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La innovación, una herramienta para el desarrollo sostenible




Enviado por odalys



    Retos y perspectivas ante la
    globalización neoliberal

    1. Resumen
    2. Análisis
      teórico-conceptual del papel de la Innovación
      como herramienta de desarrollo sostenible
    3. La innovación en los
      ámbitos de una Sociedad Globalizada
    4. La innovación en Cuba
      como Factor de desarrollo
    5. Conclusiones
    6. Propuestas
    7. Bibliografía
    8. Anexos

    "La ciencia de
    hoy parece estar atrapada en un fuego cruzado entre dos visiones
    opuestas del mundo. Por una parte, la ciencia es la
    principal herramienta de la ideología que actualmente dirige la
    economía
    mundial denominada sistema de libre
    mercado,
    orientada al crecimiento continuo y la búsqueda de riqueza
    individual. Por otra, la ciencia está llamada, de manera
    creciente, a producir conocimiento y
    tecnología
    que promueva la sustentabilidad ambiental, el desarrollo
    orientado hacia los pueblos y el manejo de largo plaza de los
    recursos"

    The Role of Science and Technology in Society and
    Governance.

    Kananaskis Village, Alberta. Canada 1-3
    November 1998.

    RESUMEN

    En el trabajo se
    realiza un análisis de la función
    que debe cumplir la innovación como herramienta de
    desarrollo y de la realidad de este concepto en los
    ámbitos de la globalización neoliberal, intentando
    responder preguntas tales como: ¿En las condiciones
    actuales de globalización neoliberal, es realmente la
    innovación un factor de desarrollo para los países
    tercermundistas? ¿Existen alternativas que permitan que el
    conjunto de personas que hacen ciencia y que se benefician de
    ella se amplíe, donde la innovación se oriente a
    los problemas de
    la mayoría?

    En el Capítulo I se realiza un análisis
    teórico conceptual de la ciencia, la tecnología y
    la innovación como término abarcador,
    interrelacionados con los conceptos de globalización,
    neoliberalismo
    y desarrollo sostenible, entre otros.

    Por su parte en el Capítulo II se analiza la
    función que cumple en estos momentos la innovación
    en los países desarrollados y subdesarrollados, y
    cómo la polarización de esta amenaza con excluir de
    sus beneficios a la mayoría de la población mundial.

    En el Capítulo III se muestra el caso
    cubano como un ejemplo del correcto desempeño del binomio
    innovación-desarrollo, teniendo en cuenta las
    peculiaridades del modelo
    político.

    Se hacen a su vez, a partir de las conclusiones a las
    que se arriban, un grupo de
    propuestas con vistas a lograr que la innovación se
    desempeñe realmente como herramienta de desarrollo en las
    condiciones actuales.

    INTRODUCCIÓN

    El conocimiento
    científico y tecnológico ha producido
    aplicaciones que han sido de gran beneficio para la humanidad,
    con mayor significado en el contexto de una sociedad
    globalizada. Sin embargo estos beneficios no están
    distribuidos equitativamente y ello ha ampliado la brecha entre
    los países industrializados y los subdesarrollados, siendo
    igualmente la causa del deterioro del medio ambiente
    y la fuente de desequilibrio y exclusión
    social.

    Un uso responsable de la ciencia y la tecnología
    puede revertir estas tendencias. Ello requiere de un esfuerzo
    conjunto genuino entre aquellos que poseen la mayor capacidad en
    ciencia y
    tecnología y aquellos que enfrentan los problemas de
    la pobreza y
    la exclusión
    social.

    En este contexto en la Conferencia de
    Viena sobre Ciencia y Tecnología para el desarrollo en
    1979 se estableció la necesidad de que los países
    desarrollados del Norte destinaran el 0,7 por ciento de su
    Producto Interno
    Bruto anual a apoyar el desarrollo científico,
    económico y social de los países subdesarrollados.
    Entendiendo la ciencia y la tecnología como un recurso,
    esta, junto con el desarrollo de los recursos
    humanos, crearían las bases de una infraestructura
    humana y material que supuestamente propiciaría el
    adelanto de los países más atrasados y su
    inserción más efectiva en la economía mundial.
    Como resultado de la Conferencia se emitió el Programa de
    Acción
    de Viena y surgió el concepto de la Ayuda Oficial al
    Desarrollo (AOD).

    Los países subdesarrollados emprendieron la
    aventura del desarrollo industrial basado en la
    sustitución de importaciones y
    la creación de industrias
    locales que produjeran productos
    exportables con vistas a generar una cartera de mercancías
    que pudieran nivelar balanzas de pago que se deprimían
    cada vez más por el intercambio desigual resultante del
    precio cada
    vez menor de las materias primas exportadas por estos
    países contra el precio cada vez mayor de los productos
    manufacturados importados de los países desarrollados. En
    ese proceso se
    produjeron todo tipo de casos: exportación al Sur de industrias altamente
    contaminantes, de plantas
    recicladas con tecnologías atrasadas, de industrias con
    mercados cautivos
    para las materias primas o los productos resultantes. En ese
    propio proceso, en las décadas del 60 al 80 del pasado
    siglo, los países del Sur incurrieron en la
    búsqueda de créditos ante la banca y los
    gobiernos de los países desarrollados y se dio origen
    también al drama de la deuda externa de
    los países subdesarrollados, que hasta hoy desangra los
    recursos financieros de los países menos adelantados a
    favor de las economías más poderosas del
    mundo.

    Con el paso del tiempo se ha
    ido desarticulando el binomio tecnología-desarrollo. El
    concepto de ciencia como recurso del desarrollo se ha
    perdido, dando paso a la conversión del conocimiento
    científico y la tecnología, en medio de la
    primacía mundial del liberalismo
    económico y los procesos de
    internacionalización de la economía, en mera
    mercancía.

    De ahí que los países subdesarrollados,
    para los que fue creado la AOD presenten hoy estadísticas desastrosas en todos los
    ámbitos del desarrollo
    económico y social. Un uso responsable de la ciencia y
    la tecnología puede revertir estas tendencias. Ello
    requiere de un esfuerzo conjunto genuino entre aquellos que
    poseen la mayor capacidad en ciencia y tecnología y
    aquellos que enfrentan los problemas de la pobreza y la
    exclusión social.

    Teniendo en cuenta lo anterior se define el siguiente
    problema científico : la innovación,
    producto del
    desarrollo científico-tecnológico alcanzado por la
    humanidad, ha creado desigualdad y exclusión en los
    ámbitos de una sociedad globalizada.

    El objeto de estudio de la investigación: la innovación como
    herramienta de desarrollo.

    El objetivo general de la investigación es
    el siguiente: demostrar el papel de la innovación como
    herramienta de desarrollo, bajo preceptos de igualdad e
    inclusión.

    Se definen los objetivos
    específicos
    :

    • Analizar los conceptos de ciencia, tecnología
      e innovación y su desempeño en la actualidad, en
      países desarrollados y del Tercer Mundo.
    • Analizar la relación de causalidad entre
      innovación y globalización.
    • Estudiar la relación entre innovación y
      desarrollo sostenible.
    • Demostrar a través del caso latinoamericano,
      que los desastrosos resultados económicos y sociales del
      Tercer Mundo son consecuencia, entre otros elementos, de un uso
      excluyente de la innovación.
    • Demostrar la viabilidad de la innovación como
      factor de desarrollo bajo preceptos de igualdad e
      inclusión.
    • Ejemplificar lo anterior con el modelo
      cubano.

    Estos objetivos se
    definen para dar cumplimiento a la siguiente
    hipótesis: si los adelantos
    científico-técnicos, se ponen en función del
    desarrollo
    social, entonces la transición hacia el desarrollo se
    acelerará en países del Tercer Mundo.

    Capítulo I Análisis
    teórico-conceptual del proceso de innovación como
    herramienta de desarrollo sustentable

    La ciencia y la tecnología constituyen factores
    que influyen de forma cada vez más decisiva en el crecimiento
    económico y el desarrollo de cualquier nación,
    como resultado del impetuoso avance científico y
    tecnológico de la época actual, caracterizada como
    la era de la "sociedad del conocimiento" en la que las novedosas
    tecnologías ejercen transformaciones radicales en un mundo
    globalizado.

    1. La ciencia y la tecnología. Concepto,
      realidades y desafíos

    Se entiende la ciencia como la esfera de la actividad
    humana dirigida a la adquisición sistemática,
    mediante el método
    científico, de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la
    sociedad y el pensamiento,
    que se reflejan en leyes,
    fundamentos y tendencias de desarrollo. (CITMA, 2001)

    Los aportes realizados por la ciencia a la humanidad,
    fundamentalmente desde el siglo XVI son conocidos. En esta etapa
    un hecho impactante ha sido el acortamiento del lapso
    transcurrido entre las grandes aportaciones de la teoría
    y su plasmación en diversas y perfeccionadas aplicaciones
    tecnológicas, que en principio representan enormes
    potencialidades de bienestar y progreso para la especie humana.
    (Clark, 2002). Ahora bien, ¿es esto así en la
    realidad internacional, donde enormes masas de personas del
    llamado Tercer Mundo y segmentos cada vez mayores de la
    población de países industrializados son afectados
    por numerosos flagelos y calamidades, cuando la coyuntura
    ambiental del planeta se aproxima a los límites de
    lo inadmisible para la propia perpetuación de la
    vida?

    Debe tenerse en cuenta que todo esto ocurre a pesar de
    los portentosos logros registrados en la ciencia y la
    tecnología. Constituye una irritante paradoja el hecho de
    que en momentos en que la evolución humana se acerca a la factibilidad de
    una "inteligencia
    colectiva" (Levy, 2001) –asentada en los avances de la
    cibernética y las tecnologías de la
    información-, se constata que la
    aplicación ciega, egoísta e irresponsable del
    avance científico y tecnológico compromete con
    seriedad los límites mismos de la supervivencia de la
    especie humana.

    La ciencia hoy, como empresa humana,
    se debate en un
    conflicto
    entre opciones irreconciliables: la primera es continuar
    desempeñándose como herramienta esencial del actual
    sistema de dominación económica mundial, orientado
    al crecimiento continuo y la consecución incesante del
    aumento de riqueza individual, y estigmatizado por el despilfarro
    o depredación de importantes recursos
    naturales irrecuperables y el deterioro ambiental. La segunda
    y desafiante opción es asumir el reto de generar
    conocimientos y tecnologías que promuevan efectivamente la
    sustentabilidad ambiental, el desarrollo orientado hacia los
    pueblos y el manejo racional a mediano y largo plazo. (Clark,
    2002).

    Un nuevo compromiso de la ciencia para con la humanidad
    debe basarse en la erradicación de las desigualdades, la
    armonía con la naturaleza y el desarrollo
    sustentable.

    Por su parte la tecnología es el conjunto de
    conocimientos e información propios de una actividad que
    pueden ser utilizados en forma sistemática para el
    diseño,
    desarrollo, fabricación y comercialización de productos o la
    prestación de servicios,
    incluyendo la aplicación de las técnicas
    asociadas a la gestión. (CITMA, 2001)

    1.1.1 Ciencia para todos

    Hoy más que nunca, la ciencia y sus aplicaciones
    son indispensables para el desarrollo. Las autoridades y el
    sector privado deben prestar más apoyo a la construcción de una capacidad
    científica y tecnológica adecuada y distribuida de
    manera equitativa, fundamento indispensable para un desarrollo
    económico, social, cultural y ambiental racional. Esta
    necesidad es especialmente apremiante en los países
    subdesarrollados, donde el desarrollo tecnológico exige
    una base científica sólida y debe orientarse
    resueltamente a modos de
    producción seguros y no
    contaminantes, una utilización de los recursos más
    eficaz y productos más inocuos para el medio ambiente y
    donde la innovación debe orientarse decididamente hacia un
    mejoramiento de las posibilidades de empleo, la
    competitividad
    y la justicia
    social.

    La sociedad del conocimiento implica potenciar la
    capacidad tecnológica combinando formas tradicionales y
    modernas que estimulen la creación científica y que
    hagan viable el desarrollo
    humano sostenible.

    La democratización de la ciencia plantea tres
    grandes metas:

    • La ampliación del conjunto de seres humanos
      que se beneficien directamente de los avances de la investigación científica y
      tecnológica, la cual debiera privilegiar los problemas
      de la población afectada por la pobreza.
    • La expansión del acceso a la ciencia,
      entendida como un componente esencial de la cultura.
    • El control
      social de la ciencia y la tecnología y su
      orientación a partir de opciones morales y políticas colectivas y
      explícitas.

    1.1.2 Tendencia de la ciencia

    En los tiempos que median entre los descubrimientos
    propiamente científicos y sus aplicaciones
    tecnológicas se acortan progresivamente hasta el punto de
    que en muchos casos se pierde la frontera entre
    investigación fundamental y aplicada. Por otra parte los
    focos de las sucesivas revoluciones
    científico-técnicas, por la naturaleza de sus
    respectivos objetos, tienen impactos sociales y económicos
    mayores y más directos. La primera revolución
    científico-técnica fue sobre la materia, la
    segunda sobre la energía y la tercera y actual tiene como
    centros la cibernética, las telecomunicaciones, la biotecnología y la ingeniería
    genética, elementos todos que modifican -y
    continuarán haciéndolo mucho más- las
    relaciones sociales.

    Un proceso de esta naturaleza, colocado en unas
    relaciones económicas de carácter neoliberal como las que predominan
    y constituyen la virtual política oficial
    global a partir del denominado "Concenso de Washington", hacen
    que este gigantesco potencial de desarrollo, fruto de la
    inteligencia humana acumulada a través de la historia, quede subordinado
    por todos sus componentes (las normas de
    propiedad
    intelectual; los procesos globales de selección
    y reclutamiento de
    personal científico que realizan las transnacionales;
    los flujos de financiamiento
    para proyectos; la
    privatización de la educación) a la
    demanda
    solvente y la búsqueda de ganancias inmediatas y
    crecientes.

    En este contexto, la creciente complejidad en
    términos de equipamiento que adquiere la ciencia, sobre
    todo en ramas claves como la física de las
    partículas elementales, la cosmología, la biología molecular,
    la medicina, la
    energética, la bioquímica
    o la ingeniería genética
    va produciendo un efecto concentrador y excluyente en la
    participación de las naciones en el proceso de desarrollo
    del conocimiento, al interior de la comunidad
    científica como comunidad mundial y al interior del propio
    puñado de naciones que en este momento controlan el 75 por
    ciento del Producto Bruto Mundial.

    El rumbo que han tomado la evolución de la
    ciencia por un lado y la economía y la sociedad por otro,
    han convertido a los científicos en un grupo social
    estratégico dentro de la estructura
    social mundial. (Martín, 1999).

    1.1.3 La ciencia como mercancía

    La ciencia de hoy parece estar atrapada en un fuego
    cruzado entre dos visiones opuestas del mundo. Por una parte, la
    ciencia es la principal herramienta de la ideología
    mundial denominada sistema de libre mercado, orientada al
    crecimiento continuo y la búsqueda de riqueza individual
    en medio de la globalización neoliberal. Por otra parte,
    la ciencia está llamada, de manera creciente, a producir
    conocimiento y tecnología que promueva la sustentabilidad
    ambiental, el desarrollo orientado hacia los pueblos y el manejo
    de largo plazo de los recursos. El hecho de que hoy día la
    ciencia no responda a los intereses de sus comunidades y no
    cumpla cabalmente su objeto social no es nada nuevo, sino que fue
    previsto por Carlos Marx al
    desentrañar la contradicción fundamental del
    capitalismo:
    el contraste entre el carácter crecientemente social de
    la producción y la naturaleza cada vez
    más privada de su apropiación.

    En nuestra época esta contradicción
    encuentra su más aguda expresión precisamente a
    través de los procesos de producción, distribución y consumo de la
    producción científica. Los avances
    científicos generan el desarrollo de tecnologías
    que permiten una descentralización de los procesos de
    producción de bienes y
    servicios en escala nunca
    antes soñada, lo que permite a su vez un grado creciente
    de atomización de los colectivos obreros.

    El problema clave en la relación de la ciencia
    con su contexto es su progresivo proceso de
    mercantilización: porque entra en flagrante
    contradicción con la esencia pública de su
    naturaleza, resultado de la acumulación y el intercambio
    histórico de conocimientos; porque aparta su agenda de los
    problemas cruciales de la Humanidad y le induce una
    orientación cortoplacista que amenaza su propia
    continuidad; porque coloca su desarrollo en una dinámica concentradora y excluyente y
    porque instrumentaliza a los científicos en función
    de intereses particulares colocándolos ante un problema de
    naturaleza moral en
    relación con su propio rol.

    1.2 La innovación, un término
    abarcador. Investigación y desarrollo (I+D)

    La innovación es la actividad de carácter
    científico, tecnológico, organizativo, financiero o
    comercial que se lleva a cabo con la finalidad de obtener
    productos, procesos tecnológicos y servicios totalmente
    nuevos o significativamente mejorados. Se considera a su vez que
    una innovación ha sido realizada si ha sido aplicada.
    (CITMA, 2001).

    Es la
    organización de una idea en un producto o equipo
    vendible, nuevo o mejorado; en un proceso operativo en la
    industria o el
    comercio; o en
    una nueva metodología para la organización social.

    Cubre todas las etapas científicas,
    técnicas, comerciales y financieras, necesarias para el
    desarrollo y comercialización con éxito
    del nuevo o mejorado producto, proceso o servicio
    social.

    Existen dos tipos: innovación de productos e
    innovación de procesos (método de
    producción).

    Las fuentes de la
    innovación pueden ser de dos clases (modelos
    secuenciales lineales), impulsadas por el descubrimiento
    (descubrimientos previos en ciencia o tecnología) o halada
    por la demanda (demanda de mercado, evaluación
    gerencial de necesidades en prospecto).

    De ahí que se considere que este es un concepto
    abarcador de todas las actividades de ciencia y tecnología
    que se realizan en una sociedad, y para el propósito de
    este trabajo se
    utilizará como expresión de este tipo de
    actividad.

    1.2.1 Investigación y Desarrollo
    (I+D)

    En nuestros tiempos la innovación se hace
    más importante que la generación masiva de
    productos, y la competitividad se desplaza hacia el capital humano
    que ostenta el "saber" y el "saber hacer" de las organizaciones.

    La investigación-desarrollo (I+D) es el trabajo
    creativo emprendido sistemáticamente para incrementar el
    acervo de conocimientos, incluido el
    conocimiento del hombre, la
    cultura y la sociedad, y el uso de este conocimiento para
    fundamentar el desarrollo de nuevos productos, procesos y
    servicios. (CITMA, 2001).

    El valor radica
    cada vez más en los intangibles y especialmente en los
    nuevos conocimientos tecnológicos, de los cuales,
    más del 90 por ciento se encuentran registrados en las
    patentes y los proyectos de I+D asociados al desarrollo, en los
    perfiles de las empresas y en el
    cambio de la
    oferta en
    sí, a paquetes de servicios que incluyen productos basados
    en las necesidades de segmentos específicos de mercado.
    (García, 2002).

    La base del bienestar es el conocimiento y la capacidad
    de los países de convertir este, en fuente de desarrollo,
    de competitividad y equidad, a
    través de procesos no lineales de
    innovación.

    1. Globalización neoliberal

    La globalización es la vinculación
    creciente y sostenida de las economías planetarias, sobre
    todo del sector financiero, impulsada por la revolución
    informática. (Cañizares, 2002). El
    proceso de Globalización de la Economía, objetivo y
    positivo por lo que representa para el progreso de la Humanidad,
    tiene hoy un marcado carácter Neoliberal.

    El Neoliberalismo, como teoría económica
    rige hoy en numerosos países, se trata de imponer como
    único modelo válido para lograr el desarrollo
    cuando los países más desarrollados e
    industrializados del mundo con Estados Unidos al
    frente; con sus organizaciones financieras y económicas
    transnacionales, controlan y rigen los destinos de la
    Economía Mundial.

    Este proceso, promovido por las grandes empresas
    trasnacionales y organismos multilaterales como el Banco Mundial,
    Fondo Monetario
    Internacional y OMC, desmantela
    las barreras de protección de las economías
    nacionales, concentra en pocas manos el poder
    corporativo y debilita el sector público frente a los
    mercados. (Cañizares, 2002).

    Una fusión de
    ambos términos ha creado el concepto que impera en el
    mundo de hoy: globalización neoliberal.

    Los efectos fundamentales de la globalización
    neoliberal son:

    • Prioridad uno: el crecimiento económico y no
      el desarrollo, no la plenitud del hombre como ser
      libre.
    • Pone en función del capital los
      adelantos científico-técnicos y obvia el
      carácter social de estos.
    • Restringe la intervención del Estado hasta
      despojarlo de responsabilidades en pos del

    bienestar social.

    • Elimina los programas
      generales y de creación de oportunidades para todos y
      los sustituye por apoyos ocasionales a grupos
      focalizados.
    • Privatiza empresas con el criterio de que en todos
      los casos el Estado es
      mal administrador.
    • No tiene en cuenta que la deuda eterna impide la
      inversión social.
    • Pone la actividad política en función
      de esta política económica, cayendo en la
      paradoja de desarrollar el libre comercio,
      mientras impide controles sociales, en aras de garantizar la
      hegemonía del mercado libre.
    • Abre sin restricciones las fronteras a
      mercancías, capitales y flujos financieros y deja
      desprotegidas a las pequeñas y medianas
      empresas.

    La Globalización Neoliberal ha tratado de
    convertir:

    • Los Servicios Sociales en Transacciones de
      Mercado.
    • Los ciudadanos en consumidores.
    • Las necesidades inalienables en demanda
      efectiva.

    La innovación juega un doble papel en este
    proceso: por una parte constituyó la base del proceso de
    globalización y por otro constituye un producto que en
    nuestros días es sensible a ser globalizado.

    El sentido de este proceso de globalización es el
    que marcará la pauta de si la innovación cumple o
    no con su misión
    social. Hasta ahora se ha seguido un camino poco equitativo y
    excluyente en la distribución del conocimiento y las
    aplicaciones científicas.

    El camino a seguir es, sin lugar a dudas, la
    producción, difusión y utilización
    equitativas del saber y el hacer científicos, con vistas a
    la mitigación de la pobreza, el crecimiento
    económico y el desarrollo humano sostenible.
    (Declaración de Santo Domingo, 1999).

    De que se entienda este precepto, depende a nuestro
    criterio, el futuro de la humanidad.

    1. Desarrollo sostenible

    La innovación resulta asimismo esencial para
    políticas tales como las de protección del consumidor y
    protección del medio ambiente. En una palabra, el
    bienestar individual y colectivo de los ciudadanos depende de la
    calidad y
    pertinencia de la innovación. (Unión
    Europea, 2003).

    El desarrollo sostenible es el proceso en que las
    políticas económica, tecnológica, fiscal,
    comercial, energética, agrícola, industrial y de
    otros órdenes, se formulan para lograr un desarrollo
    sustentable, desde el punto de vista económico, social y
    ambiental. Es un concepto amplio que abarca todas las facetas de
    la vida humana y la puesta en práctica de modelos de
    desarrollo sostenible implica cambios permanentes de la
    política nacional e internacional, de un vasto alcance,
    cuyo centro es el
    hombre.

    Este concepto está orientado a garantizar la
    supervivencia y el bienestar del ser humano y de las otras
    especies, como parte del proceso evolutivo de la vida en el
    planeta. Comprende el proceso de mejoramiento sostenible y
    equitativo de la calidad de
    vida de las personas, e implica un nuevo concepto del
    crecimiento económico y el mejoramiento social en una
    combinación armónica con la protección del
    medio ambiente y el uso de los recursos naturales de modo que se
    satisfacen las necesidades de la actual generación, sin
    poner en riesgo la
    satisfacción de generaciones futuras.

    Un modelo de desarrollo sustentable debe satisfacer las
    necesidades fundamentales – vivienda, agua potable,
    alimentación, condiciones sanitarias e
    higiénicas, energía, educación, salud, participación
    en la toma de
    decisiones -para los pueblos desposeídos, así
    como debe adaptar las tecnologías y los estilos de vida
    según las potencialidades y especificidades
    socioeconómicas y ecológicas de cada región,
    la internalización de todos los costos, el
    cómputo económico de los desperdicios y la
    explotación de los recursos naturales respetando los
    ciclos del ecosistema. El
    desafío es introducir los principios de
    humanidad, de equidad y de responsabilidad en el concepto de
    desarrollo.

    Teniendo en cuenta que las nuevas
    tecnologías de la comunicación modifican, desde los sistemas y
    relaciones de producción, de trabajo y de comercio, hasta
    los sistemas de relaciones entre las culturas, las ideas, las
    personas, el concepto de desarrollo sostenible no puede
    desvincularse del análisis de la innovación como
    factor de desarrollo. El principal reto de esta es cumplir
    cabalmente con el concepto de desarrollo sostenible hasta
    aquí expuesto. Ahora bien, ¿ha sucedido realmente
    así? En estos momentos la biodiversidad
    (entendida en su sentido más amplio e incorporando por lo
    tanto también la cultural) está más en
    peligro que nunca. El Norte ha expoliado desde hace siglos al Sur
    en sus recursos humanos y naturales, conformándose la gran
    deuda ecológica de los dominadores del Norte hacia los
    pueblos del Sur. La preocupación por el desarrollo
    sustentable nos enfrenta a la insostenibilidad implícita
    en el comportamiento
    de la civilización industrial bajo la hegemonía del
    Norte y su modelo de globalización neoliberal.

    En estos momentos la ciencia y la tecnología, que
    retroalimentan al modelo de crecimiento insostenible, no tienen
    relación con la ética ni
    con la política, ni están en función
    realmente de la solución de los problemas del
    desarrollo.

    La globalización neoliberal genera una sociedad
    mundial dual, con una minoría rica, derrochadora y
    contaminante y una mayoría proveedora de mano de obra
    barata basada en el subconsumo.

    Capítulo II
    La innovación en los ámbitos de una sociedad
    globalizada.

    El futuro de la innovación en nuestros tiempos
    está condicionado por nuevos contextos,
    destacándose la globalización de la economía
    y sus consiguientes efectos en el ámbito político,
    social y tecnológico; los procesos de exclusión a
    que se somete a la mayoría de la población mundial,
    la crisis
    ambiental y el incremento acelerado de la población
    mundial aparejado a la disminución de la capacidad para
    satisfacer sus necesidades.

    El acelerado proceso de globalización que
    caracteriza al mundo de hoy alcanza ya las principales facetas de
    la actividad de las naciones. La economía se mundializa al
    compás de un orden nuevo en el comercio internacional,
    cuyas tendencias liberadoras favorecen a aquellos que son capaces
    de producir con los mayores niveles de eficiencia y
    competitividad. (Chía, 2002).

    Sin embargo, no se puede pasar por alto que no son
    precisamente los denominados países periféricos –la mayoría
    localizados en el hemisferio Sur- los que se encuentran en las
    mejores condiciones para asumir tan dramático reto y mucho
    menos, ante la polarización de los flujos internacionales
    de capital, que lleva hoy asociado el modelo neoliberal de
    globalización.

    En este complejo y nada favorable escenario resulta
    imposible o cuando más, poco viable, alcanzar estas
    condiciones al margen de la asimilación del conocimiento
    científico y tecnológico, ya que también
    este se universaliza como resultado de una revolución
    tecnológica profunda y de largo alcance, que ha generado
    un nuevo paradigma
    técnico-productivo sustentado en modernas
    tecnologías intensivas y el empleo masivo de la
    información y la
    comunicación.

    2.1 Antecedentes de la situación
    actual

    Desde los primeros años de la década de
    los 70, el mundo occidental se enfrentó a una de sus
    crisis más profundas, superada únicamente pro la
    padecida durante los años 1929-1933. Esta crisis
    conmocionó prácticamente todos los aspectos de la
    vida económica y social de estos países, originando
    una tendencia descendente tanto en las tasas de crecimiento
    económico como en las de productividad de
    la mano de obra y del comercio mundial. Una de las
    interpretaciones que se ha dado al origen de la crisis es la de
    la corriente heterodoxa que asocia el origen de la crisis a los
    desajustes provocados por el advenimiento de una nueva revolución
    industrial de inusitadas dimensiones que tendió a
    desplazar las formas de producción, organización
    industrial y prácticas de vida que surgieron y se
    desarrollaron como producto de la Revolución Industrial
    iniciada en el siglo XVIII. Esto es así porque las
    innovaciones tecnológicas, punto de lanza de la llamada
    Revolución Industrial (Klein, 1989) ofrecen ventajas
    respecto a las desplazadas en términos de su impacto
    ecológico, del ahorro en el
    consumo de materiales
    estratégicos, reducción en el tamaño de la
    planta, rapidez y precisión en los mecanismos de control;
    y, una acentuada intensificación en el uso de capital y
    muy particularmente en la utilización de inteligencia y
    conocimientos humanos especializados. De esta manera, la llamada
    tercera revolución industrial a partir del desarrollo y
    difusión de las nuevas tecnologías, se sitúa
    de manera importante en el origen de la crisis, pero a la vez,
    por lo menos potencialmente, ofrece el remedio para salir de
    ella. Del grado de participación de los países en
    el desarrollo tecnológico en términos del acceso a
    las oportunidades de inversión, mediante las que se pueden
    capitalizar los frutos del propio progreso técnico y en la
    difusión de sus avances más connotados,
    dependió en buena medida su capacidad de salir de la
    crisis.

    En este sentido, y tras la búsqueda de fuentes
    más firmes de productividad y competitividad internacional
    que permitieran sentar las bases de un crecimiento
    económico más sólido, los países
    adelantados y algunos emergentes, dedicaron una atención especial al desarrollo e
    incremento sostenido de las erogaciones destinadas a estos
    renglones, dentro de sus gastos globales
    de inversiones
    productivas. De esta manera, en Estados Unidos el gasto de
    introducción de sistemas computarizados y
    control automatizado de procesos productivos ascendió en
    1977 a 17 mil millones de dólares; mientras que la tasa
    real en el crecimiento medio anual en este tipo de inversiones
    fue durante el período 1982-1986, el 13 por ciento en ese
    país; 17,5 por ciento en los principales países de
    Europa y de 18
    por ciento en Japón.
    A esta forma de remontar la crisis y preparar el camino para el
    arribo a una nueva etapa en el desarrollo de la ciencia y la
    técnica se le dio, entre otros, el término de
    Redespliegue Industrial.

    Durante los 20 años de 1976 a 1996, la
    fracción del comercio mundial clasificables como
    "productos de alta tecnología" se duplicó (de 11 a
    22 por ciento), mientras que la fracción correspondiente a
    productos primarios se redujo de 34 a 13 por ciento.

    Durante la década de los 90 se inició una
    ola de desarrollo tecnológico en la que se destacan entre
    otros rasgos: (González,2002).

    • Globalización de los procesos productivos, del
      consumo, de factores culturales, conocimientos y
      tecnologías.
    • Desarrollo tecnológico acelerado.
    • Integración del diseño,
      producción y comercialización de productos y
      servicios, como única transacción.
    • Mayor importancia de la ecología –que
      se refleja en las características de las
      tecnologías en desarrollo-, con una concepción de
      compatibilidad ambiental.

    De esta forma en la economía mundial está
    sucediendo una globalización de los mercados,
    caracterizada por una competencia
    creciente, que presiona hacia la búsqueda de
    tecnologías basadas en conocimientos científicos,
    cuya incorporación al sistema productivo permita reducir
    costos, mejorar la calidad, ahorrar energía y materias
    primas escasas, así como aumentar la productividad de la
    fuerza de
    trabajo.

    2.1.1 Transnacionalización de la
    economía

    Sin duda los avances
    tecnológicos en materia de transporte,
    comunicación e información, y con ello la
    transferencia de ideas e información por todo el mundo,
    contribuyeron a que las principales corporaciones del mundo,
    principalmente la de América
    del Norte, Europa y Japón en procura de la
    maximización de la rentabilidad y
    la acumulación del capital, hayan ejercido presión y
    utilizado su influencia sobre sus gobiernos para facilitar la
    integración a través del proceso de
    globalización, dando lugar a la
    transnacionalización de la economía
    mundial.

    A principios de los años 90 había unas
    37000 corporaciones transnacionales con 170000 filiales que se
    destacaban en la economía internacional. No obstante,
    cerca de 200 de ellas reúnen la mayor parte del comercio
    mundial. Las 200 más grandes experimentaron desde los
    años 80 una gran metamorfosis. La tendencia de estas
    empresas a partir de la nueva revolución
    científico-técnica ocurrida a partir de los
    años 70 ha sido invertir fundamentalmente en el factor
    capital y no en la fuerza de trabajo con el objetivo de maximizar
    sus ganancias y consolidar su poder.

    Las 200 más grandes se concentran
    geográficamente en nueve países: Japón, 62.
    Estados Unidos, 53. Gran Bretaña, 41. Alemania, 23.
    Francia, 19.
    Suiza, 8. Corea del Sur, 6. Italia, 5.
    Holanda, 4.

    En las dos últimas décadas no solo
    crecieron en forma impresionante las 200 más grandes, sino
    también la desigualdad en la adquisición de
    tecnologías en busca de mayores segmentos de mercado. Esto
    se ejemplifica en que cinco empresas acaparan la mitad del
    mercado mundial en equipamiento aeroespacial y eléctrico,
    componentes electrónicos y software. En este proceso de
    acumulación las transnacionales no solo están
    apuntaladas por sus gobiernos nacionales, sino que sus adelantos
    son estimulados por los gobiernos anfitriones, como puede
    apreciarse en los colosales subsidios y privilegios fiscales
    acordados por muchos gobiernos, así como las facilidades
    otorgadas a los negocios por
    los gobiernos de Europa Oriental mediante privatizaciones y estímulos fiscales de
    distinto tipo.

    De esta forma puede definirse la tesis de que
    las corporaciones transnacionales son el agente primario de la
    globalización y la principal impulsora de la
    innovación en forma general, de ahí el
    carácter desigual de esta como herramienta de
    desarrollo.

    2.1.2 Estados Unidos, en el centro de la crisis de
    finales del siglo XX

    A mediados de la década del 90 del pasado siglo,
    cuando la globalización neoliberal se extendía por
    el mundo, Estados Unidos, dueño de las instituciones
    financieras internacionales y con una tremenda fuerza
    política, militar y tecnológica, alcanzó un
    nivel de acumulación de riqueza y poder nunca antes visto.
    El crecimiento de la economía especulativa (un movimiento
    diario de varios billones de dólares en los mercados
    bursátiles norteamericanos) provocó un
    decrecimiento de las operaciones
    económicas relacionadas con la producción y el
    comercio mundiales, hasta llevarlas a un nivel
    prácticamente insignificante. El incremento de la
    población mundial en cuatro veces con respecto a cien
    años atrás, la disminución de los
    índices de consumo, el uso de tecnologías cada vez
    más productivas y menos creadoras de empleo por parte de
    un número reducido de países industrializados,
    entre otros síntomas de un proceso global tendente a
    generalizar las deformaciones económicas, produjeron la
    crisis mundial que ha devenido apoteosis del modelo neoliberal:
    la caída de los tigres asiáticos en 1997, la crisis
    rusa un año después, en 1999 la sacudida del
    Brasil en
    América
    Latina y finalmente, como consecuencia, la crisis en Estados
    Unidos, la cual comenzó en las Bolsas de Valores y se
    trasladó a la esfera industrial con una disminución
    sostenida a mediados del año 2000 del ritmo de
    producción de bienes, con una disminución de la
    tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto de un semestre a
    otro del año.

    2.1.2.1 Influencia de la crisis del mercado
    bursátil en las empresas
    tecnológicas

    Teniendo en cuenta que Wall Street es el mercado de
    acciones y de
    capitales de Nueva York, las acciones de cualquier empresa
    importante está listada en sus índices, sucediendo
    exactamente en el caso de las acciones de las empresas
    tecnológicas. En Wall Street las acciones se agrupan por
    índices, aunque pueden aparecer listadas en más de
    una de ellos. Los tres más importantes índices son:
    El Dow Jones Industrial o Dow Hones-30, integrado por 30 acciones
    de empresas muy importantes como la General Electric, Dupont,
    Coca Cola y
    McDonalds, con
    una baja integración de empresas tecnológicas, solo
    Microsoft,
    Intel, IBM y Hewlett Packard (aunque cuatro gigantes de la
    tecnología). El otro índice es el Standar and Poors
    –500 (S&P –500), con 500 acciones, de ellas
    aproximadamente 400 forman parte de las 500 más
    importantes de Estados Unidos; integrado a su vez por 29
    sectores, siendo uno de ellos, de acciones tecnológicas,
    lo que indica que tiene un peso relativo importante en ese
    sector. El índice Nasdaq Composite es el representante por
    excelencia de las acciones tecnológicas, con 4728 acciones
    de empresas de las telecomunicaciones, computación, biotecnología, Internet, entre otras. Las
    grandes empresas tecnológicas de Europa y Japón
    están listadas en ese índice, el cual es un mercado
    para las acciones de los grandes paquidermos tecnológicos.
    El mercado Nasdaq, que incluye al Composite entre otros,
    comprendía en el año 2000 más de 5540
    acciones estadounidenses y extranjeras.

    Mientras Wall Street sube, algunas empresas de Estados
    Unidas pasan muchos límites de mercado, fundamentalmente
    las de alta tecnología, telecomunicaciones e Internet.
    Microsoft Corp., por ejemplo, la empresa de
    mayor valor bursátil del mundo, tenía en 1999 una
    capitalización de mercado que superaba a todas las bolsas
    de América Latina sumadas. De hecho, casi todas las
    grandes empresas estadounidenses de alta tecnología
    están por encima de cualquier mercado latinoamericano.
    America Online Inc. era a esa misma fecha más grande que
    el mercado bursátil de Brasil. Lucent Technologies Inc.
    era más grande que el de México,
    Dell Computer Corp. valía más que el de Argentina y
    Yahoo Inc. estaba entre el de Chile y Perú. Ver Anexo
    1.

    Con el comienzo de la crisis en el mercado de
    valores de Estados Unidos en marzo del año 2000
    comenzó a descender el índice Nasdaq, de la
    tecnología de punta y en el 2001 se produce una
    disminución de los índices Nasdaq en un 66,42 por
    ciento.

    En esta etapa se produce un decrecimiento igual de la
    producción industrial en Japón y Europa, provocando
    altos índices de desempleo y de
    depresión de la inversión y el
    consumo.

    La caída del sector tecnológico
    provocó enormes recortes laborales, como los de grandes
    conglomerados japoneses, tal es el caso de Hitachi Ltd., el mayor
    fabricante de productos electrónicos, que recortó
    en el 2001 el 4 por ciento de su plantilla tras una
    pérdida de más de 1000 millones de dólares.
    Igualmente, las empresas Toshiba Corp., NEC Corp. Y Fujitsu Ltd.
    recortaron miles de empleos tras la caída del sector
    tecnológico. A su vez en Estados Unidos, el sector de las
    telecomunicaciones fue el más afectado, con el 19 por
    ciento de los empleos eliminados, durante el 2001.

    Los ejemplos anteriores demuestran cómo el sector
    tecnológico es muy susceptible a los cambios que se
    producen en la economía mundial, y cómo afecta
    directamente factores sociales como el nivel de empleo y de
    consumo, entre otros.

    2.1.2.2 Realidad en Estados Unidos a principios del
    siglo XXI

    En estos momentos en el país más
    desarrollado del mundo, la ciencia y la tecnología
    están a merced de una ideología que revierte su
    sentido histórico y con prepotencia infinita, las pone al
    servicio de la guerra basada
    en la superioridad tecnológica. (García, 2002). El
    trabajo abnegado de cientos de científicos durante decenas
    de años, se ha puesto en función de exterminar la
    vida y someter a los pueblos al margen de la ley
    internacional. Han sido cercenadas las bases de
    colaboración y cooperación entre los
    científicos; el libre acceso a la información
    científica, compartimentado; los estudiantes en las
    universidades, controlados. Los más importantes resultados
    científicos, desde la biología hasta la
    bioinformática, desde la óptica
    hasta las comunicaciones, desde los biochips hasta los
    micro-fluidos, se han insertado en sistemas de componentes para
    vigilar, exterminar y someter la libertad de
    los pueblos. La política de la
    administración de George Bush ha suscitado la
    preocupación de la Asociación Americana para el
    Avance de la Ciencia (AASS por sus siglas en inglés), la cual ha expresado sus puntos de
    vista acerca de las medidas implementadas luego del 11 de
    septiembre en "La ciencia y la Tecnología en un Mundo
    Vulnerable". Tal política del presidente norteamericano
    limita el acceso a los investigadores a bancos de
    datos y
    metodologías, declara de interés
    militar los más disímiles campos de objeto
    científico y viola los derechos democráticos
    de los estudiantes –sobre todo extranjeros- al incrementar
    sustancialmente su control y seguimiento en las universidades.
    Por otra parte, el presupuesto I+D
    del año fiscal 2003 dio un violento giro hacia "misiles y
    medicinas". La esencia democrática de la ciencia y su
    carácter humanista se reduce a la dicotomía entre
    la "necesidad de saber" y el "derecho a saber", derecho cada vez
    más limitado en virtud de las disposiciones de la administración norteamericana.

    2.2 Brecha entre países postindustriales y los
    países del Tercer Mundo

    La debilidad científica y tecnológica de
    los países subdesarrollados es una de las causas por las
    cuales su incipiente inserción en la emergente sociedad
    del conocimiento tiene un carácter dependiente y marginal
    que, de consolidarse, dificultará enormemente la
    superación de la inequidad social y del deterioro
    ambiental prevaleciente en los mismos.

    La brecha en expansión entre las capacidades
    científicas y tecnológicas de los países
    desarrollados y los que no han alcanzado esa condición es
    una de las principales manifestaciones contemporáneas de
    la persistencia del subdesarrollo,
    y también una de sus causas mayores. Esa diferencia
    notable en materia de conocimientos y capacidad científica
    y tecnológica se traduce directamente en diferencias de
    poder (principalmente económico, político y
    cultural), que permiten, por ejemplo, a algunos países
    aprovechar desproporcionadamente los recursos que constituyen
    "nuestro patrimonio
    común" y trasladar y compartir con otros parte de los
    perjuicios y desechos resultantes, o también consolidar un
    orden internacional que impone a las economías
    periféricas formas de apertura comercial y financiera que
    las economías desarrolladas practican parcialmente, y solo
    en la medida de sus conveniencias particulares (un orden mundial
    que globaliza la crisis ambiental y las desigualdades a escala
    planetaria)

    La creciente brecha de conocimientos entre los
    países desarrollados y los del Tercer Mundo implica que
    casi todo el esfuerzo científico mundial se concibe desde
    y para los países desarrollados.

    Cuando la diferencia entre países desarrollados
    es cada vez más grande y la participación en los
    mercados internacionales cada vez más competitivos, el
    factor tecnológico es el más estratégico y
    el que permite mayor grado de maniobrabilidad en los diferentes
    componentes de los productos, bienes y servicios.

    La llamada brecha digital, lejos de reducirse, se
    profundiza, porque no se puede separar del abismo que diferencia
    a los ricos y a los pobres. (Alarcón, 2003). En estos
    tiempos la información científico-técnica es
    privilegio de unos pocos; las diferencias no solo existen entre
    naciones ricas y pobres, sino también en el interior de
    las sociedades de
    los estados desarrollados. La mayoría de la
    población mundial ni navega en Internet, ni tiene computadoras
    ni se beneficia de las ventajas que estas nuevas
    tecnologías ofrecen.

    En el mundo existen, 815 millones de hambrientos, 1200
    millones de personas en pobreza extrema, 862 millones de
    analfabetos y 40 millones de contagiados o enfermos del SIDA. Mientras
    que en las 53 naciones africanas existen menos teléfonos
    que en Nueva York y en Tokio, de los cuales el 80 por ciento son
    en África del Sur, mientras que en Estados Unidos existen
    más computadoras que en el resto del mundo. Solo con el
    0,004 por ciento del PIB de los
    países desarrollados de la Organización
    Económica para la Colaboración y el Desarrollo
    (OCDE) puede erradicarse el analfabetismo
    en el mundo.

    2.2.1 Innovación y desarrollo: otra grieta de
    la gran brecha

    Con cualquier par de indicadores
    que se intente graficar la relación entre actividad
    científica y desarrollo económico se notará
    una estrecha relación entre ambas cosas: se hace
    más ciencia e innovación en los países
    más ricos. Las estadísticas de las Naciones Unidas
    revelan que los países desarrollados integrantes de la
    OECD, concentraban a finales del siglo XX 85 por ciento del total
    del gasto mundial en I+D. La mayor parte de este tenía
    lugar en EE.UU –aproximadamente 37,9 por ciento del total-
    en Europa Occidental 28,0 por ciento, en Japón y en los
    países denominados de reciente industrialización
    ("NICs") 18,6 por ciento. China llegaba
    a 4,9 por ciento, la India y los
    países de Asia Central
    absorbían 2,2 por ciento, la Comunidad de Estados
    Independientes 2,5 por ciento y América Latina solo 1,9
    por ciento. Estados Unidos mostraba la tasa más elevada
    del gasto en I+D con respecto al PIB, 2.5 por ciento,
    Japón y los "NICs" acumulaban 2.3 por ciento. En Europa
    Occidental la relación, como promedio, alcanzaba 1,8 por
    ciento. Por su parte Canadá, Australia, Nueva Zelandia y
    Europa Oriental oscilaban entre 1,2 y 1,8 por ciento. La India,
    China y Rusia se
    aproximaban a 1 por ciento, mientras que en las restantes
    regiones del mundo esta relación se hallaba por debajo de
    0,5 por ciento, salvo excepciones como África del Sur,
    Brasil y Chile, que se ubicaban por encima del promedio de sus
    regiones. Ver Anexo 2.

    El examen de la distribución del personal dedicado
    a la I+D mostraba que los países de la OECD agrupaban la
    mitad de los científicos e ingenieros del mundo, los
    países asiáticos, desde la India a Japón,
    poseían casi la tercera parte, África
    disponía de 6 por ciento y América Latina solo de 4
    por ciento. Ver Anexo 3.

    En cuanto a la producción científica, las
    cifras mostraban la desigualdad existente entre países
    desarrollados y en vías de desarrollo. A estos
    últimos, ubicados en Asia, África y América
    Latina correspondía en 1995, solo alrededor de 6,7 por
    ciento del total mundial de publicaciones científicas,
    mientras que 38,4 por ciento se ubicaba en EE.UU. , 35,8 por
    ciento recaía en científicos europeos y 10,1 por
    ciento en Japón y los "NICs". Ver Anexo 4.

    Al analizar los resultados tecnológicos, medidos
    según el sistema norteamericano de patentes, se aprecia
    que el por ciento de registros para
    1995 se comportaba de la siguiente forma: EE.UU.: 51,5 por
    ciento, Europa Occidental: 19,9 por ciento, Japón y
    "NICs": 27,3 por ciento, CEI: 0,1 por ciento y América
    Latina: 0,2 por ciento. Ver Anexo 5.

    Como promedio los países desarrollados invierten
    entre 2 y 2.5 por ciento de su Producto Interno Bruto en
    Investigación y Desarrollo. Ese por ciento contra un PIB
    de trillones, como el norteamericano, supone elevadas cantidades
    de dinero; que
    puede financiar mucha actividad científica. El efecto de
    la economía sobre la investigación es directo, casi
    lineal; pero el efecto de la investigación sobre la
    economía no guarda la misma relación de inmediatez
    y proporcionalidad. Por ejemplo, los indicadores de intensidad de
    la actividad científica en la segunda mitad del Siglo XX
    en Inglaterra son
    superiores a los de Alemania y Japón. Los indicadores de
    crecimiento económico se comportan al revés. De
    ahí que sea difícil establecer una relación
    de causalidad entre innovación y desarrollo
    económico, pues varios autores distinguen dos grandes
    categorías de actividad científica: una que se
    coloca por delante del desarrollo económico y lo impulsa
    directamente; la otra por detrás y lo parasita, o al menos
    sus efectos sobre la economía se hacen tan indirectos y a
    largo plazo que se pierde la evidencia. No obstante, teniendo en
    cuenta la tendencia cortoplacista de la ciencia en el
    ámbito de las economías globalizadas, no puede
    negarse el impacto directo de esta en el desarrollo
    económico de cualquier sociedad. (Lage, 2001)

    2.2.2 Formas de apropiación privada del
    conocimiento en su condición de recurso
    económico

    En la era de la globalización, ningún
    problema puede analizarse al margen de sus relaciones globales,
    mucho menos el tema de las funciones del
    conocimiento en las economías. (Lage, 2002). Se asiste a
    un proceso acelerado de concentración de riquezas y
    marginación de personas; que es evidente con cualesquiera
    indicadores que se deseen para medirlo: distribución del
    Producto Interno Bruto, consumo de alimentos,
    consumo de energía u otros. La participación del 20
    por ciento más pobre de la población mundial en los
    ingresos
    mundiales ha disminuido de 2,3 por ciento a 1,4 por ciento en los
    últimos 20 años, mientras que la
    participación del 20 por ciento más rico
    aumentó de 74 por ciento (1970) a 83 por ciento (1990) y
    la tendencia continúa. (Dieterich, 1998). En 1965, la
    renta media por habitante de los 7 países más ricos
    era 20 veces mayor que la de los 7 países más
    pobres; y en 1995 era ya 39 veces mayor. La tendencia de
    concentrar la producción de conocimientos, es aún
    más aguda. Los países industrializados concentran
    más del 90 por ciento de toda la producción
    científica. El conocimiento socialmente producido a favor
    del capital se privatiza en esos países industrializados,
    también se privatiza, a favor de las economías
    industrializadas, la escasa inversión en generación
    de conocimientos que se hace en los países del Sur. Una
    parte importante de esa inversión en conocimiento
    está en la formación de cuadros científicos
    y técnicos. Ellos son portadores del recurso
    "conocimiento", y por consiguiente de la innovación creado
    por la inversión social. Ahora bien, ¿se encuentran
    estas personas en función del desarrollo de la ciencia y
    la tecnología en sus países de origen? Existen 1.2
    millones de profesionales de América Latina y el Caribe
    trabajando como emigrantes en Estados Unidos, Inglaterra y
    Canadá. Si se estima en 30000 dólares el costo de
    formación de un profesional, esta emigración ha
    significado la transferencia, del Sur al Norte, de 36000 millones
    de dólares, lo que es equivalente a 10 años de
    inversión en Ciencia y Técnica, y es varias veces
    más que toda la ayuda del Banco
    Interamericano de Desarrollo al desarrollo científico de
    la región. De todos los investigadores que trabajan en
    Estados Unidos, 23 por ciento proviene de otros países y
    esta cifra llega a 40 por ciento en el campo de la
    computación. Aproximadamente 1/3 de todos los
    científicos formados en los países del Tercer Mundo
    no trabajan en sus países; y en la actualidad se estima
    que algo más que el 50 por ciento de los que viajan a
    hacer un Doctorado en Norteamérica y Europa, no regresan.
    Debe tenerse en cuenta, además, que si bien la
    emigración selectiva de científicos y
    tecnólogos comenzó de forma espontánea,
    guiada por el gradiente en condiciones de vida y de trabajo; en
    los últimos años la promoción de esta emigración se ha
    convertido en una política oficial del Estado en varios
    países del Norte, con incentivos y
    procedimientos
    diseñados en especial, para ese fin. La emigración
    selectiva se convierte de esta manera, en un eficiente mecanismo
    para expropiar a los países más pobres de la escasa
    inversión que han podido hacer en generación de
    conocimientos. Estos científicos y tecnólogos
    emigrantes generan una parte importante de las patentes, e
    incluso la propia teoría de la propiedad
    intelectual como mecanismo de retorno de la inversión
    entra en contradicción, porque en este caso el resultado
    económico no retorna al país donde se hizo una
    parte importante de la inversión para capacitar a esos
    científicos.

    Tal tendencia, combinada con la creciente
    internacionalización del trabajo científico en
    grandes organizaciones privadas, con alta concentración de
    capital, hace que el emigrante no tenga otra alternativa que
    "vender" su capacidad de generar conocimiento, a cambio de un
    salario que es el
    costo de reproducción de esa fuerza califica, y que
    nada tiene que ver con el valor creado por su trabajo
    científico, el cual pertenece a otros.

    La polarización de la actividad científica
    amenaza con excluir del conocimiento al 80 por ciento de la
    humanidad.

    2.2.3 Divergencia en el desarrollo tecnológico
    de los países del Tercer Mundo

    Muchos autores presuponen que los "países en
    desarrollo" están siguiendo el mismo camino de los
    países actualmente industrializados, solo que con 100
    años de diferencia en el tiempo, y que por tanto, basta
    con preparar los cuadros y reproducir las formas organizativas.
    Esta tesis debe ser desmentida, pues los países del Sur no
    están siguiendo un camino de desarrollo tecnológico
    igual, pero desfasado, al de los países del Norte,
    están siguiendo un camino DIVERGENTE, que conduce a otra
    parte debido a los siguientes hechos:

    • Cuando Europa y Norteamérica estaban
      construyendo sus embrionarios sistemas científicos,
      tenían poco desarrollo, sin embargo siempre eran las
      líderes. No había ningún otro "primer
      mundo" para mirar. La investigación científica
      era equivalente a innovación original, y quedaba muy
      poco espacio para la imitación, la búsqueda de
      reconocimiento externo o la sensibilidad a presiones
      externas.
    • Al inicio del siglo XX la investigación
      científica no estaba tan directamente ligada al
      comercio y a la producción como lo está
      hoy.
    • La ciencia moderna emergió en los
      países industrializados en una atmósfera de libre intercambio y
      publicación de resultados. No había nada
      parecido al actual sistema de protección de propiedad
      intelectual.
    • La investigación científica era en
      sus primeros tiempos, una tarea individual, que no demandaba
      tanto como ahora complejas instituciones, servicios de apoyo,
      recursos organizacionales, entre otros.

    2.2.4 El caso latinoamericano

    América Latina es la región más
    desigual del mundo. Desde 1997 los flujos de inversiones se
    reducen, debido a la falta de confianza de los inversores; a la
    gran deuda externa y a la situación fiscal que presenta.
    Sin embargo en el 2002, según estimados de la CEPAL, se
    transfirieron hacia el exterior, alrededor de 39 000 millones de
    dólares. Todo ello es una demostración de que al
    utilizar los avances de la globalización, para imponer el
    neoliberalismo como teoría económica y ser aceptado
    por la gran mayoría de los países subdesarrollados,
    éstos al tratar de insertarse en la Economía
    Mundial Globalizada, lo hicieron en calidad de víctimas,
    no pudiendo aprovechar justamente para su desarrollo, todos los
    adelantos científico-técnicos y lo positivo que
    encierra el proceso de Mundialización de la
    Economía. El ejemplo latinoamericano es fiel a
    esto:

    • Deuda Eterna 800 mil millones.
    • Ocupados en sector informal 47%.
    • Desempleo 8,4%.
    • Mortalidad Infantil 32 por cada mil nacidos
      vivos.
    • Expectativa de vida 60 años.
    • 200 millones de latinoamericanos en la pobreza y la
      desesperación.
    • Solo tienen acceso a los servicios de salud el 70% de
      la población urbana y un 42% de la que vive en zonas
      rurales.
    • El número de habitantes por médico es
      2.6 veces superior al de los países
      desarrollados.
    • El 15,3% de la población adulta es
      analfabeta.
    • El 5% de la población absorbe el 50% del
      ingreso.

    2.2.4.1 La innovación en América
    Latina

    • El proceso de Industrialización en
      América Latina es de data reciente, aunque en algunos
      países como Brasil y Argentina, fundamentalmente por las
      fuertes corrientes migratorias comienza a apreciarse desde
      principios de siglo una tendencia a prestar atención a
      la fabricación de bienes de capital, aunado a un fuerte
      desarrollo del sector agrícola y agroindustrial lo que
      convirtió a Argentina en un socio importante de los
      aliados durante la Segunda
      Guerra Mundial. En otros países de la región,
      sin embargo, durante la primera mitad de siglo la
      economía estuvo basada en una estructura
      agrícola, cuya balanza se equilibraba por la
      exportación de materias primas de origen vegetal, con
      regímenes políticos de inspiración militar
      y muy cerrados a intercambios comerciales, y un incipiente
      aparato industrial basado en transformación de materias
      primas de origen vegetal o extracción de minerales con
      poca transformación.
    • Luego de la Segunda Guerra
      Mundial y bajo el amparo de
      una relativa paz, se estrechan las relaciones
      diplomáticas con países desarrollados que
      comienzan un proceso de penetración para la venta de
      tecnología y paquetes industriales que empiezan a darle
      sentido de modernidad a
      la región, transformando una sociedad fundamentalmente
      rural a urbana, cambiando las estructuras
      de una economía fundamentalmente agrícola a una
      más equilibrada y la implantación de sistemas
      políticos más a tono con los aires de libertad y
      democratización que se respiraban en Europa.

    El grado de industrialización en América
    Latina, en los años 30 representaba menos del 18 por
    ciento y en 1980 alcanzó una cifra de 25 por ciento,
    manteniéndose en niveles relativamente bajos. En este
    sentido México y Brasil representan casi el 70 por ciento
    del coeficiente de Industrialización de América
    Latina. Venezuela,
    Chile y Argentina, aunque con grados de industrialización
    similares pero logrados en diferentes épocas, presentan
    altibajos fundamentados por conmociones de carácter
    político particularmente. Esta situación de
    crecimiento se mantuvo hasta la década de los 70 en los
    casos de Chile y Argentina y hasta los 80 en el caso de
    Venezuela. A partir de los 80 el efecto del peso de la deuda
    externa se comenzó a sentir en los países de la
    región gravitando fuertemente en la capacidad de
    inversión por disminución no solo de flujos
    externos de financiamiento, sino también por la
    disminución de la inversión
    extranjera.

    Este modelo de industrialización en
    América Latina basado en el modelo de sustitución
    de importaciones fracasó debido a las circunstancias
    económicas que han obligado a abrir las economías a
    un sistema feroz de libre mercado bajo los designios de la
    globalización neoliberal y a la encrucijada de
    desinversión industrial y de escasas propuestas de
    innovación no solo como generación propia sino
    también por no haber sabido sistematizar un proceso de
    asimilación y aprendizaje
    tecnológico. El grado de desarrollo
    científico-tecnológico de América latina
    representa menos del 2 por ciento de todos los esfuerzos y
    resultados que se obtienen a nivel mundial en Ciencia y
    Tecnología.

    Las consecuencias del modelo de globalización
    neoliberal, devenido en crisis económica mundial,
    afectó lógicamente a las débiles
    economías latinoamericanas las que crecieron por debajo de
    lo previsto en el año 2001.

    En América Latina existe un gran número de
    sucursales de multinacionales fundamentalmente asiáticas y
    europeas. Estas se ven afectadas por las acciones del libre
    mercado y por la inestabilidad de las economías
    latinoamericanas, lo que provoca que muchas transnacionales se
    retiren del mercado de América Latina. En el caso de la
    empresa taiwanesa Acer Inc. y su sucursal latinoamericana Acer
    Computec Latino América S:A: de C:V: (ACLA) presentaron
    problemas en los últimos años de la década
    del 90. en 1997 ACLA cayó drásticamente cuando no
    reaccionó a tiempo ante la baja de precios
    introducida en el mercado por IBM Corp. y otros competidores;
    mientras que el mercado crecía en volumen en 10 por
    ciento, las ventas de PC
    de Acercayeron en un 30 por ciento. Ver Anexo 6.

    La nómina
    de Microsoft Corp. en América Latina creció en un
    35 por ciento en 1999, mientras que la facturación de sus
    filiales aumentó a un ritmo de 15 por ciento.

    2.2.4.2 Inversión en ciencia y
    tecnología

    Se plantea que los Estados y las sociedades deben
    realizar una creciente inversión para la creación
    de capacidades científicas y tecnologías
    nacionales. Se requiere además que dicha inversión
    apunte a revertir la creciente brecha entre países con
    diferentes niveles de desarrollo. (Declaración de Santo
    Domingo, 1999). Ahora bien, ¿ocurre así en las
    tristes economías latinoamericanas?

    Las principales inversiones en América Latina por
    parte del capital foráneo va dirigida fundamentalmente a
    las empresas de los sectores productores de bienes y servicios,
    fundamentalmente de propiedad extranjera, y no a las actividades
    de ciencia y tecnología. Ver Anexo 7.

    América Latina, como el resto del mundo
    subdesarrollado, no cuenta con la cifra real de la Ayuda Oficial
    para el desarrollo. Si los países desarrollados cumplieran
    con la AOD la contribución del año 2000 de 53 mil
    millones de dólares se elevaría en el 2003 a 170
    mil millones. La AOD solo la cumplen cinco países:
    Dinamarca, Holanda, Luxemburgo, Noruega y Suecia. Mientras
    Estados Unidos, el país más rico del mundo, solo
    destina 0.1 por ciento de su Producto Interno Bruto.

    Por su parte, los gobiernos latinoamericanos, sin una
    política consecuente en este sentido, dedican muy pocos
    recursos a estas actividades. Ver Anexo 2.

    Para los empresarios latinoamericanos del sector
    tecnológico obtener financiamiento de instituciones
    financieras locales es difícil, debido a que la industria
    del capital de riesgo todavía no está muy
    desarrollada en la región. Lo más normal es que ese
    financiamiento sea otorgado por las firmas multinacionales
    especializadas en ese tipo de empresas. Este constituye un factor
    desventajoso, si se tiene en cuenta que Chase Capital Partners
    estima que los fondos de capital de riesgo aportaron un 62 por
    ciento de los 7800 millones de dólares invertidos en las
    etapas iniciales de las empresas de tecnología en Estados
    Unidos.

    Los valores de fusiones y
    adquisiciones en América Latina, debido fundamentalmente a
    privatizaciones, ascendieron a 82000 millones de dólares.
    Estas privatizaciones atrajeron a grandes compradores de Estados
    Unidos y Europa, especialmente en el sector industrial. Ver Anexo
    8.

    1. Unido a los imperativos del mundo actual, EEUU
      apoyado por gobiernos proyanquis del subcontinente,
      está tratando de materializar la creación del
      ALCA,
      agrupación que bajo la fachada de dar la posibilidad
      de estrechar los vínculos económicos
      latinoamericanos, le permitirá mantener bajo su
      control el futuro de nuestra región. (Labrador,
      2003)

      En este contexto, las perspectivas para
      América Latina con el ALCA son hacer privado lo que
      debe ser público y adjudicarse incluso la
      invención de la vida convirtiendo en monopolio privado el uso de plantas y otras
      formas de vida. Sería entregar a las empresas
      transnacionales farmacéuticas y
      biotecnológicas la región de mayor riqueza
      del mundo en términos de biodiversidad: el 40 por
      ciento de las especies animales y
      vegetales existentes, además de un incalculable
      cúmulo de conocimientos tradicionales.

    2. Perspectivas con el ALCA
    3. Retos de la innovación en América
      Latina

    La región de América Latina y el Caribe
    enfrenta la imperiosa necesidad de avanzar en su proceso de
    desarrollo económico y social sustentable. En ese proceso
    la ciencia, la tecnología y la innovación deben
    contribuir a:

    • Elevar la calidad de vida de la
      población.
    • Acrecentar el nivel educativo y cultural de la
      población.
    • Propiciar un genuino cuidado del medio ambiente y
      de los recursos naturales.
    • Crear más oportunidades para el empleo y la
      calificación de los recursos humanos.
    • Aumentar la competitividad de la
      economía.
    • Disminuir los riesgos
      regionales.

    Para cumplir con lo anterior se requiere un nuevo
    compromiso de colaboración entre el sector
    público, las empresas productoras de bienes y
    servicios, diversos actores sociales y la cooperación
    científica y tecnológica internacional. En
    particular, aumentando los recursos asignados a las actividades
    científicas y tecnológicas, y elevando la demanda
    de conocimientos científicos y tecnológicos
    generados en la región por parte de las actividades
    económicas predominantes.

    Los académicos han coincidido en declarar que la
    creación en América Latina y el Caribe de
    capacidades sólidas para generar y usar conocimientos
    necesita de procesos continuos de evaluación de las
    actividades científicas y tecnológicas, y de la
    divulgación de sus resultados, de forma que la
    investigación científica y tecnológica en
    América Latina y el Caribe intervenga en el diálogo de
    la investigación mundial a todos los niveles.
    (Declaración de Santo Domingo, 1999).

    Ahora bien, para que esto sea cumplido desde el plano
    académico es necesario la realización de ciertos
    procesos sociales que incidan en la posibilidad de construir
    dichas capacidades, que en estos momentos la región no
    está lista aún para asumir.

    1. Crisis ambiental

    El sistema de relaciones complejas que se establecen en
    los procesos de desarrollo, ha generado la crisis ambiental cuya
    causa se remite a la injusticia social imperante en la mayor
    parte del mundo y a los patrones seguidos en el decursar mismo de
    la humanidad, de lo que no escapa el uso indiscriminado de
    tecnologías. (Fajardo,2002). La solución a la
    acuciante crisis ambiental está en la construcción
    de una sociedad que solucione sus conflictos de
    diálogo y la distribución más justa de la
    riqueza creada.

    Acceder al desarrollo sostenible, a la equidad social y
    la justicia, demanda el cambio de paradigma en función de
    la especie humana. La globalización neoliberal y la
    sociedad de consumo han profundizado la crisis medio ambiental,
    aumentan el desequilibrio del entorno, agotan los recursos
    indiscriminadamente y privan a la inmensa mayoría de la
    humanidad del acceso a los principales avances científico
    técnicos.

    La utilización de tecnologías más
    limpias, con menores costos, puede ser una solución
    importante al problema medioambiental creado por la
    globalización. Si se emplean las tecnologías
    adecuadas el crecimiento económico no debe causar impactos
    ambientales negativos. (Cherni, 2001). Los países
    desarrollados han disminuido en alguna medida sus niveles
    contaminantes, no así los subdesarrollados que no tienen
    la capacidad económica ni financiera para realizar una
    reestructuración tecnológica, con vistas a un
    desarrollo sostenible. Las paradojas son muchas: las propias
    empresas contaminantes producen tecnologías limpias,
    mientras que un habitante de Nueva York usa 3 veces más
    agua y bota 8
    veces más basura que uno
    de Bombay, India.

    Por otra parte la biodiversidad es hoy un instrumento
    fundamental de disputa entre los capitales biotecnológicos
    en busca de abrir la posibilidad de alterar el sistema
    alimenticio, la ciencia médica y sus avances, la
    innovación de armas
    biológicas y la apropiación y patentización
    de la sabiduría de las poblaciones indígenas, cuyos
    conocimientos provienen de culturas milenarias. No existe una
    regulación internacional que controle el acceso a los
    recursos genéticos, de los cuales los países del
    Sur son los principales depositarios.

    Las transnacionales han escapado a los designios de la
    acción de Río y de la Agenda 21, lo que les ha
    permitido construir una agenda sobre el esquema de una
    globalización neoliberal, dando muestras de una
    débil responsabilidad corporativa en el desempeño
    de la innovación como herramienta de desarrollo
    sostenible.

    Mientras el mundo desarrollado invierte cuantiosas sumas
    en productos químicos que dañan al hombre y su
    entorno, los países tercermundistas no disponen en su
    mayoría ni siquiera de lo indispensable para coronar sus
    sueños.

    El nuevo orden mundial globalizado, que se va imponiendo
    en las esferas económica y política en franco
    contraste con las aspiraciones de equidad y justicia en las
    relaciones
    internacionales, obstaculiza el avance en materia de
    integración entre medio ambiente y desarrollo. (Pichs,
    2002).

    1. Innovación y desarrollo: una oportunidad
      para todos

    La ciencia y la tecnología devienen en factores
    que pueden ser restrictivos o propulsores del desarrollo
    económico y social, en dependencia del acceso tanto a los
    conocimientos como a las tecnologías, la equidad y
    eficacia de la
    cooperación internacional y la atención que los
    gobiernos le concedan en sus políticas
    públicas.

    A continuación se esbozan algunos elementos
    importantes de los aspectos anteriormente señalados que
    permiten la actuación de la innovación como factor
    de desarrollo.

    2.3.1 Cooperación internacional (orientada a
    los países subdesarrollados)

    La globalización de la economía (y las
    nuevas tecnologías de la información y la
    comunicación) es fuente potencial de nuevas posibilidades
    como de serias desigualdades. (Declaración de Santo
    Domingo, 1999). Deben fortalecerse los instrumentos de
    cooperación internacional y regional, así como las
    capacidades nacionales en gestión de la
    cooperación.

    La orientación de la cooperación
    internacional para la investigación científica y
    tecnológica debería contribuir a:

    • La instalación estable en los países
      con menor desarrollo de capacidades científicas de
      excelencia.
    • La formación de jóvenes
      investigadores insertos en sus propias realidades
      sociales.
    • La agenda de investigación sea fijada acorde
      a los
      valores y prioridades de cada región y conforme a
      una perspectiva mundial.

    Muchos piensan que con la cooperación
    internacional los países subdesarrollados lograrán
    superar el estancamiento en materia de innovación,
    desconociendo que este tiene un origen mucho más profundo
    y requiere de acciones severas para su eliminación. No
    obstante se recomienda una cooperación orientada a los
    países subdesarrollados con vistas a palear en alguna
    medida la situación.

    2.3.2 Políticas públicas

    Los sistemas mundiales de Ciencia y Tecnología
    anclados en el modelo ofertista han evolucionado muy lentamente
    en el logro de insertar al aparato
    científico-tecnológico el engranaje
    socioeconómico del país; no hay ni tradición
    ni cultura de participación en las soluciones a
    los problemas que confrontan ellos mismos como sector productivo
    o la empresa, o los diferentes sectores o el país como un
    todo.

    En los países desarrollados se dedican anualmente
    70 mil millones de dólares en la investigación
    científica. Cada día se hace más evidente en
    el ámbito de estos países la tendencia hacia la
    descentralización y el fortalecimiento de las iniciativas
    locales, regionales y territoriales para lograr el desarrollo
    industrial y económico en las políticas de
    innovación.

    Respecto al financiamiento, en los países
    desarrollados tiene lugar una participación creciente de
    la industria privada en la realización de actividades de
    I+D. En Japón, EE.UU. y Europa el sector empresarial
    privado es responsable de la ejecución de, entre 53 y 73,4
    por ciento del gasto total en I+D, mientras que las instituciones
    públicas ejecutan entre 18 y 32 por ciento, y las
    universidades entre 14 y 19,7 por ciento. Tales cifras demuestran
    la débil influencia del Estado en las posibles
    políticas de ciencia y tecnología en estos
    países, donde imperan las leyes del mercado por encima de
    las necesidades del desarrollo armónico y sostenible de la
    sociedad.

    2.3.2.1 Sistemas sociales/ nacionales de Ciencia,
    Tecnología e Innovación

    Es conocido que el conocimiento constituye el factor
    más importante en el desarrollo económico y social
    para mejorar el nivel de vida de la población y respetar
    la sustentabilidad medioambiental, y para garantizar el bienestar
    de las generaciones futuras. Ahora bien, el conocimiento por
    sí mismo no transforma las economías o la sociedad,
    sino que puede hacerlo en el marco de sistemas
    sociales/nacionales de ciencia, tecnología e
    innovación, que posibiliten su incorporación al
    sector productor de bienes y servicios. (Declaración de
    Santo Domingo, 1999).

    Por otra parte, las capacidades y conocimientos
    asociados a los procesos de otra naturaleza en los que
    intervienen diversos actores e instituciones, tanto
    públicos como privados, que participan de una forma u
    otra, en el proceso de generación, difusión y
    absorción del conocimiento y de las innovaciones en las
    sociedades modernas, articulando los diversos procesos de
    aprendizaje científico y tecnológico de los
    distintos actores sociales. Los sistemas sociales/nacionales de
    ciencia, tecnología e innovación deben constituir
    redes de
    instituciones, recursos, interacciones y relaciones, mecanismos e
    instrumentos de política y actividades científicas
    y tecnológicas que promuevan, articulen y materialicen los
    procesos de innovación y difusión
    tecnológica en la sociedad.

    En la actualidad se reconoce que la actividad de
    innovación constituye un proceso y que este es social e
    interactivo, se desenvuelve en contextos específicos y
    sistémicos y se encuentra enraizado cultural e
    institucionalmente. En consecuencia los sistemas nacionales de
    innovación deben abarcar a todos los elementos que
    contribuyen al desarrollo, introducción, difusión y
    uso de las innovaciones, lo que necesariamente involucra a
    numerosos y heterogéneos actores de la sociedad.
    (Chía, 2002).

    A los diversos actores de la innovación, y en
    particular a los gobiernos y a los empresarios, les corresponde
    promover, mediante mecanismos explícitos, la demanda hacia
    dentro de conocimientos, así como construir una capacidad
    científica y tecnológica propia, fortalecerla y
    financiarla. Estos aspectos son los que definen un sistema de
    innovación. No obstante, ello no debería contribuir
    a un predominio del corto plazo o la postergación de la
    demanda social. La investigación propia de mediano y largo
    plazo es imprescindible para desarrollar la ciencia y la
    tecnología como proyecto social y
    cultural de una nación
    y de una región. Debe existir una clara voluntad
    política de los gobiernos nacionales y de las
    instituciones internacionales en este sentido.

    Capítulo III La innovación en
    Cuba como
    factor de desarrollo

    Cuba puede considerarse pionera en la adopción
    de una política del carácter esencial de las
    relaciones entre el desarrollo económico y social y el
    desarrollo científico y tecnológico, al plasmarse
    desde muy temprano en acciones gubernamentales, el pensamiento
    del máximo líder
    de la Revolución sobre el futuro de Cuba como país
    de hombres de ciencia. Las nuevas condiciones en que se
    desarrolla la economía cubana y los cambios que fue
    preciso adoptar en su funcionamiento, constituyen rasgos
    esenciales de un contexto interno que condiciona el modo de
    dirigir el desarrollo científico y tecnológico y su
    accionar en los próximos años.

    3.1 Innovación y desarrollo en
    Cuba

    El crecimiento económico de Cuba al finalizar el
    año 2002 fue del 1.1 por ciento. Aunque este es un
    pequeño crecimiento, se ve acompañado por un alto
    desarrollo en términos de establecer bases esenciales para
    un desarrollo humano integral que trasciende el estrecho
    límite de las transacciones mercantiles y desborda
    cualquier concepción sobre el desarrollo existente en un
    mundo globalizado, en plena crisis neoliberal. A pesar de que el
    cálculo
    del crecimiento del PIB cubano es inferior a lo previsto, supera
    al promedio de crecimiento de las economías
    latinoamericanas, que fue de –0,5 por ciento,
    acompañado de una cifra de 226 millones de
    pobres.

    Paralelamente, Cuba ha continuado desarrollando un
    modelo de desarrollo social que ha permitido mantener intacta la
    vitalidad de la economía e incluso mejorar indicadores de
    calidad de vida.

    En este contexto el sector
    científico-tecnológico desarrollado décadas
    atrás, bajo la mirada escéptica de muchos que desde
    el exterior no creían en la capacidad de un país
    económicamente pobre y pequeño como Cuba para
    desarrollar la ciencia a altos niveles, se ha convertido en un
    pilar en la batalla por el desarrollo del país,
    fundamentalmente por la salud de la población y en la
    producción de valiosos productos.

    Actualmente uno de los mayores retos del comercio en
    Cuba se concentra en la actividad exportadora y la necesidad de
    aumentar tanto en volúmenes como en la
    diversificación de las exportaciones. El
    avance en ese objetivo se debe fundamentalmente a la capacidad de
    adaptación a las exigencias del mercado y al proceso de
    renovación industrial y tecnológico que
    particularmente se ha ido acometiendo. En 1993 el 94 por ciento
    de las exportaciones de Cuba se concentraron en la azúcar,
    níquel, productos de pesca,
    tabaco, ron,
    café y
    cemento,
    mientras que en el 2002 dicha proporción disminuyó
    al 84 por ciento, a pesar de haber incrementado en más de
    100 millones las exportaciones de esos productos en
    relación con 1993.

    Se han desarrollado nuevos fondos exportables, tales
    como medicamentos biotecnológicos, equipos médicos,
    cítricos frescos e industrializados, aceros, combustibles,
    productos agropecuarios, medios de
    transporte y otras bebidas. Igualmente se han desarrollado
    exportaciones de servicios profesionales y culturales, tales como
    servicios de capacitación, desarrollo de investigaciones y
    proyectos de ingeniería y softwares.

    Para Cuba es imprescindible transformar los avances
    científicos en productos y tecnologías
    competitivas, y en soluciones a la problemática social,
    ambiental y de recursos naturales, mediante acciones que acerquen
    los resultados de la I+D al sector productivo y a la sociedad en
    general. En esto juegan un papel fundamental los elementos
    integradores autóctonos desarrollados a partir de las
    particularidades de un modelo económico y político
    propio. (Chía, 2002).

    Teniendo en cuenta las dificultades económicas
    que atraviesa Cuba, dedicó como promedio en el quinquenio
    1995-2000 el 0.7 por ciento de su Producto Interno Bruto a
    actividades de I+D. En el año 2000 los gastos totales en
    Actividades de Ciencia y Tecnología (ACT) e I+D
    constituyeron 1,75 por ciento del PIB y su impacto se aprecia en
    el hecho de que aproximadamente 30 por ciento de los
    investigadores indirectos por concepto de exportaciones o
    sustitución de importaciones, están vinculadas a
    resultados nacionales de ciencia y tecnología. Ver Anexo
    9.

    La experiencia cubana –sin idealizar el modo en
    que se ha desarrollado el modelo- muestra las oportunidades que
    el socialismo
    ofrece, así como los muchos y coincidentes puntos entre
    socialismo y sostenibilidad. (Rey,2002)

    3.2 Los recursos humanos como una ventaja competitiva
    en Cuba

    En Cuba lo primero es el ser humano. El esfuerzo de
    formación de recursos humanos para la ciencia y la
    técnica realizado en Cuba ha puesto al país en un
    indicador de más de 1.6 profesionales dedicados al I+D por
    cada 1000 habitantes, cifra cercana al europeo y 4 veces mayor el
    promedio de América Latina. (Simeón, 1997) A estos
    científicos "profesionales" se le suman los cientos de
    miles de trabajadores vinculados a masivos movimientos de
    innovación, como se evidencia en los Forum de Ciencia y
    Técnica, la Asociación Nacional de Innovadores de
    Cuba, las Brigadas Técnicas Juveniles y otros, proceso que
    defiende la tesis de que la buena innovación surge mejor
    si hay muchos innovadores. (Lage, 2001). Radica en esto
    precisamente una de las ventajas competitivas de Cuba
    (potenciándose como la más importante),
    fundamentada en el hecho de que los recursos humanos no sobran en
    el mundo, más bien tienden a escasear. La existencia en
    Cuba de grandes cantidades de profesionales y técnicos,
    preparados, motivados, y comprometidos con el proyecto social del
    que son parte y consecuencia, es una poderosísima fuerza
    para la reversión de la tendencia mundial concentradora de
    la generación y uso del conocimiento.

    3.3 Política
    científico-tecnológica en Cuba

    Paralelo al proceso gradual de recuperación de la
    economía cubana, se ha venido experimentando, como parte
    de la visión del país acerca del papel de la
    ciencia y la tecnología ante el nuevo milenio, un proceso
    de consolidación, profundización y
    potenciación de la actividad
    científico-tecnológica, que se manifiesta, entre
    otros por los resultados y acciones siguientes:

    • Creación en 1994 del Ministerio de Ciencia,
      Tecnología y Medio Ambiente.
    • Implantación del Sistema de Ciencia e
      Innovación
      Tecnológica.

    El Sistema de Ciencia e Innovación
    Tecnológica (SCIT) cubre un amplio espacio que va desde la
    generación y acumulación de conocimientos hasta la
    producción de bienes y servicios y su
    comercialización, abarcando las investigaciones
    básicas y aplicadas, los trabajos de desarrollo
    tecnológico, la protección legal de los resultados,
    las acciones de desarrollo asociadas a los estudios de
    carácter social, las diversas actividades de interfase,
    los servicios científico-técnicos conexos, la
    transferencia vertical u horizontal de conocimientos y
    tecnologías, la actividad de mercadotecnia
    y el empleo de modernas técnicas gerenciales, así
    como la concreción de todo este esfuerzo en nuevos
    productos, en producciones elaboradas bajo nuevas concepciones,
    en nuevos o mejorados procesos; asimismo, abarca nuevos conceptos
    y elaboraciones teóricas relacionadas con la esfera social
    o con los procedimientos, métodos de
    dirección en diferentes ámbitos de
    la sociedad.

    • Potenciación de la Empresa y la
      Innovación Tecnológica.
    • Puesta en vigor de la Ley No. 81 del Medio
      Ambiente.
    • Elaboración e implantación de las
      Estrategias de Ciencia e Innovación
      Tecnológica de los organismos de la Administración Central del
      Estado.
    • Confección de importantes documentos
      rectores tales como: la Política Nacional de Ciencia e
      Innovación Tecnológica, el Sistema de Ciencia e
      Innovación Tecnológica y la Estrategia
      Nacional de Ciencia e Innovación
      Tecnológica.

    La misión de la ciencia y la innovación
    tecnológica en Cuba es constituir un elemento dinamizador
    del desarrollo socialista y sostenible del
    país.

    Algunos de los fundamentos de la política
    científico-tecnológica cubana son:

    • La ciencia y la tecnología están en
      función de los objetivos e intereses vitales del
      pueblo.
    • El trabajo científico y tecnológico
      se sustenta en valores éticos: humanismo,
      responsabilidad con el futuro de la humanidad, prosperidad de
      la Patria, respeto a
      la preservación del medio ambiente, avance de la
      ciencia y consagración al trabajo.
    • La misión del desarrollo corresponde no solo
      a los científicos, sino a toda la
      sociedad.
    • La ciencia y la técnica tienen un
      carácter estratégico para la sociedad, a fin de
      garantizar la continuidad del desarrollo
      socioeconómico.
    • Preparación del Anteproyecto
      de Ley de la Ciencia y la Tecnología, actualmente en
      etapa de compatibilización con los
      organismos.

    La Ley debe coadyuvar a elevar la eficiencia y la
    racionalidad en materia de ciencia y tecnología para el
    beneficio del pueblo cubano. Es una ley que tiene en cuenta todas
    las disciplinas científicas y tecnológicas que se
    desarrollan en Cuba y busca las mejores formas de
    utilización de los recursos humanos y materiales, con
    criterios de cooperación e integración. En la ley
    se establece que el Sistema de Ciencia e Innovación
    Tecnológica es la forma organizativa por medio de la cual
    se ejecuta la política de ciencia e innovación
    tecnológica aprobada por el gobierno para un
    período determinado, de conformidad con la estrategia de
    desarrollo económico y social del país. Por otra
    parte el plan de Ciencia e
    Innovación Tecnológica se enmarca dentro del
    Sistema de Planificación de la economía
    nacional y del Presupuesto del Estado, y constituye el
    dispositivo que permite dirigir y organizar la
    planificación de los programas y proyectos en tres niveles
    de prioridad: nacional, ramal y territorial, así como
    medir y determinar las potencialidades existentes en materia de
    ciencia y tecnología con impacto identificables en
    función del desarrollo del país. El financiamiento
    de la ciencia y la innovación tecnológica
    constituye en sistema integrado nacionalmente y establecido
    jurídicamente para satisfacer los requerimientos de las
    direcciones priorizadas del desarrollo económico y social
    del país, la preservación e incremento del
    desarrollo científico y tecnológico en consonancia
    con los avances alcanzados a nivel mundial y los requerimientos
    específicos de las diferentes entidades en materia de
    ciencia y tecnología. Establece además que los
    recursos humanos constituyen el elemento más valioso de la
    capacidad nacional en Ciencia y Tecnología y participan
    decisiva y activamente a través de las diferentes formas
    de organización del sistema. Las relaciones de
    colaboración y cooperación en materia de ciencia y
    tecnología con entidades extranjeras, regionales e
    internacionales se enmarcan en el contexto de la política
    exterior del Estado cubano y se ejecutan de conformidad con las
    prioridades del desarrollo económico, social,
    científico y tecnológico contenidas en el Plan de
    Ciencia. La información y el conocimiento constituyen
    elementos primordiales del Sistema mediante una gestión
    apropiada de ellos es posible obtener un efecto multiplicador de
    la actividad científica y tecnológica para el
    desarrollo económico y social. Por otra parte las
    instituciones vinculadas con la ciencia y la innovación
    tecnológica y aquellas relacionadas con los sectores de la
    educación y la cultura, concertan las vías de
    incorporación de los resultados novedosos de los distintos
    campos del saber científico y tecnológico a los
    planes y programas de estudio para contribuir, de forma
    sustancial, al perfeccionamiento continuo de la educación
    y la cultura que el actual desarrollo científico y
    tecnológico impone.

    • Inicio en el país del proceso de
      Perfeccionamiento Empresarial y de las Unidades de Ciencia y
      Técnica.
    • Ordenamiento de los procesos relacionados con la
      transferencia de tecnologías.
    • Diseño de acciones dirigidas al
      perfeccionamiento del vínculo entre el sector productivo
      y el sector de I+D.
    • Perfeccionamiento de todo el cuerpo regulatorio
      relacionado con los aspectos relacionados con la Propiedad
      Industrial.
    • Definición de los grupos de prioridades
      nacionales.
    • Reestructuración de los Programas Nacionales
      de Ciencia y Técnica (PNCT) en correspondencia con las
      prioridades establecidas.

    Hoy día se ejecutan 19 PNCT, con más de
    300 proyectos que buscan respuestas a las prioridades
    establecidas por el país.

    • Trabajo en los procesos de medición del impacto
      socioeconómico de las actividades de la ciencia e
      innovación tecnológica.

    3.4 Principales resultados del modelo
    cubano

    Desde 1959, cuando la política
    científico-tecnológica se orientó hacia el
    desarrollo armónico de la sociedad se abrieron nuevas y
    promisorias perspectivas para el desarrollo de la ciencia en
    Cuba, reflejado en el número considerable de profesionales
    de alto nivel dedicados a la investigación; en la
    existencia de una importante red de centros e institutos
    científicos; en la conversión de las universidades
    en centros de investigación; en la creación y
    consolidación de los polos científicos productivos;
    en la materialización de los Programas Nacionales
    científico-técnicos; en los resultados relevantes
    que dan solución a problemas concretos y tienen un impacto
    científico, económico, ambiental y social; en la
    integración de investigadores, especialistas,
    técnicos y obreros en torno a la
    producción científica y técnica en diversos
    campos.

    A pesar de las difíciles condiciones
    socioeconómicas que enfrenta Cuba desde la caída de
    la ex URSS y del Bloque de Europa Oriental, se han mantenido
    abiertas las más de 200 instalaciones dedicadas a la
    actividad de I+D y servicios científico-técnicos se
    incrementaron las investigaciones y se logró preservar el
    potencial científico creado. Se culminaron, además,
    todas las obras vinculadas con la ciencia y la técnica, y
    se concluyeron los principales programas de investigación
    con un conjunto importante de resultados.

    Cuba mantiene indicadores por encima del resto de los
    países de América Latina, comparables con los de
    países de alto desarrollo del Primer Mundo:

    • La educación es gratuita para todos los
      niveles de enseñanza y se prioriza la educación
      especial en sus diferentes especialidades.
    • El índice de escolarización de Cuba es
      del 96,2 por ciento, el resto representa a los que reciben
      atención especializada por limitaciones
      psicofísicas; por tanto, está erradicado el
      analfabetismo.
    • Hasta el año 2000 se habían graduado
      652000 universitarios.
    • El índice de maestros y profesores por cada
      1000 habitantes era de 20,2 en el año 2000. El total de
      docentes era
      de 249000.
    • El Sistema Nacional de Salud se considera
      único en América Latina, en el cual tienen un
      papel relevante el sistema de atención primaria.
      Están controladas y/o erradicadas enfermedades que son un
      problema de salud para muchos países del Tercer
      Mundo.
    • Los servicios médicos son gratuitos y se
      cuenta con un personal altamente calificado en importantes
      especialidades médicas, con tecnología de punta
      para garantizar la calidad de dichos servicios. El país
      tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de la
      América hispana y una de las más bajas del mundo:
      6,2 por cada 1000 nacidos vivos, la tasa de mortalidad materna
      total es de 0,51 y la esperanza de vida al nacer es de 75
      años.
    • El índice de médicos por cada 10000
      habitantes es de 58,2; estomatólogos:8,9; enfermeros,
      técnicos y auxiliares: 78,3.
    • El desarrollo alcanzado en la medicina cubana se
      refleja en la posibilidad de ofrecer los servicios
      médicos a diversos países del Tercer
      Mundo.
    • El sector en Cuba cuenta con 500 patentes solicitadas
      y 200 registros sanitarios aprobados en decenas de
      países con exportaciones crecientes anualmente. Un
      ejemplo es la obtención por parte de científicos
      del Centro de Inmunología Molecular en el año
      2003 el primer producto de la biotecnología cubana para
      el tratamiento contra el
      cáncer, conocido como el anticuerpo humanizado R3,
      que fue premiado con la Medalla de Oro de la
      OMPI, un reconocimiento a quienes contribuyen al desarrollo
      tecnológico de su país.

    CONCLUSIONES

    Los adelantos en el campo de la ciencia y la
    tecnología que se han producido en las últimas
    décadas han promovido un nivel muy alto de
    globalización, que aparejado a la desigualdad creciente
    entre distintos países e incluso en su interior en la
    capacidad de generar y acceder a los nuevos conocimientos y
    tecnologías, han provocado un efecto multiplicador de las
    diferencias económicas y sociales, ampliando la brecha
    existente entre países ricos y pobres, e incluso en el
    interior de las naciones desarrolladas.

    La transformación de la ciencia en una fuerza
    productiva directa, como fenómeno global, ha ido en
    incremento en las últimas décadas de manera que la
    incorporación de los conocimientos científicos
    orientados hacia la innovación constituye hoy uno de los
    factores decisivos del desempeño económico,
    así como de la posibilidad de ordenamiento de los procesos
    medioambientales y sociales de las naciones en aras de alcanzar
    el desarrollo sostenible.

    En la mayoría de estos países no existen
    políticas de ciencia e innovación que permitan
    resolver tan acuciantes problemas y lograr un desarrollo
    armónico y sostenible para todos, lo que apremia a los
    Estados y demás actores del ámbito nacional e
    internacional a promover, organizar y controlar actividades que
    tributen en la obtención de la equidad y la
    inclusión.

    En este sentido existen experiencias que demuestran que
    puede lograrse una ciencia para todos. Cuba, por ejemplo, ha
    reconocido el papel decisivo de la ciencia y la tecnología
    como herramientas
    imprescindibles para la solución de los problemas que
    enfrenta hoy la humanidad en general y el desarrollo
    económico y social de su pueblo en particular.

    PROPUESTAS

    1- La comprensión de la realidad imperante en el
    mundo debe conducir a las naciones, con independencia
    de especificidades geográficas, económicas y
    sociales, a dirigir y apoyar la generación y
    asimilación de conocimientos científicos y la
    promoción de la innovación tecnológica, como
    parte integrante de las políticas gubernamentales y de sus
    estrategias de desarrollo.

    2- Es necesario reducir las disparidades entre los
    países subdesarrollados y los desarrollados mejorando las
    capacidades e infraestructuras científicas de los
    primeros.

    3- Regulación global de los principios de uso de
    la innovación en función del desarrollo de la
    humanidad, de forma que esta se convierta en un bien compartido
    solidariamente en beneficio de todos los pueblos.

    4- Se debe avanzar hacia un nuevo sistema de
    procedimientos e instituciones de gobernabilidad
    mundial.

    5- Reformar el sistema de instituciones internacionales
    para favorecer un cierto equilibrio
    democrático de poderes políticos,
    económicos, jurídicos, tecnológicos etc.
    globales.

    6- Solucionar la crisis de la deuda del Sur de forma que
    estos países puedan dedicar recursos a la I+D.

    7- Es necesario globalizar la problemática del
    desarrollo sustentable.

    8- Deben definirse acciones para oponerse a la ofensiva
    monopólica respaldada por los países desarrollados
    en materia de patentes, en el doble y perverso mecanismo de
    apropiarse del saber popular en función de sus intereses
    económicos y de pretender imponer luego sus derechos de
    patentes sobre saberes y bienes que son patrimonio
    social.

    9- Continuar desarrollando investigaciones en el orden
    teórico acerca de esta problemática.

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    ANEXOS

    Anexo 1

    Valor de Mercado

    Capitalización bursátil en
    miles de millones

    de dólares al 31 de marzo de
    1999

    Microsoft

    452

    Intel

    198

    AT&T

    178

    IBM

    166

    MCI WorldCom

    162

    America Online

    159

    Brasil (Bovespa)

    146

    Lucent Technologies

    140

    México

    126

    Dell

    104

    Argentina

    61

    Chile

    61

    Yahoo

    32

    Perú

    14

    Gateway

    11

    Colombia (Bogotá)

    9

    3Com

    8

    Venezuela

    7

    Fuentes: Economática
    (países latinoamericanos) y J.P. Morgan (empresas
    EEUU)

    Para ver los anexos seleccione la
    opción "Descargar" del menú
    superior 

    AUTORA:

    ANGIE FERNÁNDEZ LORENZO

    Enviado por:

    Dra. Odalys Labrador Machín

    UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO

    "HERMANOS SAÍZ MONTES DE OCA"

    FACULTAD DE CIENCIAS
    ECONÓMICAS

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