un gran
    éxito. Es decir la habilidad de dicho productor estuvo en
    saber ver (en términos televisivos) el momento
    económico del país y trasladarlo a la pantalla,
    interpretando la voluntad del público y haciendo honor a
    la famosa frase "la TV da lo que el público quiere". Esto
    no reviste ninguna sorpresa para nadie, pero fue él quien
    tomó el riesgo y marcó el camino a tiras
    posteriores como "Buenos Vecinos" (1999, Telefé) o "El
    Sodero de mi vida" (2001, Canal 13). Es decir: los productores de
    TV, al iniciar un proyecto buscan siempre aquellos con los que la
    audiencia de puede identificar y si trasladamos dicho principio
    básico a este caso debemos decir lo siguiente: si a fines
    de la década del 90 la crisis económica
    generó una fuerte baja de la clase media y un gran
    engrosamiento de la clase media-baja y baja, los autores, en este
    caso de la ficción que fue "Gasoleros", deben buscar crear
    una historia que atraiga al grueso de la gente, su potencial
    audiencia, con personajes de su misma condición o similar,
    lo que explica claramente la razón del éxito de
    "Gasoleros" en particular y del auge de la comedia costumbrista
    en general.

    Conclusión

    En la introducción, además de exponer las
    razones y el esquema de nuestro trabajo hablamos un poco de los
    comienzos de la televisión en relación a la
    actualidad y vimos como dicho medio funciona como reflejo de cada
    coyuntura en la que está inmerso, y para eso realizamos un
    breve resumen de la actualidad del país y de la comedia
    dividido en décadas, desde sus comienzos en los 50 hasta
    fines de los 90 y encontramos en esta última década
    nuestro terreno para la investigación y en la
    economía de dicha década un aspecto central para
    considerar con respecto a las experiencias televisivas de ese
    tiempo. Considerando esto, dividimos la década en dos:
    desde unos años antes de su comienzo (1989, año de
    la asunción de Menem) hasta 1994 y de 1995 a 1999. En la
    primera mitad analizamos el modelo económico impuesto por
    Menem y la situación económica del país en
    general asociándola en la tv a los unitarios. Luego en la
    segunda mitad hablamos de la Crisis vivida por dicho modelo a
    partir de 1995 o de la segunda mitad de 1994 –cabe decir
    que no hay fechas exactas con respecto a este tema, algunos
    autores plantean que dicha crisis se produjo a partir del "efecto
    tequila" y las sucesivas crisis internacionales y otros
    consideran que ésta se produjo con anterioridad- y
    observamos sus repercusiones en el medio televisivo considerando
    la aparición de las productoras independientes y el auge
    de las tiras diarias – que continua en la actualidad- y
    para este respecto nos centramos en la comedia costumbrista en
    general como género recuperado por Pol-ka y en particular
    en "Gasoleros", uno de sus mayores éxitos.

    Habiendo realizado una breve reseña de nuestro
    trabajo y ya para concluir con el mismo debemos decir que para
    nuestro análisis nos hemos basado en principios
    básicos de la economía que se manejan o
    deberían manejarse de manera corriente: si se vive una
    momento de prosperidad económica los presupuestos
    tienden a aumentar, por el contrario si se pasa por un momento de
    crisis estos tienden a ajustarse.

    Precisamente la tira semanal y la tira diaria se ajustan
    a estos dos principios respectivamente como analizamos en el
    discurrir de nuestro trabajo y explicar las causas de dicha
    afirmación sería caer en una redundancia. Dicho
    ajuste de presupuesto experimentados, para nuestro fin , por los
    canales genera a su vez el surgimiento y auge de una nueva
    modalidad en la televisión: las Productoras
    independientes. Por lo que podría decirse que durante la
    crisis económica declarada en la segunda mitad de la
    década del 90 los canales sufren un achicamiento en
    detrimento de la expansión de las productoras
    independientes, en especial de Pol-ka y Adrián Suar que
    luego de realizar una serie de unitarios y si bien Telefé
    pone al aire "Naranja y media" en 1997 como tira diaria en
    horario central, establece a la tira diaria como un recurso
    sistemático de programación con "Gasoleros" que
    resultó un éxito de cuyas razones ya hemos hablado
    basándonos en otro principio básico, en este caso
    de la televisión: "lograr la identificación con el
    público". Dicho programa se transformó en un hito
    en la historia de la
    televisión, ya que marca la recuperación de un
    género perdido como la comedia costumbrista y marca el
    inicio de una era de auge de costumbrismo en la televisión
    que se extiende hasta la actualidad a lo que se le suma sus
    altísimos ratings. Y también se constituye en un
    asunto vital de nuestro trabajo ya que lo consideramos la
    síntesis de todo lo analizado. En la introducción
    dijimos que la tira diaria y la tira costumbrista en la segunda
    mitad de los 90 son dos caras de la misma moneda: la crisis
    económica, en oposición a los unitarios del boom
    económico de pricipios de dicha década. Estos dos
    fenómenos se dieron enmarcados por el surgimiento de las
    productoras independientes, también florecidas durante la
    crisis y precisamente "Gasoleros" se ajusta a todos los factores
    analizados.

    Para concluir debemos decir que la televisión es,
    fue y seguirá siendo espejo de la actualidad, en este caso
    de la Argentina y que la década del 90 no ha sido la
    excepción.

    Referencias

    Buero, Luis. 1998. Historia de la
    televisión: contada por sus protagonistas, desde 1951
    hasta 1996
    . Morón: Universidad
    de Morón.

    Di Guglielmo, Hugo. 2002. Vivir del aire. La
    programación televisiva vista por dentro. Buenos Aires:
    Norma.

    Hermida, Luis y Valeria Satas. 1999. TV
    Manía. Programas inolvidables de la televisión
    argentina
    . Buenos Aires: Sudamericana.

    La Nación Revista. 17 de octubre de
    2004.

    Loiácono, Francisco. 2001. Crónica de la
    crisis de un país hiper: de la hiper-inflación a
    la hiper-recesión. En http://www.alfinal.com/Economia/crisisargentina.
    Octubre de 2004.

    Luna, Félix y Emilio L. Perina, eds. 2001.
    Todo es Historia. (411, octubre de 2001: 50 años
    de la televisión en la Argentina).

    Anexo

    Entrevistas

    Edgardo Borda
    Asesor de Producciones
    Externas – CANAL 13 – Buenos Aires

    Realizada el 28 de octubre de 2004

    ¿Cómo fue avanzando el género de
    la comedia a lo largo de la historia?

    Comedia Ligera. La tv había incursionado desde
    1962. Lo primero que llego a la tv fueron las comedias ligeras de
    Miguel de Calazares con "Cómo te quiero Ana", por ejemplo,
    que fue un remake de Lucy Boll.

    En los 90 ya había incursionado mucho la comedia.
    Lo que cambia es el público. Todo era más tranqui
    en aquella época, se puede ver que eran comedias sin
    ningún contrasentido, por ahí podías ver un
    gay pero se lo trataba como algo humorístico, dentro de
    este país de machistas.

    Con la llegada de la gente joven a la tv
    incursionó la comedia. Desde Socorro 5to año,
    señorita Maestra, La familia Falcón, blanca pero
    con una línea. Todo fue cambiando según el
    público, a sus exigencias. El publico dejó de lado
    lo que no les dejaba algo. Así avanzó la comedia
    ligera.

    ¿Qué evaluación
    puede hacer de los primeros años de los ’90 con la
    privatización de los canales?

    La tv tuvo una época privada antes del 90. De
    1960 que salieron el 13, 9 y 11: uno era NBC, otro CBS y otro
    ABC. Tenían contactos, no en contenido pero sí en
    tecnología que tampoco se completó por los vaivenes
    económicos de nuestro país. Todo eso se fue
    diluyendo y los que tenían porcentajes de acciones
    dejaron de lado la Argentina, entonces cada canal tuvo su
    estructura. En el 60 se instaló en canal 13 un
    género de tv. Armaron una estructura bien controlada.
    Mestre y su gente sabían cómo rendía un
    canal de tv y por qué iba a rendir. A cierta hora
    ponían entretenimientos, a otra ponían
    fílmico, a otra, series. Era todo muy cuadrado pero dio
    sus resultados. Trajo a la tv a actores que otros empresarios se
    resistían a traer, caso de José Marrone que era de
    la revista. Ellos empezaron a hacer humor muy blanco y se
    empezó a crear una línea familiera en la tv. Tv que
    siendo una comedia no tenia mucho compromiso. Eso fue la primera
    circunstancia, luego vinieron las intervenciones, el canal
    pasó a manos del Estado, vino la censura, y todo eso le
    hizo bastante daño a
    la tv. La privatización fue el empuje que la tv
    necesitaba. Después, al ser estatal se frenó porque
    cada interventor traía su grupo de gente, su forma de
    pensar, y se iba y venía otro y no había una
    coherencia de trabajo como puede existir hoy con errores y
    virtudes.

    Podías acertarla y hacer cosas buenas, no es que
    era todo malo, pero el advenimiento de la gente que en la tv,
    siempre digo que es un negocio, si no es un negocio no sirve, la
    tv en manos del estado no se veía como negocio, entonces
    la gente que estaba a cargo, cada interventor de cada canal
    quería que su canal esté en primer lugar porque se
    ponía medallitas él en su futuro
    político.

    En vez, el privado, quería que estuviera en
    primer lugar, buenas ventas, buenos productos, buenas figuras,
    comprar buen fílmico, etc. Una cosa es cuando la plata es
    del Estado, firmás un cheque y se
    acabó. Ahora, si la plata la tenés que rendir es
    otra cosa.

    Canal 7 ocupó el primer lugar de audiencia cuando
    4 empresarios de la tv privada lo manejaron con un criterio muy
    canal 13: Montero, Tabuada, Sosurian, se gastaron el presupuesto
    de todo el año en 6 meses. Pero lo pusieron en primer
    lugar, de ahí salieron una cantidad importantísima
    de programones. Le cambiaron la cara, le pusieron ATC le pusieron
    slogan, le cambiaron ese slogan frío que tenía en
    ese momento.

    En esta nueva reprivatización de los 90
    ¿cómo pudo haber influido en los canales pasar a
    manos de empresas?

    Todo esto tiene que ver con la bajada de línea
    que tenga el grupo. Lo que un privado quiere es que el canal
    dé ganancia, sea exitoso pero dé ganancias, se
    comenta que el canal 11 era líder y
    estaba en rojo, lo dijo en un reportaje uno de sus manager, y el
    canal estuvo en primer lugar largos años (91 – 92),
    entonces ahora el canal hizo otra cosa: han logrado equilibrar
    sus finanzas y
    colocarse en primer lugar. Nosotros venimos luchando tocando los
    puntos que podemos dentro de una organización donde en nuestro canal se
    respetan mucho los gastos y se intenta no hacer locuras y eso es
    beneficioso para todos los que vivimos del canal, acá se
    hacen los números y si no da, no da.

    ¿Hay factores que llevaron a los unitarios a
    convertirse en tira diaria en los ’90?

    Los brasileros vieron en la telenovela su fuente de
    ingresos y superaron los ingresos del carnaval de Río.
    Ellos no tenían problemas sindicales y podían
    contratar a la gente para que diga 2 palabras y tenerlo todo el
    día pagándole solo su caché. Acá el
    actor tiene que estar solo 6.25 horas en el estudio y si se pasa
    hay que pagarle horas extras, etc, etc. Ellos inventaron una muy
    buena técnica y empezaron a hacer telenovelas. En el 1er
    año doblaron las novelas al
    italiano y se las regalaron, luego los italianos se acostumbraron
    y empezaron a comprarla.

    Nosotros tenemos este género pero lo tenemos con
    mayores restricciones que los brasileros. La tira diaria es un
    producto en nuestro país que todavía está
    intentando entrar en el mercado extranjero. Algunos entran , pero
    si apuntamos a la costumbrista, no la entienden, por nuestra
    forma de ser. Por ejemplo, Gasoleros, que fue un exitazo, no la
    entienden, tampoco pueden entender cómo un taxista se
    levanta a una muchacha de la sociedad en Rolando Rivas. Todo eso
    hizo que los brasileros apuntaran a un mercado y se lo ganaran y
    ahora a la gente nuestra le cuesta.

    ¿Por qué cree que ahora a mediados de
    los 90 se apostó más a la tira diaria que a los
    unitarios?

    El unitario te daba mucha chapa. Había actores
    que no querían hacer telenovelas. Juan Leyrado se
    resistía bastante. Al chueco Suar le costó mucho
    convencerlo para Gasoleros, cuando el actor es bueno y se presta
    a hacer telenovela, hay que hacerla, telenovela o tira diaria, es
    lo mismo en este caso. Con la edición y todas las
    facilidades técnicas
    el actor se siente más cómodo y se presta
    más a las tiras que le depara la grabación de un
    capítulo por día pero en forma ordenada, es decir,
    por escenario, exteriores, etc, y antes era más complicado
    cuando se decía rodando y ahí había que
    hacer todo seguido.

    ¿Por qué cree que los canales, en
    especial CANAL 13, comenzaron a volcarse a la
    tercerización de la producción, es decir, las
    productoras independientes?

    Hay varias cosas que pueden ayudarlos a comprender: por
    empezar nosotros tenemos un canal con 5 estudios con superficies
    de 60 –70 metros cuadrados. Hoy en día, los que
    hacen tiras tienen estudios de entre 800 y 1000 metros cuadrados.
    POL-KA no los tiene, tiene estudios más chicos, hace
    escenografías mucho más chicas, reales. Nuestras
    cámaras son muy grandes, pero ellos tienen cámaras
    chiquitas que permiten grabar en ambientes pequeños. No es
    que nosotros estamos impedidos de hacerlo, podemos hacerlo,
    ¿por qué no? Pero tenemos trabas, en cambio, ellos
    que ya tienen sus equipos les permiten tener estudios más
    chicos.

    Y al vos tercerizar, desligás responsabilidades.
    Le decís a ellos que no te gusta algo, la iluminación, por ejemplo, y ellos lo tienen
    que cambiar pero no te cobran porque a vos no te gustó y
    no estás conforme con el producto. Te tienen que cobrar
    por algo hecho como vos lo pediste y hasta que estés
    conforme, pero si te sale mal a vos, vas a ser vos el que tenga
    que pagar cada vez que corrijas algo de tu producto.

    ¿A nivel económico trae algún
    beneficio como institución al canal?

    Sí, hay una causa económica. Quizás
    discuta con mis compañeros, pero hay beneficio, nosotros
    podríamos hacer lo mismo pero habría que hacer un
    replanteo, pero eso traería inversión y un
    montón de cosas. Si yo tengo quien me lo haga
    satisfactoriamente, lo hago afuera, igual que en USA. No
    contratás actores, no tenés cargas sociales de
    actores, etc.

    ¿Se sintió en los canales la crisis de
    Méjico de mediados de los 90? ¿Pudo hacer sido una
    de las causas?

    Nos afectaron a nivel reposición de equipos. Hay
    cosas que se mantienen porque la gente hace que las máquinas
    duren el doble o triple de su vida útil, pero la
    renovación es muy lenta.

    Todos los abatares económicos caen sobre TODAS
    las empresas. Los canales se van perjudicando pura y
    exclusivamente a medida que no pueden renovar
    material.

    ¿Y a su vez se produce la aparición de
    las productoras independientes que se enriquecen cada vez
    más… como algo inverso…?

    Sí, pero trabajan, dan trabajo a la gente,
    abrieron una nueva salida de la tv. Si nosotros queremos hacer
    una tira acá, ponele que lo hacemos en el estudio B,
    tenemos que dejar la escenografía armada, porque
    acá armábamos y desarmábamos
    escenografía, eso costaba hombre hora,
    movimiento de
    gente, iluminación que se movían los faroles de un
    lado al otro. Las productoras independientes, tienen un estudio,
    arman el decorado y lo iluminan. Teniendo estos estudios nos
    vemos limitados a producir un programa por estudio. Antes
    nosotros hacíamos todo acá. Pero terminaba un
    programa y desarmaban todo y volvían a armar para otro
    programa en 48 hs. Así había una acumulación
    de escenografía por cada rincón del canal. Era una
    forma de trabajar, nadie dice que estaba mal, pero por ejemplo,
    vos te ibas a TELEINDE y tenias 6 estudios de 1200 Metros
    cuadrados y podías armar 36 escenografías en cada
    uno. Entonces los decorados ya quedan y el guionista ya sabe que
    contará con habitaciones, living, cocinas, oficinas, y
    todos los ambientes que se necesitarán durante todo el
    ciclo incluyendo a los exteriores, por supuesto.

    ¿Qué le significa al canal una tira
    diaria en términos de realización, abarata
    costos?

    No, no me parece, porque el canal llegó a tener
    una tira en el estudio A, con 7 escenografías, y se pudo
    hacer.

    ¿Por qué cree que en estos
    últimos años se dio el boom de las tiras
    costumbristas?

    El público es un poco el que te traza la
    historia. Fíjense ustedes el éxito que hizo Natalia
    Oreiro con este chico, y ahora cambió su perfil de
    programa para hacer El Deseo y no le fue bien. Y miren el
    melodramón de Padre Coraje con Facundo Arana y les va
    bárbaro. El público te va dando la línea.
    ¿Se puede entender en un país de machistas como
    éste que el HIT de la tv esté protagonizado por un
    travesti? Bueno, todo esto te lo da el público. Si hace 20
    años yo te decía que en una tira había un
    travesti que tenía un acercamiento a un hombre me hubieses
    dicho "´tás loco vos?". Y ahora la gente lo ve, se
    ríe, le causa gracia. Entonces el público ha
    cambiado.

    Comparando el costumbrismo de "Rolando Rivas" con el
    costumbrismo de "Gasoleros", ¿podría decirse que
    este último reinventó y modificó un poco el
    costumbrismo?

    No. Era similar, las épocas eran distintas. En
    Rolando Rivas, salía Leonor Benedeto que era la
    cuñada y un hembrón impresionante en enagua, que
    era un ataque, junto con Alberto Migré, que es un tipo de
    barrio, hizo que Gasoleros sea distinto pero por las
    épocas.

    El costumbrismo es la realidad de cada país en un
    momento determinado, si el país cambia, cambiará el
    costumbrismo. Pero en la esencia de su definición, siempre
    reflejará a la sociedad.

    ¿Qué visión tiene de la
    actualidad en la TV, la batalla por el Rating?

    La batalla por el rating será algo que
    existirá toda la vida lamentablemente hasta que en nuestro
    país no haya una medidora en la que todos confiemos.
    Existe una sola que tira datos que se dan de patadas que todos la
    aceptan porque es la única, no te podés quejar
    porque no hay otra. O recibís IBOPE o nada. Tenés
    que agachar la cabeza y decir, bue… será como IBOPE
    dice… aunque hay cosas que te lo demuestra la gente estudiosa
    que no es tal. No negando el liderazgo de
    ningún canal. Yo digo que hay cosas que no me cierran de
    la medición. Y como a mí, a otra gente.
    En una época hubo 3 medidoras, se juntaron las 3 e
    hicieron una sola. Peor que antes. Porque antes cada una daba su
    número y vos te quedabas con el que
    querías.

    Ha habido intentos de cambio y los sigue habiendo, pero
    tiene que ser una voluntad de los permisiarios de los canales de
    TV. Porque esos intentos que quiere tener el COMFER de poner una
    medidora por su cuenta, yo creo que si no está bien
    encarada, va a tener el mismo fracaso que las demás. En
    vez, si vos encontrás una empresa que
    quiera venir al país, puedas estudiarla y saber que
    trabaja bien y te presenta un proyecto importante y serio en
    materia de medición, entonces ahí puede ser que la
    cosa cambie. Ojo, no quiere decir que cambien los ratings. Quiere
    decir que puede cambiar la credibilidad que tengan los del medio
    sobre el rating. Porque los del medio tenemos una mala costumbre:
    cuando ves que te va bien, creés en el rating y cuando te
    va mal, no creés en el rating. Pero lamentablemente si
    estudiás esta planillita satánica hay cosas que
    matemáticamente no te cierran. Pero… así
    estamos.

    Muchísimas gracias.

    Noooo, faltaba más.

    Gustavo Gallo
    Analista de
    Planificación de Programación – CANAL 13
    – Buenos Aires

    Realizada el 28 de octubre de 2004

    ¿Qué significa una tira semanal en
    términos de programación?

    Al estar, teóricamente, 5 días a la semana
    tiene un peso específico muy diferente al unitario. Tiene
    un público cautivo, a diferencia del unitario que tiene un
    público que semanalmente los sigue, varía su costo,
    no solo el artístico sino el costo de la tira para el
    canal y el desarrollo. Generalmente una tira tiene una historia
    que se empieza a entrelazar entonces agarra caminos inesperados
    que hasta ese momento no se pensaban tomar, aparecen nuevos
    personajes, se potencian algunos otros, se caen otros, mientras
    que el unitario tiene como un capítulo que empieza y
    termina, si bien es parte de un todo, tiene otro valor a nivel
    historia, es una historia que se desarrolla de otra forma.
    Generalmente en cada capítulo se desarrolla un tema
    diferente mientras que la tira es una ilación de cosas que
    van sucediendo y pueden agarrar caminos inesperados, a veces para
    bien y a veces para mal.

    ¿Y en términos de éxito y
    rating?

    Tiene mucho más peso una tira que un unitario. La
    tira logra cautivar un público que realmente compra los
    personajes, compra la historia, compra lo que va pasando
    día a día y el rating generalmente se encuentra en
    programas que van de lunes a viernes mientras que al unitario le
    es un poco más difícil. La competencia del otro
    lado es mucho más difícil, no siempre compite
    contra el mismo.

    Y hablando de esta diferencia semanal-diario,
    ¿tiene una idea de por qué en la última
    mitad de la década del 90 se pasa de unitarios a tiras
    diarias?

    En la TV hay algo que es fundamental, que al principio
    no siempre es tomado en cuenta, aunque está presente, que
    son los costos. O sea, el costo beneficio. En la década de
    los 90 había una economía muy diferente en
    Argentina hasta lo que fue hace poco tiempo. Era una
    economía que permitía ciertos lujos. Si armamos una
    guía de programación donde hay mas unitarios que
    tiras, es mucho más caro para un canal de TV si los
    produce o si los hace un proveedor externo. Mientras que la tira
    logra que ese costo se reparta de otra forma. Sale mucho
    más barato un capítulo de una tira que un
    capítulo de un unitario. Entonces ante la crisis que
    sufrimos se ha limitado a la TV a que prepondere estas tiras, que
    sean mucho más fáciles de poner al aire, que cubran
    mayor cantidad de horas a un costo relativamente igual. Por eso
    es que hubo un quiebre a modo de bolsillo más que otra
    cosa.

    ¿Que los canales se vuelquen a la
    tercerización de la producción encuentra tambien
    una causa económica?

    Sí: desde el punto de vista inicial, darle un
    proyecto a un productor externo es mucho más fácil
    que a través de una estructura como la de un canal que
    puede producir muchos programas propios; y también desde
    el punto de vista del riesgo, o sea, desde el punto de vista
    donde el programa hace un éxito o hace un
    fracaso.

    En cualquiera de los 2 casos es versátil. Es
    mucho menos arriesgado darle un proyecto a alguien externo y que,
    de alguna manera, participe en el riesgo, que hacerlo desde tu
    propia casa. En donde si tenés que armar la
    producción, contratar figuras. Una vez que los
    tenés dentro de tu casa es mucho más complicado
    moverlo. Por eso hay muchos programas que han tenido demasiados
    cambios de horarios y días y generalmente son los
    programas que se hacen en un canal de TV. Ahora si lo hace un
    productor externo directamente se reemplaza y es mucho más
    fácil hacerlo de esa forma.

    ¿Qué opina del boom de la tira
    costumbrista?

    Bueno, costumbrista es un maquillaje ¿no?. En
    realidad se trata siempre de historias de amor, historias de
    personajes que son muy divertidos, que realmente hacen entretener
    a la audiencia. O sea, que el maquillaje del costumbrismo
    pegó y, como cualquier cosa que sucede en un medio y pega,
    no se abandona. Hasta que desciende de los parámetros del
    rating que uno estima y ahí se busca alguna alternativa.
    Realmente ha sido un boom la tira costumbrista y hay dos facetas:
    una que puede ser un poco más para target de gente de
    nivel media y alta; y otros que están apuntados hacia
    niveles socioeconómicos más bien bajos.
    Generalmente lo que lleva a niveles medios y bajos
    tiene mucho más peso en rating que lo que tiene la otra.
    Pero son dos productos muy parecidos: varían en los
    personajes, en qué les pasa a los personajes en
    dónde se desarrolla la historia. Pero básicamente
    siempre están pobres y ricos, el amor imposible, hay como
    condimentos que siempre están presentes y que se les da un
    maquillaje para que apunte hacia un target o hacia el
    otro.

    ¿Qué opina de la actualidad de la
    TV?

    La televisión de hoy es absolutamente
    versátil. No es constante. Es muy difícil que ahora
    las programaciones de los canales duren un año como
    solía pasar tiempo atrás, sino que se mueve todo el
    tiempo, está viva día a día y momento a
    momento. Tiene sus pro y sus contra: los pro es que lo que se
    busca es pelear ese punto de rating todo el tiempo, y los contra
    están dados porque la gente en sí sigue teniendo su
    costumbre de querer ver un programa en una determinada hora o un
    determinado día y muchas veces eso no se cumple. Y bueno,
    es un poco a ver qué agarro, prendo el televisor y no se
    qué va a haber. Tiene sus riesgos. Lo
    que yo creo es que todo es cíclico y se va a volver a una
    situación de estabilidad porque realmente, a nivel
    programación, es mucho más interesante para el
    público, genera esa costumbre de ver algo sabiendo el
    día en que va a estar; y por el otro lado, se están
    rompiendo algunos moldes. Las tiras costumbristas, tal vez dentro
    de un tiempo, serán tiras de otro tipo. Tal vez de
    ciencia
    ficción, qué se yo. O sea, si bien mantienen el eje
    de la historia, como dije antes, es muy parecida. Ya de por
    sí, el éxito de Padre Coraje te lo demuestra. Que
    es una tira de época, cosa que hasta hace muy poco tiempo
    se veía como algo medio extraño. Es como que se
    abre el abanico de posibilidades y lo que, hasta hoy, es una cosa
    impensada, mañana puede ser un éxito. Y de eso hay
    hechos concretos: el éxito de Los Roldán con esta
    situación dada de pobres y ricos, de un empresario que se
    enamora de un travesti; hasta hace poco tiempo, decir eso en la
    televisión era medio tabú. Hoy por hoy es un
    éxito que todo el mundo reconoce. Así que pienso
    que se va a seguir rompiendo con el molde, se va a hacer mucho
    más interesante y rica. Pero todo eso depende del
    éxito o repercusión que tenga con el
    público. Si no hay llegada, el producto se muere
    ahí. Veo que será mucho más desafiante en
    cuanto a propuestas. Es muy fácil retrotraerse un par de
    años y darse cuenta que la TV de hoy no hubiera sido
    posible. Hoy, con esta base, pueden ser posibles muchas otras
    cosas que, capaz que nosotros, por ahora tenemos simplemente
    ideas, pero quedan ahí.

    Muchas gracias.

    De nada, gracias a ustedes.

     

    Guillermo De Nicola

    Sebastián Gabe

    ISER

    1° año – Producción y
    Dirección

    Géneros radiales y televisivos

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