Monografias.com > Economía
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Financiamiento en Salud



    1. Evaluación del
      carácter redistributivo de los gastos de salud entre
      departamentos
    2. Distribución
      del subsidio público de salud por
      quintiles
    3. Visión
      global del diagnóstico
    4. Estrategia de
      focalización del gasto público en
      salud
    5. El sistema de
      cuentas nacionales
    6. Gastos y costos
      en salud
    7. Análisis
      del financiamiento del sector salud y las cuentas
      satélites
    8. Cuentas
      satélites de salud 1995
    9. Análisis
      de resultados
    10. Fuentes de
      información
    11. Subsector
      público
    12. Subsector
      privado
    13. Bibliografía

     

    1.-INTRODUCCIÓN

    Si das la voz ¡adelante!, tienes que aclarar en
    qué dirección hay que ir. No ves que si no lo
    haces y simplemente gritas

    esa palabra a un monje y a un revolucionario, ellos
    irán en direcciones exactamente opuestas.

    (Anton Chekhov)

    Uno de los retos actuales en el campo de la teoría
    y práctica de la salud
    pública es el de responder a las grandes
    transformaciones que se presentan en el sector de la salud: la transición
    demográfica y epidemiológica, los avances en la
    investigación y desarrollo
    tecnológico, la discusión en torno al papel
    del Estado y del
    sector privado bajo un concepto de
    eficiencia
    económica, la búsqueda alternativa de un desarrollo
    humano sostenible en medio del contexto de globalización económica en el que
    vivimos, conducen a la reformulación de los sistemas de salud
    y de las explicaciones teóricas que permitan una adecuada
    solución de los problemas e
    intervenciones en el sector.

    Lo anterior ha llevado a establecer una relación
    entre salud y economía a
    través de la elaboración de una disciplina
    específica, la economía de la salud, que
    aplica las teorías, conceptos y técnicas
    del análisis económico al de la salud,
    considerando, a la vez, las particularidades del bien salud. La
    construcción de la economía de la
    salud se inicia en los países desarrollados en la
    década de los cincuenta del siglo pasado y la
    preocupación por esta temática es reciente en el
    país.

    La Organización Panamericana de la Salud
    también se convirtió en pionera de las investigaciones
    peruanas al desarrollar el proyecto Gasto
    y Financiamiento
    del Sector Salud: Perú

    Cabe destacar también la formación de la
    "Red
    Interamericana de Economía y Financiamiento de la Salud"
    promovida por la
    Organización Panamericana de la Salud en conjunto con
    otras agencia internacionales, para impulsar en el sector salud
    la incorporación del análisis
    económico-financiero, no sólo en el país
    sino en el conjunto de la región
    latinoamericana.

    El Ministerio de Salud (MINSA) en los últimos
    años ha realizado esfuerzos significativos para contar con
    información respecto a la estructura,
    distribución y evolución del gasto de salud en el
    país.

    Como resultado se han realizado los estudios
    "Análisis de Costos de los
    Servicios de
    Salud 1994" y "Análisis de la Demanda de los
    Servicios de Salud 1995", desarrollados por el Centro de
    Investigación de la Universidad del
    Pacífico, "Análisis del Gasto
    Público en Salud 1994" (efectuado por MACROCONSULT
    S.A.), "Análisis del Financia miento del Sector Salud
    1992-1995" (realizado por el Consorcio
    ESAN/AUPHA/SERVERS/FUNSALUD) y la "Revisión y
    actualización del financiamiento del sector salud
    1995-1996", realizada en 1997 auspiciada por el Proyecto
    "Generación de Capacidades en el Ministerio de
    Salud-Perú" y financiada por Overseas Development
    Administration (ODA).

    En 1998, la propuesta del MINSA fue proceder al diseño
    y estimación de una Cuenta Satélite de Salud que
    permita reagrupar un conjunto de transacciones actualmente
    dispersas en varios sectores productivos y sociales, en un
    sistema
    integrador como es el Sistema de Cuentas
    Nacionales, para lograr dar consistencia y continuidad a las
    estadísticas económico-financieras
    integrándolas a las estadísticas de producción del sector.

    En ese sentido, el Programa de
    Fortalecimiento de Servicios de Salud, consideró en el
    Plan Operativo
    de Reestructuración Sectorial para este año, el
    diseño del Sistema de Cuentas Nacionales en
    Salud.

    Este instrumento servirá como insumo para la
    definición de políticas
    de salud y para evaluar el impacto de la política
    económica en este sector. La implementación de las
    Cuentas Satélites
    de Salud, permite identificar las necesidades de
    información para mejorar y ampliar progresivamente el
    sistema.

    El sistema satélite inicial se basa en las
    características de la situación actual y en la
    disponibilidad de información existente, además,
    trata de responder a las necesidades analíticas del
    sector. Sin embargo, es suficientemente flexible para adecuarse a
    los cambios en la organización de los servicios de salud
    producto del
    proceso de
    reforma.

    Durante el periodo de implementación de las
    cuentas satélites se programaron reuniones semanales con
    funcionarios de la Oficina de
    Planeamiento y
    la Oficina de Estadística del MINSA, con la finalidad de
    que participen en la conceptualización, desarrollo
    metodológico y estimación de las Cuentas
    Satélites de la Salud, para que una vez finalizada la
    consultoría y obtenidos los productos,

    la estimación de las Cuentas sean un trabajo
    corriente del MINSA. Sin embargo la participación ha sido
    limitada a reuniones informativas.

    Las cuentas satélites tienen como año base
    1995, debido a que este año es representativo de las
    condiciones "normales" de la economía del país
    así como del sector salud, además se ha contado con
    mayor cantidad y calidad de
    información como se detalla en el capítulo de
    fuentes de
    información, implicando una estimación
    exhaustiva y muy detallada.

    Según la Ley General De
    Salud Del Perú (LEY 26842), dado el 15 de julio de 1997,
    en el VIII capítulo del Título Preliminar
    dice:

    "El financiamiento del Estado se orienta preferentemente
    a las acciones de
    salud pública y a subsidiar total o parcialmente la
    atención médica a las poblaciones de
    menores recursos, que no
    gocen de la cobertura de otro régimen de prestaciones
    de salud, público o privado".

    La República del Perú cuenta con un
    gobierno
    unitario, representativo y descentralizado, organizado de acuerdo
    al principio de separación de poderes. El país
    está dividido en 26 regiones, 192 provincias y 1.784
    distritos. De acuerdo a su Constitución tiene un gobierno
    descentralizado, los municipios (Provinciales y distritales)
    disponen de cierta autonomía política,
    económica y administrativa para realizar planes de
    desarrollo en la ejecución de los asuntos de su competencia, y se
    dispone de la Ley Marco de Descentralización (Ley
    N° 26922)
    . Graves dificultades políticas tanto
    previas como posteriores al cambio de
    gobierno de julio del año 2000, dieron lugar a que el
    Congreso removiera en noviembre del 2000 al presidente anterior e
    instaurara un Gobierno Constitucional de Transición. Las
    elecciones generales se realizaron el 8 de abril del 2001 y el
    cambio de gobierno tuvo lugar a fines de julio.

    El Sistema de Servicios de Salud es fragmentado y en
    él participan dos subsectores: el público y el no
    público. El primero de ellos contaba en 1999 con 6.687
    establecimientos de salud (89% del total nacional) y está
    conformado por el Ministerio de Salud (MINSA) con 6.208
    establecimientos, el Seguro Social
    de

    Salud EsSALUD (ex IPSS) con 321 establecimientos y las
    Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional con
    158 establecimientos de salud. Ese mismo año el subsector
    no público contaba con el 11% restante de los
    establecimientos de salud. Según la Encuesta
    Nacional de Niveles de Vida de 1997 sólo el 23,5% de la
    población contaba con seguro
    médico, predominantemente con la seguridad
    social. En el año 2000, del 100% de personas que
    declararon síntomas de enfermedad/accidente y consideraban
    necesario consultar, e1 31 % no logró acceder a los
    servicios de salud, fundamentalmente por falta de recursos
    económicos y el 8% sólo lo hizo a servicios no
    institucionales cómo son la consulta en farmacia y la
    visita al curandero. De esa manera, solo el 69% accedió a
    consulta brindada por un profesional de la salud.

    Desde el punto de vista funcional el MINSA
    desempeña el papel rector dentro del Sector y se encarga
    de emitir los lineamientos de política así como las
    normas y
    procedimientos
    técnicos para regular la actividad sectorial. La coordinación entre las instituciones
    del sector es limitada, debido a la carencia de

    instancias permanentes de concertación. El
    Gobierno de Transición instaló un Comité
    Consultivo con el objeto de asesorar al Ministro de Salud en
    aspectos críticos de Política Sectorial. Las
    instituciones del sector organizan sus servicios por niveles de
    atención; sin embargo, los mecanismos de referencia y
    contrarreferencia aún son deficientes. El modelo de
    atención incluye acciones de salud individual y colectiva,
    las cuales se encuentran en revisión con el fin de
    adaptarlas a los requerimientos del nuevo marco legal determinado
    por la Ley General de Salud (LGS) y la Ley de
    Modernización de la Seguridad Social
    en Salud (LMSS) promulgadas en 1997.

    En 1998, el financiamiento del Sistema llegó de
    las siguientes fuentes:
    gobierno, 25%; hogares, 38%; empresas, 35% y
    fondos externos, 2%. Ese año el gasto global en salud fue
    equivalente al 4% del PBI y el gasto per cápita en salud
    fue de US$ 99.

    La Reforma del Sector de la Salud (RS) puesta en marcha
    por el gobierno anterior, contaba con principios
    orientadores basados en los "Lineamientos de Política
    Sectorial 1995 – 2000" y en un nuevo marco
    legal.

    La agenda de trabajo mantuvo diversos énfasis: la
    recuperación de la capacidad resolutiva del primer nivel
    de atención mediante el incremento del gasto
    público social; la reforma de la seguridad social abriendo
    el primer nivel de atención a la prestación
    privada; el desarrollo de programas que
    garantizan la

    atención a grupos
    vulnerables focalizados como el seguro escolar y el seguro
    materno infantil (todavía en etapa piloto) y cierta
    participación comunitaria en la gestión
    de establecimientos de primer nivel de atención mediante
    los Comités Locales de Administración en Salud (CLAS). Aunque el
    tema de la reestructuración institucional fue planteado en
    la agenda, este no prosperó. Pese a los problemas que
    presenta en su conjunto el sistema de salud, durante los
    últimos seis años hubo un incremento de la
    cobertura institucional de atención del 32,2% (1994), al
    43,5% (1997) y al 49,3% (2000) del total de personas con
    síntomas de enfermedad y/o accidente. De esta cobertura
    institucional, el MINSA aumentó su participación
    del 16,3% (1994) al 25% (1997) y al 29,5 (2000) de los enfermos
    gracias al incremento de los recursos asignados al primer nivel
    de atención.

    2.- EVALUACIÓN DEL CARÁCTER REDISTRIBUTIVO DE LOS GASTOS DE SALUD
    ENTRE DEPARTAMENTOS

    Existe evidencia previa para el Perú en el
    sentido que hay fuertes variaciones en los gastos entre
    departamentos (ANSSA 1986). Aunque parte de esto puede deberse,
    en el caso de salud, a diferente composición del tipo de
    atenciones -por ejemplo, a que en Lima hay mayor
    proporción de internamientos que son más caros-,
    probablemente existe adicionalmente un diferencial entre regiones
    incluso para el mismo tipo de atenciones.

    El presente trabajo busca aproximarse al problema
    señalado mediante un análisis de la
    distribución del gasto público en salud entre las
    distintas regiones del país. Para realizar este
    análisis, hemos utilizado dos indicadores
    básicos.

    El primero es el gasto por no asegurado.
    Esta variable refleja la cantidad gastada por el Ministerio de
    Salud, en cada una de las personas que se supone conforma la
    población objetivo. Como
    se puede apreciar, ello indica que estamos suponiendo: que los
    asegurados no forman parte de la población objetivo, por
    tener un mecanismo alternativo de mejor calidad de
    atención en salud-, que toda la población demanda
    los mismos gastos, lo que debe contrapesarse con las diferentes
    estructuras
    etáreas existentes -las demandas de niños,
    mujeres y ancianos son mayores- y con los diferentes perfiles
    epidemiológicos existentes -los costos de tratamiento de
    una tuberculosis son
    mayores a los de otras enfermedades-.

    El segundo indicador utilizado busca resolver los
    problemas generados por los supuestos de considerar a toda la
    población por igual dentro del cálculo
    del gasto per cápita. Dada la dificultad de considerar
    estos aspectos, dadas las múltiples variables a
    considerar y las dificultades de información existentes,
    se ha optado por construir un indicador que busca resumir estas
    variables, y que hemos llamado "Índice de
    Necesidades de Salud
    "

    Este índice ha sido calculado considerando las
    siguientes variables:

    1. Tasa de mortalidad infantil.

    2. Tasa de desnutrición crónica entre los
    niños de 6 a 9 años del 1er. grado de
    primaria.

    3. Porcentaje de hogares sin desagüe.

    4. Porcentaje de mujeres mayores de 15 años
    analfabetas.

    5. Porcentaje de mujeres de 30 a 49 años con 4 o
    más hijos.

    6. Índice de Necesidades Básicas
    Insatisfechas (NBI).

    La tasa de mortalidad infantil se consideró por
    ser una variable directamente relacionada al estado de salud de
    una población que es prioridad, como son los
    niños.

    La tasa de desnutrición crónica refleja el
    problema de salud más grave de los niños, dado que
    cerca de la mitad de los niños del país tienen esta
    deficiencia. Además, es reconocido que la
    desnutrición crónica eleva sustancialmente el
    riesgo de
    morbi-mortalidad.

    Los hogares sin desagüe son hogares que tienen un
    mayor riesgo de contagio por razones de salubridad.

    La educación de la madre
    es comprobadamente un factor de primera importancia en el estado de
    salud del niño y del hogar, debido a que influye en las
    prácticas de higiene, de
    alimentación y de cuidado de la salud en
    general. La tasa de analfabetismo
    femenino refleja una carencia aguda al respecto y refleja los
    niveles educativos de las madres.

    La variable de mujeres con 4 o más hijos refleja
    dos problemas de salud: insuficiente acceso a programas de
    planificación familiar, y un mayor riesgo
    de morbi-mortalidad de los niños.

    El índice de necesidades básicas
    insatisfechas es un índice resumen de la situación
    de carencias de la población, que se asocia estrechamente
    tanto al estado de salud de la población como a las
    posibilidades de acceso a servicios privados de salud. Las
    necesidades básicas insatisfechas consideradas son las
    siguientes:

    – inasistencia escolar de menores.

    – viviendas con características físicas
    inadecuadas.

    – hacinamiento.

    – viviendas sin desagüe.

    – elevada tasa de dependencia
    económica.

    Como se puede observar, el índice así
    construido busca representar una síntesis
    de los problemas de ingresos y de
    salud de la población; en otras palabras, considerar tanto
    las dificultades de pago como las mayores necesidades debidas a
    la mayor morbi-mortalidad.

    En el Cuadro No.1 se pueden ver los datos que sirven
    de base para el cálculo del Índice de Necesidades
    de Salud; se observa ahí que entre los departamentos las
    diferencias son bastante consistentes entre todos los indicadores
    utilizados; por ejemplo, tomando nuevamente el ejemplo de
    Huancavelica y Callao, la relación entre sus tasas de
    mortalidad infantil es de 4,5 a 1, similar a las diferencias en
    el INS.

    Por otro lado, existen propuestas de política que
    señalan que no todos los no asegurados deberían
    conformar la población objetivo, debiendo excluirse a
    quienes tienen capacidad de pago y considerarse dentro del
    subsidio público solamente a los pobres. Este problema se
    trata de la siguiente manera: en una primera parte se realizan
    los cálculos para toda la población no asegurada;
    posteriormente se incluye el criterio de considerar como
    población objetivo solamente a los no asegurados
    pobres.

    Es interesante anotar que existe una fuerte
    correlación entre el porcentaje de la población que
    está asegurada y el nivel de desarrollo -medido por los
    índices de necesidades básicas insatisfechas o de
    salud – de los departamentos. En efecto, la correlación
    entre el porcentaje de la población asegurado y estos
    índices es de 0,84 y 0,87 respectivamente.

    Cuadro 1. Necesidades de Salud:
    Indicadores e Índice Resumen

    NECESIDADES DE SALUD: INDICADORES E
    ÍNDICE RESUMEN

    Para ver la siguiente tabla
    seleccionar "Bajar trabajo" del menú superior

    El gasto del programa Salud Básica para Todos en
    1995 corresponde al 23 por ciento del gasto de las subregiones de
    salud. En términos per capita, el gasto total asciende a
    casi 51 soles por no asegurado, de los cuales 41 corresponden a
    los presupuestos
    subregionales y 11 a SBT.

    A continuación, el cuadro 3. 2 muestra el
    Índice de Necesidades de Salud, pudiéndose observar
    que existen diferencias sustanciales entre departamentos; entre
    el departamento con mayores
    necesidades—Huancavelica—y el que tiene menores
    necesidades—Callao—la relación entre los
    índices es de 4 a 1.

    Dividiendo el gasto total entre la población no
    asegurada, se obtiene el gasto por no asegurado. Para 1995,
    éste era del orden de 57 soles por no asegurado en
    promedio en los departamentos (a nivel nacional, es de 78 soles).
    Existen también diferencias muy grandes en el gasto por no
    asegurado entre departamentos: llega a un máximo de 148 en
    el Callao y un nivel similar en Madre de Dios, mientras que el
    mínimo está en Cajamarca con apenas 25 soles por
    no

    asegurado. Es decir, la diferencia es de 6 a
    1.

    El análisis de la distribución regional de
    estos gastos se ha hecho utilizando gráficos, curvas de Lorenz generalizadas y
    estadísticos.

    El gráfico 1 muestra que el gasto por persona no
    asegurada para los años 1992 a 1995 y el Índice de
    Necesidades de Salud. Como se puede observar, existe una
    relación inversa entre ambas variables, aumentando el
    gasto por no asegurado fuertemente en los 5 o 6 departamentos con
    menores necesidades de salud, pero esta relación es
    débil dado que existen importantes fluctuaciones en el
    gasto per capita no correlacionadas con el INS, en departamentos
    de poca población como Pasco y Madre de Dios, o con alta
    cobertura de la seguridad social para su desarrollo relativo,
    como Pasco, Tacna y Moquegua.

    El gráfico 3.2 muestra que el gasto de Salud
    Básica para Todos, el programa del Ministerio de Salud
    especialmente creado para promover la equidad en el
    acceso, no muestra una relación muy clara con el
    Índice de Necesidades de Salud. A pesar de la evidencia de
    que el gasto por departamentos estaba mal distribuido, este
    programa no parece estar claramente orientado a superar ese
    problema.

    2.1.- Curvas de Lorenz generalizadas

    Las curvas de Lorenz generalizadas son curvas que
    muestran que porcentaje del gasto en salud se acumula en el x por
    ciento de la población con más necesidades de
    salud. Por ejemplo, se encuentra que en los 8 departamentos con
    mayores necesidades de salud (Huancavelica, Apurímac,
    Ayacucho, Cusco, Huánuco, Puno, Cajamarca, y Pasco) se
    encuentra casi el 30 por ciento de la población no
    asegurada, pero reciben solamente el 20 por ciento del gasto
    público en salud. La curva de Lorenz generalizada muestra,
    para cada nivel de población acumulada, el gasto en salud
    que se destina a ella. La línea diagonal es la
    línea de la igualdad, que
    representa el caso en el cual todos los departamentos reciben el
    mismo gasto por no asegurado.

    El gráfico 3.3 muestra esta curva para el gasto
    público total en salud entre 1992 y 1995. Se puede
    apreciar que para todos los años, los departamentos con
    mayores necesidades de salud reciben una proporción del
    gasto menor que la que representa su población no
    asegurada. En otras palabras, reciben un gasto por no asegurado
    menor al promedio. Al mismo tiempo, Lima y
    Callao tienen una proporción del gasto muy superior a la
    que representa su población no asegurada, y sesgan la
    curva hacia abajo. El hecho que la curva se encuentre en el
    triángulo

    inferior derecho es indicativo de un gasto
    redistributivamente regresivo, es decir, que se concentra
    más en los más ricos (menos
    necesitados).

    No se aprecian grandes cambios entre los diversos
    años. A pesar de la introducción del programa de Salud
    Básica para Todos, no hay grandes cambios globales en la
    distribución departamental del gasto público en
    salud. Las curvas son muy similares entre 1992, 1994 y
    1995.

    El Programa Salud Básica para Todos un efecto
    redistributivo: mientras los 8 departamentos más
    necesitados reciben sólo el 16 por ciento del gasto de los
    presupuestos regionales, reciben el 37 por ciento del gasto de
    Salud Básica para Todos. A pesar de ello, la menor
    importancia de este último hace que en la suma, estos
    departamentos, que deberían ser relativamente más
    favorecidos—dada su mayor pobreza y
    necesidad en salud—son relativamente desfavorecidos. Ello
    se aprecia en la forma de la curva de Lorenz, que se encuentra en
    el triángulo superior izquierdo (ver gráfico 3.4).
    Sin embargo, el hecho que la curva no está muy lejos de la
    línea de equidad, indica que la preferencia por los
    más necesitados no es muy marcada.

     

    La distribución de los presupuestos regionales
    muestra un empeoramiento entre 1992 y 1995, aunque mejora de 1993
    a 1994 (ver gráfico 3.5). Es este empeoramiento el que
    contrarresta los gastos del programa Salud Básica para
    Todos en 1994 y 1995, y hace que la distribución de los
    gastos totales sean similares entre 1992 y 1995. Los esfuerzos
    del programa especialmente creado

    para promover la equidad se ven eliminados por una
    distribución de los presupuestos regionales, realizada por
    el Ministerio de Economía, que agrava la
    situación.

    2.2.- Coeficiente de Correlación simple y
    seudo-Ginis

    Para obtener medidas estadísticas resumidas de la
    distribución de los gastos de salud por departamentos se
    ha recurrido a los coeficientes de correlación y a los
    seudo-Ginis.

    Los coeficientes de correlación indican
    qué tan estrecha es la relación entre dos
    variables. Como se pude observar en el cuadro 3.3, estas medidas
    de correlación son negativas, fuertes y
    estadísticamente significativas entre el Índice de
    necesidades de salud y el gasto por no asegurado.

    Es decir, a mayor las necesidades de salud, menor el
    gasto por no asegurado. Ello revela la profunda desviación
    existente en la distribución de los recursos respecto de
    los criterios de equidad, dado que los que menos necesitan
    reciben más.

    En relación al Programa Salud Básica para
    Todos, se encuentra una correlación positiva pero baja y
    estadísticamente no significativa con el índice de
    necesidades de salud, lo que revela lo errático de su
    carácter redistributivo.

    Los seudo-Ginis o coeficientes de concentración
    son una medida resumida que se obtienen a partir de las curvas de
    Lorenz generalizada. Estos coeficientes son análogos al
    coeficiente de Gini que mide la desigualdad de los
    ingresos.

    En términos gráficos, los seudo-Ginis o
    coeficientes de concentración se calculan como el
    área que se encuentra entre la línea de la igualdad
    y la curva de Lorenz generalizada.2 Si la curva de Lorenz
    generalizada está por encima de la línea de la
    igualdad, el coeficiente de concentración es negativo, lo
    que indica una progresividad absoluta.

    Los coeficientes de concentración calculados del
    gasto de Salud Básica para Todos sobre la población
    no asegurada son de -0.15 para 1994 y de -0.13 para 1995,
    indicando la mencionada progresividad absoluta de SBT.

    Por su parte, los gastos y presupuestos subregionales de
    salud muestran coeficientes de concentración positivos, de
    entre 0.21 y 0.27, crecientes a los largo del tiempo, lo que
    ratifica su regresividad y el hecho que ésta ha ido
    aumentando con el tiempo. El gasto total, equivalente a la suma
    de los gastos subregionales de salud y las remesas de Salud
    Básica muestran un coeficiente de concentración de
    0.19 a 0.25, aún regresivo aunque en una proporción
    menor a la de los presupuestos subregionales, y contrarrestando
    la mayor regresividad de éstos.

    2.3.- Análisis considerando solamente a los
    pobres

    Se ha realizado un análisis considerando no a
    toda la población, sino solamente a los no asegurados
    pobres. Bajo este enfoque, la pobreza
    sería el elemento determinante para la asignación
    de los recursos públicos en salud. La equidad
    consistiría en asignarle la misma cantidad de fondos a
    cada no asegurado pobre, y la pobreza es la variable que
    determina el orden de necesidad de fondos de los departamentos.
    La justificación radicaría n que los principales
    gastos de salud se refieren a atenciones individuales no
    meritorias, que sólo deberían entregarse en forma
    gratuita a los pobres. La evaluación
    de la pobreza se ha realizado considerando como pobres al 60% de
    menor ingreso de la población, una justificación
    para ello puede encontrarse en el capítulo
    VIII.

     

    Los datos básicos se muestran en el cuadro 3.4,
    donde se puede apreciar que existe una relación bastante
    estrecha entre el índice de necesidades de salud y el
    porcentaje de pobreza (de los no asegurados). Algunas excepciones
    parecen ser Puno – donde el porcentaje de pobres es muy
    elevado mientras el INBS no lo es tanto – y Cusco
    –donde sucede lo inverso, alto INBS y relativamente bajo
    nivel de pobreza-. Se puede observar también que los
    niveles de pobreza entre los no asegurados son muy elevados,
    estando en 4 departamentos encima del 90%, y en otros 10 encima
    del 80%. El INBS parece ser más variable, mientras que el
    porcentaje de pobres se mantiene muy alto en tres cuartas partes
    de los departamentos. El coeficiente de correlación entre
    ambas variables es de 0,84.

    Los cálculos de gasto por cada no asegurado pobre
    se muestran en el cuadro 3.5. Se puede observar que se mantienen
    diferencias enormes, incluso mayores a las encontradas por el
    cálculo que no considera solamente a los pobres, dado que
    el porcentaje de pobres es menor en los departamentos con menores
    necesidades y mayor gasto en salud. El gasto por no asegurado
    pobre

    promedio se eleva a 83 soles (sin considerar los gastos
    no departamentales).

    Pero las diferencias van de 28 soles en Cajamarca a
    más de 400 soles en el Callao. Bajo este análisis,
    se abren diferencias entre Madre de Dios y Callao, que
    tenían gastos por no asegurados muy similares pero cuyos
    gastos por no asegurado pobre son muy disímiles. En
    general, se observa una mucha mayor concentración relativa
    del gasto en Lima y Callao: éstos tienen más del
    25% de la población no asegurada, pero solamente el 14% de
    la población no asegurada pobre. Los 5 millones de no
    asegurados pobres de los departamentos más pobres reciben
    200 millones de gasto público en salud, mientras que los 5
    millones de pobres que viven en los departamentos más
    desarrollados reciben 465 millones de soles.

    Un resumen comparativo de las medidas de
    distribución se presenta en el cuadro 3.6. Como se puede
    observar con mayor claridad con los indicadores resumen, el
    análisis considerando la situación de pobreza de
    los departamentos muestra una inequidad en la distribución
    regional del gasto aún mayor que en el análisis por
    INBS. Por ejemplo, el seudo-Gini para los presupuestos regionales
    se hace más desigual, pasando de un 0,27 en promedio a un
    0,44. Los gastos de Salud Básica para Todos dejan de ser
    absolutamente redistributivos, pasando a serlo sólo
    relativamente.

    Los gráficos 3.6, 7 y 8 muestran las curvas de
    Lorenz generalizadas para los presupuestos regionales los gastos
    de Salud Básica para todos, y el total de gastos por
    departamentos. Se observa que las curvas relativas a los gastos
    totales y los presupuestos regionales son más
    ‘abombadas’, y que la referida a Salud Básica
    para todos pasa a estar encima de la línea de igualdad, lo
    que revela mayor inequidad.

    2.4.- Conclusiones.-

    La metodología aplicada consiste en una
    adaptación de la metodología de los "mapas sociales"
    al sector salud. En ese sentido, parte de considerar que las
    diferencias entre departamentos y subregiones de salud son
    importantes, y supone que la población al interior de
    estos ámbitos es homogénea.

    Los resultados obtenidos indican que los gastos del
    Programa Salud Básica para Todos son redistributivos,
    sucediendo lo contrario con los gastos de las subregiones de
    salud. Este último efecto es el que prima, siendo
    regresivo el total del gasto en salud por ambas
    fuentes.

    Ello se obtiene a pesar de que la correlación
    entre gastos de SBT por no asegurado y necesidades de salud es
    sólo débilmente positiva.

    Sin embargo, la progresividad de SBT no alcanza a
    revertir la regresividad de los presupuestos subregionales de
    salud. Ello se debe a que éstos son mucho más
    regresivos, y a que SBT sólo explica una parte minoritaria
    del gasto en salud (un 18% de los presupuestos subregionales en
    1995). Es probable, además, que los gastos en
    atención especializada de la salud se destinen
    principalmente a los pobladores de Lima y las grandes ciudades,
    lo que haría que el gasto de salud de los pliegos MINSA y
    regiones sea más regresivo que lo calculado
    aquí.

    Algunas limitaciones que la información impone a
    la metodología aplicada tienden a sobrevaluar el grado
    redistributivo de los gastos de Salud. En efecto, debido a que
    probablemente haya más asegurados privados y atenciones
    privadas en los departamentos y subregiones con menores
    necesidades de salud, éstos tengan realmente una
    población potencialmente atendida por el MINSA menor y el
    gasto por persona sea mayor. También es probable que los
    gastos destinados a atención especializada de la salud se
    dediquen más a pacientes de estas zonas. Sin embargo, dada
    la reducida magnitud de estos fenómenos—atenciones
    privadas y gastos en atención especializada-, ello no
    alteraría las conclusiones básicas del
    estudio.

    Esto podría estar alterando la tendencia
    observada. Se ha encontrada que entre 1992 y 1995 la
    distribución entre las regiones del gasto en salud no
    habría mejorado, a pesar de la aplicación del
    programa Salud Básica para Todos, debido a una mayor
    regresividad de los presupuestos regionales. Sin embargo,
    también se encuentra que la importancia de los gastos en
    salud no departamentales se ha reducido, de 32 a 27 por ciento.
    Si estos gastos benefician sobretodo a la población
    limeña, de menores necesidades en salud, esta
    reducción podría estar llevando a una mejor
    distribución global del gasto en salud.

    Más allá de esta debilidad de la
    información, a nivel metodológico se muestra la
    importancia de corregir los datos presupuestales buscando
    aproximaciones al gasto en salud del período corriente, ya
    que se encuentran diferencias significativas en la
    evaluación sí se descuentan las
    pensiones.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter