- El actual proceso
pedagógico en el Perú - Persistencia de la
pedagogía dogmática - Tránsito
de la pedagogía dogmática - La
nueva pedagogía peruana - Aplicación
de la dialéctica a la
pedagogía - Aplicación
del método científico a la
enseñanza - Enfoque
científico de la estructura
curricular - La
estrategia didáctica moderna - Nueva
filosofía de la pedagogía
peruana - La
pedagogía científica –
técnica - Síntesis
- Bibliografía
MENSAJE
La Educación Peruana, en los umbrales del
siglo XXI, está: como una nave sin brújula.
Nuestra obra Filosófica Pedagógica se
proyecta, en la presente era de conocimientos
científicos a encender la luz de la
verdad en la oscuridad de la
Educación Nacional. Y, enrumbar por una ruta
luminaria hacia un puente que dé acceso a un mundo
mejor, donde la vida peruana vibre al ritmo de la ciencia y
la tecnología.
Brindo a los egregios educadores del Perú y de
América
Latina mis lucubraciones pedagógicas, escritas en la
cantera íncita del Perú; declarando los principios:
"El Perú es país de todos y para
todos".
"La cultura
peruana es de todos y para todos".
Los principios universales: igualdad,
libertad,
solidaridad,
democracia y
justicia
social, son de todos y para todos.
Liborio COCA DÁVILA
Huancayo, Febrero del 2004
La sociedad
peruana a las puertas del presente siglo atraviesa por una aguda
crisis,
motivada por circunstancias imponderables; siendo una de ellas,
sin duda alguna, la írrita calidad de su
Educación.
Toda ciencia,
según la Filosofía Madre, tiene razón
humana, de no ser así, no tendría razón de
existir. La Ciencia de la Educación, entendida
universalmente como la destinada a la formación del
hombre, en la sociedad peruana no ha respondido a sus anhelos de
superación; porque su fin ha sido desviado desde los
albores de la vida republicana.
Nuestro aporte, modesto por cierto, tiene el fin de
reorientar a la Educación Nacional, para formar el nuevo
hombre analítico – crítico –
científico. En este sentido, orientada por una
filosofía realista, lógica
política
concreta; inspirada en la democracia social, la mútua
comprensión, la reciprocidad, la concertación del
Estado con el
pueblo civil; para formar el hombre de
mentalidad altruista, ni opresora ni oprimida, sino amante a la
igualdad, la libertad, la solidaridad, la democracia y la
justicia social.
Para nadie es novedad la condición tercermundista
del país, y su condición de ignorante, pobre,
ocioso y sin valores
humanos; que actúa con irresponsabilidad, inmadurez
cívica. Pues, para superar este proceso
psico-social es lógico que se requiere de un cambio
revolucionario de su sistema
educativo; no con una simple reforma común y
corriente; sino sustantiva, para formar hombres con más
bondades y menos defectos; o sea, creativos, líderes y
empresarios. Para ello, el enseñar y el aprender debieran
ser ocupaciones placenteras y estimulantes, no gravosas obligaciones;
y corregir la imagen del
profesor como
mero difusor de ideas ajenas y predicador de dogmas. Creo que el
bicho universitario más útil es el que hace
sucesivamente de abeja, araña y tábano.
El hombre formado bajo el cuño de la
filosofía clásica es inepto para una sociedad
democrática. La democracia significa, hacer obras entre
todos y para todos, desarrollo
integral de una sociedad en lo biológico,
económico, político, cultural, y ético;
orientada por una filosofía realista, una educación
científica, y con educadores calificados, etc.
El filósofo Protágoras, al concebir la
educación como la mejor obra que se puede hacer sobre
la Tierra,
dijo: "El hombre es la medida sobre todas las cosas". Los
gobernantes del Perú, desde los albores de la época
republicana no comprendieron el valor de la
educación en su verdadera dimensión; prueba de ello
es, la mínima economía que
destinaron para este rubro, casi siempre; razón por la
cual, la educación está en la cola en América
Latina. En el Perú, el Estado
gasta en cada estudiante más o menos 700 soles al
año, en otros países como Argentina, Chile, etc.,
el doble; en Japón,
EE.UU., 3500 dólares. Las horas escolares en el
Perú a penas llegan a 700 al año, en otros
países vecinos a 1300; en Japón y otros
países desarrollados a 1600. Estos componentes determinan
el nivel del conocer y pensar del estudiante; pues, el hombre
peruano todavía es abstracto en el conocer e incoherente
en el pensar; en tanto, el hombre de los países
desarrollados es concreto,
científico y lógico con el mundo y la vida. En
síntesis, en el Perú hay
todavía aristotélicos, hegelianos y, algunos
marxistas; por eso, no hay hombres competitivos a nivel
mundial.
La ciencia y la filosofía nacieron juntas en la
misma cama, hasta fueron una sola criatura, pero
evolucionó la una como la otra. La ciencia ha tenido tres
movimientos revolucionarios, en el siglo V; en el XVII y, en el
XIX. La Ciencia de la Educación en los países
desarrollados evolucionó a ese ritmo; menos en el
Perú, que todavía está normada por
principios del siglo XVII.
El diseño
de un modelo
sistémico de educación socialista debiera estar a
cargo de un equipo multidisciplinario, y no de un equipo
político. Para ello, se requiere una nueva política
educativa, nueva política nacional, un Estado que
comprende la necesidad de una verdadera educación en el
país.
Este ideal implica, el cambio de sistema
político capitalista por el socialista, el cambio de
educación dogmática – idealista por la
socialista, para resolver los problemas
centrales, como: la pobreza, el
desempleo, la
falta de trabajo, la
inmoralidad, etc.
La pobreza es un
problema grave en el mundo, que se agudiza cada vez más en
el Perú. Las organizaciones de
Derechos
Humanos de la América, de las Naciones Unidas,
de la Federación de Derechos Humanos de Europa, se
muestran incapaces de resolver. Pero, la vía razonable
podría ser: la verdadera educación en el
Perú.
Al poner el presente aporte a consideración de
los lectores, abrigo la esperanza de mi modesta
contribución a la cultura.
Huancayo, Febrero del 2004
El Autor
Primera Parte
PEDAGOGÍA
PRECIENTIFICA
CAPITULO I
EL
ACTUAL PROCESO PEDAGÓGICO EN EL PERÚ
La Realidad Educativa y Educacional.
El léxico realidad significa, de aquello que
realmente existe y se desarrolla, que contiene en sí mismo
su propia esencia y sus propias leyes.
En la Historia de la
Filosofía se distingue con singular precisión,
lo real diferenciado de la realidad; es decir, lo real se ha
concebido en más de las veces como el ser algo esencial en
la cosa dada, como ser de sí misma; mientras la realidad
como la presencia de todo lo esencial en la cosa. Quiere decir,
en toda realidad hay dos componentes: esencia y forma; la esencia
es el éidos, y la forma es el factum o hecho.
La realidad educativa es la esencia de la
educación, la calidad de la educación. La calidad
de la Educación Peruana es baja, porque la cultura peruana
es de bajo nivel en relación a las culturas de los
países desarrollados del mundo. La realidad educacional es
el factum o hecho de la educación escolar, el resultado
del proceso enseñanza – aprendizaje. En
síntesis, la esencia educativa de la Educación
Nacional es la flor y nata de la cultura peruana, que es de baja
calidad; lógicamente su factum educativo es igualmente de
bajo nivel.
Para superar la Educación Peruana se requiere el
cambio de su esencia, ponderando la cultura peruana con el
método
dialéctico, para transmitir una cultura valiosa para la
vida.
En la realidad educacional acontece, algo
extraño. Cada cierto tiempo los que
fungen ser expertos sorprenden con supuestas técnicas
que empañan el proceso educativo. El problema educacional
radica en la cualidad inválida del pedagogo, debido a sus
múltiples limitaciones; pues, la labor pedagógica
está en razón directa a la calidad del pedagogo. La
cruda realidad peruana es, aunque lo sentimos en el alma, que el
estudiante es ciego o semiciego que necesita un guía, y
éste es casi del mismo nivel de aquel, porque ignora del
planteamiento filosófico de la Educación
Nacional.
El Análisis Científico de la
Educación Nacional
NIVELES COMPARATIVO DE
EDUCACIÓN
EN PAÍSES
DESARROLLADOS
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
- La educación en el país es
dogmática, idealista, teórica, de ahí su
bajo nivel científico y axiológico. - Se adoptaron sistemas
educativos foráneos sin criterios de adaptación a
la realidad peruana. - No desarrolló la sociedad peruana, porque no
tuvo una verdadera educación. - En el Perú todavía se cree que la
educación es un gasto, cuando sería la mejor
inversión para su desarrollo.
Para ver el
gráfico seleccione la opción "Descargar" del
menú superior
Interpretación:
- La educación en los países más
desarrollados del mundo es científica y plena informática. Mientras en el Perú
es todavía idealista. - En los países más desarrollados su
Educación ha seguido un proceso evolutivo constante.
Mientras en los países subdesarrollados un proceso
involutivo. - Si en el mundo existen: países desarrollados,
en desarrollo y en incipiente desarrollo se debe; a la calidad
de educación que tuvieron. - La educación es el motor de
desarrollo de los países. Eso todavía no se
comprende en el Perú.
NIVEL DE EDUCACIÓN EN EL
PERÚ
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú
superior
Interpretación:
- La Educación es un proceso lento y progresivo,
así como lo entienden los países desarrollados.
En cambio, en el Perú se pretende impulsar un salto; de
la educación idealista a la
informática. - La Educación en el Perú es de bajo
nivel, que parece corresponder al siglo XVII. - En el G-8 del mundo, aplican en su educación
los avances de la filosofía, de la ciencia y de la
tecnología. Mientras en el Perú, no se ha dado el
ánimo de aplicar dichos avances. - La Educación Peruana hace 3 décadas,
sigue un proceso sin rumbo, como una nave sin
brújula.
La educación es, en su sentido general, una
actividad que tiene por fin formar, dirigir o desarrollar la vida
humana para que ésta llegue a su plenitud. Pero es un
fenómeno muy complejo, difícil de definir en pocas
palabras; desde luego es un hecho, una realidad que encontramos
en la vida, tanto en los individuos como en las sociedades, y
tanto ahora, como desde que existió el hombre.
Ahora bien, la educación es una función
universal; pero su realización no fue la misma en todos
los tiempos y lugares, dependiendo esto, esencialmente, de la
concepción de la vida y el mundo de cada tiempo. Cada
época y cada pueblo tuvieron sus ideales educativos; la
función en sí es la misma, como lo es el lenguaje
respecto a las lenguas particulares.
En la educación intervienen diversos factores,
los principales son:
a) La finalidad ideal que se persigue.
b) La
personalidad psicofísica a quien se dirige.
c) Los medios que se
emplean.
d) Las circunstancias o el medio en que se
realiza.
e) La persona o agente
que dirige, etc.
De cada uno de ellos vamos a tratar, a groso
modo:
Juan Jacobo Rousseau,
creador de la Psicología del
Niño llamado en justicia Copérnico de la pedagogía, al escribir "El Emilio", dijo:
"No se mejora la educación porque no se conoce la infancia".
Esta afirmación, se debe tener en cuenta en cualquier
confín del mundo. Pues, en nuestra realidad peruana no se
conoce a quien se educa. Aristóteles, quien sistematizó
el
conocimiento griego por primera vez, dijo: "El
propósito mayor de la educación es la
formación del hombre para el arte de vivir
bien y brindar el bien a los demás". En el Perú,
casi todos los hombres carecemos del arte de vivir bien, de
valores
humanos; y quienes saben algo, en lugar de ser altruistas con sus
congéneres se convierten en los explotadores de los que
saben menos: por ese hecho, los explotados son prematuramente
deprimidos, insatisfechos, y lógicamente se tornan
rebeldes en su vida posterior.
La pedagogía es la ciencia de la
educación. Se ha discutido sobre el carácter científico de esta disciplina y
se ha dicho que es un arte, una teoría
o una técnica. En realidad, la pedagogía es todo
esto, según el punto de vista que se la contemple. La
educación comenzó siendo un arte, es decir, una
obra personal, una
actividad de la persona.
Esta reflexión y meditación ha llegado ha
formar con el tiempo parte de un sistema
educativo. Esta ciencia de la educación, tal como se
describe en forma breve, ha seguido un proceso evolutivo, dejando
en su paso algunas especulaciones. De esta ciencia se ha derivado
la tecnología
educativa, a raíz de su proceso creciente en cuanto
sus procedimientos y
experimentos
comprobados en el quehacer educativo, como una pedagogía
de avanzada. Asimismo, la filosofía de la
educación, que es una parte de la pedagogía que
estudia los fines, los ideales y los valores de
la educación.
Durante mucho tiempo fue nutrida la pedagogía por
principios elementales, así como todas las ciencias del
saber humano. Recién en la primera década del siglo
XVIII, cobra su categoría científica, mediante el
aporte valioso de Juan Federico Herbart, pedagogo,
filósofo y Psicólogo alemán; quien puso las
bases científicas para su autonomía, fundado en la
Psicología y la ética. Y,
expuso también sus fundamentos:
– La educación es un derecho frente al Estado y
los políticos.
– La vida espiritual del hombre es un derecho frente
al mero aprender y a las materias de
enseñanza.
– La conducción espiritual requiere una
teoría científica.
– Las verdades son renovables, etc.
La pedagogía peruana aún no es
científica, por la inautenticidad cultural de la sociedad,
por el hibridismo tahuantinsuyo hispano-francés-
norteamericano. Por eso, la conciencia
peruana está desorientada desde la gesta emancipadora de
1824 hasta hoy, al carecer de un ideal de vida nacional con
filosofía propia. Esta lacra social, mental y cultural
frena el desarrollo de la sociedad. Otros países del orbe,
ostentan un ideal de vida auténtica; por eso desarrollan y
alcanzan mejores niveles de vida.
En el Tahuantinsuyo, los hijos del sol, recibieron
educación dirigida por el Estado y el hogar, orientada por
las leyes naturales, y basada en la verdad y el bien, vale decir,
la educación fue científica. Una vez destruida por
la invasión española, la educación
dialéctica fue eliminada. Años después de la
gesta emancipadora recién se restituye la educación
en 1876, con el primer presidente civil, Manuel Pardo; con
cánones de la educación española,
dogmática por entonces, y en 1903, durante el gobierno de
Eduardo López de Romaña se
adopta el modelo educativo francés para la Secundaria y el
modelo educativo norteamericano para la Primaria; con estas
fuentes
incongruentes y otras, se determinó el sistema educativo
en el Perú. Y, a lo largo de la vida republicana no se
produjo innovaciones importantes; pues las reformas que se dieron
no han transformado en su esencia. Por estas circunstancias
extrañas, no se generó una auténtica y
verdadera educación en nuestra sociedad; hoy se practica
sin saber: ¿a quién se enseña?;
¿cómo se enseña?; ¿qué se
enseña?, y ¿ para qué se
enseña?.
Se aplica una pedagogía dogmática,
impositiva; al margen de los avances de la ciencia. Por eso,
nuestros estudiantes son deprimidos, insatisfechos, frustrados en
sus aspiraciones; que lógicamente se tornan rebeldes por
despecho, ya que los conocimientos suministrados y la
formación inculcada no han sido útiles para la vida
real, menos para ser profesionales competitivos a nivel de la
Comunidad
Internacional. La prueba incontrovertible de esta
situación es, la vida ulterior de nuestros estudiantes
universitarios, que al concluir sus estudios profesionales no
tienen aplomo de su especialidad, con el agravante de mentalidad
desviada y la conciencia destruida, sin Patria ni bandera; con la
trágica suerte de no tener trabajo por su
incompetitividad, o engrosar a la fila de los
desocupados.
La otra variable negativa de la educación es el
método dogmático, que consiste en el razonamiento
deductivo y definitivo; en contraposición a la vida y el
mundo. Método tan antiguo que se utilizó en
Australia en el siglo VIII, en una Escuela
Religiosa. El dogmatismo es procedimiento del
pensar invariable y abstracto, sin tener en consideración
las variantes del espacio y el tiempo, el carácter
concreto de la verdad. Su aparición está unida al
desarrollo de las representaciones religiosas. En la filosofía
moderna, el dogmatismo está unido a las concepciones
antidialécticas que niegan la variabilidad y el desarrollo
del mundo. En la vida política conduce al sectarismo, al
subjetivismo. Este método determina en el hombre su
estructura
mental adinámica – pasiva, originando el conformismo, la
resignación, el servilismo, etc.
La pedagogía actual es de corte idealista, que
implícitamente conlleva el método dogmático;
por eso es teórica la enseñanza, y convierte a los
estudiantes en repetidores, y sin iniciativas, ni actitudes de
ingenio. Los educadores del Perú son dogmáticos,
porque su formación fue dogmática. En efecto,
pueden promulgarse las leyes más sabias, pueden formularse
las doctrinas educativas más avanzadas, puede incluso
contarse con los edificios escolares más modernos, planes
y programas
científicos, los medios y materiales
más técnicos; todo esto será ineficaz, sin
la acción
creadora, amorosa, patriótica y artística del
auténtico espíritu magisterial. Sólo
educadores dialécticos, sanos, vigorosos. optimistas,
egregios. podrán forjar personalidades con cualidades
análogas.
El Perú es tercermundista, ¿por que?. La
respuesta no es tan fácil, obedece a muchas razones,
siendo una de ellas y la más decisiva: la mala
orientación de su educación desde su
restitución en 1876 hasta hoy. El Perú es una
realidad distinta a otras, por razones étnicas, políticas,
económicas, ideológicas, jurídicas,
étnicas, etc. Pues, requiere una educación sui
géneris, acorde a su carácter étnico,
ecológico, idiosincrásico…, asimismo una
pedagogía científica forjada por sus educadores,
con participación de las instituciones
tutelares, el Estado, la familia y
otras. Además, requiere una educación con organización horizontal, Plan Nacional,
ideal educativo proyectado por el Estado y la sociedad . En
síntesis, el actual sistema educativo es obsoleto,
desgajado por los avances de la ciencia y la tecnología,
que tiene más de 90 años de antigüedad, y no
responde a las exigencias de la vida moderna. Hoy, la sociedad
peruana necesita una verdadera educación con un magisterio
de profunda vocación, técnicamente capacitado, con
dignidad
social y económica, con escalafón
científico; para que se reconstruya la sociedad de clases,
y quizá para que se obvie la opresión de la
clase
dominante en alguna medida. De lo contrario, el fenómeno
psico-social oprimirá al Perú profundo por un
tiempo más; pero no para siempre, ya que los tiempos
cambian y no hay en este mundo algo eterno.
En toda investigación científica, en
cualquier tema, se llega a conocer las causas; después, se
plantean las soluciones
posibles. En el presente análisis de la realidad
educativa, se arriba a la siguiente conclusión: "La
educación en el Perú es de bajo nivel", con las
siguientes secuelas:
- De país ignorante.
- De sociedad pobre.
- De conglomerado social ocioso.
La Cultura Inauténtica del
Perú
El hombre Tahuantinsuyano fue de estirpe ingeniosa, como
lo justifica su elevado grado de cultura logrado. La idea de
inepto del hombre peruano para realizar un trabajo algo
importante en la vida, es el parecer de los espurios de la
humanidad, que llevados por su mezquindad material. Se dice
inepto al hombre no apto para una cosa determinada, al
inhábil, al que no tiene aptitud o capacidad. Esta
cualidad negativa no es propia del hombre peruano; pues por
nuestros ancestros somos creativos.
En la antesala del tercer milenio, más de la
mitad de la población se halla en extrema pobreza,
sumergida en la ignorancia, llevando una vida ignominiosa y
servil; simple y llanamente por no haber merecido una "verdadera
educación" por indiferencia de quienes dirigieron el
destino de la sociedad. Por ejemplo, si un huancaíno viaja
a Estados Unidos
de Norte América en busca de trabajo, no obstante de tener
educación
superior e incluso especialidad, sólo es admitido en
trabajos subsidiarios, y en la mayoría de los casos en
trabajos de servidumbre; si es analfabeto o semialfabeto con
dedos burdos y filosofía pancista, a la actividad de
pastor de ganados. Mientras el extranjero que llega al
Perú es recibido como patrón, científico,
industrial, asesor de Estado, etc. Esta contradicción
social revela el bajo nivel cultural del hombre
peruano.
Sobre el planeta Tierra no
habría un hombre consciente que no quiere mejorar su vida,
pues, la superación humana es un anhelo universal. El
hombre peruano no tiene desarrolladas sus facultades, porque no
ha sido merecedor de una verdadera educación desde su
infancia; no está formado o preparado para la producción de alta calidad competitiva; de
ahí que, la clase social oprimida se halla sumergida en
extrema pobreza, sentenciada a dejar de existir por
inanición.
En tanto, los países más desarrollados del
mundo: Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña,
Francia,
Alemania,
Italia,
Japón y Rusia tuvieron
un sistema educativo de alto nivel, acorde a los avances de la
ciencia y la tecnología, como podemos apreciar en el
esquema gráfico Nivel de Educación en los
Países Desarrollados.
Cabe destacar en la formación del hombre, el
"hábito al trabajo" mediante la educación
técnica, como un valor positivo. Mientras la
educación teórica inspira la ociosidad en el
oficio, arte o profesión; como ocurre en el Perú y
otros países atrasados. En consecuencia, la
educación científica y técnica forman
hombres activos y
productivos como acontecen en los países altamente
industrializados. El trabajo es,
ante todo un proceso entre el hombre y la naturaleza,
mediante su propia actividad, mediatiza, regula y controla el
intercambio de sustancias entre él y la naturaleza. Al
actuar sobre la naturaleza exterior, el hombre la modifica, a la
vez se modifica a sí mismo. Al modificar la naturaleza, el
hombre realiza su fin consciente, adapta los objetos de la
naturaleza a sus necesidades. El proceso del trabajo incluye 3
momentos: 1) La actividad del hombre dirigida a un fin, es decir,
el trabajo mismo; 2) el objeto del trabajo, y 3) los instrumentos
de producción con que el hombre actúa sobre el
objeto dado. El trabajo constituye la condición primera y
fundamental de la existencia humana. No sólo proporciona
al hombre los medios de subsistencia que necesita; el trabajo ha
creado al propio hombre. Gracias al trabajo, el hombre se ha
separado del mundo animal. Una de las diferencias esenciales
entre el hombre y el animal estriba en que éste, se sirve
de productos
acabados de la naturaleza, mientras el hombre, gracias al
trabajo, obliga a la naturaleza a ponerse al servicio de
sus fines.
La Crisis de la Educación
Nacional.
Uno de los países con raíces más
profundas en la historia de América
es el Perú, por los grandes niveles culturales y
organizativos logrados por la civilizaciones
prehispánicas; y que hoy es, simplemente tercermundista,
"pasando de colonia a colonia", por la ironía
política de sus gobernantes, y por la secuela social y
mental producida por la invasión española. El
país confronta una problemática, al parecer sin
canal por donde salir y empezar a resolver. Creemos, que el
primer canal sería la educación de su capital humano,
mediante una verdadera educación acorde a los avances de
la ciencia y la tecnología, concordante al carácter
étnico, ecológico e idiosincrásico de la
realidad; aplicando el método dialéctico y el
razonamiento inductivo; ya que estos mecanismos lógicos,
forman el hombre creativo, el hombre con iniciativas, productivo
de calidad. En el gráfico Comparación de Niveles de
Educación se advierte el proceso "involutivo" de la
Educación Nacional, y hoy se pretende dar un salto a la
Informática; cuando lo lógico sería, elevar
primero al nivel científico.
Así como la religión y el arte
existen desde hace ochenta mil años. La ciencia, como
fuerza
importante, comienza con Galileo. por consiguiente, existe desde
unos trescientos ochenta años. En la primera mitad de este
corto período fue un anhelo de los eruditos, sin afectar
los pensamientos de los hombres corrientes. Sólo en la
segunda mitad de este período, la ciencia se ha convertido
en un factor importante que determina la vida cotidiana de todo
el mundo. En este breve tiempo ha causado mayores cambios que los
ocurridos desde los días de los antiguos egipcios. Ciento
noventa años de ciencia han resultado más
explosivos que cinco mil años de cultura
precientífica. La ciencia como conocimiento
es, en cualquier caso, una conquista positiva e irrenunciable de
la humanidad; pero como técnica puede dar lugar a un mundo
de esclavitud,
cuando no es orientada hacia la construcción de la sociedad entera. De lo
que se colige, que la educación anticientífica,
idealista y dogmática viene a ser el opio de la
formación de nuestra sociedad; por eso, conviene precisar
los conceptos de cultura, metafísica, ciencia y
religión.
La Educación no es un Gasto sino una
Inversión
La realidad peruana, conlleva aguda crisis
ideológica, esencialmente por no fundar sus ideas en las
leyes sociales. La razón humana sin la natural,
inevitablemente tiene que adolecer de certeza.
A la luz de la verdad científica, la cultura
Inkaria fue científica por su orientación por las
leyes naturales y cósmicas, como también por su
educación dialéctica. En tanto, en el mundo
capitalista de hoy, el maquinismo del siglo XVIII, la revolución
industrial del XIX han traído consigo la
confusión, la quiebra de los
valores humanos, reflejándolas en la clase
proletaria.
El esfuerzo del hombre contemporáneo está
orientado a la indagación de la verdad para comprender el
mundo y la vida en su esencia, y por ende para vivir como
elemento cósmico, sin prejuicios culturales ni
mezquindades económicas. Y, la sociedad peruana con
incipiente desarrollo, no obstante su herencia cultural
Tahuantinsuyana y su potencial económico, en la presente
era científica, se halla con signos
críticos de asfixiarse por la secuela social – mental de
su pasado histórico y sobre todo, por fulgurar una
educación idealista dogmática: sin objetivos ni
fines concretos.
La crisis de la sociedad es verosímil e
incontrovertible. La misma que ha generado conflictos
sociales a través de generaciones tras generaciones,
ocasionando la baja calidad de su educación. El destino de
un país depende de la calidad de su capital
humano.
Concebimos, que cualquier esfuerzo del Estado peruano
por el despegue del país, no será operante ni
orgánico cuando el fin de su educación está
desviado, como dijera Adolfo Hitler en
su obra "Mi Lucha". Por esta razón real, consideramos que
si hay algo que hacer perentoriamente por el Perú, lo
primero sería: educar y reeducar el capital humano, con
filosofía realista, lógica política
concreta, inspirada en la democracia social, la mútua
comprensión; formando el hombre reflexivo, realista,
técnico; con mentalidad analítica, crítica, científica, práctica
y superada; ni opresor ni oprimida, sino amante de la verdad y la
justicia social.
Si bien es cierto que no hay un cambio real valedero en
el saber para todos los tiempos, la ciencia de la
Educación con principios dialécticos, como es
nuestro aporte, bien podría superar la desigualdad socio
-económica. Porque, la dialéctica es la alta
síntesis de la filosofía griega y de la
clásica alemana, pues las leyes dialécticas son
extraídas de la realidad y aplicables a ella.
Cuando se concibe la educación como pregunta y
respuesta de una época, la Educación Peruana no
podría ser concebida como un gasto, sino como la mejor
inversión; para resolver el problema número uno del
país: necesidad de reconstruir la sociedad, para su
desarrollo en el mundo globalizado.
CAPÍTULO II
PERSISTENCIA DE LA PEDAGOGÍA
DOGMÁTICA
Metafísica y Ciencia.
Es un hecho curioso que, cuando justamente el hombre de
la calle comienza a creer del todo en la ciencia, el hombre del
laboratorio ha
comenzado a perder su fe en ella. Es en similares
contradicciones, que la mayoría de los físicos no
abrigan la menor duda que las leyes de la física nos
proporcionan una información real sobre los movimientos de
los cuerpos, y que el mundo físico se compone realmente de
las clases de entidades en que aparecen en las ecuaciones de
la física. Bien es verdad que los filósofos pusieron en duda esta
opinión desde los tiempos de Berkeley; pero como su
crítica no se aplicó a ningún punto concreto
en el campo de la ciencia, pudo ser ignorada hoy en día.
Las ideas revolucionarias de la filosofía, de la
física es humilde y balbuciente, mientras la antigua
filosofía era orgullosa y dictatorial. Es natural, a mi
modo de ver, que cada hombre procura llenar el vacío
dejado por la desaparición de la creencia de las leyes
físicas lo mejor que puede, y que utilice para este
propósito cualquier retazo de creencia infundada que antes
no había tenido ocasión de difundirse. Cuando
decayó la robustez de la fe
católica en tiempos del Renacimiento,
tendió, a ser reemplazada por la astrología y la nigromancia; y de
análoga manera debemos esperar que el decaimiento de la fe
científica conduzca a una recrudescencia de las
supersticiones precientíficas.
Esto es muy impresionante, pero los científicos
no están de ningún modo persuadidos de que exista
realidad objetiva alguna en las grandes cifras que manejan. No
quiero decir con esto que no juzguen como verdaderas las leyes
que enuncien; quiero dar a entender más bien que estas
leyes son susceptibles en una interpretación que convierte
los abismos del espacio astronómico en conceptos meramente
auxiliares, que son útiles en los cálculos por
medio de los cuales ligamos un suceso real con otro.
El saber humano de las cosas del mundo, hasta
aquí logrados por la ciencia, todavía no lo es el
todo; la investigación avanza, y la
metafísica profundiza a sus primeras causas. La
pedagogía como ciencia es sustentada por las causas
razonables de la necesidad de formación del
hombre.
La Pedagogía es una Ciencia y no un
Dogma.
Los siglos XVIII y XIX tuvieron una filosofía de
la ley natural,
basado en Newton. Se
suponía que la ley implicaba un legislador, aunque a
medida que el tiempo avanzaba, esta suposición iba siendo
menos subrayada. En todo caso, el universo
estaba ordenado y podían pronosticarse sus
fenómenos. Al averiguar las leyes de la naturaleza, y
así la ciencia se hizo el origen del poder.
¿Cómo, en estas circunstancias, ha de
contribuir la ciencia a la metafísica?. Los
filósofos académicos han creído, desde la
época de Parménides, que el mundo es una unidad.
Esta opinión ha sido tomada de ellos por los
clérigos, y su aceptación ha sido considerada como
la piedra de toque de la sabiduría. Creo que el universo es un
enjambre de puntos y saltos, así por ejemplo, hoy se
concibe el Sol como
ondas de
metafísica, Y por otro, como sentido común. Como
metafísica ha sido iniciada por su éxito;
en cambio, como sentido común permanece triunfante,
más triunfante que nunca.
En vista de este estado de cosas, es necesario hacer la
distinción tajante entre las creencias metafísicas
y las creencias prácticas. por lo que toca a la conducta de la
vida. No estaremos errando al afirmar que la metafísica
pertenece a la religión, mientras la ciencia a la
investigación de la verdad demostrada y
probada.
Esta breve historia de la antigua idea de
metafísica nos lleva a decir que el método
dogmático es creado por ella, método propio de la
religión, y, que fue aplicado en las primeras escuelas del
mundo. La educación en su proceso evolutivo, así
como se dio en muchos países del orbe, acorde con los
avances de la filosofía, vino cambiando los métodos de
la enseñanza hasta la práctica del método
científico. En tanto en otros países que
carecieron de visión de futuro, no se dio el cambio de
métodos acorde con los avances de la ciencia. De este
hecho, devinieron "las clases de mentalidades humanas".
Lamentablemente, el sistema educativo del Perú esta
impregnado de dogmatismo; por eso, la enseñanza es
impuesta, y los estudiantes peruanos son repetidores algo
así como se repite el Padre Nuestro. Vale decir, no hay el
cultivo de imaginaciones en nuestros estudiantes, ya que su
esquema mental está formado para repetir lo poco que
aprendió en sus instituciones educativas, carecen de
creatividad o
innovaciones científicas. Pues, la Pedagogía como
ciencia es científica, entonces el proceso
pedagógico que se sigue es mediante fases y niveles de una
investigación; en cambio, en la religión la
enseñanza es en base de preceptos, aplicando el
procedimiento dogmático. Lamentablemente en la
pedagogía peruana de hoy está en vigencia el
dogmatismo.
La Ciencia y la Religión.
En tiempos recientes la mayoría de físicos
eminentes y un cierto número de eminentes
biológicos han hecho declaraciones, afirmando que los
avances últimos en la ciencia desaprueba el viejo materialismo y
tienden a restablecer las verdades de la religión. Las
afirmaciones de los científicos han sido, por regla
general, vagas y han tenido el carácter de ensayo. En
primer lugar, los hombres de ciencia han dicho la mitad de lo que
se les ha atribuido, y en segundo lugar, que no han dicho para
apoyar las creencias tradicionales religiosas. Lo han dicho, no
con el carácter de defensa prudente y científica,
sino más bien en su condición de ciudadanos,
ansiosos de defender ciertos valores y la propiedad
privada.
Examinemos lo que en realidad la ciencia tiene que
decir:
1. Libre albedrío.- Hasta tiempos muy
recientes, la teología, en su forma católica
aunque admita el libre albedrío en los seres humanos,
mostraba afecto a la ley natural en el universo, mitigada
sólo por la creencia en milagros ocasionales. En el
siglo XVIII, bajo la influencia de Newton, la alianza entre la
teología y la ley natural se hizo muy estrecha. Se
sostenía que Dios había creado el mundo en
consonancia con un plan. Hasta el siglo XIX, la teología
permaneció firme y definida. Con el fin de contener los
asaltados de la razón atea, sin embargo, ha tendido cada
vez más durante los últimos cien años a
recurrir al sentimiento. Ha tratado de atraer a los hombres a
sus modos intelectuales relajados; y. de camisa de fuerza
que fue, ahora a pasado a ser una bata. En nuestros días
solos los fundamentalista y unos pocos teólogos los
más eruditos, mantienen la antigua y respetable
tradición intelectual. Todos los demás
apologistas religiosos se dedican a embotar el filo de la
lógica, apelando al corazón
en vez de la cabeza y manteniendo que nuestros sentimientos
pueden demostrar la falsedad de una conclusión, que a
nuestra razón ha sido conducida a la verdad real, dicha
verdad es fundada en el principio de la libre
determinación en atención a una casualidad. En suma, no
hay efecto sin causa.
2. Dios como creador.- Una de las serias
dificultades con que lucha la ciencia en el momento actual, es
la que deriva del hecho de aparecer el Universo en decadencia.
Existen, por ejemplo, los elementos radioactivos en el mundo.
Éstos están desintegrándose perpetuamente
en elementos menos complejos, y no se conoce el proceso por
medio del cual pueden ser reconstituidos. Esto, sin embargo, no
es el aspecto más importante o difícil en la
decadencia del mundo. Aunque no conocemos ningún proceso
natural por medio del cual elementos complejos sean
reconstituidos con trozos más sencillos, podemos
imaginarnos de tal proceso; y es posible que está
verificado en alguna parte. Pero cuando llegamos a la segunda
ley de la termodinámica, encontramos una dificultad
más fundamental.
La segunda ley de la termodinámica afirma,
dicho con términos vulgares, que las cosas abandonadas
así mismas tienden a embrollarse y no vuelven por si
solas a ponerse en orden de nuevo. Parece que en cierta
época pasada el universo estaba muy ordenado, y cada
cosa se hallaba en un sitio adecuado; pero desde entonces ha
ido desordenado más y más, hasta el punto de que
sólo un remedio heroico pueda restaurarlo a su orden
primitivo. En su forma original la segunda ley
termodinámica afirma mucho menos general, a saber: que
cuando hay una diferencia de temperatura
entre dos cuerpos, el más caliente se enfría y el
más frío se calienta, hasta que ambos alcanzan
una temperatura igual. En esta forma, la ley afirma un hecho
familiar a todo el mundo; pero ocurre, algo más de lo
que se afirma simplemente, las partículas de los cuerpos
muy calientes están en movimiento
muy rápido, mientras las de los cuerpos fríos se
mueven más despacio. A la larga cuando una serie de
partículas moviéndose despacio se encuentran
juntas en la misma región las rápidas se chocan
con unas lentas, ambas series adquieren velocidades iguales.
Una verdad similar se aplica a todas las formas de
energía. Siempre que hay mucha cantidad de
energía en una región y muy poca en una
región vecina, la energía se tendrá a
trasladarse de una región a otra, hasta que se
establezca una igualdad. Si se traslada esta tendencia de la
energía a la vida social podemos afirmar que la
diferencia que existe hoy entre ricos y pobres, en años
más tarde o más temprano se llegará a la
democracia, a la totalidad de las clases
sociales. ya que las clases deprimidas hoy, luchan por
alcanzar las fuerzas de las clases opresoras, ya que
avanzó a su límite máximo, entonces, tiene
que ceder las aspiraciones justas de la clase oprimida. Esto,
no se comprende hasta hoy, la fuerza de la ciencia dará
justificación correspondiente, a los que hasta hoy
ignoran.
¿Debemos inferir de esto que el mundo fue hecho
por un Creador?. Inferir un creador es inferir una causa y, las
inferencias causales son sólo admisibles, en ciencia,
cuando proceden de leyes causases observadas. La
creación procedente de la nada es un suceso que no ha
sido observado. No hay, por ello, razón para que el
mundo fue engendrado por un creador, que para suponer que lo
fue sin causar; una y otra suposición contradicen en las
leyes causales que podemos observar.
El argumento puramente intelectual en este asunto es
muy sencillo: ¿Está el Creador sujeto a las leyes
de la física, o no?. Si no lo está, no puede ser
deducido de los fenómenos físicos, ya que ninguna
ley física causal puede conducir a él; si lo
está, debemos aplicarle la segunda ley de la
termodinámica suponer que él también tuvo
que ser creado en algún período remoto. Pero en
este caso ha perdido su razón de ser. Decir algo
más, sobre el tema del creador, creo que la
imaginación del hombre común y corriente, por muy
sabios físicos, no tiene la capacidad suficiente para
explicar. Entonces, la tesis de la
creación, queda por hoy, para otro momento en reserva,
manteniendo latente en la imaginación humana, que la
idea del creador es netamente espiritual. Desde este punto de
vista, persiste la idea de la creación por un Ser
Supremo. Cualquier otro tema del mundo físico
podría ser abordado por el hombre según los
avances de la ciencia, menos del creador, porque no hay
indicios, sin embargo lo creemos.
3. Teología evolucionista.- La evolución, cuando apareció, fue
considerada como hostil a la religión y aún es
para los fundamentalistas. Pero se ha creado una escuela
completa de apologistas, que ven la evolución como la
prueba de un plan divino, desarrollándose lentamente a
través de las edades. Algunos colocan este plan en la
mente del Creador, mientras otros lo consideran como inmanente
en los oscuros esfuerzos vivientes.
La actitud
apologética que tanto prevalece en la ciencia actual no
es un resultado lógico de la introducción de nuevos conceptos.
Está basada en la esperanza de restablecer creencias
tradicionales, contra las cuales la ciencia luchó de un
modo manifestó en otro tiempo. Esta esperanza no es un
producto
accesorio de descubrimiento científico. Tiene sus
raíces en la índole de este período.
Durante algunos años, las naciones de Europa abandonaron
el ejercito de la razón en sus relaciones mutuas. El
Juicio intelectual imparcial era deslealtad. La crítica
de la creencia tradicional era traición. Los
filósofos y hombres de ciencia se inclinaban ante el
inexorable decreto corriente. El compromiso con la creencia
tradicional llegó a ser sello del bien ciudadano. La
filosofía contemporánea tenía aún
que encontrar el camino que la salven del desaliento
intelectual, herencia de la guerra
mundial.
Los hombres necesitan una fe que sea robusta y real y
no tímida y descorazonada. La ciencia no es sino en
esencia, la persecución sistemática del
conocimiento; y el conocimiento, por mal uso que hagan de
él los hombres, es en su esencia bueno. El perder la fe
en el conocimiento es perder la fe en la mejor de las
capacidades del hombre; por eso, repito sin vacilación,
el racionalista inflexible tiene una fe mejor y un optimismo
más firme que cualquiera de los que buscan,
tímidos, los consuelos pueriles de una edad menos
adulta.
En otros términos la teología
evolucionista ya viene admitiendo, aunque no son pasos firmes
la evolución de la materia como
el origen del mundo, el agua como
el primer elemento donde se formó la materia. Pero, sin
negar, que el agua fue
obra de una Creación.
La religión es una creencia, y la
pedagogía es una ciencia. En la educación peruana
se viene enseñando siguiendo lo pasos de la
enseñanza de la religión, en que no hay debate,
diálogo ni polémica.
La Ciencia con Galileo
El método científico tal como lo
entendemos, aparece en el mundo con Galileo (1564 – 1642), y en
menor grado, con su contemporáneo Kepler (1571 – 1630).
Kepler alcanzó la fama por sus tres leyes. Primero
descubrió que los planetas se
mueven en torno al sol
según elipses y no círculos. Para la mente moderna
no hay nada sorprendente en el hecho de que la órbita
terrestre sea una elipse; pero para las mentes educadas a la
antigua, nada, excepto, círculo, o algún complejo
de círculos, parecía órbita educada para el
movimiento de un cuerpo celeste. Según los griegos, los
planetas eran seres divinos y debían, por eso, moverse en
curvas perfectas. Los círculos y epiciclos no lastimaban
susceptibilidades estéticas; pero la órbita
encorvada y oblicua, tal como lo es de la Tierra, les hubiera
impresionado profundamente. Una observación sin prejuicios estéticos
requería por eso, en aquella época, una rara
intensidad de ardor científico. Fueron Kepler y Galileo
los que establecieron el hecho de que la tierra y otros planetas
giraban al rededor del Sol. Esto había sido afirmado por
Copérnico, y como hemos visto, ciertos griegos, que no
habían logrado, empero, dar las pruebas de
ello. Copérnico, en verdad, no encontró argumentos
serios que presentar a favor de su entrevista. No
es mera justicia para con Kepler el afirmar que al adoptar la
hipótesis copernicana se apoyaba en razones
puramente científicas. Se dice que en cierta época
de la juventud fue
partidario de la adoración al Sol, y que pensaba que el
centro del universo era el único sitio digno de un tan
gran deidad.
Sin embargo, sólo motivos científicos
pudieron conducirle al descubrimiento de las órbitas
planetarias elipses y no círculos.
Él, y aun más Galileo, poseyeron el
método científico (dialéctico) en su
integridad. Auque se sabe actualmente muchas más cosas que
las que se sabían en su época, no se ha
añadido nada esencial al método. Pasaron de la
observación de hechos particulares al establecimiento de
leyes cuantitativas rigurosas, por medio de las cuales los hechos
particulares futuros podrían ser predichos. Chocaron
profundamente con sus contemporáneos, en parte porque sus
conclusiones se enfrentaban por su naturaleza con las creencias
de aquellas épocas; pero en parte también porque la
creencia en la autoridad
había impulsado a los eruditos a limitar en sus investigaciones,
y los profesores estaban angustiados ante la sujeción de
que podría ser necesario contemplar el mundo para saber
como es.
Hay que reconocer que Galileo era algo travieso, siendo
aún muy joven, fue nombrado profesor de matemáticas en Pisa; pero como el salario era
miserable, no parece haberse ilusionado con que se esperasen de
él grandes cosas. Comenzó escribiendo un tratado
contra el uso del birrete y de la toga de la universidad,
tratado que pudo quizá popularizarse entre los
estudiantes; pero que fue acogido con gran descontento por sus
compañeros los profesores. Se divertía buscando
ocasiones que pusiesen en ridículo a sus colegas.
Éstos admiraban, por ejemplo, basándose en la
física de Aristóteles, que un cuerpo que, pasase
diez libras caería de una altura determinada en una
décima parte de tiempo que necesitaría un cuerpo
que pesase una libra. Una mañana subió Galileo a lo
alto de la torre inclinada de Pisa con dos pesos de una y de diez
libras, respectivamente, y en el momento en que los profesores se
dirigían con grave dignidad a sus cátedras, en
presencia de los discípulos llamó su
atención y dejó caer los dos pesos a sus pies de lo
alto de la torre. Ambos pesos llegaron al mismo tiempo. Los
profesores, sin embargo, sostuvieron que sus ojos debían
haberles engañado, puesto que era imposible que
Aristóteles se equivocase.
En otra ocasión fue aún más
atrevido. Giovanni de Medici, que era gobernador de Lioma,
inventó una máquina de dragar, de la que estaba muy
ufano. Galileo afirmó que, hiciese lo que hiciese, no
lograría dragar con ella; como así resultó.
Esto indujo a Giovanni a hacerse un entusiasta
aristotélico.
Galileo se hizo impopular y fue silbado al explicar sus
cursos, hecho que también le ha sucedido a Einstein en
Berlín. Después hizo un telescopio e invitó
a los profesores a mirar por él los satélites
de Júpiter. Los profesores rehusaron, exponiendo como
motivo que Aristóteles no había mencionado dichos
satélites, y que, por eso, cualquiera que pensase que lo
veía tenía que estar equivocado. Así, se
sigue también en pedagogía, hasta ahora.
El experimento de la torre inclinada de Pisa
corroboró a la primera investigación importante de
Galileo; o sea el establecimiento de la "Ley de la caída
libre de los graves". Según dicha ley, todos los
cuerpos caen a la misma velocidad en
el vacío, al termino de un tiempo determinado han
adquirido una velocidad proporcional al tiempo durante el cual
han estado cayendo y han recorrido un espacio proporcional al
cuadrado de dicho tiempo.
Aristóteles había sostenido otra cosa;
pero ni Aristóteles ni ninguno de sus sucesores, durante
cerca de dos mil años como se había tomado la
molestia de averiguar que si lo que sostenían era verdad.
La idea de hacer esta investigación era una novedad, y la
falta de respeto de
Galileo a la autoridad fue considerada abominable.
El Precio Del
Método Científico
Como todo el mundo sabe, tuvo que ver con la
Inquisición al final de su vida, por sostener que la
Tierra gira al rededor del Sol. Había tenido un primer
encuentro de menor importancia, del cual saliera sin gran
quebranto; pero en el año 1632 publicó un libro de
Diálogos sobre los sistemas de Copérnico y
Ptolomeo, en el que cometió la temeridad de colocar en
boca de un personaje llamado Simplicio algunas observaciones que
habían sido hechas por el Papa. El Papa mantenía
relación amistosa con Galileo; pero en esta ocasión
se puso furioso. Galileo vivía en Florencia en buena
amistad con el
Gran Duque. Pero la Inquisición reclamó su
presencia en Roma para juzgarla, y amenazo al Gran Duque con
castigos y multas si continuaba amparando a Galileo. Éste
tenía por entonces sesenta años, estaba muy enfermo
y se iba quedando ciego. Envío un certificado
médico para demostrar que no estaba en condiciones de
viajar, a lo cual la Inquisición respondió
enviándoles un médico de los suyos, con ordenes de
que tan pronto se repusiese lo bastante, fue traído a Roma
cargado de cadenas. Al enterarse de que esta orden se iba llevar
a cabo, se puso voluntariamente en camino. Con amenazas se le
obligó a hacer acto de sumisión.
La sentencia de la inquisición es un documento
interesante.
Dice así:
Por cuanto tú, Galileo, hijo del difunto Vincenzo
Galilei, de Florencia, de setenta años de edad, fuiste
denunciado en 1615, a este Santo oficio por sostener como
verdadera una falsa doctrina enseñada por muchos, a saber:
que el Sol esta inmóvil en el centro del mundo y que la
Tierra se mueve y posee también un movimiento diurno,
así como por tener discípulos a quienes instruyen
en las mismas ideas; así como por mantener correspondencia
sobre el mismo tema con algunos matemáticos alemanes;
así como por publicar ciertas cartas sobre el
Sol, en las que desarrollas la misma doctrina como verdades;
así como por responder las objeciones que se suscitan
continuamente por las Sagradas Escrituras, glosando dichas
escrituras según tu interpretación, y por cuanto
fue presentada la copia de un escrito en forma de carta, redactada
expresamente por ti para una persona que fue antes tu
discípulo, y en la que siguiendo la hipótesis de
Copérnico, incluyes varias proposiciones contrarias al
verdadero sentido y autoridad de las Sagradas Escrituras; por eso
este Sagrado Tribunal, deseando de prevenir el desarrollo y
prejuicio que
desde entonces proceden y aumentan en menoscabo de la Sagrada Fe,
y atendiendo al deseo de su santidad y de los
eminentísimos cardenales de esta su rema Universal
Inquisición, califica las dos posiciones de la estabilidad
del Sol y del movimiento de la Tierra, según los
calificadores tecnológicos, como sigue:
1. La proposición de ser el Sol el centro del
mundo e inmóvil en su sitio es absurda,
filosóficamente falsa y formalmente herética,
porque precisamente es contraria a las Sagradas
Escrituras.
2. La proposición de no ser la Tierra el
centro del mundo, ni inmóvil, sino que se mueve, y
también con un movimiento diurno, es también
absurda, filosóficamente falsa y, teológicamente
considerada, por lo menos errónea en la fe.
Pero estando decidida en esta ocasión a tratarse
con suavidad, la Sagrada Congregación, reunida ante su
Santidad el 25 de febrero de 1616, decreta que su eminencia el
cardenal Bellarmino te prescriba adjurar del todo de la
mencionada falsa doctrina; y que si se rehusares hacerlo, seas
requerido por el comisario del Santo Oficio a renunciar a ella, a
no enseñarla a otros ni a defenderla; y a falta de
aquiescencia, que seas prisionero; y por eso, para completar este
decreto al día siguiente, en el palacio, en presencia de
tu eminencia el mencionado cardenal Bellarmino, después de
haber sido ligeramente amonestado por dicho cardenal, fuiste
conminado por el comisario del Santo Oficio, ante notarios y
testigos, a renunciar del todo a la mencionada opinión
falsa, y en el futuro, no defenderla ni enseñarla de
ninguna manera, ni verbalmente ni por escrito; y después
de prometer obediencia a ello, fuiste despachado.
Y con el fin de que una doctrina tan perniciosa pueda
ser extirpada del todo y no se insinúe por más
tiempo con grave detrimento de la verdad católica, ha sido
publicado un decreto procedente de la Santa Congregación,
prohibiendo los libros que
tratan de esta doctrina, declarando la falsa y del todo
contraría a la Sagrada Divina Escritura. Y
por cuanto después ha aparecido un libro publicado en
Florencia el último año, cuyo título
demostraba ser tuyo, a saber: El Diálogo de Galileo sobre
los dos sistemas principales del mundo: ptolomeico y el
copernicano; de dicho libro va ganando terreno diariamente la
opinión falsa del movimiento de la Tierra y de la
estabilidad del Sol, se ha examinado detenidamente el mencionado
libro y se ha encontrado en él una violación
manifiesta de la orden anteriormente dada a ti, toda vez que en
este libro has defendido aquella opinión que ante tu
presencia había sido condenada; auque en el mismo libro
haces muchas circunlocuciones para inducir a la creencia de que
ello queda indeciso y sólo como probable, lo cual es
asimismo un error muy grave, toda vez que no puede ser en
ningún modo probable una opinión que ya ha sido
declarada y determinada como contraria a la Divina Escritura. Por
eso, por nuestra orden, han sido citado en este Santo Oficio,
donde, después de prestado juramento, han reconocido el
mencionado libro como escrito y publicado por ti. También
confesaste que condensaste a escribir dicho libro hace diez o
doce años, después de haber sido dada la orden
antes mencionada. También reconociste que habías
pedido licencia para publicarlo, sin aclarar a los que te
concedieron este permiso, que habías recibido orden de no;
mantener, defender o enseñar dicha doctrina de
ningún modo. Que también confesaste que el lector
podría juzgar los argumentos adicidos para la doctrina
falsa, expresados de tal modo, que impulsaban con más
eficacia a la
convicción que a una refutación fácil,
alegando que habías caído en error contra tu
intención al escribir en forma dialogada y, por
consecuencia, con la natural complacencia que cada uno siente por
sus propias sutilezas en mostrarse más habilidoso que la
generalidad del género
humano al inventar, aún en falsas proporciones, argumentos
ingeniosos y plausibles.
Y después de haber concedido tiempo prudencia
para hacer tu defensa, mostraste un certificado con el
carácter de letra de su eminencia el cardenal Bellarmino,
conseguido, según dijiste, por ti mismo, con el fin de que
pudieses defenderte contra las calumnias de tus enemigos, quienes
propalaban que no habían abjurado ni que habías
sido castigado por el Santo Oficio; en cuyo certificado se
declara que no habías abjurado ni habías sido
castigado, sino únicamente que la declaración hecha
por su Santidad, y promulgada por la Santa Congregación,
te había sido comunicada, en la que se declara que la
opinión del movimiento de la Tierra y de la estabilidad
del Sol es contraria a las Sagradas Escrituras, y que por eso no
puede ser sostenido. Por lo que al no haberse hecho allí
mencionado de dos artículos de la orden de "no
enseñar" y "de ningún modo" argüiste que
debíamos creer que el lapso de catorce o quince
años se habían borrado de tu memoria, y que
esta fue también la razón por la que guardaste
silencio respecto a la orden, cuando buscaste el permiso para
publicar tu libro, y esto es dicho por ti, no por excusar tu
error, sino para que pueda ser atribuido a ambición de
vanagloria más que a malicia. Pero este mismo certificado
escrito a tu favor, ha agravado considerablemente tu ofensa, toda
vez que en él se declara que la mencionada opinión
es opuesta a las Sagradas Escrituras, y, sin embargo, te has
atrevido a ocuparte de ella y a argüir que es probable. Ni
hay ninguna atenuación en la licencia arrancada por ti,
insidiosa y astutamente, toda vez que no pudiste de manifiesto el
mandato que se te había impuesto. Pero
considerando nuestra opinión de no haber revelado toda la
verdad respecto a tu intención, juzgamos procedente un
examen riguroso, en el que contestaste como buen
católico.
Por eso, habiendo visto y considerado seriamente las
circunstancias de tu caso con tus confesiones y excusas, y todo
lo demás que debía ser visto y considerado nosotros
hemos llegado a la sentencia contra ti, que se escribe a
continuación.
Invocando el sagrado nombre de Nuestro Señor
Jesucristo y de su gloriosa Virgen Madre María,
pronunciamos esta nuestra final sentencia, la que, reunidos en
Consejo y Tribunal con los reverendos maestros de la Sagrada
Teología y doctores de ambos Derechos, nuestros asesores,
extendemos en este escrito relativo a los asuntos y controversias
entre el magnífico Carlo Sincereo, Doctor en ambos
Derechos, fiscal
procurador del Santo Oficio, por un lado, y tú, Galileo Galilei,
acusado, juzgado y convicto por el otro lado, y pronunciamos,
juzgamos y declaramos que tú Galileo, ha causa de los
hechos que han sido detallados en el curso de este escrito, que
antes has confesado te has hecho a ti mismo vehemente sospechoso
de herejía a este Santo Oficio al haber creído y
mantenido la doctrina de que el Sol es el centro del mundo;
también de que una opinión puede ser sostenida y
definida como pasable encontraría a la Sagrada Escritura,
y que, por consiguiente has incurrido en todos las censuras y
penalidades contenidas y después de haber sido declarada y
decretada como promulgadas en los sagrados cánones y en
otras constituciones generales y particulares contra delincuentes
de esta clase. Visto lo cual, es nuestro deseo que seas absuelto,
siempre que con un corazón sincero y verdadera fe, en
nuestra presencia abjures, maldigas y detestes los mencionados
errores y herejías, y cualquier otro error, y
herejía contrario a la Iglesia
Católica y Apostólica de Roma, en la forma que
ahora se te dirá.
Pero para que tu lastimoso y pernicioso error y
trasgresión no queden del todo sin castigo, y para que
seas más prudente en lo futuro y sirvas de ejemplo para
que los demás se abstengan de delincuencias de este
género, nosotros decretamos que el libro "Diálogos
de Galileo Galilei" sea prohibido por un edicto público, y
te condenamos a una prisión formal de este Santo Oficio
por un periodo determinable a nuestra voluntad, y, por la
vía de saludable penitencia, te ordenamos que durante los
tres próximos años reces, una ves a la semana, los
siete salmos penitenciales, reservándonos el poder
moderar, conmutar o suprimir, la totalidad o parte del mencionado
castigo o penitencia.
La fórmula de abjuración que a
consecuencia de esta sentencia fue obligado Galileo a pronunciar,
decía como sigue:
Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galilei,
de Florencia, de setenta años de edad, siendo citado
personalmente a juicio y arrodillado ante vosotros, los eminentes
y reverendos cardenales, inquisidores generales de la
República universal cristiana contra la depravación
herética, teniendo ante mí los Sagrados Evangelios,
que toco con mis propias manos, juro que siempre he creído
y, con la ayuda de Dios, creeré en lo futuro, todos los
artículos que la Sagrada Iglesia Católica y
Apostólica de Roma sostiene, enseña y predica. Por
haber recibido orden de este Santo Oficio de abandonar para
siempre la opinión falsa que sostiene que el Sol es el
centro e inmóvil, siendo prohibido mantener, defender o
enseñar de ningún modo dicha falsa doctrina; y
puesto que después de habérseme indicado que dicha
doctrina es repugnase a la Sagrada Escritura, he escrito y
publicado un libro en el que trato de la misma condena doctrina y
aduzco razones con gran fuerza en apoyo de la misma, sin dar
ninguna solución; por eso he sido juzgado como sospechoso
de herejía, esto es, que yo sostengo y creo que el Sol es
el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el
centro y es móvil, deseo apartar de las mentes de vuestras
eminencias y de todo católico cristiano esta vehemente
sospecha, justamente abriga contra mí; por eso, con un
corazón sincero y fe verdadera, yo abjuro, maldigo y
detesto los errores y herejías mencionadas y, en general,
todo error y sectarismo contrario a la Sagrada Iglesia; y juro
que nunca más en el porvenir diré o afirmaré
nada verbalmente o por escrito, que pueda dar lugar a una
sospecha similar contra mí; asimismo si supiera de
algún hereje o de alguien sospechoso de herejía, lo
denunciaré a este Santo Oficio o al inquisidor y ordinario
del lugar en que pueda encontrarme. Juro, además, y
prometo que cumpliré y observaré fielmente todas
las penitencias que me han sido impuesto por este Santo
Oficio.
Pero si sucediese que yo violase algunas de mis promesas
dichas juramento y protesta, me someto a todas las penas y
castigos que han sido decretados y promulgados por los Sagrados
cánones y otras constituciones generales y particulares
contra delincuente de este tipo. Así, con la ayuda de Dios
y de sus Sagrados evangelios, que toco con mis manos yo, el antes
nombrado Galileo Galilei, abjurado, prometido y me he ligado a lo
antes dicho; y en testimonio de ello, con mi propia mano he
suscrito este presente escrito de mi abjuración, que he
recitado palabra por palabra.
En Roma, en el convento de la Minerva, 22 de julio de
1933; yo, Galileo Galilei, he abjurado conforme se ha dicho antes
con mi propia mano.
El conflicto
entre Galileo y la Inquisición no es meramente el
conflicto entre el libre pensamiento y
el fanatismo, o entre la ciencia y la religión; es
además un conflicto entre el espíritu de inducción y el espíritu de deducción. Los que creen en la
deducción, método para llegar al conocimiento se
ven obligados a tomar sus premisas de alguna parte, generalmente
de un libro Sagrado. La deducción procedente de libros
inspirados en el método para llegar a la verdad empleado
por los dogmáticos, lo que practican la lógica
aristotélica. Galileo discutió a Aristóteles
y con ello destruyó todo el edificio del conocimiento
medieval.
La ciencia tiene su punto de partida con Galileo, con el
Diálogo, libro escrito en 1632, entonces, la ciencia tiene
368 años de vigencia en el mundo. Sin embargo, en el
Perú se conoce muy pocos de ciencia, los conocimientos son
pocos científicos. El método de la inducción
es el científico, que implica análisis. En la
Educación Nacional, todavía se detenta el
método deductivo que significa dogmatismo. Por eso,
nuestros estudiantes son repetidores; cuyo hecho, configura
estatismo en la estructura mental. Esta es, una de las razones
graves que no permite el desarrollo de la sociedad. En este
sentido, el sustento de la razón de ser nuestra obra, es
nada menos que el de dar luces científicas en la
formación de los hombres del Perú. Actualmente, en
los umbrales del siglo XXI, los Centros de Formación
Magisterial vienen forjando los futuros educadores mediante la
práctica del método deductivo; por eso, creemos tan
importante el cambio de método dogmático por el
científico para mejorar la calidad de la educación.
Muchos de nuestros intelectuales de hoy, todavía son
aristotélicos en sus pensamientos, deductivistas,
absolutistas y soberbios, porque perciben en su mente ideas
viejas, ideas aristotélicas. La educación es:
investigación; acción, cada clase es una
hipótesis, que hay que validar o falsear; es una
relación sujeto – objeto. con una epistemología creciente, innovadora y
expansivo. Y, no hay educación, sin la relación
biunívoco entre sociedad y desarrollo, entre sociedad y
Estado, y Estado y ciudadanos. Además, la educación
Peruana, por condiciones históricas es elitista,
marginante y ajena a la realidad nacional y regional. Se habla de
grandes avances y estrategias
metodológicas, como: aprendizaje
significativo, autoestima,
constructivismo,
bachillerato, nueva secundaria. Pero, todo esto son
planteamientos declarativos; y en la práctica, el statu
que estableció, queda en pie y vigente.
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