Debate sobre la
Trinidad
- Normas del debate sobre la Trinidad entre A.
Yusuf y D. Vicente (26/09/04 –
3/10/04) - Debate
- Conclusiones y
reflexiones finales sobre el debate sobre el dogma
trinitario
NORMAS DEL DEBATE SOBRE
LA TRINIDAD ENTRE A. YUSUF Y D. VICENTE (26/09/04 –
3/10/04).
1)
Partiendo de la base de que mi punto de vista es el
católico y el tuyo el musulmán, podremos emplear la
Biblia y el Corán, así como la tradición
Patrística, para probar o desautorizar nuestros
respectivos enfoques. Huelga decir
que ni a ti te vincula todo lo que afirme la Biblia, sino
sólo en tanto que es acorde al Corán, ni a
mí me vincula todo lo que sostenga el Corán, sino
sólo en tanto que se corresponde con la Biblia. Los
argumentos filosóficos serán válidos para
los dos.
2) El debate empezará el lunes próximo y
terminará el viernes de la misma semana, pudiéndose
prorrogar los días que convenga en caso de que fuera
necesario.
3) Será un debate singular, entre tú y yo,
aunque subsidiariamente se añada quien lo desee para
aportar su punto de vista, que podremos tener o no en cuenta.
4) Ambos participantes dispondremos de un turno en cada
ocasión. Es decir, no se podrá responder dos veces
seguidas y en mensajes separados hasta que el otro contendiente
no haya consumido la suya. Te cedo la entrada, si estás
conforme.
5) La extensión de los escritos deberá ser
razonable, en aras de la fluidez. Este principio puede
sacrificarse en un momento determinado, si se estima pertinente,
pero no por sistema. No
estará permitida la remisión a textos ajenos, salvo
citas oportunas y bien traídas a colación.
6) Las actas del debate se publicarán en lugares
visibles de los foros de ambos polemistas una vez terminado
aquél*1, en su integridad y sin omitir ningún
contenido relevante.
*1 Como puede apreciarse, me he tomado la licencia de irlas
publicando antes de su terminación.
Dirección del debate:
* * * * *
*
(1) ABDALLAH
YUSUF
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
La Paz sea con todos ustedes. Saludos. Dice el Sagrado
Corán:
"¡Oh, Gente de la Escritura!
¡No exageréis en vuestra religión! No
digáis de Dios sino la verdad: que el Mesías,
Jesús, hijo de María, es solamente el Enviado de
Dios, Su Palabra, la cual El Ha comunicado a María, y un
Espíritu que procede de El. No digáis
‘Tres’. ¡Basta ya! Será mejor para
vosotros. Dios es sólo Un Dios Uno. ¡Creed, pues, en
Dios y Su Mensajero! ¡Glorificado sea de tener un hijo!
Suyo es cuanto hay en los cielos y en la tierra.
Dios basta como Protector. El Mesías no tiene a menos ser
un siervo de Dios. Tampoco los ángeles
allegados lo tienen. A todos aquellos que menosprecien adorarle y
sean altivos, les congregará hacia Sí (en el
Infierno)". (4:171 y 172)
"No creen, en realidad, aquellos que dicen: Dios es el
Mesías, hijo de María. Dí
¿Quién podría impedir que Dios, si El
quisiera, Hiciera morir al Mesías, hijo de María, a
su madre y a todos los de la tierra? De
Dios es el Dominio de los
Cielos y de la Tierra y de lo que entre ambos existe. El crea lo
que quiere. Dios es Omnipotente". (5:17)
"No creen, en realidad, quienes declaran: Dios es el
Mesías, hijo de María, siendo que el mismo
Mesías ha dicho: ¡Oh, hijos de Israel!
¡Adorad a Dios, mi Señor y el vuestro! Dios veda el
Jardín (del Paraíso) a quien asocia algo a Dios. Su
morada será el Fuego. Los impíos no tendrán
quien les auxilie". (5:72)
"No creen, en realidad, quienes dicen: "Dios es el tercero de una
trinidad. ¡No hay más Dios que Dios Unico! Si no
paran de decir eso , un castigo doloroso alcanzará a
quienes de ellos no crean. ¿No se tornarán hacia
Dios pidiéndole perdón? Dios es
Indulgentísimo, Misericordiosísimo. El
Mesías, hijo de María, no es más que un
Enviado que fue precedido por otros enviados. Su madre era veraz.
Ambos tomaban alimentos (como
cualquier mortal ). ¡Mira cómo les explicamos los
Signos!
¡Y mira cómo se desvían! Dí:
¿Acaso vais a adorar en lugar de Dios a aquello que no
puede dañaros ni beneficiaros? Dios es Quien todo lo oye,
Quien todo lo sabe. Dí: ¡Oh, gente de la Escritura!
No exa- geréis en vuestra religión, profesando algo
diferente a la Verdad, y no sigáis las pasiones de la
gente que ya antes se ha extraviado, que extravió a muchos
y que se apartó del camino recto". (5:73 a77)
"Y cuando Dios le dijo: ¡Oh, Jesús, hijo de
María! ¿Acaso has sido tú quien le dijo a la
gente?: ¡Tomadnos a mí y a mi madre por dioses en
lugar de Dios! (Jesús) le contestó:
¡Glorificado seas! ¿Cómo voy a decir algo que
no tengo por verdad? Si lo hubiera dicho, Tú lo
Habrías sabido. Pues Tú conoces lo que hay en
mí, más yo no conozco lo que hay en Tí.
Tú eres Quien conoce perfectamente todo lo oculto. No les
he dicho más que lo que me Has ordena do: ¡Adorad a
Dios , mi Señor y el vuestro! Fui testigo de ellos
mientras estuve con ellos. Pero cuando me llamaste hacia
Tí, fuiste Tú Quien los controló. Tú
eres Testigo de todas las cosas. Si les castigas, son Tus
siervos. Si les perdonas, Tú eres Poderosísimo,
Sabio". (5:116 a 118)
"El (Jesús -P-) no es más que un siervo a quien
Hemos agraciado y a quien Hemos puesto como ejemplo a los hijos
de Israel". (43:59)
Dios Altísimo es Veraz.
Sostengo que la doctrina de la trinidad no tiene fundamentos ni
en la Revelación confirmada ni en la razón o el
intelecto. Se trata de un dogma impuesto a partir
de los Concilios de Nicea y Constantinopla, dogma que los
cristianos son forzados a aceptar en forma ciega, sin posibilidad
de razonamiento lógico ni análisis intelectual, y que contiene
más de una aberración tanto desde el punto de vista
del intelecto como del Mensaje de todos los Profetas (con ellos
sea la Paz).
Y sostengo que la postura del Islam expuesta en
forma resumida en los anteriores párrafos del Sagrado
Corán es correcta desde el punto de vista racional,
lógico, y desde la visión traída por todos
los Profetas y las enseñanzas dejadas por ellos, incluso
por el mismo Jesús (la Paz sea con él). Veamos
qué tiene para decir nuestro amigo cristiano en defensa
del dogma trinitario.
Dios es Amigo de los creyentes sinceros: los extrae de las
tinieblas hacia la luz. Y no hay
Fuerza ni
Poder sino en
Dios Altísimo. Que Dios Bendiga, otorgue Su Misericordia y
Paz a nuestro Profeta Muhammad y a su familia, y a
todos los Profetas anteriores. Que la Bendición de Dios,
Su Misericordia y Paz sean con quienes buscan la verdad por la
verdad misma.
Saludos.
Abdallah Yusuf de La Plata.
* * *
(1) DANIEL VICENTE
En primer lugar, hay que corregir los errores más
frecuentes acerca de la Trinidad. El Dios de Israel no son tres
dioses, sino uno solo, expresado en tres personas o
hipóstasis distintas. Ahora bien, su expresión no
depende de la polisemia del lenguaje de
los hombres, pues refiere al primero de los principios
ontológicos, previo a toda multiplicidad y a todo ser; ni
hace alusión a la misma persona en tres
estados sucesivos (como creen los modalistas), ya que las tres
son coeternas; ni remite a ninguna operación
aritmética de agregación o multiplicación,
dado que no concierne a la cantidad.
La Trinidad, entonces, no puede concebirse humanamente, desde un
prisma finito, temporal, obtuso. Ella es, en consecuencia,
incomprensible, insondable, inefable, indeducible, inagotable. Es
el bautizo de fuego para la fe, pero también piedra de
tropiezo y roca de escándalo para la impiedad. Los
cristianos creemos porque el Verbo profetizador y profetizado se
hizo carne, murió y resucitó; porque su presencia
subyace en la letra de las Escrituras y fue conocida por los
Patriarcas, si bien en la sacra tiniebla de lo que todavía
no puede soportarse; porque incluso los filósofos inspirados, fieles o paganos, dan
razón de ella.
No mintáis a sabiendas al decir que la Trinidad fue un
dogma conciliar, una invención de obispos, pues
ningún concilio se habría celebrado si la fe de la
mayoría de la Cristiandad no se hubiera visto atacada por
las heréticas indagaciones de Arrio, basadas en la
filosofía de Aristóteles. No afirméis
insensatamente que Constantino promovió una
división tal, ni olvidéis que la unidad religiosa
del Imperio era uno de sus principales cometidos. No
creáis, por último, que los católicos
hostigaron a los arrianos por sus errores, sino más bien
que aquéllos tuvieron que sufrir persecución a
manos de éstos por su fidelidad al mensaje
apostólico.
La humildad y la debilidad de Jesús, esgrimidas como una
lacra por los enemigos de su nombre, no constituyen objeciones
válidas a su condición divina. Son un misterio en
la economía
de nuestra salvación, que no podía llevarse a cabo
por la sola gracia, endurecidos como estábamos para
recibirla, sin gravísimo menoscabo del humano
albedrío y del orden universal. Tan necesario era el
sacrificio de Cristo, muerto por nuestros pecados, como que
creyésemos que no era un mero hombre el que
perecía por nosotros, sino el propio Dios creador, que
descendió a vivir con los hombres a semejanza de los
mismos para confirmarnos su doctrina, desvelarnos las Escrituras
y abrirnos el camino a la vida eterna. El mayor de todos puede y
debe servir a sus hermanos para ser el mayor en caridad.
Intentad, musulmanes, entender esto y os habréis hecho con
la esencia del cristianismo,
que es la imitación del Cristo.
Saludos.
Daniel.
* * * * *
*
SEGUNDO
TURNO.
(2) ABDALLAH
YUSUF
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
La Paz sea con ustedes: saludos a todos. En mi primer mensaje yo
dije:
"Sostengo que la doctrina de la trinidad no tiene fundamentos ni
en la Revelación confirmada ni en la razón o el
intelecto. Se trata de un dogma impuesto a partir de los
Concilios de Nicea y Constantinopla, dogma que los cristianos son
forzados a aceptar en forma ciega, sin posibilidad de
razonamiento lógico ni análisis intelectual, y que
contiene más de una aberración tanto desde el punto
de vista del intelecto como del Mensaje de todos los Profetas
(con ellos sea la Paz)".
Parte de mis afirmaciones ya han sido confirmadas por el amigo
Daniel (irichc) en su mensaje, ya que él dice:
"La Trinidad, entonces, no puede concebirse humanamente, desde un
prisma finito, temporal, obtuso. Ella es, en consecuencia,
incomprensible, insondable, inefable, indeducible,
inagotable".
Es decir que es un dogma que no se puede razonar ni concebir con
la lógica
o el intelecto. Es irracional, una aberración desde el
punto de vista del intelecto. Tal es así que no lo pueden
explicar con palabras simples y directas, como hablaba
Jesús y los demás Profetas (con ellos sea la
Paz).
Yo dije que los cristianos son forzados a aceptar el dogma en
forma ciega, sin ningún análisis racional. Daniel
(irichc) acota:
"Los cristianos creemos porque el Verbo profetizador y
profetizado se hizo carne, murió y resucitó…"
¿Cómo puede verificar un cristiano que realmente
Dios se hizo carne, murió y resucitó?
Y si murió, ¿qué pasó con el resto de
la trinidad? ¿En esos días dejaron de ser tres
personas y pasaron a ser sólo dos? ¿O todo Dios
murió y el Universo
quedó sin Administrador?
¿O sólo fingió morir? ¿O sólo
murió una parte, un tercio de Dios?
Veremos luego si tiene fundamentos en la Revelación. Pero
hablemos un poco de los concilios. El concepto de la
trinidad se fue desarrollando a partir de la continua influencia
del paganismo grecorromano dentro del cristianismo primitivo, a
pesar de que los cristianos orientales eran marcadamente
unitaristas. La división entre facciones culminó en
enfrentamientos sangrientos, que llevaron al Emperador
Constantino, flamante cristiano, a convocar el primer Concilio
General en Nicea, en el año 325, para determinar los
dogmas oficiales del cristianismo. Las posturas eran la
trinitaria, sostenida notoriamente por Clemente y Atanasio, y la
unitarista, de Arrio, sacerdote de la Iglesia de
Alejandría y discípulo de Luciano de
Antioquía.
Arrio decía que "el Hijo" era de distinta naturaleza que
"el Padre", que era una criatura de Dios. Merced a la influencia
política
desplegada por los primeros, la asamblea de Nicea definió
la doctrina de las relaciones del Padre y del Hijo, declarando
que la naturaleza de éste era de la misma substancia que
el Padre, es decir, consubstancial a Él. De esta manera
triunfó la postura trinitaria, que cobró forma con
el conocido dogma atanasiano o Credo. Esto precipitó la
masacre y persecución de los "herejes" unitaristas, lo
cual llevó a la muerte
aproximadamente a un millón de personas (Primer genocidio
cometido con el ropaje cristiano).
España
por su parte fue "arriana" (es decir, monoteísta) hasta el
siglo VII. Gracias a un edicto del rey Recaredo I, que
creía en la Trinidad, se implantó el catolicismo y
con él la Trinidad, en el año 600 y bajo pena de muerte
de todo aquel que no estuviese de acuerdo. Así fue como se
terminó de eliminar todo vestigio de creencia unitarista
dentro de los cristianos, en especial dentro de la Iglesia.
Posteriormente otras tendencias han supuesto algo parecido a la
postura de Arrio. Por ejemplo los Testigos de Jehová los
cuales creen, basados en algunos versículos (como
Apocalipsis 3:14), que Jesús es la primera creación
de Dios y no es Dios ni es igual a El, por lo que no
tendría sentido una Trinidad: Pr 8, 22; Jn 17, 5; Col 1,
15-16, Ap 3, 14 Luego de Nicea hubo otro Concilio en
Constantinopla donde se refinó el texto del
dogma, se dilucidó la naturaleza divina y humana a la vez
de Jesús y se incorporó el Espíritu
Santo a la figura de la trinidad. Es decir que hasta el
año 381 DC (Concilio de Constantinopla, bajo el emperador
Teodosio) no fue instituido el dogma de la trinidad.
A pesar de esto, se debieron realizar cerca de veinte o
más Concilios ecuménicos hasta el Vaticano II, para
los católicos, aunque los protestantes no los siguen
todos, al menos desde Trento alrededor del 1500. Sin embargo, si
siguen los de los primeros siglos, donde se produjeron las peores
aberraciones doctrinales. Pues ambos grupos
mayoritarios en el tema de la trinidad están de
acuerdo.
Entre los Evangelios, es el de Juan de donde se sacan más
datos que
supuestamente aluden a la trinidad, aunque es Pablo, al parecer,
quien primero habla de ella o, mejor dicho, de lo que entendieron
más tarde que debería ser una trinidad. Y nos
referimos a expresiones de las que se puede inferir este dogma,
pero que no está expuesto en forma clara y
explícita.
Cuando hablamos de argumentos basados en expresiones de los
Evangelios, se debe tener en cuenta un punto fundamental que ya
mencionamos en la primera parte de este trabajo: que
no se conservan Evangelios originales ni anteriores al siglo IV,
por más que los cristianos quieran esforzarse en negarlo.
Lo único anterior son piezas de tamaños diminutos
como el p52, de 7x5cm, supuestamente perteneciente al evangelio
de Juan, que es del siglo II (en red se puede encontrar una
fotografía
del pedazo de papiro).
David Lyle Jeffrey dice lo siguiente : "De acuerdo a la
creencia católica ortodoxa, Dios es Uno en naturaleza, en
tres personas Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Ninguno de
ellos precede o creó o supera en posición o poder
al otro .En términos teológicos precisos, las tres
personas son una en substancia, coeternas, y mutuamente iguales.
Esta doctrina, es estos términos no aparece en las
Escrituras …La doctrina de la trinidad fue forjada gradualmente
a lo largo de un período de unos trescientos años o
más… No sorprende entonces que el tema de la
consustancialidad, coeternidad, e igualdad entre
las personas (de la trinidad) haya permanecido como un centro de
diversos debates teológicos y que fuese discutido con
frecuencia en el contexto de diversas herejías…En 381 DC
los Obispos se reunieron de nuevo en Constantinopla, y
establecieron la forma final del dogma (tal como se conoce hoy)"
Diccionario de
la Tradición Bíblica en la Literatura Inglesa, David
Lyle Jeffrey, p. 785
Hay mucho para hablar en este debate que recién
recién comienza. Que la Bendición de Dios sea para
quienes buscan la verdad por la verdad misma. Saludos.
Abdallah.
* * *
(2) DANIEL VICENTE
Querido Abdallah:
Dices que ni la revelación divina ni el intelecto humano
coadyuvan en la noción trinitaria de Dios. Te
mostraré que sí.
La doctrina de la Trinidad sostiene que, así como Dios es
eterno, su Logos procede eternamente de Él. Ahora bien, el
propio Corán designa la misión
universal de Jesucristo y emplea el verbo "proceder", en boca de
Dios, para referirse al Salvador:
"Lo pondremos como aleya [signo] entre los hombres y como
misericordia procedente de Nos" (Azora 19:21).
También, en el siguiente pasaje, parece indicar que
Jesús fue engendrado en el seno de María por el
Espíritu Santo, y del mismo modo, insiste en su
misión universal en la Tierra, algo que lo
distinguiría de todos los profetas que le precedieron:
"Y acuérdate de aquella que conservó su virginidad.
Infundimos en ella parte de nuestro Espíritu. De ella y de
su Hijo hicimos una aleya [signo] ante los mundos" (Azora
21:91).
No es, en fin, menos explícito en este otro,
señalando a Jesús como Palabra de Dios e intercesor
ante Él:
"Acuérdate de cuando los ángeles dijeron:
'¡Oh, María! Dios te albricia con un Verbo, emanado
de Él, cuyo nombre es el Mesías, Jesús, hijo
de María; será ilustre en esta vida y en la
última, y estará entre los próximos a
Dios…'" (Azora 3:40-45).
Pero es especialmente en el Evangelio donde encontramos sus
títulos de divinidad:
1) Jesús está profetizado en Daniel como
"Hijo del hombre", en Isaías como el siervo
sufriente ("Dios con nosotros"), y es reconocido por San
Juan Bautista en los mismos términos: "He aquí al
cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn. 1, 29).
2) Jesús realiza su entrada mesiánica en
Jerusalén montado en un pollino, como profetizó
Zacarías.
3) Dios proclama de él: "Éste es mi Hijo
amado en quien me complazco: escuchadle" (Mt. 3, 17; Lc. 9,
36).
4) Jesús, como Dios, se arroga la potestad de
cambiar los nombres: "Y yo a mi vez te digo que tú eres
Pedro" (Mt. 16, 18).
5) También dice que "el Hijo de Dios es mayor que
el sábat" y que ha venido para dar cumplimiento a la
Ley, cosa que
ningún otro profeta había osado antes, ya que
sólo él estaba investido de plena autoridad
divina. Él renueva los mandamientos ("Habéis
oído que
se dijo… Pues yo os digo…").
6) Jesús, a quien la naturaleza obedece, calma la
tempestad (cf. Mc. 4, 35-41).
7) Jesús, como el espíritu de Dios narrado
en el Génesis, camina sobre las aguas (cf. Mc. 6, 45-52).
Pedro lo acompañó siguiendo su mandato, y tuvo que
tomar su mano para no hundirse.
8) Jesús prevé las persecuciones contra los
cristianos: "y por mi causa seréis llevados ante
gobernadores y reyes" (Mc. 13, 9-13), así como la
división que causará su doctrina entre judíos,
paganos y musulmanes: "Sí, he venido a enfrentar al hombre
con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su
suegra…" (Mt. 10, 35).
9) Jesús remite los pecados, para escándalo
de los fariseos (cf. Mc. 2, 7). Afirma: "¡y dichoso aquel
que no halle escándalo en mí!" (Mt. 11, 6).
10) Jesús da la vida eterna: "El que encuentre su
vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí,
la encontrará" (Mc. 8, 34-35), porque es superior a la
vida: "Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su
madre, a su mujer, a sus
hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no
puede ser discípulo mío" (Lc. 14, 26-27)..
11) Jesús es eterno y omnipresente: "Y he
aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta
el fin del mundo" (Mt. 28, 20).
12) Jesús predice el momento de su propia
resurrección, al tercer día (Mt. 20, 19).
13) Jesús habla de sí mismo como Maestro
("No está el discípulo por encima del maestro") y
Rey ("mi reino no es de este mundo").
14) Jesús separará el grano de la paja en el
Juicio final (cf. Mt. 25, 31-46).
15) Los discípulos de Jesús le reconocen
como Dios, a lo que él asiente complacido: "Verdaderamente
eres Hijo de Dios" (Mt. 14, 36); "Tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios vivo" (Mt. 16, 16); "Señor mío y Dios
mío" (Jn. 20, 28).
16) Jesús se declara Hijo del Hombre ante el
Sanedrín, y es mandado crucificar por ello (cf. Mt. 26,
64-66).
Para finalizar por ahora, también el Antiguo Testamento
ofrece múltiples testimonios de la filiación
celestial de Jesús y del carácter trino de Dios. No entraré
de momento a examinar las profecías. Bástenos con
saber a qué estaba aludiendo Jesucristo cuando
habló del "signo de Jonás" como el último y
más importante de sus milagros.
La apologética musulmana adopta al respecto el punto de
vista de los herejes docetas (de dokéo, parecer, y
dóxa, opinión), que creían que Cristo
sólo en apariencia había tenido un cuerpo y, por lo
tanto, sólo en apariencia había muerto. No
podían concebir que Dios, el Señor del universo,
expirase en la cruz, sin reparar en que fue su carne la que
murió y no su espíritu. Modalismo y docetismo,
pues, se complementaban para negar las cualidades humanas de
Cristo, justo al contrario de lo que sucede en el Corán.
Allí se dan cita, en una amalgama contradictoria, el
ebionismo (Jesús como puro hombre) y el docetismo
(Jesús como espíritu inmaterial y cuerpo
aparente):
"Ellos [los judíos] dicen: 'Ciertamente, nosotros hemos
matado al Mesías, Jesús, Hijo de María,
Enviado de Dios', pero no le mataron ni le crucificaron, pero a
ellos se lo pareció. Quienes discuten y están en
duda acerca de Jesús, no tienen conocimiento
directo de él: siguen una opinión, pues, con
certitud, no le mataron.
Al contrario, Dios lo elevó hacia Él, pues Dios es
poderoso y sabio" (Azora 4:156-158).
¿Cómo explica el Corán que los
discípulos dieran fe de su resurrección?
¿Acaso Mahoma conoció mejor su suerte, seiscientos
años después? ¿Se dejaron matar los
Apóstoles por una mentira que ellos mismos habían
imaginado? ¿O tal vez interpretaron mal las palabras de
Jesús? Porque, se dirá, que Dios pusiera a
Jesús a buen recaudo para preservarlo de la muerte no
obsta para que luego le permitiera mostrarse ante sus allegados,
no como resurrecto, sino -si se me permite la distinción-
como re-suscitado. Esto es, no como vencedor sobre la muerte,
sino como superviviente de un simple coma. Aquí, afirman
ellos, residiría el signo y el milagro de Jonás: en
prevalecer, con la ayuda de Dios, incólume después
del gran peligro.
Nos proponemos demostrar la falta de base de esta
pretensión.
a) No hay nada milagroso en resucitar por medios
naturales: incluso la medicina es
capaz de ello en la actualidad. Además, Jonás no
fue reanimado en un trance agónico, sino salvado de la
muerte total, es decir, de la muerte física, ya que se
encontraba en un peligro inminente, y de la espiritual, puesto
que desobedeció a Dios cuando se le ordenó marchar
hacia Nínive.
Pues bien, Jesús nos ofrece el signo de Jonás.
¿Qué significa? También él tuvo que
afrontar dos clases de acechanzas, la física (la
disposición de los fariseos para matarle) y la espiritual
(el diablo tratando de vencerle mediante tentaciones). Si
escapaba a los fariseos, habría sucumbido al diablo (cf.
Mt. 16, 21-23: "¡Aléjate de mí,
Satanás! Quieres hacerme tropezar, que no piensas como
Dios, sino como los hombres"), a diferencia de Jonás.
Por otro lado, si derrotaba al diablo, no debía escapar a
los fariseos, como estuvo tentado en el Jardín de los
Olivos. De modo que, ante la disyuntiva absoluta, debía
morir y resucitar para cumplir su propia profecía (cf. Jn.
2, 19), repetida múltiples veces en el anuncio de su
pasión. No valían para ello una victoria a medias
ni una fuga rocambolesca, que habrían caracterizado a
Cristo como mentiroso y cobarde, inferior a cualquier
mártir.
b) Entonces, ¿por qué anunció Cristo
su resurrección si finalmente iba a evitar la muerte?
¿Puede seguir siendo considerado un profeta cuando su
principal profecía fue un fraude? En este
caso, elegid: O bien no fue un verdadero profeta, y el
Corán se equivoca cuando le designa así, o bien fue
un auténtico profeta, lo que convertiría al
Corán en mentiroso en lo tocante a la resurrección
de Cristo. En ambos casos la infalibilidad del Corán queda
truncada.
c) ¿Es que los musulmanes no creen en la
resurrección de la carne? Sí creen.
¿Qué sentido tiene, pues, argüir tan
apasionadamente en favor de resurrecciones inmateriales y
rechazar la de Jesús, en cuerpo y alma?
¿Se puede inferir del aserto de que los resucitados, como
los ángeles, no tienen pasiones humanas (según
Jesús, cuando es preguntado por los fariseos a
propósito de una cuestión escatológica) el
que carezcan en absoluto de materia?
¿Cómo podrían ser dichos ángeles
visibles a los hombres en ese caso? Y, sobre todo,
¿qué les haría distintos a Dios?
d) Para terminar, contra aquellos que alegan que
Jesús "abrió su boca" mientras estaba siendo
juzgado, a diferencia del siervo sufriente que nos profetiza
Isaías, valga recordar que no la abrió en su
defensa, tal y como la profecía establece:
"… como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante
de sus esquiladores, enmudeció y no abrió su boca"
(Is. 53, 7).
Por consiguiente, no trató de salvarse a sí mismo
con sus palabras a los fariseos y a Pilatos, sino que, por el
contrario, no hizo más que confirmar su papel
mesiánico con ellas.
Saludos.
Daniel.
PS: ¿Podrías acreditar históricamente alguna
de las "masacres" y "genocidios" que citas?
* * * * *
*
TERCER
TURNO.
(3) ABDALLAH
YUSUF
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
La Paz de Dios y Sus Bendiciones sean con todos. Saludos. Vayamos
despacio y punto por punto, sin diversificarnos demasiado porque
de lo contrario me llevarían varios mensajes
responderte.
Para empezar, el Sagrado Corán es claro y contundente, y
se explica a sí mismo. Por lo tanto, te aconsejo que no
pretendas argumentar con el Corán, pues como ves las
aleyas que yo expuse en mi primer mensaje son más que
claras. Por otra parte, para pretender argumentar en base a una
palabra o una expresión del Corán hay que usar el
texto original en árabe y no las traducciones. Pero veamos
unos párrafos traducidos del Corán:
"(Recordad) cuando los ángeles le dijeron: ¡Oh,
María! Dios te anuncia la buena nueva de una Palabra ( un
ser extraordinario) procedente de El. Su nombre es el
Mesías Jesús, hijo de María. Tendrá
prestigio y nobleza en este mundo y en el más allá,
y será de los allegados ( o próxi mos a Dios).
Hablará con la gente desde la cuna y en la madurez, y
será de los justos. Ella inquirió :
¡Señor! ¿Cómo voy a tener un hijo si
ningún homre me ha tocado? Le dijo: Así
será, Dios crea lo que quiere. Cuando decide algo
(ordenado su existencia), solo dice:¡Se! Y entonces es
(inmediatamente). El (Jesús) enseñará el
Libro y la
sabiduría, la Torah y el Evangelio" (3: 45 a 48)
El Sagrado Corán es claro respecto de Jesús (con
él sea la Paz): es uno de los grandes Profetas
próximos a Dios que nació de una virgen, sin padre.
No es Dios ni Hijo de Dios.
En cuanto a la Biblia y el concepto trinitario: La palabra
"Trinidad" no esta en la Biblia. No figura en toda la Biblia. La
única mención es el versículo de 1 Juan 5:7
: "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre,
el Verbo y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres
son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el
agua, y la
sangre: y
estos tres concuerdan en uno."
Este párrafo
proviene de la versión de King James, de 1611, y
constituía la evidencia más grande de la Doctrina
de la Trinidad. Pero esta parte, "el Padre, el Verbo y el
Espíritu Santo: y estos tres son uno" ha sido eliminada en
La Biblia de Jerusalén (versión revisada) de 1952 y
l971 y en muchas otras Biblias, ya que era un comentario que se
había juntado al texto griego cuando los escritores
añadían notas al transcribir los originales
manuscritos hebreos. Véase también la Traducción del Reino Interlinear de las
Escrituras griegas.
Isaac Newton
reconocía que este versículo de 1 Juan 5:7 es una
adición y que comenzó a aparecer de manera
estándar a partir de la versión en griego de la
Biblia de Erasmo de Rotterdam, e incluso Newton
puntualiza que dicha adición aparece recién en la
TERCERA EDICION de dicha Biblia (1466/1536).
Y muchos eruditos investigadores concuerdan en lo mismo : que
este párrafo no existe en los Códices antiguos y es
considerado como un agregado posterior. Todas las versiones
modernas de la Biblia, como la Revised Standard Version, la New
Revised Standard Version, la New American Standard Bible, la New
English Bible, y la Phillips Modern English Bible, entre otras,
han quitado dicha adición ( el susodicho versículo)
sin la menor ceremonia. Veamos lo que dice al respecto
Benjamín Wilson en su libro "Emphatic Diaglott : "Este
texto conteniendo el testimonio celestial no puede ser hallado en
NINGUNO de los manuscritos griegos antiguos anteriores al SIGLO
QUINCE. No es citado por ninguna de las autoridades
eclesiásticas (santo Tomás, san
Agustín, etc) los Padre, incluso cuando los temas
discutidos (en las controversias, con unitaristas como Arrio)
hubieran llevado naturalmente a su utilización (como
prueba de la canonicidad de la trinidad).Por lo tanto este texto
(1Juan 5:7) es notoriamente espurio"
Otros como el fallecido Dr. Herbert W. Armstrong, sostienen que
dicha adición fue hecha a la Vulgata de San
Jerónimo durante el clímax de polémicas con
unitaristas. Cualquiera haya sido el motivo y el tiempo en que
esta se haya hecho, hoy es universalmente reconocido que dicho
versículo (1Juan 5:7) es una adición tardía
y por lo tanto está siendo descartado como falso.
Daniel ha planteado:
"Entonces, ¿por qué anunció Cristo su
resurrección si finalmente iba a evitar la muerte?
¿Puede seguir siendo considerado un profeta cuando su
principal profecía fue un fraude? En este caso, elegid: O
bien no fue un verdadero profeta, y el Corán se equivoca
cuando le designa así, o bien fue un auténtico
profeta, lo que convertiría al Corán en mentiroso
en lo tocante a la resurrección de Cristo. En ambos casos
la infalibilidad del Corán queda truncada".
"c) ¿Es que los musulmanes no creen en la
resurrección de la carne? Sí creen.
¿Qué sentido tiene, pues, argüir tan
apasionadamente en favor de resurrecciones inmateriales y
rechazar la de Jesús, en cuerpo y alma? ¿Se puede
inferir del aserto de que los resucitados, como los
ángeles, no tienen pasiones humanas (según
Jesús, cuando es preguntado por los fariseos a
propósito de una cuestión escatológica) el
que carezcan en absoluto de materia? ¿Cómo
podrían ser dichos ángeles visibles a los hombres
en ese caso? Y, sobre todo, ¿qué les haría
distintos a Dios?".
Puntualicemos:
Los musulmanes creemos en la resurrección de la carne, sin
duda alguna. Creemos que Jesús era un Profeta. No creemos
que sea Dios encarnado ni que como Dios haya venido a morir en la
cruz para quitar los pecados del mundo y redimir a la Humanidad.
Por varias razones: primero, es inconcebible que Dios se presente
como un hombre, limitado y débil. Además es
inconcebible que necesite hacerlo para redimir al mundo del
pecado: con dar la orden era suficiente. Además, es
irracional que un acto de maldad y crueldad redima a la Humanidad
del pecado. En realidad la carga con más pecado. Y si
recuerdas la parábola del señor que arrienda una
tierra y luego envía a sus mensajeros a cobrar la renta
(luego la busco, si Dios quiere), es claro que la muerte del
"hijo" del señor no redime a los arrendatarios sino que
los condena definitivamente.
Veamos un poco las propias palabras de Jesús negando su
condición Divina:
"Nada hago de mí mismo" (Juan 8:28);
"el Padre mayor es que yo" (Juan 14:28);
"el Señor nuestro Dios, el Señor uno es" (Marcos
12:29);
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa;
pero que no sea como yo quiero sino como Tú." (Mateo
26:39) ;
"Padre, en tus manos encomiendo mí espíritu."
(Lucas 23:46).
Alguien llamó a Jesús (P) "maestro bueno" en Mateo
19:16. El contestó: "¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno es bueno sino uno, ese es Dios". Así que si
Jesús (P) no quería ni siquiera que le llamaran
"bueno", no toleraría que le llamaran Dios.
Existen unos puntos clave para comenzar a analizar.
Primero: cuando los discípulos lo vieron luego de su
resurrección, se postraron ante él y lo adoraron.
Ya dijimos que aquí se usa la palabra griega
"prosekunesan" que en realidad significa "reverenciar", indicando
que ellos se inclinaron ante él en señal de
respeto, tal
como los discípulos hacen ante un gran maestro. Esto no
implica que Jesús (P) haya aceptado ser adorado como a
Dios. Si vemos en 2 Reyes 2:15, la gente se postró delante
de Eliseo en recibimiento:
"…Y vinieron a recibirle y se postraron delante de él."
(2 Reyes 2:15)
En Josué 5:13 a 15 se relata que Josué recibe la
visita de una aparición, una figura con forma de hombre
con una espada en la mano que viene a hablarle y se presenta como
"Príncipe del ejército de Jehová".
Josué lo saluda prosternándose delante suyo:
"Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en
tierra, le adoró…" (Josué 5:14)
Hay en Juan 9:35 a 38 Otra cita que también menciona "y
le adoró", aunque la consideración es la misma
que la anterior.
Segundo: cuando Jesús (P) usa expresiones que
podrían dar lugar a que se piense que se está
refiriendo a él mismo como a Dios. Por ejemplo, en la cita
anterior, en Juan 9:35 a 38, Jesús (P) dice "yo soy" (en
realidad dice "el que habla contigo, él es"), y esta
expresión "yo soy" los cristianos a asocian al "Yo soy"
que manifiesta Dios en Exodo 3:14, de donde deriva el nombre
"Yahvé" o "Jehová". Otras expresiones similares
como "El que me ha visto, ha visto al Padre" son usadas para
argumentar que Jesús (P) declaró ser Dios mismo.
Pero tales expresiones en realidad no son explícitas y
(suponiendo que no sean agregados falsos) requieren de una
interpretación, una exégesis
profunda para entenderlas. Por ejemplo:
" Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt
11, 27). No está diciendo que él sea Dios, sino que
él conoce a Dios, que él es el camino para llegar
al conocimiento de Dios y fuera de él no hay puerta
("Yo soy el camino, la verdad y la vida"). Por supuesto :
él es el Profeta de su época, el Mensajero y
guía de parte de Dios de su tiempo. En tal sentido estas
expresiones pueden ser comprendidas.
El hombre debe
apegarse a las expresiones y palabras explícitas, no a las
alegorías que requieren interpretación. En las
palabras explícitas, Jesús (P) ha declarado no ser
Dios, tal como las que antes mencionamos y otras que luego si
Dios quiere expondremos. Pero no quiero usar por ahora más
de dos mensajes y hacer una exposición
más detallada me llevaría mucho más que eso.
Así que por hoy termino con esto y seguimos mañana
si Dios quiere.
Que Dios Bendiga a quienes buscan la verdad por la verdad misma.
Saludos. Abdallah
* * *
(3) DANIEL VICENTE
Contraviniendo en parte mi propia norma, contestaré todas
tus objeciones escriturísticas utilizando a San Hilario
de Poitiers (La Trinidad), es decir, con un texto ajeno y
extenso, pero "bien traído a colación". Espero que
se me valore el esfuerzo de documentarme.
<< Los herejes juzgan que se ha de negar que nuestro
Señor Jesucristo sea Dios por naturaleza, porque dijo:
"¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno
más que el único Dios" (Mc. 10, 18). El contenido
de toda respuesta se ha de sacar necesariamente de la
razón de la pregunta. Así se responderá a lo
que se pregunta. Y, ante todo, pregunto al falso
intérprete de esta frase si piensa que el Señor se
opone a que se le llame bueno y hubiera preferido que se le
llamara malo, pues parece que es lo que quiere decir con esta
frase: "¿Por qué me llamas bueno?". No creo que
haya nadie tan necio que quiera atribuir una confesión de
maldad al que dijo: "Venid a mí todos los que
estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, porque soy
manso y humilde de corazón, y
encontraréis descanso para vuestras almas, pues mi yugo es
suave y mi carga ligera" (Mt. 11, 28-30). ¿Se confiesa
manso y humilde, y creeremos que se irrita porque se le llama
bueno? La diversidad de estas dos afirmaciones nos muestra que es
contradictorio que uno que ha dado testimonio de su bondad
rechace que se le llame bueno. No podemos pensar, por lo tanto,
que se haya irritado porque se le haya llamado bueno. Debemos
buscar, por consiguiente, a qué otra afirmación que
le afecta quiere oponerse aquel que no podemos creer que haya
rechazado el apelativo de "bueno".
Veamos qué dijo el que le preguntaba además de
"bueno". Dice: "Maestro bueno: ¿qué cosa buena he
de hacer?" (Mt. 19, 16). Le llamó, por tanto, dos cosas;
"bueno" y "maestro". Y puesto que Jesús no se opuso a que
le llamara "bueno", es necesario que se oponga a que se le haya
llamado "maestro bueno". Pero rechaza que se le llame "maestro
bueno" en un modo tal, que se opone a la fe del que le pregunta
más que a los apelativos de "maestro" y "bueno". Pues el
joven se había hecho orgulloso por la observancia de la
ley, desconocía el fin de la ley que es Cristo y se
creía justificado por las obras; y sin entender que
Jesús había venido a las ovejas perdidas de la casa
de Israel y que era imposible a la ley salvar a los creyentes
mediante la fe en la justificación, pregunta al
Señor de la ley y Dios unigénito como a un maestro
de los preceptos comunes y consignados en la ley. El Señor
rechazó esta impía profesión de fe en
él, porque se le preguntaba sólo como maestro de la
ley, y respondió: "¿Por qué me llamas
bueno?" (Mc. 10, 18). Y para dar a entender en qué sentido
debía ser considerado y confesado bueno,
añadió: "Nadie es bueno más que el
único Dios" (Mc. 10, 18), y así no rechazó
el nombre de "bueno" si se le atribuía como a Dios.
……
Pero tal vez se podría oponer a esta nuestra fe ortodoxa
la afirmación de tu herética incredulidad,
según la cual esta confesión de incapacidad
sería incompatible con la idea del Dios verdadero: "En
verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por
sí mismo, más que lo que ha visto hacer al Padre"
(Jn. 5, 19). Si no fuese porque el doble enojo de los
judíos exige una doble respuesta, sería ciertamente
una confesión de debilidad decir que el Hijo nada puede
hacer más que lo que ha visto hacer al Padre. Pero con una
sola frase se responde, a la vez, a dos acusaciones de los
judíos, que le reprochan el crimen de violar el
sábado y que no pueden soportar que Cristo se declare
igual a Dios al confesar que Dios es su Padre
(…)
Pero veamos qué respondió el Señor: "Mi
Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo" (Jn. 5,
17). Por favor, hereje, muéstrame cuál es el trabajo del
Padre, pues todas las cosas existen por medio del Hijo y en el
Hijo, las visibles y las invisibles. Y tú que sabes
más que los evangelios, tienes que haber alcanzado
necesariamente el conocimiento del obrar del Padre por alguna
otra doctrina misteriosa para que nos puedas mostrar al Padre que
trabaja. Pues el Padre trabaja en el Hijo, de acuerdo con lo que
este mismo dice: "Las palabras que os digo no las digo yo, sino
que mi Padre, que permanece en mí, él mismo lleva a
cabo sus obras" (Jn. 14, 10). ¿No ves qué significa
"Mi Padre trabaja hasta ahora"? (Jn. 5, 17). Dijo estas palabras
para que se viera que tenía el poder de la naturaleza del
Padre y que había usado en las obras hechas en
sábado este poder de su naturaleza, pues si el Padre
trabaja en él cuando él trabaja, hace falta que
él también trabaje cuando trabaja el Padre.
……
El que no conoce nada de la economía de nuestra fe, no
puede entender sus misterios, y el que no ha aceptado la doctrina
del Evangelio, camina lejos de la esperanza del Evangelio. Se ha
de creer que el Padre está en el Hijo, y el Hijo en el
Padre, en virtud de la unidad de naturaleza, del poder de su
fuerza, de la igualdad del honor que se les debe, de la
generación del Hijo.
Pero tal vez sea contrario a esta confesión nuestra el
testimonio del Señor cuando dice: "El Padre es mayor que
yo" (Jn. 14, 28). ¿No es, acaso, ésta, hereje, la
flecha de tu impiedad? ¿Son éstas las armas de tu
locura? ¿Acaso te has olvidado de que la Iglesia no conoce
dos innascibles, ni tampoco confiesa dos padres? ¿Te has
olvidado de la encarnación del mediador, y en ella de su
nacimiento, su cuna, su crecimiento, su pasión, su cruz,
su muerte? Cuando has renacido en el bautismo, ¿no has
confesado al Hijo de Dios nacido de María? Y si el Hijo,
al experimentar todas estas vicisitudes, dice: "El Padre es mayor
que yo", ¿crees que se ha de ignorar que esta
economía de tu salvación consiste en el vaciamiento
de su forma de Dios? ¿Y que el Padre ha permanecido fuera
de esta asunción de las debilidades humanas, en la
eternidad feliz de su naturaleza incorruptible, sin adquirir
nuestra carne?
(…)
Y no afirmamos que el Padre está en el Hijo al modo de una
penetración corporal, sino que la naturaleza engendrada
por el Padre, de la misma esencia que él, tiene en ella,
de modo natural, la naturaleza del que la engendra, y que aquella
naturaleza que permanecía en la forma de la naturaleza que
la engendró, asumió la forma de la naturaleza y de
la debilidad corporal. Existía (en el Hijo encarnado) lo
que es propio de la naturaleza divina, pero ya no estaba en la
forma de Dios, porque al despojarse de sí había
adquirido la forma de siervo. No es que hubiera desaparecido la
naturaleza divina de tal manera que no existiera ya, sino que la
naturaleza de Dios, continuando en el ser, había asumido
la condición humilde del nacimiento terreno, y ejercitaba
el poder propio de su esencia en el modo de existir de la
condición humilde asumida. Y el Dios nacido de Dios,
hallado como hombre en forma de siervo, obraba como Dios en sus
acciones
milagrosas, y no dejaba de ser Dios, al que mostraba con sus
hechos, ni le faltaba el ser de hombre en cuya condición
fue visto.
(…)
¿O es acaso una ofensa para el Dios unigénito [=
Cristo] tener como Padre al Dios que no puede nacer, cuando su
nacimiento como unigénito del Dios innascible le hace
subsistir como naturaleza unigénita?
El Hijo no es el origen del propio ser y no ha tenido su
nacimiento de la nada cuando no era, sino que existe como
naturaleza viviente que procede de la naturaleza viviente, tiene
en sí el poder de su naturaleza, y con la confesión
del origen de esta naturaleza da testimonio de su gloria y de la
gracia de su nacimiento acaecido en la gloria. Y paga al Padre
esta deuda para remitir su obediencia a la voluntad del que le ha
enviado, pero no para que su humildad al obedecer debilite su
unidad de naturaleza; "él se hizo obediente hasta la
muerte" (Flp. 2, 8), pero después de la muerte no deja de
estar "sobre todo nombre" (Flp. 2, 9).
(…)
Ciertamente, el Padre es mayor, por ser el Padre. Pero el Hijo,
por ser el Hijo, no es menor. El nacimiento del Hijo hace al
Padre mayor, pero la naturaleza del que nace no tolera que el
Hijo sea menor. El Padre es mayor porque se le ruega que
glorifique al hombre asumido. El Hijo no es menor, porque
recupera la gloria junto al Padre. Y así se lleva a
cumplimiento tanto el misterio del nacimiento eterno como la
economía de la encarnación. Porque el Padre, porque
es Padre y glorifica ahora al Hijo del hombre, es mayor, y el
Padre y el Hijo son una sola cosa, porque el Hijo nacido del
Padre, después de la asunción del cuerpo terreno,
es exaltado a la gloria del Padre.
(…)
Y aunque por el significado de las palabras se juzgue que son
diferentes el que no puede nacer y el que nace, este
último no es, con todo, ajeno a la naturaleza del que no
puede nacer, porque no recibe de ningún otro origen su
subsistencia; pues, aunque no haya recibido el ser innascible
juntamente con el Padre, del Dios que no puede nacer ha recibido
el ser Dios.
……
Pero los herejes entienden como una negación de su
naturaleza divina el que se haya dicho (…): "El día y la
hora nadie los sabe, ni los ángeles en el cielo ni el
Hijo, sino sólo el Padre" (Mc. 13, 32 + Mt. 24, 36).
(…)
Y en primer lugar, antes de hablar del sentido y la razón
de estas palabras, se ha de considerar, con el juicio del sentido
común, si puede creerse que ignore algo de cualquier cosa
aquel que es el principio de todas ellas en lo que son y
serán. Pues si todo existe por medio de Cristo y en Cristo
y existe de tal modo por medio de él que todo tiene en
él (Col. 1, 16) su ser, aquello que no es ajeno a
él ni deja de existir por medio de él,
¿cómo no entrará también en su
conocimiento, cuando muchas veces éste, por virtud de su
naturaleza, que no puede ignorar nada, abarca aquello que no
existe ni en él ni por él? Y aquello que no tiene
su razón de ser más que a partir de él y no
recibe más que en él el desarrollo
hacia lo que es y será, ¿cómo quedará
fuera del conocimiento que corresponde a su naturaleza, por el
cual y en el cual se contiene todo aquello que se ha de
hacer?
(…)
Pues todas las veces que Dios dice que ignora, ciertamente
confiesa ignorancia, pero no se encuentra limitado por ella. Pues
su no saber nada tiene que ver con la debilidad de la ignorancia,
sino que se debe a que no es tiempo de hablar o a que no ha
llegado la oportunidad de obrar. Dios habá así a
Abraham: "El clamor de Sodoma y Gomorra ha colmado la medida y
sus pecados son muy grandes. Por lo tanto, bajaré y
veré si, de acuerdo con su clamor, han llegado hasta el
límite; y en el caso contrario, lo sabré"
(Gén. 18, 20s). Tenemos, por consiguiente, al Dios que no
sabe y que, con todo, no ignora; pues, si sabe que los pecados
son muy grandes y, a pesar de todo, baja para ver si han colmado
la medida o para saberlo si no la han colmado, vemos que no lo
ignora porque no lo sepa, sino que entonces lo sabe porque ha
llegado el tiempo de obrar. El que Dios sepa, no es, por lo
tanto, un cambio desde
la ignorancia, sino la plenitud del tiempo. Hay que esperar
todavía a que sepa. Pero no podemos pensar de él
que no sepa, y, con todo, todavía espere para saber; por
ello es preciso que el hecho de que no sepa sabiendo o sepa
ignorando no obedezca más que al designio de hablar o de
actuar.
(…)
En los evangelios encontramos muchas cosas que el Señor
ignora conociéndolas. No conoce a los que obran la
iniquidad y se glorían en muchos milagros hechos en su
nombre cuando dice: "Y entonces juraré que no os conozco.
Apartaos de mí todos los que obréis la iniquidad"
(Mt. 7, 23). Afirma, incluso con juramento, que no conoce a
aquellos a los que, con todo, no desconoce como obradores de
iniquidad. No los conoce, por tanto, no por ignorancia, sino
porque a causa de la iniquidad de sus obras son indignos de su
conocimiento; confirma la verdad de lo que dice incluso con el
vínculo del juramento. Tiene el no ignorar en el poder de
su naturaleza y conserva el no saber en el misterio de su
voluntad.
(…)
Por lo tanto, el Hijo no conoce el día, porque lo oculta.
Y dice que solamente el Padre lo sabe, porque sólo
él no se lo oculta a él solo. Pero, como dije, no
se refiere a dificultades de su naturaleza, como si él
conociera cuando ha dejado de ignorar o como si oyera cuando el
Padre ha empezado a hablar.
……
Los herejes, al no poder negar estas cosas explicadas por el
Señor para dar a conocer el misterio de su nacimiento
divino, tratan de eludirlas y de referirlas a la concordia de
voluntades, de tal manera que Dios Padre y Dios Hijo no tengan
una sola divinidad, sino una sola voluntad. Hablan como si el
lenguaje de la enseñanza divina no tuviera recursos y como
si el Señor no hubiese podido decir "Yo y el Padre
queremos una sola cosa", o como si esto fuera lo mismo que "Yo y
el Padre somos una sola cosa" (Jn. 10, 30). O como si, incapaz de
hablar, no hubiese podido decir: "El que ve mi voluntad, ve la
voluntad de mi Padre"; o esto significara lo mismo que "El que me
ve, ve también al Padre" (Jn. 14, 9). O no pudiera
utilizarse en el lenguaje
divino la expresión: "La voluntad de mi Padre está
en mí, y mi voluntad está en mi Padre", sino que a
esta frase equivaliese: "Yo estoy en el Padre, y el Padre en
mí" (Jn. 14, 10).
(…)
Por esta razón ha pedido que, si era posible, fuera
apartado el cáliz de él; porque como para Dios nada
es imposible -como él mismo dice: "Padre, todo te es
posible" (Mc. 14, 36)-, con todo, es imposible para el hombre no
ser vencido por el miedo del sufrimiento y además la fe
sólo puede conocerse mediante la prueba. Y así,
como el hombre, quiere que el cáliz se aparte de él
a causa de los hombres, y su voluntad, como la de Dios que
procede de Dios, se identifica con la decisión de la
voluntad paterna.
……
Por lo tanto, si para que pudiéramos entender que
moría dijo: "Dios, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?" (Mt. 27, 46); y: "Padre, en tus manos
encomiendo mi Espíritu" (Lc. 23, 46), ¿deberemos
pensar que, al preocuparse por nuestra confesión de fe,
más que eliminar nuestras dudas, declaró que
él era débil? Cuando iba a resucitar a
Lázaro, ruega al Padre. ¿Necesita, acaso, la
oración el que dice: "Padre, te doy gracias porque me has
escuchado. Yo sabía que siempre me escuchas, pero lo he
dicho por la multitud, para que crean que tú me has
enviado"? (Jn. 11, 41s.).
Pidió, por tanto, por nosotros para que no
ignorásemos que era el Hijo. Y puesto que a él no
le aprovechaban las palabras de su petición, hablaba para
provecho de nuestra fe. Él no estaba necesitado de
auxilio, pero nosotros estábamos necesitados de su
enseñanza. También pidió ser glorificado, y
al instante se oyó desde el cielo la voz del Padre que le
glorificaba. Y ante la admiración que suscitó la
voz que se había oído, dijo: "Esta voz no ha venido
por mí, sino por vosotros" (Jn. 12, 30). Por nosotros pide
al Padre, por nosotros habla el Padre. Todo se hace para
conseguir nuestra confesión de fe. Y si la respuesta de
Dios que le glorifica no se concede por escuchar su
petición, sino a causa de la ignorancia de los oyentes,
¿cómo el lamento de su pasión, en la mayor
alegría del sufrimiento, no se habrá de interpretar
como dirigido a la instrucción de nuestra fe?
(…)
Y si Cristo, conservando la seguridad que le
daba su divinidad, mostró que moría con toda
confianza para mostrar su real asunción de la humanidad,
¿por qué la confesión que el Hijo de Dios
nos hace de sí mismo de que se ha hecho hijo del hombre y
ha muerto por nosotros, ha de servir, sobre todo, para negar su
divinidad? >>.
Saludos.
Daniel.
* * * * *
*
CUARTO
TURNO.
(4) ABDALLAH
YUSUF
En el Nombre de Dios, El Compasivo, El Misericordioso
Que la Paz y las Bendiciones del Altísimo sean con quienes
buscan la verdad por la verdad misma. Saludos a todos.
Homosapiens: aquí debatimos sobre la trinidad, nada
más. Y lo hacemos aquí por propuesta de Daniel que
eligió este foro para el debate. Si quieres,
abro en esta misma lista otra cadena de mensajes y debatimos
sobre la existencia de Dios.
Daniel: tengo que leer atentamente el largo texto que expusiste,
aunque por lo que vi son explicaciones bastante dogmáticas
y no muy convincentes desde lo racional. Luego lo puntualizamos
si Dios quiere. Te mando ahora otro texto para tí
Argumentos referidos a la Divinidad de Jesús (P):
– Jesús es Dios porque está lleno del
Espíritu Santo.
Sin embargo, otros personajes mencionados en la Biblia
también estaban llenos del Espíritu Santo:"Porque
era (Barnabás) varón bueno, y lleno del
Espíritu Santo y de fe: y mucha compañía fue
agregada al Señor." (Hechos 11:24) "Y nosotros somos
testigos suyos de estas cosas, y también el
Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que lo
obedecen"(Hechos 5:32). Ver también Hechos 6:5; 11 Pedro
1:21; 11 Timoteo 1:14; 1 Corintios 2:16; Lucas 1:41.
– Pero Jesús ya estaba lleno del Espíritu Santo en
el vientre de su madre.
Lo mismo pasó con Juan el Bautista : "Mas el ángel
le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha
sido oída, y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y
llamarás su nombre Juan. …. Porque será grande
delante de Dios, …. y será lleno del Espíritu
Santo, aún desde el seno de su madre." (Lucas 1:13-15)
– Jesús podía hacer milagros : Dio de comer a cinco
mil personas con sólo cinco panes y dos peces.
Lo mismo fue hecho por Elíseo y Elías.
Elíseo dio de comer a cien personas con veinte panes de
centeno y algunas espigas de trigo : "Entonces él lo puso
delante de ellos, y cernieron, y sobró, conforme a la
palabra de Jehová." (II Reyes 4:44) Elíseo
aumentó el aceite de una
viuda y le dijo : "Ve, y vende el aceite, y paga a tus
acreedores; y tu y tus hijos vive de lo que quede." (II Reyes
4:7) Puede consultarse también : I Reyes 17:16: "la tinaja
de la harina no escaseó, ni menguó la botija del
aceite, conforme a la palabra de Jehová que había
dicho por Elías". I Reyes 17:6: "Y los cuervos le
traían (a Elías) pan y carne por la mañana,
y pan y carne a la tarde, y bebía del arroyo."
– Jesús podía curar la lepra.
Y también Elíseo le dijo a Naaman el leproso que se
lavara en el Jordán: "Él entonces descendió,
y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a
la palabra del varón de Dios(Elías): y su carne se
volvió como la carne de un niño, y fue limpio." (II
Reyes 5:14)
– Jesús podía hacer que un ciego viera de
nuevo.
También lo hizo Elíseo: "Y oró
Elíseo, y dijo: Te Ruego, oh Jehová, que abras sus
ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos
del joven, y miró." (II Reyes 6:17) "y así que
llegaron a Samaria, dijo Elíseo: Jehová, abre los
ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió
sus ojos, y miraron, y se hallaron en medio de Samaría."
(II Reyes 6:20)
Elíseo también fue ordenado a que cegara : "y luego
que descendieron a él, oró Elíseo a
Jehová, y dijo: Te ruego que hieras a esta gente con
ceguedad, Y los hirió con ceguedad, conforme al dicho de
Elíseo." (II Reyes 6:18)
– Pero Jesús podía resucitar a los muertos.
También Elías lo hizo : "Y Jehová oyó
la voz de Ellas: y el alma del niño volvió a sus
entrañas, y revivió." (I Reyes 17:22) Y
también Elíseo : "Después subió, y se
echó (Elíseo) sobre el niño, poniendo su
boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus
manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre
él, y se calentó la carne del joven." (II Reyes
4:34)
Incluso los huesos de
Elíseo podían devolver un cadáver a la vida
con sólo tocarlo : "Y aconteció que mientras
algunas personas estaban enterrando a un hombre, he aquí
que vieron una guerrilla; con lo cual echaron al hombre dentro
del sepulcro de Elíseo; y el hombre fue rodando hasta
tocar con los huesos de Elíseo, cuando revivió y se
levantó sobre sus pies." (II Reyes 13:21).
También Pedro resucitó a un muerto (ver Hechos
9:40)
– Pero Elías y Elíseo hicieron maravillas rezando
al Señor.
Jesús (P) también hizo milagros con la gracia de
Dios, como él mismo reconoció : "No puedo yo de mi
mismo hacer nada"(Juan 5:30) "Mas si por el dedo de Dios echo yo
fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a
ustedes." (Lucas 11:20)
Todos los milagros hechos por Jesús (P) habían sido
hechos por Profetas anteriores, discípulos e incluso
infieles. Por otra parte, Jesús (P) no podía hacer
nada donde no había fe: "Y no pudo hacer allí
alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos,
poniendo sobre ellos las manos. Y estaba maravillado de la
incredulidad de ellos. Y rodeaba las aldeas de alrededor,
enseñando." (Marcos 6:5-6)
Y en más de una ocasión atribuyó el milagro
a la fe de la persona : "Tu fe te ha salvado". Incluso dijo que
cualquier persona con un poco de fe podía realizar
portentos asombrosos : "De cierto os digo que si tuvierais fe
como un grano de mostaza diríais a este monte :
Pásate de aquí allá, y se pasará ; y
nada os será imposible" (Mateo 17:20)
Vemos en Hechos que los discípulos como Pedro y
también el mismo Pablo (que entre otras cosas sana a un
paralítico : Hechos 14:10) realizaban milagros y portentos
maravillosos. Pero siempre se deja en claro que son milagros de
Dios por intermedio de estas personas (ver Hechos 19:11 y Hechos
14:15).
– Jesús caminó sobre las aguas.
También Pedro lo acompañó en esa famosa
caminata. Y recordemos que Moisés alzó sus brazos
sobre el mar y dividió las aguas : "Entonces los hijos de
Israel entraron por medio de la mar en seco, teniendo las aguas
como muro a su derecha y a su izquierda." (Éxodo
14:22)
– Jesús podía expulsar demonios.
El mismo Jesús (P) admitió que otra gente
podía hacerlo "Y si yo en unión con Beelzebú
echo fuera los demonios, ¿sus hijos, en unión con
quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán sus
jueces." (Mateo 12:27 y Lucas 11: 19)
Y los discípulos podían expulsar demonios e incluso
producir curaciones milagrosas. Es más : en Marcos 16:17
se señala la capacidad de expulsar demonios como uno de
los signos de los que creen en Jesús (P), es decir de los
cristianos creyentes.
Incluso los falsos profetas pueden hacer maravillas, tal y como
lo dijo el mismo Jesús : "Porque se levantarán
falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales
grandes y prodigios; de tal manera que engañarán,
si es posible, aún a los escogidos." (Mateo 24:24) "Muchos
me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" (Mateo
7:22)
– Pero Jesús fue resucitado tres días
después de morir.
Jesús (P) no es el único en volver a la vida.
Quizás alguien pueda alegar que a diferencia de
Lázaro y otros resucitados, Jesús (P) supuestamente
resucitó sin la intervención de nadie al respecto.
Pero si leemos en Mateo 27 dice describiendo el momento en que
ocurrió la supuesta muerte de Jesús en la cruz
:
"Y se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de santos que
habían dormido se levantaron ; y salieron de los
sepulcros, después de la resurrección de él,
vinieron a la santa ciudad y aparecieron a muchos." (Mateo 27:52
y 53)
Sobre la doctrina de la resurrección de Jesús (P)
luego haremos un somero comentario de la visión
islámica al respecto. Sólo diremos brevemente que
era un dogma de Pablo, que nunca vio a Jesús vivo :
"Acuérdate que Jesucristo, el cual fue de la simiente de
David, resucitó de los muertos conforme a mi evangelio."
(11 Timoteo 2:8). Es Pablo quien insiste con este dogma luego de
su conversión, incluso predicando sin haber recibido
ninguna enseñanza directa de Jesús (P) ni haber
tomado ninguna instrucción de Pedro ni de otros
apóstoles. El predica conforme a sus propios pensamientos
e insiste continuamente en la importancia de la muerte de
Jesús (P) en la cruz y su posterior
resurrección.
El dogma de la resurrección en Marcos 16:9-20 ha sido
eliminado en muchas Biblias. Si no es eliminado se imprime en
letra pequeña o entre paréntesis y con un
comentario. Véase la Versión Común Revisada,
la Nueva Biblia Americana, la Traducción del Nuevo Mundo
de la Escritura de los Testigos de Jehová y la
Traducción del Reino Interlinear de las Escrituras
griegas.
De cualquier manera, el hecho de que haya muerto y resucitado no
es una prueba de su Divinidad. Primero, porque ya otros fueron
vueltos a la vida, como Lázaro. Incluso otro de los
Profetas fue resucitado luego de estar muerto muchos años,
según el Corán. O el caso de Enoc, que
desapareció "porque se lo llevó Dios"
(Génesis 5:24). O Elías que "subió al cielo
en un torbellino" (2 Reyes 2:11).
Sobre el punto concreto de la
resurrección de Jesús (P) hablaremos un poco
después si Dios quiere. Lo importante a remarcar
aquí es que no es un argumento válido para
considerarlo Dios, puesto que Dios es el Viviente Eterno que
nunca muere.
Saludos. Abdallah
* * *
(4) DANIEL VICENTE
Querido Abdallah,
Yo no he afirmado que Jesús fuera Dios por estar lleno del
Espíritu Santo, multiplicar los panes y los peces, curar
la lepra y la ceguera, resucitar muertos, etc. Los pasajes
escriturísticos que aduje fueron muy otros, y no los has
contestado aún. Pero para que todo no se reduzca a un
intercambio hermenéutico, te presento un argumento que
tú y algunos de los asiduos de esta comunidad ya
conoceréis.
Baso mi noción de la Trinidad en tres axiomas:
1) No hay pensamiento
sin sujeto pensante, y viceversa, no hay sujeto pensante sin
pensamiento.
2) Nadie puede ser su propio pensamiento, ya que ello
conllevaría una contradicción entre el sujeto y el
objeto. El sujeto debe ser siempre mayor que el objeto para
comprenderlo.
3) Nada es sin una actividad.
E infiero lo siguiente:
a) "La verdad es la verdad" es la primera verdad.
b) No puede existir sin una actividad, de modo que debe
ser pensada por alguien.
c) Es pensada por el Padre, y dicha verdad es el Hijo.
d) El Padre es mayor que el Hijo. Sin embargo, son la
misma realidad, puesto que no hay pensamiento sin sujeto pensante
ni sujeto pensante sin pensamiento.
e) El acto mismo de pensar (distinto a lo pensado y al que
piensa) es el Espíritu Santo.
f) Luego entiendo la Trinidad como "El sujeto pensante
(Padre) en el acto de pensar (Espíritu Santo) el
pensamiento (Hijo)".
……
Este argumento puede complementarse con la siguiente
explicación:
I.
"'La verdad
es la verdad' es verdad" forma parte del conjunto de verdades, en
tanto que es verdad, pero sólo de un modo tangencial, en
tanto que no necesita ninguna otra verdad como fundamento y
existe necesariamente.
Toda verdad debe cumplir tres propiedades: 1) no contradecirse
consigo misma, 2) no contradecirse con las demás verdades
y 3) inferirse de las demás verdades. Dios sólo
cumple 1) y 2). De ahí que esté y no esté en
el conjunto de las verdades.
Me inclino a pensar que Dios carece de fundamento. Si Dios
tuviera un fundamento, habría algo lógicamente
previo a Dios, más simple que él, más
básico, y por consiguiente, mayor. La verdad es
abstractiva, es decir, negativa. Lo más compuesto coincide
con lo más contingente, con lo innecesario o
superfluo.<o:p></o:p>
II.
La Trinidad
resuelve el problema de cómo es posible la "creatio ex
nihilo" de lo material desde la plenitud divina, inmaterial.
Los gnósticos proponían una prolación o
degradación de Dios hacia lo material. Antes de
ésta, se habrían dado un Silencio y un Abismo
insalvables entre el Creador y la criatura.
La ortodoxia católica objeta a esa concepción la
coeternidad de la Palabra, engendrada de la misma substancia de
Dios antes de todo tiempo. El Verbo divino es, antes de su
encarnación,la Imagen invisible
del Creador, pero también es la imagen invisible o
racional de todas las criaturas. Ejerce de mediador entre ambas
realidades.
La verdad sería inactiva y no podría crear si no
fuese, al mismo tiempo, expansiva. La verdad autosuficiente,
pues, también implica lo verdadero. En resumen, la
Trinidad puede condensarse en el siguiente aserto: "Que la verdad
(Padre) es la verdad (Hijo) es verdad (Espíritu Santo)".
No existe una forma más simple de expresar la primera de
las proposiciones verdaderas, fundamento infundado del resto.
Si el Islam niega que esa proposición sea cierta, entonces
el Islam se equivoca e incurre en falsedad, lo cual sólo
puede atribuirse a doctrinas de hombres, no a Dios. Si el Islam
cree que hay un modo más simple de expresar esa primera
proposición verdadera, muéstrelo sin demora.
III.
1) Dios no creó el mundo arbitrariamente, sino
conforme a ideas sustentadas en la Verdad.
2) Dios Padre, sin embargo, no se identifica plenamente
con las ideas coeternas, ya que éstas presuponen un fin
creador y un orden vinculante. Pero el fin de la Creación
es accidental con respecto a la potencia eterna
de Dios, inengendrada y autosubsistente.
Asimismo, la providencia creadora de Dios depende de su voluntad,
no su voluntad de la providencia.
Por último, las ideas son por naturaleza concebibles,
mientras que Dios es absolutamente inconcebible.
3) Cristo es la suma de todas las ideas que tienden a la
Creación, y es también su fundamento engendrado: el
Bien, la Verdad, la Vida.
Dios, empero, es el fundamento de Cristo.
4) Dios, potencia totalmente indeterminada, engendra la
Verdad, potencia absolutamente determinada. Ésta, a su
vez, engendra al Espíritu, que es el acto infinito
absolutamente determinado, en tanto es conforme con la
Verdad.
Saludos.
Daniel.
* * * * *
*
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